Download Lopez Olmedo Np_Tesis_articulo
Document related concepts
Transcript
INSTITUTO NACIONAL DE SALUD PÚBLICA ESCUELA DE SALUD PÚBLICA DE MÉXICO TESIS-ARTÍCULO CAMBIO DE PESO MATERNO A LOS TRES MESES POSPARTO Y SU ASOCIACIÓN CON LACTANCIA, DIETA Y ACTIVIDAD FÍSICA POSNATAL PRESENTA NANCY PAULINA LÓPEZ OLMEDO DIRECTORA DE TESIS DRA. SONIA HERNÁNDEZ CORDERO Jefa de Departamento en Área Médica “A” ASESORES DRA. LYNNETTE NEUFELD Investigadora en Ciencias Médicas “B” MTRO. ARMANDO GARCÍA GUERRA Jefe de Departamento en Área Médica “A” MTRO. IGNACIO MÉNDEZ GÓMEZ-HUMARÁN Investigador por Honorarios MTRA. FABIOLA MEJÍA RODRÍGUEZ Investigadora en Ciencias Médicas “A” MAESTRÍA EN CIENCIAS DE LA SALUD CONCENTRACIÓN EN NUTRICIÓN GENERACIÓN 2007-2009 CUERNAVACA, MORELOS A 25 DE FEBRERO DE 2010 Resumen Objetivo: Determinar la asociación entre lactancia, dieta y actividad física posnatal con el cambio de peso del primer al tercer mes posparto. Material y métodos: Análisis secundario de ensayo aleatorizado en beneficiarias de Oportunidades (n= 314) sin enfermedades que afectaran el peso corporal. Utilizando ecuaciones de estimación generalizadas se determinó la asociación entre el cambio de peso posparto a los tres meses y el cambio en la dieta, actividad física y tipo de lactancia en el mismo periodo. Resultados: El cambio de peso, del primer al tercer mes posparto, fue de 0.6±2.2 kg. El 43% de las mujeres seguían dando lactancia exclusiva a los tres meses posparto y 91.6% permanecieron proporcionando leche materna a sus infantes en alguna intensidad. Las mujeres no lactantes o que dejaron de dar lactancia exclusiva antes de los tres meses posparto, aumentaron de peso 4.1 kg más en comparación con quienes siguieron dando lactancia exclusiva hasta los tres meses posparto (p<0.05). La asociación del cambio en la actividad física con el cambio de peso posparto fue marginalmente significativa (p<0.07) mientras con el consumo de energía no fue significativa (p>0.1). Discusión: La lactancia puede contribuir en la disminución del peso materno posparto por lo menos los primeros tres meses de vida del infante, tiempo en que se observó una asociación con la pérdida del peso acumulado durante el embarazo. La promoción de la lactancia, de acuerdo a las recomendaciones, además de beneficiar la salud y bienestar del niño podría ayudar a la mujer a reducir de peso. Esto es de particular importancia en poblaciones como México por la alta prevalencia de sobrepeso u obesidad en mujeres. Palabras clave: cambios de peso corporal; posparto/mujeres; lactancia; dieta; actividad física; México Key words: body weight changes; postpartum/women; breastfeeding; diet; physical activity; Mexico 1 Introducción Actualmente la obesidad es considerada un problema de salud pública a nivel mundial, esto debido a su elevada prevalencia y a su asociación con enfermedades cardiovasculares, hipertensión y diabetes. En el caso específico de las mujeres, se asocia con cáncer endometrial o de mama.1 Los costos de esta enfermedad son comparables a los causados por el tabaco, la pobreza y el alcohol.2 En México, la Encuesta Nacional de Nutrición de 1999 mostró que la prevalencia de sobrepeso y obesidad en mujeres en edad reproductiva (20 a 49 años) fue de 61%. En 7 años, esta prevalencia aumentó 12.8 puntos porcentuales.3 Existe evidencia indicando que, de la etapa reproductiva de la mujer, el embarazo es el periodo donde existe ganancia de peso importante. La ganancia de peso durante la gestación, dentro del rango recomendado (~12-15 kg, en mujeres con adecuado estado de nutrición) es importante para un óptimo crecimiento y desarrollo del bebé y para las reservas energéticas en las mujeres, necesarias durante el periodo de lactancia.4-5 Sin embargo, cuando la ganancia de peso durante la gestación y/o la retención de peso durante el periodo posparto son excesivas, aumenta la probabilidad de presentar sobrepeso y obesidad en etapas posteriores.6-7 Por lo tanto, una de las vías potenciales para prevenir el desarrollo de sobrepeso u obesidad en mujeres es comprendiendo cuál es el papel de diversos factores de la gestación y del posparto en la retención de peso posparto. Las mujeres durante la etapa de embarazo y posparto pueden ser más receptivas a programas de prevención enfocados en cambios de hábitos al ser éste un periodo determinante en la salud materno-infantil.8 La retención de peso posparto o cambio de peso posparto se han asociado con el peso preembarazo, la ganancia de peso gestacional así como la dieta y actividad física durante el embarazo.9-13 Sin embargo, la asociación de la retención o cambio de peso posparto con factores del periodo posparto, como son la lactancia, dieta y 2 actividad física, han sido menos investigados y se han estudiado generalmente de forma aislada.8,14-17 Los estudios que han analizado el cambio de peso posparto se han realizado principalmente en países desarrollados; los hechos en países en desarrollo han tenido como objetivo principal determinar la asociación entre una nutrición deficiente y disminución del peso posparto en grupos de mujeres de zonas rurales.18-21 El efecto de los determinantes en el periodo posparto en mujeres de zonas urbanas vulnerables es relevante ya que la urbanización tiene un efecto en los patrones de dieta, actividad física y lactancia.22 El presente estudio tuvo como objetivo determinar la asociación del cambio de peso a los tres meses posparto con lactancia materna, actividad física y dieta posnatal en mujeres de zonas urbanas de nivel socioeconómico bajo del sur de México. Material y métodos Diseño y población de estudio Es un análisis secundario del estudio Eficacia de tres suplementos nutritivos para mejorar diversos indicadores nutricionales en mujeres embarazadas beneficiarias del programa Oportunidades. El objetivo de dicho estudio fue comparar el impacto de tres formas de entregar micronutrimentos múltiples (Nutrivida, tabletas o sprinkles) en su estado de nutrición, aumento y retención de peso después del parto. Este estudio inició en el año 2005 y fue coordinado y dirigido por el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP). Fue un ensayo aleatorizado por conglomerados en 54 localidades urbanas localizadas en cuatro estados del sur del país (Veracruz, Puebla, Oaxaca y Tabasco) que contaran con el programa Oportunidades. Conforme a estas características, se obtuvo información de 715 mujeres en la medición basal (~ semana 20 de gestación). A todas las mujeres reclutadas se les pidió el consentimiento 3 informado por escrito, después de proveer información completa sobre los objetivos, metodología, riesgos y beneficios del estudio. El estudio original fue aprobado por las Comisiones de investigación, Bioseguridad y Ética del Instituto Nacional de Salud Pública. Recolección de datos En la primera visita se aplicó un cuestionario de información socioeconómica utilizado en estudios previos en México realizados por el INSP. Una vez recabada esta información, se inició con la suplementación la cual, como se mencionó anteriormente, fue asignada a nivel localidad para evitar confusión en la entrega de los tres diferentes tipos y para evitar intercambio entre los grupos (p. ej. mujeres asignadas a un tipo de suplemento consumieran otro en casa de amigos o familiares). Los suplementos en estudio fueron tabletas, sprinkles o Nutrivida. Los tres suplementos contenían la misma cantidad de micronutrimentos, sin embargo, Nutrivida contenía adicionalmente energía (194 kcal). Se les pidió a las mujeres consumieran el suplemento diariamente durante la segunda mitad del embarazo y hasta los tres meses posparto. Cada quince días un encuestador visitó el hogar de la participante para preguntar y registrar si el consumo del suplemento se había realizado diariamente. La siguiente información se obtuvo en la primera visita (antes de la semana 37 de gestación), alrededor de la semana 37 de gestación, al mes uno y tres posparto. Antropometría: La medición de peso se realizó en las mujeres con ropa puesta (se estimó el peso de la ropa) y sin zapatos usando una báscula electrónica (Tanita Scale, Tanita Corp., Arlington heights, IL). La cifra obtenida se redondeó al 0.1 kg más cercano al peso real. La talla se obtuvo al mes posparto con estadímetro Schorr (Schorr Industries, Glen Burney, MD). Los instrumentos antes mencionados son 4 portátiles y todas las mediciones se tomaron en el hogar de la participante. Cada medición fue duplicada y se realizaron con técnicas