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UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID FACULTAD DE CIENCIAS POLITICAS y SOCIOLOGIA DEPARTAMENTO DE ECONOMIA APLICADA V INTEGRACION DESIGUAL: EL CASO DE MEXICO EN EL TRATADC DE LIBRE COMERCIO DE NORTEAMERICA. TESIS DOCTORAL VICTOR ACUÑA SOTO MADRID, 1997 A mis padres, Víctor y Guillermina INDICE GENERAL PROLOGO I INTRODUCCION III I. LA TEORIA DEL INTERCAMBIO DESIGUAL 2 1. 2. 3. 4. 5. 6. La teoría de Arghiri Ernrnanuel Las críticas de Bettelheim a la teoría de Ernrnanuel Samir Amin y el desarrollo desigual a nivel mundial Prebisch y el deterioro de los términos del intercambio Udry y la lógica de la acumulación de capital Palloix, intercambio y desarrollo II. LA TEORIA DE LAS VENTAJAS ABSOLUTAS 1. La teoría del valor-trabajo en el comercio internacional 2. Shaikh y la crítica a la teoría del intercambio desigual 3. A manera de conclusión: la ley del valor en el comercio internacional III. LA CONTROVERSIA LIBERALISMO-PROTECCIONISMO EN LOS PROCESOS DE INDUSTRIALIZACION DE MEXICO y ESPAÑA 1. 2. 3. 4. 5. La controversia en España Protección y librecambio en México Liberalismo-proteccionismo. Una reflexión Estrategias de una empresa: PEMEX Conclusiones 5 25 36 49 53 58 68 68 90 119 127 132 150 171 178 204 IV. EL TRATADO DE LIBRE COMERCIO MEXICO-ESTADOS UNIDOS-CANADA 207 1.Antecedentes del Tratado de Libre Comercio 2.Significado del TLC para los países involucrados a)El impacto en Canadá b)Importancia para Estados Unidos c)La situación en México 3. Sectores y aspectos estratégicos a)Agricultura b)Industria c)Inversión Extranjera Directa d)Servicios financieros e)El sector de los hidrocarburos 4. Conclusiones 212 216 216 218 22 232 232 239 252 258 268 281 V.LAS CRISIS EN LA ERA DE LA ECONOMIA GLOBAL. LA TORMENTA FINANCIERA EN MEXICO 1. 2. 3. 4. Desregulación, crisis y tormentas financieras Las causas de la crisis financiera en México Una nueva era de crisis Conclusiones VI. AMERICA LATINA: ¿INTEGRACION O BALCANIZACION? 1. Los fundamentos de la integración de América Latina: cooperación para la industrialización 2. Los organismos propiamente latinoamericanistas: ALALC, ALADI, SELA, Cumbre Iberoamericana 3. Los organismos regionales: GRAN, MCCA, Mercosur 4. La Iniciativa de las Américas como subsunsión de bloques 5. El Nuevo Orden Económico Internacional 6. Conclusiones VII. LAS CONTRADICCIONES DEL NEOLIBERALISMO 1. La crisis del intervencionismo estatal en México 2. El control sobre las masas para el control de la economía 3. Neoliberalismo y agotamiento del desarrollo 4. Ingobernabilidad de las masas y el control de las finanzas para el control del gobierno 5. Conclusiones 285 288 312 333 347 352 352 382 392 400 414 427 434 434 438 446 453 499 CONCLUSIONES GENERALES 502 BIBLIOGRAFIA 506 ANEXO 524 INDICE DE CUADROS 1 2 3 4 5 Población ocupada por sectores Ingreso nacional Reservas Probadas de Petróleo Exportación e importación de mercancías respecto al PIE Cobertura de barreras a la importación en el sector agrícola 6 Índice de productividad del petróleo y derivados, y de la petroquímica básica 7 Carga tributaria de PEMEX 276 8 La economía mexicana y la OCDE 9 Distribución del ingreso familiar en México 10 Distribución del ingreso y pobreza en México, E.U. y Canadá 11 Indicadores sociales. México comparado con E.U. y Canadá 12 Comercio de México con Estados Unidos 13 Orientación geográfica del comercio del TLC 14 Balanza comercial de México con Estados Unidos 15 Balanza de pagos 16 Balanza de pagos 17 Déficit de la cuenta corriente en relación al PIB 18 Inversión extranjera en México 19 Deuda interna gubernamental 20 Comercio de México por zonas geográficas y principales países 21 Tasa media anual de crecimiento del PIB y del comercio internacional 22 Participación en las exportaciones mundiales 23 Participación de los países latinoamericanos y de los asiáticos en el comercio mundial 24 Deuda externa de México y países seleccionados de América Latina 25 Estructura y dimensión del sector paraestatal en 1984 26 Estructura y dimensión del sector industrial manufacturero paraestatal en 1984 27 Carácter jurídico de las empresas y organismos del sector paraestatal en 1984 28 Periodos de creación o incorporación de las entidades del sector paraestatal existentes en 1984 29 Empresas públicas en México 30 Principales privatizaciones en México y su comprador 31 Ingreso acumulado por la venta de empresas públicas 32 Coste unitario de la mano de obra en la industria manufacturera de México y Estados Unidos 33 Tasa media de explotación en México y Estados Unidos 34 Saldo comercial de la industria manufacturera de México 35 Comercio exterior de México 36 Correlación entre el PIB per cápita y el saldo comercial de México 37 Desarrollo y saldo comercial en los países de la OCDE 38 Correlación entre el PIB per cápita y la cobertura de las exportaciones de México 152 160 189 223 237 275 312 315 317 317 322 324 325 326 327 328 329 335 384 415 421 422 462 467 467 468 469 470 471 472 481 482 485 491 492 493 494 39 Correlación entre el saldo comercial y la cuota salarial relativa en México 495 INDICE DE GRAFICAS 1 2 3 4 Distribución del ingreso familiar en México Comercio de México con Estados Unidos Financiamiento de la inversión Índice bursátil de los mercados emergentes durante la crisis del efecto tequila 5 Empresas públicas en México. 1982-1993 6 Salarios por hora en la industria manufacturera 7 Costo unitario de la mano de obra 8 Tasa de explotación. Industria manufacturera 9 Salario obrero por hora 10 Tipo de cambio oficial (1982-1995) 11 Nuevo peso mexicano-dólar Estados Unidos (1994-1996) 12 Precios al consumidor (tasa de crecimiento). México Estados Unidos y Canadá 315 323 331 340 470 479 481 483 486 487 488 489 PROLOGO La elaboración de una Tesis de Doctorado puede ser un mero requisito, pero también puede responder a causas más profundas, nosotros creemos ubicarnos en esta última situación. Cuando se empezó a correr la especie de rumor de que entre México, Estados Unidos y Canadá se firmaría un tratado de libre comercio, concretamente en el año de 1991, nosotros nos interesamos porque éramos conscientes de la trascendencia de dicho proceso. A seis años de distancia podemos decir que nuestra apreciación era correcta. Y tanto más cuanto muchos de nuestros compatriotas abrigaban esperanzas en el sentido de que de este proceso de integración México resultaría beneficiado de tal forma que podría superar su estado de subdesarrollo. En aquel entonces como ahora pensamos que el camino para superar el subdesarrollo no era ese. Difícil es que la gente se dé cuenta de los errores de apreciación en que cae si los fenómenos no le oponen la prueba de los hechos, creemos que la crisis de diciembre de 1994 en este sentido es una prueba irrefutable. Sin embargo, todavía existen muchas dudas acerca de si el TLC traerá más beneficios que perjuicios a nuestro país. Ello vino a reforzar y animar el desarrollo del tema que seleccionamos como investigación: la integración económica en general y el TLC en particular. Creemos que las cosas han quedado un poco más claras, si así es sentimos que hemos cumplido con creces nuestro cometido. Se ha dicho mucho, pero no por ello deja de ser cierto, que ningún trabajo es individual, que siempre se dan una serie de influencias que determinan que el curso de las investigaciones, o las simples opiniones, se vean enriquecidas, y hasta modificadas, y nuestro caso no es la excepción. Las influencias favorables han sido muchas y aquí sólo quisiera dejar constancia de mis "deudas" más evidentes en este sentido. Sin las constantes observaciones de Myrna Alonzo, mi compañera, seguramente muchas de las tesis sustentadas serían más débiles. Diego Guerrero, como director de tesis, se convirtió en una de las más certeras orientaciones de un trabajo que seguramente habría adolecido sobre todo de cuestiones relacionadas con la economía clásica de no haber sido por sus observaciones siempre críticas. A otro nivel los cursos recibidos en el Departamento de Economía Aplicada V, así como los de Pablo Bustelo, José I Déniz y Antonio Palazuelos enriquecieron enormemente R 1 contenido de mi trabajo. A todos deseo expresar mi agradecimiento y sólo espero que la forma Rn que tomé algunas de sus sugerencias no demerite en función del planteamiento final que adquirieron ~n mi trabajo, que como siempre sólo es responsabilidad mía. Es necesario señalar que diga lo que se diga México siempre deberá a España más de lo que se expresa, y si nuestros connacionales son capaces de entender esto se darán cuenta de que la integración económica tiene que darse con los países que, tanto en Europa como en América Latina, comparten la cultura iberoamericana. Finalmente quiero dejar constancia de mi reconocimiento al CONACYT, institución que hizo posible con su financiamiento la realización de esta investigación. Madrid, 1997 II INTRODUCCION Hemos elegido como la categoría central en la explicación de las hipótesis de nuestro trabajo la de "integración desigual", y es que esta "representación de la realidad" es una forma de expresar el resultado al que necesariamente conduce un proceso de integración entre economías tan dispares como la mexicana, por un lado, y la canadiense¬ norteamericana, por otro lado, dentro de un acuerdo que para nada atiende a la necesidad de disminuir tales disparidades, esto es, de garantizar un desarrollo sustentable y equitativo para un país como México que se encuentra en clara desventaja frente a los otros dos "socios". Las categorías que son síntesis de abstracciones, (Lenin decía que eran como los nudos de esa inmensa red que era el conocimiento humano) por medio de las cuales queremos representarnos determinados fenómenos de la realidad, muchas veces no alcanzan a expresar toda la riqueza que contienen esos fenómenos, y en el caso de los procesos de integración no podía darse la excepción, máxime si se trata de procesos que como el de Norteamérica lleva apenas tres años, con lo cual muchas evidencias empíricas propias al proceso ni siquiera se conocen. Sin embargo, con lo que sabemos nos podemos atrever a caracterizar a ese fenómeno como un caso de integración desigual, proceso en el que la superioridad económica de uno de los socios es más que manifiesta, lo cual le permite concentrar absolutamente todos los beneficios del proceso, y eso a pesar de las argumentaciones en sentido contrario que nos quieren hacer creer las partes interesadas. Y ciertamente existen partes interesadas, principalmente los gobernantes y las élites económicas a las que representan. Sin embargo, en relación a la pertinencia o no del TLC, surgieron una serie de opiniones que fueron favorables al proceso dentro de quienes no podían considerarse parte interesada, tal es el caso de un gran número de intelectuales y muchos otros que no son tan intelectuales pero que perciben las opiniones y los puntos de vista de estos, que se sumaron a las posiciones favorables a la integración de México con Estados Unidos y Canadá. Nos estamos refiriendo al caso concreto de Carlos Fuentes y Cuauhtémoc Cárdenas en México y gran numero de intelectuales sobre todo en Estados Unidos, ¿por qué asumieron estas posiciones? La verdad es que siempre ha sucedido que desde México se identifica a los Estados Unidos como la "tierra prometida" en el sentido de que cuando III nuestros trabajadores pasan por situaciones de extremo apure económico es casi obligado emigrar a los Estados Unidos para encontrar mejores condiciones de trabajo y de vida. Esto aunado al hecho de que la teoría en relación al tema de la integración se encuentra poco desarrollada en México hace que exista una gran confusión al respecto y que por lo tanto se asuma como positiva esta integración sin reparar demasiado en las consecuencias que para el desarrollo pueda traer a nuestro país. Es ésta la razón más importante por la cual nos decidimos a hacer del tema de la integración de Norteamérica el objeto de nuestra investigación de Doctorado, y creemos que se ha visto justificada con creces dada la confusión que existe acerca de este proceso, confusión que es cuidadosamente fomentada por los medios que controlan la opinión pública tanto de México, como de Estados Unidos y Canadá. Inclusive no han sido pocas las dificultades para interpretar adecuadamente ciertos parámetros, ciertas estadísticas que parece que han sido deliberadamente "maquilladas" por los organismos oficiales de estadística para que no se llegue al verdadero fondo de los problemas. Pero aun así la verdad nunca podrá ser ocultada, sobre todo si tiene unas implicaciones tan grandes como es el caso de los procesos de integración a los que nos referimos. Y de ahí la importancia de que se logre exponer una teoría científicamente exacta que explique las principales tendencias que se originarán de este proceso de integración. y la razón por la cual parece muy obvia la caracterización de desigualdad del proceso de integración al cual nos referimos es que en el desarrollo capitalista mismo desde sus orígenes se han producido y reproducido los fenómenos de desigualdad: ¡justamente en eso consiste el desarrollo del capitalismo! En Marx ya encontramos una caracterización muy exacta de este fenómeno al hacer el estudio de las leyes generales del desarrollo de la historia en general, y del capitalismo en particular. Ya Marx decía que en el desarrollo de la sociedad inevitablemente tendía a producirse un desfase a causa de que las fuerzas productivas, que constituían la base o estructura, tenían un carácter dinámico mientras que las relaciones sociales de producción, que se desarrollaban como superestructura de aquéllas, tendían a mantenerse retrasadas respecto de las primeras. Aquí tenemos un desarrollo desigual IV al nivel más general, al nivel de la historia. Justamente cuando esas desigualdades tenrl1an a hacerSE demasiado grandes es que era necesaria la acción de "igualación" que correspondía a la revolución social: "en la producción social de su vida, los hombres contraen determinadas relaciones necesarias e independientes de su voluntad, relaciones de producción, que corresponden a una determinada fase de desarrollo de sus fuerzas productivas materiales. El conjunto de estas relaciones de producción forma la estructura económica de la sociedad, la base sobre la que se levanta la superestructura jurídica y política y a la que corresponden determinadas formas de conciencia social. El modo de producción de la vida material condiciona el proceso de la vida social, política y espiritual en general. No es la conciencia del hombre la que determina su ser, sino, por el contrario, el ser social es lo que determina su conciencia. Al llegar a una determinada fase de desarrollo, las fuerzas materiales productivas de la sociedad entran en contradicción con las relaciones de producción existentes, o, lo que no es más que la expresión jurídica de esto, con las relaciones de propiedad dentro de las cuales se han desenvuelto hasta allí. De formas de desarrollo de las fuerzas productivas, estas relaciones se convierten en trabas suyas. y se abre así una época de revolución social." (Marx: "Prólogo a la contribución a la crítica de la economía política") El proceso de desarrollo del capitalismo es una fuente inagotable de diferencias. Se producen diferencias entre la ciudad y el campo; entre los países que en la di visión internacional del trabajo ocupan el centro y los que ocupan la periferia; entre las distintas clases sociales; entre los distintos regímenes de producción que coexisten aun dentro del mismo modo de producción, etc. Marx en su trabajo "Futuros resultados de la dominación británica en la India", demostraba cómo es que la incorporación de este país a la esfera del desarrollo capitalista liderado por Inglaterra, irremediablemente lo condenaba a una condición de atraso y de dependencia de la cual no se podría librar mientras existieran las condiciones bajo las que se había dado esa división internacional del trabajo. Este es un claro ejemplo de la desigualdad en el desarrollo a nivel de las relaciones económicas internacionales, desigualdad que persiste hasta nuestros días. V En El Capital es sobradamente claro que el modo de producción capitalista no cesa de producir desigualdades. Uno de los objetivos fundamentales de nuestro trabajo es retomar algunas de las tesis fundamentales de esta gran obra de Marx en el sentido de que es en el libre cambio en donde se tiene la fuente de desigualdades más importante desde el punto de vista del desarrollo. Esta tesis la señala con mucha claridad Shaikh. En la obra de Lenin El desarrollo del capitalismo en Rusia, se muestra cómo es que la profundización del desarrollo capitalista en las condiciones de una economía y sociedad relativamente atrasada, como era la rusa, termina por imponer todas las leyes del funcionamiento del capitalismo pero al mismo tiempo incorpora esas formas atrasadas dando lugar a los regímenes de producción que persistirán como evidencia de la existencia de modos de producción anteriores, de esta forma coexisten resabios de otros modos de producción pero adecuados a las nuevas necesidades del capitalismo. Este fenómeno constituye por sí mismo un claro ejemplo de desarrollo desigual. El fenómeno claramente dominante era el capitalismo, y en este sentido el objeto de la investigación de Lenin era demostrar que en Rusia era posible el desarrollo del capitalismo, y esto en clara referencia a las tesis populistas que negaban esta posibilidad, pero al mismo tiempo el desarrollo del capitalismo en un país en el que se combinaban una serie de resabios no podía darse de forma pura, esto es, necesariamente tenía que producirse un fenómeno de adecuación de aquellos regímenes atrasados. En El imperialismo de Lenin se alcanza un nuevo nivel en las desigualdades del desarrollo, y esto porque con la aparición de los monopolios a las desigualdades producidas por las leyes del mercado se vienen a añadir las desigualdades que se producen por la gran concentración y centralización de los capitales, aquí el desarrollo desigual viene a ser impulsado por ese nuevo fenómeno al que dan lugar las empresas transnacionales que se disputan fieramente las áreas de influencia económica. La desigualdad del desarrollo en Lenin es claramente una derivación de las leyes del capitalismo descubiertas por Marx. Lenin demuestra cómo es que el propio desarrollo de esas leyes conduce a un nivel más alto de desigualdad. y esto debe tenerse como una demostración de lo más aleccionadora, VI sobre todo ahora que en muchas partes del mundo se ha querido identificar al desarrollo del capitalismo, es decir de] mercado, como el agente de igualación por excelencia. Y es que esta tesis cobró un gran impulso a raíz de la llamada "globalización"; es decir, con el retroceso que sufrieron los llamados países socialistas en virtud de la puesta en práctica de su política de reformas, léase Perestroika, el capitalismo, las leyes del mercado, encontraron un espacio, el espacio cedido por el bloque socialista, para expandirse. Entonces qué mejor para el mundo que la economía de mercado para lograr un desarrollo igual, armónico, en democracia. Pero como le replicaban a Don Juan Tenorio: "los muertos que habéis matado gozan de buena salud". Nada más alejado de la realidad que estos planteamientos. Y la realidad es terca. Nosotros demostramos en nuestro trabajo que con la expansión del mercado, con las desregulaciones de la economía, no se ha producido otra cosa que desigualdades, desigualdades que abarcan todos los campos, el económico y el social, el internacional, el nacional, y aun el regional. Ahora más que nunca se ha ampliado la brecha que separa a los países desarrollados de los subdesarrollados. El término subdesarrollo sirve para caracterizar al conjunto de países que ocupan el papel de proveedores de materias primas y de mercados de las manufacturas dentro de la división internacional del trabajo. Por una serie de circunstancias algunos autores se han opuesto al uso de este término, sin embargo para nosotros es adecuado para expresar la que quizá sea la fuente de las más grandes desigualdades a nivel del desarrollo. En concreto quienes más popularizaron el término "subdesarrollo" fueron los teóricos de la CEPAL: Osvaldo Sunkel, Pedro Paz, Raúl Prebisch, etc. En todo caso es un concepto más científico y preciso que el de países en vías de desarrollo", que crea deliberadamente la falsa idea de la homologación. Sin embargo hasta aquí las desigualdades se habían producido por el desarrollo del capitalismo bajo Sus formas más conocidas, es decir, expansión del mercado, desarrollo de los monopolios, etc. Pero luego vendrían otras fuentes de desigualdad, nos referimos concretamente al fenómeno de la integración que es el que más nos interesa y sobre el cual existen las más grandes tergiversaciones, al grado de tender a identificarlo con el desarrollo, es decir, la integración económica se tiene por una especie de llave para el VII desarrollo. Esto se puede ver muy claramente en los gobiernos de los distintos países que se encuentran próximos a determinado~ procesos de integración y que conforme se ha ido popularizando la idea de los bloques se han replanteado su lejanía respecto a estos procesos, tal es el caso de las sucesivas incorporaciones de los nuevos miembros de la Unión Europea, Austria, Suecia y Finlandia, y Chile y el Caricorn en América respecto al TLC. Seguramente nada ni nadie convencerá a los gobiernos de estos países de que la integración en las condiciones que se plantea muchas veces no producirá los beneficios esperados, porque en estos, y como siempre, así como hay ganadores y perdedores dentro de cada país, hay ganadores y perdedores a nivel de los países que se integran. Sin embargo, si determinadas élites económicas se encuentran al frente de los gobiernos, serán los intereses de éstas los que tiendan a prevalecer y en función de los cuales se justifica una u otra decisión de integración, yeso independientemente de que resultasen determinados efectos no deseados desde el punto de vista del desarrollo. No obstante, a pesar de que se ha vivido una cierta euforia a favor de los procesos de integración sin reflexionar mucho en sus efectos globales, o tomando sin crítica los argumentos de la teoría económica neoclásica, es verdad que existen una serie de aportaciones en relación a los distintos tipos de integración, a sus efectos diferenciados y a las posibles vías de integración para obtener mejores resultados de estos procesos. Nos referiremos concretamente a cuatro autores que han bordado sobre estos tópicos: Seers, Vaitsos, Tironi y De Grauwe. Seers y Vaitsos coordinaron un obra que se titula Integración y desarrollo desigual.1 En este libro se analiza especialmente la experiencia de la CEE, en donde desde que se admite a paises como Grecia, Irlanda, España y Portugal, se plantean una serie de desigualdades en el efecto que tiene el proceso de integración, (cuando se escribe el libro aún no se incorporaban España y Portugal). Para Seers el proceso de desarrollo industrial, que es uno 1 Seers y Vaitsos: Integración y desarrollo desigual, Banco Exterior de España, Madrid, 1980. VIII de los objetivos básicos de todo proceso de integración, trae más asimetrías sobre todo en el ~aso de los países subdesarrollados. Así resulta que uno de los objetivos fundamentales de los países subdesarrollados que comprenden las dos terceras partes del globo, es salir del subdesarrollo a través de la industrialización sin embargo, resulta que cuando de alguna manera se ha logrado, como en el caso de países como México, Brasil y Argentina que alcanzaron un cierto grado de industrialización, acompañado de una serie de distorsiones, en un momento determinado de su desarrollo ese proceso retrocedió a causa de su aguda dependencia respecto a los centros de generación de tecnología y de suministros de productos imprescindibles para la sustitución de importaciones. Para Vaitsos la desigualdad surge a causa de la concentración y la centralización del capital que se produce en el proceso mismo de integración, esto es, que el propio proceso de integración trae implícito el movimiento de mercancías y de capitales que va a dar lugar a relocalizaciones de los flujos de capitales de acuerdo al principio de la máxima ganancia. Se van a producir inversiones en determinadas ramas, industriales, de servicios o de otra índole, que invariablemente se van a ver beneficiadas en función de las ganancias que reporten, pero que irremediablemente van a producir el abandono de otras ramas, sectores o regiones. Y ni qué decir que quienes deciden esto son precisamente las transnacionales que son las que poseen la gran masa de recursos susceptibles de ser invertidos. Es másr en gran número de ocasiones las transnacionales decidirán hacia dónde van los recursos en función de las características políticas de los destinos, esto es, que si cierta región o cierta rama se caracteriza por la combatividad de su clase obrera, pues simplemente los estrategas de estas transnacionales decidirán no invertir allí, tal es el caso de los mineros de Gales, los de Asturias y los trabajadores de la industria del metal francesa. Tironi, que también colabora en este texto de Vaitsos y Seers, pone énfasis en el hecho de que los beneficios que se obtienen de un proceso de integración están en función directa de la fortaleza económica de los países que participan en él. Así, y para el caso que distrae su atención, serán las empresas de Alemania, de Francia y en menor medida las de Inglaterra, las que se verán beneficiadas de las condiciones que ofrece la integración esto es la IX libre movilidad de mercancías y de capitales. Pero quien a nuestro parecer aporta los elementos más contundentes en el sentido de mostrar las desigualdades que se pueden producir en un proceso de integración de carácter capitalista es Paul De Grauwe con su pequeña obra maestra Teoría de la integración monetaria.2 En este trabajo se demuestra, como es de todos sabido, que la mayor productividad y eficiencia de Alemania haría que sus productos fueran más demandados que, por ejemplo, los productos franceses, y sólo el instrumento devaluatorio haría que Francia no se viera perjudicada viendo abarrotados sus anaqueles con productos alemanes y cerrando las empresas perjudicadas. Sin embargo, si el instrumento monetario se pierde es muy poco probable que se pueda hacer frente a problemas como el diferencial de productividades entre los distintos países que acuden al proceso de integración, porque se pierde, entre otras cosas, la posibilidad de devaluar. Luego, en contrapartida, se dice que Alemania tendría que aceptar inflación proveniente de Francia por ser menos fuerte el franco y sin embargo concedérsele un tipo de cambio que no es real. Y aquí es justamente donde entra en acción el instrumento fiscal que va a impedir que se transfieran costes económicos de un país a otro, en este caso de Francia a Alemania, a causa de los diferenciales inflacionarios, y esto se lograría aplicando un determinado impuesto tratando de subsanar las diferencias que ya de por sí existen a nivel de distintas productividades. Se trata, pues, de hacer que el instrumento fis cal impida que se hagan explícitas diferencias que no pueden ser borradas fácilmente, y como dato baste señalar que en la Unión Europea las cargas fiscales a la operación del capital son realmente elevadas. Si se tuviera que dar una definición de una zona monetaria óptima diríamos con De Grauwe: "Una unión monetaria entre dos o más países será óptima si se satisface una de las condiciones siguientes: a) existe suficiente flexibilidad en los salarios, b) existe suficiente flexibilidad en el factor trabajo. "(De Grauwe 1994: 21) Se entiende que estas dos condiciones obedecen sobre todo al hecho de que existen asimetrías en el desarrollo de los países que acuden a formar una unión monetaria, y que estos dos mecanismos sirven como compensación a las disparidades que se van generando como 2 Paul de Grauwe: Teoría de la Economistas, 1994, Madrid, España. integración monetaria, ed. Colegio de X consecuencia de la integración. Sin embargo no parece que estos mecanismos compensadores hayan funcionado muy eficazmente, porque se da el caso de que en la Unión Europea teóricamente existe libre movilidad de personas y flexibilidad en el mercado de trabajo y en ningún caso se ha garantizado que las migraciones que se producen obtengan como premio a su esfuerzo el trabajo deseado, además de las barreras corno el idioma u homologación de títulos, y por el otro lado no se ha dado en los hechos flexibilidad para la obtención de salarios de acuerdo a la valorización de la fuerza de trabajo, es decir los salarios se han mantenido bajo la constante presión de las fuerzas capitalistas. En el caso del TLC no existe libre movilidad del factor trabajo y tampoco se puede hablar de flexibilidad salarial, por oposición lo único que se da es un mecanismo por medio del cual es perfectamente posible que se eche a la gente al paro sin la más mínima consideración. y ni qué decir que en el proceso de integración representado por el TLC se dan una serie de disparidades que no se tendría ni siquiera que discutir la necesidad de la libre movilidad del factor trabajo, sin embargo los Estados Unidos siempre se han opuesto a tratar el tema de la libre circulación de personas. En el año de 1996 se aprobó en Estados Unidos la famosa Enmienda 187 del estado de California en la que se establece el retiro de cualquier prestación social a los inmigrantes que no tengan legalizado su status. Por supuesto lo que el gobernador William Pitt de California pretende es que esta ley se erija en un modelo a adoptar por el resto de los estados de la Unión Americana. Luego vendría, a principios de 1997, la ley antiinmigrante que habla abiertamente de expulsar a todos aquellos que no tengan legalizada su estancia en los Estados Unidos. Esta ley ha sido calificada como un acto de agresión a la nacionalidad mexicana3 y levantó una serie de airadas protestas, sin embargo parece que la sola visita de Clinton a México a principios de mayo de 1997 disipó muchas de las hostilidades de la opinión pública mexicana respecto a la medida. Y ni qué decir respecto a los salarios. Los diferenciales entre México y Estados Unidos son históricos, y no parece que los rígidos controles que existen en México para mantener los salarios deprimidos se vayan a liberalizar para acercarlos 3 Se estima en tres millones el número de mexicanos ilegales en E.U., de un total de 17 millones que viven en aquel país. XI a los estadounidenses. La explicación de esta situación es sencilla: el gobierno y los empresarios mexicanos se encuentran impedidos para permitir a Izas salariales precisamente porque los bajos salarios son la precondición para que los productos manufacturados de México sean capaces de competir contra los productos canadienses y norteamericanos. Los gobernantes mexicanos se muestran incapaces de exigir las medidas pertinentes para compensar las enormes diferencias que a nivel de las fuerzas productivas existen entre México y Estados Unidos, pero los estadounidenses no se limitan en cuanto a tomar medidas unilaterales como el bloqueo de los productos mexicanos aduciendo pretextos del tráfico de vehículos o sanitarios, o la Enmienda 187 y la ley antiinmigrante, y el gobierno mexicano no parece capaz de oponer medidas que impidan la aplicación de tales leyes. Como está perfectamente claro, es desigual el proceso de integración, son desiguales sus efectos y las medidas tomadas por uno y otro gobierno y, para colmo, son desiguales los flujos de capital y de tecnología que están produciendo una concentración industrial. Lo peor de todo no es sólo que se produce un fenómeno de concentración industrial entre distintas economías gracias a la libertad de movimientos de capitales, ya que aquellas zonas donde se ubica la industria se verán poderosamente tentadas a la reubicación si es que existen condiciones para lograr más altas tasas de ganancia en otra zona o lugar geográfico. Indudablemente un número muy grande de industrias se relocalizó cuando hubo la oportunidad de trasladarse a México y disfrutar de unas muy altas tasas de ganancia, pero estas ventajas se esfumaron cuando la economía mexicana empezó a experimentar una serie de alteraciones en su comportamiento que hizo que la rentabilidad fuera mayor en otras zonas del mundo, entonces de ser México una de las economías emergentes más atractivas súbitamente dejó de serlo pasando a ser más apetitosas para los capitalistas zonas como las del sudeste asiático, Chile, la India, etc. Entonces, y frente a una serie de movimientos especulativos generalizados del capital que convirtieron en más atractivas otras zonas del planeta, es hacia allá a donde fluyen los capitales. Esto, de una manera muy sintética, fue lo que sucedió con la crisis de la economía mexicana y de su ya célebre "efecto tequila". Y ante una situación de asimetría agudizada por el desarrollo desigual de la integración se cayó en la tentación de abusar XII de la salida que ofrecía variar el tipo de cambio. Esta es, en efecto una de las medidas más importantes de política económica para tratar de incidir en los desequilibrios que se originan por el libre cambio. La devaluación, aunque sólo es eficaz en determinadas condiciones, es un instrumento de política económica que ofrece una protección y permite el desarrollo y preservación de determinadas industrias. Si no se hiciera uso de medidas de protección como ésta nos enfrentaríamos al hecho de que la competencia más eficaz de otras economías podría fácilmente terminar con la existencia de las industrias débiles y entonces sí se daría una relocalización de industrias de un país en que desaparecen a otro país en el que se expanden. El hecho de que se den una serie de desigualdades en el proceso mismo de la integración hace que se impongan ritmos de desarrollo a varias velocidades, esto es que algunas economías se vean lanzadas al arroyo del lento crecimiento mientras que otras capitalizan posibilidades de expansión y crecimiento mucho mayores. Esto se ve claro en Europa, pero se ve todavía más claro en el caso del TLC de Norteamérica, porque es necesario tener en cuenta que el polo de atracción más importante es la rentabilidad a la que operan los capitales y esto explica su movimiento. Sin embargo, siendo este un fenómeno que existe desde hace mucho tiempo, de hecho desde la propia existencia del capitalismo, es importante señalar que de la apreciación que se tenga de él es como se podrá explicar la causa u origen de las asimetrías, su evolución y persistencia. Este es un ingrediente nuevo que añade cambios muy importantes a los fenómenos del capitalismo hoy día. Para empezar ese movimiento de capitales se lleva a la práctica sin ningún tipo de cortapisas y determina frecuentemente que las balanzas de pagos de las economías que importan capitales se vean afectadas de acuerdo con la voluntad de quienes manejan los flujos de capital, y esto es doblemente cierto si se tiene en cuenta que el sistema financiero está en manos de una serie de corporaciones que fácilmente pueden trasladar sus capitales sin ninguna cortapisa a casi cualquier parte del mundo. Eso por un lado. Por otro, hay que decir que se ha dado un proceso de desregulación global y el desarrollo de una sofisticada "ingeniería financiera" que posibilitan los movimientos masivos de capital y la obtención de ganancias especulativas en lapsos de tiempo muy pequeños. Existen dos formas de realizar un ajuste ante choques asimétricos en la economía: devaluación y movilidad del XIII trabajo, y esta última, donde existe, ha demostrado ser, en general, más eficiente que la primera. Para ilustrar esto De Grauwe presenta los ejemplos de Bélgica y Michigan. Se utiliza el caso de Bélgica como país que se vio gravemente afectado por las asimetrías de la integración (recuérdese que Bélgica es uno de los países europeos con una planta productiva más obsoleta): "En el caso de Bélgica, el proceso de ajuste se produjo principalmente vía tipos de cambio real [...]. Podemos observar que Bélgica ajustó su economía a la mala situación económica mediante una depreciación real de su moneda entre un 20%-25%, lo que ayudó a restaurar la competividad e inició un proceso de recuperación gradual del empleo, reduciendo el diferencial con la CE, de forma que a finales de la década de los ochenta este diferencial había desaparecido completamente. Cerca de la mitad de esta deprecación real se produjo mediante devaluaciones nominales y la otra mitad a través de un crecimiento de precios y costes inferiores en Bélgica al de sus principales socios comerciales. "Se debe señalar que las depreciaciones reales de comienzos de los años ochenta comenzaron a tener efectos sobre la tasa de paro en Bélgica con algún retraso. Esto contrasta con la experiencia de Michigan, donde la emigración reaccionó de forma bastante rápida al empeoramiento de la situación del empleo. En el caso de Michigan sólo hubo una pequeña depreciación real pues, según Eichengreen, los cambios regionales en el tipo de cambio real de los EE. UU. se limitaron a unos pocos puntos porcentuales en este periodo (véase Eichengreen (1990:7) y téngase también en cuenta que estas variaciones regionales sólo se pueden producir debido a evoluciones distintas de los precios en diferentes regiones). En Bélgica, por el contrario, tan sólo una parte muy importante del ajuste se hizo en forma de emigración de los trabajadores en paro." (De Grauwe 1994:100-101) Reubicación de las industrias, pérdida del control sobre el instrumento monetario, ineficiencia de las medidas relativas al tipo de cambio, etc., son algunas de las consecuencias que más rápidamente se dejan sentir en una unión monetaria. Hay que decir que también se pierde el control sobre el instrumento fiscal, y sin embargo la cuestión no se detiene ahí, sino que luego vienen los correctivos, esto es, las contra tendencias que aminoran un poco estos efectos, que tienen que ser contrarrestados necesariamente a partir de dos movimientos fundamentales: 1) la devaluación del tipo de cambio que permitiría reconquistar un mercado que se pierde por falta de competitividad, ya que no existen las XIV condiciones necesarias y suficientes para que un país determinado sea capaz de superar su falta de competitividad en relación a las otras economías desarrolladas, este es el recurso que más utiliza México4; 2) la movilidad de la fuerza de trabajo que en una situación de reajuste j traslación de las industrias jugaría el papel de escape poblacional hacia aquellas zonas de mayor dinamismo. Este último recurso se puede encontrar en muchos ejemplos sobre todo en uniones en las que existe un gran diferencial, como es el caso de España y Portugal respecto a Alemania, y de México respecto a Canadá y Estados Unidos. Pero habría que preguntarse si estos flujos migratorios se dan en la proporción y condiciones equivalentes, ya que a los obstáculos reales como las diferencias de lenguas y culturas en la Unión Europea se suma en el caso de México la política antinmigratoria de los Estados Unidos. Aunque la profundización del proceso de integración económica apunta hacia la pérdida del instrumento monetario y también del fiscal, los estados nacionales se pueden "agarrar" de este resquicio, la política fiscal, para poder recuperar alguna porción de soberanía sobre las variables macroeconómicas. y justamente es el instrumento fiscal la herramienta fundamental para poder regular los fenómenos de inestabilidad financiera, fenómenos que, de manera necesaria, cobran en estas uniones trascendencia fundamental. Nos referimos concretamente a la libre movilidad de capitales. Imponer una cierta carga fiscal a la movilidad de los capitales en interés de que no se produzcan fugas especulativas, gravamen a las ganancias que salen como remesas, el IVA, el impuesto sobre la renta, la progresividad de los impuestos, etc., son sólo algunas de las atribuciones que tiene el instrumento fiscal y que en una unión económica juega un papel fundamental porque de hecho es el último reducto de soberanía económica que les queda a los estados nacionales. Justamente esta es la razón que explica que se hable de la supremacía del instrumento fiscal sobre el instrumento monetario ya que éste último tiende a perderse 4 En la relación entre México y Estados Unidos sólo se habla de un tratado de libre cambio, sin embargo es tal el grado de integración que en muchos sentidos existen elementos de una unión monetaria, por lo cual gran parte de los postulados válido5 para esta unión son vigentes para el TLC. XV irremediablemente en el proceso de la unión económica. Y el hecho de que se pueda tener cierto manejo sobre los fenómenos financieros, devaluaciones sucesivas, "flexibilidad" salarial, o libre movilidad de la fuerza de trabajo, para nada cuestionan el hecho de que de cualquier forma las diferencias que se producen en un proceso de integración entre economías de diferente nivel de desarrolle persisten y tienden a agravarse. Porque la solución a las desigualdades no es el liberalismo económico. Este es el caso concreto de México en el TLC. Lo que sucede es que México ni siquiera tiene parcelas mínimas de soberanía sobre cuestiones tan fundamentales como la movilidad de capitales, y una cuestión a la que debería aspirar mínimamente es a poder "regular" las fugas especulativas que tan devastadoras consecuencias han tenido para nuestro país, pero esto de ninguna manera quiere decir que se detenga el ahondamiento de las diferencias que se producen en un proceso de integración que nosotros hemos llamado desigual. Para poder detener el crecimiento de estas diferencias, antes sería necesario replantearse el lugar de un país subdesarrollado, México, dentro de la división internacional del trabajo, pero para que esto suceda es necesario un cambio de esencia respecto al subdesarrollo, es decir, superar el carácter de nación perteneciente a la periferia capitalista. XVI Quien dice unión económica dice unión política. El pueblo que compra manda, el pueblo que vende-sirve; hay que equilibrar el comercio para asegurar la 1ib-Ertad; El pueblo que quiere morir, vende a un solo pueblo y el que quiere salvarse vende a más de uno. El influjo excesivo de un país en el comercio de otro se convierte en influjo político. La política es obra de los hombres que rinde sus sentimientos. Cuando un pueblo fuerte da de comer a otro se hace servir de él. Cuando un pueblo fuerte quiere dar batalla a otro, compele a la alianza y al servicio a los que necesitan de él. El pueblo que quiera se libre, sea libre en negocios. Distribuya sus negocios entre otros países igualmente fuertes. Si ha de preferir a algunos prefiera al que 10 necesite menos. José Martí Capítulo 1 LA TEORIA DEL INTERCAMBIO DESIGUAL El problema fundamental al que nos enfrentamos en este capítulo primero es el de determinar si es que la ley del valor tiene vigencia a nivel de las relaciones económicas internacionales, si el planteamiento original de Marx en El Capital, del cual el análisis de las relaciones económicas internacionales sería sólo continuación y parte del conjunto de su obra por realizar, es aplicable a este ámbito. A esta interrogante la respuesta de quienes comparten la teoría del intercambio desigual fue de alguna manera negativa, es decir, que no se intercambian equivalentes, por una serie de circunstancias que ellos han tratado de explicar cómo es el caso de la diferenciación de los salarios (Ernmanuel), las distintas composiciones orgánicas de capital (Palloix), la estructura dual de las exportaciones (Amíny, la existencia de los monopolios (Baran y Sweezy), etc. Cuestión que es una de las principales conclusiones e implicaciones de la teoría de los costes comparativos de Ricardo. Sin embargo, una serie de teóricos plantea que la ley del valor regula las relaciones de intercambio entre países, y que si acaso existiera el \'intercambio desigual" sería no por la ausencia sino por la presencia de esta ley, o más en general, del capitalismo competitivo. Tal es el caso Shaikh y Bettelhei~. En este sentido tratamos de hacer una revisión, de ningún modo exhaustiva, de las teorías que han surgido de lo~ años sesenta para acá sobre este problema, de encontrar las convergencias y las divergencias teóricas de autores como Emmanuel, Amin, Bettelheim, Palloix, Udry, Prebisch, etc. Quizás la primera vez que el marxismo ofreció una teoría propia sobre el comercio internacional sea ésta, y si bien es cierto- que antes se había discutido sobre el problema de los mercados externos, como en la polémica entre los populistas y Lenin o entre Bujarin y Rosa Luxemburgo, la cuestión siempre se ceñía a la pertinencia o no de los esquemas de reproducción de Marx aplicados a escuela internacional. Sin embargo la primera vez que el marxismo aborda el problema del mercado internacional atendiendo al campo de operatividad de la ley del valor es justamente con la polémica del intercambio des-igual, lo que da la pauta para que se discutan cuestiones tan fundamentales como la teoría de las ventajas comparativas de Ricardo y la de las ventajas absolutas de Smith, las transferencias de valor y la 3 formación de los precios en el mercado mundial, las consecuencias del proteccionismo y el librecambio, el problema del endeudamiento y el de la movilidad de capitales. La polémica no se dio por finalizada porque hubiese aparecido una aportación que sintetizara las elaboraciones anteriores y diera a cada quien el lugar que se merecía, pero es claro que con los trabajos de Anwar Shaikh se avanzó bastante en este sentido. Y es que nadie niega que existan unas relaciones de intercambio después de las cuales ciertos países siempre se encuentran en una posición desventajosa respecto a los otros, pero si sostenemos que lo que se da no es intercambio desigual ¿qué es lo sucede en el intercambio de mercancías en el plano internacional? ¿Qué sucede en el comercio entre las naciones?, y sobre todo ¿qué sucede en el intercambio entre naciones de distinto desarrollo? Ciertamente que entre ramas productivas se dan las transferencias de valor. Emmanuel (1969) ha trasladado estos juicios sustituyendo las ramas productivas por las naciones. Pero su análisis es parcial y equivocado. Al suponer que cada país es el único productor de lo que exporta limita su análisis a las transferencias interindustriales.1 Lo que en Marx son transferencias de valor entre ramas en virtud de que las distintas composiciones orgánicas del capital hacen que los valores individuales puedan estar por arriba o por abajo del precio de producción,2 y en consecuencia la plusvalía fluya de las ramas de baja composición orgánica (e/v) a las de alta, para Emmanuel es una transferencia de los países subdesarrollados que se especializan en productos de baja composición orgánica hacia los países desarrollados (con productos producidos con una alta CaC) pero en virtud de diferencias en la retribución de la fuerza de trabajo, y es esto lo que va a explicar el intercambio desigual, el desarrollo desigual entre países y su constante agravamiento. Pero una transferencia que en Marx se explica por el intercambio de equivalentes, Emmanuel la acepta al interior de una nación, mientras que entre naciones la explica por el intercambio de no equivalentes. Luego entonces, se acepta el intercambio igual entre ramas productivas, pero se habla de intercambio desigual entre economías. Y ya que Emmanuel se apoya continuamente en Marx para presentar su versión de los véase Shaikh (1990). 2 véase Marx, El Capital. Vol.III, cap. IX. hechos, nosotros tomaremos al Marx más pertinente en relación a estos problemas, es decir, al Marx del capítulo V y VI de: tomo III de El Capí tal en el que se analiza el capital constante y sus variaciones respecto a la tasa de ganancial y dentro de estas variaciones el papel del capital circulante, y dentro de éste el de las materias primas. Ah~ vamos a ver que el precio de las materias primas está en función de los ciclos de la acumulación de capital, esto es, que dependiendo de las necesidades de la acumulación y de la~ disponibilidades de materias primas es que se establecerá el valor de estas últimas, de acuerdo a las necesidades sociales de ese tipo de trabajo expresadas a través del mercado, que es el aspecto que completa el concepto de tiempo de trabaje socialmente necesario. No es que las materias primas SE intercambien por menos de su valor, sino que su valor SE establece en función de las leyes de la acumulación capitalista. Ya Marx decía que se había propuesto estudiar el sistema capitalista en tres etapas. La primera se refería a la produccióncirculación-cambio, la segunda al comercie internacional y la tercera al Estado. Como es sabido Marx no alcanzó a desarrollar las partes segunda y tercera de su investigación, sin embargo, para la posteridad y por las enseñanzas de su método, está claro que pensaba hacer girar toda su argumentación en cualquiera de estos campos3 en torne a la ley del valor, cuestión que no es difícil entender pero que para evitar equívocos es conveniente tener en cuenta sobre todo cuando se refiere al comercio internacional en el que, como otros muchos problemas, dentro del mismo campo del marxismo aparecen teorías como la del intercambio desigual, que no consiguen hacer claridad y terminan por asumir la propuesta ricardiana,4 donde la teoría del valor trabajo es negada en el ámbito internacional. Y es por esa razón que comenzamos nuestra tesis refutando estas teorías. Haremos un análisis crítico de cada uno de sus grandes exponentes así como de sus opositores y finalmente una evaluación de las aportaciones de los clásicos al problema de la operatividad o no de la ley del valor en el comercio internacional. 3 Un trabajo en el que se demuestra cómo es que la teoría del valor se encontraba en la base de la argumentación de toda la construcción teórica de Marx es el de Felipe Martínez Marzoa (1983) La filosofía de "El capi tal", ed. 'l'aurus, Madrid. 4 Shaikh hace un excelente análisis sobre estas contradicciones. Véase A. Shaikh (1960) Valor, Acumulación y Crisis. Cap.4. 1. LA TEORIA DE ARGHIRI EMMANUEL5 Comienza Ernmanuel su trabajo señalando que las críticas y refutaciones hechas a la teoría ricardiana de los costes comparativos han versado muchas veces sobre cuestiones que le son ajenas o se han debido a una interpretación incorrecta, como soslayar que para esta teoría no importa tanto el coste de producción de una mercancía producida en dos lugares diferentes, sino la “diferencia de los costes de producción de dos mercancías en cada uno de esos lugares. (Ernmanuel 1969:4) y por otra parte no se ha refutado su hipótesis fundamental, que es, según Ernmanuel, la de la inmovilidad de los factores, única manera de explicar por qué el valor de las mercancías no se forma de la misma manera en el mercado internacional que en el nacional. De acuerdo con Ernmanuel este no funcionamiento de la ley del valor en la esfera internacional ha servido para refutar su validez general, para "negar la teoría del valor-trabajo", aprovechando el reconocimiento de su no aplicabilidad universal por parte de su propio fundador (Ricardo). (Ernmanuel 1969:8) Y al decir esto va implícita su aceptación de la concepción ricardiana, en el sentido de que la formación del valor en el mercado internacional obedece a leyes distintas que a las de los mercados nacionales, aunque su propósito declarado haya sido el demostrar que ciertos fenómenos del comercio exterior sólo pueden ser explicados a partir de las premisas de la ley del valor. (Ernmanuel 1969:38) Emmanuel dice refutar la teoría del valor-trabajo de Ricardo cuando que en realidad la teoría que "refuta" es la del valortrabajo de Marx. Pero veamos con más detalle cuál es su argumentación. Si existe una especialización derivada de las ventajas comparativas y si es posible la libre movilidad de capitales que tenderían a fluir hacia aquellas producciones más ventajosas, es lógico que el supuesto de especialización se vendrá abajo, sin embargo el mundo está organizado de acuerdo a la existencia de estados nacionales, estados que no van a permitir la movilidad absoluta de los factores. (Ernmanuel 1969:11) Para Ernmanuel, como los factores no son igualmente móviles en el exterior que en el interior de un país, hay una "especificidad del valor internacional", que requiere "una teoría particular del valor internacional", y fue Ricardo quien, sobre la base de la inmovilidad de los factores, la elaboró por vez primera. y esta es precisamente la teoría de los costes comparativos. Pero la realidad contemporánea, dice Ernmanuel, no corresponde al caso ricardiano de inmovilidad de los factores, sino al de la movilidad del capital e inamovilidad del trabajo. Mientras que la nivelación de la tasa de ganancia se efectúa entre países, la perecuación de los salarios se vuelve imposible a nivel internacional, y es esto lo que va a explicar las diferencias entre los valores nacionales y los internacionales, que los precios de producción no puedan aplicarse sin modificación. Aquí surge su teoría del intercambio desigual, que en su formulación más sencilla consiste en explicar porqué "una cierta categoría de países, independientemente de lo que produzcan y de lo que exporten, cambian siempre una mayor cantidad de trabajo nacional por una menor cantidad de trabajo extranjero." (Ernmanuel 1969:34) Son entonces las diferencias de salarios las que determinarán las diferencias de precios. Como veremos más adelante, Ernmanuel está dejando de lado el problema de la productividad, que junto con los salarios va a determinar la eficiencia, los costes unitarios y los precios.6 y cuando la considera, deja de lado las variaciones en las tasas de explotación. De hecho se está aceptando que existe una especie de fuerza que impide que se formen precios correspondientes a los valores verdaderos. Aquí de inmediato nos encontramos con instituciones como el monopolio que impiden, según la argumentación de Ernmanuel, que se de la operatividad de la ley del valor, esto es, que finalmente los productos se vendan por su valor.7 Los que postulan que en el librecambio todos salen ganando, o en el peor de los casos nadie pierde, olvidan que después de siglos de esta libertad de comercio (impuesta muchas veces unilateralmente a ciertos países) los estragos a que han dado lugar las diferencias de carácter productivo han modelado un mundo en el que se concentra un polo de riqueza ofensivo 6 véase Diego Guerrero (1995) Competividad: teoría y política. Ariel, Barcelona, Cap.l. frente a otro polo de la miseria más desesperante, y siendo así es perfectamente válido postular la necesidad del proteccionismo que, por otro lado, han practicado y practican intensivamente países como los Estados Unidos. Los economistas se han preocupado por ello, dice Ernmanuel, de los mecanismos de la distribución internacional del ingreso, y entre ellos el de la relación de los precios del intercambio. y cita, entre otros autores que cuestionan el libre comercio, a J. Strachey8 quien plantea que " ... una sociedad subdesarrollada simplemente no se puede desarrollar si se sujeta a tal política <de laisser faire>... [ ... ] Bajo el régimen de laisser faire y del libre comercio entre países que se hallan en etapas desiguales de desarrollo, existe una tendencia avasalladora a que la distancia que media entre un país desarrollado y otro subdesarrollado aumente indefinidamente". (Emmanuel1969:20) En las relaciones comerciales internacionales se ha constatado que mientras los precios de los productos industriales aumenta, el de ciertos productos primarios disminuye (hecho observado a partir de la segunda posguerra y dramáticamente sobre todo después de la guerra de Carea), y con ello se ha reducido la capacidad de importación de los países subdesarrollados. De allí la importancia de explicar los términos del intercambio. (Ibid.) Considerando que es a través de los términos del intercambio que puede transferirse riqueza de un país a otro comenta los factores que se ha dicho que influyen en estos términos: los aranceles aduaneros, los cambios en la demanda por las distintas elasticidades de los productos y la situación de la balanza de pagos. Señala Emmanuel que un asunto muy importante en la política económica de los países capitalistas ha sido el de lograr beneficios en el comercio internacional a través de una balanza comercial positiva. Este saldo positivo puede darse vendiendo lo más posible a precios bajos o aumentando los precios lo más posible. En el primero de los casos se tendría como principal objetivo elevar la actividad interna. Pero "dentro de la realidad de empleo pleno de estos últimos años" y cuando no hay riesgo de depresión interna, (¿qué explicación daría en las condiciones actuales?) lo importante es lo segundo, "vender a los mayores precios posibles". (Emmanuel 8 John Strachey, End of Empire, Londres, 1961. 1969:27) Para Emmanuel planteamiento de los clásicos ya anticipaba el intercambio desigual, pero al revés: "10s clásicos han sido, probablemente, los más categóricos en esta previsión universal de alza constante de los precios de los productos primarios. 1a han situado en la base de su ley de aumento perpetuo de las rentas y de baja constante de la tasa de ganancia, por el efecto del aumento del costo de la subsistencia y de los salarios. De este modo, John Stuart Mill ha podido declarar: <Los valores de cambio de los artículos manufacturados, comparados con los productos de la agricultura y de las minas, a medida que progresa la población y la industria, tienen una definida tendencia a disminuir.> "Malthus ha suscrito esta idea en la sección séptima del capítulo 11 y en la sección sexta del capítulo 111 de sus Principios. Se encuentra la misma posición en Ricardo: <A causa de que con el progreso social los artículos manufacturados bajan continuamente y los productos naturales suben, tan grande desproporción se crea a la larga en sus valores relativos, que un trabajador, en los países ricos, con desprenderse sólo de una cantidad muy pequeña de sus alimentos, le es posible proveerse abundantemente para todas sus necesidades restantes>". (Emmanuel 1969:31) Prebisch, desde una perspectiva bastante menos clásica que la de los grandes economistas, habla ya de que en el periodo previo a la crisis del 29 el aumento de los precios de las materias primas corría parejo al de los productos manufacturados, pero que a partir de esta crisis el de las manufacturas crece más rápido que el de las materias primas. Como es sabido a este último fenómeno le llama deterioro de los términos del intercambio. Este va a ser el tema de nuestra discusión. Sorprende un poco que alguien, y en concreto los clásicos, haya afirmado que el precio de las materias primas crecía más rápido que el precio de las manufacturas. Quizá esta afirmación se deba a que se tenía en aquella época la idea de que la agricultura era la única rama verdaderamente importante de la economía y la única que producía valores, es decir la vieja idea de los fisiócratas, o que en la base esté la teoría de la renta de la tierra ricardiana según la cual los productos eran cada vez más caros porque las tierras que explotan van siendo cada vez las peores. Emmanuel dice que en cierta medida Marx compartía el "pesimismo" de la escuela ricardiana en cuanto al precio de los productos manufacturados, sin mencionar que -como veremos más adelante-lo que Marx señala es el aumento creciente del valor de las materias primas dentro del valor total de los productos manufacturados y, precisamente por esto, los esfuerzos de los capitalistas para hacer bajar los precios de las materias primas. Sin embargo este fenómeno, dice Emmanuel, no se da entre productos primarios en general y productos manufacturados en general, sino entre los productos producidos por los países subdesarrollados y los producidos por los industrializados, independientemente de que el producto en cuestión sea materia prima o manufacturado. (Emmanuel 1969:34) Pero si los precios de las materias primas de los países desarrollados no sufren un deterioro en relación a los productos manufacturados es porque existen una serie de mecanismos que hacen que esas materias primas sean requeridas en el proceso de la acumulación capitalista, lo cual lleva a un incremento de su precio. Si sucede que son menos los requerimientos de la acumulación, disminuirá su precio y el país desarrollado en cuestión dejará de producirlas. En cambio en el caso de los países subdesarrollados esto último no puede pasar simplemente porque no pueden abandonar una cierta producción y dedicarse a otra con la misma facilidad que lo hacen los desarrollados. Ellos, los subdesarrollados, están indisolublemente ligados a la producción de materias primas (o productos manufacturados de bajo desarrollo técnico) y en la división internacional del trabajo no existe otro espacio para estos países. La pregunta es entonces ¿por qué no se puede romper esta especialización-relación de productores de materias primas dentro de la división internacional del trabajo?, para responder a esto es necesario tener en cuenta antecedentes de carácter histórico y de relaciones de clases, y analizar cómo fue que se integró la economía mundial como resultado de la revolución industrial. Justamente aquí es donde reside el secreto del surgimiento de una relación a nivel internacional, la división internacional del trabajo, que determinó que una parte del mundo se organizara básicamente como productora de productos primarios y mercado de los productos industrializados que producen los países desarrollados, mientras que otra parte del mundo se organizó como productora de bienes industrializados. Para Emmanuel el deterioro de los términos del intercambio no es problema de productos, sino de países, por ello es que se busca una variable analítica que le permita explicar la~ diferencias en la formación de los precios. Una de las más notables paradojas que se presentan cuando analizamos el trabajo de Emmanuel es descubrir una clara vocación de este autor por Ricardo, y si no prestemos atención a la siguiente afirmación: " ... el intercambio de mercancías representa, en último análisis, un intercambio de factores". (Emmanuel 1969: 42) A partir de allí su análisis tendrá como base la remuneración de los ~factores de producción", en vez de remitirse al trabajo como determinante del valor,9 con lo cual los conceptos que maneja dejan de corresponder a su significado dentro de la teoría marxista. La ventaja de la terminología marxista es que nos remite directamente a la teoría del valor-trabajo, es decir, la representación del coste de producción corno c+v (capital constante más capital variable) es el trabajo retribuido; el valor como c+v+p (capital constante más capital variable más plusvalía) es el trabajo invertido en la mercancía, tanto trabajo retribuido como no retribuido (valor individual). El precio de producción como c+v+g, donde g (ganancia) es c+v multiplicado por la ganancia media o cuota general de ganancia, representa el trabajo social medio. Dice Emmanuel que " ... Smith no pudo señalar en forma conveniente el paso del valor de cambio según la cantidad de trabajo, al valor de cambio según los costos de producción, porque en su primera forma, la teoría del valor-trabajo oscilaba ya entre los dos determinantes". (Emmanuel1969:60) Sin embargo, Srnith es más fiel que Ricardo a la teoría del valor trabajo en la explicación de los intercambios internacionales. A decir verdad el gran mérito de Srnith en relación al comercio exterior estriba en el hecho de que considera la teoría de las ventajas absolutas como el eje vertebrado del mercado internacional, donde lo decisivo son los costes de producción de cada mercancía y esto es lo que va a determinar el precio. Curiosamente es la teoría del valor de Ricardo llevada al comercio internacional. Para Emmanuel Ricardo es más coherente porque introduce la influencia de los salarios sobre los precios: "<También pueden combinarse de varias maneras las proporciones en que el capital sostiene al trabaj o y en que se invierte en herramientas, maquinaria y edificios. Esta diferencia en el grado de durabilidad del capital fIJO y esta variedad en las sobre las conoccuencias de definiL ~l valor ~ través de propiedades disLintan ~l ~rabajo, v~ase: Diegv Guerrero "Un Marx imposible: ~l marxismo ~in t~nrtd ldboral dél valor", prBocntado en las V JOrnadaR dR Economia Critica, Santiago de Compogtela, mayo de 199ú. proporciones en que ambas clases de capital pueden combinarse introducen otra causa, además de la cantidad mayor o menor de trabajo necesario para producir los bienes para las variaciones de su valor relativo: dicha causa es el aumento o reducción del valor del trabajo {léase salario} ... El grado de alteración del valor relativo de los bienes, ocasionado por un aumento o una disminución de los salarios, dependerá de la proporción del capital global empleada como capital fijo>". (D. Ricardo en Emanuel 1969:61) Ricardo está considerando el impacto diferenciado de un aumento (disminución) generalizado de salarios en el precio de los productos según la composición del capital empleado en su producción. Entonces los precios dependen del tiempo de trabajo que incluye al capital variable y factores como el desgaste del capital constante, es decir, consumo de las máquinas y de los otros componentes (auxiliares y circulantes) que intervienen en la producción, y de su composición. Ya se ve que el argumento va hacia la introducción de los salarios como determinante de costes y precios. Con los clásicos no se presentaba el problema de la diferenciación salarial porque el salario estaba determinado por una "ley biológica" y demográfica que lo reducía siempre al mínimo de subsistencia; si el salario nominal cambiaba estaba claro que era por las condiciones de la producción y no por efectos del mercado. Pero esto cambia con la concepción marxista que introduce elementos históricos y sociológicos en su determinación, dice Ernmanuel, y se puede pensar que son los precios los que determinan los salarios. "En una economía de libre competencia ext; capura, en la que los salarios y las ganancias pudieran fluctuar sin límites de O a 100%, parece que nada se opondría -al menos teóricamente- para admitir que sean los precios los que determinan los costos de producción y no ] los costos de producción los qué determinan J os precios". (Errunanuel 1969:69) Pero esto es imposible. No son los precios de las mercancías los que determinan la remuneración de los factores, sino ésta la que determina aquellos. Los precios varían de acuerdo con las composiciones orgánicas de capital: "Cualquiera que sea el signo o la medida de la variación de los precios, un artículo variará tanto más, en uno u otro sentido, cuanto su composición orgánica esté más alejada de la composición orgánica media. “hay pues una ley precia al mercado, que liga los artículos por grupos y esos grupos se definen sin ninguna referencia a las necesidades de los consumidores. No existe, por lo demás, ninguna razón para que las variaciones de las necesidades sigan la misma ley". (Ernmanuel 1969:72) Critica el supuesto de que puedan darse combinaciones infinitas de cac, como el de la teoría marginalista, pero sin embargo acepta la teoría neoclásica del precio relativo de los factores como elemento básico de la sustitución de trabajo por capital y por tanto del aumento de la cac: "Al escoger su técnica, el empresario no busca igualar el precio de costo10 al precio de venta, sino minimizar el primero. Cualquiera que sea el precio de venta [ ... ] la empresa buscará la combinación óptima de los factores y esta optimización no depende de los precios de los productos sino de los precios de los factores• (es claro que Ernmanuel está ignorando totalmente la productividad) y a continuación dice: "Quizá cabría, basándose en esta consideración, modificar el teorema clásico y decir que una modificación de la tasa general de salarios no tendría como efecto únicamente el modificar los precios de los productos en cada uno de los grupos, sino también, y según el caso, modificar la composición orgánica de las ramas que a ellos pertenecen y, algunas veces, hacer pasar una rama de un grupo a otro. Pero, antes como después, los salarios y las ganancias no son ya directamente dependientes de los precios, sino indirectamente, mediante las composiciones orgánicas." (Ernmanuel 1969:73) Mientras que en Marx primero es el aumento en la intensidad del trabajo a través de la mecanización -que es una palanca para elevar la explotación del trabajo-, luego el aumento de la productividad y luego el aumento de salarios.” El aumento de la cae es una tendencia inherente 10 Emmanuel entiende "<precio de costo> de la misma manera que Pareto, o sea incluyendo en él la ganancia del capital". (Emmanuel 1969:73) Mientras que en Marx precio de costo es igual a coste de producción, o sea c+v, sin incluir la ganancia. 11 "Aunque Marx sugiere que la tendencia secular hacia una producción más intensiva en capital puede tender a ser acelerada por el aumento de las tasas de salarios, este argumento no debe ser confundido con la teoría neoclásica donde el precio relativo de los factores es considerado como el determinante principal de la elección técnica. En la economía neoclásica el aumento secular de las tasas de salario real es utilizada con frecuencia para explicar el aumento secular de la intensidad del capital. En Marx, sin embargo, la explicación para estas tendencias seculares es claramente la inversa. Es el aumento de la intensidad de capital el que conduce al incremento de la productividad del trabajo. Y […] al capitalismo. Ciertamente las diferencias de cae alargan ventaja en el mercado internacional a los países más desarrollados, porque gozan de una productividad y una eficiencia mayores. Y esto es así a pesar de que paguen salarios más elevados y no a causa de ello. Pero el argumento de Enunanuel lleva a concluir que son los "precios de los factores", concretamente el de la fuerza de trabajo, lo que modifica las composiciones de capital y por lo tanto los precios de las mercancías. Esto explicaría la variación de los precios en el comercio exterior, que por los al tos salarios serían más elevados en los países desarrollados y al mismo tiempo tendrían menos valor, por la elevada COCo En cambio un país que en el comercio internacional ofrece determinados productos que son producidos en condiciones de una composición baja, no tendrá la capacidad de vender sus productos por arriba de su valor, sino más bien por abajo. Esto explicaría el intercambio desigual, porque los productos de los países desarrollados se estarían llevando una parte de valor generado en los países subdesarrollados. Está claro que el capital una vez que ha conquistado el mercado interno se lanza a conquistar el mercado externo, y busca en el exterior la movilidad que no tiene en el interior, las razones para esto, además, se ven reforzadas por el hecho de que el capitalismo tiene una sobre acumulación de medios y de recursos en lo interno y no puede obtener las tasas de ganancia adecuadas a sus expectativas. El capital, dice Lenin, tiene que buscar otras áreas en las cuales ser rentable. Aquí Ernmanuel dice que como de acuerdo a la teoría de las ventajas comparativas los países se especialización en aquello en lo que tienen mas ventajas, entonces la movilidad del capital sale sobrando porque los capitales encuentran en sus propias naciones la mayor fuente de ganancias. Este planteamiento nos parece que es extraordinariamente confuso y bien a bien no sabemos si es una interpretación aquí vacada de Ricardo o gaIlds de decir algo novedoso. El análisis de Emmanuel parece así correr paralelo al de Ricardo, pero en vez de la negación de la perecuación de la tasa de ganancia por la inmovilidad del capital postula la Es este incremento de la productividad el que entonces crea las bases potenciales para aumentos limitados del salario real”. (Botwinick (1993:80-81) imposibilidad de la perecuación de la tasa de salarios por la inmovilidad del trabajo, y por tanto, la concurrencia entre trabajadores. Además concede razón a Ricardo al señalar que sus hipótesis eran válidas para su época, mientras que los neoclásicos tienen que hacer malabares para explicar que a pesar de la movilidad de capital esta no es suficiente para negar la noconcurrencia en el plano internacional y por tanto la tesis de los costes comparativos. Pero no sólo la teoría económica convencional ha sostenido el principio de las ventajas relativas. Señala que los economistas marxistas en general han tenido, en el mejor de los casos, una actitud neutral y benévola frente a esta teoría. y esto es cierto. Contra lo que pudiera parecer, fue el ex bloque socialista una de las áreas de la tierra en las que más entusiastamente se adoptó el criterio de las ventajas "comparativas" (en el sentido de prescripción que señala Shaikh, tema que abordaremos en otro punto), y ésta fue la justificación de la di visión socialista del trabajo. Esta idea, como lo señala correctamente Emmanuel, era sorprendentemente popular entre los teóricos del ex bloque socialista, y con base en este principio se decidieron estrategias de desarrollo perjudiciales para muchos países. Es el caso, por ejemplo de Cuba, que se especializó en la producción de azúcar. Durante 30 años Cuba decidió especializarse en este producto, mientras recibiría de los países más desarrollados dentro del bloque los productos de mayor complejidad técnico científica. ¿Para qué iba a producirlos Cuba si le saldría más caro? Y si esa especialización era ya de por sí desventajosa dentro del bloque socialista, demostró ser desastrosa cuando la perestroika y la "globalización" se impusieron como modelo único mundial. Pero no se crea que no hubo oposición. Ya el Che Guevara planteaba la necesidad de que la isla desarrollase otro tipo de industrias, de alta tecnología. Y durante cierto periodo, mientras estuvo el Che en el Ministerio de Economía, se tomaron medidas en ese sentido. Así señalaba en 1964: "Hasta ahora el desarrollo industrial alcanzado se puede calificar de satisfactorio, si se tienen en cuenta los problemas que causa el bloqueo norteamericano y el cambio radical en nuestras fuentes abastecedoras externas ocurridas en sólo tres años. El año pasado la producción azucarera se redujo de 4.8 a 3.8 millones de toneladas métricas, pero en cambio este descenso fue compensado, en Términos generales para el sector, por un crecimiento del 6% en la industria no azucarera. Para este año de 1964, dada una solidez mayor en nuestra organización productiva interna y nuestra mayor experiencia en las relaciones comerciales con los nuevos mercados abastecedores, el crecimiento industrial debe ser más elevado que el señalado." (Guevara 1967:622-623) sin embargo parece ser que la posición de los soviéticos pesó más que las previsiones del Che. Ahora la historia le ha dado la razón, y Cuba está buscando desarrollar actividades como las que sugería el Che que se desarrollaran, tal es el caso de la producción de medicinas, la biotecnología, etc. Otro caso de estas aberraciones es la actitud de la izquierda mexicana ante el TLC. Ciertamente hubo críticas acertadas, pero el partido de oposición más importante en aquel entonces, el PRD, simplemente no tenía una posición clara al respecto. No sólo en el discurso se recurría constantemente al concepto de ventajas comparativas sino que en los documentos más importantes se asumía que un buen tratado podría acarrear ventajas para todos: "Estamos en favor de un amplio pacto continental de comercio y desarrollo que considere de entrada el libre comercio entre México, Estados Unidos y Canadá, y que corresponda, al mismo tiempo, al interés del desarrollo de México y no afecte las normas de bienestar de EU o de Canadá. ,,12 Un pacto imposible, diríamos nosotros. Se asumía que el problema no era el acuerdo en sí mismo sino el riesgo de un mal acuerdo: "Una liberalización comercial concebida y conducida en el marco de una alternativa real de desarrollo movilizará el entusiasmo y el compromiso de numerosos grupos sociales en México que hoy se ven excluidos de todo beneficio. Estamos obligados a tener éxito en esta oportunidad de lograr un progreso auténtico y una cooperación fructífera entre nuestras nacionesfl•13 Realmente una joyita. Quedaría por saberse a quien debemos dar las gracias, si a Bush o a Salinas. 12 Cuauhtémoc Cárdenas, "TLC: Una propuesta alternativa", Revista Nexos N°162, julio de 1991, México, p.51. Existe además confusión en los conceptos, pues se toma la ventaja absoluta como "comparativa", error frecuente, como señala Diego Guerrero (1995), por el hecho de que las condiciones de un país tienen que compararse con las de otro, porque la ventaja es necesariamente en términos de otro. Se puede leer en el mismo documento: "México no puede transformarse en el depósito de desechos químicos y el basurero de las industrias americanas o canadienses que tratan de dar la vuelta al cumplimiento de las restricciones ambientales en sus países. La laxitud en el cumplimiento de las leyes en la materia en México, debe cesar como una ventaja comparativa para las compañías que invierten en nuestro país. “(P.54) La parte medular de la teoría del intercambio desigual de Enunanuel reside en el argumento de que las diferencias salariales entre los países desarrollados y los países subdesarrollados es lo que explica que los productos con los que comercian uno sean sobrevalorados en relación a los productos de los otros, que estarían en general subvaluados. Porque las diferencias persisten aún teniendo en cuenta el grado de intensidad: "si examinamos no tanto lo que el obrero gana, sino lo que su hora de trabajo cuesta a la sociedad, podemos asegurar que estamos dentro de la realidad si concluimos que, teniendo en cuenta las prestaciones sociales directas e indirectas, el salario promedio de los países desarrollados es de alrededor de 30 veces mayor que el de los países atrasados y, teniendo en cuenta la diferencia de intensidad del trabajo [de dos a uno], alrededor de 15 veces mayor". (Emmanuel 1969: 89) Pero ¿quiere esto decir que los obreros de los países subdesarrollados son 15 veces más explotados que los de los países desarrollados? Además, ciertamente los trabajadores en las sociedades desarrolladas son pagados mucho mejor, en general, pero esto no sólo depende del coste diferente de la fuerza de trabajo, sino de los sectores en que se ubica la fuerza de trabajo, y también de la organización. Existe una transferencia de valor porque a los subdesarrollados les cuesta más producir un mismo producto, a pesar de los bajos salarios, ya que se emplean fuerzas productivas más rudimentarias, y luego en el intercambio se ve que se ha invertido más tiempo de trabajo del socialmente necesario. Sin embargo a esta transferencia no le podemos llamar intercambio desigual, por mucho que cueste producir un mismo producto (o los productos que se intercambian, si son diferentes) en un caso, subdesarrollados, y por poco que cueste en el otro. La diferencia en la argumentación teórica puede parecer una sutileza, pero es una de esas sutilezas, utilizando una figura de Marx, que separan a la mecánica clásica de la física cuántica; es una de esas diferencias que pueden determinar que se siga una política de defensa de los precios como respuesta al intercambio desigual, o una política de industrialización al estilo de los nuevos países industrializados asiáticos para no depender de la producción y venta de materias primas, (que por supuesto se pueden y deben seguir produciendo, pero no depender exclusiva o abrumadoramente de ellas). Debería hacerse un esfuerzo por aplicar correctamente metodología de Marx en el sentido de tratar de descubrir aspecto decisivo y determinante del comercio internacional, la el 17 o más concretamente, cómo es que funciona la ley del valor a este nivel. Para Emmanuel la desigualdad de los salarios provoca la desigualdad del intercambio: "... la desigualdad de los salarios como tal, siendo las demás cosas iguales, provoca por si misma la desigualdad del intercambio". (Emmanuel 1969: 103-104), porque considera al salario "la variable independiente del sistema" y responsable del aumento de los precios. Pero, como dice shaikh, Ernmanuel esta confundiendo la enfermedad con sus síntomas. Como el menor salario determina una tasa mayor de explotación, el intercambio desigual se debe a las diferentes tasas de plusvalía:" Fuera de toda alteración de los precios que resulte de una concurrencia imperfecta en el mercado de las mercancías, el intercambio desigual es la relación de los precios de equilibrio que se establece en virtud de la perecuación de las ganancias entre regiones con tasas de p1usva1ía 'instituciona1mente' diferentes -dando al término'institucíona1mente' el significado de que esas tasas, por razones que sea, son restadas a la perecuación concurrencial en el mercado de los factores, e independientemente de los precios relativos". Emmanuel 1969:104) Hay que recordar que es necesario considerar las diferencias conjuntas de productividad y salario. Pero además el salario como expresión del valor, con todos sus determinantes. Habría que analizar el distinto valor de las fuerzas de trabajo en los distintos países, y la distinta relación entre trabajo necesario y trabajo excedente. Derivar el intercambio desigual de las diferencias salariales a nivel internacional lleva a la conclusión de que siempre existirá intercambio desigual hasta que no se igualen los salarios en todas las ramas de la producción a nivel mundial. y de aquí surge la pregunta ¿es acaso que la ley del valor no funciona a nivel internacional puesto que todo lo que se produce se hace con diferencias notables de salarios lo cual produce intercambio desigual y por lo tanto el no funcionamiento de la ley del valor? Y si se igualaran los salarios (no habría ya intercambio desigual ni desarrollo desigual? Marx planteaba que el comercio internacional era sólo una esfera del modo de producción capitalista, que de ninguna manera escapaba a la vigencia de las leyes fundamentales del sistema. Y si hemos de hablar de una ley que es fundamental, esa ley es la de la determinación del precio por el valor, y del valor en función del tiempo de trabajo socialmente necesario. Siempre como tendencia y no en los casos individuales. Que los salarios se mantengan deprimidos en las áreas subdesarrolladas no es ninguna rareza, es una de las características principales del capitalismo en estos países. Sin embargo, y aún cuando la plusvalía obtenida tienda a crecer a costa de estos bajos salarios, de esto no se desprende que en el comercio internacional se dé un intercambio desigual entre los productos producidos por los subdesarrollados y los producidos por los desarrollados, pues aunque la explotación fuera la misma en todos lados, los salarios no serían iguales, y aunque los salarios fueran iguales no desaparecerían las desigualdades del desarrollo. Los bajos salarios se deben en primer lugar, aunque no exclusivamente, al bajo nivel de desarrollo de las fuerzas productivas .14 En todo caso lo que se puede afirmar:' es que se colocan distintos productos en el mercado internacional que han costado cuotas de trabajo muy diferenciadas en función del distinto desarrollo de las fuerzas productivas en cada caso, y esto efectivamente representará transferencias de valor de los que intercambian productos menos sofisticados a los que producen mercancías más sofisticadas, con mayor incorporación técnica y científica: " ... la demostración del intercambio desigual entre países con estructura económica diferente que pretende realizar Emrnanuel, se basa esencialmente en las transferencias de plusvalía que se producen por el solo hecho de realizarse el intercambio comercial, intercambio que debe ajustarse a los precios de producción que aseguren la igualdad de las tasas de ganancia." (Vidal Villa 1976: 239). Lo determinante es la media social que cuesta producir determinado producto y no los salarios altos o bajos que se pagaron durante el proceso de producción, y aquí, como dice Marx, es el "estómago de la sociedad" el que va a determinar si un producto se llevó más horas de trabajo de lo necesario; si se llevó más horas de 14 Como dice Shaikh: "El nivel de vida (el salario real) de los trabajadores en cualquier país debe estar limitado, al fin de cuentas, por el nivel de desarrollo de sus fuerzas productivas. ¿por medio de qué magia podrá el trabajador de la India alcanzar el mismo nivel de vida que el trabajador norteamericano? El producto social total per cápita en la India -usando cualquier índice- es más bajo que el salario real del trabajador norteamericano. Incluso si los trabajadores de la India consumieran su producto social entero, las diferencias de salario real no serían eliminadas -pero naturalmente el capital de la India lo sería. Asi el incentivo para la inversión extranjera –las diferencias salariales- permanecería. Mientras que la competencia –los capitalistas locales- ¡habría desaparecido hace mucho tiempo!”. (Shaikh 1990:208) trabajo ese producto aunque tenga más valor individual contenido en su materialidad, será un producto que en el mercado no podrá intercambiarse mas que por su equivalente según la media social, y no solamente puede transferir plusvalía, sino, como dice Marx, en algunos casos puede que ni siquiera recupere el coste de producción. Y esta es precisamente la forma en que las mercancías encuentran su equivalente en el mercado internacional. "La industrialización prematura en un mundo 'subdesarrollado' aseguraba a Inglaterra el monopolio del comercio exterior". (Emmanuel 1969:159) Y esto lo hizo con bajos salarios, dice Emmanuel, (lo que va incluso en contradicción con su propia teoría de los salarios elevados en los países más avanzados), pero no dice que es que gracias al librecambio Inglaterra logró concentrarse en las actividades industriales mientras que el resto del mundo le servía como abastecedor de materias primas y mercado de sus productos manufacturados. Pero para Emmanuel el diferencial de salarios es lo que actúa sobre los precios produciendo un diferencial de desarrollo: "es la desigualdad de estos salarios la que actúa sobre los precios y sobre el desarrollo económico". (Emnlanuel 1969:167) Llegando al extremo de proponer que para desarrollarse lo que debe hacer un país es aumentar ]os salarios, y de allí los precios. Lo que no significa que no haya influencia de los salarios en el proceso de modernización de las empresas, y que los bajos salarios puedan desestimular la mecanización, pero, como hemos dicho antes, esto no es al estilo neoclásico. Ni al estilo de Emmanuel: "Supongamos que el día de mañana los sudafricanos exterminan a los bantúes, en vez de emplearlos como obreros a bajo salario y los remplazan por colonos blancos con altos salarios; ciertamente que, en la medida en que la operación se haga más o menos brutalmente, habrá conmociones, quiebras, fricciones de conversión y ajuste, un periodo transitorio muy difícil de pasar, pero el resultado final será un salto hacia adelante de África del Sur, que alcanzará rápidamente a los países más desarrollados". (Ermnanuel 1969:164) ¡Cómo si el salario determinara el valor social y no a la inversa! La relación es al revés: el desarrollo mayor permite mayores salarios. Lo que no significa que los trabajadores de los países subdesarrollados deban esperar impasibles el desarrollo económico para obtener aumentos salariales. Ciertamente esta es una versión muy sui géneris del desarrollo desigual. Quizás a Emmanuel le sirva de consuele el que Marx no contemplara la posibilidad de que se generasen dos áreas en el mundo con diferencias progresivas en su desarrollo como producto de la distinta integración de las naciones en la división internacional del trabajo. Así es que en este sentido no tenemos muchas sugerencias de Marx, pues inclusive en el prólogo de El Capital Marx habla de que los países desarrollados no hacían mas que poner el espejo de su propio desarrollo a los menos desarrollados. Y cuando Emmanuel habla de la interacción entre desarrollo económico y salarios cae en el fatalismo de que una vez que un país toma ventaja comienza "por mediación del intercambio desigual, a hacer pagar el excedente de sus salarios a los demás países. [ ... ] En el mismo momento el país pobre queda unido al nivel de subsistencia fisiológica elemental. Transfiriendo por su exportación no-equivalente una gran parte de su excedente hacia los países ricos, se priva de los medios de acumulación y de crecimiento. La exigüidad y el estancamiento de su mercado desaniman a los capitales que lo desertan, lo que hace que, a pesar de la baja cae y los bajos salarios, una parte considerable de su mano de obra no encuentre comprador". (Emmanuel 1969:170171) La movilidad de los capitales ahora es muy dinámica, es decir, se han creado una serie de condiciones que hacen que los capitalistas lleguen con una insospechada facilidad a un determinado país y que luego de la misma forma lo abandonen, sin embargo los bajos salarios pueden ser perfectamente atractivos para los capitalistas si se cumplen ciertos requisitos, como la oferta abundante de materias primas y fuerza de trabajo (además de las condiciones técnicas que le permitan funcionar con mayor eficiencia productiva) . Para Emmanuel el secreto para poder aumentar los salarios y resistir a la libre competencia es el proteccionismo. Y pone el ejemplo de los Estados Unidos, donde inclusive ése fue "y es" el objetivo de la política arancelaria: "proteger los altos salarios en las ramas atrasadas". Y estos altos salarios fueron los que provocaron en última instancia "un aflujo de capitales que desató el proceso de desarrollo". (Emmanuel 1969: 172) Estamos de acuerdo en que el proteccionismo fue determinante en su desarrollo, pero los altos salarios fueron consecuencia, que no causa. Además esto no fue suficiente, fue necesario que se desarrollase una revolución democrático burguesa que diera como resultado tanto la reforma agraria capitalista, bajo la vía de desarrollo farmer, como la liberación plena y total de la fuerza de trabajo y de las potencialidades capitalistas, esto es, la revolución en la producción agrícola que permitiera canalizar todos los recursos a la industria, luego vendría el americanismo, pero esto sucede cuando Estados Unidos es ya una potencia. Esto es, tuvo que liquidar a la oligarquía agroexportadora del sur por medio de la guerra civil y convertir a esta vasta zona en un territorio industrialista para hacer posible su "despegue" al desarrollo. La división internacional del trabajo puede ser una especie de monopolio, sin embargo es necesario dejar bien claro cómo es que se llegó a tal división. Y aquí Ernmanuel no es suficientemente claro, por el contrario, es absolutamente confuso, parece que las naciones favorecidas con el lugar que ocupan dentro de la di visión internacional del trabajo llegaron a ella por accidente, y como "la riqueza engendra riqueza" y "la pobreza engendra pobreza" ya más nunca abandonaron esa posición. Hemos dicho que existe una transferencia de valor, de los países que producen empleando más tiempo de trabajo del que era necesario para la producción de ciertos productos y que después depositan bajo la forma de valor en las arcas de aquellos países que producen con mejores fuerzas productivas y emplean menos tiempo de trabajo que el necesario. Sin embargo transferencia de valor no es lo mismo que intercambio desigual. La diferencia para Emmanuel es que mientras las transferencias basadas en la cae se dan "aun en un modelo de competencia perfecta", el intercambio desigual se debe a la diferenciación de salarios que "se atiene a una competencia imperfecta del factor trabajo en razón de las distancias y de las fronteras políticas y es a la medida de las imperfecciones de esta competencia". (Emmanuel 1969:198) Es "un factor institucional". Y mientras que las transferencias de valor están en consonancia con la ley del valor, "dudamos mucho de que la diferenciación de salarios en el plano geográfico esté igualmente de acuerdo con la ley del valor". Si operara todo de acuerdo a la ley del valor, reconoce Emmanuel, -aludiendo a un aspecto de la crítica que acertadamente le hace Bettelheim- todo el intercambio sería igual. Y llegamos así a descubrir al culpable de todos los males: el monopolio, y además: ¡el monopolio de los obreros de los países ricos! (Ernmanuel1969:205) Si hay salarios diferentes dice Emmanuel es que la competencia no es perfecta y se ha infringido la ley del valor. Y "lo que impide que la competencia sea perfecta es, antes que nada, el hecho político de la división del mundo en estados" (como si al interior de una nación no hubieran diferencias salariales). La competencia perfecta debería provocar la nivelación salarial: la fuerza de trabajo debería tener en todas partes el mismo precio, dice Emmanuel. Algo que hemos visto que _es imposible, lo que no quiere decir que la fuerza de trabajo no se venda por su valor, lo que sucede es que hay valores diferentes. Aquí nuevamente hay una confusión en los niveles de abstracción y del desarrollo del concepto de valor. Pero Emmanuel va más allá al señalar que el intercambio desigual es una realidad gracias al monopolio de salarios que establecen los trabajadores de los países ricos: "En la base del intercambio desigual existe un monopolio, pero no es el de las mercancías [ ... ] sino el de los obreros de los países [desarrollados]". (Emmanuel 1969: 205) (Aquí es necesario aclarar que en la edición de Siglo XXI dice "subdesarrollados", sin embargo está claro que Emmanuel, por toda la argumentación previa y posterior se refiere a los desarrollados) . Esta argumentación nos recuerda el tercermundismo de los años 60, en el que se decía que la culpa de la situación de pobreza de las grandes masas del tercer mundo era la situación de privilegio de los obreros de los países desarrollados. De hecho se decía que la clase obrera de los países desarrollados era copartícipe de la explotación a que sometían los capitalistas de los países desarrollados a los países subdesarrollados, (de este planteamiento participaron desde teóricos como Franz Fanon, pasando por Regis Debray, hasta Gunder Frank). Y este planteamiento proliferó, entre otras cosas, porque en su obra Lenin habla de la aristocracia obrera. Pero es evidente que ni toda la clase obrera de los países desarrollados es aristocracia obrera, ni todos los habitantes del tercer mundo son explotados, ni los países subdesarrollados son "naciones proletarias". Hizo falta que pasara el tiempo para que las aguas recobraran su nivel. Emmanuel enfatiza: "Si nuestra tesis es justa será necesario, por ejemplo, decir que no es porque exporta madera por lo que Suecia tiene el más alto nivel de vida de Europa, sino que la madera es cara porque se produce -entre otros países de altos salarios- en un país en donde la clase obrera, debido a determinadas circunstancias histórico-políticas que no tenemos por qué analizar aquí, ha realizado notables conquistas sociales”. (Emmanuel 1969:209) Respecto a los costes comparativos la conclusión de Emmanuel es que mientras existan disparidades regionales de salarios el resultado del libre comercio no puede garantizar el óptimo mundial ricardiano. Lo que ha hecho, tal como reconoce, es cambiarle las hipótesis a Ricardo, pero no demostrar la falsedad de su teoría: "Partiendo de la doctrina clásica y marxista del valor-trabajo, hemos modificado la hipótesis fundamental del teorema ricardiano del comercio internacional. En lugar de salarios iguales y tasas de ganancia desiguales, hemos adoptado la hipótesis de salarios desiguales y de ganancias sujetas a la perecuación y tendentes a la igualdad. Esas premisas nos han llevado a tomar en todos los puntos lo contrario a la teoría oficial del comercio internacional". (Emmanuel 1969:298) La división internacional del trabajo no asegura pues ventajas para todos, sino para unos a costa de otros. Pero ni los países se especializan de acuerdo a esta ley ni los resultados son de armonía, incluso aunque siguieran este principio pues no hay ningún mecanismo que garantice, en condiciones de libre intercambio, los movimientos compensadores. Y aquí es necesario dejar claro cómo es que fueron derribadas todas las "murallas chinas", para emplear las palabras de Marx, y se abrieron economías vírgenes a la acción del capitalismo expansivo y deseoso de acceder a cuantiosísimas riquezas. A decir verdad la teoría de las ventajas comparativas vendría a poner un velo sobre relaciones objetivas que han sido resultado del desarrollo del capitalismo y sus leyes de la acumulación. Sin embargo, una vez consumado el hecho histórico, la teoría de las ventajas comparativas ha servido para la justificación y aceptación de ese hecho. Como conclusión podemos afirmar que pese a todo su esfuerzo, que es mucho, en sus planteamientos centrales Emmanuel no consigue romper con Ricardo. Si bien cambia los supuestos, las conclusiones relativamente a la operatividad de las ventajas comparativas si se dieran determinadas condiciones deja en pie el principio ricardiano. Sin embargo Emmanuel condena correctamente el modelo al que dio lugar la división internacional del trabajo: "Cuando se considera que la mayoría de los productos tropicales, entre los que hoy aparecen como los más tradicionales, pertenecen a culturas trasplantadas, muy a menudo a continuación de simples accidentes históricos; cuando se considera que la especialización más formidable de todos los tiempos, la de Inglaterra en sus tejidos, fue una operación enteramente voluntarista, ya que los tejidos de algodón habían estado floreciendo en otros continentes antes que en Europa y en muchos países de Europa continental antes que en Inglaterra; que nada señalaba a este país para esta especialización; que Inglaterra no tenía en el siglo XVIII ni materia prima ni ninguna experiencia en tejidos, aparte de la lana; que esta última industria había sido implantada a su vez, muy artificialmente, siglo y medio antes, por medio de una prohibición draconiana de la exportación de la lana y llegando hasta a cortar los brazos de los infractores, ya que la industria de Flandes era tanto más productiva que podía, a pesar de los gastos de transporte, ofrecer por la lana inglesa un precio superior al de los mismos manufactureros ingleses; que en seguida fue, gracias a la protección arancelaria y a la coerción legislativa directa, como Inglaterra hizo de la India su abastecedora de algodón y de Australia su tienda de lana -lo cual, dicho sea de paso, tuvo como efecto arruinar a la India para enriquecer a Australia, lo que es una prueba más de que el pacto colonial no tiene en sí un gran efecto de empobrecimiento si no se combina con salarios bajos en el país colonizado-; cuando se considera todo esto, se puede abrigar legítimamente algunas dudas sobre el valor intrínseco del modelo actual de la división internacional del trabajo" . (Emmanuel 1969: 300). Emmanuel hace un análisis correcto de la estructura que condena a algunos países al papel de subdesarrollados, pero concluye que lo determinante no es esta estructura mundial de la di visión internacional del trabajo sino la estructura de salarios que le acompaña. Lo que nos parece ya obsesivo. Algo curioso es que la alternativa que propone Emmanuel es la diversificación de la producción. Se diría que esto no tiene lógica dentro de su argumentación pues independientemente del producto la relación desigual continuaría hasta que no se igualasen los salarios. Pero propone una producción antimportaciones y desarrollo hacia adentro, esto es, una política de sustitución de importaciones. Algo que de cualquier manera no es la conclusión que se deriva de su teoría, de la que en cambio se desprendería una propuesta de defensa de los precios de los productos que exportan los países subdesarrollados y medidas tendentes a la homologación de los salarios mundiales. 2. LAS CRITICAS DE BETTELHEIM A LA TEORIA DE EMMANUEL15 Bettelheim principia su disertación planteando el objeto de estudio del libro que atrae su atención: "El problema fundamental que este libro se propone resolver es, en definitiva, el de las desigualdades económicas entre naciones y las razones de su agravamiento". (Bettelheim 1969:305) Pero dice, no hay que olvidar que lo decisivo para un país son las contradicciones internas, y que en los países subdesarrollados, aunque sean dominados por los imperialistas, existe una explotación interna, es decir, no se tiene que recurrir al argumento de que los trabajadores son explotados desde fuera. Sin embargo, admite que el problema del crecimiento de las desigualdades entre las naciones es crucial, y de allí que promueva el debate sobre el tema. Ciertamente desde hace ya bastantes años uno de los fenómenos que más han preocupado a las ciencias sociales es el acrecentamiento de las diferencias entre países pobres y ricos, para ser más exactos, entre subdesarrollados y desarrollados. Esto, con el tiempo ha acarreado una serie de consecuencias que retroalimentan y reproducen en escala ampliada las relaciones de desigualdad, como es el caso de la creciente influencia de los fenómenos financieros y comerciales que han impuesto un grillete de control en las economías subdesarrolladas. Los países desarrollados han logrado que las ventajas comerciales se conviertan en mecanismos de control financiero. Las formas son cada vez más sofisticadas, pero la esencia es la misma: los desbalances del intercambio (que no intercambio desigual) conducen a déficit comerciales permanentes que se saldan con el uso de deuda e inversiones de capital, lo cual pone a los países subdesarrollados entre la espada y la pared. Sobre este problema, que desarrolla en forma brillante Anwar Shaikh (1990), tendremos oportunidad de extendernos en el curso de la argumentación de nuestro trabajo y sobre todo cuando analicemos el caso de México. Dice Bettelheim que "(una de las principales conclusiones de esta obra es que el crecimiento de las desigualdades económicas entre las naciones tiene su fundamento en el <intercambio desigual>. Esta expresión se emplea para decir 15 Charles Bettelheim: "Observaciones teóricas". Anexo a la obra de Emmanuel (1969) El intercambio desigual, Ed. Siglo XXI, México, 1972. que, en el mercado mundial, las naciones pobres están obligadas a vender el producto de un número relativamente grande de horas de trabajo para obtener a cambio de las naciones ricas el producto de un número más reducido de horas de trabajo. Es evidentemente importante notar desde el principio que la expresión <intercambio desigual> designa en términos ideológicos un fenómeno que está lejos de reducirse a un simple <intercambio>". (Bettelheim 1969:306) Pero no es que el intercambio sea "desigual", y de no equivalentes, porque el intercambio de equivalentes es la forma que acompaña al valor en todas sus metamorfosis. La expresión además denota que se cree que el intercambio capitalista pudiera ser de otra manera: "[la denuncia de la injusticia de un intercambio implica la ilusión del <intercambio justo>, del <precio justo>". (Bettelheim 1969:307) La ley del valor no significa cambio de cantidades iguales de trabajo: "Lo que la ley del trabajo produce es un cierto reparto de gastos de trabajo bajo el efecto de las relaciones de producción; si -como veremos- la ley del valor aparece sufriendo una transformación en el marco mundial, es que ella opera en el seno de las relaciones internacionales de producción teniendo características específicas". (Bettelheim 1969:307) Ciertamente Emmanuel y también Bettelheim se ocupan de establecer estas características específicas, sin embargo no creemos que sean capaces de ofrecer una explicación convincente de cómo es supuestamente violada la ley del valor a nivel internacional. Pero este problema lo abordaremos a lo largo del capítulo. El hecho de que se intercambien mercancías de diferentes valores, no implica intercambio desigual. Lo que es desigual es el soporte de las fuerzas productivas que producen determinada mercancía, y esto es lo que determina que tengan más o menos valor, y también es lo que determina que determinado tipo de producción sea superior en términos de valor que otro. Pero en el mercado lo que se intercambia son horas, reducidas a la expresión más simple, de trabajo que costó producir una mercancía, y siempre se intercambian equivalentes de esta cantidad de horas. Otro señalamiento crítico es que el énfasis no debe ponerse en la "explotación comercial", sino en las relaciones de producción, pues es allí donde está la raíz del problema: "El concepto de <explotación> no se puede situar a nivel del <intercambio>, sino a nivel del <proceso de producción>. El concepto <explotación> expresa, pues, una relación de producción. De aquí que, la noción de <explotación de los países pobres por los países ricos> carezca de sentido, por cuanto no se trata de unidades homogéneas -país pobre o país ricosino de unidades heterogéneas, articuladas en torno a una determinada estructura que les es propia." (Vidal Villa 1976: 247). Todos salen ganando, es la máxima de la economía clásica en relación al comercio exterior, y a través de la justificación de la división internacional del trabajo se justifican las relaciones sociales de producción existentes. Todos deben conformarse con el lugar que les corresponde dentro de la división internacional del trabajo, tal y como el obrero y el capitalista, dentro de cada país, tienen que estar satisfechos con el lugar que les corresponde en el proceso de la producción capitalista. Como si estos fueran resultados naturales y no históricos. Un gran mérito de todo el debate sobre la teoría de fue echar por tierra estos argumentos. Aunque en la demostración el éxito fuera muy relativo. Durante cierto tiempo en los círculos marxistas hubo una gran discusión alrededor de la transformación de valores en precios. De esta discusión parece que se sacaron pocas cosas en claro y no siempre se logró avanzar más de lo que Marx ya lo había hecho, inclusive hubo quien señalara que todo giró realmente en torno de un problema falso. Nos parece que Emmanuel emplea las premisas que se dieron en esta discusión para plantear que del diferencial de los factores que intervienen en la formación de los precios, marcadamente de los salarios, se desprenden relaciones de intercambio desigual entre mercancías. Pero esto es algo que se escapa al ámbito del problema de la transformación de valores en precios para extrapolarse al de las relaciones económicas internacionales. En verdad los marxistas se metieron en una serie de problemas de los cuales salieron poco airosos. Y para no quedarse atrás Emmanuel hizo el intento de tener más fortuna que sus contemporáneos marxistas. Entre valores y precios existe la misma relación que entre las categorías de esencia y fenómeno, en donde el fenómeno, precio, sólo expresa los movimientos más profundos y verdaderos de la esencia, valor. En este sentido la esencia y el fenómeno, sin ser exactamente iguales, tienen correspondencia, y lo que es más, la esencia es lo que expresa la relación más fundamental, es decir la ley del valor, que es la más importante del modo de producción capitalista, lo cual quiere decir que es una relación propia de todas las fases por las cuales atraviesa el capitalismo; la ley en general, y la del valor en particular, es el vinculo necesario general y estable que existe a través de todas las fases del fenómeno, el capitalismo. Si Emmanuel habla de la existencia de dos leyes del valor, es que no tiene ni idea de lo que está diciendo, pues resulta que en los distintos grados de desarrollo del modo de producción capitalista se estarían dando tantas leyes del valor como distintos grados tenemos, y esto es verdaderamente errático. Si existe una ley propia a un fenómeno dado, en este caso el capitalismo, esa ley no puede ser otras tantas leyes como fases del fenómeno encontremos, es decir, no podemos tener una ley del valor para el mercantilismo, una ley del valor para la fase capitalista propiamente dicha, otra ley del valor para la fase monopólica, etc., etc. La ley del valor es la misma a lo largo del fenómeno del capitalismo, y esa ley desaparecerá cuando éste desaparezca. Diego Guerrero16 habla del absurdo de diferenciar las distintas concepciones del valor según sean los factores que intervienen en su determinación, así se tendría una ley del valor triguera, otra arrocera, etc. Bettelheim, quien es un gran conocedor de Marx, precisa el planteamiento de la operatividad de la ley del valor, señalando el error de Emmanuel al postular que existen dos: "¿ Por qué entonces A. Emmanuel, refiriéndose explícitamente a Marx, cree poder razonar como si existiera no una sola ley del valor sino más bien dos, la que lleva este nombre y la que representaría la <ley de formación de los precios de producción>?". La ley del valor es una sola, la formación de los precios de producción no constituye una ley diferente sino su desarrollo. Prosigue Bettelheim: "Parece que hubiera una razón teórica profunda para esto. Ante los ojos de A. Emmanuel, la teoría del valor, tal como se desarrolla en el libro 1 de El Capital, es una teoría que se <aplica> a un <modo de producción mercantil simple>, pero que no se <aplica> a un modo de producción capitalista. [ ... ] Emmanuel parece poder invocar un texto de Engels (el prefacio de Engels al libro 111 de El Capital). Pero la autoridad del texto de Engels no es suficiente. En efecto, una tesis semejante está en contradicción con la estructura teórica en el interior de la cual está construido el concepto de precio de producción, es decir, con la teoría del valor fundada sobre el tiempo de trabajo socialmente necesario. Ella conduce, como se ve claramente en el libro de A. Emmanuel, a <representarse> el precio de producción no como una forma transformada de valor, sino -en convergencia con los 16 Diego Guerrero: "Un Marx imposible: El marxismo sin teoría laboral del valor", Ponencia presentada en las Jornadas de Economía Crítica, Santiago de Compostela, 17-18 de mayo de 1996. conceptos que Marx siempre combatió- como la suma de un conjunto de <factores>". (Bettelheim 1969: 312) Vaya que si no ha hecho estragos esta concepción de los factores que acuden a la constitución del valor, tesis esencialmente de Sraffa según la cual el valor no es más que una canasta constituida por un conjunto de factores u otras mercancías que no haría sino expresar el valor de una mercancía por canastas de otras mercancías. Este argumento lógico gusta mucho de la utilización de matrices que expresan una mercancía por otra mercancía, "producción de mercancías por medio de mercancías", pero esto termina por negar la teoría del valor, para la cual el factor determinante es simplemente el tiempo de trabajo socialmente necesario: "todo parece <ocurrir> como en los modelos econométricos, es decir, en el seno de un espacio homogéneo: dentro del cual <se combinan> o se suman magnitudes homogéneas, en este caso monetarias. Ahora bien, los conceptos marxistas no están construidos en un <espacio> semejante, sino que se refieren a una estructura compleja no espacial, en la que se combinan las relaciones de producción y las fuerzas productivas." (Bettelheim 1969:315) El llamado "intercambio desigual" no es según Ernmanuel mas que una forma particular, un "caso especial", de transferencia de valor entre economías de distinto grado de desarrollo y capacidades productivas. Pero en realidad su teoría desvirtúa tanto los conceptos marxistas que poco tiene ya que ver con ellos. En este punto nos parece muy pertinente la critica que le hace Bettelheim, primero por reducir la desigualdad del desarrollo a la desigualdad de los salarios, y segundo, por negar un "intercambio desigual", transferencias, en el sentido amplio, es decir sobre la base de las diferencias de composiciones orgánicas de capital: "si se quiere utilizar el término <intercambio desigual> , no existe una razón teórica para limitar su empleo a un caso particular de <desviación> del precio de producción en relación con el <valor> [ ... ] y para rehusarse a su empleo en los demás casos. De hecho, esta <desviación>, como se sabe, es la ley del modo de producción capitalista y produce efectos que se pueden designar corno <transferencia de valor>." (Bettelheim 1969:321) Sabemos que las razones que esgrime Emmanuel para limitar su concepto son las diferencias en la perecuación de tasa de ganancia y tasa de salario. Pero sobre ello ya hemos hablado. Otro error de Emmanuel que señala Bettelheim es que al considerar el salario come variable independiente cree que este puede variar independientemente de todo cambio en las condiciones de producción, y que al moverse puede actuar sobre la composición orgánica (olvidando que esta corresponde a la composición técnica), sobre los precios y sobre el intercambio internacional. Lo que habría que saber, y explicar, es por qué una hora de trabajo de aquí no vale lo mismo que una hora de trabajo de allá, si finalmente las dos medidas no son más que trabajo expresado en tiempo. Pero ese es el problema, que no se contiene la misma cantidad de trabajo en toda unidad de tiempo igual. Ni entre un país industrializado y uno atrasado, ni entre empresas ni ramas. "La discusión debe partir, evidentemente, de una reflexión concerniente al hecho de que en el mercado mundial capitalista el producto de una hora de trabajo, proporcionada en un país de fuerzas productivas débilmente desarrolladas, no se vende en promedio más que por una suma inferior a aquella por la que se vende el producto de una hora de trabajo proporcionada por un país de fuerzas productivas más desarrolladas. Es éste el hecho que A. Emrnanuel designa como <intercambio desigual>. Ahora bien, lo primero que debe explicarse, porque es lo más fundamental, no es una <desigualdad de intercambio> (imposible de definir con rigor) sino la desigualdad de la productividad social del trabajo tal como se manifiesta sobre el mercado mundial. Sin embargo, y éste es el punto que debe mantener nuestra atención, lo que está en entredicho, también, es la forma específica de socialización del trabajo que se opera a través del mercado mundial capitalista (lo que A. Emmanuel comprende parcialmente en la noción descriptiva de <movilidad de los trabajadores»". (Bettelheim 1969:330-331) Aquí está planteada la cuestión central, lo medular del problema. Resulta que Emmanuel ha caído en el error de confundir los efectos diferenciados que producen la generación e intercambio de valor en el mercado capitalista con una violación de la ley del valor a nivel internacional como resultado de la diferente remuneración del trabajo. "Aquí el problema central es el siguiente: la ley del valor, tal como funciona en el seno de la formación social capitalista, ¿funciona de la misma forma en el mercado mundial capitalista, o esta misma ley está profundamente transformada en este mercado? "La tesis de A. Emmanuel es que la ley del valor funciona de la misma manera en el mercado mundial capitalista y en el interior de cada formación social, pero que produce efectos diferenciados a causa de la desigual remuneración del factor trabajo según los países, desigual remuneración hecha posible por la <no movilidad> de los trabajadores de un país a otro". (Bettelheim 1969:331) Aun cuando para Bettelheim Emmanuel no plantea que se esté violando la ley del valor a nivel internacional, la verdad es que si se acepta que existe intercambio desigual se está afirmando que se está violando la ley del valor ya que no se da un intercambio de equivalentes sino de no-equivalentes. Para acabar con el subdesarrollo, según Bettelheim, no basta modificar los precios de las materias primas que producen estos países, sino exactamente salirse del lugar en el que se encuentran dentro de la división internacional del trabajo. Este es uno de los planteamientos más sugerentes de Bettelheim, y aquí es donde precisamente se establecen las diferencias de carácter político que se derivan de las diferentes concepciones respecto al intercambio comercial internacional. Para Bettelheim está claro que el problema es el de las distintas fuerzas productivas que dan lugar a determinadas mercancías que se lanzan al mercado mundial. La cuestión es que esas diferentes fuerzas productivas se han "legalizado" dentro de un esquema de producción global que asigna la división internacional del trabajo, a los países subdesarrollados les corresponde la producción prioritaria de materias primas mientras que a los países desarrollados les corresponde producir productos industrializados. De aquí se desprende la conclusión de que para romper con el subdesarrollo es necesario romper con el esquema impuesto por la división internacional del trabajo. Existe una experiencia de la superación del estadio de subdesarrollo vía el planteamiento de Bettelheim, que es la de los "tigres asiáticos" que lograron por una serie de mecanismos, estudiados acuciosamente por Pablo Bustelo, 17 superar el lugar que les asignaba la división internacional del trabajo y que los condenaba al subdesarrollo. Existen también experiencias de defensa de los precios, como han sido los diversos carteles como la OPEP, pero han terminado por ser poco efectivos para sus propósitos (volveremos a ello en otro 17 Véase, entre otras Economía política de Madrid, 1990; Los industrialización en 1994. obras del mismo autor, Pablo Bustelo Gómez: los nuevos países industriales asiáticos. Ed. Siglo XXI, cuatro dragones asiáticos. ESIC, Madrid, 1994; La América Latina y Asia Oriental. Ed. Complutense, Madrid, capítulo). Otro error de Emmanuel es postular que son los obreros de los países desarrollados los beneficiados de la explotación de los obreros de los países subdesarrollados, cuando que está claro. Son los capitalistas de las empresas y ramas más avanzadas los que se apropian del valor producido por los obreros de las empresas y ramas más atrasadas. "Marx señala, en numerosas ocasiones, que son los capitalistas los que sacan ventaja del desigual desarrollo internacional de las fuerzas productivas, [lo desigual no es el intercambio sino las condiciones de producción] especialmente porque <el trabajo del país más adelantado se valoriza aquí como un trabajo de peso específico superior> y añade esta nota: <ya que el trabajo no pagado corno un trabajo cualitativamente superior se vende corno tal> (El Capital, libro 111, capítulo XIV, p. 237). Marx añade un poco más adelante: <El país favorecido obtiene en el intercambio una cantidad mayor de trabajo que la que entrega, aunque la diferencia, el superávit, se lo embolse una determinada clase, como ocurre con el intercambio entre capital y trabajo o en general> (Ibid. , p. 238; [ las cursivas son de Bettelheim])" . (Bettelheim 1969:340) Pero no sólo en el intercambio de mercancías y a través de él se manifiestan las diferencias de desarrollo de las fuerzas productivas entre países, sino que éstas se van a expresar también en y a través de el fenómeno financiero. En este sentido dice Bettelheim: "la red bancaria internacional constituye, de hecho, un eslabón esencial de la dominación imperialista, lo cual es cierto, claro está, en las <instituciones internacionales> corno el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento o el Fondo Monetario Internacional. La red bancaria internacional interviene como un instrumento de coacción a la reproducción de una especialización desventajosa para los países débilmente desarrollados". (Bettelheim 1969: 337) Cierto, es una forma de reproducir y preservar la división internacional del trabajo, pero además de eso es necesario señalar que las crecientes desigualdades entre el polo de los desarrollados y de los subdesarrollados son aprovechadas por los países ricos para traducir esa desigualdad comercial en relaciones financieras en las que mantienen un férreo control sobre los subdesarrollados a través de mecanismos como el de la deuda o las inversiones de capital. Bettelheim, criticando la concepción de Emmanuel de que los países ricos explotan a los pobres (en vez de hablar de clases sociales), afirma lo siguiente respecto a la tiranía que establecen los movimientos de capitales a nivel internacional, tanto en los países receptores como en los exportadores: "esta formulación coloca en un segundo lugar la explotación imperialista: aquella a la que son directamente sometidos los trabajadores de los países dominados por los monopolios y los trusts internacionales, mientras que esta explotación está ligada a la vez al hecho importante de la <penetración> del modo de producción capitalista en los países dominados y a los cambios de estructura que los movimientos de capitales provocan en el seno de la economía mundial capitalista. En efecto, estos movimientos tienden a producir una estructura cada vez más jerarquizada de la economía mundial capitalista, ya que en forma creciente aun los países ya industrializados tienden, también ellos, a ser sometidos a un imperialismo dominante, precisamente por el hecho de los movimientos internacionales de capitales". (Bettelheim 1969:340341) De hecho la gran derrota sufrida por la clase obrera en los últimos veinticinco años de este siglo, se debe a la gran movilidad de los capitales; a que los capitales se han acogido a ese fenómeno que se ha llamado "globalización" de la economía, lo que les ha permitido someter a una especie de chantaje universal a la clase obrera de ciertos países: si se "extralimitan" en sus exigencias de mejores salarios o condiciones de trabajo, simplemente el capital tiene la facilidad de salir huyendo al lugar que más le convenga para seguir explotando a la clase obrera que, por sus condiciones de miseria o simplemente por cuestiones históricas, se somete a esa explotación del capital. De esta forma hemos asistido a la desindustrialización de países completos como Inglaterra. Recuérdese, por ejemplo, la cuenca del carbón de Gales o las zonas industriales de Liverpool y Manchester. Los trabajadores de los países ricos no son los que explotan a los trabajadores de los países pobres, como se desprende de la formulación de Emmanuel: "Estos proletarios habrían cesado entonces ellos mismos de ser explotados, lo que significaría que su trabajo no sería ya una fuente de plusvalía. Ahora bien, en realidad, esos trabajos adores en general son más explotados (en el sentido estricto de la palabra) que los trabajadores de los países pobres. Es este lo que ya Marx había señalado. Hace observar, en efecto, que en razón del nivel elevado de la intensidad y de la productividad del trabajo en los países ricos, el salario de los trabajadores en esos países, aunque nominalmente más elevado, tiene un menor grado de poder de compra que en los países pobres, correspondiendo ahí en general a una proporción más débil del valor producido .. En esta forma, hablando de un país A (país rico) que compra a un país B (país pobre), Marx escribe: <... encontramos con frecuencia que el salario diario, semanal, etc., es más alto en los primeros países que en los segundos, mientras que el precio relativo del trabajo, es decir, el precio del trabajo en relación tanto con la plusvalía como con el valor del producto, es más alto en los segundos países que en los primeros.> (Marx; El capital, tomo 1, p. 470) "En otras palabras, mientras más se desarrollan las fuerzas productivas, más explotados son los proletarios, es decir, más se acrecienta la relación del sobre trabajo al trabajo necesario. Es ésta una de las leyes fundamentales del modo de producción capitalista (recíprocamente, claro está, esto significa que, a pesar de sus bajos salarios, los trabajadores de los países débilmente desarrollados son menos explotados que aquellos de los países desarrollados, y por lo tanto dominantes)." (Bettelheim 1969:341-342) Los planteamientos de Emmanuel fueron muy socorridos por los revolucionarios de los años sesenta. En aquella época de los movimientos foquistas, teóricos como Debray, Franz Fanon, etc., hacían énfasis en el papel revolucionario de los trabajadores del campo en contraposición de los trabajadores de las ciudades, de los proletarios, claro; luego se derivaría de esto la tesis de la complicidad del proletariado de los países desarrollados en la explotación del proletariado de los países subdesarrollados. Sin embargo fue precisamente el movimiento del mayo del 68 el que puso en entredicho estos planteamientos, al evidenciar el carácter revolucionario y de vanguardia de la clase obrera. Hoy parece un tanto olvidada, pero es indudable que jugó su papel y fue la fuente de inspiración de muchos movimientos de carácter social. Existe una serie muy grande de bloqueos, (aunque este término no le gusta para nada a Emmanuel), uno de ellos es precisamente el proteccionismo que practican los países industrializados, la sustitución creciente de ciertas materias primas provenientes de los países subdesarrollados por sintéticos, las políticas de dumping, etc., etc. Pere indudablemente el bloqueo más poderoso es en sí mismo la competencia a que son sometidas las mercancías producidas en los países subdesarrollados. Esto puede ser comprendido con base en el siguiente símil entre el proceso de industrialización y el desarrollo darwinista de las especies: una vez que logra desarrollarse una especie de la naturaleza, el solo hecho de su existencia hace difícil que otras especies alcancen ese mismo nivel de desarrollo, porque ahora la propia especie "realizada" puede impedirlo, inclusive se da una selección de las especies en las que las fuertes sobreviven a costa de las débiles. En las relaciones económicas internacionales sucede algo parecido en la medida en que los países industrializados, con su competencia comercial y su influencia financiera, impiden que los subdesarrollados salgan de su estado de atraso, constituyendo, consolidando y reproduciendo una determinada estructura de la economía mundial en la que se establece una férrea división del trabajo que, por dondequiera que se le mire, proporciona ventajas incomparables a los países desarrollados. Ciertamente las especies animales inferiores no pueden acceder a los niveles de desarrollo que han logrado las más evolucionadas, pero los países subdesarrollados conocen la revolución de sus estructuras para poder acceder al desarrollo. 