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CATEQUESIS DEL PAPA FRANCISCO “miserando atque eligendo”, lo miró con misericordia y lo eligió 31 de julio ΙΗΣΟΥΣ IHΣ griego : Ιησούς Iesus Hominum Salvator I Have Suffered (yo he sufrido Jesus Heiland Seligmacher (Jesús Bendito Salvador). Esta Eucaristía en que celebramos a nuestro Padre Ignacio de Loyola, a la luz de las Lecturas que hemos escuchado, quisiera proponer tres pensamientos sencillos, guiados por tres expresiones: 1.- Poner en el centro a Cristo y a la Iglesia; 2.- Dejarse conquistar por Él para servir; 3.-Sentir vergüenza de nuestros límites y pecados, para ser humildes ante Él y ante los hermanos. 1.- Poner en el centro a Cristo y a la Iglesia .El escudo de nosotros los Jesuitas es un monograma, el acrónimo de "Iesus Hominum Salvator" (IHS). Cada uno de ustedes me puede decir: ¡lo sabemos muy bien! Pero este escudo nos recuerda continuamente una realidad que no debemos olvidar nunca: la centralidad de Cristo para cada uno de nosotros y para toda la Compañía, que San Ignacio quiso llamar precisamente "de Jesús", para indicar su punto de referencia. "Cristo siempre mayor", al "Deus semper maior", al "intimior intimo meo", que nos saca de nosotros mismos continuamente, nos lleva a una cierta kenosis, a "salir del propio amor, voluntad e interés" (EE, 189). No es una pregunta descontada para nosotros, para todos nosotros: ¿Cristo es el centro de mi vida? ¿Pongo realmente a Cristo en el centro de mi vida? Porque siempre existe la tentación de pensar que somos nosotros el centro. "porque Él es tu vida" (cf. Dt 30, 16, 20). ¡Cristo es nuestra vida! A la centralidad de Cristo le corresponde también la centralidad de la Iglesia: son dos fuegos que no se pueden separar: yo no puedo seguir a Cristo sino en la Iglesia y con la Iglesia. la Esposa de Cristo, nuestro Señor, que es nuestra Santa Madre Iglesia Jerárquica (cf. EE, 353). No puede haber caminos paralelos o aislados. Sí, caminos de búsqueda, sí, caminos creativos, sí, esto es importante: ir a las periferias, las tantas periferias. Para ello se requiere creatividad, pero siempre en la comunidad, en la Iglesia, con esta pertenencia que nos da coraje para seguir adelante. Servir a Cristo es amar a esta Iglesia concreta, y servirla con generosidad y espíritu de obediencia. 2.- Dejarse conquistar por Él para servir; Me esfuerzo en correr hacia la perfección de Cristo, porque “yo también he sido conquistado por Cristo Jesús" (Fil. 3,12). Para Pablo, sucedió en el camino a Damasco, para Ignacio, en su casa de Loyola, pero el punto fundamental es común: dejarse conquistar por Cristo.Yo busco a Jesús, yo sirvo a Jesús porque Él me buscó antes, porque he sido conquistado por Él; y éste es el corazón de nuestra experiencia. Pero Él es el primero, siempre. En español hay una palabra que es muy gráfica, que lo explica bien: Él nos "primerea", "Él nos primerea." Es el primero siempre. Cuando nosotros llegamos, Él ya llegó y nos está esperando. "El que quiere venir conmigo debe trabajar conmigo, para que siguiéndome en el sufrimiento, me siga en la gloria" (EE, 95) Ser conquistados por Cristo para ofrecer a este Rey toda nuestra persona y de toda nuestra fatiga; (cf. EE, 96), decirle al Señor que se quiere hacer todo para su mayor servicio y alabanza, imitarlo también en soportar los insultos, el desprecio, la pobreza (cf. EE, 98). Y pienso en nuestro hermano en Siria en este momento. Dejarse conquistar por Cristo significa estar siempre tendido hacia lo que está ante mí, hacia la meta de Cristo (cf. Flp 3,14), y preguntarse con verdad y sinceridad: ¿Qué he hecho por Cristo? ¿Qué estoy haciendo por Cristo? ¿Qué debo hacer por Cristo? (Cf. EE, 53). 3.