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Proceso de formación Día a día, casi a un ritmo cadencial, la gallina va formando y moldeando estructuras variadas cuyo producto final es el huevo, verdadera maravilla bioquímica pluridimensional. El proceso de formación del huevo, aún dentro de su complejidad, sigue los pasos que, esquemáticamente, se representan en la figura. De modo que en un período de 24 horas, el óvulo, que es la yema, va a prepararse y protegerse en su salida al exterior. Proceso de formación del huevo (Partes anatómicas, tiempo de permanencia en las mismas y formación de los distintos componentes) Estructura El corte transversal del un huevo de gallina permite diferenciar con nitidez las partes fundamentales que lo constituyen y otras de no menor importancia. Corte transversal del huevo y diferenciación de sus distintas partes En el huevo de gallina, la clara representa el 57,3% del peso total, la yema el 30,9% y la cáscara el 11,5%. Al separar cada una de estas partes, se producen pérdidas que se aproximan al 0,3%. Composición del Huevo de Gallina HUEVOS DE GALLINA (composición por 100 g de porción comestible) Huevo Agua (g) Energía (kcal) Proteínas (g) Carbohidratos (g) Almidón (g) Azúcares sencillos (g) Lípidos (g) AGS (g) AGM (g) AGP (g) Colesterol (mg) C 18.1 A. oleico (g) C 18.2 A. linoleico (g) C 18.3 A. linolénico (g) Fibra vegetal (g) Alcohol (g) Tiamina (mg) Riboflavina (mg) Equivalentes de Niacina (mg) Vitamina B6 (mg) Eq. Folato dietético (µg) Vitamina B12 (µg) Vitamina C (mg) Pantoténico (mg) Vitamina A (µg) Retinol (µg) Carotenoides (µg) Vitamina D (µg) Vitamina E (µg) Vitamina K (µg) Calcio (mg) Fósforo (mg) Hierro (mg) Iodo (µg) Cinc (mg) Magnesio (mg) Sodio (mg) Potasio (mg) Manganeso (mg) Cobre (mg) Selenio (µg) Yema Clara 74,5 51,7 88 162 353 49,1 12,7 16,1 11,1 0,68 0,3 0,7 0 0 0 0,68 0,3 0,7 12,1 31,9 0,2 3,3 9,5 ---4,9 13 ---1,8 5,5 ---410 1260 0 4,4 11,7 ---1,6 4,8 ---0,098 0,26 ---0 0 0 0 0 0 0,11 0,29 0,022 0,37 0,4 0,32 3,3 4,2 3,4 0,12 0,3 0,012 51,2 159 9,2 2,1 2 0,1 0 0 0,3 1,8 3,7 0,14 227 886 0 225 881 0 10 29 0 1,8 5,6 0 1,9 5,5 0 8,9 2 0,01 56,2 140 11 216 590 21 2,2 7,2 0,2 12,7 12 6,8 2 3,8 0,02 12,1 16 12 144 51 170 147 138 154 0,071 0,13 0,04 0,065 0,35 0,006 10 19 5,4 El huevo, un alimento sano y muy completo. Tanto por la variedad de nutrientes que contiene, como por su elevado grado de utilización por nuestro organismo, el huevo es uno de los alimentos más completos para el hombre. Los compuestos que lo forman cumplen funciones importantes para la salud. El huevo es rico en proteínas de alto valor biológico y fáciles de digerir. La proteína del huevo es tan buena que los científicos la usan como patrón con la que comparar la calidad proteica de otros alimentos. Un huevo aporta cantidades significativas de una amplia gama de vitaminas (A, B2, B12, D, E, etc) y minerales (Fósforo, Selenio, Hierro, Yodo y Zinc) que contribuyen a cubrir gran parte de las ingestas diarias de nutrientes recomendadas para un adulto. La acción antioxidante de algunas vitaminas y oligoelementos del huevo ayuda a proteger a nuestro organismo de procesos degenerativos diversos (cáncer, diabetes, cataratas), así como de las enfermedades cardiovasculares. El contenido energético por huevo de acerca a las 75 kilocalorías, es decir, el aporte calórico de un huevo es relativamente bajo, por tanto no favorece la obesidad. Muchos platos a base de huevo pueden prepararse con muy poca o ninguna grasa añadida. El huevo tiene 7,5 g de lípidos totales, de los cuales 2 g corresponden a ácidos grasos saturados (AGS), 1,1 g son ácidos grasos poliinsaturados (AGP) y 3 g de ácidos grasos monoinsaturados. La relación AGP/AGS es 0,55, considerada más que aceptable y por tanto recomendable en términos de nutrición. Es destacable su riqueza del huevo en ácido oleico (monoinsaturado), valorado por sus efectos favorables sobre la salud. El huevo es la principal fuente de fosfolípidos de la dieta y contribuye a satisfacer de forma significativa las necesidades en ácido linoleico, ácido esencial que el organismo no puede sintetizar. Un huevo aporta gran parte de la colina recomendada por los organismos responsables de