estandarizadas.23 Lactancia Materna: Para obtener información de las prácticas de lactancia en el mes uno y tres posparto se preguntó a las participantes si estaban dando lactancia materna o no, intensidad (número de veces en el día y en la noche que le da pecho al bebé) y duración de la misma. Para determinar la duración se les preguntó a las mujeres si al momento de la entrevista estaban dando leche materna a su hijo. Si la respuesta era no. se les preguntaba si anteriormente habían amamantado a su bebé y si era el caso, por cuánto tiempo. Adicionalmente, se obtuvo información acerca de la alimentación complementaria. Se les preguntó a las mujeres si le estaba proporcionando a su hijo otro alimento aparte de la leche materna. En caso de ser así, se le preguntó por una lista de alimentos (leche de vaca o cabra, atole con o sin leche, papillas o frutas) y había la opción de especificar otros alimentos líquidos o sólidos. Dieta: El consumo de alimentos fue estimado usando un cuestionario de frecuencia de consumo de los últimos siete días. Éste fue adaptado de instrumentos usados previamente en el Centro de Investigación en Nutrición y Salud (CINyS) del INSP.24 El cuestionario incluyó preguntas sobre el consumo de una variedad de alimentos y productos, teniendo un área para agregar alimentos no incluidos en el instrumento. De cada alimento enlistado, se les preguntó a las mujeres cuántas veces en los últimos siete días lo había consumido, cuántas veces al día y cuántas porciones al día. Para contestar lo último, los encuestadores les mencionaron el tamaño de una porción estándar de cada alimento. En el caso de algunas verduras, adicionalmente se preguntó si el consumo de dichos alimentos había sido en su forma cruda o cocida. Actividad física: El instrumento utilizado para recolectar la información de actividad física fue el Cuestionario Internacional de Actividad Física (IPAQ, por sus siglas en 5 inglés), versión larga.25 El objetivo principal de los autores al desarrollar este cuestionario fue contar con un instrumento que pudiera ser utilizado internacionalmente para obtener estimaciones comparables de actividad física. El formato del cuestionario cubre con las actividades realizadas por la participante durante los últimos siete días antes de la entrevista. Está dividido en cuatro dominios de actividad: relacionada con el trabajo; relacionada con el transporte; trabajo, y mantenimiento de la casa y de recreación. En cada dominio se hicieron preguntas de días a la semana así como horas y/o minutos realizados de actividad vigorosa, moderada o caminar. Historia médica: El instrumento incluyó preguntas sobre el embarazo actual, cualquier embarazo o partos previos y enfermedades que haya padecido. Aproximadamente a las 37 semanas de gestación se aplicaron preguntas para actualizar el historial médico en relación a enfermedades padecidas durante el embarazo actual o condiciones que hayan sido diagnosticadas después de la primera entrevista. La última actualización del historial se realizó al mes posparto con preguntas sobre el parto y el estado de salud de la mujer después de éste. La identificación de enfermedades que padeciera la mujer o hayan sido diagnosticadas durante el embarazo se refiere específicamente a aquéllas que podrían afectar su estado de nutrición o ganancia de peso, como son hipertensión, diabetes mellitus o enfermedades del corazón. También a partir de este cuestionario se identificó a las mujeres que fumaron durante el embarazo. El lugar de residencia de las participantes (estado y localidad) fue registrado en cada uno de los cuestionarios arriba mencionados. El tipo de suplemento asignado fue identificado en la hoja de registro del consumo del suplemento. 6 Criterios de selección Para el análisis del presente estudio, se seleccionaron mujeres embarazadas mayores de 18 años. Se excluyeron de la muestra a quienes reportaran haber sido diagnosticadas, hospitalizadas o estuvieran bajo tratamiento de hipertensión crónica, de diabetes mellitus u otras enfermedades que afecten el peso corporal y/o capacidad para consumir los suplementos. Conforme a estos criterios, fueron elegibles 685 mujeres. Excluyendo aquellas mujeres con datos fuera de rango (n=117) y datos faltantes de las variables principales del estudio (n=254), finalmente 314 fueron incluidas en el análisis (figura 1). Definición de variables Para la descripción de la muestra estudiada, se calculó el índice de masa corporal posparto. Este índice se categorizó conforme a los criterios de la Organización Mundial de la Salud (OMS): bajo peso (<18.5), normal (18.5-24.9), sobrepeso (25.0-29.9) y obesidad (≥30.0).1 Variable dependiente Cambio de peso a los 3 meses posparto: El cambio de peso se definió como la diferencia de peso al mes uno y tres posparto. Variables independientes: Gasto energético por actividad física en el posparto: A partir del cuestionario de actividad física se calcularon los múltiplos de la tasa metabólica en reposo (METs, por sus siglas en inglés) por minuto a la semana y posteriormente se hizo el cálculo de METs por minuto al día. Los METs se definen como el requerimiento energético necesario para realizar dicha actividad. Adicionalmente, se categorizó el nivel de actividad física en leve, moderado y vigoroso conforme a la guía de procesamiento de 7 datos del IPAQ.26 Esta clasificación se basa en las recomendaciones de actividad física para población estadounidense de 1996.27 Este documento recomienda la realización de actividad física de intensidad moderada mínimo 30 minutos al día, la mayoría de los días de la semana o 20 minutos o más de actividad física vigorosa por lo menos tres veces a la semana. A continuación se describe cada una de las categorías de actividad física: Leve.- Aquellos individuos que no cubren con los criterios de actividad moderada o vigorosa Moderada.- Individuos que cubren con los siguientes criterios a) Tres o más días de actividad vigorosa al menos 20 minutos al día, o b) Cinco o más días de actividad moderada y/o caminar al menos 30 minutos al día, o c) Cinco o más días de cualquier combinación de caminar, actividad moderada o actividad vigorosa que cubra un mínimo de actividad física total de 600 METsminutos a la semana Vigorosa.- Sujetos que cumplan los siguientes criterios: a) Actividad física vigorosa al menos tres días a la semana que cubra un mínimo de actividad física total de 1,500 METs-minutos a la semana, o b) Siete días de alguna combinación de caminar, actividad moderada o actividad vigorosa que cubra un mínimo de actividad física total de 3,000 METs-minutos a la semana Dieta en el posparto: El consumo de energía de la dieta se calculó mediante una base de datos de composición de alimentos compilada por el INSP a partir de diversas fuentes.28-29 Adicionalmente, se utilizó el Sistema Mexicano de Alimentos Equivalentes para asignar el peso (en gramos o mililitros) a los alimentos incluidos en el apartado de otros.30 El porcentaje de adecuación de energía se obtuvo a partir de comparar la ingesta de las mujeres con el requerimiento recomendado. Este último dato se calculó tomando como referencia las recomendaciones de ingestión de nutrimentos para la 8 población mexicana.31 A continuación se describen los pasos seguidos. Primero se calculó el gasto energético basal (GEB), dependiendo de la edad de las mujeres, a partir de las siguientes ecuaciones: Menores de 30 años GEB (kcal/día)=11.02×peso corporal (kg)+679 Mayores de 30 años GEB (kcal/día)=10.92×peso corporal (kg)+677 El valor resultante se multiplicó por el factor de grado habitual de actividad física para obtener el gasto energético total. Esta clasificación tiene características similares a las utilizadas en el IPAQ, por lo que el factor seleccionado para cada caso fue conforme a la clasificación de este último: actividad física leve, 1.54; moderada, 1.84, y vigorosa, 2.20. Finalmente, se consideraron las recomendaciones adicionales de consumo de energía dependiendo el tipo de lactancia que las mujeres reportaron dar a los infantes. Las cantidades adicionales de energía se calcularon conforme a las siguientes fórmulas: Consumo de leche*=(consumo promedio de leche*0.05)+consumo promedio de leche *Corrección por pérdidas insensibles de agua, que se consideran son iguales al 5% Para determinar el consumo promedio de leche, las recomendaciones para población mexicana se basan en el reporte de la FAO/OMS/UNU.32 Este reporte indica que la producción de leche depende del tipo de lactancia