Download TEMA 8 - filosofiajosefinas
Document related concepts
Transcript
Tema 8. El racionalismo TEMA 8 EL RACIONALISMO: RENATITO DESCARTES. 0. 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. El racionalismo: características generales. Renato: su experiencia vital. El método y la unidad de la Razón. La duda y la primera verdad. Las ideas. La justificación de Dios y el mundo sensible. La antropología de Descartes. Conclusiones. 0. El racionalismo: características generales (MUY IMPORTANTE) Descartes inaugura una nueva época de la filosofía: la Edad Moderna. Esta acotación cronológica habría que matizarla cuando en el pensamiento filosófico esto se proyecta en algo más amplio, llamado modernidad y que tiene continuadores hasta nuestros días. Con Descartes la filosofía supera ese estado de estancamiento en el que se había anquilosado desde la gran crisis de la escolástica de mano de Occam. Durante el Renacimiento y el humanismo (finales XV y XVI), aunque existen nuevas ideas filosóficas y científicas que acaban por destruir el aristotelismo medieval, estas no se catalizan en un sistema cerrado. Autores como Montaigne (+1598) o Francis Bacon (+1620) serían los pensadores más destacados de esa época, pero hay que esperar a Descartes para considerar definitivamente iniciada la modernidad en el campo de la filochofía. El pensamiento de este autor supone la inauguración de una nueva corriente, que va a dominar el siglo XVII y que va a tener autores especialmente “continentales” (Francia y Alemania) 1. AUTONOMÍA DE LA RAZÓN: Esta nueva época se caracteriza por la autonomía absoluta de la filosofía y la razón frente a otras disciplinas. Esta autonomía implica que el ejercicio de la razón no sea coartado por ninguna instancia exterior y ajena a la razón misma, sea esta una tradición, un criterio de autoridad (Platón o Aristóteles), una fe religiosa o incluso la experiencia empírica. La razón es el principio y tribunal supremo a quien corresponde juzgar de lo verdadero y conveniente en el ámbito del conocimiento teórico (la justificación de la nueva ciencia) como en el ámbito de la actividad moral y política (la Ilustración o la moral kantiana del siglo XVIII). Pensemos que este terreno había sido abonado durante el humanismo: el siglo XVII recogerá los frutos de esta erosión de más de dos siglos y propondrá nuevas metas. 2. IDEAS INNATAS: El principal cometido de esta actividad de la razón va a ser encontrar unas certezas completamente seguras, libres de toda duda. Estas certezas absolutas van a partir de unas intuiciones básicas, evidentes en sí mismas, que a su vez suponen la existencia de ideas innatas y que son cognoscibles a partir de una reflexión del sujeto pensante. Es decir, es el propio desarrollo del entendimiento y la razón el que va a garantizar esas certezas, sin estar condicionado por la experiencia empírica (esta se considera fuente de error: los sentidos nos engañan). 1 Tema 8. El racionalismo 3. DEDUCTIVISMO: El siguiente paso en el desarrollo de la razón va a ser encontrar un método que permita desarrollar esas evidencias primeras: ese método se va a conocer como geométrico y sigue las características propias de las matemáticas. Partimos de unos principios y los desarrollamos siguiendo una serie de axiomas o principios reguladores que siempre tienen que ser respetados y deducimos las ideas en relación con el mundo externo, Dios o el sujeto (este método es eminentemente deductivista). No hay que olvidar que las matemáticas fueron la ciencia favorita de los filósofos racionalistas, y en la que consiguieron grandes logros (Descartes y Leibniz). En todas estas características, hay que destacar dos que actúan de marco más general: en primer lugar, la actividad pensante del sujeto es el motor en el desarrollo de esta razón o entendimiento. Y en segundo, lugar, los contenidos del conocimiento humano son ideas, en el sentido de representaciones mentales sobre la realidad exterior. PENSAMIENTO ANTIGUO Y MEDIEVAL PENSAMIENTO MODERNO (ss.VI a.C.