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¡Déjame ver
tu rostro,
Señor!
Solamente enciende tus bocinas.
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Ayer te vi.
Fue más claro que la luna.
En mi, no quedaron dudas.
Fue una clara aparición,
Me ha saltado el corazón cuando te vi.
Ayer te vi.
Después de buscarte tanto,
antes de salir el sol
y pedirte que me dejes ver tu rostro en
oración.
Te vi en un niño de la calle
sin un lugar para dormir.
Te vi en sus manos extendidas
pidiendo pan para vivir.
Te vi en sus ojos suplicantes
y en su sonrisa titubeante.
Te vi en un cuarto de hospital.
En soledad te vi llorar.
Te vi en el rostro atibulado
de un enfermo desahuciado,
sin esperanza de vivir,
cansado de tanto sufrir.
Ayer te vi.
Fue más claro que la luna.
En mi, no quedaron dudas.
Fue una clara aparición,
Me ha saltado el corazón cuando te vi.
Ayer te vi.
Después de buscarte tanto,
antes de salir el sol
y pedirte que me dejes ver tu rostro en
oración.
Te vi en un niño de la calle
sin un lugar para dormir.
Te vi en sus manos extendidas
pidiendo pan para vivir.
Te vi en sus ojos suplicantes
y en su sonrisa titubeante.
Te vi en un cuarto de hospital.
En soledad te vi llorar.
Te vi en el rostro atribulado
de un enfermo desahuciado,
sin esperanza de vivir,
cansado de tanto sufrir.
Te disfrazas y te escondes de mi vista
Pero ayer te vi, ayer te vi.
"Vengan, benditos de mi Padre, y reciban en herencia el Reino que les fue preparado
desde el comienzo del mundo, porque tuve hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve
sed, y me dieron de beber; estaba de paso, y me alojaron; desnudo, y me vistieron;
enfermo, y me visitaron; preso, y me vinieron a ver". Los justos le responderán: "Señor,
¿cuándo te vimos hambriento, y te dimos de comer; sediento, y te dimos de beber?
¿Cuándo te vimos de paso, y te alojamos; desnudo, y te vestimos? ¿Cuándo te vimos
enfermo o preso, y fuimos a verte?". Y el Rey les responderá: "Les aseguro que cada
vez que lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, lo hicieron conmigo".
Continúa
(Mateo 25, 34-40)
Tema musical:
Ayer te vi.
Jesús Adrián Romero