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INSERCION DE LA INDUSTRIA EN EL CONTEXTO INTERNACIONAL Y NACIONAL: ANALISIS Y PROPUESTAS1 En mi análisis insertaré al Uruguay en un contexto más amplio, describiendo lo que está pasando en el resto del mundo que pudiera ser de relevancia para el país. Por lo tanto, haré un repaso de la situación en EEUU, Europa, Japón, para después pasar a Argentina y Brasil y llegar finalmente a Uruguay. Hace más de 30 años que estoy radicado en EEUU y casi 25 años en Wall Street, de manera que no tengo el conocimiento que tienen Uds. del día a día de la realidad uruguaya. A mi me corresponde mucho más ver lo que está pasando inclusive en otros continentes más que en América, y obviamente que dentro de éste, más en los países grandes tipo México, Argentina, Brasil. Pero de todas maneras, trato de mantenerme bien informado así que estoy consciente de los problemas que aquejan al Uruguay y tengo algunas ideas de posibles soluciones. CONTEXTO EXTERNO EE.UU. En EE.UU. se vienen tiempos menos buenos para ponerlo de la forma más positiva. La economía ha vivido una década con buena inversión y cuando a una economía la impulsa un auge de inversión, se genera demanda y se crea su nueva oferta. Por eso tenemos el milagro de un crecimiento económico muy acelerado sin inflación. Si fuera únicamente un auge del consumo o de las importaciones tendríamos problemas inflacionarios o cambiarios. Por el contrario, hemos tendido un auge de la inversión que nadie lo previó pero cuyas semillas fueron plantadas en los 80. Y vale la pena mencionar esto para el que piensa que un auge de la inversión se puede dar sin reformas, ya que está totalmente equivocado. En los 80 pasamos por un proceso de reformas muy severo en los EE.UU. Había una serie de industrias, donde los sindicatos habían logrado tremendos acuerdos colectivos que les garantizaban todo tipo de beneficios, sobre la jubilación, de vacaciones, de retiros, quedando la industria norteamericana prácticamente sin competitividad, y dejando el campo libre para toda la importación japonesa y europea. Eso obligó a un gran trabajo de reconversión industrial donde lo primero que hubo que hacer fue romper con los sindicatos. Y hubo que convencerlos que si seguían así la desocupación iba a crecer y se iban a quedar con muchos beneficios en el papel pero en la práctica se iban a quedar en la calle. También en el sector educativo y en otros sectores hubieron grandes reformas que facilitaron este auge que vivimos en los 90. Este auge de la inversión creo que va a continuar por un tiempo, pero no a la velocidad que tenía antes, por un par de razones. Una es que desde marzo para acá 1 Versión desgrabada de la Conferencia ofrecida por el Dr. Arturo Porzecanski el jueves 9 de noviembre en el Salón de Actos de la Cámara de Industrias del Uruguay. La misma no fue revisada por el ponente. ha quedado muy claro que en todo esto de la nueva economía y la tecnología se construyeron muchos castillos de naipes. Las empresas tienen que tener un producto que vender, un mercado al cual acceder y un empresariado que la gerencia. Porque uno se llame “punto com” no quiere decir que uno tenga realmente la rentabilidad para seguir adelante. Entonces, yo diría que de marzo para acá, con el ajuste en el NASDAQ, todos se han vuelto un poco más conservadores. Esto hacía mucha falta porque había cierta fiebre especuladora que creo nos podía llevar de un auge de inversión física a un auge de inversión financiera, un auge especulativo que, tal vez, hubiera podido explotar en la cara después con mucho daño. Entonces, tenemos todavía un auge de inversión en EE.UU. Creo que EE.UU. es y va a continuar siendo la gran máquina de la economía mundial pero uno tiene que preguntarse sobre otro factor que pudiera calmar los ánimos para el año 2001, el panorama político. El tema de gobernabilidad yo creo que es un tema que podría ser serio en los próximos meses. Menos mal que no tenemos ninguna emergencia; no es que haya que aprobar mucha legislación y en una de esas no haya consenso parlamentario, por