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LA EDUCACIÓN COMO SISTEMA DE CONSTRUCCIÓN HISTÓRICO-CULTURAL EN LA SOCIOLOGÍA CLÁSICA1 Erick Gutiérrez Alvarado RESUMEN El análisis sobre la sociología de la educación ofrece distintas perspectivas en cuanto a la necesidad de responder sobre el ser en sociedad que se requiere formar para un contexto específico. Los sociólogos clásicos son los primeros que intentan responder a esta requerimiento: para ello, en este ensayo se realiza un recorrido por los inicios de dichas reflexiones a través de las representaciones de Comte, Marx, Weber y Durkheim, para realizar una comparación entre las mencionadas dinámicas y la responsabilidad de la formación del ser en sociedad en la actualidad. PALABRAS CLAVE Sociología, educación, representaciones sociales, ideología. ABSTRACT The analysis of the sociology of education offers different perspectives on the need to respond on the society be in form required for a specific context. The classical sociologists were the first to attempt to answer this requirement: for it in this essay, a tour of the beginning of these reflections through representations of Comte, Marx, Weber and Durkheim, for comparison between the above dynamics and the responsibility for training of human beings in society today. KEYWORDS Sociology, education, social representations, ideology. 1 Ensayo presentado en el marco del curso de Pedagogía y TIC de la Maestría en Informática Educativa de la Universidad Libre – Seccional Cali. Agosto 2010. La construcción de elementos críticos de la relación existente entre el campo educativo y la sociedad se viene gestando de manera formal desde la aparición de enfoques como la sociología de la educación en la década de 1970. Pero la existencia de los puntos de encuentro entre los mencionados elementos no existe desde aquel entonces: es un hecho que el sistema educativo responde a unas necesidades de una sociedad demandante de individuos que sean competentes en los que ella misma requiere. Para justificar esta posición, es necesario realizar una revisión histórica y filosófica acerca de las concepciones de los pensadores clásicos y modernos que permita ampliar esta visión. Es necesario remontarse a la sociología clásica y a los acontecimientos históricos relevantes durante la transición entre la Edad Moderna y la Edad Contemporánea: los procesos que se vivían en el mundo durante el paso entre un contexto decimonónico y el siglo XX fueron muy complejos y de estructura diferente a los anteriores; en muchas ocasiones, éste último es llamado “el siglo del desarrollo”. Se transforma notablemente la concepción de Estado, la aparición de los nacionalismos, el proceso de transformación económica a través de la industrialización, el cambio en las relaciones sociales de producción y, por consiguiente, un cambio en las estructuras sociales que implicaban la necesidad de modificaciones en sus instituciones, entre ellas, la escuela. Inicialmente, la pedagogía surge en el contexto de identificar la explicación entre las condiciones políticas que la moldeaban o “parte de un sistema filosófico en el que debía encontrar su fundamento”2. Para responder a esta dicotomía, los sociólogos clásicos intentan justificar que su ciencia “es una confrontación y apoyo a la investigación histórico- BEDOYA M., José Iván. “Epistemología y Pedagogía: Ensayo histórico crítico sobre el objeto y modelos pedagógicos”. ECO Ediciones. Bogotá. 2003. p. 83. 2 pedagógica”3. Por lo tanto, se inicia una explicación por parte de esta ciencia social para establecer la relación entre la formación pedagógica y el contexto social de los individuos. Esta discusión se debe en el marco de la asunción del positivismo científico como fuente de búsqueda de la verdad por parte de la ciencia; por tanto, son aquellos que defienden el positivismo quienes se acercan a la construcción de los fundamentos de la sociología de la educación. Estos orígenes se fundamentan en el proceso de transición del feudalismo al capitalismo y la necesidad de encontrar las respuestas y avances frente a las concepciones sobre lo que debía hacer el ser humano y ante quién debía responder. Los fundamentos del derecho divino habían desaparecido como reguladores de las relaciones sociales y aparecen los derechos de los seres humanos regulados por ellos mismos: por esto es necesario que las ciencias sociales aparezcan para explicar el tránsito de la sociedad humana hacia la adquisición del conocimiento y la creación de referentes culturales que ya no estén cohesionados por la explicación teocéntrica del mundo. Además, había que generar tendencias y perspectivas sobre cómo el ser humano iba a transitar por el mundo y qué