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SPEECH/07/162
Benita Ferrero-Waldner
Comisaria Europea responsable de Relaciones Exteriores y
Política de Vecindad
Globalización
Rotary Club de Valencia
Valencia, 16 de marzo de 2007
Señor Presidente José María Bataller,
Querido Señor Alcalde,
Señor Senador,
Autoridades,
Señoras y señores,
Es un placer estar hoy aquí.
Mi esposo acaba de hablar del idioma y del modo en que España
(y Europa) se ve influida por los cambios de nuestra sociedad.
Tales cambios son el resultado de la globalización. La globalización, nos guste o
no, sigue avanzando. Todo el mundo habla de «globalización», pero sería bueno
analizar lo que queremos decir con esa palabra.
La globalización es el fenómeno por el que todo se conecta y se integra: estados,
individuos, empresas, etc. Todo lo que sucede en una parte del mundo tiene un
impacto sobre la otra. Todos los grandes retos a que nos enfrentamos en la
actualidad: terrorismo, extremismo y fundamentalismo religioso, migración, gripe
aviar, comercio, energía y cambio climático –son interdependientes e interactúan.
Tenemos que abordar esta interacción y tratar todos los temas al mismo tiempo.
Todo se acelera: la información se produce en tiempo real; lo que vemos en las
noticias del telediario habría tardado días o incluso meses en llegarnos en el
pasado. Nos hemos convertido en una aldea global, la geografía no es ningún
obstáculo para el conocimiento. Y el número de gente que participa en la creación y
solución de un problema ha aumentado exponencialmente.
Internet está derribando los obstáculos a la información en las partes más
recónditas del planeta. Nombres de marcas como McDonalds, Coca Cola, Liverpool
Football Club o Levi's, están presentes en las calles de todo el mundo. Los
teléfonos móviles se usan desde el Perú hasta el desierto del Sahara.
El mundo –como consecuencia- se ha vuelto más homogéneo y más heterogéneo
al mismo tiempo.
Globalización significa que necesitamos más que nunca un mayor compromiso
internacional ¿Por qué? Porque el tipo de problemas a que nos enfrentamos los
europeos en la actualidad en este mundo globalizado no los puede resolver un país
por sí solo. Por eso la Unión Europea, un organismo que agrupa a 27 estados,
constituye la respuesta adecuada a la globalización.
Nuestra necesidad de trabajar con otros es lo que hace de mi trabajo como
Comisaria europea responsable de Relaciones Exteriores y Política Europea de
Vecindad un reto fascinante. Tengo que hablar con los líderes de todo el mundo
sobre los problemas que nos afectan a todos. Lo que se hace en sus países afecta
directamente a los puestos de trabajo y la seguridad de nosotros, los europeos.
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Esta tarde me gustaría ofrecerles un panorama de los principales temas de la
actual agenda de la UE y cómo estamos abordándolos a nivel global, de los cuales
voy a escoger 6 puntos:
1) En primer lugar, el cambio climático y energía
El último informe de la ONU sobre cambio climático elimina cualquier duda que
pudiera quedar sobre el origen de la actividad humana en el cambio de la
temperatura y del clima. Las predicciones para el futuro son alarmantes:
dependiendo de la zona del mundo en la que se encuentre, significa una elevación
del nivel del mar, temperaturas más extremas y escasez de agua, algo que es, yo
sé, a veces un problema para los valencianos.
Para prevenir los efectos más devastadores del cambio climático es preciso actuar
de forma radical, tanto en Europa como fuera de ella. A menudo viajo a Asia. Este
año ya he estado en China y la India, y durante los dos últimos años he visitado
Indonesia, Japón, Malasia, Singapur, Sri Lanka, Vietnam, etc.
Esté donde esté, he observado que mi llegada siempre es igual: lo primero que
hago al entrar a la habitación del hotel es desconectar el aire acondicionado, que,
de oficio, está al máximo en todas partes. Imaginen el impacto que estas
habitaciones heladas en toda Asia tienen en el calentamiento del planeta. Y qué
tremendo derroche energético.