-Sentir vergüenza de nuestros límites y pecados, para ser humildes ante Él y ante los hermanos. En el Evangelio, Jesús nos dice: "El que quiera salvar su vida la perderá, pero quien pierda su vida por mi causa la salvará ... Si alguien se avergüenza de mí ..." (Lc 9, 23).Y así sucesivamente. La vergüenza del jesuita. La invitación que hace Jesús es la de no avergonzarse nunca de él, sino seguirlo siempre con total dedicación, confiando en el Él y encomendándose a Él. Pero al mirar a Jesús, como San Ignacio nos enseña en la Primera Semana, sobre todo mirando a Cristo crucificado, sentimos ese sentimiento tan humano y tan noble que es la vergüenza de no estar a la altura; Miramos la sabiduría de Cristo y nuestra ignorancia, su omnipotencia y nuestra debilidad, su justicia y nuestras iniquidades, su bondad y nuestra maldad (cf. EE, 59). Pedir la gracia de la vergüenza, la vergüenza que viene del constante coloquio de misericordia con Él La vergüenza que nos hace que nos pongamos colorados ante Jesucristo; la vergüenza que nos pone en sintonía con el corazón de Cristo, que se hizo pecado por mí; la vergüenza que pone en armonía nuestro corazón en lágrimas y nos acompaña en el seguimiento cotidiano de "mi Señor".Y esto nos lleva siempre, como individuos y como Compañía, a la humildad, a vivir esta gran virtud. Humildad que nos hace conscientes cada día de que no somos nosotros los que construimos el Reino de Dios, sino que es siempre la gracia del Señor, la que obra en nosotros; Humildad que nos impulsa a poner todo de nosotros mismos, no al servicio nuestro o de nuestras ideas, sino al servicio de Cristo y de la Iglesia, como vasijas de barro, frágiles, inadecuados, insuficientes, pero donde hay un inmenso tesoro que llevamos y comunicamos (2 Corintios 4, 7). Nuestra Señora, que Ella que llevó a Cristo en su seno y que ha acompañado los primeros pasos de la Iglesia, nos ayude a poner en el centro de nuestras vidas y de nuestro ministerio a Cristo y a su Iglesia; Ella, que fue la primera y más perfecta discípula de su Hijo, nos ayude a dejarnos conquistar por Cristo, para seguirlo y servirlo en cada situación; Ella que respondió con la humildad más profunda al anuncio del Ángel: "He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra "(Lc 1,38), nos haga sentir vergüenza por nuestra incapacidad ante el tesoro que nos ha sido confiado, para vivir la humildad ante Dios. Acompañe nuestro camino la paternal intercesión de San Ignacio y de todos los Santos jesuitas, que siguen a enseñándonos cómo hacer todo, con humildad, para mayor gloria de Dios – ad maiorem Dei gloriam.» Pastoral de la comunicación social, Aparecida 484….500 Una pastoral de la comunicación social 08082013 “Con alegría y esperanza observo el gran servicio que los diversos medios de comunicación social ofrecen a las personas de nuestro tiempo para enriquecer la comunicación entre ellas, el intercambio de conocimientos y de experiencias”. “La revolución tecnológica y los procesos de globalización conforman el mundo actual como una gran cultura mediática. Esto implica una capacidad para reconocer los nuevos lenguajes, que pueden ayudar a una mayor humanización global. Estos nuevos lenguajes configuran un elemento articulador de los cambios de la sociedad” (A 484). Aparecida invita a hacer consciente esta realidad cultural mediática o mediatizada, a observar y elaborar una comprensión de esos nuevos lenguajes que influyen con mucha fuerza en el modo de pensar, de sentir, de relacionarse y de tomar decisiones de muchas personas. Convoca a los bautizados a asumir el desafío de crecer en una vida más digna y plena guiados por los valores del Evangelio con el uso de los nuevos medios de comunicación, según las propias posibilidades. “En nuestro siglo tan influenciado por los medios de comunicación social, el primer anuncio, la catequesis o el ulterior ahondamiento de la fe, no pueden prescindir de esos medios. ‘Puestos al servicio del Evangelio, ellos ofrecen la posibilidad de extender casi