podía encontrar. En principio, encontramos a Augusto Comte, precursor del positivismo científico, quien establece la necesidad de una “escuela positiva” que fomente en la práctica los elementos más significativos de la filosofía de esta corriente del pensamiento y, de alguna manera, vincular los elementos del “deber ser” de la sociedad con el desarrollo de la ciencia. Establece la relación entre lo que denomina “ley de los tres estadios” con el ámbito educativo cuando identifica que las potencias sobrenaturales del estadio teológico dan paso a las ideas abstractas del estado metafísico para llegar al estado de la explicación a 3 Ibid, p. 84. través de la observación (estado positivo), para llegar al concepto de “física social”. Así, “la formación de la física social, que en el aspecto intelectual puramente, ha sido ya demostrado que es indispensable para llegar a un sistema filosófico completo, no es menos necesaria, en el aspecto político, para producir una educación social enteramente homogénea, que pueda servir de base a una jerarquía fija y regular; porque la educación y la filosofía están en íntima y necesaria relación, vista la necesidad de educar a la sociedad e otra manera que bajo el sistema de ideas preponderante”4 Comte defendía la idea de que la enseñanza debía ser universal, buscando transformar el panorama de una sociedad que debía ser formada en términos de la filosofía del positivismo. Pero aparecen otras manifestaciones que, además de cuestionar las antiguas estructuras sociales, también lo hacían con las ideas de la sociología del positivismo. Entre ellas, se encuentran las teorías de Karl Marx sobre la concepción de la sociedad, a pesar de que nunca escribió un tratado sobre educación. Marx planteaba una propuesta de escuela que respondiera a los ideales marcados por la corriente del pensamiento socialista, a través del “Manifiesto Comunista”, que se opusiera al Antiguo Régimen y que visualizara más allá de la justificación de un capitalismo imperante5. Sin embargo, frente a la educación “planteó análisis y alternativas muy vinculadas al conjunto de su teoría. Podemos considerar su propuesta de escuela siguiendo tres características principales: igualitaria, laica y productiva”6. Critica las propuestas sobre la educación igualitaria en términos de la condición de ser humano y no COMTE, Auguste. “Primeros ensayos”. Fondo de Cultura Económica. México. 2001. p. 214. Teniendo en cuenta que la intención del sistema escolar no consistía en el adoctrinamiento sino en establecer posiciones críticas frente a las nuevas formas y modos como se concebía la sociedad, luego del auge del capitalismo. 6 CASAL, Joaquín y otros. “Sociología de la educación”. Madrid. Ed. Pearson Prentice Hall. 2003. p. 64. 4 5 de la diferenciación entre clases sociales: no se puede pretender, según Marx, que la educación para quien posee los medios de producción sea la misma que para quienes deben vender su fuerza de trabajo. Así, “en el contexto de su análisis de la sociedad capitalista, Marx sostiene que la educación es de naturaleza clasista; construye un mero instrumento ideológico en manos de la clase dominante para perpetuar la relación de clases existente, es decir, para reproducir las condiciones (ideas, hábitos, formas de conducta) que la mantienen en el poder”7. Es, en esa medida, que la educación debía ser igual para todos. A pesar de lo que se puede deducir del desarrollo del pensamiento marxista, estaba de acuerdo con una enseñanza laica en la que se impartieran los distintos saberes de las ciencias y no una doctrina o ideologías partidistas. Sería el comunismo triunfante quien modificaría la manera práctica de aplicar un sistema educativo de tipo socialista. Así, para Marx, “la educación debe procurar el desarrollo del potencial humano; para ello es necesario unir la enseñanza con el trabajo productivo”8. Esto se conecta con su idea productiva de la educación: los alumnos debían recibir unos referentes teóricos y prácticos de manera simultánea, que les sirvieran para ser críticos pero al mismo tiempo, productivos en una sociedad que demandaba de individuos que fortalecieran el sistema. Pero es necesario revisar la concepción de educación para los precursores de la sociología como ciencia, intentando explicar su posición frente a la relación expuesta al inicio de este discurso: es obligatorio ver a Max Weber y a Emile Durkheim. BRÍGIDO, Ana María. “Sociología de la educación: temas y perspectivas fundamentales”. Córdoba. Ed. Brujas. 2006. p. 16. 8 Ibid, p. 18. 