y el periodo posparto. Así mismo, hay ligeras variaciones dependiendo de las condiciones económicas y culturales de la población. México se encuentra entre los países tradicionales, por lo que la producción promedio de leche en mujeres con lactancia materna exclusiva es de 562 g/día y 582 g/día al mes 1 y 3 posparto, respectivamente. En mujeres con lactancia parcial, la producción promedio es de 568 g/día y 574 g/día. Posteriormente, se calcula el requerimiento: 9 (Consumo de leche×2.8/0.80)-720 Donde 2.8 (kJ/g), es la densidad energética de la leche 0.80, es la eficiencia de la producción (80%), considerando los costos de la digestión, absorción, conversión y transporte de los nutrimentos a energía láctea, y 720 (kJ/día), es la tasa de movilización de energía almacenada. Es decir, se considera parte de la energía requerida para la producción de leche es cubierta a partir de las reservas adiposas acumuladas durante la gestación. El valor resultante fue convertido a kcal/día. Lactancia materna: Las prácticas de lactancia se clasificaron conforme a los criterios recomendados por la Organización Mundial de la Salud.33 La lactancia exclusiva se define como aquella donde sólo se proporciona al infante leche materna y se permite reciban sueros de rehidratación oral, gotas o jarabes (vitaminas, minerales, medicinas). La lactancia predominante, como su nombre lo indica, implica que la leche materna sea el principal alimento para el infante. Se permite reciban ciertos líquidos a base de agua, jugos de frutas y lo mencionado en la lactancia exclusiva. Se define como lactancia complementaria cuando, además de la leche materna, el infante recibe otros líquidos y sólidos. Adicionalmente, se determinó en las mujeres que dieran leche materna, el número de tetadas al día. Para ello se sumó el número de tetadas que las mujeres reportaron haber dado durante el día y en la noche. Covariables Ganancia de peso gestacional: Se calculó la tasa de ganancia de peso gestacional a partir de la diferencia entre el peso medido en la primera medición y a la semana 37 de gestación, dividido por la diferencia de semanas de gestación entre una medición y otra. Se utilizó dicha tasa porque a diferencia del cálculo de la ganancia de peso gestacional elimina la dependencia de las mediciones en el tiempo.34 10 Otras covariables exploradas en el análisis fueron el nivel socioeconómico, paridad, edad y tabaquismo durante el embarazo. Se construyó un índice socioeconómico como una aproximación del nivel socioeconómico. Para obtener dicho índice se seleccionaron variables del hogar (llamadas activos) que se considera están relacionadas con el nivel socioeconómico de las familias, como son las características de las vivienda y posesión de bienes durables. Se construyó una suma ponderada de estos activos, donde los pesos asignados a cada activo se obtuvieron mediante análisis de componentes principales.35 El primer factor obtenido, que explica la mayor proporción de varianza de los datos (16%), fue seleccionado como el índice. Este factor se dividió en terciles. La edad y paridad se obtuvieron, igualmente, del cuestionario de información socioeconómica. El tabaquismo durante el embarazo se identificó a partir de la historia médica reportada por la mujer. Para controlar por el diseño del estudio original, se consideraron el tipo de suplemento y el lugar de residencia. Para estimar la asociación del cambio de peso posparto con los cambios en el tipo de lactancia, actividad física y porcentaje de adecuación del mes uno al tres posparto, se construyeron las clasificaciones de estas tres variables independientes principales como se describe en el cuadro 1. Así mismo, se consideraron todas las covariables antes mencionadas. A continuación se explican los mecanismos biológicos que justifican su inclusión. Lactancia.- Durante la lactancia, se presume disminuye el peso y porcentaje de grasa corporal debido a que las necesidades energéticas de la lactancia aunado a las necesidades energéticas de la madre exceden la ingesta de energía.36 La explicación fisiológica es que, cuando la lactancia inicia, se incrementa la tasa metabólica materna o hay un cambio en la eficiencia metabólica debido a una redistribución del suministro sanguíneo, así como el aumento de su flujo en el tracto gastrointestinal, hígado y 11 glándula mamaria con el fin de cubrir las demandas de nutrimentos necesarias para que se lleve a cabo la síntesis de leche.5,37 Sin embargo, hay estudios mostrando que, en mujeres bien nutridas, la tasa metabólica basal no sufre cambios en el posparto.38-39 Lo anterior indicaría entonces que uno o más componentes del metabolismo materno podrían estar suprimidos, produciendo evidencia de una adaptación limitada del recambio de energía. Otra explicación de la disminución del peso posparto radica en el concepto de que la grasa se almacena durante el embarazo y se moviliza durante el periodo de lactancia. Esto se apoya en estudios que muestran que, durante la gestación, alrededor del 30% del peso ganado es masa grasa, la cual se almacena preferentemente en la región femoral y abdominal. Principalmente de los adipocitos de la zona femoral se ha observado mayor actividad de la lipoprotein lipasa, mientras en la lactancia se incrementa la lipólisis.40 El estudio de Sohlstrom y Forsum mostró que todas las mujeres estudiadas almacenaron grasa en las piernas y la movilizaron durante la lactancia.41 El patrón de almacenamiento y movilización de grasa de otras zonas del cuerpo fue más variable entre mujeres. Más aún, la mayoría de la grasa retenida en la zona femoral desapareció a los 12 meses posparto, lo que no sucedió con la grasa almacenada en otras partes del cuerpo. Esto apoya la hipótesis de que la grasa almacenada en las piernas tiene una función biológica específica de ser almacenada durante la gestación para utilizarse posteriormente durante la lactancia. Dieta.- Las demandas nutricionales de la lactancia son considerablemente mayores que las necesarias en el embarazo y en mujeres no lactantes. La cantidad de energía para la producción de leche de cuatro meses representa aproximadamente el equivalente al total necesario para cubrir la gestación; lo anterior es de esperarse tomando en cuenta que cada día, en promedio, pasan a la leche 50 g de grasa y 100 g de lactosa, que deben extraerse a través de la conversión de la glucosa materna. Las dos fuentes de sustrato disponibles para la síntesis de los componentes de la leche son las reservas corporales (particularmente el tejido adiposo) y la dieta.42-43 El 12 requerimiento nutricional en esta etapa entonces se basa en estimaciones del gasto de energía para la producción de leche y movilización de grasa acumulada durante el embarazo. La ingesta dietética de referencia para mujeres lactantes es 330 kcal/día mayor que el de mujeres no lactantes. Esta referencia, que cubre el requerimiento de los primeros seis meses posparto, estima que el gasto de energía necesario para la producción de leche es de 500 kcal/día y la movilización de grasa para obtener energía es de 170 kcal/día. Sin embargo, el requerimiento es variable dependiendo de la cantidad almacenada durante la gestación y de la cantidad utilizada por la madre a través de la actividad física.44 Actividad física.- Poco es conocido en relación a los ventajas del ejercicio o incremento en la actividad física en el periodo posparto. Sin embargo, es probable que el ejercicio regular tenga beneficios en este periodo como sucede en otras etapas de la vida de la mujer. Los posibles beneficios son: 1)prevención del sobrepeso y obesidad a través de la pérdida de peso y grasa corporal; 2)promoción del acondicionamiento aeróbico y del estiramiento, lo que conduce a un mejoramiento en la habilidad de realizar actividades; 3)optimización de la salud ósea por incremento de la densidad mineral ósea, 4) una mejor auto-estima y 5)protección a la lactancia por incremento en la insulina, la cual puede estabilizar las concentraciones de glucosa en sangre para la síntesis de lactosa.17 El efecto de la actividad física en la disminución de peso posparto puede estar enmascarado en mujeres lactantes porque tanto la actividad física como la lactancia pueden alterar el metabolismo, la ingesta de alimentos y el bienestar psicosocial. El estudio de la asociación entre actividad física y la retención de peso posparto se ha llevado principalmente en mujeres lactantes. Sin embargo, es importante conocer y comparar si existe asociación entre la actividad física y el cambio de peso posparto en mujeres no lactantes y/o independiente de las prácticas de lactancia.45 13 Ganancia de peso gestacional.