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Documentos de trabajo | Working Papers http://workingpapers.ucc.edu.co No. 02, abril de 2016 doi: http://dx.doi.org/10.16925/greylit.1484 Reporte de investigación | Research Report SEQUÍA EN LA SABANA INUNDABLE DE CASANARE Y SUS EFECTOS ECOLÓGICOS: PERSPECTIVAS DE SOLUCIÓN Darío Cárdenas-García Universidad Cooperativa de Colombia Sede Villavicencio NOTA LEGAL El presente documento de trabajo ha sido incluido dentro de nuestro repositorio de literatura gris por solicitud del autor, con fines informativos, educativos o académicos. Asimismo, los argumentos, datos y análisis incluidos en el texto son responsabilidad absoluta del autor y no representan la opinión del Fondo Editorial o de la Universidad. DISCLAIMER This working paper has been uploaded to our grey literature repository due to the request of the author. This document should be used for informational, educational or academic purposes. Arguments, data and analysis included in this document represent authors’ opinion not the Press or the University. ACERCA DE LOS AUTORES Darío Cárdenas-García, Ph.D. en nutrición animal con énfasis en bioquímica. Actualmente, es profesor de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia en la Universidad Cooperativa de Colombia, sede Villavicencio, Colombia. Correo electrónico: dario.cardenas@ucc.edu.co CÓMO CITAR ESTE DOCUMENTO Cárdenas-García D. Sequía en la sabana inundable o llanura aluvial de desborde de la Orinoquía colombiana y sus efectos ecológicos: perspectivas de solución (Documento de trabajo No. 02). Bogotá: Ediciones Universidad Cooperativa de Colombia; 2016. doi: http://dx.doi.org/10.16925/greylit.1484 Este documento puede ser consultado, descargado o reproducido desde nuestro repositorio de documentos de trabajo (http://workingpapers.ucc.edu.co) para uso de sus contenidos, bajo la licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional. http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/4.0/ RESUMEN Colombia es catalogada en el ámbito mundial como megabiodiversa por su riqueza en ecosistemas, fauna, flora y recursos hidrobiológicos. Sin embargo, el calentamiento global, además de catástrofes, está generando agotamiento del recurso hídrico por la acción del hombre. El daño ecológico en la sabana natural inundable de Casanare (parte de la reserva de agua superficial y freática del mundo), debido a la fuerte sequía y a las altas temperaturas (26 a 40° C), ha provocado desertización y muerte a animales de producción y silvestres (~25.000) por factores como la tala de bosques de galería y la explotación petrolera. Las investigaciones del INAT, Himat, ICA y Corpoica en esta zona permitieron desarrollar modelos de cosecha y regulación del agua, la construcción de módulos reticulares (diques perimetrales) y pasturas tropicales adaptadas en suelos inundados, lo cual, junto con el control de las autoridades ambientales (proyectos de conservación), se debe tener en cuenta para recuperar las condiciones de los sistemas de agricultura, ganadería, fauna silvestre, pesca y turismo, y para mitigar futuros desastres ecológicos, buscando convivir amigablemente con la naturaleza. Con el documento, se busca divulgar y analizar la problemática ecológica de la sabana inundable de Casanare, así como sus actores participantes, alternativas tecnológicas de solución, algunas conclusiones y recomendaciones ante esta calamidad natural, y para ayudar a evitar futuros eventos. Palabras clave: sabana natural inundable, bosques de galería, sequía, ecología, módulos reticulares. REPORTE DE INVESTIGACIÓN | Sequía en la sabana inundable de Casanare y sus efectos ecológicos INTRODUCCIÓN Colombia es catalogada mundialmente como megabiodiversa por sus ecosistemas con riqueza natural en fauna y flora, y sus recursos hidrobiológicos. Actualmente, el agua, “líquido vital”, del cual goza Colombia en abundancia, empieza a escasear y nos está enseñando tanto que sus consecuencias no serán pocas, como que la actividad irresponsable del ser humano así lo propicia [1]. No es un secreto que la acción antropogénica sobre la naturaleza incide en el calentamiento global, efecto del cambio climático generado por los gases invernadero, resultantes, entre otros factores, por la indiscriminada utilización de combustibles fósiles (petróleo, carbón, gasolina, gas natural), aunado a la deforestación, con efectos catastróficos como inundaciones, terremotos, tempestades, tsunamis, avalanchas, desertización e incendios forestales. Un ejemplo cercano es el de la zona selvática del Chocó, en donde, tras once días de incendio, diversas especies, como osos perezosos, felinos, serpientes, caimanes, babillas, tortugas, monos y aves, desaparecieron, convirtiendo el ecosistema en ceniza y árboles marchitos, borrando además cerca de 4.000 hectáreas de esa esencial zona selvática. La misma suerte corrieron cerca de 3.200 hectáreas de la Sierra Nevada de Santa Marta y nacimientos de agua, como el de Nobsa (Boyacá), los cuales desaparecieron tras la quema de bosques [2]. Sin embargo, pocos países escapan de este tipo de eventos, consecuencia del comportamiento humano (intencional) o del calentamiento global. En Valparaíso (Chile), la muerte de 15 personas y más de 10.000 damnificados, la pérdida de más de 2.500 casas y más de 800 hectáreas a manos de un incendio forestal es ejemplo de la crudeza de estos eventos [3]. Nuestro caso más cercano ocurrió en la sabana natural de Paz de Ariporo (Casanare), en donde la fuerte sequía causó la muerte de cerca de 25.000 animales [4], incluyendo animales de producción mayores (bovinos) y especies silvestres (chigüiros, venados, cachirres). Si bien los reportes del Ministerio del Medio Ambiente, que decían que “Las sequías se presentan en Casanare hace 40 años y solo murieron seis mil chigüiros de una población de un millón”, buscaron reducir el impacto de la sequía casanareña [5], el desastre ambiental dejó incalculables pérdidas y profundas consecuencias económicas, sociales y ambientales, al alterarse el equilibrio biológico entre las comunidades humanas, animales y vegetales y el entorno de sus respectivos ecosistemas. Además, la región se convirtió en un antroposistema, en términos de producción de alimentos, empleo, trabajo y condiciones de salud pública. La prensa casanareña mostró con crudeza variedad de especies animales y vegetales muertas, 3 REPORTE DE INVESTIGACIÓN | Sequía en la sabana inundable de Casanare y sus efectos ecológicos o en el proceso de tal, en ríos, caños, lagunas o esteros secos [1], como se observa en la figura 1. Figura 1. Muerte y enterramiento de animales en la sabana nativa de Casanare. [6] Consecuencias del calentamiento global En el 2010, RCN Radio [7] divulgó un informe que muestra cómo afecta el calentamiento global a Colombia a través de puntos críticos, como el incremento anual de la temperatura, con efectos como la modificación de las condiciones atmosféricas y la pérdida de los bosques andinos. Entre los factores, se pueden asociar la deforestación y la pérdida del caudal de aguas, como ocurre en la cuenca del Amazonas, con efectos en el régimen de lluvias, generando sequías y destrucción de ecosistemas. Este mismo problema puede ocurrir en la cuenca del Orinoco por la pérdida de miles de hectáreas de bosques de galería y la modificación de los ecosistemas de alta montaña en la cordillera oriental. Un ejemplo a gran escala lo representaría la reducción dramática de la selva amazónica (bosque húmedo tropical inundable), que comparten tres países (Brasil, 4 REPORTE DE INVESTIGACIÓN | Sequía en la sabana inundable de Casanare y sus efectos ecológicos Perú y Colombia). Tras una hipotética disminución del cauce del río Amazonas, se disminuiría la transpiración de agua por parte de los bosques, y al perderse la succión de vientos alisios (soplan sobre cuencas), se reducirían las lluvias y se impactarían poblaciones de ciudades como Bogotá (30% de Colombia) y regiones como el Piedemonte Llanero [8]. En el 2008, la ONU reportó más de 4000 millones de hectáreas comprometidas con desertización como consecuencia del cambio climático, al igual que la inseguridad por el desabastecimiento alimentario y la degradación de tierras productivas [9]. La Orinoquía colombiana y sus tres subregiones naturales La quinta región natural de Colombia, la Orinoquía, involucra al Meta, Vichada, Casanare y Arauca (figura 2); presenta gran riqueza en ecosistemas naturales, biodiversidad, recursos hidrobiológicos y tierra mecanizable. Se divide en tres subregiones, completamente distintas: Figura 2. La situación de la región natural de la Orinoquía