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6.- LOS REYES CATÓLICOS: LA CONSTRUCCIÓN DEL ESTADO MODERNO 6.1. UNIÓN DINÁSTICA: INTEGRACIÓN DE LAS CORONAS DE CASTILLA Y ARAGÓN. A finales del siglo XIV hay una grave crisis política en Castilla: el rey Enrique IV se enfrenta a una rebelión de la nobleza que no reconoce a su heredera, Juana “la Beltraneja”, le acusa de tirano y lo destituye simbólicamente en la farsa de Ávila. Entonces, Enrique convierte a su hermana Isabel en su heredera, confiando en poder dirigirla (algo que también pensaba la nobleza rebelde). Pero Isabel toma un camino independiente y, en secreto, contrae matrimonio con el príncipe Fernando de Aragón lo que suponía el enfrentamiento con Enrique IV que vuelve a proclamar como heredera a Juana, contando con el apoyo de parte de la nobleza, de Portugal y Francia. Cuando Enrique IV murió en 1474, Isabel se autoproclamó reina de Castilla, con el respaldo muchos nobles, ciudades y del pueblo. La guerra civil o guerra de sucesión (1474-79) es también conflicto internacional, ya que Juana se había casado con Alfonso V de Portugal, aliado de Francia. El conflicto se decantó rápidamente del bando isabelino (victoria sobre los portugueses en Toro). El Tratado de Alcaçovas-Toledo (1479), reconoce, entre otros aspectos, a Isabel como reina. También en 1479, Fernando fue proclamado rey de Aragón Antes, en 1475, Isabel y Fernando habían llegado a un acuerdo, la Concordia de Segovia, por el que establecían el sistema de gobierno y el reparto de competencias de ambos en Castilla y Aragón. Se trata de una unión dinástica, por la que ambas Coronas solo tienen en común a los monarcas y al Tribunal de la Inquisición, manteniendo sus propias fronteras, leyes, instituciones y particularidades. Tampoco hubo integración económica, pero en la política exterior, que era dirigida por los monarcas, sí había una actuación conjunta. Sus sucesores recibirán esta herencia múltiple, heterogénea, y no un Estado unificado. La unión se presentaba desequilibrada: Castilla proporcionará más recursos, fuerzas militares, conquistas, una lengua predominante y un poder real mayor. 6.2. LA CONQUISTA DEL REINO NAZARÍ INCORPORACIÓN DEL REINO DE NAVARRA. Y LA Por lo que respecta a LA CONQUISTA DEL REINO NAZARÍ, desde 1236 el reino de Granada se mantenía independiente gracias a los tributos que pagaba a Castilla. Salvo algún episodio bélico, como la conquista del Estrecho, las fronteras casi no varían en 250 años. Con los RR.CC la monarquía recupera su poder político, y deciden concluir la Reconquista como una cruzada contra los infieles, ya que consideraban esencial la unidad de la fe en la P.I. Además, los reyes nazaríes se encuentran en una situación de debilidad: luchas entre las grandes familias. una población excesiva que dependía de las importaciones. La guerra de Granada (1481-1492) constituye la primera gran empresa común de la nueva monarquía, aunque hubo una participación desigual de castellanos y aragoneses. Los RR.CC. ganaron la guerra gracias a un ejército enorme (unos 65.000 hombres) y a innovaciones técnicas y tácticas (artillería, flota, hospitales de campaña, etc). La toma de Alhama inicia la guerra; en un principio es más bien de una guerra de guerrillas, hasta que en 1487 se decide la toma de ciudades: Málaga, Almería, Vera, etc. Entre 1489 y 1491, los RR.CC., desde Santa Fe, inician el asedio de Granada . La resistencia musulmana fue muy dura al ser un país muy montañoso, con recursos y muy poblado, pero en los últimos momentos estalla una guerra civil en Granada entre el sultán Mulay Hacen y su hijo Boabdil; éste último entrega la ciudad el 2 de enero de 1492, terminando con la presencia de reinos islámicos en la P.I. La capitulación garantizaba la libertad, los bienes y la conservación