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1 Las potencialidades de la cultura1 nativa de San Andrés, Old Providence y Santa Catalina para contribuir al desarrollo de la sociedad insular y colombiana June Marie Mow2 1. Resumen San Andrés, Old Providence y Santa Catalina conforman un Archipiélago en el Caribe Occidental; constituyen el único Departamento Oceánico de Colombia. Las formas simbólicas que caracterizan a la sociedad insular ya no representan la identidad cultural de finales del siglo XIX hasta la primera mitad del siglo XX. La percepción sesgada de continentales y gobiernos ha puesto en riesgo la cultura de los isleños nativos: para algunos continentales residentes, la cultura isleña nativa es un estorbo para el crecimiento material; para algunos continentales no residentes, por ser considerada cultura “exótica”, es valiosa como atractivo turístico. Por otra parte, la cultura isleña nativa ha sido tratada con indiferencia por algunas administraciones del orden nacional y local; éstas han hecho caso omiso de los contextos cultural y ambiental de la sociedad insular, condicionados por la insularidad. Lo anterior explicaría algunas de las razones por las cuales la mayoría de los isleños nativos perciben la cultura dominante como abrumadora, y son pesimistas sobre el papel que desempeña la cultura para definir las prioridades de desarrollo; no obstante, para otros la cultura isleña nativa aún tiene un significado especial en un país invitado a ejercitar su realidad cultural y étnicamente diversa y plural. De tal forma que una de las claves del presente y futuro de las islas quizá sea la potenciación de la nueva configuración cultural a favor de oportunidades que articulen cultura isleña y desarrollo. 1 Se refiere a la dimensión antropológica, descriptiva de la cultura. Bióloga, experta en medio ambiente, consultora internacional. El presente texto fue leído en el Segundo Panel sobre Desarrollo y Cultura en el Caribe colombiano, celebrado el 24 de septiembre de 2008 en el marco del Encuentro sobre Desarrollo y Cultura en Cartagena de Indias, evento auspiciado por la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (Aecid). El panel pretendió propiciar la discusión sobre los criterios interculturales de entendimiento para la convivencia armónica entre personas de culturas distintas. 2 2 2. INTRODUCCION Los pueblos del Caribe se caracterizan por la capacidad de ajustarse a los cambios y presiones externas permanentes, manteniendo formas simbólicas de su identidad cultural, 3 lo que es una clara demostración de la fluidez y apertura de las culturas. Las poblaciones nativas de las islas de San Andrés, Providencia y Santa Catalina que conforman el único departamento oceánico de Colombia también asumieron el reto de acomodarse a las políticas de desarrollo impuestas por el Estado Colombiano. Sin embargo el choque cultural ha sido enorme y demasiado rápido para el nativo. En escasos 43 km2 la vida transcurre de forma similar a un país con una sociedad multicultural compleja, uso de recursos naturales, disposición de residuos, el desempleo, la diversidad de manifestaciones culturales, etc. No obstante, el modelo continental de desarrollo no se adelantó en armonía con el entorno natural y la cultura para mantener los equilibrios básicos de los sistemas, disparando el crecimiento desordenado con ritmos e impactos sobre el ambiente y la vertebración social que resultaron desestabilizadores en el conjunto de las Islas. Con el cambio de siglo, las poblaciones insulares especialmente de la isla de San Andrés continúan afrontando las enormes tensiones sociales y culturales que las han asolado desde la creación e implantación del puerto libre en los años 50 y que las hacen especialmente sensibles y vulnerables ante las incertidumbres del futuro; y por ello, San Andrés, la isla mayor, es hoy un lugar sin privilegios para vivir y es quizá uno de los destinos turísticos más deteriorados y menos atractivos de la Región del Gran Caribe. Los isleños han pagado un precio alto por el crecimiento económico. ¿Cuáles son las perspectivas de las islas, cuáles las de los isleños? La pequeñez de las islas del Archipiélago Lejano confrontada con la grandeza de Colombia Continental es sin lugar a dudas un desafío. 3 Pedraza, Zandra (1988). Soberanía y deterioro cultural en el Archipiélago de San Andrés y Providencia. Revista Sotavento. Volumen I, No 2. Universidad Externado de Colombia, Bogotá. 3 3. PROCESOS DETERMINANTES DE LA SOCIEDAD INSULAR 3.1. El poblamiento Según Lorraine Vollmar, son 5 los ciclos del poblamiento de las islas definidos por los patrones de asentamiento, la economía, el uso de recursos naturales, los cambios demográficos y en la correlación de las fuerzas sociales. 