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Observan un agujero negro que acaba con el gas del que surgen las estrellas de la galaxia Impresión artística / ESA / ATG medialab Observan el agujero negro que expele el gas del que surgen estrellas de la galaxia Impresión artística / ESA / medialab Científicos de la Agencia Espacial Europea han observado primera vez un agujero negro supermasivo que expulsa fuera centro galáctico el gas del que emergen las estrellas. las ATG por del Un grupo de investigadores de la Agencia Espacial Europea ha observado por primera vez un agujero negro supermasivo activo en el centro de la galaxia IRAS F11119+3257 que lanza fuera de él el gas del que surgen las estrellas. Los científicos hallaron que los vientos de los agujeros negros gigantes devoran la ‘materia prima’ de las estrellas en la galaxia, informa ‘Nature’. Los agujeros negros activos se alimentan del gas galáctico que hay a su alrededor y también empujan hacia fuera parte de él con fuertes vientos, explican los investigadores. Ello podría, a su juicio, ser la razón del agotamiento del gas interestelar. Este fenómeno “podría eventualmente afectar a la actividad de las galaxias para la formación de estrellas, ralentizándola o posiblemente extinguiéndola del todo”. Las ráfagas de los vientos tienen una velocidad de aproximadamente un cuarto de la velocidad de la luz alrededor del agujero negro y pueden en un año acabar con gas equivalente a la masa del Sol. Fuente: Rt El Viento de los Agujeros Negros Puede Detener la Formación de Estrellas 26.03.15.- Gracias al observatorio espacial Herschel de la ESA, los astrónomos han descubierto que el viento generado por un agujero negro está barriendo la galaxia en la que se encuentra, llevándose consigo la materia prima necesaria para formar nuevas estrellas. Los agujeros negros supermasivos se encuentran en el centro de la mayoría de las galaxias, y son objetos extremadamente densos y compactos cuya masa puede ser millones o miles de millones de veces superior a la de nuestro Sol. Muchos de ellos, como el que ocupa el centro de nuestra Vía Láctea, son relativamente pasivos, pero otros destruyendo su entorno con gran voracidad. están Los agujeros negros no sólo engullen el gas que los rodea; a veces también lo expulsan en forma de potentes chorros o vientos. Los astrónomos sospechaban desde hace tiempo que estos escapes de materia podrían ser los responsables de vaciar a las galaxias de gas interestelar, y en particular de las moléculas a partir de las que se forman las nuevas estrellas. Con el paso del tiempo estos vientos acabarían afectando a la actividad de formación de estrellas en la galaxia, pudiendo llegar a detenerla por completo. Sin embargo, hasta la fecha no se había logrado estudiar este proceso. Los astrónomos habían detectado fuertes vientos en las inmediaciones de los agujeros negros gracias a los telescopios de rayos X, y habían descubierto escapes de gas a gran escala a través de las observaciones en el infrarrojo, pero nunca habían observado estos dos fenómenos en una misma galaxia. El viento de un agujero negro arrastra el gas de una galaxia El viento de un agujero negro arrastra el gas de una galaxia. Image Credit: ESA/ATG Medialb Un nuevo estudio acaba de cambiar el panorama, al lograr observar los vientos a pequeña y a gran escala desencadenados por un mismo agujero negro. “Es la primera vez que vemos un agujero negro supermasivo en acción, barriendo los depósitos de gas de su galaxia”, explica Francesco Tombesi, del Centro Goddard de la NASA y de la Universidad de Maryland, Estados Unidos, quien dirigió la investigación publicada ayer en la revista Nature. Al combinar las observaciones realizadas por el satélite europeo Herschel en las longitudes de onda del infrarrojo con los nuevos datos en la banda de los rayos X recogidos por el satélite japonés-americano Suzaku, los astrónomos han sido capaces de comparar los vientos en las inmediaciones del agujero negro central con sus efectos a gran escala, arrastrando las reservas de gas de la galaxia IRAS F11119+3257. Los vientos empiezan siendo locales y fuertes, con ráfagas que alcanzan el 25% de la velocidad de la luz y que son capaces de arrastrar una masa solar de gas al año. A medida que se alejan del agujero negro central los vientos se frenan, pero consiguen empujar fuera de la galaxia una cantidad de gas equivalente a cien veces la masa de nuestro Sol. Esta es la primera prueba firme de que los vientos provocados por un agujero negro pueden despojar a una galaxia de gas, a través de escapes a gran escala. Este descubrimiento refuerza la teoría de que los agujeros negros podrían llegar a detener el proceso de formación de estrellas en la galaxia en la