de la religión y las costumbres de los musulmanes. Aún así, 150.000 habitantes, la mitad de la población, optaron por abandonar el territorio. La conquista de Granada aseguró la posición de Isabel y Fernando frente a la nobleza, a la que consiguieron hacer participar de forma masiva en la guerra, fue clave para desarrollar el sistema fiscal y la capacidad militar castellana y, lo más importante, fue clave para la formación del estado castellano moderno. En el reino de Navarra, sus habitantes estaban divididos entre los partidarios de la monarquía francesa y los defensores de una aproximación a Castilla. Castilla y Francia llegaron a un acuerdo para mantener la independencia de Navarra. Pero en 1494 los castellanos comienzan a instalar guarniciones en el territorio navarro, y en 1512 Fernando lo ocupa militarmente y ordena su INCORPORACIÓN AL REINO DE CASTILLA, hecho que se formalizó en las Cortes de Burgos de 1515. Navarra siguió manteniendo sus instituciones y fueros. 6.3. LA INTEGRACIÓN DE APROXIMACIÓN A PORTUGAL. LAS CANARIAS Y LA La conquista de CANARIAS se sitúa en el contexto de la expansión atlántica de los Estados europeos en su afán por abrir rutas y vías de comunicación con las Indias, ofreciendo tanto una base de escala y avituallamiento para los barcos, como una serie de productos demandados en los mercados europeos como la orchilla y la barrilla de las que se lograban colorantes y, sobre todo, el azúcar. las Canarias. Por todo esto es por lo que las Canarias habían sido objeto de disputa entre Portugal y España, hasta que por el Tratado de Alcaçovas-Toledo, Portugal renuncia a ellas. El proceso de colonización y conquista es lento, ya que durará casi todo el siglo XV, y se realizará en dos fases: La fase inicial es la identificada como fase señorial: las islas que se conquistan (Lanzarote, Fuerteventura, La Gomera y El Hierro) van a serlo por parte de nobles europeos que se ponen al servicio de los monarcas de Castilla y emprenden la conquista como una empresa particular, obteniendo de ello derechos señoriales o feudales sobre las tierras y los pueblos conquistados, diezmados y esclavizados. Los colonizadores se comportarán de forma similar a los colonizadores de América. La segunda fase es la conquista realenga: los reyes de Castilla colocan a las islas conquistadas en esta época (Gran Canaria, La Palma y Tenerife), bajo su control político. Desde 1496, el gobierno de las islas Canarias se integró en la Corona de Castilla, siguiéndose la administración territorial castellana: un capitán general y dos adelantados. A los indígenas canarios se les imponía la soberanía castellana y el cristianismo. En lo que se refiere a las RELACIONES CON PORTUGAL, éstas se van a concretar en el Tratado de Alcaçovas-Toledo (1479), que significó el reconocimiento de Isabel como reina, pero en él también se pactó la boda de la hija mayor de los RR.CC., Isabel, con el heredero del trono portugués. La política matrimonial continuó entre ambos reinos y dio fruto en 1580 cuando Felipe II heredó el trono de Portugal. El Tratado también incluía el reparto de las zonas de explotación y navegación en el Atlántico: Portugal renunció a las Canarias, y los RR.CC. renunciaron a las Azores, a Madeira y a la costa africana al sur del cabo Bojador. El Tratado de Tordesillas (1494) marcará un nuevo hito entre los dos reinos. 