colombiana con sus cuatro departamentos y su riqueza en biodiversidad y cultura. Fotos tomadas de: www.regionorinoquia.galeon.com 5 REPORTE DE INVESTIGACIÓN | Sequía en la sabana inundable de Casanare y sus efectos ecológicos 1. Subregión del Piedemonte llanero: con 2.500.000 hectáreas, que bordean 20 km de la cordillera oriental, se extiende desde la Sierra de la Macarena (Meta) hasta los límites con Venezuela. Es una región bastante intervenida, donde existen 1.500.000 hectáreas de pastos introducidos o mejorados, dando lugar a sistemas de producción bovina de ceba, doble propósito, lechería tropical especializada y ganaderías de reproducción o fomento (Asocebú, Asojersey, Asoangus, Asocriollano, etc.), así como, cultivos de palma de aceite, plátano, yuca y arroz. 2. La Orinoquía bien drenada: constituida por la altillanura disectada o serranía con 15.000.000 hectáreas y la altillanura plana con 3.200.000 hectáreas en el Meta y Vichada. Se explota la ganadería de cría, que abastece la ceba en el Piedemonte llanero, al igual que cultivos de caucho, forestales, soya, maíz y palma de aceite, entre otros. 3. La Orinoquía mal drenada, llanura aluvial de desborde o la sabana inundable: con 5.200.000 hectáreas en Casanare (70%) y Arauca (30%), es la secuencia de un patrón de humedales y zuros, con pastos naturales de agua como la Maciega y el Gramalote, que permanecen inundados durante la mayor parte del año. Se realiza la explotación de la ganadería de cría bovina en los bancos de sabana con el pasto nativo guaratara y los paspalum. Este ecosistema permite una perfecta interacción de la sabana con el bosque de galería, generando agua y lugares de reproducción y de alimento a través de la flora y la fauna silvestre (chigüiros, venados, lapas, armadillos y grandes felinos). La cruda realidad de la sabana inundable de Casanare y Arauca Al analizar el efecto de la intervención del hombre en Casanare y Arauca, en la tasa de deforestación de los bosques nativos del país (300.000 Has/año), se convierten en protagonistas los bosques de galería (riqueza de las sabanas naturales) de una extraordinaria importancia biológica, ya que acompañan los caños a lo largo y ancho de las sabana inundable, permitiendo el desarrollo de especies como los chigüiros. A su vez, los chigüiros han sido la fuente de alimento para cazadores, ganaderos, comunidades urbanas del país (restaurantes de Yopal, Arauca y Villavicencio), así como es fuente de alimento en la cadena trófica para grandes felinos, zorros, etc. Para Huertas [10], en la actualidad Casanare junto con Arauca y la llanura suroccidental de Venezuela son las mayores reservas de agua dulce superficial y freática del mundo. Así mismo, afirma que el problema del agua no radica solo en la escasez durante el verano sino de su contaminación y mal uso. Casanare dispone de dos grandes fuentes hídricas: la procedente de los ríos que se originan en la parte alta de la cordillera Oriental (reducción evidente y preocupante), y la sabana 6 REPORTE DE INVESTIGACIÓN | Sequía en la sabana inundable de Casanare y sus efectos ecológicos cóncava (agua de lluvia y nivel freático alto). Estas fuentes soportan los humedales o esteros y abastecen de agua al ganado, a los chigüiros y a otras especies de animales, junto con las cañadas y caños que se originan en estos humedales. Ambas fuentes requieren drásticas regulaciones de Corporinoquia y el Ministerio de Ambiente. En el 2014, Contreras [1] reportó que en el Casanare, para el periodo entre el 2010 y el 2012, se talaron 1332 Has/año, el doble del promedio anual de toda la década de los noventa, con consecuencias como el incremento de la temperatura en Paz de Ariporo (26 a 40° C). La destrucción de estos bosques disminuye las poblaciones de artrópodos e insectos, rompiendo el equilibrio biológico entre la fauna silvestre, los bovinos, los equinos y el hombre, con consecuencias como la presencia de enfermedades en áreas urbanas, el incremento de las zoonosis y las enfermedades emergentes, que antes estaban confinadas en el triángulo huéspedtransmisor-causante de la enfermedad. A lo anterior se adiciona la explotación no sostenible de industria petrolera, que, de igual forma, está interviniendo los ecosistemas de sabana nativa y bosques de galería, desplazando animales desde su hábitat, llegando a