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EL ADOLESCENTE Hasta los 18 años La adolescencia es una etapa de la vida en la que el niño y la niña experimentan importantes cambios físicos, sexuales, emocionales y sociales, que les irán haciendo madurar. Durante la adolescencia tiene lugar la pubertad, término que se refiere a los cambios biológicos que experimenta el niño (maduración sexual, estirón puberal), y que lo transforman en una persona adulta con capacidad para reproducirse. Esto les ocurre entre los 10 y los 18 años, aproximadamente, y varía de unos a otros tanto en la edad de inicio como en su evolución, y depende fundamentalmente de la interacción de factores genéticos con los hábitos alimentarios, el estilo de vida y el ambiente psicológico y social. En estos años el adolescente alcanza su talla definitiva. La alimentación cobra una importancia especial debido a que las necesidades de energía y nutrientes son elevadas para hacer frente a dichos cambios, y varían de un adolescente a otro, según su edad, sexo, talla, y de forma muy importante considerando el grado de actividad física que realice. Características generales de la dieta... Asegúrale a tu hijo una dieta equilibrada y variada en platos, sabores, texturas y consistencia, con el fin de que aprenda a alimentarse correctamente. En casa es importante ser disciplinado con los horarios de las comidas, y tratar de comer ordenadamente; comenzar por el primer plato, después el segundo y, por último, el postre. Pizzas, hamburguesas, refrescos, bollería y golosinas son alimentos con sabores marcados, que les gustan mucho a los adolescentes (también a los más pequeños) y además son muy accesibles y asequibles para ellos. No tienes que darle más importancia de la necesaria si tu hijo o tu hija consume estos alimentos ocasionalmente. Para evitar que formen parte de su alimentación habitual no se los ofrezcas en casa, ni como alternativa a comidas más sanas y nutritivas como bocadillos, sándwich, repostería casera, frutos secos, macedonias de frutas, batidos y zumos. Convierte el desayuno en una de las comidas más importantes del día. Para ello el desayuno debe incluir al menos un lácteo, (leche o yogurt), cereales (galletas, cereales, pan, bollería casera) y fruta o zumo. Insiste en que realice 5 comidas al día. Almuerzos y meriendas, mejor a base de bocadillos preparados en casa, frutas y lácteos, sin abusar de embutidos, patés y quesos grasos. Es responsabilidad de padres y madres conocer y supervisar el tipo de dieta que siguen los adolescentes, para evitar que hagan por su cuenta “dietas milagrosas” o combinaciones de alimentos absurdas con el objetivo de adelgazar o como medio de expresar su rebeldía (por ejemplo, hacerse vegetariano sin tener un criterio claro sobre ese tipo de alimentación).