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1 UNIVERSIDAD DE LOS ANDES FACULTAD DE HUMANIDADES Y EDUCACION CONSEJO DE ESTUDIOS DE POSTGRADO DOCTORADO EN FILOSOFIA DR: RAMÓN JAUREGUI PLTG Y MGTER: MARÍA ISABEL SCHLAEFLI MERIDA-VENEZUELA 2 INTRODUCCION Abordar el problema de la libertad, como fenomenología hermenéutica, es de lo que se trata este breve ensayo. La libertad, tiene que ver con libre albedrío, con el acto de elegir, bien sea, el bien o el mal. En San Agustín, la libertad está dada, por la voluntad del hombre de elegir el camino del bien, donde la ética y la moral se hacen presentes, con la finalidad de alcanzar la beatitud por medio de la gracia divina. Por consiguiente, en la filosofía y la religión, el tema de la libertad constituye una reflexión a lo largo de la historia. Para los griegos, Platón y Aristóteles el concepto de libertad estaba estrechamente ligado a la idea de la autonomía, es decir, la capacidad de decidir por sí mismo. En donde, en Aristóteles relaciona la libertad con la moral, y es esencialmente una obra de la razón. Por lo tanto, se explicara el problema de la libertad, haciendo unas referencias generales a ciertos autores, pero la idea central, es la libertad desde San Agustín, religiosa. enfocándolo desde la perspectiva filosófica y 3 Por libertad se entiende, según José Albornoz un estudioso de la filosofía en: “Potencialidad para elegir entre dos posibilidades opuestas, como elegir entre hacer el bien o no hacerlo, actuar o no actuar” La libertad es contraria al determinismo, debido al libre albedrío, donde el hombre por voluntad propia actúa y decide por sí mismo. Para los griegos, existe una libertad natural, es decir, predeterminada por el destino, y determinada por la razón. Según el filósofo, Ferrater Mora, los Estoicos, se referían a la libertad: “como las cosas que están en nosotros” y Epicteto y Marco Aurelio afirmaron: “Libertad es aquí libertad para ser sí mismo” y en Kant, la libertad, esta dada por la moral, todo hombre que actué conforme con la moral y buenas costumbres es un hombre libre. Y la voluntad guiada por el entendimiento o razón conduce al bien, porque todo acto de voluntad arbitrario y por mero consentimiento personal conduce a la tiranía, por tanto, todo acto del hombre guiado, por un pensamiento racional y como decía San Agustín con la ayuda de la gracia divina, conduce a actos libres, porque nos inclinamos hacia el bien. Pues bien, al referirnos a la libertad, esta es muy amplia, llevaría un estudio bastante extenso, por lo tanto, en este breve ensayo, nos 4 acercaremos un poco al problema de la libertad, haciendo énfasis en San Agustín. El problema de la libertad, es un problema de elección, entendida esta como la libertad para obrar. Y esta libertad tiene que ver, con el sentido de la condición del hombre, es decir, el hombre, tiene libre albedrío para obrar, bien sea con rectitud o en pecado, que lo lleva a elegir, ¿De tal modo? Por consiguiente, es su ser más intimo, lo que lo une al cuerpo, es su alma, y por tanto, el alma de los seres humanos, según mi percepción, constituye la esencia del hombre, porque el hombre actúa, conforme a lo que de su alma brota, no es condición, por el contrario, el hombre no está condicionado para obrar, es decir, la aptitud y el comportamiento, no depende de un castigo o un perdón, depende de tu ser, se hace el bien o el mal, porque es el alma, el que dirige al hombre, todo hombre es bueno, porque es criatura de Dios, y Dios no creo el mal, solo el bien, como la luz, porque la oscuridad es ausencia de la luz, por lo tanto, es de sabios actuar con sensatez, no por temor sino por amor. Dios es amor, y ¿porque no obrar conforme a lo que constituye nuestra esencia? Las ofensas y la maldad, no son propias del hombre, por el contrario, el hombre alejado de estos vicios se hace libre, y de allí, que el hombre actúa, conforme con lo que Dios creo. 