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ISSN 0009-7411 CIRUGÍA Y CIRUJANOS Contenido Órgano de Difusión Científica de la Academia Mexicana de Cirugía CIRUGÍA Y CIRUJANOS FUNDADA EN 1933 Editorial 177 Tiempo y dosis en terapia de reemplazo renal Federico Nalesso, Anna Giuliani, Flavio Basso, Alessandra Brendolan, Claudio Ronco Artículos originales 181 Programa preventivo para el delirio posoperatorio en ancianos Jesús Ocádiz-Carrasco, Ruth Alicia Gutiérrez-Padilla, Frida Páramo-Rivas, Alejandro TovarSerrano, José Luis Hernández-Ortega 187 Terapia infusional: una alternativa en dolor de hombro post-laparoscopia Cielo Alborada Ureña-Frausto, Ricardo Plancarte-Sánchez, Juan Ignacio Reyes-Torres, José Manuel Ramírez-Aranda 196 Suprarrenalectomia laparoscópica: la mejor opción de tratamiento quirúrgico Maria Maestre-Maderuelo, Marife Candel-Arenas, Emilio Terol-Garaulet, Francisco Miguel Gonzalez-Valverde, Antonio Albarracin Marín-Blazquez 202 Mortalidad materna en el Hospital General Dr. Aurelio Valdivieso. Estudio de 10 años e identificación de acciones de mejora Marcelo Fidias Noguera-Sánchez, Susana Arenas-Gómez, Cesar Esli Rabadán-Martínez, Pedro Antonio-Sánchez 207 Prótesis total de rodilla y cadera: variables asociadas al costo Carmen Herrera-Espiñeira, Antonio Escobar, José Luis Navarro-Espigares, Juan de Dios Luna-del Castillo, Lidia García-Pérez, Claudio Gómez-Zubeldia 214 Consumo alimentario, estado nutricio y nivel de actividad física entre adultos mayores con y sin estreñimiento crónico. Estudio comparativo Elisa Joan Vargas-García, Enrique Vargas-Salado Vol. 81, No. 3, MAYO-JUNIO 2013 Casos clínicos 221 Reimplante facial utilizando la arteria labial para revascularización. Reporte de un caso Miguel de la Parra-Márquez, Sergio Mondragón-González, Jaime López-Palazuelos, Norberto Naal-Mendoza, Jesús María Rangel-Flores 225 Carcinoma mamario bilateral sincrónico en un varón José Antonio García-Mejido, Carmen Delgado-Jiménez, Laura Gutiérrez-Palomino, Miguel Sánchez-Sevilla, Eva Iglesias-Bravo, Virginia Caballero-Fernández 228 Fibromatosis mamaria en el varón. A propósito de un caso Virginia Muñoz-Atienza, María del Carmen Manzanares-Campillo, Susana Sánchez-García, Ricardo Pardo-García, Jesús Martín-Fernández 232 Síndrome de Mirizzi. Experiencia del Hospital Español de Veracruz Federico Roesch-Dietlen, Alfonso Gerardo Pérez-Morales, Silvia Martínez-Fernández, José María Remes-Troche, Victoria Alejandra Jiménez-García, Graciela Romero-Sierra 237 Abdomen agudo causado por enteritis eosinofílica: a propósito de 6 observaciones Fernando Martínez-Ubieto, Alvaro Bueno-Delgado, Teresa Jiménez-Bernadó, María Pilar SanteroRamírez, Dolores Arribas-del Amo, Javier Martínez-Ubieto 242 Síndrome de Trousseau y cáncer de recto. Informe de un caso Ernesto Sierra-Montenegro, Gastón Sierra-Luzuriaga, Daniel Calle-Loffredo, Miguel RodríguezQuinde Información General 246 Atención en emergencias y desastres en las Unidades de Terapia Intensiva del Instituto Mexicano del Seguro Social. Triage y Evacuación Santiago Echevarría-Zuno, Felipe Cruz-Vega, Sandra Elizondo-Argueta, Everardo Martínez-Valdés, Rubén Franco-Bey, Luis Miguel Méndez-Sánchez 256 Diagnósticos de museo Jaime Lozano-Alcázar 262 Carta al editor Volumen 81, No. 3, mayo-junio 2013 Versiones en inglés y español: www.amc.org.mx Index Medicus: www.ncbi.nlm.mih.gov CIRUGÍA Y CIRUJANOS ISSN 0009-7411 Contenido Editorial 177 Tiempo y dosis en terapia de reemplazo renal Federico Nalesso, Anna Giuliani, Flavio Basso, Alessandra Brendolan, Claudio Ronco Artículos originales Órgano de Difusión Científica de la Academia Mexicana de Cirugía FUNDADA EN 1933 CUERPO EDITORIAL EDITOR Acad. Dr. Alejandro Reyes Fuentes EDITORES ASOCIADOS Acad. Dr. Emilio García Procel Acad. Dr. Raúl Carrillo Esper Acad. Dr. Alejandro Treviño Becerra MPH Sharon Morey CONSEJO EDITORIAL Coordinador Acad. Dr. Jesús Tapia Jurado Acad. Dr. Francisco Javier Ochoa Carrillo Acad. Dr. José Antonio Carrasco Rojas Acad. Dr. Fernando Bernal Sahagún COMITÉ EDITORIAL Acad. Dr. Joaquín S. Aldrete (EUA) Acad. Dr. Carlos Baeza Herrera Dr. Jacques Baulieux (Francia) Acad. Dr. José de Jesús Curiel Valdés Acad. Dr. Antonio De la Torre Bravo Dr. Tom DeMeester (EUA) Dr. Brent Eastaman (EUA) Acad. Dr. Francisco Hernández Orozco Acad. Dr. Jorge Islas Marroquín Acad. Dr. Luis Ize Lamache Acad. Dr. Francisco Navarro Reynoso Dr. André Laurent Parodi (Francia) Dr. Sami René Achem (EUA) Acad. Dr. José Felix Patiño Restrepo (Colombia) Dr. Marco Antonio Peñalonzo Bendifelt (Guatemala) Dr. Raúl Romero Torres (Perú) Acad. Dr. Luis Horacio Toledo Pereyra (EUA) CORRECTORA DE ESTILO EN INGLÉS Dra. Gloria Loera Romo ASISTENTE EDITORIAL M. en C. Gloria Esther Mercado Sánchez 181 Programa preventivo del delirio posoperatorio en ancianos Jesús Ocádiz-Carrasco, Ruth Alicia Gutiérrez-Padilla, Frida Páramo-Rivas, Alejandro TovarSerrano, José Luis Hernández-Ortega 187 Terapia infusional: una alternativa en dolor de hombro post-laparoscopia Cielo Alborada Ureña-Frausto, Ricardo Plancarte-Sánchez, Juan Ignacio Reyes-Torres, José Manuel Ramírez-Aranda 196 Suprarrenalectomia laparoscópica: la mejor opción de tratamiento quirúrgico Maria Maestre-Maderuelo, Marife Candel-Arenas, Emilio Terol-Garaulet, Francisco Miguel Gonzalez-Valverde, Antonio Albarracín Marín-Blazquez 202 Mortalidad materna en el Hospital General Dr. Aurelio Valdivieso. Estudio de 10 años e identificación de acciones de mejora Marcelo Fidias Noguera-Sánchez, Susana Arenas-Gómez, Cesar Esli Rabadán-Martínez, Pedro Antonio-Sánchez 207 Prótesis total de rodilla y cadera: variables asociadas al costo Carmen Herrera-Espiñeira, Antonio Escobar, José Luis Navarro-Espigares, Juan de Dios Lunadel Castillo, Lidia García-Pérez, Amparo Godoy-Montijano 214 Consumo alimentario, estado nutricio y nivel de actividad física entre adultos mayores con y sin estreñimiento crónico. Estudio comparativo Elisa Joan Vargas-García, Enrique Vargas-Salado Casos clínicos 221 Reimplante facial con arteria labial para revascularización. Reporte de un caso Miguel de la Parra-Márquez, Sergio Mondragón-González, Jaime López-Palazuelos, Norberto Naal-Mendoza, Jesús María Rangel-Flores 225 Carcinoma mamario bilateral sincrónico en un varón José Antonio García-Mejido, Carmen Delgado-Jiménez, Laura Gutiérrez-Palomino, Miguel Sánchez-Sevilla, Eva Iglesias-Bravo, Virginia Caballero-Fernández 228 Fibromatosis mamaria en el varón. A propósito de un caso Virginia Muñoz-Atienza, María del Carmen Manzanares-Campillo, Susana Sánchez-García, Ricardo Pardo-García, Jesús Martín-Fernández 232 Síndrome de Mirizzi. Experiencia del Hospital Español de Veracruz Federico Roesch-Dietlen, Alfonso Gerardo Pérez-Morales, Silvia Martínez-Fernández, José María Remes-Troche, Victoria Alejandra Jiménez-García, Graciela Romero-Sierra 237 Abdomen agudo causado por enteritis eosinofílica: a propósito de seis observaciones Fernando Martínez-Ubieto, Alvaro Bueno-Delgado, Teresa Jiménez-Bernadó, María Pilar SanteroRamírez, Dolores Arribas-del Amo, Javier Martínez-Ubieto 242 Síndrome de Trousseau y cáncer de recto. Informe de un caso Ernesto Sierra-Montenegro, Gastón Sierra-Luzuriaga, Daniel Calle-Loffredo, Miguel RodríguezQuinde Información general 246 Atención en emergencias y desastres en las unidades de terapia intensiva del Instituto Mexicano del Seguro Social: triage y evacuación Santiago Echevarría-Zuno, Felipe Cruz-Vega, Sandra Elizondo-Argueta, Everardo MartínezValdés, Rubén Franco-Bey, Luis Miguel Méndez-Sánchez 256 Diagnósticos de museo Jaime Lozano-Alcázar 262 Carta al editor CIRUGÍA Y CIRUJANOS se encuentra indizada en: Science Citation Index Expanded (SciSearch), Journal Citation Reports/Sciencie Edition; Anuario Bibliográfico de Investigación en Salud; Base de datos sobre Literatura Latinoamericana en Ciencias de la Salud (LiLaCS); Chemical Abstracs; Excerpta Médica; Index Medicus Latinoamericano (IMLA); Medline del Sistema MEDLARS (clave de acceso: Cir-Cir); Periódica-Índice de Revistas Latinoamericanas en Ciencias (CICH-CODE-UNAM), CENIDS-SSA; CD-ROM: Artemisa 11, Biblat. En INTERNET, indizada y compilada en versión completa en: www.amc.org.mx CIRUGÍA Y CIRUJANOS. Órgano de Difusión Científica de la Academia Mexicana de Cirugía,su publicación es bimestral. Toda correspondencia deberá dirigirse al Editor, Acad. Dr. Alejandro Reyes Fuentes, Academia Mexicana de Cirugía, Bloque B, Tercer piso, Unidad de Congresos, Centro Médico Nacional Siglo XXI, Av. Cuauhtémoc 330, Col. Doctores, 06725 México, D.F., teléfono (55) 5761 0574, 5761 2581 y 5761 0608 (directo) o a los apartados de la Academia 7994 y 12-1029. Correo electrónico:cirugiaycirujanos@prodigy.net.mx Derechos reservados para todos los países signatarios de la Convención Panamericana y de la Convención Internacional sobre Derechos de Autor. Copyright: Academia Mexicana de Cirugía. Se prohibe la reproducción parcial o total de los artículos contenidos en este número sin consentimiento por escrito del Editor. Las opiniones expresadas en los artículos son exclusivamente responsabilidad de los autores y no reflejan necesariamente las opiniones o recomendaciones de la Academia Mexicana de Cirugía o de los Editores. Reserva de título No. 04-2001-062914250500-102 de la Dirección General de Derechos de Autor. SEP. Certificado de Licitud de Título No. 8256 y Certificado de Licitud de Contenido No. 5823 de la Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas. SG. Publicación Periódica: Distribuida por SEPOMEX. Registros Postales PP09-1352. Formación (Elidé Morales R), comercialización (Georgina González T, Alejandra Nieto S) y distribución: Edición y Farmacia (Nieto Editores). Calle E, manzana 8, núm. 1, colonia Educación, C.P. 04400, México, D. F. Tel.: (55) 5678 2811. CIRUGÍA Y CIRUJANOS Contents Editorial 177 Timing and dose in renal replacement therapy Federico Nalesso, Anna Giuliani, Flavio Basso, Alessandra Brendolan, Claudio Ronco Órgano de Difusión Científica de la Academia Mexicana de Cirugía FUNDADA EN 1933 CUERPO DIRECTIVO 2013-2014 Presidente Acad. Dr. Alejandro Reyes Fuentes Vicepresidente Acad. Dr. Francisco P. Navarro Reynoso Secretario Acad. Dr. Felipe Cruz Vega Tesorero Acad. Dr. Alejandro Treviño Becerra Primer vocal Acad. Dr. Jesús Tapia Jurado Segundo vocal Acad. Dr. Rubén Argüero Sánchez Tercer vocal Acad. Dr. David González Barcena Cuarto vocal Acad. Dr. Héctor Gerardo Aguirre Gas Quinto vocal Acad. Dra. María del Carmen Dubón Peniche Comisión científica Coordinador Acad. Dr. Raúl Carrillo Esper Vocales Acad. Dr. Jesús Carlos Briones Garduño Acad. Dr. S. Francisco Campos Campos Acad. Dr. Guillermo Careaga Reyna Acad. Dr. Gerardo Guinto Balanzar Acad. Dr. Sergio Rodríguez Cuevas Coordinador del Programa de Actualización Médica Continua Acad. Dr. Eduardo Pérez Torres Editor de la Revista Cirugía y Cirujanos Acad. Dr. Alejandro Reyes Fuentes Editor de Clínicas Quirúrgicas Acad. Dr. César Athie Gutiérrez Editor Página Web Acad. Dr. Jaime Rivera Flores Presidentes de Capítulos Occidente Acad. Dr. Alejandro Bravo Cuellar Oriente Acad. Dr. Arturo Molina Sosa Centro Acad. Dr. Jorge Manuel Sánchez González Sur Acad. Dr. David Martínez Villaseñor Original articles 181 Preventive program for postoperative delirium in the elderly Jesús Ocádiz-Carrasco, Ruth Alicia Gutiérrez-Padilla, Frida Páramo-Rivas, Alejandro TovarSerrano, José Luis Hernández-Ortega 187 Infusional therapy: an alternative for shouder pain post-laparoscopy Cielo Alborada Ureña-Frausto, Ricardo Plancarte-Sánchez, Juan Ignacio Reyes-Torres, José Manuel Ramírez-Aranda 196 Laparoscopic adrenalectomy: the best surgical option Maria Maestre-Maderuelo, Marife Candel-Arenas, Emilio Terol-Garaulet, Francisco Miguel Gonzalez-Valverde, Antonio Albarracin Marín-Blazquez 202 Maternal mortality rate in the Aurelio Valdivieso General Hospital. A ten years follow up Marcelo Fidias Noguera-Sánchez, Susana Arenas-Gómez, Cesar Esli Rabadán-Martínez, Pedro Antonio-Sánchez 207 Total knee and hip prosthesis: variables associated with costs Carmen Herrera-Espiñeira, Antonio Escobar, José Luis Navarro-Espigares, Juan de Dios Lunadel Castillo, Lidia García-Pérez, Amparo Godoy-Montijano 214 Food intake, nutritional status and physical activity between elderly with and without chronic constipation. A comparative study Elisa Joan Vargas-García, Enrique Vargas-Salado Clinical cases 221 Face replantation using labial artery for revascularization. Case report Miguel de la Parra-Márquez, Sergio Mondragón-González, Jaime López-Palazuelos, Norberto Naal-Mendoza, Jesús María Rangel-Flores 225Synchronous bilateral breast cancer in a male José Antonio García-Mejido, Carmen Delgado-Jiménez, Laura Gutiérrez-Palomino, Miguel Sánchez-Sevilla, Eva Iglesias-Bravo, Virginia Caballero-Fernández 228 Fibromatosis breast in the male. About a case Virginia Muñoz-Atienza, María del Carmen Manzanares-Campillo, Susana Sánchez-García, Ricardo Pardo-García, Jesús Martín-Fernández 232 Mirizzi syndrome. Experience at Spanish Hospital of Veracruz Federico Roesch-Dietlen, Alfonso Gerardo Pérez-Morales, Silvia Martínez-Fernández, José María Remes-Troche, Victoria Alejandra Jiménez-García, Graciela Romero-Sierra 237 Acute abdomen caused by eosinophilic enteritis: on purpose of six observations Fernando Martínez-Ubieto, Alvaro Bueno-Delgado, Teresa Jiménez-Bernadó, María Pilar SanteroRamírez, Dolores Arribas-del Amo, Javier Martínez-Ubieto 242 Rectal cancer and Trousseau syndrome. Case Report Ernesto Sierra-Montenegro, Gastón Sierra-Luzuriaga, Daniel Calle-Loffredo, Miguel RodríguezQuinde General information 246 Emergency and disaster response in Critical Care Unit in the Mexican Social Security Institute: Triage and Evacuation Santiago Echevarría-Zuno, Felipe Cruz-Vega, Sandra Elizondo-Argueta, Everardo MartínezValdés, Rubén Franco-Bey, Luis Miguel Méndez-Sánchez 256 Museum´s diagnosis Jaime Lozano-Alcázar 262 Carta al editor Av. Cuauhtémoc No.330, Piso 3, Bloque B Unidad de Congresos del Centro Médico Nacional Siglo XXI Col. Doctores, C.P. 06720 México, D. F. Tel.: (55) 5588-0458, (55) 5761-2581, (55) 5761-0574 Conmutador IMSS: (55) 5627-6900 Exts. 21266, 21269 acameci@yahoo.com.mx; acameci@amc.org.mx Página Web: www.amc.org.mx Cir Cir 2013;81:177-180. Tiempo y dosis en terapia de reemplazo renal Federico Nalesso, Anna Giuliani, Flavio Basso, Alessandra Brendolan, Claudio Ronco Introducción Definición de lesión renal aguda Los síndromes clínicos conocidos como sepsis y choque séptico son causas frecuentes de morbilidad y mortalidad en unidades de terapia intensiva. La lesión renal aguda, de acuerdo con el criterio de RIFLE (Riesgo, Injuria (daño en español), Falla, Lesión, Etapa Final) y al de AKIN (Acute Kidney Injury Network), complica la sepsis y con ello aumenta la mortalidad, por lo que frecuentemente se requiere la implementación de métodos de purificación extracorporal y apoyo al paciente. Durante la sepsis, la lesión renal aguda es un factor de riesgo independiente para mortalidad al incrementar la complejidad de la enfermedad y el costo por el cuidado del paciente. La terapia de reemplazo renal, en su interpretación más amplia, se refiere a las técnicas capaces de recuperar y mantener la homeostasis de los órganos durante la lesión renal aguda en pacientes críticos. De acuerdo con este concepto, el reemplazo renal puede aplicarse a pacientes críticos; sin embargo, no hay un consenso general acerca del tiempo, dosis e indicaciones. Por lo tanto, el uso de estas técnicas se basa, principalmente, en la experiencia que tengan los médicos y en los recursos con los que se cuente. Durante los últimos años, el espectro clínico de la insuficiencia renal aguda ha sufrido cambios notables debido, principalmente, al concepto emergente de que la insuficiencia renal aguda es más que la enfermedad de un solo órgano, porque comúnmente es parte de la disfunción de varios. El daño renal agudo es la nomenclatura preferida utilizada para el espectro de la enfermedad renal, desde la elevación mínima de la creatinina sérica (sCr), hasta la insuficiencia renal que requiere terapia de reemplazo renal. Existen más de 200 definiciones de daño renal agudo, por ello se requiere una definición unificada, no sólo para estandarizar el diagnóstico y monitorear la evolución de la insuficiencia renal, sino también para uniformar la bibliografía científica. En el año 2004 un grupo de expertos intensivistas y nefrólogos propuso el consenso de la definición de insuficiencia renal aguda en etapa final (RIFLE) (Cuadro I)1 para daño renal agudo. RIFLE se diseñó para establecer la existencia de la enfermedad y diagnosticar su severidad. Posteriormente, la Acute Kidney Injury Network (AKIN) modificó esta definición (Cuadro II). En esta nueva clasificación, las categorías de riesgo, lesión e insuficiencia se reemplazaron por etapas 1, 2 y 3, y se eliminaron las clases de enfermedad renal en etapa final. Además, a la etapa 1 se adicionó un aumento absoluto en la creatinina de 0.3 mg/dL. A los pacientes que inician la terapia de reemplazo renal se les consideró directamente en etapa 3 (Cuadro II). Sin embargo, esta clasificación sólo disminuyó parcialmente las limitaciones de la anterior.1 Departamento de Nefrología, Diálisis y Transplante, Instituto Internacional de Investigación Renal, Hospital San Bortolo, Vicenza, Italia. Correspondencia: Dr. Claudio Ronco Il Dipartimento di Nefrologia Ospedale San Bartolo di Vicenza Viale Rodolfi, 37 Vicenza, Italy. Teléfono: 39 (04444) 753869. Correo electrónico: cronco@soldnet.nt Recibido: 24 de octubre 2012. Aceptado:16 de abril 2013. Indicaciones de la terapia de reemplazo renal durante el daño renal agudo La terapia de reemplazo está indicada cuando una condición clínica o bioquímica requiere que se corrija la lesión renal aguda. No existe una definición estándar para la lesión renal aguda que requiera terapia de reemplazo renal y la decisión de iniciarla debe basarse en el criterio del médico, su organización y en los recursos disponibles; así, la terapia de reemplazo renal no es única ni homogénea, y sus indica- Volumen 81, No. 3, Mayo-Junio 2013 177 Nalesso F y colaboradores ciones, tiempo y dosis de diálisis afectarán ampliamente su eficacia y seguridad. Tradicionalmente, la terapia de reemplazo renal se ha indicado para purificar sangre a partir de urea y otras toxinas urémicas junto con la regulación del volumen extracelular y de electrólitos.2 Esta simple indicación se ha aplicado a situaciones clínicas en las que el riñón es sólo un órgano relacionado y la terapia de reemplazo renal juega un papel importante en la restauración de la homeostasis. Las indicaciones tradicionales, como la anormalidad metabólica, acidosis, oligo-anuria y sobrecarga de volumen no son suficientes para proponer la terapia de reemplazo renal, se requiere una evaluación clínica integral del paciente. Una indicación es absoluta cuando la terapia de reemplazo renal es forzosa para tratar la situación, y relativa cuando la indicación depende de las condiciones concomitantes sin las cuales la terapia de reemplazo renal sólo se sugiere (Cuadro I). En la actualidad, sólo un pequeño número de indicaciones son absolutas, la mayor parte son relativas y deben considerarse en el contexto de la condición clínica integral del paciente. Las indicaciones absolutas de la terapia de reemplazo renal son: intoxicación sintomática por urea, disminución del pH < 7.15, anormalidad electrolítica con modificación del electrocardiograma y sobrecarga de volumen y resistencia a diuréticos. Específicamente, la sobrecarga de volumen como resultado de la lesión renal aguda contribuye de manera muy significativa a la morbilidad y mortalidad. Así, el control del volumen a través de la terapia de reemplazo renal puede mejorar la evolución clínica del paciente, sobre todo en niños y después de cirugía cardiaca. Sin embargo, cuando la lesión renal aguda es parte de la insuficiencia multiorgánica (como es el caso de los pacientes graves), la indicación tradicional no puede aplicarse para decidir el inicio de la terapia de reemplazo renal. En esta población no hay acuerdo relacionado con el tiempo de la terapia de reemplazo renal. Cuándo está indicada la terapia de reemplazo hormonal Cuando los nefrólogos deciden iniciarla para tratar a un paciente con daño renal agudo. La decisión afecta el control de: la uremia, acidemia, desequilibrio electrolítico, volumen extracelular, expansión y atenuación de la inflamación; de tal Cuadro I. Criterios RIFLE (Riesgo, Injuria (daño), Falla, Lesión, Etapa Final) para lesión renal aguda Criterio creatinina-filtración glomerular renal Criterio de eliminación urinaria Riesgo Disminución de la filtración glomerular renal mayor de 25%, o aumento de la creatinina sérica × 1.5 UO < 0.5 mg/kg/h × 6 h Lesión Pérdida Filtración glomerular renal mayor de 50% o aumento en la creatinina sérica UO < 0.5 mg/kg/h × 12 h ×2 Disminución de la filtración glomerular mayor de 75% o aumento en la creatinina UO < 0.5 mg/kg/h x 24 h o anuria sérica x 3 o mayor de 4 mg% (con aumento agudo de creatinina mayor de 0.5 mg/dL) × 12 h Daño renal agudo irreversible o persistente mayor de cuatro semanas ESRD ESRD mayor de tres meses Falla ESRD= Kidney Dialysis Outcome Quality Initiative, UO= criterio de eliminación urinaria. Cuadro II. Daño renal agudo. Criterios para lesión aguda renal Criterio de creatinina Criterio de eliminación urinaria Etapa 1 Aumento creatinina × 1.5 o ≥ 0.3 mg/dL UO < 0.5 mL/kg/h × 6 h Etapa 2 Aumento creatinina × 2 UO < 0.5 mL/kg/h × 12 h Etapa 3 Aumento creatinina × 3 o creatinina ≥ 4 mg/dL UO <0.3 mL/kg/h × 24 h o anuria x 12 h (con elevación aguda de ≥ 0.5 mg/dL) Los pacientes que requieren terapia de reemplazo renal se consideran en etapa 3, independientemente de la etapa en la que se encuentren al inicio de la terapia de reemplazo renal UO= criterio de eliminación urinaria. 178 Cirugía y Cirujanos Tiempo y dosis en terapia de reemplazo renal forma que ejerce una influencia importante en la supervivencia del paciente. Sin embargo, esto depende en gran medida de la definición del tiempo de evolución. Los investigadores en nefrología3,4 analizaron la repercusión del tiempo en la evolución de la terapia de reemplazo renal utilizando tres definiciones diferentes. La terapia de reemplazo renal temprana y tardía se definió de acuerdo con valores arbitrarios basados en el promedio de urea y creatinina al ingreso a la unidad de cuidados intensivos para el inicio de la terapia de reemplazo renal, y la clasificaron en: temprana, retrasada y tardía. Encontraron respuestas variables respecto a la mejoría con la terapia de reemplazo renal cuando el tiempo se definió por valores arbitrarios de biomarcadores séricos comparado con la definición temporal. La mortalidad hospitalaria resultó sensible a la definición de tiempo porque aumentó en la terapia de reemplazo renal al usar la definición temporal y fue baja o nula cuando se utilizó el valor de creatinina y urea, respectivamente. Sin embargo, cuando se evaluaron otras mejoras relevantes, como duración de la terapia de reemplazo renal, estancia hospitalaria y dependencia de la terapia de reemplazo renal a la descarga, la terapia de reemplazo renal se asoció con mayores ventajas para todos, excepto la definición de tiempo. Se requiere una aproximación más cuantitativa, considerando lo inadecuado de la aproximación tradicional, basada en umbrales arbitrarios de parámetros comunes. Con ese propósito la terapia de reemplazo renal debe describirse refiriéndose a la etapa RIFLE/AKIN (Cuadros I y II) y numerar la severidad de la comorbilidad y aún más, los parámetros comunes no deben considerarse valores absolutos sino en función de la evolución de la enfermedad. Dosis de la terapia de reemplazo renal Además del concepto de tiempo, debe definirse el de dosis correcta que debe prescribirse a los pacientes. El conocimiento exacto de esta dosis es fundamental para proporcionar una terapia efectiva y segura. El concepto de la dosis de diálisis está bien definido en la última etapa de la enfermedad renal por Kidney Dialysis Outcome Quality Instiative (KDOQI 2006) y, por acuerdo general, lo recomendado para aumentar la mejoría es un: Kt/V ≥ de 1.2 tres veces por semana. Sin embargo, el concepto de daño renal agudo no está aún bien definido. Brevemente se describe la dosis de entrega de la terapia de reemplazo renal por: intensidad, frecuencia y eficacia clínica.5 La eficiencia depende de la eliminación de potasio (K) instantánea de un soluto, y es el volumen de sangre eliminado de un soluto dado, en un tiempo determinado. El potasio no debe usarse para comparar la eficiencia de tratamientos, ya que siendo una medida de la eliminación instantánea no refleja la dosis total liberada; en consecuencia, el potasio es más alto en la hemodiálisis intermitente (IHD), que en la terapia de reemplazo renal continua, pero la masa removida tendrá la tendencia opuesta debido a que el tiempo de aplicación de potasio es más largo. La intensidad es el producto de la eliminación por el tiempo (Kt= mL/min × 24h o L/h × 4h). Es muy útil comparar tratamientos, pero aún es inadecuado debido a que no se toma en cuenta el volumen de distribución de soluto y el tiempo necesario para lograr un equilibrio intercompartimental. La frecuencia es la eliminación semanal y está definida por el resultado de la eliminación por el tiempo por día-semana, lo que hace el tratamiento comparable. La eficacia describe la eliminación fraccional de un soluto dado (Kt/V [donde V es el volumen de distribución]). La urea se utiliza comúnmente en pacientes en la última etapa de la enfermedad, pero no ha sido válida para pacientes con lesión renal aguda debido a la poca certeza de la medición del volumen de distribución. La limitación de esta aproximación es que considera la dosis de diálisis sólo referida al papel de la depuración sanguínea. Los pacientes en estado crítico requieren una evaluación más holística, incluido el control ácido-base, volumen intra-extravascular, electrólitos, temperatura; no sólo para definir cuándo se inicia la diálisis, sino también para valorar si es adecuada o no. En la última etapa de la enfermedad hay evidencia de que una dosis mínima de Kt/V de 1.2, 3 veces por semana es lo adecuado, ya que el aumento posterior no determina ninguna mejoría en la evolución; sin embargo, en la lesión renal aguda el efecto de la dosis en la mejoría es aún controvertido. Investigadores de la clínica Cleveland6,7 muestran que la dosis afecta la mejoría de pacientes con lesión renal aguda cuando tienen una evaluación de severidad intermedia, y que es irrelevante con los grados más bajos o más altos de severidad. Muchos estudios demuestran mejor evolución cuando se utiliza la dosis más alta. Shiffl y su grupo8 encontraron que la diálisis diaria se asocia con mejor evolución al compararla con hemodiálisis intermitente, pero los pacientes con hemodiálisis intermitente tienen hipotensión con más frecuencia, lo que sugirie que quizá otras causas, además de la dosis, influyen en la mejoría. Ronco y sus colaboradores9 demostraron incremento en la supervivencia con hemofiltración continua vena-vena postdilución y una dosis efluente de 35 a 45 mL/kg/h comparados con la dosis de 20 mL/kg/h. Esta tendencia al incremento de la supervivencia también fue así en pacientes sépticos. La controversia resultó en estudios de necrosis tubular aguda (ATN) y renales publicados en 2008 y 2009, respectivamente.10,11 ATN es un estudio multicéntrico en el que a pacientes hemodinámicamente estables se les asignaron al azar dosis bajas o altas de hemodiálisis intermitente (3 veces a la semana vs 6 veces a la semana); a los pacientes hemodinámicamente inestables se les asignaron, aleatoria- Volumen 81, No. 3, Mayo-Junio 2013 179 Nalesso F y colaboradores mente, dosis bajas o altas de terapia continua de reemplazo renal (20 mL/kg/min vs 35 mL/kg/min). De manera similar, el estudio RENAL comparaba la dosis alta (20 mL/kg/min vs 35 mL/kg/min) contra la dosis baja (25 mL/kg/min) en pacientes en estado crítico. Ambos fallaron en demostrar la disminución en la mortalidad o en los síntomas de la insuficiencia renal cuando se alcanzó la dosis más alta. Además de los diferentes hallazgos de este estudio debe tomarse en cuenta la cantidad de tiempo de detención del tratamiento durante una terapia continua de reemplazo renal, pues ello disminuye significativamente la dosis prescrita. El estudio DO-RE-MI fue multicéntrico, prospectivo, diseñado para evaluar la asociación entre la dosis de liberación y la mejoría.12 Los investigadores encontraron que aun si la dosis promedio prescrita era de 35 mL/kg/min, la dosis promedio de liberación era de 27 mL/kg/min. La principal causa del tiempo de detención del tratamiento fue el cierre del circuito por problemas de acceso vascular, por razones clínicas. El tema de la dosis adecuada en terapia continua de reemplazo renal es aún materia de debate; sin embargo, podemos asumir que la dosis óptima es entre 25 y 35 mL/kg/min, ya que con dosis más altas no se obtiene ningún beneficio adicional. Se puede concluir que hay una fase inicial en la que la dosis y mejoría están directamente relacionadas y cualquier aumento en la dosis se refleja en mejora de la evolución. Después de esta fase se llega a un punto crítico y cualquier otro aumento en la dosis no lleva a mejoría, la que depende, principalmente, de la gravedad de la enfermedad. Este punto crítico para la terapia de reemplazo renal ahora es de 35 mL/kg/h, pero podría elevarse hasta 45 mL/kg/h o aún más en pacientes sépticos.5 Conclusiones Lo relacionado con el tiempo y la dosis en pacientes críticos tratados con terapia de reemplazo renal aún no se resuelve y hay una gran variación en la práctica clínica debido a la falta de consenso. Sin embargo, pueden definirse algunos puntos clave. Ante la necesidad de indicación absoluta de la terapia continua de reemplazo renal debe iniciarse a la brevedad posible, pero si existe lesión renal aguda sin indicación absoluta de terapia continua de reemplazo renal, se sugiere la optimización de la restitución del fluido y del seguimiento de la enfermedad. Es importante considerar el inicio de la terapia continua de reemplazo renal en los siguientes casos: cuando se diagnostica daño renal agudo III, o ante daño renal agudo I o II con deterioro rápido de la función renal, o con aumento de la severidad de la función renal, o ante indicación no renal. La indicación no renal de la terapia continua de reemplazo renal es un área que crece rápidamente porque la purificación sanguínea parece ser más apropiada para recuperar y mantener la homeostasis. El choque séptico, la sobre- carga de fluidos, el desequilibrio electrolítico, la alteración en la termorregulación, la intoxicación exógena y endógena son las indicaciones no renales más comunes de la terapia de reemplazo renal y deben tomarse en cuenta para valorar su aplicación. Debe usarse una dosis estándar de 25 a 35 mL/ kg/h, y considerando el riesgo de tiempo de detención del tratamiento en la que la dosis prescrita debe ser 25% mayor que la deseada para evitar subdializar al paciente.13 Referencias 1. Ricci Z, Cruz DN, Ronco C. Classification and staging of acute kidney injury: beyond the RIFLE and AKIN criteria. Nat Rev Nephrol 2011;7:201-208. 2. Uchino S, Bellomo R, Morimatsu H, Morgera S, Schetz M, Tan I, et al. Continuous renal replacement therapy: A worldwide practice survey. The Beginning and Ending Supportive Therapy for the Kidney (B.E.S.T. Kidney) Investigators. Intensive Care Med 2007;33:1563-1570. 3. Gibney N, Hoste E, Burdmann EA, Bunchman T, Kher V, Viswanathan R, et al. Timing of Initiation and Discontinuation of Renal Replacement Therapy in AKI: Unanswered Key Questions. Clin J Am Soc Nephrol 2008;3:876-880. 4. Bagshaw SM, Uchino S, Bellomo R, Morimatsu H, Morgera S, Schetz M, et al. Beginning and Ending Supportive Therapy for the Kidney (BEST Kidney) Investigators. Timing of renal replacement therapy and clinical outcomes in critically ill patients with severe acute kidney injury. J Crit Care 2009;24:129-140. 5. Ricci Z, Ronco C. Dose and efficiency of renal replacement therapy: continuous renal replacement therapy versus intermittent hemodialysis versus slow extended daily dialysis. Crit Care Med 2008;36(4 Suppl):S229-S237. 6. Paganini EP, Tapolyai M, Goormastic M, Halstenberg W, Kozlowski L, Leblanc M, et al: Establishing a dialysis therapy/patient outcome link in intensive care unit acute dialysis for patients with acute renal failure. 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Delivere dose Response Multicentre International collaborative Initiative (DO-RE-MI Study Group). Delivered dose of renal replacement therapy and mortality in critically ill patients with acute kidney injury. Crit Care 2009;13:R57. 13. Bagshaw SM, Cruz DN, Gibney RT, Ronco C. A proposed algorithm for initiation of renal replacement therapy in adult critically ill patients. Crit Care 2009;13:317. 180 Cirugía y Cirujanos Cir Cir 2013;81:181-186. Programa preventivo del delirio postoperatorio en ancianos Jesús Ocádiz-Carrasco,1 Ruth Alicia Gutiérrez-Padilla,2 Frida Páramo-Rivas,2 Alejandro Tovar-Serrano,2 José Luis Hernández-Ortega1 1 2 Resumen Abstract Antecedentes: el delirium es un padecimiento poco reconocido en los pacientes quirúrgicos que frecuentemente se confunde con deterioro cognitivo o demencia. Es de vital importancia conocer las medidas que pueden disminuir su incidencia y reconocerlo de manera temprana para iniciar el tratamiento específico. Objetivo: implementar un programa educativo en delirium para el equipo de salud, con el propósito de disminuir su incidencia. Material y métodos: estudio observacional, longitudinal y analítico basado en medidas no farmacológicas y con apoyo de los familiares con quienes se tuvieron sesiones educativas, material didáctico, cuestionarios y estrategias específicas para todos los pacientes mayores de 65 años. Se realizaron dos evaluaciones al personal médico y de enfermería antes y después de implementar el programa. Resultados: se observó mejoría en la capacidad para identificar el delirium (22% inicial vs 93%; p= 0.000). Se incluyeron 200 pacientes en el grupo de ensayo a un año y se encontró un solo caso de delirium que mostró reducción importante respecto a la incidencia previa en el hospital (10 vs 0.5% p= 0.000), mientras que en el subgrupo de 98 pacientes quirúrgicos no hubo ningún caso de delirium (4.8% inicial vs 0% p= 0.01, NNT= 21). Conclusiones: la implementación de un programa preventivo para el delirium es factible. Los resultados fueron satisfactorios, por lo que puede considerarse una estrategia efectiva para reducir la incidencia de esta afección que puede causar gran morbilidad y mortalidad postoperatoria. Background: Delirium is a poor recognized entity in surgical patients that may commonly be mistaken as dementia or cognitive dysfunction. It is of great importance to know the measures that can lower its incidence and early recognition in order to begin specific treatment. The main objective of this study was to prove implementation of an educational program to health care professionals as an effective strategy to reduce delirium incidence and to help in early detection. Methods: A preventive program was developed based on non-pharmacological measures and with support from patient relatives consisting in educational sessions, didactic material and questionnaires as well as specific strategies for all patients above 65 years old admitted to the hospital and within inclusion criteria. Two evaluations were made to physician and nursing personal before and after implementation of the program. Results: Where an improvement in ability to identify disease was seen (initial 22% vs 93%; p= 0.000). 