7 Weber no realiza una contribución directa a la sociología de la educación, pero si establece los marcos de referencia para las corrientes modernas del pensamiento sociológico: casi se convierte en una referencia obligada. Entre los aportes de Weber, el pilar significativo consiste en la idea de que la educación es un claro instrumento de dominación ideológica. Así, para Weber “cada sistema educativo se propone hacer crecer a los jóvenes en un determinado estilo de vida impuesto por los grupos que detentan el poder. Considera, también, que la educación siempre fue un privilegio dotado de poderes especiales, es decir, de una élite. A cada tipo particular de estructura de dominación corresponde un tipo ideal de educación de la élite”9. Con lo anterior se puede observar que las ideas de Weber no diferían a las de Marx en cuanto a la estructuración del poder a través de la educación. En lo que sí hace énfasis Weber es en las estrategias de dominación y sus tipos, tendientes a la formación básica de la personalidad: “de carácter racional, que descansa en la creencia de la legalidad de ordenaciones estatuidas [...] de carácter tradicional, que descansa en la creencia de la cotidiana de la santidad de las tradiciones que rigieron desde tiempos lejanos [...] de carácter carismático, que descansa en la entrega extraordinaria a la santidad, heroísmo o ejemplaridad de una persona [...] A cada uno de estos tipos de dominación corresponde un tipo de educación de la élite, respectivamente, educación especializada, educación humanista y educación carismática”10 Se puede acoger sobre Weber, los aportes a la sociología de la educación, en tres aspectos mencionados por Casal y otros11: la racionalización, entendida como el proceso de interiorización del saber empírico y el fomento de la capacidad de análisis; la 9 Ibid. p. 22. Ibid, p. 23. 11 CASAL y otros, Op. Cit. p. 67. 10 modernización, vista como el proceso de dominación y desencantamiento del proceso educativo, dado que las condiciones de la modernidad capitalista no permiten la realización personal de los estudiantes ni profesional de los docentes; y la burocratización, al entregar la función formativa a los intereses particulares estimulando una educación que no tiene en cuenta las percepciones de una colectividad sino de un particular. En Emile Durkheim, la educación es el mecanismo directo de influencia sobre el individuo: para él, los seres humanos serían animales si no reciben instrucción alguna y si se les aisla de la sociedad. Durkheim considera que el hombre en sociedad está destinado a cumplir diversas funciones. Todo esto constituye lo que se denomina análisis funcionalista. Define a los hechos sociales como maneras de actuar, de pensar y de sentir de un grupo; estas maneras son externas al individuo y son susceptibles de ejercer coacción sobre él. Los hechos sociales no pueden reducirse a simples hechos individuales, ya que la realidad social se encuentra en el grupo de individuos y no en uno de ellos. Él aborda la educación desde la perspectiva en la que la considera como un hecho social: su doctrina de la educación es un elemento esencial de su sociología. Definiéndola de la siguiente manera: “La educación es la acción ejercida por las generaciones adultas sobre las que todavía no están maduras para la vida social. Tiene por objeto suscitar y desarrollar en el niño un cierto número de estados físicos, intelectuales y morales que le exigen la sociedad política en su conjunto y el medio especial al que está particularmente destinado [...] la educación es una socialización de la generación nueva”12 12 DURKHEIM, Emile. “Educación y sociología”. Ed. Leaga. México. 1994. Se pueden rescatar de Durkheim algunos esbozos sobre la sociología de la educación, que luego serían puestos en práctica por sus contemporáneos: ésta debía tener una orientación práctica, que fuese más allá de la teoría, en términos de proporcionar nuevos escenarios de actuación educativa. Esto se logra incentivando un análisis científico de la educación, revisando su epistemología. Los elementos mostrados desde la postura de la sociología clásica pueden establecer varias perspectivas: Los postulados de la sociología clásica establecen unos criterios de evaluación a partir del contexto social y político en el que el sociólogo analizó y planteó su propuesta de relación entre la formación de los individuos y su responsabilidad ante la sociedad. En muchos de estos planteamientos se evidencia el trasfondo político de la sociedad de la que se está haciendo referencia: el debate sobre la estructura del sistema educativo es algo que se discute desde los orígenes del capitalismo y sus propuestas alternativas. Finalmente, la discusión sobre la importancia de los clásicos en la construcción de la sociología de la educación: muchos de los problemas observados por ellos aún son objeto de discusión.