Download Las abejas como polinizadores de cultivo
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La polinización Es la transferencia de polen de las anteras de una flor al estigma de la misma o de otra flor. La fertilización es la unión de los gametos masculino y femenino que ocurre después de la polinización, la cual está condicionada por las lluvias, temperaturas y el viento. Desde hace millones de años entonces las flores usaron sus formas, sus colores, sus fragancias y también su oferta de polen y néctar para captar, cada vez con mayor eficacia, la atención de ciertos insectos. Estos obtenían su ración de alimento y se impregnaban de los granos de polen de la flor visitada y, de forma involuntaria, lo iban depositando en otra flor, bien de la misma planta o de otra de la misma especie. Los insectos, con sus movimientos, aumentaban la probabilidad de que los granos de polen alcanzaran el estigma de la flor y provocaran su fecundación, necesaria para producir las semillas. Las plantas con flores que se especializaron en este tipo de fecundación, coevolucionaron con los insectos polinizadores en una forma de relación mutualista. Los insectos desarrollaron mecanismos más eficaces para recoger el néctar y el polen, mientras que al mismo tiempo mejoraba la producción de semillas y la difusión de las plantas que polinizaban. Las plantas Hacen surgir de sus flores determinadas fragancias para atraer a determinados insectos. Han modelado la forma de las flores para facilitar el acceso de los insectos a los nectarios. También los colores, sobre todo en los pétalos, son centro de atracción y, a veces, ofrecen señales para que los insectos localicen rápidamente los nectarios. Hay casos sorprendentes donde la flor imita la forma del insecto, o donde imita el olor de las feromonas de su polinizador específico. Las relaciones entre los insectos y las plantas que polinizan han alcanzado, en ciertos casos, una dependencia extrema: Si desaparece el insecto, la planta no es polinizada, no produce semillas y también desaparece. Se han generado también estrategias para favorecer la polinización cruzada. El hecho de que el polen de una flor de una planta, polinize la flor de otra planta diferente, aumenta la diversidad genética de la especie y es vital para su supervivencia. La polinización cruzada produce semillas más vigorosas y frutos de mejor calidad. Los agentes polinizadores son muy variados, destacando en orden de importancia: Viento, insectos, aves, agua y murciélagos. Sin embargo, desde el punto de vista agrícola, los insectos sociales tienen gran importancia en la polinización. Dentro de la polinización entomófila, la abeja es el insecto más eficiente y manejable, debido a que es el principal transportador de polen. Las abejas contribuyen con más del 90% de la polinización cruzada. Por otra parte, la polinización hidrófila (por el agua) ocurre en pequeña escala y la anemófila (por el viento) ocurre cuando el polen deja libre sustancias adherentes que le permiten cruzarse con otras flores. Debido a que hay granos de polen pesados y unidos a secreciones viscosas que impiden que el viento los arrastre, son requeridos medios de transporte más eficientes como son los insectos. Sólo los insectos relacionados con las flores o antófilos pueden ejercer la función polinizadora. Podemos encontrar miembros dentro de los grupos de los Coleópteros, Lepidópteros, Dípteros y Himenópteros. Aunque puede haber más insectos que visiten accidentalmente las flores, sólo los que pertenecen a los grupos mencionados pueden ser denominados polinizadores, ya que su biología les impone una especial eficacia en el cumplimiento de esta función. Los Himenópteros: Agrupan a las abejas y avispas Son los que mejor aprovechan los recursos ofertados por las flores: 1. 2. El polen como fuente básica de principios inmediatos El néctar como combustible metabólico. Su especialización y en general su comportamiento al manipular las flores, los convierte en polinizadores muy eficaces. 1. 2. Tienen dos cualidades primordiales para conseguir el éxito en esta función: Visitan muchas flores por unidad de tiempo Muestran una gran fidelidad a la especie de planta a la que se dirigen en cada vuelo. Dentro de los himenópteros, hay casos de adaptación extrema a la planta que visitan de forma exclusiva y que optimiza su polinización, hasta el punto de convertirse en una relación simbiótica. Las colonias de la abeja melífera se encuentran, en la actualidad, casi exclusivamente en las colmenas que mantienen los apicultores, por lo tanto, la abundancia de este importante polinizador va ligada a la cabaña apícola existente en cada zona. Los insectos polinizadores han ejercido siempre su labor sin distinguir entre la flora natural o los cultivos introducidos por el hombre, han prodigado su función benefactora en ambos casos. Pero la situación parece haber cambiado tanto por los problemas crónicos de producción de determinados cultivos, como la presión humana, bien en forma de destrucción de hábitats o con la aplicación de insecticidas de