- La ganancia se puede dividir en dos partes, la primera comprende al producto de la concepción (feto, placenta y líquido amniótico), y la segunda se refiere al aumento de los tejidos maternos: tejido mamario y uterino, así como expansión del volumen sanguíneo, fluido extracelular y las reservas grasas. La ganancia materna abarca dos tercios de la ganancia total. La cantidad de tejido adiposo almacenado depende de la dieta y actividad física realizada. La ganancia materna de peso, como se mencionó anteriormente, es necesaria para soportar las demandas energéticas de la lactancia.5,46 En diversos estudios se ha observado que los costos energéticos para la síntesis y mantenimiento de los tejidos maternos y fetales son cubiertos con incremento en la ingesta dietaria aunado a una reducción del gasto de energía por actividad física.47-48 Si la ganancia es excesiva, -es decir que es mayor a la recomendada para tener como resultado un niño a término, con adecuado peso al nacer (entre 3 y 4kg) y saludable conforme al peso preembarazo- es muy probable se traduzca en un aumento o retención de peso posparto. Esta asociación ha sido consistente en diversos estudios, por lo que actualmente las recomendaciones de ganancia de peso en el embarazo están siendo evaluadas para determinar si son de utilidad para prevenir la retención de peso posparto.49-50 Peso preembarazo.- La ganancia de peso en el embarazo está fuertemente influenciada por el peso al momento de la concepción. Las mujeres delgadas ganan mayor peso en la gestación. Un posible mecanismo de lo anterior es el incremento relativamente pequeño en la tasa metabólica en reposo, mientras que las mujeres con sobrepeso u obesidad depositan menos grasa y tienen un incremento más marcado en su tasa metabólica.51 El mecanismo por el cual la masa grasa está asociada inversamente con la tasa metabólica en reposo involucra a la hormona leptina, que se deriva parcialmente de la placenta. Las concentraciones séricas de leptina se correlacionan fuertemente con el IMC preembarazo, siendo altas en individuos con obesidad, y la leptina, a su vez, se asocia con una tasa metabólica elevada.52 Sin 14 embargo, como se mencionó anteriormente, este mecanismo de regulación puede verse afectado por factores ambientales, como son la dieta y actividad física durante el embarazo.6 Paridad.- Las mujeres que incrementan considerablemente su peso durante el embarazo y/o retienen peso durante el periodo posparto, tienen mayor riesgo de llegar a un embarazo subsiguiente con sobrepeso u obesidad y reproducir el mismo patrón de ganancia de peso.37 El efecto del incremento de un embarazo es mayor si el intervalo intergenésico es corto.53 Sin embargo, también se ha observado que la ganancia excesiva de peso se asocia con el primer embarazo mas no con los subsecuentes.54 Edad.- Existen estudios que han obtenido en sus resultados que mujeres menores de 25 años tienen mayor probabilidad de presentar retención de peso posparto.15,18 Lo antes mencionado refleja lo encontrado por Gunderson et al., quienes observaron que mujeres con un intervalo menor a ocho años entre la menarca y la edad al momento del nacimiento del primer hijo, tienen mayor probabilidad de retener peso. Esto podría representar una predisposición genética a acumular grasa a edades tempranas.9 La leptina, hormona secretada en el tejido adiposo por el gen de la obesidad (ob), que además es un indicador de la menarca, correlaciona positivamente con la ganancia de peso gestacional.55 Sin embargo, también se ha observado que a mayor edad aumenta esta probabilidad.15,56 Entre las posibles explicaciones están que a mayor edad es más probable las mujeres tengan más hijos y por tanto esto afectaría directamente el peso posparto. Así mismo, al paso de los años va disminuyendo la masa libre de grasa, la cual se relaciona con una disminución de la tasa metabólica en reposo.57 15 Tabaquismo.- La asociación entre el tabaquismo y el cambio de peso tiene forma de “U”, es decir, las mujeres que tienen un consumo moderado de cigarros (10 a 20 al día) pierden peso, mientras las mujeres con un consumo elevado (>20 cigarrillos al día) y bajo (<10 cigarrillos al día) ganan más peso que las mujeres que tienen un consumo moderado.58 Sin embargo, la razón principal para que las mujeres eviten fumar durante la gestación radica en disminuir el riesgo de efectos adversos. El tabaquismo durante la gestación puede producir mayor riesgo de embarazo ectópico, aborto espontáneo, retardo en el crecimiento intrauterino, parto pretérmino, labio hendido, entre otros padecimientos y/o complicaciones.59 Nivel socioeconómico.- Una de las variables consideradas para construir un proxy de nivel socioeconómico es la situación laboral materna. Se ha observado que a mayor número de horas de trabajo, mayor probabilidad de que las mujeres sean inactivas desde el preembarazo hasta el posparto. Así mismo, el nivel socioeconómico en general se asocia con la disponibilidad de espacios para realizar actividad física.60 En cuanto a las prácticas de lactancia, se ha observado que su duración es mayor en mujeres de nivel socioeconómico bajo, una de las posibles causas es que el poder adquisitivo para comprar fórmula u otros alimentos es menor.61-62 La situación laboral, en específico, también tiene un efecto sobre la lactancia, ya que las mujeres con trabajo remunerado se ven limitadas, poco tiempo después del parto, a mantenerse cerca de sus hijos para amamantarlos.63 También se tiene la hipótesis de que ciertos trabajos producen gasto de energía. El estado civil es un elemento igualmente utilizado en la construcción del nivel socioeconómico. A través del mismo se ha observado que mujeres solteras (sin pareja, separadas/divorciadas o viudas), tienden a ganar más peso al paso del tiempo, especialmente si hay un incremento en la paridad. Lo anterior puede ser explicado por una falta de apoyo social o de una pareja.64 16 Métodos estadísticos El paquete estadístico Stata versión 9.0 se utilizó en la limpieza y análisis de datos.65 Para determinar si las características de las mujeres incluidas y excluidas eran similares, así como entre mujeres con y sin datos de las variables principales (peso corporal, consumo de energía, actividad física expresada en METs, clasificación de lactancia, paridad y nivel socioeconómico) se utilizó la prueba t de Student, de suma de rangos de Wilcoxon o ji-cuadrada, según fuera el caso. Se llevaron a cabo modelos poblaciones promediados en el tiempo utilizando las ecuaciones de estimación generalizadas (GEE, por sus siglas en inglés).66 Se consideraron significativos valores de p<0.05. Se realizaron análisis bivariados, como una primera exploración de la significancia entre el cambio de peso a los tres meses posparto y cada una de las variables independientes en su forma continua. Así mismo, se probó la asociación de estas tres variables como categóricas. Posteriormente se efectuó el análisis múltiple considerando el cambio de peso a los tres meses posparto como variable dependiente, cambio en el consumo de energía (kcal), actividad física (METs al día) y lactancia (no. de tetadas) como variables independientes principales. Igualmente, se hizo el análisis considerando el cambio en el porcentaje de adecuación de la energía, tipo de lactancia y la clasificación de la actividad física. Las variables potencialmente confusoras fueron edad, paridad, nivel socioeconómico (terciles), tasa de ganancia de peso gestacional, tabaquismo durante el embarazo y prematurez. También se consideró en el análisis el diseño del estudio original, a través de la inclusión en el modelo de la localidad de residencia y tipo de suplemento asignado. Para una mejor comprensión de los resultados, se hizo la conversión de los coeficientes del cambio de consumo de energía, cambio en la actividad física y tasa de ganancia de peso gestacional por cada 1,000 kcal/día, 1,000 METs/día y 100 g/semana, respectivamente. Se probó la interacción entre tipo de lactancia y terciles de ganancia de peso gestacional; tipo de lactancia y tipo de actividad física, y tipo de 17 lactancia con la adecuación de energía. Se consideraron interacciones significativas valores de p<0.10. Cuando las n de cada categoría generada por la interacción fuera ≤10, se decidió realizar una reagrupación de dichas categorías. Resultados