4 Los Miskitos eran usuarios de los recursos marino-costeros, especialmente las tortugas marinas, langostas y madera de los bosques. No hay registro de asentamientos permanen tes. Sin embargo, son descritos por los puritanos ingleses en sus manuscritos. Contrario a los esclavos africanos, los indígenas recibían tratamiento digno de “reyes”. 5 Los puritanos ingleses procedentes de Essex, Northants, Oxfordshire, Corwell, Devon y Gales establecieron el primer asentamiento permanente entre los años 1621 y 1641 con el fin de “crear” una nueva sociedad de base religiosa calvinista. El plan era convertir la isla de Old Providence en el centro de sus actividades productivas y comerciales en las Indias Occidentales, porque sus suelos eran fértiles y había abundante agua, condiciones favorables para el establecimiento de todo tipo de cultivos; pero sobretodo brindaba mayores opciones para la protección de los colonizadores. Sin embargo, Providencia se convirtió en una base fortificada para la piratería.6 Entre los legados más importantes de los puritanos se encuentran las especies y especias introducidas del Pacífico Sur. 7 La era de la “otra colonia puritana” llegó a su fin cuando los españoles se impusieron y lograron la rendición de los puritanos en mayo de 1641. Las ocupaciones militares caracterizan el ciclo 1642 – 1677. Se presenta una amplia variedad de acciones y reacciones, de movimientos expansionistas y de defensa de los poderíos europeos. La pertenencia y subordinación político-territorial cambió en más de una ocasión. Acciones de poblamiento y migraciones, nuevos poblamientos, conquistas y reconquistas sucedían unas tras otras. La carencia de documentos y registros históricos sobre las islas y sus pobladores caracterizan el ciclo 1677 – 1780. 4 Vollmer, Loraine (1991). Historia del poblamiento del Archipiélago de San Andrés, Vieja Providencia y Santa Catalina. Mapa Cultural, CORPES, Costa Atlántica. San Andrés, Isla. 5 Kupperman, Karen Ordahl (1993). Providence Island, 1630-1641: the other Puritan colony. Cambridge University Press. Cambridge. 6 Vollmer, L. Op. cit. 7 Ibídem 4 La nueva era del poblamiento caracteriza el ciclo comprendido entre 1781 y 1953 con personas procedentes de Jamaica, Haití, islas Caimán, Barbados y Trinidad, Escocia, Irlanda y África Occidental8. Posteriormente llegan pobladores del Caribe, de África Occidental y otras partes del mundo. Así desde inicios del siglo XVIII inicia el poblamiento que tendrá mayor permanencia en las islas y dará origen a la población nativa, conocida como raizal . Este ciclo comprende varias etapas: i) durante la colonización y esclavitud (1781–1853) se da inicio al ejercicio de soberanía, sin embargo las islas permanecen virtualmente “independientes”; ii) la abolición de la esclavitud y la implantación de la economía del coco (1854–1930) marca el cambio en la estructura de la tenencia y uso de la tierra; la catequización por parte de la misión católica en 1902, a cargo del arzobispado de Cartagena y el Estado Colombiano institucionaliza una política de Colombianización mediante la creación de la intendencia en el año 1912 que se caracterizó por la imposición del idioma, la cultura y la religión oficial; iii) entre 1930 y 1953 los hitos mas importantes son el declive de la economía del coco y la fuerte migración de nativos hacia los Estados Unidos, Panamá y el continente Colombiano. La implantación del modelo del puerto libre promueve una relación más estrecha entre las Islas lejanas con el resto del país. El puerto libre y el inicio del nuevo milenio definen los nuevos ciclos de poblamiento claramente diferenciados, pero con un denominador común, la migración masiva de personas de bajo nivel de escolaridad o sin escolaridad, trabajadores de la construcción cualificados para el uso del cemento, comerciantes nacionales y extranjeros (específicamente judíos, sirio-libaneses y palestinos), atraídas por la idea de hacer fortuna con las posibilidades que ofrece el puerto libre. Gentes con saberes, oficios y costumbres diferentes que generaron nuevas necesidades en todas las áreas de la vida cotidiana; tales como noticias nacionales en español y mayor presencia estatal para los trámites administrativos, servicios ambientales y sociales básicos. Estas nuevas situaciones contribuyen al éxito en el uso del español. Una mirada más detallada al proceso de consolidación de la colombianización permite identificar tres ciclos: entre 1954 y 1979 se consolida el modelo de puerto libre y la consecuente exención de impuestos de ingreso y salida de mercancías, el arribo del sistema bancario y crediticio nacional; se presentan cambios significativos en el tamaño y la estructura de la población y se 8 Parsons, James J. (1985). San Andrés y Providencia, una geografía histórica de las islas colombianas del Caribe. El Ancora editores. Bogotá. 