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MITOS SOBRE EL SECTOR DEL PAN II 1. INTRODUCCION Continuando con las serie de Mitos y Realidades que ‘Pan Cada Día’ lanzó en febrero con el objetivo de informar y formar a los consumidores y a los profesionales de la comunicación sobre el pan y sus propiedades, ‘Pan Cada Día’ presenta una nueva entrega de informaciones científicas sobre algunas creencias que existen pero que no son ciertas. En la edición anterior se aclaró que el pan no contribuye al sobrepeso ni a la obesidad y se mostraron las diferencias respecto al aporte nutricional del pan blanco versus el pan integral, y entre la corteza y la miga. En el siguiente enlace: https://pancadadia.files.wordpress.com/2014/06/mitos-sobre-el-sector-del-pan1.pdf En esta ocasión, ‘Pan Cada Día’ completa esta lista de mitos y realidades vinculados al pan comercial para clarificar algunas cuestiones que no están del todo claras, y demuestra que el pan tostado no engorda menos que pan el fresco o que el consumo de este producto no es perjudicial para las personas con diabetes como popularmente se cree. No obstante, estas creencias no son ciertas y se deben principalmente al desconocimiento que existente acerca de las propiedades nutricionales de este alimento y ninguna de ambas afirmaciones está sostenida en fundamentos científicos. A continuación se explica científicamente cual es la realidad de estas afirmaciones. 2. PRINCIPALES MITOS EN RELACION AL PAN 1. El pan tostado engorda menos que el pan fresco En primer lugar hay que diferenciar entre el pan blanco que se tuesta en tostadora, que tiene la composición nutricional del pan fresco, del pan tostado elaborado y los biscotes, ya que estos últimos se consideran panes especiales por incorporar ingredientes como azúcares y grasas vegetales que lo diferencian del pan fresco. En cualquier caso, que el pan tostado engorda menos que el fresco es un falso mito, ya que en el caso del pan fresco que se tuesta en tostadora, la misma rebanada tostada y sin tostar tiene las mismas calorías; mientras que en el caso de los panes tostados elaborados y los biscotes, el tener grasas y azúcares añadidos y menos agua debido al proceso de tostado hace que sea evidente que el aporte calórico de éstos sea superior al del pan fresco. No obstante, el pan tostado y los biscotes presentan ciertas ventajas frente al fresco y son, algunas de ellas, las que pueden confundir y hacer creer este falso mito. Entre estas ventajas, destacan que el pan tostado puede conservarse en óptimas condiciones durante más tiempo; que es más fácil de contabilizar en cuanto a cantidad, lo que ayuda a llevar un mejor control de su consumo en las dietas para el control de peso; y, además, que con él, se evita mojar en las salsas, por no tener miga. Sin embargo, hay que tener en cuenta que la composición nutricional de estos panes es diferente a la del pan fresco. Evidencia científica Que el pan tostado engorda menos que el fresco es una creencia popular o mito, tal y como Flores Pozo (2011) afirma en su tesis doctoral “Prácticas alimentarias en adolescentes y recomendaciones de intervención Guayaquil 2007”. Esto mismo se demuestra en diversas investigaciones. Así, Castillo Sánchez y col. (2001) en su estudio “Creencias erróneas sobre alimentación” sostiene que, a pesar de la creencia de que las tostadas engordan menos que el pan fresco, el primero se diferencia del segundo en su pérdida de agua, por lo que a igualdad de peso, el tostado tiene mayor valor calórico que el fresco, siendo lo mismo que sucede con la corteza y la miga. En este sentido, Musaiger (1993) en su investigación “Knowledge and attitudes of university female students toward