Existieron algunas diferencias entre las mujeres incluidas en este análisis, al compararlas con las mujeres del estudio original. Un menor porcentaje de mujeres incluidas fueron primíparas (p<0.05) o tuvieron parto prematuro (p<0.01), en comparación con las mujeres excluidas. En cuanto al tipo de lactancia proporcionada a los niños al mes posparto, se observó que alrededor del 60% de las mujeres incluidas dieron lactancia exclusiva, contra 42% en las mujeres excluidas (p<0.01). Las demás variables principales del estudio (peso corporal, consumo de energía y actividad física basal) no fueron estadísticamente diferente entre incluidas y excluidas. La edad promedio de las mujeres incluidas fue de 27 años. Más de la mitad de las estudiadas tenían nivel educativo elemental y la mayoría era casada o vivía en unión libre y se dedicaba al trabajo en el hogar (cuadro II). En cuanto a las características de las mujeres analizadas en el periodo posparto, se observa 55% de las mujeres presentaron sobrepeso u obesidad al mes posparto. Este valor se incrementó hasta 60% a los tres meses posparto. Sólo 1% tuvo bajo peso. Al analizar los cambios de peso entre el mes 1 y 3 posparto se observó un incremento de 0.6±2.2 kg. El 40% de las mujeres disminuyeron su peso en este periodo, mientras 48% mantuvieron su peso o aumentaron hasta 3 kg y 12% tuvieron un incremento mayor a 3 kg. Aunque 40% de las mujeres seguían dando lactancia exclusiva al tercer mes posparto, este valor fue 15 puntos porcentuales menor a lo reportado en el primer mes. Entre quienes seguían dando lactancia materna, el promedio de número de tetadas fue de 8.9 y 8.2 al mes 1 y 3 posparto, respectivamente. Durante el primer mes 18 posparto, 56% de las mujeres realizaban actividad física de intensidad leve, mientras a los tres meses posparto 80% realizaba de intensidad moderada. La mediana de consumo de energía fue similar en los dos periodos de estudio analizados, al ser de 2,244 kcal y fue de 2,305 kcal al mes 1 y 3 posparto, respectivamente (cuadro III). En el modelo bivariado no se encontraron diferencias significativas en el cambio de peso materno conforme al cambio en el tipo de lactancia y al cambio en el consumo de energía. Con el cambio en la actividad física la asociación fue marginalmente significativa. Aunque estos resultados eran esperados, tomando en cuenta no se está ajustando por otras variables, se observa una tendencia en los coeficientes similar a lo encontrado en el modelo saturado y ajustado, como a continuación se describe (cuadro IV). Para el modelo saturado se decidió incluir como variables continuas el consumo de energía y la actividad física, mientras la lactancia fue como categórica. Esta última, como variable continua (número de tetadas al día), no se asoció con el cambio de peso posparto. Se observó que las mujeres que nunca dieron lactancia a sus hijos o que lactaron en algún grado hasta los tres meses posparto tuvieron un incremento de peso 4 kg mayor en comparación con las mujeres que siguieron dando leche materna de forma exclusiva (p<0.05). Las mujeres que siguieron dando lactancia predominante o complementaria, o cambiaron a una de estas clasificaciones a los tres meses posparto, también ganaron peso en comparación con las mujeres que permanecieron dando lactancia exclusiva, aunque la magnitud de esta diferencia no fue significativa (p>0.05). El incremento en el consumo de energía, del mes uno al tres posparto, no se asoció con un aumento de peso en el mismo periodo. El incremento en la actividad física se asoció, marginalmente, con un incremento en el peso del primer mes al tercero posparto (p<0.07). Aunque no es de interés principal para el estudio, se encontró una asociación positiva entre la ganancia de peso durante la gestación y el 19 cambio de peso posparto (p<0.05). Las mujeres con nivel socioeconómico alto tuvieron una ganancia de peso 3.2 kg mayor en comparación con las mujeres de nivel socioeconómico bajo (p<0.01). Las variables que no mostraron asociación significativa con el cambio de peso posparto fueron tabaquismo, prematurez, tipo de suplemento asignado y localidad de residencia, por lo que fueron descartados del modelo final (modelo 2). La exclusión de estas variables no produjo, en la mayoría de los casos, cambios mayores al 10% en los coeficientes. La paridad y edad, igualmente, no mostraron asociación significativa con el cambio de peso posparto. Sin embargo, al eliminar alguna de las dos variables del modelo, se observó significancia en la incluida. Por lo tanto, se exploró la colinealidad entre paridad y edad, siendo ésta significativa (r=0.58, p<0.01). Se decidió incluir en el modelo final la paridad. En el modelo ajustado, donde se excluyeron las covariables no asociadas, se mantuvieron las asociaciones significativas arriba mencionadas. Sólo adicionalmente, se observó la asociación entre incremento en el número de hijos y aumento de peso (1.3 kg) del mes 1 al 3 posparto (p<0.01), así como un aumento de 2.2 kg en el peso corporal en mujeres con nivel socioeconómico medio en comparación con quienes tenían un nivel socioeconómico bajo (p<0.05). Discusión Los resultados del presente estudio indican que no dar lactancia o dejar de darla de forma exclusiva antes de los tres meses posparto está asociado con un aumento de alrededor de 4kg más en comparación con seguir dando leche materna de forma exclusiva durante el mismo periodo. Una posible explicación de este hallazgo es que, durante el embarazo, alrededor del 30% del peso ganado es de masa grasa, la cual se almacena preferentemente en la región abdominal y femoral.40 Durante la lactancia, la grasa almacenada, principalmente de la zona femoral, se moviliza como una fuente de 20 energía para la producción de leche. Este concepto se apoya en estudios que muestran la actividad de la lipoprotein lipasa en los adipocitos de la región femoral incrementa durante la gestación, mientras en la lactancia se incrementa la lipólisis.38-39 Por lo tanto, parte del peso ganado durante la gestación en forma de grasa podría eliminarse durante el periodo de lactancia. La asociación de la lactancia en el cambio de peso posparto o retención de peso posparto ha sido ampliamente revisado por su relevancia en la salud materna. Sin embargo, los resultados no han sido contundentes. Entre las posibles causas está el problema metodológico de obtener información de las covariables (ganancia de peso gestacional, paridad, enfermedades que produzcan cambios en el peso corporal) y, en general, contar con los instrumentos idóneos para tener información precisa del peso materno y covariables desde el preembarazo hasta varios meses después del parto. Con el presente análisis se buscó controlar los efectos de la lactancia, dieta y actividad física posnatal a través de considerar la mayoría de las variables que, en estudios previos, se ha observado pueden estar asociados con el peso posparto. El cambio en el consumo de energía no se asoció con el cambio de peso posparto. Este resultado fue controlado, entre otras variables, por el tipo de lactancia. Sin embargo, considerando la mayoría de las mujeres dieron lactancia materna en alguna magnitud del primer mes al tercer meses posparto, este resultado podría estar reflejando que parte de la energía necesaria para la producción de leche es obtenida a partir de la ingesta de alimentos, y por tanto el aumento de peso es mínimo. Otra posible explicación de la nula asociación entre la ingesta de energía y el cambio de peso posparto es que las mujeres con sobrepeso u obesidad reportaran un consumo menor de alimentos. Al graficar el consumo y peso corporal se observó las mujeres que pesaban más de 80kg reportaron un consumo similar al de mujeres que pesaron menos de 60 kg (datos no mostrados). En diversos estudios se ha encontrado las 21 mujeres con sobrepeso u obesidad tienden a sub-reportar su consumo.67-68 Aunque no se tienen estudios específicos sobre esta tendencia en México, en mujeres mexicanas y mexico-americanas que residen en Estados Unidos se ha observado un sub-reporte del consumo que es significativo entre quienes tienen sobrepeso u obesidad.69 La actividad física se asoció positivamente, aunque marginalmente, con el cambio de peso posparto. Este resultado podría estar reflejando un incremento importante de la actividad física en mujeres que presentaban mayor peso al mes posparto. Así mismo podría ser que estas mujeres desde un inicio realizaran más actividad física. Por otra parte, se tiene