sin límites el campo de audición de la Palabra de Dios, haciendo llegar la Buena Nueva a millones de personas. La Iglesia se sentiría culpable ante Dios si no empleara esos poderosos medios, que la inteligencia humana perfecciona cada vez más. Con ellos la Iglesia proclama desde las azoteas(cf. Mt 10,27; Lc 12,3) el mensaje del que es depositaria. En ellos encuentra una versión moderna y eficaz del púlpito. Gracias a ellos puede hablar a las multitudes´” (A 485; EN 45). “Yo diría, una radio, una radio católica hoy, es el púlpito más cercano que tenemos. Es donde podemos anunciar los valores humanos, los valores religiosos y sobre todo anunciar a Jesucristo, al Señor, darle al Señor esa gracia de darle sitio en nuestras cosas… Que todos trabajemos por esa palabra que hoy día no gusta: solidaridad. Es una palabra que tratan de dejarla de lado siempre porque es molesta y que, sin embargo, es una palabra que refleja los valores humanos y cristianos que hoy se nos piden para ir contra de la cultura del descarte. Una cultura que deja siempre afuera a la gente. Deja afuera a los niños, deja afuera a los jóvenes, deja afuera a los ancianos, deja afuera a los que no sirven, a los que no producen.Y eso no puede ser. La solidaridad pone a todos adentro. Seguir trabajando por esta cultura de la solidaridad y por el Evangelio”. ANGELUS “¿Cuál es la realidad que atrae mi corazón como un imán?” 11082013 “El cristiano es uno que lleva dentro de sí un deseo muy grande y profundo: aquel de encontrarse con el Señor junto a sus hermanos, a sus compañeros de camino.Y todo esto se resume en un famoso dicho de Jesús: ‘Donde está tu tesoro, allí estará también tu corazón’ (Lc.12,34).” , “es el amor de Dios el que da sentido a los pequeños empeños cotidianos y el que también ayuda a afrontar las grandes pruebas”. Éste es el verdadero tesoro del hombre “nos hace estar siempre preparados, con espíritu despierto, porque esperamos este encuentro con todo el corazón, con todo nuestro ser.” ANGELUS11082013 «Donde está tu tesoro, allí estará también tu corazón» (Lc 12,34). Yo les haría dos preguntas, la primera: ¿Todos ustedes tienen un corazón deseoso? Piensen y respondan en silencio en el corazón: ¿Tú tienes un corazón que desea o tienes un corazón cerrado, un corazón dormido, un corazón anestesiado por las cosas de la vida? El deseo, ir adelante al encuentro con Jesús. La segunda pregunta:¿Dónde está tu tesoro, aquello que tú deseas, porque Jesús nos ha dicho: “donde está tu tesoro, allí estará tu corazón”? yo pregunto: ¿Dónde está tu tesoro? ¿Cuál es para ti la realidad más importante, más preciosa, la realidad que atrae mi corazón como un imán?, ¿Qué atrae tu corazón? ¿Puedo decir que es el amor de Dios?, ¿Que es el deseo de hacer el bien a los otros, de vivir para el Señor y para nuestros hermanos?, ¿Puedo decir esto? Cada uno responde en su corazón. Alguno me responderá: Padre, pero yo soy uno que trabaja, que tiene familia, para mí la realidad más importante es sacar adelante a mi familia, el trabajo… ¿Cuál es la fuerza que tiene unida a la familia? Es justamente el amor.Y quien siembra el amor en nuestro corazón es Dios. El amor de Dios es el que da sentido a los pequeños compromisos cotidianos y también ayuda a afrontar las grandes pruebas. Este es el verdadero tesoro del hombre. Ir adelante en la vida con amor, con aquel amor que el Señor ha sembrado en el corazón. Pero el amor de Dios ¿Qué es? No es algo vago, un sentimiento genérico; el amor de Dios tiene un nombre y un rostro: Jesucristo. ¡Jesús! El amor de Dios se manifiesta en Jesús porque nosotros no podemos amar el aire, el todo. No se puede. Amamos personas.Y la persona a la que amamos es Jesús, el don del Padre entre nosotros. Es un amor que da valor y belleza a todo el resto. Es un amor que da fuerza a la familia, al trabajo, al estudio, a la amistad, al