la educación nutricional, unos 500 mg/día. También es la mejor fuente dietética de lecitina (fosfatidilcolina), compuesto de gran interés nutricional por su importancia en diversos procesos metabólicos, en la construcción de membranas celulares y del neurotransmisor acetilcolina. La biotina es otro nutriente importante que se encuentra en el huevo, vinculada a la protección de la piel, a un gran número de reacciones del organismo y al mantenimiento de las funciones corporales. La ingesta diaria recomendada de biotina es de 30 mcg por día, que un huevo cubre aproximadamente en un 40%. Los huevos contienen además riboflavina (20% de la cantidad diaria recomendada), Selenio (12%) y vitamina K (31%). Recientes investigaciones ponen de relieve que los huevos son fuente de carotenoides (luteina, zeaxantina) facilmente disponibles, y que estos componentes antioxidantes pueden ayudar en la prevención de la degeneración macular y contribuir a retrasar la aparición de cataratas. ¿Cuál es el consumo recomendado de huevos? El huevo es un alimento recomendable en todas las edades y muy adecuado en las etapas de crecimiento, circunstancias fisiológicas especiales -embarazo y lactancia- y para las personas mayores. No se debe renunciar al consumo de huevos sin causa que lo justifique, porque constituye una pérdida nutricional y gastronómica gratuita. Teniendo en cuenta la pauta de tomar 2/3 raciones/día entre carnes, pescados y huevos, para un niño, persona de tamaño pequeño o mediano, o inactiva, podría ser conveniente un consumo de 3-4 huevos/semana, mientras que una persona corpulenta, o físicamente activa, podría consumir hasta 7 huevos/semana. El huevo tiene una enorme riqueza nutricional, y su inclusión en la dieta presenta, por ello, un gran interés en cuanto a beneficios nutricionales y sanitarios 1,2,3. Sin embargo, en la década de los setenta comenzó a extenderse en todo el mundo un exagerado temor al colesterol, por su implicación en el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares. El huevo, como alimento de elevado contenido en colesterol, comenzó a ser denostado y su consumo a decrecer considerablemente en los países occidentales2. Posteriormente, los estudios realizados sobre el tema han puesto de relieve que sólo un 20% de la población responde con elevaciones de colesterol plasmático a ingestas relativamente elevadas de colesterol dietético. Causas genéticas, y otros factores como el transito intestinal rápido o lento, el sedentarismo y la obesidad pueden influir también en la modificación de la colesterolemia. Por otra parte, otros componentes de la dieta como la ingesta de fibra, los fitoesteroles y otros esteroles de la fauna marina pueden interferir en la absorción del colesterol. Los resultados de los estudios en epidemiología nutricional realizados en los últimos años indican la débil elevación del colesterol plasmático con los cambios del colesterol dietético 2,4. Concretamente el mayor estudio epidemiológico realizado (con 118.000 varones y mujeres) para analizar la relación entre consumo de huevos y padecimiento de enfermedades cardiovasculares puso de relieve que el consumo de hasta un huevo por día no tenía un impacto significativo en la mortalidad por este tipo de procesos4. En tres grupos de jóvenes sanos se evaluó el efecto del consumo de 3, 7 y 14 huevos semanales. Después de 5 meses de dieta controlada, no hubo diferencias significativas en los lípidos plasmáticos 5. El mismo ensayo llevado a cabo en adultos sanos, con adicción de 2 huevos/día a su dieta habitual, puso de relieve que a las 6 semanas el colesterol HDL había aumentado un 10%, el colesterol total un 4% y la relación colesterol total / HDL-colesterol no se había modificado6. Por otra parte, el estudio de Kerver et al.7 puso de relieve que las personas que tomaban más de cuatro huevos por semana tenían cifras inferiores de colesterol sérico que los que consumían uno (o menos) huevos por semana. Por tanto la preocupación acerca del colesterol del huevo es una cuestión que está ya superada a la luz de las recientes investigaciones. La evidencia de que el consumo de huevos no está relacionado con el incremento del riesgo cardiovascular es una