conocimiento de las limitantes del instrumento utilizado para estimar la actividad física. Los estudios de validación del IPAQ, versión larga, muestran que en general tiene una buena correlación con el acelerómetro, tanto en poblaciones de países desarrollados como en desarrollo y especialmente de zonas urbanas, como lo es la muestra estudiada.70 Sin embargo, también se ha reportado podría subestimar o sobrestimar la actividad de intensidad leve o moderada. Este tipo de actividades generalmente se realizan por intervalos durante todo el día, lo que dificulta recordar el tiempo total y exacto dedicado a cada tipo de actividad. Por el contrario, la actividad vigorosa habitualmente se realiza de forma estructurada y en un intervalo de tiempo definido, lo que hace más fácil recordarla.71 La mayoría de las mujeres estudiadas reportaron ser amas de casa y probablemente realicen diversas actividades a lo largo del día con diferente duración e intensidad, lo que podría haber producido una sobrestimación de la actividad. No se encontró un efecto modificador de la lactancia en la asociación de la ganancia de peso gestacional, actividad física o porcentaje de adecuación de energía. En este último, por el contrario, los resultados, aunque no significativos, mostraron una tendencia contraria a lo esperado. Es decir, se observó en aquellas mujeres con una adecuación de energía >110% una disminución de peso mayor en comparación con 22 quienes tuvieron una adecuación <90%. Esto podría estar reflejando, al igual que se explicó para el consumo de energía, que el sub-reporte en el consumo produzca que el cálculo del porcentaje de adecuación se clasifique dentro o por debajo de lo recomendado. Se exploró el peso corporal al mes uno y tres posparto, así como la diferencia entres estos dos periodos, por la clasificación en el porcentaje de adecuación. Se observó que aquellas mujeres que reportaron un consumo <90% de su adecuación, o disminuyeron su consumo en el periodo estudiado, presentaron un peso inicial (al mes posparto) alrededor de 5kg mayor en comparación con quienes consumieron >110% de lo requerido o aumentaron su consumo. Esto podría reflejar que mujeres con sobrepeso u obesidad disminuyeran su consumo de energía desde el mes o antes del mes posparto. Así mismo, se observó que aunque en todos los subgrupos hubo tanto mujeres que aumentaron como disminuyeron de peso, en el grupo con un consumo o aumento del mismo >110% de lo requerido, la variabilidad fue mayor. Esto último podría estar reflejando errores al momento de medir el consumo de energía. El cuestionario de frecuencia de consumo de alimentos tiene las ventajas de ser un instrumento rápido y económico. También es útil para determinar la ingestión usual de muestras en estudio grandes. Sin embargo, entre sus limitaciones está que podría no reflejar bien los alimentos usuales (p. ej. al agrupar alimentos similares en un solo código) así como una tendencia a sobrestimar las ingesta de alimentos que se consumen en porciones pequeñas y, por el contrario, subestimar las porciones grandes.72 Otra posible explicación de la falta de asociación entre consumo de energía y cambio de peso posparto es que en los cuestionarios aplicados posterior a la medición basal las mujeres estuvieran influenciadas por lo que Gibson denomina la conducta deseable.73 Este término se refiere a que los entrevistados reporten más el consumo de alimentos considerados saludables y no reporten aquéllos con alto contenido de energía, sobre todo en el periodo posparto. 23 Baker et al. en su estudio utilizaron las recomendaciones de la OMS para clasificar la lactancia, aunque considerando la lactancia exclusiva y casi exclusiva (líquidos y vitaminas ocasionales) en una sola categoría (lactancia completa), creando una escala que reflejara la duración e intensidad de cada tipo de lactancia.74 Esta investigación, a diferencia de nuestro estudio, analizó la asociación de la lactancia en la retención de peso a los 6 y 18 meses posparto y no consideró la dieta y actividad física, sin embargo, encontraron resultados similares. Las mujeres que dieron lactancia materna completa por más tiempo (≥ 6 meses) retuvieron menor peso en comparación con quienes amamantaron exclusiva o casi exclusivamente por tres meses o menos. Adicionalmente encontraron que esta asociación puede ser de menor magnitud si la ganancia de peso gestacional es elevada. Por su parte, Olson et al. y Gunderson et al. evaluaron la asociación de la dieta, actividad física y lactancia con la retención de peso posparto.49,75 Las variables independientes se obtuvieron a través de información recabada en cuestionarios. En el primer estudio se observó, a través de modelo de regresión, las mujeres que dieron lactancia hasta el año posparto y realizaron ejercicio a menudo (es decir, realizaran ejercicio diario que hiciera sudar o respirar más rápidamente) presentaron 1.2 y 3.5 veces menor riesgo de retención de peso posparto que las mujeres que no dieron lactancia y no realizaron ejercicio, respectivamente. Así mismo, encontraron las mujeres que después de los seis meses posparto aumentaron el consumo de energía, en comparación a los seis meses anteriores, tuvieron 2.68 veces más riesgo de retención de peso posparto que las mujeres que sólo comieron un poco más. En el segundo estudio se encontró que las mujeres que dieron menos de un mes de lactancia exclusiva tuvieron 1.96 veces mayor riesgo de retener más de 5 kg de peso al año posparto en comparación con las mujeres que dieron lactancia exclusiva más de 6 meses. Tomando como referencia el cuartil 1 de inactividad física, las mujeres en el cuartil 4 de inactividad física (menos activas) tuvieron 2.4 veces mayor riesgo de retener más de 5 kg de peso al año posparto. 24 En estudios de intervención, igualmente, se ha observado un efecto de la reducción en el consumo de energía y aumento de la actividad física en la disminución de peso posparto. McCrory et al. realizaron una intervención de dieta y dieta más ejercicio en mujeres lactantes para observar el efecto en el cambio de peso posparto. Observaron que el cambio de peso después de la intervención no fue estadísticamente diferente entre el grupo de dieta (-1.9±0.7 kg) y dieta más ejercicio (-1.6±0.5 kg), pero fueron estadísticamente diferentes del grupo control (-0.2±0.6kg). O’toole et al., por su parte, encontraron, en mujeres con ≥5 kg de peso posparto retenido, que el cambio de peso a las 12 semanas de intervención en el grupo que recibió dieta y actividad física autodirigida fue de -0.6kg, mientras en el grupo con dieta y actividad física estructurada fue de -5.6kg. Estas intervenciones se realizaron en mujeres con 6 a 18 semanas posparto. Los resultados del estudio muestran que, además de los beneficios en la salud del infante ampliamente reportados en diversas investigaciones, la lactancia también puede contribuir en la disminución del peso materno posparto.76 Esto, a su vez, se podría traducir en menor riesgo en las mujeres de presentar o mantenerse con sobrepeso u obesidad, situación de gran importancia en la actualidad considerando su incremento acelerado a nivel mundial, México no siendo la excepción. Para alcanzar estos beneficios, será necesario seguir promocionando la lactancia exclusiva en mujeres gestantes. La Encuesta Nacional de Nutrición de 1999 mostró que poco menos de un cuarto de infantes mexicanos es alimentado con leche materna de forma exclusiva los primeros seis meses de vida.61 Este porcentaje es bajo aún en la región sur del país, de donde proviene la muestra de estudio, al ser 36.5% y 30.5% de las mujeres que dan leche materna de forma exclusiva a sus hijos menos de 4 y 6 meses, respectivamente. 