3. SAMIR AMIN y EL DESARROLLO DESIGUAL A NIVEL MUNDIAL18 La polémica se vuelve a plantear más o menos en los mismos términos, esto es, la ley del valor no opera igual en los planos nacional e internacional. En la base del análisis, la teoría de los costes comparativos de David Ricardo, según la cual "... mientras en la esfera de los intercambios internos la ley del valor implica la igualdad de los valores de cambio de dos mercancías que contienen la misma cantidad de trabajo, en la esfera de los intercambios exteriores las mercancías cambiadas contienen cantidades de trabajo desiguales, que traducen la desigualdad de los niveles de productividad". (Amín 1973:127) Las razones son variadas según el autor de que se trate. Hemos visto que para Emmanuel las diferencias surgen en el nivel internacional por la diferente retribución al trabajo. Ahora Amín nos plantea la existencia del intercambio desigual también en el plano doméstico, por la diferencia de productividades y composiciones de capital. Según Ricardo, analiza Amín, un país puede estar atrasado en todos los renglones de la producción respecto a otras economías, sin embargo, existirá una rama en la que es relativamente más eficiente, luego entonces debe especializarse en esa rama. Como la eficiencia va ligada a la dotación natural de recursos, sucede en la realidad, siguiendo el argumento ricardiano, que el país atrasado tenderá a especializarse en la producción de algún producto primario que luego van a necesitar los países desarrollados, porque es en lo que pueden obtener ventajas: "Toda la demostración ricardiana consiste en afirmar que, aunque Portugal esté más atrasado en todos los terrenos, le interesa especializarse." (Amín 1973:130) Y señala que las posteriores elaboraciones de la teoría ricardiana han conducido a un círculo vicioso, dado que se concluye que "cada nación debe especializarse en aquello en que tiene mayor ventaja, sabiendo que esta situación se da porque posee en abundancia un factor adecuado a esta producción". (Ibíd.) 18 Samir Amin (1973) El desarrollo desigual. Ensayo sobre las formaciones sociales del capitalismo periférico, Ed. Fontanella, Barcelona, 1975. A todos los países les conviene el intercambio aunque este pueda ser desigual, de acuerdo con los clásicos. La base de la desigualdad es la especialización que viene dada por la división internacional del trabajo basada a su vez en la dotación de factores. Si se rompen esos supuestos de la especialización, es decir cuando progresan las naciones atrasadas, pues se rompe también el fundamento de las ventajas comparativas: "... si la desigualdad de la productividad del trabajo no es natural, sino histórica, la ventaja comparativa se modifica cuando la economía atrasada progresa". (1973: 128) Si para Emmanuel la condición de la teoría de los costes comparativos era la no movilidad de los capitales, para Amín es la no posibilidad de progreso. Amín se encarga entonces de "dinamizar" la teoría ricardiana de los costes comparativos para demostrar que la ventaja inmediata de la especialización puede volverse en contra si se ha escogido una rama poco susceptible de modernización: "el país que acepte especializarse en las ramas menos dinámicas saldrá perdiendo a largo plazo", lo que procede es "desarrollar las ramas de la producción donde el progreso posible es mayor y someter sus opciones en materia de comercio exterior a las exigencias prioritarias de este desarrollo". (Amín 1973: 129-130) Amín borda sobre la teoría de Ricardo, pero en realidad propone tener ventajas absolutas, es decir, desarrollar aquellas ramas en donde la creación de valor representa una superioridad muy importante para situarse en una relación favorable dentro de la división internacional del trabajo. Como es sabido esta teoría de las ventajas absolutas pertenece a Smith y no a Ricardo como hubiera sido lógico de suponer. Si el intercambio resulta ser ventajoso a todos, entonces la simple relación comercial sería un mecanismo a través del cual la producción y la distribución de los productos del trabajo social encontrarían su justa asignación en las proporciones adecuadas dentro de la sociedad, y por supuesto quedarían fuera las consideraciones previas al acto del intercambio como es el caso de la explotación del trabajo: "La condición necesaria y suficiente para el intercambio internacional es que las relaciones de intercambio en aislamiento sean diferentes de un país a otro. Estamos encerrados en la tautología fundamental de toda la economía subjetivista convencional: el intercambio, por el simple hecho de producirse, proporciona una <ventaja> a cada uno de los países que intervienen. Pero entonces la <teoría> deja de ser útil; impide comprender la historia, puesto que elude la cuestión del nivel de partida y de la dinámica del desarrollo de las fuerzas productivas". (Amín 1973:131) Aceptando las tesis ricardianas Samir Amín afirma que si la especialización es desigual también el intercambio puede serlo, y que la explicación de este hecho ha sido el mérito de Emmanuel con la teoría del intercambio desigual. (Amín 1973:131-132) ¿Cuál es la lógica de la argumentación según la cual el monopolio de los salarios constituye la causa del intercambio desigual? Dice Amín que la hipótesis de la movilidad de trabajo y capital corresponde al funcionamiento del modo de producción capitalista, es decir a un nivel de abstracción superior que el de las formaciones sociales concretas. En éstas surge el intercambio desigual por las imperfecciones en la movilidad del trabajo y del capital, que impiden la perecuación de salarios y ganancias, pues una libre movilidad de trabajadores y capital implica que los trabajadores y los capi tales se movilizarían libremente hacia donde mayores rendimientos tuvieran, y como esto no sucede, entonces se da una especie de monopolio en el que tienden a prevalecer tanto salarios como ganancias que no se someten a la perecuación. Luego entonces los salarios, y también las ganancias, se beneficiarían de esta situación que no admite la competencia. En unos países se pagarían salarios por abajo de su valor real, y en otros por encima. El resultado de todo esto es que a la hora del intercambio éste sería desigual puesto que se realiza una operación mercantil a través de la cual ciertos productos fueron producidos con unos costes de producción en los que está sobredimensionado el salario, es decir, se están pagando salarios y productos por encima de su verdadero valor, y al revés. Generalmente las mercancías donde se dan fenómenos de "sobredimensionamiento" del salario son las que producen y exportan los países más ricos, y las mercancías dimensionadas a la baja provienen de los países subdesarrollados. Como es lógico a la hora del comercio se produce un intercambio favorable a los primeros y desfavorable a los segundos. Pero esto sucede tanto entre naciones como dentro de cada nación. Amín señala que Emmanuel demuestra que la especialización no puede ser un óptimo absoluto sino sólo relativo porque "[s]i ambos factores, trabajo y capital, fueran perfectamente móviles, el comercio desaparecería, como demostró Heckscher.1I y que de allí la especialización y el intercambio desigual: "podemos descubrir dos formas de intercambio internacional en que los productos no se intercambian por su valor. En el primer caso, los salarios (y las tasas de plusvalía) son iguales, pero como las composiciones orgánicas son diferentes, los precios de producción -que implican la perecuación de las tasas de beneficio- son tales que la hora de trabajo total (directo e indirecto) del país más desarrollado (caracterizado por una composición orgánica más elevada) obtiene, en el mercado internacional, más productos que la hora de trabajo total del país menos desarrollado". (Amín 1973:133) Señala que para Emmanuel, como hemos visto, este no es un caso de intercambio desigual, pues está presente en las relaciones económicas internas de cada país. Sin embargo, "[c] como destacó Charles Bettelheim, el intercambio aquí es desigual, esencialmente, porque las productividades son desiguales y, accesoriamente, porque las composiciones orgánicas diferentes determinan, a través del juego de la perecuación de la tasa de ganancia, precios de producción diferentes de los valores aislados". (Amín 1973:134) El precio no coincide con los valores individuales. Claramente Amín llama "intercambio desigual" a toda transferencia de valor, y en este sentido es más consecuente que Emmanuel, aunque en rigor no esté hablando ya de "intercambio desigual". El segundo caso, dice, es en el que se basa la argumentación de Emmanuel, y es el de composiciones orgánicas iguales pero con salarios desiguales, donde el país que paga salarios inferiores recibe menos en el intercambio mundial. Con salarios iguales y cac igual, se daría un intercambio "rigurosamente de equivalentes" afirma, concediendo así que con salarios desiguales el intercambio es de no equivalentes. (Amín 1973:135) 1') Y que este caso "corresponde efectivamente a la situación real", donde los países subdesarrollados exportan productos no necesariamente de sectores atrasados de baja productividad, pero sí siempre con una baja remuneración del trabajo. Y como el productor directo no recibe lo que le corresponde, entonces hay transferencia de valor de los países de la periferia al centro, "debidas al mecanismo del intercambio desigual", que representa "un auténtico pillaje". (Amín 1973:136137) ¿Qué es lo que permite que los países desarrollados obtengan más bienes a cambio de las mercancías intercambiadas con los países subdesarrollados? Emmanuel y Amín contestan que los sueldos artificialmente elevados de los países desarrollados hacen que esos productos se vendan a más de lo que realmente costó producirlos. Sin embargo los dos olvidan que existe el trabajo más simple y el trabajo más complejo, y que los productos de los países desarrollados cuestan menos porque son el resultado de trabajo más simple, además de que socialmente hablando aunque un determinado producto sea el mismo puede ser que desde el punto de vista del tiempo de trabajo necesario tenga distintos orígenes, esto es, distinta sofisticación en la tecnología y las fuerzas productivas que lo produjeron, incluyendo la misma fuerza de trabajo. Siendo así, es probable que no sea un intercambio desigual el que se está produciendo, sino simplemente que existe alguna razón por la que se perpetúan ciertos problemas del desarrollo en los países subdesarrollados, mientras que por otro lado se da un desarrollo más acelerado y sofisticado en los países llamados desarrollados. Si la producción en los países atrasados es más intensiva en trabajo, aunque se paguen menos salarios (que por otra parte no tienen porque no corresponder necesariamente con el valor de la fuerza de trabajo) su composición orgánica de capital será más baja, y sus productos tendrán más valor del que se realiza en el mercado 19 Pero en el ejemplo de Amín (p.135) los salarios más bajos no mantienen una cae igual en los dos países, sino una reducción del capital variable y por tanto un aumento de la cae del país que reduce los salarios. Resultaría que el que sale perdiendo, en contra de toda su argumentación, es el de la COC mayor. En todo caso si el salario es más bajo tiene que aumentar el número de trabajadores para que la COC se mantenga igual, o incluso más baja. Así se explicaría la transferencia de valor. Y lo que presenta como precio de producción no es tal. internacional, porque están produciendo por arriba del trabajo socialmente necesario sea por su atraso tecnológico, por una mala organización del trabajo o porque las condiciones del mercado no les favorecen. No es entonces que no se cumpla la ley del valor, sino lo inverso, porque se cumple es que se dan las transferencias y las pérdidas, porque lo que rige como medida es el trabajo socialmente necesario. El llamado intercambio desigual no es tal; en verdad se trata de transferencia de valor porque finalmente el precio se establece de acuerdo a las condiciones medias (y con exceso o déficit de demanda por las condiciones mejores o peores respectivamente). Según Samir Amín existen tres tipos de críticas a la teoría del intercambio desigual: "Situándose dentro del marco del razonamiento de Emmanuel, Bettelheim se abstiene, Sin embargo, de sacar la conclusión lógica de la extensión de los modelos, debidos a Marx, de transformación de los valores en precios de producción en el terreno de las relaciones internacionales, y de su propia hipótesis según la cual la tasa de plusvalía sería más elevada en el centro: efectivamente, ¡habría que llegar a la conclusión de que las víctimas del intercambio desigual serían los países desarrollados! Otras críticas plantearon que los salarios son más elevados en el centro porque la productividad del trabajo es más fuerte, cosa que <justificaría> esta desigualdad. Recordemos, con Emmanuel, que, en Marx, el valor de la fuerza de trabajo es independiente de su productividad. Más sutil en apariencia es la actitud de un grupo de críticos que niegan la misma expresión de intercambio desigual y no aceptan que Emmanuel se Sirva de los modelos de transformación del valor. Estos modelos sólo tendrían sentido, según ellos, en el marco del modo de producción capitalista y no podrían extenderse a las relaciones entre formaciones diferentes. En realidad, esto significaría negar la existencia de un sistema capitalista mundial único, es decir, en definitiva, negar el propio imperialismo. Es evidente que estos modelos de transformación no pueden extenderse a todas las situaciones; por ejemplo, no sirven para el análisis de las relaciones comerciales de Grecia antigua con Persia. Pero en este caso es distinto: centro y periferia forman parte del mismo sistema capitalista." (Amín 1973:137-138). Amín afirma que el problema en Ricardo es que mezcla su hipótesis abstracta del modo de producción capitalista con el análisis de las formaciones sociales concretas, por eso cree que la solución es ajustar las leyes descubiertas por Marx a las situaciones "reales", y que son las relaciones económicas internacionales las que se sitúan en el marco analítico de formación social. Evidentemente no se puede sacar la conclusión de que las víctimas del intercambio desigual son los países desarrollados. En primer lugar por la sencilla razón de que lo que sostiene Bettelheim es que no hay tal intercambio desigual. Para él no se da esa transgresión de la ley del valor a nivel internacional, por el contrario sostiene que aún dándose el intercambio de equivalentes, y precisamente en ese caso, los países industrialmente desarrollados pueden sacar ventaja por la razón de que los productos que intercambian son tecnológicamente más sofisticados lo cual les permite apropiarse de una cierta masa de valor que incorporaron las economías menos desarrolladas. En segundo, porque en todo caso la víctima sería no el país, sino la clase trabajadora. y en tercero, y esto es fundamental, porque lo que no ve Amín es que ni para Bettelheim ni, mucho menos, para Marx, el aumento incesante de la cae y la explotación de los obreros de los países desarrollados es resultado del intercambio desigual, sino producto necesario del capitalismo, y que existe y existirá sin necesidad de dicha desigualdad de los intercambios. Ahora que si la tasa de plusvalía es más elevada en el centre eso es clarísimo y no quiere decir que en la periferia las condiciones de explotación no sean más descarnadas, inclusive rayando en la infrasubsistencia, lo que sucede es que de acuerdo a la masa de valor generada por la clase obrera de los países más desarrollados, el tiempo de trabajo necesario que cubre los requerimientos para su reproducción es apenas una porción muy pequeña en comparación al producto generado. Y esto a pesar de lo elevado que pueda ser el valor de le fuerza de trabajo y su retribución en esos países por cuestiones de cualificación, históricas o morales. Se concibe el comercio internacional como un escape a las limitaciones impuestas por el mercado interno a la obtención de lucros, esas limitaciones las impone en primer lugar le agricultura ya sea porque es una actividad que deja pocos beneficios, según Smith, o por la ley de los rendimientos decrecientes de Ricardo. En el plano internacional existe una serie de condiciones que los clásicos se encargaron de investigar y brindarnos bajo su ropaje teórico ("economicista" y "alienado" dice Arnín). Sustancialmente se trataría de dos planteamientos, uno el de las ventajas o costes comparativos, de Ricardo, según el cual se debería dar una especialización dentro de la división internacional del trabajo que se determinaría por las ventajas que cualquier país puede tener, ventajas pueden no serlo en términos absolutos respecto a otras naciones, pero derivada del hecho de que todo país siempre tendrá alguna actividad más ventajosa en relación a las otras actividades. y el criterio es que los países que primero se plantearon el problema de la especialización invariablemente se decantaron por las actividades más sofisticadas desde el punto de vista de la complejidad de las producción, es decir la producción de manufacturas; luego los otros países, los que irremediablemente quedaron en la periferia y que constituyeron la gran mayoría de países subdesarrollados, se adaptaron a la producción de materias primas y alimentos; luego vendría el planteamiento según el cual las ventajas comparativas están dadas por la dotación de recursos naturales más que por cualquier otra cosa. El planteamiento de Smith es diametralmente opuesto y es más cercano al de Marx. Es decir, es un antecedente muy bueno de la aplicación de la teoría del valor trabajo al comercio internacional. Para Smith la división internacional del trabajo está en función de la conveniencia de que las naciones se ocupen de aquellas actividades que más beneficios dejen, se entiende que estos beneficios se logran en el intercambio internacional, gracias a la posibilidad de incorporar más valor a la producción con la que se va a comerciar. Esto es, es absolutamente absurdo especializarse en algo que no representa ninguna sofisticación productiva por la razón de que sea aquello en lo que se tienen ventajas comparativas. y el planteamiento de Smith es tan contrapuesto al de Ricardo que su consecuencia sería cuestionar el orden internacional, no justificarlo, y su aplicación, el rompimiento de la situación de subdesarrollo y no su reproducción que es a lo que finalmente conduce la ilusión del planteamiento de Ricardo. NO cabe duda de que existen situaciones en las que se da un intercambio de no equivalentes, es decir de abuso, robo y despojo, de exacción y pillaje, como la que se dio durante mucho tiempo en las relaciones metrópoli-colonias. Sin embargo desde el momento en que se establecen una serie de condiciones en el modo de producción capitalista, es decir desde el momento en que se rompe formalmente el sistema colonial y se crea un mercado mundial al que acuden los países para realizar sus productos, lo que impera ya no es el intercambio desigual, sino que se da el pleno funcionamiento de la ley del valor, de los intercambios de las mercancías en función del tiempo de trabajo socialmente necesario. Lo que pasa es que a nuestros autores les parece que la situación de precariedad en la que siempre se revelan los países del área subdesarrollada es a causa del intercambio desigual. Ciertamente las condiciones prevalecientes en la llamada división internacional del trabajo significan un flagelo permanente para un número muy grande de países, pero esto no tiene que ver con el llamado intercambio desigual. La división internacional del trabajo es producto directo de las necesidades que en materia de saturación de sus propios mercados internos experimentaron países que como Inglaterra habían llegado a un cierto desarrollo de sus fuerzas productivas, y que les obligó a lanzarse a la conquista del mercado internacional. Siempre se están invocando explicaciones en las que se demuestra la transgresión de las propias leyes que rigen el movimiento del sistema capitalista, se habla de que el monopolio ya abolió el funcionamiento de la ley del valor, de que las mercancías ya no se intercambian de acuerdo a su valor, etc., etc. Sin embargo el sistema capitalista no necesita transgredir sus propias leyes para la acumulación de capital, sino que se cumplan. Ciertamente los salarios que se pagan en la periferia son ridículos en relación a los salarios que se pagan en los países desarrollados; también es cierto que existe una gestión de parte de los monopolios y del propio Estado para establecer determinados criterios en la contratación de la fuerza de trabajo, lo cual no deja de producir una serie de ~distorsiones" de todo tipo. En el plano internacional están ahí los villanos de siempre, es decir, los monopolios, las grandes transnacionales que también llevan a la práctica políticas para abaratar las materias primas. Sin embargo esto no significa que se transgreda el funcionamiento de la ley del valor, y esto por una sencilla razón: porque las violaciones de la libre movilidad de la fuerza de trabajo y de la libre concurrencia de las materias primas en el mercado internacional no son transgresiones de la correcta y normal manifestación de la ley del valor, sino su funcionamiento real, que no impide que se imponga en el sistema capitalista de producción en su conjunto. Los datos que se salen del comportamiento general no niegan el funcionamiento de la ley, sólo condicionan su manifestación, es decir, las excepciones, que las hay, no alcanzan a cuestionar el fundamento de la operatividad de la ley del valor, lo confirman. De acuerdo a nuestra definición de ley, esto es de que se trata de un vínculo necesario, general y estable, la ley del valor comporta infinitos momentos de ese fenómeno que es el capitalismo. Efectivamente podemos encontrar transgresiones, vaya ¡hasta trabajo esclavo!, pero esto no es lo general, necesario y estable en el capitalismo. La fuerza de trabajo es una mercancía más y en el caso que nos interesa, es decir como factor constitutivo del valor de los productos, no hay que perder de vista que su valor está determinado por las condiciones materiales y espirituales que son necesarias para su reproducción y la de su especie, lo que implica componentes históricos y sociales, esto es, que el salario es una variable que cobra sentido en función de las condiciones mínimas indispensables para que la fuerza de trabajo pueda desarrollar su actividad, reponga el desgaste y pueda seguir trabajando, pero que estas condiciones son variables y tienen bases históricas y sociales (o morales) . De aquí se desprende la conclusión de que si un cierta remuneración nos parece alta, ésta quizá no lo sea si tomamos en cuenta que para que la clase desarrolle su actividad es necesario respetar factores culturales, costumbres y conquistas adquiridas, como ciertos niveles de bienestar y de calidad de vida. Además es necesario tener en cuenta que en el desarrollo capitalista los salarios tienden a ocupar una parte cada vez menos importante dentro del valor total del producto, y que por el contrario aumentan constantemente los gastos en capital constante, en tecnología, en las nuevas máquinas, etc. Esto quiere decir que el problema de la transformación de valores en precios abordado con una metodología ricardiana en que el valor de las mercancías se puede reducir al valor de otras mercancías y que en esta maniobra resulta que las mercancías se intercambian, no por su valor, sino por relaciones de no equivalencia dado que el salario de los países desarrollados están sobrevalorizadas, es totalmente falso, y con ello se pretende echar la culpa de las desigualdades que existen en el mundo a la clase obrera. El sistema de Sraffa de la transformación de valores en precios permitía utilizar un argumento más en favor del intercambio desigual, dado que en esta transformación siempre quedaba la posibilidad de tener un tipo de valor, al inicio, y terminar con otro tipo de valor al final de la transformación, luego entonces se daba un intercambio desigual dependiendo de ciertas circunstancias: "La formulación de la teoría del intercambio desigual en los términos de transformación de valores en precios de producción es esencial en la medida en que permite dar al concepto su contenido científico, y definir en consecuencia sus condiciones, pero no es <práctica>. Efectivamente, la transformación de los valores en precios, según el método de Marx, no tiene en cuenta que los elementos constitutivos del capital constante, los inputs, son también mercancías, incorporadas al proceso de producción y contabilizadas, por tanto, no según su valor sino según su precio. Lo mismo ocurre con las mercancías consumidas por los productores, que dan al salario su contenido real. Para tomar en cuenta esta interdependencia generalizada, hay que situarse al nivel de las apariencias inmediatas, los precios, como hace Sraffa. Este, a partir de un análisis realizado en términos empiristas positivistas, se suma a las conclusiones esenciales de Marx: que el sistema de los precios relativos y la tasa media del beneficio están determinados por el nivel del salario real. Esta demostración desmonta el edificio de la economía subjetiva, arrebata a la <racionalidad económica> basada en el valor subjetivo sus pretensiones universales y la reduce a la elección en un sistema dado, caracterizado ante todo por una relación social que define el valor de la fuerza de trabajo. Lo que aquí nos interesa es que el sistema de Sraffa puede ser utilizado para medir el alcance del intercambio desigual, como hizo Oscar Braun." (Amín 1973:142) Inglaterra accede a la industrialización gracias a su librecambio oportuno. Lo cierto es que las tarifas protectoras, a diferencia de lo que plantea el liberalismo, son unos poderosos instrumentos que permiten el desarrollo de determinadas industrias, esto es las protegen. No es extraño que, por ejemplo, Estados Unidos siga una política sumamente proteccionista y discriminatoria de las importaciones, pero en relación a los otros países, y más directamente a aquellos con los cuales tiene un gran intercambio comercial, exija la apertura indiscriminada de sus fronteras para así poder introducir al mercado de estos países sus productos. Este es particularmente el caso de su relación con México. Amín se ha ocupado de llevar a la práctica una investigación histórica de la evolución de los términos del intercambio que se resume en lo siguiente: "El movimiento de los términos de intercambio mercantiles simples (net barter terms of trade) se modifica a partir de 1880. De 1800 a 1880, los términos de intercambio de Gran Bretaña se deterioran regularmente, pasando del índice 245 en 1801-1803 a 118 en 1843-48, 110 en 1848-56 y 100 en 1880. Si admitimos que Gran Bretaña es entonces el principal proveedor de productos manufacturados y que sus importaciones están formadas en gran parte por materias primas y productos agrícolas procedentes de las regiones menos avanzadas del mundo cosa que en principio es cierta-, esto significa que, en 1880, con la misma cantidad física de exportaciones (de algodón, por ejemplo), las regiones subdesarrolladas recibían dos veces y media más productos manufacturados (metros de tejido de algodón, por ejemplo) que en 1800 y un 1,2 veces más que a mediados de siglo. Después de 1880, el movimiento se invierte; los términos de intercambio se deterioran para los proveedores de materias primas y productos agrícolas, pasando del índice 163 en 1876-80 al índice 120 en 1926 y 100 en 1938. Esto significa que en 1938 los países subdesarrollados no podían comprar, con la misma cantidad de productos primarios exportados, más que un 60% de la cantidad de manufacturados que habrían obtenido en 1880. "El periodo contemporáneo se subdivide en dos subperiodos: durante la segunda guerra mundial y después de ella hasta finales de la guerra de Corea, más o menos en 1953-55, los términos del intercambio mejoraron efectivamente en favor de los países subdesarrollados. El periodo en que entró el mundo contemporáneo a partir de aquel momento, muy próspero, está marcado por un fuerte deterioro de los términos de intercambio que, según los productos exportados por los países subdesarrollados, oscila como mínimo de un 5 a un 15% y, desde luego, de un 8 a un 25%." (Arnín 1973:155156) Parece ser que Arnín menciona la clave del problema que plantea sin darse cuenta de que tiene la solución. Esto es, que la causa del llamado intercambio desigual no es propiamente la transgresión de la ley del valor. La no equivalencia de las mercancías intercambiadas es la forma fenoménica que oculta otros procesos que parece que ni Arnín ni Emmanuel son capaces de determinar claramente. Amín dice que el intercambio desigual se hace evidente una vez que se producen una serie de fenómenos a nivel de desarrollo del capitalismo, esos fenómenos en concreto se refieren a las necesidades que plantea la acumulación, esto es, que en la medida en que un proceso de producción valoriza al alza una determinada materia prima o producto porque existe un auge en la producción de una manufactura determinada en la que entra como componente, entonces su precio se eleva porque detrás de su demanda incrementada se encuentran ciertas necesidades de la acumulación de capital. Y a la inversa, si se da el caso de una desvalorización en el precio de una determinada materia prima porque la acumulación de capital encontró alguna forma de sustituirle o es capaz de implementar algún mecanismo tipo dumping o simplemente la oferta de esa materia prima sobrepuja a las posibles necesidades o, por último, ciertos productos se valorizan más en el mercado internacional y la materia prima a la que nos referimos no forma parte de aquellos productos que encuentran más posibilidades de valorización, pues entonces el precie de esa materia prima tenderá a la baja. De aquí que las necesidades de la acumulación de capital sean las que determinan si ciertas materias primas se valorizan a la alta o a la baja. Y no es que en el mercado internacional se transgreda la ley del valor, por el contrario es precisamente porque rige el que ciertas materias primas tienden a desvalorizarse mientras que otras tienden a valorizarse. Este fenómeno lo podemos ver muy bien en el caso del petróleo. La cuestión es que invariablemente los productores de materias primas siempre van a resultar perdedores en la relación de intercambio salvo ciertos periodos de auge de aumento de los precios (como durante las guerras mundiales) . y aquí lo que cabe señalar es que el problema de fondo es que en el mundo un cierto número de países se especializan en la producción de materias primas o productos pobremente elaborados mientras que otro ocupa el lugar de países altamente industrializados, ¿por qué razón se configuró de esta forma la di visión internacional del trabajo? Es la pregunta que es necesario contestar. 4. PREBISCH y EL DETERIORO DE LOS TERMINOS DEL INTERCAMBIO20 Prebisch plantea que el aumento de la productividad en la producción de materias primas en los países subdesarrollados no se refleja en los beneficios obtenidos por quienes venden estas mercancías, en cambio la productividad de los productos manufacturados producidos en los países desarrollados se ha visto compensada con creces por las ganancias obtenidas por los capitalistas de estos países. Y para demostrar esta paradoja Prebisch nos remite a los datos estadísticos de un documento de la CEPAL, en que se observa que hasta la crisis del 29 el aumento del precio de las materias primas y de los productos manufacturados corría parejo a 1% de incremento anual, sin embargo a partir de ese año, las materias primas incrementaban sus precios a una tasa de 1% mientras que los productos manufacturados lo hacían a 1.5%. La pregunta es: ¿por qué precisamente el año de 1929 representa una frontera entre lo que se podía llamar el intercambio igual y lo que se denomina el intercambio desigual que se daría en adelante?, la respuesta de Prebisch y de Emmanuel olvida que 20 Raúl Prebisch: The economic Developlllent of Latin America. Nueva York, 1950. la crisis del 29 marcó exactamente una fase de acumulación del capitalismo, es decir, la fase que conocemos como segunda revolución industrial, (la primera abarcaría desde el último tercio del siglo XVIII hasta principios del siglo XX; la segunda desde los años 20, hasta los 70; y la tercera estaría en marcha) y que justamente a causa de una serie de necesidades de la acumulación capitalista es que se empezó a desvalorizar el precio de las materias primas en relación a los productos manufacturados. Es el nuevo ciclo del capital, la producción en masa y el fordismo, el que va a imponer el nuevo papel de las materias primas en el proceso de producción en la ley de la oferta y de la demanda. El capitalismo echará mano de recursos que antes no utilizaba, como es el caso de los sintéticos, aunque también utilizará recursos ya empleados. Pero lo que queda claro es que las necesidades de la acumulación son nuevas con el advenimiento de un nuevo ciclo de revolución industrial, y no es que ahora sí se violen las leyes del valor a nivel del mercado internacional, como nos lo han sugerido los teóricos de la corriente del intercambio desigual: "Si los precios hubieran sido reducidos en proporción al aumento de la productividad, la reducción habría sido menor para los productos primarios que para los productos manufacturados [ ... ] Los beneficios del progreso técnico, en esta forma, hubiesen sido distribuidos igualmente a través del mundo de conformidad con las premisas implícitas en el esquema de la división internacional del trabajo. "Si el aumento del ingreso [se refiere a los salarios] en los centros industriales y en la periferia era proporcional al aumento de sus respectivas productividades, la relación de precios entre productos primarios y manufacturados hubiese sido la misma que la que resultara de una disminución de precios en estricta proporción con la productividad. En vista de la productividad más alta de la industria, la relación de precios hubiera evolucionado en favor de los productos primarios. [Ya que] de 1870 a 1930 esa relación ha evolucionado, de hecho, en contra de los productos primarios, es evidente que, en el centro, el ingreso de los empresarios y de los factores productivos aumentó relativamente más que la productividad, mientras que, en la periferia, el aumento del ingreso fue menor que el de la productividad. En otras palabras, mientras que los centros guardaban el beneficio total del desarrollo técnico de sus industrias, los países subdesarrollados les transferían una parte de los frutos de su propio progreso técnico". (Prebisch 1950:8-10) Prebisch correctamente incluye la relación productividad salarios en su análisis, pero la establece mal. Efectivamente son más altos en los países desarrollados, pero ya hemos abundado sobre las causas de este hecho. Para Prebisch los salarios aumentan en general en proporción al aumento de la productividad, y entonces el problema es que en unos países han aumentado más que la productividad, y en otros menos. Pero esto no es cierto. Además de que oscurece el problema pues incluye en "ingresos" tanto salarios como ganancia, sabemos que el aumento de la productividad permite un aumento de salarios pero normalmente los salarios reales se quedan rezagados, constreñidos a los límites que la rentabilidad les confiere.21 Y en épocas de recesión económica, dice Prebisch, como en los países desarrollados hay una resistencia muy fuerte a la reducción de los salarios, en gran medida por la acción de los sindicatos, entonces la cuenta se la pasan a los subdesarrollados. Según esta argumentación son los trabajadores de los países desarrollados, otra vez, que no dan su brazo a torcer, los culpables de que los países subdesarrollados obtengan precios en el comercio exterior por abajo del valor de sus productos y en consecuencia sea más difícil, a su vez, pagar salarios más altos a los trabajadores de estos países. Esta argumentación exculpa a las clases capitalistas de los países subdesarrollados de su responsabilidad en el mantenimiento de unas relaciones de producción sumamente atrasadas que en definitiva son las que explican los salarios bajos, la persistencia en la producción de productos poco elaborados y en resumidas cuentas son 10E culpables de la ruina del país: "durante la reanudación, une parte de las ganancias es absorbida por el aumento de 10E salarios, provocado por la competencia entre los empresario~ y por la presión de los sindicatos. Cuando las ganancias deben ser reducidas durante la depresión, la parte absorbida por los aumentos de los salarios pierde su fluidez, en el 21 Aquí tendría que incluirse también el papel del ejército de reserva. Un muy buen análisis de este tema se encuentra en Botwinick (1993). centro, a causa de la bien conocida resistencia hacia la disminución de los salarios. La presión repercute entonces hacia la periferia, con una fuerza mayor que aquella que se hubiera ejercido si las limitaciones de la competencia no hubieran vuelto rígidos los salarios y las ganancias del centro [ ... ] La ausencia característica de organización entre los obreros empleados en la producción primaria les impide obtener aumentos de salarios". (Prebisch 1950:13) Una de tesis que más estragos ha causado y que se esgrime en la argumentación a favor de la hipótesis del intercambio desigual, es aquella que señala a la clase obrera de los países desarrollados como la causa de la explotación de los países subdesarrollados, se asocia este pretendido hecho a la aparición de los monopolios, y es precisamente este fenómeno el que habría posibilitado la obtención de unos salarios en el país desarrollado que no tienen nada que ver con el aumento de la productividad, es decir, se trataría de unos salarios de monopolio. Y es la posición de Amín cuando hace precisiones a Prebisch: "Raúl Prebisch se sitúa en un terreno diferente, el del análisis de la evolución secular comparativa del progreso técnico y de la remuneración de los factores. Parte de la hipótesis de que el progreso técnico ha sido más rápido en la industria de los países desarrollados que en la producción, primaria de los países subdesarrollados. Los beneficios del progreso técnico pueden traducirse de dos modos: o bien los precios bajan, mientras que las rentas monetarias permanecen estables, o bien estas rentas se elevan, mientras que los precios permanecen constantes. Si en ambos países los precios bajan como consecuencia del progreso, las modificaciones en los términos del intercambio traducen simplemente la velocidad desigual de este progreso. Lo mismo ocurre cuando las rentas de ambos países se elevan como la productividad. Por el contrario, si el progreso engendra en un país la baja de los precios, y en otro el alza de las rentas sin baja de los precios, los resultados son muy diferentes. Prebisch dice que esto es lo que ocurrió en las relaciones internacionales: en el mundo industrializado, los asalariados obtuvieron aumentos de salarios, posibles gracias al aumento de la productividad; en los países predominantemente agrícolas, el excedente constante de la oferta de trabajo impidió que estos ingresos participaran de la prosperidad. Pero esta observación nos incita a hacer intervenir un nuevo elemento, que aparece en 1880 y que a Prebisch se le escapa: la transformación del capitalismo central a través de la aparición de los monopolios, que hizo que el sistema económico se resistiera a la baja. Esto es lo que explica que a lo largo de todo el siglo XIX el progreso técnico se tradujera por la baja de los precios mientras que después de 18801890 asistimos al alza continua de los precios y aún más a la de las rentas (conjunto de los salarios y de los beneficios), que traduce el progreso. El monopolio posibilita el alza de los salarios, puesto que la competencia ya no se basa sólo en los precios. Así se explica que el deterioro de los términos del intercambio se diera en los países subdesarrollados al nacer los monopolios, el imperialismo y la <aristocracia obrera>." (Amín 1973:160-161) Pero esto no es así, porque en todo caso el progreso técnico puede permitir bajar precios y subir salarios al mismo tiempo. La cuestión es que, y como ya lo dijimos, de esta posición teórica se derivan una serie de planteamientos equivocados en relación a la actitud a tomar frente a la clase obrera de los países desarrollados, ya lo dijo Bettelheim, ahora resulta que el enemigo de clase no sólo es la clase explotadora de uno y otro lado de la relación económica, es decir del desarrollo y del subdesarrollo, sino que el enemigo también sería la clase obrera de los países desarrollados, ¿no nos estaríamos echando encima demasiados enemigos? 5. UDRY y LA LOGICA DE LA ACUMULACION DE CAPITAL22 A. Udry no rechaza en principio la teoría del intercambio desigual, pero ofrece una explicación de cierta manera novedosa. Hasta el año de 1974 el precio de las materias primas se mantuvo en general elevado, o, mejor dicho, había comenzado a observarse una tendencia a su aumento en los años inmediatamente anteriores, pero fue la crisis del 74 la que revirtió este comportamiento y el precio de las materias primas empezó a experimentar una caída. Udry trata de explicar este fenómeno acudiendo a las leyes de la 22A. Udry: "Auge y caída de las materias primas ", en La crisis, Ernest Mandel (coord.), Ed. Fontamara, Barcelona, 1975. acumulación capitalista. La recuperación que se genera en el año 72-73 provoca una explosión en la demanda de las materias primas y esto se traduce en el aumento de su precio. El aumento de la demanda provocó ciertas tensiones en el mercado de materias primas. "A ello se agrega el hecho de que los stocks de numerosas materias primas, dada la tendencia de los precios en el periodo precedente, eran relativamente débiles entre los utilizadores en el momento del ascenso de los precios. Y más aún porque, después de la disminución y el retroceso de la producción manufacturera en 197071, se hicieron sobre los stocks las deducciones necesarias para responder a la primera fase de la reactivación de 1972. Hay aquí uno de los elementos que dan su elemento específico a la última alza, en comparación con la de la guerra de Carea. En efecto, tanto en previsión de un conflicto armado o como prolongación de las reservas constituidas durante la segunda guerra mundial, el nivel de los stocks estratégicos era sumamente elevado. La constitución de stocks estratégicos se agrega al boom industrial (la producción industrial en EE. UU. y Europa occidental aumentó en 8,1% en 1950 y 9,3% en 1951) para suscitar un alza de los productos de base. Pero, en una segunda etapa, al declive de la producción industrial se agregan los efectos de la eliminación de stocks, para ejercer una fuerte presión a la baja de los precios de las materias primas." (Udry 1975:223-225) Es evidente que la acumulación de stocks de materias primas responde a dos tipos de necesidades, por un lado se trata del aprovisionamiento de materiales necesarios para una economía que, como la norteamericana, normalmente se encuentra en situaciones de conflicto, esto es, de guerra, por otro lado se trata de hacer que el precio de las materias primas no se eleve demasiado, y en este sentido los stocks son a las materias primas lo que el ejército industrial de reserva a los salarios. Pero existen una serie de materias primas estratégicas, como el petróleo, cuyo control es muy importante, no sólo porque pesan de una manera decisiva sobre las balanzas de pagos de los muchos países que tienen necesidad de ellas sin posibilidades de producirlas, sino debido a otras dos razones: el importante excedente que generan, y que se manifiesta no sólo por los recursos obtenidos de su venta sino también, cuando está en manos de un determinado estado nacional, por la vía de los impuestos, es decir, -como en el caso de PEMEX en Méxicollegan a constituir el principal sostén de la recaudación fiscal; y, adicionalmente, por ser factores clave para futuros procesos de industrialización. Los países subdesarrollados que posean petróleo se verán empujados a su nacionalización porque aún teniendo yacimientos si éstos caen en manos de compañías extranjeras el país en cuestión se verá en la necesidad de comprar combustible a esas compañías, con lo cual se daría una salida muy importante de recursos. Es precisamente por el desbalance que esto provocaría en sus cuentas con el exterior que los países se ven obligados a decretar la nacionalización de las empresas productoras de las materias primas estratégicas, y ha sido la historia de la nacionalización del petróleo en México, en Irán, etc. Pero como decíamos la cuestión no para ahí, ya que el petróleo se constituye en la base de un proceso de industrialización muy importante (sin embargo en el caso de la industria petroquímica mexicana estamos asistiendo a un amenazador proceso de privatización): "En lo que respecta al petróleo, durante las dos últimas décadas las inversiones se desarrollaron sobre todo -aunque relativamente- en el cercano y medio Oriente. El cártel mundial del petróleo se sirvió del precio del Golfo de México, para fijar los precios del cártel mundial, pese a que los costos de extracción en el cercano Oriente son apenas la novena parte de los de Estados Unidos. Esto se reflejó evidentemente en el rendimiento del capital invertido en el sector petrolero, que se elevó a 3,8% para el periodo 195051 en los países industrializados y a 27.7% en los países <en vías de desarrollo>. He ahí por qué los magnates petroleros multiplicaron las restricciones de capacidad de refinamiento en Estados Unidos, con los efectos de penuria que este provocó durante la explosión de la <crisis del petróleo>." (Udry 1975:230-231) El precio de las materias primas es una variable dependiente de la acumulación de capital, así, en la medida en que la acumulación no requería de determinadas materias primas, éstas observaron una tendencia a la desvalorización porque se podían obtener en el mercado sir problemas, sin embargo cuando un proceso productivo determinado requiere de esas materias primas y no existen los medios para suplirla en el mercado, ya sea a través de la producción sintética o habilitando nuevas producciones, tenderán a valorizarse: "el alza de precios, en el sector de las materias primas, desató una ola de inversiones que exigieron ser rentabilizadas, a lo cual se agrega el alza de los costos de producción (elevación de los precios del combustible, etc.). Esto indica que, pese al repliegue de los precios, frente a la extensión de la recesión -especialmente en el sector de la energía-, es poco probable que, en su mayoría, las inversiones recobren rápidamente los niveles de 68-69, a menos que la recesión se profundice más allá de 1975. Paradójicamente, eso se combina con penuria potencial en los sectores donde los proyectos de inversiones anulados en 1971-72, no han sido reemplazados. Desde luego, una nueva reactivación, aún moderada, de la economía imperialista, podría sacar del marasmo actual -aunque menos profundo que el de los años 60- a diversos productos, y, bajo el impacto de una nueva alza, estimular las inversiones que han sido aplazadas en 1973/74." (Udry 1975:231-233) Las leyes del movimiento de los capitales ya estudiadas por Marx establecen que su flujo va en sentido de la obtención de las tasas de ganancia más elevadas: donde se aglomeran capitales los precios de las materias primas por ellos producidas tiende a bajar, y en donde no se han iniciado explotaciones de materias primas y el campo para la producción y venta está abierto, los precios se mantienen elevados. Cuando el proceso de acumulación se ve entorpecido o interrumpido, los stocks de mercancías ven incrementadas sus existencias, y esto necesariamente lleva a la caída de los precios, sean estos materias primas o manufacturas, y a la inversa, cuando se reactiva el proceso de la acumulación de capital entonces los stocks disminuyen y por lo tanto los precios de las mercancías tienden a aumentar, y aunque parezca una explicación demasiado simple, este es el mecanismo básicamente: "Desde el segundo semestre de 1974, los efectos de la recesión se hicieron sentir a nivel de los precios de los productos base. Ola tras ola, la recesión alcanzó el conjunto de las ramas de la industria manufacturera. La demanda de materias primas decreció rápidamente. Los stocks recomenzaron a acumularse en los mercados, especialmente los productos más sensibles a la coyuntura industrial: Zinc, estaño, plomo, cobre, caucho, algodón ... El alza de los costos de los créditos comportó una ola de eliminación de los stocks. Los especuladores inundaron el mercado después de haberse sobreaprovisionado en 19'/3-74, como fue el caso de las compañías japonesas en el mercado del cobre. El repliegue de los precios golpearía con tanta brutalidad como numerosas eran las esperanzas de cierto crecimiento industrial, en 1975, que permitiese mantener los precios". (Udry 1975:233) Ciertamente existe la necesidad de importación de bienes de equipo, de maquinaria y manufacturas pero los ingresos en divisas obtenidos a partir de las exportaciones tiende a disminuir por efecto del deterioro de los términos del intercambio, ¿resultado?, el estrangulamiento de las economías subdesarrolladas, la caída de su disponibilidad de divisas, la incapacidad de sostener el ritmo de importaciones, estancamiento económico: "Durante los últimos once meses [está hablando a mediados de 1975J los recursos en divisas de los países subdesarrollados disminuyeron drásticamente, dada la conjunci6n entre el declive de los precios y del volumen de las exportaciones, suscitado por la extensión de la recesión. Además, se produce una inversión de los términos de intercambio y los países subdesarrollados que comprarán máquinas, para modernizar la producción de productos de base, van a sufrir al mismo tiempo una transferencia de valor en favor de los países imperialistas. Los proyectos de desarrollo agrícola y minero, que implican un crecimiento substancial de las compras de bienes de equipo, van a recargar aún más los gastos por concepto de importaciones, o bien van a ser anulados." (Udry 1975:235) Y para colmo de males escuchemos lo siguiente: "Actualmente, esos países intentan escapar al estrangulamiento. The Economist señalaba: <Una recesión en las naciones industriales en 1975 repercutirá con dureza duplicada sobre el mundo en desarrollo: no solamente sus ganancias por exportaciones bajarán agudamente el año próximo (disminuyendo su desarrollo y su capacidad de importación de bienes industriales en alza) si no que sus gastos en petróleo les impondrán déficit relativamente mucho más grandes que los de las naciones ricas>." (Udry 1975:235) Y todo como resultado de la especialización a que se han visto sometidas las economías subdesarrolladas. Los efectos negativos son mayores o menores en función del grado de especialización y el producto, pero ninguno escapa a este p:r"oceso si no modifica radicalmente su estructura productiva y exportadora. 6. PALLOIX, INTERCAMBIO y DESARROLLO23 Palloix pone énfasis en las diferencias de la composición orgánica de capital como determinante de las diferencias en la incorporación de valor a las mercancías que se intercambian en el comercio internacional, y de ahí que ésta sea la causa de las transferencias de valor y del intercambio desigual. Pero para llegar a esta conclusión Palloix se va hasta los clásicos. Smith plantea que el comercio representa un escape para las trabas que encuentra el capitalismo en su desarrollo. Tiempo después se daría la polémica entre los populistas y Lenin en donde los primeros decían que existían unos límites para el desarrollo del capitalismo que sólo podían ser superados a partir del comercio externo. Ciertamente el comercio externo representa una ampliación a los límites nacionales, y tiene una función muy importante como contratendencia a la caída de la tasa de ganancia, pero Lenin demuestra que el capitalismo crea su propio mercado interno. Sin embargo para los clásicos la cuestión se deriva de que de acuerdo a la división internacional del trabajo se puede lograr una potenciación extra de las economías al seguirse los principios derivados de las ventajas comparativas (Ricardo) o absolutas (Smith). Contrariamente a la doctrina mercantilista, Smith plantea que lo que un país obtiene a través de su comercio externo no es sólo oro o dinero, sino dos tipos de ventajas distintas para cada país. El comercio: "1. Arrebata, del producto de sus tierras o de su trabajo, lo superfluo para lo cual no hay demanda en el país y ofrece en su lugar cualquier cosa para la que hay demanda. Da un valor a lo que es inútil, cambiándolo por cualquier otra cosa que pueda satisfacer una parte de sus necesidades o aumentar sus satisfacciones. Gracias a ello, los marcos estrechos del mercado interno ya no impiden que la división del trabajo sea elevada al más alto punto de perfección en todos los ramos particulares de 23 Christian Palloix (1971). A Economía mundial capitalista. Ed. Estampa, Lisboa, Portugal, 1972. los oficios o de las manufacturas. "2. Al abrir un mercado más extenso para todos los productos del trabajo que exceden el consumo interior, estimula a la sociedad a perfeccionar el trabajo, a aumentar su poder productivo, a engrosar su producto anual y a multiplicar, por ese medio, las riquezas y el rendimiento nacional". (A. Smith, citado en Palloix 1971:219-220) Según Palloix, lo expresado por Smith significa: "l. El mercado externo sirve de <escape de excedentes>, teniendo en cuenta la estrechez del mercado interior, en el que la división del trabajo es limitada durante la fase de industrialización; "2. El mercado externo permitirá, por sí mismo, la ampliación de la división del trabajo en el interior del espacio nacional, la cual, sólo por este, estaba trabada considerablemente." (Palloix 1971:219-220) Para Adam Smith este problema y la necesidad del comercio exterior provenía de la exigüidad del excedente agrícola que estrechaba el mercado interno y limitaba la generación del excedente industrial y la división del trabajo. El sector industrial, y la división del trabajo, se desarrollaría entonces recurriendo al comercio externo: "En verdad, es bien posible que la ciudad no tome siempre la totalidad de las subsistencias del campo que la rodea, y ni siquiera del territorio al que pertenece, más que la tome de campos extremadamente retirados; esta circunstancia, sin constituir una excepción a la regla general, ha hecho, todavía, variar considerablemente en diferentes pueblos y en diferentes siglos, la marcha del progreso de la opulencia." (A. Smith citado por Palloix 1971:227) El comercio exterior coadyuva entonces a la división del trabajo, y ésta a la ampliación del mercado interno. Adam Smith, propugna una política de industrialización en la que se puede utilizar el proteccionismo para desarrollar las industrias nacientes, y no sólo eso, sino que además piensa que es posible darle una orientación estratégica determinada a dichas políticas. Esto, si lo vemos con más calma, representa ni más ni menos que la intervención del Estado en la economía, la negación absoluta de la "mano invisible" y el liberalismo propugnado por el mismo Smith. En verdad lo que sucede es que por muy liberal que sea una persona si se quiere desarrollar un sector industrial en un país "en vías de desarrollo", el liberalismo radical es indefendible, y ya vemos cómo hasta los clásicos más clásicos de la economía liberal acuden a políticas intervencionistas, porque si no, ¿qué otra cosa puede significar echar mano del proteccionismo y desarrollar una política de industrialización orientada a cierto fin? Se necesita desconocer la historia o estar deslumbrado por teorías corno la de los costes comparativos para optar por una política de apertura indiscriminada y sin ningún objetivo concreto para la resolución de los problemas del subdesarrollo. Tal es el caso de las posiciones adoptadas por los últimos gobiernos mexicanos, pero de esto nos ocuparemos más adelante. El intercambio internacional corno resultado de la apertura del mercado que significó América se convirtió en un medio para llevar a cabo la industrialización en Europa, ya que esto le permitió sacar provecho de sus ventajas absolutas de producción: "Adam Smith pone en evidencia la función del intercambio internacional, en la calidad de medio para llevar a cabo la industrialización, en razón, por un lado, de la limitación ejercida por la exigüidad del mercado nacional y, por otro lado, teniéndose en consideración la obtención de una ventaja absoluta de bienes manufacturados a partir de islotes industrializados, ya establecidos. Sin embargo esto sólo está asegurado en la medida en que el mercado agrícola externo, como el mercado americano, sirve de sustituto al mercado agrícola interno". (Palloix 1971:228-229) En palabras de Adam Smith: "Al abrir a todas las mercancías de Europa un mercado nuevo y casi inagotable, (América) dio origen a nuevas divisiones del trabajo, a nuevos perfeccionamientos de la industria, los cuales nunca se podrían haber realizado en el círculo estrecho a que el comercio estaba antiguamente restringido, el cual no les ofrecía un mercado suficiente para la mayor parte del producto". (A. Smith en Palloix 1971:228-229) La cuestión esencial, y que debe ser subrayada, dice Palloix, es que el intercambio se efectúa entre una economía en vías de industrialización y una economía agrícola, y el hecho de que “Adam Smith, contrariamente a la doctrina del libre comercio, señala el justo fundamento de los derechos sobre las importaciones, a título de protección a la industria naciente, en el caso en que el intercambio no pudiera situarse entre economías en vías de desarrollo: "<Al dificultar, a través de pesados derechos arancelarios o de una prohibición absoluta, la importación de las categorías de mercancías que pueden ser producidas en el país, se asegura más o menos a la industria nacional, que se esfuerza por producirlas, un monopolio en el mercado interno ... "<... No hay duda de que este monopolio en el mercado interno no proporciona, en la mayoría de los casos, un gran estímulo a la especie particular de la industria que de él goza, y de que, en la mayoría de los casos, no desvía, para esta especie de utilización, una porción de trabajo o de capital del país que sea mayor que aquella que de cualquier manera habría sido empleada. Mas lo que no es tal vez tan evidente consiste en saber si tiende a aumentar la industria en general de la sociedad o a darle la dirección más ventajosa>." (Palloix 1971:229-230) Este tipo de protección se contemplaba como posible, entonces, con economías del mismo nivel de desarrollo cuyos productos se hacían la competencia. Pero durante mucho tiempo Inglaterra no tuvo tal reto. "La libertad del comercio se inscribe naturalmente en la línea del desarrollo económico, a partir del momento en que Inglaterra no tiene competidores industriales". Una serie de cambios que tienen como punto más alto la revolución industrial inglesa, se tradujeron en una división internacional del trabajo a la medida de las necesidades de la industrialización... inglesa, claro. Para Smith los países en proceso de industrialización deberían exportar productos manufacturados a cambio de los productos agrícolas o las materias primas. Bien a bien estos son los fundamentos de la gran división internacional del trabajo a la que dan lugar los efectos combinados de la revolución industrial inglesa, sólo que hace falta señalar que Inglaterra quedará firmemente ligada a la actividad industrial mientras que el resto de los países se convertirán en sus proveedores de materias primas y alimentos. Al analizar la concepción de David Ricardo del comercio internacional Palloix descubre las claves ricardianas de Emmanuel. Para Ricardo el problema no es la estrechez del mercado interno dado que la propia industria crea las condiciones para la absorción de su excedente, "el problema fundamental es el del crecimiento del producto, en razón de los elementos que lo componen, en particular la masa de los bienes, tal como el autor esclarece sin equívoco posible: "<A lo largo de toda esta obra procuré probar que la tasa de ganancia no puede elevarse nunca a no ser en razón de una baja de los salarios y que esta baja no puede ser permanente a no ser en la medida en que haya una disminución en los precios de los géneros que el trabajador compra con su dinero>." (Palloix 1971:232) Esta concepción sobre la relación salario-ganancia y su papel en la creación del excedente constituye la base de la teoría ricardiana del comercio internacional. Y se deriva, como hemos señalado anteriormente, de ignorar las diferencias entre ganancia y plusvalía y entre tasa de ganancia y tasa de plusvalía. El sector agrícola constituye entonces una traba al desarrollo no porque restringe el mercado, señala Palloix, sino porque debido a los rendimientos decrecientes de este sector los salarios son altos y las ganancias limitadas, y absorbe "factores" que serían más productivos en la industria. Para Ricardo entonces el comercio internacional es una fuente fundamental para el aumento de las ganancias, lo que justifica sobradamente la especialización: "<Las ganancias se elevarán, por el aumento del comercio con el extranjero o por el perfeccionamiento de las máquinas, si se puede suministrar a los trabajadores por un precio más barato, alimentos y otros objetos de primera necesidad. Si, en vez de abastecernos del trigo de nuestro país y en vez de fabricar nosotros mismos el vestido y los objetos necesarios para el consumo del trabajador, descubrimos un nuevo mercado en el que podamos obtener estos objetos más baratos, los salarios deberán bajar y las ganancias aumentar. Pero si estas cosas que se obtienen más baratas, sea por la extensión del comercio con el extranjero o por el perfeccionamiento de las máquinas, sólo sirven al consumo de los ricos, la tasa de ganancia no sufrirá alteración>." (Ricardo en Palloix 1971: 234) Por lo tanto las importaciones deberán ser de artículos que consumen los obreros, o sea, alimentos, vestidos, productos relativamente poco sofisticados. Los salarios caen y las ganancias crecen, esa es la ventaja de comprar en el extranjero, pero si no se hace un use adecuado de la especialización a la que conduce la apertura externa, ninguna de estas primicias se puede conseguir. Aunque no por la misma razón, sino porque los trabajadores no compiten a nivel internacional, a Emmanuel le parece ver que se da un intercambio desigual si ciertas clases trabajadoras se ven beneficiadas con sueldos por encima del trabajo que aportan al producto que generan, en consecuencia también tendrán que disminuir las ganancias, y los capitalistas se resarcen subiendo los precios, etc., etc. Esto lo que nos permite ver es que Emmanuel es más ricardiano de lo que aparenta. Y el más ricardiano de todos los planteamientos es aquel de que al aumentar los salarios caen las ganancias: "La ventaja comparativa de Inglaterra en los productos manufacturados desempeñará la función de la acumulación del capital al aniquilar el alza nominal de los salarios, los cuales disminuyen, en la misma proporción, las ganancias industriales y corren el riesgo de alcanzar un nivel tal que los capitalistas ya no sean incitados a ahorrar y a invertir; tal alza de salarios conduciría a un estado de estancamiento." (Palloix 1971:235) Emmanuel también le echa la culpa a los salarios. A los bajos, a diferencia de Ricardo, de que no haya desarrollo. A los altos, de extraer el excedente de los otros. A ambos del intercambio desigual. Todo lo cual introduce un elemento de mecánica tradicional en la determinación del precio de los productos, esto es, considerar al componente salario la parte más importante en la determinación de los precios y por lo tanto de las ganancias. Esta, lo reiteramos, es una explicación de corte ricardiano.24 Pero en Ricardo, como hemos visto en otro apartado, el problema era el encarecimiento progresivo de los productos agrícolas debido a un aumento de la demanda y la ley de los rendimientos decrecientes en la agricultura: "Por consiguiente, el precio de los productos agrícolas aumenta, lo que repercute en el costo de subsistencia de la fuerza de trabajo, con alza de salarios y baja en las ganancias." (Palloix 1971:235) Este es un razonamiento mecánico, decíamos 24 Para una refutación del punto de vista ricardiano es necesario remitirse al trabajo de Marx: Salario, Precio y Ganancia. más arriba, porque presenta una relación causa-efecto sumamente simple, no se mete en complicaciones ni mucho menos en consideraciones de carácter dialéctico, es decir, no toma en cuenta a la ley del valor en la determinación de la plusvalía y de la ganancia y de los salarios. Según el planteamiento de Ricardo y de acuerdo a los principios establecidos por la teoría de los costes comparativos, el comercio internacional tiene como objetivo hacer que baje el precio de los medios de subsistencia y con ello que baje el valor de la fuerza de trabajo. Y fomenta el crecimiento "al transferir, en particular, los factores de producción del sector agrícola para el sector industrial, aproximándose así a la concepción de Adam Smith." (Palloix 1971:236) Según el planteamiento de los clásicos partíamos del hecho de que se había producido un atasco en la acumulación de capital a causa de las limitaciones que impone la agricultura al desarrollo industrial, que de cierta manera -en la concepción ricardianaimponía un "deterioro en los términos del intercambio" interno a favor de la agricultura. Para Ricardo y para Smith la única salida es el mercado internacional al abaratar los productos agrícolas y con ello al abaratar el precio de la fuerza de trabajo, aumentar las ganancias y estimular la industrialización y el crecimiento económico. En la base, las ventajas, relativas o absolutas, de la especialización, en materias primas para unos y en productos manufacturados para otros: "A través de la aplicación de la ley de los costos comparativos al sector agrícola, implicando que ciertas naciones reciban la misión de proveer medios de subsistencia a los países industrializados, David Ricardo defendía la construcción de una red internacional de cambios entre países desarrollados y países subdesarrollados, pues la agricultura interna estaba condenada por las necesidades de un capitalismo triunfante." (Palloix 1971:236-237) Marx habla de la abolición de los aranceles como la palanca que permitió a Inglaterra destinar cuantiosos recursos a la industria mientras que las necesidades en materia de consumo alimentario y de materias primas sería satisfecho por la periferia capitalista, es decir por los países subdesarrollados. El origen lejano de la teoría del intercambio desigual se encuentra en la teoría de las ventajas comparativas de Ricardo al postular que el abaratamiento de los elementos constitutivos de la fuerza de trabajo se traduce en un aumento de las ganancias, luego entonces si se aumenta el precio de esos elementos constitutivos del valor de la fuerza de trabajo y al mismo tiempo se mantienen altas las ganancias, quiere decir que se está succionando de algún lado el valor faltante, esto es, se tiene que tornar valor de los salarios de los países con los que se está comerciando internacionalmente. Se produce así un intercambio desigual del cual sale beneficiado un cierto país a costa de otro. Los ataques de Ricardo iban contra la protección a la agricultura, esa especie de monopolio de que hablaba Smith. Los de Ernrnanuel contra el monopolio de los salarios. Es entendible que sin la concepción marxista del valor en el análisis de los fenómenos sociales se llegue a las conclusiones a las que llega Ricardo, es decir que se da una transgresión de la ley del valor en el intercambio de materias primas y productos agrícolas en general por productos manufacturados. Sin embargo es del todo sorprendente que se acepte esta transgresión cuando con base en la economía crítica reconocemos la operatividad de esta ley en el sistema capitalista. Es decir, si reconocemos la existencia de todas las condiciones que hacen operativa la ley del valor (corno la propiedad privada de los medios de producción) y aceptamos que la fuerza de trabajo es una mercancía corno cualquier otra y al mismo tiempo con características particulares únicas, entonces no se explica que se postule su inoperancia en un campo de la realidad capitalista. Los continuadores de Ricardo llevaron su tesis del aumento de los precios de los productos agrícolas en el plano nacional, al internacional, de donde dedujeron que el libre comercio no sólo beneficiaría a los países que se industrializaban, sino que a largo plazo se verían beneficiados los productores de materias primas y productos agrícolas en virtud de la tendencia al aumento del precio de estos productos. Pero esta transportación es incorrecta, señala Palloix: "En el cuadro nacional, el agravamiento de los términos del intercambio de los productos manufacturados en relación a los productos primarios resulta, en efecto, de una dinámica menos progresiva de la agricultura, en comparación con la de la industria, lo que limita el excedente agrícola disponible destinado a la manutención de la fuerza de trabajo; la demanda de bienes de subsistencia conduciría, al exceder a la oferta, a una sobrevaloración de los bienes primarios y alimenticios. "Por el contrario, al colocarnos en la perspectiva del nivel internacional, la lógica de Ricardo exige que el comercio internacional venga a contrabalancear, o hasta invertir, ese movimiento interno de los precios. Para que el comercio externo desempeñe su función en relación al proceso de generación de excedente, o sea, para que no se paralice la acumulación del capital a través de un precio excesivo de la manutención de la fuerza de trabajo, se debe inevitablemente asistir a una degradación de los términos de intercambio de los productos primarios en relación a los productos manufacturados. Es un aspecto, inconfesado sin duda, más notable e indiscutible, de la teoría ricardiana. El problema del mejoramiento o del agravamiento de los términos del intercambio -que, tan largamente, ha preocupado a los autores- no es así, en sí mismo, un asunto para discusión, pero depende de las exigencias del modo de creación y realización del excedente de las economías dominantes." (Palloix 1971:238-239) Para Palloix, por tanto, el comportamiento de los términos del intercambio está en función de las necesidades de la acumulación de capital en los países desarrollados, y a manera de síntesis Palloix plantea que esto se caracteriza por: "1. El intercambio desigual, sobre la base del valor internacional, fundamentado en la desigualdad de salarios en el proceso de las operaciones de producción, desigualdad de salarios que refleja la desigualdad en el desarrollo de las fuerzas productivas. "2. El intercambio desigual sobre la base de la correspondencia valor nacional-valor internacional, que se va a consolidar y a ampliar el mecanismo del intercambio desigual basado en el valor internacional. "3. El intercambio desigual entre el sector tradicional y sectores capitalistas que tienen las mismas funciones que los precedentes, a saber, ampliar y consolidar el intercambio desigual internacional." (Palloix 1971, t. 2, p. 301, 302) Y es justamente en relación al fenómeno de la movilidad de capitales en el que Palloix aporta las ideas más originales, aunque como ya lo señalábamos más arriba, es partidario de la teoría del intercambio desigual. En la base del problema de lo que se ha llamado intercambio desigual está el desigual desarrollo de las fuerzas productivas. El proceso de centralización y concentración que produce la concurrencia capitalista determina un desarrollo desigual y la concurrencia desigual entre países. Los avances técnicos y científicos son administrados por los países más desarrollados. De esta forma los países subdesarrollados, si no sucede algo fuera de los esquemas ya establecidos, se ven privados del uso de la tecnología más avanzada y la que utilizan es, en general, obsoleta. Esta situación determina que se de no sólo una brecha entre riqueza y pobreza, sino algo peor, una brecha creciente en el desarrollo tecnológico. Y esto en el comercio internacional es terriblemente penalizado, de hecho los países subdesarrollados están condenados a competir en unas condiciones muy desfavorables.25 En el comercio internacional, por tanto, sólo se constata lo que sucede en la producción. 25 Para una discusión sobre este tema ver Osvaldo Rosales: "Competitividad, productividad e inserción externa de América Latina". Revista Comercio Exterior, N°8, agosto de 1990, México. Los obreros aspiraban a que no se les obligara a cortar y embarcar banano los domingos, y la petición pareció tan justa que hasta el padre Antonio Isabel intercedió en favor de ella porque la encontró de acuerdo con la ley de Dios. Gabriel García años de soledad Márquez Cien Capítulo 11 LA TEORIA DE LAS VENTAJAS ABSOLUTAS 1. LA TEORIA DEL VALOR TRABAJO EN EL COMERCIO INTERNACIONAL1 En relación a las posiciones de Marx sobre el comercio internacional es necesario decir que nunca desarrolló una posición clara en el sentido de única, y que en muchas ocasiones encontramos dos y hasta tres puntos de vista respecto a un mismo problema. Sin embargo su teoría del valor aporta los elementos suficientes para desarrollar lo que podemos llamar una teoría marxista del comercio internacional. El comercio exterior, cuya expansión es a su vez base y producto del desarrollo capitalista,2 tiene en la teoría marxista las siguientes características: está regido por la ley del valor; da lugar a que se produzcan transferencias de valor entre países; estimula la creación de nuevos valores; contribuye al aumento de la cuota de 1 En este apartado nos remitimos básicamente a las siguientes obras: Carlos Marx, El Capi tal, varias ediciones; Carlos Marx, Elementos Fundamentales para la Crítica de la Economía Política (Grundrisse) 1857¬1858, ed. S. XXI, Madrid, 1976; Lenin, Contribución a la caracterización del romanticismo económico, ed. Progreso, Moscú, 1975. 2 ver Marx, 1894:238. ganancia; acelera la acumulación y el aumento de la composición orgánica del capital; contribuye a la baja tendencial de la cuota de ganancia. Hay que señalar que quienes primero incursionaron en este terreno con una metodología marxista fueron precisamente los teóricos del intercambio desigual, autores que nosotros pensamos que se encuentran equivocados, pero que sin embargo aportaron un primer intento de aplicación de la teoría del valor trabajo al comercio internacional. Para Marx las mismas leyes que rigen el comercio interno son válidas para el comercio exterior. En el intercambio no se crea ningún nuevo valor, ni se intercambia más valor que el que se ha producido en términos sociales. Pero el valor de uso no se convierte en valor si no es a través del cambio, por tanto sólo a través del intercambio los valores se valorizan, se convierten en tales3 (inclusive bienes que inicialmente carecían de valor), y sólo en el intercambio el tiempo de trabajo se realiza como valor, existiendo por tanto la posibilidad de que alguno se realice y otro no. Esto es válido tanto en lo que concierne a la cantidad total de productos producidos como para cada producto individual y el trabajo que contiene. Los precios, por tanto, no aumentan ni disminuyen la masa de valor creado, pero permiten que unos ganen y otros pierdan. En su crítica a Ricardo Marx afirma que aunque no se pueda intercambiar en conjunto más valor que el producido, esto no significa que un país no pueda en el intercambio recibir más valores. De acuerdo con las tesis de Ricardo resultaría que con el intercambio "no podemos crear ningún valor nuevo, sino sólo va1eur uti1e, [valor de uso] puesto que el valor nuevo está determinado por los productos existentes del trabajo, y el trabajo se mide por el valor preexistente por el cual es menester que se intercambie. Nunca, pues, podría aumentarse el valor existente. ¿Pero no podemos poner en movimiento nuevo trabajo? y el dinero, sólo guarda relación con los valores creados, o con los que se puede crear? ¿y una nación no puede despojar a la otra, al igual que un individuo a otro?" (Marx 1976:55) Para Ricardo pues, el valor de las importaciones se mide, por tanto, por el valor "del trabajo y la tierra" que se da a cambio. "Por consiguiente, mediante el comercio 3 De allí que valor=valor de uso+valor de cambio. exterior nunca se puede aumentar los valores. "Una nación originariamente pobre, como los holandeses, nunca podría pues, ganar valores de cambio mediante el comercio exterior y volverse burguesamente rica. Ricardo) propone esta paradoja. "A no dudarlo, todo esto sería correcto si yo intercambiara el nuevo valor -que yo mismo he tomado del país- por el valor viejo. Pero puedo: poner en movimiento nuevo trabajo con el valor nuevo, y por tanto traer a luz nuevos valores por los cuales voy intercambiando reproductivamente otros valores nuevos; "Puedo valorizar lo que antes carecía de todo valor, convirtiéndolo en objeto del intercambio; "Puedo reexpedir una parte al extranjero e intercambiar una parte por el mismo valor que he exportado con beneficios. De esta suerte puede enriquecerse una nación comercial. “Y tal vez importo más, eva1uándo10 en tiempo de trabajo, que lo que he exportado.” (Marx 1953:57) Ciertamente, con base en esta cita de Marx se podría argumentar que se produce un "intercambio desigual" entre países en el comercio internacional, particularmente en el último punto en que se dice que un país puede obtener más valores de los que lanza al exterior. Y aquí surge otra ilusión, pues se piensa que si esto es así la ley del valor no opera de cierto modo dentro del comercio internacional, y que esto se debe a la existencia de agentes perturbadores, como pueden ser los monopolios, que impiden las nivelaciones necesarias (de salarios, de tasas de ganancia, etc.). Pero estas transferencias de valor no niegan la vigencia de la ley, por el contrario obedecen a ella y al mecanismo de formación de los precios en la competencia capitalista. El problema de Ricardo se deriva de que su teoría del valor trabaj o, como sabemos, no incorpora el concepto de socialmente necesario. Seamos más precisos en relación a los planteamientos de Marx. Efectivamente plantea que una determinada nación se puede beneficiar a través del comercio internacional y obtener más valores que los que aporta a cambio. Pero esto no es otra cosa que transferencia de valor, a la manera que se da entre empresas de la misma industria o entre industrias de un mismo país. Puede darse una apropiación de valores en el mercado, en este caso el mercado exterior, que no sea equivalente a la aportada. Y sin embargo no darse un intercambio desigual. ¿Cómo está esto? La clave radica en lo siguiente. Ciertamente sólo se intercambian equivalentes cuando las mercancías que se intercambian han sido producidas empleando el tiempo medio de trabajo socialmente necesario. y esto en un doble sentido, en las condiciones medias (normales)de eficiencia e intensidad y en la proporción que socialmente se requiere. Todas las mercancías que se lanzan al mercado, y para esto es indiferente que sea un mercado nacional o internacional, costaron más o menos tiempo de trabajo y esto determina su valor individual, pero el valor en el intercambio se va a medir por el Tiempo de Trabajo Socialmente Necesario para su producción. Sin embargo, ¿qué mercancías se intercambian rigurosamente de acuerdo a equivalencias iguales?, pues sólo aquellas que costó producirlas un TTSN, las otras, las que están por arriba o por abajo del TTSN pierden o ganan valor a la hora de ser intercambiadas, esta pérdida o esta ganancia es una transferencia de valor. ¿Significa esto que se esté dando un intercambio desigual?, no, de ninguna manera. Esta transferencia es una especie de "castigo" y "premio" para quienes son menos o más eficientes respectivamente, para quienes se separaron de la media invirtiendo más tiempo de trabajo que el necesario y para quienes produjeron con menos del necesario. La complejidad conceptual del valor queda clara con los ejemplos sencillos que pone Marx: "Hoy el producto satisface una necesidad social. Tal vez mañana lo desplace, total o parcialmente, un tipo similar de producto. Aunque el trabajo es también, como el de nuestro tejedor, eslabón patentado de la división social del trabajo, ello en modo alguno basta todavía para garantizar el valor de uso precisamente de sus 20 varas de lienzo. Si los tejedores que compiten con él ya han saturado la necesidad social de lienzo --que, como todo lo demás, tiene su medida--, el producto de nuestro amigo se volverá excesivo, superfluo y por tanto inútil. A caballo regalado no se le miran los dientes, pero el no concurre al mercado a hacer obsequios. Supongamos, sin embargo, que el valor de uso de su producto satisface las exigencias y que, por consiguiente, la mercancía atrae dinero. Pero, nos preguntamos ahora, ¿cuánto dinero? La respuesta está ya anticipada en el precio de la mercancía, en el exponente de su magnitud de valor. Dejamos a un lado cualesquiera errores de cálculo puramente subjetivos que haya cometido el poseedor de mercancías, los cuales se corrigen de inmediato, objetivamente, en el mercado. El poseedor tiene que haber empleado en el producto nada más que el tiempo medio de trabajo socialmente necesario. El precio de la mercancía, pues, es sólo la denominación dineraria de la cantidad de trabajo social objetivado en ella. Pero sin la autorización de nuestro tejedor y a sus espaldas, las condiciones de producción tradicionales de la actividad textil entran en efervescencia. Lo que ayer era, sin duda alguna, el tiempo de trabajo socialmente necesario para la producción de una vara de lienzo, deja hoy de serlo, como lo comprueba con toda diligencia el poseedor del dinero, al ver los precios fijados por diversos competidores de nuestro amigo. Para infortunio de éste, existen muchos tejedores en el mundo. Supongamos, por último, que cada pieza de lienzo disponible en el mercado sólo contiene tiempo de trabajo socialmente necesario. Puede ocurrir, sin embargo, que la suma total de esas piezas contenga tiempo de trabajo gastado de manera superflua. Si el estómago del mercado no puede absorber la cantidad total de lienzo al precio normal de dos chelines por vara, ello demuestra que se consumió, bajo la forma de la fabricación de lienzo, una parte excesivamente grande del tiempo social en su conjunto. El resultado es el mismo que si cada uno de los tejedores hubiera empleado en su producto individual más tiempo de trabajo que el socialmente necesario. Aquí se aplica lo de que pagan justos por pecadores. Todo el lienzo puesto en el mercado cuenta como un artículo único; cada pieza, sólo como una parte alícuota. Y, en realidad, el valor de cada vara individual de lienzo no es más que la concreción material de la misma cantidad, socialmente determinada, de trabajo humano homogéneo". (Marx 1975a:130¬131) Los productos se intercambian por su valor social. La diferencia entre valor individual y valor social permite la obtención de una ganancia extraordinaria al capitalista. Mientras exista la sociedad de productores privados independientes, estos tienen que asistir al proceso de circulación para "socializar" su producción, y es aquí donde el valor individual se socializa. Es aquí también donde el productor individual puede ganar o perder, o recibir lo que ha invertido (con su plusvalía, evidentemente). Esta tendencia, necesaria por lo demás, es lo que explica que el capitalismo busque incesantemente desarrollar las fuerzas productivas y que las desarrolle como ningún régimen anterior lo había hecho, en la medida en que cada capitalista desea disminuir el valor individual de sus productos, y apropiarse, a través del intercambio, del valor obtenido por otros capitalistas. Y sin embargo no se da intercambio desigual, esto es, se da una transferencia de valor de los capitalistas que producen empleando más tiempo de trabajo que el necesario a favor de aquellos que producen empleando menos. Pero esto va implícito en el intercambio de mercancías, sea de industria a industria, sea dentro de una industria, sea entre países. No es además fenómeno exclusivo de los países subdesarrollados. ¿De qué manera es posible hacer que aumente la tasa de ganancia de la producción capitalista? Existen dos posibilidades, una es aumentando la tasa y con ello la masa de plusvalía, y la otra es disminuyendo el valor de los elementos del denominador del cociente de la tasa de ganancia. Ahora bien, ¿cómo se puede aumentar la plusvalía?, pues aumentando la explotación, el tiempo de trabajo excedente sobre el necesario. ¿Cómo se puede disminuir el capital invertido (c+v)?, abaratando materias primas, disminuyendo el valor de la fuerza de trabajo, etc. Ahora bien, ¿a través del comercio exterior se puede influir en alguno de estos movimientos? Pensamos que sí, que el comercio puede incrementar la tasa de ganancia, y que esto puede hacerse desde el horizonte del intercambio igual en el mercado internacional. "Cuando el comercio exterior abarata los elementos del capital constante o los medios de subsistencia de primera necesidad en que se invierte el capital variable, contribuye a hacer que aumente la cuota de ganancia, al elevar la cuota de plusvalía y reducir el valor del capital constante." (Marx 1894: 236) Y esto lo logra al ampliar la escala de la producción, y porque en el mercado internacional, al competir con países menos eficientes los más avanzados pueden vender sus mercancías por arriba de su valor y al mismo tiempo más baratas. El comercio internacional es visto por Marx corno una de las formas que el capital tiene para contrarrestar, que no anular, la caída tendencial de la tasa de ganancia. El comercio exterior permite a los capitales desahogar posibles saturaciones a nivel nacional, etc., etc. "Otro problema --que cae realmente, por su especialidad, fuera de los ámbitos de nuestra investigación-- es éste: ¿contribuye a la elevación de la cuota general de ganancia la cuota de ganancia más elevada que obtiene el capital invertido en el comercio exterior, y principalmente en el comercio colonial?" (Marx 1894:237) Es cierto que en el tema del comercio exterior Marx tiene como referentes constantes los conceptos de los clásicos (A. Smith y D. Ricardo), y que en muchos aspectos no se pronunció de manera directa y explícita sobre su validez o no validez, sin embargo éstos muy bien podían ser reformulados en el proceso de elaboración teórica de Marx hasta llevarlos a formar parte de su concepción. Al respecto dice Palloix: "Los análisis hechos por Marx acerca de la naturaleza de los intercambios internacionales se inscriben en un cuadro muy próximo al de los autores clásicos: el de la baja tendencial de la tasa de ganancia, sirviendo de base a todo el proceso de acumulación de capital". (Palloix 1971:256) Pero Marx señala que mientras los economistas se preocupaban por explicar por qué baja la tasa de ganancia, la dificultad era la inversa: explicar por qué es que no cae más de prisa, esto es por qué es que se da sólo como tendencia. y aquí introduce el estudio de las contra tendencias y del comercio exterior como una de ellas.4 En este proceso de constante búsqueda de aumento de las ganancias, las capacidades productivas de la sociedad aumentan de una forma considerable, pero lo que aumenta aún más, diríamos que de forma exponencial, es el consumo de las materias primas para fines productivos. El proceso de desarrollo capitalista tiene como únicas palancas para aumentar las ganancias incrementar la tasa de explotación, aumentando la jornada o la intensidad del trabajo y por lo tanto el uso del capital fijo y la escala de la acumulación, o directamente logrando el abaratamiento de los componentes del capital constante por la vía de su uso continuo con objeto de sacarle más provecho y por lo tanto aumentando también la escala de la acumulación de capital. De cualquiera de las dos formas se necesitarán más materias primas para su transformación: "La prolongación de la jornada de trabajo aumenta, por consiguiente, la ganancia, aunque el sobretiempo se retribuya e incluso, hasta cierto límite, aunque se retribuya a un tipo más alto que las horas normales de trabajo. De aquí que la necesidad sin cesar creciente de aumentar el capital fijo sea, en el 4 Las otras "causas que contrarrestan la ley" son: el aumento del grado explotación del trabajo; la reducción del salario por abajo de su valor; abaratamiento de los elementos que forman el capital constante; superpoblación relativa; y, el aumento del capital acciones. Ver Marx , Capital, Vol.III, cap.XIV. de el la El sistema industrial moderno, el acicate principal que mueve a los capitalistas ambiciosos a prolongar la jornada de trabajo. "No ocurre lo mismo cuando se trata de una jornada de trabajo constante. En este caso, es necesario emplear uno de dos procedimientos. O aumentar el número de obreros, y con ellos, hasta cierto punto, la masa del capital fijo, de los edificios, de la maquinaria, etc., para poder explotar una masa mayor de trabajo (pues aquí se prescinde de los descuentos de salario o de la reducción de éste por abajo de su límite normal). O allí donde se acreciente la intensidad del trabajo o se eleve la capacidad productiva de éste, tratando de obtenerse, en general, más plusvalía relativa, aumentará en la ramas industriales que empleen materias primas la masa de la parte circulante del capital constante, ya que se elaborará una cantidad mayor de materias primas, etc., dentro de un periodo de tiempo dado; y, en segundo lugar, aumentará la cantidad de maquinaria puesta en movimiento por el mismo número de obreros, aumentando también, por tanto, esta parte del capital constante". (Marx 1894:91-92) Existen una serie de mecanismos que echa a andar el propio capital para el abaratamiento de las mercancías a pesar de que la demanda crezca de una manera exponencial a partir del aumento de la productividad, o más aún, precisamente por el vertiginoso aumento de la demanda de materias primas por parte del capital, es que se hacen necesarios una serie de mecanismos que impidan que su precio se dispare. Uno de esos mecanismos es el de la reutilización de los desperdicios, de la transformación de los detritos industriales en nuevas mercancías, etc. Sin embargo el capitalismo conoce muchos otros métodos para este fin, lo cual, dentro de los límites estrictos del ámbito del mercado, se traduce en una contratendencia al aumento del precio de las materias primas. También se puede decir que los capitalistas desplegarán determinados procesos productivos a sabiendas de que existen las materias primas en la cantidad y oportunidad en que las necesiten, y si no para eso están los estudios de factibilidad. Marx, en lugar de éste, el natural materias producto el tomo III de El Capital capítulos V y VI, analiza el las materias primas en el capital constante, y dentro de del capital circulante. Ahí señala que dentro del proceso del capitalismo al aumento de la productividad, las primas transformadas son cada vez más, y dentro del final el peso de las materias primas en términos de valor ocupa una proporción cada vez mayor. Sin embargo el precio de las materias primas cae en relación al precio de los productos manufacturados. La explicación que da Marx de este fenómeno es que lo que determina la subida o la bajada del precio de las materias primas son los ritmos que adquiere la acumulación capitalista, lo que hace que a veces se demanden más materias primas de cierta especie y a veces menos, y eso mismo hace que suba o baje su precio. Además, el capitalismo se las ingenia para sustituir ciertas materias primas que le son caras o de difícil acceso por productos sintéticos y así ser menos vulnerable a las necesidades que tiene de ellas; actualmente se conocen muchos productos que sustituyen satisfactoriamente a las materias primas originales dado el gran desarrollo que han tenido la química y las ciencias ligadas a ella. Abaratamiento de los medios productivos es la divisa del capitalismo, y no sólo se abarata la materia prima, también se abaratan las máquinas, ya sea por su perfeccionamiento o por los nuevos materiales empleados en su fabricación. y esta es una tendencia general que abarca todos los elementos del capital constante. Lo que sucede es que las máquinas, a diferencia de las materias primas, tienen una sofisticación que las hace infinitamente más valiosas en términos de sus equivalentes, a pesar de que se abaraten las anteriormente utilizadas, que se vuelvan obsoletas. Marx dice que inclusive ciertas máquinas no han completado el periodo de su rendimiento después del cual se puede hablar de desgaste moral y ya esas máquinas valen menos. Con respecto a las materias primas éstas son desplazadas por productos sintéticos, reutilización de desperdicios, etc., y también se da una desvalorización de las tradicionales. El problema de las materias primas es que no existe un grado de sofisticación en su elaboración que las haga receptáculo de mucho valor por cada unidad material, en cambio en el caso de los productos manufacturados es más que evidente el valor agregado que se puede incorporar a este tipo de mercancías. Es claro que un aumento de las fuerzas productivas abarata cada unidad de producto, si bien aumenta la masa de valor corno resultado del aumento de la masa de productos producidos, esto es, las mercancías en lo individual valen menos pero como masa valen más: "Todo lo que reduce el desgaste de la maquinaria y del capital fijo en general durante un determinado periodo de producción no sólo abarata cada mercancía, ya que ésta reproduce en su precio la parte alícuota del desgaste que a ella corresponde, sino además reduce la inversión alícuota de capital para ese periodo. Los trabajos de reparación y otros gastos semejantes figuran en los cálculos, en la medida en que son necesarios, entre los gastos originales de la maquinaria. Su disminución como consecuencia de la mayor duración de la maquinaria reduce proporcionalmente su precio." (Marx 1894:94) La acumulación de capital es el elemento clave para entender las tendencias que en términos de valor se desarrollan en las materias primas, el capital fijo, el capital variable, etc. Son las propias exigencias de la acumulación de capital las que determinan que el capitalista busque incesantemente la forma de abaratar y economizar el empleo de los elementos que intervienen en el proceso productivo. "De la calidad de la materia prima depende, en parte, la cuota de ganancia. Un buen material arroja menos desperdicios y esto hace que se necesite una masa menor de materias primas para absorber la misma cantidad de trabajo. Además, una buena materia prima ofrece menos resistencia a la máquina con que se trabaja. y esto repercute en parte incluso en la plusvalía y en la cuota de plusvalía. Con una materia prima de mala calidad, el obrero necesita más tiempo para elaborar la misma cantidad; y a igualdad de salario esto se traduce en una reducción del trabajo sobrante. Esto influye además, muy considerablemente en la reproducción y acumulación del capital, las cuales, [ ... ] dependen más aún de la productividad que de la masa de trabajo empleado". (Marx 1894:96) La clave de todo el asunto está en la afirmación de Marx de que el valor de las mercancías está determinado por el tiempo de trabajo socialmente necesario para su producción y no por el tiempo de trabajo que ellas encierran. Esto quiere decir poco más o menos que una cierta mercancía pudo haber costado cierta cantidad de trabajo, digamos 10 horas, de un obrero, y su valor es 2x, sin embargo la sociedad descubre la forma de producir esa misma mercancía con unos medios de producción más desarrollados, y ahora el mismo obrero la produce en 5 horas. Pues aunque la primera producción no haya sufrido ningún tipo de desgaste, el valor de la misma disminuye porque antes costaba 10 hora3 y ahora la media social emplea 5 horas en su producción por lo tanto vale tan sólo x. Y esto ocurre tanto con las materias primas como con los productos manufacturados, lo que sucede es que las materias primas normalmente encuentran más dificultades en aumentar de la misma forma lo que en teoría ortodoxa se denomina "valor agregado": "Si el valor de las mercancías se determina por el tiempo de trabajo necesario contenido en ellas y no por el tiempo de trabajo que en ellas se encierra, sea necesario o no, es el capital el que realiza esta determinación y el que, al mismo tiempo, acorta el tiempo de trabajo socialmente necesario para la producción de una mercancía. De este modo se reduce a su mínimo el precio de la mercancía, reduciéndose al mínimo todas y cada una de las partes del trabajo necesario para su producción." (Marx 1894:100) La economía en el empleo del capital constante no contradice el aumento de su masa y de la suma de su valor conforme aumenta la acumulación de capital, sino que es parte de este proceso. Los ahorros en capital constante aumentan con la concentración de capital, que es producto de la acumulación capitalista. "Cuando se habla de la economía en el empleo del capital constante, hay que distinguir. Si aumenta la masa y con ella la suma de valor del capital empleado, esto sólo representa por el momento la concentración de mayor capital en una sola mano. Pero es precisamente esta masa mayor, empleada por una sola mano a la que casi siempre corresponde, además, una masa absolutamente mayor, aunque relativamente más pequeña, de trabajo empleado- la que permite esta economía de capital constante. Si nos fijamos en el capitalista individual, vemos que aumenta, principalmente con respecto al capital fijo, el volumen de la inversión necesaria del capital; pero con referencia a la masa de la materia elaborada y del trabajo explotado disminuye en términos relativos". (Ibíd.) Como hemos visto, la argumentación de Emmanuel gira alrededor de que las diferencias salariales producen modificaciones apreciables en los precios vía la obtención de las ganancias, estos es, que al aumentarse los salarios en los países desarrollados, y para mantener constantes e aumentar las ganancias, es necesario aumentar los precios de los productos. Ya lo dijo Palloix, este es un desliz ricardiano de Emmanuel. En realidad cualquier reducción del capital constante, sea por economías sea por disminución de precios, aumenta la cuota y la masa de plusvalía, y por tanto la tasa de ganancia, aunque los salarios se mantengan iguales.5 Las materias primas no sólo son el objeto de transformación del proceso productivo y auxiliares en éste, sino que, y esto es fundamental para explicar las variaciones de la cuota de ganancia, también entran - en la propia sustancialidad de las herramientas y la maquinaria, y por lo tanto en su precio: en su propio precio se halla, por tanto, afectado por las fluctuaciones de precios de las materia-s primas que entran en su construcción. En la proporción en que su precio aumenta, bien por las oscilaciones de los precios de las materias primas que entran en su construcción, bien por las de los precios de las materias primas auxiliares empleadas en su funcionamiento, disminuye la cuota de ganancia. Y a la inversa". (Marx 1894:116-117) Las fluctuaciones de los precios de las materias primas afectan el movimiento de la cuota de ganancia, esto ya se dijo. Ahora se verá con más claridad cómo interesa a los capitalistas abaratar las materias primas para mantener a un nivel más alto la tasa de ganancia, y cómo contribuye a ello el comercio exterior. Y cómo en este movimiento se puede prescindir del de los salarios. El abaratamiento de las materias primas por parte del capitalista se logra por entero a través de los mecanismos del mercado, es decir, sobre la base de la ley del valor y no por su transgresión. De acuerdo con Marx: "Siendo la cuota de ganancia ple~/c+v, es evidente que todo lo que determine un cambio en cuanto a la magnitud de c, y por tanto de C, se traduce también en un cambio en la cuota de ganancia, aún cuando permanezcan invariables los factores p y v y la relación existente entre ellos. Las materias primas constituyen una parte fundamental del capital constante. En las ramas industriales en las que no figuran materias primas en sentido estricto figuran, sin embargo, materias auxiliares o intervienen aquéllas como parte integrante de las máquinas, etc., y las fluctuaciones de sus precios afectan proporcionalmente a la cuota de ganancia. Si el precio de las materias primas disminuye en una suma=d, [la] fórmula pie o p/c+v se convierte en p/C-d o en p/(c-d)+v. 5 Ciertamente los salarios están en el denominador de la tasa de plusvalía (p/c+v) como capital variable, pero su nivel más alto en los países capitalistas, que es el caso de Emmanuel, significa una tasa de plusvalía mayor y por lo tanto no reducen la tasa de ganancia. Aumentará, por tanto, la cuota de ganancia. Y a la inversa. [ ... ] De aquí se desprende, entre otras cosas, cuán importante es para los países industriales la baratura de las materias primas, aun cuando las fluctuaciones de su precio no vayan, ni mucho menos, acompañadas por cambios en la órbita de venta del producto, es decir, prescindiendo en absoluto de la relación entre oferta y demanda". (Marx 1894:117) Esta relación, veremos más adelante, acentúa los efectos señalados. El comercio internacional tiene una influencia determinante en el comportamiento de la cuota de ganancia a través del papel que juegan las materias primas en el proceso de producción. De hecho el mundo se especializa en dos grandes áreas dentro de la división internacional del trabajo; una de esas áreas se concentra en la producción de materias primas, mientras que la otra parte es preferentemente productora de manufacturas. Evidentemente el movimiento de la cuota de ganancia tiene como uno de sus sustentos la existencia de esta división del trabajo, y más en concreto la cuota de ganancia puede aumentar gracias a que a través de los mecanismos del mercado se pueden abaratar las materias primas; cuando esos mecanismos son impotentes ante el aumento de los precios de las materias primas, la tasa de ganancia se va a la baja: "Y se desprende asimismo que el comercio exterior influye en la cuota de ganancia, aún prescindiendo de toda la influencia que pueda ejercer en los salarios mediante el abaratamiento de los medios de subsistencia de primera necesidad. Afecta, en efecto, a los precios de las materias primas o auxiliares necesarias para la industria o para la agricultura. Y si hasta ahora, por una parte, los economistas, que destacan la importante influencia indicada por la experiencia práctica, de los precios de la materia prima sobre la cuota de ganancia, explican esto de un modo completamente falso teóricamente (Torrens) y, por otra parte, los economistas como Ricardo que se atienen a los principios generales desconocen, por ejemplo, la influencia que el comercio mundial ejerce sobre la cuota de ganancia, ello se debe a la comprensión absolutamente defectuosa que se tiene de la cuota de ganancia y de su diferencia específica con respecto a la cuota de plusvalía". (Marx 1894:117118) En el artículo sobre el librecambio,6 Marx deja muy claro que para los industriales era fundamental que se aboliesen 6C. Marx, "Discurso sobre el problema del librecambio" (1848). las barreras arancelarias para que la industria pudiera servirse de los recursos que liberaba la agricultura, y esta medida no sólo sirvió para que Inglaterra se concentrara en la actividad industrial, también sirvió para que los precios de las materias primas de importación cayeran y fuera posible abaratar uno de los componentes fundamentales de todo proceso productivo. (Es necesario hacer la observación de que casi doscientos años después Inglaterra <Tatcher> procura llevar a la práctica otra especialización, esta vez la de las finanzas sacrificando la industria -como antes sacrificó la agricultura-, sin embargo los alemanes fueros más astutos porque sin renunciar a la industria fueron capaces de erigirse en el principal centro financiero de Europa). Hay muchas razones por las que el precio de las materias primas es fundamental para la producción, y que lo hacen más importante que el precio de cualquier otro componente de las mercancías. Marx señala cada una de ellas. En primer lugar tenemos la forma en que se incorpora su valor al producto: "El valor de las materias primas y auxiliares pasa en bloque y de una vez al valor del producto en que se emplean, mientras que el valor de los elementos que forman el capital fijo sólo pasa a medida que se va desgastando, es decir, paulatinamente. De donde se sigue que el precio del 'producto resulta afectado en mucho mayor grado por el precio de las materias primas que por el capital fijo, aunque la cuota de ganancia se determina por la suma total de valor del capital invertido, cualquiera que sea la parte mayor o menor que se consuma o quede sin consumir. Es evidente, sin embargo -si bien esto sólo lo señalamos de pasada, puesto que aquí partimos todavía del supuesto de que las mercancías se venden por su valor y de que, por tanto, aquí no nos interesan aún para nada las fluctuaciones de precios determinadas por la concurrencia,¬ que la ampliación o restricción del mercado depende del precio de cada mercancía y se halla en razón inversa al alza o la baja de este precio. En la realidad nos encontramos, pues, con que, al subir el precio de las materias primas, el precio de los artículos fabricados no sube en la misma proporción que aquél, y lo mismo cuando el precio de las materias primas baja. Por eso, en un caso, la cuota de ganancia baja más y en otro caso sube más de lo que ocurriría si las mercancías se vendiesen por su valor". Marx (1894:118-119) Si al subir el precio de las materias primas el precio del producto sube en mayor proporción y se toma en cuenta su efecto en el mercado, este va a llevar a una contracción de la demanda de ese producto (o pérdida de cuota de mercado para un capitalista individual), lo que va a incidir en la cuota de ganancia. (Y exactamente lo inverso se produce si baja el precio de las materias primas). Por lo tanto la cuota de ganancia se va a ver doblemente afectada porque al variar el valor de c (capital constante) varían la cuota de plusvalía y la de ganancia, y al ser más caros (o más baratos) los productos baja (sube) su demanda y el precio de mercado se desvía del precio de producción. Entendemos que es a esto a lo que Marx se refiere al decir que en este comentario levanta el supuesto de que las mercancías se venden por su valor. Nos parece claro que el valor al que se refiere Marx no es al de su última expresión, por decirlo de alguna manera, sino el valor individual, que posteriormente en su socialización sufrirá distintas transformaciones como precio directo, precio de producción y precio de mercado (o de venta). Pero no es difícil comprender que este pasaje de Marx llevara a equívocos como los cometidos por la teoría del intercambio desigual. Siguiendo a Diego Guerrero podríamos decir que la consideración de la oferta y la demanda constituiría el tercer paso en la socialización del valor: "El valor es el trabajo socialmente necesario, y lo que significa ese <socialmente> en este contexto requiere una explicación en dos pasos. En primer lugar, en cada rama de la producción se produce una primera <socialización> (competencia intrasectorial) que supone una primera desviación entre los valores individuales y sociales en cada rama. En segundo lugar, se produce una segunda socialización en la interrelación entre las diversas ramas productivas (competencia intersectorial): el cálculo del trabajo socialmente necesario ha de tener en cuenta que el sistema se basa en el libre movimiento del capital, y que éste huirá de los sectores donde la rentabilidad de los capitales reguladores sea inferior a la media y afluirá 2 las ramas con una tasa de ganancia superior a la media. Esto significa una tendencia permanente a la igualación sectorial, pero una tendencia que se realiza en medio de la permanente desigualdad real de dichas tasas sectoriales (si no, no tendrían sentido dichos movimientos de capital), y en medio de una turbulencia de precios efectivos que se desvían de estos precios de producción (los precios que permiten unos beneficios proporcionales al capital adelantado y no proporcionales al trabajo medio sectorial) , Este segundo tipo de desviación no supone una negación de la ley del valor, igual que el primer tipo tampoco la suponía: ambos son parte integrante de la teoría del valor los precios y la competencia de Marx". (Guerrero 1996:5) Otra de las razones de la importancia del precio de las materias primas es el aumento de la productividad. Conforme se perfecciona la producción son necesarias más materias primas y éstas pasan a formar una mayor parte en el valor de la mercancía: "Además, la masa y el valor de la maquinaria empleada aumentan a medida que se desarrolla la capacidad productiva del trabajo, pero no en la misma proporción en que aumenta ésta, es decir, en la misma proporción en que la maquinaria suministra un producto mayor. Por tanto, en las ramas industriales que necesitan materias primas, o sea, en aquellas en que el objeto sobre el que se trabaja es ya de por si producto de un trabajo anterior, la creciente capacidad productiva del trabajo se expresa precisamente en la proporción en que una cantidad mayor de materias primas absorbe una determinada cantidad de trabajo, es decir, en la masa cada vez mayor de materia prima que se convierte en producto, se transforma en mercancía, en una hora de trabajo, por ejemplo. Por consiguiente, en la proporción en que se desarrolla la capacidad productiva del trabajo, nos encontramos con que el valor de la materia prima forma una parte integrante cada vez mayor del valor productomercancía, no sólo porque se incorpora íntegramente a éste, sino porque en cada parte alícuota del producto total van reduciéndose constantemente la parte que repone el desgaste de la maquinaria y la que constituye el trabajo añadido. Y como resultado de esta curva descendente aumenta relativamente la otra parte de valor que forma la materia prima, siempre y cuando que este aumento no se vea contrarrestado por la correspondiente disminución de valor de la materia prima, derivada de la creciente productividad del trabajo empleado en su propia producción". (Marx 1894: 119) Tenemos por tanto dos tendencias. Por un lado se utiliza cada vez más materia prima en la composición del producto final, en términos de la masa total de elementos empleados en la producción, lo que se acentúa con el avance y modernización de las fuerzas productivas: cada vez tienen más capacidad productiva, más capacidad de transformar más materias primas. A su vez el propio desarrollo del proceso productivo tiene la capacidad de abaratar la producción de las materias primas y por lo tanto esto se manifiesta como una tendencia a la disminución de su valor. Otra de las causas es la importancia de la reposición constante de su valor para la reproducción del capital. El proceso de acumulación se puede ver interrumpido en virtud de un aumento del precio de las materias primas, y esto se puede ver con toda claridad en el caso de los shock petroleros, cuando el aumento del precio del barril de crudo significó serias dificultades para las economías industrializadas: "Además, como las materias primas y auxiliares son, exactamente lo mismo que el salario, parte integrante del capital circulante, razón por la cual deben reponerse constantemente en su integridad con los resultados de la venta del producto en cada caso, mientras que tratándose de la maquinaria sólo hay que reponer el desgaste, y, además, por el momento, en forma de un fondo de reserva -sin que sea, en realidad, esencial saber si cada venta contribuye con su parte a este fondo de reserva, siempre y cuando contribuya a él con su parte anual la venta total realizada durante el año-, volvemos a ver aquí cómo un alza en el precio de las materias primas puede cortar o entorpecer el proceso de reproducción, si el precio obtenido por la venta de las mercancías no basta para reponer todos los elementos de éstas o si resulta imposible proseguir el proceso sobre una fase adecuada a su base técnica, de tal modo que sólo se emplee una parte de la maquinaria o que la maquinaria en su conjunto no pueda trabajar todo el tiempo acostumbrado." (Marx 1894:119-120) Hemos visto que el mismo aumento de la productividad general conduce a la disminución del precio de las materias primas, pero el proceso de acumulación y sobre todo los periodos de acumulación acelerada lleva a una su producción de materias primas que puede desencadenar un aumento de precios. Debido a que la oferta de algunas de ellas es inelástica o poco elástica, ante cambios significativos en la demanda no se puede responder aumentando la producción en la misma magnitud, y por tanto se tienen que encontrar formas de impedir que aumente su precio, buscando constantemente sustitutos, sustituyendo su importación (producción en el país industrializado), incorporando nuevas regiones (lejanas) o inclusive con "reservas estratégicas", todo lo cual lo único que hará será poner la oferta al nivel de la demanda y en algunos casos provocar una sobreoferta que haga caer los precios. Todo dependerá de los ritmos y necesidades de la acumulación del capital: si resulta más rentable encontrar nuevas fuentes de suministro, explotar nuevas regiones, sustituir lo natural por lo sintético, etc., pues a ello se avocarán los capitales. El objetivo será siempre el mismo: aumentar la tasa de ganancia, o contrarrestar su caída. El problema entonces no es que las materias primas se intercambien en forma desigual, sino que las necesidades de la concurrencia conducen a la disminución de su precio: "es lógico que las materias vegetales y animales, cuyo desarrollo y producción se hayan sujetos a determinadas leyes orgánicas, sujetas a ciertos plazos naturales, no puedan incrementarse súbitamente en la misma medida en que puede hacerse, por ejemplo, con las máquinas y con otro capital fijo, con el carbón, el mineral de hierro, etc., cuyo incremento, dando por supuestas las demás condiciones naturales, puede llevarse a cabo en el período más corto tiempo, siempre que se trate de un país industrialmente desarrollado. Es posible, por tanto, y allí donde la producción capitalista se halle desarrollada es, además, inevitable, que la producción y el incremento de la parte del capital constante formada por capital fijo, maquinaria, etc., le lleven una ventaja considerable a la parte del capital constante formada por materias primas orgánicas, de tal modo que la demanda de esas materias crezca con más rapidez que su oferta, haciendo por tanto que aumente su precio. Este aumento de precio hace, en efecto, 1° que estas materias primas se traigan desde mayores distancias, puesto que el mayor precio cubrirá los gastos más elevados de transporte; 2° que aumente la producción de estas materias primas, circunstancia que, lógicamente, aunque tal vez al cabo de un año, hará que aumente realmente la masa de productos, y 3° que se empleen diversos sustitutivos que antes no se empleaban y se economice más que antes con los desperdicios. Cuando el alza de los precios comienza a repercutir muy visiblemente sobre la extensión de la producción y de la oferta es que ya se ha producido, en la mayoría de los casos, el momento decisivo en el que, a consecuencia del alza, mantenida durante largo tiempo, de las materias primas y de todas las mercancías de que forman parte, disminuye la demanda y se acusa, por tanto, una reacción en el precio de las materias primas." (Marx 1894:128) Volviendo a la tesis de Ricardo según la cual ningún país puede obtener del comercio exterior más valor del que él mismo intercambia, y que no se pueden crear valores nuevos a partir de éste, nos ha quedado claro que Marx plantea que en el intercambio lo que se rescata es el precio de producción (con base en el TTSN), y que el plus que contienen las mercancías de acuerdo con las condiciones en que fueron producidas se puede perder o se puede ganar según sean las circunstancias. Esto es lo que sucede cuando el valor individual de la mercancía entra en el circuito de la circulación y se coteja con el de las demás mercancías y se forma un valor social. El hecho de que Marx no haya criticado explícitamente la teoría ricardiana de la especialización en el comercio internacional en consonancia con las ventajas comparativas, y las dificultades de interpretación de muchos pasajes sobre Ricardo, condujo a que los teóricos marxistas, apoyándose exclusivamente en la autoridad de Marx, no se pararon a pensar en lo cierto o equivocado de muchos planteamientos. Algunas pruebas de este extravío fueron los teóricos del CAME (Consejo de Ayuda Mutua Económica) que hicieron suyo el planteamiento de las ventajas comparativas para establecer la división del trabajo en el campo socialista. Otro seguidor incondicional de Marx fue Ernmanuel, sólo que Ernmanuel, por decirlo de alguna manera, hizo una mala lectura del planteamiento de Marx sobre la transferencia de valor y asumió en realidad las tesis ricardianas. Aquí más que en ninguna otra parte es cierto aquello que planteaba Lukacs en el sentido de que la esencia del marxismo, la ortodoxia del marxismo, sólo se podía decir que era su método, esto es, que sólo la dialéctica marxista era la única cuestión inamovible del marxismo. Y si es así, es equivocado hacer de ciertas categorías históricas nociones perpetuas, como tanto gustó al "marxismo" hacer de categorías como modo de producción, o intercambio desigual. Aquí vale lo que decía Lenin de que el marxismo era un método para la acción y que para comprender la realidad era necesario el análisis concreto de la realidad concreta. Un ejemplo de lo que hemos dicho es el siguiente párrafo sobre las ventajas comparativas en los Grundrisse: "La diferencia, [ ... ] entre un país solo y muchos países se explica fácilmente si consideramos la dificultad con que el capital se desplaza de un país al otro, para buscar allí una ocupación más lucrativa, y por otra parte el dinamismo con que invariablemente pasa de una provincia a otra en el mismo país. De esto se desprende que un país con grandes ventajas en maquinaria y destreza, y por tanto en situación de producir manufacturas con mucho menos trabajo que los países vecinos, puede importar, a cambio de tales mercancías, una parte del trigo requerido para su consume incluso si sus tierras fueran más fértiles y en él se pudiera producir el trigo más barato que en el país exportador. Dos personas pueden hacer zapatos y sombreros, pero uno es superior en los dos ramos; sin embargo, en la elaboración de sombreros aquél puede sobrepujar a su competidor en un 20%, en la elaboración de zapatos en un 33%: ¿no es en interés de ambos, entonces, que el superior se ocupe de la elaboración de zapatos y el inferior de la (de) sombreros?" (Marx 1953:57) El comercio exterior es un arma en manos de las economías más poderosas, a través de él un país desarrollado puede domeñar a uno subdesarrollado. El libre comercio conduce al dominio del más fuerte sobre el más débil, sin que para ello sea necesaria la presencia de los monopolios, pero un tratado comercial entre países de distinto desarrollo, sobre la base de un principio librecambista, puede ser todavía más "efectivo" a este propósito (o dañino, desde el punto de vista del país atrasado). A través de un tratado comercial, un país puede imponer a otro el dejarle vía libre para introducir a su mercado sus productos en exclusiva al mismo tiempo que impedir que terceros países abastezcan al país subdesarrollado, esto no significa otra cosa que la exclusividad (derecho de pernada ha dicho alguien), el monopolio del comercio, que un país desarrollado ejerce en perjuicio de uno subdesarrollado. y qué mejor ejemplo de estos efectos (y premisas) desiguales, bajo la aparente igualdad de las condiciones pactadas (trato igual a desiguales), que el caso del Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos y México (y Canadá), a través del cual Estados Unidos se asegura la introducción libre de sus productos al mercado mexicano, sin que esto, en contraparte, beneficie gran cosa a México, porque este país no tiene la capacidad de ingresar el mismo número de mercancías a los Estados Unidos, ni de competir con sus empresas. Eso por una parte. Por otra está la aplicación de criterios generales en situaciones desiguales en cuanto a la jurisdicción de las leyes dentro de cada país, esto es, que en el caso México se trata de leyes nacionales mientras que en la economía estadounidense cada estado tiene sus leyes particulares y decide hasta dónde aceptar o no los preceptos de la ley de asociación comercial que es el TLC. También está el problema de la permanente desigualdad comercial entre una economía desarrollada y otra subdesarrollada, desigualdad que se traduce en balances comerciales permanentemente deficitarios para la primera y superavitarios para la segunda, algo que ya demostró Shaikh, y que como veremos más adelante, se saldan con movimientos de capitales hacia la economía subdesarrollada. Marx anotaba en los Grundrisse: "Las restricciones a una colonia pueden otorgar una ventaja especial a la metrópoli. Que la pérdida sufrida a causa de una distribución desventajosa del trabajo entre dos países puede ser beneficiosa a uno mientras que el otro padece por ella, lo admite el propio Adam Smith. Pero esto demuestra que una medida que puede ser muy perjudicial para una colonia, puede ser parcialmente provechosa para la metrópoli. El mismo Adam Smith dice, hablando de los tratados comerciales que obligan a una nación a permitir la entrada de ciertas mercancías procedentes de un país, entrada que prohíbe a otras naciones, o a eximir de impuestos a las mercancías de un país, impuestos a los que están sujetas todas las demás: <Los fabricantes y comerciantes de una nación así favorecida ganan ... Disfrutan, en -el país ligado por el convenio, de una especie de monopolio. Este país se convierte en un mercado, más amplio y al mismo tiempo más lucrativo, para sus mercancías; más amplio, porque las mercancías de otras naciones están excluidas, o sujetas a pesados gravámenes, esto quita de en medio una cantidad mayor de ellas; más ventajoso, porque disfrutan de una especie de monopolio, y sus mercancías, a menudo, se pueden vender más caro que si estuvieran expuestas a la libre competencia de las otras naciones.> Por tanto, si uno de esos países es colonia y el otro metrópoli, este último puede ser beneficiado por la opresión del primero. Sin duda, esto se vería obstaculizado de una parte por la competencia entre los comerciantes de la metrópoli misma (si el comercio no estuviera monopolizado en las manos de una compañía) ... Pero incluso en este caso la colonia, cuando más, puede comprar la mercancía al precio natural de l~ metrópoli, mientras que, siendo libre el comercio, quizás pudiera comprarla al precio natural, mucho más bajo, de otros países", (Marx 1953:59) Ricardo se decantaba, sabemos, a favor del libre comercio, mientras Marx insiste en que no hay ni a quién irle, ni al libre cambio ni al proteccionismo. y los tratados de libre comercio en realidad combinan ambos. Lo sorprendente es que se sigan repitiendo situaciones como la de México en relación a EUA, con el consenso explícito o implícito de todos (con algunas excepciones); que se adopten un conjunto de leyes y restricciones que a lo único que conducen es a que el país menos desarrollado se vea estrangulado a través de un comercio desigual, estrangulamiento que le llevará a sucesivas crisis que le mantendrán en una permanente debacle al experimentar la salida de cuantiosísimos recursos, fenómeno que, cierto, se daría con o sin trata de (si todas las demás condiciones se mantuvieran iguales),pero que sin duda se ve favorecido e intensificado por los preceptos que establece un acuerdo comercial muy disparejo. Pero en vez de abundar aquí sobre este tema, que dejaremos para más adelante, pasamos a un aspecto final de la polémica del intercambio desigual. La variación de los salarios afecta a la plusvalía pero no a la cuota de ganancia. La baja de la cuota de ganancia se da por la reducción del trabajo vivo frente al trabajo muerto, pero esta tendencia lleva aparejada otra, que es la del aumento de la tasa de plusvalía, y esto se da incluso con aumento de salarios. De acuerdo con la fórmula de la tasa de ganancia g' =p/ c+v, g' se ve afectada por los factores c+v. Un aumento de v (v=trabajo retribuido o trabajo necesario) afecta (disminuye)la tasa de plusvalía que es p/v, pero si este aumento va acompañado por un aumento de la productividad, que normalmente suele ser mayor que el eventual aumento de v, entonces aumenta p (p=trabajo excedente o trabajo impago), y la cuota de plusvalía se mantiene o aumenta. Entonces la tasa de ganancia quedará determinada solamente por lo que suceda con el capital constante, que, sabemos, tiende a aumentar en relación al capital variable con el desarrollo capitalista, y ocasiona la baja de la tasa de ganancia. Pero, las mismas causas que provocan la caída de g' provocan el aumento de p/v. la tendencia a la caída de la tasa de ganancia lleva aparejada la tendencia al aumento de la tasa de plusvalía: "Aunque disminuya la cantidad total de trabajo vivo adicional contenido en ella, aumenta la parte no retribuida en proporción a la pagada, al disminuir en términos absolutos o proporcionalmente a la parte retribuida, pues el mismo régimen de producción que disminuye la masa total del trabajo vivo adicional contenido en una mercancía va acompañado por el aumento de la plusvalía absoluta y relativa. La tendencia a la baja de la cuota de ganancia lleva aparejada la tendencia al alza de la cuota de plusvalía, es decir, del grado de explotación del trabajo. No hay, pues, nada más necio que pretender explicar la baja de la cuota de ganancia por el alza de la cuota del salario, aun cuando excepcionalmente puedan darse casos de éstos." (Marx 1894:239) Si esto es así es equivocada la formulación que hace Emmanuel en el sentido de que las variaciones de los salarios afectan las ganancias. Hace esta formulación porque le interesa introducir el problema de las diferencias salariales en la determinación de ganancias diferenciadas y, por lo tanto, el que salarios diferentes a nivel internacional producen ganancias diferentes, es decir, que países que pagan salarios altos están afectando sus propias ganancias a no ser por un mecanismo que les permita resarcirse a costa de otros, que serían los países que pagan bajos salarios, es decir succionando porciones de valor creado por otros, y ahí es donde entra el intercambio desigual. 2. SHAIKH y LA CRITICA A LA TEORIA DEL INTERCAMBIO DESIGUAL7 Comienza Shaikh su capítulo sobre el comercio internacional señalando que la "ley de los costes comparativos" ha dominado el análisis de esta materia desde David Ricardo hasta Samuelson. (p.156) En cada país alguna mercancía se producirá relativamente más barato que en los otros. Este argumento central del principio de las ventajas comparativas descansa en el hecho de que todo país tiene necesariamente que ser más eficiente en algo en relación a los demás productos que produce. Puede ser que sea más (menos) eficiente en todas sus producciones y que produzca más barato (caro) en todo que los demás países, pero debe existir una producción que dentro del propio país es más eficiente que los demás en términos de todo lo que produce. Dada esta situación el país en cuestión debe especializarse en esa producción dejando las otras a los países que a su vez sean relativamente más eficientes en ellas. De aquí resulta que si un país tiene costes comparativos menores en varias ramas tendrá ventajas en ellas en el comercio internacional, y como cada país goza de esta condición siempre tendrá una ventaja comparativa, por lo tanto se beneficia con el libre comercio. Esto independientemente de los costes absolutos, independientemente por tanto del avance tecnológico de cada país. Entre países de desigual desarrollo la 7 Anwar Shaikh: Valor, Acumulación Crisis, Tercer Mundo Editores Colombia, 1990. especialización debe producirse donde la inferioridad es menor (país atrasado en términos absolutos) o donde la superioridad es mayor (país avanzado en términos absolutos): "El comercio puede ser ventajoso si el país con eficiencia inferior en todo respecto se especializa en las líneas de producción donde su inferioridad es más leve y el país con eficiencia superior en todos los bienes se especializa en las líneas con superioridad mayor. "8 Por lo tanto, "Esta proposición sostiene que, si se estuviera en las condiciones apropiadas [ ... ], cada país, sin importar lo atrasado de su tecnología, se beneficiaría del comercio." (p.156) Esta es la proposición prescriptiva de la ley, dice Shaikh, pero existe otra, que es una proposición descriptiva y que es la que explica el mecanismo por el cual se establece el orden prescrito. Esto es, si cada país debe especializarse en su producción más ventajosa y como el comercio es libre, este postulado tiene que ir complementado con otro que explique el por qué no se podría dar una superioridad comercial abrumadora en un solo sentido, es decir, que el país más eficiente(ventaja absoluta) sea el que exporte todo, sino que automáticamente se distribuyan las supuestas ventajas y el comercio se equilibre, es decir, se necesita un mecanismo que garantice que el principio de las ventajas comparativas se imponga como regulador del comercio entre países, y que reserve alguna exportación para los menos eficientes. Y aquí es donde entra en escena, como mecanismo automático, la teoría cuantitativa del dinero que reza más o menos así: cuando determinado país exporta de más, digamos Inglaterra, y otro país importa de más, digamos Portugal, se produce una transferencia de oro del segundo al primero que va a tener efectos diferenciados en cada uno, en Inglaterra, que es el país que recibe el oro, los precios tenderán a subir, mientras que en el país de donde sale, es decir Portugal, los precios tenderán a bajar. La acción simultánea de estas dos tendencias haría que en cierto momento Inglaterra 8 L.B. Yeager: International Monetary Relations: Theory, History and Policy. citado por Shaikh, op. cit., p.156. 