de las conclusiones que se desprenden de los resultados del trabajo desarrollado por el equipo del profesor Sung I. Koo, del Departamento de Nutrición Humana de la Universidad de Kansas (Estados Unidos) sobre los efectos positivos de la lecitina o fosfatidilcolina presente en la yema del huevo, que además de ser una excelente fuente de colina y actúar en el desarrollo de la función cerebral y la memoria, limita la absorción del colesterol que contiene el huevo. Los resultados muestran la primera evidencia científica de que la fosfatidilcolina de la yema de huevo reduce de forma significativa la absorción intestinal de colesterol 8. Recientes investigaciones ponen de relieve que los huevos son fuente de carotenoides (luteina, zeaxantina) facilmente disponibles, y que estos componentes antioxidantes pueden ayudar en la prevención de la degeneración macular y contribuir a retrasar la aparición de cataratas 9. Las restricciones en el consumo de huevos y la consideración de este alimento como “peligroso” por su contenido en colesterol, no están avaladas por los numerosos y exhaustivos estudios científicos realizados en las dos últimas décadas2. Para reducir el riesgo cardiovascular, es mucho más importante limitar la ingesta de grasas totales y saturadas, combatir la obesidad y modificar los estilos de vida característicos de sociedades occidentales, especialmente el sedentarismo 10. CITAS BIBLIOGRAFICAS 1. ORTEGA R.M. El huevo en el contexto de la Dieta Mediterránea. Nutr. Clin. 1998;18: 34 37. 2.-APPLEGATE, E. Introduction: nutritional and functional roles of eggs in the diet. J. Am. Coll. Nutr. 2000;19:495S-498S. acid, biotin and choline. Washington DC: National Academic Press, 1998. 3.-ORTEGA, R.M.; QUINTAS, M.E.; ANDRÉS, P.; GASPAR, M.J.; LÓPEZ-SOBALER, A.M.; NAVIA, B.; REQUEJO, A.M. Ingesta de alimentos, energía y nutrientes en jóvenes de sexo femenino en función de su consumo de huevos. Repercusión en los parámetros lipídicos cuantificados en suero. Nutr. Clin. 1997;17: 31 37. 4.-HU, F.B; STAMPFER, M. J.; RIMM, E.B.; MANSON, J.E.; ASCHERIO, A.; GOLDITZ, G.A.; et al. A prospective study of egg composition and risk of cardiovascular disease in men a women. JAMA 1999; 281: 1387-1394. 5.-VORSTER, H.H.; BENADE, A.J.; BARNARD, H.C.; LOCKE, M.M.; SILVIS; VENTER, C.S.; et al. Egg intake does not change plasma lipoprotein and coagulation profiles. Am. J. Clin. Nutr. 1993; 55:480-410. 6.-HOPKINS, P.N. Effect of dietary choresterol on serum cholesterol: a meta-analysis and review. Am. J. Clin. Nutr. 1992; 55: 1066-1070. 7.-KERVER, J.M.; BIANCHI, L.J.; McNAMARA, D.J.; SONG, W.O. The nutritional contribution of eggs to the American diet in the 90’s. FASEB J 2000; 14:A 220 (#161.1). 8.-JIANG, Y.; NOH, S.K.: KOO, S.I. Egg phosphatidylcholine decreases the lymphatic absortion of cholesterol in rats. J. Nutr. 2001 Sep; 131(9):2358-63. 9.-MOELLER, S.M.; JACQUES, P.F.; BLUMBERG, J.B. The potential role of dietary xanthophylls in cataract and age-related macular degeneration. J. Am. Coll. Nutr. 2000; 19:522S-527S. 10.-SASTRE, A. Tratamiento no farmacológico de la obesidad: dietas muy bajas en calorías. Clin. E Invest. En Arterosclerosis 2000; 12, supl. 2: 59-66. DIEZ CONSEJOS PARA PREVENIR LA SALMONELOSIS Un huevo fresco, limpio, procedente de ponedoras sanas, recogido y manejado en condiciones higiénicas de garantía no alberga contaminación en su interior, es un alimento seguro en su origen. Pero como producto "vivo" experimenta cambios que pueden alterar su calidad. Por ello, desde el momento de la puesta hasta su consumo, todas las operaciones deben realizarse correctamente para evitar deterioros en sus cualidades nutritivas, sanitarias y gastronómicas. El Instituto de Estudios del Huevo considera importante recordar una serie de normas de especial interés para el consumidor: 1. Compre siempre huevos con la cáscara intacta y limpia. 2. Respete la fecha de consumo preferente que está impresa en el envase del huevo. 3. No lave los huevos antes de meterlos en el frigorífico para su conservación. 4. Cuaje bien las tortillas y manténgalas en refrigeración. Mantenga limpias sus manos cuando manipule alimentos. 