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1 Microfinanzas, economía solidaria, ética y Doctrina Social de la Iglesia en el contexto latinoamericano y caribeño de hoy. Monseñor Luis Bambarén Gastelumendi S.J. Obispo emérito de Chimbote, Perù 06 y 07/02/2009 Introducción. El mundo actual enfrenta múltiples crisis que van relacionadas entre sí, y como ya todos sabemos la crisis financiera internacional según el Banco Mundial ha permitido el aumento de la pobreza en 40 millones de personas para el año 2009, y la Organización Internacional del Trabajo dice que 20 millones más de personas estarán desempleadas a fines del próximo año. Es así como hace unos pocos meses experimentamos como día a día se iba acercando el “apocalípsis financiero” donde la arquitectura financiera internacional de debilitó severamente, nada volverá a ser como antes y más aún hasta hoy, el riesgo sistémico permanece. La «edad de oro» de Wall Street se acabó y también la etapa de los «amos del universo» que siempre estuvieron poseídos por una lógica de rentabilidad a corto plazo. La globalización condujo la economía mundial a tomar la forma de una economía de papel, virtual, inmaterial, se dice que no hubo regulación, fue por falta de control pero todos sabemos que fue por falta de ÉTICA. Se han autodestruido por su propia voracidad, por aquella ley del cinismo neoliberal donde se privatizan los beneficios pero se socializan las pérdidas Se dice que ha terminado la etapa más agresiva de la globalización neoliberal, que generó la crisis de la economía, la crisis alimentaria, de paz y seguridad humana, de los combustibles, del cambio climático, Estas múltiples crisis sin embargo, representan para el mundo un desafío y una importante oportunidad de nuevos liderazgos que cambien los estilos de vida en nombre de la justicia para bien de la sobrevivencia del género humano. Debemos humanizar la economía y la política, solo así podremos erradicar la pobreza y el hambre velando por los derechos humanos de todas las personas del planeta. Es allí que como miembro y pastor de la iglesia católica hacemos la invocación desde nuestra V Conferencia General de Obispos de América Latina y El Caribe en Aparecida diciendo que: La misericordia siempre será necesaria, pero no basta si persisten los círculos viciosos que crean la pobreza. Las obras de misericordia deben llevar a una justicia social que promueva al ciudadano como sujeto de su propio desarrollo. En su carta encíclica, Deus Caritas Est, el Papa Benedicto XVI dijo que el orden justo de la sociedad es una tarea política, pero la iglesia no puede quedarse al margen en la lucha por la justicia. También es tarea de la Iglesia denunciar la injusticia y despertar las conciencias para desarrollar los valores sociales. Vivir valores es la condición para construir la justicia. (DA 385) La cultura actual tiende muchas veces a olvidarse de la dignidad humana y coloca al poder, la riqueza y el placer por encima del valor humano. Tenemos que volver a anunciar el valor supremo de cada persona, valor basado en el hecho que Dios nos ha creado. (DA387) Creemos que en el Dios vivo revelado en Jesucristo, se encuentra la dignidad de la vida humana. Por lo tanto, nuestra misión es anunciar este mensaje para que cada persona humana viva de acuerdo con la dignidad que Dios le ha dado. La dignidad alcanzará su plenitud cuando Dios sea todo en todos, nuestra fe nos permite ahora mismo juzgar la realidad para salvaguardar la dignidad de las personas y de los pueblos. (DA389) Nuestra fidelidad al evangelio nos exige proclamar esta verdad sobre la dignidad de la persona en todos los lugares del mundo. (DA390) 2 Nuestra gran preocupación es por los millones de personas que no pueden llevar una vida que responda a esa dignidad. La opción preferencial por los pobres es uno de los rasgos que marca la fisonomía de la Iglesia. En su carta Iglesia en América, el Papa Juan Pablo II asumió esta misma preocupación y abogó por un orden social justo en que reine el bien común. (391) Tanto el Papa Benedicto XVI como su antecesor, el Papa Juan Pablo II enseñan que la Iglesia es abogada de la justicia y defensora de los pobres ante intolerables desigualdades sociales y económicas que claman al cielo. La Doctrina Social de la Iglesia nos enseña a trabajar con esperanza, porque como dijeron los obispos en el sínodo en Roma el 2003, si no hay esperanza para los pobres, no la habrá para nadie. No basta tampoco trabajar sólo con los pobres. Esta opción nos exige a trabajar con los banqueros y políticos para que creen las condiciones para el desarrollo económico justo. (DA395) Un problema de nuestra época es que nos dejamos contagiar por el consumismo individualista. Por eso, nuestra opción por los pobres se quedará en pura teoría si no afecta nuestro comportamiento o no se realiza en acciones. Hay que dedicar tiempo a los pobres para escucharlos y atenderlos, y esto implica un compromiso de toda la vida. Deben inclusive compartir nuestras vidas como dijo Jesús en la parábola del banquete (lucas 14, 13) (397) Queremos, por tanto, impulsar el Evangelio de la vida y la solidaridad. Guiados por la luz de la DSI y con el compromiso de laicos y laicas para intervenir en lo social, podremos promover caminos eclesiales más efectivos. Con la gracia divina nada de lo que realizamos por solidaridad se habrá perdido ni habrá sido en vano.(400) Los nuevos rostros de los pobres (debido a la globalización: Migrantes; víctimas de violencia, desplazados y refugiados; víctimas de tráfico de personas y secuestros; enfermos de VIH sida; adultos mayores; niños y niñas víctimas de abuso y explotación; personas con capacidades diferentes; mujeres maltratadas; Grupos de desempleados; personas que viven en la calle; excluidos por analfabetismo tecnológico; indígenas y afro-descendientes; campesinos sin tierras y mineros. (402) Es tarea de creatividad pastoral, diseñar acciones concretas que tengan incidencia en los Estados para que se aprueben políticas sociales y económicas más justas. Contamos con la ayuda de otras organizaciones de la sociedad civil para hacer una permanente lectura cristiana desde la DSI y una aproximación pastoral a la realidad de nuestro continente. Y así tendremos una base sólida para exigir a las autoridades que tomen sus decisiones desde una perspectiva ética, solidaria y auténticamente humanista (403) Alentamos a los empresarios que generan riquezas, para que promuevan la sociedad justa y la paz, cuando generan empleo digno y facilitan la democracia. Generen fuentes de trabajo en vez de acciones especulativas. Vivan vidas modestas y colaboren con los gobiernos para conseguir el bien común (404) Las Microfinanzas Microfinanzas El concepto de microfinanzas hace referencia al conjunto de actividades financieras de tamaño mínimo vinculadas principalmente a sectores cercanos y/o por debajo de la línea de pobreza o bien conductores (as) de micronegocios sean éstos actividades de autoempleo o de microempresa. Las microfinanzas. Las microfinanzas incluyen al microcrédito, pero van más allá que éste incorporando por lo menos los ahorros, sean éstos a la vista o a plazos. 3 Respecto de lo primero, una constante de las microfinanzas es que por ser una actividad financiera que requiere el repago de un crédito con un costo del dinero (tasa de interés), implica que los prestatarios tengan alguna actividad económica sea de trabajo independiente o dependiente que le permita dicho repago. Por lo tanto las microfinanzas por el lado del crédito muy difícilmente podrán tener como beneficiarios a los sectores poblacionales de mayor pobreza relativa. Respecto a lo segundo, esto es, las actividades de autogeneración de ingresos, éstas pueden clasificarse o bien como actividades de autoempleo, por lo general conducidas por una persona con o sin algunos miembros de su familia, con una organización empresarial mínima o prácticamente inexistente o bien como actividades de microempresa por lo general definidas por los ordenamientos legales de los países (legislación sobre microempresa) o bien referidas a actividades que involucran al conductor del negocio más algún familiar remunerado, en algunos casos trabajadores dependientes también remunerados y con un cierto nivel de “complejidad” de la organización empresarial (a nivel administrativo) y acogiéndose a programas básicos de formalización. Las microfinanzas decimos que implican el microcrédito, pero van más allá que éste en la medida que incorporan otros productos financieros como es el caso de los ahorros, sean éstos a la vista o a plazos. De hecho se considera como un distintivo de las microfinanzas el de propugnar una “cultura del ahorro”. En cuanto a los créditos se considera “micro” crédito cuando éste, por estar proyectado al tipo de beneficiarios anteriormente mencionado, tiene rangos que se sitúan en niveles de subsistencia o bien de