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Grietas en 'la fábrica del mundo' Millones de emigrantes chinos se ven obligados a regresar a sus pueblos, debido a la caída de actividad y el cierre de empresas por la crisis JOSÉ REINOSO - Dongguan - 13/01/2009 – El País La enorme plaza que da entrada a la estación de tren de Guangzhou, capital de la provincia sureña de Guangdong, es un hormiguero a las siete de la tarde. Cientos de emigrantes descansan en el suelo, junto a los fardos en los que se aprietan sus pertenencias. Rostros hastiados, miradas perdidas. Los restos de comida, bolsas de plástico y hojas de periódicos hablan de largas horas de espera. Bajo el eslogan "Continúa el proceso de apertura y reforma", una pantalla gigante rompe la noche con imágenes de playas paradisíacas y aguas turquesas. Una visión muy distinta de la realidad de estos antiguos campesinos, que se han visto obligados a regresar a sus pueblos ante la falta de actividad o el cierre de las fábricas en las que trabajaban en el delta del río Perla -el principal centro manufacturero del paísa causa de la crisis. Chen Jian (nombre ficticio), de 23 años, llegó a la estación hace 13 horas. "La fábrica de maletas en la que trabajaba tenía hace unos meses entre 5.000 y 6.000 empleados. Eran 10 horas al día, siete días a la semana. Ahora no da para más de cinco horas, tres o cuatro días a la semana, y el salario ha bajado de unos 2.000 yuanes [210 euros] a 1.300. No nos han despedido, simplemente han reducido el número de horas, y ya no compensa", afirma este nativo de la provincia de Sichuan. La situación se reproduce entre muchos de los viajeros que esperan la salida de sus trenes bajo la mirada de los policías que recorren la plaza. Forzados por la falta de tajo, han decidido irse a sus casas a pasar las fiestas de Año Nuevo chino semanas antes de lo que lo habrían hecho normalmente. "Llevo cuatro o cinco años en Guangdong. A veces, trabajábamos 21 horas diarias. Pero desde septiembre, la cosa se ha hundido", dice un chico de 20 años de la provincia de Yunnan, acuclillado junto a su hermana. "Después de las fiestas, decidiré si vengo otra vez". El proceso de reforma y apertura lanzado por Deng Xiaoping hace 30 años ha convertido China en la fábrica del mundo. Pero el desplome de la demanda extranjera, especialmente de Estados Unidos, le ha asestado un duro golpe. Las exportaciones cayeron un 2,8% en diciembre, la mayor caída en diez años. Ya retrocedieron un 2,2% en noviembre, la primera vez que experimentaban un descenso en más de siete años. Miles de empresas han echado el cierre. La crisis se ha sumado al efecto que las mayores exigencias de calidad, leyes laborales y medioambientales más estrictas, y la apreciación del yuan ya estaban teniendo. El presidente chino, Hu Jintao, ha asegurado que China se enfrente este año a una situación "muy sombría" en el empleo, y que afrontar la crisis va a ser una "una prueba de la capacidad del Partido Comunista Chino para gobernar". El Gobierno prevé un 8%. El Fondo Monetario Internacional y el Royal Bank of Scotland pronostican un 5%, la peor cifra desde la revuelta de Tiananmen. La ralentización económica podría forzar el cierre de un 20% de las fábricas de Guangdong, provincia responsable del 12% del PIB chino, según algunas organizaciones laborales provinciales. Algunos economistas estiman que 20 millones de emigrantes de los 160 millones con que cuenta el país podrían verse obligados a regresar a sus pueblos este año. El Gobierno ha fijado como "prioridad absoluta nacional" mantener el crecimiento para crear empleo, y ha reaccionado con medidas tajantes ante el riesgo de que se dispare la inestabilidad social. A principios de noviembre, aprobó un plan financiero por valor de cuatro billones de yuanes (420.000 millones de euros) hasta 2010 para reactivar la economía, impulsar el consumo interno y reducir la dependencia de las exportaciones, que representan el 40% del PIB nacional; y ha pedido a los empresarios que no lleven a cabo despidos masivos. El impacto de la crisis se nota incluso en la propia capital de Guangdong. En los comercios de la calle Shang Jiu, una de las más animadas de