Luego acudo a reuniones con ministros de todo el continente y discutimos sobre el
cambio climático y sobre la necesidad de usar la energía de forma más eficaz para
reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, y esto, muchas veces
también en salones helados.
Este hecho ilustra la gran envergadura del problema. Hemos de cambiar las
actitudes de sus sociedades hacia el consumo de energía.
La semana pasada, los jefes de gobierno de la UE decidieron que Europa asuma el
liderazgo en la solución de este problema. Hemos prometido reducir las emisiones
de gases de efecto invernadero en un 20% para 2020 e iremos más lejos, hasta el
30%, si los demás países desarrollados asumen el mismo compromiso. Esperamos
poder trabajar con los EE.UU. y otros países desarrollados, y con China, India y
otros importantes agentes, para hacer realidad este compromiso.
2) Migración
El segundo problema es la migración. Mi marido ha hablado sobre el impacto de la
migración en la cultura. La migración es un fenómeno complejo. Por un lado,
necesitamos migración. Las poblaciones de Europa están reduciéndose y
envejeciéndose. Para 2050, la población de mi país, Austria, y creo que es algo así
también en España, se reduciría en un cuarto a menos que lo impida la
inmigración. Si eso sucediera, no se podrían cubrir puestos de trabajo, no se
podrían prestar algunos servicios y nuestro nivel de vida bajaría.
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Pero tampoco necesitamos una inmigración descontrolada e ilegal. Necesitamos
gestionar la migración de forma que se suplan las carencias en materia de
calificaciones laborales. En particular, tenemos que hacer tres cosas:
i.
Tenemos que luchar contra la migración ilegal. La UE dispone de en la
actualidad de Frontex, nuestra nueva Agencia Europea de Fronteras, que, a
través de sus patrullas costeras ha sido clave en el esfuerzo por ayudar a
España a hacer frente al problema de los flujos migratorios que llegan a sus
costas. La Comisión ayudó muchísimo a España a gestionar la entrada de
emigrantes y trabajó con Marruecos, Mauritania y otros países para
fortalecer la gestión fronteriza y garantizar que se cubran las necesidades
básicas y se respeten los derechos fundamentales de los aspirantes a la
migración. También estamos firmando acuerdos con nuestros socios
mediterráneos del sur para que repatríen a los emigrantes ilegales que han
salido de sus países de origen para ir a la UE.
ii.
Al mismo tiempo, tenemos que gestionar la migración legal para cubrir los
ámbitos en los que la UE necesita trabajadores. Debemos de pensar en un
sistema para Europa comparable al de la tarjeta verde de los EE.UU. Las
personas dispuestas a emigrar necesitan consejo y ayuda práctica y
calificaciones, y los que estén pensando en volver a sus países pueden
necesitar ayuda para volver a integrarse.
iii.
Pero también, tenemos que tratar de integrar mejor a los inmigrantes en
Europa. Ello requiere voluntad política de ambos lados: por parte de los
recién llegados, para aceptar la necesidad de integrarse en las sociedades
europeas, y por parte de las sociedades europeas, para aceptar plenamente
a los inmigrantes y concederles oportunidades de empleo y educación
justas. Las escenas registradas en las calles de París en los últimos años
demuestran que no deberíamos subestimar el grado de frustración que
puede llegar a acumularse como resultado de la marginación social. Es un
proceso largo el que lleva a los emigrantes, a sus hijos y a los hijos de sus
hijos a decir que Europa es su casa. Si no se consigue la integración,
estamos dando munición a los extremistas religiosos, con consecuencias
graves para nosotros, como demuestran las bombas de Londres o de
Madrid.
En suma, la gente de Latinoamérica, África y del resto del mundo, tiene que saber
qué es lo que puede esperar de la vida en Europa y cuál es nuestra posición
política con respecto a la inmigración. Por eso es tan importante la colaboración en
la UE. Necesitamos alcanzar una comprensión común de la migración, y creo que
una política común de inmigración de la UE es la respuesta adecuada.