acumulación simple y hasta primeros estadios de la acumulación ampliada1. De hecho y dependiendo del tipo de programas, la metodología crediticia y del contexto de país, pueden llegar a mínimos montos de US$30 o US$50 y montos máximos de hasta US$1,500. Por lo general la media se sitúa alrededor de los US$300 a US$400, media que para algunos países podrían representar los montos máximos de crédito. En otras experiencias de crédito popular en países del Norte se ha incorporado un nuevo producto financiero llamado capital de riesgo o risk-capital o venture.capital, que consiste en que la entidad de finanzas populares no da un préstamo sino que participa de inversionista asociada al beneficiario participando de los dividendos del negocio de éste último y vendiendo sus acciones o participaciones luego de un tiempo programado en el haya recuperado su inversión2. En el caso de experiencias cooperativas de ahorro y crédito que implementan líneas de microcrédito se han desarrollado también algunas líneas de seguros (de vida por ejemplo). En el caso muy difundido del micro-crédito a través de los bancos comunales, el ahorro es depositado en una cuenta “interna”3, por lo general abierta en un banco comercial por fuera de la entidad de microfinanzas. Por sobrevivencia entenderemos la situación de la actividad económica que trabaja por debajo o máximo únicamente al nivel de sus costos. Por subsistencia a la actividad que sólo logra cubrir sus costos. Por acumulación simple a la actividad que genera una ganancia mínima, pero que esta es empleada para fines de la subsistencia y por acumulación ampliada cuando toda o parte sustantiva de la ganancia es utilizada para el crecimiento del pequeño negocio. 2 Un ejemplo de esta modalidad es la Cooperativa de Ahorro y Crédito CREDAL de los estudiantes de la Universidad de Lovaina con lo cual han apoyado la creación de micronegocios por los estudiantes egresados. Para lo que es Capital de riesgo el BID ha creado el FOMIN (Fondo Multirateral de Inversiones) que cuenta actualmente con varios clientes de la región, aunque éstos provienen mayormente de la pequeña empresa de punta o la mediana empresa. No aún de la microempresa. 3 A diferencia de la “cuenta externa” que es la que tiene el banco comunal con la organización de microfinanzas que otorga el préstamo al banco comunal. 1 4 Algunos programas de microfinanzas combinan el crédito para actividades de microempresa o autoempleo con el crédito al consumo, dirigido a beneficiarios con ingresos provenientes del empleo dependiente. Economía solidaria El concepto de la economía solidaria hace referencia al desarrollo de las actividades económicas debido principalmente a la movilización del factor de la cooperación, del compartir, de la ayuda mutua, de las diversas formas que podríamos englobar dentro del concepto del valor ético de la solidaridad. El lineamiento es unirnos para conseguir juntos lo que individualmente no va a ser posible lograr. El factor de la “solidaridad” ha sido definido por Luis Razeto como el “Factor C”4 El Factor5 C, se refiere al hecho que la unión de voluntades genera una energía social cuya aplicación en las actividades económicas tiene efectos positivos directos, incrementando productividad y la eficiencia de las operaciones económicas. La solidaridad se refiere al hecho de estar y hacer las cosas juntos, en beneficio común o compartido, implicando relaciones horizontales de ayuda mutua y cooperación. Nace de vivir una misma situación, de enfrentar similares problemas, ser parte de una misma organización con objetivos comunes. Establece vínculos estrechos entre el trabajo y la solidaridad en el sentido que el primero se concibe como una actividad grupal en la que muchos colaboran para el logro de un resultado común. La solidaridad económica demuestra ser más eficiente en la medida que se alcanzan mejores resultados que las actividades no cooperativas e individuales. Donde existen comportamientos y relaciones solidarias la productividad y el beneficio social se incrementa, se evidencia la presencia del Factor C. En la actividad económica el Factor C y la solidaridad se manifiestan de formas distintas: uso común de medios de producción, compartir conocimientos y experiencias, colaboración en el trabajo, distribuir los resultados de la operación económica de manera justa y equitativa, etc. Para que se forme parte de la economía solidaria no es indispensable que se den simultáneamente todas las manifestaciones del Factor C. Pero, es necesario que la solidaridad sea tan eficaz como para impactar en la racionalidad económica (grupal e individual) haciendo predominar la cooperación sobre la competencia. La práctica de la solidaridad, aunque sea por motivos individuales, termina incorporando el valor de la cooperación y el compartir en la conciencia y voluntad de las personas y grupos. La economía solidaria en América Latina y El Caribe surge a partir de las experiencias de pobladores y pobladoras de la ciudad y el campo en su lucha cotidiana por sobrevivir y mejorar sus condiciones de vida en base al apoyo mutuo, organizándose de muy variadas formas para acceder a un espacio en la economía existente, compartiendo los beneficios económicos, sociales, culturales de esa participación pequeña aún en dicha economía. Razeto Luis, “El factor c: La solidaridad convertida en fuerza productiva y en factor económico”, en: Globalización de la solidaridad un reto para todos. CES y CEP: Lima, 1998, p28. 5 Factor económico, es aquel elemento que genera un aumento en la productividad que debe ser reconocido como aporte especial y propio. 4 5 Surge a partir de la economía popular definida ésta como el conjunto de actividades de producción, distribución o consumo que realizan estas personas y organizaciones sea para auto-generar ingresos, empleo o bien para reducir los costos de vida accediendo a bienes básicos (alimentos, medicinas, vivienda, servicios básicos, etc)6. Cuando la economía popular se realiza en base al apoyo mutuo, la cooperación y diversas formas de compartir (conocimientos, mercados, tecnología), la llamaremos “Economía Popular Solidaria”; en éste caso estas personas cultivan y desarrollan, a diversos grados, el VALOR de la SOLIDARIDAD. Es así como surgen diversas organizaciones de economía popular solidaria en los sectores económicos productivo (pequeñas y microindustrias, empresas autogestionarias productivas), de comercio (pequeños comerciantes, vendedores ambulantes), de servicios (talleres de mantenimiento y/o reparación, servicios de contabilidad u otros), de consumo (comedores populares autogestionarios7, clubes de madres, comités de salud, diversas asociaciones de vivienda), en el sector financiero (fondos rotatorios, más recientemente “bancos comunales”de micro-crédito, o grupos solidarios o cooperativas de ahorro y crédito), también en el sector educativo (grupos de educación popular). Las experiencias de economía popular solidaria combinan lo personal con lo colectivo de manera cada vez más creativa. Por ejemplo, muchos microempresarios/as han creado asociaciones de microempresarios/as. Existen también Federaciones de Vendedores Ambulantes, que se organizan con la finalidad de acceder a servicios comunes (crédito, capacitación, convenios comerciales o de abastecimiento con los sectores público y/o privado) o bien para lograr dialogar y/o coordinar o aún concertar con el Estado (central o local) para obtener normas favorables para su desarrollo. Si bien es cierto que estas experiencias son heterogéneas y entre ellas se dan también situaciones de competitividad e individualismos, la constante sigue siendo el apoyo mutuo para conseguir en conjunto lo que individualmente no les es posible lograr. Podríamos decir que, en la práctica, estas actividades desarrollan un camino y estrategia solidaria, aunque el grado efectivo de solidaridad en cada caso sea diferente8. La solidaridad no es algo que esté logrado de una vez “para siempre”. Es un valor que debe ser permanentemente cultivado9. En la perspectiva del desarrollo local. No es lo mismo economía popular y economía informal. En el primer caso el concepto de economía popular hace referencia a una realidad existente basada en el trabajo de hombres y mujeres de la ciudad y el campo que, desde sus situaciones de pobreza, exclusión, desempleo y subempleo ponen en marcha actividades económicas que tienen como finalidad enfrentar estas carencias. En el segundo caso, el concepto “ïn-formal” hace referencia básicamente a actividades económicas por fuera del marzo regulatorio.. La economía popular no está necesariamente fuera de lo legal, por ejemplo existen pequeñas cooperativas y/ microempresas que cuentan con sus registros normales, pero son a la vez actividades de economía popular desde su nacimiento por las características socio-económicas de sus participantes. Por otro lado el concepto de “economía informal” es engañoso pues encubre ciertas actividades de evasión de impuestos muchas veces creadas por las grandes empresas “formalmente establecidas”. 