ejemplo. Pero el hecho es que el Poder Legislativo en los EE.UU para los próximos dos años, como mínimo, está absolutamente dividido por la mitad. Ni en el Senado, ni en la Cámara de Diputados los dos grandes partidos cuentan ya con mayoría. En la Cámara de Diputados la mayoría republicana es pírrica completamente y no importa quien se instale en la Casa Blanca no va a tener la legitimidad de ninguno de los presidentes anteriores. Así que yo creo que de que eso que recién estamos viendo en estas horas, pudiera ser algo que también desanime un poco el auge de inversión que hemos vivido. Ya que todos los empresarios estaban apostando por un caballo o por el otro y pensaban que si entra este se va a beneficiar esta industria y si entra el otro va a beneficiar la otra. Por ejemplo, Gore estaba más a favor de ser más enérgico con la industria farmacéutica y con Microsoft, mientras que Bush era más pro-libre empresa. Pero no tenemos ni una cosa ni la otra. Así que pudiera faltar un poco la directriz que de otro modo hubiéramos tenido presente. Así que en resumen, la economía americana ha tenido un auge de inversión, que creo va a continuar pero a un ritmo menor: en lugar de crecer a más de 5% (como la economía norteamericana creció) probablemente este año va a crecer 3% o 4%, en el mejor de los casos, el año que viene. No es el fin del mundo, como digo, esto todavía es muy bueno, pero va a ser menos bueno. Las tasas de interés, probablemente se queden más o menos como están, no va a haber importantes alzas ni importantes bajas. Yo creo que los mejores momentos del dólar ya pasaron. Creo que el yen y el euro van a tender a fortalecerse a través del tiempo por todo lo que mencioné, la incertidumbre política y el menor auge de inversión, van a quitarle un poco el brillo al dólar. Con este Congreso y con esta elección presidencial, yo dudo que vayamos a tener mucha audacia por parte del nuevo presidente en cuanto por ejemplo a expandir el TLC y hacer un ALCA que incorpore al Mercosur y todo lo demás. Yo creo que si Bush hubiera ganado bien y si hubiera fortalecido una mayoría de los republicanos en el Congreso, ahí si podríamos tener un fast track y tener una zona de libre comercio mucho más amplia. Si hubiera ganado Gore, creo que no, porque está mucho más atado a los sindicatos, a los ambientalistas y si hubiera ofrecido un proyecto de comercio no hubiera sido muy libre. Pero lo más probable es que no vayamos a tener proyecto de comercio libre. No vamos a tener muchas iniciativas. Como primera impresión, yo creo que no va a haber muchas aventuras de ese tipo mirando hacia el sur. Europa Europa viene bien aunque, la economía europea se está enlenteciendo también. Creció entre 3,5% y 4% este año. Probablemente crezca entre 3% y 3,5% el año que viene. Europa precisa desesperadamente un shock fiscal en el sentido de rebajas de impuestos. En Europa los impuestos son todavía muy elevados y desincentivan la inversión y el consumo. En general los europeos han estado invirtiendo en EE.UU., y eso lo vemos en prácticamente todas las industrias. Es posible que tengamos rebajas tributarias en Europa. Hay un primer paso que se está dando en Alemania, pero eso hay que consensuarlo porque dada la unión económica ya un país no puede ir por su cuenta. Hay mucha presión por parte de la juventud y del empresariado en Europa, para alcanzar el auge de la inversión y el empleo que hay en EE.UU. El principal obstáculo yo creo que es el régimen tributario y se está apuntando más en esa dirección. Hasta ahora la idea ha sido minimizar los déficits fiscales para darle fortaleza al euro, pero no funcionó. Todos los gobiernos en Europa recortaron el gasto, aumentaron los impuestos, minimizaron su déficit fiscal y el euro se devaluó 25% - 30%. Y entonces yo creo que vamos a tener una nueva actitud por allí. De todas maneras creo que el euro vivió ya sus peores momentos, en parte porque EE.UU ya vivió sus mejores momentos. En cuanto al proteccionismo europeo, yo creo que sigue “vivito y coleando”, no veo ningún empuje para abrir las fronteras europeas a las exportaciones