5. Prepare la mahonesa con la máxima higiene y consérvela en el frigorífico hasta su consumo. 6. No rompa el huevo en el borde de los recipientes donde lo vaya a batir. 7. Por razones de higiene, el recipiente de batido debe emplearse únicamente para esta operación. 8. No separe las claras de las yemas con la propia cáscara del huevo. Las superficies, recipientes y utensilios en contacto con los alimentos deben mantenerse limpios antes y después de cada uso. 9. No deje los huevos, ni los alimentos que los contengan, a temperatura ambiente. 10. Conserve siempre en el frigorífico los pasteles, natillas, salsas, etc. y consúmalos en las veinticuatro horas siguientes a su elaboración. Para mantener sus cualidades organolépticas es importante conservar los huevos alejados de fuentes de olores extraños que pueden afectar a su sabor. Cocine los alimentos a las temperaturas adecuadas. La complejidad de la composición del huevo y las características muy diferentes de las partes que lo componen (yema y clara) ofrecen múltiples posibilidades de utilización en la cocina en función de las cualidades físico-químicas u organolépticas que se requieran para cada receta. Así, el huevo tiene capacidad espumante, emulsionante, espesante, aglutinante y colorante, entre otras. Por eso, además de los placeres gastronómicos que proporciona consumido en platos que lo emplean como único ingrediente (huevo frito, tortilla francesa, huevo cocido, escalfado, mollet, pasado por agua…), el huevo se hace imprescindible en multitud de recetas que requieren su presencia para aportar sus propiedades funcionales características, entre las que destacan: - Capacidad coagulante: es una cualidad que comparten clara y yema. Se produce por la desnaturalización de las proteínas del huevo por efecto del calor o de la agitación mecánica. Las ovoalbúmina es la fracción más importante de las proteínas que componen la clara y la principal responsable de este efecto. La coagulación de la clara comienza a los 57º y a partir de 70º la masa se solidifica. La yema comienza a espesarse a 65º y deja de ser fluida a partir de los 70º. La coagulación es muy útil en la elaboración de repostería (flanes, puddings), pero además es una de las propiedades más empleadas del huevo, cuyo tratamiento más común en la cocina es el calor (huevos cocidos, tortillas, rebozados, elaboración de repostería…). - Capacidad aglutinante: es una característica de la clara y de la yema, aprovechada en charcutería. Permite la unión de los diferentes componentes de un producto elaborado gracias a la capacidad de los sistemas coloides que son la clara y la yema para formar geles en los que engloban otras sustancias añadidas. Los patés, por ejemplo, consiguen su textura gracias a esta propiedad. - Capacidad espumante: es una propiedad de la clara. La espuma es una emulsión agua-aire. La formación de espuma tras el batido es debida a las proteínas denominadas globulinas y lisozima. La estabilidad de la espuma formada se debe a la ovomucina. Las proteínas termo-coagulables previenen el desmoronamiento de la espuma durante la cocción. El poder espumante del huevo se aprovecha en repostería para la elaboración de merengues, mousses, claras a punto de nieve, bizcochos, pasteles… - Capacidad anticristalizante: la clara de huevo es la responsable de esta característica. Es muy útil en pastelería y confitería, donde se emplean soluciones sobresaturadas de azúcar. Un ejemplo es el empleo de la clara de huevo en la fabricación de turrón, que permite trabajar con concentraciones muy elevadas de azúcar sin que éste forme cristales detectables. - Capacidad emulsionante: es propia de la yema y conferida por su estructura, ya que es una emulsión del tipo aceite-agua. La yema confiere gran estabilidad a las emulsiones en las que interviene, debido a su viscosidad y a la presencia de lecitina. Esta propiedad es la que permite que “liguen” las salsas (mayonesas y otras). - Capacidad colorante: es propia de la yema, que aporta los pigmentos que le dan su color característico. Es especialmente importante en pastas alimenticias, repostería, salsas… - Capacidad aromatizante: el huevo tiene un aroma especial, aportado por la yema, que transmite a los platos en los que