arte, a toda actividad humana.Y también da sentido a las experiencias negativas, porque nos permite ir más allá de estas experiencias, más allá, de no quedar prisioneros del mal, sino que nos hace pasar más allá, nos abre siempre a la esperanza. El camino de María hacia el Cielo comenzó con aquel “sí” pronunciado en Nazaret, en respuesta al Mensajero celestial que le anunciaba la voluntad de Dios para Ella.Y, en realidad, es precisamente así: cada “sí” a Dios es un paso hacia el Cielo, hacia la vida eterna. ANGELUS15082013 “Porque esto es lo que el Señor quiere: ¡que todos sus hijos tengamos la vida en abundancia! ¡Dios nos quiere a todos con él en su casa!”, Llegan lamentablemente noticias dolorosas de Egipto. Deseo asegurar mi oración por todas las víctimas y sus familiares. Por los heridos y por cuantos sufren. Oremos juntos por la paz, el diálogo, la reconciliación en esa querida tierra y en el mundo entero. María Reina de la paz ruega por nosotros. Digamos todos María Reina de la paz ruega por nosotros. El Sucesor de Pedro recordó especialmente el 25° aniversario de la Carta Apostólica: Mulieris Dignitatem, del beato Juan Pablo II, sobre la dignidad y la vocación de la mujer. “Este documento es rico de ideas que merecen ser retomadas y desarrolladas… para que todas las mujeres se encuentren a sí mismas y la plenitud de su vocación”. Hagamos nuestra la oración puesta al final de esta Carta Apostólica (Cfr. n. 31): a fin de que, meditando el misterio bíblico de la mujer, condensado en María, En toda la Iglesia se profundice y entienda cada vez más el tan gran e importante papel de la mujer. ANGELUS18082013 DEBEMOS DE TENER LA MIRADA FIJA EN JESUS , ORIGEN DE NUESTRA FE PIENSAN QUE HE VENIDO A TRAER LA PAZ A LA TIERRA; NO, SINO LA DIVISIÒN, LA GUERRA. VIVIR PARA SI MISMO ? ……..O PARA DIOS Y LOS DEMAS FE Y VIOLENCIA SON INCOMPATIBLES POR ESO CRISTO ES SIGNO DE CONTRADICCIÒN …….SIGNIFICA SEGUIR A CRISTO ES RENUNCIAR AL MAL Y AL EGOISMO ……A PRECIO DEL SACRIFICIO. LA FUERZA DEL CRISTIANO ES LA FUERZA DE LA VERDAD Y DEL AMOR, POR ESO FE Y FORTALEZA VAN JUNTAS LA FUERZA DE LA MANSEDUMBRE ES LA FUERZA DEL AMOR ANGELUS 25082013 “Señor, ¿son pocos los que se salvan?” Lc (13, 23). “Luchen por entrar por la puerta estrecha, porque, les digo, muchos pretenderán entrar y no podrán”. (v. 24). ¿Qué quiere decir Jesús? ¿Cuál es la puerta por la que debemos entrar? ¿Y por qué Jesús habla de una puerta estrecha? La imagen de la puerta vuelve varias veces en el Evangelio y se remonta a la de la casa, a la del hogar doméstico, donde encontramos seguridad, amor y calor. Jesús nos dice que hay una puerta que nos hace entrar en la familia de Dios, en el calor de la casa de Dios, de la comunión con Él. Y esa puerta es el mismo Jesús (Cfr. Jn 10, 9). Él es la puerta. Él es el pasaje para la salvación. Él nos conduce al Padre.Y la puerta que es Jesús jamás está cerrada, esta puerta jamás está cerrada. Está abierta siempre y a todos sin distinción, sin exclusiones, sin privilegios. Jesús en el Evangelio nos dice que el ser cristianos no es tener una “etiqueta”. Y yo les pregunto a ustedes: ¿Ustedes son cristianos de etiqueta o de verdad? Eh esa se responde dentro. No cristianos, jamás cristianos de etiqueta, cristianos de verdad, de corazón. Ser cristianos es vivir y testimoniar la fe en la oración, en las obras de caridad, en promover la justicia, en realizar el bien. Por la puerta estrecha que es Cristo debe pasar toda nuestra vida. A la Virgen María, Puerta del Cielo, le pedimos que nos ayude a pasar la puerta de la fe. Tolle, lege El Papa Francisco dejó este mensaje a los agustinos inaugurando ayer por la tarde, con una misa en la basílica de San Agustín, en el centro de Roma, el 184 Capítulo General de la Orden (De los cinco continentes). 