Download 1 La comprensión de tus necesidades personales
Document related concepts
Transcript
1 La comprensión de tus necesidades personales J ack Patterson, un agente comercial inmobiliario que rondaba la treintena, tenía un verdadero instinto de sobresalir. Metido en el tenis gracias a uno de sus clientes, se dio cuenta inmediatamente de que quería llegar a ser un buen jugador. Asistió a sesiones de entrenamiento técnico y leyó todo lo que cayó en sus manos sobre ese deporte. Después de cuatro años, sintió que estaba cerca de lo máximo que podía conseguir en el mundo del tenis. Aunque podía defenderse contra muchos de los contrincantes con los que jugaba regularmente, empezaban a faltarle retos deportivos. Sabía que no era el jugador que en su momento había creído que llegaría a ser, pero no sabía cómo mejorar. Entonces conoció a Marcia Alexander, una psicóloga del deporte con bagaje como profesora de tenis. Después de toparse con Marcia una tarde, ésta le hizo una pregunta que cambió su enfoque del tenis –y su vida fuera del deporte también. Su sencilla pregunta fue: “¿Qué sabes realmente sobre ti mismo, Jack?” Tres meses después Jack era una persona diferente dentro y fuera de la cancha de tenis. Utilizando un sencillo test de papel y lápiz que Marcia le había facilitado, Jack consiguió percibir sus 17 2 Control de la atención Mantener la concentración A licia, una jugadora de tenis de quince años en competición júnior, se dirigía hacia la pista de tenis con su compañera de dobles, Gail. Acababan de tener una pequeña charla antes del partido con su entrenador y Alicia intentaba concentrarse en recordar lo que su entrenador les había comentado acerca de mantenerse concentrada en el partido. Alicia había escuchado con interés las observaciones de su entrenador. Había mostrado el año anterior muchas promesas tenísticas con un juego consistente, pero últimamente no estaba jugando demasiado bien. Pensaba que la causa de sus problemas recientes era su incapacidad para filtrar las distracciones externas. Tenía la esperanza de que, si conseguía estar en un estado mental serio y al mismo tiempo relajado antes del partido, y si simplemente recordaba los puntos del guión que su entrenador había establecido con ella, sería capaz de mantener un patrón de juego lo bastante consistente y positivo. Pero, a medida que intentaba recordar las palabras de su entrenador, se daba cuenta de que se estaba distrayendo con la verborrea constante de Gail. Cuando Gail advirtió que Alicia no le prestaba la atención adecuada, se puso a hablar más fuerte y hasta le dio un pequeño empujón. 47 3 La visualización Tu máquina del tiempo cuerpo-mente L a Señora Juanita Martínez quería sólo lo mejor para su hijo José de diecisiete años. Se atormentaba por los pobres progresos académicos de José en la escuela. A éste le habían diagnosticado un trastorno del aprendizaje en el instituto, y lo pasaba mal estudiando o prestando atención en clase. Su falta de confianza en la escuela condicionaba su vida fuera de ella. Necesitaba encontrar algo en lo que fuese bueno para mejorar su confianza. Sin su consentimiento, ella lo apuntó en un cursillo de tenis para principiantes en un parque cercano a su casa de Los Ángeles. Compró una raqueta en una tienda de artículos de segunda mano y le animó a ir al cursillo. Aunque al principio se opuso, José finalmente accedió a ir al cursillo y se sorprendió cuando el instructor, Jefferson Compton, le felicitó por su coordinación visomanual natural y su excelente velocidad. Durante todo el verano acudió al parque y jugó al tenis en el programa de Jefferson Compton. Bajo la dirección y con el estímulo de Jefferson, José hizo rápidos progresos. Jefferson opinaba que José podría integrarse en el equipo del instituto la primavera siguiente. Puesto que la experiencia 77 4 Confianza Esperar sólo lo mejor V ee Kobayashi no había hecho ningún ejercicio físico durante cuarenta años. Ahora –en sus sesenta y tantos– su médico de rehabilitación cardíaca la informó de que tenía que hacer algo de ejercicio físico. Animada por su marido y su hija, Vee aceptó intentar jugar al tenis si una de sus amigas más antiguas del programa de rehabilitación cardíaca lo hacía con ella. Tenía la certeza de que ninguno de los otros pacientes del centro estarían dispuestos. Fue una sorpresa para ella cuando su amiga Joan se ofreció voluntaria para jugar con ella. Acordaron comenzar