25 Entre las fortalezas del estudio está que se determinó la asociación que tienen tres elementos del balance energético (dieta, actividad física y lactancia) en el cambio de peso posparto. En la mayoría de estudios previos se ha determinado la asociación de la lactancia con la retención de peso posparto o cambio de peso posparto sin determinar o ajustar por la asociación que la actividad física y la dieta tienen en los cambios en el peso corporal. En cuanto a las ventajas metodológicas, se utilizó un análisis longitudinal que tiene mayor poder y precisión para detectar cambios en el tiempo, en este caso de peso corporal.66 Este modelo corrige los errores de estimación por la autocorrelación de la variable de panel (mediciones repetidas) y la dependencia de la variable en el tiempo. Así mismo, aumentó el poder de la asociación que un poco más del 40% de las mujeres continuaran dando lactancia materna de forma exclusiva a los tres meses posparto. En algunos estudios realizados en Estados Unidos no fue posible encontrar esta asociación probablemente porque esta población se caracteriza por dar algún tipo de lactancia un corto periodo de tiempo.77 Además, el poder de la asociación encontrada de la lactancia en el cambio de peso posparto podría deberse a que fue posible clasificarla conforme a los criterios de la OMS. También se tomó en cuenta para su análisis el cambio en el tipo de lactancia que las mujeres proporcionaron a sus hijos del mes uno al mes tres posparto. A pesar de contar con información de tres elementos del balance energético antes mencionados, es importante considerar ésta fue obtenida de forma retrospectiva. La dieta y actividad física fue de los siete días previos al momento de la entrevista y en el caso de la lactancia, de las prácticas del mes o dos meses anteriores. Esto podría haber ocasionado errores de medición por un recuerdo inexacto de prácticas pasadas. No se observó una interacción significativa entre el tipo de lactancia y la ganancia de peso gestacional. Esto probablemente se deba a que, por el diseño del estudio original, no fue posible contar con información del peso preembarazo, o en etapas tempranas de la gestación, así como del peso al momento del parto o del recién 26 nacido. Esta información hubiera permitido tener estimaciones más precisas del peso ganado durante el embarazo así como del peso preembarazo. Este último tiene un efecto importante en la relación entre la ganancia de peso gestacional y el cambio de peso posparto o retención de peso posparto.78 Una proporción baja de mujeres analizadas fueron primíparas y tuvieron parto prematuro. Esto en parte era de esperarse considerando se excluyeron mujeres menores de 18 años, quienes con mayor probabilidad son primíparas y tienen mayor riesgo de tener hijos prematuros.79 Sin embargo, la validez externa estaría limitada por estas características. Así mismo, los resultados sólo se podrían extrapolar a poblaciones donde la lactancia exclusiva es proporcionada a un porcentaje considerable de infantes en los primeros meses posparto y en mujeres que residen en zonas urbanas marginadas. Como se mencionó, es justamente en la región sur del país donde mayor proporción de mujeres dan lactancia exclusiva los primeros cuatro meses.61 En conclusión, los resultados direccionan a reforzar la promoción de la lactancia exclusiva por lo menos los primeros tres meses de vida del infante, tiempo en que se observó una asociación con la pérdida del peso acumulado durante el embarazo. Probablemente los beneficios puedan ser mayores si la lactancia exclusiva se extiende hasta los seis meses posparto, como lo recomienda la OMS. Estudios nuevos serán necesarios para determinar la asociación en grupos de mujeres con diferentes características y en periodos posparto más extensos. 27 Referencias 1 Organización Mundial de la Salud. Obesity: preventing and managing the global epidemic. Report of a WHO consultation. Technical report series; 894. Geneva:WHO, 2000. 2 Strum R. The effects of obesity, smoking and drinking on medical problems and costs. Health Aff 2002;21:245-253. 3 Barquera S, Campos-Nonato I, Hernández-Barrera L, Flores M, Durazo-Arvizu R, Kanter R, et al. Obesity and central adiposity in Mexican adults: results from the Mexican National Health and Nutrition Survey 2006. Salud Publica Mex 2009;51 suppl 4:595-603. 4 Food and Nutrition Board. Nutrition during pregnancy. Washington: National Academy Press, 1990. 5 Lawrence RA. Physiology of lactation. En: Lawrence RA. Breastfeeding. A guide for the medical profession. 4a. edición. St. Louis: Mosby,1994:59-89. 6 Linné Y, Dye L, Barkeling B, Rössner S. Long-term weight development in women: a 15-year follow-up of the effects of pregnancy. Obes Res 2004;12:1166-1178. 7 Rooney BL, Schauberger CW. Excess pregnancy weight gain and long-term obesity: one decade later. Obstet Gynecol 2002;100:245-252. 8 Öhlin A, Rössner S. Trends in eating patterns, physical activity and sociodemographic factors in relation to postpartum body weight development. Br J Nutr 1994;71:457-470. 9 Gunderson EP, Abrams B, Selvin S. The relative importance of gestational gain and maternal characteristics associated with the risk of becoming overweight after pregnancy. Int J Obes 2000;24:1660-1668. 10 Olafsdottir AS, Skuladottir GV, Thorsdottir I, Hauksson A, Steingrimsdottir L. Maternal diet in early and late pregnancy in relation to weight gain. Int J Obes 2006;30:492-499. 11 Treuth MS, Butte NF, Puyau M. Pregnancy-related changes in physical activity, fitness, and strength. Med Sci Sport Exerc 2005;37:832-837. 12 Linné Y, Rössner S. Interrelationships between weight development and weight retention in subsequent pregnancies: the SPAWN study. Acta Obstet Gynecol Scand 2003;82:318-325. 13 Nohr EA, Vaeth M, Baker JL, Sørensen TIA, Olsen J, Rasmussen KM. Combined associations of prepregnancy body mass index and gestational weight gain with the outcome of pregnancy. Am J Clin Nutr 2008;87:1750-1759. 14 Gunderson EP, Lewis CE, Wei GS, Whitmer RA, Quesenberry CP, Sidney S. Lactation and changes in maternal metabolic risk factors. Obstet Gynecol 2007;109:729-738. 15 O’toole ML, Sawicki MA, Artal R. Structured diet and physical activity prevent postpartum weight retention. J Women’s Health 2003;12:991-998. 16 Janney CA, Zhang D, Sowers MF. Lactation and weight retention. Am J Clin Nutr 1997;66:1116-1124. 17 McCrory MA, Nommsen-Rivers LA, Molé PA, Lönnerdal B, Dewey KG. Aerobic exercise during lactation: safe, healthful and compatible. J Hum Lac 2000;16:95-98. 18 Guillermo-Tuazon MA, Barba CVC, van Raaij JMA, Hautvast JGAJ. Energy intake, energy expenditure and body composition of poor rural Philippine women throughout the first 6 mo of lactation. Am J Clin Nutr 1992;56:874-880. 19 Vinoy S, Rosetta L, Mascie-Taylor CGN. Repeated measurements of energy intake, energy expenditure and energy balance in lactating Bangladeshi mothers. Eur J Clin Nutr 2000;54:579585. 20 Butte NF, Barbosa L, Villalpando S, Wong WW, Smith EO. Total energy expenditure and physical activity level of lactating mesoamerindians. J Nutr 1997;127:299-305. 21 Piperata BA, Dufour DL. Diet, energy expenditure and body composition of lactating Ribeirinha women in the Brazilian Amazon. Am J Hum Biol 2007;19:722-734. 22 Rivera JA, Barquera S, Campirano F, Campos I, Safdie M, Tovar V. Epidemiological and nutritional transition in Mexico: rapid increase of non-communicable chronic disease and obesity. Public Health Nutr 2002;5:113-122. 23 Lohman T, Roche, A, Martorell, R, eds. Anthropometric standardization reference manual. Champaign: Human Kinetics, 1988. 28 24 Shamah-Levy T, Villalpando-Hernández S, Rivera-Dommarco J. Manual de procedimientos para proyectos de nutrición. Cuernavaca: Instituto Nacional de Salud Pública, 2006. 25 International Physical Activity Questionnaire [sitio de internet]. Long last 7 days selfadministered version of the IPAQ. Revised October 2002.USA Spanish version translated 3/2003 [consultado 2009 abr 21. Disponible en: http://www.ipaq.ki.se/downloads.htm 26 International Physical Activity Questionnaire [sitio de internet]. Guidelines for data processing and analysis of the International Physical Activity Questionnaire (IPAQ) 2005. [consultado 2009 abr 21] Disponible en: http://www.ipaq.ki.se/scoring.htm 27 U.S. Department of Health and Human Services. Physical activity and Health: A report of the surgeon general. Atlanta: Department of Health and Human Services, Centers for Diseases and Prevention, National Center for Chronic Disease Prevention and Health Promotion, 1996. 28 US Department of Agriculture, Agricultural Research Service. USDA Nutrient Database for Standard Reference, Release 13. Nutrient Data Laboratory, 1999. 29 Souci S, Fachmann W, Kraut H. Food composition and nutrition tables. 6a. ed. Sttugart: Medpharm, 2000. 30 Pérez-Lizaúr AB, González B, Castro Becerra AL. Sistema Mexicano de Alimentos Equivalentes. 3ª edición. Distrito Federal: Fomento de Nutrición y Salud, AC, 2008. 31 Bourges H, Casanueva E, Rosado JL. Recomendaciones de ingestión de nutrimentos para la población mexicana. Tomo 2. Distrito Federal: Editorial Médica Panamericana, 2008. 32 Food and Agriculture Organization of the United Nations (FAO). Food and Nutrition Technical Report Series. 