- XVI d.C) (ss. XVI-XVIII) Admiración hacia el mundo: metafísica. Búsqueda en la “cosa” Estudio de ese orden cósmico, externo al hombre. ¿Qué es la realidad? Realismo: nosotros percibimos y conocemos Las cosas tal y como son. Miedo: necesidad de certezas, epistemología. Búsqueda en “uno mismo”: Estudio de las facultades humanas del intelecto. ¿Cómo podemos conocer la realidad? Idealismo: nosotros percibimos las cosas Dependiendo del “filtro” (nuestras facultades). Árbol del conocimiento: la metafísica segrega el resto de las ciencias y es la madre de todas ellas. Separación paulatina de las ciencias naturales respecto a la filosofía, la religión o la ética. Búsqueda de un método riguroso, matemático. Naturaleza guiada por una finalidad (Dios o la razón, teleología) - No existen leyes absolutas (eso quebraría El libre albedrío de Dios) Movimiento: “ímpetus” en las cosas naturales, teoría de la causalidad en Aristóteles (paso de potencia a acto, causa final). y Naturaleza sin fines: mecanicismo. La naturaleza está sometida a: -leyes en tiempo y espacio. - lenguaje de las matemáticas. Movimiento: leyes físicas (gravedad) externas a las cosas, contra la causalidad aristotélica. Antropología y política: Antropología y política: - el universo gira en torno a Dios o al hombre - El hombre se dicta las normas éticas (sistema teocéntrico: la tierra en el centro de la Creación a sí mismo (autonomía). el hombre en el centro de la tierra, pero dependiente - El hombre ya no es centro del De Dios). Mundo (sistema heliocéntrico: el hombre es tan sólo “algo más” en el universo). - Vinculación Iglesia-Estado. El homobre, ser social. - Secularización y liberalismo. Individualismo. 2 Tema 8. El racionalismo 1. La experiencia vital: Renato. Nuevamente, la experiencia vital es fundamental para explicar a un autor filosófico. Si Descartes es un pensador racionalista, podemos decir que su vida se mueve en un contexto barroco, como el de Hobbes o Spinoza, en el que su vida corre peligro y se exponen a persecuciones. Natural de La Haya (Francia) y de familia noble, nace en 1596. Estudia en los jesuitas de La Fleche de cuya enseñanza queda insatisfecho. Después de unos años participó en la guerra de los Treinta Años: en esa época escribirá el Discurso del Método e iniciará las Meditaciones Metafísicas, acto seguido emigrará a Holanda donde existe una mayor libertad de pensamiento, para finalmente morir en Estocolmo, Suecia en 1650 y un ambiente algo miserable. Al margen de cualquier connotación hermosa que tengan los viajes y la vida azarosa, observamos efectivamente esa inseguridad barroca que justifica la imagen literaria de una taberna o un carnaval donde todo se sucede y nada permanece. Si en Castilla esto se tradujo en una explosión de literatura, en la filosofía se va a provocar algo bien contrario: abandonar el optimista escepticismo del Renacimiento e intentar encontrar una certeza radical a la que poder aferrarse en la vida. Y ese será el camino a seguir para Renatillo. El planteamiento cartesiano, completamente innovador para la época, va a seguir los pasos que comentábamos antes, y se van a convertir en herencia posterior para el racionalismo: 1. El punto de partida de este autor es la búsqueda de un conocimiento seguro. Todo parece hundirse en el Barroco: si existe orden en el mundo exterior tenemos que descubrirlo no a través de la experiencia sensible, sino por otros medios, y al mismo tiempo debemos buscar un programa filosófico completamente distinto a los desarrollados hasta el momento. 2. Para esto, Descartes va a proponer un nuevo método para hacer filosofía. El método, ni mucho menos es una parte ociosa de la filosofía: en la elección de un buen método dependerá que nuestras investigaciones sean seguras y libres de error. 3. Como parte práctica de ese método, Descartes va a interrogarse a sí mismo como única fuente segura del conocimiento. De esta forma descubre la subjetividad (el yo como primera certeza indubitable). Acto seguido, la acción de pensar le hace descubrir unos principios indubitables, unas ideas innatas evidentes que se constituyen en pilares del planteamiento posterior. 4. Descartes inicia un riguroso proceso de dedución a través de esos principios que le conducen a reafirmar la existencia del mundo exterior, puesto en duda anteriormente por el margen de error del conocimiento sensible. En el fondo, Descartes, pretende fundamentar la metafísica medieval con nuevos argumentos, pero sin cuestionar sus elementos primordiales: esto será la labor de los sucesores de Descartes. 