Guangzhou (antigua Cantón), flotan los carteles anunciado saldos. "La crisis empeora. La fábrica ha cerrado. Juego completo de sábanas por 50 yuanes [5,2 euros]", dice uno. "Cazadoras de piel. Antes, 1.280 yuanes. Ahora, 99. Para pagar los créditos de la factoría", señala otro. ¿Realidad o herramienta publicitaria? Sea lo que sea, el hecho es que los clientes no compran, según explican los vendedores, y las existencias se acumulan en los estantes. Dongguan, espejo de la crisis Para palpar cómo está afectando el parón mundial a China, lo mejor es viajar a Dongguan, 60 kilómetros al este de Guangzhou, más que una ciudad, un taller infinito. Todas las carreteras que conducen a Dongguan -cuya municipalidad ha pasado de 1,1 millones de habitantes en 1978, a 8,7 millones en 2007- están flanqueadas de fábricas. Algunas son grandes complejos industriales con varias decenas de miles de operarios, otras, talleres familiares. Aquí se producen desde componentes electrónicos a juguetes, zapatos, relojes, ropa o adornos navideños. Todos esos artículos que, gracias a su bajo precio, han inundado el planeta y han permitido a China convertirse en la cuarta economía del mundo. El cielo gris, los inmuebles ocres, la continua sucesión de áreas industriales, y los monos de trabajo colgados en los balcones de los edificios de dormitorios anexos a las fábricas imprimen un aire triste a la región. Pero muchos de esos uniformes de trabajo ya no se balancean al aire. Muchos talleres han dejado de producir y los bloques de dormitorios de siete u ocho plantas se elevan sin inquilinos, como gigantes dormidos. Sólo en octubre, cerraron 700 empresas en Dongguan. El Gobierno de Guangdong pretende elevar el nivel tecnológico de las empresas en la provincia, de ahí que haya impulsado también el desplazamiento de algunas compañías hacia el interior del país. "Vaciar la jaula para dejar sitio a los nuevos pájaros", ha dicho Wan Qingliang, vice gobernador provincial. En una de las calles de la ciudad, duerme un taller que ni siquiera ha sido estrenado, sorprendido a contrapié por la crisis. Sobre las paredes de las factorías huecas, se repiten la frase 'Se alquila' y números de teléfono escritos en carteles de intenso color rojo. "El empresario que la tenía arrendada desde hacía más de tres años la desmontó hace dos semanas, debido a la crisis. Esperemos que, tras el Año Nuevo chino [que comienza el 26 de enero], la gente regrese para continuar los negocios", dice Wang, una mujer que contesta a uno de estos números. Las fábricas que no han cerrado han disminuido la actividad, y sus trabajadores se ven obligados a permanecer en los dormitorios o a deambular ociosos por la ciudad, en la que, aparte de tiendas, restaurantes y karaokes, hay poco más. "Sólo trabajamos cinco horas diarias de lunes a viernes. Y, en los dormitorios, que son de ocho o 10 personas, ahora estamos cuatro o cinco", explica Wang Shuang, una chica menuda de 19 años, mientras pasea por un mercadillo acompañada de su hermana gemela, Wang Fang. A pesar de que ganan menos, las dos chicas han decidido aguantar en la empresa de componentes electrónicos, ya que en su pueblo de la provincia de Guizhou, una de las más pobres de China, hay poco que hacer. "Tras las fiestas, volveremos. Esto es más desarrollado", dicen, enfundadas en unos vaqueros ajustados. "Para estos emigrantes, es muy difícil retomar el trabajo y el estilo de vida que tenían antes de dejar sus pueblos", asegura Yuen Pau Woo, presidente de la Fundación Asia Pacífico de Canadá. "Sin embargo, el paquete de estímulo fiscal [aprobado por Pekín] puede crear empleos en otras áreas, especialmente zonas rurales y ciudades secundarias". La amenaza del paro El fantasma del paro es una de las mayores preocupaciones del Gobierno, ya que la precariedad del sistema de seguridad social y el coste de la Educación y de la Sanidad convierten la falta de trabajo en una bomba de relojería en este país de 1.300 millones de almas. Desde que comenzó la crisis, se han multiplicado las protestas, debido a las irregularidades cometidas en el pago de los salarios y las indemnizaciones por algunos empresarios, y a la inquietud por el futuro. Para