sus carreras tenísticas con unas lecciones semiparticulares en un club de tenis cercano. A medida que se preparaba para la lección, Vee experimentó una mezcla de miedo y fustración. Miedo porque se había atemorizado cuando pensó que iba a hacer el tonto en la pista y frustración porque había sido físicamente capaz de hacer todo lo que había intentado cuando era joven. Ahora, no obstante, pensó que era demasiado vieja y fuera de forma para conseguir que su cuerpo haciese lo que ella quería. Para empeorar las cosas su marido y su hija estarían al lado de la pista para animarla. Su presencia simplemente hizo que se sintiera más nerviosa y con menos confianza. 105 5 Control de la energía El equilibrio adecuado del poder T amara Morgan se consideraba asertiva. Era algo de lo que estaba bastante orgullosa en su trabajo como supervisora en una de las oficinas del Departamento de Vehículos a Motor de Miami. Si había un trabajo que hacer allí, ella se hacía cargo de él. Si había un cliente con el que uno de sus empleados necesitaba ayuda, encontraba tiempo para escuchar, evaluar y suministrar la guía para resolver los problemas de relaciones públicas. Realmente disfrutaba con los problemas y le gustaba profundizar en ellos. Cuando lo hacía, ponía por completo su corazón, su alma y espíritu en su solución. Y ésta era también la forma como jugaba al tenis. Tammy se introdujo por primera vez en el deporte en un curso de tenis del colegio. Siguió jugando durante dos años después del colegio; parecía mejorar cada semana y encontraba mucha satisfacción aprendiendo las habilidades del tenis. Entonces, intentó jugar un par de torneos individuales. Se sorprendió un poco porque en realidad ganó uno, un evento de un club de campo local de nivel 3.0. Esto la animó. Pero éste fue el último torneo que ganó. De hecho, en otros tres torneos que jugó, no consiguió pasar de la segunda ronda. En estos tres torneos, en todos, había pe- 131 6 Establecimiento de objetivos Dominio mental del logro A ntes del comienzo de la temporada de tenis, Lillian McIsaacs, de catorce años, y su padre y entrenador, Bernard, establecieron unos objetivos realistas de rendimiento. Su objetivo final para la temporada era clasificarse para el campeonato regional de tenis del estado de Texas. La familia vivía en una de las zonas más pobres de Houston, una comunidad que sólo tenía una pista de tenis en el parque público, y muchas de las chicas contra las que Lillian jugaba en la liga local de Houston consideraban que el campeonato era un objetivo inalcanzable para ella. De todas maneras, a pesar del cinismo y el sarcasmo de las otras chicas de la liga, Lillian entrenó duro. Estudiaba a sus contrarias, se concentraba en unos objetivos de rendimiento específico para cada partido y jugó cierto número de campeonatos fuera de Houston. Ligeramente pasada la mitad de temporada, Lillian subió al número 10 de la clasificación del estado; continuó haciéndolo bien durante el resto de la temporada y acabó aupándose al tercer puesto de la clasificación global. Debido a su clasificación fue invitada a participar en el campeonato regional del sureste de Texas. No logró meterse en su primer partido. Muy lejos de sus características de juego, se encontró efectuando golpes indecisos y 161 7 Gestión de la competición Jugar un tenis inteligente U n fuerte viento arremolinado soplaba en la pista cuando Ben Matthews se preparaba para servir en el primer partido del Senior Tennis Festival de Fisher, Illinois. El festival, una importante actividad para recaudar fondos para el centro médico de la pequeña comunidad, era algo que Ben había estado esperando con ansiedad durante unos seis meses. En el campeonato del año anterior había jugado bastante bien para ser un jugador que solamente hacía tres años que había comenzado a jugar al tenis. En un cuadro de dieciséis jugadores en la categoría superior a los sesenta y cinco años, Ben estaba situado el sexto. Aunque una pequeña parte de él esperaba hacerlo igual o mejor este año, no era un puesto más alto en el campeonato lo que despertaba su deseo de competir. El festival le permitía encontrarse con viejos amigos, jugar contra otros jugadores seniors de Fisher (así como un puñado de buenos jugadores del área de Champaign-Urbana) y contribuir a una noble causa. Ben sabía que todas éstas eran buenas razones para esperar con anhelo la competición, pero este año había algo 187