5 impone el clientelismo. Inicia la formación de una amalgama de culturas llena de contrastes, entre recién llegados y nativos y el proceso de “desterritorialización” y “marginalización” entre 1980 y 1995 la economía del tráfico ilegal de drogas invade las islas aprovechando la ubicación estratégica del Archipiélago entre el país y Norte América y la vocación innata y cultura de navegante de la población raizal; la apertura económica, internacionalización y globalización en el marco de las nuevas políticas macroeconómicas del país remplazan las ventajas comparativas del puerto libre; durante 8 años la población creció aproximadamente en un 70%, es decir un 9% anual. Aumenta el porcentaje de continentales, disminuye la presencia de nativos. Como respuesta a las imposiciones del gobierno central, al deterioro ambiental y desvertebración socio-cultural, se conforman grupos de presión para defender el territorio y la identidad cultural. entre 1996 y el primer quinquenio del nuevo milenio la gran mayoría de los migrantes del continente colombiano se han constituido en residentes del Archipiélago ; sus hijos han nacido en las islas. Se registra la pérdida progresiva del control de los nativos sobre su propio desarrollo; tiene menos acceso a los procesos de toma de decisiones. El residente continental mantiene e impone elementos de la cultura nacional, entre los cuales se destacan el idioma español, la religión católica y la organización política; los residentes procedentes del Medio Oriente constituyen comunidades cerradas y aisladas. 3.2. La economía Las islas eran conocidas en la región por la riqueza de sus recursos marinos y costeros y maderables. Era atractiva para explotadores de recursos naturales; entre éstos constructores de barcos y casas, leñadores, pescadores y agricultores. Desde el punto de vista comercial, las islas nunca estuvieron aisladas, mantuvieron relaciones comerciales con los vecinos. Los pobladores exportaron excedentes agrícolas a Jamaica, Cartagena, países Centroamericanos y la Costa Mosquitia. La base de la actividad económica era la agricultura y el comercio exterior de los productos; sobretodo del tabaco. Productos complementarios eran caña de azúcar, algodón silvestre, la rubia y el índigo. Para la subsistencia se cultivaron diferentes tubérculos y frutas. Otra fuente de ingresos importante la constituían las maderas finas. En la segunda mitad del siglo XVIII, la economía de la plantación se impuso como en todo el Caribe anglosajón. Las principales características del modelo eran: alto nivel de autosuficiencia, garantizando los esclavos la unidad de producción; el comercio exterior para 6 la importación de bienes y la exportación de productos agrícolas provenientes del monocultivo. Esto le permite a las islas insertarse con éxito en el mercado global gracias también a los elevados precios del algodón. A pesar de la fuerte dependencia de las plantaciones, los nativos mantuvieron interés por los recursos marinos y costeros y los bosques. La economía de las plantaciones definió el patrón de asentamientos y viviendas: los primeros plantadores se asentaron especialmente en La Loma (the Hill) y en San Luis, en la costa; mientras que los esclavos establecieron los cultivos en el norte y el este de la isla. Las granjas de los habitantes de San Andrés estaban comunicadas por una red de veredas; no se identificaba aún la configuración de pueblos 9. A partir de la implantación del puerto libre sin planificación alguna, se da un giro en la orientación de la economía; se inicia un ciclo de profundos cambios culturales con tendencia hacia la multiculturalidad. El sector primario fue remplazado por el comercio y el turismo; mientras que la actividad agropecuaria y pesquera se centra en el trabajo individual y el autoempleo, el nuevo orden se centra en el empleo y la dependencia del salario, como fuente de la satisfacción de las necesidades básicas. El nuevo modelo de desarrollo incidió en los cambios en la organización familiar y social. Como consecuencia de la desaparición de la unidad familiar, se pierde el principio de organización social y económica y se debilitan los mecanismos de cooperación económica entre las unidades familiares. 4. LAS MANIFESTACIONES DE LA CULTURA NATIVA Los nativos comparten un idioma, una religión, la pintoresca arquitectura, así como una serie de valores, creencias y costumbres que los diferencian de la sociedad nacional. 