2. El método y la unidad de la razón. Para Descartes, el método no es simplemente un medio o un instrumento para conseguir un fin. Es mucho más: se trata del punto de partida y del término mismo de la filosofía. Para él, todos los hombres nacen con una razón, que es la facultad de juzgar bien y de distinguir la verdad del error. El método consiste en cómo aplicar la razón en el conocimiento de las cosas. Por ello, es importante encontrar el método adecuado que nos conduzca no solamente a deducir consecuencias sino a encontrar la verdad. Y el método elegido por Descartes será el matemático (basado en axiomas y deducciones, continuado después por todos los racionalistas). ¿Por qué razón? Porque 3 Tema 8. El racionalismo Descartes considera que solo dentro de este método es donde no hay cabida para opiniones ni discrepancias (en matemáticas, tres y tres son seis, independientemente de lo que piense cada uno)1 Este método matemático definiría las cuatro reglas siguientes: la evidencia, el análisis, la síntesis y la enumeración. a) Regla de evidencia: “Solo lo que se percibe con evidencia es verdadero”. Es una intuición intelectual clara y distinta (palabras de Descartes), una especie de luz o instinto natural que tiene por objeto los conceptos más simples. Por medio de esa intuición captamos inmediatamente conceptos simples emanados de la razón misma, sin que quepa posibilidad alguna de error. Este tipo de intuiciones responden por ejemplo a la idea que se tiene de un triángulo (algo que limita con tres líneas) o que dos y dos son cuatro. Para Descartes, en esta primera etapa debemos evitar dos vicios fundamentales: la precipitación (tomar por verdadera una idea que es confusa y no distinta y la prevención (negarse a aceptar una idea a pesar de su claridad y distinta. b) Regla de análisis. Consiste esta regla en dividir cada una de las dificultades “en tantas partes como sea posible y necesario para resolverla mejor”. Su función es la división hasta encontrar los elementos más simples. c) Regla de síntesis. La razón después de analizar, recompone, empezando por los objetos más sencillos y más fáciles de componer hasta llegar al conocimiento de lo más complejo. Se reconstruye lo complejo partiendo de los hechos simples. d) Regla de enumeración y revisión: el análisis se comprueba con la enumeración y la síntesis con la revisión, para tener una completa seguridad sobre la veracidad del conjunto de toda nuestra búsqueda. En el fondo, dos son los modos de conocimiento de la razón humana: la intuición o evidencias primeras y su deducción, desarrollo o conexión de esas intuiciones. Pero en realidad se trata de un proceso circular, como veremos en la duda, primer punto de aplicación de este método. 3. La duda y la primera verdad: el cogito (y no cojito, por favor). Es bien conocido el proceso radical de duda de todo el conocimiento previo. En primer lugar, su crítica va dirigida hacia los libros y la educación recibida. Él dice que cuanto más leía su confusión aumentaba: “me encontraba turbado y confuso entre tantas dudas y errores que me parecía no haber obtenido provecho, al procurar instruirme, que el de descubrir cada vez más mi ignorancia”. Ante el escaso aprovechamiento académico, decide conocer el “gran libro del mundo”, a través de viajes por toda Europa, movido no tanto por el placer como por la necesidad: las guerras y las persecuciones le inducen a desplazarse de un país a otro. Sin embargo encuentra la misma situación de incertidumbre: “el mayor provecho que sacaba de ellos consistía en que, viendo muchas cosas que a nosotros nos parecen muy extravagantes y ridículas, admitidas y aprobadas por otros grandes pueblos, aprendía a no creer firmemente aquellas cosas de las que solamente me 1 Esto lo entiende así Descartes: “Por método entiendo las reglas ciertas y fáciles que hacen imposible tomar por verdadero lo que es falso y (…) sin malgastar inútilmente las fuerzas de la razón, hacen avanzar progresivamente la ciencia para llegar al conocimiento verdadero”(Discurso del Método). 4 Tema 8. El racionalismo había persuadido por el ejemplo y la costumbre”. Llegados a este punto, decide emprender un nuevo camino, totalmente nuevo para la filosofía: “tome un día la resolución de estudiar también en mí mismo (...) lo que me salió mejor que si nunca me hubiese alejado de mi país ni de mis libros”. Hasta aquí, Descartes actúa como otros autores humanistas, críticos con la tradición recibida. Pero Descartes vuelve a rascarse la cabeza, se arrima al brasero que le calienta las manos en las frías noches de Holanda y Alemania, e inicia su famoso proceso de duda. Esta duda de todo nuestro conocimiento previo, en busca de esa certeza completamente fundada, está expuesta en tres pasos. 