obesity” también explicaba que el pan tostado al contener menos agua, tiene una mayor concentración de energía y que, por tanto, aporta más calorías que el fresco. Por otro lado, tal y como se ha comentado anteriormente, el hecho de añadir azúcares y grasas aumenta el aporte calórico del pan tostado y los biscotes. Esto se puede ver en las tablas de composición de alimentos que señalan que el contenido calórico de 100 gramos de pan tostado es superior al del pan fresco, con una menor cantidad de agua y un mayor contenido de hidratos de carbono, azúcares, proteínas y grasas. 100g Hidratos Agua Energía (g) (Kcal) 31 277 7,8 23,7 309 10,1 Proteínas(g) de carbono Almidón(g) Azúcares(g) Grasas(g) Fibra (g) 58 56 2 1 2,2 59,2 55,1 4,1 2,5 4,5 (g) Pan blanco de trigo Pan blanco tostado Bibliografía -CASTILLO SÁNCHEZ, M.D., LEÓN ESPINOSA DE LOS MONTEROS, M T and NARANJO RODRÍGUEZ J A., 2001. Creencias erróneas sobre alimentación. Medicina general, 33, pp. 346-350. http://www.mgyf.org/medicinageneral/abril2001/346-350.pdf -FLORES POZO, P.D., 2011. Prácticas Alimentarias en Adolescentes y Recomendaciones de Intervención Guayaquil 2007. http://dspace.espoch.edu.ec/bitstream/123456789/1078/1/34T00208.pdf - MOREIRAS, O.; CARBAJAL, A.; CABRERA, L.; CUADRADO, C.; 2014. Tablas de composición de alimentos. Guía de Prácticas. Ediciones Pirámide, Madrid. -MUSAIGER, A.O., 1993. Knowledge and attitudes of university female students toward obesity. International quarterly of community health education, 14(4), pp. 337344. 2. Los diabéticos deben eliminar el pan de la dieta Ésto es una falsa creencia ya que los diabéticos no sólo sí pueden comer pan, sino que sería un grave error eliminarlo de la dieta. En primer lugar, se debe saber que en la mayor parte de los casos, para mantener a raya a la diabetes se debe llevar a cabo una alimentación completa y equilibrada, como la que se recomienda a cualquier persona sana, aunque prestando atención a ciertas pautas. En cuanto al consumo de pan, se debe tener en cuenta que el almidón contenido tanto en él, como en los cereales, arroz, pasta y verduras amiláceas, debe ser la principal fuente de carbohidratos en los diabéticos, situándose en la parte más amplia de la pirámide nutricional y, por tanto, son éstos los alimentos que deben ser consumidos en mayor cantidad, por lo que el pan nunca debe ser restringido en la dieta del diabético; lo que sí se debe considerar es que es más recomendable la ingesta de pan integral que la de pan blanco por su menor índice glucémico. Evidencia científica En el portal de salud de La Fundación Mapfre podemos encontrar información acerca de la diabetes, la cual puede ayudar al paciente diabético a adquirir los conocimientos necesarios para no cometer errores y no eliminar alimentos imprescindibles en su dieta. Aunque en los pacientes enfermos de diabetes exista exceso de azúcar, los hidratos de carbono deben constituir un elemento imprescindible en la alimentación del diabético, ya que su función fundamental es la de aportar la energía inmediata que necesitamos. En el individuo con diabetes, los hidratos de carbono deben aportar el 50-60% de la energía total diaria, de los cuales el 90% deben ser hidratos de carbono complejos. Como vemos, estos porcentajes son idénticos a los que debe tomar un individuo no diabético. Lo que sí es diferente, para estos pacientes, es la necesidad de repartir estos hidratos de carbono a lo largo del día y de realizar un número de ingestas algo superior. Además, habrá que sincronizar su ingesta con la insulina, si fuera necesaria, y con el ejercicio para evitar hiper o hipoglucemias. En este sentido, hay estudios que ponen de relieve que ése es el reparto