agrícolas del tercer mundo. Europa hizo un tratado de libre comercio muy ventajoso puntualmente con México. Pero lo hizo porque los empresarios europeos quieren entrar al mercado norteamericano sin trabas vía México. Al que no ofrece acceso a un gran mercado, como el americano, ¿porqué ofrecerle algo?. Así que yo creo que ese tratado de libre comercio que ya está empezando en funcionamiento entre México y Europa dudo que sea repetido. Japón Japón está recuperándose, lo peor ya pasó. Va a tener un crecimiento entre 1% y 2% este año y tal vez, un poquito más el año que viene. Pero con ese crecimiento tan leve que tienen, ellos van a seguir exportando, más que importando. Así que no son un factor que adiciona demanda en el mundo. Para que Japón se convierta en una máquina importadora que ayude a impulsar al resto del mundo tienen que crecer el consumo mucho más rápidamente de lo que lo está haciendo. Japón es un ejemplo de lo que pasa cuando uno no hace reformas estructurales. Es decir sencillamente se sienta arriba de los problemas. No pasa nada. Una década de estancamiento por no reconocer los problemas muy serios que hay dentro de las industrias, dentro de la banca, dentro de la educación, dentro de la cultura, dentro de las instituciones públicas, dentro del régimen político. Y yo no veo que se esté rompiendo con esos esquemas en Japón y por eso van a seguir teniendo un crecimiento muy mediocre, que realmente no ayuda al resto del mundo. América Latina Pese a que el año 2000 fue el año donde probablemente el crecimiento en los países desarrollados fue el más acelerado, si uno recorre América Latina no se da cuenta. Porque América Latina con la excepción de México anda mal. Si Uds. piensan que andan mal acá en el Uruguay, deben tener en cuenta que toda América del Sur anda mal. Colombia, Venezuela, Perú, Ecuador, Chile, Brasil andan mal. México es el único país que anda bien, y eso gracias al régimen cambiario que tiene y a la integración comercial con EE.UU. Ellos, decidieron por fin convivir con el gigante de un forma constructiva. Es así que se ha abierto, 90% de las exportaciones mexicanas van a EE.UU, y tuvo la suerte de que justo cuando abrieron sus fronteras, EE.UU. se puso a importar. Esto, creció muy rápidamente, el dólar se fortaleció motivando las importaciones y a México le fue muy muy bien. México es el único país de la región que no ha tenido una recesión en los últimos años. Inclusive cuando cayó el precio del petróleo y hubo otros factores adversos como la crisis en Asia y en Rusia, México no tuvo recesión. Entonces, México este año está creciendo 7%, después de haber crecido en los últimos años. México probablemente se va a desacelerar, con un crecimiento de alrededor del 5% el año que viene. Esto en gran parte por la desaceleración norteamericana, pero la tasa de desocupación en México es la más baja de las últimas décadas, los salarios reales están creciendo fuertemente y esa economía está en marcha. Cuando uno viene a América del Sur el panorama cambia radicalmente. Y ¿porqué anda mal América del Sur?. Existen algunos factores comunes. En primer lugar, los precios de las materias primas están bajísimos. La gran excepción de la regla es el petróleo, pero el petróleo es una cosa muy artificial, hoy está así mañana no está así y además el daño que le hizo a países como Venezuela, Colombia y Ecuador el hecho de que el petróleo cayera a 10 dólares, o algo más por barril fue tremendo. Se descalabraron todas las cuentas fiscales en Colombia, que perdió el investment grade y tuvo una serie de problemas aparte de la guerrilla. Ecuador y Venezuela tuvieron también grandes problemas. Esos países que ahora están aprovechando la bonanza petrolera aún están mal. El desempleo en Venezuela recién comenzó a caer de niveles históricos elevadísimos, de más del 20%. En Colombia todavía se mantiene en 20% y en Ecuador es altísimo también. Los otros países de Sudamérica que viven de la exportación de productos agropecuarios o mineros están mal porque los precios de esos productos están bajos. Esos precios están 20%, 30% hasta 40% por