uso agrícola, han provocado durante las últimas décadas la desaparición de muchos de estos polinizadores. En ciertos casos, el déficit es tan grave, que la función de polinizar es casi exclusivamente asumida por las abejas melíferas u otros himenópteros introducidos por el hombre. El impacto de los productos fitosanitarios sobre los polinizadores se ha abordado siempre de forma indirecta. Es una excepción el caso de las abejas melíferas, sobre las que sí que se ha experimentado y que, además, han sido víctimas de graves intoxicaciones y mortalidad de gran número de colonias durante las últimas décadas. La experimentación con las abejas de miel ha servido para hacer una clasificación de los plaguicidas según su toxicidad sobre éstas. Las poblaciones de polinizadores autóctonos, abejas solitarias, moscas de las flores, mariposas y otros, a los que no se dedica especial atención, han sido muy afectadas también en las zonas de agricultura intensiva durante las últimas décadas. Las incesantes transformaciones de terrenos forestales en agrícolas y la urbanización intensiva, provocan la destrucción continua de los hábitats naturales de los polinizadores. Por otra parte, si se reducen las zonas con flora autóctona, también lo hacen las fuentes de polen y néctar, que son las base de la dieta de la mayoría de los polinizadores. Factores coyunturales. Los incendios La sequía prolongada La pérdida de suelo a causa de las lluvias torrenciales Actualmente las colonias de abejas tendrían muy difícil su supervivencia si no fuera por la práctica de la apicultura. La falta de lugares adecuados para instalar sus colonias La pérdida de flora silvestre, La contaminación ambiental Los efectos devastadores de ciertas patologías apícolas introducidas por el hombre Cabe mencionar la caída de los precios de la miel a causa de la globalización del comercio de este producto, con las importaciones masivas de miel de diversos países. Los apicultores, sin embargo, sí que han visto aumentados sus gastos de explotación y esto ha provocado una pérdida continua de renta desde principios de los años ochenta. Coincidiendo con estos acontecimientos, aparecieron graves problemas sanitarios que han provocado pérdidas de colonias, bajada de la productividad y necesidad de incrementar las inversiones. Ascosferiosis, una micosis de las crías de las abejas Varroosis, una parasitosis causada por un ácaro que se alimenta de la hemolinfa de las crías y de las abejas adultas se ha descrito como la más grave para la apicultura a nivel mundial. Aunque se reconoce que las abejas son insectos útiles para el hombre, no hay medidas legislativas para proteger a las colmenas y promover el uso de las abejas como polinizadores Desde hace sólo unas décadas las poblaciones de estos insectos han bajado de forma alarmante y cada vez son más los que han recordado la reflexión hecha por Albert Einstein sobre la importancia de su labor y que venía a decir que si no existieran los polinizadores, la vida sobre la Tierra estaría gravemente amenazada. Desde hace algunos años se han publicado diversos trabajos que intentan cuantificar la valiosa actividad de los polinizadores Se ha constatado, en general: Un grave déficit de polinizadores en los ambientes agrícolas. Falta de información sobre la diversidad y abundancia relativa de cada grupo de insectos Otro aspecto que tendrá que recibir más atención ,es determinar la repercusión precisa de los polinizadores en cada cultivo y evaluar las poblaciones mínimas que garantizan la producción de semillas y el buen cuajado de los frutos. Los polinizadores y el medio ambiente. Si las poblaciones de polinizadores disminuyen por cualquier causa, también lo harán muchas plantas, frutos y semillas que son consumidas por otros insectos, aves, mamíferos u otros animales. El resultado posible es una reacción en cadena que disminuye la biodiversidad y provoca un decaimiento general del ecosistema Los polinizadores y la producción de forraje. Ciertas plantas, como la alfalfa o el algarrobo, son fuente de forraje para los animales domésticos. La intervención de los insectos aumenta la producción y genera semillas para la replantación Los polinizadores y la producción de semillas. Hay casos en los que el interés final es la producción de semillas para poder perpetuar el cultivo. Hay ejemplos donde los insectos no son relevantes para la producción normal pero, sí para fomentar la aparición de semillas, como en ciertos cultivos hortícolas, plantas medicinales, ornamentales o en la producción de flor cortada. Los polinizadores y la producción agraria. Una gran parte de la Producción Final Agraria depende de la presencia de insectos polinizadores. Excepto las plantas claramente anemófilas como las gramíneas, el resto muestran cierta dependencia de estos insectos, en un grado variable según las características de cada planta en cuestión. El valor económico inducido por la polinización de los cultivos y el inestimable beneficio generado en la vegetación silvestre, aconsejan extremar la protección de los insectos polinizadores.