Download Comentarios de texto
Document related concepts
no text concepts found
Transcript
LENGUA CASTELLNA Y LITERATURA 4º ESO GENERACIÓN DEL 98 – COMENTARIOS DE TEXTO UNAMUNO Decíase que había entrado en el Seminario para hacerse cura, con el fin de atender a los hijos de una su hermana recién viuda, de servirles de padre; que en el Seminario se había distinguido por su agudeza mental y su talento y que había rechazado ofertas de brillante carrera eclesiástica porque él no quería ser sino de su Valverde de Lucerna, de su aldea perdida como un broche entre el lago y la montaña que se mira en él. ¡Y cómo quería a los suyos! Su vida era arreglar matrimonios desavenidos, reducir a sus padres hijos indómitos o reducir los padres a sus hijos, y sobre todo consolar a los amargados y atediados, y ayudar a todos a bien morir. Me acuerdo, entre otras cosas, de que al volver de la ciudad la desgraciada hija de la tía Rabona, que se había perdido y volvió, soltera y desahuciada, trayendo un hijito consigo, Don Manuel no paró hasta que hizo que se casase con ella su antiguo novio, Perote, y reconociese como suya a la criaturita, diciéndole: -Mira, da padre a este pobre crío que no le tiene más que en el cielo. -¡Pero, Don Manuel, si no es mía la culpa...! -¡Quién lo sabe, hijo, quién lo sabe...!, y, sobre todo, no se trata de culpa. Y hoy el pobre Perote, inválido, paralítico, tiene como báculo y consuelo de su vida al hijo aquel que, contagiado de la santidad de Don Manuel, reconoció por suyo no siéndolo. Miguel de Unamuno: San Manuel Bueno, mártir PÍO BAROJA En casi todos los momentos de su vida, Andrés experimentaba la sensación de sentirse solo y abandonado. La muerte de su madre le había dejado un gran vacío en el alma y una inclinación a la tristeza. La familia de Andrés, muy numerosa, se hallaba formada por el padre y cinco hermanos. El padre, don Pedro Hurtado, era un señor alto, flaco, elegante, hombre guapo y calavera en su juventud. De un egoísmo frenético, se consideraba el metacentro del mundo. Tenía una desigualdad de carácter perturbadora, una mezcla de sentimientos aristocráticos y plebeyos insoportable. Su manera de ser se revelaba de una forma insólita e inesperada. Dirigía la casa despóticamente, con una mezcla de chinchorrería y de abandono, de despotismo y de arbitrariedad, que a Andrés le sacaba de quicio. Varias veces, al oír a don Pedro quejarse del cuidado que le proporcionaba el manejo de la casa, sus hijos le dijeron que lo dejara en manos de Margarita. Margarita contaba ya veinte años, y sabía atender a las necesidades familiares mejor que el padre; pero don Pedro no quería. A éste le gustaba disponer del dinero; tenía como norma gastar de cuando en cuando veinte o treinta duros en caprichos suyos, aunque supiera que en su casa se necesitaban para algo imprescindible. Don Pedro ocupaba el cuarto mejor, usaba ropa interior fina; no podía utilizar pañuelos de algodón, como todos los demás de la familia, sino de hilo y de seda. Era socio de dos casinos, cultivaba amistades con gente de posición y con algunos aristócratas, y administraba la casa de la calle de Atocha, donde vivían. Pío Baroja, El árbol de la ciencia VALLE-INCLÁN EL RETIRADO.- El Principio de Autoridad es inexorable. EL ALBAÑIL.- Con los pobres. Se ha matado, por defender al comercio, que nos chupa la sangre. EL TABERNERO.- Y que paga sus contribuciones, no hay que olvidarlo. EL EMPEÑISTA.- El comercio honrado no chupa la sangre de nadie. LA PORTERA.- ¡Nos quejamos de vicio! EL ALBAÑIL.- La vida del proletario no representa nada para el Gobierno. MAX.- Latino, sácame de este círculo infernal. Llega un tableteo de fusilada. El grupo se mueve en confusa y medrosa alerta. Descuella el grito ronco de la mujer, que al ruido de las descargas, aprieta a su niño muerto en los brazos. LA MADRE DEL NIÑO.- ¡Negros fusiles, matadme también con vuestros plomos! MAX.- Esa voz me traspasa. LA MADRE DEL NIÑO.-¡Que tan fría, boca de nardo! MAX.- ¡Jamás oí voz con esa cólera trágica! DON LATINO.- Hay mucho de teatro. MAX.- ¡Imbécil! El farol, el chuzo, la caperuza del SERENO, bajan con un trote de madreñas por la acera. EL EMPEÑISTA.- ¿Qué ha sido, sereno? EL SERENO.- Un preso que ha intentado fugarse. MAX.- Latino, Ya no Puedo gritar... ¡Me muero de rabia!... Estoy mascando ortigas. Ese muerto sabía su fin... No le asustaba, pero temía el tormento... La Leyenda Negra en estos días menguados es la Historia de España. Nuestra vida es un círculo dantesco. Rabia y vergüenza. Me muero de hambre, satisfecho de no haber llevado una triste velilla en la trágica mojiganga. ¿Has oído los comentarios de esa gente, viejo canalla? Tú eres como ellos. Peor que ellos, porque no tienes una peseta y propagas la mala literatura por entregas. Latino, vil corredor de aventuras insulsas, llévame al Viaducto. Te invito a regenerarte con un vuelo. Valle-Inclán, Luces de Bohemia ANTONIO MACHADO Anoche cuando dormía soñé, ¡bendita ilusión!, que una fontana fluía dentro de mi corazón. Di: ¿por qué acequia escondida, agua, vienes hasta mí, manantial de nueva vida en donde nunca bebí? Anoche cuando dormía soñé, ¡bendita ilusión!, que una colmena tenía dentro de mi corazón; y las doradas abejas iban fabricando en él, con las amarguras viejas, blanca cera y dulce miel. Anoche cuando dormía soñé, ¡bendita ilusión!, que un sol ardiente lucía dentro de mi corazón. Era ardiente porque daba calores de rojo hogar, y era sol porque alumbraba y porque hacía llorar. Anoche cuando dormía soñé, ¡bendita ilusión!, que era Dios lo que tenía dentro de mi corazón. Antonio Machado, Soledades, galerías y otros poemas ¡Colinas plateadas, grises alcores, cárdenas roquedas por donde traza el Duero su curva de ballesta en torno a Soria, oscuros encinares, ariscos pedregales, calvas sierras, caminos blancos y álamos del río, tardes de Soria, mística y guerrera, hoy siento por vosotros, en el fondo del corazón tristeza, tristeza que es amor! ¡Campos de Soria donde parece que las rocas sueñan, conmigo vais! ¡Colinas plateadas, grises alcores, cárdenas roquedas!... Antonio Machado, Campos de Castilla