1. El primer paso consiste en la crítica a lo que recibimos con los sentidos. Las cosas pueden que no sean como las percibimos. Pensemos en la pajita introducida dentro del agua que se deforma por el efecto de la luz. (nosotros podemos pensar que tal vez baste con tener instrumentos más precisos -un microscopio, por ejemplo- para interpretar correctamente nuestra percepción sensorial, pero la técnica en la época de Descartes no se plantea esa posibilidad). 2. Pero esta duda, aunque duda de que las cosas sean tal y como las percibimos, no duda de que existan tales cosas (la pajita sigue estando ahí). Descartes añade una duda más radical: la imposibilidad de distinguir la vigilia del sueño. También los sueños nos muestran a menudo mundos de objetos con extremada viveza, y al despertar, descubrimos que tales objetos no tienen existencia real. ¿Cómo distinguir el estado de sueño del estado de vigilia y cómo alcanzar certeza absoluta de que el mundo que percibimos es real? 3. La imposibilidad de distinguir la vigilia del sueño permite dudar de la existencia de las cosas y del mundo, pero no parece afectar a ciertas verdades del pensamiento, como por ejemplo las verdades de la matemática. Dormidos o despiertos, dos y dos son cuatro. De ahí que Descartes proponga un tercer motivo de duda. Tal vez exista algún genio maligno que pone todo su empeño en inducirme a error en lo que pienso. Tal vez mi entendimiento es de tal naturaleza que se equivoca necesariamente cuando intenta capturar la verdad. Esta es una hipótesis improbable (estúpida, para nuestros días, en el que hasta los filósofos tienen un mayor grado de confianza en el sentido común) pero pensemos esa necesidad vital de Descartes de encontrar algo extremadamente fundado y cierto, frente al desconcierto del mundo. La duda hasta ese extremo parece negar cualquier conocimiento fundado. Pero él encontró una verdad absoluta inmune a cualquier tipo de duda, la SUBJETIVIDAD: la existencia del propio sujeto que piensa y duda. Dicho en sus propias palabras: “advertí que, mientras quería pensar así que todo era falso, era preciso, necesariamente, que yo, que lo pensaba, fuese alguna cosa, y, observando que esta verdad, “yo pienso, luego yo existo”, era tan firme y segura que las suposiciones más extravagantes de los escépticos (el genio maligno, etc...) no eran capaces de hacerla tambalearse, pensé que podía admitirla sin escrúpulo como el primer principio de filosofía que buscaba”. Pensemos que este razonamiento parece tomar la forma de una deducción, pero sin embargo para Descartes va a ser considerado como principio evidente por sí mismo. Como señalábamos en el punto anterior, intuición y deducción van a estar relacionados. 5 Tema 8. El racionalismo 4. Las ideas. Entraríamos aquí en la construcción metafísica de Descartes. Tenemos una verdad absolutamente cierta: la existencia del yo como sujeto pensante. Esta existencia indubitable del yo no parece implicar, sin embargo, la existencia de ninguna otra realidad. Así hasta este punto no hemos avanzado mucho más de lo que hicieron algunos humanistas o el mismo San Agustín. Yo pienso que el mundo existe, tal vez no exista pero lo único completamente cierto es que yo lo pienso y soy consciente de mi pensamiento. A Descartes le falta ahora la parte más difícil de su pensamiento: cómo demostrar la existencia de una realidad extramental, exterior al pensamiento. Descartes no tiene más remedio qe deducir la existencia de la realidad a partir de la existencia del pensamiento. Del yo pienso han de extraerse todos nuestros conocimientos, incluido el conocimiento de que existen realidades fuera del pensamiento. Vayamos por partes. En la primera certeza, aparte del sujeto, nos encontramos con dos elementos fundamentales: - El pensamiento como actividad del yo pienso. - Las ideas que piensa ese yo. En el ejemplo “yo pienso que el mundo existe” tenemos así: 1. El yo que piensa y cuya existencia es indubitable. 2. El mundo como realidad exterior al pensamiento y cuya existencia es dudosa. 