29082013 “Nos has hecho para ti e inquieto es nuestro corazón, hasta que no repose en ti” (Las Confesiones, I,1,1). Con estas palabras, vueltas célebres san Agustín se dirige a Dios en las Confesiones, y en estas palabras esta la síntesis de toda su vida. ‘Inquietud’. Esta palabra me impacta y me hace reflexionar. Quisiera partir de una pregunta: ¿qué inquietud fundamental vive Agustín en su vida? O quizás debería decir: ¿cuáles inquietudes nos invita a suscitar y a mantener vivas en nuestra vida este gran hombre y santo? Propongo tres: La inquietud de la búsqueda espiritual, La inquietud del encuentro con Dios y La inquietud del amor. “Toma y lee; toma y lee”( Tolle, lege ) (Confesiones, Capítulo 8) San Pablo(cap 3,13-14) 1.- La inquietud de la búsqueda espiritual "Yo les diría a los que se sienten indiferentes ante Dios, ante la fe, a los que están alejados de Dios o lo han abandonado, también a nosotros, con nuestras" distancias "y nuestros" abandonos" a Dios, tal vez pequeños, pero son muchos en la vida cotidiana: mira profundamente en tu corazón, mira en lo profundo de ti mismo, y pregúntate: ¿tienes un corazón que desea algo grande o tienes un corazón dormido por las cosas?”. 2.- La inquietud del encuentro con Dios, "Incluso tras el descubrimiento y el encuentro con Dios, Agustín no se detiene, no se acomoda, no se cierra en sí mismo como alguien que ya ha llegado, sino que prosigue el camino, su viaje. La inquietud de la búsqueda de la verdad, de la búsqueda de Dios, se convierte en el afán de conocerlo cada vez más y de salir de sí mismo para darlo a conocer a los demás. Ésta es "la inquietud del amor". “Toma y lee; toma y lee”( Tolle, lege) "Y Agustín se deja inquietar por Dios, no se cansa de anunciarlo, de evangelizar con valentía, sin miedo, trata de ser la imagen de Jesús el Buen Pastor que conoce a sus ovejas (cf. Jn 10,14), de hecho, como me gusta repetirlo, "él siente el olor de su rebaño" y sale a buscar a las ovejas que se han perdido. Agustín vivió lo que San Pablo le dice a Timoteo y a cada uno de nosotros: predica la palabra, insiste en el momento oportuno y cuando no es oportuno, proclama el Evangelio con el corazón magnánimo, grande (cf. 2 Tim 4:02) de un pastor que está inquieto por sus ovejas. El tesoro de Agustín es precisamente esta actitud: la de salir siempre hacia Dios, la de salir siempre hacia el rebaño...él es un hombre en tensión entre estas dos salidas... no "privatiza" el amor...está siempre en camino! (....) Siempre inquieto! Y esta Es la paz de inquietud". “Toma y lee; toma y lee”( Tolle, lege) La inquietud del amor. ¡Cuántas lágrimas ha derramado aquella santa mujer por la conversión del hijo! Y también hoy ¡cuantas mamas derraman lagrimas porque los propios regresen a Cristo! ¡No pierdan la esperanza en la gracia de Dios! En las Confesiones leemos esta frase que un obispo dice a santa Mónica, la cual pedía ayudar a su hijo a reencontrar el camino de la fe: ‘No es posible que un hijo de tantas lágrimas perezca’ (III,12,21). El mismo Agustín, luego de la conversión, dirigiéndose a Dios, escribe: ‘por amor mío lloraba ante ti mi madre, toda fiel derramando más lágrimas de cuantas hayan jamás derramado las madres por la muerte física de sus hijos’ (ibid., III,11,19). “Toma y lee; toma y lee”( Tolle, lege) ¡Mujer inquieta, esta mujer! Que al final dice aquella hermosa palabra: ¡cumulatius hoc mihi Deus praestitit! (Mi Dios me ha recompensado ampliamente). Aquello por lo cual ella lloraba, ¡Dios se lo había dado abundantemente! Y Agustín es heredero de Mónica, de ella recibe la semilla de la inquietud. He aquí, entonces, la inquietud del amor: buscar siempre, sin descanso, el bien del otro, de la persona amada, con aquella intensidad que lleva también a las lágrimas. ¿Cómo somos con la inquietud del amor? ¿Creemos en el amor a Dios y a los demás o somos nominalistas en esto? No de forma abstracta, no sólo las palabras, sino el hermano concreto