9 Y no es que los países se pongan de acuerdo entre sí, como podría ser el caso dentro de un bloque económico, o como se organizaba la división del trabajo en el antiguo campo socialista. dejase de exportar a Portugal, porque sus productos se habrán encarecido, y Portugal empezase a ganar competitividad y alcanzar a Inglaterra en aquel producto en que tenía menor desventajar y por tanto va a exportar más a Inglaterra, porque sus productos se habrán abaratado. El déficit comercial se traduciría en disminución de precios, ganancias en competitividad y por tanto, al final, ajuste y equilibrio. El desarrollo neoclásico de esta ley, señala Shaikh, aunque deja intacto el principio básico, tiene dos características diferentes a la formulación ricardiana. Una es la de sustituir el tiempo de trabajo por el coste de oportunidad en la determinación del valor, y la otra es la de basar la especialización en la dotación nacional de factores. Los países mejor dotados con capital deben especializarse en productos intensivos en este factor (productos secundarios), y los que tienen más trabajo deben hacerlo en productos intensivos en trabajo (productos primarios). De esta manera, dice Shaikh, se llega a la conclusión de que "las diferencias que existen entre países capitalistas desarrollados y subdesarrollados son eficientes desde el punto de vista del mundo considerado en su totalidad", y Si para Ricardo el comercio libre es lo mejor el desarrollo neoclásico de su teoría postula que la desigualdad internacional es lo mejor. (p.159) El argumento de la determinación del comercio por la dotación de factores excluye además las posibles diferencias en la eficiencia absoluta, algo que no se descartaba en Ricardo. A pesar de las diferencias el resultado es el mismo: el patrón de comercio está determinado por las ventajas comparativas y no por las absolutas. (p.160) Existen evidencias históricas que muestran que en un momento de su desarrollo la India era poseedora de una industria textil más avanzada que la inglesa, y fue precisamente esta la razón por la cual Inglaterra se dio a la tarea de desmantelar esa competencia para hacer, ahora sí, que la India se especializara en la producción de algodón mientras que Inglaterra hacía lo propio con la producción textil. Si esto es cierto ¿dónde queda el principio de la especialización de acuerdo a las celebérrimas ventajas comparativas?, Y en todo caso ¿dónde queda la vocación librecambista de los ingleses? Se entiende fácilmente el esfuerzo neoclásico por mantener intacto, aunque más desarrollado, el principio de Ricardo. Las críticas de otras corrientes han versado sobre los supuestos de la ley y casi siempre sobre los supuestos de la versión neoclásica (sea con argumentos teóricos o con datos empíricos), pero todas "implícitamente (y a veces explícitamente) aceptan la ley como teóricamente válida en sus propios fundamentos", no son por tanto refutaciones s sino desarrollos o complementos de la misma ley. (p. 162) Tratan de explicar cuáles son las consecuencias de cambiar las hipótesis, o las variables que contrarrestan la ley, o su inoperancia debido a que se han modificado sus premisas, en lugar de explicar cuáles son las determinantes del comercio. Y muchos marxistas caen en esto. ¿Por qué los marxistas no han refutado la ley de los costes comparativos como patrón del comercio? Como decíamos más arriba, esto se debe en gran parte a que el propio Marx nunca se manifestó claramente en relación a esta "ley". Los marxistas casi no analizan el tema, y cuando lo hacen "el intento por parte de Ricardo para determinar los límites del intercambio internacional es reconocido solamente de manera implícita, aceptando una de sus conclusiones centrales: mientras que la ley del valor regula el intercambio dentro de una economía capitalista competitiva, no lo hace entre economías de este tipo. "¿Por qué este sorprendente silencio? Viene, en parte, del hecho de que Marx mismo nunca acepta ni refuta en forma directa el principio de los costos comparativos de Ricardo". (p.164) y Marx no lo hace porque este era asunto que abordaría en los temas que no desarrolló. Aún más, Marx mismo parece aceptar la teoría de las ventajas comparativas en los Grundrisse,10 y esto, como es natural, es un elemento que ayuda a sembrar el desconcierto, y no sólo eso, sino que el mismísimo Marx en ese mismo apartado plantea la teoría del intercambio desigual como válida, y aquí ya tenemos un problema muy severo para nuestros amigos dogmáticos porque si lo dijo Marx es que tiene 100% por 100% de fundamento para ser un 10 Supra planteamiento absolutamente veraz. Pero, como bien lo señala Shaikh: el desarrollo de la ley del valor en El Capital contiene todos los elementos necesarios para su extensión al intercambio internacional". (p. 165) Así, autores marxistas como Sweezy y Emmanuel terminan por aceptar la propuesta de Ricardo. Shaikh hace una crítica de las argumentaciones de ambos, particularmente de las de Emmanuel. El error de Sweezy, como el de muchos otros marxistas y no marxistas, es abandonar la ley de formación de los precios por la existencia del monopolio, y con ello: ~La ley del valor, como el capitalismo competitivo mismo, se desvanece en la historia". (p .166) Mientras que se acepta la ley de los costes comparativos en el caso del capitalismo competitivo. Si éste existiera la ley sería válida, o lo fue cuando aquél existió. Las desiguales condiciones de circulación de los capitales ya sea que se trate del mercado nacional o del internacional es lo que según Emmanuel determina la especialización por países, pues de otra manera los capitales con su libre movilidad acabarían con esa especialización: Emmanuel acepta la ley de Ricardo en sus propios fundamentos. Pero, argumenta, su estructura fundamental resulta del hecho de que Ricardo restringe su análisis a las situaciones en las cuales solamente fluyen mercancías entre países. El mundo moderno, por otra parte, se caracteriza por movimientos masivos de capital". (p.167) Esto es, postula que el supuesto fundamental para la operatividad de la ley de los costes comparativos es la inmovilidad del capital. Y va a intentar refutarla con el argumento de que este supuesto no se cumple, por la existencia en el libre comercio moderno tanto de flujos de mercancías como de capital. Para Emmanuel, la pregunta esencial es ¿cómo afectan los movimientos internacionales de capital la ley de Ricardo sobre el intercambio internacional, anteriormente válida? [...] Lo que Emmanuel se propone hacer, es integrar este movimiento en la ley misma". (pp.167-168). Esto es, afirma Shaikh, no abandona la ley de Ricardo, sino que trata de ver cuál es su forma apropiada en el mundo moderno, y con ello lo que hace es complementaria, no refutarla. Uno de los postulados fundamentales de la teoría del intercambio desigual es que la ley del valor no opera igual a nivel nacional que a nivel internacional, de hecho se acepta que a nivel internacional no opera (que los precios no corresponden a los valores), y esto quiere decir que se acepta la formulación esencial de las ventajas comparativas; el mismo postulado pero con movimiento de capital. Con Ricardo la ley del valor-trabajo no opera por las restricciones a la movilidad del capital. Con Ernrnanuel no opera aunque haya movilidad de capital. El planteamiento, a groso modo, es el siguiente. Hay flujo de capital entre países. Fluyen porque hay diferencias de rentabilidad. Las diferencias no son por el desarrollo tecnológico, porque la tecnología es móvil y cualquier país puede tener acceso a ella. Tiene que ser por factores no móviles o poco flexibles: disponibilidad de recursos naturales o bajo coste del trabajo asalariado. Como lo que interesa es la relación entre países desarrollados y subdesarrollados, el factor determinante son los bajos salarios. Debido a esto en los países subdesarrollados se generan tasas de ganancia muy elevadas, lo que atrae mucha inversión extranjera. Este capital extranjero acepta en esos países una tasa de ganancia menor que los nacionales, lo que hace que ésta baje y bajen los precios de los productos que producen estos países. Esto acarrea: menor crecimiento, estancamiento, desempleo y dominación extranjera. Si no fuera por esta entrada masiva de capitales, se mantendrían altas las cuotas de ganancia y al tos los precios, y los países subdesarrollados no perderían su mayor excedente. (pp.169-170) Como supone que cada país es el único que produce el producto en cuestión no tendría dificultades en venderlo. De esta manera Ernrnanuel explica cómo es que teniendo mucho valor los productos de los países subdesarrollados se cotizan a bajos precios en el mercado internacional. Es por tanto un intercambio desigual. Pero resulta que existe un intercambio desigual porque supuestamente no existen los elementos necesarios para que se de una perecuación de salarios a nivel internacional, por el contrario, elementos de carácter monopólico hacen que en una parte del mundo, en los países desarrollados, se paguen salarios muy por encima de su valor, mientras que en otra parte del mundo, en los países subdesarrollados, los salarios contienen más trabajo que el retribuido. Al intercambiarse los productos de estos dos tipos de países, los subdesarrollados estarían cambiando mercancías que valen más por mercancías que valen menos. De esta manera los marxistas sostienen que la desigualdad del desarrollo se da en lo nacional por la acción del mercado, mientras que la desigualdad internacional se da por la acción del monopolio. Estas son las conclusiones a las que se llega en virtud de sobredimensionar el papel de los monopolios, cuestión que acontece muy a menudo desde la existencia misma de la teoría del imperialismo. Sin embargo los monopolios no impiden el funcionamiento de la ley del valor a nivel internacional: "Marx deja descubierta la estructura del capitalismo sobre la base de su forma <ideal>, la de la libre competencia, precisamente porque esta forma da la expresión más clara de las leyes inmanentes del sistema. Sobre esta base deriva Marx la explotación, las crisis, la concentración y centralización y muchos otros fenómenos característicos del capitalismo. ¿No es curioso, pues, que mientras el intercambio libre e igual dentro de una nación capitalista da origen a todos estos fenómenos, no parece hacerlo cuando se lleva a cabo entre naciones capitalistas? ¿Cómo es que mientras Marx deriva la desigualdad del desarrollo en el interior de una nación capitalista sobre la base de la libre competencia, los marxistas generalmente tienen que recurrir al monopolio para explicar la desigualdad del desarrollo entre naciones capitalistas?" (p.171) El monopolio es al comercio internacional lo que el modo de producción a la historia, es el todopoderoso que lo explica todo. Lo que tendrían que demostrar es que es el libre comercio el que conduce al desarrollo desigual (haya o no haya intercambio desigual). Detrás de las teorías de Emmanuel y Samir Amín, dice Shaikh, se oculta la ley de los costes comparativos. Si consiguieran refutar la ley de Ricardo en sus propios fundamentos no necesitarían echar mano de factores adicionales como el monopolio, la inversión extranjera, el poder político, etc. (P.172) El argumento central de Shaikh es que "los fenómenos del desarrollo desigual internacional se originan directamente en el llamado libre comercio de mercancías". (p.172) El libre comercio no niega las desigualdades entre las naciones sino que las agudiza. Las ventajas absolutas no se convierten en ventajas relativas para todos. El libre comercio produce déficit permanente de un lado y superávit permanente por el otro: "el comercio libre mismo asegurará que los países capitalistas avanzados dominarán el intercambio internacional, y que los países menos desarrollados terminarán con déficit crónico y con una deuda también crónica". (p.173) El secreto de por qué el libre comercio puede ahondar las desigualdades estriba en que va a poner en relación universal, sin restricciones, los tiempos de trabajo individuales que ha costado producir cada mercancía y de esa relación va a surgir un tiempo de trabajo socialmente necesario, que va a regular la formación de los precios. y sucede que unos países producen con arreglo a la media, otros por abajo y otros por arriba. Como es natural los menos eficientes siempre estarán en desventaja transfiriendo valor a los más eficientes, luego entonces tenemos un círculo vicioso, porque las economías más atrasadas son las que más valor transfieren, y las economías desarrolladas son las que más valor reciben, ¿cuándo saldrán los más atrasados de su subdesarrollo? Bajo este esquema la respuesta es simple, ¡nunca! El capital extranjero puede convertirse en un alivio pasajero a los déficit de la balanza comercial de un país, sin embargo esta es una solución que no es duradera y que en un momento determinado se puede convertir en su opuesto, esto es, puede ser la fuente de más salidas de capital. Este recurso es entonces salvación y condena de los países subdesarrollados. Como se ha visto no existe ajuste automático por vía de la teoría cuantitativa del dinero, los déficit comerciales no bajan los precios y vuelven más competitivos a quienes los padecen, sino que más bien tienen que compensarse con entradas de capital vía deuda o inversión directa, lo cual viene a subsanar el déficit comercial pero al mismo tiempo significa más obligaciones y más salidas de capital. "La desigualdad misma del desarrollo (tal como se reproduce e intensifica por el comercio de mercancías) coloca a la inversión extranjera como salvación y al mismo tiempo como condena de los países capitalistas subdesarrollados." (p.174) Pero ni el intercambio desigual ni la inversión extranjera son la causa del subdesarrollo, sino en todo caso aspectos de éste que lo agudizan: "la causa intrínseca del desarrollo desigual internacional es el comercio libre mismo, completamente independiente de los villanos tradicionales, tales como el monopolio, la inversión extranjera, el poder político, etc." (173-174) Shaikh afirma que aunque no hubiera transferencia neta de valor de los países subdesarrollados a los desarrollados se daría el desarrollo desigual. Y que no necesariamente la hay pues, como dice Amín, la estructura de las exportaciones es dual y el resultado neto de las transacciones puede ser cero. Sin embargo lo que sí está claro es que los países atrasados son en general menos eficientes, y esto implica transferencia intersectorial, y que en general producen con composiciones orgánicas más bajas, lo que implica transferencia intersectorial. La idea de Shaikh es que aunque no existieran estas transferencias de todos modos en el comercio libre los países menos eficientes tendrán déficit comercial y perpetuarán su situación de subdesarrollo. Shaikh va a desarrollar las implicaciones internacionales de la teoría marxista del valor y del dinero para demostrar que el patrón del comercio internacional no obedece al principio de las ventajas comparativas, sino al de las absolutas. Lo primero es insistir en la vigencia de la ley del valor marxista en la formación de los precios de mercado reales, esto es, que empíricamente se ha podido comprobar la regulación de los precios del mercado por los valores trabajo, dado que es el valor trabajo el que constituye el centro de gravedad de los precios de producción y éstos configuran a su vez el centro en torno al cual giran los precios de mercado.11 "si la distribución del trabajo social es tal que las mercancías producidas corresponden a las diferentes necesidades sociales, la oferta será igual a la demanda, y el precio en dinero de una mercancía será igual a su precio regulador -a los precios directos si suponemos el cambio en proporción a los valores-: los precios de producción, a un nivel más alto de análisis. En ambos casos, las cantidades de tiempo de trabajo determinan estos precios reguladores" (p.188) En este caso el precio en dinero expresa en última instancia el valor creado en las condiciones medias. Por otro lado, va a demostrar la falacia de la teoría cuantitativa clásica y cómo, de acuerdo con la teoría del dinero de Marx, no funciona ningún mecanismo compensador de los déficit comerciales, sino que el funcionamiento de las leyes capitalistas tiende a perpetuarlos, es decir recompensa al que más tiene. De acuerdo con la teoría cuantitativa del dinero, el ajuste de precios y producciones implicaría "que a la larga, los términos internacionales del intercambio de cada país (la cantidad de importaciones que puede comprar con una unidad de sus exportaciones) serán necesariamente mejores que sus términos domésticos", proposición esgrimida para probar que cada país se beneficia del comercio. (p.183-184) Pero en realidad el proceso es muy diferente: "Gracias a su ventaja absoluta en las dos ramas, los capitalistas [ingleses] pueden vender más barato que la competencia [portuguesa]. La tela y el vino [ingleses] invaden los mercados [portugueses] y el oro [portugués] empieza a entrar a [Inglaterra]. En [Portugal] disminuye la oferta de oro mientras que en [Inglaterra] aumenta." (P.196) Pero la mayor oferta de oro no va a producir aumento de precios en Inglaterra y a desencadenar el proceso de ajuste ricardiano. Aunque puede producirlo temporalmente a través del aumento de la demanda efectiva, tarde o temprano ésta 11 El precio de mercado depende de la necesidad social expresada como demanda efectiva. Tiene que ver con el valor total producido en relación con las necesidades de ese producto, necesidades que en el capitalismo no pueden expresarse sino a través del mercado y que tienen mucho que ver con la estructura de clases. se traducirá en una expansión de la producción. Y al aumentar la producción disminuyen los precios a su nivel original y al mismo tiempo aumentan las necesidades de dinero de la circulación. La mayor cantidad de oro producto del superávit comercial se destinará entonces a cubrir las necesidades incrementadas de la circulación, a aumentar las reservas bancarias (con lo cual baja la tasa de interés que eventualmente conduce a una expansión de la producción), o producir artículos de lujo (de oro), o a ser reexportado al extranjero vía préstamos o inversiones directas. (pp.192-194) El país con superávit comercial no ha sufrido entonces ningún daño: ni aumentan sus precios, ni pierde eficiencia, ni reduce sus exportaciones. Consecuentemente, el país con déficit no sufre ningún beneficio: no disminuyen sus precios, no se vuelve más competitivo, no aumentan sus exportaciones. De acuerdo con Marx, "el primer efecto de una salida de oro [ ... ] será disminuir la oferta de capitaldinero prestable. Por otra parte, a medida que la producción [ ... ] sucumbe ante la competencia extranjera, la demanda de capitaldinero también disminuirá. Sin embargo, cuando estos sectores hayan llegado a su tamaño mínimo [ ... ], la fuga continua de oro tenderá a elevar la tasa de interés; a medida que todo ello reduce la inversión, baja la producción de otras mercancías. [ ... ] por lo tanto, el drenaje de lingotes conducirá a una disminución de las reservas bancarias, a frenar la producción y a una tasa de interés más alta." (p.197) El resultado de todo esto es, continúa Shaikh, que la desventaja absoluta (menor eficiencia) "se manifestará en un déficit comercial crónico compensado por la salida persistente de oro", y la ventaja absoluta (mayor eficiencia) "se manifestará en un superávit comercial crónico, compensado por una acumulación continua de oro." Pero las cosas no paran allí, sino que en la medida en que en el país deficitario las reservas bancarias disminuyen, se pierde credibilidad en su moneda, "eventualmente tiene que derrumbarse, y con ella el comercio" entre los dos países. (p .197) La superioridad comercial de un país, conduce por tanto indefectiblemente a la acumulación de lingotes de oro en sus arcas, y estos lingotes se ven acompañados también por el aumento de las reservas de capital prestable, recursos para el consumo suntuario, para la inversión y la exportación, mientras que la inferioridad comercial del país menos desarrollado, conduce a la disminución de las reservas, debilitamiento de la moneda, escasez de recursos crediticios y disminución de consumo e inversión. Esta situación se va agudizando hasta que se vuelve insostenible y conduce a un derrumbamiento de las relaciones comerciales y al colapso económico. Pero antes de que esto suceda, señala Shaikh, se produce un flujo de capitales del país superavitario al deficitario. Y el cuadro se completa. Pareciera que por efecto del flujo de capitales la situación se equilibra, pues el país con déficit lo cubre con inversión extranjera y el país con superávit exporta capitales. Pero esto no es correcto: "los préstamos capitalistas se hacen para obtener ganancias (en la forma de intereses). Así, [el país con déficit] tendrá que pagar finalmente no sólo el préstamo original sino también los intereses. El efecto neto debe ser una salida de oro de [el país con déficit], aunque en una fecha posterior. Con todas las demás circunstancias iguales hay que pagar: al final, acosad[o] por déficit comerciales crónicos y deudas acrecentadas, [el país con déficit] debe sucumbir." (p.196) Dice Shaikh que esto suena tristemente familiar cuando se expresa en términos de países subdesarrollados y desarrollados. Qué más triste y más familiar que el caso de México y su derrumbe reciente (desencadenado en diciembre de 1994) precisamente corno resultado de sus acrecentados déficit comercial y corriente, su acrecentada deuda y obligaciones y su acrecentada vulnerabilidad económica dependiente cada vez más de la inversión extranjera de corto plazo. El país con déficit sucumbe como sucumbió en la realidad México. Y la firma del Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos, uno de los países más eficientes del mundo -evidentemente con ventajas absolutas sobre México casi en todos los productos-, y Canadá, no hará más que reproducir e intensificar esta situación. El ajuste automático pretendido por la teoría cuantitativa del dinero no se produce en la realidad, sino que justamente los efectos que produce la desigualdad comercial tienden a arruinar a un país (al que estaba en desventaja) y elevar a otro (al que estaba con ventaja). No hay ningún mecanismo de ajuste automático que compense al perdedor y reduzca al ganador. Lo que sucede es que el país que tiene superioridad comercial se hará de medios financieros que el país con inferioridad tendrá que solicitar para nivelar su déficit. Luego entonces se crea una dependencia financiera de la que no se podrá safar el país con déficit. No existe, por lo tanto, compensación para los perdedores, sino una condena permanente que no se podrá remontar si no se alteran las condiciones económicas que la generan. Esto es, finalmente se tiene que romper la relación de subdesarrollo e insertarse en otro sitio en la división internacional del trabajo: promover la investigación y desarrollo que permitan la generación y aplicación de tecnología propia, impulsar la cualificación de su fuerza de trabajo, proteger sectores clave y sensibles de la economía, no especializarse en productos de bajo valor agregado, diversificar las exportaciones y los socios comerciales, controlar los flujos de capital y la inversión extranjera. Se conoce en la historia del desarrollo económico sólo un caso en el que países subdesarrollados han logrado salir de esta situación de inferioridad y colocarse en una nueva relación comercial, es el caso de los nuevos países industriales asiáticos (NPIAs). 12 Este paso del subdesarrollo al desarrollo les permitió convertirse en grandes prestadores de capital e inversores en áreas menos desarrolladas, como es el caso de Singapur con Indonesia. El comercio en las condiciones en las que hemos descrito, no sirve para borrar las desigualdades, sino para perpetuarlas. Y aunque la realidad sea más compleja y la consideración de la producción global de los países introduzca algunas modificaciones, como el hecho de que el país desarrollado pueda ser menos eficiente en términos absolutos en la producción de algunas mercancías e inclusive no tener condiciones para producir otras, el resultado de los flujos comerciales y financieros sigue 12 Hablaremos sobre esto con más detalle en otro capítulo. siendo el mismo: reproducir y profundizar las desigualdades. Como el principio regulador es la ventaja absoluta de costes, el país subdesarrollado podrá exportar solamente las ~mercancías que se pueden producir a menor valor y/o mercancías que sólo dicho país posee". (p .199) Esto le permite sobrellevar su situación, porque siempre podrá exportar algo, pero sigue siendo un país con déficit y deudor: "De manera general estos tipos de mercancía reflejarán ventajas locales específicas lo bastante grandes para sobreponerse al menor nivel de eficiencia general del PCS: un buen clima, abundancia de recursos naturales, ubicación propicia, etc.", y, haciendo alusión a la tesis de Emmanuel (aunque Emmanuel sólo se refiere a los intercambios entre sectores), añade Shaikh que "no importa que haya salarios más bajos, pues en el caso de precios directos13 el nivel de salarios afecta las ganancias, pero no tiene efectos sobre los precios. Bajo estas circunstancias el país subdesarrollado puede efectuar con dificultad unas pocas exportaciones; aunque, por supuesto, su comercio global quedará todavía en déficit y su posición seguirá siendo la de un país deudor." Y al considerar los precios de producción14 el resultado sigue siendo el mismo. (p.199) Son pues pocos los productos en los que puede competir con ventaja. ¿Cómo salir de la trampa del comercio desigual? Como dice Shaikh, el problema no reside en que los precios de mercado sean menores a los valores producidos en los países atrasados pues inclusive sin intercambio desigual, o más propiamente sin transferencia neta de valor, las desigualdades en el desarrollo se darían. Pero competir en condiciones de costes más elevados los coloca en una situación de desventaja absoluta. El sólo hecho de que en la división internacional del trabajo un conjunto de países tengan como función producir básicamente productos primarios o poco elaborados, de bajo desarrollo técnico y científico, y otros concentren la producción de manufacturas y alta tecnología, esto, independientemente 13 EL precio directo es el valor (c+v+p) social medio del sector. 14 El precio de producción es el coste de producción (c+v) medio más la ganancia (la ganancia es la tasa media o general de ganancia multiplicada por el coste de producción). de cualquier otra consideración, representa una desigualdad comercial de primer orden que se tenderá a reforzar en la medida en que opera el mecanismo financiero del que ya se ha hablado, es decir, a la desigualdad comercial se añade la dependencia financiera. Como explica Shaikh, en el libre cambio se expresa la mayor de las desigualdades, es decir, la desigualdad de las fuerzas productivas. No es necesario introducir a los monopolios para que operen este tipo de desigualdades, simplemente el desarrollo diferenciado de las fuerzas productivas conduce a esta desigualdad en las relaciones comerciales: ~por lo general los países capitalistas desarrollados dominarán el comercio ya que su mayor eficiencia les permitirá producir la mayoría de las mercancías a valores absolutamente más bajos y, por tanto, venderlas a precios de producción absolutamente más bajos, en promedio. Sobre todo, se debe tener presente que estos resultados representan las tendencias automáticas del comercio libre y sin impedimentos entre naciones capitalistas con diferentes niveles de desarrollo. No es el monopolio o la conspiración sobre lo que descansa el desarrollo desigual, sino la libre competencia misma: el comercio libre es un mecanismo para la concentración y la centralización del capital internacional como el intercambio libre dentro de una nación capitalista lo es para la concentración y la centralización del capital doméstico". (pp .199-200) La doctrina del libre comercio es la más clásica de las doctrinas del capitalismo, y ya desde la época de Marx, esto es en la etapa de mayor auge del liberalismo, las desigualdades producidas por el libre comercio hacían de éste un sistema lleno de grandes contradicciones. Realmente no se tiene que acudir al monopolio para explicar cualquier desigualdad si éstas ya se producían desde que existía el libre comercio, más aún, es necesario acotar las perturbaciones que produce la existencia de los monopolios para hacer un juicio correcto de su influencia en el modo de producción capitalista. Los monopolios no son la fuente de las desigualdades, éstas son causadas por el capitalismo de libre concurrencia. Lo que incorpora el monopolio en el funcionamiento del sistema capitalista es la exportación de capital financiero y la lucha por las áreas económicas, pero no el surgimiento de las desigualdades ni los fenómenos a los que dan lugar éstas, aunque es verdad que las acrecienta. La competencia entre países con el mismo o aproximado nivel de desarrollo, digamos México y Brasil, o Francia y Alemania, da resultados diferentes. Como a escala agregada tienen el mismo nivel de eficiencia, basada en el mismo grado de adelanto tecnológico y de productividad, y de cualificaciones, no hay superioridad productiva ni comercial de ninguno de ellos sobre el otro. "En este caso límite, factores como el clima, la localización, la disponibilidad de los recursos, la experiencia, las inversiones y, sobre todo, la lucha competitiva entre capitalistas, se vuelven de suma importancia. Se esperaría un patrón de comercio más o menos balanceado en este caso, con una gran variedad de bienes producidos en ambos países, y con las ventajas alternándose en ciertas mercancías en el corto plazo." (p.200) Si los países tienen el mismo o aproximado nivel de desarrollo, no tienen ventajas absolutas generales entre ellos, luego entonces la competencia entre ellos tiene efectos más o menos semejantes, y si tienen déficit comercial, estamos pensando por ejemplo en el comercio entre Estados Unidos y Japón, no es por la ineficiencia general absoluta de uno frente al otro sino por otros factores, como pueden ser los patrones de consumo e inversión que determinan un alto grado de importaciones. Pero entre países de diferente nivel de desarrollo, lo determinante en el desbalance comercial deviene precisamente de las diferencias de desarrollo de las fuerzas productivas, diferencias tecnológicas y científicas, diferencias de productividad, diferencias de costes, diferencias de competitividad. La superioridad económica de los países industrializados se manifiesta, por un lado, a través de la baratura de las mercancías que vende a los países subdesarrollados y que los inundan, y esto ya activa el funcionamiento de los mecanismos de desigualdad de los que se ha hablado, pero también se traduce, por otro lado, en la exportación de capitales, que es otra forma de vender, sólo que se vende comprando recursos y medios en el país subdesarrollado. Esto a través de las inversiones extranjeras directas. Y, como en el caso de las mercancías, esta es también una forma de acrecentar las desigualdades: "En el análisis del comercio internacional es tradicional separar los flujos de mercancías de los flujos de capital (inversión directa). La ley de costos comparativos se usa, entonces, para justificar los patrones de comercio de mercancías, mientras que la inversión directa se trata (separadamente) como transferencia de ahorro de las naciones capitalistas ricas a sus parientes pobres. Los países capitalistas subdesarrollados salen entonces doblemente benditos: la abrumadora superioridad productiva de las naciones desarrolladas se manifiesta únicamente en la baratura de sus exportaciones, mientras que su riqueza incomparablemente más grande se manifiesta en una masa de capital deseosa y dispuesta a ir hacia ellos para ayudar a la propagación de la libertad, de la igualdad, de la propiedad ~ de la Cocacola." (p.200) La desigualdad productiva, y por tanto comercial, permite acumular cuantiosísimos recursos en un solo lado, en el lado de los países desarrollados, y la penuria de los otros se trata de paliar con los préstamos de estos recursos, ¿alguien había pensado en una fórmula más diabólica que esta? y así como es falso que el principio de las ventajas comparativas se imponga en la asignación internacional del trabajo, también es falso que la inversión directa sea un mecanismo de redistribución de los excedentes mundiales que favorece la reducción de la "brecha" entre países ricos y pobres. (p.201) Dornbush15, y toda la teoría económica convencional, habla de que la inversión extranjera pone a disposición de los países que la reciben el ahorro externo, pero no habla de las obligaciones contraídas por el país que la recibe, de las deudas, de las remesas que van al exterior, de las industrias desplazadas y arruinadas en el interior. Adicionalmente la inversión extranjera tiene abiertas las 15 R. Dornbush: Economía abierta, Fundación Calouste Gulbenkian, Lisboa, 1991. razón de que se mantiene en un circuito de flujos comerciales y financieros muy ligado al extranjero pero con pocas repercusiones nacionales, aunque pueda dinamizar las exportaciones. Efectivamente la inversión directa trae una cierta modernización, pero esa modernización está perfectamente localizada en los circuitos dentro de los que se mueve el capital extranjero; la tecnología e inclusive, en muchos casos, el personal técnico especializado son del extranjero. Esto es, difícilmente se puede hablar de un efecto multiplicador con respecto a la economía subdesarrollada en su conjunto. Para que la inversión extranjera jugara el rol de locomotora del desarrollo sería necesario que estuviera regulada por una legislación nacional que la controlase en muchos aspectos, por ejemplo en lo referente a la utilización de las ganancias, pago de impuestos y movimiento de capitales, líneas de desarrollo seleccionadas, transferencia de tecnología, etc. El uso y difusión de la tecnología es un tema muy importante, como su fuente se encuentra ubicada en los países desarrollados, y su válvula regulada por las compañías transnacionales, son éstas las deciden a quien proporcionarle el fluido y hasta dónde. A los países receptores les queda una de dos: que de los países desarrollados les llegue la mayor cantidad de fluido, sólo que van a tener que cumplir con toda una serie de condiciones (la primera es garantizar a las transnacionales que nunca los subdesarrollados accederán a la propiedad de la fuente), o ser capaces de generar su propio fluido tecnológico, pero aquí se rompe el subdesarrollo. ciertamente el capital siempre está buscando la manera de incrementar su tasa de ganancia, y esto lo lleva a buscar países con bajos salarios y sectores susceptibles de operar con alta productividad. En el caso del TLC este factor estaba clarísimo en la medida en que en los EUA existían una serie de empresas en peligro de quiebra por sus altos costes. Con la firma del TLC, y la libre movilidad de mercancías y de capitales que establece, estas empresas no dudaron en trasladarse hacia México aprovechando los bajos salarios,17 las exenciones fiscales, la desregulación estatal y el desmantelamiento de las barreras arancelarias. Estamos perfectamente de acuerdo con Shaikh en el sentido de que los bajos salarios son el principal atractivo para los capitalistas, pero que también intervienen otros factores como la disponibilidad y precio de las materias primas, el clima, etc. Es necesario ponderar este segundo grupo de razones porque resulta que en un mundo en el que algunas materias primas son estratégicas y fuertemente disputadas, el petróleo por ejemplo, las inversiones extranjeras lucharán por el control de algunas de estas riquezas naturales. ¿Alguien duda que el interés de Estados Unidos en México no sólo se centra en los bajos salarios sino también en la existencia de abundantes recursos naturales? El país que recibe la inversión extranjera ¿se beneficia? "Desde el punto de vista del capital local, los efectos de la inversión extranjera serán desastrosos, por lo general. [ ... ] los capitalistas locales serán expulsados del comercio a áreas todavía no afectadas o a nuevas industrias creadas para satisfacer las necesidades de los sectores dominados por el extranjero". (p. 205) Sobre la suerte de los capitalistas nacionales no hay pues ninguna duda. Paul De Grauwe18 demuestra que en los procesos de 17 Sobre las tesis de Emmanuel del aumento de los salarios y e] antagonismo de los trabajadores de los países desarrollados con los de los subdesarrollados" señala Botwinick que en el mejor de los casos peca de poca visión: "Por supuesto, como muestra claramente el ejemplo de la General Electric, una vez que los capitales estadounidenses empiezan a ejercer sus opciones de construir sus plantas nuevas en estas regiones de salarios más bajos, los limites para aumentar las tasas de salario se restringen mucho más. De hecho, en la medida en que las técnicas reguladoras de producción se establecen de manera creciente en estas naciones de bajos salarios, el fracaso continuo en organizar estos capitales reguladores va a resultar finalmente desastroso para los trabajadores estadounidenses. De esta manera, en vísperas del Tratado de Libre Comercio de Norteamérica, la vieja divisa de Marx <Proletario, del mundo ¡uníos!> adquiere incluso mayor significancia en el periodo moderno en que tanto el mercado de capitales como el de trabajo se están verdaderamente internacionalizando". Botwinick (1993:274) 18 Paul De Grauwe: Teoría de la Economistas de Madrid, Madrid, 1994. integración monetaria, ed. Colegio de integración se producen desplazamientos de capitales de las zonas en las que los costos son más elevados a aquellas en que son más bajos. Si México es un país en el que los costes del trabajo son más bajos, pues es lógico que los grandes capitales que pueden combinar sus técnicas productivas más avanzadas con los bajos salarios, se disloquen de Estados Unidos y Canadá hacia México (producto de esta preferencia es el surgimiento de las llamadas "maquiladoras" a todo lo largo de la frontera norte).19 Esto para una serie de industrias norteamericanas en dificultades se presenta como su oportunidad de sobrevivencia; sin embargo, para aquellas empresas mexicanas que son susceptibles de ser tomadas o desplazadas es una gran tragedia porque serán automáticamente eliminadas y en su lugar quedarán las empresas norteamericanas. Así, al efecto devastador de la competencia de los productos extranjeros que entran al país se suma ahora la competencia devastadora del capital extranjero invertido dentro del propio país: "Luchando para explotar a sus trabajadores en paz, los capitalistas locales se encuentran rodeados por demonios extranjeros: en primer lugar, sus industrias son arruinadas por importaciones baratas y, después, las que sobreviven, ¡son tomadas por el capital extranjero! No es de extrañar que el proteccionismo se convierta en su religión". (p.205) Aquí se entiende por qué existen una serie de posturas nacionalistas, que no es necesariamente el nacionalismo por el que abogaríamos nosotros, pero que es una fuerza que no debe ser ignorada ni despreciada. Nosotros planteamos que el nacionalismo debe ser de inspiración popular, que trate de preservar una serie de intereses de la "nación", pero no de una nación a conveniencia del empresario doméstico. Aquí es muy adecuada la diferenciación que hacen tanto 19 "[...] La rápida expansión de las plantas <maquiladoras> a lo largo de la frontera Estados Unidos /México es un dramático ejemplo del creciente acceso del capital estadounidense a las reservas de trabajo barato de los países menos desarrollados. Como ha señalado recientemente Rachel Kamel (1989), las dos décadas pasadas han presenciado la creación de más de 1.000 plantas ensambladoras empleando aproximadamente 300.000 trabajadores mexicanos a tasas de salario que son generalmente inferiores al 10 por ciento del promedio estadounidense." H. Botwinick, Persistent Inequalities, Princeton University Press, N.J., 1993. Volveremos al tema en otro capítulo. Víctor Rico Galán20 como René Zavaleta 21 en el sentido de que del único nacionalismo del que se puede fiar un movimiento verdaderamente revolucionario es del nacionalismo que tiene raigambre popular (léase, para el caso de México, Lázaro Cárdenas). Y es que este nacionalismo tendría como su enemigo fundamental al imperialismo, a la invasión de capitales extranjeros y a la intervención de las fuerzas que querrían sojuzgar al país, mientras que el otro sólo lucharía por sus intereses particulares, que no tienen por qué coincidir con los de la nación, la propiedad de las industrias de las que serán presuntamente despojados los capitales locales. Y ya se ha visto que la burguesía "nacional" tarde o temprano termina por claudicar frente al capital extranjero, pasando a ser con frecuencia su empleado o socio menor. Digamos que los capitalistas nacionales que quieren prevenir la toma de industrias por parte de los extranjeros serán partidarios de una leyes restrictivas a la inversión extranjera, esto es, leyes que limitan la participación y la propiedad extranjera (por ejemplo las existentes anteriormente en México donde sólo se le permitía la posesión máxima del 49% de las acciones), control de cambios e impuestos a las ganancias del capital extranjero. Y serán partidarios, por supuesto, de exenciones para el capital nacional, subvenciones, transferencia de tecnología y, quizá lo más importante, de que a través del proteccionismo el estado les reserve un mercado en exclusiva, es decir, libre de competencia extranjera, para la venta de sus mercancías. Pero estas prebendas se acabaron con la llamada "globalización": ni existen límites a la propiedad de extranjeros, ni existe proteccionismo, ni subvenciones ni apoyos ni exenciones para el capital nacional, y por supuesto las barreras arancelarias dejan de serlo permitiendo la importación de todo tipo de mercancías. Resultado, la liquidación de la llamada industria nacional. En México el año de 1995 fue particularmente crudo para el capital local que 20 Víctor Rico Galán: Escritos políticos, ediciones Proletariado y Revolución, México, 1984. 21 René Zavaleta Mercado: Lo nacional popular en Bolivia, ed. Siglo XXI, México, 1986. prácticamente desapareció y sólo sobrevivieron aquellos capitalistas que se asociaron con los extranjeros. Sobre la historia de la economía mexicana durante el año de 1995 habría mucho qué decir, y trataremos de exponer algunos de estos aspectos en el capítulo sobre las crisis en la economía global". Pero no solamente los capitalistas de los países subdesarrollados se ven amenazados por la entrada de la inversión extranjera, sino que se llega un momento en que ésta se convierte en una amenaza también para los productores de los países desarrollados, porque las nuevas industrias les van a hacer la competencia con productos más baratos. Porque al final de cuentas son siempre los países más desarrollados o los capitales de los países más desarrollados los que producen a costes más bajos. "Vemos entonces que la atracción de la mano de obra más barata para el capital extranjero puede ir en detrimento, no solamente del capital local en el PCS, sino también de ciertos tipos de capital en el PCD. Esta es la razón por la que el llamado proteccionismo resuena en ambos lados de la brecha del desarrollo. Allí donde el capital mercantil domina, o donde la inversión extranjera todavía no amenaza al capital del país de origen, se escucha solamente el gemido lastimero de los capitalistas del PCS reclamando el proteccionismo. Pero cuando la inversión extranjera se desarrolla, al punto de competir con la producción misma del país de origen, la protección se vuelve rápidamente la realidad del momento. Solamente quedan los partidarios del libre comercio, ofreciendo en venta incansablemente la medicina patentada de los costos comparativos." (p.206) La divisa del libre comercio no es más que un engaño. No lleva a ningún equilibrio, a ninguna armonía. Finalmente se impone siempre el que tiene ventajas productivas absolutas. No es casual que por ello en la historia de la economía mundial predomine el proteccionismo.22 22 "Por años hemos tratado de imponer economías de mercado, con privatizaciones, con menos gobierno, menos subsidio [...] decimos que creemos en este modelo, pero s610 creemos en el modelo cuando se trata de otros. Nunca hemos creído en el mercado para nuestra propia economía. [...] Esto es lo que llamamos libre "empresa, creada él través de la intervención directa del Estado. Y esto no es exclusivo de Estados Pero Si a los capitalistas del país subdesarrollado los arruina irremediablemente, y puede arruinar también a sus competidores en los países desarrollados, los efectos de la inversión extranjera directa para el comercio y el país en su conjunto no van en un solo sentido. Esto es, afirma Shaikh, si contribuye al deterioro de los términos del intercambio y al empeoramiento de la balanza comercial, al hacer bajar los precios del país en que se instala, por otro lado puede crear nuevas industrias y por lo tanto aumentar la capacidad de exportación y mejorar la balanza comercial, aunque a la larga intensifique la desigualdad del desarrollo. (p.207) La inversión extranjera directa es como un préstamo a largo plazo, en todo caso preferible a los préstamos de corto plazo. Eso sí, porque la inversión directa no puede ser tan volátil, pero, si bien en un primer momento significa aumento de la producción y el empleo, o modernización, a la larga los efectos terminan por ser más negativos que positivos porque contribuye a la salida neta de recursos, no sólo vía productos más baratos que en todo caso podrían eventualmente contribuir a ganar cuotas de mercado, sino porque no hay ningún control sobre sus ganancias. Las empresas extranjeras obtienen recursos del exterior, es verdad, pero son reciclados a las matrices y salen del país subdesarrollado como remesas al exterior. A pesar de las ventajas de la inversión directa sobre los préstamos de corto plazo y las inversiones especulativas que pueden desestabilizar a un país en cuestión de horas, sería más provechoso que los recursos que se lograran obtener del exterior fueran prescamos que el país en cuestión pudiese canalizar a los sectores que más le interesan, y claro, también serían necesarias ciertas condiciones que hicieran pagables estos créditos Sin demasiadas sangrías para la economía nacional. Si la inversión extranjera tiende a empeorar la balanza comercial (México), ésta es perjudicial, pero si tiende a mejorar la balanza comercial (Corea), es benéfica. Ni los bajos salarios de los países subdesarrollados ni la inversión extranjera son por tanto las causas del desarrollo Unidos. Todo país desarrollado lo ha hecho con base en una política de intervención estatal, mediante proteccionismo para las industrias locales y destruyendo industrias en otros países que estaban en condiciones de competir y no de complementar su industria". Noam Chomsky, discurso pronunciado en 1993. desigual, y por ello es errónea la conclusión de Emmanuel de que la solución a este problema es nivelar los salarios entre países: "independientemente de la inversión directa, el intercambio de mercancías, por sí mismo, traerá como resultado la pobreza del PCS". (P.207) La desigualdad económica hace las de garante de la relación desarrollo-subdesarrollo, es decir, crea y reproduce una situación en la que prevalece determinada división internacional del trabajo que se traduce en desigualdad comercial, la cual se va a convertir en la barrera más grande para superar los problemas del desarrollo. Sería necesario poder romper este círculo vicioso superando las limitaciones en la generación de las innovaciones tecnológicas y captando recursos que pudiera potenciar las fuerzas productivas. Pero para esto sería necesario un modelo de desarrollo que priorizara las políticas de I+D, de formación de los recursos humanos, de captación de recursos y su canalización hacia áreas productivas de interés nacional, de protección de sectores sensibles de la economía, etc. La cuestión es que mientras se mantengan las relaciones existentes no hay elección. "El aspecto clásico, que la solución propuesta por Emmanuel pasa completamente por alto, es que se está condenando si se hace y también condenando si no se hace. Lo que Emmanuel ve como desigualdad entre naciones es en realidad la manifestación internacional de la desigualdad entre capitales, inherente al desarrollo necesariamente desigual de las relaciones capitalistas de producción". (p.207) Si se quiere algún ejemplo de lo que aquí se dice, tenemos la prueba de su verdad en la crisis que se manifestó en México en diciembre de 94 y todo el año de 95, come resultado de la apertura indiscriminada de su sector externo y la liberalización general de Su economía. México se vio inundado de capital extranjero que además entró en una proporción muy importante como préstamos a corto plazo (tesobonos). Este sobreendeudamiento terminó por hacer fallecer al peso y condujo una devaluación y a una crisis generalizada. Pero, ¿cuántas veces se tiene que repetir esta historia?, pues mientras existan las causas que le originan, esto es la apertura comercial indiscriminada, la libre circulación de capitales y la renuncia a cualquier tipo de control de cambios, este fenómeno se repetirá una y otra vez. "El problema está en el capitalismo, no en sus síntomas: reclamar el mismo salario en todas partes es en realidad argumentar que la explotación de los trabajadores debería ser igual en todos los países sin discriminación de raza, de color, de religión o de país de origen. Democrático es, s in duda, pero limitado en sus implicaciones! (p. 2 08) Además de que, como señala Bettelheim, los salarios más elevados de los países desarrollados no quiere decir que a esos trabajadores se les explote menos, sino que suele ser lo inverso, pues allí la productividad es más alta y los salarios representan cada vez una parte menor de los costes totales. Dado que hay un gran flujo de inversión extranjera a los países subdesarrollados y ésta puede contribuir a modernizar ciertos sectores de la economía, a volverlos más eficientes y a aumentar la relación CíV (al introducir una técnica productiva más avanzada), se pueden incluso reducir las transferencias de valor. Entonces, dice Shaikh, se ha creado una "estructura dualista" de las exportaciones de los países subdesarrollados. El análisis que hizo Shaikh sobre las transferencias de valor es muy esclarecedor, sobre todo de los errores de interpretación del marxismo y del análisis del comercio internacional de autores come Samir Amin y Emmanuel, sin embargo nos parece que sobrevalora la posibilidad de un resultado cero en las transferencias netas de valor en las relaciones comerciales entre países desarrollados y subdesarrollados. Si bien teóricamente esto es correcto, nos parece que se puede afirmar que los países subdesarrollados son efectivamente en la realidad en general menos eficientes que 10E desarrollados, más atrasados en la aplicación de la ciencia y la tecnología a la producción (con menor composición orgánica de capital), y con mayores problemas de competitividad en el mercado internacional. Pero la idea de Shaikh es clara: aun sin inversión extranjera, aun sin intercambio desigual o transferencia neta de valor, y aun sin déficit comercial, los países atrasados no podrían salir del subdesarrollo mientras sigan sujetos a la dinámica de las leyes de la acumulación capitalista. Shaikh va a analizar los efectos cruzados de las diferentes transferencias de valor que se dan entre países tanto por las diferencias de eficiencia productiva como de composición orgánica de capital. Señala claramente que hay dos tipos principales de transferencias de valor: el más familiar es el que se basa en las diferencias de composiciones orgánicas de capital (C/V), relacionado con la formación de la tasa general de ganancia y los precios de producción; el otro es el que se basa en las diferencias de costes de producción (C+V), relacionado con la formación del precio directo como valor social medio. El primero depende de las diferencias en la composición orgánica de capital de las diferentes industrias. Es por tanto una transferencia entre industrias. "Las industrias que tienen altas composiciones orgánicas (C/V) tendrán precios de producción por encima de los precios directos, mientras aquellas con bajas C/V tendrán precios de producción por debajo de los precios directos. De esta manera la formación de precios de producción transfiere plusvalía de las industrias con baja composición hacia las de alta composición." (p.208) Los precios directos equivalen al valor social medio, mientras que los precios de producción incorporan la tasa general de ganancia de todos los sectores. Con una COC alta los precios directos, y el valor producido, están por abajo del precio de producción; con una COC baja los precios directos, y el valor producido, están por encima del precio de producción. En el intercambio entre estas ramas se transfiere valor de las de COC baja a las de COC alta. Al mismo tiempo, la formación del precio directo o del valor social de un producto implica transferencia de valor, pues el valor social es el promedio de los valores individuales, por tanto unos productores producen por encima y otros por abajo de este valor. Esta es una transferencia dentro o en el interior de la industria. "Se deduce que si la mercancía fuera vendida a un precio proporcional a su valor social (es decir, a su precio directo), los capitales más eficientes realizarían más valores de los que producen, ya que tienen valores individuales bajos. Y al contrario para los capitales menos eficientes. En otras palabras, los precios directos implican que dentro de una industria dada, la plusvalía es transferida desde los productores menos eficientes a los más eficientes." (P.209) Las transferencias netas en un país dependen de los efectos combinados de eficiencia y de composición, así como de la estructura de las exportaciones y de las importaciones, pues a lo mejor no se pierde valor en lo que se vende sino en lo que se compra, al pagar las importaciones por encima de lo que valen (individualmente). Shaikh demuestra claramente que el extravío de los teóricos del intercambio desigual se debe a que tratan de explicar las transferencias de valor que se dan en el mecanismo propio del comercio capitalista, por efecto de la regulación de los precios por la ley del valor, con casos particulares en los supuestamente no rige esa ley. Serían entonces partidarios de la nivelación de los salarios (Emmanuel) entre las dos áreas del desarrollo como forma de eliminar las causas del subdesarrollo, y de asociaciones de productores para la defensa de los precios de sus mercancías. En cambio conocer las desigualdades comerciales como resultado del funcionamiento normal del capitalismo y del desarrollo desigual que produce y reproduce la competencia internacional, conduce a la conclusión de que para superar el estadio del subdesarrollo es necesario salir del encajonamiento de las relaciones sociales de producción a que los ha condenado el lugar que ocupan dentro de la división internacional del trabajo, esto es, romper esa estructura de productores de bienes primarios o poco elaborados (de bajo desarrollo técnico y científico) que a su vez los condena a permanecer en el atraso, y desarrollar industrias de punta. Para Emmanuel el intercambio desigual es una forma específica de transferencia de valor, la ocasionada por la disparidad de los salarios entre países, donde los países subdesarrollados transfieren valor a los desarrollados. Shaikh demuestra cuál es el impacto de las diferencias salariales en las transferencias de valor. Indica que éstas no afectan la productividad sino solo la rentabilidad, y que por tanto no tienen ningún efecto en las transferencias intraindustria. Las transferencias entre industrias "son un poco más complejas, ya que cualesquiera diferenciales salariales entre países que dejen sin cambio la tasa media de ganancia mundial en valor dejan, en general, los promedios industriales intactos. [ ... ] El único efecto de los diferenciales salariales es incrementar las magnitudes de [los] flujos opuestos, con lo cual es aún perfectamente posible obtener una transferencia neta de plusvalía igual a cero, entre países." Por lo tanto las diferencias de salarios entre países no afectan necesariamente las transferencias netas de valor. (pp.211-212) El subdesarrollo no implica necesariamente transferencias netas de valor, concluye Shaikh. En todo caso, si éstas se dan no son más que resultado del desarrollo desigual y no su causa. Y enfatiza que "el intercambio desigual no es necesario como factor primario en el subdesarrollo y que, además, su existencia y tamaño no son establecidos de la forma tan simple como los teóricos del intercambio desigual parecen creer." (p.218) Hay muchos errores de concepción e interpretación en las teorías del intercambio desigual: Emmanuel ignora las transferencias intra-industria y sesga los efectos de las diferencias salariales; Mandel niega la nivelación internacional de las tasas de ganancia e ignora las transferencias inter-industria (por eso su análisis es opuesto al de Emmanuel); Samir Amin considera los dos tipos de transferencia basados en la estructura dual de las exportaciones, con lo cual podría llegar a la conclusión de que el resultado neto puede ser cero, pero no llega a ella porque no se da cuenta de que mientras "la competencia de capitales nivela las tasas medias de ganancia a lo largo de las industrias, al mismo tiempo diferencia las tasas de ganancia individuales dentro de una industria." Confunde la competencia dentro de una industria con la competencia entre industrias. Y que este error lo comparte Mandel. (Pp.213-215) Los análisis de Mandel y Amin deberían conducirlos a una refutación de la teoría de Emmanuel, pero sus errores los llevan a apoyarla. De allí la importancia de las objeciones de Bettelheim, y sobre todo del estudio más riguroso que presenta Shaikh sobre el comercio internacional a la luz de la teoría marxista del valor, que lo lleva a la conclusión de que .el libre comercio no sólo no acaba con el desarrollo desigual sino que lo profundiza, y conduce al control del fuerte sobre el débil. Pero "ninguno de estos resultados se deriva de las transferencias de valor entre países desarrollados y subdesarrollados del mundo capitalista. Por el contrario, puesto que el desarrollo desigual a escala mundial es consecuencia directa del libre comercio, estas transferencias de valor, y las teorías del intercambio desigual que descansan sobre ellas, emergen como fenómenos secundarios, no causas primarias, del subdesarrollo en sí mismo. (P.217) El estudio de Shaikh permite abordar los problemas y debates sobre el libre comercio no sólo con más claridad sino sobre bases más sólidas. No es el comercio la causa del subdesarrollo, sino la división internacional del trabajo a la que dio lugar la integración de la economía mundial a fines del siglo XIX. 3. A MANERA DE INTERNACIONAL23 CONCLUSION: LA LEY DEL VALOR EN EL COMERCIO Una de las aportaciones más importantes de D. Guerrero es su crítica a la línea generalizada y postulada por los manuales al uso en el sentido de que el modelo alternativo al de las ventajas comparativas de Ricardo es el de Heckscher-Ohlin,24 que no es más que un desarrollo de aquél, y demostrar de manera rigurosa que el modelo alternativo, y el que verdaderamente rige, es el de las 23 Nos basamos para nuestras conclusiones de este capítulo especialmente en el libro de Diego Guerrero Jiménez, Competitividad: Teoría y Política, Ed. Ariel, España, 1995. 24" [A]ñadiendo a los tres componentes ricardianos conocidos (a saber: ventaja comparativa, rechazo de la teoría del valor-trabajo y automatismo monetario) la teoría de la competencia perfecta, lo que tenemos es el modelo neoclásico predominante, más conocido como modelo de Heckscher-Ohlin. Y si a los citados tres elementos se le añade la teoría de la competencia imperfecta, en vez de la de competencia perfecta, a lo que arribaremos será a alguna versión de las llamadas «nuevas teorías del comercio internacional» (NTCI)". Guerrero (1995:39) ventajas absolutas. Pero en estos conceptos y todos los relativos a la competitividad hay comúnmente mucha confusión -cuya raíz es teórica y que se origina en las propias universidades-, o, en el mejor de los casos, poco rigor en su uso. Es necesario pues desmitificar conceptos y categorías; que se han convertido ya en un verdadero obstáculo epistemológico" y adoptar un nuevo enfoque con capacidad explicativa real. (Guerrero 1995) Como hemos visto, la teoría de los costes comparativos tiene su origen en David Ricardo, y su fundamento en su teoría del valor trabajo, aunque su aplicación al comercio internacional sea la negación de ésa teoría. La concepción marxista sobre el comercio exterior encuentra su expresión en el desarrollo también de la teoría del valor trabajo, pero que en Marx se ha enriquecido con la categoría compleja del Tiempo de Trabajo Socialmente Necesario. Y ello marca una diferencia radical con la tesis ricardiana sobre conceptos como el de explotación, tasa de ganancia, valor y, por supuesto, el papel del comercio exterior y de la libre competencia en el desarrollo del capitalismo. La ley del valor está en la base y el desarrollo de toda la obra de Marx, de la concluida y la no concluida, esto es, concebida como un solo proyecto: ""Según mi interpretación, esta teoría comprende: “1.- una teoría completa del valor, el dinero, los precios y sus medidas; "2.- una teoría completa de la competencia (intra e intersectorial), basada en el libre movimiento del capital (y no en el monopolio) y en el intercambio de equivalentes (y no en el imperialismo, como una mezcla de monopolio y de intercambio desigual), que es al mismo tiempo una teoría de la ventaja absoluta y del desarrollo desigual; "3. una interpretación hylemórfica de la sociedad capitalista, según la cual es necesario distinguir entre la materia o contenido de las variables económicas y su específica forma social debida a las relaciones de producción capitalistas; esta interpretación está en el origen de la teoría marxista de la crisis y de su teoría del socialismo". (Guerrero 1996:8) De acuerdo con Marx, entonces, en un comercio internacional se establece una relación entre países donde se impone el principio de las ventajas absolutas,25 es decir, el predominio de la producción que se realiza en las mejores condiciones técnicas, y por tanto con costes unitarios menores. Todo ello en el marco de la libre competencia, la cual 110 desaparece con el desarrollo del capitalismo, y bajo el principio del intercambio de equivalentes, es decir, de la ley del valor. "-[L] os principios generales de la teoría de la competencia son enteramente válidos para el espacio internacional. Marx desarrolló la teoría de la ventaja absoluta de Smith sobre la base de la teoría del valor-trabajo. Según esto, tendrá ventaja absoluta intrasectorial la empresa que ofrezca el menor coste para la misma calidad de producto (o mayor calidad para un determinado coste), y este coste unitario menor, que se refleja en precios absolutos menores, no es sino el reflejo de la mayor productividad o eficiencia ligadas a condiciones de producción superiores. Los países desarrollados, que cuentan con empresas eficientes en sectores inexistentes en los países subdesarrollados, o con empresas que tienen ventaja absoluta frente a las de los correspondientes sectores de este segundo grupo de países (porque compensan los mayores salarios comparativos con diferenciales de productividad aún mayores), tienen, frente a los subdesarrollados, ventaja absoluta en una mayoría de sectores, lo que los hace, como conjunto, ser países con tendencia al superávit comercial estructural, frente a la tendencia al déficit de los otros países. No existe, pues, un ajuste automático de las balanzas comerciales, sino que los déficit comerciales habrán de ser compensados con flujos de capital financiero y productivo procedentes de 25 Después de demostrar con ejemplos numéricos la superioridad de la ventaja absoluta, D. Guerrero concluye: "En cualquier caso, lo que hemos pretendido demostrar con el uso de estas tablas no es que no se pueda utilizar el concepto de ventaja comparativa como un instrumento útil cuando se quiere comparar la posición relativa de distintos sectores de un mismo país en términos de su capacidad competitiva exterior, por ejemplo, sino el hecho de que las pautas del comercio entre países vienen determinadas por la ventaja absoluta de que gozan sus empresas en cada uno de los bienes objeto de LraD5acciones comerciales, y en ningún caso por sus ventajas comparativas, sin que esto sea óbice para que pueda darse el caso, entre países de parecido potencial competitivo medio, de que 81]8 ventajas comparativas coincidan aproximadamente con sus ventajas absolutas. De hecho, ésta coincidencia está en el origen de una parte considerable de la confusión teórica al respecto." (Guerrero 1995:48-49) los países desarrollados, que harán posible la reproducción de la brecha que separa a los dos conjuntos de países (Shaikh 1979í80), aunque algún país aislado pueda saltarla (en ambas direcciones)." (Guerrero 1996:8). El planteamiento ricardiano de las ventajas comparativas, que ya de por si excluye la teoría del valor trabajo como reguladora de los intercambios, tiene su complemento en la teoría cuantitativa del dinero, que anula la teoría del valor-trabajo en la formación de los precios, por lo que resulta que en el ámbito del comercio internacional Ricardo abandona su propia teoría del valor. La teoría marxista del comercio internacional se basa en el principio de las ventajas absolutas más la teoría del valor trabajo y un mecanismo monetario diferente, basado en el papel de los tipos de interés. No son los precios. Los que responden a los desequilibrios comerciales, sino los tipos de interés. El resultado en uno y otro caso es muy diferente, en lugar del equilibrio, la permanente desigualdad: "La primera consecuencia de este análisis, según el cual los tipos de interés tenderán a subir en los países pobres y poco competitivos y tenderán a bajar en los países ricos y eficientes, es que el diferencial de tipos resultante genera un incentivo para que los primeros tiendan a endeudarse con los segundos en el mercado de capitales de estos últimos. A la exportación de capital-mercancías, que está en la base y origen del problema, los países más desarrollados unirán ahora la exportación de capital¬ dinero, creando de esta manera una segunda forma de dominación que se entrelaza y combina de formas diversas con la primera. (Guerrero 1995:37) Y como consecuencia de la carga de la deuda vendrá luego una tercera interrelación, la inversión extranjera directa o importación de capital productivo en los países subdesarrollados. Una de las paradojas más llamativas es el hecho de que en el análisis del comercio internacional Marx se encuentra más cerca de Adam Smith que de Ricardo, y que mientras Smith pone las bases para la aplicación de la teoría del valor-trabajo al comercio exterior, Ricardo, que fue quien más desarrolló la teoría del valor y más cerca quedó de la concepción marxista, sienta las bases para la interpretación neoclásica y subjetiva del problema. La posición de Smith, autor de la teoría clásica de la ventaja absoluta, se corresponde con la de Marx, mientras que Ricardo se traiciona a sí mismo y ofrece la ocasión para el surgimiento y desarrollo de una concepción que abandona toda teoría del valor, no sólo en el ámbito internacional sino también en el de las relaciones económicas internas. De allí que, como señala Guerrero, aunque los modelos del comercio internacional mezclen continuamente las ideas de uno y otro sean las categorías de Ricardo, destacadamente la de ventaja comparativa, las que se hayan extendido y popularizado", y resistido todas las crisis de la teoría económica convencional: "El que, en el ámbito de las relaciones económicas internacionales, Smith Se mantuviera mucho más fiel a la teoría clásica del valor-trabajo que Ricardo explica la simpatía neoclásica por la teoría de este autor y el rechazo casi patológico con que se ha interpretado la teoría de Smith. Esta es una de las claves del éxito de la teoría de Ricardo: el que puede transformarse sin mayores problemas en algo completamente ajeno, e inclusive opuesto, a la teoría del valor-trabajo”. (Guerrero 1995:32) La ventaja absoluta se explica por situaciones históricas, en cambio la ventaja comparativa se apoya en la dotación “natural de recursos. Las consecuencias prácticas de ambos principios son distintas. Aunque ambos conduzcan a una teoría especialización, la teoría de las ventajas comparativas implica una especialización completa y la aceptación de las condiciones de producción existentes, al postular que cada país debe producir aquello en lo que tiene menores desventajas y que de esta manera todos se benefician. No importa que unos se especialicen en ordenadores e industrias de alta tecnología y otros en Carbón, azúcar o pesca, o turismo.26 Mientras que la teoría 26 Esto se puede constatar en las conclusiones a que llegan los “especialistas" en asuntos de competencia y competitividad cuando analizan la realidad concreta de algún país a la luz de las condiciones de la libre competencia ("modelo de competencia abierta"). En un estudio sobre la industria portuguesa encargado y financiado por un grupo de empresas y el gobierno portugués y realizado (en 1993) por la Monitor Company de Michael, se concluyó que Portugal debía continuar, dinamizando, con los sectores tradicionales: vino, corcho, calzado, textil, cerámica y Turismo, y no apostar a nuevas industrias, alta tecnología y economías de las ventajas absolutas permite concluir €n la necesidad de remontar las desventajas de costes. En la ventaja absoluta lo que cuenta es la eficiencia productiva (que tiene que ver con la productividad y los costes salariales, elementos cuya diferente combinación determina diferentes costes unitarios), y que se mide por el valor-trabajo; en cambio en el desarrollo neoclásico la ventaja relativa se mide subjetivamente por la utilidad o por los "costes de oportunidad". Otra diferencia es que la teoría neoclásica de la competencia, basada en el principio de las ventajas comparativas 1 está sujeta a un análisis estático, que considera las condiciones técnicas dadas, inalterables e iguales para todas las empresas, mientras que el análisis bajo el principio de las ventajas absolutas es dinámico. El enfoque clásico parte de la acumulación y de la teoría del valor trabajo. Los clásicos tienen un análisis dinámico en el que se introduce el cambio tecnológico. Esta es una cuestión importante en la medida en que si es justamente la superioridad tecnológica la que genera las ventajas absolutas, puede darse el caso de que un país que no tiene ventajas absolutas en determinado producto o sector y que esté sin embargo interesado en desarrollarlo, introduzca medidas de política económica para proteger su producción. La protección en el modelo neoclásico simplemente es impensable, y el concepto de ventaja comparativa lleva a una aceptación implícita, por parte de un país determinado, de sus desventajas absolutas, con el consuelo de que por lo menos en algunos productos es más competitivo, y que siempre habrá alguno en que lo sea. El modelo Heckscher-Ohlin presupone que se exporta aquello en lo que se es más competitivo, y se importa aquello en lo que no se es competitivo. Pero no se puede saber a priori en qué productos se tiene ventaja comparativa. Y aunque se supiera no existe ningún mecanismo que garantice que un bien que se produce comparativamente pero no absolutamente más barato pueda colocarse en el mercado de escala, porque en esos sectores nunca podrían competir. Esto desilusionó a interesados y patrocinadores. mundial. Las economías de escala hacen disminuir los costes pero es absolutamente imposible saber qué empresas aprovecharán esas economías, o si podrán hacerlo. Producir con desventaja absoluta lleva a un país a importar, y a la inversa, lo cual conducirá necesariamente a un desequilibrio en la Balanza comercial que se constituirá en la causa de un flujo de oro y divisas del país importador al exportador, y un endeudamiento del país importador. La competitividad es por tanto ventaja absoluta de costes; es esencialmente una cuestión de eficiencia productiva, de mecanización y capitalización, de aumento del trabajo muerto respecto al trabajo vivo, de aumento de la composición orgánica de capital (intensidad del capital). En el valor final del producto tiende a ocupar un lugar más destacado el elemento objetivo (instrumentos de trabajo) y a quedar en segundo término el factor subjetivo (la fuerza de trabajo y los salarios). Se pueden pagar "altos" salarios cuando la remuneración del trabajo representa cada vez una parte menor en el coste total de las mercancías. y esto es lo que hace que los capitalistas se lancen a la búsqueda incesante de bajar costes tratando de utilizar exhaustivamente la más alta tecnología, o a buscar los bajos salarios, pero una empresa se irá a un país de bajo coste de la mano de obra sólo si puede reproducir allí la misma técnica, y en muchos casos, sobre todo en los de las industrias más sofisticadas, no es posible. Así sucede que 1I10s productos complejos se producen más baratos en los países muy desarrollados, pero los productos simples y medios pueden producirse a menor coste en países de bajo o medio nivel de desarrollo". (Guerrero:1995:195) Existe, pues, una paradoja que le podríamos llamar la paradoja del subdesarrollo, que se refiere a que existen costes unitarios elevados en los países de salarios bajos,27 es 27 "La mayor productividad no implica mayor capacidad de exportación si no va unida al disfrute de una ventaja absoluta, y ésta la otorga, como se ha dicho, el menor coste unitario. Pero el coste unitario puede ser inferior en el país menos productivo si la diferencia en salarios respecto al más productivo es más grande que la diferencia en niveles de productividad. Inversamente, si la diferencia en productividad es mayor que en salarios, será el país con salarios más al tos el que produzca más barato y el que tendrá, por tanto, ventaja absoluta". (Guerrero 1995:27) decir en los países subdesarrollados, lo cual impide que se instalen industrias de alta tecnología, y sólo cuando los métodos productivos se han banalizado entonces es costeable "echar mano" de esos países, que tienen que especializarse (porque todos los postulados de la teoría de las ventajas comparativas son falsos) en los productos más simples o en aquellos que por condiciones naturales no producen otros países. Estos planteamientos son una herramienta imprescindible para abordar el moderno debate sobre las relaciones económicas internacionales, desentrañar los "secretos" de fenómenos recientísimos como la integración económica, la formación de los bloques regionales y eso que se ha llamado la economía global". Constituyen por tanto el hile conductor de nuestro análisis de las relaciones que SE establecen en la economía mexicana como consecuencia de su situación de atraso económico y su inserción en el Tratado de Libre Comercio de Norteamérica. ¿Qué es el subdesarrollo? Un enano de cabeza enorme y tórax henchido es "subdesarrollado" en cuanto a sus débiles piernas o sus cortos brazos no articulan con el resto de su anatomía; es el producto de un fenómeno teratológico que ha distorsionado su desarrollo. Eso es lo que en realidad somos nosotros, los suavemente llamados "subdesarrollados", en verdad países coloniales, semi coloniales o dependientes. Somos países de economía distorsionada por la acción imperial, que ha desarrollado anormalmente las ramas industriales o agrícolas necesarias para complementar su compleja economía. Che Guevara Capítulo III LA CONTROVERSIA LIBERALISMO-PROTECCIONISMO EN LOS PROCESOS DE INDUSTRIALIZACION DE MEXICO y ESPAÑA Parafraseando lo dicho por Marx para el siglo XIX, nosotros podemos decir que en relación al siglo XX el triunfo más grande del librecambismo lo constituyó la firma del Tratado de Libre Comercio de Norteamérica. Y esto es así porque mientras la derogación de los aranceles que gravaban la importación del trigo para Inglaterra significó de hecho que los ingleses se especializaban definitivamente en la producción de manufacturas, haciendo que la periferia se ocupase de la producción de alimentos y materias primas, en el caso de los Estados Unidos la firma del Tratado de Libre Comercio, significa, en definitiva, que este país recupera la hegemonía en una área económica que hasta ese momento había opuesto un fuerte nacionalismo. Vencido el nacionalismo mexicano se les abren a los norteamericanos, además, las puertas de economías tan importantes como la brasileña y las del resto del subcontinente latinoamericano. Este movimiento se pretende concretar a través de la llamada "Iniciativa de las Américas", que crearía una zona de librecambio a lo largo y a lo ancho de toda América. Aquí cabe una analogía, y esta se refiere al caso de México, puesto que en el siglo XIX la lucha entre librecambistas y proteccionistas era la lucha entre liberales y conservadores. La razón por la que luchaban se debe al lugar que ocupaban las naciones dentro del la división internacional del trabajo y que hacía que se definieran los bandos que postulaban una u otra alternativa. Ciertamente esto sucedió a raíz de la integración de la economía mundial y la división internacional del trabajo que de ahí surgió. El tercer mundo se convertiría en la fuente de materias primas y de alimentos de los países industrializados, representados no sólo por Inglaterra, ya que si bien es cierto que se colocaba a la cabeza sería acompañada más tarde por Alemania, Francia, etc., y después por Estados Unidos y Japón. Las políticas económicas de los industrializados fueron consolidando toda un área de subdesarrollo conformada por los países más atrasados o sobre los que tenían algún tipo de influencia. Es el caso clásico de la relación de Inglaterra con la India, donde este país fue obligado a renunciar a sus intentos de desarrollar la industria textil, y a comprar las telas a los ingleses, lo cual se dio gracias a ese espantoso espectáculo de muerte y desesperación de los artesanos hindúes que trabajaban en los telares. Existe indudablemente un símil entre países como México y España, primero, y México y Estados Unidos, después, en donde se da también esta misma relación económica de la India e Inglaterra. Pero, ¿qué sucedía al interior de la economía y la sociedad inglesas? De hecho se dio el abandono de las tierras que se sacrificarían en aras de la industria y un proceso extensivo de proletarización. Cuando Marx se decide a determinar el momento en que se puede hablar de la génesis del capitalismo, siempre se remite al momento en que el productor directo es despojado de sus medios de producción (y de vida) y se crea en el mercado la oferta de un bien, la fuerza de trabajo, que en un proceso de "libre" compra-venta le da al sistema la característica más importante de su existencia: la fuerza de trabajo se ha convertido en una mercancía. Se puede hablar de capitalismo a partir de este hecho, que es el proceso de la acumulación originaria. Sin embargo, la expulsión de los agricultores por gracia de la libre importación de cereales es un suceso del desarrollo del capitalismo que nosotros podemos situar más adelante, y no corresponde exactamente a la génesis del capitalismo como modo de producción, porque esto sucedió mucho antes, más bien es propio del momento en que se da la primera y más importante división internacional del trabajo, la que condujo a la aparición de países desarrollados y países subdesarrollados. La peculiaridad de este hecho consiste en que los mecanismos de "despojo" no son la coerción sino la libre importación de cereales. Por supuesto para una discusión extraordinariamente brillante sobre este tema, aunque un poco breve, es necesario remitirse a Marx en su escrito "Discurso sobre el problema del libre cambio". (Marx y Engels 1987) Pero Inglaterra no sólo arruinará a sus pequeños productores muy ligados a la agricultura, también se encargará de convertirlos en asalariados, y aquí una acción se traduce en dos efectos, es decir, la abolición de las tarifas cerealeras deprimirá al sector agrícola al dar vía libre a la entrada de cuantiosos volúmenes de granos al mercado interno, y además los productores de cereales se verán arruinados y se proletarizarán. Se <liberan> recursos para la industrialización, se suministra mano de obra a la industria y, por otro lado, se incrementa la competencia entre los obreros. En palabras de Marx: "El incremento del capital productivo obliga al capitalista industrial a trabajar con medios sin cesar crecientes, arruinando con ello a los pequeños industriales y lanzándolos a las filas del proletariado. Además, como el tipo de interés desciende en la medida en que se acumulan los capitales, los pequeños rentistas que no pueden seguir viviendo de sus rentas se ven también obligados a recurrir a la industria, engrosando con ello el número de los proletarios. "Por último, cuanto más crece el capital productivo más obligado se ve a producir para un mercado cuyas necesidades desconoce. Tanto más precede la producción a la necesidad, tanto más trata la oferta de imponer la demanda y se hacen más intensas y más repentinas las crisis. y cada crisis acelera a su vez la centralización de los capitales y aumenta el proletariado". (Marx 1848:549) Pero a los pequeños productores hindúes no les esperaban las puertas de la fábrica, como no les esperan a tantos otros trabajadores que en la actualidad ven cerrados sus centros de trabajo, como resultado del liberalismo a ultranza, y que simplemente pasan a engrosar el ejército industrial de reserva. En el argumento de que las naciones se deben ocupar de aquello en lo que tienen "ventajas comparativas" se esconde la condena a los países menos eficientes a especializarse en actividades en las que las condiciones de incorporación de valor hacen a sus productos perfectas víctimas en la competencia internacional, se entiende, de producciones mucho más eficientes y sofisticadas. No es difícil darse cuenta de que al primer grupo pertenece el área de los países subdesarrollados, mientras que el segundo corresponde al conjunto de países que genéricamente se les conoce como países desarrollados. Ahora bien, el libre cambio en el régimen capitalista actual tiene como papel fundamental garantizar que se dé esta reespecialización en producciones más o menos primarias de los países subdesarrollados, y de productos con alto contenido técnico y científico y por tanto de mayor valor agregado en los países más avanzados. A diferencia de Inglaterra, España se condenó a una situación similar a la de un país subdesarrollado a raíz del papel que ocupara en la división internacional del trabajo como reexportadora de los productos ingresados de las colonias a otras metrópolis más desarrolladas. Esto se puede ver como una ironía de la historia económica, en el sentido de que un país que se ubicaba en el centro de la relación comercial y productiva internacional, por una serie de circunstancias se reubica en la periferia, esas circunstancias, sabemos, son la pérdida del imperio colonial que le permitía tener en exclusiva el mercado que necesitaban sus productos. Aquí queda claramente establecido que el papel que juegan los países en la división internacional del trabajo define su situación como desarrollados o subdesarrollados. Es necesario añadir, además, que la propia relación que se establece opera como una especie de compromiso forzado, es decir, a los países subdesarrollados les estará vedado el camino de la industrialización porque esto significaría que los países situados en el centro de la relación perderían a sus abastecedores de materias primas y el mercado para sus productos. Justamente cuando se logra romper esta relación, y esto lo han logrado los países de reciente industrialización como es el caso de los <tigres asiáticos>, es que se puede subdesarrollo. hablar de superación del estadio del El propósito de este capítulo es relacionar la problemática de las políticas económicas con la del desarrollo, a la luz de la controversia liberalismo-proteccionismo y los efectos que ha tenido en la práctica y evolución de las economías de países como España y México, vinculándolo además con el efecto a nivel microeconómico en el comportamiento, evolución y consecuencias para la empresa. Abordamos en el primer apartado la polémica que se generó en Inglaterra, a partir del siglo XIX, relativamente a la abolición o vigencia de las medidas arancelarias como una forma de coadyuvar, o no, a la formación de un mercado interno que posibilitase el desarrollo de la industria. En esta discusión se involucraron personalidades como Marx y Friederich List. En el caso de España consideramos las posiciones más recientes de Gabriel Tortella y Pedro Fraile. Analizamos cómo la industrialización a lo largo del siglo XX fue un producto, fundamentalmente, del proteccionismo. En el segundo apartado abordamos esta misma discusión en el caso de México, en donde los bandos proteccionista y librecambista dieron lugar a las dos corrientes fundamentales de carácter político económico que con su lucha van a dar la clave para entender la historia mexicana del siglo XIX. Seguidamente, y con el impulso del proyecto nacionalista de la revolución mexicana, se van a dar las condiciones para la industrialización a partir del crac del 29. En el tercer apartado explicamos cómo fue que, siguiendo una política que supo combinar el librecambismo con el proteccionismo de manera inteligente, los nuevos países industriales asiáticos sustentaron un proceso de industrialización sumamente innovador y eficiente. Finalmente, en el apartado cuarto, analizamos cómo es que la~ distintas situaciones de librecambio o protección afectan le marcha particular de una empresa, en este caso Petróleos Mexicanos (PEMEX). l. LA CONTROVERSIA EN ESPAÑA Mientras en el caso inglés la abolición de las leyes cereal eras se da en unas condiciones que permiten a Inglaterra despejar de su territorio las actividades agrarias, en el caso de las economías "latinas" no se da este movimiento, esto es, los países latinos siguen siendo esencialmente agrarios hasta bien entrado el siglo XX, y algunos continúan siéndolo. Esto posibilitó que desde el siglo XIX Inglaterra se incorporase tempranamente al centro de la relación países industrializados-países subdesarrollados. Lo interesante de toda esta cuestión es que mientras Inglaterra utiliza oportunamente el mecanismo del libre cambio para colocarse en un lugar muy ventajoso de las relaciones económicas internacionales, muchos países porfiaban en un proteccionismo que finalmente les habría de dejar con un gran atraso económico, lo que apunta con toda claridad que ese momento, el siglo XIX, era fundamentalmente de enarbolar el librecambio. Claro que la situación era diferente de país a país, por ejemplo los Estados Unidos fueron proteccionistas cuando Inglaterra era liberal, y eso no les perjudicó, al contrario. Esta verdad perfectamente válida para el siglo XIX (por lo menos hasta que comienza la crisis del liberalismo hacia 1870), se quiere hacer válida para todos los tiempos y lugares, es decir, un postulado universal para todos los países, lo cual ya tiene tintes históricos. Y es que la cuestión, cuando se presenta el problema un siglo después, es decir en el último tercio del siglo XX, nos hace pensar que insistir en los beneficios de las fórmulas neoliberales porque en el siglo XIX Inglaterra fue capaz de industrializarse con ellas, levanta la sospecha de que lo que realmente está detrás de todo es que, nuevamente bajo el argumento de las ventajas comparativas, se quiere que la industrialización se reconcentre en países que ahora ocupan el lugar de la Inglaterra de aquellos tiempos, verbigracia Estados Unidos, Alemania y Japón, mientras que por otro lado se vuelva a repetir el fenómeno de un nuevo subdesarrollo en donde un conjunto de países especializados en sus correspondientes "productos ventajosos" (baratos) SE concentran en actividades poco sofisticadas desde el punto de vista de la incorporación tecnológica. Ciertamente se puede atribuir a la debilidad del liberalismo del siglo XIX en España los males de su desarrollo en ese siglo, pero imputar los males del desarrollo español del siglo XX a la ausencia de liberalismo, o a sus debilidades, nos parece incorrecto. La modernización agrícola que necesitaba España para despegar desde el punto de vista industrial no se logró. La causa fundamental de este retraso se debió a la falta de una auténtica reforma agraria, esto es, las clases interesadas en crear un mercado agrícola de productos y de mano de obra se toparon normalmente con la trabas que imponían los rezagas feudales. El único intento de reforma agraria fracasó y se contentó con una ley de desamortización de los bienes del clero que según todas las evidencias sólo sirvió para fortalecer a las grandes propiedades latifundistas, eso por un lado. Por otro, y como consecuencia de lo anterior, los grandes terratenientes presionaron a los sucesivos gobiernos del siglo pasado para que impusieran tarifas proteccionistas que impidieron el ingreso de cereales y productos agrícolas a bajo precio lo cual les hubiera desplazado, pero justamente ese desplazamiento era necesario para crear un mercado agrícola de productos y fuerza de trabajo que le permitiera a la industria contar con estas dos condiciones fundamentales para un verdadero despegue industrial, y al no efectuarse esto lo único que se dio fue un cambio lentísimo de la agricultura, mientras que la industria nunca se separó realmente de las actividades artesanales. Ahora bien, en este contexto es correcto decir, como dice Tortella (1994) que: "Los altos aranceles, retrasando el crecimiento, contribuyeron a mantener la paz social y el status qua." Afirmación ésta que si no se le contextualiza correctamente puede ser un concepto que trasladado a otra época, otras condiciones y otra situación concreta puede resultar equivocado, y eso es justamente el error en el que cae Tortella al llevar este juicio sin más al proteccionismo del siglo XX, concretamente al que sirvió a España para industrializarse durante los años 1950 en adelante. De aquí que se pueda decir, como lo repiten los historiadores, que el siglo XIX contempló <el fracaso de la Revolución industrial en España>. Esta afirmación de Jordi Nadal (Tortella 1994:65) se desprende claramente de le anterior y es la causa de que España se encontrara en el siglo XX con la asignatura pendiente de una reforma agraria que le permitiera el desarrollo de su industria. Se ha dicho frecuentemente que la causa fundamental de la no reforme agraria se debe a que España contaba con un extenso imperio colonial que le impidió la modernización de diversos sectores de la producción al contar con un mercado en exclusiva para sus productos (recuérdese que los últimos restos de ese imperio los tenemos hasta el final del siglo XIX con Cuba y Puerto Rico así como con las Filipinas), tal es el caso de los textiles de Cataluña y del trigo, así como de otros productos mediterráneos como el aceite de oliva y la vid. Y esto no sólo afectó a España, también afectó a las colonias puesto que inhibió cierto tipo de producción dentro de su territorio al ser España el abastecedor en exclusiva de determinados productos, este es el caso de la producción de trigo que apareció floreciente en lo que se llama el triángulo del trigo en México (Tehuacán, Córdoba y la ciudad de México) y que tuvo que cancelarse para volver al tradicional maíz para no hacer la competencia a la importación de harina proveniente de la metrópoli. Con toda seguridad se puede decir que el debate más importante del siglo XIX, no sólo en España sino en toda Europa, lo fue la controversia entre librecambismo-proteccionismo: "Algunas conclusiones provisionales pueden extraerse de los hechos enumerados. El debate entre librecambistas y proteccionistas que tuvo lugar en España como en varios otros países estuvo en gran medida centrado en torno a la industria algodonera. Muchos se quejaban de que ésta había crecido a costa de los consumidores, hecho difícil de negar: gracias a la protección los fabricantes podían vender su mercancía a precios más altos que los del mercado internacional, lo cual evidentemente perjudicaba a los consumidores. También perjudicaba a los contribuyentes (que eran esos mismos consumidores) porque los ingresos impositivos de los casi prohibitivos aranceles eran menores de lo que hubieran sido con más importaciones legales y menos contrabando. Por añadidura, como han señalado varios historiadores, Sánchez Albornoz (1977) entre ellos, los fabricantes hicieron causa común con los terratenientes a finales de siglo y lograron formar un bloque o lobby proteccionista invencible (como en muchos otros países europeos por entonces)." (Tortella 1994:70-71) Con base en la doctrina liberal clásica, se señala frecuentemente el costo que se ven obligados a pagar los consumidores siempre que se imponen ciertas medidas que van contra la lógica del mercado. Así se hacen cálculos en teoría económica del impacto en los consumidores de cierta medida arancelaria, y esta cuantificación se esgrime como un argumento supremo en contra de ciertas medidas que limitar, la liberalización. La limitación de estos cálculos es que siempre suponen unos escenarios en los que el mismo modelo pone los supuestos que finalmente van a producir el resultado esperado, esto es, siempre se hacen suposiciones de carácter matemático que indefectiblemente conducen a la obtención de los índices esperados. Generalmente este método es el que se aplica para dilucidar si una medida de política económica resulta beneficiosa o no, y puede ser que acierte desde un determinado punto de vista, el del mercado, pero también es cierto que olvida consideraciones de carácter histórico muy importantes como es el caso de la génesis de la relación países desarrollados-países subdesarrollados. Y desde esta perspectiva también es necesario juzgar el papel de España en toda esta historia. Reproducimos a continuación las palabras de un funcionario de una empresa estadounidense respecto al lugar que ocupaba España en la división internacional del trabajo: "Este país interesante y bien dotado, pero retrógrado, no hace ningún progreso notable en el desarrollo de su propia industria siderúrgica, aunque muestra energía bastante para exportar todos los años su precioso mineral de hierro para enriquecimiento de otros países. Ni aún gana España tanto como pudiera suponerse a primera vista de este saqueo de sus tesoros, porque el capital dedicado a extraer y exportar su mineral es principalmente inglés, francés, alemán y belga, los beneficios de la expoliación ni siquiera acrecen en producción considerable a los españoles: se van con los minerales". (James M. Swank, secretario de AISA, en Tortella 1994:88) España productor de materias primas que luego serán transformadas por economías más desarrolladas, ¿no es este exactamente el escenario de los países subdesarrollados? Pero se argumentará que la exportación de mineral de hierro dejaba abundantes recursos. Sí, ciertamente, la exportación de determinados productos representa ingresos muy importantes para un país, y aquí cabría mencionar el caso del petróleo que, junto con los productos minerales, es muy cotizado en el mercado internacional. Sin embargo, indefectiblemente se revierten estas tendencias cuando estas materias primas "privilegiadas" se someten a las leyes de la determinación del precio en el comercio internacional, es decir, se deprecian en relación al incremento en valor de los productos manufacturados. En las relaciones con sus excolonias se manifiesta también este problema. En el caso de México, por ejemplo, una vez roto el sistema monopólico comercial de la época colonial, España no aparece entre los principales países con los que se establecen relaciones comerciales. Por otro lado, mientras los productos manufacturados que importaba México, (principalmente textiles de algodón, lana, lino y seda, y a finales del siglo equipo, materiales, combustible y maquinaria para la construcción y los ferrocarriles) provenían de Inglaterra, Francia, Alemania o Estados Unidos, de España se importaba básicamente vinos, licores, alimentos y abarrotes. El paso fundamental que tenía que dar España para el desarrollo del capitalismo a gran escala era introducir una verdadera reforma agraria que le permitiera liberar las fuerzas económicas que estaban ocupadas en exceso en la agricultura y trasladarlas a la industria, pero para hacer esto era necesario remover todos los obstáculos que impedían la creación de un verdadero mercado interno: "Como señalan Frax y Matilla [(1988), pp.246-7] desde comienzos del siglo XIX, e incluso desde antes, fueron removiéndose los obstáculos legales a la unidad del mercado. Las Cortes de Cádiz y el Código de Comercio de 1829 proclamaban el principio de libertad de comercio, aunque esta proclamación abstracta necesitaba, para tener validez, la abolición de una serie de trabas específicas. Los gremios quedaron definitivamente abolidos en 1834 (en Francia lo habían sido con la Revolución Francesa, y en Inglaterra casi simultáneamente), los portazgos (derechos de puertas que se pagaban cuando una mercancía entraba en una ciudad), pontazgos (por cruzar un puente), peajes (por utilizar un camino), barcazgos (por utilizar una barca), etcétera, fueron abolidos o moderados gradualmente. Los aranceles interiores separando unos reinos y territorios de otros fueron también abolidos gradualmente: los que separaban el Reino de Aragón ya lo habían sido en el siglo XVIII, tras la Guerra de Sucesión. Los últimos, los del País Vasco, lo fueron, tras la primera Guerra Carlista, en 1841 (aunque el País Vasco ha logrado mantener, con intermitencias, un régimen fiscal especial)." (Tortella 1994:114115) Lenin, en El desarrollo del capitalismo en Rusia, (1899), demuestra claramente cómo es que la creación de un mercado interno se constituye en pieza clave para el propio desarrollo capitalista, es decir, se tienen que elevar a la categoría de mercancía todos los bienes y productos, incluyendo la fuerza de trabajo, si no es prácticamente imposible desarrollar cualquier tipo de producción que se precie de ser capitalista. Y en esta labor el principal obstáculo es precisamente el de las trabas feudales que ciertamente hasta las leyes de Cádiz fueron removidas del espectro de las relaciones económicas de España. Aquí es necesario señalar que estas leyes se propusieron muy claramente una serie de objetivos, sin embargo, como el mismo Tortella había dicho parafraseando a Marx, "España es el país de las proclamas s in pasar a la acción", esto es, no se pusieron en práctica sino de forma muy gradual y lenta. Una polémica que se origina a partir del siglo XIX es la que discute si darle más importancia al librecambismo o al proteccionismo. Fiedericht List es proteccionista, y plantea que es necesario proteger a las industrias nacientes, mientras que Adam Smith es librecambista, y plantea que toda protección favorece a las industrias ineficientes. Los mercantilistas están a favor de exportar más e importar menos, mientras que los liberales piensan que no se le debe dar demasiada importancia a una u otra cuestión. En España se protegió todo, se originaron oligopolios pasivos, cuando es evidente que se debe buscar un proteccionismo selectivo: "La contribución del comercio exterior al crecimiento económico es un tema muy controvertido. Hasta hace unos quince años en España predominaba la opinión de que el comercio internacional perjudicaba a los países no industrializados y que, por lo tanto, a España, como país atrasado, le convino cerrarse al comercio, como efectivamente hizo. La idea simple que respalda esta opinión es la vieja doctrina de las <industrias nacientes>: las industrias del país atrasado nunca podrán desarrollarse en competencia con las del país adelantado. Pero esta idea es excesivamente simple. Ya en el siglo XIX la complejidad industrial era tal que en muchos casos el desarrollo de una industria estimulaba el de su complementaria: Suiza utilizaba hilo inglés, Italia lingote español, etcétera; por otra parte, ya Adam Smith había descubierto que la división del trabajo (el progreso técnico) es función del tamaño del mercado, y Ricardo había ya mostrado , con su teorema de la <ventaja comparativa>, luego refinado por John Stuart MilI, que cuanto peor dotado estuviese un país más se beneficiaba del intercambio exterior. Las bases de la teoría del comercio internacional eran bien conocidas a mediados del siglo XIX. Ni la teoría ni la práctica ya entonces confirmaban los temores de los proteccionistas". (Tortella 1994: 125-126) Aquí está el argumento esencial de Tortella. Como es clásico en toda concepción neoliberal, se basa en la teoría de las ventajas comparativas de Ricardo, lo cual quiere decir, como hemos visto en los capítulos anteriores que ningún país debe temer al libre comercio y a la especialización que de él se deriva, así, por ejemplo Portugal deberá producir vino y corcho, corno México plata, petróleo y garbanzo, etc. Luego entonces si cada cual produce aquello que mejor puede producir pues salen sobrando las barreras al comercio. Lo que no dice Tortella es que el planteamiento de A. Smith es opuesto al de Ricardo, es decir, que para Smith lo que rige en el comercio internacional es el principio de las ventajas absolutas, esto es que los países deberán especializarse en aquellos productos en que sean más eficientes en términos absolutos, y que son los costes absolutos menores los que dominan el comercio internacional. Como dice Shaikh: "Las exportaciones y las importaciones, después de todo, son llevadas a cabo por los capitalistas para obtener ganancias, no provecho para la 'nación'. Además, las ganancias dependen de manera crucial de los costos absolutos en dinero: el productor de menores costos siempre está en posición de superar a sus competidores. En el comercio entre dos países avanzados se puede esperar que cada país tenga algunos productores absolutamente eficientes, de suerte que, en este caso, la ventaja absoluta y la ventaja comparativa coincidan: cada país tendrá una mercancía que produce con menores costos y que, en consecuencia, exporta. Pero, ¿cómo puede un país atrasado, en competencia con un país avanzado, tener la esperanza de disfrutar las 'ganancias del comercio' cuando sus productores en las dos mercancías incurren en los mayores costos?" (Shaikh 1990:157) Aquí David Ricardo introduce la necesidad de un mecanismo automático, la teoría cuantitativa del dinero, tema que hemos desarrollado en el capítulo anterior. Se ha demostrado que la realidad no funciona de acuerdo con esta teoría. El comercio libre, así como la libre competencia al interior de un país, es la causa de las desigualdades, su reproducción y persistencia. Aunque Adam Smith no lo haya dicho, sí que tiene sentido instrumentar de una manera inteligente el proteccionismo que sea necesario para que se desarrollen aquellas industrias que por razones históricas ciertos países, concretamente los pertenecientes al área subdesarrollada, no hubieran podido desarrollar, y que luego van a garantizar un tipo de producción con una fuerte incorporación de tiempo de trabajo (se puede utilizar el término exacto de Marx de tiempo de trabajo socialmente necesario), o mayor valor agregado. De otra manera el país subdesarrollado tendrá dificultades para exportar, y aunque lo lograra su posición sería la de un país con déficit, y por lo tanto eternamente endeudado. "El comercio no servirá para eliminar la desigualdad sino para perpetuarla". (Shaikh 1990:199) Y esto no quiere decir que la economía se mantenga por completo en la autarquía, se puede dar una apertura importante manteniendo protegidos sectores clave de la producción. Luego volveremos sobre esto tratando de ejemplificar utilizando un caso concreto corno es el de los llamados "tigres asiáticos". Existe la reflexión que plantea que el librecambismo ha significado invariablemente progreso para la economía. Aquí hay una gran confusión porque el hecho de que una economía se abra en el sentido de que comercie con otras no significa un librecambismo a ultranza, es decir, el dejar el estadio de autarquía no significa que se abolan absoluta e indiscriminadamente todas las barreras arancelarias, esto es, que se ponga en acción la doctrina librecambista. Por el contrario, se puede dar el caso de que se esté comerciando con el mundo y al mismo tiempo se mantengan restricciones y barreras respecto a determinados sectores clave, y este es precisamente, como ya mencionábamos, el caso de los tigres asiáticos y también de Japón. La cuestión es que Tortella plantea que la economía dejó de aplicar el proteccionismo como instrumento de política económica desde mucho antes de que lo abandonara efectivamente. Para ser precisos plantea que España dejó de usar esta política desde los cincuentas, y como la industrialización fuerte se inicia exactamente a partir de esta fecha luego entonces concluye que España se industrializó gracias al liberalismo. Pero éste sólo vendría efectivamente después, es decir, con la entrada de España a la CEE, Y es justamente cuando se pone en práctica este liberalismo cuando se da el proceso no de industrialización, sino de desindustrialización. Pero se quiere hacer creer que los mecanismos de mercado fueron los que hicieron crecer a la economía española durante el franquismo y que la activa intervención del Estado de la que era portador Franco (gracias o a pesar de él) no hicieron otra cosa que entorpecer ese crecimiento. Como se puede ver Tortella resuelve su problema de postulados teoréticos atribuyendo al liberalismo un proceso de industrialización que no le corresponde, y después ignorando que el liberalismo que realmente existió fue el que desindustrializó a España. Ninguna economía se abre indiscriminadamente salvo casos excepcionales, y en este último casillero habría que ubicar a México como un caso de apertura desenfrenada, sin períodos de transición y en formé completamente unilateral, es decir, sin correspondencia por parte de las otras economías. Pero de este problema nos ocuparemos más adelante. No se puede utilizar el proteccionismo o el librecambismo exclusivamente, éstas políticas deberán instrumentarse de acuerdo a los fines que se quieran y de una manera flexible, no dogmática. El proteccionismo puede ser flexible, es decir, orientarse a aquellos sectores más vulnerables, además de que se debe combinar con una activa intervención del estado en la economía que tenga como propósito incentivar el desarrollo tecnológico y centrarse en el fomento a las actividades productivas que más lo requieran (a pesar de las objeciones de las teorías del "rent seeking" ). Por otro lado el estado puede y debe regular las actividades de aquellos capitales que se inviertan en el país para que se sometan a las modalidades que más convengan al desarrollo de la economía. Los nuevos países industriales asiáticos lograron proteger sectores clave, incentivar sectores que les interesaba desarrollar, invertir en I+D y controlar la inversión extranjera, todo esto hizo posible que los "tigres asiáticos" se convirtieran en una de las zonas más competitivas ligadas al comercio exterior, lo cual demuestra que oponerse frontalmente al proteccionismo, como lo hace Tortella, es equivocado. En estos países hubo una sabia combinación de apertura comercial y proteccionismo, y en forma simultánea no sucesiva. Aquí es necesario hacer una aclaración relativamente a la intervención del estado en la economía. Por supuesto que no todo intervencionismo reviste las mismas características, tenemos intervencionismo en el fascismo, pero también lo tenemos en la economía socialista, y en el americanismo. Evidentemente existe un interés muy concreto de los enemigos de todo intervencionismo de poner un signo de igualdad entre intervención y fascismo, pero entre la planificación socialista, por un lado, y el fascismo, por el otro, existen diferencias de esencia, a pesar de que el intervencionismo del estado en la economía de la URSS se haya visto empañado por una serie de errores. Este no es el momento de hacer grandes disquisiciones sobre este problema pero sí que es cierto que es erróneo el rechazo a todo tipo de intervención del estado en la economía. Se pueden encontrar ejemplos de las "virtudes" del otro extremo, es decir, de la falta de regulación estatal en la economía (que no deja de ser otra forma de intervenir), de cómo la negativa a esta intervención, es decir el ultra liberalismo, ha engendrado algunas de las experiencias más costosas en vidas humanas, como es el caso de la dictadura de Pinochet, por poner sólo un ejemplo. Intervención del estado en la economía en países como México y España la tenemos en un largo período de la historia. En España durante el franquismo, en México todo el período pos revolucionario hasta antes de los ochentas. Una de esas intervenciones en España, que por su interés merece mencionarse, es la del SNT (Servicio Nacional del Trigo), que tiene su equivalente en la CONASUPO (Compañía Nacional para las Subsistencias Populares) de México, que por otro lado también compra en el mercado externo productos en exclusiva, como es el caso de la leche en polvo y otros. Pero demos un repaso a las posiciones teóricas relativamente al proteccionismo y el desarrollo económico de España. Según Tamames (1990): "La nueva industria destinada a cubrir la demanda del mercado interior no pudo comenzar a surgir ( ... ) sino con la protección arancelaria ( ... ) En 1892 quedó instaurado el proteccionismo industrial en España de un modo definitivo y a partir de esa fecha la industrialización ya no dejó de progresar"; Jurgen Donges: "El sistema de protección actuó como catalizador del arranque del proceso de industrialización por su efecto inherente de mejorar la relación de intercambio interior del sector manufacturero y de traer, por consiguiente, factores primarios de producción de otras ramas de la economía. A este efecto es preciso añadir el hecho de que la protección del mercado interior ofrece posibilidades atractivas de inversión y conduce, por lo tanto, tendencialmente a la importación de capital, que es precisamente lo que más escaseaba en la economía española a principios de este siglo" (en Tortella 1994); Pedro Fraile: " el trabajo de Pedro Fraile relativo a una de las industrias más protegidas, la siderurgia, sugiere que el arancel dio lugar a la formación de un oligopolio siderúrgico en los años veinte y treinta que a la postre <impidió que la siderurgia creciese, se diversificase y se convirtiese en el sector dirigente que fue en otras economías europeas> [Fraile (1985) en Tortella 1994J En general, para Fraile, "el efecto de la protección prohibitori~1 sobre la industria española durante la primera mitad del siglo XX fue un retraso relativo al resto de Europa que se fue crecentando a lo largo de los últimos años del siglo XIX y primera mitad del XX" (FrailE 1991:216); Tortella: "La protecfi6n arancelaria, encareciendo los inputs, ahogando la competencia, y contribuyendo a cerrar los mercados exteriores, no hizo sino retrasar le industrialización. En el siglo XX, el mayor crecimiento demográfico, la innovación tecnológica, propiciada por la importación de técnicas extranjeras y por la incorporación de nuevas generaciones de trabajadores, empresarios y capitalistas (incorporación que fue resultado de un lento proceso acumulativo) f favoreció la diversificación y el crecimiento industriales. Es muy dudoso que la política de fomento industrial tuviera un importante papel en este proceso. El paralelismo entre la evolución económica española y la de sus vecinos europeos induce a pensar que la creciente integración de España en la economía europea tuvo mucho más influencia en el desarrollo económico del país que aquellas políticas que tendían a aislarla impidiendo tal integración". (Tortella 1994:256-257) Como decíamos más arriba, es muy difícil entender la naturaleza de una categoría si no tomamos el contexto concreto en el que se sitúa. Así, si el liberalismo tuvo en el siglo XIX un efecto industrializador para Inglaterra, para la India fue lo contrario, de la misma manera el liberalismo-proteccionismo tiene otro significado en el caso de la Unión Europea. Aquí conviene hacer un par de observaciones respecto a esta serie de planteamientos sobre el proteccionismo y el librecambio referidos a los procesos de integración económica. Primero, el proceso de la integración económica consiste fundamentalmente en dos aspectos: por un lado el bloque que se crea como resultado de la integración mantiene una política de protección comercial hacia el exterior al tiempo que, por otro lado, internamente se mantiene una política de librecambio entre los integrantes del bloque económico. Esto lo que nos viene a mostrar es que de hecho los procesos de integración no son otra cosa que un momento particular de la relación que se ha establecido entre proteccionismo y librecambio. Lo novedoso ahora de esta relación es que se trata de la constitución orgánica de estos dos procesos que pasan a formar una unidad de contrarios, es decir, entre proteccionismo y librecambio ahora se da esa unidad orgánica bajo la forma de una lucha de contrarios en el proceso mismo de la integración, y como rasgo inherente, necesario al mismo proceso. Anteriormente la relación entre proteccionismo y librecambio estaba ligada de una forma un tanto casual por una suerte de alternancia, esto es, que se imponía una forma a costa de la otra o sucedía 10 inverso. Ahora proteccionismo y librecambio coexisten en una unidad que da como resultado el proceso de integración económica. En el planteamiento de Marx, cuando una relación se constituye en el soporte del resto de los procesos que componen un fenómeno, es decir, cuando cierta relación es el aspecto decisivo y determinante que influye a lo largo de todas las etapas de un fenómeno, se le llama la base de ese fenómeno, o para ser más exactos, se trata de la base de aquellos aspectos que componen la esencia del fenómeno. Justamente el capitalismo sería la articulación de múltiples relaciones y vínculos de los cuales la mercancía se constituiría en la base de esta formación económico-social, de igual manera esa relación entre proteccionismo y libre cambio estaría en la base del fenómeno de la integración. El gran argumento del librecambismo es el abaratamiento de los productos producidos en una situación de competencia. Este es justamente el argumento supremo que se formuló por primera vez con los economistas clásicos y que sigue en pie hasta la actualidad. Sin embargo la contraparte de este argumento es que la competencia muchas veces le pasa la cuenta a sectores de la producción que tendría un interés especial mantener y desarrollar hasta que pudieran sobrevivir por sí mismos en un contexto de competencia, es decir, se puede plantear la necesidad de preservar ciertas industrias, sobre todo el tipo de industrias más vulnerables de los países subdesarrollados, a la feroz competencia de los países más aventajados en términos de tecnología, fuerza de trabajo y de control de mercados en estas mismas ramas. El concepto darwiniano de capitalismo nos acostumbró a atribuirle a la competencia un efecto de desarrollo absoluto al ejercer un efecto depurador de las fuerzas productivas, ignorando la necesidad de ofrecer determinadas condiciones propicias para que se pueda desarrollar la producción en ciertas circunstancias y sobre todo una producción de carácter industrial en países que, como la India, habían sido sometidos a una serie de distorsiones en su desarrollo. La historia de la relación librecambismo-proteccionismo tiene muchos capítulos, y es especialmente abundante cuando se estudian las causas que originaron las sucesivas divisiones internacionales del trabajo que ha conocido la historia económica. Una de las causas de la independencia de las colonias del dominio colonial español lo fue el monopolio con el que España enfrentaba la producción de la colonia; en el caso de Cuba es clarísimo que si España cerraba las fronteras al dulce cubano éste iba a tener muchos problemas puesto que el único mercado al que podía tener acceso era exactamente el de España, entonces los productos de las colonias se encontraban en un callejón sin salida porque no tenían acceso al libre mercado internacional, la única salida era bajar los precios hasta niveles exagerados o de plano sucumbir. No me cabe la menor dudad de que esta fue una de las causas de la independencia de Cuba de la Corona española. En el siguiente pasaje aparece muy clara esta idea: "Ahora resulta claro cómo la protección a las industrias de consumo peninsulares, en concreto la algodonera y la azucarera, a la larga contribuyó al <desastre del 98> a través del agravio económico infligido a las colonias ultramarinas. Las Leyes de Relaciones Comerciales con las Antillas de 1882 y las disposiciones fiscales y arancelarias que las acompañaban crearon un dispositivo por el cual estas islas se veían obligadas a consumir tejidos de algodón (y harinas) [más arriba hemos mencionado el dato de que España desincentivó la producción de trigo en México para así poder introducir la harina que producía ella misma] peninsulares en tanto que su principal producto de exportación, el azúcar, se veía excluido del mercado español". (Tortella 1994:260) Según Tortella se pueden señalar una serie de errores del franquismo en el proceso de industrialización: poca disponibilidad de materias primas; autarquía; pocos recursos para la formación de capital fijo; tipo de cambio sobrevaluado; control de cambios y de divisas; control sobre los salarios; congelamiento del precio de la electricidad; intervencionismo del estado a ultranza con el "pretexto" de proteger industrias; control del comercio exterior, de las inversiones, etc. Aquí es donde se puede ver el grado de autonomía relativa del estado en un régimen como el de Franco. Ciertamente Franco se apoya en clases que para nada están interesadas en la industrialización, y sin embargo lleva adelante el proyecto industrializador porque lo que le está interesando es desarrollar unas bases de apoyo económico que le permitan enfrentar su aislamiento del resto del mundo al tiempo de poder hacer circular cierta porción de plusvalía entre la población que le permita ganar consenso, tener un control corporativo sobre todo de los trabajadores. Ese era el propósito inicial, más adelante las cosas se le complicarían porque junto con la industrialización sobrevendría la clase que es inherente a ella, es decir, la clase obrera, y aquí Franco tiene que inventar fórmulas corporativas que le permitan establecer el control de las masas. Entonces la autonomía relativa del estado se torna en una de sus formas particulares que es un régimen corporativo que frecuentemente cae en posiciones de equilibrio (bonapartismo diría Carlos Marx Pero Franco supo utilizar, a pesar de las distorsiones, el instrumento proteccionista para industrializar España, y es que España se enfrentaba a una serie de problemas, corno su aislamiento, frente a los cuales era difícil desarrollar una política de industrialización que no fuera la que se basaba en un fuerte proteccionismo. Claro, todos lo sabemos, el industrialismo de Franco le dio respiro hasta el día mismo de su muerte. Y el industrialismo de Franco no se crea que está cortado con un solo patrón de política económica, el proceso de industrialización contó con dos políticas cuando menos, una de autarquía cerrada que se cubre en sus líneas generales hasta el año de 1960, y el plan de estabilización que abarca de 1960 hasta 1975: "El plan de estabilización y las medidas que le siguieron marcaron un claro cambio en las directrices de la política económica española; pero, ( ... ) cuanto más cambiaba la política de la dictadura más permanecía lo esencial [Tortella seguramente conoce la divisa del Gatopardo de "cambiarlo todo para que nada cambie", aunque prefiere utilizar el adagio francés plus 9a change, plus cést la meme chose]. La realidad económica se fue imponiendo, y el régimen se fue adaptando (ése fue su acierto), pero muy lentamente, resistiéndose! y con muchas marchas atrás. Así, si los controles más férreos y visibles desaparecieron, muchos subsistieron, y se crearon otros nuevos y más sutiles, pero igualmente reales y operativos. En materia de política industrial, que era uno de los sectores predilectos del <jefe de estado>, el intervencionismo, el proteccionismo, y los factores monopolísticos subsistieron aunque con formas diferentes, más complejas y refinadas. Desapareció un símbolo del industrialismo autoarquista con la airada dimisión de Suanzes de la presidencia del INI a finales de 1963; pero el INI sobrevivió y, aunque con otro estilo siguió desempeñando un papel clave en la política industrial del régimen. Las limitaciones cuantitativas al comercio exterior se redujeron mucho: pero fueron sustituidas por el arancel de 1960, muy proteccionista, a lo que se añadieron más tarde nuevas intervenciones directas en el comercio exterior. En 1963 se promulgó la Ley sobre Prácticas Restrictivas de la competencia, pero la política siguió favoreciendo las prácticas, y sobre todo las estructuras, monopolísticas". (Tortella 1994:287). Nos parece que Tortella se contradice con lo dicho en esta cita y lo que ha venido diciendo antes; según él, con el plan de estabilización, el país SE liberalizaba, pero ahora resulta que fue un movimiento de revolución pasiva. La verdad es que es muy difícil demostrar que el proceso de industrialización de España es obra del liberalismo a ultranza, entonces era necesario atribuirle, aunque fuera un poco, cierto liberalismo a Franco. Paradójicamente el régimen de la democracia, que se inicia a fines de los 70 hasta la fecha, ha dado como resultado, en términos generales, la desindustrialización. Es justamente a partir de la liberalización progresiva y hasta ni veles alarmantes, que España fue perdiendo su anterior base industrial, y claro, ya sabemos que se argumenta que era pura industria ineficiente, pero era industria, y se podía haber conservado y mejorado, no destruirla simplemente. "La llegada de los socialistas al poder a finales de 1982, con clara mayoría parlamentaria y un claro mandato reformista, implicó la puesta en marcha de una política económica más estructurada y coherente. En materia de reconversión, en lugar de abandonar, se tuvo el acierto de reconocer lo imprescindible de tal política, y la necesidad de aplicarla de manera más determinada y consecuente que sus antecesores. El espíritu de la Ley de Reconversión y Reindustrialización de 1984 era no tanto compensar a las empresas por las pérdidas experimentadas cuanto fomentar las inversiones que facilitaran la creación de nuevas industrias y el trasvase de la mano de obra de las viejas a las nuevas. Para ello se preveían créditos y subvenciones a nuevas inversiones y la creación de <Zonas de Urgente Reindustrialización>, tratando de aprovechar las economías externas de las regiones desindustrializadas y aminorar los desplazamientos de los trabajadores. También se llevaron a cabo planes de jubilación anticipada y se obligó al INI a aplicar también los principios y la lógica de la reconversión, reduciendo plantilla, acelerando las amortizaciones, y racionalizando la inversión". (Tortella 1994:295) No cabe duda que Tortella ha tenido aquí la gran capacidad para exponer de manera muy sintética las causas de la catástrofe a la que se enfrenta España hoy día. Resulta que el plan de reconversión fue en realidad un plan de desmantelamiento de la industria porque desaparecieron las anteriores sin lograr impulsar la creación o asentamiento de nuevas, y el trasvase de trabajadores sólo se dio a la categoría de pensionados y desempleados. Y no podía ser de otra forma cuando el ingreso de España a la CEE la hacía sujeto de todas las obligaciones que en materia de política económica se impone a los estados miembros. Una política que al favorecer a los países más eficientes genera desigualdades crecientes a través de lineamentos de observancia obligatoria a favor de la libre competencia y que en lo fundamental se traducen en el traslado de las industrias, la agricultura, los servicios, la banca, a los lugares en los que se tenga más eficiencia en el ejercicio de estas actividades. Nuevamente el criterio de las ventajas comparativas. y como España tenía industria, agricultura y otras actividades pero no eran las más eficientes éstas han tenido que irse cerrando una a una para que reaparecieran en Alemania, en Francia, países bajos e Inglaterra y hasta en Italia, ¿con qué se ha quedado España?, con el turismo, pero la industria que se creó desde la era del intervencionismo de Estado, de eso quedan pocos rastros. A cambio de seguir estas directivas se benefició de los Fondos Estructurales y de Cohesión, ahora se tienen mejores carreteras y más telefonía a cambio de ofrecer el mercado que antes abastecía su propia industria a países que ahora se hacen de él porque la producción de España es poco competitiva y la de ellos se ha ampliado. ¿Cuántas veces se tiene que repetir la misma historia? Existe un dicho inglés que dice que "no hay que tirar al niño con el agua de la bañera", efectivamente la existencia de la industria española durante el franquismo es el producto de una cerrada protección, que amamantó bajo el escudo protector de una coraza una industria que todo lo bloqueaba, y es muy probable que fuera ineficiente bajo el esquema de protección que se dio, porque existe otra forma de protección que es eficiente, es decir que permite que se desarrolle la productividad de las empresas, pero de esto nos ocuparemos más tarde. Muchas empresas se mantuvieron en condiciones muy precarias de desarrollo científico-técnico, y por tanto de productividad, sin embargo, la medida de "corrección" que se tornó fue corno dejar que se fuera por el desagüe el niño con el agua, esto es, que de una protección cerrada se pasó a un liberalismo suicida en las relaciones comerciales. Por último, he aquí otras de las afirmaciones de Tortella: "la intervención del estado contribuyó a aislar a la economía española, [...] la protección significó una carga, ya que encarecía la mano de obra y las materias primas sin ninguna contrapartida frente a los competidores en el mercado internacional. [...] si el Estado español ha renunciado con desgana al proteccionismo a ultranza ha sido a cambio de nuestra entrada en Europa". (Tortella 1994:374) Pero la cuestión es que del proteccionismo a ultranza se pasa al liberalismo a ultranza que no protege nada y todo lo deja a merced de las leyes del mercado. Y pudiera ser que se argumentase que dado que la tasa de apertura de España es baja en relación a la media de la Unión Europea -los países más abiertos son Holanda y Bélgica-, el desmantelamiento de las barreras arancelarias poco tendría que ver con la desindustrialización. Sin embargo, en los hechos con la entrada a la UE la empresa española no se vuelve competitiva, sino que experimenta problemas para sobrevivir y de ahí la necesidad del proteccionismo. Falta investigación, innovación, tecnología, internacionalización y el tamaño adecuado. El estado tenía gran capacidad de intervención, un entorno proteccionista hace difícil que la empresa busque competir, pero a raíz de la integración caen las barreras y la empresa española se lanza a competir sin tener los niveles de eficiencia necesarios para ello. Los resultados no son los mejores, ya que se da el fracaso de muchas empresas. Con lo cual queda demostrado que la hipótesis liberal inicial es falsa, España no se industrializa con su ingreso a la Comunidad Europea sino que se da una merma apreciable en su tejido industrial. ¿Por qué las empresas españolas, una vez que desaparece su protección, resultan poco competitivas? Uno de los problemas que se han señalado es la estructura de propiedad y control (falta de especialización) así como la carencia de personal cualificado para la I+D. ¿Por qué fracasan las empresas españolas en el momento de abrirse a Europa?, ¿es España un país subdesarrollado?, no creemos que sea subdesarrollado, pero sí que tiene pocas ventajas absolutas frente a los otros competidores europeos, lo cual hace necesario que se instrumente una política inteligente de protección-librecambio. En la simple relación de libre comercio de los países subdesarrollados con respecto a los más desarrollados, los primeros perpetúan su situación de desventaja, y esto es así por la razón de que sin más elementos que el cambio por equivalentes, los países subdesarrollados están condenados al atraso. ¿Cómo romper este cerco? Tradicionalmente se ha echado mano de instrumentos como el proteccionismo para permitir el desarrollo de las llamadas industrias nacientes. Paralelamente se habla de un "proteccionismo competitivo" como es el caso del instrumentado por los NPIAs (nuevos países industriales asiáticos), que consiste en proteger hacia afuera y alentar la competencia hacia adentro entre distintas industrias sin permitir que se formen monopolios internos. Lo importante no es el proteccionismo en sí mismo, sino la estrategia global a la que obedece. Así, aunque en América Latina el patrón de industrialización ha tenido un al to componente de protección el resultado ha sido muy distinto al de los países asiáticos en cuanto al desarrollo de la industria de bienes de capital, eficiencia de la estructura productiva, innovación tecnológica, articulación entre el sector industrial y el agrícola, efectos de los flujos comerciales sobre la balanza comercial, etc. En los países asiáticos, particularmente en Corea y Taiwán, "la presencia de las empresas extranjeras obedece a una estrategia endógenamente definida, en la cual se les asignan funciones a esas empresas convergentes con los objetivos internamente definidos y que consisten básicamente en la penetración en los mercados internacionales con productos manufacturados localmente, aunque con un contenido elevado de importación." (Fajnzylber 1983:179) La función normativa y reguladora del estado, la "vocación industrial" y la fuerza del empresariado nacional, y la articulación del sector empresarial con el estado en la definición de un proyecto macroeconómico de largo plazo, son factores decisivos. En América Latina la presencia de las empresas extranjeras ha sido de gran magnitud e indiscriminada, y "si la protección ha servido para amparar masivamente la ineficiencia de empresas a las que difícilmente podrían aplicarse los criterios de <infant industry> ha sido fundamentalmente por la relativamente frágil vocación industrializadora de la cúpula dirigente, cuya constitución y composición ha variado según los países y períodos, pero que ha incluido, como tendencia general, con una ponderación no despreciable, al sector empresarial." (Fajnzylber 1983:179) Fajnzylber llama "proteccionismo para el <aprendizaje>" al instrumentado, por ejemplo, en Japón, y "proteccionismo <frívolo>" al implementado en América Latina. En el primer caso se trata de una protección que "favorecía un proceso de aprendizaje liderado por grupos nacionales vinculados con el Estado, articulados en torno a los pivotes químico y metalmecánico, cuya demanda futura se preveía dinámica, donde las importaciones se sustituían, dinamizando un mercado cautivo, se innovaba, se integraba selectivamente la matriz de relaciones interindustriales y se preparaba para penetrar en los mercados internacionales, incluyendo en ese objetivo los países que, como los Estados Unidos, constituían la fuente principal de inspiración tecnológica. La protección estaba al servicio de una estrategia concebida por agentes internos y orientada a la conquista futura del mercado internacional." (Fajnzylber 1983:181) En el segundo caso, el del "proteccionismo <frívolo>", "la protección amparaba une reproducción indiscriminada pero a escala pequeña, de le industria de los países avanzados, trunca en su componente de bienes de capital, liderada por empresas cuya perspectiva a largo plazo era ajena a las condiciones locales y cuya innovación no sólo se efectuaba principalmente en los países de origen sino que, además, era estrictamente funcional a sus requerimientos." (Fajnzylber 1983:182) Así aunque ambos grupos de países tengan en común el proteccionismo, su contenido y perspectivas fueron diferentes, y sus efectos sobre el desarrollo contrastantes. 