10 Es un grupo descendiente de los pobladores originarios: ingleses, escoceses, irlandeses, holandeses, franceses y africanos. Las islas mantenían un constante intercambio cultural con los países de la región – insulares y continentales - y los Estados Unidos, entre otros. Los nativos que migraron en búsqueda de 9 Parsons, James. Op. Cit. Ruiz, María Margarita (1989). Vivienda, asentamientos y migración en San Andrés Islas. 1950 - 1987. En San Andrés y Providencia tradiciones culturales y coyuntura política. Ediciones Uniandes. Bogotá. 10 7 empleo y nuevos horizontes se constituyeron en “embajadores” y “agentes” de las relaciones interculturales. Los deportes, la religión, la música y “los alimentos enlatados” representan la profunda influencia de los Estados Unidos en las actividades cotidianas de los nativos durante el siglo XIX. La iglesia Bautista fue el epicentro de los elementos que otrora otorgaran cohesión a los nativos: la religión, el lenguaje, las formas de organización social y la escuela. Hacia finales del siglo XIX el 95% de la población era bautista y el alfabetismo superaba el 90%. El inglés se convirtió en la fuerza motriz de la identidad cultural y social; se mantuvo como elemento de cohesión a pesar de políticas represivas como estrategia para la imposición del español y la religión católica durante el siglo XX. La lengua de prestigio era el inglés estándar (standard English) que se aprendía en las escuelas Bautistas y los diversos servicios religiosos, como la Escuela Dominical (Sunday School), Escuela Bíblica de Vacaciones (Vacation Bible School), Training Union y las clases bíblicas y de oración semanales. Actualmente los alumnos de padres nativos manifiestan dificultades de fluidez verbal y comprensión de lectura en español; el desarrollo del lenguaje en espa ñol es deficiente, quizá porque el alumno nativo no ha logrado el afianzamiento de su lengua materna. En los alumnos nativos también se observan limitaciones graves para el desarrollo del pensamiento a nivel abstracto y aún para la expresión de sus sentimientos. Bajo estas condiciones, son obvias algunas de las razones por las cuales la educación superior y los exámenes de Estado se convierten en un verdadero desafío. 4.1. Discriminación interétnica La Iglesia Bautista controlaba escuela y religión, los medios de reproducción más importantes de los valores de la élite: ser blanco, de descendencia británica, perfecto dominio del inglés, forma de vestir y accesorios adquiridos en Panamá, vivienda, muebles y artículos decorativos, frecuente participación en los cultos, matrimonio religioso, y “disciplina” moral y ética. La Iglesia Bautista también fue proactiva en el intento de erradicar toda forma de prácticas hechiceras que constituían parte del legado africano 11 y menospreciar el ser negro. 12 Para la cultura popular en cambio, las formas simbólicas de la identidad cultural estaban representadas en la fuerza física, las habilidades para el desarrollo de actividades de mar, 11 Clemente, Isabel (1994). El Caribe insular: San Andrés y Providencia. En historia económica y social del Caribe colombiano. Adolfo Meisel Roca, editor. ediciones Uninorte. Santafé de Bogotá. 12 Ibídem. 8 pesca y navegación, la unión libre y varios hijos de diferentes madres, así como el arte de la palabra. El idioma propio era el “patois”, cuya estructura se origina en África Occidental .13 5. POLÍTICAS DE ESTADO 5.1. Pre Constitución Política 1991 Porque el nativo no se sentía identificado con las manifestaciones culturales del continente Colombiano y porque era “diferente” a la población nacional dominante, el Estado Colombiano promovió e incentivó el poblamiento de las islas con continentales, lo que los nativos consideran fue el inicio de la colonización y colombianización de las islas. De esta forma respondió efectivamente a las preocupaciones de los continentales. En 1943 se prohíbe el uso del inglés en las escuelas y en los documentos públicos . El turismo comercial, los medios de comunicación, los funcionarios públicos monolingües y el cumplimiento de la normatividad colombiana aún desempeñan un papel preponderante para obligar a los nativos a aprender español, aún en edad adulta. Los programas educativos fueron transformados bajo el liderazgo de la iglesia católica a partir del año 1926 y lograron difundir conocimientos y prácticas ajenos al propio que contribuyeron transformar (erradicar) las memorias y tradiciones, incidiendo en la pérdida de la cultura como pieza de cohesión y activación social. La iglesia católica y la escuela vinculadas a la cultura nacional dominantes se convirtieron en la institución aculturadora de la espiritualidad, cultura y organización por excelencia. Se ha remplazado la solidaridad y o comunitario frente a la pobreza y el necesitado; impera el protagonismo personal y las divisiones. Los empleos estaban reservados únicamente para los nativos – “job catholics” - que estaban dispuestos a renunciar a sus creencias tradicionales y religión para convertirse al catolicismo. 