que se encuentran. “Herschel ha revolucionado las teorías sobre la formación de las estrellas. Estos nuevos resultados nos ayudan a comprender cómo y por qué varía la actividad de formación de estrellas en algunas galaxias, pudiendo llegar a detenerse por completo”, explica Göran Pilbratt, científico del proyecto Herschel para la ESA. “Hemos encontrado al culpable de este gran misterio cósmico. Como muchos sospechaban, un agujero negro central puede desencadenar escapes de gas a gran escala, deteniendo la actividad de formación de estrellas”. Fuente: Nasa ‘Melodía estelar’: descubren el asombroso sonido que producen las estrellas Hemos visto a las estrellas nacer, titilar y brillar a lo largo de su ocurre con su lejana ‘melodía’? Un descubierto el sonido que producen crecer y colapsar, así como ciclo vital. Pero, ¿qué equipo de científicos ha estos cuerpos celestes. Un equipo internacional de científicos ha publicado un estudio en la revista especializada ‘Physical Review Letters’ que recoge la evidencia experimental de que las estrellas pueden generar sonido, informa el diario británico ‘Daily Mail’. De esta forma determinaron gracias al uso de un láser ultraintenso sobre un objetivo de plasma que cuando un material, ya sea polvo o gas, cae en las cercanías de una estrella, se produce un sonido muy agudo en su plasma presente. Los investigadores hallaron que en la billonésima parte de un segundo después de un golpe del láser, el plasma fluyó rápidamente desde las zonas de alta densidad hacia las regiones más estancadas de baja densidad, de tal de manera que el plasma apilado entre las regiones de alta y baja densidad generó una serie de pulsos de presión que desembocaron en una onda de sonido. John Pasley, del Instituto de Plasma de la Universidad de York, ha explicado que este fenómeno “es más común en estrellas jóvenes” que se encuentran acumulando material de su entorno, de forma que esto sería menos común en las estrellas adultas, como puede ser nuestro Sol. “Cuando [las estrellas] se encuentran acumulando nuevo material, podrían generar sonido de una manera muy similar a lo que hemos observado en el laboratorio. De esta forma, las estrellas podrían estar cantando pero, ya que el sonido no puede propagarse a través del vacío del espacio, nadie puede oírlas”, explica Pasley. Fuente: Rt Júpiter arrasó el Sistema Solar y lo hizo habitable Una simulación sugiere que el sistema planetario de la Tierra es distinto a los conocidos por una migración del planeta gigante que lanzó varios planetas contra el Sol “Sin la Luna, la Tierra entraría en un movimiento caótico y la vida humana sería imposible” Como una gigantesca bola de demolición, durante la infancia del Sistema Solar, Júpiter avanzó hacia el Sol desde el extrarradio donde se había formado. El empujón de aquella masa gigantesca arrasó una primera generación de planetas, algo más grandes que la Tierra y con atmósferas más densas, muy distintos de los que hoy ocupan las primeras filas en torno a nuestra estrella. Sacados de sus casillas orbitales, comenzaron a chocar entre ellos y acabaron hechos añicos y lanzados contra el Sol. Con los escombros de aquel derribo, se formaron los planetas terrestres actuales, de Mercurio a Marte, más pequeños y con atmósferas menos densas que las habituales en otros sistemas planetarios conocidos. Esta es la hipótesis planteada esta semana por un equipo de investigadores de EE UU en la revista PNAS para explicar por qué el Sistema Solar es distinto a los cientos de sistemas planetarios descubiertos durante los últimos años. En estos mundos lejanos descubiertos por telescopios como Kepler, la masa de los planetas terrestres cercanos a su estrella es mayor que la de los solares. Además, normalmente, en estos sistemas hay al menos un planeta mayor que la Tierra orbitando a una distancia menor que Mercurio y en general se encuentran más próximos a su estrella. Los cambios provocados por Júpiter hacen que la atmósfera de la Tierra sea diferente a la de otros sistemas planetarios Las simulaciones propuestas por los científicos de la Universidad de California en Santa Cruz y el Instituto Tecnológico de California (EE UU) sugieren también que hubo un segundo movimiento que permitió la aparición de los planetas terrestres que conocemos. Durante aquellos primeros millones de años de vida del Sistema Solar, cuando Júpiter parecía lanzado hacia una colisión ineludible contra el Sol, apareció un segundo gigante que detuvo la caída. El planeta de los anillos se formó más tarde, pero fue atraído a mayor velocidad hacia la estrella de tal manera que acabó atrapando a su hermano mayor. Cuando los dos planetas estaban lo bastante próximos, quedaron trabados en lo que se conoce como resonancia