debajo de lo que estaban hace cuatro o cinco años. Inclusive, para muchos de los países petroleros el hecho de que el trigo, la carne o el cobre están muy bajos es más importante que el petróleo esté alto. Cuando el petróleo está alto dos o tres grandes compañías pagan impuestos que van al Estado, y si este gasta los impuestos despacito, se irriga la población. Pero cuando los precios del café o de la lana, etc. están muy bajos obviamente esto afecta directamente a un mayor porcentaje de la población. Ahora, ¿por qué pese a que la economía mundial anda bien este año los precios de las materias primas en general están tan bajos?. Esta es una pregunta que si Uds. la hubiera hecho dos o tres años atrás, a todos los grandes expertos, le hubieran dicho que nunca jamás podía pasar eso. Con EE.UU. creciendo más del 5%, Europa más del 3% y Japón recuperándose de su recesión, seguramente los precios de las materias primas lo reflejarían. Se han ofrecido varias razones para explicar esto. Yo no soy experto en el tema, leo lo que dicen los expertos, pero no me convencen mucho. Voy a mencionar un par de razones. Una es que estamos midiendo los precios de las materias primas en dólares y el dólar está muy fuerte. Si miramos las materias primas en euros o en yenes no veríamos que están 30%, 40% por debajo de lo que estaban hace unos años. Es decir, si el dólar fuera a depreciarse, inclusive con una economía mundial que no crece tan rápidamente, los precios de las materias primas en dólares podrían estar más altos. O sea lo estamos mirando con el prisma equivocado o con un prisma que tiene un sesgo muy particular. Otra razón que se ofrece es de que por coincidencia ha habido un aumento en la oferta de muchas de las materias primas. Ha habido muchas buenas cosechas, ha habido muchas expansiones de minas que han entrado a funcionar hace unos años, proyectos que se comenzaron hace cinco o diez años y que han comenzado a dar frutos ahora. Pero la verdad es que si uno viaja por todo el mundo, en todo el mundo los agricultores se quejan y en todo el mundo la minería no tiene mucha rentabilidad. Inclusive ya se está viendo el efecto del enlentecimiento del crecimiento económico en EE.UU. y en Europa en los precios de los metales. Uds. sabrán que el cobre que había llegado a 90 y más por centavos por libra ya está cerca de los 80 porque la demanda industrial por cobre esta bajando y ya se nota. Así que para muchos de los precios de los metales inclusive podría haber situaciones más problemáticas en los próximos 6 u 12 meses. Así que los precios de las materias primas ciertamente son una de las razones por la cual América del Sur está mal, porque nosotros más que nada producimos y exportamos materias primas. Un segundo punto, son los fenómenos climatológicos. Uds. recordarán que si no era la lluvia, era la sequía y en otros lugares terremotos y que se caía el barro, desaparecían los pescados, el Niño, o la Niña. Pero el hecho es que los últimos tres años han sido anormales. Y para mucho de nuestros países que dependen de que las anchoas estén donde tienen que estar, de las cosechas o de lo que fuera, eso también afectó bastante. Otro factor es la escasez de capital de portafolio en nuestra región en los últimos tres años. Es decir, algo cambio con la crisis en Asia, con la crisis en Rusia y con la devaluación en Brasil. Los inversionistas que antes compraban acciones y bonos emitidos por gobiernos, empresas y bancos en nuestra región se asustaron. Los más conservadores se asustaron con lo que pasó en Asia. Pensaron que en Asia todo iba bien con un crecimiento elevado, no había problemas y de repente apareció la crisis. Si los más conservadores se asustaron después de lo que pasó en Asia, los más aventureros se asustaron con lo que pasó en Rusia. Ellos pensaron, Rusia es una potencia mundial, ahí no va a ver cesación de pagos. Si uno mira todas las estadísticas nota que en América del Sur ha llegado poca inversión de portafolio: préstamos interbancarios, compra de bonos y acciones. Ha habido relativamente poco y lo poco que ha llegado fue en condiciones