2. PROTECCION y LIBRECAMBIO EN MEXICO Inglaterra presionó a los países que recién dejaban la tutela de España para que adoptaran el libre cambio, se trataba ante todo de que floreciera la exportación de materias primas de los nacientes países subdesarrollados hacia la metrópoli industrial de Inglaterra, así como el interés de poder venderles sus productos manufacturados. Por eso el siglo XIX se puede definir como el siglo del liberalismo. Una de las causas que impidieron que se diera un proceso de industrialización a lo largo del siglo XIX en México fue la falta de una cobertura que permitiera el desarrollo de los embriones de industrialismo: "Aún cuando los obrajes no fueron prohibidos, nunca gozaron de la protección estatal sin la cual la victoria de la industria hubiera sido imposible en Inglaterra, Holanda, etcétera". (Enrique Semo 1977:118) La intervención del estado en la economía arranca de fechas muy anteriores a la del keynesianismo, de hecho el estado se involucra con el propio desarrollo del capitalismo. El estado "vigilante nocturno" o "estado policía" en realidad no ha existido nunca, decía Gramsci, pues el mismo liberalismo es una forma de regulación estatal y no expresión espontánea del hecho económico. Son las distintas formas de relación entre estado y economía las que permiten definir determinados situaciones y periodos históricos como liberales o intervencionistas. Además, los procesos históricos concretos no se apegan al modelo "clásico", esto es, el "modelo" que se repite es en realidad no clásico, esto se verifica tanto en los acontecimientos políticos, como el de la revolución burguesa (nos referimos a la francesa como "clásica") como en los económicos, sea acumulación originaria, capitalismo o liberalismo (donde el "clásico" es el caso inglés). En este sentido se puede afirmar que en México durante el siglo XIX y las tres primeras décadas del XX predominan un estado y une política económica liberales, pero con muchas contradicciones y matices. Es lo que lleva sin duda a Reyes Heroles (1957)1 f cuyo estudio es un "clásico" en este tema, a insistir sobre la originalidad del liberalismo mexicano, originalidad que consiste básicamente en que mientras se sostienen posiciones liberales en general, al doctrinarismo liberal se opone por momentos un liberalismo sin libre cambio, o más bien, posiciones moderadas y pragmáticas que proponen un librecambismo condicionado, racionalizado, y algunos periodos de proteccionismo, particularmente entre 1821 y 1856. La forma en que México se insertó en el capitalismo mundial, y la manera en que esta inserción fue asumida tuvo un papel determinante en su desarrollo económico: no sólo se bloqueó la industrialización, sino la formación de la clase que debía impulsarla como proyecto, es decir, la burguesía nacional. El largo proceso de acumulación originaria que comenzó con la colonia y continuó con la independencia, la Reforma y el porfiriato solamente cumplió con su tarea "negativa", la disociación del productor directo, pero su obra no culminó en la integración de la fuerza de trabajo a la fábrica capitalista más que en una mínima parte. Esto no quiere decir que en México no se desarrollara el capitalismo ni la industria. De hecho, la industria en México se empezó a establecer desde 1830. De 1870 a 1880 la industria se desarrolló muy poco; en la segunda mitad de 1890 se inició la implantación del parque industrial moderno... En 1902-03 surge la industria del cemento y la siderúrgica (cuyo principal accionista era el capital francés). Se puede afirmar que "hacia 1910 México era en la América Latina el país más industrializado". (Rozensweig 1962:489) Sin embargo la población en México pasó a ser mayoritariamente urbana hasta 1960. En ese año la población rural representaba el 49,3 por ciento del total. Y si nos remitimos a las cifras de la fuerza de trabajo ocupada por sector vemos que según el Censo de 1960 en ese año más de la mitad de la población activa ocupada estaba en las actividades agrícolas y similares (el 54,21%), y que en 1994 más de la cuarta parte se dedicaba a estas actividades (ver Cuadro 1). 1 Ver: Jesús Reyes Heroles (1957), El liberalismo mexicano. FCE, México, 1974, 3 tomos. Cuadro 1 Población ocupada por sectores (En porcentaje del empleo total) Año Agricultura Industria Servicios No especificado 1895 62,50 14,55 16,23 6,72 1900 61,93 15,66 16,33 6,07 1910 67,15 15,05 16,57 1,23 1920 71,43 11,49 9,30 7,78 1930 70,20 14,39 11,36 4,05 1940 65,39 12,73 19,07 2,79 1950 58,32 15,95 21,45 4,29 1960 54,21 18,95 26,12 0,72 1970 39,39 22,95 31,88 5,77 1980 25,98 20,35 23,81 29,86 1990 22,65 27,79 46,13 3,43 1993 1/ 26 22 52 * 1994 1/ 26 22 52 * Fuente: lNEGl, 1994, Tomo l. Todos los datos hasta 1990, menos los de los años 1895, 1900 Y 1910, se basan en el Censo General de Población y Vivienda. 1/0CDE: Perspectivas del empleo 1996. * El sector no especificado no existe en las estadísticas de la OCDE. En los primeros años de vida independiente los liberales mexicanos se debaten entre una política librecambista sin cortapisas y otra mediatizada. Así, se presentan posiciones que se apoyan francamente con los postulados de Say, Smith y Ricardo. Se dice que los aranceles y las prohibiciones son un atentado a la libertad y a la propiedad, que fomentan la ineficiencia interna y perjudican a los consumidores, además se sobrestiman los recursos naturales y la actividad agrícola: "Se dirá asimismo: que esta importación libre arruinará nuestras fábricas, quedándose sin empleo una multitud de nuestros operarios, a lo que contesto. El que tales fábricas necesiten de prohibiciones absolutas para poder sostenerse, es señal clara de que no son muy productivas en sí mismas; y siendo así, conviene a la prosperidad pública abandonarlas, destinando los brazos que se empleaban en ellas a otras labores más ventajosas, las cuales nunca faltan a un país, por infeliz que sea, pues todos tienen algunas mercaderías análogas a su suelo, situación y demás circunstancias que producen exclusivamente o con especial ventaja, siendo esto mucho más cierto y claro con respecto a nuestra América, cuyo territorio es tan vasto y tan feraz, que, según los mejores cálculos, puede con solas sus producciones de agricultura, dar subsistencia a más de doscientos millones de habitantes. Pero prescindiendo de eso, esta reflexión es decisiva en la materia. El comercio no da sino en razón de lo que recibe. Por consiguiente, cuanta mayor cantidad de mantas recibamos del extranjero, en caso de libertad, tanta mayor cantidad de otros productos les hemos de dar en cambio". 2 Otras posiciones se declaran a favor del fomento de la industria y señalan problemas como las diferencias de costes y de desarrollo técnico y la falta de competitividad de la producción mexicana. Pero se pide protección no para llevar adelante un proyecto de industrialización sino solamente para las industrias ya existentes. Francisco García, connotado liberal mexicano se opone a que México base su desarrollo en la minería, hacerlo, di ce "Supone que hemos renunciado a las artes, de que depende la prosperidad de los estados. Las minas son de tal calidad, que toda la industria del hombre no puede darles más extensión que la que les da la naturaleza: son por consiguiente incapaces de sostener más que una población determinada. Es muy dudoso que la suma de todos sus productos exceda en la proporción debida a la de sus gastos. Es verdad que atendida la disposición de las nuestras pueden aumentar mucho su extracción; pero a más de que se requiere cierto estado de tranquilidad para invertir los capitales que demanda su giro, sólo podrán fomentar aquella parte de industria agrícola, fabril y comercial que baste para sus consumos, y todo esto es muy poca cosa." y por todo ello propone "prohibir todas aquellas manufacturas que han principiado a desarrollarse: conceder una absoluta libertad a todas las demás".3 Cuando el país pudiera "rivalizar sin riesgo con los extranjeros" se podría adoptar sin temores el libre comercio. En México fracasa el proceso de industrialización una vez que se logra la independencia, (1810-1821), por varias causas. Una fue la destrucción y desorganización que resultó de la guerra y que dejó al país en total bancarrota. A la pérdida 2 Manuel Ortiz de la Torre, citado en Reyes Heroles 1957:176. 3 Francisco García, citado en Reyes Heroles 1957:202. de vidas humanas (se estima que murieron 600 mil personas: 10 por ciento de la población y la mitad de su fuerza de trabajo) se suma la emigración y la fuga de capitales que precedió a la consumación de la independencia y que redujo los recursos financieros del país a la cuarta parte. (Vázquez 1976:768) Otra fueron las catástrofes producto de la competencia del exterior frente a la cual no existían restricciones, o las que existían eran ineficaces, y que significó la inundación del mercado mexicano de productos ingleses, franceses, alemanes y norteamericanos. Adicionalmente la deuda externa amenazaba a la nación mexicana; el país nacía a la vida independiente endeudado, y con el pretexto de garantizar el cumplimiento de sus compromisos fueron mandados ejércitosintervencionistas. México fue víctima de varias intervenciones extranjeras. Sufrió además constantes invasiones y agresiones de los Estados Unidos, y una guerra que le costó la pérdida de más de la mitad de su territorio.4 En los tiempos actuales no se estila mandar ejércitos a cobrar una deuda así sea muy desproporcionada, sin embargo se aplican equivalentes. La amenaza para la nación, como lo separaba Marx de una forma clarividente, está más que nada en la apertura-indiscriminada de la economía ya que merced a este mecanismo operan unas desigualdades de carácter comercial que indefectiblemente tienden a convertirse en problemas financieros crónicos sumamente graves: "las finanzas son como un arma y la política su gatillo" (palabras puestas por Coppola y Puso en uno de sus personajes del (El Padrino III). Evidentemente estos métodos no se conocían en aquel entonces y Marx planteaba que el librecambio amenazaba a los estados nacionales porque al hacer la competencia la nación más desarrollada a las menos desarrolladas la base económica era cuestionada y con ello el sustento de esos estados. Pero la causa más importante en el abandono de los intereses industriales fue que el sector social que se impuso aceptaba la ubicación de México en el mercado mundial como productor de materias primas. Y si se adoptaron políticas arancelarias 4 Durante la guerra México-norteamericana (1846-48), que fue en realidad una guerra de conquista, Estados Unidos controló los puertos mexicanos dando lugar a una entrada masiva de textiles y ropas que afectaron gravemente a la industria de hilados y tejidos mexicana, en aquel entonces la más importante de todas. Así se tiene por ejemplo, que en la Ciudad de México se pasó de tener 6 fábricas de hilados de algodón con un total de 10 mil 53 husos en 1843, a una fábrica con 600 husos en 1849. (INEGI 1994) no fue para promover la industria, sino para proteger la producción de ciertos productos primarios o con objetivos fiscales. La lucha entre liberales y conservadores se tradujo en la lucha entre librecambismo y proteccionismo. Los liberales tuvieron su base de apoyo en la oligarquía agroexportadora que estaba ligada al mercado internacional y los comerciantes, en cambio los conservadores estaban ligados a otro tipo de oligarquía, terrateniente, semifeudal, que era cercana a algunos intereses de la colonia española, por aquel entonces derrotada, y a una naciente clase empresarial. Siguiendo esta argumentación, los interesados en un cierto proteccionismo que diera la cobertura para la industrialización eran los terratenientes conservadores, en cambio los que no tenían proyecto industrializador eran justamente los liberales. En esto se puede notar que en la historia de México mientras gobernaban los conservadores hubo intentos industrializadores, pero cuando gobernaron los liberales nunca se desarrolló ninguna iniciativa en este sentido. También los conservadores fueron centralistas, mientras que los liberales fueron federalistas. Los terratenientes agroexportadores eran liberales y aquí la clave del asunto estriba en el distinto carácter de las clases sociales ligadas a la agroexportación que determinaba que sus intereses estuvieran ligados a la libre exportación e importación de mercancías, lo cual los hacía liberales y no conservadores como pareciera indicarnos la lógica de las cosas. Así, los liberales en México eran los grandes hacendados terratenientes ligados al mercado mundial, y los conservadores serían otro tipo de terratenientes, aquellos más ligados a la tradición del monopolio. Hay que decir que el liberalismo del siglo XIX en Inglaterra, sobre todo con las leyes cerealeras, prohijó la industria de ese país, mientras que el liberalismo de la misma época en México fue un obstáculo para la industrialización. Esto se explica por el distinto lugar que ocupan estos dos países en la división internacional del trabajo. Ciertamente existen una serie de parámetros que ubican en un determinado lugar en orden descendente a las industrias por su productividad, a éstas estadísticas es a las que con frecuencia se echa mano para calificar a las distintas economías y generalmente dirigir o no las inversiones hacia ellas. Sin embargo no se puede negar que la productividad, para ser entendida , necesita asociarse a las condiciones estructurales que hacen más barata la fabricación de un lingote de hierro en Estados Unidos que en Venezuela, sólo para poner un ejemplo, y es que muchas veces la productividad arroja un sólo dato expresado en costes de producción, pero, se da el caso, corno sucede en la realidad, de que, siguiendo nuestro ejemplo, a pesar de que tanto Venezuela como Estados Unidos tienen recursos tanto energéticos como de mineral de hierro semejantes para sus necesidades, resulta que existen diferencias abismales simplemente por el poder del capital que explota ambas fuentes minerales, es decir, mientras que en el caso de Estados Unidos tenemos a la industria de la siderurgia más grande de la tierra y más sofisticada desde el punto de vista de la tecnología, en el caso de Venezuela nos encontramos con la industria de la siderurgia de un país subdesarrollado. Si aceptamos la lógica del libre cambio, tendríamos que cerrar la factoría venezolana, entonces se estaría desplegando un proceso de des industrialización generalizada en los países subdesarrollados. Siguiendo la lógica neoliberal, simplemente Venezuela debería cerrar la industria siderúrgica y dedicarse al turismo, porque parece ser que tiene playas más bonitas que las de los Estados Unidos. Esta es la lógica del neoliberalismo; lógica que exige que nos abandonemos a las leyes puras y duras del mercado; lógica que justifica en gran parte lo que está sucediendo en el mundo. Y es por esta razón que es necesario encontrar una forma de "destruir el mercado", esto es, salirse de su lógica y hacer que las industrias sean lo productivas que puedan ser en virtud del fomento de la ciencia y la tecnología y el mejoramiento de la producción por las vías que se requiera, normalmente la intervención del estado. Pero no se puede desindustrializar a aquellos países que operan en condiciones de menor eficiencia que la de los estándares internacionales, porque de ser así se debería dejar toda la industria del mundo en Estados Unidos, Japón y Alemania, y el resto convertirse en países agroexportadores a la usanza de la de división internacional del trabajo del siglo XIX. Existen casos en los que para que se abrieran los puertos al libre comercio se enviaron poderosas flotas para lograr este fin, uno de esos ejemplos es el de Venezuela que tuvo que abrir sus puertos al comercio exterior luego de que la armada inglesa lograse "convencerlos" a principio de este siglo. La libertad de comercio requería de un nuevo estado, sin embargo no sería un estado intervencionista ya que las clases interesadas en fundar este nuevo estado estaban a favor del liberalismo económico. En el México independiente se abren los puertos a las mercancías extranjeras, y se establecen aranceles bajos que no entorpezcan este movimiento. Los puertos mexicanos, sobre todo los del Golfo pero también los del Pacífico, quedaron, por el Decreto del 15 de diciembre de 1821,5 "libres de toda carga que no fuera el impuesto de importación del 25 por ciento ad valorem." (Vázquez 1976:769) Este impuesto sustituyó a todos los existentes anteriormente y constituyó uno de los logros más importantes del enfoque liberal y "desató una violenta respuesta por parte de una fuerte corriente que rechazaba la inserción de México en el contexto internacional corno país productor de materias primas. En 1824 este arancel se modificó en buena medida debido a presiones que ejercieron los talleres artesanales y los obrajes; en noviembre de 1827, el presidente Guadalupe Victoria decretó una ley que estableció gravámenes ad valorem del 40% a todos los artículos". (Villarreal 1988:268-269) Aún así el mercado mexicano se veía inundado por artículos extranjeros, principalmente ingleses y franceses. En 1935 la importación legal procedía en un 48 por ciento de Inglaterra, 17,3 por ciento de Francia, 17,3 por ciento de Estados Unidos y 7,1 por ciento de Alemania. Y el contrabando era incontrolable. Se estima que en 1845 "el total de artículos importados consumidos en la ciudad de México ascendió a siete y medio millones contra once millones de artículos del país, incluidos los comestibles. Los puertos florecieron con todo este comercio extranjero, llegando al grado de que en ciudades europeas se fabricaran artículos destinados a la feria de San Juan de los Lagos, que se desembarcaban en San Blas". (Vazquez1976:784) No es sino hasta el momento en que existe una clara intención industrializadora, de parte de Lucas Alamán, que se echa mano de los aranceles protectores: "Hasta 1847, el liberalismo doctrinario se vio obligado a ceder ante la opuesta concepción pragmática, vinculada estrechamente a los intereses de los hombres de empresa de la época, atendiendo más a la tradición y la experiencia heredada de la colonia. "La tesis manejada por los pragmáticos para alentar las manufacturas establecía la necesidad de aranceles protectores pero no prohibitivos, así como la libre entrada de maquinaria comprada en el exterior." (Villarreal 1988:269) Las diferencias que en materia de política económica habían mantenido liberales y conservadores durante la primera década 5 Este decreto lo calificó Miguel Lerdo de Tejada "sin disputa, el más liberal de cuantos ha habido en México". (Reyes Heroles 1957:204) de vida independiente, se agudizaron en los años 30, cuando los intereses industrializadores recibieron un fuerte apoyo de Lucas Alamán, ministro de Economía, con la fundación del Banco de Avío como instrumento de crédito a las actividades productivas y un plan de fomento industrial. "Alamán se percató con claridad de los problemas que suponía el desarrollo industrial, la necesidad de capital, de mecanizar las manufacturas existentes, eximir de impuestos la importación de maquinaria y decretar tarifas protectoras". (Vázquez 1976:780) Con la protección arancelaria y el apoyo financiero del Estado se pensaba desarrollar industrias básicas, principalmente textiles. Es de hacer notar la oposición que levantaron medidas como las emprendidas por Lucas Alamán, y es que en el siglo pasado no era claro que se debía seguir el camino de la industrialización, por el contrario el debate, como hemos visto en párrafos anteriores, era precisamente si se buscaba la industrialización o simplemente se entraba al mercado mundial como productor de materias primas, lo que suponía concentrase en la agricultura y/o la minería. 6 Las posiciones eran bastante encontradas. La oligarquía exportadora importadora luchaba por la monoproducción y una naciente clase ligada a la intervención del estado que originalmente eran los conservadores, luchaba por la industrialización. Sabemos que esta última fue derrotada y esto hizo que el siglo pasado fuera el del liberalismo. En 1842 el Banco de Avío fue liquidado, declarándolo de "nula utilidad y provecho para la nación". (Vázquez 1976:780) Esta institución encontraría su traducción en el siglo XX en Nacional Financiera, creada en 1934. En realidad no fue sino hasta ya entrado este siglo cuando en México se concibió la industrialización como eje del desarrollo: "Aunque mucho antes de la década de los 40 -inclusive en un periodo previo al porfiriato y durante el mismo- existían sectores reducidos de la élite que justificaban sus deseos de industrialización en términos de mayor justicia social, de acuerdo con la filosofía liberal en boga y aunque algunas de las condiciones objetivas para su expansión ya existían, se puede afirmar que fueron las circunstancias prevalecientes durante la primera mitad de los 40 las que lograron que amplias capas del sector público y de los negocios tomaran conciencia del crecimiento industrial como medio para alcanzar no sólo la riqueza sino también la meta de cierta justicia social -ya definida como un 6 Las exportaciones mexicanas durante todo el siglo XIX estuvieron compuestas en su mayor parte por metales preciosos. Solamente la plata representaba entre el 70 y el 50 por ciento del total. (INEGI 1994) incremento en el ingreso medio- y de independencia nacional". (Wallace 1979:27-28) Con el cierre del Banco de Avío se puso fin también a la política proteccionista para la industria. Hubieron otras dos tentativas para fomentar la industria, pero todas fracasaron. A partir de 1856 y hasta después de la revolución mexicana va a imperar el liberalismo, con las políticas económicas de Lerdo de Tejada, Melchor Ocampo, Juárez y Porfirio Díaz. Hasta el breve imperio de Maximiliano fue de corte liberal, y eso que su base de apoyo eran los grupos conservadores de Querétaro, Puebla y Veracruz vinculados a la industria textil, paradoja que se explica por sus vínculos con Francia. Una de las condiciones de la industrialización era establecer el proteccionismo, y en este sentido ya hemos argumentado por qué un país subdesarrollado no podía seguir otro camino, sin embargo si un estado, y en este caso se trata del régimen de Benito Juárez, levanta ese proteccionismo es para favorecer a la oligarquía agroexportadora que es ultraliberal, liquidando todo intento de industrialización. Ahora bien, una de las cuestiones que más llama la atención es que el tiro de gracia a la industria se lo dan precisamente aumentándole los impuestos. La intención es clara: por un lado desalentar las actividades industriales, y por otro hacer que cambiaran de dueño las industrias rentables que quedaran. Curiosamente, y un siglo y medio después, nos parece que esto es lo que está haciendo el régimen de Zedillo, y de ahí que haya recientemente surgido un movimiento de resistencia que se denomina "El Barzón" y que agrupa principalmente a pequeños y medianos empresarios. Y de ahí que el siglo XIX sea el del fracaso de la industrialización, tal y como sucedió en España: "[ ... ] la razón más importante desde el punto de vista de la inexistencia de condiciones para impulsar la actividad industrial fue el hecho de que el nuevo Estado vinculó el desarrollo de la economía nacional al mercado mundial, a través de actividades ligadas a la exportación, [ ... ] Corno se ha mencionado ya, la propuesta de desarrollo de los liberales giraba en torno a la aceptación de la división internacional del trabajo como norma de desarrollo, y la consecuente especialización del país cormo primario¬ exportador. "Los conservadores luchaban por la centralización del gobierno y el proteccionismo económico como únicas vías para garantizar un vigoroso desarrollo autónomo; negando la división internacional del trabajo como cauce del desarrollo, postulaban la necesidad de crear las condiciones económicas internas que propiciaran la industrialización, a través de una transferencia de capitales del agro a la industria." (Villarreal, 1988:272-273) Pero mientras los liberales concebían la necesidad de que el estado acabara con los restos del sistema colonial, los conservadores consideraban que bastaba con aumentar la producción, sin alterar las estructuras sociales y económicas. Las limitaciones al desarrollo en este periodo fueron determinantes y esto se puede ver en los contrastes del producto nacional entre México y los países industrializados. En el Cuadro 2 se puede apreciar la separación en el crecimiento o ampliación de la brecha del desarrollo a lo largo del siglo XIX entre México, por una parte, y Gran Bretaña y los Estados Unidos, por otra, dos países no solamente de los más industrializados sino con los que México mantenía mayores relaciones comerciales. Mientras que en 1800 la producción de México equivalía a la quinta parte de la de Gran Bretaña y a la mitad de la de Estados Unidos, esta proporción baja en 1910 al 5 por ciento y al 2 por ciento respectivamente. Cuadro 2 Ingreso nacional (Dólares de 1950) Año I México I Gran Bretaña I Estados Unidos 1800 438 2094 (21 ) 1845 420 6293 (7) 1860 392 8510 (5) 1877 613 16690 (4) 21629 1895 1146 27930 (4 ) 50754 (2 ) 1910 2006 36556 (5 ) 95201 (2) Fuente: INEGI () porcentaje 1994. del ingreso mexicano dentro de cada 858 (51) 5493 (8 ) 10900 (4) (3) estimación. Ya vimos que una de las condiciones del desarrollo industrial es la llamada "revolución verde", la creación del mercado interno por parte de la agricultura para que se desarrolle la industria. En los hechos esta revolución verde se dio primero en Inglaterra y sólo después le siguieron países como Francia, Alemania, etc., sin embargo esta primicia les valió a los ingleses incorporarse al desarrollo mundial desde el centro y no desde la periferia, como les sucedería a países como México. Aquí en el proyecto triunfante desde el punto de vista del desarrollo, es decir el proyecto liberal, se puede ver cómo se dio esa inserción a la división internacional del trabajo. Durante el porfiriato se promulgó la ley comercial de 1887 que abre a México al comercio mundial. El porfiriato significó, luego entonces, el auge del modelo agroexportador bajo la concepción liberal de la economía, concepción en la que no cabía mayor involucramiento del estado, por el contrario, se quería que el estado se mantuviera como agente externo al proceso productivo, como "vigilante nocturno", sólo garantizando las medidas necesarias de apertura de la economía al mercado mundial. El estado sólo vendría a jugar un rol activo cuando se hizo necesaria la protección que sirviera de cobertura a la industrialización. Pero este rol activo del estado sólo lo veremos después de la crisis del 29, cuando se combinan una serie de condiciones que hacen que se hable de un modelo de desarrollo "hacia adentro". Además la industria que surgió durante el siglo XIX fue básicamente de capital extranjero, al que se ofrecieron condiciones favorables. Esta política hacia la inversión extranjera fue remarcada durante el porfiriato. La burguesía nacional quedaba al margen de este proceso. "El gobierno porfirista estaba fuertemente imbuido de las ideas del liberalismo económico, lo que favorecía la colocación de capitales extranjeros en nuestro país, ya que significaba que dicho capital contaba con un <Estado Policía> dedicado a atender las tareas mínimas de la seguridad nacional y de aquellos servicios públicos que consideraba le eran propios, y que en materia económica se imponía la responsabilidad esencial de crear el clima favorable para que la inversión privada pudiera operar en condiciones óptimas de redituabilidad". (Ceceña 1970: 53) La política del 1aissez faire y la creencia en el principio de las ventajas comparativas se refleja no sólo en la penetración del capital extranjero, sino también en la orientación de las inversiones: petróleo, ferrocarriles, minería y actividades agrícolas, quedando en una proporción menor las industriales. De 1901 a 1910 las dos terceras partes de la inversión total fue de capital extranjero, y se calcula que cerca de la mitad de los recursos naturales eran de propiedad estadounidense. (Himes 1986:167) La industria nacional no se desarrolló. Las causas de ello fueron la orientación del crecimiento "hacia afuera" que expuso siempre al sector industrial a la competencia externa; que "[e]l ahorro y acumulación de capital provino básicamente de rentas, intereses y beneficios, los cuales, aunque originados internamente, estuvieron en manos extranjeras y en muy corto plazo fueron repatriados al exterior"; y la inestabilidad y deterioro de los términos del intercambio comercial: "la relación de intercambio en el comercio exterior tendió a decaer durante el período porfirista, al incrementarse en 51% el precio de las importaciones y sólo en 28% el de las exportaciones. En tanto que los cultivos exportables fueron estimulados, la producción agrícola para el consumo interno quedó desprotegida". (Villarreal 1988:276¬279) Fiederich List elabora una teoría relativa a la necesidad de que las industrias nacientes, para poderse desarrollar, cuenten con la protección que les brinda el estado. Bajo este esquema es que Alemania logró arribar a la industrialización cuando otros estados, Inglaterra y Francia, que le habían sacado una ventaja considerable, le hacían la competencia y era imposible que bajo un esquema de librecambio total se pudiera desarrollar su industria. Esto lo que nos muestra es que en la medida en que se industrializan ciertos países, existen una serie de dificultades derivadas de la competencia en el mercado internacional para que los países que no se han industrializado lo hagan por primera vez. Si esto es así, entonces la protección del estado se convierte en una necesidad para poder desarrollar ciertos sectores clave de la economía. Sin embargo durante todo el siglo XIX el estado mexicano se abstuvo de brindar esta protección a sus industrias nacientes y esta fue la causa de que hubieran fracasado todos los intentos de industrialización en México durante ese siglo. La falta de protección determinó que la industria mexicana fuera ineficiente desde el principio: sus productos manufacturados eran más caros que los de los países industrializados, en parte debido a su atraso tecnológico y en parte a que la maquinaria era extranjera. "Los empresarios mexicanos quedaron circunscritos al mercado interno, y dado que sus productos no sólo no eran competitivos en el exterior, sino que tampoco lo eran en el mercado interno contra las manufacturas importadas, requirieron de la protección activa y el soporte del estado." (Villarreal 1988:277) Pero el proyecto de desarrollo basado en el sector externo, descuidó la expansión del mercado interno y de la industria, y dejó al país dependiente del mercado mundial en una situación totalmente desfavorable. La ineficiencia que se genera en la industria mexicana desde el siglo pasado la convierte a ésta en depositaria de una herencia de atraso de la que ya nunca se podría librar, y aún en sus mejores momentos tendrá que contar con el apoyo activo del estado para no sucumbir, y de hecho ha sucumbido no una, sino muchas veces a causa de su debilidad estructural inicial. Está claro que no se hizo ineficiente por la intervención estatal, sino que ésta intervención se hizo necesaria por su clara ineficiencia. Después del periodo de guerra civil (1910-1917), se inicia la reconstrucción económica, enmarcada en una situación de equilibrios inestables y fuertes tensiones económicas, políticas y sociales. Ante la incapacidad de las clases económicamente fundamentales para dirigir la reconstrucción, fue el Estado quien asumió la tarea, con un papel cada vez más interventor y regulador. "A partir de los años veinte se asiste a una participación más activa del Estado en la economía, persiguiendo la política estatal esencialmente la modernización económica. Para ello se creará un aparato institucional como soporte de la actuación racionalizadora estatal: construcción de infraestructura física, modernización monetaria y financiera y utilización del gasto público como estímulo al capital privado. Se pretende dinamizar el proceso de acumulación de capital que favorezca el fortalecimiento de los nuevos grupos dirigentes y empresariales." (Palazuelos 1992:1472) Visto en la perspectiva global del desarrollo capitalista en México, el periodo 1920-1934 (periodo que incluye los gobiernos de Obregón, Calles y el llamado "maximato") puede ser caracterizado de transición entre el viejo esquema liberal y el intervencionismo moderno. Sin duda los dos grandes artífices de la intervención del estado en la economía mexicana son Plutarco Elías Calles (1924-1928) y Lázaro Cárdenas (1934-1940), sin embargo las diferencias son sustanciales en cuanto nos ponemos a analizar las bases de apoyo de cada uno de ellos. Para Calles la estrategia era apoyarse en los sectores más retrógrados de la sociedad mexicana, los nuevos ricos, el capital externo y todo aquello que aspirara a la revancha de aquellos que habían sufrido los estropicios que les había causado la revolución mexicana. En cambio en el proyecto de Cárdenas tenemos un bloque de organizaciones de masas que apoyan un proyecto nacionalista (nacional revolucionario) y que impulsan un proyecto de reforma agraria y desarrollo industrial. Siempre se ha especulado en torno a la posibilidad de qué hubiera pasado si hubiera tenido continuidad el proyecto cardenista, y se ha dicho que la lógica de este era conducir al socialismo, siempre y cuando se hubieran presentado una serie de condiciones que en ese entonces no se dieron. Sin embargo como un escenario de lo que hubiera sido la lógica continuidad del cardenismo es posible intuir cómo habría sido éste desde el momento en que su dirigente, Cárdenas, se radicalizó extraordinariamente después de pasar al retiro como ex presidente. ¿Cuándo se puede decir que se inicia realmente el proceso de industrialización de México?, ¿qué modalidades manifestó? Ciertamente la historia de la industrialización guarda diferencias notables respecto a los modelos clásicos en los que es la descomposición del régimen anterior lo que da lugar al desarrollo industrial. En el caso de la industrialización en México, y cuando menos de parte de Brasil y Argentina, son factores externos los que juegan el papel más destacado: "Durante decenios, historiadores y economistas latinoamericanos han sido fuertemente influidos en la interpretación de las secuelas que la Gran Depresión dejó en las economías de esa región. Una versión general argüía que el mecanismo de transmisión de la crisis desde dentro hacia la periferia latinoamericana fue el comercio exterior, en particular el abrupto descenso en las exportaciones del área como resultado de la reorientación en la actividad económica de los países desarrollados. Esta situación creó profunda escasez de divisas que restringió el flujo de importaciones, generando una especie de protección natural a la sustitución de éstas, desde 1929 y durante los años subsiguientes. Así, la crisis sentó las bases para iniciar un proceso de industrialización sustentado en la sustitución de importaciones de bienes de consumo final y algunos insumos que estos países producían." (Villarreal, 1988:289-91) España también tuvo un proceso de sustitución de importaciones, lo cual nos hace ver que no se ajustó como el resto de Europa a las modalidades de la industrialización clásica. La industrialización se dio fundamentalmente acicateada por factores de carácter externo, por una aguda contracción de la oferta de ciertos productos imprescindibles para el país y que para no verse privados de ellos tuvo que fabricar internamente. Para México la sustitución de importaciones se inicia, según Villarreal, después de le segunda guerra mundial, y para España, según Turtella, durante los años cincuenta. Corno es sabido el proceso de sustitución de importaciones comprende fundamentalmente tres etapas; la primera se refiere a la sustitución de bienes de consumo básico, la segunda a la sustitución de bienes intermedios y finalmente la tercera fase sustituye bienes de capital. La lógica del procese conduce a un estrangulamiento en virtud de que siendo el propósito fundamental hacer menos dependiente a la economía de importaciones del exterior, sucede que al avanzar el proceso de sustitución de importaciones, las necesidades de importaciones que surgen de sustituir determinados productos del exterior son cada vez mayores implicando más dependencia de importaciones de bienes y equipos7. Así las cosas, en México, ya en los años sesenta la relación sustitución de bienes del exterior-nuevas necesidades de importación, mostraba cierta rigidez, y es en la década de los 708 O cuando esa relación deviene en un estancamiento agravado por el advenimiento de fenómenos de la deuda y la caída de los precios de las materias primas, particularmente del petróleo. El proceso de industrialización bajo la modalidad de sustitución de importaciones se llevó a la práctica con el impulso de la intervención del estado que proveyó de protección a la industria, ofreció materias primas subsidiadas, energía barata y toda la infraestructura necesaria para que se desarrollara. Y aquí es necesario hacer una distinción entre la intervención del estado en la economía en los países subdesarrollados y los países industrializados, porque en los primeros esa intervención tiene como propósito el desarrollo de las fuerzas productivas mientras que en los segundos opera corno fuerza contrarrestante a la crisis capitalista. En la obra de Pietro Barcellona, Más allá del Estado Social, aparecen muy claramente delimitadas las formas de intervención del estado en la economía y también se da una versión de las causas de la crisis del intervencionismo. Ahí se dice en esencia que el problema consistió fundamentalmente en que: "Si definimos esquemáticamente al estado keynesiano 7 Este mecanismo es expuesto con claridad por Osvaldo Sunkel y Pedro Paz en: El subdesarrollo latinoamericano y la teoría del desarrollo, ed. Siglo XXI, México, 1970. como un sistema específico de acuerdos entre la función de gobierno del ciclo y sostén de la acumulación y la función de la organización del consenso y legitimación del comando estatal, o más precisamente como un entrelazamiento de los interventores para determinar a través del gasto público y la maniobra monetaria el crecimiento de la demanda y la expansión productiva, así como determinar a través de la distribución y el desarrollo de los servicios sociales, la ampliación del consenso y la estabilización política; es inevitable que el estancamiento y la desintegración del mercado, la crisis fiscal, la inflación y deflación, se reflejen sobre el conjunto de las relaciones y los sujetos que se han desarrollado en este contexto". (Barcellona 1981) La fórmula keynesiana se apoyaba en el constante aumento de la demanda efectiva como forma de contrarrestar la sobreproducción y la crisis, crisis que inevitablemente tuvo que acontecer porque la expansión de la demanda efectiva era sólo una causa contrarrestante y nunca anulante de las leyes de la acumulación capitalista, y es justamente cuando esa demanda no se puede ya expandir, lo que implica pérdida del control sobre las masas y pérdida del control del ciclo, que sobreviene la crisis. Finalmente los hechos han demostrado que la intervención del estado en la economía bajo su modalidad keynesiana no era capaz de burlar las leyes del mercado y mucho menos las leyes capitalistas de la crisis, esto es, que la intervención del estado en la economía capitalista es sólo una medida contrarrestante a la tendencia decreciente de la tasa de ganancia (causa de las crisis) r no la anula. Sin embargo el intervencionismo de estado pudo sacar de la crisis (en su manifestación violenta, pues la crisis orgánica es permanente) al capitalismo por un largo período, hasta la década de los 7 O en todo el mundo; una vez que entra en crisis el propio intervencionismo es sustituido por el neoliberalismo que se va a plantear como tarea fundamental el de "podar" al capi tal improductivo de los excesos del "rent-seeking" a que lo sometió la versión keynesiana. Sin embargo llevar a fondo esta tarea lo único que ha logrado es crear todas las condiciones para que se dé con toda la fuerza despiadada del capitalismo el fenómeno de la sobreproducción: se echan al arroyo del desempleo masas gigantescas de trabajadores, se aumenta la productividad de una forma histérica al tiempo de constreñir de forma suicida las capacidades de consumo de la sociedad y, finalmente, se acaba con el papel regulador del estado. Esto no puede conducir a otro lado que a una crisis de las dimensiones de las siete pestes bíblicas. El instrumento arancelario tiene una doble función, por un lado recaudatoria y por otro protectora. Hasta antes del modelo de industrialización por sustitución de importaciones el arancel sólo era usado en su primera acepción, sin embargo cuando se impone la necesidad de industrializar al país se empieza a usar corno instrumento protector para permitir que las industrias se desarrollen y que no sean sofocadas por la competencia exterior. En México, fue con Cárdenas que se inició la utilización de la política fiscal con fines de fomento industrial, en el marco del Plan Sexenal (1934-1940) que no sólo compendiaba las reformas sociales (plasmadas en la Constitución de 1917) como programa de gobierno, sino que representaba el afianzamiento del intervencionismo estatal. En él se planteaba "la necesidad de disminuir la dependencia del país de los mercados extranjeros [romper con la economía primario -exportadora], la promoción de industrias pequeñas o medianas más que grandes unidades [industrialización] y el desarrollo de empresas mexicanas, más que empresas bajo el control de intereses extranjeros [rompiendo la economía de enclave]". (Primer Plan Sexenal, citado por Villarreal 1988:300) El primer Plan Sexenal postulaba principios nacionalistas en lo referente a la economía nacional. Se asume como una política de "legítima defensa" regular la explotación de los recursos naturales y el comercio; hacer efectiva la nacionalización del subsuelo (postulada en la Constitución de 1917); regular las actividad de de los particulares; evitar el acaparamiento de terrenos y ampliar las zonas nacionales de reserva petrolera; impedir que empresas extranjeras continúen acaparando las riquezas minerales; modificar el régimen de concesiones a la industria petrolera, negando o cancelando aquellas que fueren contrarias a los intereses nacionales; intervenir para equilibrar las fuerzas económicas en la industria petrolera estimulando a las empresas nacionales. Se propone aumentar la capacidad nacional de producción para lo cual, entre otras cosas, el Estado impulsará la importación de medios de producción que tiendan a crear nuevas unidades productivas; se dará suministro barato de energía a las empresas agrícolas e industriales; se controlará y dirigirá por parte del estado la actividad de los concesionarios y se formará un sistema nacional en materia de generación, transmisión y distribución de energía eléctrica. Para evitar los desajustes entre producción y distribución, mientras "se logra que se efectúe la transformación del régimen de la propiedad", el estado intervendrá en las relaciones entre fabricantes, comerciantes y consumidores; se fijarán normas legales uniformes para las empresas industriales; se limitará la libre competencia, regulando precios; se estimulará la creación de industrias nuevas; se mantendrán consejos consultivos de planeación y regulación. El estado fomentará la organización de cooperativas de consumidores, y en tanto eso se logra se regulará el comercio interior, combatiendo la especulación, interviniendo en la competencia entre comerciantes, etc.8 La dependencia de los mercados extranjeros significaba un serio obstáculo para el proyecto nacionalista de Cárdenas, y dentro de ese proyecto lo que estaba más seriamente amenazado era justamente el proceso de industrialización, luego entonces era necesario tomar una serie de medidas de política económica, como establecer un cierto proteccionismo y promover la política de sustitución de importaciones. Con la segunda guerra mundial se inicia el verdadero proceso de sustitución de importaciones, esto puede ser cierto; sin embargo, fue a raíz de la crisis del 29 que se crearon todos los instrumentos que van a hacer posible dicho proceso: política fiscal, política comercial, nacionalización del petróleo y de la tierra, transportes, inversiones estatales en sectores productivos, etc. El proceso de sustitución de importaciones tenía como propósito fundamental superar la vulnerabilidad externa, y sin embargo el propio proceso hizo más vulnerable al país -en este punto es preciso introducir la experiencia de los NPIAs que llevaron a la práctica un esquema de sustitución de importaciones que les permitió' superar esta limitante. Hemos dicho que la condición sine qua non de la industrialización fue precisamente la intervención estatal en la economía. Entre 1940 y 1950 las inversiones estatales en la formación bruta de capital fijo total representaron el 50 por ciento del total. (INEGI 1994) Las altísimas cuotas de inversión por parte del estado fue lo que de hecho permitió que se generara la base industrial que no fue capaz de crear la iniciativa privada. Gramsci dice que en una sociedad en la que la clase burguesa es débil, el estado juega el papel de fábrica de fabricantes. Este es el caso de México, y como podemos ver la intervención activa del estado en la formación y acumulación de capital corrió paralela al 8 Texto oficial del Plan Sexenal. En PRI-ICAP, Historia documental del Partido de la Revolución. 2 tomos, México, 1981. proceso de industrialización. En la primera fase del proceso de sustitución de importaciones, como hemos dicho, se agotan los bienes de consumo y aumentan las de los bienes de capital intermedios, y se acometen éstos últimos y se crean otras necesidades para poder sustituir éstos. Esta lógica de la industrialización es lo que llevará al proceso en sus últimas fases a un estrangulamiento, lo que se conoce dentro de la teoría del subdesarrollo como estancamiento. Pero para que sea factible seguir con el proceso de sustitución es necesaria la cobertura que da la protección: "Durante la segunda guerra mundial se brindó protección necesaria al desarrollo de la naciente industria mexicana; sin embargo, al finalizar la contienda México tuvo que reforzar esa política, devaluando la moneda tanto en 1948-49 como en 1954, [...] Además de la política comercial (tasas de cambio, arancel y control cuantitativo) otros instrumentos de fomento a la inversión industrial promovieron el proceso de sustitución de importaciones: la Regla XIV de la Tarifa General de Importación y la Ley de Industrias Nuevas y Necesarias (1945), que amplió los beneficios que otorgaba a la inversión productiva la Ley de Industrias de Transformación promulgada en 1941." (Villarreal 1988:312) A través de estas dos disposiciones se exentaba del pago de impuestos a las "industrias nuevas y necesarias" y se eliminaban, total o parcialmente, los impuestos a la importación de maquinaria y equipo. El estado aceptaba dejar de recibir ingresos de parte de las empresas al permitir la libre importación de bienes de capital siempre y cuando estos recursos se revirtieran en crecimiento de las industrias. No sabemos en cuánto habrán contribuido estas medidas a dicho propósito, sin embargo en un principio es probable que dieran buenos resultados. Ciertamente también puede ser que se les haya protegido de más y hayan "fallado" los mecanismos de control. Se sabe además que casi en todos los sexenios presidenciales imperó el favoritismo, el nepotismo, y el uso del poder en beneficio del grupo gobernante, lo cual sin duda tuvo sus efectos en la estructuración económica. Pero ahora ese error quiere ser magnificado proponiendo que no se proteja absolutamente nada, como si intervencionismo estatal fuera sinónimo de ineficiencia y corrupción. En todo caso las políticas de protección y de subsidios, y las inversiones directas del estado, deberán estar perfectamente fiscalizadas por alguien que no se constituya en un eslabón más de la cadena protectora. El esquema de protección se continuó en los años sesenta. El principal instrumento frente al desequilibrio externo fue el permiso de importación. El tipo de cambio se había mantenido fijo desde 1954 (y hasta 1976), y a esas alturas se considera que estaba sobrevaluado, convirtiéndose así en un elemento des proteccionista, "mientras que, por otro lado, el arancel y el control cuantitativo impusieron marcadas restricciones a la importación. [ ... ] En 1962, se aplicó una tarifa adicional ad valorem del 10% a un grupo de bienes importados y el permiso previo se convirtió, en 1970, en el principal instrumento proteccionista, alcanzando a cubrir el 68% de las 14 000 fracciones arancelarias". (Villarreal, 1988: 315-316) En la década de los 70 se registraron pocos cambios en la política comercial. Es necesario recordar que estos son los períodos previos a la entrada de México al GATT, es decir, durante los sesentas y setentas se conservó en lo fundamental la estructura proteccionista de los treintas. Entre 1970 y 1975, se acentuó significativamente el desequilibrio externo. "Fue hasta 1975 cuando se actuó sobre las políticas de sustitución de importaciones con el objeto de racionalizar la protección, [ ... ] se buscó modificar la estructura arancelaria imponiendo un tope de 75%, [ ... ] y eliminar algunos ineficientes subsidios a la importación de ciertos bienes". (Ibíd. 319) Cruje el principio pero no se modifica, poco falta para que se deje venir el cambio radical al proteccionismo en México que se impondría con toda su fuerza en el año de 1986, cuando México ingresa al GATT. Durante todo el sexenio de López Portillo (1976-1982) se dio una fuerte polémica y se manifestaron posiciones muy encontradas al respecto. La sustitución de importaciones alcanzó sus límites máximos. Había modificado la estructura de las importaciones, pero agravado seriamente los problemas de la Balanza de Pagos. "La ineficiencia de este modelo se tradujo en un desequilibrio externo que condicionó la capacidad de crecimiento futuro de la economía [ ... ] Una industria sobreprotegida y poco articulada en su interior, y con otros sectores productivos, fue el resultado de la aplicación indiscriminada de esta estrategia". (Villarreal, 1988:322¬337) Dentro de este panorama, ¿cuál es la situación de las empresas en México? ¿Es que se han vuelto más competitivas a raíz de la liberalización de la economía? Si el proceso de industrialización (en su forma de sustitución de importaciones) conduce indefectiblemente al estancamiento de la economía es lógico que las empresas, como elementos constitutivos de esa economía, de ese tejido industrial, se encuentren con una serie de carencias como es el caso del crédito, de materias primas, de tecnología, etc. Pero el nuevo modelo de desarrollo adoptado en los 80 no ha mejorado, todo lo contrario, la situación. Una empresa endeudada en la que el pasivo supera al activo se encuentra en una clara situación de suspensión de pagos. Se declara suspensión de pagos para poderse recuperar y luego volver a pagar, y si no se puede volver a pagar se declara en quiebra. Una gran cantidad de empresas mexicanas sometidas violentamente a la "prueba de la competencia" empezaron a cerrar sus puertas desde 1986, otras simplemente a cambiar de propietario, generalmente de nacional a extranjero. Salvo las grandes empresas generalmente asociadas al capital extranjero, todas aquellas que se "suponía" serían "estimuladas" por la competencia franca y abierta y obligadas a ser eficientes o morir han estado siguiendo este segundo camino. 3. LIBERALISMO-PROTECCIONISMO. UNA REFLEXION Antes de introducirnos en el problema del proteccionismoliberalismo, echemos un vistazo a una de las herramientas fundamentales de la política de protección con lo cual quedará claramente establecido el vínculo entre la política económica y las medidas arancelarias. Sobre el doble papel del arancel en política económica dice Tortella: "El arancel de aduanas es un impuesto más, entre los que han sido considerados al tratar del presupuesto y del déficit. ¿Por qué ocuparse de él de nuevo? Por una razón muy sencilla: el arancel es un impuesto que grava una actividad muy importante, el comercio exterior, y al gravarlo lo modifica. En otros términos, el arancel, además de un impuesto, es un instrumento de política comercial. En los manuales de economía se distingue entre <arancel fiscal> y <arancel protector>, y esta es precisamente la distinción que nos interesa aquí. "El arancel fiscal es aquel que se concibe como un impuesto, cuya finalidad es principalmente recaudatoria; y así eran en su origen los aranceles: un impuesto más, fácil de recaudar, similar a los derechos de puertas, a los peajes, o a los portazgos. Con el desarrollo de los Estados Nacionales, sin embargo, pronto se echó de ver que el arancel también puede servir para inhibir el comercio; como cualquier otro impuesto, puede deprimir la actividad sobre la que recae: basta fijarlo lo suficientemente alto para que se convierta en un arancel protector. Ahora bien, un arancel tan alto que desanime la actividad sobre la que re cae equivale a una prohibición: un impuesto que grava con un millón de pesetas cada paquete de cigarrillos importado sin duda acabaría con la importación de tabaco, al menos con la legal. Pero no recaudaría ni un céntimo. Por eso cuando se trata de proteger a toda costa la industria nacional de la competencia extranjera, o de impedir la exportación de un determinado producto, en lugar del arancel se recurre a la prohibición simple y pura. Es más sencilla y el resultado es el mismo. A diferencia de la prohibición, el arancel se emplea como arma doble: no sólo protege, sino que también recauda. Debe observarse, sin embargo, que, aunque cumple ambas misiones a un tiempo, lo hace de manera alternativa: cuanto más protege un arancel menos ingreso produce, y viceversa." (Tortella 1988:167) Si el arancel es un impuesto más, esto quiere decir que dado que los procesos de integración tienen su sustento en el desmantelamiento de los aranceles a lo interno, no así a lo externo (frente a terceros), y como el impuesto que representa el arancel se levanta, es exentado, pues para conducir un proceso de integración es necesario apoyarse en una política impositiva, fiscal, determinada, nada más que referida al comercio exterior. Esto es importante subrayarlo porque precisamente la política fiscal, referida al comercio exterior, es lo que está en la base de los procesos de integración, y aquí Tortella lo dice muy correctamente: "El arancel de aduanas es un impuesto más". Luego los procesos de integración se complejizan, es decir a la aduanera se van añadiendo otro tipo de políticas, la industrial, la agrícola, la financiera, etc., pero la base está precisamente en el instrumento fiscal referido al comercio exterior, y es por eso que tiene una importancia crucial. Los hechos siempre son altamente demostrativos y echan por tierra muchas teorías, pues bien, resulta que el país más industrializado del planeta es el que más restricciones antepone a las importaciones y el que exige más libertades para introducir sus productos a los mercados de sus socios comerciales, (esta fue exactamente la gran disputa que se dio a principios del año de 1995 entre Estados Unidos y Japón alrededor de las partes automotrices y la electrónica que Estados Unidos exigía a Japón le fuera permitido exportar al mercado japonés). Esta combinación de medidas, restricciones a la importación más liberalismo para las exportaciones, es lo que ha hecho de los Estados Unidos una de las economías más protegidas a pesar de que es el territorio desde el que con más fuerza se proclaman las bondades universales del librecambio. Como siempre, en la justificación de situaciones como la que hemos descrito, del neoliberalismo, se ocultan las referencias a las desigualdades entre países, como punto de partida y de llegada, y a las relaciones de clase. ¿Cómo explicar que en un mundo en el que existen unas relaciones comerciales a nivel internacional en las que una parte del orbe se industrializó, tiene en sus manos las más altas tecnologías y produce y exporta en condiciones óptimas, mientras que la otra parte carece de todo, no pueden tener ambas partes las mismas actitudes frente al comercio internacional? ¿Cómo explicar que justamente estas relaciones anulan la posibilidad de desarrollo industrial en los subdesarrollados? ¿Cómo explicar que detrás de las "ganancias de participación sostenidas" de las exportaciones de un país con desventajas de competividad se encuentra el deterioro sostenido de los estándares de vida, salario y empleo? Para salir del subdesarrollo es necesario poner en práctica una serie de medidas de política económica que rompan los esquemas vigentes, y una de ellas es justamente el uso del proteccionismo, no indiscriminadamente pero sí de una manera inteligente. Y para ofrecer alguna evidencia de la posibilidad y éxito de esas medidas inteligentes de protección habremos de hacer referencia al caso de los nuevos países industriales asiáticos (NPIAs).9 Los NPIAs van a concentrar su actividad económica en los sectores clave, es decir, utilizan los sectores más avanzados para diversificar el desarrollo. En este cometido manejan tres estrategias: política industrial inteligente; apoyo del estado a las empresas; protección al mercado interno. Es importante mencionar que hubieron factores externos que facilitaron el arranque y despegue de los llamados tigres asiáticos, como los cambios internacionales de Japón y la ayuda que Estados Unidos dio a Corea para contrarrestar a China, pero los factores internos fueron los más importantes. Como política estratégica general adoptaron el intervencionismo estatal. Se apoyó a las empresas estatales, gestión del banco central, política externa comercial común, etc. Así, contrariamente a la idea muy difundida de que el éxito de los NPIAs se debe a su gran apertura económica, es un uso inteligente del proteccionismo y de las diversas formas de intervención estatal lo que está en la base de este 9 En este punto nos remitimos a las notas tomadas en el curso del profesor Pablo Bustelo impartido en el año académico 94/95 en la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la UCM. éxito. Lo que indica que estatal de nuevo tipo al reciente industrialización. se debe buscar un intervencionismo estilo de los países asiáticos de En América Latina en cambio se dio una liberalización desmedida. La senda liberal ha sido un error sobre todo en América Latina: México, Argentina, Chile, liberalizaron todo y de golpe sin tomar las debidas salvaguardias. La experiencia demuestra que los procesos de liberalización, si han de realizarse, deben darse despacio y con mucha cautela, además de que deben ajustarse a un orden conveniente que va de la estabilización, a la liberalización del sector comercio y a la del sector financiero, y no el orden inverso, que fue lo que hizo, por ejemplo, España. La política de protección es una política estratégica que para que dé buenos resultados es necesario saber instrumentarla. Al tener un mercado protegido, o al ser de propiedad estatal, las empresas no tienen por qué disminuir su competividad. Las empresas públicas en Taiwán, por ejemplo, son rentables, y el mercado coreano está fuertemente protegido y tiene una productividad muy elevada, lo que explica que la tasa de penetración a su mercado sea sólo del 5 por ciento. Las características del desarrollo económico de los NPIAs han sido, a grandes rasgos, las siguientes: -Evidencias de la intervención del estado. La información empírica sugiere que ha habido una fuerte asignación de recursos por parte del estado en Corea en los años 60 y 80 y esto es demostrativo de la intervención del estado. El estado asignaba el crédito preferencialmente a empresas que cumplieran ciertos requisitos. -Incentivos al sector exportador. La razón por la cual los NPIAs desarrollaron el sector exportador fue que el estado concedió a estos sectores grandes y numerosos incentivos. -Utilización de la protección para incubar industrias. El estado no sólo regula los movimientos del capital logrando al mismo tiempo captar recursos para luego invertirlos, sino que también puede proteger de la competencia exterior a ciertos sectores clave de la economía. La protección ha sido utilizada de distintas maneras en los diversos modelos de desarrollo, así, mientras en Asia Oriental sirvió básicamente para incubar industrias exportadoras en América Latina sirvió para proteger empresas ineficientes. La protección se ha utilizado básicamente para: a) proteger industrias nacientes (la teoría neoclásica sólo admite la protección para fomentar este tipo de industrias); b) incubar sectores exportadores (en este sentido se utilizó con mucho éxito en el Asia oriental); c) promover las exportaciones. Asia Oriental protege la importación para favorecer las exportaciones(" import protection as export promotion"); d) impulsar el tejido productivo y diversificarlo. -Protección positiva. La protección de los nuevos países industrializados asiáticos (NPIAs), fue positiva a pesar de que los planteamientos convencionales dicen que por definición la protección es negativa. En América Latina el tipo de protección que se empleó fue únicamente respecto a las llamadas industrias nacientes y esto representa una gran limitante porque se puede continuar con la protección de industrias ya establecidas sin que para esto éstas tengan que caer en la ineficiencia, precisamente, el gran aporte de los NPIAs es que encontraron la manera en que esas empresas protegidas se siguieran modernizando, compitiendo entre sí en el marco nacional y no estar expuestas a una competencia foránea que seguramente las vendría a poner en cuestionamiento. Se fortalecieron gracias a la existencia de mecanismos competitivos en lo interno, y una vez consolidadas salieron al exterior, y aún en ese terreno son protegidas en un gran número de casos. La diversificación puede dar origen a nuevas industrias que justifican que se aplique la protección. Los NPIAs la utilizaron de a) a d). Prebish sepala que se debe utilizar la protección y exportar al mismo tiempo. Se dice que la protección tiene un sesgo contrario a las exportaciones: afecta a los inputs y provoca la sobrevaloración de la moneda, lo que perjudica las exportaciones. Pero en Asia Oriental ese sesgo se corrigió con incentivos a las exportaciones. -Industrialización a partir de la industria ligera. La vía asiática de industrialización se da a partir de la industria ligera, esto fue mejor porque permitió intercalar una fase de exportación, al ser estos productos altamente competitivos. Los efectos de arrastre están más entre los bienes de consumo que en los intermedios y de producción. La posibilidad de introducir la fase exportadora la da una política deliberada de exportación, política que no tenía América Latina y sí los NPIAs. Todo esto se debe a las políticas de industrialización y tecnológicas deliberadas que lograron implementar "comprando" su tecnología y recibiendo inversiones con vistas a poder prescindir de ellas y no como en Brasil y México donde la adquisición de inversión fue indiscriminada. La idea era "conectar la industria pesada estatal con la industria ligera privada", no dejar que se mantuvieran aparte. Es conocido el éxito de estas políticas, que permitieron a los NPIAs penetrar en uno de los mercados más importantes y a la vez más cerrados del mundo, el de los Estados Unidos. En 1987 los cuatro "dragones" eran responsables del 25% del déficit comercial de EU. Taiwán es el segundo mayor acumulador de reservas en divisas en el mundo. En la mayor parte de la acumulación de divisas se han seguido políticas de balanza comercial. Taiwán acumula reservas, ha seguido una política de adquisición de divisas en el mercado internacional, al grado de que existe una relación entre el precio del oro a nivel mundial y el Banco Central de Taiwán por las grandes adquisiciones de oro de este país. Años sucesivos de superávit del comercio propiciaron grandes reservas de divisas y también grandes flujos de inversión de estos países hacia afuera (una contratendencia a estos superávit es el aumento de los costes). Estados Unidos compite con los NPIAs trasladando sus fábricas al territorio de éstos, lo que ha dado lugar a las inversiones que se saltan o burlan el arancel ("tarif jumping-investment"). El capital extranjero tiene diferentes razones por las cuales invertir en un país: eludir el proteccionismo a través de filiales relevo (países OCDE) y filiales taller (países con menos coste); acceder a la tecnología; acceder a la mano de obra barata; fabricar en un país protegido con mano de obra barata; acceder a países con abundantes materias primas. Una experiencia de los NPIAs es que las inversiones extranjeras son controladas y condicionadas por el estado. En lugar de una apertura indiscriminada se adopta la política de controlar al capital extranjero: con base en los intereses de la estrategia de desarrollo se decide qué sectores se deja entrar, y qué inversión produce más progreso tecnológico y por lo tanto a qué inversión extranjera se le deja instalarse en el país. En Corea, por ejemplo, no se deja ingresar a la IED si no cumple ciertos requisitos de transferencia de tecnología. La distinta actitud ante la IED depende en mucho de la fortaleza del estado. Estos países han demostrado que es mejor optar por inversiones conjuntas que permitir inversión extranjera al 100% y que es más rentable optar por los préstamos que por la IED. Optar por la IED finalmente produce más endeudamiento. Dentro de la IED es recomendable optar por la inversión que transfiera tecnología. ¿Por qué no se toma en cuenta la experiencia de estos países como realmente fue y en cambio se insiste en su apertura en general como ejemplo? Sin duda se retomaría nuevamente la senda del intervencionismo estatal y la protección de la economía pero de forma más inteligente. La protección como vía de industrialización está vinculada a la protección del mercado interno dado que éste puede cumplir un papel importante de desarrollo y favorecer la competividad internacional en la medida en que internamente se creen condiciones de eficiencia y competitividad para luego trasladarlas al exterior. Esto vino a demostrar que abrirse de forma indiscriminada no tuvo efectos aceptables. En los NPIAs la protección fue un mecanismo de vinculación del mercado interno con el externo, sólo las empresas que exportaban podían importar. La protección sirvió para fomentar la competitividad. A la escuela neoclásica le da lo mismo que el protagonista del desarrollo sea el capital nacional o el extranjero, y de ahí que países como Chile se abran indiscriminadamente, y esto es exactamente lo que está sucediendo también en México, que se abre totalmente a la competencia de Estados Unidos y Canadá y ve cómo es mermada su industria. El modelo alternativo es la apertura gradual y siempre controlada, como en el caso de China. Los chinos han implementado una serie de medidas de apertura pero lo han hecho en fases perfectamente predeterminadas, no han caído en esa histeria aperturista y consumista que luego se les habría revertido. Se puede decir, por lo tanto, que es falsa la teoría convencional que afirma que un sector protegido no es competitivo. Las políticas de protección fueron instrumentadas en los países del Asia oriental donde hubo una distorsión deliberada de los precios, y esto lejos de retrasar el crecimiento lo aceleró. La distorsión depende de cómo sea. Se justifica la represión del mercado en aquellas manifestaciones que más perjudican ciertos objetivos de desarrollo, y si esto tiene éxito puede producirse un salto industrial. Esas distorsiones consistirían en alterar los precios de forma proteccionista, esto es, subir los precios de las importaciones y bajar el de las exportaciones. 4. ESTRATEGIAS DE UNA EMPRESA: PEMEX El concepto de "rent seeking" utilizado por la "Public Choise", particularmente por Tullock, se refiere a la búsqueda de rentas a través de todos los medios al alcance de las empresas aprovechando el marco de regulación existente (o sus lagunas). Este concepto que se ha popularizado porque fue un argumento contundente en contra de las políticas de subsidios, no encierra mayor significado que el de que las empresas ineficientes se aprovechan del estado. Ciertamente en muchos casos las facilidades otorgadas a las empresas sólo sirvieron para eternizar su situación de ineficiencia, sin embargo no se reparó en la idea de que para que los subsidios tuvieran significado era necesario combinarlos con políticas de mejoramiento de las condiciones técnicas de producción, de la productividad y de la fuerza de trabajo, y no basar las expectativas de mayor eficiencia productiva en el supuesto acicate de la competencia externa. Muchos países abrieron la economía al exterior y sólo recogieron girones de empresas de lo que anteriormente era un fuerte sector productivo, el mejor ejemplo de esto ha sido la experiencia mexicana. Veíamos en el capítulo en el que analizamos las teorías del intercambio desigual que una de las pocas materias primas que se escapan a esa tendencia secular a la desvalorización era precisamente el petróleo, y eso ya hace a esta materia prima objeto de consideraciones especiales desde el punto de vista económico; la explicación de esto es que se trata de una materia escasa y de carácter estratégico, y es por esa razón que aquellos países subdesarrollados que la poseen tienen la posibilidad de hacer un uso de ella de tal forma que a partir de determinadas políticas sea factible desarrollar un sector industrial de considerable importancia. Es por esa razón que se justifica que frente al sector petrolero estos estados nacionales, nos referimos a los de los países subdesarrollados, sigan ciertas políticas de protección renunciando a su liberalización so pena de ser objeto de las apetencias de las compañías trasnacionales. Ciertamente la intervención del estado se encargó de generar una serie de efectos "perversos" en la economía, pero frente a esto es necesario ser un poco más analítico y señalar que se trató de una intervención que tenía en su base al corporativismo. y los críticos de la intervención del estado en la economía tanto más ponen énfasis en sus críticas cuanto más nos quieren prevenir de cualquier tipo de intervención, porque lo que desean evitar a toda costa es una reedición de la intervención del estado en la economía pero sobre bases de control democrático de la actividad del estado, esto es, el socialismo. y como la intervención del estado, al menos bajo las formas en que se ha dado hasta ahora, no conoció esta modalidad de control democrático de las masas (véase el caso de la URSS como una experiencia fallida), el fundamentalismo neoliberal aparece fortalecido, pero no significa que tenga razón. En México la nacionalización del petróleo (1938) se dio en un momento en que la experiencia de la planificación de la Unión Soviética ofrecía sus mejores frutos, y aunque no fue un efecto imitación sí influyó de alguna manera la experiencia de la URSS. En México el petróleo no era desconocido por las poblaciones autóctonas, que lo empleaban en ceremonias religiosas, usos medicinales y como pegamento, y muchas crónicas del siglo XVI reflejan su existencia. Las exploraciones organizadas para iniciar su uso industrial datan de 1869. (INEGI 1994) A finales del siglo XIX las compañías extranjeras (estadunidenses y europeas) se disputan su control. La política y la legislación liberal del porfiriato otorgaron al propietario de la tierra no sólo el derecho de propiedad del suelo, sino también del subsuelo, lo que significaba traspasar a los particulares la explotación del petróleo, y los particulares que tenían posibilidades de hacerla eran las compañías extranjeras no los indígenas ni los campesinos mexicanos.10 "La ley de 1901, concedía franquicias y toda clase de facilidades a los que encontraban petróleo en los terrenos baldíos y nacionales. Entre ellas, la importación de maquinaria, libre de impuestos; la libre exportación de los productos; y exención de todo gravamen federal durante diez años al capital invertido, excepto el del timbre". (INEGI 1994: 548) Y este impuesto de timbre era de 2 al millar, "[f]ue el régimen de la revolución el que tuvo que modificar esta estructura fiscal insostenible. En 1911 por 10 Los "superficiarios" mexicanos difícilmente podrían salir beneficiados, todo lo contrario: "Las regiones petroleras en México se han encontrado en zonas de absoluto predominio de población indígena, cuyos habitantes durante el porfiriato, dice José López Portillo y Weber, eran 90% analfabetos. Puede, pues, comprenderse cuán indefensos se encontraban los superficiarios indios frente a los experimentados y utilitaristas agentes de las compañías yanquis e inglesas". (INEGI 1994:550) Un excelente testimonio del despojo a que fueron sometidos los campesinos mexicanos es la obra La rosa blanca, de B. Traven. 180 ejemplo, el valor de la producción petrolera fue de 2 millones y medio de dólares, pero sólo se pagaron en impuestos 13 mil dólares o sea el 0.52 %. En 1912 se pagó (en impuestos) el 11.7 % de la producción. En 1914 Carranza puso el primer impuesto a la exportación". (Villarreal, 1988:281) Es curioso constatar como es que Carranza, representante del ala más conservadora de la revolución, es precisamente el primero que introduce un impuesto a la exportación de petróleo, esto evidentemente no le gustó a las grandes compañías petroleras afincadas en México que por aquel entonces ocupaban el segundo lugar en la/producción petrolera mundial. Durante la revolución mexicana, y dado su carácter nacional ¬popular, los petroleros estadunidenses veían peligrar sus intereses y presionaban por una invasión que "pacificara" a México, y financiaron levantamientos armados en las zonas petroleras.l1 La Constitución de 1917 concedió la propiedad de la riqueza petrolera a la nación y sentó las bases legales para su expropiación. "La expropiación petrolera vino a representar la forma más nítida y concreta del quiebre del sistema de enclave, al cambiar la estructura de la propiedad de la economía minero-petrolera -exportadora". (Villareal, 1988: 301) Efectivamente, es necesario considerar las condiciones y características de la inversión extranjera en México, como la del sector petrolero, para darse cuenta de lo que el país perdía por todos los conceptos en la operación de este tipo de actividades. Los beneficios políticos y económicos fueron inmediatos para el país; luego vendrían las críticas por el hecho de que se creaba un "monopolio" en la producción y el comercio de hidrocarburos. Pero el rostro de México, cuando menos hasta fines del presente siglo, sería otro a no ser por la nacionalización de la industria petrolera. Ya vimos por qué surge la intervención del estado y su regulación económica; si luego el capital se ve obstruido por el exceso de regulación, no es ni más ni menos que una consecuencia del salvamento primero al que lo sometió el propio estado. En España fue José Calvo Sotelo quien creó el monopolio del petróleo. "Fue en 1927, en plena expansión de la demanda de hidrocarburos, cuando se instauró en España (salvo Canarias) l1 Para un estudio detallado sobre el terna ver: Lorenzo Meyer, México y los Estados Unidos en el conflicto petrolero 1917-1942. El Colegio de México, 1968. el Monopolio de Petróleos, cuya administración se adjudico a la CAMPSA. Como España por entonces no producía una sola gota de petróleo, el monopolio se refería a la distribución y venta de productos petrolíferos, pero incluía también <las manipulaciones industriales>, es decir, el refino, y le producción nacional si la hubiere. Obra emblemática de la Dictadura de Primo de Rivera y de su Ministro de Hacienda José Calvo Sotelo, el monopolio de Petróleos era una institución con un <altísimo designio nacionalizador y estatista> [Calvo Sotelo (1974), P .155], pero con escasa justificación económica. Su historia lo prueba". (Tortella 1994:298). Si se puede hablar de una industria estratégica por excelencia esa es la del petróleo, esto ya significa una justificación muy importante de por sí; pero si además es el estado de un país subdesarrollado el que logra el control de sus recursos, como en el caso de México, su significado gana en importancia. México logró arrancar esta industria a las llamadas "7 hermanas" (o "7 grandes"). El estado debe detentar la propiedad de esta industria porque detrás está toda una justificación de carácter económico, y es que la principal fuente de riqueza de un país subdesarrollado no puede estar en manos de compañías transnacionales, porque esa riqueza es la que puede proporcionar el excedente para sacar adelante a una economía sometida a los vaivenes de la crisis económica internacional y para llevar a efecto los proyectos de desarrollo. Ciertamente el estado creó un doble monopolio, el de la producción y el del mercado, pero ambos están perfectamente justificados, y no sólo eso, sino ahora que se intenta privatizar el sector de los petroquímicos y se tiene hipotecado el petróleo a cuenta de la deuda con los Estados Unidos -todo esto como consecuencia del desplome de la economía mexicana del 20 de diciembre de 1994, que "obligó" al gobierno a pedir cuantiosísimos recursos a cambio, entre otras cosas, de hipotecar el petróleo-, se va a ver la importancia de este bien que es fundamental para el desarrollo económico de México. Pero en esto también España se nos adelantó. España saca adelante la industria de la petroquímica que ahora se privatiza: "Lo que sí se desarrolló, gracias al INI, fue una industria que refino que terminó por hacer de España un exportador neto de productos refinados. [ ... ] Más tarde cuando, a partir de la entrada en la Comunidad Económica Europea, se hizo necesario abolir legalmente el Monopolio de Petróleos, se estaba en condiciones de llevar a cabo la transformación de manera ordenada". (Tortella 1994:300) Pero esa transformación "ordenada" no tenía por qué desembocar necesariamente en la privatización de esa empresa. Un indicador del desarrollo económico anárquico e ineficiente a su nivel más macro y de largo plazo, provocado por el libre juego de las fuerzas del mercado al que se encomiendan las privatizaciones, son justamente las crisis del capitalismo que tienen como su causa la propiedad privada de los medios de producción de la sociedad. Entonces, ¿dónde está el orden en un proceso de privatización in extremis? El petróleo es una materia prima de importancia considerable tanto por su función energética en un gran número de actividades o input en sectores industriales (petroquímica), como por los montos que representa en el comercio internacional. Desde el siglo XIX empezó a jugar un rol de primer orden en el ciclo económico -por su papel en la iluminación de las ciudades y el motor de combustión interna¬, y los países más desarrollados establecen una feroz y violenta competencia para repartirse regiones enteras. Su importancia no deja de ir en aumento, hasta que como consecuencia de las crisis de 1973 y 1978 se comienzan a tomar medidas contrarrestantes a la dependencia petrolera de las principales economías. El éxito de la lucha contra la inflación en los países industrializados en la década de 1980 y la recuperación del crecimiento en la segunda mitad del decenio, deben mucho a las medidas y efectos del "contra-shock" de 1986. Así, el petróleo es considerado como un producto estratégico y vital para la seguridad económica, pero también política, de los países, tanto de los productores como de los consumidores. El petróleo existe en cantidades físicas limitadas no renovables y geográficamente muy concentradas; además existen límites técnicos a la explotación y no se conocen con certeza las reservas potenciales. Durante algunos períodos a esta escasez de largo plazo se suma la escasez artificial generada por políticas deliberadas o por desajustes entre la oferta y la demanda. El problema de la fijación del precio es esencial, y a pesar de la vigencia temporal de precios fijos, oficiales o controlados, o de los intentos por definir y establecer un "precio justo", son las condiciones de la oferta y la demanda las que determinan el precio internacional del petróleo. Las principales estrategias de los distintos agentes económicos se ha dirigido entonces a incidir sobre estas dos variables. Estrechamente vinculado al problema de los precios está el de la distribución y apropiación de la renta petrolera, esto es, el de quiénes se han beneficiado de los diferenciales de costesprecios, o de los precios de monopolio, o coste de productos alternativos-precio del petróleo. Hasta 1973 los principales beneficiarios fueron las grandes compañías petroleras; de 1973 hasta 1986, los países productores (en forma desigual); a partir de 1986, los compradores-consumidores (Estados Unidos y empresas, básicamente). Los recursos financieros de los países productores, y consecuentemente su actividad económica, dependen enormemente del petróleo y son muy vulnerables a las bajas de precios. Aquí conviene presentar un panorama de la situación de la empresa que es objeto de nuestro análisis, es decir de PEMEX. Para esto citamos en extenso el estudio sobre PEMEX del informe sobre México de la OCDE del año de 91/92: "Aunque es, con mucho, la mayor empresa pública, Petróleos Mexicanos (PEMEX) se encuentra ausente de la lista de empresas privatizadas, lo cual refleja el papel especial de esta compañía en la historia de México. La Constitución de 1917 reserva todos los derechos de propiedad en los yacimientos de hidrocarburos a la nación. Largas disputas sobre las rentas petroleras entre los gobiernos sucesivos del país y las compañías petroleras extranjeras culminaron en la nacionalización del petróleo en 1938 y en la fundación de la compañía petrolera nacional, PEMEX. a producción, que había caído a un nivel de sólo 0,09 millones de barriles diarios en 1933, se recuperó lentamente para llegar a 0,45 MBD en 1973, nivel de producción inferior a más alto registrado en 1921. Después del descubrimiento e importantes reservas petroleras en la segunda mitad de la década de 197 0, e impulsada por la política de precios de la OPEP, la producción subió de manera espectacular, creciendo en 23 por ciento al año en términos de volumen, mientras que, en promedio, el valor nominal en dólares de las exportaciones se duplicó cada año hasta 1982. Desd entonces, la producción ha fluctuado en torno a 2,6 MBD. En la actualidad el petróleo y el gas representan aproximadamente el 90 por ciento tanto de la producción de energía primaria como del consumo de energía final. "PEMEX se convirtió rápidamente en una de las compañías más grandes del mundo: la tercera más grande en la producción total de petróleo crudo; entre las primeras quince considerando sus ingresos totales, que llegaron a 19 mil millones de dólares en 1989; y la número uno en términos de volumen de su personal, que asciende a 168 mil personas (en 1988),12 O sea, cerca de tres veces el personal que trabaja en Petróleos de Venezuela, que produce cantidades semejantes de petróleo crudo (2,1 MBD). Cuando estalló la crisis de la deuda, México había llegado a ser dependiente de PEMEX, que representaba el 78 por ciento de las exportaciones totales de mercancías en 198213 y el 38 por ciento de los ingresos presupuestales del sector público consolidado. La compañía no se ha visto sometida a presiones competitivas, ya que ejerce hasta la fecha el monopolio casi completo sobre la producción, procesamiento y distribución del petróleo y sus derivados, incluyendo petroquímicos básicos. Para supervisar la compañía, el gobierno colocó a PEMEX bajo control presupuestal. Las transferencias de ingresos al, gobierno fueron negociadas anualmente con base en los resultados de explotación, ya que la compañía no está sujeta al sistema impositivo regular. Cuando la consolidación fiscal llegó a ser una prioridad política al comienzo de la crisis de la deuda, PEMEX se convirtió en fuente primordial de incremento de los ingresos del sector público. Al mismo tiempo, la reorientación del gobierno acerca de la administración del sector público supuso un nuevo examen de la organización y procedimientos de operación de PEMEX. La estrategia de la reforma incluyó cuatro elementos: -el control presupuestal y la maximización de los ingresos procurados por PEMEX; -una estrategia de producción enfocada a asegurar la autosuficiencia interna y el mantenimiento de volúmenes de producción para el petróleo crudo; -incrementos en los precios internos de los productos petrolíferos para llevarlos a niveles internacionales; reestructuración de PEMEX. "El gobierno no intervino en la posición monopólica fundamental de PEMEX y promovió sólo una entrada limitada de empresas privadas nacionales y extranjeras en algunas de las áreas comerciales de PEMEX.14 12 Para 1994 PEMEX había sufrido los efectos de una reestructuración a fondo que la situaban con 119 928 empleados, o sea, un tercio menos que en 1988. 13 Actualmente las exportaciones de PEMEX no representan más del 30% del valor total de las exportaciones de México, corno resultado de un proceso deliberado de despetrolización de la economía. 14 La situación actual de la industria petrolera varía sustancialmente respecto a este dato, ahora, y en virtud de los acuerdos a los que llegó el gobierno de Zedillo para, se dice, salir de la crisis del 20 de diciembre, se pretende privatizar parcialmente 61 plantas petroquímicas que pertenecían a PEMEX, esto significa que se liberaliza "Dado el alto nivel de reservas probadas de México(cerca de 51 mil millones de barriles de petróleo y 71 billones de pies cúbicos de gas), se dejó que descendieran las actividades de exploración y desarrollo, y las reservas probadas totales cayeron paulatinamente. Sin embargo, México mantiene todavía reservas suficientes para producir durante 50 años a los niveles de producción actuales. Los pozos han llegado a ser más costosos dado el aumento de la profundidad promedio en la década de 1980 en comparación con la de 1970. A pesar de esto, PEMEX llevó a cabo una reducción del 30% de los costos globales en términos reales, manteniendo al mismo tiempo los niveles de producción durante la década de 1980. Las reducciones potenciales de costos, del orden del 40 por ciento en campos clave que se encuentran en la plataforma marítima, proporcionarán un parapeto adicional para mejorar la eficiencia de PEMEX. "El volumen de producción de productos petroleros refinados y de productos petroquímicos creció al tiempo que aumentó la producción de petróleo crudo (por encima del 50 y del 150 por ciento respectivamente), lo que hace de PEMEX una de las empresas mexicanas de más rápido crecimiento. De esta manera, se aseguró la autosuficiencia con el mínimo de importaciones y con exportaciones niveladoras de productos petrolíferos. Se descuidó el desarrollo del mercado de gas natural, aunque México comenzó a importar cantidades modestas (aproximadamente 250 MCFD hacia fines de 1991) de gas barato de los Estados Unidos para completar la producción interna, más del 80 por ciento de la cual tuvo su origen en la producción de gas asociada con la producción de petróleo. "Después del primer choque petrolero ocurrido en 1973, México ajustó los precios de los productos petrolíferos a la alza, alineándose con los precios internacionales. En 1975, los precios a los consumidores de la gasolina y el aceite combustible superaron los de los vecinos Estados Unidos, en donde se habían establecido controles. Sin embargo, cuando aumentó la inflación y se depreció el tipo de cambio en 1976, los incrementos de precios internos comenzaron a rezagarse. Hacia 1980/1981 los precios de productos petrolíferos mexicanos se encontraban entre los más bajos del mundo. Los precios de los combustible industriales y familiares eran del orden de 10 a 45 por ciento de los prevalecientes en los Estados Unidos, en donde por ese entonces se estaba avanzando en la desregulación, mientras que los precios de la gasolina al menudeo representaban aproximadamente el 40 por ciento. La producción y el mercado del petróleo y sus derivados. Después de la crisis de la deuda en 1982, el gobierno ajusté los precios a la alza. A principios de 1992, los precios de la gasolina al menudeo en la mayor parte del país sobrepasaron los precios de Texas, aproximadamente en un 30 por ciento. Sin embargo, en la zona de la frontera norte, los precios de la gasolina eran iguales a los precios practicados en la frontera norteamericana, para evitar pérdidas tributarias a través de las compras en el cruce de la frontera. Los precios al consumidor del aceite combustible, del combustible de jets y del gas natural se igualaron con los precios de la frontera, ajustados con base en diferencias de calidad. Los precios al consumidor del combustible diesel siguen equivaliendo a aproximadamente el 70 por ciento de su nivel en los Estados Unidos, mientras que el GLP para uso nacional (butano y propano) todavía recibe un fuerte subsidio, con precios fijados entre 25 y 40 por ciento de los precios al consumidor norteamericano. Los incrementos de precios graduales programados para los dos últimos combustibles pretenden eliminar los subsidios en 1993. Los incrementos de precios reales no han sido capaces de detener el incremento en el uso de productos petrolíferos en México, que aumentó al 2,7 por ciento anual, en comparación con la tasa promedio de crecimiento del PIB real de 1,6 por ciento entre 1980 y 1990". Permítasenos aquí abrir un paréntesis para señalar que no es un secreto que PEMEX efectivamente subsidia a los consumidores con precios de sus productos en general bastante por abajo de los similares en Estados Unidos, tampoco es un secreto que el estado mexicano recibe de PEMEX cuantiosas aportaciones por concepto del pago de impuestos, sólo en el año de 1994 las ventas fueron de 98 mil millones de pesos, 15 mientras que el pago de impuestos se situaba en 62 mil millones de pesos, o sea que un poco más del 63% del total de las ventas se pagaba por conceptos de impuestos; esto se refleja en el hecho de que PEMEX es fuente de ingresos para el estado en un 25% del total de sus ingresos, esto no quiere decir otra cosa que PEMEX no sólo subsidia a los consumidores, también subsidia al estado. "Para mejorar la transparencia y la eficiencia, PEMEX ha sido reestructurada como compañía tenedora con cuatro subsidiarias separadas (exploración y producción, refinación, gas natural 15 Estamos hablando de nuevos pesos, que equivalen a 1000 viejos pesos. y petroquímica básica, petroquímica secundaria), 16 que se rigen por precios de transferencia basados en los precios fronterizos ajustados por el costo del transporte. La subsidiaria que controla la petroquímica secundaria puede eventualmente ser privatizada [¿cómo se dieron cuenta de la tendencia que se iba a imponer con tremenda fuerza tan sólo dos años después de que fue redactado este informe? Lo que no previeron -o no dijeron- es que esta fiebre privatizadora alcanzaría también a la petroquímica básica]. Las medidas para reforzar la autonomía administrativa y la contabilidad y para mejorar la organización interna son parte del esfuerzo de reestructuración. Se están realizando importantes recortes de personal. El alcance del monopolio en la petroquímica básica estatal se está reduciendo en forma considerable. 17 Las empresas periféricas de PEMEX se están preparando para la privatización: por ejemplo, las tiendas para el personal, las cuales, sólo para las áreas de exploración y producción, emplean cerca de 15 mil personas. Se está permitiendo a las empresas del sector privado que se presenten en las licitaciones de contratos de servicios para las operaciones de perforación de PEMEX, aunque no sobre la base de compartir riesgos. Esta última medida es de particular importancia, ya que en el pasado las compañías de propiedad del sindicato de PEMEX tenían de facto el derecho de que se les otorgara el 40 por ciento de la perforación y el 50 por ciento de los contratos de servicios. Asimismo, en el marco del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, se autorizarán contratos basados en el rendimiento". (OCDE 1992b:98-101) El proceso de privatización de PEMEX, como de tantas otras compañías estatales, corre paralelo al proceso de liberalización de la economía, sólo téngase en cuenta, sin incluir todavía la privatización de las compañías petroquímicas, que en el año de 1982 había en México 1.155 empresas que eran propiedad del estado, y tan sólo diez años más tarde el estado era dueño de 223. Ahora con el nuevo marco económico exigido a México por el TLC es muy probable que las empresas propiedad del estado sufran una nueva merma, empezando por las petroquímicas de PEMEX. 16 Aquí también es necesaria una actualización porque la petroquímica secundaria está en proceso de privatización. El anuncio de esta acción no pudo ser más inoportuna, el aniversario de la expropiación petrolera (18 de marzo), en el año de 1995. 17 Lo que se ha hecho es una "reclasificación" que reduce de 69 a 9 el número de petroquímicos considerados básicos, los demás han pasado a ser "secundarios" y por lo tanto privatizables. La lucha competitiva se desencadena entonces por el control de los yacimientos y reservas, por el control de la industria y por la fijación de los precios en un mercado que ofrece poca movilidad. Los estudios geológicos concuerdan en que más de la mitad de las reservas probadas de petróleo se localizan en los países del Medio Oriente, principalmente en los del Golfo Pérsico. En 1991 la situación era la siguiente: (cuadro 3) Cuadro 3 Reservas Probadas de Petróleo Lugar billones de barriles Medio Oriente América Latina Africa % 662,2 66,3 127,2 12,7 59,9 6,0 URSS y Este europeo 58,9 5,9 Asia y Australasia 50,2 5,0 Estados Unidos 26,2 2,6 Europa 14,5 1,5 TOTAL Occidental 999,1 100 Datos a enero de 1991 Fuente: INEGI, El sector energético en México. México, 1994. De las reservas del Medio Oriente, el 90 por ciento está concentrado en cinco países: Arabia Saudita (con la cuarta parte mundial), Kuwait, Irán, Irak y Emiratos Árabes Unidos. En cuanto al nivel de producción y en forma individual, son los Estados Unidos los que ocupan el primer lugar mundial, si bien en reservas el Medio Oriente domina ampliamente. Los Estados Unidos son los que tienen una intensidad de explotación mayor sobre su petróleo, y es ésta la que determina el tiempo de vida o duración de los yacimientos. De acuerdo con este indicador de duración (razón entre reservas y producción actual) se estima en cien años la existencia que resta a los yacimientos de Arabia Saudita, contra sólo 10 años para los de Estados Unidos y entre 30 y 40 para los de África y América Latina (para México la OCDE estima 50 años). Este indicador no señala el término definitivo de las reservas, pues estas son constantemente revaluadas y reconstituidas en función de nuevos descubrimientos y progresos en el dominio técnico de la explotación de los yacimientos. De hecho, en los últimos 20 años han aumentado las reservas globales, lo que significa que los descubrimientos y progresos tecnológicos han compensado los volúmenes extraídos. Es conveniente distinguir entre mercado de crudo y mercado de productos petrolíferos, ya que ambos se encuentran dominados por actores diferentes. La fisonomía del mercado de crudo ha sufrido modificaciones en el tiempo. Hasta 1973 la oferta de crudo estuvo dominada por las grandes compañías petroleras internacionales, a saber, por las "siete hermanas" o "siete grandes": Royal Dutch Shell, British Petroleum, Mobil, Standard Oil of California (después Chevron), Gulf, Texaco y Exxon, y otras grandes independientes: Arco y la AMOCO. Estas compañías operaban a través de concesiones y controlaban la zona petrolífera del Medio Oriente así como las reservas de los principales países productores. En 1973 tiene lugar la "toma de conciencia" por parte de la mayoría de los países productores sobre la importancia y poder del petróleo (en México esto sucede casi 40 años antes con la nacionalización petrolera), y tiene lugar la emergencia de las compañías públicas, el control de reservas y las nacionalizaciones. Esto modifica la fisonomía del mercado. La parte que detentaban las "siete grandes" de las reservas mundiales se reduce del 98% en 1950 a menos del 5% en 1973. Los países subdesarrollados afirman su soberanía sobre sus recursos naturales y la producción y comercialización de petróleo crudo pasa al control de los países productores (de las compañías petroleras públicas). Las principales compañías de los países exportadores pasan a dominar el mercado. De las 15 principales, 11 son públicas, y de éstas 6 controlan el 36% de la producción mundial (sin los países ex comunistas). Las seis principales son: Saudi Aramco (Arabia Saudita), INOC (Irak), NIOC (Irán), PEMEX (México), PDVSA (Venezuela) y KPC (Kuwait). Casi todas las nacionalizaciones tuvieron lugar en los 70, exceptuando la de México (1938) y la de Irán (1951). De estos seis países solamente México no pertenece a la OPEP, aunque ocupaba la categoría de observador y en ocasiones llegó a acompañar algunas de sus medidas en cuanto a control y regulación de la producción. Las compañías que pueden competir con las públicas de los países productores son las mismas "siete grandes", que ya son 6 (por la absorción de la Gulf por la Chevron en 1984), y principalmente cuatro de ellas: la RD-Shell, la Exxon, la BP y la Chevron. La parte de las "grandes" en la producción mundial de crudo pasó del 57% en 1973 al 17% en 1990. Como competidores marginales están otras compañías de los países importadores, básicamente norteamericanas: Arco, Amoco y Conoco, así como las europeas (públicas o semipúblicas): El (Francia), CFP (Francia), ENI (Italia). Por el lado de la oferta de derivados del petróleo sigue habiendo un dominio de las grandes compañías de los países importadores, las cuales controlan las actividades de refinación y comercialización. La supremacía de las grandes compañías internacionales es sobre todo en refinación. Cinco de las "grandes" siguen colocadas a la cabeza, pero ya participan de manera importante algunas de las empresas públicas de los países productores. El mercado petrolero ha estado protegido por fuertes barreras a la entrada, algunas de ellas de carácter natural. La exploración, la producción y la distribución del petróleo favorecen importantes economías de escala. Esto por las características físicas de las disponibilidades, por la indivisibilidad de capital, por los elevados costes fijos y por el principio de incerteza (riesgo de no tener éxito en las exploraciones). Tienen una gran importancia también las barreras tecnológicas, sobre todo en las fases iníciales, el conocimiento y la experiencia así como las habilidades del personal cualificado, las habilidades administrativas y de organización. La tecnología requerida en los procesos es compleja. Una de las grandes hazañas de la expropiación petrolera de México fue, no sólo haber enfrentado a las siete grandes, sino que después se hizo necesario que los trabajadores, ya sin los cuadros técnicos más cualificados que evidentemente salieron con las transnacionales, pusieran en marcha esta industria de una gran complejidad, y no lo hicieron mal, PEMEX es una de las compañías más importantes del mundo y con una tecnología extraordinariamente sofisticada en todas las ramas de operación. Otro tipo de barreras son las de "marketing". Las industrias de materias primas difícilmente pueden tener éxito sin buenos mercados y comercialización. Si, como es el caso del petróleo (en casi todos los países) están orientados a la exportación, requieren contactos a nivel internacional con los consumidores y su éxito depende sin duda del grado de integración vertical con los consumidores. Aunque todas estas barreras se modifican y erosionan con el tiempo, no dejan de existir, y aunque entran empresas nuevas la movilidad es restringida y difícil. La estructura de competencia del mercado petrolero corresponde al modelo de oligopolio, que está dominado por un conjunto de grandes empresas. Estas empresas han formado grupos de competencia que a través de la colusión (oligopolio cooperativo) tratan de implementar políticas que llevadas de común acuerdo maximicen los beneficios para el grupo y para cada empresa en particular. Como parte de su estrategia competitiva las grandes compañías internacionales de los países industrializados acuerdan políticas de distribución de mercados, control de reservas, participaciones, etc. Y por otro lado los países productores deciden constituirse en cartel (los productores más importantes, si bien no todos, como es el caso de México). Para defender sus intereses comunes, evitar maniobras de los Estados Unidos para reducir el precio de referencia sobre el cual se establecían las regalías que las compañías que tienen la concesión de la exploración y explotación pagaban a los gobiernos huésped, y para lograr una participación mayor en los beneficios del petróleo, en 1960 se crea en Bagdad la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP). Sus fundadores fueron Irán, Irak, Arabia Saudita, Kuwai t y Venezuela. En 1962 se suman Libia, Indonesia y Katar. Las estrategias de la OPEP se han modificado con el tiempo y han sido básicamente: liderazgo en los precios; integración vertical; diversificación geográfica; diversificación en la refinación; innovaciones en los contratos; cuotas y techos de producción. Estas estrategias han tenido resultados muy desiguales debido a las diferencias de intereses entre los países miembros así como a las reacciones de los competidores. El liderazgo en los precios en los años 1973 y 1974 permitió a los estados petroleros obtener altas ganancias (por arriba de las de libre competencia) y apropiarse de la renta petrolera. Por tener los costes más bajos Arabia Saudita resultaba la más beneficiada de la renta diferencial. Las reservas del Medio Oriente son las que tienen los costes de extracción más bajos, tanto por la facilidad de acceso a los yacimientos (por ejemplo frente a la dificultad de los del 193 Mar del Norte o Alaska) y por el hace más rentables. Se estima que crudo es de dos dólares el barril dólares en Estados Unidos y Canadá (Jacquet y Nicolas 1991:22) entorno más favorable. Esto los el coste medio de producción de en el Medio Oriente contra ocho y 10 dls. En Europa Occidental. En diciembre de 1973 la OPEP estableció su política de precios. Fijó un precio oficial de referencia para el petróleo árabe ligero de Arabia Saudita (11, 6 dls. por barril, cuatro veces más alto que seis meses antes) y las otras variedades de crudo definían su precio frente al de referencia, teniendo en cuenta los diferenciales de calidad, densidad y costes de transporte. (Jacquet y Nicolas 1991:75) Una estrategia importante de los exportadores de petróleo ha sido la diversificación en refinación y comercialización, en un intento de integración vertical. De este modo consiguieron ganar terreno muchas compañías públicas y emergieron los países de la OPEP sobre el mercado de refinación y exportación de productos refinados. Quizás esto contribuyó a la sobrecapacidad observada a mediados de los 80, mientras que la demanda ha sido relativamente débil tanto para el crudo como para los productos refinados. Se ha intentado así, por un lado, sustituir importaciones (cuando la refinación se destina al mercado interno), y, por otro lado, captar una proporción mayor del valor agregado (cuando los productos son de exportación). La integración se ha hecho básicamente de dos maneras: integración pura y simple, y a través de "joint ventures" (participación financiera). Esta estrategia exige gran disponibilidad de recursos financieros, por eso la mayoría de los países la ha seguido a través de la participación financiera con compañías ya existentes (éxito de Kuwait, Venezuela y Argelia). En el caso de México, recuérdese que uno de los propósitos del gobierno en materia petrolera, siempre había sido el de lograr tener en sus manos la totalidad de aspectos que componen la extracción ~ procesamiento del crudo, y es en esta dirección que desarrolló a partir de los años setentas un complejo petroquímico de gran envergadura. Algunos países han seguido una estrategia de diversificación geográfica, como Kuwai t, donde la compañía esta tal KPC adquirió la empresa norteamericana de Santa Fé y tiene presencia en muchos países y opera con otras compañías. Con el objetivo de ofrecer modalidades de comercialización atractivas e innovadoras la OPEP ha implementado diferente; tipos de contra tos que ofrecen buenas condiciones a los compradores. Uno importante es el "netback" (o de valorización). Aquí el precio de venta del crudo es calculado en función del precio spot de los productos, del cual se deducen los costes efectivos de transporte y de refinación. Los riesgos de fluctuación de precios recaen en el vendedor. Otros han sido los contratos de venta /'por fórmula". Aquí el precio del crudo se fija en función del precio spot del crudo determinado por el mercado de destino. Las ventajas en períodos de inestabilidad dependen de la dirección de la variación del precio. Las fórmulas son complejas. Ante la quiebra inminente del cartel y la irrefrenable baja de precios en el mercado spot (libre), mucho más bajos que los precios de la OPEP, en 1982 los países miembros deciden fijar cuotas de producción a fin de sostener los precios. Se impone un techo a la producción total del grupo. Esta estrategia se retama posteriormente, en 1986, así como la de fijar un precio oficial, y continúa en años siguientes. En cuanto a las grandes compañías privadas, después de haber tenido el dominio absoluto del mercado en los 70 pierden el control directo de los yacimientos y el acceso privilegiado y protegido a los crudos del Medio Oriente. A través de concesiones y de una interacción vertical completa dominaban íntegramente todo el proceso petrolero: de la exploración a la distribución, pasando por la producción, el transporte y la refinación. Se aseguraban así un aprovisionamiento bajo las mejores condiciones (abundantes y baratas Su estrategia después de su desintegración consiste en la diversificación geográfica de sus actividades y en tratar de re apropiarse de algunos yacimientos (vía compra de reservas en tierra. Por lo que se refiere a la demanda de crudo (o sea los compradores o "clientes") los principales consumidores son las refinerías, esto es, esencialmente las grandes compañías internacionales. En general lo hacen a través de contratos a plazo (cuya duración ha bajado de 15 a 1 año), pero recurren también al mercado spot, que cobró importancia para el crudo a raíz del desmantelamiento parcial del sistema de integración de las grande empresas. Los grandes consumidores son los países industria1izados (en primer lugar los Estados Unidos) cuya prosperidad se basé precisamente en el uso intensivo de energía barata. En 1993 los Estados Unidos consumían casi 18 millones de barriles diarios de petróleo, poco más de la tercera parte del consume mundial total en ese año y casi la mitad del consumo total de los países de la OCDE. La OCDE en su conjunto representaba en ese año el 71 por ciento de la demanda mundial. (INEGI El sector energético en México 1994:262) A partir de la primera crisis del petróleo (el shock de 1973), 21 de los 24 miembros de la OCDE crearon la Agencia Internacional de Energía (AlE), en 1974, como reacción al poder de los vendedores y cuyo objeto era la cooperación de sus miembros para reducir la dependencia excesiva del petróleo, crear un sistema de información del mercado petrolero internacional y, sobre todo, un plan de seguridad en el aprovisionamiento basado en la constitución de stocks estratégicos por parte de los países miembros. (Los stocks reglamentarios son de 90 días de importaciones. En la CEE se estableció la regla de 90 días de consumo). (Jacquet y Nicolas 1991:95-98) En cuanto a la demanda de productos refinados los principales consumidores son también los países de la OCDE (en 1989 tienen el 70% del consumo mundial de refinados). Aquí se distinguen dos sectores: la demanda de energéticos y la de no energéticos. La de energéticos corresponde en más del 60% para transporte (en Europa, EU y Japón), y en este sector no se han encontrado sustitutos de importancia. En el porcentaje que resta, el petróleo puede ser sustituido por energía nuclear (con grandes progresos en Francia y Japón) u otros combustibles fósiles como el carbón (Inglaterra y Alemania) y el gas natural (Países Bajos), y se ha hecho en forma eficiente. De los no energéticos el principal consumidor es la industria química. Para esta industria el petróleo es esencial y, también, difícilmente sustituible, siendo muy vulnerable y sensible a las fluctuaciones de aprovisionamiento. El precio de los refinados constituye un factor muy importante de la competitividad de la industria debido a que los productos utilizados en los distintos países no son los mismos, y la evolución diferencial de los precios tiene efectos de distorsión en la competencia. La fuerte dependencia frente a los precios del petróleo ha llevado a la petroquímica a desarrollar capacidades de producción nuevas en las regiones que disponen de gas y de petróleo a bajo coste (Medio Oriente y México). (Jacques y Nicolas 1991:39) spot se cambian día a día las cantidades de crudo y de refinados que no estén sujetos a contrato. Hasta 1973 el mercado spot era casi exclusivamente de refinados. La producción y la refinación estaban aseguradas por una misma entidad económica. Con la pérdida parcial de acceso directo al crudo por las compañías internacionales surgió un verdadero mercado de crudo. El comportamiento de los productores también ha jugado un papel importante en la emergencia e importancia del mercado spot. En 1973 algunos productores burlaban en forma clandestina el embargo petrolero, sirviéndose del mercado libre de Rotterdam, dándole así un primer impulso, aunque los volúmenes fueran limitados. Sin embargo las transacciones continuaron efectuándose esencialmente por la vía contractual. El sistema contractual es al que se llama sistema OPEP, y ha durado hasta 1978, aunque la duración de los contratos se redujo sistemáticamente. El mercado libre permite a las compañías internacionales equilibrar la oferta y la demanda. Con el segundo shock petrolero (1978-79) el mercado spot cambia radicalmente y adquiere una gran importancia en la misma medida en que la pierde el mercado de la OPEP. A principios de los 80 el mercado spot se convirtió en el mercado de referencia para el crudo. Esto obedeció a un efecto combinado de sustitución de oferta de la OPEP, esto es, del aumento de la oferta de países productores no pertenecientes a la OPEP (como México, Gran Bretaña y Noruega), y la disminución de la demanda. Esto último debido a la recesión económica y la racionalización. Como resultado se da la baja del precio spot por abajo del precio oficial de la OPEP y ello conduce a una preferencia por el mercado libre y por los contratos a menor plazo. El mercado libre se convirtió más atractivo tanto para compradores como para vendedores: cuando hay déficit de producción aumenta el precio en el spot, entonces los productores prefieren las transacciones de día a día y no los contratos, y viceversa, cuando hay excedente bajan los precios spot y entonces son los compradores los que prefieren las transacciones día a día. Aunque lo esencial de las ventas de petróleo (75 por ciento de las de crudo) se realizan todavía a través de contratos a "largo plazo" (que raramente son superiores a un año), e] sistema de precios directores (o marca) instaurado por la OPEP ha desaparecido enteramente. Es el spot el que constituye el pivote del sistema de determinación del precio. El mercado libre determina el nivel de precios que se establece en los contratos. Con la desaparición de los precios oficiales, los precios de los productos son esencialmente determinados por las leyes del mercado: variaciones estacionales de la demanda, precio de los sustitutos, concurrencia de oferentes. En los 8 O culmina definitivamente el gran poder que logró tener la OPEP, el cual fue en aumento mientras se deterioraba el que ejercían "las grandes" empresas petroleras. La historia del petróleo de las últimas tres décadas marca el periodo del ascenso y caída de la OPEP como organización efectiva de los países productores, así como el de la tendencia creciente de los países industrializados a depender de este recurso y la búsqueda de medidas y productos contra restantes a esta dependencia y al poder de la OPEP. A grandes rasgos los acontecimientos fueron los siguientes. En los años 60 tiene lugar el aumento de la dependencia de las economías occidentales respecto al petróleo y la pérdida de poder de las grandes compañías petroleras. Al mismo tiempo cae la producción de EU por restricciones locales tendentes a la conservación de las reservas así como por la disponibilidad de petróleo de importación a precios bajos. En los años 50 "las 8 grandes" (las 7 señaladas anteriormente más la CFP, Compañía Francesa de Petróleos) controlaban el 90 por ciento del mercado mundial, a principios de los 70 controlan el 70 por ciento. Simultáneamente las ganancias están a la baja. Durante algún tiempo logran compensar esta baja aumentando los volúmenes de ventas, pero a fines de los 60 sus intentos de firmar contratos favorables en los países petroleros no tiene éxito. Su poder de dominación en el mercado internacional decae. De 1970 a 1973 tiene lugar un período confuso de negociaciones sobre precios y distribución de las ganancias. Se firman contratos pero muchos de ellos son rotos por los productores. Finalmente la OPEP establece un alza de los precios fijados, una revaluación anual de los precios (conforme a la inflación), y una fórmula de indexación a las variaciones de la tasa de cambio para proteger sus ganancias de las devaluaciones del dólar (frecuentes después de la ruptura del sistema monetario internacional de Breton Woods en 1971). El precio del ligero árabe pasó de 1,8 dls. El barril en 1970 a 2,9 en 1973 (seis meses más tarde lo subiría a 11,6 dls. el barril). Además la OPEP demanda una mayor participación en el capital de las empresas. (Jacquet y Nicolas 1991:73-74) El shock de 1973 generó confusión e incertidumbre, los aprovisionamientos bajaron en un 9%. Los países petroleros aprovecharon para aumentar excesivamente y en forma unilateral los precios. En 1974-78 hay una calma relativa en el mercado petrolero en materia de precios. Se confirma el poder de los productores. Se dan nuevas nacionalizaciones. Toda alza es moderada por Arabia Saudita (que quiere conservar sus buenas relaciones con Estados Unidos y que a además es la menos afectada por tener los costes más bajos). En términos reales inclusive se dio una baja de precios. En 1978 hay ya problemas de sobreproducción pero estos son ocultados por los acontecimientos: la huelga de los obreros de la refinería iraní (nov. 78) y la revolución de Irán (1979). Se desató el 2° shock petrolero que habría de durar dos años. La producción de Irán desapareció del mercado. Se crearon fuertes tensiones en el aprovisionamiento. Cunde el pánico entre los consumidores los cuales llenan al máximo su capacidad de almacenamiento. Esto hace aumentar la demanda en tres millones de barriles diarios, lo que a su vez hace aumentar el pánico. En 1979 la estructura de precios de la OPEP es abandonada. Los spot pasan a ser los precios directores. En el otoño de 1979 baja la demanda, pero con la guerra Irán-Irak sube nuevamente. Sin embargo esta situación de alerta fue mejor controlada que la primera y pasado el shock se vieron las consecuencias. La influencia de la Agencia Internacional de Energía dio buenos resultados a los compradores. La sobreproducción se puso en evidencia debido a varios factores: des almacenamiento (uso de stocks) masivo; excesos de producción del decenio anterior; el uso de fuentes de energía alternativas que se volvieron rentables (ante la mejoría de sus precios relativos) tales como la energía nuclear y el carbón, y el gas natural; las inversiones tendientes a disminuir el consumo de petróleo (conservación, ahorro); en suma, la reducción de la intensidad del consumo de energía en los países industrializados. A esto se sumó la "sustitución geográfica": el aumento de la oferta por los países ajenos a la OPEP. La OPEP no tuvo éxito para imponer una disciplina suficiente entre sus miembros para que respetaran las cuotas establecidas. Sucumbió ante las contradicciones de los cárteles en la vida real: la tentación de violar los acuerdos, máxime cuando algunos de los miembros del cartel tenían fuertes compromisos con los Estados Unidos. La OPEP se convirtió en un conjunto de países que intentan ejercer un poder de monopolio parcial, en una suerte de oligopolio sin solidez, capaz de suscitar inquietud entre los consumidores, que con el alza de los precios spot puso en alza sus propios precios y que dejó fuera de cuestión el control de la producción. Aquí es necesario señalar que si bien México mantenía una cierta relación con la OPEP, era observador, y que en algunos casos acompañó algunas de las medidas fijadas por el cartel, en cierto momento, particularmente con los gobiernos de Miguel de la Madrid en adelante (1982), se alineó con los países que menos interés tenían en mantener un verdadero cártel petrolero, es decir, con Arabia Saudita. El mercado se convierte en un mercado de compradores. Los compradores ya no se preocupan por el aprovisionamiento. Ahora son los países productores de la OPEP los que descubren y sienten su dependencia y vulnerabilidad respecto a la demanda de los países industria1izados (casi como cualquier otra materia prima). La preocupación por la seguridad cambió de campo. Entre 1981 y 1985 las ganancias cayeron en un 80%. Tienen lugar tentativas de acuerdo con los países productores de fuera de la OPEP (1986) pero no se llegan a tornar medidas concretas. Los precios siguen cayendo; para algunas variedades de crudo llega hasta a 6 dls. el barril. En diciembre de 1986 la OPEP vuelve a recobrar el control de la producción reinstaurando nuevas cuotas y un precio oficial de 18 dls, por barril para un grupo representativo de productos, pero se trata más bien de un precio de referencia para intentar reorganizar que un precio líder. La participación de la OPEP en el mercado internacional baja considerablemente. Entre 1986 y 1990, aunque sin altas ni bajas espectaculares como en 1986, la inestabilidad es la regla, pero los precios se mantienen más bien bajos. Los problemas devienen de la dinámica clásica del cartel: cuando los precios son satisfactorios se hace trampa con las cuotas, se provoca la baja de los precios y entonces se intenta controlarlos por el lado de la producción. Pero en el proceso otros les sacaron ventaja. Los países árabes reciclan gran cantidad de recursos financieros a los países industrializados, lo cual esfuma el ingreso de recursos que se obtiene por la venta del petróleo. Por otro lado, la crisis del petróleo se traduce en una redistribución de la renta petrolera a favor de aquellas potencias económicas y financieras que tienen los mecanismos financieros que les permiten captar y capitalizar esos recursos (EU por ejemplo). Mientras el petróleo se comporta en el mercado internacional en forma parecida a cualquier otra materia prima se ve sometido a un proceso de desvalorización en el cual los términos del intercambio tienden a favorecer a los países industrializados exportadores de productos manufacturados. Una utilización adecuada de la renta petrolera, esto es de los recursos que se obtienen por la exportación de petróleo, podría generar una industrialización del petróleo en un proceso de integración hacia adelante (petroquímica), importante y factible para países que tienen ya una cierta infraestructura para ello. Es el caso de Irán e Indonesia, por ejemplo, y por supuesto México, que ya había recorrido este camino de industrialización del petróleo a través de su industria petroquímica. Una serie de países subdesarrollados se enfrenta al problema de que no han podido desarrollarse industrialmente porque las condiciones estructurales y el acoso de otras producciones, sobre todo de países industrializados, no se los han permitido. Faltan recursos financieros e infraestructuras adecuadas para la industrialización. Estos países, en el caso de ser productores de petróleo, dieron un paso importante al afirmar su soberanía sobre sus recursos, pero los efectos de este hecho se han ido diluyendo frente al poder más organizado de los países industrializados y las llamadas "reformas estructurales". Por otro lado son países especializados en la producción-exportación de un solo producto primario (o de un grupo muy reducido) y enfrentan las desventajas competitivas frente a los productos manufacturados. En este sentido la estrategia más importante a seguir nos parece debería ser la diversificación geográfica y productiva, esto es, ser menos dependientes de 10E "clientes" ampliando su número, pero sobre todo, a partir de la generación y apropiación de valor agregado del petróleo. Esto es, los cuantiosos recursos que fluyen por la explotación petrolera deben servir a un proceso de reciclaje hacia actividades industriales productores de petróleo. dentro de los mismos países Es más redituable la industria petrolera que se integra en forma vertical pues obtiene muchas economías de escala en los varios procesos, pero no sólo por eso, sino porque está en mejor posibilidad de competir en el mercado internacional. La integración, que puede ser total, casi total o piramidal, será siempre provechosa. Así, si el volumen de la producción permite economías de escala el beneficio más directo será el ahorro en costes, tanto en la producción, ventas, compras, control mancomunado, etc. Muchas de las barreras a la entrada han sido superadas por las compañías públicas de los países productores. Será necesario que rompan las barreras que representan sus relaciones de dependencia con los países industrializados. Algunos de los países exportadores de petróleo tienen ya capacidad instalada o posibilidades tecnológicas para hacerse cargo de estos procesos. Por otro lado, la consolidación del cartel es una opción teóricamente válida y recomendable y es evidente que en la medida en que los principales productores de los países no industrializados participen en él, su poder será mayor, sin embargo en la práctica tiene muchas limitaciones, mismas que han sido dramáticas en el caso de la OPEP tanto por la importancia estratégica del producto como por la diversidad de intereses de los productores, intereses incluso antagónicos que han sido causa de guerras militares entre algunos de los socios más importantes, como es el caso de la guerra entre Kuwait e Irak. Además el cartel como todos los de materias primas, está muy expuesto al ciclo económico lo que lo hace muy vulnerable a las recesiones. La reunión de la OPEP, que se realizó en Ginebra a mediados de febrero de 1992, terminó en un fracaso, porque existía la intención de algunos de sus miembros, concretamente de Arabia Saudita, de producir al máximo posible de su capacidad con el objeto de abaratar el precio del barril de crudo y con esto sacar del mercado los crudos producidos por Irak. Esta estrategia de Arabia Saudita tenía como propósito provocar problemas a Sadam Hussein, y con esto hacer factible su derrocamiento. Como se ve, en estas condiciones no existe acuerdo posible. En cambio una industria a partir de la elaboración de productos petroquímicos puede ser la base para otras industrias, además de que los precios de esos productos se encontrarían en una situación competitiva mucho más favorable que la del petróleo crudo. Los productores reducirían así el poder del "cliente" posicionándose en una situación más ventajosa. Pero muchos gobiernos han decidido lo contrario y se lanzan a privatizar este sector estratégico. La privatización de la industria petroquímica mexicana, teniendo en cuenta todo lo que se ha dicho hasta aquí, representa un retroceso de muchos años, una vuelta a la época en que las "siete hermanas" controlaban una porción importante de la riqueza petrolera de México. Y esto es posible por el auge liberalizador de los últimos años. De haberse substraído México de esta corriente habría tenido que mantener una cierta protección de su industria respecto de las inversiones extranjeras que son las que seguramente presionaron, con el arma financiera en la mano -las ayudas para sortear la crisis declarada en diciembre de 1994-, para la privatización de la industria petroquímica. Normalmente se suele dirigir contra las empresas estatizadas el argumento de que son monopolios que impiden la competencia de otras empresas privadas y que por lo tanto anulan los incentivos para el aumento de la productividad. En el caso de la industria del petróleo este argumento, al menos en México, se refuerza por el hecho de que como existe una fuerte protección que favorece a los productos petrolíferos generados por PEMEX, esta empresa es también "inmune a la competencia del exterior". Entonces se critica aquí un doble monopolio, el de la producción y el del mercado. Pero habría que preguntarse si en el caso de PEMEX la intervención del estado ha derivado en una caída de la productividad. Sabemos que PEMEX, aún siendo objeto de un doble monopolio, se convirtió en una de las empresas de más alto desarrolle tecnológico en el mundo. Por su volumen de producción PEMEX es la tercera en importancia en el mundo, sólo después de la Saudí Aramco (la más beneficiada por la eliminación de Irak del mercado internacional) y la NIOC (iraní), y sin contar a la INOC, colocada siempre entre las tres primeras hasta le "Guerra del Golfo" y el bloqueo que le fue impuesto a Irak, de la cual no tenemos cifras disponibles. No vamos a negar las burocracias y las ineficiencias, pero estas limitaciones quedaron superadas por el hecho de que esta industria fue capaz de levantar a uno de los sectores más avanzados de la producción en México. Esto a lo que nos lleva es a que no toda intervención del estado arroja los mismos resultados¡ sobre todo si se dirige a desarrollar la I+D que van ( requerir las industrias en las que interviene, como es e. caso de PEMEX con el Instituto Mexicano del Petróleo. y esto es tan cierto que actualmente uno de los objetos más apetecidos por las transnacionales es justamente el complejo de 61 plantas petroquímicas que está privatizando el estado mexicano. 