3. Las ideas de mundo y de existencia que indubitablemente poseo. Tal vez el mundo no exista pero lo que resulta indudable es que poseo estas ideas ya que si no las poseyera no podría pensar que el mundo existe. De este análisis concluye Descartes que el pensamiento piensa siempre ideas. Pensar es igual a ser. Para la filosofía anterior, el pensamiento no recae sobre las ideas, sino directamente sobre las cosas (realismo): Aristóteles no piensa que esté pensando sobre una idea del mundo, sino sobre el mundo mismo. Los filósofos que sucedan a Descartes van a sugerir que nosotros no podemos conocer el mundo tal y como es, sino como lo pensamos. Ahora bien, ¿con qué tipo de ideas trabaja nuestra mente? Porque no es lo mismo la idea del mundo, que la idea de una mesa marrón o que el hecho de imaginarme a Ernesto volando gracilmente por los aires como una garcilla común. Nos encontramos así con tres tipos distintos: a) Ideas innatas. Ideas que son poseídas por el alma o el espíritu sin excepción, b) usando nuestra razón. La idea de Dios o la idea de extensión2 son de este tipo. Ideas adventicias. Aquellas ideas que provienen del exterior por los sentidos, a través de sensaciones, como por ejemplo, ver el pelo moreno de Jaime. c) Ideas ficiticias. Aquellas ideas producto de la imaginación. Imaginarnos al profe de filosofía con tres cuernos, o a Elena de color azul y comiendo galletas como Triky. De estos tres tipos las fundamentales son las innatas, sobre los que va a trabajar su construcción metafísica posterior. Sin embargo, el hecho de tener ideas sobre el mundo o las cosas no hace que exista el mundo necesariamente. ¿Cómo puede justificar esto el bueno de Renato? 2 Extensión implica en Descartes todo lo material, lo físico, aquello que ocupa un espacio. 6 Tema 8. El racionalismo 5. Dios, garante de la existencia del mundo. Para conseguir esto último, Descartes va a recurrir a un viejo argumento medieval. Dios, un ser infinitamente bueno y perfecto, ha sido el creador de nuestra idea innata de la extensión y a la vez el creador de las cosas extensas y corpóreas (el mundo). Por ello, de existir ese ser perfecto y bueno, las hipótesis de la duda radical (el genio maligno) se desvanece y la existencia del mundo queda recuperada. Descartes propone dos pruebas fundamentales para la existencia de Dios: a) El argumento ontológico, ya expuesto en San Anselmo. Todo hombre tiene idea de uns er sumamente perfecto en su cabeza. En cuanto perfecto, la existencia también formaría parte de sus propiedades porque si no existiera no sería lo suficientemente perfecto. Recordemos que este argumento críticado ya por Santo Tomás, se recupera en el racionalismo con la revalorización del pensamiento como realidad. b) El argumento de la contingencia, explicado en parte por el gordito Tomás. Nos encontramos con una conciencia subjetiva, (el cogito), que no se puede explicar o fundamentar así mismo y que a través del principio de causalidad nos conduce finalmente a un ser perfecto causa de sí mismo (Dios). El mundo queda así recuperado, pero ¿cuáles son sus características? Es un mundo corpóreo, dominado por el mecanicismo (mundo entendido como un reloj que funciona por sí mismo, sin ningún fin determinado) y regido por las leyes de la física que están empezando a ser descubiertas gracias a la nueva ciencia de Galileo, ciencia que Descartes admira fuertemente y contribuirá con alguna aportación matemática. 6. Metafísica: La definición de sustancia y su división. Entre las ideas innatas más importantes que descubre el sujeto en su ejercicio de la razón, figura la idea de sustancia. Esta va a tener tal trascendencia que va a condicionar la interpretación de todos los autores en la Edad Moderna. La definición que propone nuestro querido Renato como “sustancia” es “aquello que se explica a sí mismo, sin necesidad de un tercero”. Es decir, un ser absolutamente necesario (no contingente, él es razón de su propia existencia). Dentro de esa definición solo cabe una sola cosa: Dios. Sin embargo, Descartes complicó aquí las cosas y propuso la existencia de tres tipos de sustancias: a) Sustancia pensante, no creada: Dios, inmaterial y eterno. b) Sustancia pensante, creada: el hombre, con una parte inmaterial y otra finita. c) Sustancia no pensante, creada: el mundo, de carácter material. Esta división sería el blanco de todas las críticas de autores posteriores a él: está muy claro que de estas tres sustancias solo la primera cumple con los requisitos en el sentido estricto del término. Pero además, el hombre tiene un status problemático, en cuanto que se combinan dos cosas aparentemente contradictorias: su carácter físico y material, por un lado, y su carácter racional e inmaterial, por otro. Este es el problema que veremos a continuación. 