5.2. Post Constitución Política 1991 Al nativo se le permitió ser protagonista social y participar en la construcción de la Constituyente y de la Constitución de 1991. El marco constitucional nuevo es reconocido como una condición indispensable para que el país construya una sociedad pluralista como buena práctica de la democracia. Sin embargo pasar del papel a la realidad, requiere intervenciones claras hacia una sociedad insular multicultural. 13 O’Flynn de Chaves, Carol (1990). Tiempo y aspecto en el criollo sanandresano. Ediciones Uniandes CCELA - CNRS. Bogotá. 9 El gobierno nacional se esfuerza en imponer una relación padre-hijo. Pero las protestas y la resistencia de la población residente contra el descuido de sus intereses y la migración incontrolada aumentaron con el correr de los años. En las islas, especialmente en San Andrés se están haciendo fuertes inversiones para fortalecer el turismo y los servicios terciarios que genera una creciente demanda sobre los frágiles ecosistemas y recursos naturales. Las fuerzas motrices e iniciativas son continentales. ¿Se repite el ciclo del modelo implantado con el puerto libre? 5.3. La soberanía La soberanía se ha practicado verticalmente, de abajo hacia arriba (contrario a lo que predica la Constitución Nacional) relegando a un segundo plano la dimensión humana causando la erosión de las manifestaciones de la identidad nativa y lisiando sus capacidades para fortalecer la identidad, mantener la comunidad, realizar sueños y construir futuro. 5.4. El reconocimiento de las diferencias Las islas de San Andrés, Providencia y Santa Catalina han sido percibidas normalmente por los colombianos como “interesantes” pero únicamente como territorios de ultr amar, fronteras o sitios de paseo. Son consideradas marginalmente valiosas, pero difíciles; son híbridos histórico-geográficos “utilizables”, pero se constituyen en un obstáculo para el desarrollo estructural de las islas. El Archipiélago Lejano14 ha sido tratado unas veces con arrogancia, otras con indiferencia y administradas con frecuencia haciendo caso omiso del contexto geográfico (condición de insularidad), cultural y ambiental. Las condiciones particulares del Archipiélago no han sido útiles para diseñar políticas públicas diferenciadas ni para orientar las intervenciones del sector público y privado. Es quizá una de las razones por las cuales los isleños nativos siempre están en riesgo. El mapa mental del Archipiélago Lejano para los continentales es una estructura artificial difusa – metáfora, mito, ficción, caricatura que oscurece, distorsiona y en ocasiones, enceguece al observador sobre lo que en realidad son y como se “ubica” y se “ajusta” al resto del país. 14 Nombre dado a las islas por Enrique Gaviria Liévano. 10 Los nativos perciben que la cultura nativa ha sido perseguida y menospreciada por la mayoría de continentales y extranjeros. La percepción sesgada de los continentales ó de sus expectativas de modelo de islas constituye una barrera conceptual unilateral que a su vez es un sesgo de cualquier proceso que articule cultura y desarrollo del sistema insular. 5.5. Impactos El “desplazamiento” interno del nativo hacia el sur y La Loma (zona alta de la isla de San Andrés). La reducción de oportunidades para el nativo. No encuentra espacio en la nueva sociedad centrada en el empleo. La “desterritorialización”. El nativo pierde progresivamente las tierras que adquieren un alto valor comercial como consecuencia de la implantación del modelo del puerto libre. El creciente paternalismo como estrategia para reducir los impactos negativos de las políticas improvisadas. La desaparición de los sectores primarios de la economía; el pescador y el agricultor se convierte en asalariado del gobierno, en taxista o lanchero. El aumento de la fragmentación de la tierra; ya a inicio de la década de los noventa, el 90% de los predios eran menores de una hectárea. La aparición de fenómenos de robo, lumpenización, miseria, prostitución, etc. Algunas causas son el uso de sustancias psico-activas, el rápido aumento de fenómenos de precariedad social, de marginalidad, mendicidad y de inseguridad ciudadana, incluyendo el porte y uso ilegal de armas con presencia en ambas Islas, pero con mayor severidad en la Isla de San Andrés. Las manifestaciones de una realidad cultural y étnicamente plural son las que dominan la sociedad local. Sin embargo para los isleños nativos esta transformación conllevó a la pérdida de los procesos de toma decisiones, la marginalización y la desvertebración social. “El nativo asocia la pérdida de la identidad cultural y la subvaloración de su cultura por parte de continentales residentes y de la maquinaria estatal con los cambios poblacionales, la aparición de tugurios y el desplazamiento territorial del isleño.”15 En la búsqueda de responsables, se “señala” al caudillismo y clientelismo, es decir a las “malas prácticas políticas” de compraventa de votos para la consecución de empleo, becas y vivienda, importadas del continente. 