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TEMA 7 El factor Fe 20 de enero del 2016 “Es pues la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve”. Hebreos 11:1 Antes de analizar esos textos me gustaría preguntarles algo obvio. ¿Cuántos quieren agradar a Dios? Nuestra tendencia es querer agradar a todos. En cierta ocasión quise darle una sorpresa a mi esposa, y le compré un vestido que a mi forma de ver era bonito, pero el sorprendido fui yo, porque cuando lo vio, me dijo: “¿no había de otro color?” Allí decidí no dar esa clase de sorpresas. No le agradó, simplemente no le gustó. Hebreos 11:5 y 6 dice: Enoc, antes que fuese transpuesto, tuvo testimonio de haber agradado a Dios. “Pero sin fe es imposible agradar a Dios”. Hebreos 11:6 Ahora, ¿qué es la fe según ese texto?, ¿Cuáles son los ingredientes de la fe? Dos cosas fundamentalmente: certeza y convicción. Vamos a comenzar con la primer palabra: CERTEZA, ¿qué es la certeza? Hipóstasis: Seguridad total, sustancia, esencia, idea clara, vislumbrar un objetivo claro, una garantía. Un día fui a un campamento de jóvenes con mi hijo de 5 años, estaba cerca de la playa. Por algunos motivos tuve que volver inmediatamente a la ciudad y le dije a mi hijo si quería volver conmigo o quería quedarse, él dijo que quería quedarse, ¿pero vas a volver?, me preguntó. Claro, le dije, voy a volver a recogerte. Por alguna razón me atrasé, y llegue un poco tarde, casi de noche. La hermana que cuidó de él me dijo que estaba tranquilo. Algunos otros que volvieron querían llevarlo, y él decía: “Mi papá va a venir”. Certeza de algo que se espera. ¿Cuál es tu certeza? En otras palabras, ¿cuál es la esencia de lo que crees?, ¿Cuál es la idea clara?, ¿Cuál es el objetivo que vislumbras? Dios no bendice ideas vagas, Dios quiere que tengas claro aquello que esperas. Una joven que tenía cierta edad, me buscó y me dijo: “Pastor, quiero casarme y quiero que ore por mí”. Le dije: “Claro que oraré por ti”, y le pregunté con quien se quería casar, ella se sorprendió con mi pregunta, y me dijo: “Con lo que Dios mande”. Y entonces le dije que Dios respetaba sus deseos y le leí aquel texto de Proverbios 10:24 “… Pero a los justos les será dado lo que desean” Entonces, ¿Cuál es tu deseo en relación a tu futuro esposo? Ah, me dijo, “nunca me había puesto a pensar en eso. Bueno me gustaría que sea un hombre alto, de tez morena, que sea profesor, que le guste la música”. “¿Sólo eso?”, le pregunté. “Ah, ¿puede ser más?”. Claro, le dije. Entonces ella continuó: “Que sea temeroso de Dios- (recién se acordó de eso), pero todo bien-, que sea tranquilo, porque yo soy muy agitada”. “Muy bien”, respondí. Entonces vamos a orar por eso, así que anotamos en un papel las características del futuro esposo de ésta joven: alto, moreno, profesor, músico, temeroso de Dios y calmo. Los primeros días que oraba tenía que leer las características, pero después ya logré memorizar el pedido. Pasó casi un año y medio y volví a aquella ciudad para inaugurar una nueva iglesia, y en medio de la gente pude ver el rostro de esta señorita. Se la veía feliz. Cuando se pusieron de pie para entonar uno de los himnos, percibí que a su lado estaba un hombre alto. Y entonces me acordé de ella. Y dije para mí: ¿será que Dios respondió su oración? Al finalizar el culto, ella se fue acercando para saludarme, y la primera cosa que hice fue preguntar al joven, ¿tú eres profesor? “Sí”, dijo, ¿tú eres músico? “Sí”, pastor, y ¿eres calmo?, y se rieron. Ella entonces me dijo: “Nos casamos hace 4 meses, Dios respondió mi oración”. ¿Cuál es tu sueño?, ¿Cuál es tu súplica? Ah, quiero que Dios me bendiga, ¿bendiga qué? Ah, que bendiga a mi familia pero, ¿qué específicamente?, a mis hijos. Pero, ¿qué quieres que Dios bendiga en relación a tus hijos? A mi hijo menor que está enamorando”. Entonces, allí la idea está clara. Necesitamos tener una idea clara para presentar a Dios, y si no la tenemos Dios puede aclarar esas ideas. En segundo lugar la palabra CONVICCIÓN. La palabra convicción en la Biblia viene del griego Alexos, que significa: tener un deseo ardiente, brillo en los ojos y pasión en el corazón. ¿Sabes quién coloca esa convicción