200 patients were included in the study group in one year where only one case of delirium developed showing and important reduction compared to previous incidence in our hospital (10% vs 0.5% p= 0.000) whereas in the surgical patients group none patient developed delirium (4.8% vs 0% p= 0.01, NNT= 21). Conclusions: Implementation of a delirium preventive program was feasible. Due to the satisfactory results in our study it should be considered as an effective strategy for reducing incidence of this condition that may cause greater postoperative morbidity and mortality. Palabras clave: delirium postoperatorio, prevención, medidas no farmacológicas. Key words: Delirium, postoperative, pharmacological measures. Cirugía General. Medicina Interna. Nuevo Sanatorio Durango. Correspondencia: Dr. Jesús Ocádiz Carrasco Juan Villerías 130, León 37220 Guanajuato Teléfono: (477) 7178132 Correo electrónico: jakoes1@hotmail.com Recibido: 15 de agosto 2012. Aceptado: 15 de marzo 2013. prevention, non- Introducción El delirium es un síndrome confusional agudo con cambios en la atención y la cognición. Su presentación clínica varía en el paciente de edad de avanzada y puede manifestarse desde importante agitación psicomotriz hasta la situación letárgica o hipoactiva del paciente.1 La prevalencia de delirium postoperatorio en ancianos hospitalizados va de 37 a 48%, y aumenta a 80% en pacientes en unidades de cuidados intensivos. El delirium incrementa la morbilidad y mortalidad con el riesgo potencial de sepsis, que puede de- Volumen 81, No. 3, Mayo-Junio 2013 181 Ocádiz-Carrasco J y colaboradores teriorar la calidad de vida del paciente y prolongar los días de estancia hospitalaria y aumentar los gastos de atención.2,3 La incidencia general del delirium para cualquier tipo de cirugía se estima entre 10 y 15% y su prevalencia se correlaciona con el tipo de procedimiento quirúrgico; así, para la cirugía cardiotorácica se ha reportado de 30 a 73% y para cirugía de cadera de 43 a 61%. La mortalidad se reporta de 22 a 76%.2,4-6 Un estudio estableció que por cada 48 horas de delirium, la mortalidad se eleva 11%, y se demostró que en los pacientes que tuvieron delirium durante su internamiento la mortalidad fue de 25.9%.7 El delirium puede no reconocerse en 67% de los casos; a pesar de que existen escalas clínicas validadas, no se realiza su valoración preoperatoria ni postquirúrgica. Se desconoce la fisiopatología del delirium posterior al evento anestésico o quirúrgico, sólo se ha identificado el desequilibrio de neurotrasmisores, el estímulo proinflamatorio generado por citocinas y el estrés emocional.2,8-15 Existen factores de riesgo relacionados con el delirium postquirúrgico y estos se agrupan en: dependientes del paciente y no relacionados con el paciente (Cuadro I). Bilotta y sus coautores encontraron que el delirium postquirúrgico fue mayor en los pacientes a quienes se administró propofol, fentanyl, desflorano y sevoflorano como anestésico.16 También se observó que la administración de rivastigmina, melatonina, haloperidol, gabapentina e inhibidores colinesterásicos puede reducir la duración y gravedad del padecimiento sin disminuir la incidencia global de delirium; por ello no existe recomendación para la prescripción rutinaria de fármacos para prevenir el delirium postoperatorio.6,17 En el año 2011, en nuestra institución, la incidencia general reportada de delirium fue de 10% y de 4.8% en pacientes quirúrgicos; sin embargo, al revisar el expediente clínico para analizar los criterios que se utilizaron para su diagnóstico, destacó el pobre reconocimiento de esta enfermedad al no documentarse adecuadamente y, por tanto, no se tiene registro de la incidencia real.18 En la bibliografía médica mexicana no se encuentra evidencia de algún protocolo preventivo no farmacológico para este padecimiento en los pacientes quirúrgicos. Debido a esto, se decidió implementar un protocolo de prevención del delirium basado en el programa Hospital Elder Life Program (HELP) en nuestra institución y validar su aplicación sistemática en pacientes mayores de 65 años. El objetivo de este trabajo es presentar los resultados de este programa en los pacientes de especialidades quirúrgicas y la repercusión en el personal médico y de enfermería que participó en él. Material y métodos Estudio observacional, longitudinal y analítico autorizado por el Comité de Investigación y Bioética y la Dirección Médica del Nuevo Sanatorio Durango, en el que se evaluó a los médicos residentes y enfermeras que asistieron a los pacientes hospitalizados e intervenidos quirúrgicamente entre el primero de abril de 2011 y el primero de abril 2012. Se evaluó la efectividad del equipo de salud para aplicar las medidas preventivas para el diagnóstico y tratamiento de los pacientes con delirium. Se realizaron dos evaluaciones: una al principio del estudio y la segunda, posterior a la intervención realizada. El grupo de estudio se comparó con un grupo retrospectivo con el que se parearon por edad, sexo e intervención quirúrgica; no se conformó un grupo control paralelo debido a que no es ético dejar sin atención apropiada, que ha demostrado ser efectiva y segura. Criterios de inclusión: pacientes hospitalizados durante 48 horas o más a quienes se realizó algún procedimiento quirúrgico, mayores de 65 años y sin distinción de género. Criterios de exclusión: delirium al momento del internamiento, diagnóstico de algún tipo de demencia previo a su ingreso según la definición de los criterios diagnósticos del DSM IV,1 pacientes con incapacidad para comunicarse Cuadro I. Principales factores de riesgo para delirium postoperatorio Factores dependientes del paciente Factores independientes al paciente Dolor Alteraciones metabólicas (hiponatremia, hipercalcemia, hipoglucemia) Enfermedad previa (depresión, demencia) Deshidratación Hipoxemia Hipercapnia Hipotensión Sepsis Supresión farmacológica Restricción física Cirugía cardiaca u ortopédica Fármacos con acción en el sistema nervioso central (anestésicos, sedantes, benzodiacepinas, anticolinérgicos) Alteraciones en el sueño Apoyo familiar pobre Sonda Foley y procedimientos invasivos 182 Cirugía y Cirujanos Programa preventivo del delirio postoperatorio o cooperar, que solicitaran su alta hospitalaria voluntaria, encefalopatía o evento vascular cerebral y pacientes ingresados a la unidad de terapia intensiva, estos últimos no se incluyeron por ser una población heterogénea que requiere evaluación cognitiva distinta (CAM extendido), y para evitar el sesgo de selección y medición para el diseño de nuestro estudio. Se aplicó una evaluación escrita a todos los pacientes quirúrgicos con criterios de inclusión que documentó: edad, sexo, peso y talla, comorbilidades, medicación actual y previa. A todos los pacientes se les aplicó el Método de Evaluación del Estado Confusional (Confusion Assessment Method, CAM) debido a su sensibilidad de 94 a 100% y especificidad de 90 a 95% para diagnosticar delirium, ésta es una evaluación con validez internacional.13,19-24 Su interpretación consta de cuatro criterios: 1. Comienzo agudo y curso fluctuante, 2. Alteración de la atención, 3. Pensamiento desorganizado, 4. Alteración del nivel de conciencia. Se consideró sin delirium cuando la puntuación del CAM fue de 0; para determinar delirium se requieren las dos primeras manifestaciones y una de las dos últimas.20,23,25 El funcionamiento cognitivo se evaluó mediante la aplicación del miniexamen del estado mental (Mini-Mental State Examination), desarrollado por Folstein y su grupo26 cuya sensibilidad es de 87% y especificidad de 82%. La puntuación total se obtiene sumando los puntos alcanzados en cada tarea y puede ir de 0 a 30; se considera deterioro cognitivo leve de 19 a 23, moderado de 14 a 18 y grave menor a 14 puntos.27 Se repartieron trípticos informativos con las medidas necesarias para la prevención del delirium en un lenguaje de fácil comprensión para los pacientes y sus familiares. Se estipuló, por medio de la dirección hospitalaria, la creación de un protocolo de atención para el paciente propenso al delirium, que consistió en la identificación con brazaletes específicos de color gris, así como la colocación de relojes en las habitaciones, la documentación en el expediente clínico de la inclusión en el estudio y tarjetones afuera de las habitaciones para alertar el riesgo de caídas. El servicio de Geriatría del hospital realizó una evaluación diaria a los pacientes hospitalizados que cumplían con los criterios de inclusión, para diagnosticar oportunamente el delirium y, en caso necesario, iniciar el tratamiento apropiado y especializado. Al inicio del programa se realizó una encuesta de los aspectos más importantes del delirium al personal médico y de enfermería para evaluar su conocimiento sobre el tema. Posteriormente se impartieron pláticas de una hora al mismo personal con información relativa al delirium, su diagnóstico oportuno y tratamiento para prevenirlo, reconocerlo y tratarlo en personas mayores de 65 años. Se les explicó el plan a seguir y los marcadores específicos de atención para los pacientes, asimismo, se documentó la disponibilidad del personal a participar en el estudio (Cuadro II). La segunda evaluación se efectuó al término del estudio y se comparó con la evaluación inicial. Se utilizó la prueba de la c2 con la finalidad de evaluar la respuesta del personal antes y después de la estrategia implantada para identificar diferencias significativas entre las variables descritas antes y después del programa. Se consideró un valor significativo de p igual o menor a 0.05. Cuadro II. Estrategias específicas para la prevención del delirium Tratamiento de la deshidratación Visión y oído Movilización / caminar Alimentación Sueño Actividades y estimulación mental Fomentar el consumo de agua y mantener la boca del paciente limpia y fresca, usando enjuague bucal y cepillado de dientes Durante la hospitalización es necesario que el paciente tenga puestos sus anteojos y aparatos auditivos Debe caminar por lo menos tres veces al día. Tratar de que el paciente sea movilizado al reposet la mayor parte del día. Si necesita ayuda, avise a la enfermera. Si no es posible su movilización, pedir ayuda a fisioterapia Trate de organizar visitas durante las comidas, limpiar la dentadura y animar al paciente a comer en el reposet, si al paciente no le gusta la comida, preguntar acerca de la elección del alimento. Limitar el sueño durante el día a siestas cortas, animarlo a caminar durante el día, evitar el café después de las 15:00 horas, mantener caliente al paciente, evitar medicamentos para dormir. Traer al paciente su música favorita, revistas, periódicos, crucigramas, fotografías que puedan proporcionar un tema de conversación. Colocar relojes y un calendario en las habitaciones, recordar al paciente las estaciones del año, mes y fecha, lugar donde se encuentra, nombre completo y edad. Abrir las cortinas durante el día y cerrarlas durante la noche, apagar la luz por la noche. Volumen 81, No. 3, Mayo-Junio 2013 183 Ocádiz-Carrasco J y colaboradores Se calculó el riesgo relativo de los pacientes objeto de esta intervención preventiva en comparación con los pacientes sin intervención, así como reducción del riesgo relativo, reducción del riesgo absoluto y número necesario a tratar. Se utilizaron porcentajes para graficar los principales resultados del estudio. En este trabajo se analiza la repercusión del programa al analizar las evaluaciones del equipo de salud que participó en el estudio, así como las características de los pacientes quirúrgicos incluidos en este periodo del programa. Resultados Se realizaron 131 evaluaciones al personal de salud participante de distintas áreas en los tres turnos, así como a 12 residentes de cirugía general, donde sólo 22% del personal de enfermería y 16.6% de los residentes pudieron definir el delirium y sus criterios clínicos en la evaluación previa a la implantación del programa. Al año de iniciado el programa se repitió la misma evaluación a los participantes y se observó mejoría en las habilidades requeridas para el diagnóstico y tratamiento del delirium por parte del personal médico y de enfermería (92 y 93%, respectivamente, con evaluación satisfactoria; p= 0.000) (Figura 1). Sin embargo, se observó que mientras en la evaluación inicial el personal capacitado mencionó estar dispuesto a participar en el programa reconociendo la importancia del problema, en la segunda evaluación sólo 58.3% de los residentes y 81.6% del personal de enfermería participaron activamente en la implantación del programa (Figura 2). Doscientos pacientes cumplieron con los criterios de inclusión del programa durante el periodo de abril 2011 a abril 2012, de los que se estudió al subgrupo de 98 pacientes quirúrgicos pertenecientes a las especialidades de Ortopedia (n= 43), Cirugía General (n= 43) y Urología (n= 12). Respecto a la comorbilidad de los pacientes incluidos en el estudio se observó que 50% tenía dos o más enfermedades, 36.7% una sola enfermedad y 14.6% sin comorbilidad; las de mayor frecuencia fueron: diabetes mellitus e hipertensión arterial. Las intervenciones quirúrgicas más frecuentes en este grupo de pacientes fueron: reemplazo articular de cadera 22.4% (n= 22), tratamiento quirúrgico de obstrucción intestinal 18.3% (n= 18), colecistectomía laparoscópica 15.3% (n= 15), artroplastia de rodilla 6.1% (n= 6) y prostatectomía abierta 5.1% (n= 5). Se realizó una revisión de los pacientes por servicio quirúrgico respecto a los medicamentos de prescripción inadecuada, es decir, medicamentos de alto riesgo para delirium; así como el antecedente de polifarmacia, donde los medicamentos más frecuentemente identificados fueron: quinolonas, opioides, esteroides y metoclopramida (Cuadro III). 100.00% 90.00% 92% 93% 84.00% 78% 80.00% 70.00% 60.00% 50.00% 40.00% 30.00% 20.00% 16% 22% 10.00% 6% 6% 0.00% Residentes Enfermería Evaluación satisfactoria Residentes Enfermería Evaluación deficiente Figura 1. Resultados de la evaluación al personal médico y de enfermería. Izquierda: evaluación inicial. Derecha: a un año de la implementación del programa. 90.00% 81.60% 80.00% 70.00% 60.00% 58.30% 50.00% 41.60% 40.00% 30.00% 18.40% 20.00% 10.00% 0.00% Residentes Participación Enfermería Poca/Nula participación Figura 2. Participación a un año del personal médico y de enfermería. Izquierda: primera evaluación. Derecha: segunda evaluación. En los casos que ameritaron cambio en el tratamiento se sugirió la modificación del esquema farmacológico al médico tratante y al Comité de Farmacovigilancia del hospital. Al término del periodo evaluado no hubo ningún caso de delirium dentro del grupo de pacientes quirúrgicos. Hubo dos defunciones en el grupo de estudio que estuvieron relacionadas con la enfermedad de base y no se asociaron con delirium. La incidencia final de delirium del grupo original de 200 pacientes fue de 0.55% (1 caso) y en el grupo de pacientes quirúrgicos de 0% (la incidencia inicial del gru- 184 Cirugía y Cirujanos Programa preventivo del delirio postoperatorio Cuadro III. Relación de pacientes con polifarmacia por servicio tratante Servicio quirúrgico Número de pacientes Medicamentos inapropiados Polifarmacia Ortopedia 43 25 (58.1%) 32 (74.4%) Cirugía General 43 15 (34.8%) 24 (55.8%) Urología 12 5 (41.6%) 5 (41.6%) po control fue de 4.8%). El riesgo relativo en los pacientes en quienes se aplicaron las medidas preventivas respecto al grupo control retrospectivo fue de 0, con reducción del riesgo relativo de 100% y reducción del riesgo absoluto de 4.8%, el número necesario a tratar para la prevención de un caso de delirium fue de 20.8. Discusión El primer programa preventivo de delirium no farmacológico lo diseñaron en 1999 Inouye y su grupo4, quienes redujeron la incidencia del delirium en 34% al atender el deterioro cognitivo, la privación del sueño, la inmovilidad, la deshidratación y la discapacidad visual y auditiva. Marcantonio y sus coautores evaluaron el delirium en pacientes hospitalizados con fractura de cadera. Para su estudio dividieron a los pacientes en dos grupos asignados de manera aleatoria; los del grupo control recibieron atención convencional, mientras que en el grupo de estudio se solicitó la interconsulta geriátrica preoperatoria o en las primeras 24 horas posteriores a la intervención quirúrgica. La incidencia total de delirium durante la hospitalización fue de 32% en el grupo de estudio versus 50% en el grupo control con riesgo relativo igual a 0.64.28 En la actualidad se acepta que la prevención no farmacológica en un abordaje multidisciplinario es una estrategia factible, económica y más efectiva que las maniobras farmacológicas. Existen estudios clínicos de pacientes quirúrgicos programados a quienes se dividió en distintos grupos de ensayo según el número de intervenciones y evaluaciones geriátricas recibidas, dependiendo del servicio quirúrgico de guardia en el que ingresaron, y se comparó su evolución respecto al grupo control.29,30 En nuestro estudio no se creó un grupo control paralelo debido al compromiso ético que existe al saber que estas medidas preventivas pueden ser efectivas, por lo que el grupo de ensayo se comparó con un grupo retrospectivo. El resultado de nuestro estudio fue satisfactorio al encontrar una reducción significativa en la incidencia del delirium en los pacientes postoperados (0%) respecto a la incidencia previa reportada en nuestro hospital (4.8%) y respecto a la incidencia reportada en la bibliografía mundial (10%), lo que representa una reducción del riesgo relativo de 100% (p= 0.000). Aunque se encontró que la participación del personal, a un año del protocolo, fue de 81.6%, el incremento en el reconocimiento del delirium fue de 94% para el personal médico y de enfermería, el que fue incluso mayor que en el estudio de Tabet y su grupo, quienes reportaron un incremento de 26% inicial a 67% al final de su estudio.29 Nuestro estudio coincide con lo reportado por Jasso y sus colaboradores respecto a la prescripción de fármacos en el postoperatorio, que son un factor de riesgo de delirium en pacientes geriátricos.31 Conclusión El programa preventivo del delirium implantado en los pacientes quirúrgicos fue factible en nuestra institución y mostró una reducción significativa en la incidencia. La participación del personal médico y de enfermería fue satisfactoria y se mejoró la capacidad de reconocimiento y tratamiento de esta afección. Estamos conscientes de que los resultados de nuestro estudio, si bien alcanza apenas el centenar de pacientes, son promisorios, por lo que se dará continuidad y seguimiento en nuestra institución y se creará un protocolo específico para los pacientes quirúrgicos en terapia intensiva. Referencias 1. American Psychiatric Association. Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders. 4ª ed. Washington: Masson, 1995;129-145. 2. Martínez Velilla N, Alonso Bouzón C, Ripa Zazpe C, Sánchez Ostiz R. Síndrome confusional agudo postoperatorio en el paciente anciano. Cir Esp 2012;90(2):75-84. 3. Burns A, Gallagley A, Byrne J. Delirium. J Neurol Neurosurg Psychiatry 2004;75:362-367. 4. Inouye SK, Bogardus ST, Charpentier PA, Leo-Summers L, Acampora D, Holford TR, et al. A Multicomponent Intervention to Prevent Delirium in Hospitalized Older Patients. N Engl J Med 1999;340:669-676. 5. Inouye SK. Delirium in Older Persons. N Engl J Med 2006;354:11571165. Volumen 81, No. 3, Mayo-Junio 2013 185 Ocádiz-Carrasco J y colaboradores 6. Anderson D. Preventing delirium in older people. Br Med Bull 2005;73-74:25-34. 7. González M, Martínez G, Calderón J, Villarroel L, Yuri F, Rojas C, et al. Impact of delirium on short-term mortality in elderly inpatients: a prospective cohort study. Psychosomatics 2009;50:234-238. 8. Mantz J, Hemmings HC, Boddaert J. Case Scenario: Postoperative delirium in elderly surgical patients. Anesthesiol 2010;112:189-195. 9. Krenk L, Rasmussen LS. Postoperative delirium and postoperative cognitive dysfunction in the elderly – what are the differences? Minerva Anestesiol 2011;77:742-749. 10. Miller M. Evaluation and management of delirium in hospitalized older patients. Am Fam Physician 2008;78:1265-1270. 11. Young J, Inouye SK. Delirium in older people. BMJ 2007;334:842-846. 12. Fong T, Tulebaev SR, Inouye SK. Delirium in elderly adults: diagnosis, prevention and treatment. Nat Rev Neurol 2009;5:210-220. 13. 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Material y método: ensayo clínico no aleatorizado, efectuado en 56 pacientes ASA I-II en cuatro grupos con colecistectomía laparoscópica. El grupo I (n= 15) se trató con ketorolaco 1 mg/ kg, el grupo II (n= 12) con ketoprofeno 100 mg, el grupo III (n= 14) con ketoprofeno 50 mg más tramadol 50 mg, y el grupo IV (n= 15) con ketoprofeno 100 mg más tramadol 100 mg. Las variables analizadas fueron: dolor y su intensidad, analgesia de rescate y tiempo quirúrgico. Resultados: en el grupo I hubo más episodios de dolor de hombro que en el resto de los grupos (p= 0.002); el grupo IV requirió menos analgesia de rescate (p= 0.034). Conclusión: la analgesia preventiva con terapia infusional con ketoprofeno-tramadol, a dosis de 100 mg, es segura para pacientes intervenidos mediante cirugía laparoscópica. Introduction: Neuraxial anesthesia in upper abdominal laparoscopic surgery decreases perioperative morbidity and mortality however, the shoulder pain is a common and difficult to control; major opioid (eg fentanyl) for the control of this event may depress respiratory function, why we believe that a safe and effective therapeutic control of this disease pain is a multimodal analgesic scheme which we have called infusional therapy. Objective: To compare various schemes for controlling pain shoulder pain secondary to pneumoperitoneum. Methods: Nonrandomized clinical trial with 56 patients ASA I-II divided into four groups undergoing laparoscopic cholecystectomy. Group I (n= 15) managed with ketorolac 1 mg kg, group II (n = 12) ketoprofen 100 mg, group III (n = 14) ketoprofen 50 mg + 50 mg tramadol, and group IV (n = 15) ketoprofen 100 mg + 100 mg tramadol. Variables were analyzed: presence and intensity of pain, analgesia rescue and operative time. Results: Group I had more shoulder pain events compared to other groups (p= 0.002) in the same way the group IV required less rescue analgesia (p= 0.034). Conclusion: preemptive analgesia to infusional therapy with ketoprofen-tramadol at doses of 100 mg each is safe for laparoscopic surgery. Palabras clave: cirugía laparoscópica, anestesia neuroaxial, terapia infusional. Key words: laparoscopic surgery, neuraxial anesthesia, infusional therapy. Quirófano. Departamento de Anestesiología. Hospital General de Cerralvo, Cerralvo, Nuevo León. Clínica del Dolor y Cuidados Paliativos. Departamento de Anestesiología, Terapia Intensiva y Clínica del Dolor. Instituto Nacional de Cancerología, México DF. Investigación. Departamento de Medicina Familiar. Hospital Universitario, Universidad Autónoma de Nuevo León, Monterrey, Nuevo León. Clínica del Dolor y Cuidados Paliativos. Departamento de Anestesiología, Terapia Intensiva y Clínica del Dolor. Instituto Nacional de Cancerología, México DF. Correspondencia: Dra. Cielo Alborada Ureña Frausto Juárez Sur 619 Cerralvo 65900 Nuevo León. Teléfono: (01892) 9750464, (0181) 1873 2135 Correo electrónico: cielo_urena@hotmail.com Recibido: 5 de noviembre 2012. Aceptado: 15 de marzo 2013. Introducción La Asociación Internacional para el Estudio y Tratamiento del Dolor (IASP, por sus siglas en inglés) define a éste como: una experiencia sensorial y emocional desagradable asociada con una lesión presente o potencial o descrita en términos de la misma, y si persiste, sin remedio disponible para alterar su causa o manifestaciones, una enfermedad por sí misma.1 Esto nos hace reflexionar que el dolor es una experiencia, es decir, haber sentido, vivido o presenciado algo relacionado con los órganos de los sentidos y con las emociones. El dolor, además de los procesos biológicos que lo trasmiten, también repercute en nuestros sentimientos y cosmovisión. La anestesia general facilita el control completo de la vía aérea, la respiración y la circulación pero su costo es mayor y requiere cuidados complejos.2 La anestesia neuroaxial es Volumen 81, No. 3, Mayo-Junio 2013 187 Ureña-Frausto CA y colaboradores de fácil administración, bajo costo, menores riesgos en la vía aérea,3 disminuye el dolor postoperatorio, las náuseas, el vómito y los días de estancia hospitalaria.4,5 En cirugía laparoscópica, la anestesia neuroaxial se aplica sólo a pacientes no aptos para la anestesia general.6,7 En 80% de los pacientes el dolor referido al hombro puede ser un problema transoperatorio8,9 o ser secundario a irritación diafragmática del nervio frénico,10 que se origina por la insuflación de dióxido de carbono.11 En nuestro estudio se utilizó anestesia epidural torácica porque es menos invasiva que la espinal.12-14 Algunos reportes señalan que para disminuir el dolor es recomendable utilizar bajas presiones de dióxido de carbono en el neumoperitoneo,15 y para el tratamiento analgésico del dolor de hombro debe utilizarse anestesia regional específica y multimodal;16 es decir, debe basarse en la administración de más de un fármaco analgésico con diferente mecanismo de acción.17-19 El primer paso en la escalera analgésica propuesta por la Organización Mundial de la Salud es la aplicación de un AINE y, si no es suficiente, se indican combinados con opioides.20 Los analgésicos no opioides son los fármacos de elección para pacientes con dolor postoperatorio en cirugía ambulatoria.21 El ketoprofeno es el enantiómero más potente con inicio de acción a los cinco minutos y vida media de eliminación de dos horas, estimula la síntesis y actividad de sustancias neuroactivas y es capaz de bloquear específicamente los receptores del ácido N-metil-D-aspartato;22 la infusión de 12.5 mg/hora, previa dosis de carga de 100 mg, disminuye el dolor a categoría leve.23 En varios estudios se ha administrado por vía intravenosa, con ventajas que implican la reducción de opioides.24 El control de la analgesia con bomba de infusión con tramadol es una opción a la que se recurre desde 1970, de acuerdo con Lehmann.25 El tramadol es un agonista débil de la morfina en el que el enantiómero (+) inhibe la captación de serotonina, y el enantiómero (-) inhibe la captación de noradrenalina y estimula los receptores alfa-2 adrenérgicos.26 Se reportan buenos resultados con la infusión de tramadol a dosis de 12 mg/24 horas, previa carga de 100 mg.27 Para obtener analgesia efectiva y segura, con náuseas leves, se recomienda administrar el tramadol en infusión a dosis de 7 mg/kg/24 horas, dosis de carga 2 mg/kg.28 De acuerdo con Tuncer y su grupo29 en el dolor postoperatorio de cirugía ginecológica se obtiene efecto aditivo cuando se administra ketoprofeno 100 mg en bolo y tramadol 20 mg. Cirile,30 a inicios del siglo XX, propuso el término analgesia preventiva, con bloqueos regionales combinados con anestesia general para disminuir el dolor postoperatorio. La terapia analgésica farmacológica, por cualquier vía, es preventiva, genera neuroplasticidad con modificación estable de los neurotransmisores y de la sensación de dolor.31,32 En este trabajo se utilizó analgesia multimodal con anestesia epidural torácica. El esquema de analgesia preventiva se inició 60 minutos antes de la cirugía, con terapia infusional ketoprofeno-tramadol a las dosis de: 100 mg de ketoprofeno, 100 mg de tramadol en 100 mL de solución fisiológica, seguido de una infusión con 0.2 mg/kg/hora de tramadol y 2 mg/kg/24 horas de ketoprofeno en 1000 mL de solución fisiológica. La terapia con bomba de infusión logra la analgesia con ausencia de picos de dolor, con precisión en el aporte de productos y reflejada en el sistema nociceptivo con mejor control del dolor.17 Objetivo General: comparar la eficacia analgésica de ketoprofenotramadol en terapia infusional vs terapia analgésica convencional en diferentes modalidades de cirugía laparoscópica, específicamente para el control del dolor de hombro en pacientes a quienes se aplicó anestesia regional. Específicos 1. Analizar la eficacia analgésica del ketorolaco para el control del dolor de hombro en pacientes postoperados mediante cirugía laparoscópica con anestesia regional. 2. Analizar la eficacia analgésica del ketoprofeno para el control del dolor de hombro en pacientes postoperados mediante cirugía laparoscópica con anestesia regional. 3. Analizar la eficacia analgésica del tramadol más ketoprofeno para el control del dolor de hombro en pacientes postoperados mediante cirugía laparoscópica con anestesia regional. 4. Identificar los efectos adversos de los fármacos en estudio. Hipótesis La administración, 60 minutos antes del procedimiento, de 100 mg de tramadol e igual dosis de ketoprofeno por vía intravenosa, continuando con terapia infusional de tramadol 0.2 mg/kg/hora-ketoprofeno 2 mg/kg/24 horas, alcanza la eficacia analgésica en pacientes con síndrome de hombro doloroso durante el transoperatorio en cirugía laparoscópica con anestesia regional. Hipótesis nula La administración de tramadol 100 mg-ketoprofeno 100 mg vía intravenosa 60 minutos antes del procedimiento y conti- 188 Cirugía y Cirujanos Terapia infusional en hombro doloroso nuando con terapia infusional de tramadol 0.2 mg/kg/hora/ ketoprofeno 2 mg/kg/24 horas no alcanza la eficacia analgésica esperada en el síndrome de hombro doloroso durante el trans/operatorio en cirugía laparoscópica bajo anestesia regional. Material y métodos Ensayo clínico, no aleatorizado, al que se incluyeron pacientes de uno y otro sexo, mayores de 18 y menores de 70 años, con clasificación de riesgo anestésico ASA I-II, intervenidos quirúrgicamente en el Hospital General de Cerralvo, Nuevo León, mediante colecistectomía laparoscópica con anestesia neuroaxial epidural torácica. Se excluyeron los pacientes con contraindicación para anestesia neuroaxial, con antecedente de reacción alérgica a cualquiera de los fármacos utilizados en este estudio, en tratamiento con fármacos anticoagulantes orales o parenterales, antidepresivos, pacientes psiquiátricos, sépticos o con alguna enfermedad hematológica. El cálculo del tamaño de muestra se realizó con base en proporciones y arrojó una muestra de 60 pacientes que fueron divididos en cuatro grupos. Tokyo Japan, Europe N.V. 3001 Leven Belgium) 60 minutos previos a la cirugía (de forma preventiva). La dosis se individualizó según el peso del paciente, con la siguiente distribución: grupo I (convencional) 15 pacientes tratados con: ketorolaco 1 mg/kg en 100 mL en solución fisiológica al 0.9%, dosis máxima al peso ideal del paciente. Grupo II a 12 pacientes se les suministró: ketoprofeno 100 mg en 100 mL de solución fisiológica 60 minutos antes del inicio de la cirugía; además, infusión con ketoprofeno 2 mg/ kg/24 horas en 1000 mL de solución fisiológica al 0.9%. En el grupo III 14 pacientes recibieron el esquema de tramadol 50 mg-ketoprofeno 50 mg en 100 mL de solución fisiológica; además de infusión con tramadol 0.1 mg/kg/hora-ketoprofeno 1 mg/kg/24 horas en 1000 mL de solución fisiológica al 0.9%. El grupo IV, con 15 pacientes, recibió el esquema sugerido como ideal: ketoprofeno 100 mg-tramadol 100 mg en 100 mL de solución fisiológica, infusión con tramadol 0.2 mg/kg/hora-ketoprofeno 2 mg/kg/24 horas en 1000 mL de solución fisiológica al 0.9%. Todos los pacientes permanecieron con monitorización no invasiva, con electrocardiografía, determinación de frecuencia cardiaca, tensión arterial media, saturación de hemoglobina (SpO2), temperatura, frecuencia respiratoria y capnografía (dióxido de carbono expirado, captado en la mascarilla de oxígeno de 3 a 6 litros por minuto), cada cinco minutos hasta terminar el procedimiento. Medición de las variables principales Las variables medidas fueron: edad, sexo, dolor, analgesia de rescate, tiempo quirúrgico, dióxido de carbono espirado (EtCO2), náusea, vómito, sudoración, diaforesis, mareos o somnolencia. Procedimiento: los pacientes se asignaron por conveniencia a uno de los cuatro grupos de tratamiento. A todos se les administró una precarga con solución Hartmann de 500 mL, con balance de líquidos de acuerdo con los requerimientos de cada paciente. Previo al procedimiento de anestesia neuroaxial epidural los pacientes se trataron con: ranitidina 50 mg y ondansetron 4 mg. La sedación se realizó con propofol dosis de carga 0.25 a 0.50 mg/kg con mantenimiento de 0.025 mg/kg/minuto (1.50 mg/kg/hora), buscando escala de Ramsay 2. En todos los pacientes se utilizó la anestesia neuroaxial epidural torácica continua a nivel de T10-11, lidocaína al 2% 1: 400,000, 300 mg, 15 mL; la segunda dosis con bupivacaína 0.5% 37.5 mg, 7.5 mL. En estos pacientes, al introducir el dióxido de carbono se utilizó una aguja de 11 mm con un puerto de 3 mm, la presión de dióxido de carbono intrabdominal fue de 14-15 mmHg. El grupo I recibió analgesia al inicio de la anestesia, los grupos II, III y IV recibieron terapia con bomba de infusión Terumo Corporation (Terfusion infusion pump TE 171, Aspectos éticos Este proyecto recibió la aprobación del Comité de Investigación y Enseñanza de la Secretaría de Salud en el Estado de Nuevo León, previo consentimiento informado. Análisis estadístico Se diseñaron hojas de registro específicamente para el estudio. Las características generales de la población se presentan en medidas de tendencia central y dispersión, con frecuencias y rangos en las cualitativas y media y desviación estándar en las cuantitativas. Para determinar si existía diferencia estadísticamente significativa entre los grupos se utilizó la prueba de Kruskal-Wallis para más de dos grupos no pareados, se consideró valor estadísticamente significativo al de p < 0.05. Resultados Se incluyeron al estudio 56 pacientes, con predominio del sexo femenino con 87.5% (49 pacientes) y 12.5% (7 pa- Volumen 81, No. 3, Mayo-Junio 2013 189 Ureña-Frausto CA y colaboradores cientes). No hubo diferencias en edad entre los grupos. La población se distribuyó en uno de los cuatro grupos de la manera siguiente: grupo I: 15 pacientes (27%), grupo II: 12 pacientes (21%), grupo III: 14 pacientes (25%), y grupo IV: 15 pacientes (27%). El estado físico de los pacientes, según la clasificación de la American Society of Anesthesiology, fue: ASA I: 42 pacientes (75%), y ASA II: 14 pacientes (25%). La incidencia de dolor de hombro fue de 84%. El grupo I tuvo 42 episodios de dolor, con predominio de la categoría de dolor severo en 37 eventos (88%), moderado en 4 (9.5%), leve en 1 (2.3%). El grupo II sufrió dolor severo en 13 eventos (68.4%) y dolor moderado en 6 (31.5%). El grupo III experimentó dolor severo en 16 eventos (61.5%), dolor moderado en 10 (38.4%). El grupo IV padeció dolor severo en 2 eventos (13%), y dolor moderado en 14 (88%) (Cuadro I). El grupo I tuvo más eventos de dolor severo (88%). En un paciente el dolor leve se debió a la persistencia, incluso con fentanilo, a diferencia del grupo IV, que registró menos eventos de dolor y de menor intensidad, desplazó una categoría moderada en 88% de los eventos de dolor (Cuadro II) (Figura 1). Al evaluar el segundo criterio de eficacia analgésica se consideró que la administración de rescate con fentanilo reduce la pendiente de la curva de respuesta al dióxido de carbono con disminución de la ventilación minuto (Cuadro III) (Figuras 2 y 3). El requerimiento de rescate de fentanilo en el grupo I fue en 100% de los pacientes; en el grupo II 92% requirió rescate y sólo un paciente no lo requirió. El 93% del grupo III ameritó la administración de analgesia de rescate (algunos pacientes requirieron más de un rescate para el control del dolor). Mientras que en el grupo IV sólo 67% ameritó analgesia de rescate, una diferencia estadísticamente significativa (Cuadros IV y V). Al efectuar las maniobras de aplicación de presión intrabdominal de dióxido de carbono de 14-15 mmHg durante el neumoperitoneo no se realizaron procedimientos que alteraran las características del dolor para controlar posibles sesgos que alteraron los resultados. Sin embargo, en el grupo IV el 100% de los pacientes conservó el automatismo ventilatorio durante el procedimiento y se observó aumento compensatorio de la frecuencia respiratoria de 18 a 24 por minuto. También el dióxido de carbono expirado se mantuvo más estable, con una media de 31.8 ± 1.3 mmHg, a Cuadro I. Tiempo quirúrgico, dolor e intensidad en grupos de estudio Grupo T. Qx. Índice de media Eventos de Nada de dolor dolor Confianza 95% Leve Moderado Severo I 87.3 79.2 - 95.4 42 0 1 4 37 II 80.4 73.0 - 87.8 19 1 0 6 13 III 81.4 72.2 - 90.6 26 1 0 10 16 IV 82.6 72.2 - 90.6 16 5 0 14 2 total 82.9 75.0 - 90.8 103 7 1 34 68 T. Qx.= Tiempo quirúrgico Cuadro II. Eventos de dolor y escala visual análoga en grupos de estudio Grupo Eventos de dolor Nada de dolor EVA 0 - 3 n EVA 4 - 6 % n % EVA 7 - 10 n % I 42 0 1 2.3 4 9.5 37 88 II 19 1 0 0 6 31.5 13 68.4 III 26 1 0 0 10 38.4 16 61.5 IV 16 5 0 0 14 88 2 13 total 103 7 1 0 34 33 68 66 EVA=escala visual análoga 190 Cirugía y Cirujanos Terapia infusional en hombro doloroso 3 2.5 2 1.5 1 0.5 0 0 5 10 15 20 25 30 35 40 45 50 55 60 Ketorolaco 1mg/kg tramadol 0.1 mg/kg/hora - ketoprofeno 1 mg/kg/24 horas Ketoprofeno 2 mg/kg/24 horas tramadol 0.1 mg/kg/hora - ketoprofeno 1 mg/kg/24 horas 65 70 75 Figura 1. Dolor transoperatorio promedio en grupos de estudio. Escala categoría de dolor (0-3) en minutos (tiempo). Cuadro III. Terapia de rescate en grupos de estudio Grupo No rescate Si rescate pacientes frecuencia % frecuencia % total I 0 0 15 100 15 II 1 8.3 11 91.6 12 III 1 7.1 13 92.8 14 IV 5 33.3 10 66.6 15 total 7 12.5 49 87.5 56 p= .038 60 56.79 50 60 50 40 31.88 40 30 22.05 30 20 20 12.3 10 10 0 0 I II III IV Fentanilo mcg/ kg Figura 2. Requerimientos de fentanilo mcg/kg utilizado en grupos de estudio. I II III IV Rescate con fentanilo mcg/kg Figura 3. Rescate total con fentanilo en mcg/kg en grupos de estudio. Volumen 81, No. 3, Mayo-Junio 2013 191 Ureña-Frausto CA y colaboradores Cuadro IV. Analgesia de rescate con fentanilo; dosis total en el transoperatorio Grupo I II III IV Pacientes Sin rescate 0 1 1 5 7 0.05 mg dosis total 0 2 1 5 8 0.1 mg dosis total 2 3 3 3 11 0.15 mg dosis total 1 2 3 1 7 0.2 mg dosis total 3 3 3 1 10 0.3 mg dosis total 6 1 3 0 10 0.4 mg dosis total 3 0 0 0 3 total 15 12 14 15 56 diferencia del grupo I que tuvo tendencia a la depresión ventilatoría con una media de 26.6 ± 4.1 mmHg; cuatro pacientes requirieron apoyo ventilatorio con oxígeno al 100% con mascarilla a presión positiva. Los grupos II y III no mostraron diferencias estadísticamente significativas (Figura 4). La presión arterial permaneció estable en los cuatro grupos (Figura 5). Durante el transoperatorio 48.21% (27) de los pacientes tuvo bradicardia, dos con frecuencia cardiaca menor de 50 latidos por minuto; todos reaccionaron favorablemente a la aplicación de 0.5 mg de atropina por vía intravenosa. La temperatura que inició baja en los grupos, fue en aumento. En el grupo I (convencional) un paciente tuvo náusea y vómito al final de la cirugía, y dos pacientes sufrieron ansiedad al aparecer el dolor de hombro al iniciar el neumoperitoneo (Cuadro VI). Discusión En México, la cirugía laparoscópica se limita a anestesia general,33 con una anestesia espinal nivel T2-T4;8,34,35 o, como en nuestro estudio, con anestesia epidural nivel T4, T6, con presiones de dióxido de carbono durante el neumoperitoneo 14-15 mmHg o con bajas presiones de 8-10 mmHg.15,35 La muerte celular peritoneal causada por la combinación de bajas temperaturas de gas a 21ºC y el efecto secante del gas 0.0002% del CO210 va a generar dolor transoperatorio en el hombro. Para el adecuado tratatamiento anestésico se requiere monitorización estricta, temprana y adecuada del dióxido de carbono expirado (EtCO2) para detectar oportunamente el embolismo gaseoso11 y poder aplicar la analgesia multimodal que realmente controle el dolor originado por el síndrome de hombro doloroso durante el transoperatorio de la cirugía laparoscópica. Esto permite reducir la aplicación de complementos analgésicos narcóticos y conservar el automatismo ventilatorio, minimizar las características del dolor de hombro y evitar complicaciones.14,36 Para el tratamiento analgésico del dolor de hombro con anestesia regional se han utilizado diferentes fármacos, entre ellos un anestésico local con un narcótico (fentanilo 0.02 mg) en combinación con analgésicos opioides endovenosos durante la anestesia espinal. Sinha y su equipo de trabajo14 aplicaron analgesia preventiva para el dolor de hombro a 2,996 pacientes; de éstos, 571 (12.29%) manifestaron molestia y ansiedad y 10 requirieron conversión de anestesia regional a anestesia general. Bessa y su grupo37 estudiaron un grupo de 30 pacientes a quienes se administró anestesia espinal lumbar (diclofenaco 75 mg más fentanilo 20 mcg subaracnoideo) como tratamiento preventivo; nueve pacientes (30%) tuvieron dolor de hombro durante la colecistectomía laparoscópica: dos de ellos (6.7%) dolor leve, 23% moderado, dos (6.7%) cefalea y tres retención urinaria. Para prevenir el dolor de hombro durante una colecistectomía laparoscópica, Tzovaras y sus colaboradores38 aplicaron a un grupo de pacientes con índice de masa corporal de 30, anestesia espinal lumbar más 0.25 mg de morfina y 0.02 mg de fentanilo. El resultado fue que 43% de 50 pacientes con dolor severo requirieron se agregara fentanilo; 6% tuvo, además, retención urinaria. Van Zun- Cuadro V. Frecuencia y dosis de rescate de fentanilo en cada grupo de estudio Grupo Fentanilo 0.05 mg dosis Fentanilo 0.1 mg dosis Fentanilo mcg/kg utilizada en cada grupo Fentanilo mcg/kg dosis más alta Pacientes Pacientes con apoyo ventilatorio 5 37 56.79 7.27 0 4 II 6 13 22.05 4.61 1 1 III 10 16 31.88 4.61 1 1 IV 14 2 12.3 2.7 5 0 total 33 69 123.02 19.19 7 6 I 192 Cirugía y Cirujanos Terapia infusional en hombro doloroso 40 30 20 10 0 0 5 10 15 20 25 30 Ketorolaco 1 mg/kg 35 40 45 50 55 60 65 70 75 80 85 90 95 100 85 90 tramadol 0.1 mg/kg/hora - ketoprofeno 1 mg/kg/24 horas tramadol 0.2 mg/kg/hora - ketoprofeno 2 mg/kg/24 horas Ketoprofeno 2 mg/kg/24 horas mmHg en minutos (tiempo) Figura 4. Dióxido de carbono espirado (etCO2) promedio en grupos de estudio. 