15 Estrada, Rafael. Isla de San Andrés: diagnóstico poblacional. CORALINA. San Andrés, isla. 1997. 11 6. EL NUEVO ORDEN INSULAR 6.1. Potencialidades La diversidad cultural es una forma superior de capital que poseen las islas para la puesta en marcha de procesos etno-educativos para la formación de una sociedad multicultural con una población multicultural y multilingüe de alta calidad, con capacidad para la gestión institucional y social y la generación de empleo que requiere el Archipiélago para solucionar sus problemas más graves. Dado que la diversidad cultural es un valor agregado para una región, es crítico resaltar el componente socio-cultural de la soberanía; hacerlo, permitiría construir puentes entre las culturas presentes en las islas para actuar hacia el futuro basados en principios de convivencia, diversidad y tolerancia y afrontar con éxito los problemas de la sociedad insular multicultural. El inglés - estándar ó criollo - para garantizar el desarrollo del pensamiento a nivel abstracto y la expresión de los sentimientos del nativo. El bilingüismo (diferente al inglés como idioma extranjero) como herramienta productiva e iniciativa sofisticada para el emprendimiento y la creación de oportunidades sofisticadas. Las fortalezas de cada cultura para construir procesos de desarrollo y proponer soluciones innovadoras a problemas estructurales que afectan a todos por igual. 6.2. Debilidades La falta de oportunidades y el aumento de los niveles de pobreza. Hoy en las Islas hay menos oportunidades y empleo y la calidad de vida ha desmejorado. Recortes severos en la planta de personal de la Gobernación y de la Alcaldía en los años 1999 y 2000 respectivamente, en respuesta al proceso de ajuste fiscal, al cual están sometidos empeoraron la ya crítica situación económica. El desempleo está calculado en un de 53.6%. En los últimos años se observa un incremento promedio anual de 1.600 personas en situación de pobreza, según datos correspondientes a actualizaciones por demanda de usuarios del SISBEN, ya sea por nacimientos, cambios demográficos, o inclusión de personas que no se registraron en el sistema en la fase de encuesta masiva. Al comparar los niveles de pobreza 12 por año, se observa una disminución de la cantidad de personas registradas en el nivel 4, y un incremento de personas en los niveles de miseria y pobreza. La falta de pertinencia del sistema educativo. Según la ley 115 de 1994 la educación es un “proceso permanente, personal, cultural y social que se fundamenta en una concepción integral de la persona humana, de su dignidad, de sus derechos y de sus deberes” 16. Por otra parte, para la Organización de las Naciones Unidas, “La educación para los grupos étnicos hace parte del servicio público educativo y exige al sistema el reconocimiento de la condición de pluralidad de la sociedad en conjunto, con propuestas pedagógicas que permitan, cada vez más, dar respuestas incluyentes a las múltiples expresiones de la diversidad…” 17. La educación se convierte entonces en motor del desarrollo de la sociedad; es un derecho fundamental, pero también es componente de los derechos sociales y económicos de las personas. La educación que se imparte en las islas no tiene relación con la realidad multicult ural, étnica, la condición de insularidad ni la ambiental; la Cátedra de Estudios Afrocolombianos (creada en cumplimiento de la Ley 70 de 1993) no es conocida ni reconocida por los funcionarios públicos; los desarrollos a nivel insular han sido bajos. La desvertebración social genera un clima de preocupación e incertidumbre ante el futuro. Genera un cierto distanciamiento hacia la clase dirigente de las Islas. Se refuerza así la introspección social, la desconfianza de los jóvenes hacia la sociedad y las p osturas defensivas frente a “los de fuera”, los foráneos, a los que muchas veces se tiende a imputar problemas que se gestan en la propia sociedad isleña, o que se derivan de las fuertes desigualdades existentes. Según un estudio de competitividad hecho por el Ministerio de Desarrollo en el año 2003, “la fragmentación entre gobierno, corporaciones públicas, sector privado y la comunicad en general dificulta la búsqueda de consensos, la consulta a los distintos actores, la unión de esfuerzos y el trabajo colectivo.”18 Una economía débil. Las islas aún no están en capacidad para ofrecer productos/servicios diferenciados y sofisticados, atraer clientes sofisticados, nichos de mercado atractivos, estrategias difíciles de imitar por otros y difíciles de deshacer, así como alianzas que complementen las ventajas regionales. 