el Partido Comunista Chino, que ha buscado, en buena parte, legitimarse en el poder con el rápido progreso del país, está en juego, también, su propia supervivencia. Una de las empresas en las que se han registrado protestas es Jiang Rong, que se dedicaba a la fabricación de bolsos y maletas. Su propietario, taiwanés, desapareció el 15 de diciembre sin previo aviso -una práctica común en Guangdong-, adeudando dos meses y medio de salario a los 300 trabajadores, y tres meses de alquiler de la fábrica y las facturas de agua y electricidad. Los empleados se echaron a la calle para pedir a las autoridades locales sus sueldos, pero éstas contestaron que sólo les pagarían el 60% de lo adeudado, como reza un cartel pegado a la puerta de la factoría y explica, también, Dai Houxue, de 30 años, original de Guizhou, que trabajaba desde hacía tres años en Jiang Rong. Tras reclamar en vano los salarios completos al departamento de Trabajo, los empleados se dirigieron en manifestación a las oficinas del Gobierno local. Pero fueron recibidos a golpes por la policía. El 24 de diciembre, la fábrica dejó de dar comidas, y, tras 10 días de protestas, los trabajadores se resignaron, cogieron lo ofrecido y se marcharon. Salvo unos cuantos. "A tres no nos dieron ni siquiera el 60% que nos correspondía", afirma Dai, quien, probablemente, fue castigado de esta forma por haber sido uno de los cabecillas de las reivindicaciones. "Me deben aún más de 500 yuanes, y no me iré hasta que me los paguen. La televisión dice que el Gobierno central ayudará a las fábricas por la crisis. Pero, ¿dónde va el dinero? Seguro que se lo quedan los funcionarios locales. Todo esto es muy oscuro", asegura. Al otro lado de la verja, varios obreros enviados por los dirigentes locales sacan pertenencias de los talleres y las cargan en un camión. Desorientados ante la quiebra de su negocio o la pérdida de empleo, empresarios y trabajadores acuden a veces en busca de consejo a Zhou Qingfang, un adivino, experto en geomancia y curandero, que ofrece sus servicios en una calle de Dongguan. "Me preguntan qué socio buscar, qué hacer tras quedarse sin empleo, y yo, en función de su nombre, la fecha de nacimiento, o su elemento chino, les sugiero la dirección que deben seguir", dice este hombre de 70 años, quinta generación familiar de videntes. "Hace unos meses, venían 10 o 20 personas al día. Ahora, son más de 30", dice Zhou, que cobra 20 yuanes por consulta y trata igualmente problemas de infertilidad, impotencia o dolores de muelas. Un centenar de kilómetros al sureste, en el puerto de Shenzhen, fronterizo con Hong Kong, y una de las principales vías de salida de mercancías de la fábrica del mundo, se percibe también claramente la crisis. El tráfico de mercancías ha disminuido sensiblemente. "Desde principios de septiembre, salen muchos menos contenedores. La actividad ha caído más de un 30%", asegura Zhang Qingshen, empleado en una de las empresas que opera en la terminal internacional de contenedores de Shekou. A un centenar de metros, una grúa carga un mercante de color verde con lentos movimientos. "Antes pasaban delante de ese muelle muchos buques cada día. Ahora, no veo más de dos o tres en 24 horas", dice. El Banco Mundial prevé que la economía china crezca un 7,5% en 2009, el valor más bajo de los últimos 19 años. © Diario EL PAÍS S.L. - Miguel Yuste 40 - 28037 Madrid [España] - Tel. 91 337 8200 © Prisacom S.A. - Ribera del Sena, S/N - Edificio APOT - Madrid [España] - Tel. 91 353 7900 Imprimir ENTREVISTA: David Dollar Director del Banco Mundial en China "Millones de trabajadores van a perder sus empleos" JOSÉ REINOSO - Pekín - 13/01/2009 David Dollar ha podido constatar con sus propios ojos la tremenda transformación que ha experimentado China en las dos últimas décadas. Llegó por primera vez a Pekín en 1986, para trabajar como profesor de Economía en la Academia de Ciencias Sociales, donde estaba integrado en una unidad de trabajo y recibía cupones de racionamiento. Este estadounidense de 54 años califica de "revolucionarios" e "increíbles" los cambios que ha vivido el país desde que Deng Xiaoping lanzó el proceso de reforma y apertura hace 30 años. Dollar