orbital. Cada vez que Júpiter completaba una vuelta en torno al Sol, Saturno completaba dos, produciendo un tirón mutuo acompasado, como una madre que impulsa a su hija en un columpio, que detuvo el avance de los dos objetos. En ese punto comenzó un retorno, desde las 1,5 unidades astronómicas de distancia mínima hasta el Sol (una unidad astronómica es la distancia que separa el Sol de la Tierra), hasta las 5 de la actualidad. Con esa retirada, fue posible que los restos de la escabechina que había provocado el ataque inicial de Júpiter sobreviviesen para formar los planetas terrestres actuales. Según explican los autores, su hipótesis requiere varios millones de años para que los trozos de planetas fruto de la primera destrucción se volviesen a reunir. Esto cuadra con los datos que sugieren que la Tierra se formó entre 100 y 200 millones de años después de la aparición del Sol. Además, la formación del planeta tiempo después de que se disolviese la nube de hidrógeno y helio en la que surgió el Sistema Solar, explicaría por qué la Tierra no contiene hidrógeno en su atmósfera. La aparición de la Luna tras un choque catastrófico facilitó la aparición de la vida en la Tierra. Por último, el camino de ida y vuelta de Júpiter acabó produciendo una peculiaridad más del Sistema Solar frente a la mayoría del resto de sistemas conocidos: la existencia de dos gigantes gaseosos muy alejados de la estrella. En el también improbable caso de que estos monstruos existan, suelen encontrarse próximos a su astro. El estudio publicado en la revista PNAS sugiere que el entorno planetario en el que surgió la vida puede no ser tan común. Además, en el caso de la Tierra, habría que contar con otro fenómeno desastroso que acabó creando unas condiciones favorables para el desarrollo de los seres vivos. Hace 4.500 millones de años, cuando se estaban empezando a formar de nuevo planetas a partir de los restos que quedaron tras el empujón de Júpiter, la Tierra colisionó con otro cuerpo menor. Del choque, que prácticamente destruyó nuestro planeta, surgió la Luna. Este satélite, mucho mayor en relación al planeta que orbita que otros objetos similares del Sistema Solar, estabilizó el eje de la Tierra frente a las influencias gravitatorias del Sol o Júpiter, que lo habrían convertido en un mundo inhóspito con cambios de temperatura brutales en periodos relativamente cortos. Así, dos sucesos desastrosos pudieron convertir el Sistema Solar en un lugar peculiar donde pudo aparecer un planeta de circunstancias infrecuentes como la Tierra en el que apareció algo tan extraño (por lo que se conoce hasta ahora al menos) como la vida. Fuente: El País El Universo colapsará sobre sí mismo en un ‘big crunch’ Un equipo internacional de físicos ha propuesto un mecanismo de ‘colapso cosmológico’ que predice que el Universo “de forma inminente” dejará de expandirse para colapsar sobre sí mismo en un llamado ‘big crunch’, destruyendo la materia tal y como se nos manifiesta hoy en día. Un equipo de físicos, formado por Nemanja Kaloper de la Universidad de California en Davis (EE.UU.) y Antonio Padilla de la Universidad de Nottingham (Reino Unido), ha publicado un estudio en la revista especializada ‘Physical Review Letters’ que revela el descubrimiento de un nuevo mecanismo de ‘colapso cosmológico’ a partir de una explicación de la energía oscura, informa el portal científico Phys.org. Así, los investigadores sostienen que el Universo dejará su vertiginosa dinámica de expansión y llegará a un punto de inflexión en el que comenzará a encogerse, el cual culminará en un ‘big crunch’, colapsando sobre sí mismo. Los cálculos de los científicos sugieren que este colapso es “inminente” y que tendría lugar en el orden de unas pocas decenas de miles de millones de años, lo cual se considera un periodo corto desde el punto de vista cosmológico. “El hecho de estar observando en la actualidad energía oscura puede ser considerado como una señal de muerte inminente, y estamos tratando de analizar los datos para poner algunas cifras en la fecha final”, explica Padilla, añadiendo que “las primeras indicaciones sugieren que el colapso entrará en funcionamiento en unas pocas decenas de miles de millones de años, pero aún tenemos que verificar esto adecuadamente”. Fuente: RT El misterioso objeto que sobrevivió un encuentro cercano con un agujero negro Los astrónomos captan un extraño cuerpo celeste que sobrevive al momento en el que hace su mayor aproximación a un gigante agujero negro situado en el centro de la Vía Láctea. Las imágenes son el mejor registro gráfico obtenido hasta el momento de un evento cósmico como este. El objeto no es otro que la polvorienta nube de gas G2, que en mayo de 2014 se acercó de manera significativa