generar muerte de animales silvestres por aplastamiento. Todo esto ocurre por la falta de agua y la alteración de su ciclo, a consecuencia de la deforestación y el secamiento de fuentes hídricas. La lección para los seres humanos, que recibimos subsidios de la naturaleza, es cuidar y proteger nuestras microcuencas, senderos del agua (cordillera Oriental) y el agua subterránea que hoy tenemos. ¿A qué atribuyen las corporaciones ambientales el desastre ambiental en Paz de Ariporo? Las sabanas verdes de Paz de Ariporo (Casanare) ahora son desiertos, al no existir espejos de agua, por lo cual los animales mueren por la sequía [11]. En la figura 3, se observa cómo la prensa regional reportó la muerte de animales por la sequía en las sabanas casanareñas. 7 REPORTE DE INVESTIGACIÓN | Sequía en la sabana inundable de Casanare y sus efectos ecológicos Figura 3. Muerte de animales en las sabanas por culpa de la sequía en estas zonas. [12] Los profesionales de Corporinoquia calcularon entre 200.000 y 250.000 hectáreas afectadas, y los comités departamentales y municipales de gestión del riesgo atribuyen la mortalidad de chigüiros a las altas temperaturas y a la falta de agua. Opiniones como la de Huertas [9], quien afirma que el director del Instituto Geográfico Agustín Codazzi (IGAC) se ha involucrado en la problemática de la sequía en Casanare al declarar que el deterioro del agua se debe a un intenso pisoteo de ganadería, abre un debate sobre el efecto de esta práctica sobre los ecosistemas. Según la perspectiva de Huertas, estas declaraciones son contradictorias, ya que en las sabanas de Casanare no existen cargas de dos, tres o cuatro bovinos por hectárea, por el contrario, estas son de más de dos hectáreas por bovino. Además, recientes estudios de entes ambientalistas nacionales e internacionales, y la misma trayectoria de 300 años de actividad ganadera, perfilan la ganadería como un factor de conservación de los sistemas naturales de la sabana inundable, y no como un factor degradante, como lo puede ser en los ecosistemas de alta montaña. Por otra parte, Llano Siete Días [12] reportó que Corporinoquia atribuyó el desastre natural a las altas temperaturas y algunos ambientalistas no descartan el impacto de la actividad petrolera. La pregunta es, entonces: ¿es en realidad una tragedia natural, cuando el mismo hombre por falta de autoridad ambiental, carencia de aplicación de la corta legislación ambiental y por falta de conciencia, no evita impactos negativos en los recursos hidrobiológicos superficiales y de 8 REPORTE DE INVESTIGACIÓN | Sequía en la sabana inundable de Casanare y sus efectos ecológicos escorrentía o subterráneos, que generan disminución de las fuentes hídricas, alteración de esteros y migración de la fauna de su habita natural? Investigación institucional crearon modelos de cosecha y regulación de aguas en invierno y verano Al respecto, es de destacar la importante investigación llevada a cabo por Lizarazo y colaboradores en el 2001 [13], en Santa Bárbara de Arauca, dentro del marco de un proyecto (INAT-Corpoica) financiado por Pronatta titulado “Formulación y ajuste de estructura reguladora para el manejo del agua en las sabanas de Arauca y su efecto en el sistema de explotación de bovinos de cría”, con interesantes resultados publicados en el Boletín Técnico 07: “Tapa tecnificada en sabana araucana, obra para la regulación de aguas tanto en invierno como en verano” (figura 4). Figura 4. Tapa tecnificada con dique protegido con pasto. [13] Novoa [14], con el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Himat), presentaron la construcción de los diques perimetrales, con vertederos y compuertas para la regulación de caudales y aguas lluvias (colecta o cosecha del agua), denominados los módulos reticulares de Orocue (Casanare). Además, a través de un convenio Himat-ICA, se desarrolló una investigación en 9 REPORTE DE INVESTIGACIÓN | Sequía en la sabana inundable de Casanare y sus efectos ecológicos pasturas tropicales de suelos inundados, logrando el rebrote en época de verano, aportando al ganado de esta zona alimento y nutrientes, además de garantizar el agua. Con el paso del tiempo los módulos reticulares se han usado como un plan turístico, al apropiarse la naturaleza y aprovechar el aumento de caudal del río Meta, permitiendo la entrada