interviene. Esta propiedad es igualmente apreciada en la fabricación de pastas alimenticias (macarrones, raviolis, etc.), y en repostería. Los huevos pueden ser sometidos a distintos procesos de cocinado, presentando diferentes opciones a partir de las modificaciones que sufren sus componentes. Los huevos hervidos (pasado por agua, mollet, duro) se distinguen por el tiempo de cocción. Los huevos pasados por agua se hacen en 3 minutos en agua hirviendo, los Mollet, en 5 minutos y los huevos duros, en 12 minutos. El huevo pierde agua al cocerse, entre un 25% (huevo pasado por agua), y un 50% (huevo duro) aproximadamente. Las características particulares de estas preparaciones se deben a las diferencias en el punto de coagulación entre la clara y la yema: la clara se coagula a partir de los 57ºC, se solidifica a partir de los 70ºC, y la yema comienza a espesarse a los 65ºC y deja de ser fluida a partir de los 70ºC. La coagulación se debe a la desnaturalización (pérdida de la estructura tridimensional de las proteínas de la clara y la yema) debida al calor. Las albúminas se coagulan y se hacen más digestibles. Si la cocción es prolongada, el exceso de calor puede afectar a las vitaminas más termosensibles.. El huevo escalfado es que se coagula sin cáscara en agua caliente y un producto ácido como el vinagre o el zumo de limón. Se dejan cocer tres minutos y luego se escurren. En el huevo frito, en tortilla o revuelto disminuye la cantidad de agua de evaporación. Aumenta la grasa por incorporación del aceite utilizado al freír, lo que hace que el huevo frito sea más indigesto que hervido. Las albúminas coaguladas se mantienen casi en su totalidad, así como la mayor parte de las vitaminas. Los huevos asados al horno pierden un 58% de agua por evaporación. Los huevos al horno contienen menos albúminas, grasas y vitaminas que en las preparaciones anteriores. El huevo puede consumirse también crudo, ya sea éste completo o bien cada una de sus partes por separado. El consumo de huevo crudo no es recomendable, por razones tanto higiénicas como nutricionales. La proteína avidina, presente en el albumen del huevo, está ligada a la vitamina biotina e impide su absorción. Este enlace se destruye con el calor, permitiendo el aprovechamiento de la vitamina por nuestro organismo. La gama de productos es muy amplia y se puede clasificar por distintos criterios: A) Por sus componentes 1. Primarios (Líquidos): Huevo entero, yema, clara, y mezclas diversas de ambas 2. Secos: Concentrados (20-25% de humedad), o deshidratados (3-5% de humedad) 3. Compuestos: Incorporan otros ingredientes distintos, pero los procedentes del huevo han de suponer un 50% como mínimo. Un ejemplo es la tortilla de patata. B) Por su forma física y tratamiento 1. 2. 3. 4. Líquidos frescos/refrigerados, pasteurizados o no pasteurizados Líquidos concentrados, pasteurizados o no pasteurizados Congelados (normalmente ultracongelados) Desecados o deshidratados, ya sea por calor o por liofilización. C) Por su modo de empleo 1. Ingredientes. Utilizados como materias primas para elaborar otros alimentos, o determinados productos industriales. 2. Productos de valor añadido. Preparados precocinados en los que el huevo es ingrediente exclusivo o principal. 3. Componentes aislados separados por fraccionamiento de la yema o de la clara. D) Por la duración de su vida comercial 1. Corta: Ovoproductos líquidos pasteurizados convencionalmente (5-12 días, según sea la temperatura de refrigeración). 2. Intermedia: Líquidos ultrapasteurizados (4-6 semanas) y concentrados (varios meses, a temperatura ambiente) 3. Larga: Ovoproductos desecados y congelados (hasta 1 año). La composición y características físico-químicas de los ovoproductos son muy distintas según sea su forma física. Dentro de cada modalidad, también dependerán de las técnicas de elaboración empleadas, o de los aditivos incorporados (como sal y/o azúcar, que se añaden frecuentemente a muchos derivados para preservar sus propiedades funcionales). La legislación comunitaria no indica valores mínimos o máximos a alcanzar. Sin embargo es corriente que los clientes de la industria de ovoproductos exijan que se cumplan determinadas especificaciones.