3) Terrorismo global y fundamentalismo
Desde el 9 de septiembre el tema del terrorismo global y su conexión con el
extremismo religioso ha ocupado un lugar preeminente en la agenda política
internacional. En todo el mundo, desde Nueva York, Tailandia, Túnez y Londres,
hasta, por supuesto Atocha, cientos de ciudadanos han sido víctimas de horrorosos
actos de asesinatos en masa.
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En esta semana del tercer aniversario del 11-M me gustaría rendir un homenaje
especial a quienes perdieron la vida ese día terrible. Mi corazón está con las
personas que en estas fechas recuerdan a seres queridos cuyas vidas fueron
truncadas de forma tan trágica. Les tenemos presentes en nuestros pensamientos.
También recordamos a todas las víctimas del terror, incluidos los asesinados por
ETA, y de atrocidades semejantes de todo el mundo.
Sólo unidos podemos hacer frente a esta lacra. Nuestra cooperación con países de
todo el mundo en materia de medidas políticas, intercambio de información y
gestión de las fronteras está ayudando a combatir redes existentes, como Al
Qaeda.
Una parte importante de nuestro trabajo es la de destruir las canteras de adeptos
dispuestos a darles cobijo.
Ello significa abordar las causas de raíz que sirven de pretexto a las acciones
terroristas, como el conflicto de Oriente Próximo.
4) Enfermedades transmisibles
Debido a la globalización una crisis sanitaria en una parte del mundo constituye una
amenaza para todo el planeta.
Yo, al igual que otros viajeros, debo tener cuidado con lo que como, con lo que
toco y con lo que hago durante mis viajes. Los viajes internacionales no están
exentos de riesgo.
Consideren el modo en que se propagó el Síndrome Respiratorio Agudo Severo
(SRAS) en pocos días gracias a los vuelos internacionales.
Ello tiene temibles consecuencias cuando se trata de una enfermedad altamente
contagiosa. De ahí la preocupación que suscita la gripe aviar. La posibilidad de que
una pandemia afecte a todo el planeta no es descartable. Hemos trabajado para
que los gobiernos europeos se preparen adecuadamente y hemos colaborado con
la Organización Mundial de la Salud para ayudar a otros países del mundo a hacer
lo mismo. Hemos establecido un fondo fiduciario para ayudar a los países a
desarrollar planes de acción nacional y yo abordo este tema con los gobiernos de
los países a los que acudo.
También estamos trabajando con gobiernos de otros países para hacer frente a
otra importantísima amenaza sanitaria, el VIH/SIDA. Esta enfermedad está
teniendo un impacto tremendo en la población de países en desarrollo y, por
consiguiente, en la economía y en la seguridad a largo plazo. Al margen de la
obligación moral de ayudar a esas poblaciones, hemos de tener presente que si
estas economías se hunden, las consecuencias para nosotros serán evidentes,
empezando por la inmigración en nuestras costas.
Así pues, pueden ver lo importante que es la colaboración con socios de todo el
mundo. Son problemas que no entienden de fronteras y que solo pueden
resolverse si trabajamos todos juntos.
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5) Comercio y deslocalización
Me gustaría centrarme ahora en el aspecto de la globalización que más atención
recibe: la economía. A este respecto, no podemos hacer un juicio tajante, hay
aspectos positivos y negativos. La globalización nos ha traído grandes
oportunidades – mayor libertad de las empresas, el conocimiento circula a más
velocidad y el coste de la circulación de personas y mercancías es menor. Pero
también tiene desventajas: la competencia hace que los puestos de trabajo se
desplacen a países con mano de obra más barata. La deslocalización tiene un
impacto sobre las familias y las comunidades. Y, por otro lado, también la
delincuencia y la migración ilegal pueden aumentar con la apertura de las fronteras.
Existe la percepción de que la globalización está eliminando las oportunidades de
que disfrutaban quienes trabajaban en Europa, lo que puede abonar una sensación
de impotencia.
En mi trabajo diario en la Comisión soy testigo de lo necesario que es mantenerse
alerta en cuestiones como el dumping, el acceso al mercado y la propiedad
intelectual. En reconocimiento de las dificultades que atraviesan algunos europeos,
la Comisión Europea ha creado el Fondo Europeo de Adaptación a la
Globalización, destinado a ayudar a los trabajadores que pierdan su trabajo como
consecuencia de los cambios comerciales derivados de la globalización a encontrar
un nuevo empleo lo antes posible.