110 100 90 80 70 60 0 5 10 15 Ketorolaco 1mg/kg 20 Ketoprofeno 2 mg/kg/24 horas mmHg en minutos (tiempo). 25 30 35 40 45 50 55 60 65 70 tramadol 0.1 mg/kg/hora - ketoprofeno 1 mg/kg/24 horas tramadol 0.2 mg/kg/hora - ketoprofeno 2 mg/kg/24 horas 75 80 Figura 5. Tensión arterial media promedio en el grupo de estudio. dert y sus coautores34 estudiaron 20 pacientes con índice de masa corporal, de un grupo de 32, a quienes aplicaron anestesia espinal torácica y fentanilo (50-100 mg); 5 pacientes sufrieron dolor de hombro y 6 malestar. Está demostrado que con la anestesia espinal no se consigue en todos los pacientes la eficacia analgésica adecuada; además de que hay efectos secundarios como, punción del cordón espinal, cefalea postpunción, retención urinaria e hipotensión arterial.34,37,38 Lee y sus colaboradores8 aplicaron, en forma epidural, 50 mcg de fentanilo y 2 mcg/kg por vía intravenosa a 12 pacientes tratados con anestesia epidural torácica. Del total del grupo, 11 tuvieron dolor de hombro, 6 severo que requirieron 50 mcg de fentanilo; 5 necesitaron dosis adicionales de fentanilo (el dolor de hombro fue el mayor problema, no fue fácil de tratar y ameritaron varias inyecciones de fentanilo, sin referir cuántas); debido al dolor un paciente requirió conversión a anestesia general y otro apoyo venti- Volumen 81, No. 3, Mayo-Junio 2013 193 Ureña-Frausto CA y colaboradores Cuadro VI. Eventos adversos trans-operatorio Bradicardia grupo Náusea y vomito frecuencia % frecuencia % I 4 II 9 26.6 1 75 0 Ansiedad frecuencia % 6.6 2 13.3 0 0 0 III 6 42.85 0 0 0 0 IV 8 53.3 0 0 0 0 total 27 48.21 1 1.78 2 3.57 latorio con mascarilla; 8 pacientes con hipotensión arterial y uno con retención urinaria. En cirugía laparoscópica la anestesia epidural torácica ofrece grandes ventajas; sin embargo, los pocos avances en eliminar el dolor excluyen su elección.12 Yi y su grupo35 reportaron que una insuflación de inicio lenta con aguja de Veress (2 mm) evita la estimulación del nervio vago. Lee y sus colaboradores8 reportaron bradicardia inferior a 50 en 2 pacientes, de inicio utilizaron un trocar de 10 mm; en nuestro trabajo, con trocar de 11 mm hubo disminución de la frecuencia cardiaca con resultados similares. Oberhofer y sus coautores,39 al evaluar la eficacia y seguridad con 100 mg de ketoprofeno en 30 minutos-ketoprofeno 100 mg/9 horas en infusión y tramadol 200 mg más metamizol 5 g/24 horas en infusión con rescate de tramadol 25 mg, en cirugía abdominal mayor, reportaron que el ketoprofeno disminuye en 30% la escala de dolor con reducción del rescate con tramadol. Tuncer y su grupo29 reportaron un efecto adicional del ketoprofeno con el tramadol, 25 pacientes recibieron 100 mg de ketoprofeno en bolo al final de la cirugía y analgesia con bomba de infusión con 20 mg de tramadol en 10 minutos durante 24 horas en cirugía ginecológica de cáncer, reportaron un consumo de tramadol menor, pero sin diferencias significativas con el grupo placebo. Conclusión Nuestro estudio demostró que durante la cirugía laparoscópica, la incidencia de dolor de hombro es alta en pacientes tratados con anestesia regional. El tratamiento analgésico eficaz, seguro y con pocos efectos secundarios es la combinación de tramadol más ketoprofeno. Este esquema de terapia infusional disminuye la probabilidad de depresión respiratoria, y los riesgos de broncoaspiración y problemas relacionados con la manipulación de la vía aérea. Se recomienda este esquema analgésico en poblaciones similares a la nuestra. Referencias 1. IASP Task Force on Taxonomy. Part III: The pain terminology. En: Classification of Chronic Pain Descriptions of Chronic Pain Syndromes and Definitions of Pain Terms. Second Edition. Seattle Washington, ISAP Press 1994;209-214. 2. Ramachandran SK, Nafiu OO, Ghaferi A, Tremper KK, Shanks A, Kheterpal S. Independent Predictors and Outcomes of Unanticipated Early Postoperative Tracheal Intubation after Nonemergent, Noncardiac Surgery. Anesthesiology 2011;115:44-53. 3. Mille Loera JE, Álvarez Vega J. Técnicas de anestesia combinada (epidural + general) en cirugía radical. 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Suprarrenalectomía laparoscópica: la mejor opción de tratamiento quirúrgico María Maestre-Maderuelo, Marife Candel-Arenas, Emilio Terol-Garaulet, Francisco Miguel González-Valverde, Antonio Albarracín Marín-Blázquez Resumen Abstract Antecedentes: la vía de acceso laparoscópico es la técnica de elección en el tratamiento quirúrgico de la glándula suprarrenal, excepto del carcinoma suprarrenal. Objetivo: revisar nuestra experiencia en suprarrenalectomías laparoscópicas por vía lateral transperitoneal efectuadas entre los años 2005 y 2012. Material y método: estudio descriptivo y retrospectivo efectuado mediante la revisión de historias clínicas de 37 pacientes con diagnóstico, al alta, de tumor adrenal y a quienes se hizo adrenalectomía laparoscópica entre abril de 2005 y abril de 2012. Se consideraron los siguientes datos: edad, sexo, lateralidad, indicación quirúrgica, resultados anatomopatológicos, tamaño de la lesión, estancia hospitalaria, tasa de conversión y complicaciones perioperatorias. Resultados: durante el periodo de estudio se intervinieron 37 pacientes (19 varones y 18 mujeres) con edad media de 51.72 ± 14.42 años. Se realizaron 22 adrenalectomías izquierdas (59.45%) y 15 derechas (40.54%). Las indicaciones de suprarrenalectomía fueron: incidentaloma mayor de 4 cm o con crecimiento rápido y tumores productores de hormonas. El diagnóstico se confirmó con tomografía computada, resonancia magnética, o ambas, y con gammagrafía metaiodobencilguanidina en el caso de sospecha de feocromocitoma y estudio hormonal completo en todos los pacientes. Conclusiones: la suprarrenalectomía laparoscópica sigue siendo la técnica de elección en el tratamiento de pacientes con afectación de la glándula suprarrenal porque ha demostrado ser segura y eficaz, como quedó confirmado en nuestra serie, que tuvo resultados similares a los de la bibliografía. Background: Laparoscopic approach has become the gold standard for the surgical treatment of suprarenal gland. Nevertheless there is still controversy for the laparoscopic treatment of adrenal carcinoma. Material and Methods: From April 2005 to April 2012, 37 laparoscopic adrenalectomies were performed. We describe and analyze retrospectively: age, sex, side, indication for surgery, tumor size, length of hospital stay, complications and conversion rate. Results: 37 Patients, 19 male and 18 female, aged 51.72 ± 14.42 years, were operated between 2005 and 2012. Twenty-two leftsided lesions (59.45%) and 15 right-sided lesions (40.54%) were performed. The indications for surgery were non-functioning adenoma larger than 4 cm or rapid growth and hormone-secreting tumours. The diagnosis was confirmed in all the cases with computed tomography and or magnetic resonance imaging and also metaiodobenzylguanidine scintigraphy if pheochromocytoma was suspected. In all the cases we realized a complete pre-operative hormonal study. Conclusions: Laparoscopic adrenalectomy is a safe procedure and gold standard technique for suprarenal surgery. Our experience is very satisfactory, with comparable results with the reference standard open approach. Palabras clave: laparoscopia, adrenalectomía, tumor suprarrenal. Key words: Laparoscopy, adrenalectomy, suprarenal tumor. Servicio de Cirugía General. Hospital General Universitario Reina Sofía, Murcia, España. Correspondencia: Dra. María Maestre Maderuelo Hospital General Universitario Reina Sofía Av. Intendente Jorge Palacios 1, 6º piso. Murcia 30003 España. Tel.: +34968359000 / Fax: +34968359655 Correo electrónico: maderueloes@hotmail.com Recibido: 17 de julio 2012. Aceptado: 29 de enero 2013. Introducción Desde que en 1992 Gagner y su grupo describieron su experiencia en suprarrenalectomía laparoscópica transperitoneal efectuada en tres pacientes con tumores suprarrenales benignos, múltiples publicaciones han demostrado la factibilidad y seguridad de esta opción de tratamiento. A finales de la década de 1990, la suprarrenalectomía laparoscópica se convirtió en el patrón de referencia quirúrgico en el tratamiento de la mayor parte de las masas suprarrenales 196 Cirugía y Cirujanos Suprarrenalectomía laparoscópica benignas debido, principalmente, a su eficacia y a las ventajas generales de la cirugía mínimamente invasiva. Varios autores han descrito la superioridad de la vía laparoscópica frente a la cirugía abierta en casos de lesiones benignas funcionantes o incidentalomas;1-4 en la actualidad es una técnica habitual en numerosos centros hospitalarios. El abordaje laparoscópico de la glándula suprarrenal se considera hoy día la técnica de elección en el tratamiento de adenomas productores, incidentalomas mayores de 4 cm y metástasis a este nivel, con excepción del aún controvertido carcinoma suprarrenal en el que parece más indicado el abordaje abierto.1,2 Las ventajas de este abordaje son conocidas: mínima incisión, disminución del dolor postoperatorio y reducción de la estancia hospitalaria, además de permitir buen control y acceso a los pedículos vasculares.3 Presentamos una revisión de nuestra experiencia en suprarrenalectomías laparoscópicas por vía lateral transperitoneal realizadas de 2005 a 2012. Material y métodos Estudio descriptivo y retrospectivo efectuado mediante la revisión de las historias clínicas de 37 pacientes con diagnóstico, al alta hospitalaria, de tumoración adrenal, con intervención laparoscópica y confirmación histológica, atendidos en el Hospital General Universitario Reina Sofía de Murcia entre el 2 de abril de 2005 y el 23 de abril de 2012. La selección se hizo de la base de datos del servicio de Documentación, tomando los pacientes que recibían el código de adrenalectomía (07.22) de acuerdo con la Clasificación Internacional de Procedimientos (Volumen 3 de la CIE-9MC). El protocolo del estudio fue aprobado por la Comisión de Investigación del Centro. Se analizaron retrospectivamente los siguientes datos: edad, sexo, lado a intervenir, indicación quirúrgica, resultados anatomopatológicos, tamaño de la lesión, estancia hospitalaria, tasa de conversión y complicaciones perioperatorias. En cuanto a la técnica quirúrgica, el abordaje fue lateral transperitoneal con el paciente en decúbito lateral derecho o izquierdo en función del lado a intervenir, junto con un balón neumático bajo la cintura para maximizar el área entre la cresta ilíaca y la pared costal.3 El neumoperitoneo se realizó con aguja de Veress a 15 mmHg insertada en la línea media clavicular bajo el reborde costal, aunque con frecuencia recurrimos al acceso a la cavidad peritoneal mediante trocar de visión directa de 11 mm que utilizamos para la introducción de la óptica. Enseguida se colocaron dos trocares más, uno de 11 mm y otro de 5 mm, y en caso necesario se colocó un cuarto trocar de 5 mm (especialmente en las adrenalectomías derechas para la introducción del separador hepático a nivel epigástrico). La óptica utilizada es de 0º y en todos los casos se empleó una bolsa para la extracción de la pieza quirúrgica ampliando el trocar de 11 mm lo necesario para obtener la pieza sin fragmentarla. Generalmente se dejó un drenaje ambiental en el lecho quirúrgico, que fue retirado con débitos menores de 50 cm3. Adrenalectomía derecha Generalmente colocamos un cuarto trocar de 5 mm luego del inicio del neumoperitoneo en el epigastrio, para elevar el lóbulo hepático derecho, lo que permite la exposición de la cara anterior del riñón derecho y el borde lateral de la vena cava inferior. Comenzamos la disección realizando una apertura del peritoneo a lo largo del borde medial de la vena cava inferior, movilizando el hígado hacia atrás. Una vez expuesto el borde medial de la vena cava, se identificó la vena adrenal principal que se seccionó entre clips y se continuó hasta la disección completa de la glándula en donde se identificaron y cliparon las venas accesorias. Adrenalectomía izquierda La disección comenzó estableciendo un plano entre la cara anterior del riñón izquierdo, lateral y dorsal al bazo y a la cola del páncreas, se liberó el ligamento esplenocólico y movilizó el bazo lateralmente, también se liberó el ángulo esplénico de manera que quedaran expuestos el polo superior del riñón y la glándula suprarrenal. Este plano es prácticamente avascular, por lo que permite una disección segura. Posteriormente localizamos y clipamos la vena suprarrenal izquierda disecando el borde inferior y medial de la glándula adrenal para continuar la disección de medial hasta el borde superior y lateral. Resultados Entre los años 2005 y 2012 se intervinieron 37 pacientes (19 varones y 18 mujeres) con edad media de 51.72 ± 14.42 años. Se realizaron 22 adrenalectomías izquierdas (59.45%) y 15 derechas (40.54%) El feocromocitoma fue la indicación predominante en nuestra serie con 35.13% de los casos (13 pacientes). La lesión de mayor tamaño fue de 5.5 cm. En todos los pacientes se administró medicación alfa-bloqueante de manera preoperatoria controlada por el servicio de Endocrinología, con aceptable control hemodinámico en el postoperatorio inmediato. Del total de pacientes intervenidos en nuestra serie, 32.43% de los casos (12 pacientes) fueron incidentalomas. Volumen 81, No. 3, Mayo-Junio 2013 197 Maestre Maderuelo M y colaboradores La tumoración de mayor tamaño intervenida con este diagnóstico fue de 7.5 cm. En nuestra serie de casos, el síndrome de Cushing supone 10.81% (4 pacientes); la lesión de mayor tamaño fue de 6.5 cm. El síndrome de Cushing subclínico representa 8.10% (3 pacientes). Para evitar la insuficiencia suprarrenal aguda se administraron, durante la intervención y en el postoperatorio inmediato, 100 mg de hidrocortisona cada 12 horas por vía intravenosa disminuyendo progresivamente hasta alcanzar la dosis oral de mantenimiento. En 8.10% de los casos (3 pacientes) la indicación de la cirugía fue hiperaldosteronismo primario. Previo a la cirugía se controlaron las cifras de tensión arterial e hipopotasemia con espironolactona a dosis bajas, junto con nifedipino. La tumoración de mayor tamaño extirpada fue de 1.5 cm. Resultados anatomopatológicos El análisis anatomopatológico demostró 59.45% de adenomas con tamaño medio de 3.45 ± 1.64 cm, seguidos de hiperplasia medular (13.51%), feocromocitoma (8.10%), mielolipoma (8.10%), hiperplasia cortical y mixta, hamartoma. Estancia media, porcentaje de conversión y complicaciones La estancia media hospitalaria fue de 5.45 ± 3.3 días con conversión a cirugía abierta de 8.10% (3 casos). Las causas de la conversión fueron: adherencias por cirugía previa abdominal, imposibilidad para realizar el neumoperitoneo y quiste renal izquierdo gigante que dificultaba la manipulación laparoscópica de la glándula suprarrenal. No hubo mortalidad en el postoperatorio inmediato. Tres pacientes del total (8.10%) tuvieron complicaciones postoperatorias que prolongaron la estancia hospitalaria por mal control de la presión arterial, evisceración que precisó reintervención y en otro de los casos salida de material hemático a través del drenaje ambiental que se trató conservadoramente con transfusión de hemoderivados con buena evolución. Discusión Las indicaciones de la suprarrenalectomía fueron: incidentaloma mayor de 4 cm o con crecimiento rápido y tumores productores de hormonas (feocromocitoma, aldosteronoma, síndrome de Cushing). El diagnóstico se confirmó en todos los casos con tomografía computada, resonancia magnética, o ambas, y con gammagrafia metaiodobencilguanidina en el caso de sospecha de feocromocitoma y estudio hormonal completo en todos los pacientes.4 Feocromocitoma Los feocromocitomas son tumores que derivan de las células cromafines de la médula suprarrenal. Se denominan paragangliomas los tumores que se localizan fuera de la glándula suprarrenal (10%). Son esporádicos y la afectación es adrenal y unilateral. Los casos familiares suponen 25% del total y pueden formar parte del síndrome MEN 2a (carcinoma medular de tiroides, feocromocitoma e hiperparatiroidismo) o MEN 2b (carcinoma medular de tiroides, feocromocitoma y neuromas).2 En nuestra serie de casos no se describen casos familiares; todos los casos fueron unilaterales. Los síntomas derivados de la producción excesiva de catecolaminas son la hipertensión arterial, que se encuentra en 90% de los casos, que puede originar crisis paroxísticas hasta en 20 a 50% de los pacientes, cefalea, sudoración, arritmias y miocardiopatía, etc. El diagnóstico de feocromocitoma maligno se establece por la invasión de estructuras vecinas, la recidiva local y metástasis; en la actualidad no existen criterios citológicos definitivos de malignidad.5 Los feocromocitomas de gran tamaño suelen ser parcialmente quísticos y por ello frágiles, por lo que consideramos que en los casos en los que la disección es difícil, la experiencia del cirujano debe determinar la conversión a cirugía abierta con el fin de asegurar la extirpación segura. Incidentaloma Los incidentalomas son tumores adrenales silentes que se descubren casualmente en estudios de imagen. La mayoría de los incidentalomas son tumores benignos no secretores, aunque 3-5% corresponden a carcinomas suprarrenales y la prevalencia de malignidad aumenta con el diámetro del tumor.5 Tras evidenciar en pruebas de imagen la existencia de un tumor adrenal deben realizarse estudios de laboratorio que incluyan metanefrinas y catecolaminas en orina de 24 horas, ionograma plasmático (incluido en el estudio aldosterona y renina en pacientes con hipertensión arterial asociada con hipocalcemia) y cortisol libre urinario. Es importante la correcta valoración de la historia clínica del paciente, con especial atención a la hipertensión arterial, obesidad, virilización; o antecedentes de cáncer en otra localización, para descartar la posibilidad de metástasis a este sitio. 198 Cirugía y Cirujanos Suprarrenalectomía laparoscópica La cirugía está indicada en incidentalomas de cuatro centímetros o mayores, con crecimiento a lo largo del seguimiento realizado, productores de hormonas o en los que se sospeche malignidad, independientemente del tamaño.6 Síndrome de Cushing La hipersecreción de cortisol de la glándula suprarrenal origina el síndrome de Cushing que se manifiesta, clínicamente, como: obesidad troncular, hipertensión arterial y diabetes. También son habituales la astenia importante, la debilidad y la atrofia muscular. El exceso de glucocorticoides puede deberse a hiperproducción de adrenocorticotropina hipofisaria por adenoma o microadenoma a este nivel, representa 70% de los casos, o bien por producción ectópica de corticotropina en 10% de los pacientes (carcinoide pulmonar, tumores pancreáticos, carcinoma pulmonar de células pequeñas, carcinoma medular de tiroides). El síndrome de Cushing de origen suprarrenal o adrenocorticotropina independiente que representa 10% de los casos por adenomas a este nivel, 10% corresponden a carcinomas y excepcionalmente a hiperplasia adrenal bilateral primaria. Ante la sospecha de hipercortisolismo debe realizarse una determinación plasmática de cortisol libre urinario o bien el test de frenado con 1 mg de dexametasona a las 23 horas y determinar el cortisol plasmático por la mañana. Si el cortisol urinario es normal y el test de frenado también, se puede excluir el síndrome de Cushing. Para determinar la dependencia o independencia de adrenocorticotropina deben realizarse determinaciones plasmáticas de adrenocorticotropina basales y tras la administración de 8 mg de dexametasona al día durante dos días. En los casos en los que la adrenocorticotropina sea baja o indetectable, junto con ausencia de supresión de cortisol, el origen será adrenal. Las cifras elevadas de adrenocorticotropina, junto con cortisol no suprimido, son indicativas de secreción ectópica de adrenocorticotropina y las cifras normales o altas de adrenocorticotropina con cortisol suprimido apuntan a origen hipofisario. Figura 1 Un escenario clínico particular es el denominado síndrome de Cushing subclínico o pre-Cushing que se aplica a los adenomas adrenales clínicamente no funcionantes, pero con secreción de cortisol autónoma, aunque insuficiente para producir síntomas. La prevalencia va de 5 a 20% de los incidentalomas suprarrenales y, en general, cuanto mayor es el número de alteraciones bioquímicas al diagnóstico, mayor es la probabilidad de aumento del tamaño del adenoma o desarrollo de adenoma bilateral.7,8 Figura 1. Pieza quirúrgica de resección por síndrome de Cushing con adenoma de 3 cm. Las alteraciones hormonales más frecuentes descritas (hasta en 28%) son: disminución de las concentraciones de dehidroepiandrosterona y adrenocorticotropina. La pérdida de ritmo circadiano, con elevación de cortisol nocturno es también un hallazgo frecuente que se considera el primer marcador del cuadro con valores de cortisol basal dentro de la normalidad. La adrenocorticotropina también suele ser baja o indetectable (Figura 2). Respecto a las pruebas de imagen, la gammagrafía con yodo-colesterol muestra captación unilateral y algunos autores defienden que esta captación representa un signo temprano de autonomía funcional; sin embargo, no debe utilizarse de manera sistemática. En la tomografía por emisión de positrones se demuestra aumento de la captación de fluorodesoxiglucosa, a diferencia de los no funcionantes, lo que indicaría incremento en la actividad metabólica y hormonal. A pesar de que no existe consenso en cuanto al algoritmo diagnóstico de esta enfermedad, la mayoría de los autores coincide en que deben demostrarse alteraciones en dos de las pruebas para establecer el diagnóstico. Aunque el leve hipercortisolismo no es suficiente para causar la alteración fenotípica del síndrome de Cushing, sí Figura 2. Sección de glándula suprarrenal derecha con adenoma de 3 cm causante de síndrome de Cushing. Volumen 81, No. 3, Mayo-Junio 2013 199 Maestre Maderuelo M y colaboradores hay evidencia de que es suficiente para inducir la resistencia insulínica con mayor incidencia de factores de riesgo cardiovascular y síndrome metabólico. Por esta razón la primera opción terapéutica es la adrenalectomía, que parece mejorar los parámetros clínicos y bioquímicos de riesgo cardiovascular, aunque por el momento se desconocen las complicaciones a largo plazo y no existen en la actualidad guías para el seguimiento de los pacientes no intervenidos.7 En nuestra experiencia consideramos que estos pacientes son aptos para el tratamiento quirúrgico porque luego de la adrenalectomía se ha evidenciado mejoría en los parámetros de laboratorio y clínicos que no supone añadir comorbilidad al paciente. Hiperaldosteronismo primario Se caracteriza por hiperproducción de aldosterona suprarrenal y supresión de la renina plasmática. Como parte del concepto de hiperaldosteronismo primario se consideran diferentes padecimientos: adenoma suprarrenal (25%) de entre 1.5-2 cm y la hiperplasia (75%) que puede ser idiopática (en la que se contraindica la cirugía) o adrenal primaria y la hiperplasia adrenal unilateral.6 Figura 3 Desde el punto de vista clínico es típico encontrar cifras elevadas de tensión arterial junto con hipopotasemia, lo que incrementa el riesgo cardiovascular, independientemente de las cifras de presión arterial. Para su diagnóstico es necesario determinar las cifras de potasio plasmático y urinario, las concentraciones de aldosterona y renina, retirando los fármacos hipotensores que puedan modificar la secreción de las mismas. Debe determinarse, también, el índice aldosterona-renina; el hiper aldosteronismo es sugerente cuando es superior a 30. El test postural y el test de captopril permiten diferenciar el Figura 3. Pieza quirúrgica de glándula suprarrenal izquierda correspondiente a hiperplasia. adenoma de la hiperplasia porque el primero muestra autonomía funcional y la hiperplasia es dependiente del sistema renina-angiotensina. Respecto a las pruebas de imagen a realizar la resonancia magnética aporta resultados similares a la tomografía computada.6 Carcinoma adrenal El carcinoma suprarrenal afecta a uno o dos pacientes por millón, anualmente. Dos tercios de los pacientes experimentan síntomas en el momento del diagnóstico debido a secreción hormonal (cortisol 30%, andrógenos 20%, estrógenos 10% y menos frecuente aldosterona 2%), tumor abdominal o dolor provocado por un tumor voluminoso o invasión local.5 Aunque en nuestra serie de casos no disponemos de datos de pacientes intervenidos mediante abordaje laparoscópico, por esta razón consideramos oportuno destacar la importancia de realizar una resección segura cuidando de no romper la cápsula que suponga diseminación tumoral. Hasta este momento, el consenso general respecto a esta enfermedad defiende la intervención mediante cirugía abierta, aunque recientes publicaciones abogan por la opción laparoscópica porque los resultados son similares en cuanto a recurrencia local y metástasis a distancia.9,10 En la serie multiinstitucional publicada por Bergamini y sus coautores11 se describen 833 pacientes a quienes se les hicieron adrenalectomías laparoscópicas estudiados en un periodo de 10 años, con tasas de complicaciones postoperatorias (quirúrgicas y médicas) de entre 8.5% y 6 ± 4 días de estancia hospitalaria, lo que confirma la idoneidad de la técnica siempre y cuando se realice en centros especializados y en manos de cirujanos con experiencia en cirugía laparoscópica. La suprarrenalectomía laparoscópica sigue siendo la técnica de elección en el abordaje de la glándula suprarrenal y sus indicaciones son: tumoraciones benignas y las metástasis a este nivel sin consenso en cuanto al tamaño máximo aceptable para el tratamiento laparoscópico. Los tumores de gran tamaño originan dificultades para el acceso laparoscópico por el riesgo de rotura capsular que incrementaría el riesgo de recidiva local. En la actualidad se considera el tamaño “límite” para la resección laparoscópica a los tumores mayores de 6 cm, aunque diversas publicaciones han demostrado que se puede realizar la resección segura por vía laparoscópica en manos de un equipo quirúrgico experto.2,5 Consideramos, al igual que otros autores, que el tamaño no debe suponer una limitación, aunque indudablemente la resección laparoscópica no debe realizarse con evidencia de invasión local. La indicación de la exéresis laparoscópica de los carcinomas suprarrenales que requieren ser tratados en centros especializados y por equipos quirúrgicos con 200 Cirugía y Cirujanos Suprarrenalectomía laparoscópica amplia experiencia en cirugía suprarrenal es motivo de controversia.12,13 En nuestra serie de casos no disponemos de experiencia en el abordaje laparoscópico de esta afección, por lo que consideramos que aunque es factible debe realizarse por equipos quirúrgicos adecuadamente adiestrados. Conclusiones La suprarrenalectomía laparoscópica sigue siendo la técnica de elección en el abordaje de la glándula suprarrenal por ser segura y eficaz, como se confirma en nuestra serie que presenta resultados similares al resto de los de la bibliografía.11 Referencias 1. Kulis T, Knezevic N, Pekez M, Kastelan D, Grkovic M, Kastelan Z. Laparoscopic adrenalectomy: lessons learned from 306 cases. J Laparoendosc Adv Surg Tech A 2012;22:22-26. 2. 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Este estado se ubica entre las entidades con más muertes maternas. Objetivo: analizar 10 años de mortalidad materna en el Hospital General Dr. Aurelio Valdivieso de los Servicios de Salud de Oaxaca, para conocer el comportamiento epidemiológico y caracterización de los decesos. Material y métodos: estudio retrospectivo, transversal y descriptivo efectuado mediante la revisión de expedientes clínicos de mortalidad materna en la División de Gineco-Obstetricia. Se consideraron variables sociales, obstétricas y circunstanciales y las comprobaciones se efectuaron con estadística general y descriptiva. Resultados: entre el 1 de enero de 2000 y el 31 de diciembre de 2009 se registraron 109 muertes maternas, excluidas dos que no fueron obstétricas; es decir, que hubo 107 muertes maternas: 75 directas y 32 indirectas. La tasa de mortalidad materna fue de 172.14 × 100,000 nacidos vivos. De las muertes maternas revisadas 89 pudieron evitarse (83%) y 18 no (17%), esto con base en el dictamen del Comité ad hoc del Hospital General Dr. Aurelio Valdivieso. La enfermedad hipertensiva aguda del embarazo fue la de mayor mortalidad; la escolaridad y el puerperio fueron el mayor riesgo. Conclusiones: las variables atribuibles a bajo índice de desarrollo humano, como: baja escolaridad y paridad elevada incrementaron el riesgo de mortalidad materna, que fue intrahospitalaria y durante el puerperio. La tasa de mortalidad materna fue la mayor encontrada en publicaciones nacionales con respecto a este referente. Background: In México, the maternal mortality has a diminishing rate in the country the last decades, except in the estate of Oaxaca. Oaxaca is located amongst the entities with the highest ratios of maternal mortality. Objective: To analyzed the behavior and epidemiology tendencies of 10 years period of maternal mortality at the Dr. Aurelio Valdivieso General Hospital. Methods: In a retrospective, descriptive, and transversal analysis, there were reviewed the maternal mortality files from the gynecology and obstetrics division. Three sets of variables were designed, socials, obstetrical and circumstantial. We used general and descriptive statistical tools. Results: From January first to December 31th of 2009 it was registered 109 maternal deaths, excluding 2 non-obstetrical. Resulting in a 107 maternal deaths; divided in 75 direct maternal deaths and 32 indirect maternal deaths, the maternal mortality rate was 172.14 × 100,000 livebirths. Eighty nine maternal deaths were foreseeable (83%) and 18 were not foreseeable (17%) as was stated by the ad hoc Committee within the Dr. Aurelio Valdivieso’s General Hospital. The pregnancy-related hypertension takes account for the highest pathology in relationship with maternal deaths, the low literacy and puerperium correlated for the higher risk. Conclusions: Low human development index, low literacy, were the accountable variables that confined higher mortality risk. Also was found that the higher occurrence of maternal deaths appeared during the puerperium and within hospital wards. The maternal mortality rate founded was the higher amongst the country. Palabras clave: mortalidad materna, Hospital General Dr. Aurelio Valdivieso. Key words: Maternal mortality, Dr. Aurelio Valdivieso General Hospital. Subdirección General de Innovación y Calidad. Servicio de Ginecología y Obstetricia. Hospital General Dr. Aurelio Valdivieso. Oaxaca, Oax. México Correspondencia: Dr. Marcelo Fidias Noguera Sánchez Humboldt 405 esquina Quintana Roo, Oaxaca 68000 Oaxaca, México. Teléfono y fax: (951) 5142885 Correo electrónico: fidiasnoguera@yahoo.com.mx Recibido: 29 de agosto 2012. Aceptado: 21 de enero 2013. Introducción El fallecimiento de una mujer joven y generalmente sana, durante el estado gravídico-puerperal, implica connotaciones singulares con graves repercusiones sociales, emocionales y económicas para las familias afectadas y para la comunidad.1 La muerte materna predomina en los países subdesarrollados y en los de la región sur-sureste de nuestro país; con diferencia entre los estados del norte, con mayor desarrollo, mejores indicadores de salud, contra el sur con 202 Cirugía y Cirujanos Mortalidad materna en el Hospital General Dr. Aurelio Valdivieso menor desarrollo, y peores indicadores. Hacia el año 2005, la Organización Mundial de la Salud (OMS)2 estimó que se registraron, aproximadamente, 585,000 muertes maternas en el ámbito internacional, 99% en países subdesarrollados. Las diferencias geopolíticas entre el Norte y el Sur son por demás contrastantes; Canadá con 3.7 por 100,000 muertes maternas y Bolivia con 650 × 100,000 como tasa. No obstante el número absoluto, relativamente pequeño de muertes maternas en comparación con otras causas fatales en la comunidad, éste origina profundas repercusiones desfavorables en la sociedad, conjuntamente con los índices de mortalidad infantil, sus niveles y tendencias se consideran un reflejo inequívoco del grado de desarrollo social y económico alcanzado por los estados.3,4 El riesgo de morir por una complicación del embarazo descendió en la segunda mitad del siglo XX, hasta llegar al 75%. En el decenio de 1950 se registraron 250 × 100,000 nacimientos, a principios de la década de 1990 este indicador se ubicaba en 60 × 100,000. Desagregando las muertes maternas por edades se observa que 3 de 4 defunciones ocurren entre los 20 y 39 años. Llama la atención que en el decenio de 1950 una mujer mayor de 40 años tenía un riesgo mayor de morir por una causa materna que una joven menor de 20 años. En la actualidad el riesgo se ha invertido. También en la década de 1950 las muertes maternas ocupaban 8% del total de las defunciones de mujeres de 10 a 55 años y representaban la cuarta parte de las muertes en mujeres; en la actualidad representan sólo 3.5% y es la octava causa de muerte para este grupo etario. A pesar de estas tendencias en el país, en los estados de Oaxaca o Chiapas el riesgo de morir es 5.5 veces mayor que en Colima o Aguascalientes.5 Este estudio analiza minuciosamente los datos estadísticos del hospital más grande del estado de Oaxaca para que, por primera vez, se cuente, a nivel nacional, con información clínica adecuada que realmente refleje la muerte materna en un hospital, de manera proporcional, y se sepa qué sucede realmente en este estado. La muerte materna no es sólo una condicionante médica, sino un grupo de factores sociales, económicos y culturales que retrasan la identificación de los síntomas, dificultan el oportuno otorgamiento de servicios de salud en el segundo nivel de atención médica que afectan el abastecimiento de insumos a los servicios médicos de tercer nivel, como: contar con hemoderivados en cantidad y disponibilidad oportuna, medicamentos tecnológicamente eficientes cuyos costos son realmente elevados y acceso a acciones quirúrgicas de tercer nivel para ayudar a disminuir las principales enfermedades que llevan a la muerte materna. El objetivo planteado por los autores es: identificar, específicamente en el estado de Oaxaca, la realidad que guarda este problema de salud pública, con la primera revisión de una década de registros de muerte materna en el hospital de referencia porque la mayor parte de las muertes maternas y discapacidades ocurridas al nacimiento son evitables, por que las soluciones médicas son bien conocidas. Por lo tanto, el reto es organizacional y estratégico, no tecnológico. Material y métodos Estudio observacional, descriptivo, transversal y retrospectivo efectuado con base en la revisión de los registros de los expedientes y autopsias verbales de la jefatura del servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital General Aurelio Valdivieso. Se identificaron las muertes maternas ocurridas del primero de enero de 2000 al 31 de diciembre de 2009. Se revisaron 109 expedientes de los casos de muertes maternas; sin embargo, sólo se seleccionaron los de las pacientes que fallecieron por causa de muerte obstétrica directa e indirecta, de acuerdo con la definición de la OMS. La muerte materna es es el fallecimiento de una mujer durante el embarazo, parto o puerperio, como consecuencia de condiciones originadas o agravadas por el embarazo, pero no por causas accidentales; así como por las intervenciones u omisiones que hayan tenido lugar en el transcurso de la atención gravídico-puerperal. También se tomaron en cuenta las no obstétricas. En una base de datos se capturaron las variables: a) Sociales: escolaridad, estado civil, ocupación, derechohabiencia, b) Obstétricas: paridad, control prenatal, edad gestacional, vía de terminación, y c) Circunstanciales: tiempo de estancia intrahospitalaria, momento de la defunción, institución que originó la referencia y previsibilidad de la muerte materna, definida como los casos en que ésta se consideró que no pudo haberse establecido ningún tipo de tratamiento o acción por lo avanzado de la enfermedad y la no previsible para el Hospital General Aurelio Valdivieso, como la condición en función del tiempo trascurrido entre el ingreso a la unidad y el fallecimiento.6 Las causas de la mortalidad materna se clasificaron y codificaron con base en los criterios de las revisiones IX y X de la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE). Las tasas de mortalidad materna se calcularon según el número de muertes maternas por cada 100,000 nacidos vivos en el periodo mencionado y también el número y diagnóstico final de las autopsias.Se utilizó el sistema Epidata; con análisis de datos cuantitativos con la utilización de tasas. Resultados Durante el decenio del 1 de enero de 2000 al 31 de diciembre de 2009, en el Hospital General Aurelio Valdivieso de los Servicios de Salud de Oaxaca, en la ciudad de Oaxaca, se registraron 109 muertes maternas, de las que se Volumen 81, No. 3, Mayo-Junio 2013 203 Noguera-Sánchez MF y colaboradores Cuadro I. Número y tasa de mortalidad materna Hospital General Dr. Aurelio Valdivieso 2000-2009 Año Recién nacidos Vivos Muerte Maternas Tasa de mortalidad materna 2000 4306 17 395 2001 4769 7 147 2002 5463 15 275 2003 5487 6 109 2004 5765 10 143 2005 6070 14 230 2006 6345 9 142 2007 7715 9 117 2008 8391 9 2009 TOTALES 7847 T1= 62,158 11 T2=107 107 140 TBMM 172.142 Fuente: expedientes del Hospital Dr. Aurelio Valdivieso Formula utilizada m= f/p × 100,000 M= mortalidad, F= cantidad de fallecimientos, P= población total Tasa bruta de mortalidad materna= T2/T1×100,000=172.142 Edad de mortalidad materna Número de muertes maternas 30 27 25 23 19 20 16 15 15 10 7 5 0 menos 15 15-19 20-24 25-29 30-34 35-39 40 y mas Figura 1. Edad de mortalidad materna, Hospital General Dr. Aurelio Valdivieso. Escolaridad en la mortalidad materna hospital general Dr. Aurelio Valdivieso 2000-2009 Número de muertes maternas excluyeron dos por documentarse como muerte no obstétrica (ingestión de corrosivos por vía oral y politraumatismo). Para el análisis se incluyeron 107 muertes maternas que contabilizaron para una tasa de muerte materna de 172.142 × 100,000 nacidos vivos. El promedio de defunciones por año fue de 10.7 muertes maternas. En el Cuadro I se muestran el número de casos y la tasa por cada 100,000 nacidos vivos por año durante los 10 años que comprendió el estudio. Se observó mayor mortalidad en el año 2000, con 17 casos que correspondieron a una tasa de 395 × 100,000 nacidos vivos y menor mortalidad en 2003, con seis casos que correspondieron a una tasa de 109 × 100,000 nacidos vivos. La edad de las mujeres se expresa en la Figura 1, esquematizada por barras que corresponden a grupos etarios. Sólo 9 muertes maternas estuvieron en los extremos de la curva de distribución estándar, 2 con menos de 15 años y 7 con más de 40 años. La distribución fue normal en la campana de Gauss, con los mayores percentiles entre los 20 a 34 años, que corresponden a 85% de esta población. Por grupo de variables: la escolaridad se refleja en el Figura 2, en la que el analfabetismo predominió en 61. Estado civil: 55.5% en unión libre o soltería y 45.5% casadas. En cuanto a la ocupación reflejó que 95.5% se dedicaban al hogar y 4.5% tenían empleo. La derechohabiencia demostró 13.12% afiliadas al Seguro Popular y perteneciente a la población abierta 94.8%. La paridad se 70 61 60 50 40 30 25 21 20 10 0 bachillerato primaria analfabeta Figura 2. Escolaridad en la mortalidad materna, Hospital General Dr. Aurelio Valdivieso 2000-2009 expone en la Figura 3 con mayor mortalidad en las embarazadas con 2 a 4 embarazos previos. Respecto a la edad gestacional mostraron mayor mortalidad en las 33-40 semanas de gestación. (Figura 4) La tercera parte de las pacientes no tuvo control prenatal, otra se ignoró y otra tercera parte disfrutó de adecuado control prenatal con 4 o más consultas. La estancia intrahospitalaria varió con mínimo de 6 horas en 18 pacientes y en 35 (37.5%) mujeres no se vio reflejado en el expediente. Estas pacientes fueron enviadas al Hospital General Dr. Aurelio Valdivieso del Instituto Mexicano del Seguro Social 29, 35% por Servicios de Salud de Oaxaca 34 para 41%, y clínicas particulares y sin referencia el resto. En 73% de los casos los embarazos fueron de término y en 58% se realizó cesárea. 