7 En el Perú existe la experiencia de los comedores populares autogestionarios, que son organizaciones de mujeres de sectores urbanos populares. Cada comedor está conformado por un promedio de 25 a 30 personas que se organizan para cocinar colectivamente de manera rotativa, producen un promedio de 130 menús (platos de comida) diarios, con precios diferenciados de acuerdo a las condiciones económicas de cada familia, también desarrollan actividades educativas y formativas. En Lima, capital del Perú existen 1,800 de estos comedores autogestionarios y a nivel nacional 10,000. Se han organizado en “Centrales zonales”y se han federado en la Federación de Centrales de Comedores Populares Autogestionarios y Afines de Lima y Callao. Posteriormente han creado pequeñas y micro empresas desde su red social y han logrado la dación de la Ley No.25307 de promoción de las organizaciones sociales de base. 8 De ahí la importancia de la formación ética para las actividades de economía solidaria. 9 Ortiz, Humberto: Economía solidaria, participación y desarrollo local en América Latina y el Perú, artículo presentado a evento CUT. 6 6 El cómo las actividades de economía solidaria se interrelacionan entre sí y con otras actividades no necesariamente de economía solidaria para desarrollar diversas formas de intercambio en las cuales crecientemente se vayan viviendo los valores de justicia y solidaridad. Se trata por lo tanto de diversas interrelaciones producción-comercio-consumo-servicios generales-tecnología-finanzas y los grados de eslabonamiento que establecen entre ellas motivadas por el valor de la solidaridad. Este es el plano de la aplicación del concepto de la economía solidaria al desarrollo local y regional. La economía solidaria pone en juego también un proceso de desarrollo también Solidario: en la medida que la opción por el desarrollo ponga en juego decisiones éticas basadas en la corresponsabilidad, la ayuda mutua, y la preocupación y acción solidaria con los más pobres. En este caso entendemos por desarrollo al proceso por el cual las personas y comunidades van mejorando sus niveles de vida tanto en cantidad como en calidad de vida10. El desarrollo de comunidades, pueblos y naciones implica la ayuda mutua de todos y todas los/las que les conforman, sea cual fuere su raza, credo o posición en la sociedad. Es necesario proponer caminos nuevos desde las economías locales y regionales, que se articulen crecientemente y generen un nuevo proceso de desarrollo solidario. Es posible trazar en cada distrito, provincia o región una estrategia basada en la potenciación de los circuitos de intercambio desde la economía solidaria entre los sectores de Producción (P), Comercio ©, Servicios (S), Consumo ( C ), Finanzas (F), entidades locales de tecnología (T) tales como los centros de estudios ocupacionales, tecnológicos o las propias universidades así como los gobiernos locales y regionales para el desarrollo de las economías locales. Ejemplos serían programas de ahorro y crédito desde entidades autogestionarias de ahorro y crédito para el intercambio entre los productores, comerciantes y consumidores locales11. En esta línea la puesta en marcha de programas de asentamientos industriales planificados, centros de servicios empresariales, canastas alimentarias, medicinas básicas, centros de acopio y distribución son ejemplos. Paralelamente programas de mejoramiento de tecnologías locales, de capacitación en gestión empresarial desde los institutos de tecnología local, programas de mejoramiento de rentas municipales y de las propias inversiones municipales locales, así como programas de formalización y apoyo a la comercialización interna y exportación. Todo ello podrá potenciar circuitos económicos solidarios locales multi-transaccionales. En esta estrategia será necesaria la promoción de intercambios comerciales incluso con sectores oligopólicos y trasnacionales, a condición de que éstos desarrollen la responsabilidad social, apliquen los códigos de ética con equidad, den cuenta de su acción social a través de balances sociales. Aquí el rol de los sindicatos de dichas grandes empresas será de suma importancia. Los instrumentos para lograr esto han de ser los planes integrales de Desarrollo Local y regional articulados, negociados, concertados, implementados con una perspectiva responsable y solidaria. Como decía SS Pablo VI, pasar de condiciones menos humanas a condiciones más humanas, Cfr. Populorum Progressio 20. 11 El trabajo con los consumidores reviste sustantiva importancia. Se necesita desarrollar la conciencia del consumidor, que identifique su real capacidad de compra por pequeña que ésta sea y su opción preferencial por los productos elaborados en la localidad, por los productores y empresarios/as de su localidad. Ello implica también una exigencia especialmente en la calidad de los productos ofertados por productores o entidades de servicio locales. 10 7 Lo dicho podemos expresarlo en el siguiente gráfico, donde también se visualiza la necesaria interacción de un proyecto de desarrollo solidario local/regional con el mercado (fuera de la localidad o región), el estado (a través de sus políticas públicas), la cooperación internacional y la propia sociedad civil más allá del ámbito regional o local. Gráfico Nro. 1: Economía Solidaria en el espacio local o regional SOLIDARIDAD INTERNACIONAL MERCADO PRODUC CION CONSU MO FINAN ZAS FACTOR “ C” TECNO LOGIA ESTADO CENTRAL, REGIONAL, LOCAL COMER CIO SERVI CIOS SOCIEDAD CIVIL Responsabilidad social En el contexto de la globalización existe por el lado de la empresa privada una redefinición de sus responsabilidades en el sentido que la empresa debe asumir mayores exigencias para con sus trabajadores y para con el entorno o las comunidades sobre las cuales se asientan. Podría decirse que un objetivo fundamental de las empresas privadas es satisfacer las necesidades de la comunidad y la sociedad (mercado). Si no lo hacen difícilmente harán utilidades. Para lograr estas utilidades o ganancias no pueden dejar de lado la dimensión laboral, la inversión por mejorar la productividad de sus trabajadores, lo que implica un cambio también en el modelo organizacional de la empresa y en sus propios presupuestos. Hoy en día las empresas buscan de sus trabajadores la motivación, la identificación con la empresa, la transparencia, la participación, etc. Toda actividad empresarial, sea ésta productiva, comercial o financiera genera impactos sociales. Las empresas buscan cada vez más visualizar esos impactos en el ambiente, en el empleo, en la educación, la salud. En síntesis, con estabilidad social, ambiente sano, acceso al saber, al conocimiento y una nueva forma de organización empresarial habrá impacto positivo en la productividad, en las ganancias y por ende en la sociedad. Una empresa que funciona con estos criterios podríamos decir que está siendo una empresa económica y socialmente responsable. La responsabilidad social implica un compromiso ético de la empresa con la sociedad, con sus trabajadores, con la comunidad en la que se asienta.12 12 Dr. Baltazar Caravedo 8 Desde otro punto de vista, y en un sentido más amplio podríamos decir que la sociedad civil en una determinada localidad, región o país (y dentro de ella el sector de la empresa privada) a través de su multiforme organicidad tiene pleno derecho de participar en las labores de diseño y evaluación del impacto comercial, medioambiental y cultural que poseen las actividades productivas. Cuando esto no sucede – cosa bastante frecuente – se abre la posibilidad de que una empresa expolie a una comunidad de recursos que le pertenecen sin que ésta reciba los beneficios auténticos de esta explotación13. Economía solidaria en las microfinanzas La economía solidaria en las microfinanzas pone en juego los conceptos de solidaridad y responsabilidad en la economía, lo que en resumidas cuentas se evidencia en el desarrollo del “capital social” de las comunidades, regiones, países, etc. Enfoque social El “capital social” se puede definir como la capacidad de cooperar y de actuar juntos utilizando o creando los vínculos sociales necesarios para conseguir objetivos solidarios y sostenibles comunes. El capital social no se refiere por lo tanto únicamente a la suma de las capacidades individuales, sino a un capital colectivo que pertenece a un determinado grupo social y que le permite garantizar su cohesión, su permanencia y su acción. El capital social es el resultado de la interacción entre los valores compartidos por las personas y las instituciones, así como las estructuras en que encuentran para asemejarse a dichos valores14. Los indicadores que permiten medir el estado del capital social pueden ser: la participación de los clientes de la