bastantes más desfavorables. Antes había empresas que colocaban títulos a 30 años, ahora el que coloca a cinco ya tiene suerte. Antes las empresas podían conseguir financiamiento a pocos puntos porcentuales de interés y ahora son unas brechas enormes. Los bancos en general, europeos, norteamericanos, japoneses han tenido una actitud mucho más cautelosa en los últimos tres años que antes. Lo que si está llegando a América del Sur y está salvando más de una situación, y es una de las razones por la cual a Brasil le fue bastante bien con la devaluación, es que mientras que se ha secado bastante el flujo de capitales de portafolio, se ha mantenido muy bien en algunos casos e inclusive ha aumentado, la entrada de inversión estratégica directa de largo plazo (el que compra una fábrica, el que compra un terreno o una compañía de telecomunicaciones). Ya sea la venta de YPF a REPSOL o la venta de compañías eléctricas o telefónicas de Brasil o de muchas otras compañías a otros países, ese es el tipo de capital que ha venido. Capital de largo plazo, estratégico, que cree que lo peor en nuestra región ya pasó, que la hiperinflación ya no vuelve, que las reglas de juego son estables y que con la desrregulación y con la liberalización y la globalización vale la pena estar presente. Entonces ahí el que está captando inversión extranjera directa estratégica se está beneficiando y el que no, no. En general yo diría la escasez de capital, con la excepción de inversión directa extranjera para aquellos países que la están incentivando, es otra razón que nos afecta. Porque América del Sur amén de ser una región que produce y exporta materias primas, mayormente es una región donde el ahorro es reducido. Aunque no parezca real en estos momentos difíciles, en general tendemos a consumir mucho y a ahorrar poco, ciertamente comparado con los asiáticos y con los europeos. Y entonces, cuando uno no ahorra mucho, para bancar los proyectos de inversión hay que endeudarse o encontrar socios de afuera, el capital extranjero es la nafta que hace funcionar nuestro motor. Son dos naftas, las divisas que entran por nuestras exportaciones, más que nada de materia prima, y las divisas que llegan por la entrada de capitales; y esas dos naftas no han estado llegando como llegaban antes. Creo que hay otro tema que es el político. En casi todos los países de nuestra región, hemos pasado de regímenes autoritarios fuertes, comenzando con los militares, luego con civiles con empuje, a gobiernos más débiles y en muchos casos a gobiernos de coalición. Es el caso de Uruguay, Argentina, Chile, Brasil, Colombia, Ecuador y Perú seguramente cuando se vaya Fujimori. Inclusive lo vamos a tener en México con Fox, porque no tiene apoyo parlamentario. La excepción a la regla es Hugo Chávez que es un caudillo a la antigua, pero en todos los otros países, y en una de esas inclusive en EE.UU., tenemos gobiernos más débiles y nos quedamos trancados en el proceso de reformas a medio camino. Muchos países privatizaron, muchos países desregularon, muchos liberalizaron. Obviamente Uruguay se perdió una de esas olas, vamos a mencionar un poco más de eso, pero ahora que hay que hacer la reforma de segunda generación que es atacar la educación, la salud pública, la justicia, la policía, es decir lo que queda de la burocracia. Y entonces, yo creo que eso de por sí ya no estimuló las oportunidades de inversión y no entusiasmó el clima de negocios como antes. América del Sur anda mal por un conjunto de factores, precios de materias primas muy bajos, precios del petróleo alto, factores climáticos adversos, escasez de capitales de portafolio y la concentración más y más en Brasil de la inversión estratégica de largo plazo y en aquellos países que ofrecen oportunidades con empresas a la venta, y el debilitamiento del liderazgo político al cual todos estábamos acostumbrados en años anteriores. ¿De eso, qué puede cambiar? Como mencioné, el precio de las materias primas en el mejor de los casos se quedará donde está. Debido a que el efecto de un dólar un poco más débil quizás compensa el efecto de los