6.4. LA ORGANIZACIÓN DEL ESTADO: INSTITUCIONES DE GOBIERNO. Los objetivos políticos de los RR.CC. son: primero, el fortalecimiento del poder real (frente al poder de la nobleza y el clero), y se muestra en el ejercicio personal del poder (rodeados de colaboradores leales y competentes, como Hernando de Talavera, y los cardenales Mendoza y Cisneros) no permitiendo desobediencia ni familiaridad alguna. La propaganda de cronistas y un amplio programa de construcciones benéficas (hospitales, conventos, etc), realzaban la imagen de la monarquía. Segundo, la modernización del Estado -básicamente en Castilla- incrementando los ingresos fiscales, y recuperando las mercedes concedidas a los nobles rebeldes y los bienes procedentes de las Órdenes Militares. Crearon la Contaduría Mayor de Hacienda (dedicada a la recaudación de impuestos) y la Contaduría General de Cuentas y Resultas (encargada del control de ingresos y gastos). Con este aumento de los ingresos fiscales, los RR.CC. pudieron organizar un ejército permanente y moderno, creándose los famosos tercios. La principal institución de gobierno era el Consejo Real, en la que priman los letrados (procedentes de la baja nobleza y de la burguesía) sobre los nobles, y que fue asumiendo más funciones, creando para ello consejos (de Aragón, de la Inquisición, etc) que darán lugar al sistema de gobierno por consejos propio de los Austrias. Los corregidores controlaban a alcaldes y regidores locales y recaudaban impuestos. Las Audiencias o Chancillerías fortalecieron la justicia real en todo el territorio en detrimento de la de la nobleza. La Santa Hermandad ejercía funciones de vigilancia y policía en el campo; proporcionó ingresos a la Corona por las contribuciones de las ciudades y fue clave para la restauración de la paz y el orden en el reino. Las Cortes tuvieron mucho peso al principio de su reinado, ya que proporcionaban dinero y el apoyo de las ciudades, pero después dejaron de convocarlas salvo para ocasiones protocolarias o de necesidad financiera. En la Corona de Aragón, los privilegios estamentales y la diversidad de instituciones y leyes, limitaban la autoridad de la Corona. Además, tras las guerras, epidemias y crisis de los siglos XIV y XV, apenas proporcionaba ingresos fiscales. Se instituyó el cargo de virrey, que ejercía los poderes reales en cada uno de sus territorios. En Aragón había una Audiencia para cada uno de los reinos, pero los señores conservaban gran parte de sus atribuciones judiciales. No hubo una legislación común para todos los reinos. Así, la Corona de Aragón, con un sistema basado en el pasado, estaba poco apta para un Estado moderno. 6.5. LA PROYECCIÓN EXTERIOR. POLÍTICA ITALIANA Y NORTEAFRICANA. La unión dinástica entre Aragón y Castilla afectaba de modo directo a sus relaciones internacionales. El Estado fortalecido les suministraba dinero, ejército y representación diplomática para ello. La POLÍTICA ITALIANA se encuentra relacionada con la rivalidad con Francia. Así, las relaciones de Francia con Aragón siempre habían sido tensas por la política mediterránea aragonesa; no obstante, por el Tratado de Barcelona (1493), Francia restituía a Aragón el Rosellón y la Cerdaña anexionados durante la guerra civil de 1462-72 a cambio de que los RR.CC. renunciasen a los matrimonios previstos con Borgoña e Inglaterra. Pero el mayor enfrentamiento hispano-francés se produce en Italia cuando los franceses invaden por dos veces Nápoles y, en ambas son derrotados por Fernández de Córdoba El Gran Capitán; en 1505 tuvo que renunciar definitivamente a Nápoles a cambio del Milanesado. Por lo que se refiere a la POLÍTICA AFRICANA, había hostilidad hacia los Estados del norte de África por diversos motivos: evitar una nueva invasión o que los musulmanes del sur peninsular recibiesen ayuda del exterior, combatir la piratería berberisca que obstaculizaba los circuitos comerciales mediterráneos y atlánticos, continuar el espíritu reconquistador y de cruzada. La población estaba dispuesta a luchar en la costa bereber (conquista de Melilla en 1497, establecimiento de protectorados en Bujía, Trípoli y Argel), pero no quería extender la guerra hacia el Mediterráneo oriental, sobre todo tras la derrota en las islas de Gelves.