7. Antropología: Descartes y el dualismo. La visión del hombre había estado marcada hasta ese momento por la herencia platónica. El hombre se entendía como una unión entre el alma (racional, eterna, inmaterial) y el cuerpo (material, finita, sometida a las pasiones). Aunque algunos seguidores de Aristóteles (Averroes sobre todo) 7 Tema 8. El racionalismo habían defendido el carácter finito de ese alma, la división platónica no hizo sino afianzarse durante el cristianismo y se mantiene en nuestros días en la mentalidad de la gente corriente. Descartes no rechazó este dualismo, pero sí fue el primero que empezó a redefinirlo y trasladarlo hacia el problema mente-cerebro fue Descartes (siglo XVII). Para él cuerpo y alma se reducían a res extensa y res cogitans. La res extensa constituye nuestra masa corporal, delimitada por las coordenadas espacio-temporales y la materia, y sometida también al mecanicismo y el determinismo del mundo físico. A esa res extensa le corresponde las facultades de los sentidos y la percepción de la realidad (lo que vemos, oímos...). Mientras que la res cogitans (sustancia pensante) sería la parte inmaterial, que albergaría nuestra facultad intelectiva. Es decir, la facultad de razonamiento. Esta res cogitans actúa con total libertad y no está sometida al determinismo3 del mundo físico. El problema resultaba evidente: ¿cuál es el punto de encuentro de estas dos sustancias, cómo se comunican ambas? Porque si la res cogitans es inmaterial, no puede tener lugar alguno en nuestro cuerpo (res extensa) y por tanto no existiría la posibilidad de explicar la naturaleza de nuestra mente. Esta contradicción no fue superada y Descartes tan solo nos habló de la presencia en nuestro cuerpo de un órgano, llamada glándula pineal, donde ambas sustancias entrarían en contacto. Pero nuevamente, dicha glándula sería un lugar material, y por lo tanto la res cogitans acabaría convertida en res extensa4. 8. Conclusiones: El pensamiento de Descartes dará un giro radical en el pensamiento de Occidente. A partir de entonces, la filosofía debe partir desde los problemas que suscita su pensamiento: Aristóteles o Platón pasan a la historia. Entre los planteamientos que no se olvidarán durante varios siglos estarán: - El giro epistemológico: la Edad moderna se caracteriza por la necesidad de encontrar un pensamiento completamente cierto y fuera de duda. Tal fue la pretensión de toda la filosofía de Descartes, que se mantiene hasta la síntesis alcanzada por Kant, dos siglos después. - El giro hacia el sujeto: el pensamiento de Descartes parte de una mirada hacia la subjetividad. Aunque no sea el descubridor de la conciencia individual (Agustín o Montaigne ya lo habían hecho antes) el interés epistemológico de Descartes le confiere un carácter especial. En cuanto que nuestro conocimiento deja de ser un conocimiento centrado en cómo es el mundo, sino cómo lo conocemos nosotros: los “filtros” que usa nuestra mente para comprender la realidad del mundo. Descartes ya no tiene la confianza de los antiguos de encontrar un orden en el mundo. Algunos filósofos han considerado a Descartes como un pensador escasamente consecuente y con defectos graves en sus conclusiones. En el caso de Descartes, habrá que esperar dos siglos para que sus paradojas y contradicciones sean resueltas de forma magistral por Kant. Sin embargo, en la filosofía el mérito se comparte a partes iguales entre quien propone un problema completamente nuevo y aquel que lo resuelve. Tal vez porque la filosofía sea un saber que se construye de forma interminable, como una espiral infinita, en el que sabemos que ninguna solución será definitiva y siempre haya algún pensador agazapado dispuesto a arrasar con todo. 3 Determinismo: ausencia de libertad, y sometimiento a las leyes de causa y efecto que rigen la física. 4 Recordemos que este era el punto de partida de toda la neurología actual, que naturalmente considera errónea la posición cartesiana. Baste pensar que uno de los neurólogos más famosos de la actualidad, Antonio Damasio, tiene su libro más conocido con el nombre de El error de Descartes: suponer que cerebro y mente son realidades separadas, cuando son la misma cosa. 8 Tema 8. El racionalismo TEMA 8 (II) LAS COSTRUCCIONES DEL RACIONALISMO. 1. Spinoza. 1.1. El método geométrico. 1.2. La crítica a la idea de sustancia. 2. Leibniz. 2.1. Verdades de razón y verdades de hecho. 