metales más debilitados en los próximos seis o doce meses. La entrada de capital de portafolio en la región no lo veo aumentando en los próximos meses, sino que al contrario, con todo el nerviosismo de Argentina lo veo retrayéndose. Los fenómenos climatológicos, se espera vuelvan a la normalidad, pero no soy experto sobre el tema. La inversión extranjera yo creo que va a donde se quiere que vaya, hay que hacerla venir, no viene sola. El tema político es muy raro que se enderece muy pronto, ya que muchos países tuvieron elecciones recientemente y entonces estos gobiernos son los que están para los próximos 3 años. El contexto regional: Brasil y Argentina Brasil viene relativamente bien, pero si uno le pregunta a la gente, no está contenta. Los salarios no han aumentado en cinco años y al contrario, muchos de ellos han bajado en términos reales. Eso se refleja en la popularidad del presidente, la cual sigue muy baja. Además ha habido una austeridad tremenda, y que tiene una relevancia tal para Uruguay en especial que me voy a detener en eso. Yo creo que los inversionistas, las agencias de calificación y el FMI han impulsado una austeridad fiscal que obviamente desde el punto de vista del ciclo de negocios de la región no corresponde. Es decir, a todos los países se le ha dicho de recortar el gasto y aumentar la presión impositiva, bajo el supuesto de que las economías se estaban recuperando, y lo que en muchos casos se hizo fue matar la recuperación. Desde el punto de vista cíclico, por ende, tenemos en casi todos los países una política fiscal equivocada, la opuesta a la necesaria. Tendríamos que estar reduciendo impuestos y aumentando la inversión pública y estamos haciendo lo contrario. Yo no se si eso se puede cambiar en forma general. Lo que pasa es que en muchos de nuestros países en los buenos años no llegamos a tener los superávit fiscales que nos hubiesen permitido tener la credibilidad como para ahora tener el déficit fiscal sin que los inversionistas se pongan nerviosos. Lo que hicimos en muchos casos fue reducir el déficit fiscal pero no “atesoramos nueces para el invierno”; y estamos en el invierno. A Brasil lo veo recuperándose, creciendo entre 3% y 4% este año, tal vez entre 4% y 5% el que viene. La inflación está relativamente baja, 6,5% este año, 4,5% el año que viene. El real cuando las cosas están relativamente tranquilas se estabiliza alrededor de 1,8 reales por dólar, cuando la gente se pone nerviosa se va a 1,9 o tal vez un poco más arriba. Pero en general estamos hablando de esa banda 1,80 – 2, dependiendo de cuanto nerviosismo hay respecto a Argentina. No veo el real debilitándose mucho más de 2, a menos que explote la Argentina, ni fortaleciéndose hacia 1,70 o 1,60. El gran tema en Brasil es un tema político: le quedan dos años a Cardoso y no tiene sucesor obvio, ni siquiera sucesor no obvio. Por tanto, hay mucha presión sobre él para que vaya formando un sucesor. La gran pregunta es si Cardoso va a mantener la austeridad fiscal y el impulso reformador en los próximos dos años o si va a hacer politiquería, gastando recursos, rebajando impuestos, demorando todas las reformas difíciles que quedan por hacer, para mejorar su popularidad y así influir la decisión de los votantes de aquí a dos años. Yo creo que hay más riesgo de lo último que de lo primero. No tengo una proyección apocalíptica para Brasil, porque Cardoso sabe que estas cosas son peligrosas ya que los inversionistas tienen una paciencia muy limitada y las cosas se puede complicar rápido. Pero, yo creo que hay más riesgo de que no se hagan más reformas en Brasil, especialmente aquellas que atentan contra los sindicatos del sector público, como sería una reforma previsional de los funcionarios públicos. También es el caso de una reforma tributaria, que es necesaria en Brasil y que afecta las relaciones federales, estatales y municipales, y de alguno de los otros proyectos que quedan. Las cosas fáciles (algunas privatizaciones que no son mayormente peleadas, se viene la venta del Banespa y algunas terminales eléctricas), van a continuar, pero las