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4.PRURITO PRURITO GENERALIZADO El prurito (picazón) es uno de los síntomas más comunes en los pacientes con trastornos dermatológicos. Los receptores de prurito son terminaciones nerviosas amielínicas, a manera de cepillo, que se encuentran exclusivamente en la piel, las membranas mucosas y la córnea. Aunque el prurito suele ser una enfermedad primaria de la piel con erupciones o lesiones resultantes, puede presentarse sin erupción ni lesiones. Este prurito, conocido como esencial casi siempre es de inicio súbito, puede ser grave e interferir con las actividades cotidianas. El prurito podría ser el primer indicio de una enfermedad sistémica interna como diabetes mellitus, trastornos de la sangre o cáncer (tumores malignos ocultos en las mamas o el colon; linfoma). También suele relacionarse con enfermedades renales, hepáticas y tiroideas (cuadro 56-2). Algunos medicamentos orales comunes como aspirina, antibióticos, hormonas (es decir, estrógenos, testosterona o anticonceptivos orales) y opioides (como morfina o cocaína) pueden causar prurito directamente o porque incrementan la sensibilidad a la luz ultravioleta. Asimismo se relacionan con prurito ciertos jabones y sustancias químicas, radioterapia, picazón causada por el calor (miliaria) y contacto con prendas de lana. Este signo también se debe en ocasiones a factores psicológicos, como estrés excesivo en situaciones familiares o laborales. Consideraciones gerontológicas El prurito es frecuente en personas ancianas como resultado de la resequedad de la piel, además de que son más propensas a enfermedades sistémicas que lo provocan, corren mayor riesgo de enfermedad maligna oculta y es mayor la probabilidad de que tomen muchos medicamentos, a diferencia de personas más jóvenes. Todos estos factores incrementan la incidencia del prurito en las personas de edad avanzada. Fisiopatología Rascarse el área del prurito induce la liberación de histamina por las células inflamadas y las terminaciones nerviosas, y esto, a su vez, produce más prurito y resulta en un círculo vicioso de comezón y rascado. Si el paciente responde a la comezón, rascándose, puede afectar la integridad de la piel y provocar escoriación, eritema, áreas prominentes (ronchas), infección o cambios de pigmentación. En general, el prurito es más intenso por la noche y se reporta con menos frecuencia durante las horas de vigilia, tal vez porque la persona se distrae con las actividades de la vida diaria. En la noche, cuando hay pocas distracciones, es difícil ignorarlo, por ligero que sea. El prurito intenso puede ser debilitante. Tratamiento médico El interrogatorio y el examen físico completos suelen proporcionar indicios sobre la causa subyacente del prurito, como fiebre del heno, alergia, administración reciente de una nueva medicación o un cambio de cosméticos o jabón. Una vez identificada la causa, debe aliviarse con el tratamiento. Se deben detectar signos de infección e indicios del ambiente, como calor, aire seco o ropas de cama irritantes. En general, se evita lavarse con jabón y agua caliente. Los aceites de baño con agentes tensioactivos que permiten que se mezcle con el agua del baño pueden ser suficientes, sin embargo, los pacientes en edad avanzada o con equilibrio inestable no deben añadir aceite porque aumenta el riesgo de resbalones en la bañera. La xerosis (piel seca) se puede controlar son un baño tibio con jabón ligero seguido de la aplicación de un emoliente suave en la piel húmeda. También ayuda a aliviar el prurito la aplicación de compresas frías, cubos de hielo o agentes refrescantes con mentol y alcanfor (contraen los vasos sanguíneos). Tratamiento farmacológico Los corticoesteroides tópicos con agentes antiinflamatorios Pueden disminuir la comezón; los antihistamínicos orales son aún más efectivos porque pueden superar los efectos de la histamina liberada por los mastocitos dañados. Un antihistamínico como la difenhidramina o la hidroxicina en dosis sedantes, a la hora de irse a la cama, con frecuencia resulta efectivo para producir un sueño reparador y confortable. Los antihistamínicos no sedantes, como la fexofenadina son más apropiados para aliviar el prurito durante el día. Los antidepresivos tricíclicos, como la doxepina, suelen prescribirse para el prurito de origen neuropsicógeno. Si el prurito persiste, se aconseja investigar un problema sistémico. Cuidados de enfermería La enfermera refuerza la razón del régimen terapéutico prescrito y recomienda al paciente puntos específicos donde fijar la atención. Cuando se prescriben baños, se le recuerda usar agua tibia (no caliente), sacudirse el exceso de agua y secarse las áreas intertriginosas (pliegues corporales) con una toalla. No debe frotarse vigorosamente porque se estimula la piel y aumenta la comezón. También se absorbe el agua del estrato córneo. Inmediatamente después del baño, la piel debe lubricarse con un emoliente para atrapar la humedad. Se instruye al paciente para que evite situaciones que causan vasodilatación, como exponerse a un ambiente demasiado caldeado o ingerir alcohol o alimentos y líquidos calientes. Todo puede inducir o intensificar el prurito. Si el aire del ambiente es seco, conviene usar un humidificador. Deben limitarse actividades que provocan transpiración, pues ésta suele irritar la piel y fomentar el prurito. Si por la noche la comezón interfiere con el sueño, la enfermera puede recomendar al paciente que vista ropa interior de algodón y no de materiales sintéticos. La habitación debe mantenerse fresca y humidificada. Debe evitar rascarse vigorosamente y mantener las uñas cortas para prevenir daños e infecciones en la piel. Cuando se desconoce la causa subyacente del prurito y se requieren pruebas adicionales, la enfermera las explica, así como el resultado esperado. PRURITO PERINEAL Y PERIANAL El prurito de la región genital y anal puede ser causado por pequeñas partículas de materia fecal alojados en las grietas perianales o pegadas en el vello anal, aunque también podría ser resultado de lesiones en la piel de la zona por rascado, humedad y menor resistencia de la piel como resultado de terapia con corticoesteroides o antibióticos. Otras causas posibles de comezón perianal son irritantes locales, como sarna y piojos, lesiones locales como hemorroides, infecciones fúngicas o por levaduras e infestación por oxiuros. Enfermedades como diabetes mellitus, anemia e hipertiroidismo, así como el embarazo, también pueden provocar prurito; en ocasiones, no es posible identificar la causa. Manejo Se instruye al paciente para que aplique medidas de higiene apropiadas y deje de usar remedios caseros y de venta libre. El área perineal o anal debe enjuagarse con agua tibia y secarse con palmaditas, con torundas de algodón. Después de defecar pueden usarse paños desechables previamente humedecidos. Para absorber el sudor de los pliegues cutáneos es posible aplicar almidón de maíz. Como parte de la enseñanza para la salud, la enfermera indica al paciente que evite bañarse con agua demasiado caliente, así como baños de burbujas, bicarbonato de sodio y jabón detergente, porque son factores que agravan la resequedad. Para mantener la piel perineal o perianal lo más seca posible, los pacientes deben evitar la ropa interior sintética y los agentes anestésicos locales por sus posibles efectos alérgicos. El sujeto también debe evita r agentes vasodilatadores o estimulantes (p. ej., alcohol, cafeína) e irritantes mecánicos, como ropas toscas o de lana. Una dieta con cantidades adecuadas de fibra puede ayudar a mantener blandas las heces y evitar traumatismos menores en la mucosa anal.