5. CONCLUSIONES Una de las cuestiones más polémicas del desarrollo de la economía de los países atrasados es precisamente el papel del proteccionismo. Hay quien dice que sólo sirvió para frenar todo desarrollo industrial, como es el caso de Tortella, pero hay quienes insisten en que dio la cobertura para ese desarrollo industrial. Lo que nosotros creemos es que el proteccionismo no se puede desvincular del contexto histórico en el que se da, y así puede ser que en unas condiciones determinadas y bajo ciertas modalidades sirva para alentar el desarrollo industrial, segunda mitad del siglo XX, mientras que en otro momento el proteccionismo sólo sirvió para frenar el proceso por el cual un conjunto de países se convertirían en el centro de la relación desarrollo subdesarrollo, prácticamente todo el siglo XIX. Tortella cae en un error a historicista, puesto que para el siglo XIX tiene muy claro que el librecambismo sirvió a Inglaterra para convertirse en la primera potencia industrial del mundo, (pero esto podía hacerla Inglaterra; no cualquier país, mucho menos un país atrasado, que impusiera el librecambismo se convertiría en potencia industrial). Trasladar este juicio al siglo XX y querer demostrar cómo el proteccionismo sólo trajo desgracias a quienes lo instrumentaron Tortella pone el ejemplo de España-, es muy desafortunado. Ya en el siglo pasado Marx se declaraba partidario del librecambio, y es que justamente en el siglo pasado, y particularmente para Inglaterra, el librecambio tenía pertinencia, ya lo hemos dicho, pero para los países subdesarrollados y al final del siglo XX, la cosa no parece tan clara: " ... el sistema proteccionista no es más que un medio para fomentar en un país la gran industria, es decir, para hacerlo depender del mercado mundial; y, a partir del momento en que se depende del mercado mundial, se depende en mayor o menor medida del librecambio. Además, el sistema proteccionista desarrolla la libre competencia dentro de un país. Por eso vemos que en aquellos países en que la burguesía comienza a abrirse camino como clase, por ejemplo en Alemania, hace grandes esfuerzos por obtener aranceles protectores. Estas son para ella las armas contra el feudalismo y el Estado absoluto, representan para ella el medio de concentrar sus fuerzas y realizar el librecambio dentro del país. "Pero en general, el sistema proteccionista es hoy un sistema conservador, mientras que el sistema librecambista actúa destructivamente. Desintegra las nacionalidades anteriores y hace culminar el antagonismo entre el proletariado y la burguesía. En una palabra, el sistema de la libertad de comercio, acelera la revolución social. Solamente en este sentido revolucionario emito yo, señores, mi voto en favor del librecambio". (Marx 1848:554) El librecambio, y la doctrina que lo sustenta, el liberalismo, es, seguramente, la idea más afín al desarrollo del capitalismo, esto quiere decir que el capitalismo tiene en el liberalismo y en el librecambio la más formidable herramienta ideológica y política justificadora de su expansión desarrollo. En este sentido el capitalismo siempre ha corrido paralelo a la idea de la libertad en el comercio, del dominio del mercado en todos los ámbitos; ya sea que se hable del campo del derecho, de la moral, la democracia, etc. Cuando Marx se declara partidario del librecambio aclara fehacientemente que lo hace en el entendido de que el capitalismo bajo su forma librecambista contribuirá a su propio desarrollo y a su posterior acercamiento a la hora "del juicio final", es decir, al acercamiento de las crisis del capitalismo, y tan es así que Marx en su argumentación señala muy claramente que el movimiento de expansión del liberalismo es la vía más corta para el estallido de las crisis capitalistas. Sin embargo, es necesario introducir una serie de elementos que por diversas circunstancias históricas para Marx era muy difícil de tener en cuenta. Nos referimos concretamente al hecho de la existencia de los países conocidos como subdesarrollados para los cuales la expansión ad-infinitum del liberalismo sólo los privará de un proceso de industrialización propio y de constituirse, por consiguiente, en estados nacionales, y esto por la simple razón de que se ha constituido un mercado capitalista a nivel mundial en el que a los países subdesarrollados les está coartado el camino de la industrialización partiendo de impulsos nacionales propios; en el mejor de los casos la industrialización será el producto del desarrollo de cierta infraestructura que servirá para facilitar las exportaciones de materias primas y alimentos a las metrópolis, fuera de eso es prácticamente imposible que estos países puedan desarrollar un proceso de industrialización autónomo. En estas condiciones es que cobra vigencia la instrumentación de políticas proteccionistas que permitan preservar ciertos sectores de la feroz competencia que representa la oferta de productos manufacturados provenientes de las economías más industrializadas, pero adicionalmente se trataría de que las clases interesadas en desarrollar cierto proceso industrial al mismo tiempo están llevando a la práctica un proyecto de estado-nación que, por lo demás, siempre se ha visto coartado por la interferencia que representan los intereses de la metrópoli al interior de los propios países subdesarrollados. Nos estamos refiriendo particularmente a la fase de formación de los estados nacionales a lo largo del siglo XIX. En este sentido podemos hablar de un estado nacional incompleto en el caso de América Latina en general y de México en particular. Baste recordar las vicisitudes por las que ha pasado la formación del estado nacional en México, las cercenaciones de su territorio por parte de Estados Unidos. Pero a pesar de que Marx no pudo prever el fenómeno del subdesarrollo porque creía que las economías más desarrolladas no hacían otra cosa que colocar "el espejo de su propio desarrollo" frente a las economías menos desarrolladas, es verdad que en este escrito Marx traza unas líneas geniales de los efectos que tendrá sobre los menos desarrollados el movimiento de expansión de las economías más desarrolladas. y esto que aquí se traza con genial acierto sería luego el tema de un artículo que Marx tituló "Discurso sobre el problema del librecambio", al final del cual concluye que el proteccionismo, sobre todo para los países atrasados, (Alemania era uno de ellos) tiene sentido porque contribuirá a levantar la industria, pero que esta protección hacia afuera deberá combinarse con un régimen de librecambismo hacia adentro para que las industrias no se quedaran pasmadas ante la falta absoluta de estímulos para la modernización. Por el otro lado el librecambio es una fuerza "depuradora" del capitalismo que tiende a sacrificar a los "estados nacionales" anteriores, y esto podría parecer una enorme virtud en el siglo XIX, pero en los albores del siglo XXI, cuando el capitalismo está en busca de nuevas fórmulas para sobrevivirse a sí mismo, constituye una afrenta a los estados que no encajan totalmente en su lógica intrínseca, una destrucción de naciones susceptibles de "reciclaje" en una lógica de capitalismo decadente. Y aquí hay que mencionar tanto a las naciones del extinto bloque socialista como a países como México que bien a bien nunca han podido desarrollar su propio proceso de industrialización y de consolidación de un estado nacional y que sin embargo una vez que se vieron lanzados a la vorágine del liberalismo a ultranza, por la Perestroika en un caso y por el TLC en otro, perdieron el elemento nacional que les caracterizaba para quedar convertidos en unos simples apéndices de centros capitalistas más desarrollados: léase UE en el caso de los restos de Europa del Este, o EU, en el caso de México. No es que se esté a favor o en contra de la Unión Europea, no, lo que está a discusión es el papel de Portugal dentro de la división europea del trabajo. J. Saramago Capítulo IV EL TRATADO DE LIBRE COMERCIO MEXICO-ESTADOS UNIDOS-CANADA Los procesos de integración económica regional han sido impulsados por la internacionalización de las economías y el objetivo de explotar las ventajas potenciales de la complementación económica. Estos procesos han tenido lugar en un escenario caracterizado por una lucha por la hegemonía económica mundial y la expansión de los mercados. Las revoluciones técnico-industriales, particularmente en la información y comunicación a partir de los años 70, y los nuevos sistemas de organización del trabajo han llevado al protagonismo de diferentes países y a un aumento de la productividad que ha agudizado la competencia internacional. Así como las asimetrías entre Europa y América, después de la segunda guerra mundial, condujeron a Europa a la realización de proyectos de complementación que dieron lugar a la CECA (Comunidad Europea del Carbón y del Acero, Tratado de París, 1950), la EUROATOM (Unión Europea de Energía Atómica, Tratado de Roma, 1957) y finalmente la CEE (Comunidad Económica Europea, Tratado de Roma, 1957), el rezago relativo de la economía norteamericana, evidente en la década de los 70, frente a Japón y la Europa comunitaria condujo a los Estados Unidos a la búsqueda de acuerdos comerciales con sus vecinos más próximos, Canadá y México, en un intento de formación de un bloque económico. Pero Estados Unidos no sólo hace frente a Europa y al Japón en el terreno económico, sino que si cumple sus propósitos de control político sobre sus socios, extiende su hegemonía. y esto se manifiesta desde el momento en que no sólo buscaba un simple tratado de librecambio, si no, ¿cómo explicar que el TLC represente grados de integración (nos referimos a la cuestión financiera) que corresponden a un mercado común?, evidentemente la cuestión financiera venía a añadir un instrumento más de sujeción de la economía desarrollada, Estados unidos, hacia la subdesarrollada, México. En el proceso de desarrollo económico mundial se han observado por lo menos tres modalidades de integración: entre países iguales de desarrollo económico relativamente bajo (Centroamérica); entre países de peso económico poco diferenciado y alto grado de desarrollo (los que iniciaron la CEE); y, entre países altamente diferenciados donde uno de ellos tiene una clara hegemonía (el Tratado de Libre Comercio, TLC o NAFTA) . La estructuración de un bloque económico corno la Unión Europea no tuvo en sus orígenes el problema de los socios menos desarrollados, éste sólo se presentó cuando fue preciso aceptar la entrada de países como Grecia, España y Portugal. En este momento fue necesario, entonces, hacer un estudio de las distintas modalidades de los acuerdos y relaciones que se generaban entre los miembros más fuertes y los más débiles. Una de las conclusiones fue la de que se precisaba de una política que permitiera que a lo largo de los años los socios más débiles se aproximasen a las condiciones de producción y de bienestar de los más desarrollados (la llamada "convergencia real"). En esta situación se crearon diversos mecanismos de transferencia de recursos para compensar a los países más deprimidos, como la política de desarrollo social, los fondos estructurales y programas específicos. Estas políticas de desarrollo han sido muy importantes para estos países, lo que es claro, por ejemplo, en el caso de España, donde efectivamente las acciones emprendidas han reducido las distancias frente a los socios más desarrollados. Las supuestas "ventajas comparativas" que representan los salarios más bajos y las materias primas baratas, y las "desventajas competitivas", basadas en indicadores de calidad y productividad, son compensadas de algún modo por la Comunidad a través de estos apoyos al desarrollo estructural. Y no se crea que estas políticas se traducirán algún día en la supresión de la distancia que separa a los países más desarrollados de los menos desarrollados finalmente las desigualdades se reproducen-, antes deberían producirse cambios más profundos, pero lo que sí es cierto es que estas políticas han servido para que el shock de la integración sea menos brutal. Gracias a los recursos que representan los fondos estructurales y de cohesión es verdad que se ha avanzado en una serie de sectores, sin embargo se ha retrocedido en otros que no tienen poca importancia, por ejemplo, España perdió prácticamente toda su industria naval debido a su integración con Europa si bien es cierto que desarrolló el sector turismo. Sin embargo, es necesario dejar claro que aun en el caso de la Unión Europea en donde se contemplan contra tendencias al ahondamiento de las desigualdades entre regiones y países, esto es, en donde los fondos estructurales y de cohesión se crearon precisamente para impedir que las diferencias entre países más desarrollados y países menos desarrollados se hicieran abismales, aun existiendo estos mecanismos se ha observado una notable asimetría en el desarrollo a causa del papel que cada cual juega en la división europea del trabajo, esto es, que mientras que, por ejemplo, Alemania tiende a desarrollarse sobre la base de la alta tecnología, un país como Portugal tiende al rezago a causa de que dentro de esa misma división del trabajo le ha tocado quedarse con actividades que en su gran mayoría son de carácter extractivo, turismo e industrias tradicionales como la textil que se encuentra en franca crisis ante la apertura comercial frente a los llamados "nuevos países industrializados" (NICs), o la vitivinícola, que ha rebasado las necesidades del mercado y es objeto de fuertes restricciones en el seno de la UE. En el caso del TLC no se contempla ningún tipo de contra tendencia que impida que se ahonden las asimetrías en el desarrollo de sus participantes. Esto es, no se incluyó un capítulo equivalente al de los fondos estructurales y de cohesión y esto se hizo así no obstante la petición de México de que se contemplaran dichos mecanismos de compensación. Como ya hemos dicho más arriba la existencia de tales fondos sólo serviría para contrarrestar las asimetrías, no para liquidarlas, sin embargo de cualquier forma para un país como México que tiene rezagas tan notables respecto de sus dos "socios", Estados Unidos y Canadá, contar con estos recursos era sumamente importante, sobre todo para canalizarlos a áreas como la de las comunicaciones y, particularmente, a la educación y a la investigación tecnológica y científica, que son las áreas en donde principalmente se aplican estos fondos en el caso de los países que los reciben en la Unión Europea. El resultado de las negociaciones del TLC fue que no se incluyeran consideraciones especiales para el país de menos desarrollo, y no está claro qué ventajas podría obtener México de su integración con el país más poderoso del mundo en estas condiciones. México tiene, además, una desventaja frente a los países menos favorecidos de la Unión Europea, y es que estos últimos constituyen unidos una fuerza acrecentada para negociar con los más ricos, mientras que México está solo y no tiene a quien unir sus fuerzas para exigir este u otro tipo de transferencias y compensaciones. México, que tiene un ingreso per cápita diez veces menor que el de Estados Unidos y una fuerza de trabajo entre diez y quince veces más barata que la estadounidense, es un poderoso polo de atracción para las industrias estadounidenses que requieren de bajar sus costos para no ir a la bancarrota. En México existen actualmente cerca de 2000 maquiladoras,1 la mayoría de capital estadounidense, casi en su totalidad ubicadas en las entidades fronterizas, las cuales aprovechan los bajos salarios pagados a los obreros mexicanos y emplean más de 700 mil trabajadores2• El "éxito" de las maquiladoras, sin embargo, ha convertido el norte de México en una zona deprimida, con grandes problemas de vivienda, de seguridad y sanitarios. Las maquiladoras, que están empleando cerca del 10% de la fuerza de trabajo ocupada en la industria, y que constituyen la segunda fuente de divisas para el país, no han tenido beneficios netos para los trabajadores empleados en ellas: sus salarios pasaron de ser los mejores del "tercer mundo" (en este tipo de "industrias") al principio de los años 80, a ser los peores a principios de la presente década, y se han seguido deteriorando, incluso en relación al salario medio 1 Maquiladoras son las fábricas en que se realiza el proceso de ensamblado o montaje de piezas que vienen de Estados Unidos (también hay de Japón y Carea). En ellas se realiza una parte del proceso de producción de empresas extranjeras, generalmente la parte que es intensiva en el uso de mano de obra. La materia prima y los componentes vienen del extranjero y el producto final es reexportado. 2 El personal ocupado en este tipo de "industria" era de 288.172 en enero de 1990, y 750.689 en junio de 1996. (INEGI, Cuaderno de información oportuna. de la industria nacional. Este tipo de "industrialización" no ha dejado ningún beneficio y es poco factible que su expansión vaya a tener resultados diferentes. Una de las particularidades más importantes del TLC en comparación con los tratados de la Unión Europea es que no existen períodos de ajuste de la industria en relación a la liberalización de las barreras a los productos manufacturados, y si bien es cierto que están contemplados los mecanismos de "salvaguardia" en los sectores de la producción manufacturera más sensibles a la competencia, como es el caso de la industria textil, éstas salvaguardias se podrán aplicar siempre y cuando se produzca "perjuicio serio" a quien pretende hacer uso de ellas. Esto es, que solamente cuando una importación masiva de productos, en este caso los textiles, produzca un perjuicio serio en el país que importa, éste podrá hacer uso de las salvaguardias. Sin embargo, y como es clásico cuando se aprueba una ley, la propia medida trae sus contramedidas, esto es, que en el caso de que se aplique una salvaguardia el país que haga uso de ella tendrá que dar a cambio una compensación. Este tipo de restricción puede llevar a la anulación del beneficio de la medida. Veamos lo que se dice en el propio texto del TLC, Anexo 300-B (Bienes textiles y del vestido), sección 4, punto 5: "La parte que adopte una medida de conformidad con esta sección [esto es, que aplique un arancel para impedir la entrada masiva de cierto producto a su país bajo la forma de una salvaguardia], proporcionará a la Parte contra cuyo bien haya adoptado la medida, una compensación de liberalización comercial mutuamente acordada, en forma de concesiones que tengan efectos comerciales sustancialmente equivalentes o que sean equivalentes respecto del valor de los gravámenes adicionales que se esperen de la medida. [ ... ] Si las Partes implicadas no pueden llegar a un acuerdo sobre la compensación, la Parte exportadora podrá adoptar medidas arancelarias con efectos comerciales sustancialmente equivalentes a los de la medida adoptada conforme a esta sección contra cualquier bien importado de la Parte que inicialmente adoptó esta medida de conformidad con esta sección. La Parte que adopte la medida arancelaria la aplicará solamente durante el periodo mínimo necesario para alcanzar los efectos sustancialmente equivalentes". (SECOFI 1994:89) Nos parece que el principal problema de este clausulado es dar un trato igual a desiguales. Pero ahora veamos el trato que se le da a una de las partes cuando el afectado es el más débil, esto es, cuando la aplicación de una medida, como las salvaguardias, pero en este caso referidas a las inversiones extranjeras, va en contra de los intereses de una de las partes, tomando en cuenta que ya desde las negociaciones México tuvo que eliminar los requisitos y condiciones que aplicaba a la inversión extranjera. En los documentos del TLC se establece que los gobiernos no podrán imponer condiciones a los inversionistas extranjeros que no pongan a los suyos propios, lo cual viene a afectar también la transferencia de tecnología y el uso de personal y productos nacionales. En resumen, en este punto el TLC restringe la capacidad que tiene México de impulsar su desarrollo y decidir sobre su política económica sin crear ningún mecanismo compensatorio que sí se contempló en el caso de que se aplicaran las salvaguardias. Es obvio que quien tiene más necesidad de las salvaguardias es México, y quien recibe más inversión extranjera es también México. En ambos casos el acuerdo resulta, pues, desventajoso. 1. ANTECEDENTES DEL TRATADO DE LIBRE COMERCIO El Tratado de Libre Comercio entre México, Estados Unidos y Canadá tiene como antecedente inmediato el Acuerdo de Libre Comercio (ALe) entre Estados Unidos y Canadá, mismo que sirvió de base para el debate y la negociación del actual tratado trilateral. El proceso de negociación entre Estados Unidos y México se inició en marzo de 1990, y a partir de entonces tuvieron lugar gran número de encuentros, reuniones y giras de trabajo a distintos niveles: comisiones de ministros y presidentes, entre representantes, funcionarios y mandatarios de ambos países, etc. En febrero de 1991 Canadá se une a las discusiones y los gobiernos de los tres países (los presidentes George Bush, Carlos Salinas y el Primer ministro Mulroney) acuerdan y declaran que procederán conjuntamente a la iniciación de negociaciones formales de un Tratado Trilateral de Libre Comercio. La agenda de negociaciones quedó conformada en junio de 1991, en seis áreas: acceso a mercados, reglas de origen, comercio de servicios, inversión, propiedad intelectual, y solución de controversias. Las reuniones técnicas a lo largo de 1991 incluyen discusiones sobre el sector automotriz, textiles, petroquímica, estándares laborales, agricultura, aranceles y barreras no arancelarias, y salvaguardias. En septiembre de 1992 el texto del TLC fue presentado por Bush al Congreso de los Estados Unidos. Aunque el gobierno mexicano manifestó desde el inicio su rechazo a la formación de un mercado común (propuesta inicial de los Estados Unidos) y que no se incluiría tema alguno fuera del ámbito estrictamente comercial, así como que se respetarían los postulados de la Constitución mexicana, varios acontecimientos -como las reformas constantes a la Constitución-- y el contenido de las discusiones, ya desde entonces permitían prever que en realidad se trataba de algo más profundo que un simple acuerdo comercial. En el documento final se incluyen temas que no son exclusivos de un acuerdo comercial, como es el caso de las inversiones y de los servicios financieros, temas que más bien corresponden a una unión económica, esto es, a una fase de integración muy desarrollada. En este sentido se logró lo que inicialmente se planteaba Estados Unidos, porque si bien es cierto que no se llegó a un mercado único están presentes algunos de los aspectos más importantes de éste, como es el caso de la libre movilidad del factor capital y la circulación de servicios, aunque no está presente la libre circulación de personas. Quizá sólo por esta última razón es que no se habla de mercado común, porque de las cuatro libertades que caracterizan a un mercado común sólo es esta última la que está ausente. La libre movilidad de personas fue un tema que se planteó y el resultado fue que se incluyó muy parcialmente como movilidad de técnicos calificados y funcionarios, existiendo una rotunda negativa por parte de Estados Unidos en negociar la libre movilidad de personas en general por temor al flujo de migrantes mexicanos. Se presentan, pues, en este proceso, rasgos que anticipan una tendencia a alcanzar niveles de profundidad que sobrepasan a la simple creación de una zona o área de libre comercio, por lo menos a nivel de Unión Aduanera o Mercado Común. Si bien, como ya dijimos, no se puede hablar todavía de una Unión Económica (con Unión Monetaria), existen elementos de que se avanza hacia una integración real. Para estas fechas el gobierno mexicano ha llevado a cabo ya una serie de medidas para adecuar la estructura productiva e institucional del país a las necesidades del TLC. En noviembre de 1990 eliminó los permisos previos de importación para 118 mercancías, liberalizando con ello aún más su comercio que ya para ese entonces era uno de los más abiertos (sobre todo frente a Estados Unidos); a fines de 1990 se aprobaron en el Congreso mexicano un conjunto de reformas a la ley Aduanera, mismas que entrarían en vigor en 1991; en enero de 1991 el secretario (ministro) de Comercio Exterior afirmó que serían necesarios cambios en el sistema legal mexicano para adecuarlo a la nueva política de globalización, sobre todo en materia de propiedad industrial; el gobierno de Estados Unidos señala que el TLC debe incluir aspectos no sólo de acceso general al mercado, sino también de reglamentación de inversiones, y "sugiere" al gobierno mexicano que enmiende su ley de inversiones no sólo para liberalizarla sino para dar más garantías a los inversionistas norteamericanos. El 22 de noviembre de 1993 el presidente de México, Carlos Salinas de Gortari envía una inicia ti va de ley para modificar la anterior ley sobre inversiones extranjeras. Por esas mismas fechas el secretario de Hacienda y Crédito Público, Pedro Azpe, tiene una comparecencia en la cámara de diputados en donde expone que para el año de 1994 operarán en el país 36 bancos nacionales y 20 bancos de todo el mundo. Esto último es muy importante porque en México hasta ese entonces la banca era naciona13 y sólo operaban unas oficinas del City Bank. Con estas nuevas modificaciones a la ley de inversiones extranjeras y a los servicios financieros, se abrirían las puertas de México a la inversión masiva de compañías y a los bancos estadounidenses. Y en la lógica de las modificaciones anteriores y anticipándose a la entrada en vigor del acuerdo, los negociadores norteamericanos plantean la privatización de la compañía estatal de petróleos, PEMEX. A fines de 1990 funcionarios de Estados Unidos declaran el interés de su gobierno en incluir en las negociaciones a los hidrocarburos y a la petroquímica básica; el presidente de México declara que no cambiará la Constitución en materia petrolera. En junio de 1991 se anuncia que México negociará la liberalización de barreras arancelarias y no arancelarias en el sector energético y petroquímico; en septiembre de 1991 se postulan modificaciones para el marco jurídico de la agricultura mexicana, reformas a la Constitución que ponen fin a la estructura agraria surgida de la revolución de 1910, para facilitar la creación de empresas agrícolas privadas nacionales o extranjeras. 3 La Banca en México fue nacionalizada por decreto del presidente José López Portillo en septiembre de 1982, al final de su mandato. Con la entrada del nuevo presidente, Miguel De la Madrid, en diciembre de ese mismo año, se inició su reprivatización, misma que fue concluida durante los primeros años del gobierno de Carlos Salinas de Gortari. Como puede apreciarse, el proceso de negociación se dio de forma acelerada, quizás en parte debido al alto grado de integración ya existente, por lo menos entre las economías de Estados Unidos y Canadá, por un lado, y las de México y Estados Unidos, por el otro. Sin embargo los problemas a resolver eran complejos y a pesar de la confianza de los organismos oficiales, surgían exigencias y cuestionamientos en ambos lados de la frontera; la principal oposición provenía de algunos sectores dentro de los Estados Unidos. Inicialmente estaba prevista la firma del TLC para junio de 1992, pero las dificultades en el proceso y los acontecimientos políticos en los Estados Unidos, particularmente las elecciones presidenciales de noviembre de 1992, no permitieron que la firma tuviera lugar en ese año. No es sino hasta fines de 1993 que se aprobaría el TLC. Es en los Estados Unidos en donde se logra la acción más trascendente para dar por cerrado el capítulo de la aprobación del TLC. y es justamente en ese país en donde más impacto tuvo su aprobación porque fue ahí en donde se levantaron las protestas más serias y organizadas que luchaban por impedir la ratificación del acuerdo. El mismo actual presidente de los Estados Unidos, Bill Clinton, durante su campaña, se había manifestado en desacuerdo con aspectos muy importantes del TLC. Las organizaciones de trabajadores también guardaban serias reservas y sólo después de una serie de operaciones complicadas que finalmente el mismo presidente de los Estados Unidos encabezó fue que se reunieron los votos necesarios para la aprobación del acuerdo. El tratado obtiene una clara mayoría el día de su votación: el 17 de noviembre de 1993, en la cámara de diputados de Estados Unidos logra 234 votos a favor y 200 en contra, y en el Senado 61 a favor contra 38. En México fue ratificado por el Senado el día 22 de noviembre del mismo año con 56 votos a favor y 2 en contra. En Canadá el Parlamento lo aprobó el 23 de junio del mismo año, con 47 votos a favor y 30 en contra en el Senado (días atrás había sido aprobado por la Cámara Baja). La fecha acordada para su entrada en vigor fue ello de enero de 1994. No deja de ser paradójico que el país que sale menos beneficiado sea el que haya encontrado más apoyo en su aprobación. Paradoja que se explica en buena medida por el presidencialismo mexicano y el poder del ejecutivo, pero también, como hemos señalado en otro capítulo, por la falta de claridad y proyecto alternativo de los partidos de oposición. "a) eliminar obstáculos al comercio y facilitar la circulación transfronteriza de bienes y servicios entre los territorios de las Partes; b) Promover condiciones de competencia leal en la zona de libre comercio; c) aumentar sustancialmente las oportunidades de inversión en los territorios de las Partes; d) proteger y hacer valer, de manera adecuada y efectiva, los derechos de propiedad intelectual en territorio de cada una de las Partes; e) crear procedimientos eficaces para la aplicación y cumplimiento de este Tratado, para su administración conjunta y para la solución de controversias; y f) establecer lineamientos para la ulterior cooperación trilateral, regional y multilateral encaminada a ampliar y mejorar los beneficios de este Tratado." (SECOFI 1994:7) 2. SIGNIFICADO DEL TLC PARA LOS PAISES INVOLUCRADOS El impacto en Canadá. En 1988 Canadá y los Estados Unidos concluyeron las negociaciones sobre un acuerdo de libre cambio. El TLC viene a ser, con la incorporación de México, una especie de alargamiento del ALC pero introduce una serie de aspectos nuevos, algunos de los cuales no son del gusto de Canadá. Los negociadores del ALC por parte de Canadá se vieron forzados a entrar al TLC y replantear nuevos términos con Estados Unidos a causa del nuevo giro ocasionado por la incorporación de México en las negociaciones. Muchos esperan que el impacto del TLC en Canadá tenga consecuencias negativas. Algunas de las razones que se exponen tienen que ver con la probable salida de muchas industrias, dado que la distribución de la población se da básicamente a lo largo de la frontera y las empresas norteamericanas pueden abastecer fácilmente el mercado canadiense. No se espera que plantas estadounidenses se trasladen a su territorio pues pueden cubrir el mercado canadiense con una pequeña ampliación de las redes de distribución ya existentes en el propio territorio estadounidense. Sin embargo, es probable que se dé una pérdida de atracción de nuevas industrias y el traslado de inversiones directas ya en operación (estadounidenses y canadienses) a territorio estadounidense o mexicano. Aunado a esto podría darse una disminución de los flujos comerciales entre las diferentes provincias de Canadá y, por tanto, aumentar los sentimientos separatistas ya existentes. Las organizaciones sindicales consideran que el TLC traerá una reducción del empleo y de los salarios de los trabajadores canadienses. y es que Canadá salió "mal parado" de su asociación con Estados Unidos en el ALC, y si no veamos la evaluación que hacen algunos estudios de esta experiencia: "Gastan y Trefler pasan entonces a examinar los efectos potenciales del ALC sobre el empleo en Canadá y en Estados Unidos, al estimar econométricamente un modelo de oferta de trabajo y demanda de trabajo sobre el periodo 1979-1991. El ALC sólo está representado en el modelo por su efecto sobre los aranceles. Los efectos de los tipos de cambio, los cambios del PNB y los diferenciales de la tasa de interés también son incorporados ya que claramente afectan el empleo. [ ... ] Hay dos cosas que decir acerca [ ... ] de las pérdidas de empleo en Canadá en relación con las de Estados Unidos. En buen número de industrias, las pérdidas de empleo canadienses son de tres a cinco veces mayores que las pérdidas de Estados Unidos. En segundo lugar, en sólo tres industrias hubo pérdidas de empleos en Canadá y aumento de empleos en Estados Unidos: en alimentos y bebidas, minas metalúrgicas y en papel." (Waverman, "El TLC: una perspectiva canadiense", en Globerman y Walker 1994:73) Pero esta pérdida de empleos, dice Waverman, no es por el ALC sino por la inferior productividad del Canadá. Canadá tiene justificadas reservas respecto a las pretendidas bondades de un TLC en que se incluye además de EUA a México, y la razón de esto estriba en el hecho probado de que en el ALC perdió empleos a favor de EUA y vio corno numerosas inversiones salieron de su territorio para instalarse en aquél. Sin embargo para Canadá el costo de quedar fuera del TLC de Norteamérica hubiera sido muy alto, para empezar habría tenido que enfrentarse a barreras arancelarias acordadas entre México y Estados Unidos, y perdería la oportunidad de gozar de las "ventajas preferenciales" (sobre todo las ofrecidas por México, que tenía aranceles que triplicaban el promedio de los de Canadá), luego las inversiones de capital, sobre todo las estadounidenses, habrían preferido el paraíso fiscal que representa México. Sin embargo, estar dentro del TLC no es garantía de que a Canadá le vaya muy bien, y por supuesto a México tampoco. A fines de 1994 se decidió que la provincia de Quebec adoptara un status de cierta autonomía dentro de la nación canadiense. Ciertamente en las pretensiones de autonomía de Quebec están involucrados muchos problemas, pero es indudable que una de las causas por las cuales un 50% de su población estaría dispuesta a escindirse de la República canadiense es el hecho de que las diferencias regionales entre las provincias canadienses, por un lado, y entre los Estados Unidos y Canadá, por otro, han tendido a profundizarse, y que en la base del ahondamiento de estas diferencias está el comercio desigual del Acuerdo de Libre Comercio. Ciertamente los conflictos regionalistas del Canadá no se pueden atribuir al ALC, pero la dinámica de diferenciación regional hacia la que conduce el proceso de integración implícito en él, y su moderna versión, el TLC, seguramente llevará a la agudización de estos problemas. Ya veíamos cómo es que la falta de compensaciones a un país con un nivel de desarrollo muy inferior al de sus socios, como es el caso de México, seguramente traería desajustes en el rango nacional, sin embargo no habíamos señalado las desigualdades que a nivel de regiones se producirán con un proceso de integración que hará que las inversiones, los flujos comerciales, el desarrollo de infraestructuras, etc., se dirijan a algunas provincias, regiones y grupos sociales privilegiados. Tenemos, pues, un proceso de concentración y de centralización de capital a lo largo y a lo ancho del área económica que representa el TLC que producirá, o más propiamente, agudizará una serie de problemas existentes o potenciales, como es el caso de las diferencias regionales en países que por distintas razones son muy sensibles a estos problemas, como es el caso de Canadá y México. Importancia para Estados Unidos El desarrollo de la economía mundial es actualmente un proceso que tiene muchas dificultades por causa de la recesión de las economías más industrializadas, particularmente la de Estados Unidos y Europa, que han perdido terreno en la competencia frente a Japón y las economías complementarias de Asía que forman parte de su espacio económico. Los Estados Unidos enfrentan graves problemas internos. Entre los más importantes tenemos: declive de la rentabilidad de capi tal, deterioro productivo notable, bajos niveles de ahorro e inversión, una fuerza de trabajo cara, dependencia de las inversiones extranjeras y un déficit comercial muy fuerte. En esta situación la posición comercial de los Estados Unidos frente a sus principales competidores mas directos, Japón y los tigres asiáticos, es de pérdida de fuerza en términos de hegemonía. En la tentativa de invertir esta situación, cuanto mayores son las fuerzas de la competencia y menor la posibilidad de captar cuotas de valor dentro del comercio internacional, Estados Unidos busca hacer frente al desarrollo de Japón y los NPIAs, y a las iniciativas comerciales de la Unión Europea en Latinoamérica, formando un bloque de comercio libre en el continente americano, un bloque que le permita actuar libremente en un mercado de, inicialmente, 400 millones de personas, y el acceso a materias primas y mano de obra baratas que se traduzca en mayor competitividad en el mercado internacional. En el fondo, la causa de la pérdida de competitividad de Estados Unidos es que opera con costes de producción más elevados que sus competidores, es por eso que busca sin cesar métodos productivos basados en los bajos costes, para que sin sacrificar ganancias sea posible competir con precios más bajos y reconquistar espacio no sólo en el mercado internacional sino en su propio mercado interno, dado que las economías de escala en sus empresas requieren de una dimensión de mercado de la que ya no gozan, por una parte por la presencia japonesa y por la otra por las transformaciones de la propia estructura de la demanda que exigen productos diferenciados y que han originado una segmentación de los mercados. La estrategia de los bajos costos puede requerir tremendos montos de inversión en líneas nuevas de producción, ahorro de materias primas, cambios en la dimensión de las nuevas unidades productivas, así corno la transferencia de operaciones y parques industriales para otros territorios. Japón y Alemania han basado gran parte de su eficiencia en un sistema industrial de unidades más pequeñas y especializadas que aumentan su capacidad de dar respuesta (y a la vez propiciar) a los cambios de la demanda, y su desarrollo ha impedido la operación de las economías de escala de los norteamericanos que es producto de toda la fase de producción propia del fordismo. Hoy día el mundo industrial está mudando hacia la adopción de la fábrica más pequeña pero sumamente automatizada gracias al empleo de la robótica y del trabajo flexible. Pero Estados Unidos se ubicó en el desarrollo del método fordista de producción a la cabeza de sus competidores cuando menos desde principios de siglo hasta los años 80. Ahora ese método de producción ha quedado obsoleto, y el cambio le está resultando muy costoso. Así, la inflexibilidad de las grandes unidades ha convertido a muchas empresas en industrias en decadencia, con poca eficiencia y exceso de capacidad. Por ejemplo, en el caso de los automóviles, el costo unitario en Japón es aproximadamente 500 dólares menor que en Estados Unidos, por el hecho de que éstos no operan al costo mínimo que tendrían si aprovechasen toda su capacidad instalada, por las restricciones del mercado. Los americanos tienen el desafío de cambiar todo su parque industrial, y esto induce a una nueva onda de fusiones y adquisiciones con el desprendimiento de las divisiones no relacionadas, la creación de unidades más pequeñas con el objetivo de conseguir la especialización. En Estados Unidos ha quedado claro que las grandes dimensiones tienen grandes complejidades y mucho burocratismo. Y es por esta razón que el neoliberalismo está en busca de la nueva estructura industrial. La empresa americana está cambiando hacia la conformación de unidades más pequeñas, flexibles y eficientes, con una nueva organización de la gestión y con autonomía administrativa de las unidades de producción. Las grandes corporaciones no desaparecen, pero se reconfiguran, están des centralizándose y un nuevo tejido industrial se está creando. Los conglomerados, que controlaban una variedad muy grande de actividades, son ahora anticuados y 30% menos rentables que las compañías especializadas. En los Estados Unidos el número de abandono de actividades no relacionadas casi se cuadruplicó en la década de los años 80. La proporción de compañías altamente diversificadas tuvo un descenso de 37%, mientras que el número de corporaciones operando en una sola industria aumentó a 54%. (Fortune International 1992) La regla ahora es evitar la integración vertical y apoyarse en la integración horizontal para que la empresa se concentre en aquellas actividades en las cuales tiene mejores condiciones de producción y delegue en otros las funciones en las cuales produce a un coste mayor. A esta estrategia responden las "industrias" maquiladoras a través de las cuales los países industrializados aprovechan -muchas veces a través de subcontratos- las ventajas de costes, principalmente de mano de obra, de los países subdesarrollados. En este sentido, países como México son utilizados para desarrollar muchas de las actividades "complementarias" de las industrias estadounidenses, haciendo posible la realización de grandes lucros para muchas empresas que en Estados Unidos irían a la quiebra. En el contexto del Tratado de Libre Comercio México he adquirido el compromiso de crear las condiciones adecuada E a estas necesidades de la industria americana: a cambio de la promesa de inversiones y creación de empleo, la estructura productiva, la ley de inversiones extranjeras, la creación de infraestructura, el acceso y abastecimiento de materias primas y energéticos, e inclusive la Constitución política del país, han sufrido alteraciones sumamente importantes. La "complementariedad" abarca los tres sectores, industria, agricultura y servicios. En Estados Unidos son las organizaciones sindicales las que han levantado más objeciones y oposición al TLC. La AFL-CIC señala que el TLC cambiará la economía norteamericana y proporcionará grandes ventajas a los inversionistas a costa de los trabajadores norteamericanos, pues provocará la pérdida de cientos de miles de empleos. Argumentaban que se daría a una escala mayor el fenómeno de las maquiladoras instaladas en la frontera norte de México, las que han significado la desaparición de cientos de miles de puestos de trabajo en Estados Unidos, en empresas como la General Electric, Electrolux, Trico, Zenith, Westinhouse, General Motors, Ford y Chrysler, fenómeno que afectaría sobre todo a los trabajadores no cualificados, es decir, a una gran cantidad de trabajadores que recibieron la formación necesaria para incorporarse al proceso de producción fordizado y que eran empleados en gran número. Ahora, o bien las industrias más obsoletas se trasladan a países en los que aún son costeables, como es el caso de la industria automotriz hacia México, o se quedan en los propios Estados Unidos pero tienen que transformarse radicalmente adoptando nuevas tecnologías y nuevas formas de organización del trabajo. En uno y en otro caso los trabajadores norteamericanos tienen que sufrir una serie de adaptaciones importantes si es que quieren ser incluidos en las plantillas, y aún así muchos de ellos ven peligrar su puesto de trabajo. Solamente en Michigan, en 1992, la General Motors ha reducido sus empleos de 80 mil a 52 mil, trasladando 28 mil a México para aprovechar las diferencias en el costo de la mano de obra. La diferencia salarial es de un dólar por hora en México contra 10.57 en E.U. (15 considerando las prestaciones obligatorias), además de la ventaja para los industriales estadounidenses de estar a un paso de su mercado. Se estima que las ventajas del "mercado de trabajo más barato de Norteamérica" se traduciría en un ahorro de cerca de 20 mil dólares anuales por obrero para las empresas norteamericanas. Esto ha llevó a que los sindicatos norteamericanos pidieran la inclusión de un paquete social en el TLC que los protegiera a ambos lados de la frontera. En la redacción final del TLC se incluyeron los llamados "acuerdos paralelos" que regulan a las empresas que se instalen en territorio de cualquiera de las partes firmantes. Estos acuerdos versan sobre legislación laboral y sobre cuestiones ecológicas. De hecho los "acuerdos paralelos" recogen los planteamientos de las centrales obreras de Estados Unidos y representan un cierto freno para que empresarios que se instalan en territorio mexicano pudiesen hacer uso de los bárbaros diferenciales salariales y de condiciones de trabajo para aprovechar en exceso las ventajas de operar en territorio mexicano. Pero, evidentemente, a pesar de ello las diferencias salariales persisten y se agudizan, no solamente por razones de cualificación y/o experiencia y productividad, sino porque los componentes históricos y sociales del valor de la mano de obra son diferentes, y por tanto los bajos salarios siguen siendo un factor de atracción para el capital norteamericano que pueda invertirse en condiciones de productividad más o menos semejantes a las de su país. El acceso a la fuerza de trabajo barata permitirá al capital estadounidense mejorar su competitividad principalmente frente a Japón, porque cerca del 35% de las exportaciones japonesas que inundan el mercado de Estados Unidos es realmente producto de reexportación de las áreas de bajos salarios del sureste asiático. Por otro lado, se espera que al eliminarse en México las restricciones a la inversión extranjera y a los sectores de seguros financieros, se crearán puestos de trabajo cualificados para ciudadanos de EU -lo que ya ha sucedido, observándose en los últimos años un importante flujo de técnicos y funcionarios estadounidenses hacia México-, y que los inversionistas tendrán mayor seguridad en sus inversiones, pues el TLC afianzaría las medidas liberalizadoras, garantizando de alguna manera su irreversibilidad. La situación en México Para México, la negociación del Tratado de Libre presentó en una situación de tendencia al déficit Comercio se (ininterrumpido desde 1988) en la balanza comercial y de la cuenta corriente, mientras se mantienen tasas de crecimiento moderadas de la producción (decrecientes entre 1990 y 1993) . Para 1994 el déficit en cuenta corriente representa casi el 8 por ciento del PIB, lo que aunado a otros factores que analizaremos en el siguiente capítulo, es decisivo en la crisis declarada de diciembre de ese mismo año. En 1995 el PIB cae casi un 7 por ciento. (Ver anexo) Desde 1983 México empezó a implementar políticas de liberalización, redujo los aranceles de importación incluso a niveles inferiores a los exigidos por el GATT, al que México se incorporó en 1986; en 1984 eliminó el sistema de permisos previos a las importaciones de gran cantidad de productos protegidos y facilitó el establecimiento de maquiladoras. A partir de 1987 acentúa esta política la cual sin embargo no se ve correspondida con una mayor liberalización y apertura por parte de los Estados Unidos, país con el que México realiza el 68% de su comercio total (si se incluyen las maquiladoras ese porcentaje aumenta al 80%). Así, mientras en 1982 era sujeto de permisos el 100% del valor de las importaciones en 1986 lo era solamente el 27%, y en 1990 el 18%; las categorías arancelarias se reducen de 16 a 5; el arancel máximo pasa del 100 al 20% y el medio del 27,0 al 13,1% en el mismo periodo. (Jaime Ros, "¿Zona de libre comercio o mercado común de capitales?", en Ros 1993:81) La economía mexicana es cada vez más abierta, como muestran las estadísticas del comercio exterior en relación al PIB, donde el porcentaje de las exportaciones de mercancías ha pasado del 17,5 en 1989 al 32,4 en 1995, y el de las importaciones del 16,8 al 29,4 del PIB en esos mismos años. (Ver Cuadro 4 y en el Anexo Gráficas 1-4) Pero ello no significa mayor riqueza, ni mayor desarrollo, ni mayor bienestar para los mexicanos, como lo demuestran no sólo el PIB per cápita, sino más claramente el deterioro de los salarios reales y de los principales indicadores sociales, comenzando con el empleo (volveremos a ello en el capítulo VII). Exportación e (Porcentajes) Cuadro 4 importación de mercancías respecto al Año 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995 Exportaciones 17.5 16.6 14.9 13.6 14.3 16.3 32.4 Importaciones 16.8 17 17.4 18.3 18 21.3 29.4 Fuente: Banco de México e INEGI. PIB La apertura unilateral de México no ha se ha traducido en modernización de la estructura productiva ni en aumento de la productividad; las ganancias de competitividad de alguno~ productos manufacturados ha sido básicamente en lo~ producidos por empresas transnacionales de capital extranjero. La falta de reciprocidad en la apertura comercial por parte de los Estados Unidos agudizó la tendencia al déficit comercial mexicano. Hasta la fecha este déficit SE ha visto compensado por la entrada de capitales, pero esa no es una solución estable, al contrario, y por ello es que la búsqueda de reciprocidad en su apertura se convirtió en une de los argumentos de mayor peso a favor de un acuerde comercial, reciprocidad que en teoría está establecida por el TLC pero que por una serie de circunstancias puede no llevarse a la práctica, como es el hecho de que ya en su aplicación resulta ser sumamente complejo para muchos empresarios mexicanos poder aprovechar las posibilidades de exportación que se les presentan, esto sin contar que en muchos casos no tienen los equipos de personas especializadas que puedan interpretar todas las posibilidades para trasponer las fronteras y colocar sus productos al otro lado. Hasta en esto a los capitalistas mexicanos el acelerado proceso de integración los tomó por sorpresa y en franca desventaja. Bien a bien el futuro de la burguesía nacional no está asegurado, cuando menos sufrirá una reestructuración profunda porque muchos sectores ligados a las manufacturas y una gran cantidad de sectores industriales están condenados a desaparecer; otro sector, el que logre ligarse a las empresas transnacionales, no sólo podrá sobrevivir, sino que inclusive logrará un nivel de concentración de riqueza como nunca antes se había visto en México. Sin embargo, este sector será sólo una pequeña fracción de la burguesía actual. Los procesos de concentración y centralización se llevarán a la práctica del modo más despiadado, pero aunado a esto también se dará el proceso de la desnacionalización del capital mexicano si es que todavía se le podía considerar como tal. El gobierno mexicano estima que si el TLC cumple una serie de condiciones de interés para México (como liberalización del comercio de bienes, servicios y flujos de inversión; congruencia con el GATT; gradualidad en la eliminación de aranceles; eliminación de barreras arancelarias; negociación de las reglas de origen; eliminación de subsidios) permitirá al país alcanzar los objetivos que persigue: a) promover un acceso mejor y más seguro de los productos mexicanos a los Estados Unidos y Canadá (y con ello generar economías de escala); b) reducir la vulnerabilidad de las exportaciones ante medidas unilaterales y discriminatorias; c) profundizar el cambio estructural de su economía al propiciar el crecimiento de su industria mediante el fortalecimiento de su sector exportador y con mayores niveles de competitividad; d) crear empleos más productivos que incrementen el bienestar general. Hasta la fecha, ni la política de apertura comercial, ni el ingreso al GATT, ni los convenios firmados, han traído a México ni la diversificación de sus relaciones comerciales con el exterior ni la tan buscada reciprocidad, ni, mucho menos, empleo y bienestar general. El TLC, en la perspectiva del gobierno, debería mejorar esta situación, sin embargo, la diversificación se ha trocado en mayor concentración comercial con los Estados Unidos, y la reciprocidad existe formalmente pero en la realidad acceder a los mercados de Estados Unidos con un nivel de competitividad como el que es exigido para tener ciertas posibilidades se torna en un problema muy complejo, aparte de todos los obstáculos técnicos y no arancelarios que en la práctica se interponen a las mercancías mexicanas cuando intentan cruzar la frontera. En general, la evolución de la política de comercio exterior de los Estados Unidos, contrariamente a la de México, apunta en el periodo reciente hacia niveles crecientes y cada vez más sofisticados de proteccionismo mediante barreras arancelarias y no arancelarias. Las no arancelarias se han multiplicado en una proporción mayor a la eliminación de aranceles comerciales. En 1972-75 imponía 29 barreras no arancelarias, en 1976-80 las aumentó a 61 y para 1985 eran ya 152. (A. Dávila, en Caballero 1991) Usar el comercio como un instrumento para introducir las mercancías y los capitales a través del mundo parece ser la divisa de las administraciones norteamericanas cuando menos desde el régimen de Reagan, quien es el que emite la nueva ley de comercio de los Estados Unidos de 1988.4 En este sentido la actitud de Estados Unidos está fuertemente influida por el espíritu de esta ley, y si no véase cómo es que a principios de 1996 aplicó una serie de medidas de control unilateral sobre el flujo de autotransportes que llevaban mercancías procedentes de México, el pretexto en ese entonces fue que los vehículos mexicanos no respetaban las normas establecidas para la circulación dentro de las carreteras estadounidenses porque los conductores no tenían los conocimientos de inglés necesarios para ello. Uno de los instrumentos más eficaces para lograr la protección de una economía es justamente el que constituyen las barreras arancelarias, sin embargo también se ha argumentado en el sentido de que la liberalización de estas barreras puede coadyuvar al logro de determinados objetivos. Históricamente, como hemos visto en el capítulo 111, se ha desarrollado una polémica muy importante entre las corrientes proteccionistas y librecambistas. Como señaláramos, ya desde la época de Marx se discutía sobre la conveniencia de liberar de impuestos a los cereales para que pudieran ser introducidos masivamente a Inglaterra desde Argentina y Australia en el momento en que a Inglaterra le interesaba operar una conversión de su economía y de su sociedad en el sentido de especializarse en la producción manufacturera. Sin embargo el proceso de integración en bloques económicos que abarca distintas economías constituye en sí mismo una nueva división internacional del trabajo, y como en aquel entonces un cierto número de países reserva para sí las funciones de alta tecnología y de oferta de servicios financieros mientras que otro conjunto de países se especializa en ofrecer materias primas y mano de obra baratas para industrias complementarias, generalmente de bajo valor agregado, de los procesos que se originan en las metrópolis. No creemos difícil comprender que este último papel es el que se les reserva a países como México. La forma en que esto se está llevando a la práctica ya presenta algunas complicaciones. Para empezar es precisamente a través de los procesos de integración y los instrumentos que le sirven para concretarse que las distintas economías están convergiendo en un sólo bloque económico. De estos instrumentos podemos distinguir fundamentalmente el monetario y el fiscal. Y justamente es éste último instrumento el que va a cobrar mayor relevancia para los estados nacionales, puesto que es el que van a tener la posibilidad de manipular por oposición al instrumento monetario que rápidamente se va a colocar en manos de quienes tienen la capacidad de alterar los grandes parámetros del mundo de las finanzas internacionales, esto es, los bancos y los organismos financieros internacionales. Aunque la profundización del proceso de integración económica apunta hacia la pérdida del manejo del instrumento monetario y también del fiscal, los estados nacionales se pueden "agarrar" de este resquicio, la política fiscal, para poder recuperar alguna porción de soberanía sobre las variables macroeconómicas. y justamente es el instrumento fiscal la herramienta fundamental para poder regular los fenómenos de la inestabilidad financiera, fenómenos que, de alguna manera, cobran en estas uniones una trascendencia fundamental. Nos referimos concretamente a la libre movilidad de capitales. Imponer una cierta carga fiscal a la movilidad de capitales en interés de que no se produzcan fugas especulativas, gravamen a las ganancias que salen como remesas, el IVA, el impuesto sobre la renta, la progresividad de los impuestos, etc., son sólo algunas de las atribuciones que tiene el instrumento fiscal y que en una unión económica juega un papel fundamental porque de hecho es el último reducto de "soberanía económica" que les queda a los estados nacionales.5 y si es tan importante el manejo del instrumento fiscal lo que no se explica fácilmente es cómo fue que el gobierno mexicano se mostró tan displicente en relación a éste, para mayor abundancia simplemente basta con recordar que ya en los orígenes de la Comunidad Económica Europea se creó un comité fiscal que tendría como propósito estudiar y proponer las medidas en la materia que condujeran a la armonización de los instrumentos fiscales entre los miembros que recién habían decidido integrarse. En el caso del TLC se puede argumentar que frente a la creación de un área de libre comercio el único tipo de instrumentos que interesa manejar son los de carácter comercial, es decir, los aduaneros, sin embargo es necesario tener en cuenta que en el TLC se incluyen algunos aspectos decisivos de cualquier mercado común como es el caso de la libre movilidad de capitales y de servicios financieros, esto es, aquel tipo de flujos para los cuales sólo existe el instrumento fiscal como herramienta idónea de control. Y en este sentido debería abrirse entre los miembros que integran el TLC un capítulo que tuviera como propósito fundamental lograr la armonización fiscal entre ellos: "Desde una perspectiva más amplia, la armonización fiscal es susceptible de ser valorada, además, como un instrumento necesario para forzar a los sistemas fiscales nacionales a colaborar en la consecución de los objetivos 5 Ver el interesante trabajo de Paul De Grauwe: monetaria, Colegio de Economistas, 1994, Madrid. Teoria de la integración económicos de cada uno de los países integrados, en función de las orientaciones comunes adoptadas por el tratado regulador de la integración económica. [ ... ] según Cosciani, la realización de un mercado común supone un conjunto de requisitos fiscales: "1) Aplicación del principio del país de origen, es decir, gravamen de los bienes y servicios en el lugar en que se producen y de la renta allí donde se origina. "2) Supresión de las fronteras fiscales y, por tanto, una gran aproximación o, en su caso, unificación de los sistemas fiscales. "3) La imposición según el país de origen exige, según Cosciani, una armonización preventiva de la fiscalidad, particularmente en aquellos sectores en los que la diferente presión fiscal puede originar distorsiones." (Calle 1990:14¬15) Es inconcebible que México haya aceptado una regulación nacional de carácter bancario y financiero que permite la más irrestricta movilidad de capitales, de remesas, de divisas, etc., a lo largo y a lo ancho de todo su territorio y hacia el extranjero, mientras que en los Estados Unidos estas actividades están supeditadas a las legislaciones estatales, inclusive se da el caso de que en algunos estados está prohibida la adquisición de entidades bancarias por parte de instituciones financieras extranjeras, mientras que en México en un plazo de diez años a partir del primero de enero de 1994, cualquier institución financiera norteamericana e extranjera que opere en Estados Unidos o Canadá, se puede hacer con el 100% de la propiedad de cualquier banco mexicano, (en esto consistía la legislación original del TLC respecto a los periodos de liberalización de las actividades financieras, sin embargo, como veremos en el capítulo V, SE modificó a principios de 1995 eliminándose los límites sin atender al periodo de transición) . El " atractivo" del TLC a un nivel general y que ha sido ampliamente manejado por los economistas y funcionarios mexicanos, es el flujo de inversiones que irá a México y su importancia en la generación de empleos. El gobierno mexicano se propone mantener niveles de inversión sin precedentes ¬esta inversión sería extranjera y nacional-, lo que SE traduciría en creación de puestos de trabajo. Sin embargo, el TLC también está produciendo, y esto ya lo señalábamos, quiebras de empresas, cierres y ajustes en varias ramas come es el caso de la industria del juguete, la de electrónicos, la textil y del cuero, la de impresión gráfica, madera, muebles, y muchas otras que no se han visto tan afectadas pero que han generado importantes cuotas de despidos y cierres de empresas. y como siempre los sectores que primero resienten las dificultades son las pequeñas y medianas empresas, y muy marcadamente la agricultura, lo que generará un gran desempleo. El saldo neto entre generación de empleo y desempleo difícilmente será positivo, con lo cual habrá una pérdida de bienestar para México. Se calcula que sólo en el sector del maíz, con la liberalización de los cereales, el 12% de la fuerza de trabajo del campo se verá obligada a emigrar, es decir, 830 mil campesinos que son cabeza de otras tantas familias.6 ¿A dónde van a ir? En cuanto a un aumento de los salarios en el largo plazo mucho se ha discutido en los medios gubernamentales mexicanos. Muchos sectores progresistas de la sociedad mexicana insisten en que el TLC no debe fundamentarse en los bajos salarios como la "ventaja comparativa", o al menos la más importante junto con el acceso a los energéticos, que se ofrece. Sin embargo todo indica que habrá de mantenerse el diferencial salarial pues es objetivamente la principal atracción para los inversionistas estadounidenses y canadienses. El sector empresarial ha sido muy cauteloso en su apoyo al TLC, y hay diferencias según las confederaciones y ramas a las que están vinculados. Los empresarios vinculados a las medianas y pequeñas empresas temen que las quiebras que se han registrado por la excesiva apertura al exterior se agudice con la puesta en marcha del TLC, señalando que se corre el riesgo de perder muchas fuentes de trabajo si no se establecen períodos razonables de ajuste para que sus industrias puedan ser competitivas. Pero aquí cabe la pregunta: ¿puede la industria mexicana llegar a ser lo suficientemente competitiva como su similar estadounidense en un periodo razonable de tiempo para permanecer en el mercado? En situación particularmente difícil se encuentran la vinicultura, los lácteos, carnes frías, maquinaria y equipo y las beneficiadoras de granos y cereales. 6 Ver José Luis Calva: Probables efectos de un Tratado de Libre Comercio en el campo mexicano, Fontarama, México, 1991 El Canal Intracostero, puerta grande para el TLC Una compañía mexicana, en una alianza estratégica con otras empresas nacionales y extranjeras, se encargará de hacer tangible el proyecto de desarrollo que permitirá al estado, y al país entero, abrir la puerta al flujo comercial más importante has té ahora desde la firma del Tratado de Libre Comercio de Norteamérica. Considerado un "sueño centenerio" porque el primer proyecto a] respecto nació en 1895, el Canal Intracostero Tamaulipeco es prácticamente una realidad que permitirá incorporar a Tamaulipas al desarrollo con Estados Unidos, el mercado más importante de] mundo y, al mismo tiempo, ayudará a establecer un conducto comercial más rápido con el resto del país. Definido como "un proyecto de desarrollo integral de la región costera tamaulipeca, el canal permitirá aprovechar los 45 mil kilómetros del sistema de navegación fluvial e intracostera de Estados Unidos, para integrar un sistema internacional de transporte multimodal de carga eficiente, económico, seguro y con bajo impacto ambiental, entre los centros de producción y consume más importantes de los países involucrados en el TLC". La frontera tamaulipeca tiene una conexión prácticamente directa con la zona oriente, considerada la más productiva de Estados Unidos ya que en ese sector se maneja el 80 por ciento de la economía del país más poderoso del mundo. Tan sólo por Tamaulipas, a través de sus doce puentes internacionales, cruza casi 50 por ciento de la carga hacia Estados Unidos, de la cual tres quintas partes pasan por la aduana de Nuevo Laredo, para conectarse con San Antonio, Dallas y Houston hasta llegar a la zona de los grandes lagos. Este ambicioso proyecto consiste en el desarrollo, con inversión privada, de una vía navegable de doble circulación con una longitud total de 438,85 kilómetros que abarcará, del río Bravo, en el municipio de Matamoros, al norte, hasta el río Pánuco, en el municipio de Madero, al sur, aprovechando las características de la región costera tamaulipeca conformada por numerosas lagunas, esteros naturales, planicies de inundación y terrenos bajos. "Se pretende que la plantilla tenga un ancho de 38 metros y una profundidad de 3,70 metros lo que permitirá el tránsito de embarcaciones de bajo calado, es decir, barcazas, remolcadores y embarcaciones pesqueras y turísticas. Además, la protección contra la influencia de los fenómenos meteorológicos que brinda el cordón litoral, permitirá su operación ininterrumpida durante todo el año". Con la utilización del canal, en combinación con el transporte terrestre existente "se obtendrán ahorros de hasta 60 por ciento en los fletes de los productos que sean transportados por esta vía". I Las causas principales para pensar en el éxito del proyecto es que el 80 por ciento del comercio exterior entre ambos países se concentra en la zona este de Estados Unidos, zona de influencia del sistema de navegación fluvial americano; 56 por ciento de ese comercio se realiza por vía terrestre, de éste, 55 por ciento por ferrocarril y el resto por barcazas, remolcadores y embarcaciones pesqueras y turísticas. Además, la protección contra la influencia de los fenómenos meteorológicos que brinda el cordón litoral, permitirá su operación ininterrumpida durante todo el año, ( ... ) con la utilización del canal, en combinación con el transporte terrestre existente se obtendrán ahorros de hasta 60% de los fletes de los productos que sean transportados por esta vía, ( ... ) 80% del comercio exterior entre ambos países se concentra en la zona este de Estados Unidos, zona de influencia del sistema de navegación fluvial americano; 56% de ese comercio se realiza por vía terrestre, de éste, 55% por ferrocarril y el resto por autotransporte, siendo este último el modo de transporte más caro y contaminante. Por otra parte, cabe destacar que el comercio exterior entre México y Estados Unidos ha tenido un incremento anual sostenido de 6 por ciento en la década de los años 80, y de 18 por ciento en lo que va de los 90. De acuerdo con los estudios de factibilidad realizados, se sabe que actualmente hay 18 millones de toneladas de carga que pueden ser transportadas por vía intracostera. El sistema de barcazas es menos contaminante: "un tráiler que maneja 30 toneladas de mercancía consume un litro de combustible por cada 20,9 kilómetros; con el mismo combustible el ferrocarril mueve 100 toneladas durante 71,5 kilómetros, mientras que una barcaza traslada 1.550 toneladas a través de 181,9 kilómetros, lo que nos dice que al manejar menos combustible, contamina menos." Una barcaza es igual a 15 vagones de ferrocarril o 50 tráileres en cuanto a su capacidad. "El canal ofrece mayores ventajas en consumo de combustible, ya que el transporte en barcaza es 8,7 veces más eficiente que el autotransporte carretero y 2,54 veces más que el ferroviario, mientras que el transporte de barcaza es 18,6 veces menos contaminante que el autotransporte carretero y 1,041 veces menos que el ferroviario". Luego de tres años de estudios y una serie de cambios en su proyecto original para no afectar el hábitat de miles de especies, el Canal Intracostero Tamaulipeco podrá ser una realidad para el desarrollo de la entidad que puede considerarse como la puerta de entrada al TLC. Tomado de la revista Época No.251, 25 de marzo de 1996 3. SECTORES Y ASPECTOS ESTRATEGICOS Agricultura Los sectores agrícolas de Estados Unidos y Canadá por un lado, y de México por el otro, se caracterizan por ser totalmente asimétricos. Mientras que la agricultura de Estados Unidos y Canadá se basa en sectores fuertes :1 excedentarios, la de México es deficitaria y tiene una amplié base de economía de subsistencia. El crecimiento agrícola medio anual de 1980 a 1989 fue en Estados Unidos de 3,0%, mientras que en México fue de 1.3%. El peso de la producción del sector primario en el producto total (1995) es en E.U. del 1,6%, y cuenta con una importante política de subsidios; en México esta cifra es del del 5,6%, y se caracteriza por su baja productividad, sobre todo en el centro y sur del país. México no alcanza la autosuficiencia en cereales, maíz J trigo. Estados Unidos la sobrepasa. La población dedicada al sector agrícola en México era en 1994 el 25,8 por ciento del total de la población ocupada, mientras que en E.U. era sólo el 2,6%. En estas cifras podemos ver no solamente el diferente peso relativo del sector en estos países sino la~ diferencias de productividad. La diferencia en la contribución al PIB entre los dos países es de uno a tres, pero la diferencia en la población agrícola es de uno a diez. México tiene una crisis de insuficiencia productiva en grano E alimenticios; E.U. tiene una crisis de comercialización J exceso de producción. El TLC se propone entonces fomentar la producción en México y expandir el mercado norteamericano de granos básicos (el fomento en la producción en México sería por el acicate para mejorar la productividad). Sin embargo muchos especialistas se inclinan a pensar, con razón, que el único problema que podrá solucionarse es el del exceso de la producción en E.U. Se acepta que el TLC reducirá la producción de granos en México a cambio de aumentar sus exportaciones de frutas y verduras. México tiene ventajas absolutas en hortalizas y frutales (y café) y podría, con el TLC, aumentar sus exportaciones. F. cambio aumentaría sus importaciones de cereales pero, se dice, a un precio menor al del mercado internacional, lo que haría que salgan del mercado mexicano los productores ineficientes. Este análisis económico simple reportaría hipotéticamente un aumento en el bienestar de los consumidores. Sin embargo la realidad es muy compleja. Cientos de miles de campesinos pobres se verían arruinados, además de que a un nivel de estrategia macroeconómica México pasaría a depender totalmente de los Estados Unidos en materia alimentaria. En las negociaciones concretas, Estados Unidos y Canadá presionaban por la liberalización de los productos en que ambos son eficientes y se resguardaban en el caso de las frutas y hortalizas. Al final todo se liberaliza, y en México queda la sensación de haber ganado algo. Pero se estima que solamente como resultado de la liberalización del mercado del maíz 800 mil campesinos perderán su modo de vida y se verán obligados a abandonar el campo. Lo conveniente para México habría sido liberalizar su agricultura hasta que ésta estuviera consolidada, y eso si dejamos de lado el que por una serie de condiciones concretas eso no acontecerá mientras existan las relaciones de producción que son responsables de las grandes desigualdades que prácticamente hacen imposible cualquier nivelación. La estructura y la problemática agraria en México y Estados Unidos son radicalmente diferentes. Pero pongámonos en el mejor de los casos, esto es, que se le concediera a México el plazo requerido para lograr la nivelación de productividades, aun así se estima que se necesitarían no menos de 20 años para lograr que la apertura de los sectores críticos no produjera una catástrofe y la supresión de los sectores vulnerables a la tremenda competencia que representan los productos agrícolas de Estados Unidos y Canadá. Pero la realidad es otra, México cedió en los plazos de apertura de cereales como el trigo, maíz y arroz aceptando la desgravación para estos tres cereales en diez años a partir de la puesta en marcha del tratado (primero de enero de 1994) debiendo concluirse la desgravación total en diciembre del año 2003. Esto no significa otra cosa sino que Estados Unidos logró que la desgravación de los cereales sirva para facilitar la exportación de estos productos a México. Por el contrario México estaba interesado en que estas medidas sólo se aplicaran a hortalizas y frutas, pero ya se ve quién cedió. Y también se cedió en otro rubro sumamente importante como es el de la supresión de los subsidios. Aquí se vio el grado de acoplamiento de los negociadores mexicanos a los planteamientos que se les hacían tanto por la parte canadiense como la estadounidense. En este asunto se aceptó la formación de una comisión especialmente encargada de la eliminación de cualquier tipo de subsidio. En relación a los Subsidios a la exportación, en el Artículo 705, se dice: "l. Las Partes comparten el objetivo de lograr la eliminación multilateral de los subsidios a la exportación para los productos agropecuarios y cooperarán en el esfuerzo para lograr un acuerdo en el marco del GATT para eliminar esos subsidios. "2. Las Partes reconocen que los subsidios a la exportación para productos agropecuarios pueden perjudicar los intereses de las Partes importadora y exportadora y, en particular, trastornar los mercados de las Partes importadoras. Por lo tanto, en adición a los derechos y obligaciones de las Partes especificadas en el Anexo 702.1 [se refiere a acuerdos sobre cuestiones agropecuarias], las Partes afirman que no es apropiado que una de ellas otorgue subsidios a la exportación a un producto agropecuario exportado a territorio de otra Parte cuando no existan otras importaciones subsidiadas de ese producto a territorio de esa otra Parte". (SECOFI 1994: 231) En México existía un organismo público encargado de regular la oferta de productos básicos y canalizar los subsidios a los productores de maíz, trigo, frijol y arroz, este organismo, la CONASUPO, automáticamente deja de tener razón de ser, ya que su función se encuadraba casi exclusivamente en el sentido de la canalización de los subsidios a los productos básicos. En 1989 se eliminan todos los precios de garantía a los productos agrícolas, subsistiendo (hasta 1993) sólo los del maíz y el frijol. Ahora bien lo que está a discusión es si la política de liquidación de subsidios agrícolas que se otorgaban a través de los llamados "precios de garantía" para los productores de granos, será la mejor vía para aumentar la producción cuando hay diferenciales en la producción de maíz y trigo entre México y Estados Unidos que se ubican en una proporción de uno a diez. Todo hace pensar que en realidad nadie cree que el campesino mexicano se volverá más productivo al quedarse sin subsidios, sino que se espera que sea desplazado por empresas que exploten la tierra con métodos más modernos, después de todo, se dice, no importa quién produzca, ni si el capital es nacional o extranjero, ni el país de origen de la inversión extranjera, lo que importa es la producción. Ahorcamiento campesino Se dice también que no hay inversión de capital en las actividades agropecuarias y que, por consiguiente, se da el Estancamiento, además, resalta las prácticas de usufructo parcelario y de renta, de asociaciones y mediería, inclusive de venta de tierras ejidales que se llevan a cabo al margen de la ley. Afirma que desde hace un cuarto de siglo el crecimiento promedio de la producción agropecuaria ha sido inferior al de la población, subraya la importación de alimentos, la pobreza y la marginación que se dan en el agro. Pero lo que no se dice, afirman los dirigentes campesinos, es que toda esa realidad es producto de una estrategia gubernamental que se ha agudizado en los últimos años. "Lo que siempre se ha querido es ahorcar económicamente a los ejidatarios, para que no les quede otra que asociarse con el capital, convirtiéndose de esta manera en peones de sus propias tierras, pues quien da el dinero es el que dice qué sembrar, cómo sembrar y a qué hora sembrar. Y el dominio sobre el ejido prácticamente se pierde". En efecto, los recursos del Estado hacia el campo, en lugar de aumentar, se han reducido severamente en los últimos años. José Luis Calva, estudioso de la crisis agrícola y alimentaria en el país, dice que "en México tenemos cuatro millones de granjeros pobres, más descapitalizados que antes, a causa de las políticas económicas". Su pequeño poder de compra se ha visto reducido por el drástico deterioro de sus términos de intercambio. Entre 1981 y 1988, el año más crítico, los productores de granos sufrieron una pérdida del 48,7% en los términos de intercambio de sus cosechas respecto a los insumos: mientras el Índice Nacional de Precios de las Materias Primas de la Actividad Agrícola creció 9,222%, el Índice Nacional de Precios de garantía sólo lo hizo en 4,734%. En particular, los precios reales del maíz tuvieron una pérdida del 42.4%, los del frijol, 49.9% Y los del arroz 41.6%. Si bien en la actualidad se observa una recuperación, se está lejos de alcanzar la rentabilidad que existía en 1981 y en casos como el del arroz y el de la soya la tendencia decreciente se agudiza cada vez más". De acuerdo con el investigador de la UNAM, el resultado de este desaliento originado por el mismo gobierno, es que más de un millón de productores han caído en la insolvencia, que cientos de miles hayan abandonado sus campos y que la cosecha de granos básicos por habitante sea hasta en 34.9% inferior a la de hace diez años. La falta de interés del gobierno en el campo, explica, ha motivado que, por ejemplo, el número de tractores y maquinaria agrícola, sea inferior a las 170,723 unidades con que se contaba en 1985. "También ha declinado la aplicación de insumos mejorados que inciden relevantemente sobre la productividad agrícola. Tan sólo entre 1985 y 1989, el consumo de fertilizantes declinó 14.5%. el área de granos básicos sembrada con semillas certificadas disminuyó 28.8% entre 1982 y 1989; la aplicación de plaguicidas se redujo en un 19.8%; la liberación de insectos benéficos para el control de plagas declinó 54.5% en el mismo lapso. Por si fuera poco, existe una brusca caída del crédito agropecuario y el desplome de la inversión pública en el fomento rural ha sido tan brutal (de 80,877 millones de pesos en 1980 -a precios de ese año- a sólo 17,518 en 1989), que ha hecho imposible ampliar la frontera hidroagrícola y no sólo eso, ni siquiera da para mantener en operación la• existente. Como resultado, las superficies sembradas de tierras regadas, en vez de aumentar disminuyen de cinco millones 497,000 hectáreas en 1981 a cuatro millones 286,000. Actualmente, resalta, se estima que más del 25% de la infraestructura hidroagrícola se encuentra inhabilitada por falta de inversiones de mantenimiento. "En suma: no estamos en un proceso de modernización de la agricultura, sino en un proceso de des modernización". Respecto a la iniciativa de ley, el catedrático manifiesta que todo está encaminado a repetir el caso Vaquerías, de Nuevo León, en el que ejidatarios de la entidad se asociaron con la empresa Gamesa para producir en 5,000 hectáreas. Ahora lo que se quiere es que entren la Herdez, Del Monte, Pepsico y demás. Pero "sería una ilusión, un auto engaño pensar que las asociaciones van a resol ver el problema de la descapitalización del campo. Primero, porque el capital privado no va a canalizar recursos si no encuentra los márgenes de rentabilidad adecuados. Debe tomarse en cuenta que Vaquerías sólo fue viable por el subsidio gubernamental que se dio a la empresa mediante los swaps, además de inversiones federales y estatales, pues Gamesa argumentaba que no era costeable sembrar granos si no había apoyo". Además "es un grave error centrar la capitalización del campo en reformas jurídicas. Nuestro problema fundamental no está en la tenencia de la tierra, sino en el rompimiento del equilibrio entre la agricultura y las demás ramas económicas. No hay necesidad de ninguna reforma para sacar adelante al campo y hacerla que, incluso, genere excedentes exportables. Lo único que deben darse son los recursos que siempre ha negado el gobierno". Tomado de la revista Proceso No. 784 11 de noviembre de 1991 Uno de los objetivos de la CONASUPO desde su creación (en los años cincuenta como CEIMSA) fue regular la oferta nacional de maíz. En el caso de excedentes estos podrían ser exportados a través de ella, y si hubiera déficit este se compensaría con importaciones, también por su conducto. De esta forma la CONASUPO regulaba la oferta nacional de maíz (hasta los años 70 México fue exportador, después se convertiría en importador). La CONASUPO deja de tener un papel predominante en la comercialización del maíz al ir reduciendo progresivamente su participación en el manejo del producto. Esto es resultado de una estrategia de desregulación y disminución de la intervención estatal en busca por parte del gobierno de una mayor participación del sector privado en la comercialización de granos. Durante la segunda mitad de la década de los 80 y principios de los 90 se dio una acelerada disminución de los subsidios agrícolas, los cuales pasaron del 1,4 por ciento del PIB en 1982 al 0,6 por ciento en 1991 (subsidios fiscales explícitos). "El principal subsidio presupuestal restante es el de CONASUPO, que sigue fluctuando entre 0.5 y cerca del 1 por ciento del PIB. Los otros han sido eliminados en buena medida. Los subsidios al crédito, otorgados por bancos de fomento de propiedad gubernamental, cayeron de 1.3 por ciento del PIB en 1982 a cerca del 0.1 por ciento en 1991. Los subsidios a los insumos (del agua para riego y de las tarifas eléctricas para bombas de riego) son más difíciles de cuantificar, pero probablemente no excedieron el 0.2 por ciento del PIB en todo momento durante la década de 1980. Existen programas para hacer desaparecer o reducir los restantes subsidios a los insumos. Los precios de los fertilizantes se hallan ahora cerca de los niveles internacionales, mientras que en 1968 estaban en un 'nivel aproximado del 50 por ciento. Las tarifas de agua para riego cubren actualmente cerca del 50 por ciento de los costos de operación y mantenimiento, en comparación con el 16 por ciento que representaban en 1988. Las tarifas de energía eléctrica para bombas de agua se elevaron de aproximadamente el 25 por ciento del costo marginal a largo plazo en 1988 a cerca del 40 por ciento a principios de 1992." (OCDE 1992b:177-178) En marzo de 1990 se desreguló la industria del maíz con respecto a controles de entrada y cuotas de producción. En el Cuadro 5 tenemos una visión general de la política de liberalización del sector. Cuadro 5 Cobertura de barreras a la importación en el sector agrícola (Porcentaje de la producción) 1980 1985 1990 95,1 62,4 40,1 importo -Aranceles -Precios oficiales 8,8 12,9 9,2 de 0,2 2, 6 - 68,5 56,0 20,2 24,0 31,5 11,9 2,0 8,7 - Concepto Agricultura -Permisos de importación Alimentos procesados -Permisos de importo -Aranceles -Precios oficiales de importación Debidas y tabaco -Permisos de imp.-Aranceles -Precios oficiales de importación 18,3 72,9 99,5 77,0 19,8 19,7 42,2 57,5 - Fuente: OCDE 1992b:174. y tal y como sucedió con el tema de las barreras arancelarias, México se anticipó a la liberalización de la tenencia de la tierra aun antes que el propio TLC lo obligara a hacer cualquier reforma. Después de que en 1989 se anunciara el "fin del reparto agrario", el estado mexicano, en noviembre de 1991 y febrero de 1992, modifica sustancialmente el contenido del artículo 27 constitucional que garantizaba, al menos en las leyes, la vigencia de la reforma agraria iniciada en 1917. Al reformar este artículo clave de la Constitución: "el Estado mexicano contemporáneo, surgido del pacto social del Constituyente de 1917, renuncia a la obligación de dotar de tierra a los pueblos y comunidades que lo requieran. Además, eleva a rango constitucional la concentración y transferencia de tierras dentro de los ejidos, legaliza la formación de neo latifundios, consolida el poderío de caciques que por di versas vías se han apropiado de grandes extensiones de tierras ejidales y legaliza la expulsión de las comunidades de grandes núcleos de campesinos pobres condenándolos a la marginación y pobreza extrema." (Calderón 1992:82) Si hemos de mencionar un símil de estas reformas con otras equivalentes en la historia de México es necesario remitirse a las compañías eslíndadoras durante el porfiriato. Después de todo el objetivo es el mismo, incentivar la inversión privada en el campo. La estrategia de des regulación consistió en que a partir de 1985 el organismo paraestatal CONASUPO dejó de ser el único importador de granos. De la misma manera en que se le restaban facultades para tener el control de las importaciones de estos productos corrió paralelo el proceso de liquidación de los subsidios a los productores. Después de la adopción de esta política de retiro progresivo de los subsidios en la agricultura, es claro que el factor principal que va a determinar la sobrevivencia yola quiebra de los agricultores va a ser simplemente la productividad, pero aquí hay que tener en cuenta lo que ya decíamos acerca de las posibilidades del sector agrícola para poder competir con la agricultura de Canadá y los Estados Unidos. La actitud de los Estados Unidos se explica por los cambios desfavorables que ha sufrido su agricultura en las condiciones económicas y comerciales internacionales. Todas las predicciones sobre el aumento en el consumo mundial de granos fueron desmentidas, éste no sólo no subió sino que cayó. El mercado de granos estaba saturado y los Estados Unidos, principal productor y exportador de estos productos, veía su comercio mundial estancado. En los últimos 25 años la Unión Europea se convirtió en una seria competidora al lograr grandes excedentes de granos. Tanto Estados Unidos como la UE se han enfrentado en una lucha por los mercados que les ha llevado a mantener una política de fuertes subsidios a la producción y a la exportación agrícola. A pesar de que en los últimos años han bajado las reservas, se prevé que el comercio de granos no va a ser suficiente para absorber sus excedentes de producción. Y por ello se agudizaron los problemas en la Ronda Uruguay del GATT, pues quien eliminara o bajara los subsidios en forma unilateral estaría condenado a perder el mercado a nivel internacional. Ahora parece que todos están de acuerdo en cómo se van a manejar los subsidios de sus respectivas agriculturas, sin embargo es un hecho el que a pesar del acuerdo existen fuertes pugnas en torno a la forma en que habrán de cancelarse esos subsidios. Habría que hacer aquí un análisis de los acuerdos del GATT del 15 de diciembre de 1994, lo cual, sin embargo, rebasa los propósitos del presente trabajo. El Tratado de Libre Comercio en este aspecto se modificó en función de los acuerdos de la Ronda Uruguay. Sin embargo, en el texto del TLC se dice explícitamente que en caso de que existiera alguna incompatibilidad con respecto al GATT prevalece el Tratado en ese asunto particular, salvo que en él se disponga otra cosa. Habrá que seguir de cerca no sólo lo dispuesto en el acuerdo final del TLC sobre cuestiones de agricultura sino también los acuerdos en el marco del GATT, y asimismo las implicaciones de las reformas aprobadas por la Unión Europea a la Política Agrícola Común. Industria La industria mexicana, mejor dicho la industria ubicada en México, es muy heterogénea. Junto a las grandes empresas transnacionales, nacionales y estatales (cada vez menos estas últimas) coexisten gran cantidad de empresas pequeñas y medianas; cerca del 85% de las unidades industriales se encuentra en esta última categoría. Por ello es que los efectos de la liberalización externa de la economía mexicana han sido muy diversos para los distintos tipos de empresas, y la posición de los grupos empresariales frente al TLC, como hemos indicado anteriormente, también difiere. En el TLC México se compromete a la eliminación de los instrumentos de política industrial. Como botón de muestra tenemos el caso de la eliminación del "decreto para el fomento y modernización de la industria manufacturera de vehículos de autotransporte", pero también afecta medidas gubernamentales de apoyo a otros sectores, como el textil, y particularmente a la pequeña y mediana industria, en cuestiones como líneas de crédito, devolución de impuestos, etc. Estas eran prácticas de uso común en el pasado en donde el papel del estado respecto a una gama muy amplia de industrias era realmente fundamental, de tal suerte que en el momento en que ese papel de promotor que le correspondía se ve cuestionado se produce una hecatombe en gran número de empresas. Históricamente fue el estado quien creó la cobertura necesaria para que se desarrollara la industria en México; esto se puede constatar en innumerables obras que así lo atestiguan. Uno de los mejores estudios en este sentido es "La revolución industrial en México" de Sanford Mosk,7 en esta obra se deja claro el papel promotor del estado en las diferentes fases de desarrollo de la industria; cómo creó la Nacional Financiera como banco de fomento para financiar a los capitalistas en sus operaciones productivas; la cobertura que significó el proteccionismo; el otorgamiento de subsidios; la misma legislación que se tradujo en leyes como la de "industrias nuevas y necesarias", y por supuesto la que probablemente era la más proteccionista de todas las medidas, es decir, la ley de inversiones extranjeras (de 1973) que limitaba la propiedad extranjera al 49 por ciento del capital. El TLC prevé el libre flujo de utilidades, no se podrá obligar a las empresas a transferir tecnología, ni a comprar productos a proveedores mexicanos ni a contratar personal mexicano; se eliminan los "privilegios" a las industrias estatales y paraestatales y se les declara "sujeto de las 7 En la Revista editada industriales de México. por Manuel Marcué Pardiñas: Problemas agrícolas e leyes de la competencia" y de recibir el mismo trato que reciben las industrias y las empresas privadas; además se limitan y reglamentan las nacionalizaciones o expropiaciones. El Artículo 1003, Trato nacional y no discriminación, dice: "l. Respecto a las medidas comprendidas en este capítulo, cada una de las Partes otorgará a los bienes de otra Parte, a los proveedores de dichos bienes y a los proveedores de servicios de otra Parte, un trato no menos favorable que el más favorable otorgado: "a) a sus propios bienes y proveedores; y "b) a los bienes y proveedores de otra Parte. "2. Respecto a las medidas comprendidas en este capítulo, ninguna de las Partes podrá: "a) dar a un proveedor establecido localmente un trato menos favorable que el otorgado a otro proveedor establecido localmente, en razón del grado de afiliación o de propiedad extranjeras; o "b) discriminar contra un proveedor establecido localmente en razón de que los bienes o servicios ofrecidos por ese proveedor para una compra particular, sean bienes o servicios de otra Parte." (SECOFI 1994: 311¬312) Más adelante el propio TLC establece, y aquí hay que hacer la observación de que los señalamientos llegan hasta lo obsesivo, las reglas del juego: articulo 1102 trato nacional "l. Cada una de las Partes otorgará a los inversionistas de otra Parte un trato no menos favorable que el que otorgue, en circunstancias similares, a sus propios inversionistas en lo referente al establecimiento, adquisición, expansión, administración, conducción, operación, venta u otra disposición de las inversiones. "2. Cada una de las partes otorgará a las inversiones de inversionistas de otra Parte, trato no menos favorable que el que otorga, en circunstancias similares, a las inversiones de sus propios inversionistas en el establecimiento, adquisición, expansión, administración, conducción, operación, venta u otra disposición de las inversiones. "3. El trato otorgado por una Parte, de conformidad con los párrafos 1 y 2, significa, respecto a un estado o una provincia un trato no menos favorable que el trato más favorable que ese estado o provincia otorgue, en circunstancias similares, a los inversionistas e inversiones de la Parte de la que forman parte integrante. "4. Para mayor certeza, ninguna Parte podrá: "a) imponer a un inversionista de otra Parte el requisito de que un nivel mínimo de participación accionaria en una empresa establecida en territorio de la Parte, esté en manos de sus nacionales, salvo que se trate de acciones nominativas para directivos o miembros fundadores de sociedades; o "b) requerir que un inversionista de otra Parte, por razón de su nacionalidad, venda o disponga de cualquier otra manera de una inversión en territorio de una Parte." (SECOFI 1994:388) Es claro que en la clase empresarial tanto de los Estados Unidos como de Canadá pesan las experiencias y recuerdos de las nacionalizaciones de la industria petrolera (1938) así como de la industria eléctrica (1961), si no, no se explican las precauciones que se toman para cuando existan fuertes inversiones directas de aquellos países en sectores clave de México. Quizá una de las cuestiones en la negociación del TLC en la que el estado mexicano logró defender con éxito hasta cierto punto sus intereses fue en lo referente al sector estratégico de la energía, es decir, respecto a la producción y distribución de petróleo, electricidad y minerales radioactivos que están reservados en exclusiva al estado. Esto quiere decir que la parte mexicana logró que se respetara uno de los preceptos más importantes de la Constitución de 1917, que a su vez fue resultado de todo el movimiento nacionalista de la revolución armada que tuvo su consumación en el cardenismo. Aquí es necesario hacer la aclaración de que este primer balance tiene que ser modificado a la luz de las concesiones hechas por México a EUA como resultado de las presiones a las que se vio sometido a raíz de la crisis de diciembre de 1994. y son tan importantes las modificaciones que se hicieron que dejamos su análisis para un apartado, en este mismo capítulo, en el que se examina el plan nacional de desarrollo energético. Ciertamente en esta área se concentraron grandes tensiones en la negociación, y si bien, como decíamos más arriba, el estado mexicano logró algunos de sus propósitos, también es verdad que la reestructuración a la que se está sometiendo el sector energético le abre importantes puertas a la inversión extranjera. Concretamente en el sector del petróleo existen ya en operación compañías estadounidenses de prospección y exploración de yacimientos. Por otro lado, la compañía paraestatal de Petróleos Mexicanos, PEMEX, ya ha sido subdividida en varias compañías que se especializan en exploración, extracción, refinamiento, almacenamiento y comercialización y petroquímica básica. En relación a esta última el gobierno llevó a la práctica una reclasificación de los derivados del petróleo y muchos productos que eran considerados dentro de la petroquímica básica ya han pasado a incluirse dentro de la petroquímica secundaria, esto es, pueden ahora ser producidos por compañías extranjeras. En relación a la industria eléctrica, el estado se reservaba la facultad de generar y distribuir el fluido eléctrico, y aunque en el texto del TLC se contempla la posibilidad de que se instale una planta extranjera para la generación de energía eléctrica, si bien no se dice la capacidad de ésta, no es sino hasta que se modifica este precepto a raíz de del crack de diciembre del 94, que se abre este sector a la inversión extranjera. Y finalmente en cuanto a la exclusividad estatal en la exploración y explotación de minerales radioactivos son conocidas las grandes limitaciones que en el campo de la tecnología nuclear tiene nuestro país y la necesidad de éste, si es que quiere mejorar sustancialmente su tecnología, de acudir a las grandes compañías norteamericanas de esta rama dadas las limitaciones que establece el propio TLC para entrar en relaciones con compañías europeas o japonesas. El balance de las transformaciones de la planta industrial como producto de la liberalización no es muy alagador: "La <modernización> de la economía ciertamente ha producido cambios estructurales profundos, pero en sentido inverso a los de un desarrollo integral e independiente. En realidad, ha significado una reversión del progreso y cierta vuelta al subdesarrollo, hacia sectores de enclave colonial; ha significado una profundización de la crisis del sector agropecuario y la desindustrialización y el desplome de la producción, excepto algunas ramas de exportación y del sector eléctrico que responde a decisiones del gobierno. "La industria manufacturera no sólo ha perdido importancia en el PIE y en el empleo, sino que hay una pérdida de dinamismo en casi todas las ramas que producen para el mercado interno. "Más dramático aún ha sido el efecto de la política neoliberal sobre el empleo, ya que en el decenio de 1982 a 1992 sólo logró generar 3,353 mil empleos remunerados, o sea, 335,000 anuales en promedios, mientras la PEA aumentaba de 7770,000 a 1,200,000 personas anualmente. Otro indicador que refleja la gravedad de la desindustrialización es la descapitalización". (Ifigenia Martínez: "La estructura industrial de México", en Martínez 1995:248) En relación a las cifras de desempleo las publicaciones oficiales manejan para México unas tasas que ya quisieran muchos países desarrollados. Así por ejemplo, la tasa de paro en 1991, 1994 Y 1995 manejadas por la OCDE eran del 2,6%, 3 f 7 % Y 6,3% respectivamente. En estas tasas de cualquier manera se refleja el crecimiento del desempleo a raíz de la crisis del 94 y ninguna mejoría como resultado del TLC, claro que los efectos en el empleo se verán en el largo plazo, pero en estos años ya se han hecho notar el cierre de empresas y la pérdida de puestos de trabajo debido a la liberalización de la economía, prácticamente en todo el sector manufacturero, y particularmente en las ramas más susceptibles de modernización tecnológica y racionalización de la producción, como la de metales, y en las tradicionales, como textil, cuero y madera, que ante la apertura no han podido competir ni en el exterior ni en el mercado interno. En cuanto a los indicadores del paro hay que tener en cuenta las características totalmente diferentes de los mercados de trabajo de los países subdesarrollados. Una de las diferencias más importantes es en cuanto a las medidas de "mantenimiento de los ingresos", concretamente la no existencia del seguro del desempleo (existe para ciertos colectivos en algunos países latinoamericanos); otra es la extraordinaria dimensión del sector informal. Se estima que en México entre un quinto y un tercio de la fuerza de trabajo urbana se encuentra en el sector informal. En 1993 el 47,5% del total de trabajadores no estaba asegurado en el Seguro Social; en 1995 el 44,4% de la fuerza de trabajo urbana trabajaba por cuenta propia o en "empresas" de menos de cinco trabajadores. (OCDE 1996b) Se entiende entonces que casi nadie pueda declararse como desempleado, aunque las actividades que realiza no cubran ni en tiempo ni en salario sus necesidades más elementales. La tasas de paro, por tanto, no se corresponden con la realidad, y en las publicaciones oficiales como las del INEGI (Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática) se ofrecen algunos indicadores ("tasas complementarias de empleo y desempleo") que reflejan mejor la situación. Si consideramos estas categorías nos acercaremos a la cifra real del desempleo en México. Así, mientras la "tasa de desempleo abierto general"8 en 1993 era del 3,4%, y en enero de 1996 era del 6,4%, la "Tasa de ocupación parcial; menos de 35 horas semanales y desocupación", era en ese año el 23% de la Población Activa, 8 "Personas de 12 años y más que en la semana de referencia no trabajaron, se encontraban disponibles para desempeñar una actividad económica y buscaron incorporarse a alguna actividad económica en los dos meses previos a la semana de referencia, realizando algún trámite para conseguirlo, sin lograr su objetivo." Es la definición del INEGI. Esta tasa es la que se maneja en las publicaciones de la OCDE. y en enero del 96 el 28,2%. La población desocupada más aquella que ganaba menos del salario mínimo representaba el 12,4 % de la PA en 1993 y el 17,7% en enero de 1996; v de la población ocupada el 14,2% se hallaba en "condiciones críticas" en 1993 y el 16% en enero de 1996. (INEGI 1994; INEGI 1996) La situación se agravó claramente en los últimos años como consecuencia de la crisis del 94. Las maquiladoras, que Ifigenia Martínez define como economía de enclave, se han convertido en una de las pocas contra tendencias al creciente desempleo tanto de la planta industrial como de la fuerza de trabajo. Así, en el sector manufacturero sin maquiladoras el empleo tuvo entre 1987 y 1994 una tasa media anual de crecimiento de -2,2 por ciento, y en las maquiladoras del 9, 8 por ciento. (OCDE 199 6b) El problema de las maquiladoras es que en sentido estricto no se trata de una industria como la que resulta de un proceso de desarrollo, las maquiladoras emplean materias primas, envases y empaques que provienen en un 98,2% del exterior y son reexportados, generalmente, a los Estados Unidos, dejando en el país sólo los salarios de los trabajadores, que todo parece indicar también encuentran en Estados Unidos su destino final. A cambio de estos "beneficios" para el país, el gobierno otorga combustibles y energía eléctrica barata, infraestructuras y un régimen fiscal sumamente favorable para estas empresas. De hecho con las maquiladoras (cuya instalación se autoriza en 1965 pero que cobran auge a partir de los años 80) se experimentó lo que serían las reformas a la ley de inversiones extranjeras, pero el problema es que mientras se fomenta una "industria de enclave", esto es las maquiladoras, se liquida la base industrial de México: "El proceso de industrialización quedó trunco debido a la política de apertura casi total que se inicia y avanza en el sexenio de Miguel de la Madrid y se acelera y consagra con la firma del TLC durante el sexenio siguiente. Se desmanteló todo el aparato proteccionista y se dejó a los productores a la suerte del mercado, pero en forma contradictoria se mantuvo una política de crédito restrictiva y altas tasas de interés". (Martínez 1995: 252) El tejido industrial de la 9 “Se refiere a la trabajando menos de 35 de 48 horas semanales, de 35 horas semanales INEGI proporción de la población ocupada que se encuentra horas a la semana por razones de mercado, que labora más ganando de uno a dos salarios mínimos o que trabajan más con ingresos mensuales inferiores al salario mínimo”. economía nacional sufrió enormes modificaciones a causa de la incorporación de México al TLC: mientras que en 1988 los establecimientos micra eran el 89% del total, en 1993 representaban el 91%; en contrapartida en 1988 las pequeñas, medianas y grandes empresas representaban el 11% (7% pequeñas, 2% medianas y 2% grandes) y en 1993 el 9% (6% pequeñas, 2% medianas y 1% grandes). (Martínez 1995:254-5) Habría que añadir que a esta polarización de la dimensión de las empresas le acompaña otro fenómeno consistente en que frente a una atomización extrema de una gran porción de la planta industrial, las empresas que se encuentran en el otro lado del espectro son cada vez menos unidades productivas y cada vez más grandes, hasta adquirir, en muchos casos, características de verdaderos monopolios, y como ya dijimos, fuertemente penetradas por el capital transnacional. Tenemos, pues, un fenómeno de concentración y centralización industrial el cual va acompañado del surgimiento de nuevas élites económicas, resultantes de la asociación de los empresarios y grupos empresariales mexicanos más poderosos con el capital extranjero. Es de hacer notar que en este proceso figuran como personajes de primera plana ex altos cargos de la política y la economía, tanto de México como de Estados Unidos, que actuando en complicidad han hecho del Estado su principal fuente de acumulación. Los grupos económicos privilegiados por Salinas abren la puerta al capital de Estados Unidos y se asocian con ex ministros que impulsaron la apertura El proyecto político de Carlos Salinas se derrumbó, pero el modelo de apertura al exterior que impulsó sigue en marcha, mediante diversos tipos de vínculos entre las corporaciones industrialesfinancieras mexicanas y los mercados internacionales, particularmente el de Estados Unidos. Casualmente, algunos de los personajes principales en el diseño y la ejecución de ese modelo tienen ahora presencia en grupos t:€g iOIDofitano s , -COIDD P€dro Aspe en Pulsab, L1Qyd Benstenen F€lItsa, y Nicholas Brady en Banorte, en calidad de accionistas y miembros de los consejos de administración. Los cambios en los grupos locales además, son parte de la reconfiguración de las élites políticas y económicas del país. En el nuevo orden económico mundial, el capital ya no tiene fronteras ni sellos regionales. Por ejemplo, el llamado Grupo Monterrey, que estuvo durante casi un siglo en manos de prácticamente una sola familia -la dinastía Garba Sada-, tiene cada vez más vínculos externos. Asimismo, el Tratado de Libre Comercio abrió las puertas é nuevos tipos de nexos entre los grandes consorcios, como le alianza entre Alestra y Unicom en el negocio de las telecomunicaciones. También desató la necesidad de contratar consultores externos, sobre todo estadounidenses, por parte de empresas, instituciones y oficinas gubernamentales mexicanas. En su ensayo Las empresas regiomontanas en el contexto internacional, María de los Pozas afirma que en la política económica que desencadenó el proceso de apertura destacan dos "errores". Uno, relacionado con la "escasa sensibilidad del gobierno y la iniciativa privada hacia la situación económica en que la prolongada crisis de los ochenta había sumido a la mayoría de la población". El drástico desmantelamiento del sistema de beneficios sociales rompió el equilibrio que durante años garantizó la estabilidad económica. El segundo error se relaciona con la ausencia de mecanismos de protección y control sobre los flujos de capital. "Ambos elementos, combinados, constituyeron sin duda una mezcla explosiva cuyas consecuencias aún resiente el país." Sin embargo, un grupo de grandes empresas mexicanas logró tomar ventaja de la política de apertura y de los apoyos gubernamentales. Aparentemente, algunas tuvieron tiempo suficiente para consolidar su situación en los mercados internacionales y resistir las graves consecuencias de la devaluación y la crisis de 1994 y 1995. En general, las empresas que de alguna manera lograron vincularse al sector exportador se colocaron en una situación ventajosa con la política económica de Salinas. Además de las exportaciones, siguieron una serie de estrategias, tales como asociaciones, coinversiones, alianzas tecnológicas y el establecimiento de redes de proveedores. Algunas habían iniciado ya desde los setenta, asociaciones y coinversiones con firmas extranjeras, pero a partir de la década pasada se convirtió en la principal estrategia para integrarse a la economía mundial. "Ya desde 1988, observamos cambios en la configuración de las élites políticas y económicas del país. Lo más sobresaliente a este respecto fue la nueva alianza establecida entre el gobierno federal y los empresarios del norte de la República, tradicionalmente reacios a la política gubernamental. Al mismo tiempo, el regionalismo de las élites económicas se rompió para dar lugar a un intercambio accionario entre los más poderosos grupos empresariales del país. Esos cambios, a su vez, provocaron "la configuración de un nuevo grupo hegemónico cuya influencia en el poder político se reflejó en el proyecto económico de Salinas, cuidadosamente diseñado para rescatar, primero, y fortalecer, después, el sector de la gran industria. Se esperaba que este sector sería seguido por la pequeña y mediana industria. Sin embargo, los escasos programas orientados a lograr este último objetivo no recibieron un apoyo serio y consistente." La concentración del capital se ha acentuado en los últimos meses como resultado de la expansión de las grandes empresas hacia un número creciente de ciudades y a través de la asociación de los grupos empresariales más importantes. Unos ejemplos: Antonio Madero Bracho, Claudio X. González ~ Carlos Slim forman ahora parte del consejo de administración de Alfa. Carlos Slim cuenta con el 11% de las acciones de este grupo industrial que dirige Dionisio Garza Medina. Gilberto Borja Navarrete, de ICA, se integró a la cervecera y embotelladora Femsa, así como a Tremec y Tolmex, propiedad de Cementos Mexicanos. Alberto Bailleres se incorporó al consejo de Femsa. Madero Bracho es también consejero de Cydsa. Varios empresarios regiomontanos forman parte de los consejos de administración de otras compañías: Bernardo Garza Sada, del grupo alfa, es consejero de Televisa, al lado de Emilio Azcárraga y Roberto Hernández. Alfonso Romo, quien preside Pulsar, también es consejero de Televisa. Lorenzo Zambrano, cabeza de Cemex, aparece en el consejo de ICA. Más importante aún, subraya María de los Pozas, es la vinculación entre el capital industrial y las instituciones financieras (bancos y casa de cambio). En el caso particular de Monterrey, la reprivatización de la banca significó la restauración de lazos entre la industria y el capital financiero que existían antes de la nacionalización en 1982. En la actualidad, puntualiza, esa fusión es aún más significativa, dada la orientación hacia el exterior de las empresas y el proceso de modernización por el que atraviesan. Los dueños de Alfa tienen acciones en Banamex, Bancomer, Probursa, Inverlat y Serfin. El propietario de Femsa, Eugenio Garza Lagüera, lo es también de Bancomer. Los Clariond-Canales, dueños de Imsa, tienen acciones en Probursa, Arka y Abaco. Los Sada González son propietarios de Vitro y codueños de Serfin. Roberto González barrera es el accionista principal de Maseca y Banorte... La especialista afirma que la concentración de poder económico en no más de diez grupos empresariales es en gran parte producto del proceso de privatización puesto en práctica por el Estado desde el gobierno de Miguel de la Madrid en adelante, "proceso que al parecer aún no termina, dados los planes del presidente Ernesto Zedillo de privatizar la infraestructura de carreteras, puertos, aeropuertos, plantas petroquímicas y ferrocarriles." "La privatización de la banca pretendió inicialmente crear un sistema regionalmente balanceado, pero este proyecto se quebró rápidamente una vez iniciado el proceso de venta, poniendo al descubierto los fuertes compromisos contraídos por el gobierno salinista con ciertos grupos, así como la fuerza del poder económico sobre el político. Algo similar ocurrió con las paraestatales de comunicaciones y transportes, ya que aparentemente se decidió trasladar los monopolios a manos privadas antes de crear diversas compañías de menor tamaño”. Un hecho novedoso es la incorporación de Hiromi Yokohama, presidente del Barclays Bank de Japón, al consejo de administración de Cydsa, "lo que podría significar un primer ejemplo de posibles conexiones de las empresas regiomontanas COI la banca internacional". El ejemplo de Yokohama se multiplica con el arribo de Aspe é Pulsar, en enero, seguido de la integración de Bensten a FemSé y de Brady a Banorte. La entrada de estos personajes al escenario industrial-financiero de Monterrey ha sido sigilosa: las empresa~ se han limitado a informar como si se tratara de un asunto rutinario, sin entrar en detalles. "Estoy muy contento de que el doctor Pedro Aspe haya aceptado la oportunidad de colaborar con nosotros para desarrollar una institución de banca de inversión de nivel internacional, con capacidad de atraer talento altamente capacitado y una cartera de clientes de gran prestigio", dijo Alfonso Romo sobre el ex secretario de Hacienda, de quien es amigo desde la infancia. Al asociarse con Aspe, Romo dio otro salto en su trayectoria fulgurante, que en menos de 15 años lo ha llevado a emparejarse con los grandes capitales regiomontanos, entre ellos el de su tío político Eugenio Garza La güera. Romo trabajó para Femsa hasta 1981, cuando perdió su empleo porque los dueños -entre ellos su tío- argumentaron que su agresividad en los negocios había agudizado los problemas de endeudamiento de su división, según contó a Expansión. A mediados de abril, Femsa anunció su relación con Bensten: "Conoce toda Latinoamérica perfectamente bien, tiene una gran experiencia en la economía de los países, fue tesorero de los Estados Unidos y nos puede ayudar mucho a estudiar qué países nos conviene atacar; nos puede ayudar mucho a resolver todos los problemas -que puedan surgir en la compañía. , üij-.0 -el üir-ec-bor -del consorcio, José Antonio Fernández Carvajal, yerno de Garza Lagüera. Los lazos entre Garza Lagüera y Benson son antiguos y se basan en su mut--ua a-fición por la -ca-c-eria. -Por ci--erbo, -fue -el empresario regiomontano quien allanó a Aspe su primer contacto personal con Bens~-en, -eR el ~GIRineZD -del S-€x.eni-o pasado, r-elaci-ón que lu-ego se cimentó en el gusto de Aspe y Bensten por la caza, que lo misffi-e 105 ha ll-€va-d-o a Sot-o la Marina ---que a E-s-paña. La participación accionaria de Bensten en Femsa está por definir-sB, -a-e-l-ar-á F---enán-dez -d-e -Carv--a3--al. -En ~ambi-G ,-a fiR-al-€s de marzo se informó que el 16% de Bancomer fue adquirido por el el BarreD de -M-ontr-eal -€n 45--6 -m.ill--on-€-s -de -üélar-es. No fue ese el primer trato de Garza Lagüera con un negocio canadiense. ER 3uli-G -de 19947 l-a empr-esa Laba-t~ -adquiri-á -2-2% --del capital de Femsa-cerveza en 510 millones de dólares; se informó que -e-s-a -c-antidad s-e --destin-aria a --disminuir -la -deooa -Ei-e -95-0 millones de dólares que tenía en esa fecha. Además, se dijo que la ali-a-nza -de F--ems-a-Lab-at~ s-ervirí-a ..par-a re-eup-8r-ar --el tr-err--eno perdido frente a Modelo, aproximadamente 2% del mercado. El Grupo Fi-narrei-er--o Banor-t--e se -abri-é también al --capital extranjero, con la adquisición de 2,5% de sus acciones de la seri-e "-B"7-a -fin-ales Qe -abril, por p-a-r-t--e -de -Nid':±G1-as -Braciy, actual presidente del Fondo Derby, que invierte en bonos y ac-cion-e-s -en mercado-s -em-erg-ent-e-s. -E-fl -f--eb-r-er-o, ---el -eK--s--ecre-tari-o -clel Tesoro estadounidense se entrevistó aquí con directivos de Banorte. Además, el grupo de Roberto González Barrera cambiará de presidente a partir Del 10 de junio, con la llegada de Othém, Ruiz Montemayor, hasta hace unos días tesorero del gobierno de Nuevo León. Los dos personajes arrastran vínculos con Raúl Salinas de Gortari. El nombre de González Barrera ha salido a relucir como uno de los aportadores al fondo de inversiones suizo de Raúl Salinas. Ruiz Montemayor figura como secretario del consejo de administración en dos sociedades encabeza-das por Jesús Gómez Portugal, acusado de ser uno de los prestanombres de Raúl Salinas. Las dos sociedades -una distribuidor-a de autos y una inmobiliaria- fueron escrituradas en Tepeji del Río, Hidalgo, pero tienen su domicilio en la colonia Cumbres de esta ciudad. Cuando se constituyeron, en enero de 1993, Ruíz Montemayor era director general de Femsa. otro banco en vías de tener socio extranjero, con 16 a 20% de sus acciDnes, es Serfin. En una nota reciente, Tbe Wall Street Journal (WSJ) informó de los apuros financieros de Serfin, parte de los cuales resolvió J~P. Morgan con la compra de 350 millones de dólares de bonos convertibles del banco de la familia Sada, lo que proporcionará capital temporal. Sin embargo, acotó ese diario, "el riesgo que asumiría J.P. Morgan sería insignificante, ya que se espera que el gobierno mexicano garantice el pago de la inversión". El mismo medio dijo que la inversión de J.P. Morgan podría ser reemplaza-da por una adquisición de un socio "estratégico". La apertura de la banca mexicana al' capital extranjera es forzada por la crisis económica, pero se inserta también en el proceso de globalización, afirma el consultor y catedrático universitario Alejandro Dieck. Explica que los cambios recientes a la Ley de Instituciones de Crédito incluyen una serie de medidas que permiten que los extranjeros puedan convertirse en accionistas mayoritarios en bancos, según su participación en el mercado. Sin esas modificaciones, precisa, no hubiera sido posible que el español Banco Bilbao Vizcaya comprara, a mediados del año pasado, 70% del Grupo Financiero Probursa, ni que el canadiense Bank of Nova Scotia adquiriera más de 50% del Grupo Financiero Inverlat. Tras la última operación con Nava Scotia, en enero, Agustín Legorreta conservó la presidencia de Inverlatt, "pero muchas de las decisiones importantes serán tomadas por canadienses", dice una importante notl de México Business a propósito del "rescate" de bancos mexicanos por bancos de Canadá. La nota afirma también que el atractivo principal para los inversionistas canadienses ha sido "el precio de ganga" de los bancos mexicanos. Las motivaciones para alianzas en el rubro de telecomunicaciones han sido distintas. Bajo la divisa de "todos contra Telmex", se recompuso la fusión de grupos regiomontanos con extranjeros, que en principio dio lugar a Alestra y Unicom, formados respectivamente por alfa-AT&T y Bancomer-GTE-Telefónica Internacional Española; ahora se reestructuró la propiedad accionaria de Alestra, repartida entre los dos grupos. Esa alianza es un reacomodo de mercado para competir mejor, dice Alejandro Ibarra, catedrático del Tecnológico de Monterrey y coautor de un texto sobre telecomunicaciones. Además, la asociación se enmarca en otros movimientos estratégicos en este campo; por ejemplo, la fusión de Bell Atlantic y Nynex. Dado el tamaño de los participantes, observa Ibarra, se hubiera esperado un mayor grado de compromiso de inversión de Alestra-Unicom. Por otro lado, el TLC multiplicó los vínculos entre entidades públicas y privadas de México con despachos de cabildeo y asesoría de Estados Unidos. Según Alberto Barranco, columnista de El Norte y Reforma, el año pasado la Secretaría de Comercio gastó por ese concepto casi 6 millones de dólares; Cemex tiene contratos con tres compañías, una de las cuales cobra una iguala mensual de 18 mil dólares; Pulsar le paga a la firma de Daniel J. Edelman 40 mil dólares al mes, "para tratar de prevenir más goles en materia agropecuaria"; y Alfa desembolsa 4 mil dólares al mes, más gastos, para el despacho de Thomas J. Scanlon, con el fin de que la actualice en materia de legislaciones que afectan la política de apertura en el ramo textil. A principios de mayo, el Banco del Atlántico firmó un convenio con la filial mexicana de Weyerhaeuser Mortage Co., compañía estadounidense de préstamos hipotecarios, por el cual ésta podrá otorgar créditos a los clientes de la institución mexicana. Es el primer acuerdo de este tipo de subcontratación que celebra un banco grande de México. En todo caso, el proceso de apertura es irreversible. La crisis de 1994 no sólo no frenó ese proceso, sino que puso al descubierto la flexibilidad alcanzada por las grandes corporaciones. Bajo el nuevo modelo, sus filiales se convierten en sí mismas en mercancías que pueden ser compradas y vendidas para obtener recursos de acuerdo con una planeación financiera mundial. Tomado de la revista Proceso No.102D, 2D de mayo de 1996. Finalmente es necesario recalcar que el proceso de desnacionalización de la economía, y esto se verá mejor en el siguiente apartado, ha avanzado de manera importante. Basta con ver que como resultado del colapso del sistema de créditos y pagos que se desencadeno en el año de 1995, muchas propiedades industriales y negocios de toda índole cambiaron de manos o simplemente fueron liquidados (12 mil empresas cerraron en ese año). Si normalmente en el desarrollo económico nacional estaba presente una tendencia importante 252 a la depuración de la planta industrial como efecto de las medidas liberalizadoras implementadas a partir de 1982, ahora con el TLC esta tendencia se ve reforzada por la intervención de factores tan perturbadores para la lógica de la industrialización por sustitución de importaciones como la presencia de grandes conglomerados transnacionales en el mercado nacional que captan cuotas crecientes de mercado arruinando a las industrias más pequeñas, y que llevan a cabo estrategias agresivas especialmente dirigidas contra determinadas empresas. Inversión Extranjera Directa Se tiene previsto que el TLC venga a impulsar una reorganización de los sistemas industriales en el territorio de los tres países, lo cual implicará para México el arribo de nuevas inversiones. La localización de éstas estará en función de sus diferentes necesidades: fuerza de trabajo, estructura de costos (transporte, energía, etc.), área de mercado y factores de estrategia empresarial, así como en función del objetivo que persigan: explotación de recursos naturales, participación en el mercado interno o exportación a Estados Unidos y Canadá. En el proceso de integración de dos economías de muy desigual desarrollo, como es el caso de la estadounidense y la mexicana, se produce un acelerado movimiento de "concentración industrial" en la menos desarrollada por obra de la fusión o asimilación y absorción de las empresas más débiles por las más fuertes, generalmente de capital extranjero o con una fuerte participación de éste (de lo que ya hemos hablado más arriba), y esto es resultado de la famosa libertad de movimiento de los capitales, (bien a bien es el aspecto medular de la llamada "globalización", tema del que nos ocuparemos más adelante). El factor que más influye en la relocalización de las industrias dentro de estas zonas de librecambio es la rentabilidad de las inversiones, así, las industrias establecidas en determinado lugar se verán poderosamente tentadas a la reubicación si es que existen condiciones para lograr más altas tasas de ganancia en otra zona o lugar geográfico. Indudablemente un número muy grande de industrias de EUA se relocalizaron cuando tuvieron la oportunidad de trasladarse a México y disfrutar de unas muy altas tasas de ganancia, pero esas ventajas se esfuman cuando la economía empieza a experimentar una serie de alteraciones en su comportamiento, crisis, que hicieron que la obtención de ganancias fuera mayor en otras partes del mundo. Entonces sucedió que de ser México una de las economías emergentes más atractivas súbitamente dejó de serio, siendo superado por otras zonas, (estamos hablando de la lógica del procese porque bien puede ser que después de la crisis de diciembre del 94, que duró todo 95 y 96, algunos capitales decidan regresar a México, y luego encontrar motivos para salir huyendo nuevamente). Entonces, y frente a una serie de movimientos especulativos generalizados de parte del capital que hicieron más atractivas otras zonas del planeta, es hacia allá que están fluyendo los capitales. Particularmente importante será la inversión en México de los grupos interesados en los mercados de Estados Unidos y Canadá, inversión que se caracteriza por ser parte de un proceso de producción segmentado que lo único que necesita es una oferta suficiente y constante de mano de obra y una oferta de servicios medianamente satisfactoria. En México este tipo de inversiones se ubicarán fundamentalmente, como lo han hecho hasta ahora, en la frontera norte. Este movimiento significará un reacomodo de empresas que ya están funcionando en Estados Unidos y Canadá, lo que puede traducirse en cierres totales o parciales de plantas en esos países. Estos traslados de procesos de producción al extranjero van en busca de las ventajas de costos que significan los bajos salarios, pero, como hemos señalado en otro lugar, los procesos que se trasladan son aquellos de menor intensidad técnico-científica. Se espera también un flujo de inversiones hacia México de terceros países. Muchas de éstas podrán ser de terceros países ya instalados en Estados Unidos que invertirán en México para reexportar a Estados Unidos, inversiones que seguramente no se darán con procesos de trabajo altamente integrados, sino a través de procesos segmentados que aprovechen los sitios que reúnan mejores condiciones. Sin embargo, para evaluar el papel e importancia de la inversión de terceros países hay que incluir el análisis de las reglas de origen, pues estas afectan sin duda la inversión de terceros, no sólo la nueva sino la que ya se encuentra instalada, por ejemplo, en México. Las reglas de origen no son aplicables de manera uniforme y constituyen un instrumento no sólo de proteccionismo sino de eliminación de los competidores. La diferencia en los criterios de aplicación puede ser dirigida a afectar a determinados países y/o a ramas específicas de producción. En el TLC las reglas de origen van dirigidas fundamentalmente contra Japón y la Unión Europea. A México le interesaba que en este caso los porcentajes de integración nacional requeridos no fueran muy elevados, pues de esta manera habría una mayor inversión de terceros países. En el TLC los más perjudicados serán los productos ensamblados, la rama automotriz, y de países, Japón y Alemania que tienen inversiones cuantiosas en el mercado mexicano, el cual les sirve de base para exportar a Estados Unidos y a América del Sur. Canadienses y norteamericanos están particularmente interesados en obstaculizar la inversión japonesa en esta industria (aunque no es la única) . La Ford, la Chrysler y la General Motors durante el desenvolvimiento de las negociaciones exigían que el grado de integración regional fuera del 70 o 75% para los automóviles, aún cuando en el ALC con Canadá se había fijado en 50%, con el objetivo de que las compañías japonesas no penetraran el mercado norteamericano desde territorio mexicano. Finalmente para la industria automotriz el porcentaje de componente nacional que se exige para que un producto pueda circular libremente dentro del mercado norteamericano se fijó en 60%. México proponía qu~ el porcentaje de integración nacional fuera del 40%, posición que no fue aceptada. Ante esta situación las compañías alemanas y japonesas de la rama automotriz abrigaban muchas dudas de si permanecerían en México o cerrarían sus plantas. Finalmente, después de la aplicación de planes de viabilidad, con el consecuente ajuste de plantillas optaron por quedarse. Las reglas de origen pueden, pues1 afectar las inversiones de terceros ya que serían pocas las que calificarían en esta prueba, lo más probable es que sean las IED que ya operan en Estados Unidos y que se reacomodarán en México. La legislación que dimana del TLC prohíbe el establecimiento normas de desempeño para la inversión extranjera, es decir, no podrá, por ningún motivo, regular las siguientes actividades las empresas extranjeras: 1) requerimientos de exportación; contenido nacional mínimo; 3) requerimiento de fuente nacional; equilibrio del comercio; 5) transferencia de tecnología; requerimiento de "proveedor exclusivo". de se de 2) 4) 6) En las legislaciones anteriores sobre inversiones extranjeras el gobierno mexicano se reservaba la facultad de establecer cada uno de los contenidos antes mencionados para las empresas que llegaban al país, adicionalmente tenía la facultad de regular las transferencias de los dividendos al exterior, cuestión esta que queda prohibida en el TLC. Así, en el Artículo 1109, sobre Transferencias, se lee: "1. Cada una de las Partes permitirá que todas las transferencias relacionadas con la inversión de un inversionista de otra de las Partes en territorio de la Parte, se hagan libremente y sin demora. Dichas transferencias incluyen: a) ganancias, dividendos, intereses ganancias de capital, pagos por regalías, gastos por administración, asistencia técnica y otros cargos, ganancias en especie y otros montos derivados de la inversión; b) productos derivados de la venta o liquidación, total o parcial, de la inversión; c) pagos realizados conforme a un contrato del que sea parte un inversionista o su inversión, incluidos pagos efectuados conforme a un convenio de préstamo; d) pagos efectuados de conformidad con el Artículo 1110 [expropiación e indemnización]; y e) pagos que provengan de la aplicación de la Sección B [solución de controversias entre una Parte y un inversionista de otra Parte]. (SECOFI 1994:393-394) Al poder circular libremente las transferencias., las empresas transnacionales y nacionales, no sólo tienen en sus manos la posibilidad de burlar al fisco teniendo en cuenta las graves deficiencias del aparato impositivo de México, sino que también pueden condicionar de una manera bastante evidente la marcha de la economía puesto que una salida masiva de los dividendos puede desestabilizarla. Con la liberalización de las reglas de inversión se espera incentivar y atraer capital del exterior. A partir de 1984 se adoptaron medidas liberales en la materia, que poco a poco se fueron ampliando: se desreguló la inversión extranjera, se anunció una lista de sectores en los que el capital extranjero puede ser mayoritario (anteriormente en ningún caso se permitía que tuviera más del 49%) y se simplificaron los procedimientos para su establecimiento. En 1989 se abrieron a la inversión extranjera sectores hasta entonces reservados a los nacionales, como la banca comercial (hasta 30 por ciento), los seguros (hasta un 49 por ciento), y la petroquímica secundaria; además se reforzó el carácter automático en la concesión de autorizaciones y se derogaron las restricciones sobre permisos de tecnología. Las negociaciones y la firma del TLC significaron mayores presiones para liberalizar los sectores y actividades que seguían bajo control estatal o vedados o limitados al capital extranjero (sector financiero, petróleo y gas-, petroquímica básica, electricidad, ferrocarriles, radio y televisión, y otros servicios). La crisis del 94 haría otro tanto. En marzo de 1995 se eliminaron las restricciones para la participación del capital en la banca comercial; en mayo se aprobó un proyecto de ley para permitir a las compañías privadas distribuir gas natural; en ese mismo mes se modificó la legislación sobre transporte aéreo y ferrocarril, sentando las bases para la apertura de estos sectores; en junio se aprobó la Ley Federal de Telecomunicaciones, que permite la competencia en este sector. En febrero de 1996 se anunció un plan de cuatro años que permite el otorgamiento de concesiones al capital privado para la construcción y operación de plantas de energía eléctrica; en octubre se anunció la privatización del 49% de la petroquímica secundaria y se autorizó una inversión privada del 100 por ciento en las nuevas plantas. Captación de capital foráneo, verdadero motivo de México para integrarse con EU, dice la OCDE. Los flujos de inversión que necesita atraer México a su economía son el impulso dominante para que Disque un tratado norteamericano de libre comercio, señala un informe publicado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Elaborado por los economistas Albert Fishlow y Stephan Haggard el documento llamado "Los Estados Unidos y la Regionalización de la Economía Mundial", asegura que más que el comercio es la inversión lo que busca México. "La decisión mexicana de buscar la integración con Estados Unidos se deriva más de su necesidad de atraer capital que de los cálculos del beneficio que dará un comercio más libre", señala el informe publicado dentro de la serie Globalización y Regionalización del Centro para el Desarrollo de la OCDE. Aun cuando el informe resalta que a partir de 1987 la inversión extranjera en México se incrementó rápidamente, también destaca que sus montos no respondieron a las necesidades de México tanto derivadas de la década signada por la deuda externa como de aquellas surgidas en ese mismo lapso como manifestación de las reformas económicas emprendidas. De acuerdo al texto el capital es importante para México por dos razones, la primera para pagar las importaciones necesarias para sostener su crecimiento y la segunda es la importancia de la transferencia tecnológica. Esos dos elementos básicos para el desarrollo futuro del país se exacerban ante lo que los autores definen será la característica de los movimientos del capital internacional en la década de los noventa, el que los nuevos recursos se verán "predominantemente en la forma de inversión extranjera directa en lugar de créditos privados o públicos, como se dio en la década de los setenta". Los economistas indican que introducir el tema de la inversión extranjera en la discusión acerca de la regionalización arroja una luz diferente en los debates sobre bloques comerciales o regionales. "Aun al grado de que si el comercio es preferencial, pero el capital es tratado equitativamente en términos absolutos, los beneficios de cualquier acuerdo comercial no serán excluyentes". En el caso de Norteamérica en particular, pero haciendo extensivo su argumento a los otros bloques comerciales en formación, se sostiene que la inversión de terceros países en áreas que hayan abatido barreras comerciales se beneficiará de ¡a liberalización derivada del proceso. "Así, la movilidad del capital tiende a prometer la garantía de un mayor grado de consistencia entre la integración regional y las metas de una liberalización global". uA pesar de que por el momento 50 por ciento de los capitales estadunidenses que se mueven hacia el exterior van en dirección de Europa Occidental y que la mayoría del 50 por ciento restante va a Asia, el estudio sostiene que con nuevos arreglos preferenciales como el que está siendo negociado actualmente en Washington tiene el potencial de alterar patrones de inversión para esos flujos. "En cuanto a otra fuente importante de capital extranjero, Japón, el informe destaca que a pesar de