204 Cirugía y Cirujanos Mortalidad materna en el Hospital General Dr. Aurelio Valdivieso 42 25 Primigesta 33 35 2a4 16 5a7 2 8 a 10 5 29 se ignora 0 13 12 5 10 15 20 25 30 35 2 40 embarazo post aborto puerperio puerperio inmediato mediato puerperio transcetardio saria Muertes según el número Figura 3. Muerte según la cantidad de embarazos,Hospital General Dr. Aurelio Valdivieso. 68 16 Menos de SDG 18 5 21 a 32 SDG 33 a 40 se ignoran Núm. Muerte según edad gestacional Figura 4. Edad gestacional, y mortalidad materna en el Hospital General Dr. Aurelio Valdivieso 2000-2009 SDG= semanas de gestación El momento de la defunción relacionado con el estado gravídico-puerperal fue mayoritariamente durante el puerperio en 75% de las veces. (Figura 5) De las muertes maternas revisadas 89 fueron previsibles (83%) y 18 no previsibles (17%), de acuerdo con el comité ad hoc dentro del Hospital General Dr. Aurelio Valdivieso. La enfermedad hipertensiva aguda del embarazo, como causa básica de muerte, ocurrió en 39 casos; la hemorragia obstétrica en 18, y la sepsis en 18; a tres pacientes se les realizó autopsia y los diagnósticos fueron: dos de hemorragia cerebral y uno de hemorragia hepática. Discusión La mortalidad materna en México representa un problema de salud pública multifactorial, relacionado con la cobertura y calidad de los servicios de salud, factores socioeco- Figura 5. Estadio, mortalidad materna en el Hospital General Dr. Aurelio Valdivieso 2000-2009. nómicos y culturales. Estos problemas se manifiestan en Oaxaca como consecuencia de la desigualdad económica, multietnicidad, arraigadas costumbres machistas que impiden en algunas ocasiones que la mujer reciba los beneficios de la medicina preventiva, aunado a la dificultad de acceso a los servicios de salud por la complicación de las vías de comunicación en las diferentes regiones del estado. La tasa de mortalidad materna es similar a la reportada en países subdesarrollados.2-5 Sin embargo, algunos países como Sri Lanka, Tailandia, Malasia y Honduras disminuyeron sus tasas de mortalidad materna lo que influyó en procesos de mejora, con la implantación de programas integrales de asistencia obstétrica por parteras.7-9 Los organismos internacionales estiman que la mortalidad materna es un indicador muy sensible de desigualdad socioeconómica y que las complicaciones en el periodo gravídico o puerperal pueden resolverse con atención oportuna y apropiada.2 Atención calificada por profesionales en el parto y sobre todo en el puerperio, aseguraron el acceso a los servicios con acciones económicas y geográficas.10 En nuestro estudio identificamos la baja escolaridad y la ocupación doméstica como factores de riesgo asociados con la mortalidad materna; obtuvieron resultados similares Lozano y Hernández Peñafiel.12,13 Las variables obstétricas reflejaron que las muertes maternas ocurrieron en mujeres en edad productiva, a diferencia de lo reportado en la bibliografía médica que destaca que las muertes maternas son más frecuentes en los extremos etarios de la vida reproductiva.14,15 En 73% de los casos fueron embarazos de término y 58% terminaron por cesárea, tendencia reportada también por Hernández Peñafiel y su grupo13 en una revisión ad hoc. Las variables circunstanciales arrojaron que la mayor parte Volumen 81, No. 3, Mayo-Junio 2013 205 Noguera-Sánchez MF y colaboradores de las defunciones acaecieron en el puerperio. En más de dos terceras partes de las muertes maternas, la variable de previsibilidad superó a las consideradas no previsibles; este hallazgo fue contrario a lo encontrado por Velasco-Murillo y sus colaboradores.16 El comportamiento de las causas de muerte materna fue similar al obtenido en otras publicaciones nacionales donde la enfermedad hipertensiva del embarazo es la principal causa de muerte materna, seguida de la hemorragia obstétrica y de la sepsis.11-13 Aunque los factores relacionados con las muertes maternas van mas allá de los procesos médicos per se, como quedó demostrado con los resultados de nuestro estudio, creemos firmemente que un factor toral para disminuir, a corto plazo, la muerte materna será contar con un grupo médico multidisciplinario en la unidad hospitalaria que pueda brindar atenciones con calidad; al mismo tiempo, generar mecanismos tendientes a desarrollar competencias quirúrgicas y capacidades clínicas en los profesionales que laboren en el hospital o del personal de salud que tiene relación con las embarazadas. Es de gran importancia la estandarización de normas y procedimientos; esto se logrará sólo con la creación de manuales de atención específicos basados en las normas técnicas aplicables, así como en la estrategia para disminuir la mortalidad materna en el Hospital General Dr. Aurelio Valdivieso deberá enfocarse al liderazgo directivo y operativo en el proceso de la atención materna ambulatoria e intrahospitalaria.3 La mortalidad materna ha descendido de forma importante en el mundo occidental y desarrollado; sin embargo, en nuestro país la mortalidad materna es un drama para la familia y el entorno social; sigue siendo un problema de salud pública. Con cifras alarmantes y vergonzosas para la humanidad porque la mayor parte de las muertes maternas son prevenibles a un bajo costo y ocurren en países como el nuestro. Conclusión La enfermedad hipertensiva aguda del embarazo y la hemorragia obstétrica coexisten en 77% de las muertes maternas. El alto índice de cesáreas (58%) condicionó el aumento en la mortalidad materna. Las embarazadas con analfabetismo y nivel socioeconómico bajo tienen mayor riesgo de muerte materna. En este estudio se encontró una tasa bruta de mortalidad materna superior a 3.2 veces la media nacional. Referencias 1. Karchmer KS. Mortalidad materna y perinatal: Estrategias para disminuirla. En: Delgado UJ, Fernández del Castillo C, editores. Ginecología y reproducción humana. Temas selectos. Tomo II. Cap. 1. México: Colegio Mexicano de Especialistas en Ginecología y Obstetricia, 2006;3-16. 2. Organización Mundial de la Salud. Mortalidad materna en 2005: estimaciones elaboradas por la OMS, el UNICEF, el UNFPA y el Banco Mundial. Ginebra: Ediciones de la OMS, 2008;1-3. 3. Organización Panamericana de la Salud. Plan Estratégico 2008-2012 de la OPS. (proyecto modificado) junio 2009 (consultado el 25 junio de 2012). Disponible en http://new.paho.org/hq/dmdocuments/2009/ DO-328-completo-s.pdf 4. Schwarcz R. 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Objetivo: conocer el costo de las intervenciones de reemplazo total de cadera y rodilla durante la estancia hospitalaria y al año de seguimiento posterior al alta. Material y métodos: estudio multicéntrico y prospectivo efectuado en 15 hospitales de tres comunidades autónomas. La relación entre las variables independientes con el costo de la estancia y costo post-alta, se analizó con modelos multinivel y para agrupar los casos se utilizó la variable “hospital”. Las variables independientes fueron: edad, sexo, índice de masa corporal, calidad de vida prequirúrgica (cuestionarios ED-5D, SF-12 y Womac), intervención (cadera-rodilla), índice Charlson, complicaciones, número de camas y dependencia económico-institucional del hospital, comunidad autónoma y presencia de cuidador. Resultados: el costo promedio por paciente, sin incluir el costo de la prótesis, fue de 4,734€ ± 2,136 y el costo del seguimiento post alta de 554€ ± 509. Si se incluye el costo de la prótesis, al final del año el costo total asciende a 7,645€ ± 2,248. Conclusiones: existe un margen considerable en la reducción de los costos de estancia; más de 44% de la variabilidad observada no está determinada por las condiciones clínicas de los pacientes sino por el comportamiento de los centros hospitalarios. Background: The elevated prevalence of arthrosis in Western countries, the high costs of hip and knee arthroplasty, and the wide variations in the clinical practice have generated considerable interest in comparing the associated costs before and after the surgery. Objective: To determine the influence of a number of variables on the costs of total knee and hip arthroplasty surgery during the hospital stay and during the one-year post-discharge. Methods: A prospective multi-center study was performed in 15 hospitals from three Spanish regions. Relationships between the independent variables and the costs of hospital stay and postdischarge follow-up were analyzed by using multilevel models in which the “hospital” variable was used to group cases. Independent variables were: age, sex, body mass index, preoperative quality of life (SF-12, EQ-5 and Womac questionnaires), surgery (hip/knee), Charlson Index, general and local complications, nº beds and economic-institutional dependency of the hospital, the autonomous region to which it belongs, and the presence of a caregiver. Results: The cost of hospital stay, excluding the cost of the prosthesis, was 4,734€, and the post-discharge cost was 554€. With regard to hospital stay costs, the variance among hospitals explained 44-46% of the total variance among the patients. With regard to the post-discharge costs, the variability among hospitals explained 7-9% of the variance among the patients. Conclusions: There is considerable potential for reducing the hospital stay costs of these patients, given that more than 44% of the observed variability was not determined by the clinical conditions of the patients but rather by the behavior of the hospitals. Palabras clave: prótesis de cadera, prótesis de rodilla, costos, análisis multinivel, alta del paciente, economía de la salud, artroplastia de reemplazo, cirugía. 1 2 3 4 5 6 Servicio Reanimación de Traumatología. Hospital Universitario Virgen de las Nieves de Granada, España. Unidad de Investigación, Hospital de Basurto, Bilbao, España. Departamento de Economía Internacional y de España, Universidad de Granada, España. Departamento de Bioestadística, Universidad de Granada, España. Servicio de Evaluación del servicio Canario de Salud, Fundación Canaria de Investigación y Salud, España. Servicio de Traumatología, Hospital Universitario Virgen de las Nieves de Granada, España. Key words: Hip prosthesis, knee prosthesis, costs and cost analysis, multilevel analysis, patient discharge, health economics, arthroplasty, replacement, surgery. Correspondencia: Dra. Carmen Herrera Espiñeira Servicio de Reanimación de Traumatología Hospital Virgen de las Nieves Ctra. Jaén, s/n. Granada 18013, España Teléfono: 00 34 958021523 Correo electrónico: carmen.herrera.sspa@juntadeandalucia.es Recibido: 10 de enero 2013. Aceptado: abril 2013. Volumen 81, No. 3, Mayo-Junio 2013 207 Herrera-Espiñeira C y colaboradores En Estados Unidos, durante el año 2009, la artrosis fue la cuarta causa de hospitalización y la principal indicación de reemplazo de las articulaciones con un costo de 42,300 millones de dólares.1 A partir del decenio de 1990, el remplazo de cadera es una intervención segura de indicación creciente.2 En Europa este tipo de cirugía también ha experimentado gran incremento en las últimas décadas.3 Algunos estudios4 apuntan que el costo promedio de estas intervenciones, al alta hospitalaria, es ligeramente superior para las intervenciones de rodilla (11,500 dólares) que para las de cadera (10,500 dólares). En Francia, el Estudio Nacional de Costos estimó en el año 2006 que el costo de la artroplastia total de cadera fue de 7,677€ y 6,358€ para las intervenciones con y sin comorbilidades asociadas, sin incluir el costo de la prótesis.5 La elevada prevalencia de la artrosis en los países occidentales y el elevado costo de las intervenciones de artroplastia de cadera y rodilla ha suscitado el interés por comparar los costos asociados antes y después de la cirugía.6,7 En estas intervenciones quirúrgicas, al igual que en otras áreas clínicas,8,9 existen amplias variaciones en la práctica médica, con gran incertidumbre respecto a la duración del seguimiento posterior al implante.10,11 La necesidad de atención apropiada y ética encuentra su única salida en la medicina costo-efectividad.12 No obstante, es complicado conciliar el compromiso de la atención costo-efectividad con el principio fundamental de la primacía en el bienestar del paciente. El debate sigue abierto y las soluciones en la organización son complicadas (copago, asignación de presupuestos cerrados a poblaciones, etc…). El objetivo de este trabajo es determinar los factores explicativos del costo en intervenciones de reemplazo total de cadera y rodilla, durante la estancia hospitalaria y al año de seguimiento posterior al alta. Material y métodos Estudio prospectivo y multicéntrico efectuado del 2004 al 2008 en 15 hospitales de tres comunidades autónomas (tres de Andalucía, cuatro de las Islas Canarias, y diez del País Vasco). A partir de los registros oficiales de lista de espera de los hospitales se seleccionaron pacientes de 18 años o más, con diagnóstico de artrosis primaria de cadera o rodilla en espera de reemplazo total de la articulación, a quienes se hizo un seguimiento de 12 meses tras el alta de la intervención quirúrgica. En correspondencia con la cronología del proceso, el costo de la artroplastia de rodilla y cadera se desglosa en las siguientes fases: Costo de la estancia: costos totales generados por el paciente durante su estancia (intervención quirúrgica incluida) hasta el alta, calculando el promedio para el servicio de traumatología en el año 2008, que incluyó costos directos (personal, material sanitario, productos farmacéuticos, etc.), y de estructura del hospital (básicos e intermedios). Al costo al alta hospitalaria se añadió el costo de la prótesis (promedio de los tipos utilizados) al costo anterior. Costo post-alta al año de seguimiento: visitas al especialista, urgencias y médico de familia por motivos relacionados con la intervención, sesiones de rehabilitación y pruebas diagnósticas. Las consultas al especialista y a Urgencias se valoraron en costos totales (incluyendo costos de estructura), el resto de las pruebas diagnósticas y sesiones de rehabilitación se valoraron con costos directos (sin incluir costos de estructura), y las consultas al médico de familia según la orden del 14 de octubre de 2005, por la que se fijan los precios de los servicios sanitarios del Sistema Sanitario Público de Andalucía. El costo total es la suma del costo al alta y el costo postalta al año. Se consideraron dos variables dependientes: costo de la estancia y costo post-alta al año de seguimiento. Para ambas variables dependientes se elaboraron tres grupos de modelos diferenciados en la forma de medir la calidad de vida que incluían: la tarifa social del cuestionario general European Quality of Life-5 Dimensions (EQ-5D),13 el cuestionario general Short Form-12 (SF-12)14 y el cuestionario específico para artrosis Western Ontario and McMaster Universities Osteoarthritis Index (WOMAC).15 Todos los costos se obtuvieron de la contabilidad del Hospital Universitario Virgen de las Nieves y se aplicaron al resto de los hospitales participantes en el estudio. De este modo, las variaciones en los costos finales de las intervenciones sólo se debieron a las variaciones en la cantidad de recursos utilizados y no se afectaron por los costos unitarios diferentes. La perspectiva de costos adoptada es la del centro hospitalario, no se consideraron los costos a cargo de los pacientes ni los costos indirectos. Análisis descriptivo de las variables independientes En la fase de pre-intervención se aplicaron a los pacientes los cuestionarios para obtener la información de calidad de vida basal: el cuestionario EQ-5D, del que se obtuvo la valoración de la calidad de vida con la escala EVA que va desde el valor 1 al -1, de mejor a peor estado; el 0 implica estado de muerte; el SF-12 con límites de 0 a 100, de peor a mejor estado de salud en sus dos componentes: físico y mental, y el cuestionario WOMAC, con sus tres dimensiones: dolor, rigidez y funcionalidad, cada una con una escala de 0 a 100 de mejor a peor estado de salud. 208 Cirugía y Cirujanos Costos de prótesis total de cadera y rodilla En la fase de hospitalización se reunió la información de: días de estancia, índice de masa corporal, índice de comorbilidad de Charlson16 y complicaciones (generales y locales). En la fase de seguimiento durante 12 meses post-alta, se reunió la información relativa a la utilización de recursos sanitarios. Por la posible influencia del uso de servicios sanitarios se incluyó la existencia o no de cuidador en el periodo del año de seguimiento. También se consideraron las variables relacionadas con el hospital: número de camas (menos de 200, entre 200 y 499, mayor o igual a 500), Comunidad Autónoma (Andalucía, Canarias, País Vasco); dependencia económico-institucional (3 de la Seguridad Social, 12 de la comunidad autónoma, 1 Entidad Pública, 1 Privado no benéfico). Todo según el Catálogo Nacional de Hospitales 2009 del Ministerio de Sanidad de España. Se estudiaron los datos basales de 20% de los pacientes que, por diferentes circunstancias, no entraron en la muestra, con objeto de comprobar si había diferencia entre las variables basales de uno y otro grupo. Se utilizó el análisis multinivel porque es el enfoque adecuado para tener en cuenta los elementos contextuales y las características individuales de los sujetos estudiados, se ajustó a un modelo de efectos aleatorios con el programa STATA 11.1. La variable de efectos aleatorios que agrupaba a cada uno de los casos fue el hospital. El coeficiente de correlación intraclase indica el porcentaje de la variabilidad del costo entre pacientes (primer nivel) explicada por la variabilidad entre las unidades en el segundo nivel (el hospital). Va desde el valor uno (toda la variabilidad observada en los costos se debe al hospital), hasta el cero. Se consideró el logaritmo de las variables dependientes: costo de la estancia y costo post-alta para conseguir la homogeneidad de varianzas, y un nivel de significación de p ≤ 0.05. El proyecto se realizó con los fundamentos de la Ley 15/1999 de Protección de Datos de Carácter Personal, y fue aprobado por la Comisión de Investigación del Centro Coordinador. Resultados El costo promedio por paciente, sin incluir el costo de la prótesis, fue de 4,734€ ± 2,136 y el costo del seguimiento post alta de 554€ ± 509. Si se incluye el costo de la prótesis, al final del año el costo total asciende a 7,645€ ± 2,248. En las mujeres se realizaron 71% de las intervenciones de rodilla y 46% de cadera. El promedio de edad en los pacientes de rodilla fue de 70.8 ± 7 años y de 65.6 ± 12 en la cadera y el promedio de días de estancia fue de 9.88 ± 4.46, con gran diferencia entre hospitales y entre comunidades. En el Cuadro I se describen las variables basales. En los tres modelos multinivel para el costo de la estancia, diferenciados en la forma de medir la calidad de vida (tarifa EVA del EQ-5D, SF-12 y Womac), la varianza entre hospitales (nivel 2 del modelo) explica entre 44 y 46% (CCI) de la varianza total entre los pacientes (nivel 1). En el modelo que incluyó las dimensiones del Womac, éstas no resultaron significativas. En el modelo con la tarifa social EVA, ésta resultó significativa: por cada punto de mejora en la valoración del estado de salud del paciente disminuye el costo en 12.5% (b’0.872). En el resto de las variables independientes los tres modelos arrojaron resultados similares respecto de los coeficientes de las variables y el valor estadísticamente significativo. Como ejemplo representativo, de los modelos el Cuadro II muestra el modelo que incluye las dimensiones del cuestionario SF-12: a igualdad del resto de las variables la comunidad andaluza tiene un costo de estancia de 54% (b’0.458) menos que el País Vasco, la prótesis de rodilla 6.4% (b’1.064) más que la de cadera, cada año de edad aumenta el costo 0.6% (b’1.064). Cada punto de mejora en el componente mental (SF-12) disminuye el costo 0.3% (b’0.997); cada incremento en el índice de comorbilidad de Charlson el costo aumenta 2.5% (b’1.025), las complicaciones locales incrementan el costo en 17% (b’1.17) y 11% (b’1.11) las complicaciones generales. Respecto al costo post-alta en los modelos multinivel, la capacidad de los hospitales para reducir la variabilidad entre los pacientes se situó entre 7 y 9% (CCI). También aquí los tres modelos arrojaron resultados similares respecto a los coeficientes de las variables y el valor estadísticamente significativo pero éstas se reducen a dos: el tipo de intervención y la edad. Ninguna de las dimensiones de los cuestionarios de calidad de vida resultó significativa. Como muestra representativa de los modelos, el Cuadro III muestra el modelo que incluye las dimensiones del cuestionario SF-12: el costo del seguimiento de los pacientes intervenidos de rodilla es algo más del doble que el de cadera (b’2.22) y por cada incremento de un año de edad, se reduce el costo 2% (b’0.98), justo a la inversa que en la estancia hospitalaria en la que el costo aumenta con cada incremento de un año. Las complicaciones locales y los reingresos en el año de seguimiento no se asociaron con la edad. Entre los pacientes de la muestra y los que no se incluyeron no hubo diferencias significativas en las variables basales. Discusión Existen pocos estudios similares. El costo total obtenido, incluido el costo de la prótesis (7,645€), es similar al reflejado en estudios previos realizados en España17 y Francia.5 Un trabajo realizado en Ontario18 estima el costo anual en 12,200 dólares canadienses, 80% de éste se genera por el pago a los Volumen 81, No. 3, Mayo-Junio 2013 209 Herrera-Espiñeira C y colaboradores Cuadro I. Descripción de las variables basales de la muestra Características basales de los pacientes n Promedio DE Edad 1137 68.75 9.8 IMC 977 29.58 4.6 Índice de Charlson 1048 1.42 1.3 Tarifa social EVA (EQ-5D) 1119 0.44 0.2 Componente físico (SF-12) 907 29.70 7.3 Componente mental (SF-12) 907 43.34 14.3 Dolor (Womac) 1111 55.91 18.2 Rigidez (Womac) 1108 57.59 24.3 Función física (Womac) 1112 63.42 17.1 n Porcentaje 434 38.2% n Porcentaje Intervención de cadera 462 40.6% Intervención de rodilla 675 59.4% Sexo (hombre) Características del proceso quirúrgico Entorno institucional del centro asistencial N Número de camas < 200 5 Número de camas 200-499 4 Número de camas >=500 Hospitales participantes Seguridad Social CCAA 6 15 3 10 Entidad pública 1 Privado 1 n: número de casos de los que se ha obtenido información para cada variable; DE: desviación estándar; IMC: índice de masa corporal, CCAA: comunidad autónoma, EVA: escala visual analógica. cuidadores y tiempo de trabajo y ocio perdido. Del estudio se deriva que el costo generado por la artrosis durante un solo año en Ontario es superior al costo del proceso de la artroplastia total de cadera o rodilla, que pone de manifiesto la rentabilidad económica de estas intervenciones. Una contribución destacada de este trabajo ha sido poner de manifiesto la fuerte influencia del hospital en los costos de la estancia, mediante el análisis multinivel realizado. Se consideró también a la comunidad como segundo nivel, pero la similitud entre las lejanías del modelo con uno y dos niveles indicó que no era necesario; la repercusión que puedan ejercer las políticas de la comunidad es similar en los hospitales de la misma. El costo de la estancia hospitalaria es el principal determinante del costo de estas intervenciones. Este costo está influido por los días de estancia de los pacientes, estancia que no está determinada solamente por el estado de salud sino también por funcionamientos explícitos o implícitos de los servicios de traumatología del hospital y criterios de los traumatólogos responsables de los pacientes. La comunidad 210 Cirugía y Cirujanos Costos de prótesis total de cadera y rodilla Cuadro II. Logaritmo del costo de la estancia. Modelo de efectos aleatorios con SF12 Cantidad de camas Categoría referencia Categorías b p b' Mínimo 95% Máximo 95% < 200 200 - 499 -0.151 0.418 0.860 0.597 1.239 >= 500 -0.102 0.612 0.903 0.610 1.338 País Vasco CCAA Intervención Cadera Canarias -0.342 0.201 0.710 0.420 1.200 Andalucía -0.780 0.000 0.458 0.305 0.690 Rodilla 0.062 0.017 1.064 1.011 1.120 0.006 0.000 1.006 1.004 1.009 Edad 0.004 0.870 1.004 0.955 1.056 IMC Sexo Mujer Hombre -0.001 0.805 0.999 0.994 1.004 Componente físico (SF-12) -0.003 0.110 0.997 0.993 1.001 Componente mental (SF-12) -0.003 0.002 0.997 0.996 0.999 Índice Charlson 0.025 0.009 1.025 1.006 1.044 Complicaciones locales 0.161 0.000 1.175 1.078 1.281 Complicaciones generales 0.106 0.006 1.112 1.031 1.199 CCAA 0.096 0.601 0.909 0.635 1.301 Entidad pública 0.506 0.056 1.659 0.987 2.789 Privado -0.129 0.734 0.879 0.418 1.849 Sí -0.015 0.580 0.985 0.933 1.040 Dependencia económica del hospital Seguridad social Cuidador No Varianza nivel 1 (paciente): 0.065 Varianza nivel 2 (hospital): 0.081 Coeficiente de correlación intraclase (CCI): 0.445 b: coeficiente de la variable b´: transformación de b para obtener el porcentaje del costo respecto a la categoría de referencia CCAA: comunidad autónoma; IMC: índice de masa corporal. autónoma también influye en los tiempos de hospitalización, quizá por las normas generales de las Consejerías de Salud u objetivos de los contratos-programa. La bibliografía describe importantes diferencias en la estancia media en función del tipo de centro en el que se realice la intervención.19 En Finlandia Rissanen y su grupo20 estudiaron los determinantes de la estancia media de las artroplastias de cadera y rodilla y encontraron que las complicaciones son el elemento más influyente en la duración de la estancia, y los factores relacionados con el hospital los más relevantes en la variación del promedio de la estancia. En nuestro estudio, también el hospital explica más de 44% de la variabilidad en el costo de la estancia, y las complicaciones locales son la variable de los pacientes más influyente en los costos. Respecto al costo post-alta, los modelos ajustados por hospital explicaron el menor porcentaje de la variabilidad en el costo, de 7 a 9%. En estos modelos resulta sorprendente la reducción de variables explicativas significativas. Ni la presencia de cuidador ni el índice de masa corporal resultaron significativos en los costos post-alta, los investigadores esperábamos que influyera en la recuperación. Destacamos la contrapuesta influencia de la edad en el costo de la estancia respecto al costo al año de seguimiento. Las personas más jóvenes tienen menor costo de la estancia, seguramente por menos comorbilidades y menos complicaciones generales, pero mayores costos de seguimiento en los 12 meses post-alta. Las causas de este mayor consumo de recursos sanitarios durante el año que sigue al alta pueden deberse a mayor oferta por parte del facultativo o mayor demanda por parte del paciente; la edad no se asoció con las complicaciones locales ni con los reingresos en el año de seguimiento. En estudios posteriores sería interesante explorar las causas. Las dimensiones del cuestionario Womac no resultaron significativas ni en el costo de la estancia ni en el de se- Volumen 81, No. 3, Mayo-Junio 2013 211 Herrera-Espiñeira C y colaboradores Cuadro III. Logaritmo del costo post-alta. Modelo de efectos aleatorios con SF12 Categoría Referencia Categoría b P b' Mínimo 95% Máximo 95% < 200 200-499 0.148 0.429 0.862 0.597 1.245 >= 500 0.215 0.273 0.807 0.550 1.184 Canarias 0.079 0.765 0.924 0.552 1.549 Andalucía -0.196 0.343 0.822 0.549 1.232 Rodilla 0.799 0.000 2.223 1.940 2.548 -0.014 0.000 0.986 0.980 0.992 -0.077 0.259 0.926 0.809 1.058 IMC -0.009 0.192 0.991 0.978 1.005 Componente físico (SF-12) Componente mental (SF-12) -0.010 0.056 0.990 0.981 1.000 0.000 0.846 1.000 0.995 1.004 0.007 0.797 1.007 0.958 1.058 Cantidad de camas CCAA País Vasco Intervención Cadera Edad Sexo Mujer Hombre Índice. Charlson Complicaciones locales 0.141 0.233 1.151 0.914 1.451 Complicaciones generales 0.031 0.764 1.032 0.842 1.264 CCAA 0.007 0.968 1.007 0.719 1.410 Entidad pública 0.032 0.903 0.968 0.576 1.627 Dependencia económica del hospital Cuidador Seguridad social Privado 0.461 0.210 0.631 0.307 1.297 Sí 0.066 0.375 1.068 0.924 1.234 No Varianza nivel 1 (paciente) : 0.045 Varianza nivel 2 (hospital): 0.570 Coeficiente de correlación intraclase (CCI): 0.074 b: coeficiente de la variable b´: transformación de b para obtener el porcentaje del costo respecto a la categoría de referencia CCAA: comunidad autónoma; IMC: índice de masa corporal. guimiento. Pensamos que la razón es porque el Womac es un cuestionario específico de calidad de vida para artrosis, utilizado para determinar la pertinencia de implante de prótesis. Sin embargo, fue significativo el componente mental del SF-12 y la valoración del estado de salud con la tarifa social Escala Visual Analógica (EVA), en los modelos respectivos del costo de la estancia; fue menor cuando mejor fue el componente mental o la valoración de su estado de salud. En cuanto a las limitaciones existe la posibilidad de una infravaloración de los costos post-alta como consecuencia de la falta de respuesta de los pacientes al envío de cuestionarios o en el cumplimiento de los ítems. Otra limitación deriva del periodo de seguimiento que se reduce a un año;21 no obstante, el seguimiento durante periodos más prolongados está en fase de inicio por el mismo equipo, desglosado en cadera y rodilla. Puesto que el costo de hospitalización es uno de los componentes principales del costo en los procesos de artroplastia de cadera y rodilla, la reducción del mismo ha sido objeto de estudio en el ensayo de distintas estrategias.22,23 A partir del año 2007 la reducción de la estancia media en los hospitales para los dos procedimientos estudiados es una muestra del avance en pro de la disminución de costos; en concreto, entre 2007 y 2010 la estancia promedio de los procedimientos de sustitución de cadera en Andalucía se ha reducido 15%.24,25 Los autores consideran que existe similar influencia del “hospital” en los costos de otras intervenciones quirúrgicas o procesos asistenciales, detectables en futuros estudios, lo que supondría una importante información para los gestores sanitarios en pro de la disminución del gasto y gestión de recursos. 212 Cirugía y Cirujanos Costos de prótesis total de cadera y rodilla Conclusiones Hay un gran margen de mejora en la reducción de los costos de la artroplastia total de cadera y rodilla. Más de 44% de la variabilidad observada en los costos de estos procedimientos no está determinada por las condiciones clínicas de los pacientes, sino que se explica por el comportamiento de los centros hospitalarios. Agradecimientos A Alejandro Cardona, Amparo Godoy, Nicolás Godoy, José Ignacio Eugenio Díaz y resto del personal de los servicios de Traumatología, Unidades de Investigación y Calidad, así como a las Unidades de Documentación Clínica de los hospitales participantes; a Marta González Sáenz de Tejada por su apoyo en la base de datos, y finalmente a los pacientes que colaboraron para el estudio. Referencias 1. Murphy L, Helmick CG. The Impact of Osteoarthritis in the United States: A Population-Health Perspective: A population-based review of the fourth most common cause of hospitalization in U.S. adults. Orthop Nurs 2012;31:85-91. 2. Harris WH, Sledge CB. Total Hip and Total Knee Replacement. N Engl J Med 1990;323:725-731. 3. Dixon T, Shaw M, Ebrahim S, Dieppe P. 