que encontramos, ¡el hermano que está a nuestro lado! “Toma y lee; toma y lee”( Tolle, lege) ¿Nos dejamos inquietar por sus necesidades o permanecemos cerrados en nosotros mismos, en nuestras comunidades, que muchas veces son para nosotros ‘comunidad-comodidad’? A veces se puede vivir en un apartamento sin conocer quien vive al lado; o también se puede estar en comunidad, sin conocer verdaderamente al propio hermano: Pienso con dolor a los consagrados que no son fecundos, que son ‘solterones’. La inquietud del amor empuja siempre a ir al encuentro del otro, sin esperar que sea el otro quien manifieste su necesidad. La inquietud del amor nos regala el don de la fecundidad pastoral, y debemos preguntarnos – cada uno de nosotros – ¿cómo va mi fecundidad espiritual, mi fecundidad pastoral? Discurso del Papa a los jóvenes de la diócesis italiana de Piacenza-Bobbio Ir hacia el futuro con los tres deseos que tienen en su corazón: la belleza, la bondad y la Verdad, El Papa a los jóvenes de la diócesis italiana de Piacenza-Bobbio 28082013 Gracias de la visita, eh, comenzó diciendo el Papa a los jóvenes.Y les recordó: El obispo ha dicho que yo he hecho un gran gesto, al venir aquí. Pero... lo he hecho por egoísmo, ¿saber por qué? Porque me gusta estar con ustedes ¡eh! Y eso es un egoísmo… ¿Por qué me gusta estar con los jóvenes? Porque ustedes tienen en su corazón una promesa de esperanza. Ustedes son portadores de esperanza. Ustedes, es verdad, viven en el presente, pero ustedes están mirando hacia el futuro, ustedes son artífices del futuro, constructores del futuro. Es su alegría, es algo bello ir hacia el futuro, con las ilusiones, con tantas cosas bellas y también con su responsabilidad. Y añadió: “Convertirse en constructores del futuro. Cuando a mí me dicen: “Pero, Padre, qué feos tiempos éstos… ¡Mira, no se puede hacer nada!”. ¿Cómo no se puede hacer nada? Y explico que ¡se puede hacer tanto! Pero cuando un joven me dice: “¡Qué feos tiempos, éstos, Padre, no se pude hacer nada!”, lo mando del psiquiatra, ¡eh! ¡No se entiende! No se entiende a un joven, a un muchacho, a una muchacha que no quieran hacer una cosa grande, apostar por ideales grandes, grandes para el futuro, ¿no? Después harán lo que puedan, ¿no? Pero la apuesta es por las cosas grandes y bellas”. Entre otros conceptos el Papa les explicó que son artífices del futuro porque dentro de ellos tienen tres deseos: el deseo de la belleza; la música, el teatro, la pintura, las cosas de belleza, son buscadores de belleza. En segundo lugar son profetas de bondad. Les gusta la bondad. Ser buenos. Y tercero, tienen sed de Verdad: buscan la Verdad… Y añadió que si dicen que ellos tienen la verdad, se equivocan, porque a la Verdad no se la tiene, no la llevamos… se la encuentra. Es un encuentro, con la Verdad que es Dios, pero que es necesario buscarla. De ahí su invitación a llevar adelante estos tres deseos que tienen en su corazón. Ir adelante, hacia el futuro y hacer el futuro con la belleza, con la bondad y con la Verdad. Éste es el desafío. Su desafío, les dijo el Papa. Por eso les pidió que no sean holgazanes ni tristes, porque es algo feo en un joven. También les pidió que hagan ruido. Porque donde hay jóvenes debe haber rumor. Puesto que la ilusión de un joven es hacer rumor siempre. Y por favor, les dijo, vayan contracorriente y sean valerosos en esta civilización que nos está haciendo tanto mal con el alcohol y las drogas... Antes de darles su bendición apostólica, los invitó a rezar a la Virgen, que es la Madre de la belleza, la Madre de la bondad y la Madre de la Verdad, para pedirle la gracia del coraje: porque la Virgen era valerosa. ¡Tenía coraje, esta mujer!, exclamó el Papa. De ahí su invitación a pedirle a Ella que está en el Cielo, y que es nuestra Madre, que nos de la gracia del valor para ir hacia adelante y contracorriente.