la concentración actual en el sureste asiático, una recuperación latinoamericana, acompañada de garantías de acceso al mercado estadunidense revertirá tendencias anteriores y se planteará como una fuente de atracción importante para el capital nipón. "Y puede verse ese interés creciente en México", resalta el texto pero también recuerda que no es realista anticipar que los compromisos japoneses sean mayores que aquellos de Estados Unidos cuando menos en lo que resta de la década de los noventa. "El informe presentado por la serie abocada a estudiar temas del desarrollo dentro de la organización que congrega a 24 de las economías más ricas del mundo, sostiene inequívocamente que la movilidad del capital puede además convertirse en una "válvula de escape para las tendencias hacia un regionalismo degenerativo", y que la inversión extranjera en países involucrados en un acuerdo regional es además "un poderoso instrumento para evitar la dominación hegemónica". Tomado de El Financiero, 1992. Sin embargo, como veremos en el siguiente capítulo, y contra todas las predicciones de la OCDE, el mayor flujo de capital extranjero no ha tenido la forma de inversión directa sino de cartera, 10 lo que hace aún más vulnerable a la economía mexicana, y no evita, sino que favorece, la "dominación hegemónica". Servicios financieros Después de la experiencia de la nacionalización de la banca ~n 1982 por primera vez en la historia del país el gobierno se hacía de la casi totalidad de los activos financieros e inauguraba un nuevo estilo de intervencionismo estatal, cuestión que, casi inmediatamente (con la llegada de Miguel de la Madrid, a los 90 días), se empezó a revertir con la progresiva reprivatización de la banca. Por otro lado, mientras se restringía la participación privada en la banca cobraron impulso las casas de bolsa, las cuales ampliaron &US operaciones "al ser los intermediarios autorizados en el mercado de valores públicos asociado a rendimientos variables y ofrecer instrumentos atractivos de captación". (Sánchez G. en ITAM:1992:15) A partir de 1988 tiene lugar un acelerado proceso de liberalización financiera que va de la privatización a la desnacionalización. Las políticas liberales, la firma del TLC y la crisis del 94 son las causas de este fenómeno. Desde 1983 comenzaron las modificaciones constitucionales en este sentido. En 1984 se autoriza la venta de hasta un 34 % del capital accionario de los bancos comerciales nacionalizados al sector privado, los cuales se habían reducido, mediante fusiones y/o cierres, de 60 a 29, en 1983, y de 29 a 19 en 1985. En 1990 se reforma la Constitución par~ permitir la privatización de los bancos y se emiten lineamientos para su desincorporación. En 1991 son vendidos 9 bancos estatales, y en julio de 1992 se privatiza el último (Banoro). Paralelamente se va dando una apertura financiera. En 1989 se publicó el nuevo Reglamento de Inversión Extranjera (válido para todas las actividades económicas) que reduce las restricciones a los flujos de capital del exterior. Se argumentó que de esta manera las instituciones se modernizarían y se garantizaría una mayor competencia y 10 Ver Anexo cuadro y gráficas. eficiencia entre los intermediarios financieros.” Al inicio de las negociaciones del TLC se consideraba que, dado que en materia comercial México tenía ya poco que ofrecer, el área de servicios financieros era en donde podía hacer más 90ncesiones. Y las hizo. No obstante que se volvió a dar a los grandes banqueros nacionales la propiedad y control del sistema financiero, el gobierno mantuvo una fuerte presencia en el mercado, ya que el sistema financiero está especializado en el manejo de títulos del gobierno, a diferencia de lo que sucede en Estados Unidos y Canadá: "En 1990, los valores del Gobierno ocuparon el 92.4% del total de valores de renta fija del mercado de valores, y cerca de la mitad del total de activos financieros en poder del público. Esta cifra también contrasta marcadamente con lo que se observa en Estados Unidos, en donde los títulos del gobierno ocupan sólo un 25% de los activos financieros del público". (Gavito M., Sánchez G. y Trigueros L. en ITAM 1992:218) La importancia del sector: público y la liquidez del sistema financiero mexicano al inicio de los 90, considerados como signos de "atraso", mostraban el incipiente desarrollo del sistema financiero mexicano, situación bastante atractiva para los -intermediarios de Estados Unidos y Canadá: "El mercado mexicano presenta mayores perspectivas de crecimiento con amplias oportunidades de negocio, lo cual contrasta con la madurez y un alto grado de competencia en los mercados de estos dos países". (Ibid.) Los negociadores mexicanos tenían claro que en este sector sería, aunque fuera sólo por estas razones, mucho más fácil la penetración y expansión de las instituciones estadunidenses y canadienses en México que la de éste en el espacio de sus socios. Otra de las características del sector financiero que surgió de la reprivatización es la acelerada concentración y centralización al mejor estilo de las grandes corporaciones, acompañándose este proceso con la imposición, en el plano de las nuevas normas legales, de una serie de procedimientos que hacían muy difícil el acceso al sistema a los pequeños competidores, como el requisito de capital mínimo. Esto favorecía a los grandes, aún cuando se consideraba que no existía justificación económica para ello: "Por el contrario, con la incursión del mercado de valores en negocios que tradicionalmente desempeñaban los bancos -fenómeno que se 11 Los acontecimientos posteriores echaron por tierra no sólo las expectativas del gobierno sino los análisis neoclásicos elaborados por los economistas del ITAM. observa en los principales centros financieros internacionales-, los bancos de tamaño intermedio conservan mayores ventajas por cuestiones relacionadas con el manejo de la información. Por otra parte, la forma en que se determina el capital mínimo hace que en la medida en que el sistema bancario crece, el sesgo en contra de los competidores potenciales sea cada vez pronunciado. Los nuevos participantes enfrentarían un grado de capitalización excesivo y creciente que les pondría en franca desventaja en relación a las empresas existentes o tendrían que adoptar un tamaño poco realista para una empresa que recién incursiona en el mercado de servicios financieros". (Ibíd. ITAM 1992:229) Tenemos, pues, un proceso de reprivatización de la banca y de los servicios financieros en general sumamente excluyente de medianos y pequeños concurrentes, esto se traduce en una gran concentración y centralización de los activos financieros en manos de unos cuantos, decíamos que al mejor estilo de la banca cuando se fusiona con los grandes monopolios y da lugar al fenómeno de la oligarquía financiera. En 1992 de los 18 bancos comerciales existentes sólo 6 eran de cobertura nacional; tres de las instituciones más grandes concentraban más del 60% de los activos de la banca comercial y sus activos eran en promedio 2 O veces mayores al promedio de los de los bancos regionales. De las 25 casas de bolsa, ocho operaban más del 60% del mercado de capitales. Sin embargo, esta concentración no es gran cosa frente a los competidores norteamericanos que con la liberalización del sector tienen la posibilidad de incursionar en el área de los servicios financieros de México.12 Se decía más arriba que en el Tratado de Libre Comercio se introduce la novedad de que se incluyen los movimientos de capitales y dentro de éstos los servicios financieros. Decimos que es una novedad porque normalmente, como esquema lógico y experiencia histórica, la movilidad de capital es elemento de una integración económica en su fase avanzada, proceso que se caracteriza por la unión aduanera como primer eslabón de la cadena, que sólo cuando va progresando en complejidad y pasa a un Mercado Común y posteriormente a una 12 Una porción del sistema financiero quedará en manos de bancos extranjeros que no son propiamente norteamericanos, inclusive en el mundo de la llamada "economía global" existen bancas nacionales que son más poderosas que la norteamericana, como es el caso de la banca japonesa. En México, dos bancos españoles ya han incursionado en el sistema financiero, se trata de los bancos Santander y Bilbao Vizcaya. unión económica y monetaria es que incluye rubros como la libre movilidad de capitales y liberalización del sector financiero, inclusive en este último caso ya se encuentra presente la coordinación de las políticas económicas con lo que se puede hablar de espacio económico con políticas comunes y finalmente con moneda única. Pero estos son niveles de integración sumamente desarrollados. México ha pactado la formación de una aparentemente simple área de libre comercio, en la que ni siquiera está presente ningún tipo de integración, y sin embargo en el TLC se incluyen cuestiones que pertenecen a un grado de integración sumamente desarrollado. En el TLC se establece la libertad de establecimiento de los prestadores de servicios financieros en cualquiera de los países firmantes: "Artículo 1403. Derecho de establecimiento de instituciones financieras "1. Las Partes reconocen el principio de que a un inversionista de otra Parte se le debería permitir establecer una institución financiera en territorio de una Parte con la modalidad jurídica que elija tal inversionista. "2. Las Partes también reconocen el principio un inversionista de otra Parte se le debería participar ampliamente en el mercado de una Parte la capacidad que tenga tal inversionista para: a) prestar, en territorio de esa Parte una gama de servicios financieros, mediante instituciones financieras distintas, tal como lo requiera esa Parte; b) expandirse geográficamente en territorio de esa Parte; y c) ser propietario de instituciones financieras en territorio de esa Parte sin estar sujeto a requisitos específicos de propiedad establecidos para las instituciones financieras extranjeras" (SECOFI 1994:443) Y aunado a la libertad de establecimiento de los prestadores de servicios financieros el TLC otorga otro tipo de libertad de carácter excepcional, es decir se otorga la libertad de cambios a los "prestadores de servicios financieros" sin que ningún control impida comprar, vender o transferir divisas; veamos cómo se plantea la cuestión: "Artículo 1404. Comercio transfronterizo "1. Ninguna de las Partes podrá adoptar medida alguna que restrinja algún tipo de comercio transfronterizo de servicios financieros, suministrados por prestadores de servicios financieros transfronterizos de otra Parte, que la parte permita a la fecha de entrada en vigor de este Tratado, excepto en la medida de lo dispuesto en la Sección B de la lista de la Parte al Anexo VII (se refiere a la prohibición de utilizar pesos mexicanos en alguna de las operaciones transfronterizas de servicios financieros)". (SECOFI 1994:444) Tradicionalmente el Banco Central jugaba siempre con la carta en la manga del control de cambios. No era usual que se aplicara dicha medida porque en este terreno siempre se quiere dar la impresión de que no se restringe la libertad de los inversionistas extranjeras para hacer negocios en México, sin embargo en algunos periodos más bien breves se ha aplicado con rigor el control de cambios y ha estado vigente el impedimento a obtener divisas si no es a través de instituciones financieras del estado. Uno de los momentos en los que se llegó a aplicar el control de cambios estricto fue con la crisis de 1982, cuando se decretó la nacionalización de la banca, y fue una medida que paró bruscamente la salida especulativa de capitales y al mismo tiempo la única manera de que no se vieran vaciadas totalmente las arcas del estado. Sin embargo con la legislación que establece el TLC esa posibilidad queda totalmente vedada. Decíamos más arriba que la tendencia de la rama de servicios financieros una vez que se inició el proceso de privatización del sector estaba marcada por un proceso de concentración y centralización de capitales, y esto por varias razones. Una de ellas tenía que ver con la tendencia "natural" del sector a concentrar una gran riqueza en unos pocos establecimientos y propietarios, y otra razón eran las recién creadas legislaciones por parte del gobierno en materia de operaciones financieras que objetivamente ponían una gran cantidad de barreras a la entrada a potenciales competidores de menor tamaño. Pero ahora nos encontramos con un tratado de libre comercio súper liberal en lo que se refiere al trato que se les da a los concurrentes extranjeros, y esto no quiere decir otra cosa que se está legitimando otra fase de eliminación de competidores "menos capaces", obviamente éstos se encuentran en el lado mexicano, que dará corno resultado un proceso de selección entre los que concurran de la parte extranjera en sociedad con los que sobrevivan de la parte mexicana, esto es, la creación de una oligarquía financiera de capital nacional y extranjero que casi seguramente se va a ir haciendo de la propiedad y el manejo de las empresas más significativas de la industria, del comercio, de la agricultura y los servicios, dándose el caso de que también van a tener la facultad de manejar las políticas económicas fundamentales. La integración con Estados Unidos. Los bancos, a los extranjeros -¿El sistema bancario mexicano va a caer en manos de grandes grupos bancarios extranjeros? -Teniendo en cuenta la gran cantidad de capitales y del know how que se requiere para poner orden en un sistema tan deteriorado, es probablemente la solución que les parecerá más conveniente, más eficiente económicamente a las autoridades mexicanas. La crisis es tan violenta, tan dura y sobre todo tan duradera (a pesar de lo que se pretende oficialmente), los recursos necesarios son tan importantes, que no hay de otra; se tendrá que acudir masivamente al capital extranjero. Las operaciones de compra de acciones que se ven actualmente, son tan sólo las primicias de lo que, a mi juicio, ocurrirá de manera inexorable. Hablo de "primicias", porque hasta ahora estos bancos sólo compraron participaciones del 15% ó 20%. Pero eso no permitirá resol ver el problema. Además, es inimaginable que bancos extranjeros inviertan capitales para sólo quedarse con una minoría de 15% ó 20% de las acciones. - ¿Usted cree que estos bancos extranjeras aceptaron esa participación minoritaria hoy, después de haber tenido la garantía de que un poco más tarde tendrían acceso a una participación mayoritaria? -No tengo datos sobre casos particulares. De todas maneras hay muchas formas para pasar de una minoría a una posición de control. Puede haber un acuerdo con un tercer banco para compartir a mediano plazo el control del capital del banco correspondiente. El primer banco sólo prepara el terreno y, en este primer lapso, confirma desde dentro sus informaciones sobre la situación real del banco que piensa adquirir. otra posibilidad es que la compra de una minoría de 15% ó 20% del capital se haga, en realidad, por cuenta y riesgo de otro accionista potencial, que tiene motivos propios para esperarse antes de darse a conocer. También puede existir un acuerdo confidencial del banco extranjero inversionista con las autoridades monetarias mexicanas para ir subiendo progresivamente el nivel de participación hasta llegar a un control efectivo. En un caso así, es un compromiso para ambas partes, aunque no se haga público. -¿Usted descarta totalmente que los bancos extranjeros que hoy tienen una participación minoritaria en los bancos mexicanos se queden ahí? - Por supuesto. En el universo financiero actual todos los bancos de los países desarrollados han sido privatizados o están a punto de serlo. Todos andan en busca de capitales. Para tener capitales hay que tener rentabilidad. En ese contexto es difícil imaginar a un banco inmovilizando un capital importante exclusivamente para ser accionista minoritario de un banco mexicano y cobrar eventuales y en este momento dudosos dividendos. Ese accionista extranjero, creo yo, debe tener un objetivo preciso: tomar el control del banco, sea para sí, para compartirlo con un socio o para traspasarlo a un tercero. Siempre podrán quedar algunos accionistas mexicanos minoritarios, que estarán allí para salvar las apariencias y disimular una toma de control que podrá ser estadunidense, canadiense, alemana o francesa ... Quizás se podrá salvar uno que otro banco mexicano, pero en un plazo más o menos corto, estoy convencido de que se llegará a una gestión efectiva de un número importante de bancos mexicanos por capitales extranjeras. Teniendo en cuenta la amplitud de la crisis mexicana, las convicciones liberales del gobierno mexicano y las características del sistema financiero internacional, no veo cómo se podrá evitar esto. -Es una perspectiva terrible y consternante para México... -Fíjese, en Francia, en el Reino Unido, los Países Bajos, Alemania, Italia, España, Japón, en Estados Unidos, todas las grandes instituciones financieras están en manos de nacionales. Como estas instituciones están cotizadas en la bolsa de valores, pueden tener como accionistas a inversionistas extranjeros, pero el control real del capital siempre es nacional. Lo contrario es inimaginable. El hecho de que las finanzas de un país no están en manos de los nacionales puede tener consecuencias considerables. Los bancos brasileños, por ejemplo, que cuentan a nivel internacional, por su tamaño y sus actividades, están en manos brasileñas. A mi juicio, el impacto del control extranjero de grupos bancarios mexicanos de primer orden, sería probablemente más decisivo que en cualquier otro sector de la economía nacional, sobre todo si este control es estadunidense. -¿Podría ser más explícito? - Si se da este caso, la frontera norte se volverá aún más porosa. En el marco del TLC los flujos financieros y de mercancías van a ser completamente liberalizados. Imaginemos que un gran banco mexicano pase bajo control de un gran banco de Estados Unidos, pues el mexicano será integrado informáticamente al estadunidense. Toda su gestión de tesorería será centralizada en las grandes plazas financieras de Estados Unidos... La política de financiamiento de la economía será determinada a partir de criterios de rentabilidad y de selección, de acuerdo con las perspectivas de la institución matriz y sólo afectará a ciertas regiones de México. Es difícil imaginar que un banco internacional tenga interés en desarrollar una red de sucursales en Chiapas ... En cambio, no es difícil imaginar que consolidará su red en Monterrey ... A la larga eso generará una aceleración de la integración de ciertas zonas de México a la economía estadunidense y el abandono de las zonas menos interesantes a nivel financiero. Además, es bastante probable que los medios financieros internacionales vean esa evolución con cierta satisfacción. Pensarán que si grandes bancos de Estados Unidos, por ejemplo, toman en sus manos los bancos mexicanos, pues se tendrán más garantías de seriedad y rentabilidad. El gobierno mexicano y los dirigentes de los grandes organismos financieros internacionales explicarán que todo esto es un factor de progreso: la crisis bancaria mexicana será resuelta, las instituciones financieras mexicanas actuarán de acuerdo con las normas internacionales y se desarrollarán ciertas regiones del país. -¿Es imposible parar eso, dar marcha atrás? -El gobierno mexicano y la gente que inspira las políticas monetarias en el mundo, y particularmente en México, no sacaron las lecciones de la crisis de 1994, no aceptaron ser mínimamente autocríticos. La política financiera de Carlos Salinas consistió en una liberalización muy rápida, de llamado generalizado a los mercados, como si la hacienda mexicana pudiera financiarse con los mismos instrumentos y los mismos métodos que el Tesoro estadunidense. .. Cuando se dio la crisis del 94, se hubieran podido sacar sabias lecciones: retroceder un poco, ser más prudente, aceptar que se había avanzado de manera precipitada. El gobierno mexicano y las autoridades monetarias internacionales hubieran debido reconocer que no se podían aplicar en un país en desarrollo, como México, esquemas de financiamiento de la economía derivados directamente de los utilizados en Estados Unidos o Europa, que estos mecanismos no estaban adaptados a la realidad mexicana. No se hizo eso. Por el contrario, se llegó a la conclusión que se debían aplicar de una manera aún más dura, más clara, más determinada las recetas liberales. Extractos de la entrevista realizada por Anne Marie Mergier a un alto responsable de un importante banco francés con intereses en México. Revista Proceso No.1020, 20 de mayo de 1996 Desde que el gobierno terminó de privatizar los bancos comerciales (1992) ha tenido que mantener una intervención constante para salvarlos de la quiebra o hacer frente a escándalos financieros. Ni eficiencia ni competitividad, sino deterioro en la calidad de los activos, falta de liquidez, capitalización insuficiente, especulación, fraudes y escándalos financieros (como el de Banca Unión-Cremi y el Grupo Financiero Asemex-Banpaís), crecimiento acelerado de la cartera vencida, caída de las utilidades, etc. Ante esta situación, agravada con la crisis del 94, la banca reprivatizada está cediendo al control extranjero porciones crecientes de su capital. En 1994, las nuevas regulaciones establecidas según los lineamientos del TLC permiten a los bancos, corredurías, compañías de seguros y otras instituciones establecidas en Estados Unidos y Canadá, abrir sucursales en México. En 1995, se "suavizan" las restricciones para la participación del capital extranjero en el sistema bancario mexicano, con el objetivo de ayudar a la recapitalización de las instituciones con problemas, y dirigida particularmente a los bancos establecidos en Estados Unidos y Canadá. En ese mismo año el Banco Bilbao Vizcaya (español) obtiene el control de Probursa (70% del capital), siendo éste el primer banco mexicano en ser adquirido por uno extranjero. En 1996, el Banco de Montreal adquiere el 16% de Bancomer (segundo banco más grande de México), y el Banco de Nueva Escocia (canadiense) el 55% de Inverlat (el cuarto en importancia de México). El capital extranjero tiene además participación en los bancos Bital (20%), Banorte (24%) y Serfin (20%). Para salvar a los bancos, el gobierno lo ha intentado todo y todo ha fracasado. Con todo y sus carteras vencidas, pasan poco a poco a manos de instituciones extranjeras. No hay dinero suficiente que levante a la banca: -La cartera vencida, que no llegaba a los 20,000 millones de pesos a finales de 1992, año en que concluyó la reprivatización, ronda ahora los 160,DOO millones de pesos; al inicio de la crisis desatada por la devaluación de diciembre de 1994, la cartera vencida era de 53,500 millones. -El índice de morosidad aumentó casi cuatro veces en los últimos tres años. -Prácticamente todos los bancos han tenido que ser socorridos por el gobierno, que ya ha gastado más de 120,000 millones de pesos el triple de los 40,000 que obtuvo por su venta- para salvarlos de la quiebra. -Aun así, para muchos ha sido insuficiente el rescate gubernamental, de tal suerte que han optado por dejar en manos de bancos extranjeros buena parte de su capital: por ejemplo, el Banco Bilbao Vizcaya, de España, controla 70% del Grupo Financiero Probursa, de José Madariaga, y el Banco de Nueva Escocia, de Canadá, es propietario de 55% del grupo Inverlat, de Agustín Legorreta. -Para enfrentar su propia crisis, cada banco ha debido someterse a severos ajustes internos, que se han traducido en cierre de sucursales y en un espectacular despido de trabajadores: en tres años, más de 33,000 empleados bancarios se quedaron sin empleo. De hecho, Probursa, desde hace un año filial del español Banco Bilbao Vizcaya, sentó el precedente de que un banco extranjero entrara al país con un porcentaje superior al nacional. El Tratado de Libre Comercio establecía que sería hasta el año 2000 cuando la apertura en esa parte del sector financiero sería total. Sin embargo, ante los problemas de liquidez en el país, producto de la crisis pos devaluatoria, el gobierno del presidente Ernesto Zedillo decidió, en febrero de 1995, introducir reformas al marco legal para que, con el propósito de contribuir al saneamiento, capitalización y competitividad del sistema financiero mexicano, bancos extranjeros puedan adquirir instituciones nacionales. El segundo caso en que un banco extranjero se queda con el mayor parte del capital de un banco mexicano es el de Inverlat y el Banco de Nueva Escocia. El hecho probó que la crisis financiera desatada por la abrupt, devaluación del peso en diciembre de 1994 no respetó ni a los banqueros de prosapia, con sobrada experiencia en el ramo. Es el caso de Agustín Francisco Legorreta Chauvet, quien había presidido y dirigido el Banco Nacional de México de 1971 a 1982. En febrero de 1992 ganó la subasta por el Multibanco Comerme~ (hoy Inverlat), pero cuatro años después volvió a quedarse sir el control de institución crediticia alguna: 55% del capital del Grupo Financiero Inverlat es propiedad del banco canadiense. A eso tuvo que llegar Legorreta, con toda la experiencia en el sector financiero. Pero otros, más dedicados a la especulación, hasta perdieron el banco, como Cabal Peniche y Rodríguez, ambos prófugos de la justicia. Los casos más recientes en que instituciones extranjeras llegan y adquieren parte del capital de bancos mexicanos, son Banorte y Serfin. El 24% de las acciones del Grupo Financiero Banorte está en manos de 35 fondos de inversión estadunidenses e ingleses; la última semana de marzo, el ex secretario del Tesoro estadunidense Nicholas Brady compró 2.5% de las acciones del grupo. Por su parte Serfin anunció la semana pasada que próximamente venderá a algún banco extranjero entre 16% y 20% de su capital, será una medida adicional a la decisión de vender parte de su cartera crediticia a Fobaproa, por un monto cercano a 20,000 millones de pesos. Por cierto, en poder total de Fobaproa están Cremi, Unión y Banpaís, y serán vendidos este año una vez que estén suficientemente capitalizados y reestructurados. Otros bancos intervenidos -más por deficiencias en su conducción y una débil capitalización, que por irregularidades fraudulentasson el Banco Obrero, el Banco de Oriente y el Banco del Centro. Este último está en proceso de ser fusionado con Banorte, del polémico Maseco, Roberto González Barrera. Tomado de la Revista Proceso No.1018, 6 de mayo de 1996. Con esto las expectativas que se habían creado en relación a que el TLC iba a significar una mejoría del bienestar de los mexicanos se ha convertido en lo contrario, es decir, que el proceso de liberalización a que dio lugar el tratado sólo sirva para que se cree un polo de miseria extrema por un lado frente a un polo de riqueza absoluta por otro. La cuestión entonces es definir cuál va a ser el papel de México en la división del trabajo en el bloque de América del Norte. El sector de los hidrocarburos Existe una gran disparidad entre lo que se acordó en el TLC y lo que realmente se está haciendo respecto a los hidrocarburos, como si se hubieran pactado acuerdos ocultos que nunca salieron a la luz pública pero que se han ido imponiendo en la práctica, modificando lo originalmente establecido. Esencialmente en los acuerdos del TLC se respeta el espíritu de las leyes mexicanas en materia de control y manejo de los hidrocarburos por la nación, al menos en su parte declarativa. Pero veremos lo que realmente ha sucedido posteriormente. El capítulo VI del TLC que versa sobre Energía y petroquímica básica ya contiene las contradicciones a las que nos hemos referido. En el punto 1 de los Principios se dice: "Las partes confirman su pleno respeto a las Constituciones", mientras que en el punto 2 se dice: "Las Partes reconocen que es deseable fortalecer el importante papel que el comercio de los bienes energéticos y petroquímicos básicos desempeñan en la zona de libre comercio, y acrecentarlo a través de su liberalización gradual y sostenida". (SECOFI 1994:219) Como es sabido la Constitución mexicana establece la propiedad del estado sobre las riquezas del subsuelo y su exclusividad en la explotación de los recursos energéticos estratégicos,13 13 En diferentes párrafos de los artículos 25, 27 Y 28 de la Constitución mexicana se establece: "Corresponde a la nación el dominio directo de todos los recursos naturales de la plataforma continental y los zócalos submarinos de las islas; de todos los minerales o sustancias que en vetas, mantos, masas o yacimientos, constituyan depósitos cuya naturaleza sea distinta de los componentes de los terrenos, tales como los minerales de los que se extraigan metales y metaloides utilizados en la industria; los yacimientos de piedras preciosas, de sal gema y las salinas formadas directamente por las aguas marinas; los productos derivados de la descomposición de las rocas, cuando su explotación necesite trabajos subterráneos, los yacimientos minerales u orgánicos de materias susceptibles de ser utilizadas como fertilizantes; los combustibles minerales sólidos; el petróleo y todos los carburo s de hidrógeno sólidos, líquidos y gaseosos; y el espacio situado sobre el territorio nacional, en la extensión y términos que fije el derecho internacional" (Art. 27). "Tratándose del petróleo y de los carburas de hidrógeno sólidos, líquidos o gaseosos o de minerales radioactivos, no se otorgarán concesiones ni contratos, ni subsistirán los que, en su caso, se hayan otorgado y la nación llevará a cabo la explotación de esos productos, en los términos que señale la ley reglamentaria respectiva. Corresponde exclusivamente a la nación generar, conducir, transformar, distribuir y abastecer energía eléctrica que tenga por objeto la prestación de servicio público. En esta materia no se otorgarán concesiones a los particulares y la nación aprovechará los bienes y recursos naturales que se requieran para dichos fines. esto es de la energía eléctrica, del petróleo! y de la energía nuclear! más tarde! en las leyes derivadas de la Constitución, concretamente en la Ley general de bienes nacionales, se hace extensiva esta legislación a la petroquímica básica. En el texto del Tratado se contemplan, como dijimos, estas reservas del estado mexicano respecto a una posible liberalización de estos sectores que se consideran estratégicos, esto se recoge en el Anexo 602.3 Reservas y disposiciones especiales. En este anexo se señala: "1. El Estado mexicano se reserva para sí mismo, incluyendo la inversión y la prestación de servicios, las siguientes actividades estratégicas: "a) exploración y explotación de petróleo crudo y gas natural; refinación o procesamiento de petróleo crudo y gas natural; y producción de gas artificial, petroquímicos básicos y sus insumos; y ductos; "b) comercio exterior; transporte, almacenamiento y distribución, hasta e incluyendo la venta de primera mano de los siguientes bienes: i) petróleo crudo; ii) gas natural y artificial; iii) bienes cubiertos por este capítulo obtenidos de la refinación o del procesamiento de petróleo crudo y gas natural; y iv) petroquímicos básicos; "c) la prestación del servicio público de energía eléctrica en México! incluyendo la generación, conducción, transformación! distribución y venta de electricidad, salvo lo dispuesto en el párrafo 5 [Actividades e inversión en plantas de generación eléctrica]; y "d) la exploración, explotación y procesamiento de minerales radiactivos, el ciclo de combustible nuclear, la Corresponde también a la nación el aprovechamiento de los combustibles nucleares para la generación de energía nuclear y la regulación de sus aplicaciones en otros propósitos" (Art. 27). "No constituirán monopolios las funciones que el Estado ejerza de manera exclusiva en las áreas estratégicas a las que se refiere este precepto: correos; telégrafos; radiotelegrafía y la comunicación vía satélite; petróleo y los demás hidrocarburos; petroquímica básica; minerales radioactivos y generación de energía nuclear; electricidad; ferrocarriles; y las actividades que expresamente señalen las leyes que expida el congreso de la Unión" (Art.28). "El sector público tendrá a su cargo, de manera exclusiva, las áreas estratégicas que se señalan en el artículo 28, párrafo cuarto de la Constitución, manteniendo siempre el Gobierno Federal la propiedad y el control sobre los organismos que en su caso se establezcan" (Art. 25). Constitución política de los Estados Unidos Mexicanos. Texto vigente 1994. generación de energía nuclear, el transporte y almacenamiento de desechos nucleares, el uso y procesamiento de combustible nuclear y la regulación de sus aplicaciones para otros propósitos, así como la producción de agua pesada. "En caso de contradicción entre este párrafo y cualquier otra disposición de este Tratado, prevalecerá este párrafo en la medida de la incompatibilidad. "2. Conforme al Artículo 1101 (2), "Inversión-Ámbito de aplicación", no se permitirá la inversión privada en las actividades listadas en el párrafo 1". (SECOFI 1994:224-225) Sin embargo, la política concreta de energéticos en general y de hidrocarburos en particular dista mucho de respetar estos compromisos y se empeña más decididamente en hacer realidad el punto 2 de los principios declarados que el 1. El mismo Tratado se ocupó de dejar la puerta abierta para una eventual inversión privada en las áreas prohibidas por la ley. Así la Sección B de la Lista de México de "Actividades reservadas al Estado" (Anexo III) prevé la Desregulación de Actividades Reservadas al Estado, y señala: "1. Las actividades establecidas en la Sección A están reservadas al Estado mexicano y la inversión de capital privado está prohibida bajo la ley mexicana. si México permite la participación de inversiones privadas en tales actividades a través de contratos de servicios, concesiones, préstamos o cualquier otro tipo de actos contractuales, no podrá interpretarse que a través de dicha participación se afecta la reserva del Estado en esas actividades. "2. Si las leyes mexicanas se reforman para permitir inversión de capital privado en las actividades señaladas en la Sección A, México podrá imponer restricciones a la participación de la inversión extranjera no obstante lo indicado por el Artículo 1102 debiendo indicarlas en el Anexo 1. México también podrá imponer excepciones al Artículo 1102 con respecto a la participación de la inversión extranjera en el caso de la venta de activos o de la participación en el capital de una empresa involucrada en las actividades señaladas en la Sección A debiendo indicarlas en el Anexo 1." (SECOF1 1994:1001) Tal y corno se acordó inicialmente en el TLC la lista de sectores que serían susceptibles de liberalización, los que se mantendrían con grandes reservas para su liberalización y los definitivamente intocados se contemplaron de la siguiente manera: Sectores que serían sustancialmente libralizados en un periodo de diez años: 1) fabricación de partes de automóvil 2) Minería 3) Petroquímicos secundarios 4) Construcción 5) Mejoría en telecomunicaciones 6) Servicios aéreos especializados 7) Camiones y autobuses 8) Servicios financieros 9) Manufacturas en general Sectores que permanecerían sumamente restrictivos a su liberalización: 1) Cultura 2) Cabotaje en todo transporte 3) Actividades relacionadas con la energía que no se hayan reservado ya al estado 4) Actividades relacionadas con recursos naturales renovables 5) Telecomunicaciones básicas 6) Pesca Sectores que permanecerán excluidos de la cobertura de liberalización: 1) Servicios de salud y sociales 2) Petróleo y otros hidrocarburos 3) Petroquímica básica 4) Electricidad 5) Energía nuclear 6) Tratamiento de materiales radioactivos 7) Comunicaciones vía satélite 8) Servicios de telégrafo 9) Servicios de radiotelegrafía 10) Servicio postal 10) Ferrocarriles 11) Control, inspección y vigilancia de puertos marítimos y terrestres, aeropuertos y helipuertos. Sin embargo es a principios de 1995 cuando se plantea un giro radical en el sostenimiento de esta clasificación. Como es sabido, fueron las presiones ejercidas por los prestamistas extranjeros que acudieron a otorgar el ya famoso crédito con el que la economía mexicana se "salvaría" de la catástrofe financiera inminente, las que hicieron cambiar de criterio al gobierno mexicano para desregular y abrir sectores que no eran susceptibles de privatización y hacer una nueva definición de actividades con objeto de incluirlas definitivamente en la cobertura del TLC. A partir de entonces cuatro sectores que se consideraban excluidos del TLC fueron incluidos para su privatización: petroquímica básica, electricidad, ferrocarriles, y control de puertos de aire y marítimos. A nosotros nos interesa tratar aquí particularmente el sector de la energía, y dentro de éste el petróleo, y la petroquímica. La política petrolera no cambió de un día para otro, más bien tuvo un periodo de gestación bastante prolongado. Los jalonamientos más importantes en el sentido de la liberalización tuvieron lugar con la reclasificación de los productos obtenidos a partir de la petroquímica: "el proceso de reclasificación (de) Pemex se llevó a cabo de 1986 a 1992 para sacar del rubro básico a 62 productos (...) en 1986 la primera reclasificación dejó en 34 el número de petroquímicos básicos, para 1989 se compactó a 20 y en 1991 a 19 y, finalmente, en 1992 a sólo ocho. Estos productos son butano, etano, heptano, hexano, materia prima para negro de humo, naftas, pentanos y propano. "Con esta reclasificación el interés privado por la petroquímica secundaria fue aumentando mientras, paralelamente, se establecían los compromisos de apertura futura, gran parte de los cuales se acordaron desde las negociaciones del Tratado de Libre Comercio".l4 En realidad la reclasificación de 1992 redujo la lista de 19 a cinco, y para que no se viera tan mal se le agregaron tres productos que hasta ese momento se habían venido considerando como petrolíferos (propano, butano y naftas). El objetivo que se buscaba con la reclasificación de los productos petroquímicos está claro: hacer privatizables a muchos de ellos. Ahora una serie de productos (la gran mayoría, según indican las cifras) ya son petroquímica secundaria y por lo tanto susceptibles de privatización. En realidad lo que se pretende vender es la petroquímica básica disfrazada de secundaria, como dijera Cuauhtémoc Cárdenas. Otra vía de liberalización de la industria petrolera nacional es que se ha impuesto como política una tendencia a la mono producción, esto es, el incremento sustancial de la plataforma de producción de crudos para su exportación al tiempo que la industria paraestatal se restringe. Por un lado, se va deshaciendo de sectores industriales importantes, l4 Rosario Gómez: "La sombra del TLC encubre el remate de la petroquímica", revista La crisis, 9 de marzo de 1996, México, p.6. como es el caso de la petroquímica. Por otro lado, se inhiben las inversiones para mantener y actualizar tecnológicamente la planta industrial de Pemex, y en ningún caso se amplían sus ramas industriales. De ahí que Pemex se vea en la inusual situación de no poder responder a la demanda de productos refinados, principalmente gasolinas. El volumen de la producción total de Pemex oscila entre 2 millones 640 mil barriles de crudo por día en el año de 1990, hasta 2 millones 702 mil barriles en el año de 1993, con una clara tendencia a alcanzar los 3 millones de barriles diarios en un futuro no muy lejano. De esa producción se exporta aproximadamente la mitad, es decir alrededor de 1 millón 300 mil barriles diarios en 1990 y 1 millón 337 mil millones de barriles diarios en 1993. Esta política de exportación de crudo a costa de la elaboración de productos petroquímicos, se combina con otra tendencia consistente en la concentración de las exportaciones en un solo comprador, Estados Unidos, que absorbe el 68% de las exportaciones mexicanas de esta materia prima fundamental. Junto con esta tendencia exportadora de crudo que se expande constantemente, se da simultáneamente una tendencia a importar productos refinados a causa de la incapacidad de Pemex para poder cubrir este segmento de la demanda, y no es casual, las inversiones de Pemex para mantenimiento, modernización y ampliación de la planta productiva de refinación se han desplomado drásticamente por diversas razones, una de ellas es la pesadísima carga fiscal a que se ve sometida la paraestatal: "mientras la capacidad instalada de refinación completa de crudo sólo creció 20% entre 1980 y 1992, el consumo nacional de combustibles creció 48%. Por ello, la satisfacción del consumo interno de combustibles depende crecientemente de las importaciones. El caso de las gasolinas resulta ilustrativo en este proceso: todavía en 1988, el volumen importado era poco significativo (2.1 miles de barriles diarios, equivalentes al 3% del total) ¡sin embargo, para 1992 ese volumen había crecido en forma explosiva, al multiplicarse 39 veces y representar el 50% de la importación total de combustibles" . (Manzo Yépez: "Propuestas para una política petrolera alternativa", en Martínez 1995:212). Una de las razones fundamentales por las cuales Pemex ha dejado de ampliar y mejorar su planta productiva, lo dijimos brevemente más arriba, es porque sufre una penuria de carácter económico que se traduce en falta de inversiones productivas. La causa de esa penuria financiera (una de las explicaciones de por qué el deteriorado equipo de Pemex es frecuentemente responsable de accidentes) es esencialmente la altísima tasa impositiva que le ha impuesto el gobierno federal: "Históricamente, la industria petrolera ha entregado impuestos al presupuesto federal como ninguna otra, lo cual ha permitido financiar gastos e inversiones en otros ámbitos de la economía. Asimismo, ha fortalecido al capital nacional, a través de subsidios y bajos precios en sus productos, por un monto que podría duplicar el valor del patrimonio actual de Pemex. [ ... ] si hasta la década de los setenta Pemex había entregado entre 10 y 15 por ciento de sus ingresos totales al fisco, hoy aporta 65 por ciento, motivando su propia descapitalización. [ ... ] Francisco Rojas, anterior director [de Pemex], advertía en su último informe que <al término de esta administración Pemex habrá transferido al fisco, en seis años, 106 mil millones de dólares, (en tanto que) los activos de Petróleos Mexicanos ascienden a 50 mil millones de dólares>. De la misma manera, unos meses antes, en agosto de 1994, reconoció que <la oferta actual de petróleo quedará rápidamente a la zaga de la demanda de no desatarse las inversiones> y que se corría el riesgo de aumentar las importaciones y, con la presión sobre la balanza de pagos, debilitar la generación interna de empleos." 15 Se trata ante todo de una política deliberada del gobierno federal en el sentido de debilitar las finanzas de Pemex e impedir que se disponga de los recursos necesarios para la ampliación y el mantenimiento de la planta, y una vez aceptada por todos esta realidad, cae por su propio peso la necesidad de dar cabida a la inversión privada para suplir las carencias de la paraestatal.16 Y así es como sucedió, teniendo el pretexto para privatizar sectores sustanciales de la paraestatal, se emite el decreto de privatización de la petroquímica con el propósito, se dice, de captar recursos 15 M. Román del Valle: "Ante la venta de la petroquímica", La Jornada Laboral, 28 de marzo de 1996, México. 16 Durante el sexenio de Miguel Alemán (1946-1952) se autorizó la presencia las compañías extranjeras en el sector a través de concesiones para la exploración y explotación de petróleo durante un periodo de 25 años o hasta el agotamiento de los pozos. Al inicio del gobierno de López Mateos (1958-1964) hubieron presiones para propiciar la reprivatización, haciendo referencia a problemas de corrupción, de precios y mercados, y a lo onerosa que resultaba la industria petrolera para el sector público. López Mateos declaró: "la irrevocable posición de México es y será en el petróleo nacionalizado, ni un paso atrás". (Ver INEGI 1994, vol.I) que serán destinados a la inversión en el sector: "En el case de Pemex, con los objetivos de maximizar el valor económico y de alcanzar una posición competitiva a nivel mundial, se buscará desincorporar las actividades que no contribuyen a la creación de valor o a mejorar la posición competitiva de la empresa. Las prioridades de este organismo público deben centrarse en las actividades estratégicas, que son críticas para su desarrollo, y transferir gradual y selectivamente al sector privado las actividades que éste pueda proveer a un menor costo".17 Cuadro 6 Índice de productividad del petróleo y derivados y de la petroquímica básica 1988-1993 (Base 1980=100) Rama de actividad Carbón, grafit y derivados o Extracción de petróleo crudo y gas natural Petróle o y derivados Petroquímica básica Total 1988 1989 1990 1991 1992P 1992P 84,0 80,2 78,9 76,5 87,6 90,7 62,5 69,6 60,8 57,5 88,3 110,9 74,3 83,8 88,2 99,0 114,2 141,7 122,3 128,9 127,4 132,0 138,2 148,8 90,3 96,1 93,2 96,2 112,1 124,8 Fuente: INEGI, El sector energético en México. 1994. Una de las falacias más grandes que se haya lanzado sobre la petroquímica de Pemex es precisamente el suponer que no es productiva, y que en consecuencia esto la hace susceptible de ser transferida a la iniciativa privada. La realidad es otra, nos encontramos con que la petroquímica es una de las ramas con más alta productividad y con más futuro del sector, y el que la empresa estatal se encuentre en dificultades financieras no significa que sea improductiva. En el Cuadre 6 se puede observar que si bien la productividad total del Secretaria de Energía: "Programa de Desarrollo y Reestructuración del Sector de Energía, 1995-2000", Diario Oficial de la Nación, 19 de febrero de 1996, México, p.28. sector de 1988 a 1991 fue más baja que en 1980, aumenta en el 92, Y la petroquímica básica tiene un comportamiento ascendente durante todo el periodo. Precisamente porque es productiva es que ha podido soportar esos impuestos, luego entonces lo que se encuentra detrás de esta falacia es que con la carga fiscal se quería encontrar el pretexto necesario para justificar su desincorporación. Con la pérdida de la petroquímica el sector en su conjunto se verá perjudicado. Suponiendo que se diera por bueno el razonamiento y criterios esgrimidos por el gobierno, tendríamos que en cualquier caso se está privando a Pemex de sus actividades más productivas, no de las menos. En el Cuadro 7 se puede ver que de 1938 a 1968 la carga fiscal muestra un comportamiento relativamente estable, oscilando alrededor del 10% de los ingresos de Pemex, luego salta al 28% en 1978, incrementándose al doble en los siguientes 10 años (51% en 1990) hasta llegar al increíble porcentaje del 63,3% en 1994. Actualmente del total de ingresos fiscales del gobierno federal, Pemex representa el 30%, (es necesario tener en cuenta que hace 18 Tomado de La Jornada Laboral, 28 de marzo de 1996, México. algunos años el gobierno subdividió la paraestatal en 4 áreas: Exploración y producción, refinación, gas y petroquímica primaria, y petroquímica secundaria; esta operación de mutilación hizo que las aportaciones de Pemex al erario se tengan ahora que sumar). Si esto es no ser productivo, entonces a la totalidad de las actividades de la economía mexicana habría que calificarlas de improductivas. Debe suspenderse la venta de petroquímicas La des incorporación de la petroquímica secundaria debe suspenderse porque el proceso está "afectado" de nulidad ya que no fue precedido, como lo marca la Ley dé Bienes Nacionales, por un decreto presidencial. La inexistencia de dicho decreto deja sin efecto lo realizado hasta ahora en esa materia. Además, ese proceso se efectúa con base en una "interpretación incorrecta" de los textos constitucionales, según un documento que fue dado a conocer por el diputado petrolero Jorge Wade González al secretario de Energía, Jesús Reyes Heroles. Los petroleros precisan que existe "imposibilidad legal" de continuar el proceso de de s incorporación en las condiciones en que ha sido planteado, principalmente porque la decisión tiene sustento en leyes reglamentarias y reglamentos, cuya interpretación no puede ir en contra ni estar por encima de la ley suprema que es la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. En cuanto a las argumentaciones de la Secretaría de Energía, la Empresa Pemex y Organismos Subsidiarios, expuestas en las reuniones convocadas por la Subcomisión, concluyen que en los preceptos constitucionales invocados -25, 27 Y 28- se confirma el dominio de la nación sobre todos los hidrocarburos y se tipifica que es "inalienable e imprescriptible", esto es, que no admite desincorporación. Más adelante se establece que los activos que se pretenden enajenar por medio de la licitación -en referencia a la emitida para la venta del complejo petroquímico de Cosoleacaque-, según lo reconoce la propia convocatoria son bienes del dominio público y forman parte del organismo descentralizado Pemex-Petroquímica. "No conocemos las autorizaciones de la Secretaría de la Contraloría y no se han publicado los decretos presidenciales respectivos". Para sustentar lo anterior, se detallan los artículos 16 y 64 de la Ley General de Bienes Nacionales. En el segundo, se precisa textualmente: "Que para la enajenación de inmuebles de dominio público que formen parte del patrimonio de los organismos descentralizados, se requerirá de decreto presidencial en el que se autorice la desincorporación y enajenación. El decreto deberá ser publicado en el Diario Oficial de la Federación", se precisa para los efectos correspondientes. El artículo 69 de dicha ley señala que "los actos, negocios jurídicos, convenios y contratos que realicen las dependencias y entidades paraestatales, con violación de lo dispuesto en esta ley, serán nulos de pleno derecho". Más adelante se especifica que "es importante observar que la pretendida fundamentación constitucional que según la Secretaría de Energía da origen a la posibilidad de la participación privada en aquello que está reservado al dominio exclusivo del Estado, contiene elementos interpretativos que van en contra de la seguridad jurídica que observa la propia Constitución, ley suprema que no admite que ninguna Ley Reglamentaria o algún reglamento puedan ir contra su espíritu claramente expresado". Se insiste en que habiéndose demostrado la improcedencia y la afección de nulidad de lo realizado hasta ahora, con la inexistencia del Decreto de Desincorporación que señala la Ley de Bienes Nacionales, debe considerarse que todo lo realizado en el proceso no puede tener efectos. Establece que también resulta claro que el acuerdo que creó la Comisión Intersecretarial de Desincorporación, publicado el 7 de abril de 1995, no puede suplir la norma de la Constitución, que señala expresamente la vigencia de la Ley de Bienes Nacionales y su Reglamento en cuanto al Decreto de referencia. "Por tanto, la Convocatoria pública número PPQ-01 expedida el 14 de noviembre de 1995, está afecta de nulidad". Para terminar, destaca el documento que la circunstancia de que la industria Pemex-Petroquímica tenga en la actualidad rendimientos económicos aceptables en su operación convicción que nace de la propia exposición de los organismos que la rigen, es incongruente con el espíritu de la Ley de Bienes Nacionales que permite la des incorporación de aquellos organismos propiedad de la nación que hayan dejado de ser útiles para la prestación de un servicio público, situación que en el caso concreto de las plantas visitadas por los legisladores, no se justifica. Apunta que constituye una responsabilidad grave del legislador atender y aceptar las tergiversaciones a la Constitución, obligado por su protesta de cumplirla y hacerla cumplir. "En el caso que nos ocupa, la oscuridad provocada por una interpretación incorrecta de los textos constitucionales debe motivar- a un análisis más profunda de la situación y por ende a la cancelación del proceso de des incorporación referido en las condiciones en que actualmente se encuentra", concluye el texto dado a conocer públicamente. Tomado de La Jornada, 21 de febrero de 1996 Pero veamos cómo es que se siguen arguyendo mil y una calamidades de las empresas de Pemex para justificar su privatización: después de un ciclo de crecimiento acelerado, hacia mediados de la década de los ochenta, la industria petroquímica empez6 a manifestar diversos problemas gestados en su fase expansiva. Estos hicieron crisis coincidiendo con una etapa de estancamiento de la economía mexicana. En este periodo se dio fin al monopolio comercial de PEMEX en materia petroquímica. La falta de integración de la cadena petroquímica hizo necesario llevar a cabo reclasificaciones sucesivas de esto ya hemos hablado] entre productos petroquímicos básicos y secundarios." (Diario Oficial 1996:30) Y para dar solución a los supuestos problemas económicos de la petroquímica (sería mejor decir a los intereses económicos de ciertos grupos sobre la petroquímica) se plantea que: En abril de 1995 se estableció la Comisión Intersecretarial de Desincorporación. Este órgano expidió, en octubre del mismo año, los <Lineamientos para la desincorporación de PEMEX-Petroquímica susceptibles de ser utilizados como unidades económicas con fines productivos>. Estos lineamientos constituyen las orientaciones de política a las que se sujetará el proceso de desincorporación, iniciado en noviembre de 1995." (Diario Oficial 1996:31) La fase de desarrollo keynesiano nos acostumbró a que la intervención del estado en la economí9 se traducía en la creación de empresas estatales y organismos dependientes del estado, ahora, en fase de desregulación, lo más común es encontrarse con la creación de organismos encargados de la desincorporación. Inclusive en los países del antiguo campo socialista, toda Europa del Este, surgieron secretarías de estado "para las privatizaciones", ¿no se estará pasando al extremo opuesto del estatismo? Las previsiones que se hacían desde la Secretaría de Energía pretendían privatizar 61 plantas petroquímicas pertenecientes a Pemex, sin embargo las cosas en la práctica no marcharon de esta forma. Veamos qué fue lo que sucedió esencialmente. La licitación de la desincorporación tenía que pasar por todo un procedimiento, es decir, no bastaba que la Secretaría de Energía pusiera en su programa de "desarrollo energético" que se des incorporaban las plantas petroquímicas para que se procediera inmediatamente a su privatización, antes era necesario que una comisión de la cámara de diputados hiciera un estudio detallado de las plantas sujetas a privatización y dictaminara si procedía esta acción en virtud de que se cumplían las razones o causas que se aducían para ello, es decir que estas plantas no eran rentables, productivas, etc. Corno es natural la comisión de diputados no pudo demostrar que esas plantas eran poco productivas, y ello no obstante que la mayoría de sus integrantes eran partidarios de la privatización. Además de que se encontraron una serie de escollos legales para proceder a la desincorporación. Esto, más la decidida resistencia del sindicato de petroleros, hizo desestimar al Ejecutivo la necesidad de la desincorporación del complejo petroquímico de Pemex. Rechaza Jesús Reyes Herales que se quiera privatizar. Pemex "No perdamos tiempo buscando trucos para burlar la ley", señaló el secretario de Energía, Jesús Reyes Heroles, a The Wall Street Journal en referencia a la intención de intereses extranjeros" en que se privaticen las reservas de petróleo y gas natural aprovechando lo nebuloso que es el texto de la Constitución al respecto. El funcionario señaló, sin embargo, que el gobierno mexicano espera captar 6 mil 300 millones de dólares en los próximos cinco años a través de la venta de otros proyectos energéticos como centrales eléctricas y gasoductos. "No estoy de acuerdo con aquellos que quieren privatizar Pemex, tampoco el presidente", dijo Reyes Heroles. En los últimos tres años, cinco compañías han presentado proyectos de desarrollo, según fuentes allegadas. Incluso el diario relata que Conoco, subsidiaria de DuPont y dos compañías de energía canadienses intentaron convencer a las autoridades que era legalmente viable construir plantas de gas natural en el norte de México si la empresa comparte sus ganancias y no sus reservas. Por el contrario, dijo Reyes Heroles a The Wall Street Journal, la intención del gobierno mexicano es canalizar los recursos a la generación de electricidad, petroquímicos y el transporte del gas natural. El secretario mexicano, agregó que otro problema es que cuando se abrió el sector eléctrico y de gas natural no se definieron los reglamentos y el precio para inversionistas privados. Explica The Wall Street Journal que el precio de la energía en México está indexado a los precios internacionales, pero la devaluación del peso y el subsecuente declive en los salarios hubiera elevado el costo de energía por encima de las posibilidades del mexicano común si no fuera por el subsidio estatal. Después de enumerar los retos que tendrá que afrontar el nuevo secretario de Energía, The Wall Street Journal indicó que hasta el momento tres compañías han presentado solicitudes para exportar combustible a México, entre los que se encuentran: Occidental Petroleum de Los Angeles y San Diego Gas and Electric. Tomado de La Jornada, 21 de febrero de 1996. Evidentemente la historia no termina ahí. Seguramente se seguirá planteando la des incorporación de las empresas petroquímicas; sobre esto se tendrá que escribir mucho. Sin embargo una cosa ha quedado clara, ni es verdad que esas empresas sean ineficientes, ni es verdad que la sociedad mexicana sea indiferente ante su privatización. 4. CONCLUSIONES El proceso de liberalización de la economía mexicana no es producto de la firma del TLC de Norteamérica. El proceso de liberalización tiene como fecha de arranque el año de 1982 cuando Miguel de la Madrid se hace cargo del gobierno. Lo novedoso del TLC es que hace irreversibles las medidas de liberalización, esto es, que estas medidas ya no van a depender de la voluntad del ejecutivo o de una determinada correlación interna de fuerzas, y ya no será posible echarlas para atrás en uno de los tantos virajes de la política presidencialista de México. Si Lázaro Cárdenas expropió el petróleo, tenemos que Miguel Alemán intentó privatizar segmentos importantes de esta industria nacional. Otro caso es el de la industria eléctrica, nacionalizada con López Mateos ahora con el TLC "revisado" se le va a privatizar, o la Banca nacionalizada por López Portillo y reprivatizada por De la Madrid y Salinas. De lo que se trata ahora es de que el TLC garantiza ese proceso de liberalización a través de un acuerdo con otros dos países, Estados Unidos y Canadá, interesados en que se forme un bloque comercial que invade todas las actividades económicas. Aparte de los acuerdos estrictamente comerciales, en el TLC se introdujeron aspectos decisivos del mercado de capitales, esto no es casual, y la explicación de por qué se llegó a ello ya la hemos avanzado. Si México se adelantaba en el proceso de liberalización comercial con mucha antelación y sin correspondencia de medidas similares por las otras dos partes, eslógico que a la hora de negociar se viera forzado a hacer concesiones que de otra forma no habría estado obligado a hacer, y esas concesiones fueron justamente en el sector financiero, el incorporar al TLC el movimiento de capitales. ¿Qué significa el hecho de haber incorporado el mercado de capitales al TLC?, pues significa que las fuentes de acumulación de capital de tener un origen interno ahora se ubican en el exterior, en las bolsas de valores de Estados Unidos, fundamentalmente, y esto porque desde el momento en que se ponen en marcha las medidas implementadas por el gobierno respecto a la libre movilidad de capitales, la renuncia al control de cambios, la posibilidad de que las empresas situadas en nuestro territorio coticen en las bolsas norteamericanas, y que la inversión extranjera reciba "trato nacional", a partir de ese momento la formación de los capitales tienen un ingrediente marcadamente internacional, es decir, la formación de capital pasa a través de la colocación y valorización de acciones, bonos y títulos en esas instancias internacionales que son la bolsas norteamericanas. La economía se ha vuelto dependiente del dólar. Como es lógico, las facilidades dadas a los capitales para que puedan realizar estas operaciones de traslado de recursos al extranjero han sido aprovechadas para la especulación financiera, es decir para las fugas recurrentes de capitales. y si no téngase en cuenta el siguiente dato: en los cinco últimos días del mes de diciembre de 1994 salieron 10 mil millones de dólares de nuestro país a las bolsas situadas en el extranjero; a lo largo de ese año de 1994 salieron en total 23 mil 402 millones de dólares, lo cual se vino a reflejar en las reservas del Banco de México que de contar con 24 mil millones de dólares a principios de ese año, al final tenían sólo 6 mil millones, esto, como todos sabemos, se condensó en el shock de diciembre del 94 que metió al país en la que con toda seguridad es la crisis más severa desde 1929. Estamos atrapados en un círculo vicioso que consiste centralmente en lo siguiente: la relación comercial de México con dos de las economías más poderosas del orbe se traduce en unas diferencias que se expresan en una balanza comercial en déficit permanente que tiene que ser compensado con deuda e inversiones extranjeras; esas entradas de recursos, sobre todo vía deuda, se convierten en una fuerte salida de pagos y dividendos al exterior, que presionan la cotización del peso respecto al dólar, la cual se tiene que modificar acudiendo a sucesivas devaluaciones; una devaluación produce fugas de capital para finalmente desembocar en una crisis generalizada de la economía, del comercio y las finanzas. ¿Acaso no fue esta la lógica de los hechos durante el año 94? La cuestión en todo esto es que el TLC juega un papel crucial porque es la institucionalización de unas relaciones económicas desiguales y de la posibilidad de que esas relaciones sean "compensadas" con los flujos financieros a los cuales nos hemos referido. Yesos flujos financieros, además de traducirse en mayores diferencias comerciales, por sí mismos llevan al derrumbamiento de la economía de nuestro país y su control por parte de los organismos financieros internacionales. De tal suerte que la profundización de este proceso desemboca de manera recurrente en crisis y más crisis, y esto significa una especie de grillete para el gobierno de México. Ahora la estabilidad y fuerza del estado mexicano ya no depende del mayor o menor grado de hegemonía que le otorgan los consensos que se generan en sus bases de apoyo, es decir a nivel de los sindicatos, de las organizaciones campesinas y populares, sino que está sujeto a los aconteceres de las bolsas de valores de Nueva York y lo que suceda en paraísos fiscales como el de las islas Gran Caimán. ¿De qué concepto de soberanía podemos hablar cuando las decisiones, en el mejor de los casos, tienen que ser consultadas con los poseedores de las grandes fortunas del mundo de las finanzas? ¿Se sacrifica soberanía pero se gana "bienestar" como quieren hacernos creer las tesis neoclásicas? Y a esto hay que añadirle que se está produciendo un acelerado proceso de desnacionalización de la economía, que la anterior base industrial prácticamente ya no existe y que del naufragio que significó la apertura indiscriminada al exterior quedaron sólo unas pocas empresas nacionales y las más de ellas tuvieron que asociarse con el capital transnacional. Por todas estas razones creemos que el balance neto del TLC es desfavorable para México, y aquí tenemos que hacer referencia a los distintos modelos de integración, porque ¿acaso el modelo de integración al que corresponde el TLC es el mejor para nuestro Pals?, ¿se puede pasar por alto el hecho de que en el TLC se tiene a dos de las economías más desarrolladas del mundo en un proceso de integración con un país subdesarrollado? Parece que a los negociadores mexicanos estas cuestiones no les pasaron por la cabeza en el proceso de discusión y aprobación del acuerdo, o probablemente eran consientes de ellas pero simplemente no se interesaron en este tipo de reservas. El Tratado de Libre Comercio es claramente un tipo de integración donde la superioridad económica manifiesta de uno de los socios no sólo amenaza con mantenerse sino que ha sido utilizada para imponer condiciones que beneficiarán unilateralmente a un país miembro, al más fuerte. Es el caso, por ejemplo, del problema relativo a la migración temporal de profesionales y prestadores de servicios. Los gobiernos insistieron en que el tema de la migración quedara fuera del TLC, pero en el capítulo de servicios se contempla el libre flujo de profesionales y especialistas, o sea la migración de ejecutivos y técnicos, y en este renglón está muy claro cuál es el sentido dominante del movimiento: de Estados Unidos a México. Otro ejemplo es el de los servicios financieros, donde se pide total liberalización a México mientras que los Estados Unidos no pueden modificar las legislaciones estatales. En esta situación se impone la pregunta de si no podría México tener una alternativa de integración más conveniente. y no podemos dejar de pensar en las ventajas potenciales que tendría para México una integración con los países latinoamericanos, integración que traería sin duda beneficios para la economía y las condiciones de vida de toda la América Latina. Experiencias en este sentido ya las han habido. Lo nacional en América Latina sólo es posible a través de lo popular René Zavaleta Mercado Capítulo V LAS CRIS IS EN LA ERA DE LA ECONOMIA GLOBAL. LA TORMENTA FINANCIERA EN MEXICO Cuando se presentó la crisis mexicana, que sólo fue la manifestación de causas más profundas de un fenómeno de inestabilidad que ha acompañado en los últimos tiempos al sistema capitalista, se estaba dando la primera crisis de la llamada era de la "globalización"; y es significativo que se haya originado en el mercado emergente señalado como el más prometedor de todos. Esto vino a recordar a los apologistas de la expansión del capitalismo que este sistema trae inherente a su propio funcionamiento la crisis, y ésta es una de las cuestiones que parecía que desde hace mucho ya se había saldado, es decir, los académicos del mundo de las finanzas y del dinero habían teorizado en el sentido de que una era de crecimiento ininterrumpido y armónico por fin se había iniciado después de la caída del muro de Berlín, y que las diferencias que habían caracterizado los enfrentamientos entre los dos distintos sistemas también ya habían sido superadas. La conclusión más importante de nuestro trabajo es que estas expectativas eran totalmente infundadas, y no obstante que los efectos de la crisis que tuvo su origen en México fueron diferenciados, ya sea que se tratase de los mercados emergentes de los Nuevos Países Industrializados Asiáticos o de los de América Latina, en ningún caso se plantea que la crisis del sistema capitalista sea evitable. Esto es, la crisis puede afectar en menor o mayor medida a países, regiones o sectores, pero no pasar por alto al sistema en su conjunto. y es que a fuerza de tanto estar afirmando la obsolescencia de las posiciones que planteaban la existencia de contradicciones insalvables en el sistema capitalista, el mundo terminó por creerse esta "verdad mentirosa". Pero hay un dicho que dice que nadie escarmienta en cabeza ajena, y faltaba justamente una crisis corno la que dio origen al término "efecto tequila" para que se empezara a pensar en que las cosas no son como las pintan. Ahora la mirada de los responsables de las grandes directrices de la política a nivel mundial, es decir los managers del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional, se dirige a la época en la que todavía se regulaba aunque fuera mínimamente al capital financiero internacional. Ellos nunca fueron partidarios de esas regulaciones pero quizá sienten la nostalgia de épocas más estables. Seguramente no cambiarán de rumbo, pero sí que están constatando que la organización de la economía a nivel internacional es corno un castillo de naipes que se puede venir abajo con cualquier inestabilidad. Quizá la única rectificación provenga de los gobiernos de los países que han sido lanzados a la vorágine, y no de todos porque algunos seguramente persistirán en su tozudez. Los gobiernos más sensibles a la situación de extrema pobreza a la que han sido lanzados sus pueblos es probable que en el futuro intenten rectificaciones en las reglas, o en la falta de ellas, del sistema de comercio y financiero internacional. A nuestra mente vienen los casos de los gobiernos de Brasil, de la India, etc. Pero, sin embargo, esto seguramente no será suficiente, ya que si es que existe la "economía global", que no es otra cosa que la generalización de la vigencia del mercado bajo su forma más pura, será necesario que cuando menos algunas de las economías más fuertes empiecen por buscar rectificaciones. Y aquí es necesario señalar que se encuentran en una posición mucho más favorable a esta idea de funcionamiento de una "economía global" más reglada la gran mayoría de los países europeos, mientras que por el capitalismo salvaje, corno casi siempre, se encuentran los Estados Unidos corno los defensores de primera línea. Y cuando comiencen las rectificaciones de las que hablamos, lo más probable es que se empiece a desandar el camino de liberalización que se emprendió por lo menos desde fines de los setenta, tratando de buscar un nuevo equilibrio. Pero tendrá que ser una vuelta a las regulaciones intentando evitar los vicios a los que condujo la intervención del estado bajo la modalidad keynesiana. No somos adivinos para decir exactamente cómo será esto, pero seguramente se encontrará en una situación muy desventajosa el corporativismo que acompañó tan fielmente a esa fórmula tripartita de gobierno tan afín a las políticas keynesianas en materia económica. Se buscarán modelos, y seguramente se les encontrará, pero este será un proceso largo y en muchos casos doloroso. Finalmente una observación metodológica. El problema de la desregulación y su crisis puede ser abordado aquí porque las desigualdades de producción y comerciales, que están en la base de las crisis financiera, ya han sido analizadas anteriormente. Como ha demostrado Shaikh es justamente la crisis comercial la que genera la crisis financiera; y de la misma forma se puede decir que son problemas de la esfera productiva los que explican la crisis comercial. En el primer parágrafo abordamos la evolución y diversificación que han tenido los instrumentos e instituciones financieras, los mecanismos de desregulación bancaria y financiera y sus consecuencias sobre la estructura económica y en el desarrollo de fuertes desequilibrios que conducen a crisis mundiales generalizadas. En el segundo abordamos los orígenes y evolución de la crisis mexicana que estalla en diciembre de 1994. Analizamos los problemas de balanza corriente y cómo se enfrentaron. Hacemos énfasis en la formas dominantes de financiamiento de la inversión, particularmente en los flujos de capital extranjero. Analizamos también el marco del proceso de liberalización, apertura y desregulación que tiene inicio en México a partir de 1982, reforzado en 1986 con su ingreso al GATT y sobre todo a partir de la negociación y firma del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá. Analizamos aquí el llamado "efecto tequila" sobre los países de América Latina, concretamente de los del Cono Sur. En el tercero adelantamos algunas ideas en relación a lo que hemos llamado "una nueva era de crisis"; era consistente en que se están dando todas las condiciones propicias para que estalle una nueva crisis generalizada del sistema capitalista, de la cual la de los sistemas de mercado emergentes, la llamada crisis originada en México, es sólo un anticipo. Finalmente llegamos a la conclusión de que para que sea posible cambiar las reglas del juego a nivel de las relaciones económicas internacionales es necesario que países de una importancia relativa bastante grande estén dispuestos a introducir una serie de cambios en esas reglas, pero para que esto sea posible es necesario que la orientación política de esos gobiernos vire en el sentido de reivindicar el rescate del estado nacional, de los intereses de la nación frente a los intereses del mercado a nivel internacional. Las crisis de la era de la "economía global" han comenzado. Seguramente tendremos mucho material para seguir investigando sobre este tema hasta que finalmente el sistema cambie sus reglas del juego y deje de ser ese gran supermercado de productos teóricos y prácticos de un liberalismo propio del siglo XIX. 1. DESREGULACION, CRISIS y TORMENTAS FINANCIERAS Una de las tendencias fundamentales en lo que podemos llamar el proceso de resurgimiento del liberalismo dentro de ese intento de reestructuración capitalista que viene adquiriendo auge por lo menos desde los años setenta, cuando se empezaba a desdeñar al keynesianismo como fórmula general de aplicación, es el fenómeno de la desregulación. Y así corno al keynesianismo se le puede hacer responsable de la regulación, el neoliberalismo es ante todo desregulación. Este proceso va ligado al crecimiento exponencial de los llamados servicios financieros, de la gran movilidad de capitales bajo la forma de servicios financieros y de lo que eufemísticamente se ha llamado "globalización" : "han disminuido las fronteras nacionales y la ubicación geográfica como factores determinantes de la función financiera [ ... ] Los bancos se han venido expandiendo hacia las áreas de actividad no tradicionales, mientras que otras empresas financieras han venido proveyendo servicios de tipo bancario y formando <bancos que no son bancos>". (Swary y Topf 1993: 382-383). Se puede observar una proliferación extendida de nuevos mecanismos en lo que se ha dado en llamar "innovación financiera", pero habría que revisar un poco lo que ha estado sucediendo en el sector de la economía real para verificar que la industria, la agricultura y la producción material en general han tenido un desarrollo que en nada se corresponde con lo que sucede en la esfera de los fenómenos financieros, esto es, que la esfera de la circulación se ha desprendido y ha andado un camino por entero independiente y desproporcionado respecto al área de la creación de bienes materiales de la economía. Ya Marx decía que en la esfera de la circulación tendían a expresarse una serie de efectos que poco o nada tenían que ver con el" mundo de la producción y que cuando esto sucedía era necesario que entrara en juego un ajuste. Ese ajuste necesario son exactamente las crisis. A estas crisis se les puede llamar de sobreproducción, pero en este caso sería de sobreproducción de instrumentos financieros. Si uno se pregunta por la razón por la cual se generalizaron las facilidades para que surgieran nuevos entes financieros, no es difícil dar con la respuesta y darse cuenta de que lo que ha pasado en los últimos tiempos a nivel de desarrollo del capitalismo es que la "moda" de las relaciones capitalistas ha hecho emerger nuevas modalidades de existencia de formas de producción, como si se tratara de un segundo alumbramiento, esto es, que el capitalismo se reeditó después de que sus días estaban contados, después de que se decía que se encontraba en su última fase. Y esto tiene que ver con la expansión del capital, es decir, que se desparramó ahí donde parecía que ya no tenía ningún papel que jugar, concretamente en el otrora campo socialista. Y este acto se perpetró a través de un renovado liberalismo a nivel continental: la llamada "globalización". Se puede decir que la gran cruzada del modelo de desarrollo capitalista actual es precisamente en contra de la regulación, de la intervención del estado en cualquier sector de la economía, pero particularmente en el financiero, el bancario, etc. Se trata de reeditar el mercado anulando cualquier tipo de interferencia dentro de su libre funcionamiento, de eliminar los controles a las actividades financieras surgidos del keynesianismo. El origen de las regulaciones lo encontramos como respuesta a la inestabilidad de las economías en donde los bancos justamente tenían un carácter fuertemente especulativo. Aquí conviene echarle un vistazo al trabajo de Galbraith sobre la crisis del 29. Justamente a resultas de las recomendaciones de Keynes es que los bancos se ciñen a una serie de legislaciones que recaen en el banco central. El banco central emite la moneda, regula el funcionamiento de los créditos, establece la paridad y la tasa de interés bancario. Recientemente toda una serie de funciones de la banca central han sido cedidas a entes particulares y se avanza aceleradamente en la desregulación de las actividades financieras. (Más adelante veremos cómo los diferentes grados de desregulación han marcado importantes diferencias entre países tanto en el desarrollo de las crisis como en sus consecuencias). Sin embargo, es claro que el efecto de estas medidas no es otro que el de una renovada inestabilidad de los mercados financieros. Dijimos que como parte de ese proceso de desregulación a nivel universal habían surgido una serie de instrumentos financieros sumamente sofisticados y que tienen un gran contenido de volatilidad. Estos son tan explosivos que ponen en cualquier momento al borde de una catástrofe financiera a prácticamente todo el sistema (un ejemplo claro de esto lo fue el caso de la quiebra del banco inglés Barings, por las acciones especulativas de un broker). Y para muestra un botón: uno de esos instrumentos financieros que se lanzaron a la circulación en Estados Unidos fueron los títulos de valor con el nombre de papel comercial, "que es el valor de más rápido crecimiento en la mayoría de los países desarrollados. El papel comercial (pc) es un pagaré a corto plazo (de 7 a 270 días), sin garantía, con vencimiento fijo. Se emite de ordinario con un descuento, sobre todo para inversionistas institucionales (fondos de pensión, compañías de seguros). Entre los prestatarios se encuentran las compañías industriales y comerciales, las compañías tenedoras de bancos, las subsidiarias de compañías extranjeras, y los prestatarios soberanos o de garantía soberana". (Swary y Topf 1993:395) Si estos instrumentos se pueden hacer equivalentes con los tristemente célebres tesobonos en el caso de la crisis mexicana, esto quiere decir que el gobierno mexicano fue víctima de una fiebre que le condujo a introducir, con la más alta celeridad, los instrumentos más innovadores del mundo de las finanzas, del mundo del gran capital. Pero a diferencia de la fortaleza de las bolsas norteamericanas que normalmente manejan estos instrumentos, detrás de los tesobonos estaba el gobierno mexicano que demostró no tener el respaldo necesario para esta modalidad de papel comercial, y el problema es que, ante una situación de crisis y para no caer en la insolvencia total, el propio gobierno mexicano se vio en la obligación de aceptar un préstamo internacional y las condiciones concomitantes que seguramente van a hacer que pase a la historia: "El surgimiento de nuevos mercados de pe se debe mucho al cambio ocurrido en el ambiente regulador hacia la reducción de las rigideces estructurales y barreras que impiden la competencia en los préstamos corporativos [ ... ] El tamaño total de los mercados nacionales de pe se estimó a fines de 1988 en 510.000 millones de dólares (80% en los mercados estadounidenses) [ ... ] ya en 1988 representaba el PC el 12% del total de los préstamos corporativos". (Swary y Topf 1993: 396-97) Como se ve este fenómeno de los papeles comerciales es típicamente norteamericano tanto por su magnitud como por su origen. Parece una perogrullada pero no está de más señalar que si se hubiera tenido en cuenta el demoledor poder económico de los Estados Unidos en general, y el de su bolsa de valores en particular, no se habrían implementado las medidas de desregulación que se tomaron en el caso de México. No obstante, el gobierno mexicano actual ha planteado claramente que se desregulará todo lo que sea necesario para "sacar a flote a la economía", esto es, se privatizará y liberalizará todo lo que se pueda y, con esto, se acentuará la pérdida de la capacidad del estado para hacerse de recursos propios y para incidir en el rumbo de la economía. El siguiente paso, o quizá en un mismo movimiento, es que se incrementen en forma exponencial las deudas que ya habían hecho crisis en países como México y Brasil en la década de los ochenta. Una de las cosas más comunes en el mundillo de las bolsas de valores es sin duda la compraventa de deuda de los países prestatarios, inclusive se han dado algunos célebres planes de conversión de deudas, como el que se implementó para México, bajo la forma de los llamados bonos Baker y Brady.1 1"El <Plan Baker> de 1986 permitió a México obtener nuevas facilidades monetarias negociadas que ascendieron aproximadamente a 8 mil millones de dólares, además de la simple reestructuración de la deuda. Más o menos en esa fecha, los mercados secundarios de la deuda pública se ampliaron y adquirieron una mayor complejidad. En 1986, dentro del marco de un acuerdo <standby> del FMI, los acreedores permitieron a México diseñar e implantar esquemas para aprovechar los descuentos en los mercados secundarios. El gobierno suscribió un acuerdo swap de deuda-capital conforme al cual una parte de la deuda externa con un valor nominal de cerca de 3 mil cuatrocientos millones de dólares fue retirada con un descuento promedio de aproximadamente el 15 por ciento entre 1986 y 1988. Además, en 1988 se llevó a término un plan de cambio de deuda, conforme al cual bonos mexicanos a 20 años garantizados por bonos del Tesoro norteamericano fueron subastados a cambio de la cancelación de la deuda pendiente de pago. Esta operación marcó un punto de inflexión al iniciar un proceso de reducción voluntaria de la deuda y tuvo una importancia crucial para los acontecimientos que ocurrieron posteriormente en esta área. "Un giro repentino se produjo en las negociaciones de la deuda en 1989 cuando, bajo el <Plan Brady> que incluía a 48 mil millones de dólares (47,8 por ciento de la suma total a fines de 1988) de la deuda externa total mexicana, se negoció un paquete global de reducción de la deuda y de su servicio. Conforme al convenio, los acreedores no podían salirse del paquete, pero se les dieron tres opciones a escoger [...]" (OCDE. 1992b:46-47) Otra modalidad también muy socorrida fue la de la conversión de la deuda en inversión directa extranjera, tanto en un caso como en el otro se utilizaron los famosos SWAPS, que no son otra cosa que la posibilidad del deudor de pagar al acreedor en moneda local, que puede ser utilizada exclusivamente para inversión directa en el país deudor. Medida inversa a las políticas seguidas en los Nuevos Países Industrializados Asiáticos (NPIAs), que al dar preferencia a la utilización de recursos vía créditos sobre la inversión directa extranjera, han demostrado que usar la IDE como palanca para el desarrollo resulta en más perjuicios que beneficios. Se genera, pues, un extraordinario proceso de liberalización que todo lo abarca, y dentro del cual fueron precipitados con particular dramatismo los países latinoamericanos. Los grandes capitales a nivel internacional operan en las bolsas de valores, eso es un hecho, y esto quiere decir que las fortunas más importantes de todo el mundo capitalista están al servicio de un objetivo supremo de valorización que es eminentemente especulativo, esto es, que las mayores fortunas del globo pueden "quebrarle los huesos" a cualquiera que se atreva a intervenir en las bolsas de valores. La cuestión es que si se entra en esta vorágine se corre el riesgo de terminar hecho añicos como le sucedió a una economía de paja como la mexicana. En este sentido hacerse ilusiones es francamente remar en una tormenta en el océano teniendo como toda embarcación unas tablas amarradas y no contando siquiera con remos y timón. ¿Cómo fue posible que cotizaran en bolsa todas o casi todas las empresas más importantes de México como Teléfonos de México, Aeroméxico y otras?, ¿cómo fue posible que se permitiera la liberalización de los movimientos de capitales?, ¿cómo fue posible que se emitieran papeles comerciales sin el menor respaldo económico?, ¿por qué razón se hizo de la bolsa de valores el instrumento de financiación por excelencia cuando que la banca nacionalizada se ocupaba de esta función primordialmente? Si ahora el financiamiento se logra a través del mercado de valores es lógico que la política económica del país esté dictada por los grandes grupos financieros tanto nacionales como extranjeros. Ahora el estado mexicano, que se ha despojado de la banca, también ha renunciado a su potestad de poder determinar las orientaciones fundamentales de la inversión, del gasto, del desarrollo, y esta potestad la ha dejado en primer lugar en manos de los grupos financieros nacionales, y más adelante de los internacionales en virtud del proceso de expropiación de los pequeños por los grandes. Todas estas preguntas tienen una sola respuesta, y ésta es que el interés supremo del mercado se impuso precisamente bajo su forma más brutal y despiadada dentro del sistema capitalista, esto es, bajo su forma de capital financiero. Quedar en manos de las instituciones financieras de los países desarrollados hizo a los países subdesarrollados, como México, recurrir de ordinario a la intermediación financiera internacional, con lo cual se tasan unas deudas externas impresionantes con organismos como el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y el Banco de Desarrollo Interamericano. Por el contrario, en los países desarrollados las grandes industrias han sustituido los flujos financieros intermediados por obligaciones directas, y en muchas ocasiones son las que proporcionan los financiamientos de inversión, con recursos propios o a través del mercado de capitales, prescindiendo así en mucho de los servicios de los bancos (los cuales a su vez también participan en las bolsas). En los países subdesarrollados, como ya se dijo, los recursos se obtienen primordialmente de la banca, lo cual convierte a la propia banca en una palanca muy importante de las inversiones de capital. En estas condiciones, en los países subdesarrollados el control de la banca se vuelve una cuestión fundamental por las propias necesidades de inversión. Muchos países, en lo que podríamos llamar períodos críticos, tuvieron a sus bancas bajo el régimen de nacionalización, y este es el caso de la experiencia de Corea que, no obstante haberla privatizado más tarde, en un período muy importante para el desarrollo la mantuvo nacionalizada. A continuación enumeramos algunas de las funciones de la banca para que se pueda apreciar algo que ya se sabe pero que tal parece que se pasa por alto, a saber, la importancia decisiva de los bancos como intermediarios en las actividades de la inversión de capital, importancia que, decíamos, es mayor en los países subdesarrollados debido a que carecen de mercados de capital "eficientes"2 que permitan a los inversionistas obtener fondos directamente de los 2 El mercado de capitales ha ido ganando espacio y la desregulación bancaria se ha dado a la par del aumento de la importancia de las bolsas de valores, donde los mismos bancos participan en forma sustitutiva o complementaria de sus actividades de intermediación tradicionales, pero estos mercados son ineficientes. ahorradores, y es por esta razón que las regulaciones en estos países son mayores que en los más desarrollados, en donde se recurre en gran medida al financiamiento directo: "una razón de la existencia del banco es su ventaja competitiva sobre los individuos y otras organizaciones en la adquisición y el análisis de la información para reducir el riesgo, [ ... ] Además, un banco podría poseer acciones de las empresas con las que haga negocios […] Pero el banco es un prestatario en relación con el inversionista (depositante). Por lo tanto, como cualquier prestatario, tiene un incentivo para convencer a los inversionistas de que pagará sus fondos como lo ha prometido. En la medida en que no logre convencer a los inversionistas, el banco sufragará el costo bajo la forma de mayores pagos de intereses y de otra índole." (Swary y Topf 1993:440) La relación del banco con sus clientes, sea como prestamistas o prestatarios, le da un acceso privilegiado a información de todo tipo, pero principalmente de tipo económico, sobre las actividades y situación de éstos, y un gran poder para intervenir en el derrotero de un país. En la gran crisis del 29 sucedió que las instituciones financieras eran la caja de resonancia de la sobreproducción que se estaba manifestando en todo el sistema, sin embargo fue precisamente el colapso financiero el que hizo que "estallara" la crisis. Gramsci dice que la crisis (que es orgánica al capitalismo) puede ser llevada a la superficie, en su manifestación más violenta, por una serie de eventos muy variados, una crisis política, una crisis financiera, una devaluación, etc., pero lo que las origina es el desajuste entre fuerzas productivas y relaciones sociales de producción. En el caso que nos ocupa parece ser que esta causa fundamental de las crisis capitalistas está presente. Sin embargo, se trata de una expresión muy particular de ése desfase consistente en la reacción en cadena de una crisis financiera que empieza por la vicisitud mexicana que luego extendería sus efectos a todo el resto del continente dando lugar a lo que se conoce como el "efecto tequila" El efecto tequila fue efectivamente la caída en las cotizaciones de le gran mayoría de las bolsas latinoamericanas, especialmente de la bolsa de valores de Argentina. ¿Por qué se dio esté reacción?, ¿por qué tuvo un contagio continental un evento que en otros tiempos sólo se habría limitado a las frontera~ nacionales? La respuesta a estas interrogantes puede esta] en el hecho de que las últimas décadas han desarmado a las economías latinoamericanas justamente del colchón que representaba la regulación de las actividades financieras y bancarias, mientras ha ganado -pesoel1fLercatio de capitales y el financiamiento directo, y la sociedad ha aceptado este juego sin regias donde las grandes asimetrías de poder e información se hacen valer. Está claro que hubo un "trasvase" de las funciones que antes tenían los bancos, -más regulados y regulables, en la formación de capital para la bolsa de valores. La regulación bancaria operó de diversas formas. Una de ellas fue obligar a los bancos a asumir crecientes pérdidas de peso muerto al valor de las empresas, y quizá esto les suene demasiado oneroso a los accionistas mayores de los bancos, que quisieran poder disponer íntegramente de todo el capital para operaciones especulativas, poder hacer que funcione todo el dinero "para producir más dinero". Sin embargo, si no se les ponen cortapisas los bancos usan --toda su Tuerza especulativa para lucrar al máximo, y no es que las regulaciones acaben de una vez por todas con l-as ganancias de esta rama del capital, no, simplemente se plantea que se debe guardar una proporción de recursos -respecto al capital efectivamente utilizado en las operaciones bancarias. También se imponen medidas de fiscalización, porque se teme más que nada a las quiebras en cadena del sistema financiero. Y como un buen ejemplo de esto tenemos el caso de la quiebra del sistema financiero mexicano que fue capaz de arrastrar a todas las economías de América Latina. En México el resultado de todo esto va a ser que el sistema financiero, después de las sucesivas quiebras en cadena, va a ir a caer a manos de los grandes bancos norteamericanos y europeos, así como japoneses. Ese va a ser el resultado de soltar las amarras del control. Por si no fueran concluyentes las lecciones recibidas, en el mes de febrero de 1995 el gobierno del presidente Zedillo liberalizó totalmente las regulaciones que aún existían en materia de límites a la propiedad extranjera en instituciones bancarias. El primer banco que se acogió a esta nueva medida fue el español Bilbao Vizcaya que tomó el 70% del banco Probursa, que es un banco más bien pequeño. (Hemos hablado de ello en el capítulo IV). Ahora habrá que esperar que se interesen los grandes bancos extranjeros en los también grandes bancos nacionales, y aquí se producirá, como lo hemos dicho más arriba, un gran proceso de concentración y centralización de capital, desapareciendo los pequeños y medianos competidores. Cuando se produjo la quiebra del sistema financiero mexicano los inversionistas extranjeros y nacionales empezaron a trasladar sus capitales hacia otras instituciones, a este fenómeno se le conoció como <huida hacia la calidad>: "El efecto de la corrida bancaria pronostica que toda quiebra bancaria hace que los depositantes tengan menos confianza en la solvencia de sus propias instituciones y, por lo tanto, retiren sus fondos. Tales retiros obligan a estos bancos a tomar en préstamo fondos más costosos o a liquidar sus activos, reduciendo así los beneficios de los accionistas. Las pérdidas potenciales impulsan a las autoridades gubernamentales a actuar o a adoptar políticas que limiten este comportamiento. El efecto de información dice sólo que la respuesta a una quiebra bancaria se basa en la información revelada. La reacción de los depositantes, los reguladores y los inversionistas podría interpretarse simplemente como una respuesta a un tipo común de información previamente desconocida, revelada por la quiebra bancaria". (Swary y Topf 1993:445) México vio cómo se desmoronaba su sistema financiero y cómo quedaba obligado a solicitar recursos de los Estados Unidos. "Nos salvó Clinton", anunciaba la prensa mexicana tras el conocimiento del préstamo dado a México. Por supuesto que esto último implicó una serie de compromisos que, como todo parece indicar, abarcan todos los aspectos de la realidad económica, política y social, y sobrepasan inclusive lo ya acordado en el TLC como es el caso de la anticipación de la liberalización financiera, inicialmente prevista para el año 2004. Como muestra ahí tenemos los artículos que escribieran Rubin y Summers, Secretario y Subsecretario del Tesoro Norteamericano, respectivamente, que dicen textualmente: "Como nación soberana, México tomó sus decisiones. Las adoptadas en 1994 fueron desafortunadas, pero se tomaron. México tendrá que asumir las consecuencias. Y EE.UU. -debido al interés crucial que tiene en que este problema se resuelva con éxito- actuó como lo hizo. "Una vez dicho esto, el presidente luchó en primer lugar por un paquete legislativo de 40.000 millones de dólares para ayudar a México, pero llegó un día en que el peso alcanzó un mínimo histórico y parecía que el impago podría producirse en cuestión de días. Al mismo tiempo, los líderes del Congreso norteamericano dejaron claro que éste no podría actuar en el marco de tiempo necesario. El presidente sacó la conclusión acertada de que sólo había dos posibilidades: usar el Fondo de Estabilización de Cambios o no hacer nada, con una gran probabilidad de impago [...] "En el marco de los acuerdos sobre el paquete de ayuda hay un anexo que determina que las obligaciones de México hacia EE.UU. están respaldadas por los ingresos procedentes de las exportaciones de petróleo, productos derivados y productos petroquímicos. Hay un acuerdo que cubre créditos recíprocos a medio plazo y otro que fija los términos en que garantizamos los títulos mexicanos. La ayuda se desembolsará -siempre que México cumpla sus objetivos de política económica- durante año o año y medio. México ha desarrollado un plan financiero que utilizará el apoyo de Estados Unidos para reestructurar la deuda a corto plazo convirtiéndola en obligaciones menos volátiles a más largo plazo y para contribuir al mantenimiento de la liquidez del sistema bancario.3 Si se utilizan los fondos para contribuir a apoyar el sistema bancario, los accionistas de los bancos podrán perder total o parcialmente su inversión, mientras que los depositarios están protegidos. La totalidad de los 3.000 millones de dólares de la ayuda se empleará para ocuparse de la deuda del sector público. "El apoyo tiene tres formas: créditos recíprocos a corto plazo por dólares de hasta un año, créditos recíprocos a medio plazo de hasta cinco años y garantías de títulos para las obligaciones estatales de hasta 10 años. "COBRAREMOS A MEXICO UNOS TIPOS DE INTERES y COMISIONES SUSTANCIALMENTE MAYORES QUE EL NIVEL DE RIESGO QUE ASUMIREMOS.4 (Las mayúsculas son nuestras) "Los acuerdos aprovecharán la base del programa de estabilización del FMI. México llevará a cabo una política financiera con objetivos estrictos, como el recorte del gasto y el superávit presupuestario o la restricción del crédito para reducir el volumen real de dinero. Además, México acordó recortar los préstamos del banco de desarrollo y acelerar las reformas estructurales y las privatizaciones5 además de 3 Lo que habría que averiguar es la razón por la cual México decidió hacer uso de los ya famosos tesobonos cuando que eran exactamente como una soga al cuello, ¿no tendrían en esta decisión del gobierno mexicano algo que ver los Estados Unidos?, todo parece indicar que la senda por la que se precipitaron los gobiernos neoliberales de Miguel De la Madrid y Salinas la pusieron precisamente los Estados Unidos para que después ellos mismos salieran al rescate de México. 4 Una verdadera joya de la política de los Estados Unidos hacia los países latinoamericanos. Ciertamente se decía que en la fase de desarrollo del americanismo esa vieja práctica de intromisión en los asuntos de nuestros países, tan característica de las anexiones territoriales propias del siglo XIX, ya había sido rebasada, sin embargo ya se nota que esto no es así. 5 Aquí seguramente cabe la privatización de PEMEX y la total liberalización de las instituciones financieras hasta poder ser poseídas en un 100% por parte del capital extranjero; también se piensa en una proporcionar la adecuada transparencia. Las estrictas medidas que ha anunciado México son un paso adelante y hay que reconocer su valentía. Por ejemplo, las medidas fiscales aportarán el 1.5% del PIE: en EE UU, medidas semejantes supondrían 90.000 millones de dólares. "En relación con la pregunta de cómo medirá EE UU los resultados,6 podemos decir que se han tornado medidas extraordinarias para garantizar que podamos saber lo que hace México y examinar las cuentas rápida y frecuentemente. México va a publicar semanalmente los balances del banco central. Los acuerdos garantizan que México nos proporcionará toda ¬repito, toda- la información necesaria para determinar cómo marcha su economía y saber si están cumpliendo sus obligaciones.7 PERO EL PUNTO CLAVE ES QUE DESEMBOLSAREMOS LA AYUDA EN FASES Y DE FORMA ALTAMENTE CONDICIONADA.8 (Mayúsculas nuestras) "Hay otros tres puntos importantes: está claro que la responsabilidad del éxito corresponde a México. Ha desarrollado un estricto plan económico, y nosotros hemos condicionado nuestro apoyo a su comportamiento. [¡!] En segundo lugar, hemos dejado claro que estábamos dispuestos a apoyar a México, pero sólo si existían garantías de que nos devolverían el dinero, de que habría transparencia y vigilancia. En tercer lugar, tenemos un medio de devolución garantizado gracias al petróleo. PEMEX -la compañía de petróleos estatalha dado instrucciones a sus clientes extranjeros para que efectúen los pagos por las exportaciones de petróleo y productos derivados y petroquímicos a través del Banco de la Reserva Federal en Nueva York, y esas cantidades revertirán a EE UU en caso de impago por parte de reducción sustancial del sector de cobertura social, IMSS, ISSSTE, etc. 6 Cierto, los norteamericanos no podían dejar de pedir una garantía sólida para su inversión. 7 Aquí el papel de la información no sólo es para dar confianza a los norteamericanos, no, aquí la información tiene como objetivo fundamental que los movimientos de capital se lleven a la práctica precisamente en función de las acciones interesadas de los grandes financieros norteamericanos e internacionales en el sentido de poder incidir en la política económica y la política-política de México. 8 Esta frase ya puede inscribirse en los libros de la historia y ha pasado, por derecho propio, a la celebridad, su equivalente con otra del siglo pasado es aquella que dice: "América para los americanos", esto es, la doctrina Monroe. México.9 [ ... ] "La situación mexicana es una realidad. Además ¬aunque a algunos les gustaría que desapareciera por el mero hecho de desearlo- compartimos una frontera de 3.200 kilómetros, y la vida de nuestros ciudadanos y nuestras economías están inextricablemente vinculadas." (Robert Rubin: "Por qué ayudó EE UU a México". El País, domingo 2 de abril de 1995). Cuando el sistema capitalista se sobrevive a sí mismo es difícil que encuentre mejores métodos para salir adelante que aquellos que fuerzan al máximo la lógica de las cosas, es decir, que aquello que parecía una etapa ya superada de las relaciones capitalistas de producción es relanzada con el propósito de permitir que esas relaciones, que parecía que ya estaban condenadas a desaparecer, tengan nuevamente pertinencia y permiso para existir por quién sabe cuánto tiempo. El sistema capitalista se enfrenta a una crisis como nunca antes la había enfrentado, y sin embargo la falta de una alternativa es palpable justamente porque esa alternativa demostró que no estaba dispuesta a llegar hasta sus últimas consecuencias. Ahora bien, ¿es posible aminorar o evitar las crisis? Se reconoce que la crisis se origina por un fenómeno de sobreproducción y luego se plantean las medidas regulacionistas que las pueden contrarrestar. Sin embargo esto no es del todo eficaz, sólo hace a las crisis menos violentas para que se acumulen más potencialidades explosivas y un día finalmente estallen las contradicciones con mucha mayor fuerza. No obstante esto, es decir la inevitable manifestación de la crisis, existen una serie de fuerzas contraactuantes, y existen a distintos niveles del sistema económico, pero para nuestros propósitos interesan justamente las que están relacionadas con el sistema financiero. Algunas de estas formas de regulación del sistema bancario serían: "Como indicamos antes, la regulación bancaria se impone como un medio de control de los riesgos asumidos por los bancos. Pueden identificarse tres tipos principales de provisiones en diferentes países: restricciones de cartera (solvencia), exámenes bancarios, y seguros de depósitos. El método 9 No está de más señalar que al hipotecar el país se ha condicionado todo tipo de política económica, incluso la política en materia exterior, porque la marcha de la economía dependería del ritmo que impusiera la ayuda financiera de los Estados Unidos. Esto es lo que se llama determinar la política por los mecanismos de la economía, de las finanzas. primordial que complementa estas provisiones para el control del riesgo bancario es, por supuesto, el uso de las normas de adecuación de capital." (Swary y Topf 1993:451) Las restricciones de cartera, que se refieren a la solvencia, "limitan la libertad de un banco individual para emprender actividades riesgosas o para mantener una cartera de activos y pasivos de alto riesgo" (Ibíd.), lo que implica restricciones sobre las decisiones de financiamiento y de inversión, a la administración de la liquidez y a las operaciones con divisas. En cuanto a las restricciones a las decisiones de financiamiento interesan tres razones (ratios) de capital: capital/depósitos públicos, capital/total de pasivos, y capital/activos riesgosos. Las restricciones a la inversión se refieren a imponer un "tope al monto de cualquier activo singular en la cartera de un banco «restricción de tamaño», y una limitación sobre la clase de activos que pueden poseer los bancos «restricción de la actividad»". (Ibíd.) Las aplicadas a la liquidez se refieren a que el capital debe cubrir los activos fijos y a los requerimientos de reservas requeridas (se imponen, por ejemplo, en Bélgica, Holanda, Luxemburgo y la RFA, la primera, y en Holanda, Suiza y la RFA, la segunda). Además se imponen restricciones a las posiciones descubiertas en divisas como un porcentaje del capital social, y otras, como a la distribución de dividendos, "a las acciones bancarias de un solo accionista (a fin de impedir los tratos consigo mismo y el fraude); especificaciones referentes a la composición interna del capital (la proporción de los pagarés al total del capital en los Estados Unidos); y un tope sobre la cantidad de cualquier depósito singular". (Swary y Topf 1993:45153) Aquí tenemos todo un conjunto de medidas, como el control de cambios, que son muy comunes en una serie de países europeos, pero que en México, que nosotros recordemos, sólo se estableció por un período muy corto de tiempo, justo después de la nacionalización de la banca. Hoy un control de cambios, en las condiciones en las que se desarrolla la economía mexicana, es absolutamente improbable. Está claro que todas estas limitantes que se le introducen a la acción del capital financiero tienen como propósito evitar únicamente las quiebras, la especulación galopante de las instituciones financieras que tienen una gran área para poder ampliar su campo de acción sin medida de ninguna especie. En este sentido la regulación sólo es operativa en la esfera de la circulación y no decide los temas centrales de la producción, no va a determinar que la industria se desarrolle en tal o cual sentido sino solamente creará las condiciones más o menos favorables para el despliegue de unas tendencias que se dan de acuerdo a parámetros como las ganancias, la acumulación, la productividad. Para una discusión más teórica sobre este concepto del área de acción de la regulación se puede acudir a los teóricos franceses que han escrito copiosamente sobre ello. Tiene una gran importancia el tema de la regulación en general y del sistema financiero en particular para los países subdesarrollados, y lo que no se puede explicar es cómo México accedió a entrar en un acuerdo de libre comercio en el que se establece la libre movilidad de capitales y una creciente liberalización de los servicios financieros, no sólo por las grandes desventajas de partida, sino porque se hace obligatorio el cumplimiento de las reglas del juego sólo para México. En el caso de los Estados Unidos no se adoptó una regla de cumplimiento nacional porque allí cada uno de los 50 estados posee legislaciones propias de instituciones bancarias y financieras. En este sentido no existe ni la más remota reciprocidad y armonización entre las legislaciones bancarias y financieras de México y las estadounidenses. En cambio la experiencia de la CE es bien distinta, ya que existen una serie de instrumentos que vinculan a las legislaciones financieras y bancarias de los 15 de modo de que no se produzcan distorsiones. Y justamente porque los países subdesarrollados tienen mucho que perder en un proceso de integración, al menos en el caso de una integración de carácter capitalista, entre países con grandes asimetrías, como es el caso de E.U. con México, se deben tener una serie de consideraciones que se respetaron en el caso de la Unión Europea pero no en del TLC. Aun si se tomaran salvaguardias (UE) las disparidades tenderían a aparecer irremediablemente, y si no se tomaran las economías menos desarrolladas quedarían sumamente expuestas porque la dimensión y poder de las grandes se sobrepondría a ellas. Veamos por qué: "los servicios financieros forman un sector especialmente importante de la actividad económica de la CE: en 1988 constituían el 6,5% del PIB y aportaban 3,5 millones de empleos, o sea 3% del empleo total. Un estudio realizado en 1985, de la estructura de los tres principales grupos económicos por valor agregado en términos sectoriales, demostró la importancia comparativa de los servicios financieros en la CE, que generaban un valor agregado de 253.000 millones, de ECU en ese año, mientras que en los Estados Unidos se generaban 163.000 millones, y en Japón 69.000 millones. En términos relativos, estos servicios constituían el 8% del valor agregado en la CE, pero sólo el 3,1% en los Estados Unidos y el 3,8% en Japón. "Los doce países de la CE albergan cerca de 2.100 bancos comerciales y 550 sucursales de bancos extranjeros, además de unos 1.400 bancos de ahorro y 4.000 bancos cooperativos. Los Estados Unidos tienen más de 14.000 bancos comerciales, 3.000 instituciones de ahorro y 14.000 uniones de crédito, mientras que Japón tiene cerca de 1.165 bancos. "Los países de la CE tienen 160 de los 500 bancos más grandes del mundo. [ ... ] "El tamaño del sistema bancario de la CE, en relación al PIB, llegaba a 151%, mientras que era de 100% en los Estados Unidos y de 224% en Japón." (Swary y Topf 1993:482-83) El panorama de los grandes bancos es más o menos como sigue: Japón tiene los bancos más grandes y éstos a su vez reúnen los capitales más importantes; en segundo lugar se encuentra la UE (12) y finalmente están los Estados Unidos. En cambio las bolsas de valores más grandes y que reúnen los capitales más importantes son las que se encuentran en Estados Unidos; en segundo lugar se encuentra Japón, y finalmente la UE. Esto puede dar una idea de cómo se encuentran distribuidos los capitales por el mundo. En la UE los bancos se erigen como los grandes certificadores que dan permisos de operación en cualquier territorio de la unión, esto quiere decir que se les dota de unas facultades extraordinarias y que se encuentran fácilmente por encima de los gobiernos nacionales, con una gran autonomía y hegemonía de las instituciones financieras y bancarias. En el caso del TLC, aun sin haberse dado la unión económica, ni tan siquiera el mercado común, ya los bancos y las bolsas de valores se erigen como señores todopoderosos que han jugado un papel primordial en la "tormenta financiera" que se originó en México y que se extendió fácilmente por todo el sur del continente. Si las bolsas de valores están abiertas a inversionistas de otras naciones, ciertamente se está creando un mercado de capitales de carácter global. La cuestión es saber qué garantía tiene una bolsa de un país determinado de ser la preferida o cuando menos que se le preste una atención mínima por parte de los capitales internacionales. Ninguna. Como se sabe, lo determinante es, como se maneja en la jerga de las bolsas de valores, que las instituciones más solicitadas son aquellas que precisamente se encuentran más liberalizadas. y aquí surge el problema de que si para que acudan los capitales se debe estar lo más liberalizado, pues se desata una carrera desenfrenada para ver quién liberaliza más, y quien lo haga será el que 'reciba más capitales. Pero ya en función de lo que ha sucedido, resulta que ni siquiera esto fue capaz de retener los capitales que andan trashumantes por el mundo en busca de ganancias, y acudirán ahí donde se encuentren los ambientes en los que logren esas grandes ganancias. y este fue precisamente el caso de México. ¿No fue acaso la economía mexicana una de las que más se liberalizaron? ¿No fue la economía mexicana una de las que más récords batió en materia de privatizaciones? ¿No fue la economía mexicana una de las que más capitales recibió justamente convirtiéndose en uno de los mercados emergentes más deseados por el capital internacional, y que luego de la noche a la mañana vería cómo se esfumaban todas estas preferencias por obra de una situación de inestabilidad provocada por los propios capitales? Ciertamente los mercados de capitales se guían por indicadores que son más profundos que el de la liberalización, si bien imponen como condición para dirigirse a estos mercados el que se encuentren liberalizados tal y como estaba la economía inglesa en el siglo XIX. Recuérdese que la CEE se creó en 1957, y no es sino hasta los años 70 que se toman las primeras medidas concretas para armonizar y crear una legislación única de instituciones financieras y bancarias. Si nosotros tomamos este dato y lo cotejamos con el hecho de que en el TLC de Norteamérica desde el primer día de la creación de esta zona de libre comercio ya se incluía el capítulo de la libre movilidad de capitales y de servicios financieros, sacamos como conclusión que la parte mexicana hizo una concesión absolutamente inadmisible, que incluso esa concesión puede explicar perfectamente el hecho de que México haya sufrido la tormenta financiera que dio al mundo el pretexto para construir ese término que llamé "efecto tequila" y del cual hablaremos con más amplitud más adelante. ¿Cómo explicar, en el caso de la DE, que países como Grecia, Portugal y España mantengan salvaguardias para sus sistema~ financieros y bancarios hasta 1995?, aunque de hecho la plena liberalización de servicios financieros y bancarios en esto~ países se aplaza hasta bastante tiempo después. Y como no podía dejar de comentarse nosotros volvemos a nuestra referencia del TLC. Concretamente en relación a la legislación bancaria, el TLC establece que se liberalizarán las instituciones y servicios financieros desde el primer día en que entrara en acción, sin embargo en el texto original se permitía la existencia de salvaguardias para México de tal forma que durante 10 años,l0 en forma paulatina, se autorizaría la propiedad de extranjeros sobre el sistema bancario y bursátil hasta en un 15 y 20 por ciento, respectivamente, como total. Pero uno de los saldos que arrojó la tormenta financiera sobre México fue el de la modificación de esta sección y su transformación radical en el sentido de que en febrero de 1995 se permite una liberalización total, esto es, de aquí en adelante los bancos y las instituciones financieras extranjeras podrán poseer hasta el 100% de cualquier institución financiera nacional. Esto no ha hecho dudar a los bancos extranjeros: en el acto el Banco BilbaoVizcaya adquiere el 70% del banco Probursa.11 "En febrero de 1995, sumaban 102 las solicitudes de subsidiarias extranjeras para el establecimiento de operaciones financieras conforme a las estipulaciones del TLC; 39 de ellas fueron aceptadas. [ ... ] de acuerdo con las medidas de política monetaria aprobadas por el Congreso a principios de 1995, el límite fijado por el TLC a la participación de extranjeros en el mercado sólo será eliminado en el caso de aquellos bancos que compren bancos nacionales. Esta flexibilización tiene la intención de fomentar la inversión extranjera para ayudar a recapitalizar el sector bancario nacional cuyo capital básico se vio dañado por la crisis". (OCDE 1995b:99) O sea que la crisis mexicana, por lo menos en la magnitud y características que adquirió, se debió en gran parte a la desregulación económica, y financiera en particular, y su resultado fue mayor desregulación, cuando en otra época esto hubiera llevado a la adopción de medidas proteccionistas. Si ya nos parecía exagerado que desde que se negoció el TLC se incluyera el tema de los bancos y las finanzas, ahora con esta nueva modificación francamente nos parece una aberración, tanto más si tomamos en cuenta que a la Unión Europea llegar a la liberalización total de los servicios financieros le llevé nada más ni nada menos que 36 años, en cambio en el caso del TLC esto se cubre al segundo año de entrar en vigor. Lo que queda claro es que no existe una consideración de 10 El periodo de transición terminaba en 1999, pero con posibilidades de las autoridades mexicanas de congelar los porcentajes durante otros cuatro años. 11 En junio de 1995. Sobre la penetración de los bancos extranjeros hemos hablado en el Capítulo IV. "nación menos favorecida", parafraseando el status de nación más favorecida que muchos países quisieran arrancar de los Estados Unidos. Por el contrario en la UE, y esto sin hacer la apología, se otorga una reciprocidad "de espejo" y que se puede explicar como la acción de ofrecer a un país las mismas condiciones que se quieren para el acceso de empresas propias a ese otro país. Esto no tendría nada de especial si se hicieran las cosas como se plantean más arriba, sin embargo ¿qué reciprocidad "de espejo" puede ofrecer Estados Unidos cuando está regido por 50 legislaciones bancarias y financieras frente a una sola legislación de carácter nacional en México? Como queda claro Estados Unidos no puede ofrecer ningún tipo de reciprocidad. "Es probable que la regulación estadounidense experimente también ciertos cambios estructurales. A medida que la política reguladora y la estructura se vuelvan más uniformes y coordinadas a nivel internacional, la estructura segmentada de la regulación bancaria estadounidense, dividida como se encuentra entre los gobiernos estatales y el gobierno federal, e incluso entre diferentes organismos al mismo nivel, se reducirá y se volverá menos sostenible. Ya se han escuchado peticiones (y propuestas legislativas) para que un solo organismo regulador represente a los EEUU en foros internacionales". (Swary y Topf 1993: 506) Aunque esto sucediera, y aunque se estableciera la reciprocidad ¿estarían las instituciones mexicanas en posibilidades de tomar posiciones en el sistema financiero estadounidense? ¿Cuántas de ellas y en qué proporción? Fue tan eficaz la manera de preservar los intereses del sistema financiero de los EU que cuando parecía que se había dado un gran traspaso de capitales hacia países como México, bastaron los primeros síntomas de inestabilidad para que estos capitales regresaran a su lugar de origen. Todo indica que los capitales se dirigen a las zonas de menos regulación, pero al mismo tiempo estas zonas son las más vulnerables j las que más fácilmente son arrasadas por las tormentas de] sistema monetario internacional. Para ejemplos ahí está e] "efecto tequila": "La justificación básica de la regulación bancaria suele presentarse desde el punto de vista de] bienestar global de la sociedad. Debido a las deseconomías externas, las quiebras bancarias tienen un elevado coste social que suele atribuirse al llamado efecto de dominé [tequila], de modo que eventualmente provoque quiebra~ generalizadas por todo el sistema bancario. Al mismo tiempo, los costos sociales de la regulación bancaria suelen considerarse como ineficiencias de la asignación provocadas por la intervención en las operaciones bancarias". (Swary y Topf 19-93:508}. Corno es evidente las regulaciones seguramente a muchos especuladores no les gustan simplemente porque ponen cortapisas a operaciones que les pueden reportar cuantiosísimas ganancias. Se ha hablado de la economía global de casino, y esto es lo que se está imponiendo por el momento. Sin embargo el punto de vista de los autores es que esta situación conduce a la economía global, ahí sí global, a una inestabilidad permanente, porque es una situación de manicomio que el mundo esté regido por tales reglas del movimiento de capitales, porque ahora resulta que se puede descapitalizar a un país en un abrir y cerrar de ojos y lanzar a la ruina a una economía como la de México porque se presenten ciertos signos o señales en los mercados financieros que hacen que unos inversionistas crean que ven más y mejores ganancias en otro lado y entonces todos se pelean por ir hacia allá, repelidos por el temor de pérdidas o atraídos hacia donde se emiten estos signos de ganancia. Esto sólo es posible en una economía ultraliberalizada, una economía que eufemísticamente se le ha llamado de casino globalizado. Pero una situación así no puede sostenerse por demasiado tiempo porque, como decíamos, ni siquiera a las economías más fuertes conviene una inestabilidad y amenaza de crisis recurrentes a cada momento. En realidad los mercados financieros de los países desarrollados están más o menos fuertemente regulados. regulaciones existentes más importantes son: más Las "1. Barreras a la entrada (y la creación de sucursales) que protegen a los bancos contra los competidores provenientes de diferentes áreas geográficas del exterior o de diferentes industrias. "2. Segmentación y especialización del mercado bancario, por ejemplo entre los bancos comerciales y los hipotecarios. 113. Controles de la tasa de interés para reducir la competencia entre los bancos comerciales. "4. Aseguramiento de los depósitos y otros aspectos de la <red de seguridad>. [ ... ] "En total, los países pueden agruparse en tres categorías, de acuerdo con el grado de la intervención reguladora en la toma de decisiones de los bancos: - Mínima: Reino Unido, Alemania Occidental, Suiza. - Moderada: Francia, Canadá. - Fuerte: Estados Unidos, Japón. "La observación revela la existencia de una estrecha correlación positiva entre el nivel de la interferencia en las operaciones bancarias y el nivel de protección provista por los reguladores. Por ejemplo, en los Estados Unidos y en Japón intervienen grandemente los reguladores en la toma de decisiones de los bancos, al mismo tiempo que se provee a los bancos de un alto nivel de protección a manera de compensación". (Swary y Topf 1993:511-12) De aquí resulta que los Estados Unidos con su regulación de las instituciones financieras y bancarias dota a los bancos de su país y a sus financieras de una protección efectiva que los mismos Estados Unidos se encargan de desmontar en otros países como México, al que obliga a bajar a ni veles históricos el grado de regulación y por lo tanto de protección de sus instituciones bancarias y de seguros: "El resultado de este tipo de regulación es un bajo nivel de quiebras bancarias en los países que cuentan con una fuerte intervención reguladora. Esto podría tomarse como una prueba en apoyo de la afirmación de que el objetivo principal de la regulación bancaria es la prevención de las quiebras y las corridas contra los bancos. [ ... ] la desregulación reduce la protección de la supervisión (barreras geográficas, control de la tasa de interés, segmentación, etc.), al mismo tiempo que reduce la intervención (expansión de las facultades de los bancos, reducción de los requerimientos de reservas, etcétera). No hay duda de que los bancos que ahora están menos regulados, que operan en un ambiente de mayor competencia y eficiencia, serán más vulnerables al riesgo. Se espera que el efecto de la desregulación de la banca sea similar al de otras industrias, como las de aerolíneas y camiones de carga en los Estados Unidos. Esto podría conducir, en la primera etapa, a una gran reestructuración acompañada de quiebras bancarias y fusiones de bancos". (Swary y Topf 1993:512 y 517) Aquí nos introducimos en la polémica de la protección efectiva como una forma de poder preservar ciertas industrias que interesan para el desarrollo económico. Se ha dicho que si no hubiera sido por una serie de protecciones las industrias de países como México, Brasil e inclusive como Carea no se hubieran podido desarrollar, y esto es válido para las instituciones bancarias, particularmente respecto al Banco Central. Sin embargo, ahora estos países (la situación en los asiáticos es diferente) de una cierta tradición reguladora y proteccionista, se han des regulado y desprotegido aceleradamente. Y aunque el resultado lo tenemos a la vista, es solamente un anticipo de lo que puede ser. Es de esperarse que suceda lo que se señala al final de la cita arriba transcrita, es decir, que se dé una competencia feroz, que se reestructure el sector bancario y financiero y finalmente que cierren un determinado número de instituciones. El panorama del mundo bancario en los Estados Unidos actualmente es el de una tendencia hacia la concentración y centralización de capital, un panorama no muy diferente al que se tiene en países como México, Argentina y Perú, pero en donde las condiciones son diametralmente opuestas: "Generalmente se considera a la ley de instituciones de Depósito, Desregulación y Control Monetario, de marzo de 1980 (DIDMCA), y a la ley de instituciones de Depósito de 1982 (DIA), como las piezas más importantes de la legislación bancaria promulgada desde la Ley Bancaria de 1933 [ ... ]. Un componente fundamental de estas leyes fue la eliminación de los topes de la tasa de interés y de las barreras que impedían la entrada de las instituciones de ahorro que deseaban proveer servicios financieros antes reservados para los bancos comerciales. Así se incrementaban la competencia y el riesgo de la banca. [ ... ] En 1987, la Junta de la Reserva Federal empezó a aprobar las solicitudes presentadas por las compañías tenedoras de bancos para que se permita que las subsidiarias no bancarias de propiedad total avalen y negocien ciertos valores no elegibles para los bancos. Se cree que las facultades de los bancos se expandirán en el futuro [ ... ] Desde principios de los años ochenta han aumentado enormemente las quiebras bancarias, así como el número de los bancos en problemas, y se ha acelerado la actividad de la fusión bancaria. Las fuerzas que se encuentran detrás de esta reestructuración son la drástica declinación de la calidad de los activos y el efecto del incremento de la competencia y la reducción de la protección. Este proceso ha provocado agudas críticas contra la red federal de seguridad en general, y el aseguramiento de los depósitos en particular, ya que contradice la filosofía de la desregulación. Específicamente, el avance de la des regulación requiere un cambio básico en la protección reguladora al mismo tiempo". (Swary y Topf 1993:522-23) Quizá una de las claves que permiten entender el por qué los bancos en la década de los noventa se han visto en la urgente necesidad de buscar áreas hacia las cuales expandirse como instituciones a la vez de aumentar sus ganancias, es justamente el comportamiento de toda la industria, y de los mismos bancos, en la década de los ochenta. Durante esos años se produjo un número extraordinariamente alto de quiebras, fusiones y adquisiciones dando corno resultado una estructura industrial que ciertamente respondía a los nuevos retos que se estaban planteando a nivel de la ~economía globalU, pero que había costado un mundo de riqueza y de recursos y dejaba muy mal paradas a las industrias. Simplemente es necesario tener en cuenta que Estados Unidos lo único que hizo fue tratar de estar a la altura de la tremenda competencia que le llegaba desde Japón y, en una menor medida, desde Alemania. La mayor parte de los bancos más grandes del mundo pasaron a ser japoneses, y Alemania no se quedaba muy atrás. La reestructuración americana debía recuperar el terreno perdido, y éste se recupera a costa de los llamados mercados emergentes, principalmente de América Latina de donde Estados Unidos se cree el amo y señor. Y corno Estados Unidos efectivamente tiene la hegemonía en esta zona del mundo desde ahí intentará resarcirse de las pérdidas ocasionadas por el intenso proceso de fusión y concentración de los años ochenta. Tenemos entonces que una de las secuelas de ese proceso de reestructuración a nivel mundial fue que una parte importante de los costos se transfirieron, vía mecanismos de succión financiera, a los países subdesarrollados. La década de los ochenta para América Latina fue denominada la "década perdida" precisamente por la pesada carga que significaba para los países subdesarrollados, particularmente los de América Latina, el pago de las deudas y de sus intereses. Ya desde la crisis de la deuda los países que poseían las instituciones financieras prestamistas tuvieron la oportunidad de ensayar algunos mecanismos de control y maneje de las economías de los países deudores, de todas esta5 instituciones la mas célebre lo fue sin duda el Fondo Monetario Internacional y sus prácticas más celebres, también, las políticas de ajuste de las economías. Pero no sería sino hasta el advenimiento del fenómeno de le "globalización" que se darían formas de control infinitamente más eficaces, insidiosas y sofisticadas. y se puede constatar lo anterior por el hecho de que = "Virtualmente todos lo:: datos referentes al tamaño total de la banca internacional indican muy elevadas tasas de crecimiento durante los últimos 25 años." (Swary y Topf 1993:531) En la obra de Lenin, El imperialismo, fase superior del capitalismo, se analiza a la perfección ese fenómeno de concentración y centralización de capitales que va a hacer que se forme una oligarquía financiera que acumula grandes capitales y se ve en la necesidad de exportarlos hacia donde reditúen más altas ganancias. Lenin estudiaba el fenómeno del imperialismo teniendo como la base de su estructura a los monopolios (que tenían como origen la libre competencia), mientras que en el fenómeno actual del desarrollo del capitalismo la base del fenómeno son las políticas de integración económica. La cuestión es que a fines del siglo XX esa exportación de capitales se lleva a la práctica en un contexto de bloques que coexisten en una economía que se ha llamado "global", esto es, se establecen unas reglas del juego entre un conjunto de economías determinadas que se integran, básicamente en marcos regionales, y luego esos bloques compiten duramente en un contexto de economía global. Como se comprenderá este contexto ha permitido la expansión de las ganancias capitalistas de una manera desenfrenada. En la periferia del capitalismo es donde se han concentrado principalmente los capitales en busca de más altas tasas de ganancia, sin embargo esa tendencia parece que se está revirtiendo. En vez de mercados emergentes empieza a hablarse de "escape hacia la calidad", como una respuesta del capitalismo internacional a la tormenta financiera que se originó en México. Todo parece indicar que la escalada de la desregulación ha tocado fondo, porque el propio movimiento del capital ha entrado en una fase que se encuentra, diríamos, en un punto en el cual seguirse expandiendo corno lo ha estado haciendo hasta ahora conducirá irremediablemente al sistema a una crisis final y total: "Cuando consideramos el futuro de la banca internacional, tenemos la impresión de que se frenará el crecimiento de este mercado, y que el freno irá acompañado de un cambio básico en su naturaleza. Esta expectativa se basa en varios factores: "-Los requerimientos de Adecuación del Capital de Basilea han impuesto normas equivalentes a todos los banco internacionales. Aunque las reglas tienen deficiencias en SB definición del capital y en el tratamiento del riesgo de la tasa de interés y del riesgo bancario, tendrán un impacto profundo sobre las operaciones bancarias. Se espera que e1 crecimiento de la intermediación bancaria se vea severamente afectado incluso en los países que se encuentran ahora por encima de la razón requerida. Il Además por su bajé rentabilidad. -La desregulación y derogación de algunas protectoras reducirán o eliminarán los incentivos. -Con la innovación en la tecnología de las comunicaciones "cada día resulta más difícil que un estado o una nación imponga cargas reguladoras que se desvíen de las normas mundiales. “Se han <valorizado> algunos de los prestamos internacionales” (ya no se hacen por intermediación bancaria). “- Se han desarrollado instrumentos financieros novedosos. “-La institucionalización del ahorro y la inversión ha hecho que muchos clientes de los bancos adquieran la escala y los conocimientos necesarios para prescindir de los servicios bancarios en el campo de la di versificación y transformación de activos". (Swary y Topf 1993;535-36) Ciertamente de todos estos aspectos que se señalan el más importante es la caída de la tasa de ganancia, sin embarga la forma en que se hace frente a este problema es muy particular, esto es, que se darán respuestas de acuerdo a la causa de la crisis y de su manifestación. Así se puede decir que se dará un movimiento hacia el restablecimiento de las regulaciones a nivel internacional, hacia el control de unos capitales que prácticamente no encontraban obstáculos a nivel mundial para valorizar sus activos y trasladarse de la manera más vertiginosa y rápida posible a donde fuera y como fuera, y a costa de lo que fuera, lo que trajo un enorme perjuicio a la base nacional de las economías, esto es, muchos países vieron evaporarse industrias que antes eran emblemáticas de cada nación o conjunto de naciones; España perdió ;:;u industria naval; Inglaterra sus manufacturas; México casi toda su base industrial; etc. Nos proponemos ahora analizar en concreto cómo se originé este movimiento de destrucción de una economía como la de México, cuáles fueron sus efectos sobre el resto de los países de América Latina dando lugar a la primera crisis general del sistema capitalista luego del surgimiento de la llamada "economía global" y cómo es que esta crisis desembocará en la ruina del modelo de desregulación de la economía que podrá dar lugar a un nuevo intervencionismo 2. LAS CAUSAS DE LA CRISIS FINANCIERA EN MEXICO Decíamos que una de las características fundamentales que se producen a la hora de que se integran economías tan dispares como la de México y Estados Unidos es precisamente el problema de la desigualdad, desigualdad que por otro lado es una característica consustancial del propio desarrollo del capitalismo y que en cierta forma es como la base de la pirámide, siendo la parte superior de esta estructura el acuerdo de libre comercio de América del Norte. Inclusive esta desigualdad se transformará en un ingrediente estructural sin posibilidad de retorno dentro de las reglas del juego propiamente económicas capitalistas a no ser que intervenga un elemento que modifique de raíz estas desigualdades. Para que se tenga una idea de la magnitud de las desigualdades que se mantienen entre las economías desarrolladas que forman el TLC y la única economía subdesarrollada que por el momento forma parte de este Tratado, esto es México, presentamos el siguiente cuadro que muestra el lugar que ocupa México en relación a una serie de indicadores significativos de desempeño económico, tornando como referente a los miembros de la OCDE, y esto por la razón de que México fue aceptado en este organismo en el año de 1994 como un reconocimiento a la "nueva senda" del desarrollo por la que se encaminaba el país y para que dispusiera de los beneficios financieros que otorga esta institución. Esto hace que todos los miembros del TLC estén incorporados en la OCDE, nada más que Estados Unidos y Canadá en el pelotón de los "fugados", mientras que México en el de la retaguardia junto con países como Grecia y Turquía. Bueno, la situación es como sigue: Cuadro 8 La economía mexicana y la oeDE Países máximo Superficie Población P. activa PIE millones de km.2 rnillones . millones mil dls. PPA en 9,97 251,5 124,8 5.513,9 de la OCDE* mínimo medio México 1990 rango G,GG03 1,34 0,3 35,7 0,1 16,3 5,9 684,0 1,97 81,2 24,1 241,4 4 3 4,1 594,3 445,1 8 4 11 miles de dls(l) 5.392,2 Estructura Empleo/población Salarios agríc./ % 52,7 30,4 43,2 28,8 23 salarios tots. 9- 47,8 2,1 9,4 22,6 3 Deuda púb./PIB Gasto púb./PIB Salarios/PIB FBCF!PIB % 130,2 60,3 61,2 32, O 13,5 31,6 29,4 14,6 61,2 46,6 51,4 22,0 50,0 26,0 24,6 18,8 11 25 25 22 45.729 63,1 5,3 21. 