19 16 COLOMBIA. Artículo 1. Ley115 de 1994. Educación COLOMBIA, Ministerio de Educación Nacional. (2005). “Lineamientos de Política para la Atención Educativa a poblaciones vulnerables. Bogotá. 18 Ministerio de Desarrollo Económico. Hacia la competitividad de San Andrés. Desarrollo de ventajas competitivas y prosperidad. Informe Final. Christine Ternent. 2002 19 ibídem 17 13 7. LA VISION DE FUTURO ¿Qué pasos debe tomar la sociedad Sanandresana para que la variedad cultural sea un aporte a la tolerancia y el desarrollo regional y en consecuencia del país. ¿Qué políticas de Estado se necesitan para crear las condiciones e impulsar la multiculturalidad en el Archipiélago? Para el pesimista no hay esperanza; la cultura, el entorno natural, los ecosistemas serán afectados (abrumados) y destruidos, en el mejor de los casos modificados sustancialmente. Pero para los que afirman “esta es mi casa, es mi tierra nativa”, es posible construir un futuro cuyos valores, identidad y condición de isla tienen un significado especial: son una promesa, es más una oportunidad para generar una nueva visión de las islas. Es necesario incorporarse y no esperar a ser incorporado. El rompimiento del círculo vicioso producto de la confrontación permanente y paralizante en la que vive la sociedad Sanandresana mediante intervenciones proactivas con resultados tangibles a corto, mediano y largo plazo para demostrar que es posible y viable trabajar conjuntamente en beneficio de una visión. Una condición sine qua non es el multiliderazgo y la responsabilidad por parte de todos los sectores y actores de la vida local.20 Las familias nativas deben hacer esfuerzos adicionales por mantener el patrimonio humano, histórico y cultural que marca la diferencia, que ha creado identidad durante varias generaciones; en el seno de las unidades familiares se debería continuar enseñando las costumbres, el idioma y los valores a las nuevas generaciones para recuperar la autoestima que permite visualizar la creatividad, la identidad y las potencialidades.21 Las islas requieren una verdadera revolución ética cuya base es la educación multicultural y la implementación de correctas políticas culturales. 7.1. Propuestas de nuevas políticas de Estado La integración no debe afectar, sino enriquecer la cultura nativa. Por ello es necesario diseñar políticas públicas para rescatar y fortalecer la cultura nativa. El atractivo turístico de islas como San Andrés, Providencia y Santa Catalina es fortalecida cuando existe una cultura nativa fuerte y arraigada que se expresa en su música, lenguaje, arquitectura, arte, historia y sitios históricos, artesanía, etc. Además, una cultura fuerte y viva, tiende a mejorar el compromiso cívico al promover el sentido de pertenencia en lo que es nativo. 20 21 ibídem Plan Integral de Largo Plazo para la Población Negra, Afrocolombiana, Palenquera y Raizal. DNP. 2007 14 La promoción de las industrias culturales - la artesanía y el arte. Cualquier esfuerzo en este tema, llevaría a conocer y fortalecer el atractivo de San Andrés. Sólo una cultura viva, a la vez fiel a sus orígenes y en estado de creatividad en el arte, la literatura, la filosofía, la espiritualidad, es capaz de soportar, enriquecerse y dar sentido al encuentro entre culturas. “Programas que además del bienestar social incluyen variables de pertinencia étnica y fortalecimiento institucional con el propósito de disminuir la brecha entre las grandes desigualdades sociales y la situación de pobreza que afecta a la población nativa.”22 La promoción y ejercicio de la interculturalidad en las relaciones con otros sectores de la población y con el Estado, bajo la consideración de que el respeto a la diversidad étnica y cultural es una de las bases de la democracia. El gobierno desempeña un papel preponderante clave y debe adoptar una postura responsable frente al tema. Esto implica el ajuste de la institucionalidad para que las instituciones públicas que tienen presencia en las islas cumplan sus obligaciones éticas y jurídicas respecto a la satisfacción de los derechos de todas las personas radicadas legalmente . Pero también el desarrollo pleno del artículo 310 de la Constitución, mediante la promulgación del Estatuto Raizal. Mejorar las bases del desarrollo social en San Andrés requiere suavizar la evolución y reequilibrar la composición de la población, facilitar la integración de los más jóvenes, mejorar la convivencia social y favorecer los niveles de vertebración social , consensos y la seguridad ciudadana. 