institución de microfinanzas en las decisiones, la asignación de recursos, sus capacidades para analizar sus situaciones y para formular un proyecto, el estado de su salud, seguridad, educación, vivienda, sus capacidades de organización, de gestión, de establecer relaciones con el entorno administrativo y político, de negociar en el entorno técnico, para apropiarse del sistema financiero puesto en práctica, de distinguir las medidas y decisiones buenas de las desacertadas, de proyectarse al mediano y largo plazo, de integrar las herramientas en una dinámica territorial, etc. Las microfinanzas solidarias: tienen como misión utilizar la herramienta financiera para conseguir un desarrollo solidario, equitativo y sostenible. Como visión a largo plazo el aumento del capital social. Sus competencias consisten en pensar de forma global, en poder agrupar a las personas y a los actores en torno a la actividad financiera, en conocer las necesidades de los empresarios individuales y de las comunidades, sean cuales fueran sus condiciones económicas y sociales, por más precarias que éstas sean. La actividad profesional del agente financiero solidario consiste en financiar las actividades de las personas, en un marco de interés general, velando por el respeto al capital social, tendiendo en cuenta que las microfinanzas solidarias actúan en un entorno de pobreza, de exclusión o de dificultad en el acceso a los servicios financieros. Los vínculos sociales constituyen un aspecto de suma importancia para la integración e inserción duradera en la sociedad y en la economía de los gripos y personas más débiles. Los vínculos sociales permiten integrar a los más débiles o a las personas debilitadas económicamente de forma temporal. Al establecer auténticas cadenas de solidaridad, estas personas son, o vuelven a ser, actores. Las microfinanzas solidarias consideran que las finanzas son una herramienta eficaz, pero al servicio del desarrollo humano y social. Al situar a los personas y a sus vínculos sociales en el centro de su misión, las microfinanzas actuarán en función de los contextos y de los entornos, que intentará 13 Dr. Rodrigo Guerra. Fundación Charles Léopold Mayer - Alianza, “Cuaderno de propuestas para el siglo XXI Finanzas Solidarias”. CPP 39 ter, Paris 2001, p9. 14 9 conocer profundidad, para servirlos y valorarlos más. El impacto en el capital social y en la autonomía de sus clientes, lo que, a su vez tendrá un impacto en la permanencia de este tipo de institución. “La caja es una institución financiera que sirve de medio para el desarrollo. No es un fin en sí mismo. Así se puede dar oportunidad a aquellos proyectos con recursos limitados y de perspectivas no seguras, es un análisis que sobrepasa el financiero (no se centra en buscar debilidades, carencias o problemas). Se tiene en cuenta el conocimiento y la fe en el empresariado colectivo, la pericia particular sobre el financiamiento y la relación con las redes afines donde las áreas de acción son: sindical, cooperativa, comunitaria y cultural”15. “Las cajas populares de Desjardins tienen como objetivo contribuir con el bienestar económico y social vía el desarrollo de una red cooperativa de servicios financieros asegurados y rentables haciendo la educación en la democracia, la solidaridad, la responsabilidad individual y colectiva”16. “Al otorgar el préstamo, el Banco debe no sólo ver la capacidad de pago del cliente, sino también su margen para solidarizarse con los miembros del grupo (Bancosol, Bolivia)”17. “El objetivo de la Caja Laboral era vía el crédito impulsar el desarrollo cooperativo y en general el desarrollo de las empresas de economía social fuera del área de Mondragón. Para esto último se crea una unidad técnica de apoyo y orientación llamada la División Empresarial de la Caja Laboral (Mondragón)”18. “Para contribuir al desarrollo debe: (i) ampliar su base social teniendo más presencia en la comunidad con planificación para el crecimiento de acuerdo con la capacidad técnica y económica de la cooperativa, (ii) establecer mecanismos para mantener contacto con los socios y saber sus necesidades (estadísticas e investigación y desarrollo), (iii) buscar que los servicios financieros mejoren el nivel económico, social y cultural de individual y comunitario, (iv) impulsar la provisión de servicios no financieros a entidades especializadas para ello y (v) costo de la provisión del servicio razonable de acuerdo a la eficiencia (no subsidios)”.(Fenacrep)19 Eficiencia económico-financiera Para el fortalecimiento financiero se deberá: (i) movilizar el ahorro de tal manera que las microfinanzas se autofinancien vía el ahorro interno (del sector no microfinanciero incluso), excedentes, fortaleciendo sus reservas y provisiones; (ii) manejar la liquidez evitando la morosidad con un adecuado nivel de encaje; (iii) mejorar la calidad de los activos fortaleciendo el análisis de créditos, inversiones y diversificando más su cartera; (iv) mejorar eficiencia reduciendo los gastos de intermediación al mínimo posible; (v) mejorar la rentabilidad, para lo cual deberá tener un cartera sana, reducir los costos y los precios (tasas de interés y comisiones) de los servicios; (vi) usar tasas de interés reales y no subsidiadas, pero justas (vii) alcanzar los resultados económicos necesarios para mantener de poder adquisitivo de las aportaciones de los socios pagando un dividendo atractivo para los inversionistas (en caso sea una coopertiva de ahorro y crédito o una sociedad comercial) y (viii) tomar provisiones adecuadas tomando en cuenta una evaluación real del riesgo. Guimond, Clément, “Caja de economía de los trabajadores y trabajadoras del Québec” en en Globalización de la solidaridad un reto para todos. CES y CEP: Lima, 1998, p192-194. 16 Arsenault, Raymond, “Reseña histórica del movimiento Desjardins” en Globalización de la solidaridad un reto para todos. CES y CEP: Lima, 1998, p123. 17 Galdo, Javier “Banco Solidario S.A.” en Globalización de la solidaridad un reto para todos. CES y CEP: Lima, 1998, p116. 18 Larrañaga, Jesús “Caja Laboral” en Globalización de la solidaridad un reto para todos. CES y CEP: Lima, 1998, p109. 19 Romo, Marco “FENACREP: estrategias para el desarrollo” en Globalización de la solidaridad un reto para todos. CES y CEP: Lima, 1998, p150-154. 15 10 Desarrollo de capacidades profesionales Política de recursos humanos: (i) promover e invertir en la formación y perfeccionamiento profesional permanente del personal de la entidad de microfinanzas, (ii) establecer criterios técnicos para la selección del personal, (iii) programas educativos permanentes para los socios, dirigentes y la comunidad en general y (iv) pagar salarios justos competitivos teniendo en cuenta la productividad, la calidad del trabajo, el logro de metas y la fidelidad Cercanía y Control de la organización por sus asociados “La configuración jurídica de la caja: alta participación del personal interesado en su éxito (4 miembros del Consejo Rector) y el control de la institución por parte de las Cooperativas socias (8 miembros). Esta configuración permite que se busquen opciones de potenciamiento de carácter comunitario antes que el personal”20 (Mondragón). Especialización y trabajo en redes Lo que podemos inferir de las siguientes experiencias relevantes de finanzas solidarias que desarrollaron esta experiencia: “La MMC es el nuevo modelo de integración donde la función financiera se separa de la empresarial porque, entre otras razones, la seguridad financiera requiere de una alta dispersión de los negocios. Esto permite que las Cooperativas se puedan organizar en sectores por tecnología-producto buscando mayor tamaño y dimensión competitiva en el actual contexto global”21.... “Actualmente la Caja Laboral no es la unidad más importante pero fue una pieza fundamental para el desarrollo Cooperativo pues cumplió con dos funciones: la financiera y la de promoción empresarial. (Mondragón)”22 “Cajas populares. Estas se agruparon en uniones (federaciones hoy) y a su vez estas se agrupan para formar una federación provincial (la actual Confederación) que asume la inspección de las cajas (Desjardins). La Federación comienza a crear instituciones que ofrecen servicios complementarios al ahorro y al crédito (los seguros)”.23 Incidencia en el entorno socio-económico y político Interacción con los gobiernos, donde las instituciones de microfinanzas debe adoptar estrategias para tener un mayor acceso a los centros de decisión, se debe buscar que se apliquen leyes que no las enmarquen en un contexto desventajoso y políticas macroeconómicas adecuadas (inflación, déficit fiscal, etc.) que den un entorno favorable a su desempeño. “ (Impulsar el)...macroinflujo que es la presencia activa de la fundación en espacios de decisión social para promover ideas y acciones a favor de los más pobres”24. Solidaridad internacional El DID (Desarrollo Internacional Desjardins) está presente en 25 países repartidos en los 4 continentes que busca impulsar las empresas cooperativas o asociativas entre ellas: cooperativas de ahorro y crédito, de comercialización agrícolas y ganadería, de suministros, federaciones Larrañaga, Jesús Op. Cit. p108. Ibid, p111. 