2.2. Las mónadas 2.3. El problema del mal. 1. Baruch SPINOZA. En muchas ocasiones, Spinoza se va a convertir en el radicalizador de la teoría de Descartes. Descartes había dejado numerosos huecos y contradicciones en su pensamiento, especialmente el referente a la idea de sustancia. Este será el punto de partida para el pensamiento de Spinoza. Spinoza (1632-1677), judío emigrante a Holanda, se encontró perseguido por sus ideas y fue expulsado de su comunidad religiosa por ideas que se consideraban completamente perniciosas y ateas. Algunos cuentan que era medio gallego, que pasó a Portugal y de ahí a Holanda: un modo de afirmar, en fin, que en España sí hubo filósofos, pero que tuvieron que huir por miedo a las hoguerillas de los inquisidores. Al final acabó en Rijsburg, lindo pueblecito holandés, ganándose la vida puliendo lentes hasta que el pobre fue y se murió, oh desgracia. Su obra fundamental es la Ética, nombre que no debe engañarnos, pues el motivo fundamental de dicha obra es la epistemología y la metafísica (Spinoza identifica el bien con el conocimiento verdadero. Y para alcanzar ese conocimiento habrá que seguir los pasos dados inicialmente por Descartes respecto al método a seguir. 1.2. El método geométrico. Spinoza va a llevar hasta sus últimos extremos la deducción matemática aplicada a la filosofía. Toda su obra va a consistir en una serie de definiciones (primeros principios, como por ejemplo la definición de sustancia) y la posterior deducción de la metafísica partiendo de esas definiciones y respetando ciertos axiomas (reglas que deben cumplirse siempre la autonomía de la razón y la relación entre pensamiento y realidad, por ejemplo). Como vemos, el método de Descartes (intuición, análisis y deducción) se mantiene en este autor empleados de forma más rigurosa. Spinoza denominó a esto el método geométrico. 1.3. La crítica a la idea de sustancia. Spinoza parte de la idea de sustancia de Descartes, evitando sus contradicciones. Si habíamos dicho que la sustancia es aquello que se puede mantener por sí mismo, ni recurrir a un tercero, veremos que tan solo la sustancia de Dios es aquella que cumple todos los requisitos para ser llamada como tal. La conclusión que extrae Spinoza es tajante. Si existe solo una sustancia, las otras dos formuladas por Descartes son tan solo una prolongación de la sustancia divina. Esto deriva irremediablemente en un panteísmo: toda la naturaleza, incluida res cogitans y res extensa, forma parte de Dios (Deus sive Natura) . Así esa Naturaleza divina posee multitud de atributos, de los que 9 Tema 8. El racionalismo conocemos el pensamiento y la extensión. Spinoza distingue en la naturaleza entre naturaleza creada (las realidades individuales existentes) y creadora (Dios, sustancia infinita). Las consecuencias de esta interpretación de la sustancia es la pérdida de la libertad humana. El hombre es solo un atributo de esa divinidad, la naturaleza, y en cuanto tal, la naturaleza es regulada por leyes físicas y matemáticas. La libertad es solo una ilusión humana. Esta es una conclusión que muchos científicos actuales comparten, con otra base metafísica, pero basados también en la identificación de la naturaleza biológica con el hombre. DESCARTES SPINOZA Sustancia no creada: DIOS Sustancia creada: pensamiento Sustancia creada: extensión SUSTANCIA ÚNICA: DIOS = NATURALEZA ATRIBUTO DE PENSAMIENTO NATURA NATURANS: Naturaleza creadora ATRIBUTO DE EXTENSIÓN NATURA NATURATA Naturaleza creada Consecuencia: PANTEISMO 2. Gottfried W. LEIBNIZ. El alemán Leibniz (1646-1716) fue el pensador racionalista con más universalidad de intereses, la última enciclopedia viviente que fue capaz de ofrecer descubrimientos a todos los campos del saber: física, matemática, lógica, historia, derecho, economía, filología, teología y natuurlijk, filosofía. Después de su muerte, la sabiduría de la cultura occidental habrá alcanzado un grado de complejidad tal que será imposible para un solo hombre ser exponente avanzado de todos los campos del saber. Durante su vida hizo otras cosas que no son por desgracia de nuestra atención. Encima de comerse libros como si fueran hamburguesas para un americano hambriento, hizo de espía en su vida pública al servicio del monarca de Prusia desfaciendo los entuertos del rey de Francia y viviendo a todo tren como embajador y diplomático. Entre una de las polémicas más famosas de la época, aparece la disputa que tuvo con Newton sobre el descubrimiento del cálculo infinitesimal. Al parecer lo había descubierto antes que Newton, pero la Academia de Londres, que era algo así como los Premios Nobel de la época, decidió barrer para casa y otorgarle el descubrimiento al inglés y no al matemático alemán, ¡oh mundo ingrato y cruel! 