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Estudio comparativo Elisa Joan Vargas-García,1 Enrique Vargas-Salado2 1 2 Resumen Abstract Antecedentes: el estreñimiento es uno de los trastornos gastrointestinales más comunes en la población de edad avanzada porque con el paso de los años los factores implicados en su causa se modifican y repercuten en la ingestión de alimentos, el estado de nutrición y la actividad física. Objetivo: evaluar en el adulto mayor el efecto en el estreñimiento crónico del consumo de alimentos con alto contenido de fibra, el estado nutricio, y la actividad física. Material y métodos: estudio comparativo, prospectivo y transversal efectuado en 140 adultos mayores de la consulta externa de la Unidad de Medicina Familiar 51 del Instituto Mexicano del Seguro Social en la ciudad de León, Guanajuato, durante el periodo del 4 mayo al 30 de octubre de 2009. Se valoró si padecían o no estreñimiento de acuerdo con los criterios de Roma III. Se valoró: peso, talla, circunferencia del brazo, pliegue cutáneo tricipital; se aplicó un cuestionario de actividad física validado, y se obtuvo el registro dietético de tres días (dos de entre semana y uno de sábado o domingo). Resultados: la ingestión promedio de fibra y agua no resultó estadísticamente diferente entre los grupos estudiados. Los pacientes con estreñimiento tuvieron dietas menos completas y variadas (p < 0.02; p < 0.03). El estado nutricio predominante en los adultos mayores de ambos grupos fue de sobrepeso (p= 0.49) pero el grupo sin estreñimiento tuvo niveles más altos de actividad física en comparación con los estreñidos (1664 vs 1049 METs, p= 0.004). Conclusiones: el menor nivel de actividad física, la monotonía en la dieta, y no incluir todos los grupos de alimentos son factores que se asocian con el estreñimiento en el adulto mayor. De acuerdo con los resultados de este estudio la menor ingestión de fibra no se relacionó con el estreñimiento. Background: Constipation is one of the most frequently found gastrointestinal problems in the elderly as aging modifies their food intake, nutritional status and physical activity, which are associated factors in the development of constipation. Objective: To compare food intake, nutritional status and physical activity between elderly subjects with or without chronic constipation. Methods: The study included a total of 140 subjects who were divided in two groups according to the presence or absence of constipation using the Rome III criteria. Diet intake was obtained through a 3-day dietary record (2 days during the week and one of Saturday or Sunday). Height, weight, arm circumference, and triceps skinfold thickness were measured and the International Physical Activity Questionnaire (IPAQ) was applied to all participants. Results: Fiber and water intake were not statistically different between both groups. Constipated participants showed significantly less variety and less inclusion of all food groups in their diets compared to their non-constipated counterparts (p < 0.02; p < 0.03). Mean nutritional status was overweight and it didn’t differ from each studied group (p= 0.49). Higher levels of physical activity were found in non-constipated subjects (1664 vs 1049 MET, p= 0.004). Conclusion: This study indicates that lower physical activity levels as well as an incomplete and less varied diet are associated to constipation in the elderly. Water and fibre intake do not seem to be contributing to constipation. Palabras clave: estreñimiento, adulto mayor, dieta, estado nutricio, actividad física. Key words: Constipation, elderly, diet, nutritional status, and physical activity. Departamento de Investigación, Instituto de Salud Pública del Estado de Guanajuato, México. División de Ciencias de la Salud. Departamento de Medicina y Nutrición, Universidad de Guanajuato, México. Correspondencia: Dr. Enrique Vargas Salado Torre Médica Campestre Manantial 114- 301 Colonia Futurama, Monterrey, NL. Teléfono: (477) 7173939 Correo electrónico: esalado2002@yahoo.com Recibido: 10 de noviembre 2012. Aceptado: 28 de enero 2013. El estreñimiento es uno de los problemas más comunes del aparato digestivo, con prevalencia incluso de 27% en la población mundial.1 Se estima que en México 14.4% de la población lo padece.2 Las diferencias en ambas cifras pueden relacionarse con la definición de “estreñimiento crónico”. Los criterios diagnósticos de Roma III incluyen la coexistencia de dos o más de los siguientes síntomas durante más de tres meses: esfuerzo defecatorio en más de un cuarto de las deposiciones, heces duras o escíbalos, sensación de evacuación incompleta por lo menos en un cuarto de las evacuaciones, manipulación manual para facilitar la evacuación en más de un cuarto de las defecaciones, y tres o menos deposiciones semanales.3 214 Cirugía y Cirujanos Factores relacionados con el estreñimiento crónico en adultos mayores Aun cuando el estreñimiento es frecuente en el adulto mayor, se insiste que no hay nada en el proceso de envejecimiento per se que lo cause.4 Pese a ello, se han encontrado cambios locales y generales en el adulto mayor que contribuyen a su aparición, por ejemplo: disminución de bifidobacterias en la flora intestinal y fecal con la edad, lo que conduce a alteraciones en la motilidad intestinal.5 Como causas del estreñimiento en el anciano se señalan: poca ingestión de fibra1,5-7 (atribuida a la intolerancia gastrointestinal a los alimentos que contienen fibra, y a la dificultad bucal para masticar y producir saliva), actividad física reducida (especialmente en los ancianos que tienen reposo prolongado en cama o dificultad para la movilidad de las extremidades inferiores),1,7-9 menor ingestión de líquidos (conforme se envejece disminuye el umbral de sensibilidad de los receptores en el centro que controla la sed en el sistema nervioso central).1,10,11 La desnutrición se asocia con el estreñimiento más que el sobrepeso y la obesidad12 (la pérdida de peso puede alterar el ecosistema intestinal que ocasiona una disbiosis).13,14 El estreñimiento afecta la calidad de vida de quien lo padece y aumenta los costos de los sistemas de salud.1,2,15,16 El objetivo de este estudio es: evaluar en el adulto mayor el efecto en el estreñimiento crónico del consumo de alimentos con alto contenido de fibra, el estado nutricio, y la actividad física. Como hipótesis de trabajo se planteó que el adulto mayor con estreñimiento crónico consume poca fibra, toma pocos líquidos, es sedentario, y tiene trastornos relacionados con la desnutrición. Material y métodos Estudio comparativo, prospectivo y transversal efectuado en un grupo de pacientes de la consulta externa de la Unidad de Medicina Familiar 51 del Instituto Mexicano del Seguro Social en la ciudad de León, Guanajuato, durante el periodo del 4 mayo al 30 de octubre de 2009. El tamaño de la muestra se determinó con base en los resultados de un estudio previo de pacientes adultos con estreñimiento de los que 23.2% (140 sujetos) no realizaban actividad física; el nivel de significación (α) fue de 0.5.7 Los pacientes se asignaron a dos grupos, según si padecían o no estreñimiento de acuerdo con los criterios diagnósticos de Roma III.3 Se excluyeron los adultos mayores con: diabetes mellitus, hipotiroidismo, afecciones del tubo digestivo, como: pancreatitis crónica, colitis ulcerosa, enfermedad de Crohn, fisura anal, proctitis ulcerosa, síndrome de intestino irritable, cirrosis, y quienes no pudieran proporcionar información por deterioro cognitivo (enfermedad de Alzheimer), o no estuvieran acompañados de familiares capaces de aportarla. Tampoco se incluyeron los pacientes en quienes no fue posible realizar alguna de las mediciones de la investigación por problemas de movilidad (en silla de ruedas). Para obtener el consentimiento informado a cada participante se le informó la naturaleza y procedimientos a seguir. Se registraron los datos de: edad, sexo, padecimiento actual, tipo y dosis de medicamentos (incluidos los laxantes). El consumo de alimentos se obtuvo de un diario en donde se registró la dieta de tres días, de los que dos fueron entre semana y uno de sábado o domingo. A todos se les explicó la manera de asentar los datos correctamente. Con la información del diario se evaluaron las variables cuantitativas de kilocalorías ingeridas, gramos y porcentaje de macronutrimentos, gramos consumidos de fibra y mililitros de agua ingerida. El diario también se usó para evaluar las cualidades de la dieta y se establecieron los siguientes criterios: completa, suficiente, equilibrada y variada. Los datos del consumo alimentario se analizaron con la ayuda del programa NutriKcal®VO, Sistema para Consultorios (Marván, Pérez-Lizaur, 2005). La característica de equilibrio en la dieta se interpretó según las referencias de ingestión dietética para adultos mayores del National Resource Center on Nutrition, Physical Activity and Aging, de la Universidad Internacional de Florida.17 Las características cualitativas restantes se evaluaron de acuerdo con la NOM-043-SSA2-2005 para la promoción y educación para la salud en materia alimentaria.18 El peso y la talla se obtuvieron con una báscula clínica con estadímetro para calcular el índice de masa corporal; el resultado se interpretó con los parámetros establecidos por la OMS.19 Otros datos antropométricos registrados fueron: circunferencia de brazo, evaluada según las tablas de Alastrué;20 el pliegue cutáneo tricipital se midió con un plicómetro y los resultados se interpretaron con las tablas de Esquius.21 Todas las determinaciones se realizaron siguiendo las técnicas descritas por Lohman y su grupo.22 A partir de los resultados del índice de masa corporal, circunferencia de brazo y pliegue cutáneo tricipital se estableció el diagnóstico integral nutricional. El nivel de actividad física se calculó con el cuestionario internacional de actividad física IPAQ,23 mediante el registro del equivalente metabólico (MET). Para el análisis estadístico se utilizó el programa SPSS versión 16.0. Las variables continuas se describen con media y desviación estándar. La comparación entre los grupos con y sin estreñimiento se efectuó con la prueba T de Student para muestras independientes. Las variables categóricas se expresan en porcentajes y se analizaron con la prueba de χ2. Se consideró significativo un valor de p < 0.05. Volumen 81, No. 3, Mayo-Junio 2013 215 Vargas-García EJ y Vargas-Salado E. Resultados Consumo alimentario Se estudiaron 140 adultos mayores, de los que 71 padecían estreñimiento crónico. La edad promedio fue de 71.6 ± 8.4 años; 24.3% del sexo masculino y 75.7% del femenino. En el Cuadro I se muestran sus características y los medicamentos con propiedades astringentes. El análisis del consumo de fármacos no mostró diferencias entre los grupos de estudio; las dosis tuvieron la tendencia a ser mayores para los pacientes con estreñimiento. Sin embargo, por su número y variabilidad no fueron estadísticamente significativas. Los resultados para la ingestión calórica, de macronutrimentos, del consumo de fibra e ingestión de agua en los grupos con y sin estreñimiento se muestran en el Cuadro II. El análisis comparativo no demostró diferencias significativas entre los grupos. La Figura 1 contiene los resultados de las características cualitativas de la dieta (suficiente, equilibrada, completa, variada) en ambos grupos. El grupo de adultos mayores sin estreñimiento consumió una dieta más completa que el grupo de pacientes con estreñimiento; esta diferencia fue Cuadro I. Características de los sujetos estudiados (n=140) Variables Pacientes con estreñimiento Pacientes sin estreñimiento n= 71 n= 69 X ± DE X ± DE 71.9 ± 8.2 71.2 ± 8.7 47 / 22 59 / 12 0.04 57 49 0.20 Analgésicos Beta bloqueadores, Analgésicos 296 ± 812 135 ± 180 0.66 36 (%) 0 0.00 Edad (años) Sexo femenino / masculino Uso de medicamento astringente Tipo de medicamento astringente predominante Dosis de medicamento astringente mg Uso de laxante Valor de p 0.36 n= número de adultos mayores, mg= miligramos, X ± DE= media ± desviación estándar. Cuadro II. Diferencias en indicadores dietéticos entre grupos Variable Consumo alimentario Energía (kcal/día) Proteína (g/día) Proteína (%) Lípidos (g/día) Lípidos (%) H. de carbono (g/día) H. de carbono (%) Fibra (g/día) Ingesta de agua (ml/día) Pacientes con estreñimiento Pacientes sin estreñimiento Valor de p n= 71 X ± DE n= 69 X ± DE 1504 ± 479 55.6 ± 18.4 15.0 ± 3.2 46.8 ± 23.0 27.0 ± 6.6 220.6 ± 63.1 59.4 ± 7.1 15.1 ± 6.9 1196 ± 608 1527 ± 381 56.3 ± 17.4 14.9 ± 3.9 47.4 ± 19.8 27.5 ± 7.2 224 ± 57 59.3 ± 7.8 17.5 ± 8.7 1334.42 ± 493 0.75 0.84 0.80 0.85 0.71 0.68 0.96 0.08 0.14 n= número de individuos, kcal= kilocalorías, g= gramos, ml= mililitros, X ± DE= media ± desviación estándar, H= Hidratos. 216 Cirugía y Cirujanos Factores relacionados con el estreñimiento crónico en adultos mayores 48 46 29 34 22 Completa* Sin estreñimiento Variada** *p=0.03 **p=0.02 6 3 Figura 1. Diferencias en las características cualitativas de la dieta. Con estreñimiento significativa (p < 0.03). De igual forma, al comparar la variedad de la dieta, el grupo sin estreñimiento reveló mayor diversidad en los alimentos consumidos que su contraparte, esta diferencia alcanzó significación estadística (p < 0.02). Estado nutricio Los resultados de los parámetros antropométricos de peso, índice de masa corporal, pliegue cutáneo tricipital y circunferencia del brazo se exponen en el Cuadro III. En ninguno de estos parámetros se encontraron diferencias estadísticamente significativas entre los grupos. El diagnóstico del estado nutricio se muestra en la Figura 2. Al comparar el estado de nutrición en los grupos con estreñimiento versus sin estreñimiento, no se encontraron diferencias significativas (p= 0.49) y en ambos grupos predominó el sobrepeso. Actividad física Los niveles de actividad física se expresaron como equivalentes metabólicos, los resultados para el grupo con Sobrepeso Con estreñimiento 16 15 Normonutrición Equilibrada Desnutrición moderada 0 2 Suficiente 17 21 Desnutrición leve 19 20 Obesidad 34 26 32 Sin estreñimiento Figura 2. Diferencias en el estado nutricio. estreñimiento fueron de 1043 ± 1008, y para el grupo sin estreñimiento de 1664 ± 1491. La diferencia entre los grupos fue significativa (p= 0.004). En la Figura 3 se muestran los resultados para los niveles de actividad física, de leve a intensa; se encontró una diferencia estadísticamente significativa (p= 0.001) entre los grupos con estreñimiento y sin estreñimiento. Discusión Este estudio identificó los factores de la alimentación y del estilo de vida que pueden proporcionar mejor respuesta en el tratamiento del estreñimiento en el adulto mayor. La comparación de las características del consumo alimentario, del estado nutricio y el nivel de actividad física de adultos mayores con y sin estreñimiento crónico demuestra una relación inversa con el estreñimiento entre el nivel de actividad física y una dieta completa y variada. Aunque los hallazgos encontrados en este estudio son consistentes con lo publicado en la bibliografía,24-28 las recomendaciones propuestas se orientan a incrementar la ingestión de fibra y de agua. Estas Cuadro III. Diferencias en indicadores antropométricos entre grupos Variables Pacientes con estreñimiento Pacientes sin estreñimiento n= 71 X ± DE n= 69 X ± DE 67.68 ± 14.05 69.91 ± 15.72 0.38 IMC (kg/m ) 28.79 ± 5.89 28.53 ± 5.27 0.79 PCT (mm) 20.58 ± 8.83 19.18 ± 9.03 0.35 CMB (cm) 23.11 ± 3.02 23.59 ± 3.52 0.39 Peso (kg) 2 Valor de p IMC= índice de masa corporal, PCT= pliegue cutáneo tricipital, CMB= circunferencia de brazo, n= número de individuos, kg= kilogramos, m2= metro al cuadrado, mm= milímetros, cm= centímetros, X ± DE= media ± desviación estándar. Volumen 81, No. 3, Mayo-Junio 2013 217 Vargas-García EJ y Vargas-Salado E. 38 *p=0.001 30 23 16 Leve 16 Moderada Con estreñimiento 17 Intensa Sin estreñimiento Figura 3. Niveles de actividad física.* medidas dietéticas se han ido progresivamente adoptando por los adultos mayores gracias a la amplia disponibilidad de agua potable y de alimentos con alto contenido de fibra. Ello explicaría las similitudes en los resultados entre los grupos del estudio. Las características de la dieta en relación con ser completa y variada, se revelaron como los factores distintivos para el grupo no estreñido versus el estreñido. Por ello, para el adulto mayor es importante consumir en cada una de sus comidas todos los grupos de alimentos (frutas y verduras, cereales, leguminosas y alimentos de origen animal). Así, el aporte de fibra y demás nutrimentos puede alcanzarse más fácilmente; de acuerdo con Kant y su grupo29 podría influir en el riesgo de mortalidad observado con el consumo de menos de dos grupos de alimentos al día, comparado con los pacientes que consumen todos los grupos de alimentos. Pese a que la bibliografía ha señalado que la desnutrición tiene graves efectos gastrointestinales, en nuestro estudio no se demostraron. Esto puede deberse al número reducido de participantes con desnutrición y a que nuestros pacientes no estaban encamados en un hospital, lo que parece tener mayor repercusión en la motilidad del colon.14 Si bien existen fármacos con efecto en la peristalsis intestinal este estudio, al igual que otros, no encontró asociación significativa entre su consumo y el estreñimiento.15,30 La muestra de adultos mayores incluida en este estudio tenía, además, una cuantiosa indicación de fármacos de diversa naturaleza, lo que podría explicar por qué los astringentes no alcanzaron el valor estadísticamente significativo cuando se compararon los grupos. El efecto de la actividad física en la motilidad intestinal puede tener diversos mecanismos31-37 y, de acuerdo con Rao y su grupo32 el ejercicio disminuye el flujo sanguíneo al intestino, con menor actividad motora física y aumento en la fuerza de propagación del colon, lo que resulta en menor resistencia al avance y mayor propulsión de las heces. Otros estudios demostraron cambios en la concentración plasmática de varias hormonas que estimulan la motilidad gastrointestinal;31-35 se reporta que durante el ejercicio se estimula el movimiento y compresión del colon por la musculatura abdominal;36,37 sin embargo, la mayor parte de esos estudios se realizaron por periodos cortos de actividad física, con intensidades variables y sin variables de control, por eso se desconocen sus efectos a largo plazo. Por lo tanto, se requieren más investigaciones en este campo para explicar la variabilidad en las respuestas en el adulto mayor.38 Respecto a la frecuencia de realización de actividad física se ha identificado que el riesgo de estreñimiento disminuye 35% cuando se practica ejercicio de 2 a 6 veces por semana.39 Esta observación es el fundamento de los lineamientos del Colegio Americano de Medicina del Deporte y la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte en México. Ambas instituciones establecen para los adultos mayores una frecuencia mínima de cinco días a la semana de actividad aeróbica, de moderada intensidad, durante 30 minutos.40,41 Se ha ampliado la recomendación de la actividad física para los adultos mayores para que incluyan ejercicios de resistencia muscular al menos dos días a la semana. Esto se sustenta con el estudio efectuado por Sullivan y sus colaboradores42 en el que observaron que los ejercicios de resistencia, como por ejemplo levantar pesas, aceleran el tiempo de tránsito intestinal en adultos de edad media y adultos mayores con estreñimiento. En ese mismo estudio no se encontraron diferencias entre el promedio de líquidos y fibra ingerida al día entre los grupos con y sin estreñimiento. En nuestro estudio ninguno de los grupos alcanzó el mínimo recomendado de fibra, que para varones es de 30 g al día y para mujeres de 21 g al día de acuerdo con los lineamientos del National Resource Center for Nutrition, Physical Activity and Aging.17 Otros autores han reportado resultados similares a los de este trabajo30,43 y, sin embargo, para confirmarlos hace falta realizar ensayos clínicos que evalúen estas intervenciones. Las limitaciones de este trabajo se relacionan con la información de las características de la dieta, que al ser autoreportada pudiera ser diferente a la ingestión real, aunque la información proporcionada por los participantes, escrita y verbal, intentó disminuir estos sesgos. Al mismo tiempo, por tratarse de un estudio transversal sólo es posible señalar las asociaciones sin determinar relaciones de causa a efecto, lo que requiere diseñar un ensayo clínico controlado y cegado. Incorporar otras técnicas de medición del tránsito intestinal también agregaría valor al estudio. Conclusiones De acuerdo con los resultados obtenidos en nuestro estudio, la ingestión de fibra no se relaciona con el estreñimiento en 218 Cirugía y Cirujanos Factores relacionados con el estreñimiento crónico en adultos mayores el adulto mayor; resulta más importante incluir todos los grupos de alimentos y aumentar la variedad en la dieta de los ancianos estreñidos para garantizar que la ingestión de nutrimentos y fibra sea suficiente. La frecuencia de desnutrición en la muestra fue baja y no se relacionó con el estreñimiento. En el adulto mayor, el estreñimiento se asocia con el sedentarismo, por lo que en esta población un programa de ejercicio que incluya actividades aeróbicas moderadas y de resistencia muscular podría ser benéfico. Referencias 1. Higgins PD, Johanson JF. Epidemiology of constipation in North America: a systematic review. Am J Gastroenterol 2004;99:750-759. 2. 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Ingresó al servicio de Cirugía Plástica en el mes de junio de 2011 por lesiones secundarias en la cara ocasionadas por la mordedura de un perro. A la exploración física se encontró avulsión de 75% del labio superior, 33% del labio inferior, incluida la comisura oral, y 75% de la mejilla izquierda. Los músculos avulsionados incluían: el orbicular de los labios, depresor del ángulo oral y depresor del labio inferior. El tiempo total de isquemia fue de ocho horas. La anastomosis término-terminal de la arteria coronaria labial se efectuó con nylon 11-0, posteriormente se escogió la vena con mejor retorno y la anastomosis se realizó con nylon 11-0. Se hizo miorrafía de los músculos mencionados con vicril 4-0, la sutura de la mucosa oral se realizó con vicril 5-0, y de la piel con nylon 5-0. Seis meses después de la cirugía, el resultado cosmético y funcional se consideró excelente, con restablecimiento total de la continencia labial y articulación completa de las palabras. Conclusiones: las amputaciones de cualquier componente facial deben ser inicialmente tratadas con reimplante. La arteria coronaria labial es una buena opción para revascularización, incluso en 25% del total de la cara (labios y mejilla). Background: Restoration of the face function and cosmesis after a traumatic complex wound is a challenge for the plastic surgeon. Worldwide, few cases have been reported about face replantation. Objective: To present the case of the first partial face replantation reported in the national bibliography, using the labial artery for revascularization. Clinical case: On June 19th 2011, a 7 years old male presented to the emergency room of the Mexican Institute of Social Security at Monterrey, Mexico, 4 hours after a partial face amputation secondary to a dog bite. The amputated segment was composed by the 75% of the upper lip, 33% of the lower lip, oral commissure and 75% of the left cheek. The labial coronary artery and vein were anastomosed with 11-0 nylon sutures. The miorraphy of the orbicularis oris, the depressor anguli oris and the depressor labii inferioris with 4-0 vycril sutures. Six months after the surgery, the functional and aesthetic outcomes were excellent with reestablishment of total labial continence and total recovery of articulation of words. Conclusions: amputations of any facial component should be initially managed with replantation. The function and cosmetics are better than any other technique of reconstruction. The labial coronary artery is an excellent choice for revascularization up to 25% of the face (lips and cheek). Palabras clave: reimplante facial, supramicrocirugía. Key words: face replantation, supramicrosurgery. Departamento de Cirugía Plástica y Microcirugía Unidad Médica de Alta Especialidad 21, Instituto Mexicano del Seguro Social. Monterrey, Nuevo León, México. Correspondencia: Dr. Miguel de la Parra Márquez Departamento de Cirugía Plástica, Centro Médico Monterrey Hidalgo 2480 Monterrey 64060, Nuevo León Tel.: (0181) 81518452 Correo electrónico: drdelaparra@yahoo.com.mx Recibido: 11 de mayo 2012. Aceptado: 7 de julio 2012. El restablecimiento de la función y la cosmética facial luego de un traumatismo complejo es todo un reto para el cirujano plástico. En el ámbito mundial se han reportado pocos casos de reimplante total o parcial de cara. La mayoría son secundarios a mordidas de perro.1-3 Se reporta el caso de un paciente con amputación parcial de rostro tratada con reimplante y técnicas de supramicrocirugía. Caso clínico En el mes de junio de 2011 ingresó al servicio de Cirugía Plástica un paciente masculino de siete años de edad luego Volumen 81, No. 3, Mayo-Junio 2013 221 De la Parra-Márquez M y colaboradores de transcurridas cuatro horas de haber sufrido una amputación parcial en la cara por la mordida de un perro de la raza pitbull. El fragmento amputado correspondió a 75% del labio superior, 33% del inferior y de la comisura oral y 75% de la mejilla izquierda (Figuras 1 y 2). Los músculos afectados fueron: el orbicular de los labios, el depresor del ángulo oral y el depresor del labio inferior. El tiempo total de isquemia fue de ocho horas. El fragmento avulsionado se exploró y no se encontró la arteria facial. La arteria labial se encontró en el borde libre del labio superior, con señales de arrancamiento, por eso se disecó y desbridó en forma proximal hasta encontrarla en buen estado; se dejó un cabo de un milímetro de largo. La cirugía se inició con una traqueostomía para manejo de la vía aérea y protección del fragmento reimplantado en el postoperatorio. El plano de disección en la cara del paciente fue superficial a la arteria facial, por eso no se realizó la anastomosis. La arteria coronaria labial se anastomosó con nylon 11-0, puntos simples; se utilizó un microscopio Opmi-Neuro NC4 de Carl Zeiss de 10X. Posteriormente se identificó la vena con mejor flujo y se anastomosó con nylon 11-0. No se reparó ninguna rama terminal del nervio facial porque a este nivel es posible esperar la recuperación por neuroestimulación. La miorrafia de los músculos afectados (orbicular de los labios, depresor del ángulo oral y del labio inferior) y la mucosa se realizó con vicril 4-0 puntos simples. La piel se suturó con nylon 5-0 puntos separados (Figura 3). Durante el transoperatorio sólo se aplicó una dosis de heparina de 40 U/kg de peso, luego de la anastomosis arterial. En el tratamiento postoperatorio se aplicó heparina de bajo peso molecular a la dosis de 1 mg por kg de peso, ácido acetilsalicílico 100 mg cada 24 horas, terapia intravenosa de líquidos, antibióticos (cefalotina a 50 mg/kg de peso, clindamicina a 20 mg/kg) y analgésicos (ketorolaco, metamizol). En nuestra experiencia, el dextran no ofrece ninguna ventaja en el éxito de las anastomosis microvasculares, tampoco la heparina en infusión intravenosa porque incrementa el riesgo de sangrado y hematomas, a diferencia de la heparina de bajo peso molecular, que no aumenta estas complicaciones. Figura 1. Paciente en el preoperatorio. Figura 2. Vista externa del fragmento avulsionado. Se observan el labio inferior, superior, la comisura y la mejilla. Figura 3. Postoperatorio inmediato. 222 Cirugía y Cirujanos Reimplante facial. Reporte de caso El paciente permaneció en cuidados intensivos durante tres días. La cánula de traqueostomía se retiró al quinto día. La sonda nasogástrica se retiró a las dos semanas y se inició la alimentación por vía oral. El paciente se dio de alta a su domicilio 15 días después de la cirugía en donde inició los ejercicios de terapia física y rehabilitación con calor local, rayos infrarrojos, electroestimulación, láser, reeducación muscular y técnicas de sensibilización. Seis meses después del reimplante, el paciente mostró adecuada función del músculo orbicular, suficiente para tomar líquidos sin derramarlos; la dicción y el habla son completamente normales (Figuras 4 y 5). Discusión Aunque en la bibliografía médica mundial hay reportes de reimplantes faciales, el nuestro es el primero que quedará asentado en la bibliografía nacional. En la mayoría de los casos reportados se utiliza la arteria facial como aporte vascular. En nuestro caso, esta arteria no se encontraba en el fragmento avulsionado, por eso se utilizó la arteria labial. En varias publicaciones acerca de reimplante de labio se ha utilizado la arteria labial para revascularización. En algunos casos no existe una vena lo suficientemente grande para anastomosar y se utilizaron sanguijuelas para drenaje.4-8 No encontramos casos previos reportados de reimplantes de este tipo en niños. En nuestro caso, los vasos labiales estaban en buen estado para ser anastomosados. La mayoría de los casos reportados de reimplante de componentes faciales son de labio,1-3 nariz,4-6 oído,7 párpado,8 mejilla,9 y lengua.10 Sólo encontramos pocos artículos de reimplante de fragmentos faciales mayores.11-13 Figura 5. Postoperatorio a los seis meses. (Dinámico) En nuestro caso, el fragmento avulsionado incluía una gran proporción del labio superior, inferior y mejilla izquierdos. Con esto se demostró que el flujo de la arteria labial, que en los niños es muy pequeña (menos de 0.5 mm de diámetro), es suficiente para revascularizar grandes fragmentos faciales, a pesar del daño causado por la avulsión secundaria a la mordida del perro. Seis meses después de la cirugía el resultado funcional y estético fue excelente, con restablecimiento de la función del orbicular suficiente para lograr la completa continencia de líquidos y articulación de palabras. Es indudable la importancia de reimplantar cualquier fragmento facial. El resultado funcional y cosmético es mucho mejor que cualquier colgajo para reconstrucción. Si el paciente no hubiera recuperado el fragmento amputado, el tratamiento más adecuado sería un colgajo basado en la arteria radial, con preservación del tendón palmar menor como una rienda estática para lograr la continencia oral, tal como lo describieron Sakai y su grupo;14 sin embargo, ésta es una medida poco estética y funcional. Otros colgajos utilizados comúnmente en cirugía reconstructiva facial son los que se obtienen del músculo pectoral y del dorsal ancho, con resultados estéticos no satisfactorios. Conclusiones Figura 4. Postoperatorio a los seis meses. (Dinámico) La microcirugía ha evolucionado enormemente en los últimos 10 años. En la actualidad, con técnicas de supramicrocirugía es posible realizar anastomosis muy pequeñas, en vasos menores de 0.5 mm. Por lo tanto, en cualquier amputación de fragmentos faciales es imperativo intentar, como primera opción, el reimplante porque el resultado cosmético y funcional supera cualquier colgajo faciocutáneo. Volumen 81, No. 3, Mayo-Junio 2013 223 De la Parra-Márquez M y colaboradores Referencias 1. Taylor HO, Andrews B. Lip Replantation and Delayed Inset After a Dog Bite: a Case Report and Literatura Review. Microsurgery 2009;29:657-661. 2. Walton RL, Beham EK, Brown RE, Upton J, Reinke K, Fudem G, et al. Microsurgical Replantation of the Lip: A Multi-Institutional Experience. Plast Reconstr Surg 1998;102:358-368. 3. Duroure F, Simon E, Fadhul S, Fyad JP, Chassagne JF, Stricker M. Microsurgical Lip Replantation: Evaluation of Functional and Aesthetic Result of Three Cases. 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Objetivo: establecer pautas para el tratamiento de este cáncer, aunque sea infrecuente. Caso clínico: paciente masculino de 75 años de edad, con tumores en ambas mamas, que se le resecaron completamente con exéresis de ganglios palpables. El estudio histopatológico informó que se trataba de un carcinoma ductal infiltrante no especificado. Se indicó tratamiento adyuvante con tamoxifeno y radioterapia; en la actualidad está libre de enfermedad. Conclusiones: el carcinoma mamario bilateral sincrónico en el varón es una enfermedad poco frecuente. Su tratamiento principal es la cirugía, de ahí la importancia del diagnóstico temprano. En la mayoría de los casos se requiere quimioterapia y radioterapia adyuvante porque suelen diagnosticarse en un estadio avanzado. Background: male breast cancer is a disease with low incidence, which is further reduced when it comes to bilateral synchronous presentation. There are few published in recent years. The aim is to establish guidelines for the management of this disorder so rare. Clinical case: a 75-year-old with tumors in both breasts, which were completely resected with removal of palpable nodes. The histopathological study reported ductal carcinoma. Make adjuvant tamoxifen and radiotherapy, was found in disease-free period. Conclusions: this is a rare disease, whose main treatment is surgery, hence the importance of early diagnosis. In most cases require adjuvant chemotherapy and radiotherapy because they are usually diagnosed at an advanced stage. Palabras clave: cáncer mamario, varón, mama. Key words: breast cancer, male, breast. Introducción Caso clínico El cáncer de mama en el hombre es una enfermedad relativamente rara, representa 1% o menos de todos los cánceres que lo afectan. Sin embargo, cuando se trata de neoplasia bilateral de mama en el hombre, debe tenerse en cuenta que corresponde a 1.5% de todas las neoplasias mamarias masculinas.1,2 El objetivo es presentar una revisión de la neoplasia maligna mamaria bilateral en el varón con base en la evidencia disponible en la bibliografía médica, a fin de promover su conocimiento y establecer pautas para su tratamiento. Estudio retrospectivo efectuado en pacientes atendidos en la consulta de Patología Mamaria del Hospital Universitario Virgen de Valme (Sevilla, España) de enero de 1999 al 30 de noviembre de 2011. Se trataron 1,403 casos de cáncer de mama de los que 17 correspondieron a carcinomas mamarios en varones, que representan 1.2% de los cánceres diagnosticados. De los 17 casos en varones, sólo se obtuvo un caso de carcinoma bilateral sincrónico, que correspondió a 5.8% de los cánceres mamarios en hombres. A partir de su ingreso el paciente fue valorado estrechamente por los médicos de la Unidad de Patología Mamaria y es el caso que se describe a continuación. 1 2 Ginecología y Obstetricia. Servicio de Cirugía General. Hospital Universitario Virgen de Valme. Sevilla, España. Correspondencia: Dr. José Antonio García Mejido Santa Cecilia 32 Alcalá de Guadaira 41500 Sevilla, España Teléfono: 955614797 Correo electrónico: jagmejido@hotmail.com Recibido: 30 de marzo 2012. Aceptado: 23 de agosto 2012. Caso clínico Paciente masculino de 75 años de edad, con antecedentes de demencia senil leve, autónomo en sus actividades básicas, con funciones superiores conservadas y disfunción urinaria. Fumador de diez cigarrillos al día y etilismo crónico. Refiere que una hermana padeció cáncer de mama, otra falleció de un hepatocarcinoma y su hija ha sido intervenida de carcinoma de células renales. Volumen 81, No. 3, Mayo-Junio 2013 225 García-Mejido JA y colaboradores El paciente tiene un nódulo en cada región mamaria de tres meses de evolución, no doloroso, sobreelevado, irregular y con costras, con dimensiones de 30 mm en el lado derecho y 25 mm en el izquierdo, con una lesión satélite de 5 mm. A la palpación se detectan ambas lesiones retroareolares de consistencia dura, adherida a planos musculares que ocupan todo el espesor del complejo areola-pezón que abarcan todo el espesor mamario. La axila derecha es clínicamente negativa y la izquierda tiene una pequeña adenopatía bien delimitada y móvil. En la ecografía mamaria se identificó un tumor irregular, situado en la región retroareolar de la mama derecha de 33.5 × 28.7 mm, heterogéneo, con marcada atenuación sónica posterior (Figura 1). En la mama izquierda tenía una lesión similar, localizada en la región retroareolar de 31.7 × 24.3 mm; en ambas axilas se visualizaban adenopatías bilaterales. Se clasificó como BIRADS de categoría 5, altamente sospechoso de malignidad. En la tomografía computada de tórax y abdomen se identificaron tumores mamarios, bilaterales, que infiltraban los músculos pectorales mayores de densidad heterogénea, ulcerados a la piel (Figura 2). Existen adenopatías axilares bilaterales de límites superiores a la normalidad en cuanto a tamaño, y una pequeña adenopatía mamaria interna izquierda. No tenía lesiones ocupantes de espacio intratorácicas ni intraabdominales sugerentes de metástasis. La biopsia con aguja gruesa de ambas tumoraciones mamarias reportó: carcinoma ductal infiltrante no especificado bilateral, con adenopatías axilares bilaterales. Se realizó mastectomía bilateral tipo Madden, con exéresis de ganglios, nueve en la axila derecha y diez en la izquierda. La variedad histológica fue de carcinoma ductal Figura 1. Ecografía mamaria derecha, con tumor irregular heterogéneo de 33.5 × 28.7 mm en la región retroareolar. Figura 2. Tomografía computada de tórax, con tumores retroareolares. Las flechas blancas indican que infiltran la piel y el plano muscular pectoral. infiltrante no especificado, con micrometástasis en uno de los nueve ganglios extirpados de la axila derecha y en uno de los diez ganglios extirpados de la axila izquierda. El p53 y el HER-2 negativos y el CK19 positivo. La fracción proliferativa Ki67 de las células neoplásicas en la mama derecha fue de 40-45% y de 20-25% en la mama izquierda. El tratamiento adyuvante fue con tamoxifeno y radioterapia, y se hicieron revisiones en la Unidad de Patología Mamaria y Unidad de Oncología en el Hospital Universitario Virgen de Valme (Sevilla, España); el paciente está en periodo libre de enfermedad luego de 12 meses de evolución. Discusión La neoplasia bilateral de mama en el hombre corresponde a 1.5% de todas las neoplasias mamarias masculinas.1,2 Existen multitud de factores que pueden predisponer a esta neoplasia en el varón, de todos, los más vinculados con cáncer mamario masculino son el síndrome de Klinefelter, la cirrosis hepática, la administración de estrógenos exógenos (como ocurre en casos de transexuales), el cáncer de próstata, obesidad, exposición a radiación y las personas con genes asociados con neoplasia mamaria hereditaria, como es el caso del gen BCRA2.3,4 El factor de riesgo más importante es el síndrome de Klinefelter, que implica riesgo de padecer cáncer de mama en estas personas de 20 a 50 veces mayor en comparación con los hombres 46XY.5 En nuestro caso, se descartó este síndrome porque no había padecido ningún problema de carácter reproductivo. Tampoco se pudo relacionar con alguno de los factores de riesgo señalados. A diferencia de lo que pueda parecer, la ginecomastia no está considerada como un estado precanceroso.6 226 Cirugía y Cirujanos Carcinoma mamario bilateral sincrónico en un varón El diagnóstico diferencial de la neoplasia mamaria en el hombre debe hacerse con el cáncer metastásico de origen prostático, porque es probable la implantación de metástasis mamarias en este tipo de cáncer. El diagnóstico anatomopatológico se realiza junto con un estudio inmunohistoquímico, que es prácticamente indistinguible detectar el origen prostático del mamario debido a la similitud histológica entre ambos.7 La edad a la aparición del carcinoma mamario masculino es superior a la edad de presentación en las mujeres.1 Se ha estimado que el momento de aparición en el hombre es entre los 60 y 70 años8 (en nuestros casos, la edad estuvo en esta franja de edad). Otra diferencia entre hombres y mujeres es la forma de presentación. En las mujeres normalmente se inicia como un nódulo palpable; sin embargo, en el varón suele observarse un nódulo retroareolar con aplanamiento del complejo areola-pezón. Esto se debe al poco volumen de la mama masculina e invasión rápida de la piel. Ésta es la razón por la que el diagnóstico en el hombre se realiza en un estadio más tardío que en la mujer.9 El caso del paciente aquí reportado tenía lesiones mamarias excrecentes, irregulares y costrosas que infiltraban el complejo areola-pezón en ambas mamas. Respecto al tratamiento debe considerarse que la mama masculina es de menor tamaño que la femenina, por ello no suele estar indicada la cirugía conservadora porque existe escasa posibilidad de conservación del tejido mamario. Si estamos ante un caso de extensión del carcinoma a la piel, como es el caso presentado, la técnica convencional coadyuvante es la radioterapia. Para los casos sin ganglios axilares palpables puede realizarse la técnica del ganglio centinela, al igual que se hace en la mujer.10 En la bibliografía médica se describe que estos tumores son hormonodependientes, por ello se aconseja la terapia adyuvante con tamoxifeno.10,11 En nuestro paciente también se observó esta característica en la anatomía patológica. Hacen falta estudios de investigación, prospectivos, para justificar la prescripción de inhibidores de la aromatasa a pacientes masculinos con cáncer de mama. Autores como Horimoto y su grupo11 consideran que las altas concentraciones de andrógenos en hombres pueden ser la razón de que los inhibidores de la aromatasa no sean tan efectivos como cabría esperar. Cuando nos referimos al pronóstico, se piensa que el cáncer de mama en el hombre es peor que en la mujer. Sin embargo, debe tenerse en cuenta que el diagnóstico en los hombres suele ser tardío. Si se compara con la supervivencia en las mujeres con enfermedad avanzada no existen diferencias entre grupos.10 Conclusiones El pronóstico del cáncer de mama en los hombres es similar al de la mujer a igualdad de estadio tumoral, pero generalmente se diagnostican en estadio avanzado. Por ello, debemos realizar un diagnóstico y tratamiento de la enfermedad lo más temprano posible. Referencias 1. Hirose Y, Sasa M, Bando Y, Hirose T, Morimoto T, Kurokawa Y, et al. Bilateral male breast cancer with male potential hypogonadism. World J Surg Oncol 2007;5:60. doi:10.1186/1477-7819-5-60. Disponible en http://www.wjso.com/content/5/1/60 2. Lambley J, Maguire E, Yin Lam K. Synchronous bilateral breast cancer in an elderly man. Breast J 2005;11:153. doi: 10.1111/j.1075122X.2005.21570.x Disponible en https://ws001.juntadeandalucia. es/bvsspa/onlinewiley/doi/10.1111/j.1075-122X.2005.21570.x/pdf 3. Mabuchi K, Bross DS, Kessler II. Risk factors for male breast cancer. 