a animales silvestres y creando un espacio que en verano es fuente de agua. Actualmente, es un paisaje lleno de verdor constituido por tres represas de agua, criaderos de peces y gran variedad de aves, en donde se puede practicar la pesca con anzuelo, caminatas ecológicas, entre otras actividades. Así mismo, desde el Instituto de Ciencias Ambientales de la Orinoquía Colombiana (ICAOC), de la Unillanos, se planteó la construcción de enormes "tapas" para reservar agua lluvia, y la instalación de cientos de molinos de viento y de tanques de almacenamiento en los hábitats tanto de la fauna silvestre, como de las ganaderías bovinas y equinas [14]. Ojalá se lograran implementar estas infraestructuras en otras áreas del Casanare, para que, a través de estas reservas de agua, se pueda garantizar la agricultura, la ganadería y la fauna silvestre, y así mitigar los daños de otras acciones humanas (búsqueda y extracción de hidrocarburos y minerales) que actualmente están afectando las reservas de agua. Acciones gubernamentales para enfrentar la crisis ambiental en Casanare El evento que dio origen a las alarmas fue el que ocurrió en la sabana inundable de Caño Chiquito (Paz de Ariporo); sin embargo, también ha tocado ecosistemas de hato Corozal, Maní, Trinidad, Pore, Orocue y San Luis de Palenque. Esto permitió que el comité directivo del Sistema Regional de Áreas Protegidas (Sirap), de la Orinoquía (Villavicencio), estableciera prioridades como el fortalecimiento de los proyectos de conservación ambiental y el desarrollo de estudios científicos para establecer las causas de la sequía, todo esto buscando el origen de los daños ambientales y económicos en dichos ecosistemas [15]. Si bien lo anterior ayuda a mitigar el problema, no se aborda como una problemática integral, quizás por falta de apoyo de los gobiernos departamentales, municipales, ambientales, autoridades y de la comunidad. No tener en cuenta íntegramente la importancia del calentamiento global y el impacto del hombre sobre los ecosistemas, más aun los frágiles como las llanuras aluviales de desborde, a través de intervenciones no sostenibles en la sabana, bosques de galería y la búsqueda de hidrocarburos, genera deterioro ambiental, pérdida de biodiversidad, migración de poblaciones y agotamiento del agua, los cuales pueden ser irreversibles [16]. 10 REPORTE DE INVESTIGACIÓN | Sequía en la sabana inundable de Casanare y sus efectos ecológicos Actividad petrolera y la crisis ambiental de la región El efecto de la búsqueda de hidrocarburos en el equilibrio biológico natural es evidente, y así lo afirmó Humberto Gonzales [16], quien aclaró que las fuentes de agua (esteros naturales) se están filtrando hacia los espacios de las perforaciones petroleras. Ambientalistas de Paz de Ariporo (Krátos Veeduría) atribuyen el desastre ecológico a la actividad petrolera y a las empresas de transporte de hidrocarburos, las cuales extraen el agua de ríos de la zona (Tate y Ariporo), así como al desvío del cauce de los ríos para otras actividades productivas. En la figura 5, se observa cómo la prensa regional reporta las causas de la tragedia natural al impacto de la actividad petrolera. Figura 5. La noticia en los periódicos regionales atribuye el desastre ambiental, entre otras causas, a la actividad petrolera. [17] Para la directora de Corporinoquia [4], los esfuerzos de su corporación estarán concentrados en un plan de acondicionamiento al cambio climático que empezará a funcionar en un año, el cual busca implementar los módulos o tapas para la colecta del agua, que aún no han sido adoptados y han tenido gran éxito en Santa Bárbara 11 REPORTE DE INVESTIGACIÓN | Sequía en la sabana inundable de Casanare y sus efectos ecológicos y Orocue. Este tipo de esfuerzos merecen desde ya su ejecución, comenzando por Caño Chiquito (Paz de Ariporo). Otra alternativa de la corporación regional es la reforestación de todo el territorio afectado, tras el análisis del impacto o degradación de los bosques de galería que necesitan la intervención. La pregunta es: al ser flora autóctona, ¿con qué alternativas foráneas o nativas van a reforestar? Finalmente, a mediano o largo plazo proponen la educación ambiental (campesina) en temas de producción limpia, para hacer frente al cambio climático. ¿Será que esto ayuda, si no se cuenta con