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Oro, teoría cuantitativa y Marx Esta nota complementa y amplía otra que escribí acerca del rol del oro. The Wall Street Journal Americas (La Nación 29/9/10) publica un artículo que lleva por título “El oro bate un nuevo récord; más de US$ 1300 la onza”. Refiriéndose al nuevo alza del 4,7% en lo que va de septiembre, dice: “El alza fue impulsada por la demanda de inversionistas preocupados por el valor de las monedas en medio de la agitación económica global”. “La reciente racha compradora se inició la semana pasada, después de que la Reserva Federal anunciara que estudia la compra de más bonos del Tesoro para estimular la alicaída economía estadounidense, una medida que podría debilitar el dólar al aumentar la circulación de la divisa verde”. (…) “Por ahora el oro brilla en medio de la incertidumbre que impera sobre la capacidad de los bancos centrales para reanimar la economía mundial. En Estados Unidos, el temor es que si la Fed inyecta más dinero al sistema, seguramente reducirá el valor del dólar, lo que a su vez, podría generar presiones inflacionarias. La caída del dólar y un alza de la inflación podrían impulsar la demanda de oro”. Hacia el final advierte que podría producirse, de todas maneras, un cambio de la actitud de los inversionistas, que llevaría a una corrección significativa de los precios. Este artículo vuelve a confirmar que el oro sigue siendo un activo monetario, y que el valor del billete se establece en su relación con el oro (y no con la “masa” de mercancías, como pretende la teoría cuantitativa). Esto sucede aun cuando existe el billete del curso forzoso, como advertía Marx al referirse al caso de Prusia: “… la convertibilidad del billetes, es decir, la posibilidad de cambiarlo por oro o plata sigue siendo la ley económica, diga lo que dijere la ley jurídica” (Marx, 1980, p. 69). Es que el oro sigue siendo encarnación pura del valor, de la riqueza y del poder social, y el activo último que respalda al billete. Por esta razón Marx sostiene también que “el oro se retiene como dinero” (Marx, 1999, t. 1 p. 91). Significa que se lo demanda en cuanto equivalente general, por su existencia económica como dinero mercancía. Representa pura encarnación de trabajo humano abstracto, y como tal es equivalente general mundial. Su valor de uso consiste en conservar valor, y por esta razón, cuando hay desconfianza en el valor del billete de curso forzoso, aparece la corrida al oro. Ésta se produce, a pesar de lo que pueda decir la ley jurídica. Por ejemplo, cuando se produce la crisis bancaria y financiera de 1931, y se decreta la inconvertibilidad de la libra y otras monedas, se produce la corrida al oro, incluso por parte de los bancos centrales; en 1932 el porcentaje de monedas extranjeras tenidas como reservas por los países centrales había caído al 11%, contra el 37% antes de la crisis (Bordo y Eichengreen, 1998). A fines de los sesenta, y comienzos de los setenta, cuando hay desconfianza en la convertibilidad del dólar, también asistimos a la corrida al oro; a pesar de lo que decía la ley jurídica, el valor del dólar tendió a imponerse en la realidad de su paridad con el oro. En las décadas siguientes, cada vez que hubo temores importantes, la caída del dólar tuvo como contrapartida la realidad de que el oro volvió a actuar como refugio dinerario. Es lo que sucede hoy. Si el billete no es oficialmente convertible al oro (y el dólar no lo es desde 1971, o más precisamente desde 1968), en la práctica sí lo es. Teoría cuantitativa y emisión El artículo del Wall Street Journal Americas destaca también que en la medida en que la Fed está inyectando dinero, crece el temor de que el billete se desvalorice, y sube en consecuencia el precio del oro. Parece así verificarse la teoría cuantitativa, esto es, que los precios aumentan porque aumenta la cantidad de dinero. Por eso Marx dice que la intervención del Estado que emite papel moneda con curso obligatorio “parece abolir la ley económica”, y “todas las leyes de la circulación real del dinero aparecen invertidas y puestas cabeza abajo” (Marx, 1980, p. 110). Pero en la realidad, no se cumple la teoría cuantitativa. Esta sostiene que los precios se establecen porque la masa de dinero se compara con la masa de mercancías, y al aumentar la primera, manteniéndose constante la segunda, los precios suben. Marx muestra que tal cosa es un sinsentido. No hay manera de comparar. ¿Qué sucede entonces cuando aumenta la emisión de billetes? Sucede que debido a que el billete es un signo de valor, si aumenta la suma global de los signos, se reduce la cantidad de oro que representa cada uno de ellos. De manera que el alza de precios es una consecuencia de la equiparación forzosa de los signos de valor con la cantidad de oro en cuyo lugar circulan (véase Marx, 1980, pp. 109). Por este motivo Marx sostiene que la proporción en la cual el signo, en nuestro caso el billete, representa oro, depende no se su propio material, sino de la cantidad del mismo que se halla en circulación (ídem). Más adelante agrega: “En la circulación de los signos de valor, todas las leyes de la circulación real de dinero aparecen invertidas y puestas cabeza abajo. Mientras el oro circula porque tiene valor el papel tiene valor porque circula. Mientras que, con un valor de cambio determinado de las mercancías, la cantidad de oro circulante depende de su propio valor, el valor del papel depende de su cantidad circulante. Mientras que la cantidad del oro circulante aumenta o disminuye con el aumento o disminución del precio de las mercancías, estos parecen aumentar o disminuir con el cambio en la cantidad de papel circulante. Mientras que la circulación de mercancías solo puede absorber determinada cantidad de moneda de oro, por lo cual la contracción y expansión alternadas del dinero circulante se presenta como una ley necesaria, el papel parece entrar en la circulación en cualquier extensión que se desee” (ídem, 110). Los inversores que están comprando oro porque temen que al aumentar la cantidad de circulante, el billete se desvalorice, pueden no entender la ley económica explicada por Marx, pero en la realidad su proceder no verifica a la teoría cuantitativa. Y puede ser explicado satisfactoriamente por la teoría monetaria de Marx. Textos citados: Bordo, M. D. y B. Eichengreen (1998): “The Rise and Fall of a Barbarous Relic: The Role of Gold in the International Monetary System”, NBER, Working Paper Nº 6436, marzo. Marx, K. (1999): El Capital, Madrid, Siglo XXI. Marx, K. (1980): Contribución a la crítica de la economía política, México, Siglo XXI.