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COL·LEGI SAN ANTONIO DE PADUA Departament de Lingüística Valencià / Castellà BATXILLERAT / Curs 2011/2012 FRANCISCANS CARCAIXENT El resurgimiento de la energía nuclear Gustavo CATALÁN DEUS 5 10 15 20 25 30 35 40 A pesar de que algunos se atrevieron a vaticinar su irreversible extinción, la energía nuclear ha resucitado en los últimos tiempos. Desde hace meses, cada vez más voces se alzan a favor de esta polémica tecnología que nace a mitad del siglo pasado. Las centrales nucleares siempre han tenido defensores, pero desde que el gurú científico del ecologismo, el británico James Lovelock, se mostrara partidario de su uso hace algunos años, los amantes de la fisión del átomo han proliferado. Lovelock reconoce los riesgos de la energía nuclear, pero considera que esta es la única solución al cambio climático. En su opinión, ya es tarde para invertir la tendencia del calentamiento global, ya no es posible frenar las emisiones de gases de efecto invernadero. Ante este panorama desolador, este científico está convencido de que la energía nuclear es la única tecnología que permitirá mantener el crecimiento mundial sin castigar más al planeta. A la teoría de este pensador –que concibe la Tierra como un ser viviente que no sucumbirá a los daños provocados por los humanos, aunque el Homo sapiens se acabe extinguiendo a sí mismo–, se han sumado otras voces. Es el caso de David King, asesor científico del exprimer ministro británico Tony Blair en energía, quien señaló el año pasado que la energía nuclear se hará imprescindible para evitar el cambio climático. Al razonamiento se añadió también el propio Blair, quien dijo que apenas queda tiempo para decidir. No han sido las únicas voces. Recientemente han aparecido las declaraciones de dos representantes de la izquierda española: Joaquín Almunia y José María Fidalgo. Todo un comisario de la CE y nada menos que el exsecretario general de CCOO; un economista y un médico. El regocijo en los ambientes españoles a favor de la energía nuclear no se ha hecho esperar. Dos son los argumentos que utilizan los partidarios de ella: no produce dióxido de carbono (CO2) –el gas responsable del 60% de las emisiones de efecto invernadero– y la independencia energética. La primera de las premisas es cierta: por las aparatosas chimeneas que se ven junto a las centrales nucleares sólo sale vapor de agua. Es el calor sobrante de la fisión que no se aprovecha para generar más electricidad. Sin embargo, la energía nuclear cuenta con un artículo propio en el Protocolo de Kioto. En este convenio mundial se rechaza de plano el uso de esta tecnología como herramienta contra el cambio climático y como mecanismo de flexibilidad. El segundo argumento es más cuestionable. Ninguno de los países con nucleares, que a su vez no tienen la tecnología de las armas atómicas, puede fabricar su combustible nuclear. Se precisan las famosas centrifugadoras de Irán. España no cuenta con ellas. Por lo tanto, importamos el 100% del combustible que se quema en los nueve reactores españoles al precio que marcan sus fabricantes estadounidenses. El uranio enriquecido ha triplicado su precio en los últimos años, en parte debido a su escasez. Es decir, España seguirá dependiendo energéticamente del exterior por muchas nucleares que se pongan. Con todo, el mayor problema de la energía nuclear es consustancial al mismo ciclo del uranio. Ese ciclo lleva a la creación de miles de toneladas de residuos radiactivos que mantienen su peligrosidad durante decenas de miles de años y cuya gestión todavía no tiene respuesta científica. Y, además, en el ciclo del uranio está la vía directa hacia la bomba atómica. Estos residuos son lo más parecido que existe al concepto de la eternidad, puesto que su radiación se prolonga decenas de miles de años. El problema de los residuos radiactivos de media y baja actividad está resuelto, de acuerdo; pero la misma solución no vale para los de alta actividad. Al tener vida durante tantos siglos hay que garantizar que nunca haya fugas al exterior. ¿Quién garantiza que dentro de 10.000 años esos residuos seguirán vigilados y bajo control? Este es el problema al que nadie ha dado solución. Mientras tanto se almacenan temporalmente en lugares como el que se va a elegir en España, a costes muy elevados. Esto añade otra inquietante cuestión: ¿cuánto cuesta la energía nuclear si no se sabe todavía cuánto costará gestionar los residuos durante siglos? De una pregunta surge la siguiente: ¿es rentable la energía nuclear? Según un estudio del Instituto Tecnológico de Massachusetts, en las condiciones actuales, la energía eléctrica de origen nuclear no es competitiva. Los hechos avalan el estudio. Salvo en Finlandia, hace casi tres décadas que no se construye una nuclear en EEUU ni Europa. Los motivos hay que buscarlos en la falta de rentabilidad, porque no existe ninguna prohibición para construirla. Pero por encima de todo, no hay que olvidar el aspecto más inquietante de las nucleares: su seguridad. Es un tema de sobra conocido. Basta recordar Chernobil en 1986. Afortunadamente, no ha vuelto a ocurrir. Pero con motivo del 11-S se descubrió que los mismos terroristas que desviaron los aviones hacia las Torres Gemelas, también tenían planes para impactar el avión contra una central nuclear. El tiempo dirá si los gobernantes del mundo actual hacen caso, o, mejor, a qué hacen caso. Sólo podemos esperar que tomen la decisión adecuada y piensen a largo plazo. (El Mundo) Con este texto se puede repasar todo aquello que hemos realizado esta evaluación: Análisis de la cohesión Análisis de la modalización Mecanismos de impersonalización Analice las siguientes oraciones: Lovelock reconoce los riesgos de la energía nuclear, pero considera que esta es la única solución al cambio climático. Ante este panorama desolador, este científico está convencido de que la energía nuclear es la única tecnología que permitirá mantener el crecimiento mundial sin castigar más al planeta. Además, todo aquello que hacemos sobre el análisis de la coherencia del texto: Establecimiento del tema del texto, breve resumen de su contenido y descripción y explicación de su esquema organizativo —partes temáticas constitutivas del texto y articulación de estas—.