asumió en 2004 el cargo de director de la oficina del Banco Mundial en Pekín, un observatorio privilegiado para captar el pulso económico del país. Asegura que "millones de trabajadores van a perder sus empleos" en China debido a la crisis mundial, pero cree que el país dispone de las herramientas necesarias para salir bien parado del desafío. Pregunta. ¿Cómo ve la crisis en China? Respuesta. Está teniendo un gran efecto. Está afectando a las exportaciones, que bajaron en noviembre. El sector inmobiliario y la construcción han caído drásticamente. Esto tiene un impacto sobre otros sectores de la economía. Es un momento realmente peligroso, con un efecto multiplicador. Millones de trabajadores van a perder sus empleos por la crisis. P. China aprobó a principios de noviembre un plan de estimulación de la economía por valor de cuatro billones de yuanes (420.000 millones de euros) hasta 2010. ¿Es suficiente? R. El tamaño del plan es correcto. Lo importante será su composición. Algunas partes han sido anunciadas. Muchas son grandes proyectos de infraestructuras, que están bien, y en seis meses producirán efecto. Pero la cuestión ahora mismo es que muchos trabajadores de los sectores exportadores van a perder sus empleos, y los proyectos de infraestructuras no salvan puestos de trabajo en la exportación. China tiene una red de seguridad bastante bien diseñada. Dotarla de fondos es la medida de estímulo más eficaz en este momento, porque los desempleados que reciban algún tipo de ingreso mínimo gastarán el dinero. P. ¿Cuánto va a durar esta difícil situación en China? R. Es imposible predecirlo, pero el escenario más probable es que comience a salir de la crisis dentro de seis meses, debido a un ligero repunte de Estados Unidos y a que el plan de estímulo chino comenzará a tener efecto sobre la creación de puestos de trabajo, y generará más demanda doméstica. Estimamos que el PIB crecerá un 7,5% en 2009. P. ¿Qué ocurrirá si la crisis se prolonga dos o tres años? R. Incluso con una ralentización más larga de lo esperado, China tiene las herramientas para crecer al 7% anual, independientemente de lo que ocurra a la economía mundial. P. ¿Son estas herramientas el superávit fiscal y las cuantiosas reservas de divisas extranjeras? R. Si, pero lo importante es cómo se gasta el plan de estímulo fiscal, porque cuando salgamos de ésta, China necesita tener otro modelo de crecimiento. Nunca más las exportaciones jugarán el papel que han jugado en el pasado. China debe generar más demanda doméstica. P. ¿Cuál es el principal logro de Pekín en estos 30 años? R. La reducción de la pobreza. Al comenzar las reformas, China era más pobre que el África sub sahariana. Pero en este tiempo ha sacado a más de 500 millones de personas de la pobreza. Todavía hay muchos problemas en la sanidad rural, pero la situación es mejor que en la mayoría de los países en desarrollo. Alrededor de 100 millones de personas viven en China bajo el umbral de la pobreza según el criterio del Banco Mundial (paridad de poder de compra de un dólar diario). El Gobierno chino utiliza un valor aproximadamente la mitad de éste. P. ¿Ha tenido el proceso de desarrollo chino efectos negativos? R. No, para mí. P. ¿Y las desigualdades sociales, los problemas medioambientales, la corrupción? R. China ya tenía problemas medioambientales muy graves cuando inició las reformas económicas, por ejemplo de deforestación. En este aspecto, la situación ha mejorado. En lo que respecta a la contaminación atmosférica, empeoró entre 1978 y 1988, ya que creció la cantidad de carbón quemado para producir energía. Pero ahora, el aire es mucho mejor que hace 30 años. La contaminación del agua sí ha empeorado, pero han comenzado a tomar medidas. Respecto a las desigualdades, es inevitable que crezcan cuando se inicia un proceso de reformas. En China existen restricciones al movimiento de la gente, lo que hace que se mantengan las diferencias de nivel de vida entre las zonas urbanas y las rurales. Pero es sorprendente que las desigualdades hayan seguido aumentando los 10 últimos años. En los baremos internacionales de corrupción, China se encuentra en el lugar que se esperaría por su