el ganadero o productor que generalmente está ausente y quien deja en manos del administrador muchas decisiones? ¿A qué tipo de campesinos en la sabana nativa iría dirigido? ¿Qué pasaría con las poblaciones indígenas? Acciones de naturaleza privada frente a la problemática de sequía Los hatos ganaderos de Casanare y Arauca, aunque aplican un sistema extractivo de su producción, mantienen las condiciones naturales de los ecosistemas de la sabana, conservando así los bosques de galería, grandes reguladores del agua y fuente de reproducción, albergue y alimentación de la fauna silvestre. Permiten una convivencia con la ganadería bovina de cría, inclusive para el accionar de la cadena trófica, al resguardar los senderos naturales de depredadores como los grandes felinos (puma y jaguar) en la Orinoquía colombiana, y al mantener las poblaciones de lapas, armadillos, osos hormigueros, cerdos de monte, chigüiros, con lo que logran evitar su contacto con animales domésticos. Este tipo de iniciativas ya se lleva a cabo por algunos productores ganaderos [15], quienes manejan sus predios privados como reservas naturales. Eduardo Enciso, a través de la reserva natural las Unamas en San Martin de los Llanos, permite al ganado criollo Sanmartinero compartir con la sabana y el bosque nativo y, por ende, con la fauna y flora, protegiendo los acuíferos [18]. Los retos para recuperar la sabana inundable del Casanare Una clara necesidad de plantear un plan de adecuación para el cambio climático en los próximos ciclos de verano en el país es evidente. Aunque se han llevado los equipos especializados a las áreas afectadas para el suministro de agua de los reservorios, para los expertos, las medidas que deben tomarse no solo pueden ser transitorias si no permanentes [4]. Si no se regula con normas claras el impacto sobre los ecosistemas de técnicas como la extracción de hidrocarburos y de otros minerales, buscando un efecto 12 REPORTE DE INVESTIGACIÓN | Sequía en la sabana inundable de Casanare y sus efectos ecológicos sostenible y amigable con los ecosistemas, se anularán los esfuerzos previamente descritos. Así lo afirma Wilder Burgod, activista ambiental, quien destaca que las políticas deben ir dirigidas a la adaptación al cambio climático más que a la mitigación del impacto [11]; la protección ambiental deber ser más proactiva y eficaz, a través de las corporaciones autónomas regionales, buscando hacer cumplir la ley, generar conciencia ciudadana y apoyar a la policía ambiental. Alternativas como la tapa tecnificada deben ser una rápida solución a implementar pronto con ayuda de los ingenieros civiles del Instituto Colombiano de Desarrollo Rural (Incoder), de investigadores del sector agropecuario y de la autoridad ambiental. Así mismo, se debe reducir el impacto ambiental sobre la sabana nativa, los bosques de galería, las cañadas y los caños de la sabana, a través de la reducción de la infiltración por las actividades sísmicas, la perforación y la explotación petrolera, como lo manifiestan ambientalistas de Paz de Ariporo en el periódico regional. [11] De igual manera, deben evaluarse las medidas de compensación a las licencias ambientales que se han entregado en los llanos orientales (proyectos de infraestructura, de hidrocarburos y minería), en aspectos de la protección del agua, como lo ha determinado el procurador nacional delegado para asuntos ambientales. [11] Conclusiones y recomendaciones El panorama refleja un daño ecológico de grandes proporciones nunca visto en la historia de la región orinocense y en especial de la subregión de la llanura aluvial de desborde. Más que un desastre natural catalogado como producto del calentamiento global y la escasez del agua (Corporinoquia), es una acción antropogénica, en la que la deforestación, las prácticas ganaderas no sostenibles, las grandes empresas agroindustriales, el accionar de las empresas de sísmica, búsqueda, perforación y explotación de hidrocarburos podrían estar impactando los ecosistemas de la sabana y los bosques de galería. El desastre ambiental genera culpables, como petroleras, la ganadería y la agricultura. Paradójicamente, todos causan efectos, ya que sus actividades, acompañadas de corrupción y permisibilidad institucional, propician los efectos negativos [1]. La autoridad ambiental (Corporinoquia) debería