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El postoperatorio transcurrió sin complicaciones y no requirió tratamiento coadyuvante. En el seguimiento a seis meses continuaba libre de enfermedad. El tratamiento de elección es la escisión con amplios márgenes y el oncológico coadyuvante es motivo de controversia. Conclusiones: la fibromatosis en la mama es poco frecuente y su aparición en el varón excepcional. El tratamiento quirúrgico es el definitivo, no así la terapia oncológica neoadyuvante que sigue suscitando controversia. Background: mammary fibromatosis is a rare pathology. It constitutes 0.2% of breast cancers, where men are exceptional. The definitive diagnosis is histological. Clinical case: we report the case of a male of 52 years, diagnosed with breast fibromatosis after pathologic study of tumor in right breast. Is programmed surgery for excision with wide margins. We performed mastectomy subcutaneous fibromatosis with pathologic study with clear margins. The postoperative course was uncomplicated. Adjuvant therapy did not say. At 6 months follow-up remains free of disease. The treatment of choice is surgical excision with wide margins. Adjuvant treatment is controversial. Conclusions: the fibromatosis in the breast is very rare and exceptional occurrence in men. Surgery is the definitive; few results exist with adjuvant therapy. Palabras clave: fibromatosis mamaria, tumor desmoide. Key words: mammary fibromatosis, desmoids tumor. Introducción La fibromatosis mamaria, también denominada tumor desmoide mamario, es un padecimiento infrecuente que Nichols1 describió por primera vez en 1923. El término fibromatosis, establecido en 1954 por Stout, engloba un grupo de lesiones caracterizadas por la proliferación de fibroblastos Servicio de Cirugía General y Aparato Digestivo. Hospital General Universitario de Ciudad Real. Ciudad Real, España. Correspondencia: Dra. Virginia Muñoz Atienza Ronda Ciruela 5, portal 6, 3ºB. Ciudad Real 13004, España Teléfonos: 687630306 y 34 926278000 Correo electrónico: virgimua@hotmail.com. Recibido: 25 de enero 2012. Aceptado: 14 de junio 2012. bien diferenciados, con patrón de crecimiento infiltrativo, sin elementos celulares de malignidad, pero con evolución localmente invasiva y recidivante al tratamiento quirúrgico. Constituye 0.2% de las neoplasias mamarias, habitualmente en mujeres entre 14 y 80 años, es excepcional en el varón; en la bibliografía médica existen menos de diez casos descritos.2,3 Clínica y radiológicamente puede simular una neoplasia maligna; el diagnóstico definitivo se establece con los resultados del estudio anatomopatológico de la lesión.4-6 Se comunica el caso de un varón de 52 años, con fibromatosis en la mama derecha y se revisa la bibliografía al respecto. Caso clínico Paciente masculino de 52 años de edad, estudiado en la consulta de Patología Mamaria; durante la auto-palpación mamaria identificó un tumor en la mama derecha que enseguida se determinó tenía dos meses de evolución. El paciente carecía de antecedentes personales de interés. 228 Cirugía y Cirujanos Fibromatosis mamaria en el varón Durante la exploración física se palpó un nódulo de aproximadamente 2 cm en los intercuadrantes internos de la mama derecha, de consistencia dura, no adherido a planos profundos y sin afectación cutánea. No se palparon adenopatías axilares ipsilaterales. La mama y axila contralaterales no mostraron ningún hallazgo significativo. La mamografía y ecografía mamaria bilateral evidenciaron un nódulo sólido en la mama derecha, categoría BIRADS IV (Figuras 1, 2). La biopsia guiada por ecografía con aguja gruesa y el resultado anatomopatológico preliminar fueron compatibles con tumor phyllodes benigno con sobrecrecimiento estromal o tumor mesenquimal, con mitosis por 10 campos de gran aumento, con ligera atipia citológica. El perfil inmunohistoquímico fue negativo para citoqueratina AE-1/A-E3, CD34, focalmente positiva para actina (HHF-35) y S-100 y con un marcador de proliferación Ki-67 en 5-10% de las células. Ante estos hallazgos se decidió la exéresis quirúrgica de la lesión con márgenes amplios, y la mastectomía subcutánea derecha. El reporte del estudio anatomopatológico definitivo describió, macroscópicamente, un tejido fibroadiposo de 2 × 1.5 cm, con un área blanquecina de bordes irregulares, de consistencia elástica y aspecto fibroso. En el estudio microscópico se observó proliferación mesenquimal mal definida, compuesta por células fusocelulares con escasa atipia junto con acumulaciones de colágeno, que infiltraba superficialmente el músculo estriado perilesional. La inmunohis- Figura 2. Mamografía de la mama derecha, con nódulo de 28 mm de diámetro mayor, de densidad heterogénea, con márgenes irregulares que se delimitan con dificultad, sospechoso de malignidad (BIRADS IV). Figura 1. Ecografía de la mama derecha (en sentido horario) correspondiente a H-3, nódulo de 25.9 mm de diámetro mayor, de márgenes lobulados y algo irregulares, hipoecogénico, con buena trasmisión sónica, sospechoso de malignidad (BIRADS IV). toquímica resultó positiva para vimentina, células S-100 aisladas y actina focal, con índice proliferativo Ki-67 bajo. El diagnóstico definitivo fue de fibromatosis mamaria con márgenes quirúrgicos libres. El paciente no requirió tratamiento coadyuvante y permanece asintomático y sin evidencia de recidiva luego de seis meses de seguimiento evolutivo. Volumen 81, No. 3, Mayo-Junio 2013 229 Muñoz-Atienza V y colaboradores Discusión La fibromatosis es un padecimiento muy poco frecuente (0.013-0.13%), casi siempre se localiza en la pared abdominal (49%), en el mesenterio (8%) y a nivel extra-abdominal (43%), incluida la mama, en 4%.4,5 Constituye alrededor de 0.2% de los tumores primarios de mama.1,4,5 Muestra claro predominio por el sexo femenino, sobre todo en la tercera o cuarta décadas de la vida, y de forma extraordinaria se han descrito casos aislados en el varón.2,3 En la etiología de la fibromatosis mamaria se han descrito casos asociados con antecedentes de traumatismos, radioterapia, intervenciones quirúrgicas previas, como cirugía reconstructora7 o implantes mamarios.8,9 Existen casos asociados con malformaciones óseas hasta en 80% de los pacientes, que sugieren anomalías en el desarrollo del tejido conectivo. En formas bilaterales se han relacionado con el síndrome de Gardner y la fibromatosis multicéntrica familiar.10,11 El estímulo hormonal, como factor etiológico, también se ha sugerido, al ser más frecuente en las mujeres jóvenes, durante el embarazo. Hay veces que estos tumores, durante el estudio inmunohistoquímico, muestran receptores estrogénicos o de progesterona.12 Desde el punto de vista clínico, la fibromatosis mamaria suele aparecer como un nódulo palpable único, de consistencia dura y tamaño variable, no doloroso. Durante su evolución puede ocasionar retracción de la piel o del pezón por la contracción del tejido fibroso, así como invasión o fijación al músculo pectoral mayor, simulando clínicamente un carcinoma. Desde la perspectiva histológica, la lesión acapsular tiene un núcleo hipocelular, rico en colágeno, y una región periférica hipercelular con abundancia de fibroblastos y miofibroblastos que expresan vimentina, actina y rara vez desmina en el estudio inmunohistoquímico. Muestran un patrón de crecimiento infiltrativo, con prolongaciones emergentes del centro lesional que les confieren un aspecto estrellado, sin describirse en la actualidad metástasis a distancia. Los estudios de imagen complementarios, como la ecografía y la mamografía, objetivan lesiones sólidas espiculadas de contornos irregulares, en ocasiones con calcificaciones, sugerentes de neoplasias malignas, de ahí que el diagnóstico definitivo esté determinado por el estudio anatomopatológico de la lesión.13,14 El tratamiento de la fibromatosis mamaria es similar al de esta afección en su localización extramamaria. La escisión con márgenes amplios constituye el tratamiento de elección.15,16 A pesar de ello, en los tres primeros años puede haber recurrencias de entre 21 y 27% de los casos. La radioterapia, quimioterapia u hormonoterapia coadyuvantes presentan resultados controvertidos por la rareza de la enfermedad.17,18 Conclusiones La fibromatosis en la mama es muy poco frecuente y su aparición en el varón excepcional. El tratamiento quirúrgico es el definitivo, con pocos resultados favorables cuando se asocia terapia oncológica adyuvante. Referencias 1. Nichols RW. Desmoids tumors. A report of thirty-one cases. Arch Surg 1923;7:227-236. 2. Burrel HC, Sibbering DM, Wilson AR. Fibromatosis of the breast in a male patient. Br J Radiol 1995;68:1128-1129. 3. Rudan I, Rudan N, Skorić TS, Sarcević B. Fibromatosis of male breast. Acta Medica Croatica 1996;50:157-159. 4. Greenberg D, Mclntyre H, Ramsarrop R, Arthur J, Harman J. Aggressive fibromatosis of the breast: a case report and literature review. 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Quality of Surgery and Outcome in Extra-Abdominal Aggresive Fibromatosis: A Series of Patients Surgically Treated at a Single Institution. J Clin Oncol 2003;21:1390-1397. 230 Cirugía y Cirujanos Fibromatosis mamaria en el varón 16. Reitamo JJ, Schelnin TM, Häyry P. The desmoids syndrome: New aspects in the cause, pathogenesis and treatment of the desmoids tumor. Am J Surg 1986;151:230-237. 17. Procter H, Singh L, Baum M, Brinkley D. Response of multicentric desmoids tumours to tamoxifen. Br J Surg 1987;74:401. 18. Kinzbrunner B, Ritter S, Domingo J, Rosenthal CJ. Remission of rapidly growing desmoids tumors after tamoxifen therapy. Cancer 1983;52:2201-2204. Volumen 81, No. 3, Mayo-Junio 2013 231 Síndrome de Mirizzi clínico 50% de los casos cursan con ictericia obstructiva y el resto suele ser un hallazgo al momento de la colecistectomía.9-13 El tratamiento es quirúrgico y en la mayoría de los casos la colecistectomía resuelve el problema;14-18 sin embargo, de 13 a 25% de los pacientes pueden requerir la reparación de la vía biliar por la fistulización a la vía biliar principal, lo que ocurre entre 8 y 15% de los casos.19-28 El objetivo es comunicar la experiencia en el tratamiento del síndrome de Mirizzi en el Hospital Español de Veracruz y comparar los resultados con lo publicado en la bibliografía mundial. Material y métodos Estudio retrospectivo, observacional, transversal y comparativo efectuado en pacientes con diagnóstico de síndrome de Mirizzi atendidos en el Hospital Español de la ciudad de Veracruz, en un lapso de 21 años. Los datos se analizaron con herramientas estadísticas descriptivas. Resultados Entre el 1 de septiembre de 1990 y el 31 de agosto de 2011 se efectuaron 1,034 colecistectomías laparoscópicas a igual número de pacientes con diagnóstico de enfermedad litiásica vesicular, por el mismo grupo de cirujanos. La mayoría de los pacientes, 685 (66.25%), padecía colecistitis crónica litiásica no complicada y 261 (25.24%) colecistitis agudizada. En cuatro casos (0.38%) se diagnosticó síndrome de Mirizzi (Cuadro I). Cuadro I. Hallazgos en 1,034 colecistectomías realizadas en 21 años Diagnóstico n= 1,304 casos % Colelitiasis no complicada 678 65.69 Colecistitis aguda 261 25.24 Hidrocolecisto 37 3.68 Vesícula escleroatrófica 26 2.51 Piocolecisto 23 2.22 Síndrome de Mirizzi 4 0.38 Cáncer vesicular 2 0.19 Fístula colecistocolónica 1 0.09 alfafetoproteína 3.8 mg, CA19.9, < 2 U/L. La tomografía computada contrastada mostró a la vesícula aumentada de tamaño, con numerosos cálculos en su interior, grosor de la pared de 12 mm, vías biliares intrahepáticas moderadamente dilatadas por compresión extrínseca a nivel del hilio hepático (Figura 1). Se decidió realizarle colangiopancreatografía retrógrada endoscópica, que no fue posible efectuar por la dificultad en la canulación del ámpula de Vater, por lo que se efectuó colangiografía percutánea que reveló dilatación de las vías biliares intrahepáticas con imagen de compresión extrínseca en hilio hepático sugerente de síndrome de Mirizzi; fue necesario descartar que no se trataba de un colangiocarcinoma (Figura 2). Se le realizó colecistectomía subtotal laparoscópica, por edema y engrosamiento de los tejidos que dificultaron la disección del triángulo de Calot. Casos clínicos Caso 1 Paciente femenina de 68 años de edad, gran multípara, con antecedentes de: hipertensión arterial de 15 años de evolución y litiasis vesicular diagnosticada cuatro años antes. Diez días antes de su ingreso a nuestro servicio tuvo un cuadro de dolor acompañado de: ictericia, coluria y fiebre; se agregó: anorexia, astenia y pérdida de 4 kg. Las pruebas funcionales hepáticas revelaron: bilirrubina directa 2.7 mg/ dL, indirecta 1.2 mg/dL, discreta elevación de las aminotransferasas ALT 85 y AST 80 us, fosfatasa alcalina de 272 us; proteínas séricas 5.7 mg/L, albúmina de 2.3 mg/L; anemia (hemoglobina 10.2 g, hematócrito 41) leucocitos 6,300, 66 neutrófilos, 27 linfocitos y 325,000 plaquetas, Figura 1. Tomografía computada con medio de contraste que muestra gran dilatación de la vesícula biliar con edema de paredes. Caso 1. Clasificación tipo I-B de Beltrán y Csendes. Volumen 81, No. 3, Mayo-Junio 2013 233 Roesch-Dietlen F y colaboradores Figura 3. Ultrasonido convencional del Caso 2, que muestra gran cálculo vesicular con edema de las paredes y cístico libre, no se logra visualizar el colédoco. Tipo I-A de la clasificación de Beltrán y Csendes. Figura 2. Colangiografía percutánea que muestra obstrucción a nivel del cuello del cístico con dilatación de las vías biliares intrahepáticas, Caso 1. La colangiografía transoperatoria corroboró el síndrome de Mirizzi, sin coledocolitiasis; la evolución postoperatoria fue satisfactoria, sin complicaciones. bos sin ictericia, coluria, acolia o hipertermia, con pruebas funcionales hepáticas normales. El ultrasonido reveló litiasis vesicular de grandes elementos, sin alteración aparente de la vía biliar. A los dos pacientes se les efectuó colecistectomía por laparoscopia; en el transoperatorio se corroboró una vesícula dilatada con cálculos grandes, engrosamiento de la pared y compresión de la vía biliar, con cístico infundibuliforme de 5 mm de diámetro y colédoco de calibre y apariencia normal; la evolución postoperatoria fue satisfactoria. Caso 2 Paciente masculino de 58 años de edad, con dolor en el cuadrante superior derecho del abdomen de 3.5 años de evolución, sin ictericia, acolia, coluria, hipertermia o prurito; las pruebas funcionales hepáticas fueron normales, el ultrasonido de abdomen superior mostró un gran cálculo vesicular en el cuello vesicular, con engrosamiento de la pared y discreta dilatación de las vías biliares intrahepáticas, no se identificó dilatación de la vía biliar principal (Figura 3). La colecistectomía laparoscópica confirmó la litiasis vesicular con un gran cálculo en la bolsa de Hartmann que comprimía la pared del colédoco, con edema y engrosamiento de la pared vesicular. La colangiografía transoperatoria mostró discreta dilatación de las vías biliares intrahepáticas con colédoco normal, sin evidencia de coledocolitiasis. La evolución postoperatoria fue satisfactoria. Casos 3 y 4 El caso clínico 3 corresponde a un paciente masculino de 50 años de edad y el Caso 4 a una mujer de 64 años, am- Discusión El síndrome de Mirizzi es una complicación poco frecuente de la enfermedad litiásica vesicular, clasificada en 1982 por McSherry y su grupo,6 posteriormente por Csendes y sus coautores en 1989,7 y finalmente por Beltrán y sus colaboradores8 en 2008, con base en la existencia o no de trayecto fistuloso entre la vesícula y la vía biliar principal (Cuadro II). Desde el punto de vista clínico es difícil establecer el diagnóstico porque no existe un cuadro clínico definido; en la mayoría de los casos son pacientes jóvenes, con dolor en el cuadrante superior derecho. En la mitad de los casos (35-54%) puede haber ictericia con patrón obstructivo de 24 a 36%, acompañado de fenómenos de colangitis en 6 a 13% y es muy raro encontrar hepatomegalia. El 35% de los casos son sujetos asintomáticos en quienes se descubre el síndrome durante estudios ultrasonográficos y no es raro que el diagnóstico se establezca cuando se está efectuando la colecistectomía.14-19. La edad promedio en nuestra serie fue de 58.4 ± 32.1 años, con límites de 50 y 68 años; no hubo diferencia en gé- 234 Cirugía y Cirujanos Síndrome de Mirizzi Cuadro II. Clasificación de Beltrán y Csendes del síndrome de Mirizzi Tipo I sin fístula Tipo IA: con conducto cístico permeable Tipo IB: con obstrucción del cístico Tipos II-IV con fístula Tipo II: defecto < 33% del diámetro del conducto biliar Tipo III: defecto entre 33 y 66% del diámetro del conducto biliar Tipo IV: defecto > 66% del diámetro del conducto biliar. nero. El tiempo promedio de evolución de los síntomas fue de 3.8 ± 4.3 años; todos los pacientes tuvieron dolor y sólo uno de ellos (25%) ictericia, coluria y fiebre en el preoperatorio, con pruebas funcionales hepáticas con patrón colestásico, alcanzó la cifra de bilirrubina directa de 2.7 mg/dL, con fosfatasa alcalina de 272 U/L. El ultrasonido tiene una sensibilidad baja, de 57%, y debe sospecharse síndrome de Mirizzi cuando se identifica dilatación de las vías biliares, por arriba del sitio donde se identifican los cálculos en la bolsa de Hartmann o conducto cístico. La tomografía computada es útil en el diagnóstico de colecistitis aguda y sus complicaciones, pero tiene poca sensibilidad para detectar cálculos biliares y su mayor utilidad es descartar un proceso neoplásico en obstrucción biliar. La colangio-pancreatografía por resonancia magnética ha ganado aceptación como alternativa en el diagnóstico de cálculos biliares, con la ventaja de no ser un proceso invasivo, con sensibilidad de 96%, especificidad de 93.5%, valor predictivo positivo de 83.5% y valor predictivo negativo de 98.5%, por lo que se ha posicionado como el procedimiento previo a la colangio-pancreatografía retrógrada endoscópica, que puede confirmar el diagnóstico, con sensibilidad de 65%, con complicaciones en 23% y la ventaja de permitir realizar maniobras terapéuticas.20,21 En nuestros casos sólo en uno se sospechó en el preoperatorio, a quien se realizó tomografía computada y colangiografía percutánea transhepática. En otro caso se sospechó por los hallazgos ultrasonográficos y los dos restantes fueron hallazgos en el momento del acto quirúrgico. El objetivo del tratamiento es la colecistectomía y cuando existe daño en el conducto biliar debe repararse. La estrategia depende del tipo y grado de lesión de la vía biliar y la existencia de fístula tipo I, colecistectomía fundocística con colangiografía, sin necesidad de explorar las vías biliares; tipo II colecistectomía, sutura del colédoco y colocación de sonda en T; tipo III, colecistectomía, colédoco-duodeno anastomosis con o sin colocación de sonda en T; tipo IV, colecistectomía, exploración de vías biliares y hepático-yeyuno anastomosis en Y de Roux.15 Los resultados suelen ser satisfactorios, con baja morbilidad y mortalidad en las lesiones tipo I y II; sin embargo, de 5 a 8% de los casos tipo III y IV tienen estenosis de la vía biliar con colangitis secundaria y alteraciones del funcionamiento hepático, y 6% de los casos requiere reintervención. No existen reportes de lesión accidental de la vía biliar y la mortalidad en hospitales con experiencia en el tratamiento de esta afección es de 0.2 a 0.9%.15-19 La vía de abordaje depende de la precisión del diagnóstico preoperatorio. Cuando se sospecha alteración importante de la anatomía de las estructuras del íleo hepático o se corrobora la dilatación de la vía biliar y probable fístula, se recomienda realizar el procedimiento con técnica convencional abierta; sin embargo, en la actualidad existen diversos reportes de tratamiento del síndrome de Mirizzi por vía laparoscópica con resolución de casos no complicados. No hay que olvidar que en muchas ocasiones el diagnóstico es un hallazgo inesperado durante el acto quirúrgico.22-27 En una revisión de 20 años, en 10 publicaciones, Antoniou y su grupo encontraron que el índice de conversión es de 41%, los incidentes transoperatorios reportados alcanzaron 20%.28 Nuestros cuatro casos se catalogaron como Tipo I, uno de ellos correspondió al subtipo I-A y los otros 3 al subtipo I-B, se les efectuó colecistectomía laparoscópica, [3 en forma total (75%) y 1 subtotal (25%)], con tiempo quirúrgico promedio de 139 ± 3.9 minutos. En dos casos hubo sangrado moderado en la disección de la pared vesicular que se cohibió satisfactoriamente con electrocauterio; en todos los casos se identificó adecuadamente la vía biliar sin lesionarla; sólo en dos pacientes se realizó colangiografía transcística que reveló caracteres normales del árbol biliar. Conclusiones El síndrome de Mirizzi es una complicación poco frecuente de la enfermedad litiásica biliar y debe sospecharse en pacientes con antecedentes de esta afección previamente diagnosticada y en quienes se inicia un síndrome colestático, aunque en más de 50% suelen ser hallazgo inesperado durante la colecistectomía. La tomografía computada, la colangio-pancreatografía retrógrada endoscópica y la colangio-pancreatografía por resonancia magnética son de gran utilidad en el diagnóstico, cuando el ultrasonido es sugerente de síndrome de Mirizzi. Volumen 81, No. 3, Mayo-Junio 2013 235 Roesch-Dietlen F y colaboradores Referencias 1. Kehr, H. 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Casos clínicos Caso 1 Paciente masculino de 47 años de edad, sin antecedentes clínicos de interés, que ingresó al servicio de Cirugía General y Aparato Digestivo procedente de Urgencias debido a un cuadro obstructivo intestinal de 48 horas de evolución. Durante la exploración se le encontró: consciente, orientado, afebril y hemodinámicamente estable. El abdomen estaba distendido, doloroso a la palpación en el epigastrio. No se palparon tumores ni crecimientos viscerales; tampoco había peristaltismo. En las pruebas complementarias se encontró leucocitosis con desviación izquierda. En el seguimiento en consulta y en la radiografía simple de abdomen en el epigastrio y mesogastrio se apreció dilatación de las asas intestinales. El tamiz tóraco-abdominal no evidenció afección alguna. Ante el cuadro de íleo mecánico que no cedió con tratamiento conservador se decidió la intervención quirúrgica; en el transcurso de ésta se encontraron bridas entre el apéndice e íleon terminal que condicionaban una obstrucción ileal por síndrome adherencial; esta es la razón por la que se practicaron enterolisis más apendicectomía. En el acto operatorio quedó de manifiesto una zona engrosada en el íleon medio, de ahí se tomó una biopsia. El estudio anatomopatológico reportó: enteritis eosinofílica. Durante el postoperatorio el paciente tuvo íleo paralítico que se atendió con tratamiento conservador. En el periodo de seguimiento ambulatorio las biometrías hemáticas no mostraron eosinofilia. La endoscopia alta y el tránsito intestinal con bario no mostraron datos patológicos. Quince años después de esta intervención el paciente no ha tenido ninguna recidiva y se encuentra asintomático. y vómitos. Durante la exploración física se encontró al paciente: consciente, orientado, afebril y hemodinámicamente estable. Con dolor abdominal y contractura muscular en el hemiabdomen inferior, sin tumores o crecimientos viscerales palpables. En las pruebas complementarias destacó la leucocitosis con desviación izquierda y en la radiología simple de abdomen se observó que las asas del intestino delgado estaban distendidas y con edema de pared. El tamizaje puso de manifiesto que había un asa intestinal con edema importante. Con el diagnóstico de cuadro peritonítico se operó de urgencia; durante el procedimiento se encontró un segmento de íleon de aproximadamente 20 cm, isquémico y con fibrina (Figura 1). Se practicó resección intestinal segmentaria, anastomosis término-terminal y apendicectomía. El estudio anatomopatológico reportó que se trataba de un segmento de íleon con enteritis, peritonitis eosinofílica y apéndice con signos de apendicitis eosinofílica. La biometría hemática de seguimiento en la consulta no reportó eosinofilia y los estudios baritados gastroduodenales con tránsito intestinal reportaron normalidad. Doce años después de la cirugía el paciente permanece asintomático y sin recidiva. Caso 3 Paciente masculino de 25 años de edad, sin antecedentes patológicos de interés, que ingresó al servicio de Cirugía General y Aparato Digestivo procedente de Urgencias debido a un cuadro de abdomen agudo, de 12 horas de evolución, con dolor abdominal localizado en el epigastrio e irradiado, posteriormente, a la fosa ilíaca derecha, acompañado de náuseas. En la exploración física el paciente se encontraba: cons- Caso 2 Paciente masculino de 40 años de edad, sin antecedentes patológicos de interés, que ingresó al servicio de Cirugía General y Aparato Digestivo procedente de Urgencias por un cuadro de abdomen agudo de 36 horas de evolución, que se inició con dolor en el epigastrio acompañado de náuseas Figura 1. Segmento de asa intestinal con afectación irreversible por la enteritis. 238 Cirugía y Cirujanos Abdomen agudo causado por enteritis eosinofílica ciente, orientado, afebril y hemodinámicamente estable, con dolor a la palpación de la fosa ilíaca derecha y contractura voluntaria. Sin tumores, ni crecimientos viscerales. La citología hemática reportó: leucocitosis con desviación izquierda (neutrófilos 80%). La radiografía simple de abdomen fue normal. Ante la sospecha de un cuadro apendicular agudo se operó de urgencia, en el peritoneo se encontró exudado purulento y apéndice normal. Un segmento de íleon, a unos 50 cm de la válvula iliocecal, tenía un aspecto inflamatorio crónico que afectaba al meso. Se practicó apendicectomía y biopsia de la pared intestinal. El informe anatomopatológico reportó: pared intestinal con marcada hemorragia y reacción inflamatoria con abundantes eosinófilos. Signos de peritonitis aguda fibrinopurulenta con eosinófilos. La imagen es compatible con peritonitis eosinofílica. El postoperatorio evolucionó satisfactoriamente. En el seguimiento en consulta se comprobó la eosinofilia en la citología hemática que se mantuvo los tres primeros meses luego de la intervención, con controles mensuales. Posteriormente este dato se normalizó. El estudio baritado alto, con tránsito intestinal, se informó normal. Ocho años después de la cirugía el paciente permanece asintomático y sin recidiva. Caso 4 Paciente masculino de 57 años de edad, sin antecedentes patológicos de interés, que ingresó al servicio de Cirugía General y Aparato Digestivo procedente de Urgencias debido a un cuadro de abdomen agudo que se inició 24 horas antes con: dolor abdominal inespecífico, distensión abdominal, cierre intestinal desde el inicio del cuadro, náuseas y vómitos. En la exploración física el paciente se encontró: consciente, orientado, afebril y hemodinámicamente estable; el abdomen distendido y timpanizado, no doloroso y sin peristaltismo. Las pruebas complementarias destacaron la leucocitosis con desviación izquierda (neutrófilos 82%) y en la radiografía simple de abdomen dilatación y edema de asas de intestino delgado, además de niveles en bipedestación. En la tomografía computada se encontró que las asas de intestino estaban dilatadas y edematizadas, sin identificar la causa. Con el diagnóstico de íleo mecánico de intestino delgado se realizó la intervención quirúrgica, donde se comprobó que la causa del cuadro obstructivo era la estrechez inflamatoria, de aproximadamente 3 cm, situada en el íleon proximal, con discreto engrosamiento del meso. Se practicó estricturoplastia con biopsia y cierre transversal. El estudio anatomopatológico reportó: un fragmento de pared intestinal con enteritis y peritonitis eosinofílica. En el postoperatorio se le administraron corticoesteroides y la evolución fue satisfactoria. Las biometrías posteriores al alta hospitalaria no mostraron eosinofilia y el estudio esófago-gastroduodenal baritado con tránsito intestinal no informó datos patológicos. Seis años después de la cirugía el paciente pemanece asintomático, sin recidiva. Caso 5 Paciente femenina de 43 años de edad, sin antecedentes de interés, que acudió a Urgencias debido a un cuadro de dolor abdominal de 14 horas de evolución, localizado en el mesogastrio y la fosa iliaca derecha. En la exploración se identificó dolor y contractura a la palpación de la fosa iliaca derecha, con disminución del peristaltismo abdominal. En la biometría hemática de urgencia se reportó: neutrofilia sin leucocitosis y en la radiología de abdomen se observaban las asas del intestino delgado dilatadas y nivel hidro-aéreo. Con el diagnóstico de peritonitis por posible apendicitis aguda, se operó de urgencia. En ese procedimiento se observó que había líquido seroso peritoneal libre y un segmento de unos 15 cm en el íleon terminal, de aspecto inflamatorio y con signos de necrosis. Ante ello se practicó la resección intestinal segmentaria y anastomosis término-terminal por vía laparoscópica. El informe anatomopatológico informó que se trataba de un segmento de íleon con marcado edema submucoso y subseroso e infiltrado inflamatorio transmural con microabscesos eosinofílicos en la submucosa con diseminación a la muscular. Marcada respuesta mesoileal y serosa. Uno de los cortes mostró, en la submucosa, una larva de nemátodo correspondiente a Anisakis simple (Figura 2). La evolución postoperatoria fue satisfactoria y un estudio baritado intestinal de seguimiento no mostró ningún dato patológico en algún tramo de yeyuno o íleon. Tampoco se observó eosinofilia en los hemogramas. A los cuatro años de la cirugía la paciente permanece asintomática, sin signos de recidiva. Caso 6 Paciente masculino de 37 años de edad, sin antecedentes de interés, que acudió a Urgencias debido a un cuadro de dolor abdominal de 18 horas de evolución que no cedió con analgésicos comunes y que empeoró, acompañado de náuseas y vómitos. En el servicio de Urgencias se aprecia a un paciente con signos de grave estado general y dolor intenso centro-abdominal, muy acentuado a la palpación, con defensa y contractura abdominal, sin peristaltismo; el tacto rectal fue normal. La citología hemática puso de manifiesto una leucocitosis con neutrofilia, sin otros datos. En Volumen 81, No. 3, Mayo-Junio 2013 239 Martínez-Ubieto F y colaboradores Figura 2. Larva de Anisakis simple en un corte microscópico. la radiología simple de abdomen se observó un asa de intestino delgado dilatada y en la tomografía computada tóracoabdominal urgente, sin contraste, se apreció un asa de íleon dilatada, edematizada y con signos isquémicos. Con la sospecha diagnóstica de peritonitis aguda se operó de ugencia, con un segmento de íleon de aproximadamente 15 cm, con signos isquémicos cercanos a la perforación y completamente irreversible; por eso se practicó resección y anastomosis latero-lateral, por vía laparoscópica. El informe anatomopatológico describió un segmento de intestino delgado con infiltración y abscesos eosinofílicos que afectan a todas las capas, compatible con enteritis eosinofílica. La evolución postoperatoria fue satisfactoria, sin complicaciones. A los tres meses de la cirugía el paciente estaba asintomático, con biometrías hemáticas normales, sin eosinofilia. Discusión La enteritis eosinofílica se define como la coexistencia de infiltrados eosinofílicos al tubo digestivo, a veces asociados con eosinofilia periférica y síntomas digestivos quizá relacionados con una afección dermatológica, como enrojecimiento de la piel o reacción urticariana.6 La gastroenteritis eosinofílica se ha dividido en tres patrones anatomopatológicos: 1) forma predominantemente mucosa, 2) predominantemente muscular y 3) predominantemente serosa, aunque también existe la afectación de todas las capas, denominada transmural y que quizá se relacione con la aparición de los cuadros de abdomen agudo, y en último extremo con la necrosis irreversible del segmento afectado; tal y como sucedió en los tres casos aquí reportados.7 Por el contrario, las formas con menor afectación anatomopatológica se manifiestan con clínica más larvada, como: diarreas, esteatorrea o enteropatía perdedora de proteínas.8,9 La etiología no es clara, se asocia con diversos padecimientos. Sólo en uno de nuestros casos se pudo comprobar claramente su asociación con la infestación por Anisakis simple. No se encontró vínculo con otras afecciones, como enfermedades del colágeno e intolerancias alimentarias descritas en la bibliografía.4 La localización preferente de este cuadro corresponde al estómago, duodeno y segmentos proximales del intestino delgado.9,10 La afectación del íleon terminal, que se registró en tres de nuestros casos, como la del esófago, es relativamente infrecuente.11 Siempre que la situación clínica del paciente lo permita puede recurrirse a una serie de pruebas complementarias que pueden ayudar a establecer el diagnóstico y al seguimiento de los pacientes con enteritis eosinofílica. En esas pruebas se han observado datos de interés con: ecografía abdominal, tomografía computada, especialmente útil en las formas pseudotumorales y en las que cursan con ascitis y adenopatías, la laparoscopia que permite la biopsias para el diagnostico, sin ser necesaria la laparotomía.12-15 En ocasiones el abdomen agudo, sin descartar la peritonitis difusa, tal como sucedió en nuestras descripciones clínicas, no permite retrasar por mucho tiempo la cirugía y es en estos casos donde se descubre la afectación de un segmento de intestino delgado, casi siempre muy corto y con signos que pueden verse desde simplemente inflamatorios con intestino viable, en los que sólo una biopsia estaría indicada, y otros en los que las graves lesiones obligan a la resección intestinal. El diagnóstico definitivo de enteritis eosinofílica es la demostración histológica de la existencia de infiltrados eosinofílicos en el segmento intestinal estudiado. Es excepcional descubrir al parásito causante del cuadro, en los que se relacionan con alguna parasitosis, que fue el caso de uno de nuestros pacientes y que resultó excepcional en la bibliografía consultada. Cuando se dispone de la confirmación histológica, los corticoesteroides han demostrado su eficacia para revertir la clínica e, incluso, las lesiones histológicas.7 El pronóstico suele ser favorable y, en la evolución se suceden fases asintomáticas y puede haber reagudizaciones, sin periodicidad definida. En la revisión de nuestros pacientes, incluso muchos años después de la cirugía, no hubo recidivas del proceso. Conclusión La enteritis eosinofílica es una situación clínica rara que, en su grado mayor de afectación histológica, puede ocasionar cuadros de abdomen agudo que requieren intervención quirúrgica urgente. Durante la visualización de la cavidad abdominal se descubre un segmento intestinal con aspecto inflamatorio, del que debe hacerse biopsia, pero que en 240 Cirugía y Cirujanos Abdomen agudo causado por enteritis eosinofílica ocasiones tiene un aspecto claramente muy afectado, irreversible, donde sólo la resección quirúrgica segmentaria es el único tratamiento correcto. Puesto que se trata de una resección tan circunscrita, la laparoscopia puede ser una vía de abordaje y tratamiento seguro y factible. Referencias 1. Kaijser R. Zurkenntnis der allegischen affektioner desima verdanungskanal von Standpunk desima Chirurgenaus. Arch Klin Chir 1937;188:36-64. 2. Gharabagui MA, Abdollahi P, Kalany M, Sotoudeh M. Systemic lupus erythematosus presenting with eosinophilic enteritis: a case report. J Med Case Reports 2011;5:235. 3. Esteve C, Resano A, Díaz-Tejeiro P, Fernández-Benítez M. Eosinophilic gastritis due to Anisakis: a case report. Allergol Immunopathol 2000;28:21-23. 4. 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El reporte de patología fue de: adenocarcinoma semidiferenciado del recto, con clasificación T3N0M0. A las 72 horas del postoperatorio tuvo hipotensión arterial súbita y distensión abdominal dolorosa. En la reintervención quirúrgica se encontró: necrosis del colon desde el ángulo esplénico hasta el reservorio colónico, con trombos en meso, signos de isquemia en el útero, trompa de Falopio y ovarios, piso pélvico y 40 cm de intestino delgado, antes de la ileostomía e íleon. Se realizó hemicolectomía izquierda y colostomía. Se trasladó a la unidad de terapia intensiva donde continuó con la administración de heparina; falleció a los cinco días por insuficiencia multiorgánica. Conclusiones: el mecanismo de este síndrome se desconoce pero existen varias hipótesis: se ha sugerido que los cánceres hematológicos son los que tienen mayor riesgo de trombosis venosa profunda. El cáncer de páncreas se relaciona con este síndrome en 50% de los casos. Se sugiere continuar con las normas de prevención del tromboembolismo. Background: The Trousseau syndrome, first described in 1865, is the relationship of venous thromboembolism and cancer. The objective is to inform a case with rectal cancer and this Trousseau syndrome. Clinical case: Female 40 years old, went to the Coloproctology service for painless bleeding, we solicited requested diagnostic tests, report of computed tomography was tumor of 5 per 6 cm up to 5 cm from the anal margin, ultra-low anterior resection with colonic reservoir and loop ileostomy surgery was performed, report of pathology semidiferenciate adenocarcinoma of rectum and we established as T3N0M0. Within 72 hours of hers postoperative sudden hypotension, painful abdominal distention, we made a surgery again finding necrosis of the colon from the splenic angle till the colonic reservoir with thrombi in the left colic artery, ischemic signs of bilateral fallopian tubes, ovaries, uterus, pelvic floor and the small intestine, 40 cm before ileostomy and ileon. Left hemicolectomy and colostomy was made. She was taken to intensive care in where they continue administration of heparin; it dies within 5 days after because of multiorganic failure. Conclusions: The mechanism for this syndrome was unknown but there are several hypotheses, suggested that hematological cancers are what they are at increased risk of deep vein thrombosis. Pancreatic cancer is the most common presentation with this syndrome in 50% of cases. We suggested continuing with the standards of prevention of thromboembolism. Palabras claves: síndrome de Trousseau, tromboembolismo. Key words: Trousseau syndrome, Thromboembolism. Servicio de Coloproctología. Cirugía general. Servicio de Terapia Intensiva. Hospital Teodoro Maldonado Carbo, Guayaquil, Ecuador. Correspondencia: Dr. Ernesto Sierra Montenegro Cañar 607 y Coronel, segundo piso. Guayaquil, Ecuador. Teléfono: 0059342444847 Correo electrónico: gesierra21@yahoo.com Recibido: 24 de julio 2012. Aceptado: 22 de diciembre 2012. Introducción El síndrome de Trousseau se define como una coagulopatía que ocasiona una tromboflebitis migratoria, a menudo observada en pacientes con cáncer. De acuerdo con Kakkar,1 en 1865, el médico francés Armand Trousseau describió por primera vez la relación entre tromboembolismo venoso y cáncer, pero se reconoce que la primera descripción de trombosis venosa profunda y cáncer la realizó Bouillard en 1823.2 Sin embargo, de acuerdo con Varki,3 fue Trousseau quien no sólo lo describió sino se lo autodiagnosticó dos años después, falleció a consecuencia de cáncer gástrico. 