renta per cápita, y no parece desincentivar a los inversores extranjeros. P. Muchos apuntan a China, que es un país en desarrollo, para que ayude al mundo a salir de la crisis. Parece una paradoja. R. No es realista. El consumo de los hogares en China representa un tercio del PIB. Los chinos no van a pasar de la noche a la mañana a consumir el doble. China no puede sustituir a Estados Unidos como mayor motor de demanda de la economía mundial. Es aún un país bastante pobre. Lo mejor esperanza para la economía mundial es que se produzcan ajustes en varios países, como Japón, Brasil, India. Los mercados emergentes pueden reorientar su crecimiento para basarlo más en la demanda doméstica. P. Los chinos no consumen por la falta de una red de seguridad, el coste de la Sanidad y la Educación, entre otros. R. Se han hecho muchas cosas para crear una red de seguridad (programas de salario mínimo, subsidio de paro). Desgraciadamente, en Sanidad no se ha hecho gran cosa. China necesita reforzar el sistema sanitario, desarrollar seguros sanitarios tanto en el campo como en las ciudades. Pero esto no se lleva a cabo en un año. Lo más práctico ahora es poner dinero en las manos de los desempleados, y dedicar más a Sanidad y Educación. La gente se sentiría así más segura y destinaría sus ingresos a otras cosas. P. ¿Debe China contribuir con más fondos al Banco Mundial? R. China tiene una gran cantidad de reservas de divisas y va a acumular más. Va en su propio interés poner algunas de estas reservas a disposición de otros países en desarrollo. P. China es el mayor propietario de deuda pública estadounidense. ¿Está en cierto modo EE UU en sus manos? R. Yo no diría eso. Se llama dependencia mutua. P. ¿Puede China mantener sus altos ritmos de crecimiento? R. Básicamente, sí. Pero crecimientos del 10% son un fenómeno de países de bajos ingresos, en proceso de industrialización. Ahora es un país de ingresos medios, y tiene las herramientas para crecer a un 7% u 8% anual. P. ¿Cuándo superará a EE UU y se convertirá en la primera economía del mundo [actualmente es la cuarta]? R. Las estimaciones son que se produzca alrededor de 2035, pero su renta per cápita será cuatro veces inferior a la de Estados Unidos, dado que su población es aproximadamente cuatro veces mayor. P. ¿Qué le trasladó el primer ministro chino, Wen Jiabao, al presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick, durante su reciente encuentro en Pekín? R. Que China es consciente de la gravedad de la situación global y de su efecto en la economía china -incluida la pérdida de muchos empleos-, y que el Gobierno está comprometido a tomar rápidamente las medidas que haga falta. P. ¿Sería una crisis larga un desafío para la estabilidad política en China? R. Una crisis larga sería un riesgo para cualquier Gobierno en cualquier parte del mundo. Deterioro del mercado laboral EE UU perdió 2,6 millones de empleos en 2008 Hay 11 millones de estadounidenses sin empleo.- La tasa de desempleo se sitúa en el 7,2%, pero Obama alertó ayer de los riesgos de alcanzar cifras de dos dígitos ELPAÍS.com 09/01/2009 – El País La economía de Estados Unidos perdió 2,6 millones de empleos durante 2008, la peor cifra desde el fin de la II Guerra Mundial en 1945, según ha informado hoy el Departamento de Trabajo. Según estos datos, además, EE UU mandó a las listas del paro a 524.000 personas el pasado mes de diciembre, lo que sitúa la tasa en el 7,2%, la más desde 1994, cuando el país aún se recuperaba de la recesión de principios de los noventa. En noviembre, el desempleo estaba en el 6,8% y en abril en un lejano 5%. El 40% de la pérdida de empleo en EE UU durante el último año se ha dado entre octubre y diciembre. En total hay 11 millones de estadounidenses sin empleo tras un año consecutivo de aumento del desempleo. Obama aboga por una "fuerte" intervención en la economía para evitar una recesión que dure "años" La recesión causa una oleada de despidos en EE UU y Europa Según los analistas, esta aceleración en la pérdida de empleo (un millón en dos meses) pronostica una prolongación de la recesión hasta al menos el principio del verano, lo que la convertiría en el mayor periodo de