22 Ibid, p112. 23 Arsenault, Raymond, Op. Cit. p120-121. 24 Querubín, Maria Eugenia, “Fundación Social” en Globalización de la solidaridad un reto para todos. CES y CEP: Lima, 1998, p166. 20 21 11 cooperativas, sociedades de financiamiento, pequeñas empresas, ONG y organismos paraestatales (Desjardins)25. Método de intervención26 Lo anteriormente dicho nos lleva a configurar un método de intervención que tenga en cuenta la solidaridad y los lazos sociales que existen entre las personas, valorarlos en la organización, integrarlos, reforzarlos en sus identidades propias, en vistas a ganar la confianza y crear un ambiente de convivencia y seguridad recíproca. Para mantener la eficacia, es esencial la existencia de mecanismos permanentes de atención al cliente y de verificación de su satisfacción. Además de estar cerca de sus clientes, es necesario disponer de un método de gestión riguroso, eficaz y transparente: deben poder realizarse compromisos financieros, tanto en términos de facilidad de reintegro de los depósitos, como de acceso a tiempo y con un importe suficiente a los créditos. Los métodos que privilegian la formación y la información refuerzan la confianza y optimizan el capital social. Productos financieros Tales como: (i) el ahorro voluntario, flexible, accesible y protegido, por su gran impacto en la creación de vínculos sociales; (ii) en cuanto al crédito, la posibilidad de fijar libremente la cantidad, la duración y los plazos de reembolso (iii) los clientes consideran que los distintos productos aseguradores, como el seguro de defunción, o el seguro de enfermedad refuerzan los vínculos sociales, ya que hacen que las personas cercanas a ellos no tengan que soportar gastos que quizás no puedan afrontar; y (iv) en esta misma línea, los fondos de garantía común a los que se puede suscribir los prestatarios con menos gastos, que permiten que la carga de los impagos temporales no recaiga sobre los avalistas. Eficacia La eficacia de una institución de microfinanzas solidarias puede definirse como su capacidad de proporcionar servicios y productos adaptados que tienen un impacto positivo sobre los beneficios. La eficacia de estos programas se debe a la proximidad respecto a los clientes, la calidad de los servicios que proponen, la posibilidad de evaluar la adecuación de los servicios propuestos y las necesidades de los clientes, etc. Por lo tanto, se produce una correlación directa entre eficacia y el hecho de tener en cuenta los vínculos sociales. Así, los vínculos solidarios ganan en eficiencia porque tienen en consideración las situaciones sociales existentes. La valoración del capital social en las microfinanzas proporciona una gran valor añadido en términos de eficacia: (i) para la institución de microfinanzas ya que disminuye los costes de transacciones y refuerza la permanencia de la institución; y (ii) para los clientes ya que reduce las distancias entre el anonimato de la “banca” y la cultura de los clientes más pobres. Aumenta la información, desarrolla las competencias mediante los intercambios y favorece la participación. Rentabilidad 25 26 Arsenault, Raymond, Op. Cit. p125-126. Fundación Charles Léopold Mayer – Alianza, Op. Cit. p 11-15. 12 La integración de los vínculos sociales en los programas de microfinanzas genera a la vez ahorros y costos suplementarios. Aumento del costo ligado a los vínculos sociales: (i) costos ligados a la formación de grupos (formación al desarrollo de grupos, desarrollo personal, formación no convencional); (ii) costos ligados a la evaluación de los vínculos sociales; y (iii) costos ligados a tener en cuenta los vínculos sociales. Será necesario evaluar el tiempo que habrá que dedicar a cada cliente y compararlo con el número de clientes por agente de crédito. Reducción delos costos ligados a los vínculos sociales: (i) mejora la calidad de la cartera; (ii) fidelización de clientes; (iii) participación de los clientes en el seguimiento; (iv) posibilidad de ahorro con menos costos; (v) disciplina de reembolso debido a la apropiación; y (vi) aumento de la productividad de los agentes de crédito, debido a la formación de los clientes y de los grupos. Debido a ello, los costos de la institución sólo disminuirán en un segundo momento o bien pueden asumirse alianzas estratégicas para compartir y minimizar estos costos, pero sin dejar la agenda de la economía solidaria por fuera de la institución de microfinanzas. Permanencia Las finanzas solidarias, aparte de sus particularidades, deben hacer frente a costos adicionales, por lo que necesitan encontrar los medios de financiarlas especialmente durante los primeros años de existencia. Diferenciar entre costos puntuales de los operativos. Los costos puntuales pueden ser más fácilmente financiados por inversionistas externos también puntuales. Los costos operativos deben encontrar formas de financiación permanente. Se pueden hacer cargo de los costes operativos los: (i) clientes o los grupos, sin cargar costos excesivamente elevados a los clientes para los que los servicios financieros dejarían de ser viables económicamente; y (ii) prestamistas públicos o privados. Posibilidad de crear fondos nacionales respaldados por los prestamistas. Actores y estrategias Los actores son los clientes y/o socios, las instituciones de microfinanzas como tales, los gobiernos y los prestamistas. Los clientes y/o socios Los clientes y/o socios y las comunidades de base por sí solas, a escala individual o en grupos, pueden reforzar los vínculos sociales formulando claramente sus objetivos, aspiraciones y valores, reclamando sus derechos y rechazando las relaciones de instrumentalización. Las instituciones de microfinanzas Los promotores o los agentes de crédito de las instituciones de microfinanzas pueden reforzar los vínculos sociales para facilitar los procesos de desarrollo de los grupos, fomentando que las comunidades y los grupos analicen su situación, ayudándoles a llegar a conclusiones y a poner en práctica sus decisiones, ofreciéndoles a los grupos oportunidades de realizar intercambios o de interacción. La dirección de las instituciones de microfinanzas , puede reforzar los vínculos sociales reforzando las capacidades del persona, concibiendo programas que apoyen las aspiraciones de los grupos y de las comunidades y proporcionando recursos para el desarrollo de los grupos. 13 Las redes nacionales de instituciones de microfinanzas, reforzando los vínculos sociales favoreciendo mesas de trabajo. Desarrollar estrategias específicas según sea el caso: - Donde los vínculos sociales aún permanecen vivos y fuertes, reforzarlos de modo que permanezcan vivos y sirvan de red social a la población. - Donde los vínculos sociales han sido destruidos En las regiones que ha castigado duramente la guerra civil, donde las dictaduras han destruido conscientemente toda forma de organización básica entre las personas e incluso la confianza en el seno de una familia. En estos contextos, las instituciones microfinancieras deben conocer mejor el medio en el que viven sus clientes, las relaciones preexistentes entre la gente, los medios, las barreras y los modos de vida. Deben tener en cuenta estos factores para concebir un sistema que se adapte a este contexto: deben desterrarse los modelos “préstamo al portador”, los productos estandarizados y las formas de organización en las que deben encajar todos los clientes. Deberá realizarse un enfoque de investigación - acción para encontrar, de forma progresiva y junto con las personas, formas de funcionamiento que puedan devolver poco a poco la confianza en uno mismo y en los demás. Se debe asumir responsabilidades, encontrar los valores de los bienes comunes y del servicio a la colectividad. - Donde los vínculos sociales se atenúan y son frágiles Deben intentar encontrar los indicios de estas solidaridades, las organizaciones que más contengan estos valores, los valores concretos que las sostengan. Deben tenerlas en cuenta en la concepción de sus modelos y de sus productos para fomentarlas, revalorizarlas y para que constituyan la base del dinamismo social y económico sobre el que las microfinanzas puedan contribuir de forma útil. Los gobiernos y los prestamistas Pueden apoyar a estas instituciones los gobiernos y prestamistas: (i) integrando el refuerzo de los vínculos sociales en su política de apoyo al sector..Valorar y recoger las “buenas prácticas” y velar porque las instituciones que ellos apoyan los respeten; (ii) traduciendo estas prácticas en indicadores de resultados, en términos de refuerzo de los vínculos sociales respetando la autonomía; (iii) Reconociendo y valorando las microfinanzas solidarias; y (iv) puesta en práctica de un fondo nacional a favor de las microfinanzas solidarias. Estos fondos, respaldados por el Estado, por los prestamistas de fondos públicos y privados preocupados por los vínculos sociales y las instituciones microfinancieras afectadas, servirán para financiar este costo adicional. Publicará cada año la lista de las instituciones más respetuosas y más innovadoras en el refuerzo de los vínculos sociales. Los prestamistas y las instituciones de apoyo Proporcionándoles una asistencia financiera y técnica y promoviendo la formación de capital social. La evaluación de los costos y de los beneficios proporcionará una visión general más completa. Responsabilidad social en las microfinanzas Reconocimiento de que los vínculos sociales constituyen el capital social y la seguridad de la población vulnerable y desfavorecida. 