ser más estricta en los permisos o las licencias ambientales acorde a los recursos hídricos, o, en su defecto, 13 REPORTE DE INVESTIGACIÓN | Sequía en la sabana inundable de Casanare y sus efectos ecológicos establecer científica y técnicamente las medidas de compensación de los proyectos aprobados. La migración de las poblaciones de animales silvestres, tras la modificación de su hábitat, la falta de agua y la exposición a altas temperaturas, causan mortalidad (chigüiro) y requieren un manejo completo en la parte de salud pública. Además de garantizar agua en los reservorios, debe existir una asistencia sanitaria para los animales enfermos, al igual que estrategias de retorno a sus nichos, ya que el traslado a otras fuentes hídricas generaría modificaciones en los parámetros de translocación. Debe implementarse, a brevedad, planes de capacitación, divulgación y apropiación de las tecnologías disponibles en sabanas para la regulación del agua tanto en invierno como en verano, buscando el soporte ecológico para la fauna silvestre y los ganados en los próximos veranos. Capacitar la comunidad en producción limpia, cuidado, protección y legislación ambiental, para garantizar la seguridad alimentaria de campesinos, pescadores y cazadores de fauna silvestre de la región, buscando convertirlos en auditores ante un desarrollo no sostenible ambiental. Conciencia y aplicación de políticas permanentes ante el inminente cambio climático que busquen recuperar y salvar ecosistemas a través de su mantenimiento. No desconocer la evolución de los ecosistemas alterados actualmente, menos aun buscando mitigar las consecuencias con soluciones pasajeras poco relevantes. El equilibrio ecológico se verá afectado y especies propias de estos lugares, que conviven bajo patrones biológicos y funciones específicas, verán comprometida su supervivencia, incluyendo su carga biótica y abiótica. Propender el mantenimiento de los ecosistemas en mención a través de esfuerzos que permitan la identificación de relictos de bosques, así como propender por buscar formación en corredores de tipo boscoso entre estas manchas, buscando zonas de refugio, alimentación y asentamientos para especies domésticas y silvestres. No pensar en soluciones a corto tiempo, aun cuando hay certeza de que los problemas ambientales trascienden en el tiempo. El manejo ambiental debe abarcar las diferentes especies, comunidades y poblaciones, logrando realizar un análisis de la dinámica poblacional del área. La atención médica durante la sequía es vital. El tratamiento a los animales afectados (evitando las deshidratación y la muerte, figura 6), los protocolos de bioseguridad y su forma de ejecución durante las emergencias deben ser mantenidas frente al nivel del alto riesgo de transmisión de diversos agentes y posibles patógenos. Igualmente, el manejo sanitario en las áreas de acumulación de los 14 REPORTE DE INVESTIGACIÓN | Sequía en la sabana inundable de Casanare y sus efectos ecológicos cadáveres es un reto importante para la academia y para los centros de investigación y desarrollo tecnológico. Es un buen momento para medir nuestra huella ecológica y confrontarla a la biocapacidad de nuestro planeta para lograr la recuperación de sus ecosistemas y asumir nuestra demanda ecológica, logrando así determinar si hablamos de procesos equilibrados en el sistema. Figura 6. Estudiantes de último semestre del Programa de Medicina Veterinaria y Zootecnia, Universidad Cooperativa de Colombia, sede Villavicencio, atendiendo a los animales en el lugar del desastre ecológico. Foto: Jessica Catherine Parales Agradecimientos El autor agradece los aportes al documento de la profesora Adriana Patricia Rojas y la corrección al manuscrito por parte del doctor Ricaurte Lopera-Vásquez. Referencias [1] Contreras D. Colombia, sequía en el Casanare. ¿Quién tiene la culpa? 27 de marzo de 2014. Recuperado de: http://www.desdeabajo.info/colombia/item/23821-colombiasequ%C3%ADa-en-el-casanare-%C2%BFqui%C3%A9n-tiene-la-culpa?.html [2] Kienyke. La fauna y la flora que el incendio en Chocó devoró; 23 de marzo de 2014. Recuperado de: http://www.kienyke.com/historias/incendio-en-choco/ [3] Caracol Noticias. El de Valparaíso, un incendio que Chile no olvidará; 17 de noviembre de 2015. 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