primeras no. En cuanto a aumentar el gasto y reducir los impuestos, él lo va a hacer con gotero viendo que pasa. No veo un Brasil reformador, agresivo, muy austero, sino un Brasil que entra en un ciclo político con los riesgos de una sucesión y todo lo demás. Por el lado de Argentina, es el tema del momento. Yo creo que Argentina no va a devaluar y no va a hacer una cesación de pagos, pero va a tener que trabajar para no hacerlo. No es decir “es uno a uno por ley y se acabó”: es un poco como un matrimonio, dice por escrito que uno está casado hasta el fin pero hay que trabajarlo todos los días. Hay varios problemas de difícil solución, uno es que éste es un gobierno débil. De la Rúa no es un hombre decidido. Si se le pudiera preguntar, él diría que lo mejor es no hacer nada y ver si las cosas se resuelven solas. Ese es el instinto natural de él. Tiene una alianza muy complicada, la Argentina en los últimos tiempos nunca ha tenido un gobierno de coalición y esta coalición entre los Radicales y el Frepaso fue para sacarse a Menem de encima, no fue una coalición con un programa de gobierno. Por lo tanto hay mucha innovación y muchos de los ministros y el equipo económico son un poco “uno para ti, uno para mí”. Yo he tenido conversaciones con gente que está adentro y dicen que entre los peores enemigos están los de adentro del gabinete. Ha habido una limpieza del gabinete, se han ido muchos ruidosos, comenzando por el vicepresidente, pero la alianza se debilitó. Si las cosas siguen así con las tasas de interés por las nubes, con un país con deflación (de manera que cuando las tasas son de 20% son más del 20% en términos reales), probablemente en lugar de hacer un cambio en el equipo político que sería lo que más hace falta, probablemente hagan un cambio en el equipo económico y ver si eso funciona. La idea es que si este equipo no tiene la credibilidad como para bajar las tasas de interés y volver a la normalidad y queda claro que la economía no repunta, probablemente el presidente haga un cambio en el equipo económico. Probablemente designe a Ricardo López Murphy que no hace mucho ruido político, como sí lo haría Cavallo, pero lo que importa es que tenga credibilidad en los mercados internacionales y propios. El problema es que alguien como Ricardo López Murphy querría ser ministro para hacer cosas, no para que lo pasen por arriba. De todas maneras tiene que haber una definición más favorable para todo el equipo económico. El Congreso tiene que aprobar un presupuesto austero para el 2001 a los efectos de tranquilizar a los mercados y darle credibilidad al equipo económico, además de atacar temas importantes que en muchos años no se han tocado. En particular, lo que ellos llaman la coparticipación, hay un programa en donde los impuestos se coparticipan con las provincias y en el que por más que el gobierno federal se apriete el cinturón, las provincias no tienen grandes incentivos a hacerlo. No soy apocalíptico con respecto a la Argentina, pero creo que hay un problema de credibilidad serio y van a tener que atacarlo y esto podría ser cosa de semanas y no de meses. Pero mientras tanto la Argentina va a seguir haciendo mucho ruido y todo el mundo va a seguir preocupándose, afectando negativamente a Uruguay y Brasil. La economía uruguaya Y el tren llega a Montevideo. Vamos a hablar un poco del Uruguay, visto muy de afuera. Yo creo que las lecciones de las cosas que ya mencioné deberían estar muy claras ya, es decir, el Uruguay tal como está no tiene futuro. Porque el que vive de las materias primas, si con este crecimiento acelerado en EE.UU las materias primas no suben o más bien bajan, uno no puede basar una estrategia de crecimiento en el uso más intensivo de la agricultura y la minería. Y con ese panorama que pinté de proteccionismo en Europa, en Japón (que no mencioné), y en ausencia de una gran iniciativa por parte de Washington, hay que reconocer que el modelo de crecimiento a base de las materias primas dejó de funcionar en muchos países hace tiempo. Si uno mira los países que tienen éxito en el mundo, los productos que se venden