14 Al servir a esta población y reforzar los vínculos sociales en torno a ellas, las instituciones de microfinanzas participan en una misión de interés público. El refuerzo de los vínculos sociales requiere una atención especial en la identificación de los clientes, en el reconocimiento de la solidaridad existente en su entorno, en el hecho de tener en cuenta estos factores en la concepción de los servicios y de los productos que les proporcionarán, en el seguimiento de los impactos de los servicios financieros y no financieros en los vínculos sociales. Estas son las razones por las que son necesarios el reconocimiento y el apoyo y la premiación a las buenas prácticas de responsabilidad social. Desde la Doctrina Social de la Iglesia Principios claves que se destacan de la Doctrina Social Católica (DSC)27 aplicables a las microfinanzas Opción preferencial por los pobres: “los miembros de la sociedad con más necesidad son los que requieren más atención”. Enfoque de servicio a la mujer. “Papel primordial de las mujeres. El objetivo de este esfuerzo deberá entrar a formar parte de un marco mucho más ambicioso, a saber: promover la condición social de las mujeres en los países pobres, abriéndoles un mejor acceso a los cuidados de salud, a la formación y también al crédito”28. La dignidad humana: La dignidad es un derecho inalienable de las personas que se nos ha otorgado por el simple hecho de ser humanos29. La comunidad: Los seres humanos sólo pueden lograr el éxito y plena dignidad cuando viven en comunidad. La gente ve la dignidad individual y la equidad expresadas y confirmadas en las situaciones y relaciones sociales; por ejemplo, en cómo ellas son tratadas por la sociedad, por su comunidad, y por cada una de las personas30. La participación como una presencia proporcionada y responsable de todos los miembros a la vida social, el la línea de construir una nueva convivencia humana31. En microfinanzas se promueven los grupos, los bancos comunales, los bancos Grameen y los préstamos a los grupos solidarios, vinculando a los individuos entre sí y a sus comunidades. Derechos y Responsabilidades: La DSC entiende a “los derechos humanos como reclamos morales que cada persona puede hacer sobre una variedad de bienes y necesidades dada su dignidad humana”32. El derecho a vivir y los derechos económicos se refieren, dentro de la Doctrina Social de la Iglesia (DSI), al derecho a un trabajo digno y otros derechos. Bien común: es el conjunto de condiciones necesarias –económicas, políticas, materiales y culturalesque permiten a las personas alcanzar su dignidad humana y su potencial como seres humanos. Se busca el bien común cuando se preservan y promueven los derechos de la persona. Su rol está ligado a las estructuras sociales más amplias. Wilson, Kim “Práctica de los Principios en Microfinanzas” CRS Microfinance Unit: Baltimore, 2000, p15-20. y de Anima a la finanza 28 Pontificio Consejo Cor Unun, “El hambre en el mundo. Un reto para todos: el desarrollo solidario” Editorial Salesiana: Lima, 1997,p42-43. 29 CRS, “The CRS Summary of Catholic Social Teaching”. CRS:Baltimore, 1997, p 2. 30 Resumido de CRS, “The CRS Summary of Catholic Social Teaching”… p 4. 31 Centro de Información y Formación Guiseppe Toniolo, “Realizar lo imposible: Dar un alma a las finanzas”. Pastoral Social de la Diócesis de Padua, Gregoriana Editrice:Casalserugo, abril 1999, p28. 32 Ibid, p 3. 27 15 Subsidiaridad:, evitar asignar a una asociación más grande o de más alta jerarquía lo que una organización más pequeña puede hacer33. Es un grave error quitarle a los individuos lo que pueden lograr por su propia iniciativa. Se debe trabajar con socios locales. Solidaridad: Reconocer a cada persona como parte de la familia humana –sin importar las diferencias étnicas, nacionales, económicas, políticas, ideológicas, de raza o género. Esto nos llama a reconocer la dignidad de cada individuo, no solamente con nuestras palabras, sino expresando un respeto total por la dignidad de esa persona o grupo con nuestras acciones diarias –tenemos que ver y entender a los demás como hermanos y hermanas de los cuales somos responsables34. Actuamos respetando la conexión entre la actitud empresarial de nuestros clientes y nuestra propia perspectiva como profesionales financieros. Una solidaridad preferencial hacia los clientes más pobres proveyéndoles servicios profesionales adecuados. Uso adecuado de los recursos: se basa en el principio de responsabilidad y estrictamente ligado al bien común. Como personas individuales de la comunidad humana, se nos llama a respetar y compartir con justicia los recursos de la tierra, de manera que se satisfagan las necesidades de todos. Los recursos del mundo se ven reflejados en la gran cantidad de bienes que se encuentran en la sociedad, bienes que pretenden ser para el beneficio de todas las personas35. En los Documentos de la IV Conferencia del Episcopado Latinoamericano (Santo Domingo) y también la V Conferencia del Episcopado Latinoamericano de Aparecida se retoma la valoración de la economía solidaria. - Apoyar y estimular las organizaciones de economía solidaria con las cuales nuestros pueblos tratan de responder a las angustiosas situaciones de pobreza (SD 181). - Constatar que la economía informal obedece a una necesidad de sobrevivencia, aunque sea susceptible de naufragio en caso de enfermedades, inflación, etc. Los laicos han de influir para que el Estado logre una mayor estabilidad de las políticas económicas, elimine la corrupción administrativa y aumente la descentralización administrativa, económica y educacional (SD 202). Dice el Padre Mateo Garr SJ, “Primero es Dios solidario con nosotros: Si la solidaridad es una expresión del amor, entonces, lo que decimos acerca del amor también podemos afirmar acerca de la solidaridad. Por lo tanto, es cierto que ... no somos nosotros los que hemos amado a Dios sino él nos amó primero y envió a su Hijo como víctima por nuestros pecados en esto está el amor (I Juan 4, 10)... entonces, también podemos profesar que Dios ha sido solidario con nosotros y por lo tanto debemos ser solidarios los unos con los otros. Como dice el teólogo moral Tony Mifsud, SJ., en su artículo, “La cultura de la solidaridad como proyecto ético” (1997) .... La solidaridad divina se revela como un estar con (compartir) y ser para (don de sí mismo)”36 ... En Santo Domingo y también en Aparecida, siguiendo la línea de pensamiento de prácticamente todas las Conferencias Episcopales previas, los obispos criticaron el individualismo del economía dominante y en las últimas Conferencias propusieron la creación de una economía de la solidaridad que tendría las siguientes características: ... Sentar las bases de una economía solidaria, real y eficiente, sin olvidar la correspondiente creación de los modelos socio-económicos a nivel local y nacional. Fomentar la búsqueda e implementación de los modelos socio-económicos que conyuguen la libre iniciativa, la creatividad de personas y grupos, la función moderadora del Estado, sin dejar de dar atención especial a los “Quadragessimo Anno (Después de Cuarenta años): sobre la construcción social”. Encíclica del Papa Pío Xi promulgado el 15 de mayo, 1931. 34 CRS, Op cit p 8. 35 Ibid, p 10. 