recesión de la historia de la economía estadounidense. Es sólo la quinta vez en los últimos 58 años que se pierden más de medio millón de empleos en un mes. Aunque los datos que se esperaban eran malos, el Dow Jones ha abierto a la baja y a las 15.45 hora peninsular perdía cerca de un 1%. Ayer mismo, en su discurso en la Universidad George Mason en Fairfax (Washington), el presidente electo Barack Obama alertó del riesgo de que Estados Unidos llegue a un paro de dos dígitos si no se actúa rápidamente contra la crisis. En los ultimos meses se han sucedido los malos datos para la economía estadounidense. El caso del expediente de empleo de la multinacional del aluminio Alcoa , que dejará sin trabajo a 13.000 personas, es el último ejemplo. Además, ante la crisis, los estadounidenses han reducido su consumo, la caída de las ventas de coches es solo un ejemplo, lo que se ha reflejado en índices de producción manufacturera historicamente bajos y esto, irremediablemente, termina afectando al empleo. La recesión causa una oleada de despidos en EE UU y Europa El desempleo crece en Alemania por primera vez en tres años SANDRO POZZI - Nueva York - 08/01/2009 – El País La recesión enseña su cara más siniestra en el mercado laboral. Una nueva oleada de despidos ha sacudido Estados Unidos y Europa en diciembre pasado, y las grandes multinacionales preparan más ajustes de plantilla como el anunciado ayer por la siderúrgica Alcoa para más de 13.000 trabajadores. En Estados Unidos las empresas del sector privado eliminaron 693.000 puestos de trabajo en diciembre, por lo que la tasa de paro se situará por encima del 7% ese mes. El dato oficial de empleo de cierre de 2008 se conocerá mañana, y en Wall Street anticipan que será malo. En noviembre los parados sumaban ya 10,3 millones. En Alemania, hasta ahora el último reducto europeo donde se creaba empleo, se ha roto la tendencia. En diciembre, el número de desempleados se aumentó en 18.000 personas, en lo que supone el primer incremento del paro desde febrero de 2006. En España, el dato del paro se conocerá hoy. Se da por seguro que se superará la barrera de tres millones de parados, y se cierre 2008 con una tasa de entre el 13% y el 13,5% La pérdida de empleos afecta a todas las empresas, da igual el sector o su tamaño. El gigante industrial Alcoa se sumó ayer a una lista que ya integran AT&T, DuPont, 3M o DowChemical, al anunciar que va a eliminar 13.500 empleos, el equivalente al 13% de su plantilla global. El ajuste del productor de aluminio puede afectar a la planta en Sabiñánigo, que emplea a 180 personas, aunque no lo hará en los centros que la multinacional posee en Asturias y Galicia. El epicentro de esta crisis está en el sector financiero, donde se habla de 250.000 despidos. Barclays, que acaba de hacerse con parte de la quebrada Lehman Brothers, prevé 400 nuevos despidos en Reino Unido. Y los empleados de IBM temen que la recesión se lleve por delante hasta 16.000 empleos. Y entre tanto van creciendo los temores sobre la suerte en el comercio, donde pasada la temporada de compras navideñas se espera una oleada de bancarrotas y liquidaciones. La británica Marks & Spencer eliminará 1.230 empleos, el 1,6% de la plantilla. En Estados Unidos, la consultora laboral Challenger, Gray & Christmas calcula que los despidos anunciados por las empresas son un 275% mayores que hace un año. La última vez que se vivió una situación similar fue en 2003, cuando el mercado laboral arrastraba con las consecuencias de la recesión de 2001. Y advierte que los recortes de plantilla serán notables hasta la segunda mitad 2009. Los analistas cuentan ya que la recesión acabe con cuatro millones de puestos de trabajo en EE UU, y la tasa de paro supere el 9% antes de verse una estabilización en la economía. El presidente electo Barack Obama urgió a los legisladores en Washington para que aprueben su plan bianual de reactivación, con el que busca "crear o salvar" hasta tres millones de empleos. Su iniciativa incluye medidas para ampliar los subsidios al desempleo y que los Estados dispongan de un fondo de 7.000 millones de dólares (5.100 millones de euros) para ampliar la cobertura de desempleo.