5 De aquí, que se conoce al Padre por el hijo, y el hombre es hijo de Dios, y el amor de Dios, nos permitió vivir en libertad, no se impuso el bien, sino el libre albedrío, y de allí, nuestra escogencia, por la libertad o la opresión. De lo que trato de explicar, es que el hombre tiene que actuar por la razón y el pensamiento, su actuar es guiado por esta y no por simple voluntad caprichosa, sino guiada por el bien como horizonte dentro de su vida. La libertad se refiere a la autodeterminación del hombre, al quiero y puedo, que conduzcan al bien tanto personal como colectivo. En San Agustín, la voluntad es libre, pero está sujeta a obligación moral, porque tiene obligaciones morales, debido a que somos criaturas hechas por Dios, y necesitamos de la gracia divina para poder obrar con rectitud. Y el hombre, según San Agustín, busca su felicidad en el bien, porque es acercarse a Dios, y su voluntad es una voluntad que debe de inclinarse hacia un amor a Dios, pero el hombre es débil, de allí, que busque la gracia, para poder obrar, y no es la virtud, y el bien lo que da la felicidad, sino quien nos ha dado esa virtud y ese bien. Dios es inmensamente amor, misericordioso, y nos da la voluntad para acercarnos a el y conseguir la beatitud. De allí, que en San Agustín, el bien está dado por el orden, y el pecado es una privación o carencia de este bien, en donde el hombre por voluntad propia, que es iluminada por Dios, por su caridad y misericordia, ya que 6 solo no puede, porque este es débil y necesita la gracia de Dios, para que su voluntad se haga libre para que se incline hacia el bien supremo. El pecado según San Agustín hace al hombre esclavo, por el contrario, es la ley divina, el orden, la fe, y el vivir honestamente y con justicia, inclinados siempre hacia el bien, que hacen del hombre un ser libre, porque este, por medio del don de Dios, que es su gracia, su caridad y amor, lo conducen por esta elección, que es el bien supremo para alcanzar la salvación. Por lo tanto, en San Agustín, la libertad, depende de una voluntad sana, y el pecado es un accidente del hombre. Y este hombre es antropológicamente un hombre de bien, que el espíritu de Dios lo hace vivir en libertad, de aquí, que San Agustín, afirma, en su obra de las Confesiones: “Sin Dios el hombre no podéis hacer nada” El hombre necesita de la gracia de Dios, para conducirse en obras buenas, porque posee el libre albedrío, que inclinándose por el bien, se encuentra con la verdad, el entendimiento, y se aleja del pecado, de la soberbia y del orgullo, que no son nada, igual que la maldad, es un no ser, y va contra la naturaleza del hombre, que es libre de pecado, donde lo hace libre por medio del espíritu que vivifica. El cristianismo es una religión, que se basa en dogmas, mientras que la filosofía en la época de los griegos, su preocupación era el movimiento, la 7 física, como bien, lo señalo Heráclito, todo cambia, nada permanece igual, en el devenir histórico del hombre. Con el Cristianismo, aparece la interpretación creación, desde el Génesis, la Dios, el mal, el pecado, la salvación, el alma, en donde San Agustín, afirma que dentro de la interioridad del hombre habita Dios, y de allí, lo manifiesta en sus Confesiones, y como decía: “Ama y haz lo que quieras” Por lo tanto, la libertad del hombre se ejerce por su voluntad guiada y orientada por esa gracia divina, que nos ha sido dada por la caridad de Dios. Y es el amor, el que determina y califica la voluntad del hombre. Y en San Agustín, el predominio del orden, de la presencia de las leyes divinas, del hombre sin pecado, con ética, con moral, que hacen de su voluntad y libre albedrío un camino para el bien supremo, lo cual conduce a este hacia la felicidad y con la ayuda del espíritu de Santo, es lo que constituiría la libertad en San Agustín. En el Cristianismo, la libertad está dada por la elección del hombre con lo que hace de su vida, si se inclina por el pecado o por el amor de Dios, que es el bien supremo, con la gracia divina. De allí que, el desorden, el mal, y los sufrimientos en el mundo, surgen por un abuso de la libertad humana, y es el pecado original, que trae estos males, de allí, que el hombre necesite la redención para su salvación. 