438 ·11.063 2,5 -2,9 3.359 34.913 8,3 19033 18,0 1,7 5.482 23 2 6 24 " % % % Desempeño Ec. PIB/empleo tot. Inflación media+ PIB crec. medio+ PPA en dls PIB!pob. total PPA en dls % % 1,7 15,150 *En 1990 eran 24 los países de la OCDE. México se incorpora en 1994. Los datos de la OCDE se refieren al último año disponible. PPA: Paridad del poder adquisitivo +años 1989-91 Fuente: Estimaciones del Secretariado de la oeDE. Problemes economiques N°2.313, 17 de febrero de 1993. Queda claro, pues que en los indicadores cualitativos más importantes la economía mexicana se sitúa en los últimos lugares de la lista de los miembros de la OCDE. Así, por ejemplo, en la proporción que los salarios ocupan del PIB, México se encuentra en el lugar 25; en la formación bruta del capital fijo respecto al PIB, en el lugar 22; en relación a la productividad, es decir, el PIB dividido entre el número total de empleados, ocupa el lugar número 23. Finalmente un dato revelador, México era en 1990 un país con un peso del sector agrario muy por encima de la media, esto es, la proporción de los salarios agrícolas respecto al total de los salarios lo colocaba en un dudoso tercer lugar, quizá sólo después de Turquía y Grecia. Adicionalmente a las desigualdades ya mencionadas es necesario señalar que la concentración de la riqueza en unos cuantos individuos en México es uno de los fenómenos de más relieve a nivel mundial (característica por demás propia de los países subdesarrollados más que de los desarrollados), y esto se puede corroborar con el ya famoso dato recogido por la revista Forbes, de que México en tan sólo siete años, de 1987 a 1994, pasó de tener un billonario12 a tener veinticuatro, siendo el país que ocupaba el cuarto lugar par el número de los hombres más ricos del mundo sólo después de 12 Aquí billonario se refiere a la cifra de mil millones. Estados Unidos, Japón y Alemania.13 La gran concentración de la riqueza, que como decíamos es un fenómeno consuetudinario en México, se vio acicateada por el proceso de liberalización y la privatización de empresas públicas, que pasaron a manos de algunos cuantos a verdaderos precios de ganga.14 El problema de la concentración de la riqueza en México ha sido históricamente uno de los más graves. Unas pocas personas, dueñas de enormes medios de producción, concentran una gran parte de la riqueza generada en la sociedad, mientras grandes masas de la población viven en condiciones de extrema miseria. En el Cuadro 9 y la Gráfica 1 tenemos la distribución del ingreso familiar en 1989 y 1992 por deciles. Se puede observar que en 1992 el 10% más pobre de las familias se repartía el 1,6% del ingreso mientras que ello por ciento más rico concentraba el 38,2%. El 50 por ciento de las familias tenía 18,4 por ciento del ingreso, y más de la mitad del ingreso total (54,2%) correspondía a los dos últimos deciles, o sea al 20 por ciento de las familias más ricas. Además se puede observar una mayor concentración en el segundo año, dado que los dos últimos deciles de familias aumentan su participación en el ingreso. (Ver también gráficas en el Anexo). 13 Con la quedaron Solamente julio 17, crisis financiera mexicana 15 de estos billonarios de la lista de 1994 fuera en 1995, lo que muestra la fragilidad del "boom" mexicano. hubo uno nuevo. En 1996 la lista era de 15. (Forbes, vol.156, N~2, 1995; y julio 15 de 1996) 14 La familia más rica de México en 1996 era la de Carlos Slim, con una fortuna calcqlada en 6,1 mi¡ mil¡ones de dólares, empresario que, como es del dominio público, fue amigo y favorecido de Carlos Salinas para la adquisición de Teléfonos de México. Sus negocios están diversificados, pero destacan en el ramo de los servicios informáticos y cadenas de grandes superficies comerciales. La lista de los 15 de 1996 está formada por banqueros y empresarios de servicios financieros, telecomunicaciones, multimedia, tabaco, minería, cerveza, cemento, alimentación (harina de maíz) y biotecnología, textiles y acero. Destacan las fortunas hechas con empresas antes públicas como Teléfonos de México, Altos Hornos de México, Televisión Azteca, y su sociedad con grandes compañías extranjeras como IBM, Bell Atlantic, Rupert Murdoch's News Corp, AT&T, Visa, Wal Mart y NBC. Han sido los beneficiarios de las privatizaciones, desregulaciones, apertura y de la crisis mexicana; controlan verdaderos imperios económicos. (ver Forbes, julio 15, 1996) La pirámide de los ingresos tiende a hacerse más vertical y el coeficiente de Gini excedía en 1992 el 0,815 con lo cual constatamos que justamente en los años de la reestructuración neoliberal de la economía, esto es de 1982 a 1992, la tendencia fue al despojo de grandes masas a favor del enriquecimiento escandaloso de unos pocos, esto haría que en la punta de la pirámide se encontraran los ya famosos 24 billonarios de Forbes. Se distinguen además dos etapas, de 1984 a 1989, con altas tasas de inflación y duros ajustes hacia la economía de libre mercado, y la de "recuperación" de 1989 a 1992. Pues bien, durante la primera aumenta la pobreza extrema y aumentan las desigualdades en la distribución del ingreso; y en la segunda "tres años de baja inflación y crecimiento económico positivo beneficiaron a las categorías de más altos ingresos, mientras que los hogares más pobres no obtuvieron prácticamente ning0n beneficio". (OCDE 1995b:115) La tendencia está clara: los estratos más pobres de la población empeoran en los periodos de crisis y no mejoran en los de recuperación: su posición relativa siempre se deteriora. En 1989 el 28, 4 por ciento de las familias se encontraban por abajo de la línea de pobreza (ingresos menores a dos veces el salario mínimo). (OCDE 1992b:21-22) De acuerdo con la CEPAL, en 1989 ello por ciento de la población se encontraba en la pobreza extrema, y el 32 por ciento en pobreza moderada (otros indicadores señalaban para dentro de esta categoría al 70 por ciento de la población). (OCDE 1995b:113) Lamentablemente no disponemos de datos para 1996, pero no cabe la menor duda de que la concentración del ingreso se ha agudizado. En los cuadros 10 y 11, contrastamos la distribución del ingreso y la pobreza, y los indicadores sociales de México y sus dos socios comerciales. 15 Cuando, con datos de 1965 a 1988, en la medición de la concentración del ingreso en un grupo seleccionado de países todos caían en el rango 0,25 a 0,60. El coeficiente de Gini para México era de 0,523; el de Japón de 0,285; el de Estados Unidos 0,369; y el de Canadá 0,338. Tenían un coeficiente ligeramente más elevado que el de México: Zambia, Kenia, Costa de Marfil y Brasil. Ver Malcolm Gilliset. al. Economics of Development. Ed. Norton, N.Y. 1992. Como se puede ver nos encontramos, finalmente y a pesar de todo, con un país que se ubica perfectamente en el área del subdesarrollo, y no sólo por los indicadores que hemos presentado, porque éstos son sólo manifestación palpable de tendencias mucho más profundas, sino porque dentro del conjunto de las relaciones económicas a nivel internacional el lugar asignado a México no se diferencia en nada al lugar asignado a Argentina, o Brasil, o Colombia, o Venezuela, o Perú, etc. Independientemente del grado de desarrollo de sus respectivas plantas productivas. Si esto es así, entonces el sólo hecho de integrarse con la economía más poderosa del planeta, la economía de los EVA, que es 19 veces más grande que la de México, no resuelve nada, al contrario, traerá una serie de problemas que en términos más generales trataremos de dilucidar. En el comercio libra nivel internacional los países más desarrollados, que tienen ventajas absolutas, de eficiencia, prácticamente en tod6s los productos (menos en aquellos de origen primario para los que no tienen condiciones de producción) asegurarán el dominio del intercambio internacional a costa de los países menos desarrollados. Estos, que solamente pueden vender las mercancías que son capaces de producir a menor valor o aquellas que sólo ellos poseen, invariablemente se verán sobrepujados por los productos más baratos producidos en los países más desarrollados que irr1emediablemente arrebatarán los mercados a los países subdesarrollados. "El comercio no servirá para eliminar la desigua1ldad sino para perpetuarla". (Shaikh 1990:199) Esta afirmación es importante puesto que una de las panaceas que se manejaron para ofrecer la mercancía del TLC fue justamente la idea de que con un libre comercio México se vería beneficiado, como si el problema del subdesarrollo de este país se originara por el hecho de que no había suficiente comercio con los EE.UU. Pero la cuestión no para ahí, ya que uno de los problemas recurrentes de los países subdesarrollados será el déficit crónico de su balanza de cuenta corriente, déficit que en la mayoría de los casos tenderán a cubrir por la vía de la deuda o aceptando, tanto más mejor, inversión directa extranjera. Esto es, que de acuerdo al desarrollo mismo de la relación que se da a nivel del comercio internacional entre países desarrollados y subdesarrollados, para éstos últimos existe la permanente tentación de endeudarse, aceptar toda la inversión extranjera que se pueda captar o algún otro mecanismo que le permita la captación de valores para contrarrestar ese déficit crónico en su cuenta corriente. Y aquí, como dice Shaikh, la inversión extranjera es salvación y condena para estos países: la desigualdad del desarrollo coloca a la inversión extranjera como la salvación y la condena de los países capitalistas subdesarrollados. El resultado de las asimetrías iníciales en el proceso de producción, trasladadas al plano del intercambio internacional, es que "en el libre comercio, la desventaja absoluta del país capitalista subdesarrollado tendrá como resultado déficit comerciales crónicos y préstamos internacionales acrecentados. Tal país estará con déficit crónico y crónicamente endeudado". (Shaikh 1990:198) Por supuesto que existen otras medidas, ciertamente muy alejadas de la lógica antes descrita, de índole proteccionista, pero se salen no solamente del esquema teórico que estamos analizando, sino de la tendencia hoy predominante de desregulación y liberalización de las economías, particularmente del comercio. Se trata de países inmersos en zonas de influencia de los países más desarrollados y que están bajo los auspicios del capital financiero internacional. Para romper ese grillete los países subdesarrollados tendrían que pensar en tomar ciertas medidas de política económica como es la introducción de la regulación en las actividades de carácter financiero (hemos hablado ya de ello en el primer apartado) y de la protección efectiva, esto es, establecer medidas que impidan el libre Juego del comercio internacional y sus secuelas.l6 Volvamos al caso de dos economías de distinto grado de desarrollo en una relación comercial de librecambio. Haciendo un símil con el ejemplo clásico del intercambio entre Portugal e Inglaterra, diríamos: "Nos encontramos entonces con que, según el análisis de Marx, la desventaja absoluta de Inglaterra (México), se manifestará en un déficit comercial crónico compensado por la salida persistente de oro. Por otra parte, la mayor eficiencia de Portugal (EUA) en la producción se manifestará en un superávit comercial crónico, compensado por una acumulación continua de oro. "Es obvio que semejante situación no puede seguir indefinidamente. Si consideramos únicamente los flujos de mercancías, a medida que las reservas bancarias de Inglaterra (México) declinan, la credibilidad en la Libra inglesa (Peso mexicano) también baja; eventualmente tiene que derrumbarse, y con ella el comercio entre Inglaterra (México) y Portugal (EUA). "El final no se tiene que producir de manera tan abrupta. Hemos señalado antes que, a medida que las reservas inglesas (mexicanas) disminuyan, la tasa de interés en Inglaterra (México) subirá; de manera correspondiente, al ritmo que el capital-dinero se amontone en Portugal (EUA) la tasa de interés bajará en este país. En algún punto, será ventajoso para los capitalistas portugueses (norteamericanos) prestar su capital-dinero en el extranjero, en Inglaterra (México), en vez de hacerla en su país. "Cuando esto ocurra, el capital financiero de corto plazo irá de Portugal (EUA) a Inglaterra (México), la tasa de interés en Inglaterra (México) se invertirá y empezará a bajar, mientras la de Portugal (EUA) subirá hasta que, a cierto nivel de flujos de capital de corto plazo, las dos sean iguales. "Puede parecer que en este momento la situación fuera equilibrada: Inglaterra (México) con déficit comercial crónico que cubre por medio de préstamos internacionales de corto plazo y Portugal (EUA) con superávit comercial que permite a sus capitalistas hacer préstamos internacionales. Pero esto, desde luego, no es completamente correcto: los préstamos capitalistas se hacen para obtener ganancias (en 16 Sin embargo los países latinoamericanos afectados por la crisis han respondido no con medidas proteccionistas sino con mayores des regulaciones y privatizaciones, como es el caso de México (sector financiero, telecomunicaciones, puertos, electricidad, etc.) y el de Brasil (petróleo, hierro). la forma de intereses). Así, Inglaterra (México) tendrá que pagar finalmente no sólo el préstamo original sino también los intereses. El efecto neto debe ser una salida de oro de Inglaterra (México), aunque en una fecha posterior. Con todas las demás circunstancias iguales hay que pagar: al final, acosada por déficit comerciales crónicos y deudas acrecentadas, Inglaterra (México) debe sucumbir." (Shaikh 1990:197-198) Nos permitimos citar en extenso esta disertación teórica de Shaikh porque es una exacta descripción de lo ocurrido a México con la crisis que se viene potenciando permanentemente desde que mantiene unas relaciones comerciales masivas con los Estados Unidos, crisis que vendría a "reventar" acicateada por la fuga masiva de capitales que se dio durante todo el segundo semestre de 1994, pero que sólo en los dos últimos meses previos al shock fue de más de 11.100 millones de dólares. Históricamente el comercio que mantiene México con los Estados Unidos, cuando menos desde lo que va de siglo, ronda el 70% del total, esto lo podemos ver en el cuadro número 12, también ver gráfica 2 más abajo y gráficas en el anexo. La explicación de esta situación tiene mucho que ver con la ubicación de proximidad geográfica de ambos países, pero también con los modelos de desarrollo, las formas de industrialización y todo el desarrollo económico, por lo menos desde los regímenes posteriores a la revolución mexicana, que en general han sido calificados de conservadores a excepción del régimen cardenista, sin embargo, y como una de las ironías más enigmáticas de la historia económica y política de México, justamente al término del régimen cardenista es cuando se registran los porcentajes más altos de comercio de México con los Estados Unidos en lo que va de este siglo: en 1940 el 89,3% de las exportaciones estaban dirigidas a los Estados Unidos, nunca se había registrado un porcentaje tan alto de participación de los Estados Unidos en el comercio internacional de México. y un poco menos sucedía con las importaciones provenientes de los Estados Unidos en relación al total, ya que se cifraba en un 78,%. Estos datos nos hacen pensar que a pesar de las medidas tomadas por los regímenes más progresistas de la historia contemporánea de México, este fenómeno de la concentración del comercio se mantiene como un dato inalterable y es lo que explica, en muchos casos, la imposibilidad de los gobiernos para plantear políticas del todo independientes en relación al vecino del norte. Esto es fácilmente comprensible si se considera que la independencia política es un tema poco menos que imposible si no existe cuando menos soberanía económica, a pesar del abrumador peso de las relaciones comerciales con los Estados Unidos, relaciones que, por lo demás, para que varíen requerirán seguramente de una serie de cambios fundamentales no sólo a nivel México-Estados Unidos, sino de las principales tendencias del comercio y de la economía a nivel internacional. Es de destacar que en el año de 1983 las exportaciones hacia los Estados Unidos se ubicaban en un 58% del total, y tan sólo diez años después, es decir en 1993, este porcentaje subía a 82,4%. Este salto tan extraordinario se explica porque en esa década México ingresa al GATT (1986), inicia (1991) Y concluye las negociaciones para el TLC (1993), alterando sustancialmente su sistema arancelario. Los datos que se refieren a las importaciones muestran invariablemente esa tendencia a la concentración del comercio, pero no presentan sobresaltos tan marcados como en el caso de las exportaciones. En el cuadro 13 tenemos que Para 1993 Estados Unidos es no solamente el primer socio comercial de México, sino casi el único ya que en él se concentra, como dijimos, más del 70% de su comercio, mientras que Canadá, aunque es el cuarto socio comercial de México abarca solamente el 3,1% de sus intercambios. El comercio de Estados Unidos con México representa el 7 por ciento de su total, haciendo de México su tercer socio comercial, después de Canadá y el Japón. Por otro lado, México es irrelevante en el comercio canadiense. (Ver gráfica en el Anexo) Como se aprecia claramente, la concentración del comercio exterior de México y Canadá con respecto a Estados Unidos es muy elevada. Ciertamente para Canadá esto puede traer algunas de las consecuencias que se señalaban en los planteamientos de Shaikh en el sentido de que el propio libre comercio entre ambos países ahondaría una serie de desigualdades, sin embargo tanto Estados Unidos como Canadá poseen economías con un grado de desarrollo semejante, por lo que los efectos no serán tan asimétricos. Sin embargo, en relación a México las tendencias a la desigualdad, y a que se generen efectos negativos para el desarrollo, es mucho más clara, empezando porque estructuralmente la economía mexicana tiende a especializarse en productos y servicios que no requieren una gran proporción de tiempo de trabajo y de tecnología, esto es, Estados Unidos hace valer efectivamente sus ventajas absolutas de producción, por su superioridad tecnológica y su fuerza de trabajo más productiva, mientras que México no puede hacerlas valer frente a Estados Unidos, porque además México no está solo en la competencia. Las tendencias hacia el desequilibrio de las relaciones económicas entre México y los Estados Unidos, son sólo un resultado de la extraordinaria integración que en los hechos se ha venido dando por lo menos desde hace un siglo. México siempre ha tenido problemas a lo largo de su historia en su balanza comercial con los Estados Unidos porque invariablemente tiende a adquirirle más productos que los que le vende. Sólo que esta tendencia a lo largo del tiempo se ha agravado más en determinadas coyunturas que en otras. Y ciertamente el Tratado de Libre Comercio de América del Norte ha creado las condiciones para que esta relación se formalice e intensifique, comprometiendo a los gobiernos a "respetarla", precisamente en perjuicio de México, a pesar de todas las maniobras propagandísticas que planteaban lo contrario. En el cuadro 14 vemos el saldo comercial de México con Estados Unidos de 1991 a 1995. Este es negativo en todo el periodo menos en el último año debido a las mismas razones que explican el comportamiento de la balanza comercial en general: la caída de las importaciones. El superávit comercial se diluiría en la cuenta corriente, al cubrir los intereses de la deuda. El saldo negativo frente a Estados Unidos se repite en el conjunto de las cuentas de México con el exterior. Este déficit comercial crónico (con excepciones en algunos períodos, debido a las exportaciones petroleras), al no ser compensado por la balanza de servicios dado que ésta es también deficitaria, se ha traducido en un déficit crónico de cuenta corriente, déficit agravado en los últimos cuatro años y que, en el momento del estallido de la crisis financiera de México, en diciembre de 1994, alcanzó el 8% del PIB, más alto inclusive de lo que fue en la víspera de la crisis de la deuda en los ochenta. (Cuadros 15 y 16) En el cuadro 15 podemos observar esta situación. El déficit alcanza su máximo en 1994 y como consecuencia de la crisis cae en 1995, debido a la caída de las importaciones en los renglones de bienes de consumo y bienes de capital (particularmente en productos metálicos, maquinaria y equipo); la de bienes intermedios se mantuvo casi igual. (Ver Anexo) En 1995 año se obtiene un superávit comercial pero incluso así el saldo corriente es negativo, (654 millones de dólares) por causa de las remesas de intereses al exterior. En el cuadro 17 podemos observar el déficit en cuenta corriente como porcentaje del PIB: Ante tales desequilibrios también crónicos, se produjo una fuerte entrada de capital extranjero, con la agravante de que a partir de 1989 este toma la forma de inversión de cartera (mercado accionario y valores) como modalidad fundamental, y aunque la inversión directa extranjera ha sido tradicionalmente fuerte en México en términos relativos esta se queda muy atrás. Lo mismo sucede con la deuda por préstamos y depósitos, que viene a ser colosal de nuevo en 1995 ante la caída de la IDE y sobre todo de la inversión de cartera. La inversión extranjera total pasó de representar el 1,7% del PIB en 1989 a 9,2% en 1993, y en ella cobró una magnitud espectacular la inversión de cartera. Podemos observar en el Cuadro 18 que en 1989 la IDE representaba el 1,5% del PIB y la de cartera el 0,2%; para 1993 la IDE es del 1,2% y la de cartera del 8 por ciento del PIB. En 1994 la situación se nota diferente porque en los últimos meses del año se dio una fuga desenfrenada del capital de cartera -la cual es una de las variables que explican la crisis y su magnitud-, lo que hizo que bajara el resultado anual. En 1995 hay una salida neta de inversión extranjera (-1,3% del PIB), compensada con deuda (préstamos y depósitos). (Ver cuadros 18 y en el Anexo su gráficas) En 1988 la deuda externa representaba el 58,3% del PIB, proporción que fue descendiendo hasta el 34,6% en 1992; aumentó a 35,2% en 1994 y alcanza el 65% en 1995. Después de tantos años de reestructuración austeridad y ajuste, de paquetes, ayudas y pactos, y de deterioro de la calidad de vida de los mexicanos, la situación está otra vez peor. (Ver cuadro y gráfica en el Anexo) Año Cuadro 18 Inversión extranjera en México Porcentaje del PIB total/PIB IDE/PIB 1 de cartera/PIB 1989 1,74 1,55 0,19 1990 2,45 1,06 1,39 1991 6,13 1,67 4,46 1992 6,80 1,34 5,47 1993 9,20 1,22 7,98 1994 5,17 1995 -1,26 2,96 2,84 Fuente: Banco de México 2,21 -4,10 Esta composición de los flujos de capital del exterior, en la que predomina la inversión de corto plazo, será decisiva en la rapidez y magnitud en que se quebró el sistema financiero mexicano. En los cuadros 15 y 16, se puede apreciar cuál era la situación de la Balanza de Pagos mexicana unos meses antes de la catástrofe, así como el resultado final en 1994 y las consecuencias para 1995. En los países latinoamericanos como Brasil y México, en donde no se tiene regulación bancaria, la inversión extranjera es la palanca fundamental de la acumulación. Dado que, como sabemos, la única manera de financiar la inversión es a través del ahorro privado, el público o el externo (formalizada esta relación se expresa: 1 = S + {T-G-TR} + { IMP- EXP} ), s i el ahorro interno (público y privado) es insuficiente, no queda otra alternativa que hacer uso del "ahorro externo", lo que se va a manifestar en un déficit en el saldo de la balanza de cuenta corriente. Este saldo negativo tendrá que cubrirse a través del capital extranjero o de una disminución de las reservas. En México y en todos los países latinoamericanos el nivel de ahorro era muy bajo, la balanza comercial casi siempre deficitaria, la balanza de servicios también deficitaria (con algunas excepciones, como Brasil) y en consecuencia una balanza en cuenta corriente deficitaria, lo que explica que hayan ingresado cuantiosas sumas de capital como forma de cubrir estos desbalances. Esto se puede ver en las cuentas con el exterior que registraron una gran entrada de capitales, que luego saldrían, en etapas previas a la crisis en México. (Ver supra, Cuadro 18) En la gráfica 3 se puede ver cómo es que logran la financiación de la inversión países cómo Corea, Singapur, Estados Unidos y México. Los dos primeros, es decir Carea y Singapur, son economías que tienen elevadísimas tasas de ahorro interno lo que les permite también tener unas proporciones respecto al PIB también muy elevadas de inversión sin recurrir al ahorro externo (o importación de capitales), este fenómeno se atribuye a que en ambos casos el estado obliga al ahorro, es decir, se trata de un ahorro que concentra el propio estado e invierte productivamente, alcanzando para cubrir la inversión interna y exportando el resto. En cambio en el caso de Estados Unidos y México tenemos unas tasas de ahorro más bien modestas en términos proporcionales, y en consecuencia unas tasas de inversión mucho menor que en los NPIAs. Sin embargo en Estados Unidos el ahorro es suficiente para cubrir la inversión17 (y parte del déficit público) y el déficit en cuenta corriente no era tan pesado dentro del PIB, mientras que en México aun con la práctica inexistencia de déficit público18 (la "disciplina" de México lo ha reducido a cero, lo que aconseja la ortodoxia neoclásica) para financiar las actividades internas se recurre a la importación de capitales (ahorro externo), con un déficit en cuenta corriente muy elevado como proporción del PIB. 17 A pesar de una tasa de inversión baja, en comparación con los NPIAs y con la misma Europa, el crecimiento en Estados Unidos ha tenido tasas muy altas, debido a su eficiencia productiva. 18 El Sector Público en México es superavitario a partir de 1992, con un ligero déficit en 1994. Este se decía ser uno de los "méritos" <le Salinas. En 1987 el déficit representaba el 15,5% del PIB. (Ver gráfica en el Anexo) México carga con la agravante de que su "ahorro" es en gran parte resultado de recursos que no son el producto de una poderosa planta productiva como la estadounidense, sino que en gran medida le son prestados por otros, esto es, la IDE, o el capital de corto plazo vía bolsa de valores. La vulnerabilidad de su base productiva, con déficit comercial y en cuenta corriente, y el bajo nivel de ahorro hace que para poder cumplir sus compromisos con el exterior disminuya el ritmo de la inversión. Aquí conviene remitirnos nuevamente a los planteamientos de Shaikh: "Pero sabemos que, en realidad, la ley de costos comparativos de Ricardo es incorrecta: independientemente de la inversión directa, el intercambio de mercancías, por sí mismo, traerá como resultado la pobreza del país capitalista subdesarrollado. Al contrario, la inversión directa puede ser una <compensación> de cierto tipo, si bien finalmente intensifica la desigualdad del desarrollo: las entradas de capital extranjero, aunque puedan ser reembolsadas en forma multiplicada debido a las repatriaciones de ganancias son, no obstante, una fuente importante de préstamos a largo plazo para compensar los déficit de comercio crónicos. En esta medida son generalmente preferibles a los flujos de capital financiero volátil sobre los cuales se basan los préstamos a corto plazo. Además, como hemos señalado arriba, la inversión directa puede llevar a la creación de nuevas industrias en el país capitalista subdesarrollado que pueden ayudar a reducir su déficit comercial, así como a aumentar el empleo dentro del país". (Shaikh. 1990:207) Cuando un país tiene problemas de competitividad esto se refleja en su balanza comercial y de cuenta corriente; y, como ya ha quedado claro, de forma natural se produce, a través del comercio internacional, un déficit permanente que normalmente se contrarresta con inversión extranjera y deuda en sus distintas modalidades. El problema aquí radica en que si el país en cuestión va a depender cada vez más de estos recursos para poder nivelar su déficit permanente, si el país no tiene capacidad para generar recursos que le permitan contrarrestar esos déficit sin recurrir al mercado financiero internacional, entonces se supedita a los vaivenes de los flujos de capital del sistema financiero internacional. Ya hemos visto en qué condiciones se encuentra el mercado financiero internacional y la gran volatilidad de la que es víctima. La tendencia al agravamiento de este déficit ha sido clara en México. A partir del año de 1989 empieza a surgir un déficit en cuenta corriente y un superávit en la de capital, y esta tendencia se va incrementando año con año. También se observa una caída de la tasa de crecimiento de la Formación Bruta de Capital Fijo a partir de 1991. (Ver gráfica en el Anexo) Como decíamos, a partir de 1989 el país enfrenta déficit corriente y se da un proceso de inversiones extranjeras con modalidades nuevas a través de la emisión de una serie de instrumentos financieros, como bonos o títulos de bolsa que bajo la forma de obligaciones del estado mexicano encubren una nueva deuda de México con la llamada "comunidad financiera internacional". En el cuadro de la evolución de la inversión directa extranjera (gráfica anexo), se ve un inusitado interés del capital internacional en la economía mexicana, pero esta forma de inversión se estanca o retrocede frente a las nuevas modalidades financieras. 3. UNA NUEVA ERA DE CRISIS La crisis financiera originada en México en diciembre del 94 y que se extendió a principios del 95 al resto de América Latina, sería un efecto del generalizado fenómeno de la sobreproducción pero que ha encontrado en el sector financiero su forma de expresión más idónea. Las crisis en general, y la crisis financiera en particular, fueron durante mucho tiempo "neutralizadas" gracias a que se levantaron contra tendencias consistentes en la instrumentación de regulaciones: aplicación de controles al movimiento de capi tales ; límites a las actividades especulativas y una activa participación del estado en el mercado de capital. Estas regulaciones impedían la generalización de quiebras financieras. Pero sucede que cuando la "economía global" suprime esas reglamentaciones es muy fácil que aflore la crisis. Esto no quiere decir que las regulaciones anulen las crisis, no, ya está demostrado que éstas son inherentes a la propia naturaleza del capital. Lo que sí es cierto es que mientras operaron esas regulaciones la crisis tendió a ser más "suave" o cuando menos a posponerse cada vez que amenazaba. Sin embargo, como decíamos al principio de este capítulo, en la fase actual del desarrollo del capitalismo se dio una tendencia generalizada a la desregulación. Esta desregulación trajo las consecuencias comerciales y financieras de las que ya hemos hablado, lo cual hace evidente que el país tiene ahora que ajustarse a las condiciones de los préstamos internacionales, corno lo ha hecho siempre, cierto, pero ahora con menos capacidad de maniobra a causa de la pérdida de soberanía económica. El Estado ha perdido autonomía relativa frente a la clase económicamente dominante. Si nosotros analizamos los estudios de factibilidad o las "guías" para los grandes inversionistas internacionales, 19 encontramos que para un buen número de años la estrella del firmamento, es decir, la recomendación de hacia dónde invertir, era justamente la economía mexicana. y hacia ella se dirigieron un buen número de capitales, haciendo, inclusive (y esto se puede ver en el número de Fortune de 1992) que las inversiones de capital en América Latina20 se elevaran sustancialmente, muy por encima de las inversiones que se dirigían hacia otras áreas que gozaban de una excelente reputación, corno es el caso de los Nuevos Países Industrializados Asiáticos. Aunque las inversiones crecieron más en Argentina y Brasil, y menos en Chile, los inversionistas estaban particularmente confiados en México: "México es el mejor. Está muy próximo a Estado Unidos y ha progresado tanto social corno económicamente. La gente ha visto beneficios tangibles". (Fortune International. 1992:15) Y eso a pesar de que en 1992 se temía que de ganar Clinton las elecciones pudiera no aprobarse la firma del TLC. Ahora bien, en relación a instrumentos más novedosos propios de los mercados accionarios, valores y obligaciones y que operan corno títulos de deuda emitidos por el país en cuestión, en México se hizo muy popular una modalidad que ya hemos comentado más arriba y que se denominó "Tesobonos" (bonos de la tesorería, denominados en dólares). En los tres últimos meses de 1994 su emisión subió 98%, en diciembre de 1993 los Tesobonos representaban el 3% de la deuda gubernamental y en diciembre de 1994 el 58%. (Ver Cuadro 19 y gráfica en el Anexo) Este crecimiento desmesurado de los Tesobonos colapsó la capacidad de pago del gobierno e hizo insuficiente la liquidez en dólares del sistema financiero mexicano. 19 véase la edición que publica la revista Fortune International cada año (particularmente los años 1992, 1993 Y 1994) que lleva por título "Investor's Guide". 20 Los inversores quedaron impresionados por las reformas económicas y políticas. Los analistas afirman que si Asia fue descubierta en 10 años, Latinoamérica lo fue en 18 meses. ("Goabroad for bigger returns". Fortune International. No 22. otoño de 1992. Cuadro 19 Deuda interna gubernamental (Millones de nuevos pesos) Saldo 31.12. 93 Saldo 30.9.94 Disposición Amortización 122455 121839 53090 52807 42530 154553 (12314) (26983) O O 12676 (14307) (6583) (26462) O O 13370 (13091) (5731) (521) O O (694) (1216) Valores 128431 138721 52049 52770 29854 -Cetes 75301 47583 14030 23051 O 38562 -Bondes 16877 16070 O 7780 O 8290 3666 46389 35919 21089 29499 91717 32586 28679 1100 850 355 29284 6326 10089 1041 37 O 11093 O 13 TOTAL Directos -Cuenta Otros Saldo 30.12. 94 corriente -Fondo de contingencia -Tesobonos -Ajustabonos Fondo de 157854 ahorro SAR Saneam. 13 13 O O financiero Fuente: Excélsior, Sección financiera. 20 de febrero de 1995. A continuación citamos un artículo que se publicó en la ciudad de México en el diario La Jornada del 7 de enero de 1995, ya que muestra de una manera muy ilustrativa el mecanismo de compensación de los papeles comerciales, versión mexicana, como columna de sostén del enorme déficit de la balanza en cuenta corriente del sector externo de la economía. El artículo empieza por citar al Secretario de Hacienda y Crédito Público de México (equivalente a Ministro de Finanzas en España) en torno al papel de los recursos líquidos de corto plazo como compensadores del enorme déficit acumulado de la economía mexicana: "En palabras de Guillermo Ortiz el colapso de la economía mexicana se dio porque los recursos extranjeros de corto plazo no permitieron compensar el grave desequilibrio de nuestra balanza comercial y el enorme saldo negativo de nuestra cartera corriente. Es decir, lo que en economía se conoce con claridad como flujos nominales de capital, antes que flujos reales, que ni aumentan la productividad, ni crean empleos y no contribuyen al desarrollo nacional. Aceptó también (Guillermo Ortiz), que 336 factores externos e internos de naturaleza económica y política ocasionaron el retiro de sumas importantes de esas inversiones, hasta hacer que las reservas internacionales de México se redujeran de 17 mil millones de dólares -que en palabras del actual secretario de Hacienda tenían en octubre¬, a 6 mil 100 millones de dólares a finales del año pasado. En una palabra, como bien ha dicho uno de nuestros investigadores de la facultad de economía de la UNAM, nuestra estabilidad económica y financiera de los últimos años ha estado supuestamente descansando en una verdadera economía de casino." Y continúa el artículo: "insistió, (el secretario de Hacienda), en que la alta vulnerabilidad de nuestra economía no permitió financiar el déficit de nuestra cuenta corriente, acumulado durante varios años, con capital privado de corto plazo. El problema serio de nuestra economía proviene, dijo, <de un considerable déficit en la cuenta corriente acumulado durante varios años y financiado por capital privado de corto plazo. [Exactamente lo que plantea Shaikh] Ese déficit derivó en una alta vulnerabilidad de nuestra economía; el problema se agudizó en especial ante el pronunciado ascenso de las tasas de interés externas y ante la zozobra causada por algunos sucesos políticos y de violencia que sufrió nuestro país durante 1994>." Respecto a la deuda contratada a través de los Tesobonos -llamados en México por los críticos del gobierno "Tesofraudes", no por fraudulentos para el comprador sino para el país-, el gobierno federal tenía que amortizar este año 28 mil 905 millones de dólares (17 mil millones de dólares en manos de inversores extranjeros, principalmente norteamericanos), cuando las divisas disponibles en el año (antes del préstamo negociado por Clinton) serían aproximadamente de 24 mil millones de dólares (incluyendo las mermadas reservas, las líneas de crédito extranjeras y préstamos de la banca internacional). Y muchos consideran que los Tesobonos fueron una forma de contraer deuda extranjera burlando el control de Congreso: "Es muy fácil declarar que durante el sexenio (período presidencial), únicamente se contrajeron 4 mil 134,7 millones de dólares de deuda abierta, cuando estaban faltando los 29 mil millones de dólares de Tesofraudes, de los que hoy se nos informa. Y considérese que ni Luis Echeverría, ni Miguel de La Madrid endeudaron al país con tales cantidades durante todos sus sexenios, equiparables solamente con el endeudamiento de López Portillo, que alcanzó los 40 mil 130 millones de dólares durante los seis años de su gobierno." Pues ahora Zedillo, con los compromisos adquiridos con el Tesoro de los Estados Unidos, los organismos financieros internacionales y gobiernos extranjeros, para el préstamo de los 50 mil millones de dólares21 ha roto el récord. "Por medio de Tesobonos, casi reservados exclusivamente a inversiones de otros países y muy particularmente de Estados unidos,22 se compró incluso deuda barata mexicana en los mercados extranjeras -los llamados SWAPS-, que fue luego cotizada en dólares en el banca nacional, y desde luego se llevaron a cabo en su momento jugosas inversiones "golondrinas" a corto plazo, aunque indexadas en dólares, para protegerlas contra devaluaciones que por lo menos desde hace un rato eran evidentes." (Miguel Concha: "Economía de casino", diario La Jornada, México, 7 de enero de 1995) Una cuestión importante es el uso que se le da a la deuda. No es lo mismo dirigirla a la especulación que a la industrialización del país. Frente a quienes dicen que es mejor la inversión directa que la deuda ahí está el caso de Carea, por una parte, y de Brasil y México, por la otra. Corea con mucha deuda y poca IDE tiene un coeficiente de FBCF mucho mayor que Brasil y México, con una gran deuda y mucha IDE. Mientras que en México la deuda ahoga, en Corea puede convertirse en un instrumento para disponer de recursos, lo que demuestra que la deuda puede ser instrumentalizada para el desarrollo. En cambio México y Brasil que durante mucho tiempo han concedido un gran peso a la inversión directa extranjera eso mismo les ha obstaculizado superar el problema de la deuda. ¿Cómo es que siendo que el impacto externo de las crisis del petróleo afectó más a Asia que a América Latina, Asia haya salido mejor librada? Balassa dice que por las políticas ortodoxas neoclásicas aplicadas en los NPIAs. Pero esto no es cierto, tuvo que ver más su capacidad exportadora, y en ortodoxia le superaron con creces Brasil y México. 21 El préstamo a México incluye: 20 m.m.d. del gobierno de los Estados Unidos; 17,5 m.m.d. del FMI; 10 m.m.d. del Banco Internacional de Pagos (BIP), que incluye a varios países europeos, entre ellos España. Cabe mencionar que el préstamo del FMI es el más cuantioso que ha concedido en toda su historia. 22 Laurence Summers, Subsecretario del Tesoro de Estados Unidos, estimaba que el 90% de la deuda a corto plazo de México era con Estados Unidos. Y de allí, entre otras cosas, su impaciencia por "apoyar" a México. Así, puestas todas las condiciones para que se diera una crisis en México, ésta se desata el 20 de diciembre de 1994, a escasos 20 días después del relevo presidencial. El peso se devalúa en 15% y se culpa al conflicto de Chiapas por la pérdida de confianza de los inversionistas extranjeros y la consiguiente fuga de capitales que se da en un breve período de tiempo, acumulando cifras impresionantes con respecto a los capitales que venían saliendo del país cuando menos desde seis meses antes (se estima que en 1994 salieron del país 23 mil 700 millones de dólares; solamente en noviembre salieron once mil). Al día siguiente se opta por dejar flotar a la moneda, y ésta pierde en tres días el 60% de su valor frente al dólar. Las reservas internacionales de divisas se evaporan (17 mil millones en octubre; 6.500 millones de dls. aproximadamente el 23 de diciembre; 5 mil millones el día 30; 2 mil m.d. en febrero). La Bolsa de valores cae en picado, las acciones mexicanas en Nueva York se desploman. Pero el colapso no se limitaría a las fronteras mexicanas. La caída de la bolsa de valores de México produjo una acción de arrastre que materialmente llevó a todas las bolsas latinoamericanas a los índices más bajos en mucho tiempo. Se puede ver en la gráfica 4 el efecto que manifestaron las bolsas de las llamadas economías emergentes como producto del desplome de la bolsa de valores mexicana a principios de 95. Señalábamos más arriba, en la parte concerniente a la desregulación del sistema bancario, que la quiebra de un sistema particular, como cuando una institución financiera no cumplía o se temía que no pudiera cumplir con el pago de sus obligaciones, y para el caso esas obligaciones pueden llamarse tesobonos o de otra forma, tenía una acción de arrastre al producir una serie de quiebras en cadena de las instituciones financieras, el efecto de "la corrida bancaria" y el efecto "información". Esto se da, decíamos, por la razón de que el sistema financiero a nivel internacional se encuentra sumamente intrincado y desregulado y esto facilita fenómenos como el de las corridas bancarias, la difusión de información de malos desempeño y, finalmente, se tiene la facilidad de trasladar grandes capitales de un lugar a otro sin apenas mediar esfuerzo gracias al avance extraordinario de las telecomunicaciones, los sistemas computarizados y en general las sofisticadas tecnologías de la información. La crónica del llamado "efecto tequila" es una clara muestra de los mecanismos que actualmente operan en el mercado capitalista mundial, particularmente en lo que concierne al mundo de las finanzas. Aquí aparecen con toda claridad las consecuencias de la extrema desregulación a que se han llevado las relaciones económicas internacionales. Y de igual manera se muestran los límites de esta vuelta al laissez¬faire, laissezpaser. A continuación reproducimos y comentamos de forma breve las partes sustanciales de este crac a través de un artículo publicado por la prensa norteamericana:23 "Atraidos por un prospecto de retornos de dos dígitos, los compradores extranjeros compraron con avidez participaciones mexicanas por un valor de más de 55 billones de dólares desde 1990. Su entusiasmo aumentó con vehemencia hace dos años cuando el Congreso de los EU aprobó el NAFTA que formalmente unió a EU, México y Canadá en la zona de libre comercio más grande del mundo. Pero luego vino la devaluación de Zedillo, que rebajó el valor de los holdings de los extranjeros, seguido por un plan gubernamental de austeridad que amenazó con traer recesión. El apuro por poseer títulos (securities) mexicanos abruptamente se convirtió en una estampida por venderlos." (p.24) En esta huida desesperada los más afectados fueron los accionistas individuales y los fondos mutuales, algunos de los cuales tuvieron pérdidas próximas al 30 o 40 por ciento en menos de un mes (19 de diciembre al 12 de enero). Grandes empresas mexicanas, corno Teléfonos de México, vieron también caer el valor de sus acciones. (Ibid.) Hemos dicho que las expectativas de la economía mexicana habían sido deliberadamente "infladas" por el interés de atraer inversiones a la bolsa de valores. Los dividendos que ofrecía no eran los más elevados de la región, pero se le veía también con menor riesgo, además de que se había conseguido bajar sustancialmente la tasa de inflación, la deuda pública abierta y el déficit público. El énfasis puesto en estos logros hacía pasar por alto los indicadores adversos que reflejaban la situación real de la economía. En la crisis mexicana se reitera una y mil veces que la economía tiene 23John Greenwald: "Sell! Sell! Sell!". Revista Time, No., 3, 23 de enero de 1995. leyes y que esas leyes no pueden ser ocultadas por determinadas valoraciones superficiales del desempeño de ciertos indicadores, así sean los del agrado del FMI o de la reserva norteamericana. El equilibrio de México era sumamente frágil. El llamado "efecto tequila", se dice que por el efecto "tóxico" que ejerció la crisis mexicana sobre la percepción de la situación en toda la región, consistió en la expansión del pánico y en la caída de las bolsas en Argentina, Brasil, Chile y Perú, convirtiéndose rápidamente en una crisis regional y con visos de convertirse en una crisis mundial. "La crisis mexicana no solamente provocó la caída de las bolsas de valores en América Latina, sino que produjo un desplome también en monedas tan lejanas como la de Suecia y Hong Kong." (Greenwald p.25) Mucho se ha hablado de "economía globalizada", de la "fascinante" facilidad con la que los capitales se pueden trasladar en apenas un abrir y cerrar de ojos a cualquier lugar del mundo, y esto, claro está, se asume como el colmo de la modernidad. Los apologistas de este tipo de fenómenos nunca se imaginaron que esta gran cima del desarrollo económico se podía convertir en una catástrofe. "Pero los económicamente poderosos como EU, Alemania y Japón también sufrirán si el pánico se extiende por todo el sistema económico internacional. Por esta razón el presidente Clinton actuó rápidamente la semana pasada para ayudar a controlar la situación." (p.26) Según Camdesus, director del FMI, la crisis mexicana es la primera que se da en el nuevo sistema de mercados financieros globalizados, y de allí que fuera fundamental el apoyo internacional. Se temía, además, según sus propias palabras, que se difundiera la percepción de que habían fallado las reformas basadas en el libre mercado. Porque en realidad por inoportuno que parezca a los organismos financieros internacionales, ese es el verdadero significado de la crisis mexicana. México cumplió con creces los programas y disciplinas que le impusieron, cumplió con unos supuestos criterios de convergencia nominal mucho mejor que cualquier país de la Unión Europea, fue, por decirlo con una expresión popular, "más papista que el papa". ¿Qué pueden reprocharle los defensores del libre mercado si se apegó a todas sus recetas? La crisis fue el resultado lógico de ellas. Recuérdese que la economía mundial pasaba por una seria desaceleración desde fines de los setenta, sin embargo la esperanza renació para todos a raíz de que la falta de dinamismo de las economías desarrolladas era suplido por el ingente crecimiento de las economías emergentes. Se pensaba que serían el relevo para impulsar a la economía mundial, y de todas las economías o mercados emergentes de quien mejor se hablaba era justamente de México. Cuál no sería la sorpresa de quienes creyeron en esta nueva promesa cuando se desencadena la crisis, y cuál no sería la sorpresa cuando las primeras medidas tomadas por Zedillo demostraron su absoluta ineficiencia: primero se dijo que sólo se devaluaría un 15%, cuando la devaluación debía ser mayor (se ha estimado que el peso estaba sobrevaluado aproximadamente en un 25%); luego se presentó un "plan de emergencia" absolutamente tímido, general y titubeante que sólo sirvió para agudizar la desconfianza que se tenía en la capacidad del gobierno para controlar la situación. "¿Qué fue lo que pasó? Mucha de la culpa podría atribuírsele a la forma inepta en que Zedillo manejó la crisis monetaria inicial. Pero el daño también podría ser atribuido al volumen de capital extranjero de corto plazo, o <dinero caliente>, que había fluido hacia México y otros mercados emergentes, a menudo con muy poca experiencia para respaldar elecciones de inversión." (Greenwald p.26) Se pasó por alto la dependencia de estos mercados de los elevados flujos financieros del exterior. "En particular la estrategia de desarrollo de México estaba basada en grandes montos de capital extranjero para impulsar el crecimiento, en la medida en que el gobierno eliminó tarifas y regulaciones que durante mucho tiempo protegieron la industria nacional. La estrategia funcionó bien mientras los inversionistas extranjeros vieron a México como un lugar rentable -y seguro- para su dinero. Lo que a su vez dependía de un peso estable, dado que una caída en el valor de la moneda automáticamente reduciría el valor de las inversiones extranjeras. Mantener un alto valor para la moneda era entonces la piedra angular de la política económica del gobierno. Así, el año pasado el ardor de la inversión extranjera empezó a enfriarse en la medida en que las tasas de interés aumentaron en Estados Unidos y otros países. Al mismo tiempo, los secuestros y los asesinatos políticos, combinados con los conflictos en Chiapas, hicieron que las inversiones en otras partes del mundo resultaran más atractivas. "El rayo cayó menos de tres semanas después de que Zedillo se hubiera colocado la tradicional banda presidencial. Con las entradas de capital disminuyendo y con un déficit de Cuenta Corriente de 28 billones de dólares, México fue perdiendo rápidamente sus reservas monetarias y necesitó apuntalar el peso. Así, a pesar de asegurar que no devaluaría la moneda, Zedillo hizo precisamente eso el 20 diciembre, decretando una reducción del 15% que convirtió el decreciente entusiasmo por el peso en una fuga desordenada en toda la forma. Un día después, Zedillo se vio forzado a dejar flotar el peso, que pronto llevó su valor un 40% abajo frente al dólar. El abrumador declive amenazó con causar una explosión inflacionaria dado que los precios de los bienes importados desde cereales hasta partes de automóvil saltaron en términos de pesos. "Zedillo desesperado por deshacer el desatino, anunció el 3 de enero un plan para contener la inflación, que podría alcanzar el 20% o más en 1995. Pero de nuevo cayó víctima de las consecuencias de sus acciones. El Banco Central de México aumentó las tasas de interés en un 50%, lo que hizo los emprésti tos de las empresas prohibitivos y condujo a los inversionistas fuera del mercado de valores." (Greenwald 26-27) México fue uno de los países del mundo que con mayor celo aplicó las recetas de los organismos financieros internacionales. A partir de 1982 fueron 12 años de estricto apego a las políticas de "estabilización" (léase privatizaciones, desregulación, contracción del gasto público, compresión de los salarios), y todo esto se esfumaba de las manos en unas cuantas horas a lo largo de la jornada del 20 de diciembre del 94. ¿Dónde quedaron los recursos que se obtuvieron por concepto de la venta de las empresas paraestatales?, ¿para qué sirvieron las finanzas equilibradas del gobierno?, ¿hasta dónde se avanzó realmente en la modernización del país? La respuesta a esto es que se vivió una gran falacia y se entraba a la vida real con una economía maltrecha y un pueblo empobrecido y desesperado, sin empleo, sin ingresos y desmoralizado. "Para los menos sofisticados inversionistas en EU, Europa y Asia, la inversión en América Latina de repente ya no pareció tan segura. En la medida que las ventas se expandieron por toda la región, otros gobiernos adoptaron un discurso en coro de desaprobación para distanciarse de su abatido vecino. Primero los esfuerzos tuvieron muy poco efecto, y el pánico continuó por varios días más. Pero después que la administración Clinton reveló sus políticas de apoyo, las cabezas más frías comenzaron a prevalecer, y para el fin de semana los mercados habían reflotado, y algunos inclusive registrado ganancias." (Greenwald p.27) Nos hemos referido al plan de ayuda de los Estados Unidos. Este será seguramente una de las supeditación de una economía, descaradas de las que se tenga historia así como tiene un origen ¿cuál será este fin? Se dice que algo bueno de la crisis es que sirvió de lección, que ahora los inversionistas se están volviendo mucho más cautelosos para invertir internacionalmente, sobre todo en los mercados emergentes: “Los inversionistas han llegado a preocuparse por los países que tienen la triple amenaza de déficit elevado, deuda pública alta y alto nivel de desempleo. El mercado se ha movido hacia las monedas seguras, que en Europa quiere decir el marco alemán". (Greenwald p.26) Pero nadie dice la lecci6n que han recibido estos "mercados emergentes" y las conclusiones que deben sacar de ella. La situación en el resto de América Latina no es mucho mejor, aunque en muchos aspectos es diferente a la de México. Veamos cual es: "Argentina. Los argentinos fueron injuriados e insultados la semana pasada cuando la Bolsa de Buenos Aires cayó casi un 10% en dos días. ( ... ) A diferencia de México, sin embargo, Argentina ha mantenido desde 1991 su peso a una tasa de cambio de uno a uno respecto al dolar, apoyado por una ley que exige que cada peso adicional creado por el banco central debe ser respaldado por el mismo valor en la reserva de divisas extranjeras. Y también a diferencia de México, las reservas argentinas en moneda extranjera han estado subiendo constantemente. "La semana pasada el ministro de finanzas argentino Domingo Cavallo toc6 puertas en Nueva York, asegurando a los líderes financieros que su país no devaluaría el peso argentino. Señalando las tasas de crecimiento de Argentina del 6% al 9% al año desde 1991 al tiempo que mantenía su tasa anual de inflación por abajo del 4%, declaró que Argentina era el único país latinoamericano que había sido capaz de llevar la inflación por abajo de los niveles europeos y norteamericanos. Suficientemente claro, pero también admitió que Argentina continuaría pagando un alto premio de riesgo sobre la nueva deuda extranjera inmediatamente después de la crisis." (Greenwald p.27) "Brasil. La bolsa de Sao Paulo cayó 15% en dos días de locura la semana pasada, que elevó las pérdidas a 33,6%, o 60 billones de dólares en valores comerciales, desde el 20 de diciembre. Los inversionistas respiraron con alivio cuando el tipo de cambio se recuperó después de las declaraciones de Clinton de apoyar a México. La economía brasileña se mantuvo más fuerte que la mexicana, pero hayal menos un paralelo. Bajo el plan antinflaci6n del nuevo presidente de Brasil, Fernando Henrique Cardoso estrenado el año pasado, el real se ha sobrevaluado en relación al dólar estadounidense. La prueba es que Brasil, como México, ha empezado a tener déficit comercial. Pero a diferencia de México, Brasil ha captado 61 billones de dólares en superávit comerciales durante los últimos cuatro años y por tanto todavía tiene muchas reservas. Con todo, advierte André Lare Resende, un economista privado: <Si insistimos en un tipo de cambio anclado sin hacer reformas estructurales en la economía, Brasil enfrentará problemas similares a los de México>. Aunque los economistas del gobierno conocen los riesgos, insisten en que un real fuerte es vi tal para mantener baja la inflación, que cayó de cerca del 50% el pasado junio a menos del 1% en diciembre." (Time. 1995:27) Vemos así como en mayor o menor grado los países latinoamericanos que compartieron con México planes similares de "desarrollo" cayeron también en el torbellino del capital financiero internacional, y, como México, han tenido que pagar caro el ilusionismo creado por la gran entrada de dinero extranjero. En México, a toda la catástrofe se suman ahora el "Plan de emergencia" del gobierno y el plan de rescate encabezado por Estados Unidos, con unas condiciones que se ha visto obligado a aceptar para poder "hacer frente a sus compromisos", que significan todo un programa de reestructuración de su economía, programa que se sobrepone a los doce años previos de reestructuración y que terminaron por liberalizar todas las actividades económicas, con una tremenda contención del gasto público y de los salarios. Esto es, como si fuera poco lo que se ha hecho en materia de desregulación, apertura y privatizaciones, el nuevo programa acordado por el presidente Zedillo con el tesoro norteamericano va a profundizar la liberalización de la economía. Centralmente esto quiere decir que se privatizarán sectores fundamentales de la industria petrolera, de las telecomunicaciones, puertos e industria eléctrica, pero la medida más fuerte de este renovado plan de austeridad y reestructuración económica lo será sin duda el referente al cambio del status del contenido nacional de la propiedad de la banca. Ya decía Lenin en "Las tareas inmediatas del poder soviético", que el papel estratégico de la banca podía permitir a quien la detentaba establecer hacia donde se destinan los recursos, a qué se le da prioridad, a qué no; esto es, la banca se convierte en la palanca de la acumulación más importante de una nación y quien la tiene en sus manos puede determinar las políticas del desarrollo, y esta es la razón por la cual se convirtió en los primeros días del régimen soviético en una cuestión fundamental el control sobre la banca y su posterior nacionalización. Pero el liberalismo está en el extremo opuesto y el contenido fundamental de su política es convertir a la banca en el instrumento de una poderosa oligarquía financiera para así incrementar su riqueza capitalista. Si la banca, como es inminente, va a parar a manos de los grupos financieros más poderosos a nivel internacional, se van a producir dos fenómenos sustancialmente, uno es un proceso de expropiación de los pequeños y medianos bancos dándose una concentración y una centralización dentro del propio circuito financiero, y el otro es la expropiación de todos aquellos que mantienen cuantiosas deudas con la banca y no tienen capacidad para pagar dadas las elevadísimas tasas de interés que están vigentes sobre todo a partir de la crisis. En México es tan grave el fenómeno de la llamada "cartera vencida" que se ha formado un movimiento de la más amplia gama de entes financieras, empresariales, y hasta individuos en lo particular, que están afectados por la imposibilidad de pagar la cartera vencida que ya actualmente suma muchos miles de millones. Este movimiento, cuyos protagonistas han denominado "el Barzón", es tan numeroso que sus reivindicaciones están cobrando una gran fuerza. Se ha dicho que en donde más se nota la vocación de autodeterminación de un estado es en su actitud frente a la inversión extranjera. Si un estado es capaz de establecer un marco jurídico que regule las modalidades a través de las cuales se da la inversión extranjera haciendo que ésta sea beneficiosa para el país, y prefiriendo otras formas de financiamiento distintas a la inversión directa extranjera (siempre y cuando no sea la entrada de "dinero caliente") como es el caso de la obtención de créditos para ser invertidos en actividades productivas, nos encontramos ante un estado que se caracteriza por una importante autonomía relativa al trazar estrategias del desarrollo a largo plazo que le van a garantizar mayor poder de autodeterminación, control del fenómeno económico y supeditación de las leyes del mercado a la intervención del estado, y no a la inversa. E inclusive le proporciona mayor independencia respecto a la burguesía nacional y la oligarquía financiera internacional. Siempre que se ha dado una "destrucción del mercado" en provecho de cierto tipo de desarrollo, el estado nacional es capaz de establecer las normas del desarrollo y se ha podido cubrir frente a fenómenos de inestabilidad aún cuando no pueda evitarla. Sin embargo, un estado que se encuentra rehén de los circuitos financieros, que mantiene abierta la posibilidad para las más variadas formas de inversión especulativa, que mantiene un sector externo abierto sin ningún tipo de protección, hace de la economía sujeto y objeto de cualquier tipo de inestabilidad sin poder tomar medidas en lo más mínimo, ni mucho menos medidas eficientes. y ese tipo de economía es exactamente la que surgió en México como resultado de las políticas de ajuste y de apertura indiscriminada iniciadas a partir de 1982. Hoy el proceso es muy profundo y abarca fases del desarrollo tan sofisticadas y complejas como el Tratado de Libre Comercio de Norteamérica, y a este nivel del desarrollo se ha accedido justamente por la incapacidad del estado de rescatar su autodeterminación. Pero si el estado es servil frente a la clase dominante esto se explica por la desorganización de la sociedad civil, esto es nos encontramos, como diría Gramsci, frente a una sociedad gelatinosa, una sociedad con escasa vocación de autodeterminación y en donde el estado lo es todo y la sociedad nada. Ciertamente que para cambiar esta relación será necesario que frente al avance desmedido de la pérdida de personalidad e iniciativa de las masas trabajadoras y de otros grupos frente a las leyes del mercado, personificadas en el desmedido fortalecimiento de la fracción más agresiva del capital, es decir del capital financiero, se ganen espacios a través de la organización y de la puesta en práctica de un programa de salvación de lo nacional a través de lo popular. 4. CONCLUSIONES Históricamente se han dado tres tipos diferentes de integración económica: entre países iguales de desarrollo económico relativamente bajo (Centroamérica); entre países de peso económico poco diferenciado y desarrollo avanzado (los que iniciaron la CEE); entre países totalmente diferenciados (el TLC) donde uno de ellos, EE. UU., tiene una clara hegemonía. Cuando se presenta el problema de una relación económica entre países de distinto grado de desarrollo a nivel del comercio y con más razón en un proceso de integración, está demostrado (Shaikh) que se producen una serie de resultados, no de intercambio desigual propiamente, que consisten en que los países de economías desarrolladas sacan ventajas comerciales permanentes a los países menos desarrollados. Cuando esas ventajas-desventajas se acumulan, se producen una serie de fenómenos que se reflejan en las balanzas de pagos, afectan el tipo de cambio de las monedas y que finalmente desembocan en el derrumbe del país más débil (México) frente a la creciente acumulación de recursos financieros y crediticios a favor del más fuerte (EE.UU.). La conclusión que nosotros sacamos de todo esto es que frente a esta clara desigualdad y la indiscriminada apertura comercial, era necesaria una quiebra de las finanzas de la economía de México en el sentido de que estaban creadas todas las condiciones para que se desencadenara la crisis. Ahora bien, ¿de qué manera y en qué momento se iba a producir esa tormenta financiera que luego tuvo un efecto de dominó en el resto de los mercados emergentes del mundo? En México influyeron mucho una serie de eventos políticos y económicos para que estallara la crisis, pero ésta estaba servida e inclusive les vino a recordar a muchos que puede ser extensiva a todo el sistema en su conjunto. Aquí también se derrumba un tabú, y es precisamente el de la inmunidad del sistema capitalista ante la crisis. Históricamente la discusión sobre las crisis del sistema ha acompañado al desarrollo del capitalismo cuando menos desde el siglo pasado, y reiterativamente se ha planteado una y otra vez que el sistema capitalista provee de los medios necesarios para superar sus interrupciones en el proceso de acumulación. Say decía que la oferta crea su propia demanda, Adam Smi th hablaba de la mano invisible, David Ricardo planteaba ya la existencia de una tendencia a la disminución de las ganancias, mientras Marx demostraba la inevitabilidad de las crisis. Y siempre que el sistema pasaba por una gran crisis se argumentaba con más fuerza en uno y otro sentido, de los que planteaban la superación implícita de la interrupción del proceso de acumulación y los que hablaban de que se producían grandes alteraciones en el proceso mismo hasta culminar en una nueva espiral dialéctica. Pero quizás nunca corno ahora los argumentos se llevaron hasta derivaciones argumentales tan extremas. Ahora con la caída del socialismo que comprendía a un tercio del territorio de la humanidad y que regía en la mitad de la población mundial, los apologistas del sistema capitalista no podían dejar de echar las campanas al vuelo, y construir las más disparatadas teorías sobre el desenvolvimiento del sistema. Para Fukuyama, por ejemplo, la historia se agota entendida corno la concebía Marx, es decir que el motor de la historia era la lucha de clases. Ni qué decir de que los teóricos de la burguesía conciben ahora un capitalismo libre de las penurias de las crisis y de las interrupciones en el desarrollo. Sin embargo, la realidad es terca y la crisis de los llamados mercados emergentes capitaneada por la crisis mexicana arroja dos resultados dignos de tomarse en cuenta: uno es que el sistema capitalista no cesa de producir desigualdades a todos los ni veles y que estas desigualdades no hacen otra cosa que volver más contradictoria la disparidad entre fuerzas productivas y relaciones sociales de producción; el otro, que la crisis de los llamados mercados emergentes no es otra cosa que la antesala de una crisis pendiente de todo el sistema en su conjunto. El modelo de "globalización" de la economía, en este contexto, no sería otra cosa que un grado más en el desarrollo del capitalismo, y este paso adicional en la lógica del sistema no anularía la existencia de las contradicciones, por el contrario no haría otra cosa que agudizarlas; se borran las fronteras nacionales en las que se movían los capitales para darse un supermercado de capitales a nivel global; los estados nacionales están despojados casi de cualquier recurso que les permita condicionar de alguna forma el movimiento de estos capitales, su operación especulativa, etc.; la antigua base de desarrollo fundada en la existencia de amplias estructuras industriales nacionales, con fuerte intervención del estado en la economía, fue borrada. Esta debacle arrastró inclusive a los sindicatos que se habían formado cuando menos desde principios del siglo pasado, un ejemplo dramático es el thatcherismo que en Inglaterra junto con la liquidación de la industria que tenía sus orígenes en la propia revolución industrial, también liquidó las organizaciones de la clase obrera. La organización capitalista del mundo confiere unas valoraciones muy altas a aquellas economías que más liberalizan, de suerte que hacia donde se dirigen los capitales es justamente a donde hay menos intervención del estado en la economía, donde se privatizó toda la estructura productiva básica, donde no existen las molestas regulaciones, y esto desencadena una feroz competencia entre los países que tiene como propósito fundamental ofrecer al capi tal extranjero las condiciones más propicias para su inversión, esto es, la más profunda y amplia liberalización de la economía, aunque lo determinante, sabemos, es la tasa de ganancia. y aquí se da un fenómeno que nos puede ofrecer una idea de lo que está ocurriendo en la economía mundial. Las llamadas economías emergentes se enfrentan a una crisis, y se esperaría que esta crisis llevara a los países a sacar las conclusiones pertinentes frente a esta lección en el sentido de volver a ciertas formas de proteccionismo y de intervención del estado en la economía. Pero lo que está sucediendo es exactamente lo contrario. México como resultado de la crisis liberaliza totalmente el sector financiero y bancario, mientras que Brasil y Perú privatizan la empresa de petróleos nacionales (México también lo está haciendo pero bajo una forma encubierta). Inclusive estas noticias han hecho saltar de gusto a algunos: "Este afecto ha mostrado con claridad que el viejo nacionalismo de los aftos sesenta y setenta ya se acabó", palabras de Claudio Haddad, director ejecutivo del Banco de Inversiones Garantía, el mayor de Brasil.24 Es verdad que el nacionalismo de viejo cuño ya murió en Latinoamérica, pero esto no quiere decir que el nacionalismo sea una etapa ya superada por la historia, por el contrario, precisamente por la forma en que está organizada la economía mundial se hace necesario un nuevo nacionalismo, éste sí un nacionalismo que permita que se desarrollen las fuerzas productivas hasta hacer competitivas a las economías en el plano internacional, y aquí creemos que es necesario sacar conclusiones respecto al modelo de desarrollo implementado por los NPI.A.s. Y es que sólo un nacionalismo de nuevo cuño puede implantar una protección efectiva para las industrias de base nacional, hacer que esas industrias compitan entre sí y estén resguardadas en ciertos aspectos clave de la competencia del exterior; sólo un nacionalismo de nuevo cufio puede destinar cuantiosos recursos para un desarrollo tecnológico y científico propio que permita una independencia respecto a la generación y uso de 1 +D y de sus resultados; sólo un nacionalismo de nuevo cuño puede hacer que el estado tenga un papel preponderante en la captación de ahorro y en la inversión en sectores productivos; sólo un nacionalismo de nuevo cuño puede regular o intervenir sectores tan vitales para una economía como el financiero y bancario, lo mismo que darle un sesgo a la naturaleza de la obtención de recursos del exterior haciendo preferibles los créditos y su empleo productivo a la inversión extranjera directa y a la de corto plazo; un nacionalismo de nuevo cuño que se apoye en las masas y que dé una base firme de apoyo a todos estas medidas que son, hoy por hoy, las únicas que pueden evitar que un país como México que se encontraba en el zenit de las estimaciones de los economistas a nivel mundial, en un abrir y cerrar de ojos descienda a los infiernos, y todo parece indicar que ahí se quedará por mucho tiempo. Hemos sostenido que en el sistema capitalista no es posible evitar las crisis, sin embargo, de la diferente forma en que fueron afectados los llamados mercados emergentes se pueden sacar varias conclusiones que se pueden concretar en ciertas medidas a tomar por parte de países que deseen desarrollar una economía auto sostenida y con fuerte capacidad de respuesta a los shocks: 1) Protección del mercado interno. 2) Fomento de la investigación y desarrollo. 3) Protección del sector bancario. 4) Control de la inversión directa extranjera. Sabemos que cualquier idea de nacionalismo choca con la forma en que está organizado el capitalismo a nivel mundial, no en vano se creó ese concepto de "economía global". Sin embargo está claro que la única forma de contrarrestar los efectos nocivos de la perpetuación en el subdesarrollo así como la única forma de neutralizar, que no evitar en el sistema capitalista, las crisis es a través de este nuevo nacionalismo. Pero un nuevo nacionalismo sólo es el primer paso hacia un cambio más profundo de las relaciones sociales de producción. Al diluirse lo que alguna vez fue llamado socialismo real, da principio el desmoronamiento definitivo del capitalismo, mientras en un gran telón de fondo los crímenes que otorgan su calidad dependiente al Tercer Mundo permanecen como una presencia viva. Adolfo Sánchez Vázquez Capítulo VI AMERICA LATINA: ¿INTEGRACION O BALCANIZACION? 1. LOS FUNDAMENTOS DE LA INTEGRACION DE AMERICA LATINA: COOPERACION PARA LA INDUSTRIALIZACION El proceso de desarrollo de la economía latinoamericana sólo se entiende si se relaciona con el proceso de desarrollo de la economía mundial. América Latina nace con características de heterogeneidad en su estructura productiva. El impacto de la revolución industrial en el subcontinente se tradujo en el surgimiento de un modelo primario exportador, y aquí se debe plantear una pregunta: ¿América Latina con la independencia dejó de ser primario exportadora? El modelo primario exportador sólo es sustituido por otro modelo en el proceso de sustitución de importaciones, en 1929. Estamos hablando del periodo de entreguerras. La relación de América Latina con el exterior es la causa de innumerables fenómenos y, asimismo, la dominación en el panorama internacional de una u otra potencia es lo que ha influido poderosamente en las políticas internas de los países latinoamericanos, de hecho el sector externo ha sido siempre decisivo en la configuración de las estructuras internas y las políticas de los países latinoamericanos. La industrialización se produjo como respuesta a una serie de eventos en el plano internacional, concretamente como respuesta a la crisis del 29, primero, y la segunda guerra mundial, después, pero sólo en determinados países y regiones, en aquellos en los que se había desarrollado cierto mercado interno. En 1929 Argentina reúne las mejores condiciones para iniciar el proceso de industrialización. En Brasil el presidente Vargas crea el "estado novo" como palanca de la industrialización, éste es un estado "populista", y se caracteriza por la alianza entre el estado y las masas para impulsar la industrialización. En el caso del cardenismo en México tenemos un fenómeno parecido. En Argentina la coyuntura de la segunda guerra mundial favorece ampliamente la industrialización, pero, una vez que termina la guerra, el país empieza a tener problemas para continuar el proceso e inicia una fase del mismo a la que se le conoce con el nombre de estancamiento. La industrialización latinoamericana tiene una serle de características muy peculiares que la hacen distinta al modelo clásico. Mientras que éste parte de impulsos internos, de un proceso de descomposición del feudalismo, la industrialización latinoamericana tiene su origen en eventos del sector externo. de la economía, como es el caso de las crisis o de las guerras que producen una situación interna de paro frente a la cual es necesario poner en práctica políticas de incentivación económica, esto es lo que da lugar al proceso de sustitución de importaciones. Y es por esta razón que la industrialización en América Latina es un proceso fragmentado, y condenado, por la forma en que se implementa, al estancamiento. Esencialmente orientado al exterior y dependiente de él, ha creado un débil mercado interno. Sin embargo, este proceso trunco de industrialización generó, después de los años cincuentas, un incremento de las relaciones intralatinoamericanas haciendo que surgieran organismos como la ALALC, ALADI, etc., e hizo abrigar a muchos esperanzas de una integración regional. Más aún, la integración era condición para desarrollar la propia industrialización. No obstante, los incipientes pasos dados en este sentido tuvieron poca incidencia en el desarrollo industrial. Muchos autores plantean que la integración sólo sirvió para ahondar las diferencias de América Latina, la causa de esto, dicen, es que se empleó al estado como motor del desarrollo. Pero ¿quién si no el estado podía serlo? En las tres últimas décadas la situación se agrava considerablemente. En los 70 pierde dinamismo el crecimiento de los centros industriales; en los 80 explota el problema de la deuda; en los 90 el panorama es desolador, ha aumentado la dependencia externa y América Latina se queda rezagada de la revolución industrial. Ante la reestructuración de la economía mundial se ve obligada a abandonar las estructuras productivas que le caracterizaban y a adoptar otras nuevas. En América Latina no existe interdependencia, (de ahí el fracaso de la integración) sino que existe sólo dependencia, Osvaldo Sunkel habla de "interdependencia asimétrica". Después del segundo shock petrolero (1979-81) la economía latinoamericana se caracteriza por una influencia determinante del gran viraje de la política económica de Estados Unidos. Además, la nueva revolución tecnológica va a determinar un cambio fundamental en todas las formas de inserción en el comercio internacional, y aquellas economías que no son capaces de responder al reto se quedan irremediablemente rezagadas. Frente a esta realidad ¿qué puede hacer Latinoamérica si destina no más del 2% del producto a I+D y en contraparte sale el 4% del equivalente del producto en transferencias al exterior? Está claro que sin integración como condición previa para la industrialización América Latina difícilmente habría podido solucionar alguno de sus grandes problemas del desarrollo, téngase en cuenta que por la forma en que se estructuró el subcontinente latinoamericano dentro de la división internacional del trabajo, era muy difícil que alguna de las fracciones en las que se había constituido como nación, pudiera por sí sola, así fuera un gran país como Brasil, lograr salir del subdesarrollo. Por eso es que subdesarrollo en Latinoamérica es sinónimo de balcanización. De hecho, el subdesarrollo latinoamericano va acompañado de la balcanización, aunque históricamente ésta le precede, pues se da justamente al logro de la independencia, cuando América Latina pasa de la influencia española a la inglesa y transforma su organización política. Al hablar de por qué no se realizó el ideal integracionista de Bolívar, el cual tenía como base objetiva los vínculos comerciales y económicos creados durante la colonia entre las distintas divisiones administrativas del Imperio español, Sunkel y Paz señalan que "prevaleció, como factor determinante de los acontecimientos, la existencia de núcleos y caudillos locales, apoyados en estructuras socioeconómicas propias, que se habían afirmado y ampliado durante el periodo colonial y consolidado durante las guerras de independencia. Existían por ello reales conflictos de intereses, en especial entre los centros coloniales y sus áreas periféricas, y sobre todo entre el Virreinato del Perú y los países del Pacífico y del Río de la Plata. Hubo, pues, causas profundas que explican el fracaso de los esfuerzos de unidad y la creación de una pluralidad de estados nacionales. Al nuevo Imperio predominante en la economía internacional y en el mundo de las ideas y de la política, es decir, el británico, también le cupo una influencia importante en la balcanización de las antiguas colonias al fomentar el comercio y los contactos directos con cada región". (Sunkel y Paz 1970: 300) Además, Inglaterra veía redituable fomentar y explotar las rivalidades interregionales. (Grien 1994:139) La integración latinoamericana ha sufrido una serie de descalabros desde que se planteó como objetivo. La divisa bolivariana corrió con poco éxito, y es fácilmente demostrable que al integrarse América Latina en la división internacional del trabajo a lo largo del último tercio del siglo pasado, selló definitivamente la fragmentación de un conjunto de naciones que ya se habían dividido al inicio de su vida independiente. La doctrina liberal separó a las naciones latinoamericanas y las puso de espaldas unas a otras desde el siglo XIX, y esto es así porque sus vínculos con el centro están marcados por una relación comercial entre áreas productoras de materias primas y productos semielaborados de la misma especie y que por tanto compiten entre sí. Así, por ejemplo, la oligarquía del puerto del Río de la Plata competirá con la oligarquía de Montevideo para ofrecer los productos cárnicos y cerealeros que adquirirá la Gran Bretaña. Por eso las oligarquías terratenientes, que eran el asiento territorial de estas relaciones comerciales, siempre se opusieron a la integración de los distintos territorios en proyectos nacionales de más amplia perspectiva. A cada clase oligárquica sólo le interesaba el control de su respectiva aduana para controlar a su vez los aranceles que se imponían a las exportaciones-importaciones. Sólo cuando se abre paso el proyecto nacionalista industrializador los recursos obtenidos del comercio exterior se invierten en el desarrollo industrial, son los casos, vgr., del peronismo en Argentina, el cardenismo en México y de Getulio Vargas en Brasil. Esa era la coyuntura ideal para la integración latinoamericana, la del esfuerzo industrializador, sin embargo esto no cuajó porque faltó voluntad política de la clase dirigente. Una serie de recelos entre la clase política latinoamericana hizo imposible la integración, y si no véanse las experiencias de la ALALC, la ALADI, el Pacto Andino, el Comercio Común Centroamericano, etc. La única experiencia integradora de éxito en la región ha sido la del MERCOSUR, y esta se dio gracias a que Brasil y Argentina lograron vencer sus recelos. La idea de una integración latinoamericana aparece a inicios del siglo pasado. "En el manifiesto de Cartagena de 1812, Simón Bolívar escribía: <Yo soy de sentir que mientras no centralicemos nuestros gobiernos americanos, los enemigos obtendrán las más completas ventajas; seremos indefectiblemente envueltos en los horrores de las disensiones civiles, y conquistados vilipendiosamente por ese puñado de bandidos que infestan nuestras comarcas> (SORIANO, 1969). "De esta manera se configuraba la exigencia de una consonancia entre todos los nuevos países iberoamericanos. Con la independencia se abrió por primera vez el debate, que llega hasta nuestros días, entre quienes pensaban que América Latina debía constituirse como un único país y quienes defendían la constitución de distintos estados-nación en cada uno de los virreinatos. La historia muestra que la tendencia que triunfó fue la no integradora, aquella en la cual los procesos de independencia desembocaban en el establecimiento de un Estadonación por cada uno de los virreinatos y, en algunos casos, incluso en el rompimiento de esos territorios más amplios." (Vilaseca 1994:63) El puñado de bandidos era la naciente burguesía exportadora-importadora, clase social que cobraba creciente fuerza al vincularse al recién creado mercado mundial capitalista. De hecho la burguesía exportadora-importadora se convertiría en la clase protagónica a lo largo de todo el siglo XIX en Latinoamérica, es la portadora del liberalismo, del libre comercio que está en la base de los fracasos industrializadores, de la descentralización, del federalismo, y ella directamente impulsó la creación de innumerables republiquetas para tener el control de la aduana que quedase dentro de ellas. Es necesario ver la obra de Abelardo Ramos, Historia de la Nación Latinoamericana, para constatar el papel de las clases sociales en los intentos fallidos de construcción de la nación latinoamericana durante el siglo XIX. A la burguesía exportadora-importadora no le interesaba el mercado interno, lo único que le interesaba era su vínculo con el exterior, es por esta razón que el siglo XIX no vio surgir al estado nacional como se conocía en las naciones que habían sido transformadas por la revolución francesa. En América Latina no existió nunca una burguesía jacobina que impulsase la reforma intelectual y que coadyuvase a la creación del estado-nación. Es por esa razón que todos los intentos de integración, encabezados por Bolívar a lo largo del siglo XIX, tuvieron como único resultado el fracaso. El particular proceso de independencia del Brasil (cuando las tropas napoleónicas invaden Portugal la Corona se traslada a Brasil), permitió que al logro de su desvinculación de Portugal se pudiera conservar la integridad de su territorio, y esto fue así porque contaba con el antecedente de que la propia Corona portuguesa, mientras gobernaba Brasil, se opuso a la fragmentación del territorio, y eso hizo las de una burguesía nacional que mantenía en sus manos la integridad territorial. La creación del mercado interno era un factor clave para la industrialización, y la fragmentación territorial un elemento desfavorable para ambos procesos: "Precisamente la falta de mercado interno en muchos países subdesarrollados ha sido uno de los detonantes del fracaso de la industrialización por sustitución de importaciones, especialmente en aquellos de dimensiones muy reducidas. Las características estructurales de estas economías condicionan la capacidad de sostener industrias eficientes de forma individual. Por este motivo una industria podrá aumentar su grado de eficiencia, y por tanto ser viable a largo plazo, si logra servir a un mercado lo suficientemente amplio como para poder aprovechar las economías de escala. Estas se hallan relacionadas con los costes medios a largo plazo. La existencia de economías de escala se origina en aquellos mercados donde las empresas instaladas se encuentran en una situación de mercado cuya dimensión obliga producir por debajo de su potencialidad. Esta infrautilización de los recursos existentes, con una tecnología determinada, obliga a las empresas a producir en una escala que sitúa su nivel de producción en el tramo decreciente de la curva de los costos medios a largo plazo". (Vilaseca 1994:53-54) ¿Cómo se garantiza un mercado interno?, ¿cómo se garantiza la creación de las bases para la conformación del estado nacional? Se garantiza a través de la protección del exterior, a través de la intervención del estado en la economía creando demanda, esto es, a través de la fórmula keynesiana. Pero estas medidas intervencionistas son claramente rechazadas por el sector de la burguesía ligado al interés de las grandes compañías extranjeras, interesado en la liberalización extrema de la economía. Sólo un estado de corte nacionalista sería capaz de tomar las medidas que en última instancia ayudarían a procrear esa burguesía industrialista que no se formó a lo largo del siglo XIX. El "estado fábrica de fabricantes", como diría Gramsci. La creación de ese mercado interno, de esa burguesía industrialista, de ese estilo interventor por parte del estado, más la participación de las masas en la constitución del estado, serán los elementos fundamentales de la creación del estado nacional. A esta fórmula de cuatro ingredientes se le conoce en la historia del desarrollo de América Latina como "pacto populista" o más exactamente como regímenes nacionalistas de entreguerras. Una de las razones fundamentales que se argüían para la integración de América Latina era justamente que al haber fracasado todos los intentos de industrialización era necesario crear una corriente de recursos y un mercado suficiente que hiciera autosustentable el proceso de industrialización, y esas condiciones las crearía el proceso de integración. Esto se puede ver con toda claridad en el caso de los países centroamericanos que difícilmente podrían llevar a la práctica su industrialización si no es impulsada por la integración regional. En el caso de Centroamérica, más que en ningún otro, era necesaria la integración para poder desarrollar la industria, dadas las muy limitadas dimensiones del mercado interior, de la demanda, de la disponibilidad de recursos, etc., etc. La industria es la locomotora que arrastra al resto de la economía, como es usual en casi todos los casos. Sin embargo, en América Latina se llevó a la práctica un tipo de industrialización sumamente vulnerable, con una serie de talones de Aquiles y efectos no deseados: estrangulamiento del sector externo al avanzar el proceso de industrialización, endeudamiento, dependencia, estancamiento, crisis, concentración del ingreso, excesivo gasto de recursos energéticos, etc. Se puso énfasis desmedido en la fabricación de recursos duraderos, en la producción de productos químicos, en los metalmecánicos. La única forma de evitar estos cuellos de botella era encontrando un modelo adecuado de desarrollo industrial. "Cuando la Primera Guerra Mundial desvió la atención y el esfuerzo de sus protagonistas -los países centrales- hacia sus propios requerimientos perentorios, en detrimento de sus relaciones con la periferia (en este caso con América Latina), comenzó a evidenciarse la lógica vulnerabilidad de las bases en las que el sistema primarioexportador se sustentaba, a pesar de que -o precisamente por esoeran entonces unos años de una notable presencia del Subcontinente en el comercio mundial, y de que el movimiento internacional de capitales superaba los 43 000 millones de dólares, buena parte de los cuales eran inversiones en América Latina." (Grien 1994:154) Lo que no dice Grien es que al desviarse la atención de los países centrales sobre sus propios requerimientos y descuidarse las relaciones con la periferia, se provocaba el paro en los países subdesarrollados, y que precisamente las políticas de reactivación de la economía, debidas en una gran proporción a la intervención del estado, generaron el proceso de industrialización que conocemos con el nombre de sustitución de importaciones, y este proceso va a depender en una gran medida de la disponibilidad de recursos obtenidos del exterior a cambio de la actividad exportadora. Ciertamente existieron desarrollos previos de la industria, pero si se ha de hablar de desarrollo industrial es a partir de el proceso de sustitución de importaciones. La cuestión es que existe un vínculo entre las alteraciones que se producen en la economía a causa de la vulnerabilidad del sector externo y las necesidades de industrialización en los países subdesarrollados, no en todos los casos, porque para que se diera el proceso de industrialización era necesaria la existencia de cierto desarrollo del mercado interno como fue el caso de México, Brasil y Argentina, pero esas condiciones para el desarrollo de la industria vienen dadas desde "fuera". Por eso es que los países en cuestión, y para garantizar un proceso de industrialización exitoso, tuvieron que protegerse de las oscilaciones de la economía internacional como una forma de impedir salidas estrepitosas de recursos, es decir, tuvieron que echar mano del proteccionismo, del control de cambios, de la reglamentación de las inversiones extranjeras y los movimientos de capital, y por las mismas razones, pero en sentido contrario, cuando los países subdesarrollados se desarmaron en su protección del exterior no tardó demasiado para que sus economías se vieran arrasadas por los movimientos especulativos del capital y del comercio. "[E]l impulsor inicial de aquel cambio de rumbo de los años treinta, fue el sector público de cada país, forzado por su respectivo conjunto económico-social a compensar o suplir, con políticas expansivas, la insuficiencia del contraído sector externo. Una responsabilidad a la que cada Estado hizo frente de manera obviamente diversa, pero coincidiendo todos en asumir el papel protagónico, lo cual en realidad significaba tan sólo mantener constante la tradición del Sector Público en América Latina. [ ... ] A través de un aumento gradual del gasto público se canalizaron recursos para fortalecer la estructura económica en general y para reavivar la infraestructura industrial existente en particular, a la vez que se difundía corno lema de actuación un forzado trasunto de cierto colbertismo proteccionista, que obviamente comenzó por sustituir la importación de bienes de consumo elaborados, incrementando su producción en las instalaciones con las que se contaba, a las cuales se les incorporó más horas de trabajo (marginando en origen la concepción de productividad), valiéndose de la elástica oferta de mano de obra excedente, con decrecientes tasas de salario. Mientras, las aludidas ayudas del Estado a las empresas hacían el resto, posibilitando una mayor capacidad de inversión, asignando oficialmente divisas, creando las primeras instituciones financieras estatales, dando comienzo a proyectos de formación profesional, seguridad social, etcétera." (Grien 1994:165) No hay objeción, está clarísimo que sin el protagonismo y la política de subsidios del estado habría sido imposible el desarrollo de la industria en países del Tercer Mundo como los latinoamericanos. Lo que sí vale la pena señalar aquí es que las políticas de intervención del estado van ligadas a un concepto de estado nacional muy específico, esto es, que para ejercer esa acción intervencionista, el poder público debe asentarse en un estado que tiene plena soberanía sobre los recursos financieros y económicos de la nación, que puede, por ejemplo, nacionalizar recursos estratégicos si así lo exige el propio desarrollo de la economía, poner límites a la propiedad de extranjeros, regular el movimiento de capitales así como establecer impuestos para hacerse de recursos para la inversión. Pero esta soberanía es cuestionada en la fase de liberalismo desenfrenado en la que se precipita América Latina a partir de los años 80. Y ese liberalismo maniata toda capacidad del estado para decidir las líneas del desarrollo económico y social. De hecho se trata de un "estado servil", de acuerdo a la definición de Maguire1, con muy poca o nula autonomía relativa, que responde casi sin mediaciones a los intereses de la clase dominante, en este caso, de la oligarquía financiera internacional. Se trata de l John M. Maguire: Marx y su teoría de la política, ed. FCE, México, 1984. un estado que es dependiente de los recursos que otras instancias gestionan y disponen para su propio beneficio, así los bancos, las grandes compañías transnacionales y otras naciones determinan el ritmo de la acumulación del país en cuestión. Ya no es el gobierno de un estado nacional el que establece las pautas de la acumulación de capital; son los grandes entes internacionales los que determinan estas pautas. Y es precisamente a causa de esta vulnerabilidad del sector externo que el proceso de sustitución de importaciones es limitado y de impulsor del desarrollo en un momento determinado se va a trocar en su contrario, es decir, en el estancamiento. Finalmente la misma industrialización por sustitución de importaciones no garantizaba un crecimiento autosustentado, esto es, que ni siquiera la panacea de la industrialización era un antídoto eficaz para contrarrestar los efectos perniciosos de la dependencia del sector externo, al menos la industrialización por sustitución de importaciones que demostró ser sensiblemente dependiente de los factores externos de la economía. El hecho de que la industrialización fracasase durante un largo periodo en América Latina, hizo que se buscaran nuevas fórmulas para que se cumpliese esta tarea pendiente: "Primitivamente, en América Latina la concepción del término integración iba asociada a una apariencia meramente política y a la vez ideológica. Era una de las estrategias que se barajaban para iniciar los procesos de independencia. Esta noción perdurará hasta el siglo xx. Al finalizar la segunda guerra mundial se produjo un cambio muy significativo. Bajo la iniciativa de la Comisión Económica para América Latina de Naciones Unidas (CEPAL) este concepto de integración sufrió una metamorfosis y a partir de este momento se transformó para alcanzar un enfoque básicamente económico. Por tanto, la discusión sobre la necesidad de integración adoptó una perspectiva de instrumento para el desarrollo económico en la zona, más que un objetivo político". (Vilaseca 1994:63-64) Ciertamente, la CEPAL ya representa un proyecto industrializador, proyecto inexistente para las clases que dominan todo el siglo XIX en Latinoamérica. La CEPAL representa la inspiración de carácter teórico de la burguesía nacionalista e industrialista que surge ligada al llamado proceso de sustitución de importaciones, y tendrá su época de oro de los años 60 a los 80, luego vendría la debacle, la desindustrialización ¡y la vuelta al liberalismo del siglo XIX! El fracaso del modelo de sustitución de importaciones en las experiencias latinoamericanas de industrialización planteó la necesidad de buscar alternativas diferentes de desarrollo. Al estancamiento de la década de los años ochentas sobrevendrían una serie de intentos de integración que tratarán de obtener el éxito que no tuvieron la ALALC, la ALADI, el Pacto Andino y el Mercado Común Centroamericano. Los países latinoamericanos se encontraron con la tarea de desarrollar la industria, y uno de los instrumentos fundamentales, dadas las particulares relaciones de sus economías con el exterior, fue la política arancelaria, "la manipulación del arancel, a través del cual se articuló realmente todo aquel conjunto de ejecuciones que en materia sustitutiva e industrial constituyeron la trayectoria latinoamericana hasta el presente; esa trayectoria abiertamente receptora de bienes intermedios y de capital, no sólo canalizando hacia ellos las divisas desviadas de otros posibles destinos, sino eximiéndolos prácticamente de los derechos arancelarios o gravándolos en cuantía irrelevante, favoreciéndolos con privilegios cambiarios, derechos compensadores, bonificaciones, licencias preferentes, etcétera". (Grien 1994:180) En el caso de México, para tener una idea exacta de estas "bonificaciones", es necesario referirnos a Sanford Mosk, en su trabajo La revolución industrial en México, en donde se demuestra cómo es que las distintas acciones del estado mexicano a lo largo de la etapa posterior al cardenismo sirvieron para desarrollar la industria. Y es verdaderamente alucinante toda la suma de instituciones y acciones en favor del desarrollo del capitalismo, desde la creación de la Nacional Financiera (ahora Banco Internacional), hasta la ley de exención de impuestos denominada "ley de industrias nuevas y necesarias", pero no sólo esto, porque también se hace un repaso de los pactos tripartitas en los que intervenían los empresarios, el gobierno y los sindicatos. Hemos dicho que en la fase de desarrollo del capitalismo caracterizada por el estado amplio la ley fundamental que rige el desarrolle es que el control de las masas sirve para establecer el control del ciclo, si bien esto no debe entenderse como la superación de las crisis dentro del sistema capitalista, porque esto no es posible, pero debe tenerse en cuenta que se trata de levantar contra tendencias a las crisis periódicas de la economía. Y ya que estamos hablando de "leyes generales del desarrollo", o cuando menos más generales que otras, eE conveniente plantear la que a nuestro juicio podría ser la ley general de la fase neoliberal. Pues bien, en la relación estado-economía en la fase neoliberal podemos decir que prima el control de las finanzas para el control del gobierno, este es, que en la llamada "economía global" se impone la ley de los movimientos especulativos de capitales a partir de organismos de carácter internacional, y que estos movimientos condicionan fuertemente el comportamiento de los gobiernos que se encuentran cada vez más debilitados a causa de los procesos masivos de privatización que los desproveen de los recursos de los que se podían hacer tradicionalmente, entonces esos gobiernos dependen de una manera muy marcada de los movimientos de capitales a nivel internacional, (sobre la operatividad de esta nueva ley de las relaciones estado - economía en la época neoliberal, tenemos un excelente ejemplo histórico en la crisis de diciembre de 1994 en México). La industrialización que se gestó a partir de los años 30 en América Latina cubrió las tres etapas ya conocidas del proceso de sustitución de importaciones, y como es sabido la tercera hace crisis con el estancamiento. Se produce un estrangulamiento de la economía y no se generan los recursos suficientes del exterior para poder proseguir con el proceso, a tal grado que inclusive los grandes procesos de industrialización se ven seriamente comprometidos. Y es en este contexto, alrededor de los años sesenta, que se dan una serie de intentos de integración regional precisamente para unir los recursos de distintos países e impulsar la industrialización cuestionada por el agotamiento del proceso de sustitución. Los procesos de integración latinoamericana, de carácter bilateral, trilateral o subregional, aunque sin la trascendencia de la Unión Europea y del TLC entre México¬, Estados Unidos y Canadá, han sido de gran importancia en la región. En 1960 se creó la ALALC (Asociación Latinoamericana de Libre Comercio) mediante el Tratado de Montevideo firmado por Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela. Además de los países fundadores participaron 'posteriormente Argentina, Brasil, México, Paraguay, Uruguay y Chile. En 1980 fue sustituida por la ALADI (Asociación Latinoamericana de Integración). Con el objetivo de crear el Mercado Común Latinoamericano, en febrero de 1968 se formó la Corporación Andina de Fomento, que daría lugar, en mayo de 1969, con el Acuerdo de Cartagena, al Pacto Andino (GRAN) con la participación de Colombia, Bolivia, Chile, Ecuador y Perú. En 1960 se creó el Mercado Común Centroamericano (MCCA), con El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua (en 1962 se adhirió Costa Rica). En octubre de 1975 nació en Panamá el SELA (Sistema Económico Latinoamericano) que incluye a todos los países de la región. En febrero de 1989 México, Venezuela y Colombia formaron el Grupo de los Tres, que ha sido uno de los más importantes. En 1991 Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay firman un Acuerdo Tripartito que da lugar al Mercosur (Mercado Común del Cono Sur), que entra en vigor el 1° de enero de 1995. En 1992 se creó el Acuerdo Marco de Libre Comercio entre Centroamérica y México. Además se han firmado múltiples acuerdos bilaterales, como el de México¬, Chile (1991), México-Brasil, etc.2 Existen, adicionalmente, organizaciones comunitarias sectoriales como la 1 LA FA (Instituto Latinoamericano del Fierro y del Acero), la CECEPLA (Confederación Industrial de Celulosa y de Papel), la ALABIC (Asociación Latinoamericana de Bienes Industriales de Capital), etc. La integración latinoamericana cobra mayor relevancia ante la firma del TLC entre México, Estados Unidos y Canadá. Su realización constituiría una posibilidad de contrarrestar la tendencia de los Estados Unidos de imponer, extender y profundizar su poder económico, tecnológico y científico sobre América Latina a través del TLC y su ampliación mediante la "Iniciativa de las Américas" (proyecto propuesto por George Bush y continuado por Clinton). Para los países latinoamericanos es necesaria la creación de espacios económicos que les permitan la concentración de corrientes de comercio e inversión dentro de sus propias áreas, así como la diversificación de sus relaciones con el exterior. En este sentido es muy importante el proceso de cooperación iberoamericana plasmado en la Conferencia Iberoamericana, que a través de sus cumbres de Guadalajara (México, 1991), Madrid (España, 1992), Salvador de Bahía (Brasil, 1993), Cartagena de Indias (Colombia, 1994) Bariloche (Argentina, 1995) y Viña del Mar (Chile, 1996), ha buscado una mayor aproximación entre Latinoamérica España y Portugal. Para México integración mismos que dinamización es fundamental la participación en estos procesos de latinoamericana y de cooperación iberoamericana, deberán ampliarse y consolidarse para lograr la de las economías nacionales y la 2 Ver Elvyra Pabón Tarantino: "La Integración Latinoamericana y la Conferencia Iberoamericana de Naciones", Revista de Estudios Políticos, No.82, Madrid, 1993. reducción de la dependencia de los países de América Latina frente a los Estados Unidos, así como una adecuada sus explotación recursos y un desarrollo económico beneficios equilibrado con sociales. Adicionalmente existe la posibilidad que representan las relaciones económicas con la Unión Europea. En este sentido se han firmado varios acuerdos de libre comercio entre la Unión Europea y el Mercosur, y está pendiente un acuerdo que desde hace varios años se viene intentando concretar entre la UE y México. El único acuerdo que existe entre México y la UE es uno de cooperación que data de 1975 y que se plantea culminar en un acuerdo de libre comercio pero que, por una serie de circunstancias, no se ha realizado. La última vez que se presentó la posibilidad de aceptarlo por parte de los países involucrados fue a principios de 1996, cuando estaba a punto de terminar el periodo presidencial de Felipe González. En esa ocasión viajó a España el presidente Zedillo de México con la intención de acelerar el proceso, pero no se llegó a ningún resultado positivo, fundamentalmente por las reticencias de Francia, que teme una competencia de México en productos agrícolas. Es perfectamente sabido que los bloques Sirven para incrementar el comercio intermiembros y excluir a los países que están fuera del bloque, justamente esa es la función de la Unión Aduanera. Sin embargo no todos los que están dentro del bloque corren la misma suerte, es decir, como expusimos en otro capítulo, existen distintas formas de integración que van a definir el papel de cada país: algunas en que todos los asociados son económicamente fuertes (CE 6), otras en que todos son económicamente débiles (MC Centroamericano), y otras en que unos son fuertes y otros débiles (TLC y más matizadamente la UE 12 y 15). De todos los casos el del TLC es el más desigual, y México el país más perjudicado. La perspectiva de la integración regional latinoamericana queda más clara en una situación en la que por todo el mundo las economías nacionales buscan participar en un bloque que potencie sus capacidades y evitan quedar fuera de estos procesos. No cuestionamos de ninguna manera la integración de las economías, el problema es integración con quién y bajo qué condiciones. Los países menos desarrollados deben evitar las desventajas de las "ventajas comparativas", o mejor dicho, de acuerdo con lo que hemos expuesto en otro lugar, de las ventajas absolutas comparadas, e impedir que éstas se traduzcan en mayores desigualdades, en ventajas incomparables para los países más poderosos. Una unión económica supone el mantenimiento de una relación de librecambio entre sus miembros y una política de proteccionismo respecto a terceros países. La combinación al mismo tiempo y en un mismo lugar de estas tendencias opuestas lo que genera es un proceso de integración, luego, por otro lado, está la adopción de políticas económicas comunes, lo cual quiere decir que se están aceptando decisiones externas a la nación, que se está supeditando el concepto de soberanía nacional a los intereses supranacionales. De esta forma, cuando hablamos de integración económica hay que tener en cuenta que no todos los procesos conducen a los mismos resultados, existen, es verdad, una serie de condiciones necesarias comunes, pero las realidades de los países que acuden a la integración pueden complicar mucho su desarrollo y desenlace: "Peter ROBSON considera que es necesario que se den simultáneamente tres acciones diferenciadas para que las relaciones entre países puedan considerarse una forma de integración económica (ROBSON, 1980,2): (a) la supresión de toda forma de discriminación en las relaciones económicas entre los miembros; (b) el mantenimiento de las discriminaciones con respecto al resto del mundo: es necesario que los pactos integracionistas se formen entre un grupo de países y que estos mantengan unas relaciones diferenciadas con los países que se encuentran fuera de la unión; © por último, debe haber una voluntad entre los miembros en el sentido de aceptar limitaciones en los instrumentos de política económica nacional con el fin de alcanzar una coordinación económica." (Vilaseca 1994: 32) Queda claro, pues, que es necesario que se dé el libre cambio (hacia el interior) simultáneamente con el proteccionismo (hacia el exterior). Formalmente es a partir de lo que en el argot técnico se llama Unión Aduanera que se genera un proceso de integración, que normalmente parte de un acuerdo de cooperación y libre comercio; luego viene la adopción de políticas económicas comunes, y la adopción, en el grado más complejo de la integración, de una moneda única. G. Myrdal considera que la integración económica es un proceso de desmantelamiento de barreras, tanto de carácter económico como sociales. La Unión Aduanera es, en esencia, la primera política común, la del arancel común que cohesiona comercialmente al bloque: "la unión aduanera compromete a las naciones que deciden integrarse por medio de ella, a eliminar gradualmente, aunque en plazo fijo, la totalidad de los gravámenes arancelarios en su intercambio comercial recíproco; a la vez que establecen un único arancel para las transacciones del grupo con los países no integrados -el Arancel Externo Común (AEC)-que suele significar la media de protección nominal del conjunto de lo fijado en cada uno de los aranceles nacionales antes de que los países decidieran unir sus aduanas. Lo surgido después de esa unión, obviamente, es un solo espacio común en materia arancelaria, en el que además se llega a una situación de total libre comercio entre los países integrados (una vez alcanzado el cero en el desarme de tarifas aduaneras); espacio común, el de la unión, rodeado por un cinturón de tarifas únicas e iguales para el conjunto, frente a todos los demás países terceros". (Grien 1994:51) Ya hemos hablado en otra parte de la Unión Aduanera como la base del fenómeno de la integración, como el espacio en el que convergen dos tendencias contrarias, libre comercio y proteccionismo, esto en dialéctica se llama unidad orgánica de contrarios. Esa unidad consiste en que al interior se da el más libre de los intercambios, mientras que hacia el exterior se establece una tarifa común, es decir, se unifica el proteccionismo. Por añadidura la Unión Aduanera es el verdadero comienzo de la integración, sin aquella no es posible hablar de ésta, y esto se puede corroborar en América Latina en donde nunca se ha dado un verdadero proceso de integración a pesar de todas las tentativas (ALALC, ALADI, SELA, etc.). El único caso de integración real es el del Mercosur, y éste tiene éxito gracias a que en él se implementa la Unión Aduanera. Por cierto, la "Iniciativa de las Américas" (iniciativa en realidad de los Estados Unidos) tendría como objetivo fundamental evitar que los países latinoamericanos pudiesen llegar a establecer una Unión Aduanera a nivel del subcontinente, luego entonces, ésta sería, además del TLC, el principal obstáculo para la verdadera integración latinoamericana. La eliminación de tarifas arancelarias, según la CEPAL, debería hacerse: "a) En cuanto a modalidad. a-l) A través de la concesión de preferencias cautelosas, o de una liberalización flexible (parcialidad en el número de productos afectados, negociaciones selectivas, etc.), así como utilizando distinta gradualidad en el ritmo de la desgravación (automática, producto por producto) y en cuanto a que la liberalización acordada fuese inmediata o por etapas. a-2) Con la rigidez de un mercado común, limitando la zona al exterior por el arancel o tarifa externa única, con todas las posibilidades de manipulación arancelaria conocidas, y con el establecimiento de un margen preferencial para los países de la Región. a-3) Por medio de la Unión o Comunidad Económica, con un progresivo acercamiento, armonización o unificación de las respectivas economías, bordeando el concepto de supranacionalidad. "b) En cuanto a la amplitud. b-l) Un único sistema liberalizador para toda América Latina -zona preferencial o mercado común- con clasificación de los países o grupos de países de acuerdo con su desigual grado de desarrollo, para su consecuente tratamiento compensador [ ... ]". (Grien 1994:233) Como queda claramente demostrado la CEPAL tiene en mente la integración como mecanismo a través del cual los países latinoamericanos pueden lograr un crecimiento que los alej e del subdesarrollo, que en lo posible les permita instrumentar racionalmente la planificación (sobre esto es necesario decir que se está pensando en la planificación a lo Keynes, o sea la intervención del estado en la economía), en suma, un conjunto de medidas tendentes a desplegar el desarrollo industrial. y la CEPAL tiene en cuenta que esto no se puede lograr sin tomar en consideración las desigualdades entre las distintas economías, de la ventaja que unas sacarían a las otras en el comercio y de los déficit que se producirían en el caso de las más débiles; la CEPAL está pensando en un mecanismo compensador, en unos periodos de desgravación pausados, de una liberalización cautelosa, selectiva y flexible, etc. Como es evidente la CEPAL tiene como inspiración la experiencia de la CEE al mantener una serie de consideraciones para con los países de menor desarrollo relativo de la Comunidad, concretamente Grecia e Irlanda, primero, y España y Portugal después. Porque téngase en cuenta que lo que unos ganan otros lo pierden, aunque la teoría convencional del comercio internacional diga que con el librecambio todos ganan (o por lo menos nadie pierde). Así, en el análisis ortodoxo de la formación de uniones aduaneras se atribuye la "creación de comercio" (efecto positivo) a la liberalización, y el "desvío de comercio"(efecto negativo) al establecimiento del arancel exterior: "Si una Unión tiende a la creación de comercio, genéricamente se considera una buena asociación, porque origina incrementos en el bienestar. Por el contrario, si tiende hacia la desviación, puede ser sugerente eliminar esta forma de integración debido a que supone una disminución del bienestar." (Vilaseca 1994:41) En la práctica siempre se dar las dos cosas, e incluso el resultado neto puede no ser positivo. Al interior de una Unión puede que resulten má5 baratos productos de los países integrantes, porque no pagar impuesto de importación, pero se puede estar desplazando (como de hecho se desplaza) a productores más eficientes de otros países. Pero hay que señalar, aunque sea de paso, la necesidad de desmitificar estos conceptos, pues aceptarlos implica reconocer el principio de que cada país debe especializarse en aquello en lo que es más eficiente. Esto más el libre cambio daría como resultado una creación pura de comercio. El modelo ideal. En la condena del efecto "negativo" de la integración económica estaríamos condenando el proyecto mismo de integración latinoamericana. En el comercio internacional tenemos una especie de guerra, y la unión regional no hace más que definirla en dos ámbitos, el intra y el interbloques (o extrabloques). Pero la lucha es la misma: las cuotas de comercio que logran ganar unos se obtienen a costa de otros; el que gana lo hace gracias a que otro pierde. Esto no resulta nada extraño, lo extraño es que en una determinada relación siempre sea el mismo el que gana y el mismo el que pierde, y que la relación se mantenga. Este es el caso de la relación de México con Estados Unidos. México siempre pierde en todo, y Estados Unidos gana siempre en todo. ¿Qué tipo de relación es ésta?, ¿por cuánto tiempo se va a mantener? Evidentemente si México no quiere ir a la ruina y desintegrarse como nación tendrá que modificar los términos de esta relación. ¿Es la firma de un tratado de libre comercio con la Unión Europea un primer paso en este sentido? Puede serlo. Sin embargo, la firma de un acuerdo con la Unión Europea ha encontrado una serie de obstáculos, debido a que algunos de sus miembros, en la supuesta defensa de sus intereses particulares, hacen el juego a los Estados Unidos. Habría que analizar, por ejemplo, hasta qué punto los productos mexicanos constituyen una amenaza real a la agricultura francesa. La teoría ortodoxa postula la hipótesis, compartida por Grien, de que el libre comercio total y absoluto generaría una reasignación de recursos en el sentido de que cada ente productivo se especializaría en aquello en lo que es más productivo, de una manera bastante libre, y que esto traería un bienestar universal. A esta situación se la considera como "the first best", algo así como lo ideal, o lo más óptimo, y efectivamente no es más que una ilusión. 