2.1. Teoría del conocimiento: verdades de razón y de hecho. Leibniz acepta la existencia de elementos del conocimiento innatos a los hombres, al igual que hacía Descartes, y que estaban previos a toda la experiencia empírica. Marcando dichas diferencias entre ambos tipos de conocimiento, establecería una distinción que hizo fortuna en los siglos por venir. Leibniz distingue entre verdades de razón y verdades de hecho. - Verdades de razón: son las verdades analíticas, es decir, aquellas en las que el sujeto contiene en sí mismo el predicado. Cuando decimos: “el triángulo tiene tres lados” lo que afirmamos en el predicado se desprende del análisis del sujeto. No aportamos ninguna información nueva que 10 Tema 8. El racionalismo no esté ya contenida en dicho sujeto. Las verdades de razón se basan en el principio de no- contradicción (A no es igual a no-A). Los juicios provenientes de la lógica y las matemáticas forman parte de estas verdades de la razón. - Verdades de hecho: son las verdades sintéticas, aquellas en las que el predicado no se desprende de un análisis del sujeto sino de la observación de los hechos o datos de la experiencia sensible. El predicado nos da una información que no conocíamos del sujeto. Entre estas verdades de hecho podríamos encontrar cosas como “Borja lee muchas novelas” o “El calor dilata los cuerpos”. Ambas son empíricas y contingentes (podría ocurrir y no ocurrir), pero todas obedecen a lo que Leibniz llama principio de razón suficiente: existe una razón (en este caso, las leyes de la naturaleza o la necesidad de leer de Elisabeth para poder estudiar mejor) que hacen que eso sea así y no de otra forma. Las decisiones de las personas, los juicios de la física o la biología formarían parte de estas verdades de hecho, pero también la existencia de Dios se fundamentarían en este principio de razón suficiente. 2.2. La sustancia: monadología. Al igual que Spinoza, también Leibniz considera que la explicación de la sustancia en Descartes dejaba mucho que desear. En concreto, Leibniz no estaba de acuerdo con la concepción de movimiento que caracterizaba a la res extensa, por la que se condenaba al mundo al mecanicismo. La sustancia para Leibniz va a tener características distintas: lo va a denominar “mónada” y es fundamentalmente una unidad de fuerza, un punto metafísico5. Las mónadas son inextensas, indivisibles, de naturaleza psíquica. El universo está formado por mónadas que al ser simples, no son corruptibles ni engendrables. Existe un orden preestablecido a todas las mónadas, marcado por Dios. 2.3. El problema del mal. Por último, incidir en la preocupación sobre el mal que tuvo Leibniz. La existencia del mal había preocupado ya a autores como San Agustín. Leibniz va a distinguir tres tipos de mal: el metafísico, el físico y el de carácter moral. El mal metafísico y físico se identifica con la ausencia de perfección divina, y en cuanto que es ausencia, no existe (esta era ya la argumentación de San Agustín). El mal moral sin embargo depende del hombre, puesto que se produce por la libertad humana. Sin embargo, Leibniz se da cuenta que la respuesta anterior no satisface a demasiada gente. Leibniz concluye que, si a la hora de la creación del universo Dios ha elegido crear este y no otro mundo, ha sido porque este es el mejor de los mundos posibles. Aunque no sea un mundo óptimo, ha de ser el más perfecto de todos los mundos con posibilidad de ser creados. Si nosotros no lo vemos así, es porque nuestra visión o nuestra razón no alcanza a ver los designios racionales a más largo plazo establecidos por Dios para el mundo6. Si queremos una relación con el mundo de hoy de este concepto, lo relacionaríamos con “la fuerza” en la Guerra de las Galaxias, de George Lucas. Esa “fuerza” es un principio oculto de dinamismo, presente en las cosas materiales, pero al mismo tiempo con un carácter inmaterial, y lo que en definitiva mueve la Galaxia. 6 Por ejemplo: Imaginemos (ojalá nunca ocurra) que a Gaytán se le queda el pelo de color verde fosforito, y le parece una de las peores cosas que le pueden ocurrir en la vida. Sin embargo, su pelo verdoso va a permitir que veinte personas que se habían comparado con él tengan un subidón de autoestima y les permita aprobar la selectividad con muy buenas notas, ni más ni menos. Algo bueno ha tenido su explicación en un orden de cosas superior al mal individual que sufre el pobre Gaytán y del que es no es consciente. 5 11