1. Human energy requirements. Report of a joint FAO/WHO/UNU expert consultation; 2004 oct 17-24; Roma, Italia. 33 Organización Mundial de la Salud. Indicators for assessing infant and young child feeding practices: conclusions of a consensus meeting held 6-8 November 2007 in Washington D.C., USA. Geneva: WHO Press, 2008. 34 Amorim AR, Linné Y, Kac G, Lourenco PM. Assessment of weight changes during and after pregnancy:practical approaches. Matern Child Nutr 2008;4:1-13. 35 Reyment R, Jöreskog K. Applied factor analysis in the natural sciences. Cambridge: Cambridge University Press, 1996: 371. 36 Dugdale AE, Eaton-Evans J. The effect of lactation and other factors on post-partum changes in body-weight and triceps skinfold thickness. Br J Nutr 1989;61:149-153. 37 Sadurskis A, Kabir N, Wager J, Forsum E. Energy metabolism, body composition and milk production in healthy Swedish women during lactation. Am J Clin Nutr 1988;48:44-49. 38 Van Raaij JMA, Schonk CM, Vermaat-Miederma SH, Peek MEM, Hautvast JGAJ. Energy cost of lactation and energy balances of well-nourished Dutch lactating women: reappraisal of the extra energy requirements of lactation. Am J Clin Nutr 1991:53:612-619. 39 Goldberg GR, Prentice AM, Coward WA, Davies HL, Murgatrovd PR, Sawyer MB, et al. Longitudinal assessment of the components of energy balance in well-nourished lactating women. Am J Clin Nutr 1991;54:788-798. 40 Hytten FE, Leitch I. The physiology of pregnancy. 2a. edición. Oxford: Blackwell Scientific Publications, 1971. 41 Sohlström A, Forsum E. Changes in adipose tissue volume and distribution during reproduction in Swedish women as assessed by magnetic resonance imaging. Am J Clin Nutr 1995;61:287-295. 42 Guyton AC, Hall JE. Embarazo y lactancia. En: Guyton AC, Hall JE. Tratado de fisiología médica. 11a. edición. Madrid:Elsevier;2006:1027-1041. 43 Picciano MF. Pregnancy and lactation physiological adjustments, nutritional requirements and the role of dietary supplements. J Nutr 2003:133:1997S-2002S. 44 Wosje KS, Kalkwarf HJ. Lactation, weaning and calcium supplementation: effects on body composition in postpartum women. Am J Clin Nutr 2004;80:423-429. 45 Larson-Meyer DE. Effect of postpartum exercise on mothers and their offspring: a review of the literature. Obes Res 2002;10:841-853. 46 Whitehead RG, Lawrence M, Prentice AM. Maternal nutrition and breastfeeding. Hum Nutr Applied Nutr 1986;40:1-10. 47 Lof M, Forsum E. Activity pattern and energy expenditure due to physical activity before and during pregnancy in healthy Swedish women. Br J Nutr 2006;95:296-302. 48 Pereira MA, Rifas-Shiman SL, Kleinman KP, Rich-Edwards JW, Peterson KE, Gillman MW. Predictors of change in physical activity during and after pregnancy: Project Viva. Am J Prev Med 2007;32:312-319. 29 49 Olson CM, Strawderman MS, Hinton PS, Pearson TA. Gestational weight gain and postpartum behaviors associated with weight change from early pregnancy to 1y postpartum. Int J Obes 2003;27:117-127. 50 Abrams B, Altman SL, Pickett KE. Pregnancy weight gain: still controversial. Am J Clin Nutr 2000;71:1233S-1241S. 51 Bronstein MN, Mak RP, King JC. Unexpected relationship between fat mass and basal metabolic rate in pregnant women. Br J Nutr 1996;75:659-668. 52 Williams MA, Havel PJ, Schwartz MW, Leisenring WM, King IB, Zingheim RW, et al. Preeclampsia disrupts the normal relationship between serum leptin concentrations and adiposity in pregnant women. Paediatr Perinat Epidemiol 1999;13:190-204. 53 Godin G, Shephard RJ. A simple method to assess exercise behavior in the community. Can J Appl Sport Sci 1985;10:141-146. 54 Smith DE, Lewis CE, Caveny JL, Perkins LL, Burke GL, Bild DE. Longitudinal changes in adiposity associated with pregnancy. The CARDIA study. Coronary Artery Risk Development in Young Adults Study. JAMA 1994;271:1747-51. 55 Stein TP, Scholl TO, Schluter MD, Schroeder CM, Plasma leptin influences gestational weight gain and postpartum weight retention. Am J Clin Nutr 1998;68:1236-1240. 56 Haiek LN, Kramer MS, Ciampi A, Tirado R. Postpartum weight loss and infant feeding. J Am Board Fam Pract 2001;14:85-94. 57 Poehlman ET, Horton ES. Energy needs: assessment and requirements in humans. En: Bloch AS, Shils ME, ed. Modern nutrition in health and diseases. Baltimore: Williams & Wilkins, 1998. 58 Secker-Walker RH, Vacek PM. Relationships between cigarette smoking during pregnancy, gestational age, maternal weight gain and infant birthweight. Addict Behav 2003;28:55-66. 59 Einarson A, Riordan S. Smoking in pregnancy and lactation: a review of risks and cessation strategies. Eur J Clin Pharmacol 2009;65:325-330. 60 Harpham T, Stephens C. Urbanization and health in developing countries. World Health Statistics Quartely Report Trimestriel de Statistiques Sanitaires Mondiales 1991:44:62-69. 61 González-Cossío T, Moreno-Macías H, Rivera JA, Villalpando S, Shamah-Levy T, Monterrubio EA, et al. Breast-feeding practices in Mexico: Results from the Second National Nutrition Survey, 1999. Salud Publica Mex 2003;45:S477-S489. 62 Espinoza H. The relationship between family structure and exclusive breastfeeding prevalence in Nicaragua. Salud Publica Mex 2002;44:499-507. 63 Vandale-Toney S, Rivera-Pasquel ME, Kageyama-Escobar ML, Tirado-Gómez LL, LópezCervantes M. Lactancia materna, destete y ablactación: una encuesta en comunidades rurales de México. Salud Publica Mex 1997;39:412-419. 64 Wolfe WS, Sobal J, Olson CM, Frongillo EA, Williamson DF. Parity-associated weight gain and its modification by sociodemographic and behavioral factors: a prospective analysis in US women. Int J Obes 1997;21:802-810. 65 Statacorp. Stata Statistical Software.Texas: Stata Corporation, 2003. 66 Lipsitz S, Fitzmaurice G. Generalized estimating equations for longitudinal data analysis. En: Fitzmaurice G, Davidian M, Verbeke G, Molenberghs G, ed. Longitudinal data analysis. Nueva York: CRC Press, 2009. 67 Lichtman SW, Pisarska K, Berman ER, Pestone M, Dowling H, Offenbacher E, et al. Discrepancy between self-reported and actual caloric intake and exercise in obese subjects. N Engl J Med 1992;31:1893-1898. 68 Heitmann BL, Lissner L. Dietary underreporting by obese individuals-is it specific or nonspecific? BMJ 1995;311:985-989. 69 Bothwell EK, Ayala GX, Conway TL, Rock CL, Gallo LC, Elder JP. Underreporting of food intake among Mexican/Mexican-American women: rates and correlates. J Am Diet Assoc 2009;109:624-632. 70 Craig CL, Marshall AL, Sjostrom M, Bauman AE, Booth ML, Ainswroth BE, et al. International physical activity questionnaire: 12-country reliability and validity. Med Sci Sports Exerc 2003;35:1381-1395. 71 Hagströmer M, Oja P, Sjöström M. The International Physical Activity Questionnaire (IPAQ): a study of concurrent and construct validity. Public Health Nutr 2005;9:755-762. 72 Willet W, Lenart E. Reproducibility and validity of food-frequency questionnaires. En: Willett W. Nutritional epidemiology. 2a. edición. Nueva York: Oxford University Press; 1998: 73 Gibson R. Chapter 5. Measurement errors in dietary assessment.. En: Gibson R. Principles of nutritional assessment. Nueva York: Oxford University Press;1990:105-128. 30 74 Baker JL, Gamborg M, Heitmann BL, Lissner L, Sorensen TIA, Rasmussen KM. Breastfeeding reduces postpartum weight retention. Am J Clin Nutr 2008;881543-51. 75 Gunderson EP, Rifas-Shiman SL, Oken E, Rich-Edwards JW, Kleinman KP, Taveras EM, Gillman MW. Association of fewer hours of sleep at 6 months postpartum with substantial weight retention at 1 year postpartum. Am J Epidemiol 2007;167:178-187. 76 Ip S, Chung M, Raman G, Chew P, Magula N, DeVine D, et al. Breastfeeding and maternal and infant health outcomes in developed countries. Evidence report/technology assessment no.153 (prepared by Tufs-New England Medical Center Evidence-Based Practice Center, under contract no. 290-02-0022). AHRQ publication no. 07-E007. Rockville: Agency for Healthcare Research and Quality, 2007. 77 Scanlon KS, Grummer-Strawn L, Shealy KR, Jefferds ME, Chen J, Singleton JA, et al. Breastfeeding trends and updated national health objectives for exclusive breastfeeding-United States, birth years 2000-2004. MMWR [serie en internet] 2007 [consultado 2009 dic 14];56(30):760-763. 78 Gunderson EP, Abrams B, Selvin S. Does the pattern of postpartum weight change differ according to pregravid body size? Int J Obes 2001;25:853-862. 79 Fraser AM, Brockert JE, Ward RH. Association of young maternal age with adverse reproductive outcomes. N Engl J Med 1995;332:1113-1117. 31