en el corazón? Quien coloca esa pasión en el corazón es Dios. Malaquías 4:6 dice que: “Él hará volver el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres, no sea que yo venga y hiera la tierra con maldición”. Dios tiene poder para devolver el amor entre los miembros de la familia. La fe no funciona sin amor. Así, cuando oras por tu esposo, tiene que haber amor por él. El amor se puede desgastar con el tiempo, pero Dios lo puede alimentar. El amor es una condición para que la fe produzca sus frutos. Y terminaré con la palabra Certeza, que dejé al final de propósito. Certeza también significa: garantía, título de propiedad. Por la fe tener la garantía que todo saldrá bien. Quien garantiza que tu sueño será bendecido, sólo es Dios. Por eso no es suficiente tener un sueño, tener amor. Es importante solicitar la garantía de Dios y eso sólo se logra con oración. Por eso la famosa escritora Elena de White dijo un día que tenía miedo de quedarse en un hogar donde no se orase, donde no se invitase a Dios. Necesitamos clamar por las promesas de Dios. Salmos 37: 4 “Deléitate asimismo en Jehová. Y él te concederá las peticiones de tu corazón” En cierta ocasión estaba predicando en una iglesia, un miércoles de noche, y noté que todo el tiempo del sermón había una señora que lloraba en el culto. Al terminar le pregunté por qué estaba llorando. Ella me dijo: “Como podría no estar llorando si mi hijo, mi único hijo está en las drogas. Pastor, ayúdeme, quiero ver a mi hijo fuera de ese mundo y cerca de Dios”. Aquella noche, después del culto, pedí que uno de los ancianos me acompañara y juntamente con aquella madre nos arrodillamos a clamar a Dios. Después de orar por largo tiempo, nos levantamos de nuestras rodillas y despedimos a aquella mujer que secó sus lágrimas, y con una sonrisa nos agradeció. Después de 3 meses la encontré en la calle y me reconoció y me dijo: “Pastor, ¿se acuerda de mí?”, y la verdad es que no me acordaba. Le pregunté donde la había visto. Ella me dijo que en la iglesia, yo era aquella hermana que estaba llorando durante el culto y ustedes hicieron una oración, “Oh, claro, ¿cómo está?, ¿Cómo está su hijo?”, ella no demoró en responder, dijo: “Todo bien, todo bajo control”. Que bueno le dije, ¿su hijo está mejor?, y ella respondió: “Con la ayuda de Dios sí”. “Ah que bueno, entonces, ¿el dejó las drogas?, “No, él continua”. ¿Cómo?, entonces no está todo bien, no entendí. Entonces ella dijo: “Aquella noche que oramos, Dios me dijo vete en paz, yo cuidaré a tu hijo, es esa mi certeza. Aquella noche Dios me dio la garantía de la cura. Desde entonces no lloro más, porque sé que Dios está tomando control de mi hijo”. Cuando me dijo eso, me avergoncé de mi falta de fe. Seis meses después una mañana me llamaron a la oficina y una mujer del otro lado de la línea dijo: “Pastor me gustaría tanto que usted bautice a mi hijo. Él y dos amigos más decidieron bautizarse esta semana”. Yo sabía que Dios cumpliría su promesa, porque tenía la garantía de su Palabra. Eso es fe, la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se puede ver. Sin duda alguna tenemos muchas cosas que superar en la vida, cambios necesarios que hacer y metas que lograr. La seguridad para alcanzar lo imposible está en Dios. • ¿Que cosas no hemos podido cambiar? ¿Qué hábitos inapropiados no hemos podido abandonar? ¿Qué cambios necesitamos como familia? • Todos los obstáculos se vencen con fe. • Hoy puedes creer que en Cristo todo es posible vencer. Conclusión: Hebreos 11:32-34 32. ¿Y qué más digo? Porque el tiempo me faltaría hablando de Gedeón, de Barac, de Sansón, de Jefté, de David; así como de Samuel y de los profetas; 33. que por fe conquistaron reinos, hicieron justicia, alcanzaron promesas, taparon bocas de leones, 34. apagaron fuegos impetuosos, evitaron filo de espada, sacaron fuerzas de debilidad, se hicieron fuertes en batallas, pusieron en fuga ejércitos extranjeros. Por fe, los jóvenes viven en pureza Por fe, los esposos se aman y respetan Por fe, los hijos son protegidos del mal. Por fe, las familias imperfectas llegan a ser perfectas. Por fe, el corazón de los hijos se vuelve para Dios. Por fe. LLAMADO Y ORACIÓN FINAL