7.2. Sostenibilidad de la estrategia La sostenibilidad de la estrategia dependerá entre otros de los siguientes elementos: Enfoque de derechos humanos, es decir que el Estado Colombiano garantice hasta el máximo de sus posibilidades la realización de los derechos humanos de las culturas que hoy conforman la población insular, incluyendo los Derechos Económicos Sociales y Culturales 22 Razonamiento productivo para crear sinergias, desarrollar multiliderazgos y asumir responsabilidades Ibídem 15 Distribución más equitativa de beneficios entre todos los sectores y grupos poblacionales Una economía local que responda a los derechos sociales y económicos de la población y a las oportunidades locales, de la región del Gran Caribe e internacionales El establecimiento de un sistema educativo multicultural y pertinente que responda a las necesidades del habitante insular. 8. DISCUSIÓN La clave de la política de integración de un Estado centralista como el colombiano desde 1886 ha sido la homogenización como estrategia para mantener la unidad nacional, incluyendo la asimilación de las ideologías culturales y económicas “dominantes”. En ese Estado no había espacio para construir la unidad en la diversidad y, por tanto, la integración de los pueblos y comunidades. Se prohíbe a la población hablar inglés, la toponimia es sustituida por nombres en español. En el año 1950 como manifestación pública del nuevo orden, se queman las biblias protestantes por ser doctrina diferente a la católica y estar escrita en lengua distinta. En el Archipiélago se ha evidenciado desde principios de la presente década el agotamiento de un modelo de desarrollo sustentado en actividades económicas turísticas y comerciales sin planificar y cortoplacistas. Este modelo ha dejado secuelas en el medio ambiente, en los recursos naturales y en el medio socio-cultural: deterioro ambiental y una desintegración de los grupos sociales, étnicos y culturales que habitan en el archipiélago. El hacinamiento es consecuencia de la alta densidad; crea animosidad y conflictos y previene relaciones amigables y saludables entre las personas y los grupos de personas. Hace cincuenta y cinco años, cuando se implantó el puerto libre de San Andrés, no se previeron sus consecuencias ni se diseñó el futuro que necesitaban las Islas en los diferentes campos, no se asignó valor a las creaciones inmateriales, a las expresiones de la vida cotidiana y espiritual. Por esta razón, se ha debilitado el patrimonio del nativo; el acervo material, inmaterial y natural del cual el nativo hace uso para enfrentar sus problemas, realizar sus sueños, y para construir identidad, comunidad y futuro. Esta situación ha permitido la implantación de antivalores que contribuyeron a cambios profundos en las Islas, y a la construcción de un escenario cada vez más complejo. Se podría coincidir entonces en que la clave del futuro en San Andrés, Providencia y Santa Catalina se sitúa hoy en la capacidad de raizales, continentales y extranjeros de vislumbrar el alcance de las transformaciones en marcha, de adelantarse a los acontecimientos, y de diseñar una estrategia de desarrollo adaptada al contexto cultural local; capaz de recuperar y fortalecer 16 la cultura nativa y abordar la “isla” multicultural como alternativa para enfrentar los retos actuales. 9. CONCLUSIONES La falta de visión de gobernantes y gobernados es la principal causa del l a incertidumbre ante el futuro. Las propuestas sobre el presente y futuro del Archipiélago deben partir de la realidad actual y del reconocimiento de la cultura nativa como patrimonio cultural vivo del pueblo nativo de las islas de San Andrés, Providencia y Santa Catalina y del país. Debe involucrar a la población nativa en la búsqueda de soluciones, en el marco de una relación más estrecha entre los ciudadanos y el Estado a través de la dignificación de las manifestaciones culturales tradicionales. Estrategias cuyo énfasis sea la diversidad y en acciones para la recuperación, valoración y difusión de sus valores. El uso del componente socio-cultural de la soberanía permitiría superar las barreras que imponen los puntos de vista convencionales y construir puentes entre la sociedad multicultural local basados en principios de convivencia, diversidad y tolerancia. Una sociedad en la cual haya espacio para la diversidad. Los ejercicios de planificación deben contemplar el respeto por las diferentes culturas locales; encontrar formas para entenderlas e incorporarlas en las políticas, planes y programas de desarrollo regional.