de macronutrientes adecuado en el paciente diabético. Socarrás Suárez y col. (2002) en su investigación “Diabetes mellitus: tratamiento dietético” hacen hincapié en que el 5560% de la energía total aportada con la dieta debe provenir de los hidratos de carbono, mientras que el 20-30% de las grasas y el 12-20% de las proteínas. En esta investigación también se hace énfasis en que de los hidratos de carbono aportados, al menos el 66% deben ser de absorción lenta, como son los provenientes de cereales, vegetales, viandas y leguminosas, ya que estos hidratos de carbono no dan lugar a elevaciones bruscas de la glucemia después de su ingestión. Sin embargo, se deben restringir los hidratos de carbono simples de rápida absorción (monosacáridos, disacáridos) por las elevaciones bruscas de la glucemia que pueden producir. En cuanto al pan, las recomendaciones nutricionales para el paciente diabético nunca lo excluyen de la dieta. La American Diabetes Association, lo que sí sugiere es que los pacientes diabéticos consuman siempre alimentos de grano, eligiendo, en el caso del pan, el de grano entero, que proporciona más vitaminas, minerales, fitoquímicos y fibra, limitando los productos blancos elaborados a base de harina y, en especial, los que tienen azúcar añadido. En este sentido, Hodge y col. (2004) en su investigación “Glycemic Index and Dietary Fiber and the Risk of Type 2 Diabetes” puso de manifiesto que llevando a cabo una dieta rica en carbohidratos, dentro de la cual se cambie el pan blanco por pan de bajo índice glucémico, se podría reducir el riesgo de padecer diabetes de tipo 2. Bibliografía - American Diabetes Association. http://www.diabetes.org/es/alimentos-y-actividad-fisica/alimentos/que-voy-a-comer/laeleccion-de-alimentos-saludables/granos-y-vegetales-con-almidon.html -HODGE, A.M., ENGLISH, D.R., O'DEA, K. and GILES, G.G., 2004. Glycemic index and dietary fiber and the risk of type 2 diabetes. Diabetes care, 27(11), pp. 2701-2706. http://care.diabetesjournals.org/content/27/11/2701.long - Fundación Mapfre. Diabetes. http://www.mapfre.es/salud/es/cinformativo/nutricion-dieta-diabetes.shtml -SOCARRÁS SUÁREZ, M.M., BOLET ASTOVIZA, M. and LICEA PUIG, M., 2002. Diabetes mellitus: tratamiento dietético. Revista Biomédicas, 21(2), pp. 102-108. http://bvs.sld.cu/revistas/ibi/vol21_2_02/ibi07202.htm Cubana de Investigaciones Bibliografía Final - American Diabetes Association. http://www.diabetes.org/es/alimentos-y-actividad-fisica/alimentos/que-voy-a-comer/laeleccion-de-alimentos-saludables/granos-y-vegetales-con-almidon.html -CASTILLO SÁNCHEZ, M.D., LEÓN ESPINOSA DE LOS MONTEROS, M T and NARANJO RODRÍGUEZ J A., 2001. Creencias erróneas sobre alimentación. Medicina general, 33, pp. 346-350. http://www.mgyf.org/medicinageneral/abril2001/346-350.pdf -FLORES POZO, P.D., 2011. Prácticas Alimentarias en Adolescentes y Recomendaciones de Intervención Guayaquil 2007. http://dspace.espoch.edu.ec/bitstream/123456789/1078/1/34T00208.pdf - Fundación Mapfre. Diabetes. http://www.mapfre.es/salud/es/cinformativo/nutricion-dieta-diabetes.shtml -HODGE, A.M., ENGLISH, D.R., O'DEA, K. and GILES, G.G., 2004. Glycemic index and dietary fiber and the risk of type 2 diabetes. Diabetes care, 27(11), pp. 2701-2706. http://care.diabetesjournals.org/content/27/11/2701.long -MUSAIGER, A.O., 1993. Knowledge and attitudes of university female students toward obesity. International quarterly of community health education, 14(4), pp. 337344. -SOCARRÁS SUÁREZ, M.M., BOLET ASTOVIZA, M. and LICEA PUIG, M., 2002. Diabetes mellitus: tratamiento dietético. Revista Biomédicas, 21(2), pp. 102-108. http://bvs.sld.cu/revistas/ibi/vol21_2_02/ibi07202.htm Cubana de Investigaciones