Al mismo tiempo, es preciso que trabajemos duro para hacer un éxito de la Ronda
de Doha de conversaciones comerciales para garantizar que los mecanismos
comerciales multilaterales funcionan en beneficio de todos. La Fortaleza Europea
es inviable: abrirnos aún más al mundo constituye el camino para el futuro.
6) Política Europea de Vecindad
Aunque discutamos todos estos problemas con muchos socios de este mundo
globalizado, seguimos prestando especial atención, como es natural, a nuestros
vecinos más próximos.
En reconocimiento de esta relación creamos en 2004 la Política Europea de
Vecindad. El objetivo de la PEV es hacer que la prosperidad, la estabilidad y la
seguridad de la UE alcancen a nuestros vecinos inmediatos – abordando de ese
modo algunos de nuestros problemas más acuciantes al tiempo que mejoramos
sus condiciones de vida.
Tratamos de apoyar sus reformas económicas, políticas, sociales y culturales
mediante incentivos como la integración en el mercado interior de la UE y la
participación en nuestros programas y agencias. Para potenciar estos incentivos,
ahora se ofrecen relaciones más estrechas con la UE mediante, por ejemplo, un
programa especial de becas para la región, una mayor integración con nuestro
mercado y un proceso de obtención de visados más sencillo para los empresarios,
periodistas, profesores de universidad y otros, de forma que puedan acudir a
nuestras reuniones y trabajar con nosotros más fácilmente.
Uno de los principales empeños de la PEV es la promoción del diálogo entre todas
las partes del Mediterráneo. Por ello, y dada mi calidad de Comisaria Europea
también para la Vecindad, veo con tanto entusiasmo la propuesta de que la
sociedad civil de Javea cree una Fundación para trabajar en este tema. La idea es
fomentar el diálogo y la comprensión mutua entre jóvenes líderes de la región del
Mare Nostrum, y recibe el apoyo del Ministerio de Asuntos Exteriores, el Gobierno
de Valencia y el ayuntamiento de Javea. Es una idea maravillosa para crear un
puente sobre el Mediterráneo y asegurarnos de que el mar nos une en lugar de
dividirnos.
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Señoras y señores,
Para concluir: ¿es la globalización buena o mala? Plantearnos esta cuestión
significa que no estamos entendiendo el proceso, porque, lo queramos o no, la
globalización sigue avanzando inexorablemente. Es una característica fundamental
del mundo en que vivimos ¿Nos podemos aislar del mundo? La respuesta es no.
Un quinto de la riqueza de Europa depende de nuestra apertura al mundo. Si no
participamos de este proceso, las economías europeas no serán capaces de
garantizar el nivel de vida al que aspiramos. Nosotros solos, no seremos capaces
de salvaguardar la seguridad energética europea, hacer frente al cambio climático,
gestionar la migración, dar respuesta a la amenaza del terrorismo internacional y
luchar contra las pandemias, etc.
Si le damos la espalda al mundo, haremos del mismo un lugar mucho más
peligroso, inseguro y hostil para nosotros. Los europeos serán más pobres, tendrán
que hacer frente a una mayor competencia para mantener sus puestos de trabajo y
verán mermado su acceso a recursos naturales esenciales como el agua.
No podemos parar el reloj en la globalización.
Por lo tanto, señoras y señores, queridos amigos, nuestra mejor política es utilizarla
para promover nuestros intereses y atenuar los efectos negativos que
inevitablemente trae consigo. La UE representa el mejor mecanismo para que sus
pueblos y países negocien los términos de la globalización: proteger nuestros
intereses, promover nuestros objetivos estratégicos y consolidar un orden
internacional basada en el Estado de derecho para el futuro. De hecho, solo unidos
tendremos algo que decir en un mundo en el que nos enfrentamos a una gran
competencia por parte de poderes emergentes como China e India. Aceptemos
este reto.
Gracias a todos.
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