36 P. Mateo Garr, Solidaridad en la DSI, Lima. 33 16 sectores más necesitados. Todo esto, orientado a la realización de una economía de la solidaridad y la participación, expresada en diversas formas de propiedad (SDs 201). Frente a la “globalización de la economía” la Iglesia en América Latina y el Caribe, desde su propia práctica, propone una “globalización de la solidaridad”. En el documento: “El Hambre en el mundo; un reto para todos: el Desarrollo Solidario”, Pontificio Consejo Cor Unum: El desarrollo del bien común37 implica justicia social, respeto al destino universal de los bienes de la tierra, práctica de la solidaridad y de la subsidiariedad, la paz y del respeto por la creación. “Será necesario abandonar una mentalidad que considera a los pobres –personas y pueblos- como un fardo o como molestos e importunos, ávidos de consumir lo que otros han producido.. La promoción de los pobres es una gran ocasión para el crecimiento moral, cultural incluso económico de la humanidad entera”38. “El acceso al crédito. Uno de los grandes logros de las ONGs ha sido el de facilitar los pobres acceso al crédito39. Se está transformando en una práctica de vanguardia y puede ayudar a que una economía informal de subsistencia se encamine hacia la constitución de un verdadero tejido económico básico. Todavía está muy lejos de aumentar de manera significativa el nivel del Producto Nacional Bruto, pero la importancia del fenómeno radica también en lo que éste significa y prepara. Sosteniendo las iniciativas comunitarias y creyendo en los asociados locales, se evita que persista un esquema de asistencia; así se establecen poco a poco las bases de un desarrollo de un desarrollo integral40.”41 Las instituciones internacionales deben hacer presión, igualmente, en el gobierno, para que todas las categorías sociales puedan participar en el esfuerzo común. De lo contrario, el país no podrá tomar el camino del bien común y de la justicia social, tan difícil de salvaguardar, por su misma fragilidad, en esas circunstancias. “Todos somos solidariamente responsables de las poblaciones subalimentadas (...) igualmente, hay que formar las conciencias al sentido de responsabilidad que incumbe a todos y a cada uno, especialmente a los más favorecidos”42. Los organismos internacionales deben poner en práctica una verdadera coparticipación con los grupos a los cuales ayudan. Así nace una solidaridad fraterna en el diálogo, la mutua confianza y la escucha respetuosa. En este campo tan delicado de la coparticipación, el Papa Juan Pablo II ha querido dar un signo de su especial interés a través de la Fundación “Juan Pablo II para el Sahel”, cuyo objetivo es la lucha contra la desertificación en los países del sur de Sahara; y de la Fundación Latina “Populorum Progressio” a favor de los más desprovistos de América Latina, administradas autónomamente por la Iglesias locales de sus respectivas regiones. Rectitud y justicia en la economía. Para responder a esta oposición entre mercado y justicia, la enseñanza social de la Iglesia procura profundizar en la noción de justo precio43 que toma del Cf. Catecismo de la Iglesia Católica, 1996, donde se encuentra la definición de “bien común” tomada de GS 26, 1: “el conjunto de condiciones de la vida social que hacen posible a las asociaciones y a cada uno de sus miembros el logro más pleno y más fácil de la propia perfección”. 38 Juan Pablo II, Carta Encíclica Centimus annus (1991), n 28, l.c. 828 39 PNUD Rapport Mondial sur le développement humain, 1990, Economica Paris p31 40 IFAD (Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola), The role of rural Projects in Reaching the Poor, RomeOxford 1985 41 Pontificio Consejo Cor Unun, Op. Cit., p42. 42 Juan XXIII, Carta Encíclica Mater et magistra (1961), cap. III, AAS 53 (1961) 8, 440. 37 17 pensamiento escolático, refiriéndola no sólo al criterio de justicia conmutativa, sino más ampliamente al criterio de justicia social, es decir, al conjunto de derechos y deberes de la personas humana. Una responsabilidad personal que se limite simplemente a la ley civil no es suficiente, pues implica, en muchos caso, “la abdicación de la conciencia moral”44. Por lo tanto, el carácter justo o injusto del precio está, en cierta forma, “en nuestras manos”: las del productor y las del inversionista, las del consumidor y las del responsable de tomar las decisiones públicas45. Responsabilidad social y Doctrina social de la Iglesia. La empresa en la DSI es concebida como comunidad de personas que posee un doble bien a perseguir: generación y distribución de riqueza… y la comunidad en sí misma considerada… Cuando una empresa da beneficios significa que los factores productivos han sido utilizados adecuadamente y que las correspondientes necesidades humanas han sido satisfechas debidamente. Sin embargo, los beneficios no son el único índice de las condiciones de la empresa. Es posible que los balances económicos sean correctos y que al mismo tiempo los hombres, que constituyen el patrimonio más valioso de la empresa, sean humillados y ofendidos en su dignidad. Además de ser moralmente inadmisible, esto no puede menos de tener reflejos negativos para el futuro, hasta para la eficiencia económica de la empresa.46 Una organización del trabajo inspirada en la DSI tiene un enfoque centrado en la persona permanente. Por ello, busca de manera primaria la transformación positiva de las personas al momento de generar valor agregado en la producción, en el marketing, en la comercialización, etc. Por ejemplo, es importante en estos asuntos dejar clara la distinción entre el “enfoque al cliente” y el “enfoque centrado en la persona”. El primero contempla a la persona en cuanto consumidor. El segundo evalúa y considera a la persona en cuanto ser máximamente valioso. Los cristianos tenemos que colaborar a que el enfoque de centralidad de la persona prevalezca en toda la dinámica laboral. Solo así, por ejemplo, se puede ser responsable también de la sociedad y el medio-ambiente que le proveen47. Gráfico Nro. 2: Hacia un enfoque holístico de las microfinanzas solidarias La reflexión sobre el justo precio nos remite a la reflexión sobre la justa tasa de interés. Considerando a la tasa de interés como el costo del crédito para el usuario(a). 44 Juan Pablo II, Carta Encíclica Evangelim vitae (1995), n69, ASS 87 (1995) 5, 481. 45 Cor Unum, Op. cit, p63. 46 Juan Pablo II, Centesimus annus, n. 35. 47 Dr. Rodrigo Guerra. 43 Hacia un enfoque holístico de las finanzas solidarias 18 Economía Solidaria en las microfinanzas (Centralidad de la persona humana) Enfoque de desarrollo local solidario (Centralidad de la comunidad) Entidad de Microfinanzas (funcionamiento con enfoque de ES) Economía Solidaria en Cooperación Internacional Macro influjo: Sector Público y Privado Con este gráfico pretendemos exponer el enfoque holísitico de las microfinanzas solidarias teniendo en cuenta los marcos conceptuales de las microfinanzas y la economía solidaria. Un lugar central corresponde a la entidad de microfinanzas estableciendo un servicio eficiente para sus destinatarios o usuarios (centralidad de la persona humana). La articulación de las microfinanzas solidarias con la economía local a fin de promover procesos de desarrollo en la localidad que sean a su vez fuente de permanencia de la propia entidad financiera local (circuitos económicos, sociales, culturales solidarios). El nivel macro o bien del “macro influjo” a fin de lograr políticas públicas favorables al desarrollo de las microfinanzas solidarias, como también el compromiso de empresas privadas desde el enfoque de la responsabilidad social. La interrelación con la cooperación internacional y aún con los inversionistas para, desde el enfoque de la solidaridad y la responsabilidad social, actuar favorablemente en un marco de globalización que afiance las articulaciones económicas y financieras Norte-Sur, Sur-Sur. Conclusiones 1. Se evidencia la necesidad de trabajar, para las microfinanzas solidarias (y no sólo las microfinanzas “a secas”), en los 4 niveles señalados: el de la institución de microfinanzas como tal, el de la interrelación con la economía local en la perspectiva del desarrollo local, el del macro influjo o de incidencia en las políticas públicas e interacción con el sector privado vía el trabajo de redes, y el nivel internacional en el replanteo hacia una nueva cooperación solidaria internacional en este terreno así como en el de las inversiones. 2. En la búsqueda de modelos sostenibles de microfinanzas solidarias se ve la necesidad de combinar óptimamente la proximidad a la persona humana del cliente o socio de la misma con el nivel de escala (local, regional, nacional). Los modelos de escala que combinan un nivel central con sucursales son los que van presentando mejores indicadores de encaminarse hacia la autosuficiencia operativa y financiera. El desafío es no perder el contacto humano con el cliente, lo cual podría lograrse en la medida que el enfoque a la persona esté siempre presente en la entidad de 19 microfinanzas y el apoyo que a ese nivel puedan dar los servicios no financieros. En este sentido el modelo de Cooperativa de Ahorro y Crédito puede responder mejor a esta filosofía que el de una sociedad anónima, aunque esto no excluye la posibilidad de sociedades anónimas también, pero con un enfoque de responsabilidad social y proximidad al cliente. 