Download Diapositiva 1 - Misioneros del sagrado Corazón de Jesús
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1ª Parte Preguntas de reflexión: ¿Cuáles son mis objetivos personales al empezar esta Cuaresma? Si soy casado(a), ¿cuáles son nuestros objetivos de pareja? ¿No podríamos también fijarnos objetivos de familia en diálogo con los hijos? ¿Qué día, qué hora escogemos para ese “diálogo familiar”? La falta de reconciliación no tiene raíces exclusivamente externas. Tiene su origen en el corazón humano. Por eso, hoy vayamos a recibir las CENIZAS como signo de que aceptamos doblegar nuestra soberbia, raíz de toda división, acogiendo estas palabras de la Sagrada Escritura: “Acuérdate que eres polvo y al polvo volverás” (Génesis 3, 19) “Conviértete, y cree en el Evangelio” (Marcos 1, 15). Para erradicar de nuestro corazón toda vanagloria, que nos lleva a pensar que somos mejores que los demás o que tenemos siempre la razón, el EVANGELIO de hoy (Mateo 6, 1-6.16-18) nos invita a una nueva vivencia acerca de las principales prácticas cuaresmales: la limosna, la oración y el ayuno. En resumen, dice Jesús en el Evangelio: “Eviten hacer el bien delante de la gente para que los vean… en cambio háganlo ante el Padre que ve en lo secreto y Él les premiará”. Preguntas de reflexión personal: Al momento de recibir la ceniza, signo de penitencia, ¿qué le voy a decir al Señor para esta Cuaresma? ¿Qué tengo que dejar (actitudes, comportamientos, actos, etc.) para tener un corazón siempre capaz de reconciliación? PARA REFLEXIONAR Está bien dar una limosna al pobre de la calle, pero sería mejor darle trabajo para que se gane la vida, o ayudarle a ir a la escuela/colegio para que se capacite. Está bien orar al Señor individualmente, pero sería mejor orar con mi pareja, con mi familia. Está bien ayunar para mortificarme y tener más disciplina de vida, pero sería mejor dar a los pobres lo que ahorro en esa dieta alimenticia. San Pablo se sentía profundamente MENSAJERO DE LA RECONCILIACIÓN, por eso decía (2 Cor 5, 20): “De parte de Cristo, les suplicamos: déjense reconciliar con Dios”. ¿Qué debo dejar/cambiar para dejarme reconciliar con Dios? “Con estos sentimientos, os imparto a todos de corazón la bendición apostólica.” BENEDICTO XVI, PAPA RECIBAMOS LA BENDICIÓN DEL SANTO PADRE CON HUMILDAD Y AMOR PARA VIVIR UNA BUENA CUARESMA. AP SEAMOS APÓSTOLES y MISIONEROS: reenviemos este mensaje a cuantos podamos (familiares, amigos, compañeros, etc.), sembrando así la buena semilla de la RECONCILIACIÓN (cf. El sembrador en Lucas 8, 4-15).