3 Pero para aproximarse más a la realidad se han inventado "the second best", o segundo óptimo, en donde ya caben una serie de imperfecciones que hacen posible el postulado. Pero ya no 3 Decía René Zavaleta que aquellos planes que estaban tan perfectamente ideados eran normalmente inviables, porque nunca se daba el caso de que todo funcionase bien. resulta tan armonioso y equitativo, como veremos más adelante. El principio del "second best" dice que si la situación ideal no se da, la siguiente mejor opción no tiene por qué respetar todas sus condiciones. Así, en el campo del comercio internacional la Unión Aduanera es considerada el "second best", la alternativa real más próxima al libre comercio. Aquí ya se acepta la imperfección del librecambio combinado con el proteccionismo. Como es natural, si los beneficios se derivan del librecambio y este se establece dentro de los límites de la Unión, los beneficios se reparten entre sus integrantes, a costa de los que están afuera. Cuando se habla de "desviación de comercio" se hace referencia a que un determinado producto que antes se compraba, digamos por parte de la UE, a un determinado país, pongamos por caso México, que lo producía más barato, en el momento de introducirse un determinado arancel ya no se le compra a ese país porque ahora resulta artificialmente caro, más caro que el de los productores de la UE que aunque produzcan a mayores costes no se ven afectados por el arancel. De aquí que teóricamente cualquier arancel sea negativo, porque provoca desvío de comercio. La "creación de comercio" es el fenómeno opuesto, esto es, que se desgrava y quien antes vendía porque estaba beneficiado (protegido) por un cierto arancel, ahora no venderá porque al mercado entran quienes producen más barato, o se verá beneficiado el que antes no vendía por culpa de los aranceles a pesar de producir con costes menores; el resultado es el mismo: la producción de menor coste desplaza a la de mayor coste.4 Pero esto da lugar a que en la competencia intrabloque no todos se beneficien igual. y de ahí que se hable también de "destrucción de comercio", que es cuando un bien que se produce por primera vez en un país miembro de la Unión Aduanera sustituye la importación de ese bien producido a menores costes en el exterior, pero también desplaza al único país que producía ese bien dentro del bloque. El arancel está modificando la corriente comercial: "la incidencia directa de la instrumentación del arancel modifica 4 Como dice Grien (1994) en realidad tanto en la llamada desviaciór como en la creación de comercio se trata de desviaciónr pues ambos fenómenos implican sustitución de un productor por otro. notablemente también el grado en el cual puede crearse, positivamente, o desviarse, negativamente, una corriente comercial." (Grien 1994:62) Pero es claro que cuando tenemos ganadores en algún lado están los perdedores, esto es, que si la Unión Aduanera permite que los países que la instrumentan tengan ganancias, lógico es que en algún lado del mundo alguien resulte perdedor. De acuerdo con la lógica neoclásica, "no serían positivas las uniones entre países subdesarrollados, porque de ellas se desprendería más desviación que creación de comercio, teniendo en cuenta que el mayor volumen de sus intercambios se mantiene con naciones de fuera de la zona a integrar". (Grien 1994: 84) Efectivamente los países subdesarrollados comercian más con determinadas metrópolis que entre ellos mismos, pero precisamente de lo que se trata es de que intensifiquen sus intercambios, que instrumenten una desviación deliberada de su comercio y sean capaces de echar a andar sectores de la producción que antes les estaban reservados sólo a los países desarrollados, de tal suerte que generen más intercambios intrasectoriales e intraregionales, ¿no es suficientemente claro el caso del Mercosur? El mismo Grien, que termina por aceptar estos conceptos, sobre todo en el caso de la formación de bloques entre países desarrollados, señala que en un esquema de integración entre países rezagados "no es descartable la idea favorable de la desviación (incluso desde un productor eficiente, pero extranjero, a una fuente de costos más altos pero interna) si ello supone un ahorro de divisas, una sustitución de importaciones a escala de la unión, un estímulo al comercio intrazonal, un mejoramiento de los términos del intercambio, un uso racional del proteccionismo en beneficio del futuro, etc." (Grien 1994:84¬85) A pesar de los pros y contras de la formación de bloques se insiste en que el resultado global en el comercio mundial será positivo (la idea de la "globalización"): "Un BE [bloque económico] constituye un acuerdo comercial que incluye reducciones preferencial es de barreras y de restricciones para los países miembros del BE con respecto al resto del mundo. En consecuencia, en un BE se producen dos fenómenos distintos: (i) Hay una liberalización comercial asociada a la reducción de barreras; esto estimula la creación de comercio entre los países miembros del BE, en que ciertos bienes producidos domésticamente pasan a ser importados de otro país miembro del BE. (II) Se introduce una discriminación comercial, por cuanto los bienes que ingresar a un país miembro de BE enfrentan restricciones distintas según provengan de países pertenecientes o no al BE; esto genera una desviación de comercio, en que bienes que eran importados previamente de países no pertenecientes al BE pueden ahora ser sustituidos por importaciones provenientes de países miembros. Adicionalmente a lo anterior, los países que no pertenecen a un BE específico, pueden beneficiarse del mayor intercambio comercial generado por el mayor crecimiento relativo potencial generado dentro del BE." (Meller 1993:55) Lo que no se dice es que si bien es verdad que el bloque en sí mismo constituye una especie de coraza hacia el exterior, es decir que impide la competencia de productos más baratos de afuera, también en lo interno se da el caso de ganadores y perdedores, es decir, que los países más desarrollados invariablemente sacan ventaja comercial y de todo tipo a los menos desarrollados. De tal suerte que el comercio sólo es benéfico para quienes dentro del bloque son capaces de ganar mercados, a costa de los de afuera y de los de adentro, de competir a más bajos costes y desarrollarse con ventajas sobre los demás "socios". Dornbush "demuestra" las ventajas de formar parte de los bloques económicos; Krugman hace lo propio elaborando un modelo en el que se prueba que el aumento de la existencia de bloques contribuye al bienestar universal. Son, en efecto, el "second best": el ideal liberal en el marco de lo posible. El fundamento de la creación y de la desviación de comercio es el mecanismo de los precios, los precios como reguladores de la asignación de recursos, esto es, se supone que en la medida que una producción determinada es menos eficiente que la producción de otro país dentro de la unión aduanera, se produce un desplazamiento en términos de cuota de mercado que va del país menos eficiente al más eficiente. Este desplazamiento crea comercio en el país afortunado así como lo liquida en el menos afortunado, eso por un lado. Por el otro, se produce una desviación de comercio en el sentido de que lo que antes se obtenía del comercio internacional, ahora el país lo "desvía" porque lo obtiene de países incorporados a la unión aduanera. Se habla de ventajas comparativas, sin embargo lo que cuenta en una asociación es la distancia, en términos de desarrollo económico, de sofisticación y capacidad, así como de riqueza, que existe entre los socios comerciales. ¿De qué le serviría a México tener ventajas comparativas (o incluso absolutas) en la producción de frutas y legumbres frente a la producción industrial de los Estados Unidos?, evidentemente de nada, ¿en cuántos productos se necesitaría tener ventajas para que la relación pudiera darse en términos más o menos equilibrados?, pues casi en todos porque frente a la competencia de los EUA es prácticamente imposible poder sacar alguna ventaja. Sobre el concepto de ventajas comparativas hemos hablado ampliamente en el primer capítulo y hemos llegado a la conclusión de que es necesario sustituirlo por el de ventajas absolutas por ser científicamente más exacto. Desde los años 40 hasta fines de los 70 América Latina tuvo una etapa de fuerte expansión, en ella se operó, por ejemplo, el llamado "milagro mexicano" (1946-57) con tasas de crecimiento sostenido cercanas al 8% anual hasta inicio de los 80. "Durante tres décadas el crecimiento económico fue superior en casi un punto a la media de la economía mundial. Incluso, fue superior al incremento de los de los países desarrollados de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), que en los años sesenta y setenta crecieron a un ritmo anual del 4,8% y 3,2%, respectivamente, mientras que ALC tuvo una tasa media anual de 5,6% y 5,9% en esas mismas décadas. El producto del sector industrial creció a un ritmo aún más elevado, alcanzando su punto más alto entre 1965 y 1973, con una tasa superior al 8% anual." (Deniz 1994:390) Sin embargo, a mediados de los años 50 el proceso de sustitución de importaciones, que durante la década de los 40 (y hasta 1955) había propiciado con éxito la industrialización, empezó a debilitarse. "Por este motivo, a finales del decenio de los 50 se hizo patente la necesidad de avanzar en el proceso de industrialización y hacer un salto hacia la producción de bienes de consumo intermedio. Para ello, y a iniciativa de la CEPAL, se planteó la necesidad de aumentar los grados de cooperación entre todos los países latinoamericanos." (Vilaseca 1994:64) Existe un documento de la CEPAL que se titula: "Transformación productiva con equidad", redactado en gran parte por Fanjzylver, que es como el "canto del cisne" de la CEPAL. Aquí termina por aceptarse que los intentos industrializadores que por más de 40 años impulsó este organismo fracasaron; que la industrialización sólo sería posible si se lograba la integración de Latinoamérica. Claro está que esta integración se llevaría a la práctica rompiendo el esquema de desarrollo propugnado por la CEPAL, ya no se trataría de impulsar economías autosustentadas sino economías complementarias. El nuevo planteamiento de la CEPAL se enfrentaría a las tendencias difuminadoras, a la integración regional como obstáculo a una gran integración continental. Aquí tenemos nuevamente la balcanización sólo que con nuevas connotaciones, ahora la acción difuminadora ya no correría por cuenta de las burguesías agroexportadoras, sino por aquellas burguesías ligadas a los intereses monopólicos de las transnacionales. Ahora el principal obstáculo de la industrialización no sería el liberalismo del siglo XIX, sino el liberalismo bajo el manto de la llamada "globalización". Y no obstante que la CEPAL de hoy en día ya no es ni de lejos la vieja CEPAL de los años 60, se siguen planteado algunos objetivos para el desarrollo de los países latinoamericanos desde una perspectiva de desarrollo autosostenido: "En 1959, la CEPAL presentó unos principios fundamentales y unas recomendaciones básicas según las cuales los países del subcontinente deberían organizarse para aumentar la cooperación, pero se centraban básicamente en la necesidad de elaborar procesos de unificación. Estos principios fundamentales quedaron claramente resumidos en los siguientes 12 puntos (CEPAL, julio de 1959): "l. La adhesión al mercado regional debe estar abierta a todos los países latinoamericanos. "2. La meta última del mercado regional debería consistir en la inclusión de todas las mercancías producidas dentro del área, sin que esto signifique, sin embargo, que el mercado regional sea efectivo de manera inmediata para todas esas mercancías. "3. A los países menos avanzados se les debería conceder un tratamiento especial para capacitarlos, mediante la industrialización progresiva y el fortalecimiento global de sus economías, para compartir plenamente los beneficios del mercado regional. "4. Sería deseable establecer una tarifa aduanera única frente al resto del mundo. "5. La especialización de las industrias y de otras actividades, que es uno de los objetivos del arreglo, debe ser el resultado del libre juego de las fuerzas económicas. "6. En interés de una mayor eficiencia, el mercado regional debe poseer un sistema especial de pagos multilaterales, que conduzca a la máxima reciprocidad en el comercio entre los países latinoamericanos. "7. Los países miembros deben tener derecho a establecer restricciones temporales a la importación. "8. Los países participantes también deben poder restringir las importaciones de productos agrícolas. "9. Se deben establecer reglas de competencia para evitar que el comercio de exportación de un país miembro perjudique las actividades de otros participantes en el mercado regional. "10. Convendría proporcionar al mercado regional un sistema efectivo de créditos y de asistencia técnica. "11. Sería útil establecer un cuerpo consultivo constituido por los países miembros, así como un sistema de arbitrajes. "12. Durante la formación del mercado regional sería mu) deseable obtener la cooperación activa de la iniciativa privada latinoamericana." (Vilaseca 1994:65-66) Después de que se cierra la posibilidad de industrializarse contando únicamente con los mercados nacionales, quizá a excepción de Brasil, es que los países latinoamericanos se plantean la necesidad de integrarse para lograr este objetivo. Pero en el año en que se proponen estos doce puntos, esto es 1959, el problema aún no se presenta claramente. Es en los años 90 cuando, una vez que se ha hecho más que evidente el fracaso de todos los intentos industrializadores (los 80 fueron la "década perdida"), que se replantea y se asume la necesidad de la integración. Sin embargo, y no obstante que ésta es una necesidad impostergable para los países latinoamericanos, los obstáculos a la integración pareciera que son más grandes que nunca. Concretamente nos estamos refiriendo a las dificultades que plantean los esquemas liberales y neoliberales del desarrollo, verbigracia: el TLC, la Iniciativa de las Américas y los proyectos y formación de bloques regionales que para nada contemplan la integración del subcontinente. A pesar de que los tiempos y las circunstancias son adversos para América Latina, o quizá precisamente por ello, la integración latinoamericana se plantea como una tarea impostergable: "Las razones por las cuales se creó la Asociación [Latinoamericana de Comercio], pueden sintetizarse genéricamente en cuatro (REQUE1JO, 1978): (a) La existencia histórica de un sentimiento de unidad latinoamericana nacido en la época de la independencia colonial de cada país. (b) La influencia de los movimientos integradores de Europa occidental y, muy en especial, de la Comunidad Económica Europea. © El agotamiento, en el nivel nacional, del modelo de desarrollo de industrialización por sustitución de importaciones (ISI), que obligó a buscar mecanismos de ampliación de mercados. (d) Las dificultades crecientes con que tropezó, a finales de la década de los 50, el comercio entre los mismos países latinoamericanos." (Vilaseca 1994:83) y hoy como ayer, quizá la razón de más peso para concretar un proceso integrador en América Latina sea la necesidad de desarrollar un proceso de industrialización. Sin embargo, el problema no se agota allí. Seguramente existen otras razones por las cuales era y es deseable la integración latinoamericana, concretamente nos referimos a la cuestión de defensa del área frente a la competencia de economías más poderosas, vgr. EUA, y de su control, derivado de esta inferioridad económica. En un proceso de integración lo primero que resulta cuestionado es la nacionalidad de los estados que acuden a la conformación del bloque. Esto es algo que deberían entender las élites gobernantes, porque de lo contrario el fracaso está garantizado. Sin embargo es verdad que hay de integración a integración, esto es, que la pérdida de soberanía en algunos casos delega en un organismo supranacional poderes para que se empleen en un modo que puede ser favorable a todas las partes. Si esto no sucede así no tiene sentido la cesión de soberanía. Los procesos integradores de América Latina generalmente cubren tres etapas evolutivas. La primera consiste en una intensificación muy considerable de los intercambios, se llevan a la práctica medidas importantes de desgravación e inclusive se ponen las bases de una serie de operaciones compensadoras y de promoción del desarrollo que sobre todo benefician a los más débiles. Pasada esta euforia viene una etapa de estancamiento de los intercambios y de las iniciativas, se deja de sentir el impulso inicial y ciertos países comienzan por reconsiderar sus actitudes iníciales en virtud de que resultan afectados. Finalmente viene el declive, que es cuando caen estrepitosamente los niveles de intercambio y se empiezan a violar unánimemente los acuerdos pactados en un principio. Aquí poco más o menos cesa todo el impulso de la integración y después de no más de 20 años los países que la iniciaron se encuentran como si nunca lo hubieran intentado. Esta ha sido la suerte que han corrido la ALALC, la ALADI, el GRAN y el MCCA. Habría que hacer una reconsideración respecto al Mercosur, porque bien a bien no se sabe cuál es la suerte que va a correr esta empresa de integración, lo que sí podemos adelantar es que parte de una mejor posición respecto a los otros intentos integradores porque arranca con la implementación de una Unión Aduanera, cuestión que en los otros procesos no estaba presente. Aquí lo que se demuestra, y esto es algo que ya señalábamos en el capítulo 111, es que la Unión Aduanera es el aspecto básico, decisivo y determinante de todo proceso de integración, que si no se logra establecer este primer peldaño como la base sobre la que se construye lo demás no es posible un experimento exitoso de integración y la cuestión es que los países interesados muchas veces no están dispuestos a avanzar por este camino. La pregunta es ¿por qué es tan escasa la voluntad integradora de los países involucrados en el proceso? La respuesta reside en que las clases gobernantes, que representan a las oligarquías financieras con fuertes vínculos con las clases empresariales de Estados Unidos, invariablemente han preferido hacer prosperar sus relaciones bilaterales con las metrópolis, es decir con EUA, en la negociación comercial o en asuntos como el de la deuda, que reunirse todos los países en un frente común y negociar en mejores condiciones ante esas metrópolis. Aquí cabe destacar la actitud que mantuvo México en la llamada crisis de la deuda en 1987, cuando se perfilaba un bloque de deudores que estaban dispuestos a declarar la moratoria. En esa ocasión México rompió el frente aduciendo que era mejor otorgarse préstamos entre los países latinoamericanos (concretamente México le prestó a Argentina) que declarar la moratoria. Aquí queda demostrado claramente que es la falta de autodeterminación de los estados nacionales lo que origina esa tendencia hacia la balcanización en todos y cada uno de los asuntos del subcontinente. Una de las características de la realidad política latinoamericana son las frecuentes asonadas militares que han operado como un obstáculo real a la integración, porque muchos de los gobiernos que se comprometen con el esfuerzo integrador en un momento determinado quedan excluidos y los nuevos gobiernos no ponen demasiado interés en esos esfuerzos. Un caso dramático fue el de Chile, que estaba de acuerdo con pertenecer al GRAN y, como consecuencia del golpe de 1973, se sale de él en 1975. Otro factor que también pesó mucho en desalentar los esfuerzos integradores de América Latina, fue la falta de una armonización fiscal a nivel continental. Los países participantes manifestaron una serie de "insatisfacciones": "De ellas, quizá la más destacada, por la frecuencia con que se adujo y por los tonos recriminatorios en los que se expuso, fue la conocida interpretación -parcializada en strícto sensu- que cada uno de los miembros hizo de la asimetría en el reparto de los beneficios de la integración, en general; y dadas las características inarmónicas de los sistemas latinoamericanos, en particular, del reparto desigual de los mercados recíprocos intrazonales. Un aspecto de las mayores derivaciones anarquizantes y, a la vez, de la mayor capacidad voluntariamente disgregadora; que nada tuvo que ver, por supuesto, con lo que podría ser la consideración de los clásicos beneficios atribuibles a los grupos integrados como desviadores o creadores de comercio. "En cuanto a los beneficios generales, evidentemente al no existir la adecuada armonización de niveles entre los países subcontinentales a la que tantas veces se ha hecho referencia, ni atisbas de programación a escala zonal, para que ambas compensen la heterogeneidad estructural de la que partieron al pretender integrarse, parece lógico que resultase prácticamente imposible evitar la concentración de utilidades en pocos países, como ocurrió especialmente en Centroamérica y en la ALALC-ALADI. Pero eso no justifica ¬sal va con un criterio excesivamente interesadoque los países afectados por la desventaja hayan de atribuir esa realidad a causas ajenas a la circunstancia interna, en la que a veces figura también otro tipo de características defectuosas propias no muy difíciles de modificar; lo que no significa que no se considere plenamente lícita la exigencia de posibilidades -y aun facilidades- de resarcimiento a las contrapartes, las cuales por principio integrador deberían estar interesadas en propiciar esa compensación". (Grien 1994:390) Ya se había señalado que la falta de armonización en las cargas fiscales y en los aranceles era una de las principales fuentes de inequidad en la distribución de los recursos obtenidos por las ventas en el mercado. Sin embargo lo que sorprende es que nunca se tomaron las medidas pertinentes para tratar .de igualar, armonizar, los impuestos y las cargas fiscales, y esto se convirtió en uno de los factores que más propiciaron el quebranto de la voluntad integradora entre los países que acudieron a este experimento: "fueron ciertamente muy apreciables las desigualdades en su aprovechamiento, como ya quedó reafirmado, debiendo considerarse esa evidencia como uno más de los aspectos imputables a la disfuncionalidad en la ejecución de los procesos mismos, que no sólo fracasaron en sus propósitos de transformación armonizadora, sino que resultaron incapaces de alcanzar niveles aceptables de presencia". (Grien 1994: 392) Es probable que junto a la enseñanza relativa a la necesidad de la Unión Aduanera come condición imprescindible para lograr un proceso de integración, el otro aspecto fundamental es el que se refiere a la armonización de las políticas de la Unión, es decir, el instrumento fiscal y el instrumento monetario: "Prácticamente ninguna de las sugerencias consideradas, (relativamente a la integración latinoamericana) -tampoco la propuesta de la CEPALhace alusiones estimables ni a la tan debatida armonización o acercamiento entre las distintas capacidades, ni a los procedimientos que habrán de utilizarse para compensar las desigualdades de los países que deberían abrirse para y hacia las economías exteriores, circunscribiendo sus orientaciones únicamente en torno al fortalecimiento nacional de cada uno de ellos; probablemente dando por sentado que la función armonizadora corresponde a los esquemas de integración todavía en vigencia testimonial. Sin embargo, cualquiera que sea la causa, la omisión pone de relieve la quizá no buscada finalidad (por parte de las propuestas) de propiciar, una vez más, el crecimiento fragmentado del Subcontinente, estimulando aún en mayor grado los distanciamientos entre sus economías nacionales, al instarlas a medrar desde las bases y las potencialidades existentes, ya tan diferenciadas". (Grien 1994:545) La verdad es que ni siquiera la armonización va a hacer posible el acercamiento entre las economías; nosotros creemos que puede evitar que las diferencias se acrecienten, se vuelvan más grandes, pero las desigualdades entre los países que acuden a un proceso de integración tienen causas más profundas. Concretamente sería necesario romper con el esquema de subdesarrollo en el que se encuentran relegados los países latinoamericanos para poder hablar de superación de las diferencias. Y esto no se logra con la armonización de las políticas, es necesario insertarse en un esquema distinto dentro de la división internacional del trabajo, y esto es lo único que puede garantizar salir del subdesarrollo, cuestión que dentro de un mismo esquema capitalista han logrado los llamados nuevos países industrializados asiáticos. Anteriormente se planteaba que la única forma de salir del subdesarrollo era a través de la revolución, pero la experiencia de los NPIAs ha demostrado que no es así. Al respecto es necesario echar un vistazo a los escritos de Pablo Bustelo para constatarlo. Para una integración eficaz es necesario mantener la integridad del territorio latinoamericano, cuestión que planteada de esta forma no levanta objeciones pero que, sin embargo, ya en los hechos sabemos que los organismos que operan a nivel regional y que ostentan la etiqueta de coordinadores de la ayuda a América Latina, vgr. el BID, plantean la fragmentación del territorio para una hipotética integración. No es de extrañar; el interés de las fuerzas políticas que se encuentran detrás de estos organismos es mantener una América Latina fragmentada. Ya se ha insistido en la idea de la armonización tan relegada y siendo éste tema de una trascendencia tan grande, de heche Grien identifica la falta de armonización global como la causa más importante de los fracasos en materia de integración. La armonización global es la creadora de la estructura misma de la integración. Y esto es así teniendo en cuenta la enorme heterogeneidad de las estructuras de los países que componen la llamada "comunidad latinoamericana", de tal suerte que si no se toman en cuenta las enormes diferencias entre países, regiones y hasta en el caso de subregiones, siempre se van a estar dando los inevitables desplazamientos de bienes y beneficios de las zonas menos desarrolladas a las de más desarrollo. De hecho lo que se está requiriendo además de la ya citada armonización son políticas de desarrollo que tienden a disminuir esas diferencias y no a acrecentar las. Y aquí ya entran las políticas de industrias, agrícolas, pesqueras, sociales, etc. etc., pero sobre esto el instrumental de la integración latinoamericana poco ha desarrollado. Bueno, y no siendo un paradigma, pero sí contemplando algo de lo que se dice, es necesario mirar la experiencia de la Unión Europea. Y no es un paradigma porque muchas de las diferencias con las que inicialmente partían las naciones hacia la integración han seguido estando presentes hasta el final, pero sin embargo existió la preocupación de suavizar o borrar diferencias y desarrollar políticas que no eran estrictamente los "negocios". Sin embargo en el caso de América Latina ni siquiera han estado presentes est1s preocupaciones. Cuando se habla de un proceso de integración en una región de poco más de 22 millones de kilómetros cuadrados, con más de 400 millones de habitantes, con innumerables regiones, zonas, recursos; con una heterogeneidad productiva que va desde la subsistencia hasta la industria de punta, es necesario introducir rigurosamente hablando, el concepto de la planificación, es absolutamente impensable cualquier integración sin planificación, y lo mismo para la industria que para la agricultura, los servicios financieros, el comercio y la pesca. La cuestión es que esa planificación debe contemplar como sus objetivos prioritarios el llevar el desarrollo donde no lo hay, limar las diferencias de todo orden, mejorar el aprovechamiento de los vastísimos recursos de 1 subcontinente, etc., pero esto, corno ya lo dijimos anteriormente, requiere de una voluntad política que las elites dirigentes en la gran mayoría de las ocasiones no están dispuestas a asumir. Y aquí es donde entra el problema de la ausencia de una auténtica burguesía nacional, de la falta de un auténtico estado nacional, pero sobre estas cuestiones nos extenderemos en el siguiente capítulo. Se habla de la desgravación universal de la totalidad de los productos, y aquí la programación introduciría una cierta flexibilidad en cuanto a los periodos de desgravación, y las apropiadas salvaguardas. Un auténtico proceso de integración pasa por la adopción de un arancel externo común simultaneado con la adopción del desarme arancelario al interior del bloque latinoamericano. Estas dos mediadas dan por resultado una Unión Aduanera, que es la piedra de toque de la integración. Se necesitarían tres tipos de medidas: 1) Creación de nuevas instituciones a nivel latinoamericano, p. e. el Banco Latinoamericano, 2) contar con los recursos suficientes, 3) operatividad. En relación a la primera institución es necesario señalar que se debe poner especial énfasis en el funcionamiento de la cámara de compensación que deberá acudir al auxilio de los países con balanzas de pagos en dificultades. Se trataría de reactivar los sectores rezagados por la nueva integración, y el instrumento de la inversión es fundamental para esta reactivación, sólo que para que esto sea posible es necesario que existan el instrumento, es decir los bancos, y que estos bancos tengan un propósito muy definido de reactivar precisamente las zonas más rezagadas por y antes de la integración. Ciertamente en un mundo dominado por la feroz lógica neoliberal de la máxima ganancia a costa de la destrucción de la humanidad, éste parece un objetivo un tanto utópico, pero no más utópico que la voluntad integradora de los padres latinoamericanos, Bolívar y Martí. ¿Cómo conciliar las acciones nacionales con las acciones ampliadas de un organismo de integración? Esa es la cuestión, porque para ponerse de acuerdo en una cesión de funciones nacionales a favor de una organización supranacional, antes es necesario ser soberano de las propias decisiones y no ser simplemente subalterno de otras fuerzas políticas, es decir, que si se es subsidiario de otras instancias, llámese FMI, Banco Mundial, Reserva Federal de los EUA, es imposible acudir a un fusión de voluntades para crear una sola voluntad latinoamericana. El primer paso para crear las instituciones latinoamericanas de integración es ser latinoamericano en sí mismo y luego latinoamericano para los demás. 2. LOS ORGANISMOS PROPIAMENTE LATINOAMERICANISTAS: ALALC, ALADI, SELA, CUMBRE IBEROAMERICANA. La integración latinoamericana se viene planteando desde el momento mismo en que se logra la independencia de Latinoamérica, y es sabido universalmente que a Simón Bolívar le tocó un papel destacadísimo en este proceso, sin embargo la integración sólo se empezó a considerar como un objetivo técnicamente viable a partir de los planteamientos de la CEPAL: "los diversos casos particulares de integración económica que se han dado en A. L. han tenido una triple influencia; por un lado la CEPAL, por otro la CEE y por último el GATT. Pero las circunstancias son sustancialmente distintas a lo acontecido en Europa debido a que se trata de países con un grado de desarrollo económico bajo, con un alto grado de dependencia y vulnerabilidad externa derivado de los problemas relacionados con su articulación en el sistema capitalista mundial; además, son países que, a pesar de ser relativamente homogéneos en su grado de pobreza, son excesivamente heterogéneos entre sí, con realidades distintas en el plano económico, político, geográfico ... Por ello se explica que entre los países latinoamericanos se defendiesen unos intereses en muchos casos distintos, aunque existiese el interés común de desarrollarse. "Esta primera generación se abría con unos planteamientos e intereses distintos entre algunas instituciones internacionales; destacaba, además, la posición concreta de Estados Unidos. La CEPAL elaboró unos principios fundamentales que deberían orientar el proceso de integración con la idea de defender la unidad latinoamericana, es decir, la creación de un solo mercado común latinoamericano. Estados Unidos mantuvo, en cambio, una posición claramente crítica hacia los principios de la CEPAL: consideraba que ésta alentaba tesis nacionalistas radicales y estaba en competencia directa con la Organización de Estados Americanos, organismo patrocinado por EE.UU. Para América La tina era más conveniente desarrollar diversos mercados comunes regionales en vez del mercado común latinoamericano que sostenía la CEPAL. Debe de tenerse en cuenta que en 1959 triunfó la revolución cubana, lo que aumentó los temores norteamericanos hacia cualquier movimiento nacionalista y hacia las inquietudes latinoamericanistas que pudiesen originarse. El GATT mantenía una posición favorable, e incluso facilitó la aplicación del artículo XXIV. Mientras, el Fondo Monetario Internacional se mantuvo en una actitud crítica, con una fuerte defensa doctrinal de la libertad de mercado". (Vilaseca 1994: 68) Está muy claro que si los países latinoamericanos lograsen un esquema de integración en el que existiera una complementariedad económica entre las economías que comprenden el área, y se diera un desarrollo de acuerdo a cierta planificación de los recursos, muchas de las empresas estadounidenses tendrían que retirarse del área y ceder su lugar a nuevas empresas latinoamericanas. Eso por un lado. Por otro, la propia creación de un estado latinoamericano fuerte seguramente le haría contrapeso a muchas de las pretensiones de los norteamericanos en América Latina, esto es, se discutiría de igual a igual y América Latina sabría defender con mucha más energía sus intereses frente a Estados Unidos. Estas son seguramente las razones de más peso por las cuales los norteamericanos se oponen a la integración de Latinoamérica. Sin embargo el resultado de todos estos esfuerzos integradores fue el fracaso. Primero fue la ALALC, luego la ALADI; entre ambas están las iniciativas de integración regional y finalmente el MERCOSUR. De todos estos intentos seguramente sólo este último se puede catalogar como exitoso, inclusive es exitoso en la medida en que cuaje un esquema de integración continental. y en la explicación del fracaso de la integración latinoamericana habría que incluir la actitud de las clases dirigentes, su falta de voluntad con el compromiso integrador, y no es de extrañar, muchas de estas clases dirigentes están poderosamente influidas por los intereses ajenos a la integración, es decir, están comprometidas con los grandes monopolios transnacionales. Simplemente hay que tener en cuenta la actitud que tuvieron las dictaduras cuando América Latina estaba gobernada por ellas; Pinochet llegó al extremo de salirse del Pacto Andino. Ahora los gobiernos latinoamericanos formalmente no son dictaduras, sin embargo la gran mayoría de ellos están vinculados a intereses por completo ajenos al ideal integrador, son los modernos representantes de la burguesía exportadora-importadora del siglo XIX. Difícilmente se puede hablar de integración latinoamericana si existe una concentración del comercio de las naciones latinoamericanas con las metrópolis que impide el comercio entre los propios países: "Desagregando los datos comerciales por países se observa que el país más implicado, en términos del peso de su comercio intra-ALALC con respecto a su comercio total, fue Paraguay: en 1960 dirigía el 31.6% de su comercio hacia los países de la ALALC. Le seguía Uruguay, con un 18.3%. Por orden descendente, superaban el 10%, además de estos dos países, Argentina, Chile, Bolivia y Brasil. El país cuyo comercio estaba menos relacionado con la ALALC era México, con un 0,6%". (Vilaseca 1994:87) En los años 90 el comercio de México con América Latina sigue siendo casi insignificante. Con la ALADI, la zona latinoamericana con la que más comercia -y a la que pertenece-, no alcanza siquiera el 4% (debido a la crisis se observa una importante caída de las importaciones provenientes de la zona). Lo que ya se ha dicho hasta el cansancio, la concentración del comercio de México con los Estados Unidos es verdaderamente abrumadora, abarcando el 80% de su comercio total, y registrando un aumento de 1991 a 1996. Es necesario observar el importante descenso de las relaciones comerciales de México con la Unión Europea de los 12, sobre todo a partir de 1994. ¿Qué relaciones comerciales puede tener México con sus socios latinoamericanos si sólo orienta el 5% de su comercio hacia ésa área? (Ver Cuadro 20 y en el Anexo su Gráfica) Fuente: INEGI Estadísticas del Comercio Exterior de México, Vol.XIX. México, 1996. - Inferior a 0.1. 1/1995 Y 1996 datos preliminares. 1996: enero-septiembre. ALADI: Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Chile, Ecuador, Paraguay, Perú, Uruguay, Venezuela. MCC: Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua. Resto AL: Cuba, Haití, Panamá, R. Dominicana. CARICOM: Bahamas, Belice, Dominica, Guyana, Jamaica, Trinidad y Tobago, otros. CEE: Alemania, Bélgica, Luxemburgo, Dinamarca, España, Francia, Grecia, Irlanda, Italia, Holanda, Portugal y Reino Unido. Además es necesario tener en cuenta que los Estados Unidos deliberadamente utilizan el asunto del comercio como una forma de gobierno de las economías latinoamericanas, particularmente de México. Y esta actitud se deja ver en la falta de solidaridad de México con respecto al resto de los países latinoamericanos. Como muestra de esto es necesario recordar cómo fue que en 1982, cuando estalla la crisis de la deuda y se hacen intentos por crear un cartel de deudores, México, país de los llamados grandes, rompe el acuerdo inicial y llama a pagar las deudas que tenían los países latinoamericanos con los organismos financieros internacionales. Fue uno de los primeros actos de los gobiernos neoliberales que se sucederían en México desde entonces. No obstante, aunque no se logró declarar la moratoria continental, de los intentos de formar un cartel de deudores surgió el denominado Grupo de Río (1987) que se convertiría en interlocutor válido de los países latinoamericanos ante organismos como la UE y los mismos Estados Unidos. ¿Cuántas veces no fue intentada una y otra vez la integración latinoamericana y nunca se pasó de las declaraciones?, y es que detrás de esas declaraciones la voluntad política era inexistente, los regionalismos tendieron a imperar sobre las necesidades de cooperación a nivel continental: "Tras el agotamiento de la Asociación Latinoamericana de Libre Comercio, debido a la gran cantidad de problemas que habían aparecido durante los veinte años de su existencia, el 12 de agosto de 1980 se firmó un nuevo tratado de Montevideo: los países pertenecientes a la ALALC decidieron sustituir el organismo por otro llamado Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI). A diferencia del Tratado de Montevideo de 1960, que fue suscrito por unos pocos países inicialmente -posteriormente se fueron incorporando otros nuevos-, el Tratado de 1980 fue suscrito en un solo acto por los once miembros pertenecientes a la ALALC. "Como dice el artículo primero de la nueva Asociación, el objetivo fundamental es proseguir el proceso de integración iniciado con la ALALC, con la meta, a largo plazo, de establecer de forma gradual y progresiva un mercado común latinoamericano. De forma más concreta la ALADI se creó con la finalidad de alcanzar los siguientes objetivos: "1. Promover y regular el comercio recíproco, la complementación económica y el desarrollo de las acciones de cooperación que desemboquen en una ampliación de mercados. "2. Privilegiar el intercambio recíproco mediante el establecimiento de un margen de preferencias regional. "3. Promover el comercio entre países mediante acuerdos comerciales, sean de alcance regional (donde participen todos los países) o parcial. Aunque en estos últimos no participan todos los países, deben multilateralizarse progresivamente. "4. Fomentar y regular el comercio agropecuario interasociativo mediante la concertación de acuerdos agropecuarios. "5. Establecer condiciones favorables para la participación de los países de menor desarrollo económico relativo, basándose en los principios de la no reciprocidad y la cooperación económica. "6. Multilateralizar progresivamente las denominadas <acciones parciales>; para ello éstas deben contener cláusulas que propicien la convergencia, de tal manera que sus beneficios alcancen a todos los países miembros. "7. Establecer regímenes de asociación o de vinculación multilateral que propicien la convergencia con otros países y áreas de integración económica de América Latina. "8. Vincularse con países o áreas de integración económica del mundo en desarrollo." (Vilaseca 1994:113) Los puntos 5 y 8 son los temas cruciales de todo acuerdo entre países de heterogéneo desarrollo, esto es, y en relación al punto 5, que deben existir una serle de consideraciones especiales para aquellos países con desventaja, y estamos hablando de países igualmente subdesarrollados pero que mantienen un diferente nivel de desarrollo, ni qué decir de la tremenda desigualdad que existe entre países como México y los Estados Unidos. El punto 8 se refiere a la necesidad de vincularse a otras áreas de países también subdesarrollados pero que hacen un esfuerzo por integrarse: "Otra diferencia con la ALALC es que el nuevo Tratado, además de dar un trato diferenciado a los países de menor desarrollo relativo (Bolivia, Ecuador y Paraguay), también establece un trato diferencial para aquellos países considerados con un grado de desarrollo intermedio (Colombia, Chile, Perú, Uruguay y Venezuela). También es de destacar la nueva voluntad de la Asociación en el sentido de establecer vinculaciones externas, principalmente con las otras asociaciones de integración económica de América Latina y el Caribe (se fomenta, asimismo, la cooperación con otras instituciones de integración económica del mundo subdesarrollado). En el nuevo Tratado, además, se manifiesta la voluntad de que la ALADI desarrolle actividades de relaciones exteriores con el resto del mundo." (Vilaseca 1994:114) Una de las cuestiones que más notoriedad adquieren en las relaciones de México con sus socios de la NAFTA, es que no existen medidas contrarrestantes de las desigualdades del desarrollo, en cambio en la ALADI se hace un esfuerzo por que estas diferencias no pesen en las relaciones comerciales y financieras entre los socios. Está muy claro hacia dónde van las relaciones de México, y no sólo las de carácter comercial y económico, también las relaciones políticas y ahora hasta las culturales. Ahora resulta que a México es necesario ubicarlo con Estados Unidos y ya no más con Latinoamérica: "Tras múltiples negociaciones (entre las que destacan las realizadas en 1990: en abril en la ciudad de México, en Asunción en mayo y en Montevideo en junio) no se logró aprobar el plan de Preferencia Arancelaria Regional debido a la oposición de México; la causa de ésta era la obligatoriedad que marcaba la ALADI al extender todas las concesiones otorgadas por terceros países (cláusula de nación mas favorecida) al resto de los estados de la Asociación. La negativa de México debe entenderse en relación con los acuerdos con EE. UU. y Canadá, y también con los acuerdos con Centroamérica". (Vilaseca 1994: 12 O) A esto no se le puede llamar de otra manera que esquirolaje, ¿cómo se concibe que un país, México, pretenda ser sujeto de todas las prerrogativas que otorga el pertenecer a la Asociación Latinoamericana pero no ser objeto de ninguna de las obligaciones?, esto es, beneficiarse de pertenecer a la ALADI y también beneficiarse del TLC sin hacer extensivos los beneficios de esta última membrecía a los miembros de la organización latinoamericana. Evidentemente no es posible esta dualidad. De hecho México tenía que haberse incorporado a todas las normas que establecía la ALADI, con sus obligaciones y sus prerrogativas, pero pretendía lo mejor de cada asociación. Ya se vio que su relación con el TLC ha llevado a México a la catástrofe y sin poder apoyarse en sus hermanos latinoamericanos. Es la primera vez en la historia de México que nuestro país se aparta abiertamente de Latinoamérica para refugiarse en un esquema abiertamente pro norteamericano, y esto puede llevar a la nación mexicana a su desintegración como estado soberano. Efectivamente la integración latinoamericana fue siempre un proceso inacabado, empezaba siempre logrando una estrecha interrelación de carácter económico y luego se trocaba en su contrario, es decir, se dejaba de sentir el ímpetu inicial para dar paso a la falta de intercambios entre las naciones que acudían al proceso de integración, hasta que finalmente el proceso terminaba por fenecer. Sobre esto Grien aventura una serie de hipótesis, sin embargo creemos que no pone demasiado énfasis en la causa fundamental que es el carácter de clase de la burguesía que acude a dicho proceso, el carácter inacabado del estado nacional. Hablaremos de ello más adelante. Desde el punto de vista técnico el paso más importante para lograr la integración latinoamericana era, hemos dicho, la adopción de la Unión Aduanera, pero a pesar de la buena voluntad ésta no se logró: cada parte de las contratantes establecía las listas de los productos sujetos a desgravación y se comprometía a llevar a la práctica reducciones de 8% producto por producto hasta que tales productos quedasen a cero en su tarifa. Como es natural en estos casos se trató de establecer un arancel común frente a terceros, lo que parece que no tuvo mucho éxito, y fue el obstáculo más grande para establecer la Unión Aduanera, con lo cual el proceso de integración estaba condenado al fracaso. A lo más que se llegó fue a establecer que una parte podía excepcionalmente "imponer restricciones a la importación de productos procedentes de la Zona", esto es, sólo se implementaron algunas salvaguardias. (Grien 1994:248-249) Con todo, se intentó introducir una serie de medidas aminorantes de las desigualdades existentes entre los países que conformaban la ALALC: "Con el capítulo octavo, cuyo explícito título era medidas en favor de países de menor desarrollo económico relativo (MDER) , terminaba prácticamente la porción fundamental del Tratado de Montevideo en la que se exponían los instrumentos básicos sobre los que descansaba el compromiso zonal: el programa de liberalización comercial, la complementación industrial por medio de acuerdos ad hoc, y estas últimas medidas en favor de los países de MDER. [ ... ] el único artículo del capítulo, el 32, fijaba en seis literales algunos de los modos por los cuales esos países de menor desarrollo económico relativo (PMDER) se verían apoyados para <estimular la instalación o expansión de determinadas actividades productivas>, reducirían sus tarifas <en condiciones más favorables, especialmente convenidas>, podrían <corregir eventuales desequilibrios en su balance de pagos>, se les permitiría aplicar procedimientos adecuados para <proteger la producción nacional de productos incorporados al programa de liberación, que sean de importancia básica para su desarrollo>, se les favorecería el financiamiento de <las actividades productivas ya existentes o fomentar nuevas actividades> particularmente industriales, y finalmente se incentivaría el crecimiento de la productividad en tales países con asistencia técnica>". (Grien 1994: 250) <programas especiales de Estas medidas se refieren concretamente al proceso mismo de la integración, no son políticas tendentes a aminorar los efectos de la desigualdad como producto de la propia integración. En relación a estas últimas los europeos les han llamado políticas estructurales y de cohesión, y como todo mundo sabe estas políticas importan cuantiosísimos recursos que se destinan a las industrias más vulnerables de países débiles, también se destinan recursos a las infraestructuras, a zonas des favorecidas , etc. Aquí es necesario hacer el comentario de que en el caso del TLC ni siquiera se contemplan políticas que ya se incluían en el acta de Montevideo, y conste que entre los países de la ALALC todos eran subdesarrollados, si bien en mayor o menor medida. En el TLC no existe absolutamente ningún tipo de medida o política compensatoria tendente a contrarrestar los efectos de las diferencias económicas y por tanto comerciales y financieras. Y para que no quedase duda de la injerencia de organismos ajenos en el espíritu de la integración latinoamericana, así como con la ALALC surgieron una serie de organismos asociados a esta institución, un parlamento latinoamericano, una Conferencia de las partes contratantes, etc., como es natural también se establecieron relaciones con la CEPAL, y para colmo con el Fondo Monetario Internacional. Sin embargo los intentos integradores no faltaron: se planteó un mecanismo de desgravamiento progresivo hasta llegar al arancel cero en una serie de productos incluidos en una lista predeterminada; se otorgaron periodos de desgravación más dilatados a las economías más débiles, también se aceptó que se pusieran en acción medidas de protección a sus industrias. Sin embargo se estableció que conforme se avanzase en el proceso de integración irían disminuyendo las concesiones, y esta situación es la que probablemente explica que la desgravación acordada nunca llegó a concretarse. La trayectoria del proceso de integración, como hemos dicho, sigue un patrón de tres fases: un inicio fuerte, normalmente el impulso que le confiere la firma del acuerdo empuja el proceso, se desgravan rápidamente muchos de los ítem sujetos a impuestos, se incrementa el comercio intrasocios, etc.; luego viene un periodo de estancamiento en el que no se hacen mayores esfuerzos que los inicialmente empeñados, no crece la lista de productos desgravados y los ya desgravados se estancan, y finalmente un periodo de franco declive, en esta fase se rompen los acuerdos y cada quien comercia por su lado. "[ ... ] las Partes se mostraban reticentes, como lo venían siendo respecto del cumplimiento de las desgravaciones para la Lista Común, cuyo segundo tramo de 50% de los productos no pudo concluirse en 1967, como estaba previsto; ni llegaría a completarse nunca". (Grien 1994: 254) La historia es siempre la misma, se inicia la integración, se avanza por este camino, pero siempre surgen influencias perturbadoras que terminan por interrumpir el proceso. Buenas intenciones no faltaron, es más, innumerables veces se tomaron una serie de medidas que efectivamente conducían a la integración, como por ejemplo la de la cámara de compensación de los déficit: "los países de la ALALC no tardaron en aplicar un mecanismo de compensación de saldos, acordado en México en septiembre de 1965, llamado Acuerdo de Pagos y Créditos Recíprocos, relativamente cercano a las ideas que al respecto se habían defendido en el subcontinente. "Aun no figurando mención alguna en el Tratado de Montevideo relativa a la compensación de pagos, el curso de los acontecimientos exigió, ciertamente, que los bancos centrales de cada dos países en relación comercial se concediesen una línea de crédito recíproca, en dólares, en una cuantía de acuerdo con el valor de sus propias transacciones bilaterales, con el fin de pagarse con esa moneda y a través del Banco Central de Reserva del Perú, establecido como banco-agente, los saldos, los restos, que no pudiesen ser compensados con el comercio recíproco; en unos periodos de liquidación bimestrales, al comienzo, y desde 1972 cada cuatro meses. "En el sistema participaban todos los bancos centrales de los países de la ALALC más el de la República Dominicana, desde 1969, país que aun siendo extrazonal se había identificado con el mecanismo de pagos por el Acuerdo de Asistencia Financiera, llamado acuerdo de Santo Domingo por haber sido firmado en esa capital en septiembre del citado año de 1969, en alguna medida dentro del área aglutinadora del FMI, en cuyo seno coincidían todos los institutos bancarios involucrados. El propósito de esa agrupación caribeña era reforzar la concesión de líneas de crédito adicionales a la compensación propiamente dicha; líneas que ya existían anteriormente con la finalidad de superar situaciones deficitarias transitorias de alguno de los bancos centrales del sistema compensador." (Grien 1994:259) Este acuerdo revela las intenciones en el proceso de integración que recién se estaba iniciando, no se trata que los socios más débiles sucumbiesen víctimas de la acumulación de diferencias producto de los intercambios comerciales con los países más poderosos, en realidad de lo que se trataba era de concentrar una serie de recursos que hicieran posible el desarrollo industrial que se había visto frustrado por diversas circunstancias. Ciertamente hubo una serie de problemas que impidieron que estos planteamientos fueran exitosamente aplicados, sin embargo la intención de lograr conjuntar fuerzas productivas aisladas dentro de un esquema de armonización y compensación es algo que estuvo presente en los intentos tanto de la ALALC como de la ALADI. Está claro que este propósito no se encuentra en el caso del TLC, ahí claramente se busca instrumentalizar la superioridad económica de uno de los "socios", EUA, para lograr unos objetivos de control muy específicos sobre el socio más débil, México. Con la ALADI se mantienen los compromisos de la ALALC, sin embargo se marchó lentamente en la reducción arancelaria y en el resto de los acuerdos parece que hubo menos voluntad que al inicio de la ALALC. La ALADI también tuvo su mecanismo compensatorio: "Al igual que había sucedido en la ALALC con el acuerdo de Pagos y Crédito Recíprocos, en cuanto a cooperación multilateral para financiar el intercambio en la Región y compensar los saldos derivados de él, así desde el 25 de agosto de 1982 la ALADI contó con el Convenio de Pagos y Créditos Recíprocos, destinado a reemplazar aquel mecanismo con funciones semejantes dentro del Consejo para Asuntos Financieros y Monetarios, creado en el seno de la ALADI el mismo año 1980 del nacimiento de la Asociación. "Con los mismos propósitos -ampliados a la participación de los bancos centrales de otros países latinoamericanos- de consumir <etapas sucesivas hacia la integración financiera y monetaria, mediante la formación de organismos financieros que establezcan una cooperación más avanzada>, el Convenio contribuyó en buena medida a que los descensos registrados en el comercio intrazonal en estos últimos años no fuesen mucho más pronunciados de lo que han sido; en virtud de que aun habiendo sentido las consecuencias de la crisis del endeudamiento externo de América Latina, el Convenio frenó relativamente esos efectos, sobre todo en lo que se refiere a su capacidad de lograr algún ahorro de di visas". (Grien 1994:277) En esto de la integración monetaria en un sistema capitalista se enfrentan una serie de efectos que son más bien complejos, y es en este sentido que Paul De Grauwe demuestra que invariablemente se produce dislocación de industrias de las áreas en donde son menos rentables a las más rentables, bueno, Marx ya había dejado esto perfectamente claro con sus análisis sobre la perecuación de la tasa de ganancia. Pero parece que las causas que provocaron el fracaso de la ALALC se presentarían nuevamente con la ALADI, esto es, la cascada de fragmentación que terminaría por impedir que se concretaran los proyectos integradores de Latinoamérica. Y aquí es que aparece el arancel externo común como la piedra de toque del proceso de integración: "Desde entonces, el Arancel Externo no ha dejado de figurar como verdadera piedra de contraste para medir la consistencia integracionista, puesto que sobre su condición de eje real del intercambio en la zona acumulaba, obviamente, la orientación y ejecución de políticas como la de sustitución de importaciones, la fiscal, la productiva, etc." (Grien 1994:294-295). Realmente la piedra de toque de la integración es la Unión Aduanera, Grien aquí sólo menciona uno de los aspectos de la fórmula, sin embargo en otra parte da entender que la UA es el centro del proceso de integración. 3. LOS ORGANISMOS REGIONALES: GRAN, MCCA, MERCOSUR La asociación más beneficiosa para México es la de Latinoamérica, pero aquí el problema es que la proliferación de organismos regionales se constituye en un obstáculo para la integración continental: "divide y vencerás". Parece ser que el propósito de los Estados Unidos es precisamente gobernar los bloques, esto es, que se constituyan una serie de bloques como el Mercosur, el Pacto andino, el Mercado Común Centroamericano, etc., y ser ellos los que desde la cúspide, a través del TLC, establezcan una serie de convenios que les permitan gobernar el resto de los organismos regionales a través de la Iniciativa de las Américas. Esta observación la hace correctamente Grien. Y dentro de esta tendencia a la regionalización, entre más auge cobren los grupos regionales más difícil será lograr la integración del subcontinente latinoamericano. Siempre se conseguía avanzar un cierto tramo, pero indefectiblemente las asociaciones regionales terminan trabadas: "los problemas fundamentales, [del Grupo Andino] han sido los relacionados con la adopción de un arancel externo común: se fijaron unos niveles tarifarios demasiado altos y los países no estuvieron dispuestos a aplicarlos, dado que se registraban oficialmente aranceles nacionales muy por debajo de los definidos asociativamente. Además, se concedieron exoneraciones del Arancel Exterior Común en favor de Bolivia y Ecuador, lo que provocaba unas fuertes distorsiones en la competencia subregional. En la práctica nunca llegaron a aplicarse las tarifas exteriores comunes". (Vilaseca 1994: 98) Como ya dijimos la base del fenómeno de la integración es justamente la Unión Aduanera, si no se alcanza esta práctica concreta el proceso en sí mismo está amenazado, no tiene futuro. El ejemplo opuesto lo tenemos en el Mercosur, ahí sí se logra establecer una Unión Aduanera y es por esa razón que el proceso de integración avanza. La razón por la cual los países latinoamericanos no se pudieron industrializar es que aplicaron de una manera indiscriminada políticas de apertura comercial que les impidió atajar la competencia de industrias mucho más avanzadas que las que existían en sus países. Luego se diría que el proteccionismo hizo ineficiente a la industria ahí donde se aplicó éste, sin embargo, la verdad es que sin proteccionismo no habría sido posible el proceso de sustitución de importaciones. Eso por un lado. Por otro, es verdad también que sin acordar un arancel externo común entre los países aspirantes a formar un mercado común, ésta asociación es imposible, y es imposible porque la Unión Aduanera es la base de cualquier proceso de integración; al no darse la situación de que los países integrantes del grupo Andino formaran esa Unión Aduanera, es que entonces fracasan los intentos de integración. Como ya dijimos, uno de los pocos experimentos de integración exitosos en América latina fue el del Mercosur: "En 1988 Argentina y Brasil firman un convenio bilateral con el fin de establecer un área de libre comercio. Este acuerdo antecede al actual Tratado de Asunción, de marzo de 1991, por el que estos dos países más Paraguay y Uruguay establecieron el Mercado Común del Cono Sur (MERCOSUR), con un periodo transitorio que debe culminar en diciembre de 1994. En estos cuatro años estaba previsto que los cuatro países suramericanos pusiesen en marcha un programa de liberalización comercial consistente en la disminución progresiva de los aranceles y en la eliminación de las restricciones no arancelarias. También se comprometieron a coordinar sus políticas macroeconómicas de forma gradual y convergente con los programas de liberalización comercial. Otro objetivo fundamental era el establecimiento de un arancel externo común que lograse incentivar la competitividad de los cuatro estados, prefigurando acuerdos sectoriales tendentes a hacer óptima la movilización y la utilización de los factores productivos. Cabe destacar que el tratado impone un plazo de espera de cuatro años a los países que deseen incorporarse (sólo Chile estaría en la actualidad en condiciones de ser miembro)." (Vilaseca 1994:127128) La lógica de los bloques regionales choca frontalmente con la idea de la conformación de un acuerdo de integración latinoamericana, ya lo decía Grien en El País, y no es que no sea bueno para los participantes de dichos bloques formar estas asociaciones, el problema es que estos acuerdos fragmentados impiden un acuerdo de más largo alcance. Ahora la estrategia norteamericana pretende aprovechar estas debilidades de los acuerdos regionales extendiendo lo que ellos llaman un acuerdo continental de libre cambio, léase Iniciativa de las Américas, en la que existiría un marco general, el del TLC, y en donde se encontrarían encuadrados bloques regionales como el Mercosur, el Grupo Andino, etc. Se trata de establecer un gobierno de bloques o de agrupaciones regionales, claro que el marco general lo daría el TLC y a su vez el gobierno del TLC estaría en los Estados Unidos. ¿Cuál es la causa de la balcanización en América Latina? Las revoluciones burguesas en el viejo continente, particularmente la revolución francesa, hicieron saltar a la palestra histórica a una clase burguesa que en las condiciones de su momento histórico fue sumamente radical, de ahí que jacobino pase a ser sinónimo de radical; esa burguesía impulsó la revolución democrático burguesa con unos métodos sumamente expeditivos, la horca y el cadalso según Gramsci, pero no sólo, ya que contaba con todo un proyecto de alumbramiento de una nueva sociedad. Esta revolución es considerada corno el momento de máxima clasicidad en el sentido de que esa radicalidad ya no se habría de repetir, y si no se repitió en otras naciones en donde sí se dio una revolución burguesa, menos se repetiría en naciones en las que la burguesía industrial estaba completamente ausente, es decir, en los países de la llamada periferia capitalista. En lugar de una burguesía industrialista, de una reforma burguesa de la cultura, nos encontramos con una oligarquía exportadora importadora con remedos de feudalismo, y esa burguesía exportadora importadora no tiene el impulso necesario ni los intereses que dieran como resultado la realización de una revolución democrático burguesa a fondo. ¿Qué sucedió entonces?, pues nada, que estos representantes de la clase oligárquica fueron cooptados en el proyecto liberal de la burguesía nada más que desde la periferia, es decir, vinculados al mercado mundial como proveedores de materias primas e importadores de manufacturas. A esta clase burguesa no le interesa en absoluto el mercado interno, ni la reforma agraria, ni la reforma cultural. Es por eso que cuando hablamos de la revolución industrial y de la revolución burguesa debemos tener en cuenta que éstas tienen dos caras, la de los países centrales y la contraparte de los países subdesarrollados, y esto es así porque efectivamente la revolución industrial afectó tanto a unos corno a otros pero no de la misma forma, y esto ya es un matiz sumamente importante porque en el caso de las burguesías de los países subdesarrollados éstas se vinculan al mercado mundial con intereses en preservar las relaciones de producción de las que son portadores pero además con la intención de preservar para sí el control de la aduana que les permite disponer de los recursos producto del comercio internacional. Es así que la banda oriental se separa de Argentina a raíz de que el grupo oligárquico que tiene asiento en lo que luego se conocería como Uruguay, pretende tener su propia aduana, controlar lo que se exporta y lo que se importa. y este es sólo un ejemplo porque a lo largo y a lo ancho del continente se van dando estos fenómenos: América central se separa del virreinato de la Nueva España cuando se forma México; Panamá se separa del virreinato de la Gran Granada cuando se forma Colombia, así y hasta el infinito. Y es lógico que no tuvieran ninguna perspectiva los ideales integradores de Simón Bolívar frente a este panorama de disgregación del continente Americano, de balcanización de su territorio: "Aunque en muchos casos todavía precario, el hecho histórico sobradamente conocido e incuestionable es que al promediar la tercera década del siglo XIX el mapa latinoamericano aparecía entrecruzado de fronteras, celosamente separadoras, que en buena medida coincidían con los límites que años antes habían configurado las Capitanías generales, las Reales Audiencias y los Virreinatos. Eran los nuevos estados, tan independientes unos de otros como de España, cuya preocupación prioritaria consistía entonces en establecer intransigentemente sus demarcaciones territoriales, sobre el principio del <derecho de posesión heredado> o uti possidetis juris, que manteniendo paradójicamente hálito de una colonización fenecida habría de preservarse como una muy utilizada institución latinoamericana. Previamente, todavía en plena guerra emancipadora, esos Estados se habían otorgado sus constituciones respectivas (Argentina en 1819, Costa Rica y América Central en 1829, Perú en 1823, la Gran Colombia en 1829, etc.), semejantes aunque distintas, muy dentro del que habría de ser contrapunto habitual en Latinoamérica, pero, sobre todo, sin rasgo alguno de interdependencia o interacción entre unas y otras. [ ... ] Es sabido, [cómo Bolívar y San Martín] concebían una futura América Latina agrupada en cuatro grandes regiones (la Confederación del Plata, la del Pacífico, la Gran Colombia y las Antillas), tratando de preservar la mayor unidad posible en el fraccionalismo al que asistían; es sabido también cómo al concluir las guerras de independencia sólo pudieron constatar la exacerbación de los nacionalismos más excluyentes, con el profundo sentimiento de frustración por parte de Simón Bolívar especialmente, muy transmitido a la posteridad al fracasar sus proyectos -no del todo rigurosos, ciertamente¬ de constituir <la gran nación americana>". (Grien 1994:122¬123) Han pasado más de cien años, y en medio se ha desarrollado una burguesía industrial "nacionalista", que no lo es tanto, se ha extinguido y al calor del nuevo liberalismo, del neoliberalismo, tenemos otra vez la amenaza de la disgregación de las naciones latinoamericanas, y ya no es la oligarquía exportadora importadora del siglo XIX, ahora es la burguesía financiera especuladora la que se pone al frente de los intereses externos y ve con simpatía fortalecer los vínculos de dependencia con el imperialismo. Decía Hegel que la historia siempre se repite, nada más que la primera vez se da como tragedia, y la segunda como una farsa, ¡pero qué farsa tan sangrienta! Otros acuerdos regionales son los siguientes: El Mercado Común Centroamericano que se formaliza con el acuerdo de Managua que se firma en el año de 1960 y formaliza el acuerdo centroamericano sobre equiparación de gravámenes a la importación que venía funcionando desde septiembre de 1959. A él pertenecen Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua. El CARICOM que agrupa a la cuenca del Caribe (sin Cuba, Haití, Panamá y República Dominicana), también realizó intentos por conseguir una integración regional, nada más que en el proceso siempre estuvo presente Estados Unidos, y esto se ve concretamente con los acuerdos que permitían la entrada de productos provenientes del CARICOM sin el pago de impuestos a los EUA. Finalmente el regionalismo acabó con las esperanzas integradoras, ni "a través de la declaración de Caracas de octubre de 1990, pretendiendo profundizar entre otras cosas la PAR [Preferencia Arancelaria Regional], ni de nuevo los ministros [del Consejo de la ALADI] en su Sexta Reunión, de diciembre de 1991, en Cartagena de Indias, pudieron lograr nada significativo respecto de tal estímulo al intercambio en el seno de la ALADI, puesto que la proliferación de micro acuerdos y subagrupaciones en el seno de la Asociación -en la eclosión estimulada a partir de 1989-1990, coincidiendo con la generalizada apertura arancelaria¬ desposeía de sentido a la esencia de la Preferencia Regional." (Grien 1994:274) Ya para estas fechas, y aquí es donde se nota para qué sirve el socialismo, el campo socialista también eclosiona, se derrumba, y la pregunta es ¿cómo afecta el derrumbamiento del socialismo al resto del mundo?, pues concretamente en los proyectos por lograr mejores condiciones de trato a las economías subdesarrolladas dentro del concierto internacional. En cuanto se "derrumba" el muro de Berlín, adquiere una preeminencia muy grande aquel proyecto de la "globalización de la economía", de la liberalización universal, etc., etc., y muchas economías que se encontraban comprometidas con proyectos de integración, simplemente no veían la necesidad de acordar desgravaciones con cierto grupo de países si el globo se estaba desgravando, y así fue que los países latinoamericanos desestimaron los acuerdos de desgravación a los que se estaba llegando en la ALADI, y hubo casos peores, como el de México, que prefirió ligarse a la economía de los Estados Unidos en un proceso de integración "que muchos envidiarían", pero que gran ironía, México presume de lo que precisamente sería su desgracia. Y a pesar de la fuerte tendencia hacia los regionalismos había cuestiones muy positivas dentro de los acuerdos regionales, tal es el caso del mecanismo de control de los movimientos de capitales en el caso del Mercado Común Centroamericano: "se solicitaba la colaboración de los Bancos Centrales del istmo para <evitar las especulaciones monetarias que puedan afectar los tipos de cambio ... > para adoptar medidas contra las posibles restricciones que un país pudiera establecer <sobre las transferencias monetarias internacionales ... >, así como para <recomendar a los gobiernos signatarios una solución satisfactoria compatible con el mantenimiento del régimen multilateral del libre comercio>, en el supuesto de graves dificultades de balanza de pagos entre las Partes." (Grien 1994:285) Es de sentido común anteponer mecanismos que diferencias comerciales se conviertan en graves impidan que las desequilibrios de la balanza, y esto lo han comprendido perfectamente los integrantes del Mercado Común Centroamericano, vaya, justamente ellos más que nadie están en grave riesgo de sufrir estas inestabilidades. Lo que extraña es que un país como México, con el antecedente de la reunión de la ALALC realizada en México, no haya propuesto esto en su integración con los EUA; es algo verdaderamente inadmisible, o para decirlo con más propiedad, sólo podía ser el propósito de alguien que quería ver deliberadamente sometido a nuestro país a depender financieramente de los Estados Unidos. Sin embargo, y a pesar de los avances logrados, sobre todo en materia de compensaciones para los países que obtuvieran balances comerciales más desfavorables, el área centroamericana se vio sacudida por los desplantes disgregadores de ciertos países como es el caso de Nicaragua en la época de Somoza: "en febrero de 1969, Nicaragua rompía por su cuenta la norma integracionista, aplicando un impuesto especial y discriminatorio a los productos originarios de sus socios centroamericanos, para compensar, según argumentaba, su condición de miembro de menor desarrollo económico relativo. [ ... ] Costa Rica alteró, en 1971, las bases de la comercialización estableciendo nacionalmente un sistema de cambios ambivalentes, que la Comisión Normalizadora (creada en 1971 para ordenar la marcha del MCCA) no fue capaz de resolver; el deterioro de los mercados mundiales en los años setenta afectó seriamente el intercambio intrazonal, que debió reducirse en varios niveles a entendimientos bilaterales cada vez más frecuentes; Honduras por su parte volvió a fijar nuevos impuestos, de casi 10%, a los productos zonales, con réplicas recíprocas, etc." (Grien 1994:291) ¿Quién podía confiar en las palabras de Somoza?, en realidad detrás de sus posiciones estaba siempre Estados Unidos. Y conste que la integración de Centroamérica era la condición para posibilitar el proceso de industrialización, si cada país centroamericano se abandona a sus propias fuerzas ese proceso está condenado al fracaso. Y es que a EUA le conviene más tener a los países latinoamericanos fraccionados, de esta manera es más fácil imponer sus políticas en el área, y con más razón le interesa tener fraccionada a la ALADI. Pero a pesar de las acciones disgregadoras en Centroamérica, ha sido posible aportar a la experiencia integracionista algunas propuestas que muy bien pueden ser retomadas por intentos futuros de integración. Justamente una de esas propuestas a rescatar es el Banco centroamericano de desarrollo. Como es bien sabido, y ya muy bien argumentado por Lenin, quien controla la banca controla a la economía, y es lógico que para tener un resultado exitoso en el caso de la integración centroamericana fuera necesario crear un banco para fomentar las industrias de integración, y así fue como surgió el Banco Centroamericano de Integración con una asignación inicial de 30 millones de dólares para fomentar proyectos de industrialización. Cinco bancos de Centroamérica aportaron unos 300 mil dólares con el objeto de financiar liquidaciones comerciales y en última instancia coadyuvar a la creación de una moneda centroamericana, sin embargo este propósito fracasó dadas las constantes alteraciones monetarias: "En cuanto a la Cámara de Compensación, en 1985 no pudo superar los 395 millones (con una reducción en esos 5 años de 68%, muy superior a la merma registrada en el comercio intrazonal, que fue de 50% en ese mismo tiempo) y en 1987 <prácticamente dejó de utilizarse como mecanismo para la cancelación de transacciones comerciales>, desvinculándose de su función primordial." (Grien 1994:306) Sin embargo, esto no impidió que para el año de 1988 el MCCA hiciera crisis, situación que se agrava porque la primera gran crisis capitalista repercute fuertemente en los países centroamericanos abultando exponencialmente sus déficit en cuenta corriente; luego está el hecho de que algunos países se beneficiaron más que otros como resultado del proceso integrador, fundamentalmente por falta de armonización en las esferas financiera y de movimiento de capitales. Más adelante el agotamiento del mercado para los productos de los países centroamericanos así como el freno al proceso de industrialización derivaron en una crisis generalizada del experimento, todo lo cual desembocó en el rompimiento de la disciplina mantenida entre los socios que concurrían al esfuerzo integrador. Se dio el desmantelamiento por parte de las empresas privadas, volcadas hacia los difíciles mercados exteriores. También en el Grupo Andino se intentaron compensar los déficit. El acuerdo base de la ALALC, con su organismo compensador, sirvió para que el GRAN adoptara algunos de sus lineamientos fundamentales, inclusive se estableció cierta relación entre los miembros de la ALALC y el GRAN. Ante todo se trataba, como en el caso de la ALALC, de hacer frente a este talón de Aquiles que era el problema financiero, es decir, se trataba de que las economías que componían el GRAN compensaran sus déficit respecto a 105 países que obtenían superávit, también estaba presente el problema de la falta de armonización fiscal. Se pretendió una Unión económica con armonización de políticas, arancel externo común, planificación industrial, mercado interior común, programación conjunta de inversiones. Sin embargo, el decrecimiento de las relaciones intrazonales derivaría en una serie de graves consecuencias que finalmente desembocaría de hecho en el rompimiento del proceso de integración. Parece que este momento marcó el advenimiento de un rosario de incumplimientos de los integrantes del GRAN, cada cual a su manera quería adaptarse de la mejor forma posible al mercado externo violando lo que se acababa de acordar. Ya el protocolo de aplicación se dejó sin fecha concreta de firma, lo cual da una idea muy clara de la escasa voluntad de acudir a un verdadero proceso de integración; y la puntilla la dio Chile al autoexcluirse del GRAN en 1976 arguyendo que no aceptaba la legislación en materia de inversiones extranjeras: Chile no aceptó una reglamentación de las inversiones extranjeras que ya había sido aceptada por el resto de los integrantes del GRAN y esta fue la causa de su salida en 1976. Chile no establecía absolutamente ningún tipo de regulación a las inversiones extranjeras. En los últimos días de febrero de 1997 se conoce la noticia de que Chille se incorpora oficialmente al TLC. 4. LA INICIATIVA DE LAS AMERICAS COMO SUBSUNCION DE BLOQUES Como ya se ha dicho, los Estados Unidos se declararon enemigos de la integración latinoamericana, de que las naciones del subcontinente formaran un área de desarrollo y gobierno comunes, sin embargo por una serie de circunstancias que están ligadas al cambio de la estrategia norteamericana frente a los fenómenos de integración, los EUA deciden incorporarse a estos procesos. En este sentido Norteamérica lleva a la práctica dos operaciones; una es la firma del Tratado de Libre Comercio de Norteamérica, y otra es la llamada Iniciativa de las Américas. Como se puede ver se ha operado una acción de transformismo al más alto nivel. Ahora los Estados Unidos pretenden formar parte de un organismo continental de integración en el que subsistan los acuerdos regionales tipo Mercosur y TLC, y ser ellos, a través del TLC, los que dirijan esta complicada operación. En la reunión de Tuxtla Gutiérrez, México, el 11 y 12 de enero de 1991, México firma un tratado de libre comercio con Centroamérica. El propósito fundamental es el de servir de intermediario entre Centroamérica y Estados Unidos en el contexto de la Iniciativa de las Américas, esto es, establecer una zona de librecambio a nivel continental, de la cual la de México y Centroamérica sería un porción de aquella más grande. Se ve que México está más en función de una determinada estrategia que mira hacia ese objetivo de los Estados Unidos que de la integración latinoamericana. Siendo América Latina el "espacio natural" de los Estados Unidos, existían una serie de acciones perturbadoras para su influencia provenientes fundamentalmente de la Unión Europea y de Japón. Y siendo así las cosas de lo que se trataría sería de expulsar a estas potencias económicas del área de influencia de los Estados Unidos, fundamentalmente a través de la creación de una zona de libre comercio continental sobre la base de una serie de condiciones corno son la implementación de programas de ajuste, estabilización diría Dornbush, reestructuración de las cuantiosísimas deudas a través de planes tipo Brady que ya se han aplicado a México, libertad fiscal y legislativa a las inversiones y movimientos financieros provenientes de los Estados Unidos, etc., etc. Corno se puede ver se sujetaría a Latinoamérica tal y corno se sujeta a México a través del TLC. Pero la cuestión no queda ahí, porque existe un apartado relativo a la educación y a la cultura y aquí de lo que se trataría sería de que a la hegemonía económica le acompañase la hegemonía política y cultural; se trataría por todos los medios de impedir que se constituyera un verdadero estado nacional latinoamericano, cuestión ésta de la que ya hemos hablado antes; se trataría de repetir las dificultades por las que pasó históricamente la conformación de un estado nacional en Latinoamérica, de reeditar todos los intentos fallidos durante el siglo pasado que parecía que se lograba enmendar a través de los llamados regímenes nacional-revolucionarios, verbigracia, Cárdenas, Perón, Vargas. Sin embargo estos regímenes fueron desmantelados con la era de las dictaduras y de la aplicación de las políticas neoliberales. Ahora se sabe que existen serios obstáculos para la conformación de esos estados nacionales y uno de ellos es la Iniciativa de las Américas de Bush a nivel continental y el TLC a nivel de México: "En 1988 EE.UU. y Canadá pactaron la creación de un espacio de libre comercio entre los dos países, y a principios de 1990 extendieron su ofrecimiento a México. Con este pacte tripartito se creó el Área de Libre Comercio Norteamericana (NAFTA: North American Free Trade Association). Para principios de 1992 estaba previsto que empezara la reducción de las discriminaciones comerciales entre los tres países norteamericanos como base de una futura unidad continental. De esta forma, por ejemplo, se esperaba que en un futuro próximo Chile se uniese a este proyecto. El tratado es de suma importancia desde la óptica de la integración económica, ya que se caracteriza por ser el primer caso de integración Norte-Sur, al implicar a un Estado del capitalismo periférico con dos de los estados más ricos del mundo". (Vilaseca 1994:105-106) Para desgracia de México, efectivamente, es el primer tratado en el que se encuentra el país más desarrollado del planeta cohabitando con uno de los países más subdesarrollados, las diferencias a nivel de desarrollo económico y social abarcarían una lista grandísima, simplemente baste señalar que de acuerdo a una curva histórica del PIB per cápita (que arranca desde el año de 1870), los Estados Unidos tenían en 192 O un producto per cápita semejante al de México en el año 19945• Ahora bien, en 1994, el PIB per cápita de México era de 3.991 dólares y el de Estados Unidos 25.512 dólares, es decir más de seis veces el de su "socio" subdesarrollado.6 Los salarios industriales son del orden de diez veces mayores en los Estados Unidos que en México, la productividad industrial también es notablemente mayor, etc. (Ver Anexo) Ahora bien todos estos indicadores, que reflejan las enormes diferencias de las fuerzas productivas, adquieren una expresión muy concreta a nivel de los costes de producción, de la incorporación de valor a las mercancías, y del precio de las mismas, lo cual, en unas condiciones de libre cambio total entre México y los Estados Unidos, lo único que viene a determinar es que, a pesar de los bajos salarios, la mayor parte de las mercancías producidas en México se vean en desventaja frente a las similares producidas en los Estados Unidos, se produzcan fenómenos desfavorables de la balanza de pagos y multitud de industrias nacionales sean barridas por la competencia estadounidense. Esta es la originalidad de meter en un mismo acuerdo comercial al país más desarrollado del mundo con otro sumamente subdesarrollado. Como se ve México tiene argumentos muy poderosos para optar por un modelo de integración distinto al que actualmente mantiene con los otros dos miembros del NAFTA, y puede que esto no lo reconozcan sus gobernantes, porque las distintas 5 Ver Forbes, 20 de mayo de 1996, y Fischer y Dornbusch 1988. posiciones dentro del gobierno dependen de las clases sociales que hacen valer sus intereses dentro del estado. Se requeriría que prevaleciera el verdadero interés de la nación por encima del de unos cuantos empresarios ligados a los intereses del imperialismo. El NAFTA es la herramienta a través de la cual la oligarquía financiera nacional está logrando su integración con las altas finanzas norteamericanas, y los costos están a la vista: miseria, devastación del campo, liquidación de los sindicatos, destrucción de la industria, delincuencia, etc. Y no sólo pesa el problema de la disminución del desarrollo de la economía mexicana, a pesar de las cifras triunfalistas que se dan en materia de exportaciones a los Estados Unidos, (de este problema nos ocuparemos con más detalle en el siguiente capítulo). Pesan también las repercusiones que se están teniendo para el resto de Latinoamérica, esto es, con la disgregación de México se está impidiendo llegar a una Unión Aduanera de toda América Latina, la cual sería la piedra de toque para una verdadera integración: "Entre los acuerdos subregionales contemplados en el marco constitucional de la ALADI destacan los siguientes: (a) La integración de Argentina y Brasil, la de los países del Cono Sur (MERCOSUR), y sus tratados anteriores bilaterales. (b) También cabe destacar el Grupo de los Tres (G-3), pues significa la única iniciativa en este aspecto realizada por países del norte de la Asociación Latinoamericana de Integración. Este Grupo está constituido por México, Venezuela y Colombia, que se han comprometido a establecer un acuerdo de complementación económica con objeto de introducir un programa de reducciones arancelarias mutuas que desemboquen en un mercado común para el 1 de enero de 1995. Pero la nueva situación de México, originada por la Iniciativa de las Américas, ha provocado un cambio radical de ese país con respecto al Grupo de los Tres, lo que ha llevado, en algunos momentos, a cierta congelación del proyecto. Sin embargo, parece que a mediados de 1992 ha vuelto a tomar importancia debido a compromisos adquiridos por los jefes de Estado y de Gobierno de los tres países implicados, en el sentido de suscribir en el transcurso de este año un acuerdo de libre comercio una vez normalizadas las relaciones económicas de México con el Grupo Andino. Aunque no existe un texto desarrollado, se espera que el acuerdo recogerá también compromisos sobre telecomunicaciones, desarrollo financiero y agricultura." (Vilaseca 1994:120-121) No se dice claramente en qué consisten las trabas para concretar el acuerdo de formación de un mercado común entre los tres. No se dice en qué consiste el efecto perturbador de la iniciativa de las Américas, sin embargo está claro que de llevarse a la práctica significaría la imposibilidad de que se estableciera una Unión Aduanera entre los países que componen el grupo de los tres, esto es, no sería posible la conformación de un mercado común entre estos países porque la iniciativa de las Américas estaría claramente bloqueando un arancel común acordado por estos tres países respecto a terceros. Si los bloques acuerdan un tratado de comercio con el TLC, esto quiere decir que quedan bloqueados los accesos a la UA exclusivamente latinoamericana, y esto porque la intención de EUA es pasar del acuerdo comercial con los bloques latinoamericanos a una Unión Económica y hasta un mercado Común, lo cual es incompatible con un tratado de UA sólo entre los latinoamericanos. Y la situación a la que conduce el incremento de los lazos comerciales de EUA y México es claramente la disminución del comercio de México con Latinoamérica en la misma medida que aumenta con Estados Unidos: "México, por ejemplo, cuyas metas están en buena medida al Norte de sus fronteras, redujo sus exportaciones a la región de la ALADI, entre 1981 y 1988 de 9.8% a 4.5% respectivamente, de las totales, importando de la región 5% en 1981 y 1.6% al final de la década". (Grien 1994:367) Aquí cabe la exclamación que se le atribuye a Porfirio Díaz: i pobre de México, tan lejos de dios y tan cerca de los Estados Unidos! Es indiscutible que existen una serie de causas generales por las cuales se actúa a favor de la balcanización, y estas causas son comunes a todos los países latinoamericanos, por ejemplo la falta de complementariedad, el elevado grado de mono producción en la estructura de las exportaciones, la falta de recursos, la no disposición a asumir un arancel externo común por temor a perder mercados, etc., etc. Pero en el caso de México es necesario añadir a todo lo anterior la virtual integración económica del país con los Estados Unidos, hasta alcanzar, como hemos visto más arriba, porcentajes de comercio que rondan el 80%, lo cual hace redobladamente difícil poder encaminar el esfuerzo integrador con Latinoamérica por toda una serie de intereses ligados al comercio y a las finanzas de los Estados Unidos. Hay quien afirma que en realidad México y los Estados Unidos se encuentran integrados desde hace mucho, y que lo único que vino a hacer el TLC fue a formalizar esa integración, (entre México y Estados Unidos no se ha llegado a establecer un arancel externo común, sin embargo es tal la concentración del comercio de México con EUA que este fenómeno opera para México, pero no para EUA, como un arancel común con EUA hacia el exterior). Y no es para menos, simplemente es necesario tener en cuenta el peso de las inversiones norteamericanas en América Latina y su relación con los temas comerciales: "hay que señalar que a mediados de los años ochenta alrededor de 60% del capital extranjero total acumulado en América Latina procedía de los Estados Unidos. [ ... ] los Estados Unidos han modificado notablemente su rostro habitual con la aprobación de la Ley de Comercio y Aranceles de 1984 (LCA), que ha remodelado la Ley de Aranceles de 1930, la Ley de Comercio de 1974 y la Ley de Acuerdos Comerciales de 1979, en consonancia con las presentes circunstancias, significando ello más una nueva orientación de la política económica internacional de los Estados Unidos, que una dura respuesta comercial de coyuntura. "A este respecto conviene tener en cuenta, ciertamente, que desde los últimos años las actividades norteamericanas han venido unificando de manera generalizada -pero particularmente para América Latina- los aspectos comerciales con los de inversión, asistencia financiera, ayuda al desarrollo, e incluso en buena parte el tratamiento de sus acreencias. Una de las evidencias en tal sentido es precisamente la citada LCA, cuyo Título 111 está compuesto por la Ley de Inversiones y Comercio Internacional con las modificaciones introducidas en la LCA en materia de reciprocidad, partiendo de la sección 301 de la derogada Ley de Comercio de 1974, conocida en los Estados Unidos como sección de <Represalias Presidenciales>. Otro ejemplo puede ser el espíritu y letra de la ya mencionada Iniciativa para la Cuenca del Caribe (ICC), establecida a mediados de 1981, que <supone que los inversionistas norteamericanos aportarán, no sólo capital, tecnología y experiencia gerencial, sino también los conocimientos técnicos y los canales de comercialización ... > "En realidad, no debe sorprender tal circunstancia si se parte de la base de que el problema de la Deuda Latinoamericana (de corto plazo, más créditos del FMI, endeudamiento del Sector Privado y del Sector Público, hasta un gran total de 417 000 millones en 1989 y de 439 851: millones en 1991, de la que 59.7% es capital norteamericano) condiciona en gran medida el contrapunto Estados Unidos ¬países latinoamericanos; por cuya razón se inicia aquí el esquemático resumen de esa relación por los intercambio~ financieros y no por los comerciales propiamente dichos" (Grien 1994:415-416) Es necesario dejar claro que la ley de comercio de los Estados Unidos sanciona comportamientos "no deseados" por los Estados Unidos afectando operaciones económicas de otra índole del país "castigado", y las sanciones llegan a su punto más alto con la ley Helms-Burton, la cual es sólo una continuación lógica de la Ley de Comercio de 19847• En ese año Estados Unidos promulga la Ley de Comercio y Aranceles (LCA) que significa un vuelco en la política comercial tradicional de los Estados Unidos, esta ley "afecta virtualmente todos los aspectos del comercio internacional. Tal legislación faculta al Presidente, en acuerdo con el Congreso, para negociar acuerdos no arancelarios bilaterales que erosionan la cláusula de nación más favorecida, en tanto los beneficios y obligaciones se aplicarán sólo a las partes interesadas, no siendo extensivas a los demás socios comerciales. El argumento norteamericano señala que tales acuerdos bilaterales tenderán justamente a promover la liberalización comercial, sin embargo, es claro que para ello postula instrumentos de negociación no incluidos en las normas del GATT. La mencionada ley incluye la cláusula <súper 301> que faculta al gobierno norteamericano a definir <países prioritarios> que, en opinión de la parte norteamericana, lleven a cabo <prácticas comerciales desleales> o <prácticas irrazonables>. Si tales países no aceptan eliminar, reducir o compensar tales prácticas en el lapso de tres años, luego de iniciada la negociación, esta legislación faculta a la Administración norteamericana para adoptar represalias comerciales. (UNCTAD, 1989) "La nueva ley incluye también disposiciones respecto de las ventajas recíprocas y la concesión de obligaciones equivalentes por parte de los países en desarrollo que vulneran el criterio multilateral de reciprocidad y el de graduación, en tanto reduce las ventajas no recíprocas para los países en desarrollo más avanzados. "Se trata, en síntesis, de una legislación que provee unilateralmente de potestad a uno de los miembros del GATT para calificar las prácticas comerciales de los demás socios, para forzar negociaciones bilaterales y para establecer las sanciones comerciales que estime pertinente. Del mismo modo, amplía unilateralmente el ámbito de las negociaciones comerciales al incluir en éste el comercio de servicios, la 7 Para entrar más en detalle se puede ver el trabajo de María Elena Torres Chimal y Miguel Ángel Salís: "La nueva Ley de Comercio de los EU", Comercio Exterior, México. Junio de 1989. inversión extranjera, propiedad intelectual, anticipándose a las conclusiones de la propia Ronda del GATT en un tema que recién empieza a examinarse de un modo multilateral." (Rosales 1990:2-4) Pero las prácticas proteccionistas están del lado de quien las condena: "Paul Bairoch describe a Estados Unidos como la <madre patria y el bastión del proteccionismo moderno>, <que nació en Estados Unidos>, algo que puede sonar injusto a los antepasados británicos, no mancos en ese empeño. El proteccionismo no es más que una de las formas de intervención estatal. Como en el caso británico, se producen intermitentes desviaciones del compromiso para proteger a los ricos de la disciplina de mercado, relacionadas con las circunstanciales expectativas de ganancias bajo condiciones de dominación. Cuando arrecia la necesidad, a <los conservadores> les falta tiempo para aumentar la intervención estatal, como en la era de Reagan. Si hubiese dependido de las fuerzas de mercado, hoy en día en EE UU no habría industria de acero, ni de automóvil, ni, mucho menos, de sistemas informáticos y productos electrónicos en general. Los partidarios de Reagan se limitaron a cerrar el mercado a la competencia japonesa mientras vertían en él fondos públicos. "El entonces Secretario del Tesoro, James Baker, dijo con orgullo ante una audiencia empresarial que Reagan había <favorecido más a la industria estadounidense que ninguno de sus predecesores desde hacía más de medio siglo>. Se quedó corto, pues, de hecho, la benefició más que todos sus predecesores juntos, doblando las restricciones a la importación hasta un 23%. El Informe Económico presentado en 1994 ante el Congreso señala que las medidas proteccionistas de Reagan redujeran las importaciones de productos manufacturados en cerca de una quinta parte. Esas medidas han sido ampliadas con Clinton; un ejemplo reciente de ello es la propuesta en invertir un millardo de dólares para subvencionar el desarrollo y la producción de pantallas informáticas planas, subvenciones prohibidas por los acuerdos del GATT firmados pocas semanas antes. Esto es sólo la punta del iceberg. El acuerdo de Gingrich es considerablemente descarado. Las propuestas para el bienestar de los ricos aparecen bajo encabezamientos como <Acuerdo para la creación de empleo y el incremento salarial>. El capítulo incluye una provisión de medidas <para crear puestos de trabajo y aumentar el sueldo de los trabajadores> y, discretamente, se incluye la expresión <no subvencionado>. Pero no importa. En el nuevo lenguaje contemporáneo, la palabra <empleo> significa <ganancias>, por lo que se trata de una propuesta de <creación de trabajo>, que seguirá <incrementando> el descenso de los salarios.” (Chomsky 1996a:34-36) La disposición de los Estados Unidos a utilizar el comercio como un instrumento para forzar a los países a otorgar ciertas concesiones, como es el caso de una mayor apertura comercial, promulgar leyes de movimientos de capitales favorables a sus intereses, tiene su antecedente en algo que decía el Che Guevara en las conferencias sobre desarrollo en Ginebra a principios de los 60. De hecho tenemos que Estados Unidos ya desde entonces se perfilaba claramente por esta política, lo que sucede es que el instrumento legislativo y comercial estaba poco desarrollado. Con la ley de 1984 aparecen claramente delineados los intereses de los Estados Unidos, y ni qué decir con el TLC, en donde ya verdaderamente la instrumentación es casi perfecta, perversamente perfecta. A estas alturas es necesario tener en cuenta que a los Estados Unidos les interesa establecer una especie de TLC continental a través de lo que se ha denominado la Iniciativa de las Américas, y por supuesto el interés último está en concordancia con algo que nosotros hemos denominado el lema de la relación entre estado y economía en la época del neoliberalismo, esto es: establecer el control de las finanzas para lograr el control del gobierno. El control del gobierno para someter a los países más débiles comercialmente, vgr. México, y probablemente América Latina si se concreta la Iniciativa de las Américas. En las sucesivas leyes de comercio de los Estados Unidos, desde 1984 hasta el TLC, se nota cómo los Estados Unidos han empujado las cosas hasta poder ligar el problema del comercio con las cuestiones financieras, esto es, que se establezca legalmente una correspondencia entre la petición de apertura comercial que hace a sus socios y la posibilidad de manejo de las finanzas que resulta complementario al primer problema, el del comercio. y dada la superioridad productiva y comercial de los Estados Unidos, luego entonces esa superioridad se traduce en superávit favorables a los Estados unidos y déficit en las naciones "amigas", y como la única forma de afrontar esto por parte de las naciones perdedoras es a través de préstamos o movimientos de capital para contrarrestar el desequilibrio de la balanza comercial y de cuenta corriente, pues es Estados Unidos el encargado de proveer esos recursos, y así se cierra el círculo de control. Esta ley del comercio de los Estados Unidos ha ido evolucionando en el sentido de condicionar los llamados aspectos comerciales con las inversiones extranjeras, es decir, que se llega a una serie de acuerdos comerciales siempre que se otorgan una serie de facilidades en el plano de las inversiones extranjeras. ¿Y por qué esto?, pues por algo que hemos intentado explicar aquí, es decir, que los Estados Unidos aprovechan la superioridad comercial con la que cuentan respecto a países subdesarrollados como los de América Latina, para poder introducir los capitales que necesitan los países con déficit comercial y así poder establecer una serie de condiciones. Esto ya estaba claro en el propio mecanismo que se da de una manera "natural", en la lógica del mercado, sin embargo ahora parece que a los Estados Unidos les interesa sobremanera el establecer una relación necesaria de los aspectos comerciales y financieros, para que así queden fundidos estos dos aspectos complementarios y poder sacar una ventaja comercial traducida en efecto financiero. Los Estados Unidos han experimentado un repliegue en cuanto a las inversiones extranjeras en América Latina, pero al mismo tiempo consolidan el afianzamiento comercial de la zona, lo cual les permite remontar la ventaja inicial de las inversiones de capital en el subcontinente. Las importaciones del subcontinente procedentes de los EUA significaron 42.2% de todo lo importado en 1989, no habiendo representado más que el 28% en 1980 y 1981. Y esta es la razón por la cual los Estados Unidos aumentan sus barreras al comercio: "Durante las décadas del 70 y del 80, EE.UU. ha incrementado sistemáticamente las medidas legislativas vinculadas al comercio exterior; esto es consecuencia de un cambio de actitud ante el mayor incremento (absoluto y relativo) de las importaciones en el mercado norteamericano. En efecto, en el periodo pre-1970, los subsidios y el dumping vinculados a las exportaciones eran percibidos como distorsiones económicas que perjudicaban tanto al país exportador como al importador. En la década del 70 hay un cambio de percepción en EE.UU.; los subsidios y el dumping sólo perjudican al país importador, luego, se consideran como <comercio injusto> lo cual implícitamente equivale a una especie de guerra comercial planteada por el país exportador; la implicación de este cambio posibilita <la separación entre la ofensa y el remedio> (Hufbauer, 1989). En otras palabras, los mecanismos para contrarrestar los subsidios y el dumping ya no tienen porqué restringirse (como en el periodo pre-1970) a medidas específicas contra las importaciones (sobretasas y medidas anti-dumping) vinculadas al tamaño de la distorsión; ahora se hace posible utilizar mecanismos de <reserva> del mercado doméstico para proteger la industria local. De esta forma, agentes económicos norteamericanos, utilizando el argumento moral contra las importaciones <injustas>, generaron una serie de represalias focalizadas contra bienes extranjeros. En síntesis, este argumento moral permite la utilización de otros instrumentos que complementan o sustituyen las medidas tradicionales de sobretasas y anti-dumping, para disminuir importaciones competitivas que desplazan a la producción local". (Meller 1993:61) El alcance de las medidas "punitivas" instrumentadas por los Estados Unidos tiene una envergadura desproporcionada en relación al supuesto daño causado a su comercio. Por supuesto que la práctica de estas políticas hacen que el conjunto de países que comercian con los Estados Unidos sean una especie de rehenes de la administración norteamericana, y no se crea que sólo los débiles se encuentran en esta situación, no, países con una potencia económica corno la de Japón, (quizá precisamente a causa de ello) se han visto obligados a hacer una serie de concesiones. Lo que queda claro es que si bien Estados Unidos está utilizando el instrumento de la balanza comercial con el objeto de tenerla a su favor, lo cierto es que está utilizando de una manera más que inteligente el mecanismo de las balanzas de pagos, concretamente el déficit en cuenta corriente de los países de su área de influencia económica. Es decir, el principio de un mecanismo que incluye una serie de compensaciones financieras permite a los norteamericanos sacar doble ventaja en el comercio con otros países; es que los déficit comerciales de los otros países (salvo que sean compensados en la cuenta corriente) tienen que ser saldados o con movimientos de capital o con deuda que es contratada por el país perdedor y que normalmente el país ganador, EUA, es el encargado de proveer. Entre más déficit tenga un país más se endeuda y más depende de los movimientos de capital externos. Este es el mecanismo para el cual la ley de comercio de los EUA está muy bien orientada. Lo cierto es que en estas condiciones el problema de la deuda de los países más débiles no tiene solución, porque en el comercio con los países más desarrollados siempre van a resultar perdedores, y esto es corno una bola de nieve que no cesa de crecer. Es decir, conforme pasa el tiempo la deuda de los países subdesarrollados se va haciendo más grande hasta alcanzar magnitudes desproporcionadas. y si no, y como siempre, hay que ver la situación de México para comprender mejor lo que se dice, ¿no se instrumentaron los planes Baker y Brady para "solucionar" los problemas de la deuda mexicana cuando ésta era ya un dato preocupante? En 1989, que es el año en el que se termina de afinar el Plan Brady, México tenía una deuda de 95 mil millones de dólares, seis años después, es decir en 1995, el país tenía una deuda de 170 mil millones de dólares, es decir, casi el doble. Entonces, ¿para qué sirvieron los planes Baker y Brady? Quizás, aunque evidentemente no sólo, para que estos funcionarios afianzaran sus negocios en México. (Ver recuadro del capítulo 4) Para Estados Unidos es más fácil dominar a sus "socios" si éstos se encuentran fragmentados, vgr. México que en el año de 1994 formaliza su entrada al TLC, y unos cuantos meses después sufre la que quizá es la peor de sus convulsiones en su historia contemporánea. En cambio en el ámbito de las negociaciones multilaterales intervienen grandes bloques de países, yesos bloques, en muchas ocasiones, están mayoritariamente integrados por naciones pobres que hacen causa común. Y he aquí que nos encontramos sumidos en la lógica de un círculo vicioso porque ahora resulta que la inestabilidad de las economías, a causa del desarme de sus "protecciones", es al mismo tiempo la causa de un profundo desequilibrio en las cuentas con el extranjero, con lo cual los países subdesarrollados se ven obligados a un endeudamiento permanente, a contratar créditos a corto plazo y procurar inversiones de capital también a corto plazo y sumamente especulativas, todo lo cual ofrece un cuadro "apocalíptico". Es por eso que la industrialización exigió, para poder ser real, el abandono de los planteamientos liberales, y que el liberalismo en el caso de América Latina, cada vez que era puesto en práctica era el sinónimo de la des industrialización, del desbaratamiento de todo lo logrado a partir de las políticas de promoción estatal, ¿puede haber un ejemplo más dramático que el de la puesta en práctica del liberalismo en México desde el año de 1982? Los antecedentes lejanos de la Iniciativa de las Américas los encontramos en la ALPRO que fue la respuesta Americana a la revolución cubana, con este programa, a su vez, se pretendía reeditar el Plan Marshall. Los resultados están a ojos vista, fracasó estrepitosamente. Ahora, 30 años después, Estados Unidos insiste en el planteamiento, sólo que ahora sigue la política del gradualismo, es decir, primero mete a México en un anticipo de lo que será todo el plan a escala continental, y ese adelanto se llama TLC. Lo que se refiere al TLC le ha funcionado a los EUA, sin embargo se ve más complicado que se extienda este proyecto al resto de Latinoamérica sobre todo porque la experiencia para México no ha sido muy ejemplificadora (o porque lo ha sido de más. Con la combinación de liberalismo económico y políticas comerciales restrictivas instrumentadas por los países o regiones lo que tenemos es un mundo compuesto por bloques que sólo representa una división de la economía mundial de acuerdo a las desiguales condiciones de cada quien; es decir, una polarización entre pobres y ricos, entre desarrollo y subdesarrollo, entre avance tecnológico y la falta de éste, etc., encubierto en la idea "democratizadora" de la "globalización" que se presenta como la gran oportunidad. Que no es tal. Esta universalización de los bloques sólo está conduciendo al incremento de las desigualdades a todos los niveles. Pero además la fragmentación se refiere a que áreas con los mismos intereses se encuentran divididas en bloques. Pero la cuestión es que un mundo de bloques permite un gobierno de bloques: "La constitución de un BE estimula el incremento comercial intra-BE; esto puede ser a expensas de una disminución del intercambio comercial con los países excluidos del BE. El gran dilema que presentaría un eventual mundo de BE, es si eso conduciría a una mayor integración o a una mayor fragmentación del comercio mundial. Un BE viola el principio de no discriminación entre países; además, dado su gran tamaño relativo puede utilizar su poder de negociación para tornar favorablemente los términos de intercambio, y esto podría generar represalias de otros BE. Una guerra comercial entre BE puede producir un juego de suma negativa, en que los principales perdedores serían los países en desarrollo, incluyendo a los latinoamericanos". (Meller 1993:52) Los perdedores serían los países subdesarrollados como los latinoamericanos que tienen como característica más importante del comercio internacional la disminución de aranceles y el neoproteccionismo. Este es el objetivo fundamental del GATT, y su divisa principal sería acabar con los subsidios. Y si no véanse las siguientes evidencias: "más del 75% de las exportaciones mexicanas van hacia EE. UU. ; otros tres países para los cuales el mercado norteamericano tiene una alta importancia relativa para las exportaciones son Venezuela (57,8%), Colombia (47,2%) y Ecuador (47,1%). Para los cuatro países que constituirían Mercosur, EE.UU. representa menos del 26% de las exportaciones totales. Chile se encuentra en una situación similar". (Meller 1993:70) Si ya de por sí era abrumador el comercio de México con los EUA, nada más hay que pensar, y teniendo en cuenta las leyes comerciales de los norteamericanos, ¿qué pasará si, corno en el caso del TLC, México abre de par en par su comercio a los EUA?, bueno, pues la respuesta está a la vista, México mantendrá un déficit perpetuo con los Estados Unidos, déficit que tendrá que compensar con "ahorro externo", con deuda o movimientos de capital provenientes de los EUA. Pero la cuestión no para ahí: "La Iniciativa de las Américas del Presidente Bush (junio, 1990) plantea la creación de un ALC [Acuerdo de Libre Comercio] a nivel del continente hemisférico; EE. UU. sugiere que la reducción de barreras comerciales va a incrementar el bienestar mundial. “Esta iniciativa a tenido una acogida muy positiva en América Latina; en efecto, 31(de 34) países de América Latina y el Caribe han suscrito acuerdos marcos bilaterales con Estados Unidos EE.UU. en el periodo de 18 meses (Junio 1990-Dciembre 1991).” (Meyer 1993:71) "Esta Iniciativa ha tenido América Latina; en efecto, 31 Latina y el Caribe han suscrito con EE.UU. en el periodo de 18 1991)." (Meller 1993:71) Sí, México cayó en la boca del lobo, ¿alguien se puede imaginar lo que representaría la caída de toda América Latina en ese mecanismo de apertura económica con los Estados Unidos? Evidentemente no todos los países de Latinoamérica tienen la oligarquía financiera que tiene México. La cuestión es que Estados Unidos se ha creído con el suficiente poder económico para poder dominar, vía mecanismo balanza de pagos, a todos los países latinoamericanos, sin embargo México ya les costó algo así como 50 mil millones de dólares, y si eso les costó México, ¿cuánto les va costar toda América Latina? El choque de civilizaciones Estados Unidos y Canadá intentan absorber a México en la zona de libre comercio norteamericana, en un proceso cuyo éxito a largo plazo depende en gran medida de la capacidad de México para redefinirse culturalmente, pasando de ser un país latinoamericano a uno norteamericano. En México, como en Rusia, la revolución supuso la incorporación y adaptación de elementos de la cultura occidental, lo cual generó un nuevo nacionalismo opuesto al capitalismo y la democracia de Occidente, [...] México intentó definirse en oposición a los Estados Unidos. De los años treinta a los ochenta, los líderes de México siguieron políticas exteriores y económicas contrarias a los intereses estadounidenses. En los años ochenta esto cambió. El presidente Miguel de la Madrid adoptó nuevas medidas que su sucesor Carlos Salinas amplió hasta dar lugar a una redefinición en gran escala de los objetivos, prácticas e identidad mexicanos: el esfuerzo más radical por cambiar desde la Revolución de 1910. Salinas promovió el liberalismo económico, uno de los dos temas dominantes en el Occidente de su tiempo (el otro, la democracia política, no lo adoptó). [ ... ] estas opiniones eran ampliamente compartidas por las elites políticas y económicas, muchos de cuyos miembros, como Salinas y de la Madrid, habían sido educados en los Estados Unidos. Salinas redujo espectacularmente la inflación, privatizó gran número de empresas públicas, fomentó la inversión extranjera, redujo los aranceles y las subvenciones, reestructuró la deuda exterior, atacó el poder de los sindica tos de trabajadores, incrementó la productividad e introdujo a México en el Acuerdo de Libre Comercio Norteamericano (NAFTA) con los Estados Unidos y Canadá. [ ... ] Salinas se proponía cambiar a México, país latinoamericano, en un país norteamericano. Esta no era una elección inevitable para México. Cabía que las elites mexicanas se hubieran mantenido en la senda nacionalista y proteccionista anti EE.UU. del Tercer Mundo, senda que sus predecesores habían seguido durante la mayor parte del siglo. Alternativamente, como proponían con ahínco algunos mexicanos, podrían haber intentado con España, Portugal y los países sudamericanos una asociación ibérica de naciones. Tomado de Samuel P. Huntington El Choque de Civilizaciones.1997 5. EL NUEVO ORDEN ECONOMICO INTERNACIONAL El concepto de Nuevo Orden Internacional nace ligado a la llamada "globalización", y ésta se identifica con los cambios en el mundo surgidos a partir de la liberalización de las economías, incluyendo tanto a las del extinto campo socialista como a las economías fuertemente cerradas. Se suponen unas ciertas condiciones de libre circulación de capitales, de mercancías y de personas que en la realidad no son tales. Se producen en ciertas economías y en otras no. De la misma manera, el crecimiento del comercio a nivel mundial no se ha incrementado con la llamada "globalización". Así las cosas tenemos que: "El comercio mundial desaceleró su tasa de crecimiento de forma más pronunciada de lo esperado en 1996. El intercambio de bienes y servicios aumentó un 4% el año pasado, menos de la mitad del 8,2% que creció en 1995, según el informe anual de la Organización Mundial del Comercio (OMC)". 8 En el cuadro 21 podemos observar cómo a pesar de que en el periodo 90-94 se da una relación mayor entre la tasa media anual de crecimiento del comercio internacional y la tasa media anual de crecimiento del Producto mundial, es en el periodo 1950-73 en el que se ha registrado el mayor crecimiento: Cuadro 21 Tasa media anual de crecimiento del PIB internacional (B ) % 1853-72 1872-99 1899-913 A 3.7 3.3 3.6 3.1 4.1 B 4.3 1913-50 (A) Y del comerc~ o 1950-73 1973-90 1990-94 1.9 5.3 2.3 1 0.5 9.4 3.4 4.9 1. 1.16 0.94 1.14 0.26 1. 77 4.9 48 Fuente: Giussani Paolo, Data on International Trade, FDI and TNC. 1997. AIB Lo que ha aumentado vertiginosamente en las últimas décadas es la volatilidad de las inversiones. La internacionalización se ha debido ante todo a los flujos masivos de las inversiones de corto plazo de tipo especulativo, de allí que la idea de globalización sea la de movilidad instantánea de capitales. Tras la fachada de la "globalización" se esconde únicamente un movimiento de los capitales más poderosos del planeta en el sentido que a través de su movimiento natural de expansión logran penetrar en áreas económicas en las que se instalan y logran hacer uso de los recursos naturales y de la fuerza de trabajo de las zonas que caen bajo su hegemonía. A esta acción Lenin le llamó exportación de capitales y lucha por las áreas económicas en su obra El Imperialismo, fase superior y última del capitalismo, sin embargo a esta operación del gran capital financiero se le ha rebautizado con otro nombre, sin duda alguna, como dijera James Petras9, para ocultar las relaciones de clase a que hace referencia el concepto de imperialismo. Para Chomsky: "Una consecuencia de la globalización de la economía es la emergencia de nuevas instituciones de gobierno para servir a los intereses del poder económico transnacional. Otra es 8 Luis Vázquez: "El comercio Mundial creció el año pasado menos de la mitad que en 1995", diario, El País, 11 de abril de 1977. 9 Conferencia "Las paradojas del neoliberalismo". Dictada en e] Circulo de Bellas Artes de Madrid. 18 de marzo de 1997. la extensión del modelo tercermundista de la sociedad a los dos tercios del mundo industrial. Los Estados Unidos están tomando la delantera, otra consecuencia del extraordinario poder y conciencia de clase del sector empresarial, que ha sido capaz de resistir el contrato social que logró la lucha popular. Cada vez más la producción se desvía hacia zonas de bajos salarios, y se dirige a los sectores privilegiados de la economía global. Así sucede que grandes segmentos de la población no son útiles para la producción, ni quizá siquiera como mercado, a diferencia de la época en la que Henry Ford se dio cuenta de que no podía vender coches a menos que sus trabajadores tuvieran un salario decente en una economía de carácter más nacional". (Chomsky 1996b: 231-32) De Grauwe (1994) tiene un estudio en el que demuestra que las diferencias de riqueza entre dos naciones que se integran, que forman una unión monetaria, hacen que el grueso de la industria se localice en la nación más desarrollada; si se trata de una "zona monetaria óptima " esto es compensado por la migración, por la libre circulación de personas...; si no, pues resulta que los países más atrasados perderán capacidad de respuesta ante los choques asimétricos de demanda. Está claro que en el caso del proceso de integración de México y Estados Unidos no se trata de ninguna "zona monetaria óptima", por tanto esa escapatoria simplemente no existe y seguramente no existirá en el futuro por cuestiones de racismo, argumentos como la pureza de la cultura estadounidense, etc. Analizando los mecanismos tradicionales para compensar los desequilibrios de la Cuenta Corriente el país con déficit tiene dos opciones, devaluar o reducir el precio relativo de sus productos aumentando la productividad, opciones ambas muy problemáticas. México ha recurrido siempre a la primera, pero están claros sus límites. Lo fundamental es la capacidad y desarrollo de las fuerzas productivas. Otro mito de la "globalización" es la homogeneización en la distribución de los capitales, la supuesta incorporación de todas las áreas al desarrollo, la idea de la simetría. Pero los efectos han sido por un lado, como dice Chomsky, tercermundizar un área mayor del planeta, a través de la reducción de los salarios y del welfare o estado del bienestar. En la mayoría de los países la ganancia en la renta nacional se produce solamente por la caída de los 10" ... una unión monetaria entre dos o más países será óptima si SE satisface una de las dos condiciones siguientes: a) existe suficiente flexibilidad en los salarios, b) existe suficiente flexibilidad en el factor trabajo". (Degrauwe 1994:21) salarios en relación a la productividad. Los indicadores para México, Estados Unidos y Canadá, por ejemplo, señalan un aumento de la productividad de la mano de obra en la industria manufacturera del 35%, 19% Y 24% respectivamente de 1990 a 1995, mientras que el costo de la mano de obra disminuyó 17% en México, 4% en Estados Unidos y 22% en Canadá, en el mismo período. (Ver Anexo: Cuadro y Gráficas) Por otro lado, muchas naciones del mundo, vgr. las africanas, han quedado fuera de este proceso. Puede ser más "eficiente" el mercado de capitales pero volvemos a lo de siempre, se relocalizan los recursos en el sentido en el que apunta la "eficiencia", que no es lo mismo que "bajos salarios", esto es, se da una concentración de medios productivos por un lado, y una desolación de los mismos, por otro. Un país, una región, un sector, tendrá concentradas todas las riquezas, mientras que otro país, región o sector se verá privado de ellas. Esto ya se contemplaba en la Unión Europea, y justamente por eso existen los llamados fondos estructurales y de cohesión, que en general se orientan a compensar las grandes desigualdades que se dan entre las distintas economías que se integran. Con la agravante, en el caso de la integración de Norteamérica, de que las desigualdades son relativamente mayores, y a pesar de ello no se prevén mecanismos mínimamente compensatorios. Otra cuestión que es digna de llamar la atención es que el mecanismo financiero permite el control de la economía; la banca, las finanzas y la bolsa permiten determinar hacia dónde van los recursos, con qué condiciones se manejan, y lo que es más importante, con todas estas funciones la banca se va haciendo poco a poco de la propiedad de absolutamente todos los medios decisivos de la producción, y bueno, sólo falta agregar que quien se hace del mecanismo financiero son precisamente los gigantescos bancos del vecino país del norte. De hecho son las grandes compañías transnacionales las que gobiernan el movimiento de los flujos de capital y a los estados les está reservado un papel de espectadores, o colaboradores. En estas condiciones los flujos de capital se dan en función de los costes de producción y la rentabilidad. La armonización fiscal sólo puede impedir que por el propio mecanismo financiero se produzcan relocalizaciones, pero no puede impedir que por predilección del capital se produzcan esas relocalizaciones, esto es , que si en un determinado país las ganancias son de tal magnitud que hacen costeable la inversión en él, nada ni nadie va a hacer posible que cambie de opinión y se ubique en otro lado. La armonización lo que va a impedir es que existan diferencias en la aplicación de la legislación fiscal que provoquen las distorsiones¡ sin embargo es una forma importante de evitar que los capitales se movilicen en función de ventajas adquiridas por la legislación fiscal: "Ahora bien, los incentivos a la movilidad de capitales están muy condicionados por el tipo de políticas económicas que siguen los países. En este sentido, si no se alcanza una importante coordinación y armonización de las políticas, los desplazamientos de capital encontrarán más razones de movilidad por las distorsiones de los mercados que por la eficiencia de este sector económico." (Vilaseca 1994:50) Cuando se dice eficiencia se quiere decir ganancias, lo cual sólo trae un equívoco, ¿no es acaso la eficiencia del sector financiero la fuente de las ganancias que incesantemente busca el capitalista? Pero la ganancia sólo se crea en el proceso directo de producción. Los capitales se mueven de acuerdo a las ganancias, a los menores costes de producción, a la tecnología, etc., etc. Esto quiere decir que las industrias emigrarán hacia los sectores en los cuales la tasa de ganancia sea mayor, esto en términos de Marx, y hacia las ubicaciones geográficas que mayores tasas de ganancia les garanticen. Entonces en una Unión Aduanera se aprovecharán para desplazarse en los países tecnológicamente desarrollados, en los que se opere con economías de escala, con tecnología de punta, etc., y aquellos países que tengan materias primas baratas y mano de obra barata, se "beneficiarán" de la emigración de las industrias más obsoletas o más intensivas en trabajo, las que no tienen condiciones para sobrevivir en economías en donde la mano de obra y las materias primas son más caras. En función de estas causas se dará la relocalización de las industrias. Y por supuesto que si nos encontramos en un mundo en el que no existen controles para la libre movilidad de capitales, esto será una economía casino, una economía en la que los capitales emigrarán hacia las áreas que más ganancias ofrezcan sin ningún tipo de dificultad, sin siquiera respetar normas mínimas de explotación de la fuerza de trabajo o de pago de impuestos y cumplimiento de obligaciones fiscales o de medio ambiente. Esto es justamente en lo que consiste la llamada "economía global". Y de hecho los principales movimientos de capital, de Inversión Extranjera Directa, se han dado en el seno de la propia OCDE, no hacia afuera, a pesar de que fuera están los países que tienen menores salarios, y esta tendencia se ha acentuado en la última década. Por ejemplo, Japón, Alemania y Estados Unidos hacían en 1984 el 55%, 82% y 77%, respectivamente, de su inversión directa en los países de la OCDE, y en 1994 el 73%, 85% Y 68%, respectivamente. Francia el 88% y Reino Unido el 66% en 1984, y en 1994 el 90% y el 85% respectivamente. (Giussani, op. ci t.) Theotonio Dos Santos plantea que la tendencia es a la internacionalización de la economía, que la anterior base nacional es cada vez más un simple referente y que lo que tiende a imponerse son las fuerzas supranacionales, los organismos financieros, las organizaciones del comercio, los bancos y las casas de bolsa. En este nuevo contexto son de una importancia primordial los flujos internacionales ya sea de mercancías, financieros y también de personas, y la fisonomía del mundo adquiere una nueva dimensión al influjo de estos nuevos fenómenos. Si la respuesta a la crisis del 29 fue la intervención del estado en la economía, la respuesta a la crisis de los años 80 fue la apertura del comercio internacional (lo que eufemísticamente se ha llamado la "globalización"), si bien es cierto que esta apertura se ha pregonado en menor o mayor medida desde hace mucho tiempo, concretamente a partir del año 1945 con la creación del GATT. El GATT fue suscrito por 23 países bajo el denominador común de hacer todo lo posible para lograr la reducción de aranceles y de reglas al comercio, para lograr la liberalización más completa. Pero no obstante estas intenciones "las durezas aduaneras unilaterales pronto se hicieron dureza general. "Fue entonces cuando paralelamente surgieron las sutilezas proteccionistas en la gama variadísima de tarifas arancelarias y otros mecanismos (tasas sanitarias, compras del Estado, subvenciones, medidas anti-dumping, etc.), que con las ya abundantes excepciones a las reglas generales del GATT convirtieron las interrelaciones comerciales en escabrosos torneos de presión. Una situación de tenso reajuste que hasta 1960 no permitiría comenzar a creer seriamente en la supervivencia del GATT, amenazada por todo un cúmulo de problemas en sus países miembros (de fiscalidad, de balanza de pagos, de crecimiento o retracción, etc.) que de manera directa repercutían negativamente en el mercado mundial, en momentos en que éste incrementaba visiblemente sus magnitudes". (Grien 1994:38) Esta es verdaderamente la inconsecuencia de las inconsecuencias, o para decirlo más claramente ésta es una actitud muy maquiavélica por parte de las economías más desarrolladas, concretamente de los Estados Unidos, país que sin duda de ninguna especie es el más grande impulsor de la liberalización de las economías a nivel mundial, pero el que más dificultades pone al llamado libre comercio a través de reglamentaciones, cuotas, requisitos sanitarios, etc., (o bloqueos económicos). Entonces tenemos que se es librecambista de fronteras para afuera, mientras que hacia el interior se es terriblemente proteccionista. Ya lo dijo Chomsky en el discurso que pronunció en 1993. El peso de los países subdesarrollados en el comercio internacional ha disminuido, por supuesto que aquí entra muy destacadamente América Latina, y ha disminuido porque el valor de los productos con los cuales comercia ha tenido la tendencia a transferirse hacia las economías más desarrolladas, es decir, la transferencia de valor ha hecho a las mercancías de los países subdesarrollados ocupar un lugar en términos de valor sumamente reducido, y esto, que analizamos en los capítulos 1 y 2, se ha convertido en una forma de perpetuarse como productores de materias primas o bienes poco elaborados, dentro de la división internacional del trabajo. Tenemos un fenómeno de transferencia de valor porque los productos elaborados en los países subdesarrollados emplean más trabajo que el socialmente necesario, y una perpetuación de esa situación a causa del lugar que estos países ocupan dentro de la división internacional del trabajo: "las exportaciones efectuadas por las regiones desarrolladas entre sí (incluyendo con Europa a los Estados Unidos, Canadá, Japón y Australia) significaron en 1948, 64.3% de las exportaciones totales de ese conjunto de países, y en 1960 representaron 69.2%; porcentajes que para las regiones subdesarrolladas (Africa, América Latina, Medio Oriente y Asia) fueron 29.1% en 1948 y 21.2 en 1960, también del total de lo que esos países exportaron; con particularidades elocuentes, como la de América Latina, en donde aquellos registros señalaron 9.2 y 8.6%, respectivamente, en los citados años." (Grien 1994:38-39) En el Cuadro 22 podemos ver esta tendencia a la menor participación de los países subdesarrollados (exportaciones). Su participación en las exportaciones mundiales baja del 33 por ciento en 1950 al 27% en 1993. Su punto más bajo se da en 1970, y a partir de allí se observa que su mayor participación se da a costa de los países de Europa del Este, mientras la cuota de los países más desarrollados aumenta. Cuadro 22 Participación en las exportaciones mundiales (19501994) 1950 1955 1960 1965 1970 1975 1980 1985 100 100 100 100 100 100 100 Mundo 100 OCDE 60.7 63.6 65.9 67.9 71.5 66.2 63.6 66.1 Europa 32.9 36.8 39.3 41. 2 43.3 40.8 39.7 38.7 N. América 21. O 20.2 19.6 18.6 18.8 16.2 14.5 15.8 1.4 2.2 3.3 4.7 6.4 6.5 6.7 9.4 33.0 28.2 23.9 21. 4 18.9 25.2 29.0 25.2 6.4 8.2 10.2 10.5 9.6 8.7 7.4 8.6 1985 1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 100 100 100 100 100 100 100 100 Jap6n P. Subdes. Este Europa Mundo OCDE 66.1 70.4 65.6 62.0 70.8 72.3 69.8 72.2 Europa 38.7 43.3 43.0 45.8 45.2 45.1 41.2 43.9 N. América 15.8 15.3 15.8 15.0 15.6 15.7 16.4 16.6 9.4 9.5 9.3 8.6 9.3 9.5 10.2 9.7 P. Subdes. 25.2 22.3 23.5 23.6 24.8 25.2 27.4 nd Este Europa 8.6 7.3 6.2 4.9 3.1 2.5 2.7 Jap6n 2.8 Fuente: Giussani Paolo, Data on International Trade, FDI and TNC. 1997. Las causas del subdesarrollo están en la integración de la economía mundial. Y es verdad que parece una explicación un poco deslucida a la luz de los planteamientos más "formales" de la teoría económica, es decir, de la tendencia a la matematización, sin embargo aquí estamos hablando de términos históricos y de dialéctica, no de paradigmas neoliberales, ... Inclusive en donde parece aceptarse la explicación de la teoría del subdesarrollo, no se le da vigencia más allá de cierto periodo perfectamente determinado, digamos hasta antes de la crisis de los años 80. Sin embargo, este planteamiento que tiene sus orígenes, si mal no recuerdo, en Hobsbawm, y que luego sería rescatado por la CEPAL, ha demostrado tener una pertinencia muy sólida a la hora de explicar el problema del subdesarrollo, problema que por cierto Marx no alcanzó a contemplar y que por tanto no explica en su argumentación teórica. Marx habla en el prólogo de El Capital de que los países menos desarrollados tienen en los desarrollados el espejo de su propio porvenir, pero se entiende que el fenómeno del subdesarrollo aún no había madurado le suficiente. Pero ahora las cosas tienen otro talante. LE cuota de América Latina dentro del comercio mundial es come sigue: "La participación de las exportaciones de América Latina en el comercio mundial fue de 7% en 1938, de 11% en 1948, de 7% en 1960 y de 5% en 1970". Sin incluir a lo~ países latinoamericanos miembros de la OPEP (Venezuela y Ecuador) la participación en las exportaciones mundiales fue del 3,5% en 1978; 2,7% en 1988 y 2,5% en 1994. Y sus importaciones representaron el 4, 6%, 2,5% Y 3% del total mundial en esos mismos años. Esta situación, contrasta con la de los países asiáticos, que (sin incluir a los pertenecientes a la OPEP) han incrementado su participación en las exportaciones mundiales de un 8% en 1978, a 13,4% en 1988 y 17,7% en 1994; y en las importaciones del 8,6%, al 12,9% y 19,1% en esos mismos años, ver cuadro 23. Cuadro 23 Participación de los países latinoamericanos y de los asiáticos en el comercio mundial 1/ Porcentajes, valor total de las mercancías 1978 1979 1980 1981 1982 1983 1984 3.5 3.5 3.5 3.5 3.3 3.5 3.5 8.0 8.1 8.3 9.2 9.7 1987 1988 1989 1990 1991 1992 1993 2.5 2.7 2.7 2.5 2.4 2.4 2.5 Asia 12.7 13.4 13.6 13.1 14.3 14.8 16.5 17.7 17.9 Importaciones 1978 1979 1980 1981 1982 1983 1984 1985 1986 4.6 4.7 5.0 5.2 4.6 4.0 3.5 8.6 8.9 9.3 10.2 10.4 11. 3 11. 4 11. 9 11.1 1987 1988 1989 1990 1991 1992 1993 2.8 2.5 2.5 2.5 2.6 2.8 3.0 11. 6 12.9 13.5 13.2 14.7 15.7 18.2 Exportaciones América Latina Asia América América Latina Latina Asia América Asia Latina 1985 1986 3.2 2.7 10.7 11. 5 11. 3 11. 5 1994 1995 2.5 3.0 2.4 2.9 1994 1995 3.0 3.1 19.1 19.3 No incluye a los países miembros de la OPEP. 1995 estlmado. Fuente: OCDE Economic outlook, No.58, diciembre de 1995. Si el lugar de América Latina en el comercio internacional es como productor de materias primas de una manera preferente, es lógico que en la estructura del comercio internacional tienda a ocupar un lugar cada vez menor. Sólo si se diera un proceso de industrialización se tendería a ganar cuotas de comercio cada vez mayores, como es el caso de los nuevos países industriales asiáticos. Y es que los productos no o poco elaborados, los productos alimenticios y las materias primas, tienden a ocupar un peso relativo cada vez menor: "La caída relativa de los productos primarios en el comercio se explica por la menor elasticidad-ingreso de su demanda y por la intensidad de un cambio tecnológico ahorrador de materias primas, de energía y de recursos naturales por unidad producida. "En lo referente a los productos alimenticios, surge un elemento adicional: las políticas proteccionistas de las economías industrializadas. De acuerdo a estimaciones de la OECD para 1987, el costo de la protección agrícola en esas economías ascendió a US$ 286 mil millones, esto es, una cifra que supera en 13% al valor del comercio en productos alimenticios en ese mismo año. "El impacto inmediato de estas políticas es desplazar a otros exportadores agrícolas de tales mercados. Sin embargo, en la medida que persiste el subsidio a la producción y a las exportaciones agrícolas, el efecto mediato es desplazar también a los países en desarrollo de los mercados mundiales. Ello es válido en el caso de la carne, del azúcar, trigo y aceites vegetales, donde el subsidio a las exportaciones de la OECD ha afectado las exportaciones de países en desarrollo, especialmente a terceros países (UNCTAD 1989:20). "Lo anterior se viene reflejando en un creciente peso relativo de los países desarrollados en la oferta mundial de exportaciones agrícolas, tanto en productos alimenticios como en materias primas. Convergen aquí dos fenómenos: por un lado, los productos agrícolas pierden importancia relativa en el comercio mundial y, por otro, los países desarrollados se hacen más fuertes en tales exportaciones, como resultado de la política de protección y de la aplicación tecnológica que les permite ganancias de productividad y exportación de excedentes. La conjunción de tales fenómenos refuerza el argumento que alerta contra la especialización comercial de los países en desarrollo en un segmento poco dinámico y cada vez más restringido del comercio internacional." (Rosales 1990a:27-28) Si los países subdesarrollados se especializan en la producción de mercancías con un bajo nivel de elaboración, es lógico que todos los requerimientos de productos manufacturados que normalmente son los que más valor agregado (tienen y que por lo tanto resultan más costosos, tengan que ser adquiridos con las escasas divisas obtenidas por la venta de alimentos y materias primas, es por eso que es muy importante que la balanza comercial de estos países no sufra la presión de tener que vender grandes cantidades de productos poco elaborados a cambio de relativamente pocas divisas que luego se esfumarán como pagos de los productos más sofisticados que va a necesitar el país en cuestión: "Una mirada de mediano plazo a los saldos comerciales de la balanza de pagos permite apreciar un déficit del sector manufacturero financiado con el superávit generado por las exportaciones primarias." (Rosales 1990b:712) Y es que es muy claro que el comercio internacional es crecientemente dominado por manufacturas con un grado de elaboración y de aplicación de ciencia y tecnológica muy grande, y esta es una tendencia que se viene imponiendo desde el momento mismo en que se integra la economía mundial, esto es, desde el último tercio del siglo XIX. Aunque los países latinoamericanos han diversificado sus exportaciones y una parte muy importante la constituyen las manufacturas éstas son siempre las de relativamente menor contenido tecnológico. "Las condiciones de la economía internacional (pérdida de la importancia relativa de los productos primarios y declinación de sus precios), así corno las políticas de proteccionismo y la exportación subsidiada de excedentes en los países industrializados, han propiciado una fuerte reducción en el superávit del comercio de los productos primarios de América Latina. Del mismo modo, en el promedio regional, la industria manufacturera empieza a revertir su situación de demandante neto de divisas, como consecuencia del paulatino proceso de apertura comercial y de los avances en las exportaciones de esa clase de bienes." (Rosales 1990b:712) En este contexto tenemos un intento de los países desarrollados para no transferir alta tecnología a los menos desarrollados, la razón es más que obvia, así se les condena a depender de la tecnología extranjera y de las condiciones en que se les transfieran las escasas porciones de tecnología. Para Rosales (1990b) la competitividad depende sustancialmente de: 1. Capacidad de generar saldos comerciales en relación con el exterior; 2. Capacidad de un país para equilibrar el comercio y lograr rendimientos que mejoren el nivel de vida de la población. La forma de inserción de América Latina en el comercio internacional ha determinado que sus productos sean poco competitivos. Se plantea entonces la necesidad de una reinserción con base en un fomento técnico-industrial promovido por las políticas de estado. Es muy aleccionador en este sentido el fenómeno de las economías asiáticas, que hemos visto en el capítulo 3. Desde un punto de vista estructural esta inserción sería el factor más importante para determinar las causas, ya no sólo de la pérdida de posición relativa de la competitividad latinoamericana, sino del mismo subdesarrollo. Y siendo consecuentes con esta afirmación sería necesario buscar la forma de una nueva reinserción dentro del comercio internacional, de alterar el lugar que le está reservado a América Latina en la división internacional del trabajo, pero esto no es posible adaptándose a las necesidades de las economías centrales, sino adaptándose a las necesidades de las propias economías subdesarrolladas, esto es, promoviendo un tipo de producción de mercancías de alta tecnología con base en un gran desarrollo técnico-industrial. Pero para esto se necesita una fuerte inversión en I+D, el establecimiento de las condiciones que hagan posible la generación de innovaciones tecnológicas que en su aplicación permitan la generación de nuevos productos; se necesita fomentar infraestructuras, nuevas fábricas, modernización de las ya existentes, estímulos fiscales, promoción de inversiones, etc., etc.; una política de protección de las industrias más vulnerables, en resumen, se necesita una auténtica revolución industrial a la manera como lo menciona Sanford Mosk refiriéndose al proceso de industrialización que tuvo lugar en México después de la Segunda Guerra Mundial. Y si bien es cierto que esa revolución industrial fue posible gracias a la intervención del estado, ahora esto no es suficiente, para que tengan éxito algunas de las apuestas de más envergadura es necesario acudir a la palanca del desarrollo que puede significar la integración, esa es, en definitiva, la única forma de que América Latina se inserte de una nueva manera en la economía internacional. La integración constituye una ruta de acceso para poder generar alta tecnología, sin embargo es muy importante plantear correctamente con quién se integra una economía y en qué condiciones. El <espíritu de Miami > recorre América Latina Los recientes acuerdos adoptados por los Estado Unidos dentro del Tratado de Libre Comercio (TLC) entre este país, Canadá y México, al que se incorporará Chile en diciembre próximo, los acuerdos preferenciales de esta zona de libre comercio con el MERCOSUR (Argentina, Brasil,