3. En ese sentido parece razonable separar funcionalmente y más aún a nivel de personería jurídica los servicios no financieros de los financieros. Pero para ello una garantía debe ser que la entidad sin fin lucrativo sea socia principal de la entidad de microfinanzas y que establezca con ella una relación de asocio y cooperación duradera. Supuestamente una Cooperativa de Ahorro y Crédito, a través del Comité de Educación podría asumir esta tarea de los servicios no financieros, pero la experiencia práctica va demostrando que le es muy difícil seguir el campo no financiero con continuidad. En este sentido y aún siendo el caso de una Cooperativa de Ahorro y Crédito, podría establecer convenios con entidades especializadas para cubrir dicho rubro. 4. Si bien en varias redacciones de la “Misión” de las entidades de microfinanzas se deja pasar la idea que las microfinanzas no son un fin en sí mismo sino un medio, éste concepto necesita de ser definido y asumido claramente. Sin perder eficiencia, el desafío permanente de la entidad de microfinanzas para trabajar en un enfoque de economía solidaria será como potenciar permanentemente el desarrollo de capacidades y acceso a oportunidades de sus usuarios como también el fortalecimiento de los vínculos sociales y culturales con su comunidad. Si bien el servicio no financiero podría tener más información y seguimiento sobre estos aspectos, ello no elimina la necesidad de que la propia entidad de microfinanzas a nivel de su personal, tenga acciones de sensibilización y capacitación como también indicadores de desempeño que puedan medir qué tanto esta dimensión viene siendo trabajada. 5. Los beneficiarios principales de las entidades de microfinanzas son personas que tienen actividades que les generan ingresos de subsistencia o de acumulación simple en el sector principalmente urbano. El desafío sigue siendo la llegada a sectores más empobrecidos. Un camino desde las finanzas a mediano plazo podría ser aumentar el volumen de operaciones eficientes para, una vez logrados los niveles de autosuficiencia, proyectar la posibilidad de la reducción de la tasa de interés y “bajar” un peldaño más en la pirámide empresarial o bien, desde las actividades no financieras desarrollar programas de promoción dirigidas a los más pobres financiadas (parcialmente en un inicio) con los excedentes de la entidad financiera, actividades que podrían considerar la puesta en escena de fondos de promoción con intereses aún más bajos, pero con sistemas de asistencia técnica, empresarial y ética que permita involucrar a dichos sectores poblacionales en actividades con potencial de desarrollo desde sus localidades. 6. Por otro lado y en la línea de los clientes, varias de las entidades de microfinanzas logran captar directamente ahorros de sus usuarios, y no están intermediados por una “cuenta interna” que podría interrumpir el proceso ahorro-crédito. Ciertamente son entidades de corte cooperativo que realizan préstamos individuales (podrían también realizar préstamos colectivos). En todo caso y por ejemplo en la metodología de los bancos comunales, habría que plantear estrategias para que los recursos de ahorros puedan ser movilizados por la entidad de microfinanzas solidarias. Esa sería ya una expresión de la economía solidaria. Es también conveniente ampliar los servicios financieros a los consumidores lo que permitiría captar ahorros y ampliar las colocaciones y desarrollar el sentido de solidaridad del cliente consumidor con el cliente microempresario. 7. La discusión sobre la tasa de interés no debe ser un “tabú”. No bastaría decir solamente que no se puede bajar más por razones de costos, riesgos o condicionamientos del mercado, más aún dado el contexto de crisis internacional y la propia competitividad que existe entre las propias entidades de microfinanzas. De hecho ya los niveles de competitividad en el sector plantean esta posibilidad en el corto plazo. Pero más que hacerlo de manera “reactiva” (bajar la tasa por no haber más remedio), hacerlo de manera pro-activa a través de una reflexión técnica y social sobre el asunto, también participativa. Lo importante es que se logren tasas de interés reales positivas, lo cual es menos difícil en coyunturas de baja inflación. 20 8. Se evidencia que la agenda del impacto en la economía de los usuarios como también el desempeño en su entorno local (economía local, ejercicio ciudadano) escapa al seguimiento de las entidades de microfinanzas por lo general, lo cual es comprensible tomando en cuenta la prioridad creciente que le vienen dando principalmente a los servicios financieros. Esto es una gran limitante pues corta la posibilidad de enriquecer cualitativamente las experiencias evidenciando los impactos en la comunidad y en la vida pública de la misma. Si bien la entidad de servicios no financieros debería tener este seguimiento como una de sus prioridades, eso no quita que los logros a este nivel se vean reflejados en los balances sociales de las entidades de microfinanzas solidarias y sean conocidas por el personal de la misma. 9. La formación profesional técnica, empresarial y ética del personal sale a la luz como una necesidad, tanto en la entidad de microfinanzas solidarias como la de servicios no financieros. 10. La participación de los destinatarios o beneficiarios finales en los niveles de decisión en entidades de microfinanzas que van aumentando la escala de sus operaciones es mínima o casi inexistente. Hay una tendencia a que se vean convertidos únicamente en clientes. Si bien es cierto que por ejemplo formas societales como la cooperativa de ahorro y crédito para un número grande de socios prevé las delegaturas, ello no resuelve el problema de la participación. No bastarían tampoco las encuestas de satisfacción del cliente o grupos focales cuando lo que ellos digan en esas sesiones o instrumentos quede sólo como una pauta a tener en cuenta o no por la entidad de microfinanzas solidarias. Por el principio de la participación, es importante visualizar mecanismos por lo menos de consulta al usuario de base y que sus opiniones puedan trascender en los espacios de decisión de la entidad así como la creación de espacios de vigilancia ciudadana sobre la propia entidad de microfinanzas. El monitoreo de esto último podría estar dentro de la agenda de la entidad de servicios no financieros. 11. En las experiencias de las instituciones de microfinanzas se evidencia interrelaciones con el sector público nacional y en las regiones dentro del país. Es importante que ello se mantenga, se monitoree y haya espacios de análisis y evaluación de los procesos y resultado de ello así como del impacto del trabajo en redes de organizaciones de microfinanzas. Ello podría enriquecerse si la instancia pública municipal o regional según sea el caso, se va comprometiendo también con la promoción de la entidad de microfinanzas de sus localidades respetando su autonomía. 12. En el plano internacional, se dan algunas experiencias de operaciones de crédito internacional que, además de tener la ventaja de acceder a tasas de interés menores que las del mercado nacional latinoamericano (todavía), tiene la posibilidad de poner en la agenda la reflexión sobre la solidaridad norte-sur en el plano de los negocios financieros y de cooperación internacional solidaria. 13. Es responsabilidad de la Iglesia en América Latina y El Caribe formar a los cristianos y sensibilizar respecto a grandes cuestiones de la justicia internacional. Para que los laicos y las laicas puedan asumir su responsabilidad social de lo siquiente: - Apoyar la participación de la sociedad civil para la reorientación y consiguiente rehabilitación ética de la política. Por ello son muy importantes los espacios de participación de la sociedad civil para la vigencia de la democracia, una verdadera economía solidaria y un desarrollo integral, solidario y sustentable. - Formar en la ética cristiana con respecto al bien común, la lucha contra la corrupción, la vigencia de los derechos laborales y la creación de trabajos para los grupos tradicionalmente marginados. Trabajar una cultura de la responsabilidad a todo nivel. - Trabajar por el bien común global es promover una justa regulación de la economía, finanzas y comercio mundial, sobre todo con respecto al tema de la deuda externa y el gasto social para el desarrollo, para controlar los movimientos especulativos de capital, promover el comercio justo, y asegurar precios adecuados de las materias primas con normas justas. 21 - Examinar atentamente los Tratados intergubernamentales y otras negociaciones respecto del libre comercio para alertar a la opinión pública acerca de sus eventuales consecuencias negativas. - Llamar a todos a poner en práctica los principios fundamentales como el bien común, la subsidiaridad y la solidaridad (406). Bibliografía IV Conferencia General del Episcopado Latinoamericano octubre 12-28 1992, “Santo Domingo Conclusiones Nueva evangelización, promoción humana, cultura cristiana. Jesucristo, ayer, hoy y siempre”. Conferencia Episcopal Peruana: Lima, 1992, 208p. 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