242 Cirugía y Cirujanos Síndrome de Trousseau El objetivo de este trabajo es informar un caso de síndrome de Trousseau en una paciente operada de cáncer de recto. Caso clínico Paciente femenina de 40 años de edad, que acudió al servicio de Coloproctología del Hospital Teodoro Maldonado Carbo, de la ciudad de Guayaquil, Ecuador, debido a rectorragia indolora de varios meses de evolución. Al tacto rectal se palpó una tumoración semidura que ocluía un tercio de la luz intestinal. Se efectuó rectosigmoidoscopia. El tumor midió 6 cm y se localizaba a 5 cm del margen anal. El reporte histológico fue de adenoma tubular con cambios focales de adenocarcinoma moderadamente diferenciado. La TAC reportó tumor de recto de 5 x 6 cm que ocluía la luz intestinal. Se realizó resección anterior ultrabaja con reservorio colónico, con anastomosis a 3 cm del margen anal e ileostomía protectora. El reporte de patología indicó: adenocarcinoma moderadamente diferenciado de recto, T3N0M0. La evolución de la paciente fue satisfactoria; sin embargo, a las 72 horas de operada súbitamente tuvo hipotensión arterial, frialdad de tegumentos y taquicardia. Se le administraron soluciones cristaloides y coloides para corregirla. El hematócrito y hemoglobina se reportaron sin alteraciones significativas. La presión arterial y la frecuencia cardiaca disminuyeron. A las seis horas del evento tuvo distensión abdominal, muy dolorosa, que no cedió con analgésicos; al reaparecer la hipotensión arterial se decidió re-intervenirla. En la laparotomía exploradora se encontró: líquido inflamatorio libre en la cavidad, el ángulo esplénico hasta el reservorio colónico, sin vitalidad, con trombos en el meso (Figura 1). También se apreciaron: el útero, trompas de Falopio y ovarios (Figura 2), aparte de zonas violáceas en la pelvis y en el intestino delgado, 40 cm antes de la ileostomía e íleon (Figura 3). Se desmanteló la anastomosis colorrectal y se practicó hemicolectomía izquierda y colostomía, el conducto anal permaneció normal. La paciente se trasladó al servicio de terapia intensiva en donde continuó con dosis de heparina porque previamente en el quirófano se había iniciado la administración de la misma, la mejoría fue relativa y la paciente falleció al quinto día de la segunda intervención quirúrgica, por insuficiencia multiorgánica. Figura 1. Necrosis de colon con trombosis en el meso. Figura 2. Afectación de útero, trompas de Falopio y ovarios. Discusión El mecanismo del síndrome de Trousseau se desconoce; sin embargo, se han formulado varias hipótesis para explicar cómo se produce el estado trombótico generado por un tumor: por mayor expresión del factor tisular, que es un ac- Figura 3. Afectación violácea en el intestino delgado. Volumen 81, No. 3, Mayo-Junio 2013 243 Sierra-Montenegro E y colaboradores tivador del mecanismo extrínseco de la coagulación. Los oncogenes activados (K-ras) o los tumores supresores inactivados (p53) en células con cáncer colorrectal también inducen actividad en las concentraciones del factor tisular, que se ha propuesto promueve no sólo la hipercoagubilidad sino también la agresividad del tumor y de la angiogénesis.4 El factor tisular contiene fragmentos de membrana o microvesículas producidas por células tumorales que podrían aparecer como la causa más probable de las trombosis distantes.5 La excreción de cisteinproteasa tumoral por parte del tumor, llamada procoagulante tumoral, activa directamente el factor X, independientemente del factor VII. Esta actividad fue posteriormente reportada en algunos tumores humanos.6,7 Hace ya más de una década se realizó un estudio clínico para evaluar los marcadores protrombóticos y su relación con la concentración de cisteína-proteinasa en sangre de los pacientes con adenocarcinomas gastrointestinales con o sin metástasis.8 Los datos sugieren que la cisteínaproteinasa es sólo un factor de riesgo menor para trombosis venosa profunda en estos pacientes. Los carcinomas productores de mucinas son moléculas largas pesadamente glicosiladas;9 y generalmente llevan glicanos de sialatos, fucosilatos y sulfatos que pueden actuar como ligandos de sus selectinas.10 La triada de Virchow incluye: estasis, traumatismo-enfermedad vascular e hipercoagubilidad de la sangre por sí mismo.11 En la fisiopatología del tromboembolismo venoso actúa el sistema hemostático y la cascada de la coagulación.12 La mayoría de los pacientes con cáncer tiene concentraciones elevadas de los factores de coagulación V, VIII, IX y XI, e incremento de marcadores de la activación de la coagulación (trombina, antitrombina, fragmento de protrombina).13 Además, los pacientes con metástasis llegan a tener actividad deficiente del factor proteasa von Willebrand (ADAMTS13), que es una proteína adhesiva involucrada en la hemostasia primaria.14 Los primeros estudios epidemiológicos ya sugerían que los cánceres hematológicos, de pulmón y gastrointestinales, tienen un riesgo sustancial de trombosis venosa profunda. Los cánceres asociados con alto índice de trombosis venosa profunda-embolia pulmonar incluyen: pulmón, riñón, estómago, páncreas, cerebro, ovario y linfoma. En contraste, los cánceres de cabeza y cuello, vejiga, mama, esófago, útero y cuello uterino se asocian con un relativo grado bajo de trombosis venosa profunda.15 Los cánceres comúnmente asociados con el síndrome de Trousseau son el de páncreas, pulmón, próstata, estómago y colon; el cáncer de páncreas ocupa 50% de estos casos.16 Se sugiere que en el síndrome de Trousseau el efecto de las mutaciones oncogénicas en las células cancerosas se produce por la activación de la vía oncogénica, que puede resultar en una perturbación directa o indirecta del coaguloma y, finalmente, el síndrome de Trousseau.17 En el síndrome de Trousseau, el efecto indirecto (no específico) en los eventos oncogénicos puede ocurrir a través de consecuencias conocidas de la agresividad incrementada del tumor como: invasión vascular, metástasis, hemorragia, permeabilidad vascular y angiogénesis.18 El tratamiento de los pacientes con este síndrome es con heparina porque los anticoagulantes cumarínicos son resistentes, por lo que constituye el mecanismo de activación de la antitrombina,19 de la heparina cofactor 7220 y del inhibidor de la proteína C.21 El tratamiento debe continuarse hasta la eliminación del cáncer subyacente que resuelve el estado de hipercoagulabilidad. Existen varios informes que señalan que las heparinas de bajo peso molecular podrían ser tan eficaces como la heparina y reducir la incidencia de trombocitopenia.22 Puede haber casos en que el paciente inicia con un cuadro de trombosis inexplicable y tenga un cáncer oculto, donde es de gran ayuda la tomografía computada con emisión de positrones que permite identificar el sitio del tumor primario y realizar una biopsia dirigida.23 En este caso, la paciente comienza súbitamente con síntomas inespecíficos de trombosis venosa migratoria, a pesar de haber recibido en el postoperatorio inmediato heparina de bajo peso molecular. En el pre, trans y postoperatorio inmediato se utilizó el sistema de presión continua en las extremidades y lo llamativo fue la hipotensión súbita sostenida de 72 horas después de la cirugía, y el dolor abdominal intenso que experimentó seis horas después de permanecer controlado el síntoma inicial. La evolución posterior a la laparotomía exploradora fue tórpida y sin respuesta a la infusión de heparina administrada en la unidad de terapia intensiva; la paciente falleció al quinto día por insuficiencia multiorgánica. Conclusiones El mecanismo de este síndrome se desconoce pero existen varias hipótesis: se sugiere que los cánceres hematológicos son los de mayor riesgo de trombosis venosa profunda. El cáncer de páncreas se relaciona con este síndrome en 50% de los casos. Se sugiere continuar con las normas de prevención del tromboembolismo. Referencias 1. Kakkar A. Thromboprophylaxis in the Cancer Patient. Venous Tromboembolism 2005;4:151-157. 2. Bouillard JB, Bouillard S. De l`Obliteration des veines et de son influence sur la formation des hydropisies partielles: consideration sur la hydropisies passive et general. Arch Gen Med 1823;1:188-204. 244 Cirugía y Cirujanos Síndrome de Trousseau 3. Varki A. Trousseau`s syndrome: multiple definitions and multiple mechanisms. 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Atención en emergencias y desastres en las unidades de terapia intensiva del Instituto Mexicano del Seguro Social: triage y evacuación Santiago Echevarría-Zuno, Felipe Cruz-Vega, Sandra Elizondo-Argueta, Everardo Martínez-Valdés, Rubén Franco-Bey, Luis Miguel Méndez-Sánchez Resumen Abstract La atención en emergencias y desastres implica mantener las unidades médicas en funcionamiento, pese al fenómeno perturbador al que se enfrente la comunidad; sin embargo, el conflicto ocurre cuando es la unidad médica la que necesita el apoyo y requiere ser evacuada, más aún cuando es indispensable la evacuación de los pacientes de las unidades de terapia intensiva. En la bibliografía mundial poco hay acerca de este tema, por lo general está enfocado a la reconversión de áreas e incremento de la capacidad para atención a saldo masivo de víctimas, pero no sobre cómo evacuar en caso necesario, y donde una decisión errónea puede traer consecuencias fatales. Por esto el Instituto Mexicano del Seguro Social encomendó a un grupo de trabajo, conformado por médicos especialistas del propio Instituto, evaluar y establecer un método para protocolizar la evacuación de estos pacientes con la salvaguarda correspondiente del personal y del paciente sin que los estándares de calidad en la atención se alteren. Providing medical assistance in emergencies and disaster in advance makes the need to maintain Medical Units functional despite the disturbing phenomenon that confronts the community, but the conflicts occurs when the Medical Unit needs support and needs to be evacuated, especially when required the evacuation of patients in Critical care Unit. In world bibliography there is little on this topic, and usually focuses on the conversion of areas and increased ability to care mass casualties, but not about how to evacuate if necessary, and when a wrong decision can have fatal. That is way the Mexican Social Security Institute are given the task to a working group composed of specialists of the Institute to evaluate and establish a method for performing a protocol in the removal of these patients and considering always safeguard both staff and patient and maintaining the quality standards of care. Palabras clave: desastres, evacuación, terapia intensiva, triage. Key words: Disaster, Evacuation, Critical Care, Triage. A lo largo de la historia, el ser humano ha enfrentado los desafíos de múltiples desastres que lo han hecho sufrir terribles experiencias en pérdidas humanas y materiales. En la actualidad, los gobiernos se preocupan cada vez más por lograr una cultura de prevención ante las consecuencias de eventos; uno de los principales actores en este tema son los sistemas de salud1,2 debido a que, independientemente del fenómeno perturbador al que se esté enfrentando la población, deberán mantenerse en pie para dar oportuna atención Dirección de Prestaciones Médicas, Instituto Mexicano del Seguro Social. México Correspondencia: Acad. Dr. Felipe Cruz Vega Reforma 476, 3er piso México 06700 DF Teléfono: 52382700 extensión: 10311 Correo electrónico: felipe.cruzv@imss.gob.mx Recibido: 18 de julio 2012. Aceptado: 31de agosto 2012. a los pacientes. En este aspecto se han establecido diferentes programas3-5 para mitigar el riesgo y vulnerabilidad de las unidades médicas, y sobre todo mantener la continuidad de sus operaciones; sin embargo, pese a estos esfuerzos, en los últimos años hemos observado cómo estos eventos pueden sobrepasarnos y forzar a los servicios de salud a la evacuación parcial o total por daños graves en la infraestructura del inmueble, hasta la destrucción total y el cobro de múltiples vidas.2,3,5 Por todo esto, es prioritario que cada unidad médica establezca en sus programas de seguridad cómo debe actuarse ante contingencias y cuándo es necesaria la evacuación. La evacuación de una unidad hospitalaria no puede equipararse con la de cualquier otra edificación. En cuanto a cultura general de protección civil6 nuestro país defiende la postura repliegue-evacuación-evaluación del daño, que es una conducta que puede salvar gran cantidad de vidas. Sin embargo, en el sector salud esta cultura pone en una situación difícil al tomador de decisiones, porque evacuar un hospital representa suspender sus servicios a la población, en los momentos en que más se necesita y, sobre todo, 246 Cirugía y Cirujanos Evacuación y triage en unidades de terapia intensiva la movilización de pacientes que aún requieren continuar con la atención médica. Cuando sobreviene un fenómeno que puede desencadenar un desastre crea varias situaciones conflictivas:7 primero proseguir con las actividades de atención a los enfermos hospitalizados; segundo incrementar la capacidad para atención de saldo masivo de víctimas, y en caso de daños a la infraestructura del inmueble determinar la necesidad de evacuación de la unidad médica. Esto genera mayores conflictos, porque a los previos se agrega responder cómo, dónde, cuándo hacer la movilización de los pacientes y, sobre todo, considerar la evacuación de los pacientes de las unidades de terapia intensiva, quienes por sus características tienen una condición médica frágil, requieren de equipo y tecnología médica avanzada para lograr su supervivencia; sin embargo, pese a todas las medidas de seguridad implantadas para su evacuación pueden fallecer.8-11 Las unidades médicas del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), el mayor proveedor de servicios de salud en México, se han visto afectadas por múltiples fenómenos adversos que han llevado a la priorización en el desarrollo de programas de seguridad interna, y planes de respuesta institucional ante emergencias y desastres;12,13 sin embargo, un aspecto importante poco abordado por su complejidad es la necesidad de evacuación de una unidad de terapia intensiva. En este caso, en el IMSS no sólo se cuenta con terapias intensivas generales, sino también especializadas para pacientes con trasplantes, quemados, cuidados coronarios y respiratorios; por eso se encomendó la tarea, a un grupo de trabajo conformado por especialistas del propio Instituto (Apéndice A), de evaluar y establecer un método para protocolizar la evacuación de los pacientes de las unidades de terapia intensiva, basados no sólo en la bibliografía médica existente, sino también en la experiencia y necesidades de sus unidades. Plan de evacuación de unidades de terapia intensiva Existen varias publicaciones10,14-16 que establecen lineamientos de actuación ante desastres en las unidades de terapia intensiva, aunque la mayor parte están principalmente encausadas a la atención en caso de saldo masivo de víctimas, e incremento en la capacidad de atención de pacientes que requieren ingreso a unidades de terapia intensiva. Las publicaciones insisten en la evacuación de los pacientes que ya estaban en las unidades de terapia intensiva hacia otra áreas del hospital, para continuar con su tratamiento de acuerdo con sus necesidades y, así, priorizar la atención. Aun así, son sólo guías y, en definitiva, el peso principal en la toma de decisiones al momento de dar la indicación de evacuación es del médico a cargo en ese momento. Un punto importante es que en nuestras unidades quien asume el mando en la unidades de terapia intensiva no siempre es un intensivista, sino médicos internistas, cardiólogos, neumólogos, entre otros; por lo tanto, a través del siguiente plan para evacuación, se presenta como papel fundamental la toma de decisiones por parte del líder que en ese momento asuma el control de la situación y a quien se le han dado las bases para activar el plan de evacuación, que tiene como prioridad su seguridad y la de su personal. Esto permite la actuación rápida, sin duplicidad, de funciones y sin pérdida de tiempo para la movilización de los pacientes, y siempre observando que la atención médica sea con los mismos estándares de seguridad y calidad. Este plan se elaboró tomando en cuenta las características y necesidades de las unidades de terapia intensiva general; sin embargo, en el IMSS, debido a su infraestructura y organización, también se cuenta con unidades especializadas que, por su naturaleza, tienen otras necesidades, por lo que debe establecerse, junto con las demás áreas operativas hospitalarias, la forma en que se realizarán las actividades. En caso de requerir la evacuación de los pacientes para determinar las áreas de seguridad, apoyo del personal y movilización de los pacientes, este plan general deberá adecuarse a su entorno con base en los mismos criterios propuestos. El plan de evacuación de pacientes de las unidades de terapia intensiva debe tener bases sólidas y realistas, estar actualizado y, sobre todo, tomar en cuenta las experiencias de eventos pasados, ponerlos a prueba y evaluar sus debilidades y encontrar nichos de oportunidad, ser reforzado, y todo con el fin de evitar errores en los que va de por medio la vida de un paciente. La coordinación no sólo deberá ser entre las diferentes áreas hospitalarias con las unidades de terapia intensiva, sino también con otros hospitales. Deben formalizarse los apoyos para evacuación y recepción de pacientes en otras unidades, la forma de traslado, y sobre todo el envío del paciente según el nivel de complejidad de su enfermedad.13,17,18 Triage en la unidades de terapia intensiva, ¿quién primero y quién al final? La decisión de cómo será la evacuación y el orden de la misma, es un tema de controversia que puede convertirse en un dilema y llevar al caos si no se tiene establecido un adecuado plan de evacuación. Determinar qué paciente puede ser atendido en las áreas de seguridad con apoyo de otras áreas médicas o requiere la atención exclusiva del personal de la unidad de terapia intensiva por la complejidad de su padecimiento, o por su enfermedad y necesidades de soporte requiere traslado inmediato a otra unidad médica. No olvidar las cuestiones éticas que pueden incrementar las Volumen 81, No. 3, Mayo-Junio 2013 247 Echevarría-Zuno S y colaboradores dudas y vacilaciones desde el momento de la organización hasta la ejecución.19 La palabra triage se deriva de la palabra francesa trier, que significa seleccionar20 y hace remembranza a la Revolución Francesa, donde el hospital de triage era el lugar donde se priorizaba el tratamiento de los soldados heridos para utilizar en forma efectiva y eficiente los recursos médicos. Como tal, la palabra se volvió un término coloquial en medicina y una “ley” en cuanto a la atención médica. Durante una situación de emergencia o desastre en la que se observa la necesidad de atención a múltiples víctimas21 y siendo específico al tema que abordamos, para poder decidir qué paciente evacuar primero debe implantarse en forma inmediata un programa de triage que permita, en forma rápida, evaluar, seleccionar, y estratificar a los pacientes con base en su estado clínico y pronóstico. En la bibliografía actual existen reportes de la experiencia en el triage para el ingreso a unidades de terapia intensiva, como ejemplo la pandemia de influenza AH1N122,23 y la experiencia en la atención de pacientes críticos en el ámbito de las zonas de combate;24 sin embargo, al momento no existe una propuesta para determinar la forma de determinar la evacuación de las unidades de terapia intensiva, por eso es necesaria la participación multidisciplinaria para poder establecer estos criterios. En el establecimiento de estos lineamientos son de suma importancia los aspectos éticos.25 En la unidad de terapia intensiva el triage deberá permitir identificar los casos en que se necesitará mayor complejidad en el nivel de atención, quiénes se beneficiarán de la utilización de recursos limitados y en quiénes los cuidados críticos serán fútiles.26-28 Ejemplo en la aplicación de este concepto es la Sociedad Americana del Tórax.21 El Grupo de Emergencias en Cuidados Críticos de víctimas en masa de la Sociedad de Medicina Crítica29 sugiere que el triage ideal para brindar en forma acorde la atención médica a las víctimas en masa, deberá ser aquél que permita la clasificación mediante información básica al ingreso hospitalario, mínimos exámenes de laboratorio y, sobre todo, que permita predecir la supervivencia intrahospitalaria del paciente. No existe una escala para identificar qué paciente será primero en la evacuación o traslado; sin embargo, podemos apoyarnos en las diferentes escalas pronósticas de mortalidad propuestas para pacientes críticos y, según el resultado de la evaluación, dar prioridad al paciente con mayores posibilidades de supervivencia. Otro criterio que no debe quedar en el olvido son las necesidades de apoyo artificial (ventilación mecánica, infusiones de medicamentos), el padecimiento de base y la tolerancia a la movilización fuera de su cama (fijaciones externas, obesidad mórbida, politraumatizado). Escalas pronósticas de mortalidad aplicadas al triage en unidades de terapia intensiva En las unidades de terapia intensiva se aplican múltiples escalas pronósticas30,31 que permiten, desde el ingreso del paciente y durante su estancia, determinar su pronóstico de gravedad y mortalidad. Una de las ventajas de estas escalas es que en virtud de las características del actuar diario en unidades de terapia intensiva, siempre se cuenta con los valores de las variables para poder calcularlas. Para definir cuál de estas escalas es más factible utilizar durante un evento de emergencia o desastre, debe darse preferencia a la que sea de mayor practicidad, y que no implique múltiples variables o términos no comunes, porque no sólo los intensivistas están encargados de las unidades de terapia intensiva. Entre las principales escalas30,31 que hoy en día se utilizan están: APACHE II (Acute Physiology and Chronic Health Evaluation II), SAPS II (Simplified Acute Physiology Score), MPM (Mortality Probability Model), MODS (Multiple Organ Dysfunction Score), LOD (Logistic Organ Dysfunction), SOFA (Sequential Organ Failure Assessment), entre otras. Sin embargo, nuevamente insistimos en que ninguna se ha validado para el tema que nos compete, y en la bibliografía sólo SOFA se ha utilizado para determinar el egreso del paciente de las unidades de terapia intensiva, y para determinar la atención en saldo masivo de víctimas. La estimación apropiada de la gravedad de la enfermedad permite definir el camino a seguir en la atención del paciente crítico, al sobreponer el escenario de necesidad de evacuación de las unidades de terapia intensiva y definir el triage para el egreso de los pacientes, permite utilizar eficientemente los recursos con los que cuenta la unidad, considerar las limitaciones que pueden generarse y, sobre todo, mantener una adecuada calidad en la atención médica de cada paciente. En este caso, la escala SOFA se ha propuesto en situaciones similares y puede utilizarse para servir de apoyo en estas decisiones; ejemplos donde se sugiere su uso son: el Foro Médico y de Salud Pública de Preparación para Eventos Catastróficos: bases para la atención durante una crisis, del Instituto de Medicina de Estados Unidos32 y la Reunión Cumbre de la Fuerza de Tarea para la atención de cuidados críticos en masa33 sobre otras escalas. La sola utilización de esta escala aún queda lejos de ser la panacea en el triage para evacuación del paciente crítico; consideramos que deben evaluarse otros aspectos que den la pauta al médico líder, en ese momento para la toma de decisiones ante sus pacientes y personal. Una propuesta interesante, y tal vez una de las primeras específicas en evacuación del paciente de unidades de terapia intensiva, es la propuesta por el Hospital Universitario Insular de Gran Canaria34 donde clasifica en cuatro grupos a los pacientes, según dos 248 Cirugía y Cirujanos Evacuación y triage en unidades de terapia intensiva factores principales: el primero relacionado con el esfuerzo terapéutico que deben recibir y el segundo que valora la situación clínica del paciente y la necesidad de soporte vital. Después de la revisión y análisis de la bibliografía se convocó a un consenso entre varios expertos en la atención médica en unidades de terapia intensiva del IMSS, quienes tomando en cuenta las características a las que nos enfrentamos en la labor día a día en nuestras terapias del Instituto, se llegó a la siguiente definición de cuatro criterios para la toma de decisión en cuanto al triage para la evacuación de los pacientes, (Cuadro I) que al realizar las diferentes combinaciones y análisis de cada uno de estos criterios, se observó la viabilidad de su aplicación, y que en detalle son de fácil aplicación y no implican mucho tiempo para poderlas evaluar (Figura 1). Cuadro I. Criterios para clasificación • • • • Necesidad de apoyo mecánico ventilatorio. Nivel de estado de conciencia evaluado mediante la escala de coma de Glasgow. Escala de SOFA. Necesidades de equipo para soporte. SOFA= Sequential Organ Failure Assessment. Figura I. Para determinar el orden de evacuación de los pacientes se consideran cuatro puntos: 1. Necesidad de apoyo mecánico ventilatorio La mayoría de los pacientes internados en unidades de terapia intensiva tiene apoyo mecánico ventilatorio, de ahí el primer lugar en la clasificación. El simple hecho de requerir un ventilador mecánico implica una limitación para la evacuación inmediata porque se requiere disponer de este equipo en la zona de seguridad a donde será trasladado. 2. Estado de conciencia determinado por la escala de coma de Glasgow (ECG) Es de fácil aplicación y está ampliamente difundida entre todo el personal médico y paramédico. Se decidió utilizar la escala ECG porque, aunque no fue creada para este aspecto, permite la clasificación rápida del paciente. Evalúa tres parámetros independientes: apertura de ojos en cuatro puntos, respuesta verbal a cinco puntos y la motora de seis puntos. La puntuación máxima y normal fue de 15 y la mínima 3. En el paciente evaluado y con un puntaje puede clasificarse su estado de conciencia, que se aplica de la siguiente forma: despierto de 15 a 13 puntos; somnoliento o con efectos residuales de sedación 12 a 9 y en coma o sedado un puntaje menor de 8. Esta clasificación es criticable porque puede haber pacientes despiertos que obedecen órdenes y la respuesta verbal no es valorable por contar aún con cánula orotraqueal, por lo que puede hacerse una estimación de esta variable. Se decide no aplicar escalas de sedación y con la ECG se realiza la clasificación. Si se buscan otras escalas se pierde la capacidad de crear una herramienta práctica y el logro del objetivo. Al evaluar el estado de conciencia, el objetivo es observar la capacidad de cooperación del paciente. No es lo mismo tratar de movilizar a un paciente con una ECG de 15 puntos que otro con una ECG de 12 puntos, que podría ser el paciente con encefalopatía. En este aspecto sí tenemos pacientes sin ventilación mecánica y su estado de conciencia permite su cooperación. Se puede determinar su egreso en forma primaria, porque quizá no requiere gran cantidad de personal para su evacuación. No así el paciente con poca cooperación para su movilización que, aunque no requiera ventilación mecánica, probablemente deberá ser auxiliado con mayor cantidad de personal. 3. Puntaje según la escala de SOFA (Sequential Organ Failure Assessment) Una vez evaluados los puntos anteriores, la siguiente variable que permitirá definir el orden de evacuación será la escala de SOFA (Cuadro II); esta variable se aplica, por lo general, en pacientes con ventilación mecánica, o con alteraciones hemodinámicas, daño multiorgánico en quienes Volumen 81, No. 3, Mayo-Junio 2013 249 Echevarría-Zuno S y colaboradores Cuadro II. Escala de SOFA Score SOFA Respiración PaO2/FIO2 ó SaO2 /FIO2 Coagulación (plaquetas/ mm3) Hígado (bilirrubinas mg/dL) Cardiovascular (hipotensión) SNC (ECG) Creatinina renal (mg/dL) o flujo urinarios (ml) 0 1 2 3 4 > 400 < 400 221 - 301 < 300 142 - 220 < 200 67 - 141 < 100 < 67 > 150 000 < 150 000 < 100 000 < 50 000 < 20 000 < 1.2 1.2 – 1.9 2.0 – 5.9 6.0 – 11.9 < 12.0 Normotenso PAM < 70 mmHg Dopamina </= 5 mcg/mL o Dobutamina cualquier dosis Dopamina > 5 mcg/mL o norepinefrina </= 0.1 mcg/mL Dopamina > 15 mcg/ml o Norepinefrina > 0.1 mcg/mL 15 13 - 14 10 - 12 6-9 <5 < 1.2 1.2 -1.9 2.0 – 3.4 3.5 – 4.9 o < 500 > 5.0 o < 200 SOFA= Sequential Organ Failure Assessment; PaO2= presión arterial de oxígeno; FiO2= fracción inspirada de oxígeno; SaO2= saturación arterial de oxígeno; mm3= milímetros cúbicos; PAM= presión arterial media; mmHg= milímetros de mercurio; mcg/mL= microgramos por mililitro; ECG= escala de coma de Glasgow; mg/dL= miligramos por decilitro; mL= mililitros. debe determinarse la prioridad de evacuación de acuerdo con la gravedad y posibilidades de supervivencia. En muchas ocasiones la movilización de un paciente muy grave puede condicionar su inestabilidad hemodinámica o ventilatoria, llevarlo al colapso y fallecer. Esta variable aporta los parámetros para identificar el orden de evacuación según el pronóstico del paciente; la importancia de este punto al determinar el triage para la evacuación es la que nos recuerda que la indicación de evacuar una unidad de terapia intensiva no debe hacerse a la ligera porque una mala decisión puede llevar a un desenlace catastrófico. 4. Necesidades de equipo de soporte para la evacuación Al clasificar a los pacientes de acuerdo con los puntos anteriores, aún no permite indicar el orden de la evacuación porque algunas veces observaremos condiciones similares que nos pueden hacer dudar. Por esta razón, la siguiente variable es el equipo necesario para el traslado del paciente, y debe determinarse la cantidad de medicamentos y dispositivos necesarios para la movilización, como para mantenimiento en el lugar a donde se trasladarán, es decir, la zona de seguridad. Nunca será lo mismo la movilización de un paciente despierto, con medicamentos intravenosos y monitoreo, que podría ser el caso de un paciente cardiópata que está en espera de pasar a cateterismo, que la de un paciente despierto, sin ventilación mecánica, que requiere movilización en bloque por lesión de la columna torácica, y con sonda endopleural por hemoneumotórax. Para definir el orden de evacuación de los pacientes de las unidades de terapia intensiva deben considerarse los medicamentos que se administran mediante bomba de infusión, debido a la precisión requerida en las dosis de cada fármaco; también debe pensarse en los dispositivos de cada paciente y valorar el tiempo que requiere el personal médico y paramédico para preparar su movilización. Luego de aplicar estas variables se forman tres grupos (Cuadro III) y con base en el análisis realizado del líder actual de la unidad de terapia intensiva y de las características de los pacientes podrá identificarse y decidir el orden de evacuación y sus órdenes serán irrefutables, de lo contrario las discusiones retrasarán el traslado y pondrán en riesgo a los pacientes y al personal. Las políticas de salud establecen que existen situaciones excepcionales a este triage, y es el caso específico de las pacientes ginecoobstétricas, quienes independientemente de su condición clínica son prioridad en la evacuación.35 Si en la evaluación de la paciente queda claro que requiere atención especializada y pronta por su gravedad, inmediatamente deberán realizarse las gestiones necesarias para su traslado a otra unidad que cuente con la infraestructura para su atención. El IMSS tiene hospitales exclusivos para atender pacientes ginecoobstétricas, lo que reafirma la circunstancia de que los planes de emergencia de cada hospital deben considerar la coordinación interhospitalaria para este tipo de traslados. Una de las herramientas por las cuales se realiza esta gestión son los Centros de Operaciones en Emergencias y Desastres (CVOED).36 250 Cirugía y Cirujanos Evacuación y triage en unidades de terapia intensiva Cuadro III. Sistema de triage para definir el orden de evacuación de los pacientes en unidades de terapia intensiva Prioridad de evacuación Mortalidad25 Características clínicas de los pacientes SOFA UTI hospitalaria Grupo 1 No requieren ventilación mecánica 1a8 puntos 1 a 5% 7 a 16% 9 a 16 puntos 25 a 50 50 a 70% 17 a 24 puntos > 75% > 82% ECG 13 - 15 Necesidades básicas de equipo y soporte para traslado Grupo 2 Requieren ventilación mecánica (no invasiva, bajos parámetros) a) ECG 9 a 12 b) Sedación Puntaje según la escala SOFA Necesidades básicas de equipo y soporte para traslado Grupo 3 Requieren ventilación mecánica: a. FiO2 > 50% b. PEEP > 8 cm H2O c. Modo ventilatorio: controlado por volumen o por presión ECG < 8 a. Sedación b. Estado de coma por daño neurológico importante Puntaje según la escala SOFA Necesidades básicas de equipo y soporte para traslado SOFA= Sequential Organ Failure Assessment; UTI= unidad de terapia intensiva; ECG= escala de coma de Glasgow; FiO2= fracción inspirada de oxígeno; PEEP= presión positiva al final de la espiración; cm H2O= centímetros de agua. Zona de seguridad Cuando se decide evacuar un hospital no necesariamente significa que los pacientes y personal deben pasarse a la calle o zonas aledañas; previamente las unidades deben considerar las necesidades a las que se enfrentarán en caso de requerir evacuar la unidad médica37 y en especial a los de las unidades de terapia intensiva. El equipo médico debe establecer las posibles zonas de seguridad que pueden ser externas o internas; las primeras son abiertas, lejanas de los edificios elevados para evitar la caída de mteriales que puedan desprenderse, y de las amenazas internas inherentes a un hospital (casa de máquinas, depósitos de combustible o gases medicinales, entre otros) y de las amenazas externas (transformadores, cables eléctricos, ductos de gas natural o de Petróleos Mexicanos). La zona de seguridad interna es donde están los elementos estructurales que permiten evitar el colapso de las áreas que los contienen; como por ejemplo: los lugares cercanos a columnas o muros de contención, la estructura alrededor de elevadores, o en lugares con contravientos. En esta zona se realizará el repliegue, preferentemente, de las personas que habitan el edificio y, de preferencia, deberán contar con varias rutas de acceso, con líneas vitales suficientes para la instalación del equipo electromédico que se necesita para la atención de los pacientes, accesibilidad para la transportación terrestre y aérea, de tal forma que se facilite en caso necesario su reubicación en otras unidades hospitalarias. La selección de la zona de seguridad debe considerar algunos requisitos estructurales y no estructurales; los estructurales se deben preferir espacios con elementos de seguridad estructural elevados, lugares con pasillos y corredores que permitan el traslado de pacientes con altos requerimientos de personal y equipo, establecer rutas principales y alternas y, preferentemente, estar marcados. Los elementos no estructurales son las líneas vitales de la unidad (agua, energía eléctrica, gases medicinales, combustibles y comunicación) (Cuadro IV). En el caso específico de la energía eléctrica es importante establecer que la zona de seguridad debe ser alimentada por el generador de energía eléctrica de emergencia, o por plantas de luz portátiles. El número de cubículos a adecuar en la zona de seguridad estará en relación con la propia capacidad instalada Volumen 81, No. 3, Mayo-Junio 2013 251 Echevarría-Zuno S y colaboradores Cuadro IV. Adecuaciones no estructurales en la zona de Seguridad • • • • • • • 4 tomas de corriente por paciente por cubículo 1 toma de aire (presión positiva-negativa) por cubículo 1 toma de oxígeno por cubículo Iluminación adecuada por cubículo Agua Drenaje Medidas que permitan el aislamiento de pacientes de las unidades de terapia intensiva y del hospital en sí; es decir, que depende del número de camas y ventiladores disponibles, bombas de infusión, monitores, equipos, tomas de aspiración, entre otros y, de ser posible, considerar que en casos de emergencia o desastre, esta capacidad deberá ampliarse, independientemente de cumplir con los requerimientos generados por la situación de emergencia. El personal adscrito a la unidad de terapia intensiva será el principal responsable de continuar la atención de los pacientes, que se encuentren en la zona de seguridad ante la necesidad de evacuación. En caso de requerirse la expansión del servicio se solicitará la participación de otros médicos y del personal paramédico que sean capaces de continuar la atención y vigilancia de los pacientes. Cada especialidad médica o quirúrgica del hospital deberá designar a los médicos que “acompañarán” el desalojo de las unidades de terapia intensiva. La cantidad de médicos dependerá, evidentemente, del número de pacientes a desalojar. Cuando se establezcan áreas de expansión, los médicos de otras especialidades participarán activamente en el tratamiento de pacientes, dejando al personal de las Unidades de terapia intensiva disponible para continuar la atención de los “casos nuevos”, que requieran ser atendidos en las instalaciones naturales de la terapia. El personal de enfermería, laboratorio, inhaloterapia, camillería, servicios básicos, asistentes médicas, y trabajadoras sociales participarán en la implementación para el desplazamiento y atención de pacientes. El encargado de coordinar y validar que la zona de seguridad se encuentra en condiciones para iniciar la movilización de pacientes, será designado por el jefe de servicio o el responsable del turno. El momento en el que se inicie la recepción de pacientes en la zona de seguridad, dependerá de cada tipo de terapia que se considere evacuar. En el caso de las unidades de terapia intensiva generales, consideramos recomendable iniciar la aceptación de pacientes en el momento en el que se tenga al menos 50% de las líneas vitales requeridas, para iniciar la ventilación mecánica asistida, fundamentalmente tomas de corriente eléctrica, oxígeno y aire. Si hay pacientes que no requieren ventilación mecánica asistida, y el monitoreo, bombas de infusión u otros dis- positivos pueden sustituirse por procedimientos manuales, la movilización puede iniciarse cuando el cubículo básico esté instalado. En todo caso, la velocidad de adecuación de la zona de seguridad o del área de expansión irá dando la pauta para la movilización de pacientes desde las unidades de terapia intensiva al área designada. Equipo para traslado En todas las unidades de terapia intensiva es necesario movilizar pacientes para que les realicen estudios o hagan procedimientos. No es raro que en esos movimientos sucedan accidentes, como la extracción de la cánula orotraqueal o el inicio de inestabilidad hemodinámica, entre otros eventos que pese a la mejor preparación para la movilización pueden suceder.38,39 La probabilidad de que estas situaciones se observen durante el movimiento del paciente en una evacuación es mucho más elevada, por lo que una vez establecida la necesidad de evacuación de las unidades de terapia intensiva, es importante que se inicie la revisión y preparación de los pacientes. Esto para que la movilización se realice, de preferencia, cuando se tengan las condiciones adecuadas; sin embargo, la presión por el tiempo disponible para efectuar la evacuación dependerá del tipo de emergencia, a la que se esté enfrentando y ésta será la clave en la preparación. En esta preparación es sumamente recomendable que en el carro rojo de la unidad de terapia intensiva exista una caja, o estuche de traslado con los elementos básicos de atención médica para manipulación de la vía aérea, estado hemodinámico y sedación. Durante el movimiento del paciente deberá llevarse esta caja para estar en posibilidades de brindar la atención requerida a lo largo del traslado (Cuadro V). Para tener una proyección de los elementos requeridos para el traslado de recursos humanos y de equipo técnico deben considerarse varios posibles escenarios. En general, pueden considerarse cuatro tipos de pacientes según su condición clínica: pacientes graves e inestables con posibilidades de recuperación, pacientes graves e inestables con pocas o nulas posibilidades de recuperación, pacientes graves estables con posibilidad de recuperación, y pacientes estables que ya salieron de su gravedad, que están de prealta o incluso ya han sido dados de alta de la unidad de terapia intensiva y esperan cama en piso. Con esta caracterización de las condiciones clínicas de los pacientes pueden distinguirse tres grupos de requerimientos de acuerdo con la complejidad de su traslado, el grupo de pacientes con requerimientos altos de traslado que está conformado por los pacientes graves e inestables, y representan el mayor reto para su movilización debido a sus condiciones clínicas. 