sin mayores trabas, los productos por los cuales los consumidores están dispuestos a comprar, son aquellos con alto valor agregado, alto valor tecnológico, desde medicamentos hasta software, aparatos para la salud y todo tipo de servicios de ingeniería tradicionales, financiera y todo lo demás. Estamos viviendo en un nuevo mundo, una nueva economía, donde la persona y los países que más rápido trepan la escalera tecnológica son los que ganan. No los que plantan maíz y café. La prosperidad no viene por ahí. Yo creo que para el Uruguay, que dejé atrás hace décadas, le hace falta un proyecto de ese tipo, de poner una escalera, empezar a construir los peldaños y ayudar a la gente que se suba. Uno puede hacer un “toquecito” por aquí y por allí con los aranceles, el gasto público, pero básicamente hace mucha falta acelerar la reforma educativa por que el que sabe inglés gana y el que no, no. El que tiene acceso a Internet gana y el que no, no. Entonces, en todos los países es necesaria una reforma educativa integral, como lo han tenido los países que han trepado. Y esto no es cosa de que hay que nacer en EE.UU o en Europa. Hay países como India que hace 5 años no exportaban nada de software y hoy exporta 4000 millones de dólares en software. Pero eso lo hicieron creando un ministerio de tecnología no un ministerio del deporte, enseñándoles inglés y “enterrándolos” en matemática e ingeniería. Irlanda, un país que por siglos lo único que exportaba era gente, ahora está importando gente, ya que se ha convertido en un centro tecnológico de Europa. Yo creo que es algo que se puede hacer, se puede construir de la nada, pero hay que hacerlo rápido, sabiendo hacia donde uno va. Comenzando a educar a los maestros, para que ellos puedan educar a los alumnos. Después, hay que hacer una gran reforma del Estado para que este no sea una carga que los demás tengan que aguantar, sino un Estado que colabore en el proceso. No puede ser que algo como las aduanas no funcionen. En México, donde había una corrupción enorme en las aduanas, cuando estaban trabajando en el TLC se dieron cuenta que no iba a haber libre comercio hasta que no hicieran algo con la aduana. Entonces, en la presidencia de Salinas llegaron a la conclusión de que no había más remedio y de la noche a la mañana echaron a todos los agentes de la aduana. Ese es un ejemplo de la reforma del Estado que hay que hacer y eso en todas las reparticiones públicas. Hay que reformar el Estado para poder bajar la carga impositiva y para que todo gasto que se haga, ayude al empresariado y ayude a aquella persona que es innovadora. Mi fórmula para el Uruguay, y esto también lo digo en otros países, y es que tenemos que darnos cuenta que los viejos modelos han quedado obsoletos y la tasa de obsolescencia ha aumentado tremendamente. Esto a tal punto que mismo los que estamos en EE.UU hemos perdido noción de la corriente. Es una cosa impresionante la velocidad del cambio tecnológico, todos a nivel personal, de gremio, de país y sociedad tenemos que darnos cuenta que la cosa viene por ahí. Y tratar de vivir en el pasado, ni que hablar de vivir en el presente es una lucha inútil. Eso no quiere decir que hay que cerrar las fábricas y llamarse “punto.com”, sino que todos debemos preguntarnos qué hacemos para sobrevivir y prosperar en la nueva economía. El tema de adaptarse a las nuevas formas de hacer negocios y ganar dinero continúa. CURRÍCULO A INCLUIR CON LA FOTO EN LA PRIMERA PAGINA DEL DOCUMENTO El Dr. Arturo Porzecanski se desempeña como economista jefe para países emergentes del banco ABN AMRO y es uno de los analistas más influyentes de Wall Street. Fue previamente economista jefe para la América del banco ING, economista jefe para mercados emergentes en Kidder Peabody & Co. y economista jefe del Republic National Bank of New York. Con anterioridad y por una docena de años, fue asesor e conómico para América Latina del Banco J.P. Morgan, habiendo ejercido cargos previamente en el Centro de Estudios Monetarios Latinoamericanos (CEMLA en México) y en el Fondo Monetario Internacional (en Washington).