al agujero negro central de nuestra galaxia, según un nuevo resultado del ‘Very Large Telescope’ (VLT) del Observatorio Europeo Austral (ESO). Las imágenes sugieren que la compacta nube no parece haberse deformado significativamente, lo que ha llevado a los científicos a suponer que se trata de una joven estrella con un núcleo gigante que todavía está creciendo. El pronóstico de los astrónomos preveía que debido a la alta gravedad y a las grandes fuerzas existentes en la región, la nube quedaría destrozada y dispersa a lo largo de su órbita, dando además un ‘gran banquete’ al agujero negro, que absorbería parte de su material. Usando complejo instrumentos de óptica, el VLT pudo determinar que antes de la máxima aproximación, la nube se alejaba de la Tierra a unos diez millones de kilómetros por hora y, después de pivotar alrededor del agujero negro, las mediciones indicaron que se acercaba a la Tierra a unos 12 millones de kilómetros por hora. Mónica Valencia, investigadora posdoctoral de la Universidad de Colonia (Alemania) asegura que “fue sorprendente ver que el resplandor de la nube de polvo permaneció compacto antes y después de la aproximación al agujero negro”. Fuente: RT Logran ver el ‘corazón’ de una estrella en explosión por primera vez Un equipo internacional de astrónomos ha podido captar por primera vez el ‘corazón’ de una estrella en explosión, combinando datos de telescopios que se encuentran separados por cientos o incluso miles de kilómetros de distancia, informó la Universidad de Manchester. Según explican los autores del trabajo, que ha sido publicado en ‘Nature’, se han identificado los lugares donde una explosión estelar, conocida como nova, emite rayos gamma y cómo los genera. Tim O’Brien, uno de los miembros del equipo que trabajó en el estudio, ha explicado que “la nova se genera cuando el gas de una estrella compañera cae sobre la superficie de una estrella enana blanca en un sistema binario, lo que desencadena una explosión termonuclear en la superficie de la estrella que bombardea el gas en el espacio a velocidades de millones de kilómetros por hora”. Fuente: RT Estrella velocidad la Vía explosión rompe récord de al ser expulsada de Láctea por una termonuclear Una poderosa explosión de una supernova en la constelación de la Osa Mayor expulsó a una estrella vecina a velocidades nunca antes vistas, condenándola a abandonar la Vía Láctea. Investigadores del Observatorio Europeo Austral, en un estudio publicado en la revista ‘Science’, descubrieron una estrella que se desplaza a grandes velocidades, lo suficientemente rápido como para escapar de las garras gravitacionales de nuestra galaxia. Hasta ahora los astrónomos habían descubierto estrellas hiperveloces que alcanzaban hasta 850 kilómetros por segundo. Pero en el último descubrimiento, la US 780, los investigadores europeos observaron que dicha estrella superó los 1.200 kilómetros por segundo. Los autores del estudio consideran que el responsable para que US 780 haya abandonado la Vía Láctea sería un agujero negro supermasivo que se encuentra en el núcleo galáctico. Según explicaron, las interacciones gravitacionales de dos estrellas con un agujero negro supermasivo, provoca que una de ellas explote como una supernova, mientras que la segunda es expulsada a grandes velocidades a consecuencia de la detonación. Fuente: RT El Curiosity halla una prueba más de que pudo haber vida en Marte Curiosity halla una prueba más de que pudo haber vida en el Marte. Marte nos ha dado pistas nuevas respecto a la posibilidad de que pudo albergar vida. El explorador Curiosity ha encontrado nitratos incrustados en una roca. El elemento hallado se considera uno de los principales precursores de la vida en la Tierra. Aunque los científicos estaban buscando moléculas de carbono orgánico, que serían pruebas más directas de la presencia de vida ya que se producen solo en organismos vivos, el hallazgo de nitrógeno es también importante, comenta un miembro del equipo de la NASA. Durante el análisis de tres muestras de rocas obtenidas por el Curiosity, fue encontrada una cantidad significativa de óxido de nitrógeno equivalente a la cantidad que se encontraría actualmente en lugares más secos de la Tierra. El óxido de nitrógeno es un componente que proviene de nitratos. Al mismo tiempo los científicos subrayan que el hallazgo de nitrato no es una prueba definitiva de la presencia de vida hace millones de años en Marte ya que los nitratos podrían haberse formado a causa de ‘un choque térmico’: un rayo o el impacto de un asteroide podría haber provocar la síntesis particular. La tarea principal por el momento es averiguar si el proceso que generó los nitratos sigue produciéndose en el Planeta Rojo. Fuente: RT