8 Por consiguiente, esta inclinación hacia el mal, es una carencia y una privación del bien, porque no se conoce la verdad, y esta verdad es Dios y el amor que se desprende de ello, por el contrario, el sufrimiento del hombre, es algo natural, como la risa y el llanto, y solo con la fortaleza de Dios que es un Don de Dios, el hombre se crece en su debilidad, por lo tanto, tenemos una obligación moral con nosotros mismos y con el prójimo, que se traduce en solidaridad, generosidad, amor, compasión, que es clave para la convivencia humana y el crecimiento de unos con otros. Ahora bien, el filósofo Juan David García Bacca, en un breve ensayo sobre la libertad, afirma: “El poeta literario Francés, Paúl Valéry decía, la libertad es el sentimiento y la seguridad de dominar lo posible” Y también afirma: “La libertad del hombre es superior a su ser natural, lo pone a ser o a no ser, de una manera ontológica” y El hombre es el ente que ha inventado el poner su ser natural íntegro, a ser o no ser. Y este es ser libre y mostrarse libre de su ser mismo, porque se lo juega, y todas esas alternativas en el campo de las posibilidades la realiza la libertad, y el ser al pasar a la otra vida, cesa la libertad para entrar la identidad” Es decir, en el filósofo García Bacca, la libertad está dada ontológicamente, cuando existe la posibilidad de escoger con valentía, y desprendimiento, en ser o no ser, dentro de la finitud del hombre. 9 CONCLUSIONES Podemos concluir, afirmando que la libertad en San Agustín esta dada por el libre albedrío, de inclinarse a una voluntad buena con la ayuda de la gracia divina. El mal y el pecado, no provienen de Dios, sino del hombre porque se aleja de Dios, y Dios no desea el mal alguno, por el contrario le dio al hombre la libertad para decidir y no para abusar de su libertad, con la misericordia, la caridad, el amor y la gracia, el hombre dirige su voluntad hacia el bien supremo, que es un acercamiento hacia Dios, en búsqueda de su sabiduría, de su verdad, de la libertad y en el entendimiento racional por lo que es santo y puro, y de allí, el hombre se dirige hacia su salvación o perdición. El hombre es un ser finito, débil, que no se hace suficiente para el, y debe en todo momento, buscar la ayuda divina en la bondad de Dios y en su caridad. Por tanto, en las leyes divinas y el respeto hacia estas leyes, su orden, y en la interioridad del hombre se encuentra Dios, y el hombre moralmente debe de inclinarse hacia el bien, para buscar su libertad y salvación para una vida eterna. En San Agustín, su pensamiento está ligado a la religión y de allí nace su filosofía, porque el conocimiento en San Agustín se da por el amor, y la verdad por la caridad en Dios, de allí, que el hombre por voluntad se 10 oriente, hacia una vida ejemplar alejado del pecado con la finalidad de encontrar el bien. Y esas voluntades orientadas hacia el bien, conducen al camino de la beatitud. La libertad en San Agustín está relacionada con la gracia divina, porque esta es libre cuando no está en pecado, y al principio el hombre fue libre, pero el pecado original lo privo, para luego restablecerla con la gracia, en el cual, el hombre conoce lo que puede y debe, es decir, Dios se nos da como una posibilidad, para liberarnos del mal, y como voluntad para ser libres, por la gracia de Dios, que es la única fuente que se revela como libertad en el hombre como la búsqueda de la verdad y el bien. 11 BIBLIOGRAFIA ALBORNOZ. José. (2005) “Diccionario de Filosofía” Editores. Vadell Hermanos. Valencia. 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