252 Cirugía y Cirujanos Evacuación y triage en unidades de terapia intensiva Cuadro V. Los elementos a considerar en la caja de traslado • • • • • • • • • • • • • 1 bolsa válvula mascarilla 1 laringoscopio 2 cánulas orotraqueales 2 ámpulas de atropina 2 ámpulas de adrenalina 2 ámpulas de norepinefrina 2 ámpulas de midazolam 2 ámpulas de vecuronio 2 jeringas de 5 mL 2 jeringas de 10 mL 4 agujas Torundas Agua inyectable para diluir Cuando se deja al paciente en la zona de seguridad interna, sólo debe permanecer una enfermera o el médico para continuar su vigilancia y tratamiento, sobre todo si es el primer paciente en ser evacuado y aún no hay más personal médico en la zona de seguridad interna. El resto del personal acompañante (otra enfermera, camillero, técnico de inhaloterapia) debe regresar para continuar con el apoyo en la movilización de pacientes de la unidad de terapia intensiva. Si ya existen médicos y enfermeras que puedan continuar con la vigilancia y el tratamiento en la zona de seguridad, la enfermera y el médico podrían regresar a la unidad de terapia intensiva para movilizar más pacientes, esto dependerá de la situación y los roles establecidos. Conclusiones El grupo de pacientes con requerimientos medios de traslado, que son los pacientes graves y estables que aún cuando también requieren una cantidad importante de equipo y personal, su movilización se facilita por su estabilidad, y el grupo de pacientes con requerimientos bajos de traslado conformados por quienes ya salieron de su gravedad, y con factibilidad de continuar su tratamiento en piso. Cada uno de los grupos mencionados requiere diferentes medidas de vigilancia durante el traslado. En el Cuadro VI se proponen algunos recursos que pueden considerarse al movilizar al paciente durante su traslado. Los desafortunados eventos sucedidos en nuestro país en las últimas décadas nos han llevado a la imperiosa necesidad de crear una cultura de protección civil; sin embargo, un punto decisivo que no se había determinado es la evacuación de las unidades de terapia intensiva, y esto tal vez fue motivado por la premisa de que un hospital es lo último a evacuar por su papel fundamental en la atención a víctimas durante una emergencia o desastre, sobre todo gracias al papel que ha desarrollado el programa de Unidad Médica Segura y Hospital Seguro.4,5 Sin embargo, la experiencia sigue señalando que hay situaciones que salen de este contexto y hacen necesario evacuar; como por ejemplo, durante un incendio. En la bibliografía, como tal, no hay una guía Cuadro VI. (Continúa en la siguiente página) Grupo de traslado Recursos humanos Equipamiento Fármacos Altos requerimientos 1 médico 1 camilla de traslado Aminas vasopresoras (epinefrina, norepinefrina, vasopresina) 2 enfermeras 1 ventilador de traslado (de Fármacos cardioactivos (dopamina, preferencia un equipo fácil de movilizar, adaptar uno o dos tanques dobutamina, milrinona, amrinona) de oxígeno y que pueda manipular Fármacos de sedación (midazolam, parámetros de ventilación) fentanyl, flunitracepam) 1 monitor con funciones básicas Fármacos miorrelajantes (vecuronio, de monitoreo de presión arterial, rocuronio) oximetría y electrocardiografía 1 camillero 1 técnico de inhaloterapia 3 bombas de infusión. Colocadas en pedestales que permitan su movilización Cristaloides o expansores de plasma Algún otro fármaco de vital importancia Volumen 81, No. 3, Mayo-Junio 2013 253 Echevarría-Zuno S y colaboradores Cuadro VI. Medianos requerimientos 1 enfermera 1 camilla de traslado Aminas vasopresoras 1 médico 1 ventilador de traslado, de preferencia que sea un equipo fácil de movilizar, y función básica, o incluso puede realizarse el trabajo con una bolsa válvula mascarilla Fármacos cardioactivos 1 camillero 1 técnico de inhaloterapia Fármacos de sedación Fármacos miorrelajantes 1 monitor que tenga las funciones básicas de presión arterial, oximetría, y electrocardiografía 1 bomba de infusión empotrada en pedestal que permita su movilización Bajos requerimientos 1 enfermera Recursos de equipamiento 1 camillero 1 camilla de traslado 1 ventilador básico o bolsa válvula mascarilla de ser necesario Aminas vasopresoras Fármacos cardioactivos Fármacos de sedación Fármacos miorrelajantes 1 monitor que tenga las funciones básicas de medición de presión arterial, oximetría y electrocardiografía 1 bomba de infusión empotrada en pedestal que permita su movilización (de ser necesario) que indique la forma específica en que debe realizarse la evacuación de una unidad de terapia intensiva en caso de emergencia o desastre. Como la mayor parte de los artículos se refiere a experiencias de hospitales en particular, el IMSS conformó un plan para esta situación en el que se establecen lineamientos de actuación y permiten la adecuada toma de decisiones. Desde el momento en que se emite la alarma inicial, el equipo de la unidad de terapia intensiva debe organizarse, coordinarse, identificar sus roles e iniciar la preparación de los pacientes para que, en el momento en que se de la orden de evacuación, se tenga la mayor cantidad de variables controladas y poder hacer una evacuación ordenada, coordinada y segura para el paciente. Por esto es de suma importancia que los planes de emergencia hospitalarios estén actualizados, se tengan a la vista para el conocimiento de todo el personal hospitalario y, sobre todo, de la unidad de terapia intensiva para que en el momento de la emergencia todos sepan qué actividad deben realizar. Todos los hospi- tales debe realizar simulacros que les permitan observar sus fortalezas y debilidades e identificar sitios de oportunidad, con la finalidad de conseguir los mejores resultados. Las sugerencias aquí asentadas son recomendaciones o lineamientos generales; queda a la facultad del líder de la unidad de terapia intensiva, o incluso del mismo equipo multidisciplinario, ajustar estas medidas de acuerdo con las condiciones específicas y necesidades de cada unidad de terapia intensiva, a las condiciones clínicas de los pacientes, las características de infraestructura y capacidades de cada hospital; finalmente, del tipo de emergencia a la que se estén enfrentando y que condicione la evacuación. Referencias 1. O’Neill PA. The ABC’s of disaster response. Scand J Surg 2005;94:259-266. 2. Niska RW, Burt CW. Emergency response planning in hospitals, United States: 2003– 2004. 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Diagnósticos de museo Jaime Lozano-Alcázar Resumen Abstract Antecedentes: en el medio médico de México es común utilizar el término “diagnóstico de camión” para referirse al que puede hacerse sólo con echar un vistazo a alguna persona, gracias al conocimiento y experiencia previos, con algo de imaginación. Eso mismo, como especial privilegio, puede hacer el oftalmólogo al contemplar algunos cuadros de pintores famosos; es decir “diagnóstico de museo”. Material y métodos: la investigación estética e histórica efectuada durante años proporcionó el material. Resultados: se expusieron algunos ejemplos en obras de Sharaku, Georg Groz, Il Bronzino, De la Tour, Vermeer, Rembrandt, Reynolds, Remedios Varo, Tolouse-Lautrec, Picasso, Ingres y otros. Conclusiones: los “diagnósticos de museo” hacen más interesantes los cuadros e incrementan el placer estético. El arte puede servir como herramienta para la enseñanza clínica de la oftalmología. Background: In Mexico among physicians it is common to use the term “bus’ diagnosis” to mean one that can be done only at looking someone, thanks to knowledge, experience and a bit of imagination. As a special privilege, ophthalmologists are able to do specialty diagnosis in some pictures of famous painters, then “museum’s diagnosis”. Methods: An aesthetic and historical research conducted for years provided the material. Results: We present herein some examples of portraits made bay Sharaku, Georg Groz, Il Bronzino, De la Tour, Vermeer, Rembrandt, Reynolds, Remedios Varo, Toulouse-Lautrec, Picasso, Ingres and others. Conclusion: The “museum’s diagnosis” enhance interest and aesthetic pleasure. Art could be useful as a tool for teaching clinical Ophthalmology. Palabras clave: oftalmología, diagnóstico, arte. Key words: Ophthalmology, diagnosis, art. Introducción Material y método Como médicos en México, todos hemos escuchado, o tal vez utilizado, la expresión “diagnóstico de camión” para referirnos a los casos en que los conocimientos y experiencia nos permiten “identificar”, con un solo golpe de vista, el padecimiento que aqueja a alguna persona. Las enfermedades de los ojos se prestan especialmente para esto, permitiendo, en particular al oftalmólogo, este tipo de “diagnósticos”, sin importar el lugar en el que se encuentre. Los museos no son la excepción, especialmente las pinturas ofrecen la oportunidad de hacer “diagnósticos de museo” por las anomalías o patologías oculares de los retratados. Análisis estético e histórico que se extendió varios años y que me dio la oportunidad de encontrar interesantes cuadros en que los personajes retratados tenían anormalidades o patologías definidas en obras en las que la maestría del autor hace poco probable atribuir la anomalía ocular a una simple falla técnica. El grado de naturalismo es tal, que las pinturas podrían, eventualmente, usarse como material docente. Academia Mexicana de Cirugía Correspondencia: Dr. Jaime Lozano Alcázar Fundación Hospital de Nuestra Señora de la Luz Ezequiel Montes 135 México 06030 DF. Teléfono: 51-28-11-40, extensión 403 Correo electrónico: drjaimelozano@gmail.com Recibido: 6 de diciembre 2012. Aceptado: 8 de febrero 2013. Resultados Empecemos por este óleo sobre tabla (Figura 1), de autor catalán desconocido, del siglo XV, en el que puede apreciarse que representó a Dios Padre con una doble endotropia, que corresponde a lo que clásicamente se llama un strabismus fixus1 o síndrome de fibrosis congénita de músculos extraoculares, en este caso del tipo II en la variedad de endotropia. Este raro síndrome suele presentarse de manera bilateral, es debido a herencia autosómica recesiva ligada a cromosoma, loccus 11q13; ambos rectos mediales se hacen fibrosos, inelásticos y anclan los ojos en extrema aducción, siendo imposible la abducción, así como la elevación o depresión.2. 256 Cirugía y Cirujanos Diagnósticos de museo Figura 1. Strabismus fixus. Figura 3. Strabismus fixus. Desde luego, no es que el pintor quisiese representar a Dios Padre con una imperfección, podría ser una falla técnica, pero los otros personajes que aparecen en el cuadro no tienen este defecto y, en general, la factura del cuadro es muy buena dentro del estilo; creemos que más bien es muestra de la búsqueda del pintor por representar la perfección de Dios, una alegoría que nos da a entender que Él puede mirarse a sí mismo, a su interior, y por lo tanto, se conoce de manera absoluta, atributo del Ser Perfecto. Sharaku, grabador japonés del siglo XVIII (Figura 2) y Georg Groz, pintor moderno, alemán residente en Estados Unidos (Figura 3), nos presentan personajes también con una doble endotropia, en el primer caso podríamos atribuirlo a epicanto, por la raza del personaje; sería un pseudoestrabismo, y en el segundo podríamos pensar en un cuadro adquirido debido a parálisis del VI par craneal, en sentido estricto, es decir, bilateral, relacionada con hipertensión endocraneal. Esteban de Blois, rey de Inglaterra, en este retrato de autor desconocido (Figura 4), que no es de buena factura, nos presenta una forma de endotropia común, con el dere- Figura 4. Endotropia. ¿Plagiocefalia? Figura 2. Strabismus fixus. cho como ojo fijador; aunque también podría pensarse en un pseudoestrabismo relacionado con plagiocefalia. Continuando con aspectos de estrabismo, tenemos un ejemplo de exotropia, en este magnífico óleo de Agnolo Bronzino, pintor manierista florentino, que representa aquí a un joven y elegante aristócrata (Figura 5), como acostumbraba el pintor, en pose formal, con ropajes oscuros y fondo Volumen 81, No. 3, Mayo-Junio 2013 257 Lozano-Alcázar J. Figura 5. Exotropia. luminoso.3 Se puede diagnosticar exotropia de importante magnitud, siendo el ojo fijador el derecho, y podemos imaginar, el ojo izquierdo ambliope. En la siguiente imagen (Figura 6), Georges de la Tour, nacido en Lorena en el siglo XVII,4 en su obra “El tramposo con el as de trébol”, nos representa una mujer que al ver hacia arriba y a su lado derecho a uno de los personajes, eleva más el ojo izquierdo que el derecho, nos muestra, entonces, lo que pudiera ser una hiperfunción de músculo oblicuo inferior izquierdo o una restricción a la elevación del ojo derecho, que podría deberse a diversas causas. El mismo de la Tour nos presenta un ejemplo de presbicia (vista cansada). Vemos cómo San Jerónimo, Padre y Doctor de la Iglesia, tuvo que echar mano de unos anteojos para poder leer, queremos suponer que revisando la Vulgata (Figura 7). Obviamente es un anacronismo, en su tiempo aún no se inventaban los anteojos, parece que lo fueron hasta el siglo XIV,5 nueve siglos después de la muerte del santo.6 Se supone que ya desde antes se conocían los lentes de aumento, útiles para el caso, pero no montados en un armazón para colocarse sobre la nariz. Recordemos que las personas sin ametropías o patología ocular pueden leer de cerca hasta poco más de los 40 años, antes de que se presente la presbicia; como ejemplo seleccionamos el bello óleo de “La muchacha leyendo” Figura 6. Hiperfunción de oblicuo inferior izquierdo. Figura 7. Presbicia. (Figura 8) de JanVermeer considerado el más diestro para manejar el color entre los holandeses del siglo XVIII.2 La presbicia se manifiesta en el emétrope alrededor de los 40 años de edad, un poco antes en el hipermétrope; es la manifestación de un proceso lentamente progresivo de disminución en la amplitud de acomodación del ojo a lo largo de la vida. Por eso es que los niños, gracias a su gran poder de acomodación, se sienten cómodos leyendo muy de cerca; los adolescentes, en que el poder es menor, ya necesitan hacerlo a una distancia mayor y así progresivamente hasta que la presbicia hace que estirar el brazo ya no sea suficiente; es cuando hay que echar mano de lentes positivos para poder leer. Rembrandt nos presenta a una mujer (se piensa que es la madre del autor) cuya edad aparente nos remite a más de 40 años, y que puede leer sin ayudas ópticas (Figura 9). Leer así a esta edad, solamente se puede deber a cuatro posibilidades: a. Siempre ha sido miope, b. Está miopizada por catarata(s) nuclear(es) incipiente(s), c. Está miopizada por hiperglucemia… es diabética. O menos probable, d. Ha sufrido un desplazamiento anterior del cristalino espontáneo o por un traumatismo. Así mismo, sir Joshua Reynolds, el insigne pintor nacido en Plympton, Inglaterra, en el siglo XVIII, presi- 258 Cirugía y Cirujanos Diagnósticos de museo dente fundador de la Royal Academy,7 en el retrato que hizo a Giuseppe Baretti nos deja saber que era miope alto (figura 10). Se dice que este escritor italiano adjudicó a Galileo la frase “Eppur si muove” (y sin embargo se mueve). A la edad en que está representado Baretti en la pintura, no habría otra posibilidad más que la miopía para que pudiera leer a tan corta distancia, a menos que usara lentes de contacto que lo miopizarán a propósito, imposible en esa época. A esa edad, tampoco se puede pensar en cataratas nucleares seniles. Como murió anciano a los 70 años de edad, podemos descartar diabetes mellitus. Remedios Varo, nacida en Anglés, Gerona, España, en 1908 y fallecida en México en 1963,8 pintó en el último año de su vida “Los Amantes” (Figura 11). De acuerdo con su escuela artística, el surrealismo, el cuadro se nos presenta con simbología esotérica, aparentemente relacionada con el poema “La mort des amants” de Baudeleire.9 Se puede apreciar que ambos personajes presentan un iris marrón y uno azul. Tenemos aquí dos casos de heterocromiairidum. Esta eventualidad poco común en los humanos se describió desde la Antigüedad, Aristóteles la llamó heteroglaucos (etimológicamente: distintos verdes). Según Plutarco, Alejandro Magno tenía heterocromia. El emperador bizantino Anastasius Dicorus recibía este epíteto por sus iris de diferente color. Figura 8. Ausencia de presbicia. Figura 9. Miopización. Figura 10. Miopía. Volumen 81, No. 3, Mayo-Junio 2013 259 Lozano-Alcázar J. Figura 11. Heterocromiairidum. La heterocromiairidum puede ser congénita o adquirida, y presentarse aislada o formando parte de varios cuadros clínicos: a. Heterocromia simple, sin patología alguna. b. Heterocromia por disminución simpática hereditaria. c. Síndrome de Claudio Bernard-Horner congénito. d. Uveítis heterocrómica de Fuchs. e. Heterocromia asociada con alteraciones sistémicas hereditarias con carácter dominante (atrofia hemifacial de Romberg, síndrome de HallermannStreif, xantomatosis cutánea). f. Heterocromia asociada con malformaciones oculares. g. Heterocromia secundaria a cuerpo extraño metálico intraocular retenido (siderosis, chalcosis), glaucoma crónico, uveítis diversas, etc.10 El pintor francés del siglo XIX Henri de Tolouse-Lautrec, nos muestra la dermatochalasis palpebral de Oscar Wilde (figura 12). Figura 12. Dermatochalasis. Pablo Picasso, nos presenta un estafiloma anterior en el ojo izquierdo de “La Celestina”, posiblemente sea secuela de una úlcera corneal perforada (Figura 13). La perfección técnica como retratista de Dominique Ingres, pintor francés del XVIII-XIX, nos permite conocer que el conde Gurier (Figura 14) tenía una orbitopatía izquierda con proptosis e hipoftalmos; uno de los diagnósticos diferenciales sería una neoplasia de glándula lagrimal, o bien podría estar relacionado con el hecho de que los rasgos faciales recuerdan a la enfermedad de Crouzon, tal vez un poco disimulada, pues es costumbre de los pintores favorecer el aspecto del retratado para buscar quede complacido y les atraiga más clientela. Esta pintura anónima mexicana del siglo XIX (Figura 15) nos hace pensar en toda una historia dramática de empobrecimiento relacionado con la ceguera, al observar los ojos del anciano se aprecian opacificadas sus córneas, tal vez por distrofia combinada de Fuchs, quizá por descompensación corneal secundaria a cirugía de cataratas. Muestra un ejemplar de El Monitor Republicano, tal vez el principal periódico de México en la segunda mitad del siglo XIX. Discusión Si bien el lenguaje expresivo de la pintura moderna y contemporánea, con su enorme variedad de estilos, se abre a un Figura 13. Estafiloma anterior. 260 Cirugía y Cirujanos Diagnósticos de museo Conclusiones Los museos con pinturas imitativas que retraten a personajes, ofrecen al oftalmólogo el privilegio de un factor más para disfrutarlos: puede hacer “diagnósticos de museo” y además, puede valerse de cuadros famosos como herramienta para enseñanza clínica de la especialidad. Agradecimiento Mtra. Ana Lozano Santín, Historiadora del Arte. Figura 14. Orbitopatía izquierda ¿enfermedad de Crouzon? Referencias Figura 15. Opacificación corneal. enorme abanico de posibilidades en la interpretación subjetiva de cada obra, la pintura figurativa de los grandes maestros, por su alto grado de fidelidad, es una sólida y rica fuerza expresiva que nos permite identificar no sólo las personalidades y aún sentimientos del personaje retratado, sino, además, en ciertos casos, las dolencias que le aquejaban. 1. Duke-Elder S, Wybar K. Chap. X: Incomitant Strabismus, in DukeElder Ed: System of Ophthalmology, Vol. VI: Ocular Motility and Strabismus. London: Henry Kimpton, 1973;746. 2. Romero-Apis D: Estrabismo. Aspectos Clínicos y Tratamiento, México: Editorial Lala, 2010;253. 3. Munro EC. The Encyclopedia of Art, 5th ed. New York: Golden Press, 1967;280-295. 4. Daudy P. El siglo XVII, en Lassaigne J Ed. Historia de la pintura, Tomo III; Bilbao: Asuri de Ediciones, 1989;462. 5. Lozano-Alcázar J, Lozano-Santín A. Visión y Arte, México: Business Consultant, 2008;61. 6. Enciclopedia Salvat, Tomo 7, Barcelona: Salvat Editores, 1971;1909. 7. Salvat J Ed. Cap. 4 La escuela pictórica inglesa, Historia del Arte, México: Salvat Mexicana de Ediciones, 1979;59-61. 8. Gruen W. Nota Biográfica, en Ovalle R y Gruen W eds. Remedios Varo, Catálogo razonado, 3ª ed, México: Ediciones Era, 2002;101108. 9. Ruy-Sánchez A, Arcq T, Engel P, Moreno-Villarreal J, Kaplan J, Boyzaran F, et al. Cinco llaves del mundo secreto de Remedios Varo, México: Artes de México, 2008;122-123. 10. Duke-Elder S. Chap. XIV: Congenital Deformities of the Eye-II Anomalies of Differentation, System of Ophthalmology, Vol. III part 2: Congenital Deformities, London: Henry Kimpton, 1964;813-818. Volumen 81, No. 3, Mayo-Junio 2013 261 Cir Cir 2013;81:262-263. Carta al editor Señor Académico Dr. Alejandro Reyes Fuentes Editor Cirugía y Cirujanos Señor editor: Agradezco la carta del doctor Shu Yip de la Universidad Cayetano Heredia. Creo que universalmente se entiende por cirugía global “a systematic approach to considering surgery in the context of a broader umbrella of public health” como lo plantean Catherine R. deVries y Raymond R. Price (Universidad de Utah, USA) en su libro Global Surgery and Public Health: A New Paradigm, que cita el doctor Shu-Yip en su carta. Por supuesto que estoy de acuerdo con este planteamiento y con ofrecer tal tipo de cursos electivos, los cuales son muy comunes en las facultades de medicina de los EUA. Pero en nuestros países de América Latina los estudiantes encuentran en amplias regiones lo que los de EUA no ven en su país, y creo que la exposición a este tipo de problemas de salud pública es muy alta. En cuanto a participación en la elaboración de manuscritos científicos, siempre y cuando cuente con supervisión y asesoría, ello hace parte de cualquier plan de estudios y debe ser reforzado. Sí, al estudiante, sobre todo, hay que llevarlo a desarrollar el pensamiento crítico que le permita el juicio racional frente a su paciente, el ser biológico, cuyo comportamiento es impredecible por las leyes de la física clásica. El cirujano, fundamentalmente, debe manejar el riesgo, lo cual implica autonomía y juicio racional en la toma de decisiones basadas en conocimiento y experiencia, con la ayuda de la mejor evidencia externa, lo que hoy llamamos “medicina basada en la evidencia.” Atentamente José Félix Patiño Restrepo, MD, FACS (Hon) jfpatinore@gmail.com Encaminando a futuros cirujanos con la Cirugía Global Sebastián Bernardo Shu-Yip* Editor de la Revista Cirugía y Cirujanos: Ante todo, mis más cordiales saludos a usted y al público lector. El motivo de la presente Carta al Editor es emitir un comentario sobre el artículo titulado: ¨El papel de la educa- * Facultad de Medicina Alberto Hurtado, Universidad Peruana Cayetano Heredia Correspondencia: Sebastian Bernardo Shu Yip Dirección: Felix Olcay 140, Miraflores. Lima, Perú. C.P. LIMA 18 Tel.: (511) 447-5098 (Domicilio) Correo electrónico: sebastian.shu.y@upch.pe Recibido: 8-03-13 Aceptado: 16-04-2013 ción quirúrgica en pregrado¨. El artículo menciona diversos aspectos que un futuro cirujano, encarnado todavía como estudiante de medicina, debe de adquirir a lo largo de su preparación en pregrado.1 A todo lo mencionado por el autor, se propone sumar dentro de la educación quirúrgica de pregrado, un innovador concepto, llamado Cirugía Global. Dicho concepto comprende a la cirugía como tema de salud pública.2,3 Permite expandir el campo de acción del cirujano actual, llevándolo a trascender las paredes de la sala de operaciones hacia campos de carácter gerencial e investigador. Es este perfil del cirujano moderno, quien va a servir de puente entre las diversas especialidades y subespecialidades de la cirugía. Si bien, el alumno de pregrado carece de experiencia en la práctica clínica; y mucho menos, en procedimientos quirúrgicos, sería interesante y productivo a la vez, su partici- 262 Cirugía y Cirujanos Carta al editor pación en la elaboración de manuscritos científicos, siempre y cuando cuente con supervisión y asesoría. Mediante esta propuesta, enmarcada por la cirugía global, se promueve el pensamiento crítico, experiencia en el campo científico, y por último, el interés en seguir una carrera quirúrgica.4 El propósito de incluir la Cirugía Global dentro de la malla curricular de pregrado, como un curso electivo, abre las posibilidades de permitir a futuros cirujanos a interactuar en el campo quirúrgico desde temprana edad sin representar un verdadero riesgo. Para finalizar, me gustaría agradecer y felicitar al Dr. José Feliz Patiño-Restrepo por su artículo que me permitió hacer estas reflexiones. Referencias 1. Patiño JF. El papel de la educación quirúrgica en pregrado. Cirugía y Cirujano 2011;79(1):77-82. Disponible en http://www.nietoeditores. com.mx/volumen-79-no-1-enero-febrero-2011/3277-el-papel-de-laeducacion-quirurgica-en-pregrado.html 2. deVries CR, Price RR. Global Surgery and Public Health: A new paradigm. 1° Edición. Sudbury, MA: Jones &Bartlett Learning, 2012 p. 29-53. 3. Farmer P, Meara JG. Invited commentary: The agenda for academic excellence in “global” surgery. Surgery 2012;153(3):321-322. Disponible en http://www.surgjournal.com/article/S0039-6060(12)00502-8/abstract 4. Patel MS, Khalsa B, Rama A, Jafari F, Salibian A, Hoyt DB, et al. Early intervention to promote medical student interest in surgery and the surgical subspecialties. J Surg Educ 2013;70(1):81-86. Disponible en http://www.jsurged.org/article/S1931-7204(12)00299-1/fulltext Volumen 81, No. 3, Mayo-Junio 2013 263 NORMAS PARA LOS AUTORES 1. Cirugía y Cirujanos publica artículos en español e inglés, nacionales o extranjeros, previamente aprobados por el Comité Editorial de la Academia Mexicana de Cirugía. 2. Los artículos pueden enviarse por correo electrónico (cirugiaycirujanos@prodigy.net.mx) o llevarse directamente a la oficina de la revista en original impreso y archivo electrónico en CD, marcado con nombre del trabajo y software utilizado; deberá anexarse el formato de cesión de los derechos de autor (firmado por todos los autores) que aparece publicado en la propia revista, en el que se hace constar que el artículo es inédito. 3. El texto debe capturarse en computadora, a doble espacio, margen de 2.5 cm por lado, fuente tipográfica Times New Roman a 12 puntos. 4. La extensión máxima de los trabajos es: Editorial: 5 cuartillas y 5 referencias; Artículo original: 20 cuartillas, hasta seis figuras, 6 cuadros y 45 referencias; Caso clínico: 10 cuartillas, hasta seis figuras y 30 referencias; Artículo de revisión o monografía: 15 cuartillas, hasta 6 figuras, 6 cuadros y 45 referencias; Artículo sobre historia de la medicina: 15 cuartillas, hasta 6 figuras y 45 referencias; Carta al editor: 1 cuartilla, 1 figura, 1 cuadro y 5 referencias. Cirugía y Cirujanos sólo admite los editoriales y artículos sobre historia de la medicina elaborados por petición expresa del Comité Editorial de la propia revista. El manuscrito debe comprender: 4.1 Primera página: títulos completos y cortos en español e inglés, nombre del o los autores, la adscripción relacionada con el trabajo a publicar. Para el autor al que se dirigirá la correspondencia se deberá escribir: nombre, dirección con código postal, teléfonos fijo (incluyendo clave lada) y celular (solo para la Revista), fax, correo electrónico. 4.2 Resúmenes estructurados en español e inglés, donde las entradas de los párrafos sean análogas a las partes del artículo (Antecedentes, Material y métodos, etc.). Los resúmenes no deben exceder 250 palabras. 4.3 Palabras clave y key words basadas en el MeSH (Medical Subject Headings); para obtenerlas consultar www.nlm. nih.gov/mesh/MBrowser.html 4.4 Texto del Artículo original integrado por las siguientes secciones: • • • • • Antecedentes, objetivos e hipótesis Material y métodos (que incluya el tipo de estudio, aspectos éticos y pruebas estadísticas) o caso clínico (según corresponda) Resultados Discusión (aspectos más importantes del trabajo) Conclusiones • • • 5. Agradecimientos Referencias Cuadros y figuras. Se utilizará el término Figura para citar por igual ilustraciones, esquemas, fotografías y gráficas. Se utilizará el término Cuadro para citar por igual los cuadros y las tablas. Los cuadros de datos tabulados que contengan exclusivamente texto deberán elaborarse con la aplicación “Tabla” de Word; los esquemas y diagramas, con Power Point; las gráficas de pastel, barras, dispersión, etcétera, con Excel. Para las fotografías en versión electrónica debe considerarse lo siguiente: 6. • • • El formato debe ser TIFF o JPG (JPEG). Sólo si el tamaño real de las imágenes resulta excesivo (más de 500 kb por archivo), las imágenes pueden reducirse a escala; dada la pérdida de resolución, no deben incluirse imágenes que requieran aumento de tamaño. La resolución mínima aceptable es de 300 ppi. Si las fotografías se obtienen directamente con cámara digital la indicación debe ser: “alta resolución”. 7. Debe señalarse el lugar dentro del texto donde se incluirán las imágenes. 8. Dentro del archivo de texto deben incluirse los cuadros y pies de figura al final, después de las referencias; cada ilustración, esquema y fotografía debe ser un documento individual. 9. Cuando los cuadros o figuras se obtengan de otro medio impreso o electrónico deberá entregarse carta de autorización de la institución donde se publicaron. 10. El texto no debe incluir abreviaturas, sólo símbolos con aceptación internacional. 11. Las referencias deben enumerarse progresivamente según aparezcan en el texto (en estricto orden consecutivo ascendente y registrarse el número correspondiente utilizando superíndices). Deben omitirse comunicaciones personales y pueden anotarse “en prensa” cuando un trabajo ha sido aceptado para publicación en alguna revista; en caso contrario, referirlo como “observación no publicada”. No usar la opción automática para la numeración. 12. Cuando en una referencia los autores sean tres o menos deben anotarse todos, pero cuando sean cuatro o más se indicarán solamente los seis primeros seguidos de y col. Ejemplos Publicación periódica You Ch, Lee KY, Chey RY, Menguy R. Electrogastrographic study of patients with unexplained nausea, bloating and vomiting. Gastroenterology 1980;79:311-314. Cirugía y Cirujanos Libro Murray PR, Rosenthal KS, Konbayashi GS, Pfaller MA. Medical microbiology. 4th ed. St Louis, MO: Mosby, 2002;210-221. Capítulo de libro Meltzer PS, Kallioniemi A, Trent JM. Chromosome alterations in human solid tumors. In: Volgestein B, Kinzler KW, editors. The genetic basis of human cancer. New York: McGraw Hill, 2002;93-113. Base de datos o sistemas de recuperación en internet Online Archive of American Folk Medicine. Los Angeles: Regents of the University of California 1996 (consultado 2007 Feb 1). Disponible en http://www.folkmed.ucla.edu/. Artículos de revistas en internet Kaul S, Diamond GA. Good enough: a primer on the analysis and interpretation of noninferiority trials. Ann Intern 2006 Jul 4;145(1):62-69. Disponible en http://www.annals.org/reprint/145/1/62.pdf Para mayor información acerca de cómo citar fuentes no descritas en estas normas favor de consultar los ejemplos proporcionados por la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos en: http://www.nlm.nih.gov/bsd/uniform_requirements.html Para información complementaria de estas normas para los autores, se recomienda consultar la última versión de “Uniform Requirements for Manuscripts Submitted to Biomedical Journals: Writing and Editing for Biomedical Publications” (abril de 2010), del International Committee of Medical Journals Editors, en la dirección electrónica www.icmje.org/urm_main.html 13. Los trabajos no aceptados se devolverán al autor principal. Acad. Dr. Alejandro Reyes Fuentes Editor de Cirugía y Cirujanos Academia Mexicana de Cirugía Centro Médico Nacional Siglo XXI, IMSS, Unidad de Congresos, Bloque B, tercer piso, Av. Cuauhtémoc 330, 06725 México, D. F. Teléfonos. (55) 57610574; 55880458; 57612581 Teléfono directo: (55) 57610608 Conmutador: (55) 56276900, exts. 21266, 21269 Correo electrónico: cirugiaycirujanos@prodigy.net.mx Volumen 81, No. 3, Mayo-Junio 2013 Aceptación de cesión de la propiedad de los derechos de autor (Este formato debe ser enviado con todos los manuscritos sometidos a consideración y debe ser firmado por todos los autores del mismo) “Los autores que firman al calce están de acuerdo con transferir la propiedad de los derechos de autor del manuscrito titulado: ___________________________________________________________________________________________________ ___________________________________________________________________________________________________ a la Academia Mexicana de Cirugía, en el caso de que éste sea aceptado para su publicación. Los autores están de acuerdo también en que, de ser aceptado, la Academia Mexicana de Cirugía publique el artículo en un número subsiguiente de la revista Cirugía y Cirujanos, así como en cualquier otro medio de difusión electrónica. Los autores declaran que están enterados y de acuerdo con el orden de autoría señalado en el manuscrito original, que tuvieron una participación en el estudio como para responsabilizarse públicamente de él y que aprobaron la versión final del manuscrito enviado a Cirugía y Cirujanos. Los autores aseguran que el trabajo sometido es original; que la información contenida, incluyendo cuadros, figuras y fotografías, no ha sido publicada previamente o está en consideración en otra publicación; que de ser publicado no se violarán derechos de autor o de propiedad de terceras personas y que su contenido no constituye una violación a la privacidad de los individuos en estudio. Los autores afirman que los protocolos de investigación con seres humanos o con animales recibieron aprobación de la institución donde se realizó el estudio”. Autor responsable: (1)__________________________________________________ (nombre completo) ______________________ (firma) Otros autores: (2)__________________________________________________ (nombre completo) _______________________ (firma) (3)__________________________________________________ (nombre completo) _______________________ (firma) (4)__________________________________________________ (nombre completo) _______________________ (firma) (5)__________________________________________________ (nombre completo) _______________________ (firma) (6)__________________________________________________ (nombre completo) _______________________ (firma) Fecha: _________________________________________________ Cirugía y Cirujanos CIRUGÍA Y CIRUJANOS Órgano de Difusión Científica de la Academia Mexicana de Cirugía During recent years, we have witnessed many technological advances in electronic publication. The Editors of Cirugía y Cirujanos, in an attempt to bridge the gap between “print publication” and “on-line publication,” beginning with the No. 1 issue, 2006, will publish all manuscripts on-line, in English, as well as continuing the printed publication in Spanish. The accessibility and wide diffusion of on-line English publication will provide the opportunity for our scientific colleagues, not only in Latin America, but throughout the world, to have the opportunity to share the knowledge and skills of our Mexican surgical community, as well as to provide authors from other countries with a forum for participating in our Journal, in order that we may gain knowledge of surgical specialties throughout the world. Manuscripts will continue to be accepted in proficient Spanish, to be published in print. Those written in Spanish will be translated to English for on-line publication. Guidelines for manuscript submission will be published on-line. We are confident that this “evolution” in publication will serve the needs of the international community, as well as to provide our Mexican scientists with greater visibility throughout the global community. The Mexican Academy of Surgery is pleased to offer the on-line version, without fees or subscription. We look forward to the valuable input from our readers in an attempt to maintain the high standards of Cirugía y Cirujanos. Sincerely, Alejandro Reyes-Fuentes, Editor Cirugía y Cirujanos Bloque B, Tercer piso, Unidad de Congresos Centro Médico Nacional Siglo XXI, Av. Cuauhtémoc No. 330, Col. Doctores 06725 México, D. F. Tel. (55) 5761 2581, 5761 0574, 5588 0458 Conmutador IMSS 5627 6900, exts. 21266, 21267, 21268 Teléfono directo (55) 5761 0608 Correo electrónico: cirugiaycirujanos@prodigy.net.mx Página web: www.amc.org.mx Volumen 81, No. 3, Mayo-Junio 2013