Download Importancia sanitaria y económica de las Micotoxinas en los granos
Document related concepts
no text concepts found
Transcript
IMPORTANCIA SANITARIA Y ECONOMICA DE LAS MICOTOXINAS EN LOS GRANOS POSCOSECHADOS, PARA CONSUMO HUMANO Y ANIMAL Ana Pacin Comisión de Investigaciones Científicas de la Provincia de Buenos Aires Universidad Nacional de Luján Argentina RESUMEN Fueron detectados más de 500 micotoxinas producidas por diversas especies de hongos. Se han detectado diversas patologías en el hombre y los animales asociadascon la ingesta de alimentos contaminados por estastoxinas. Se describió la importancia sanitaria y económica de las micotoxinas destacándose en particular las atlatoxicosis, ocratoxicosis, micotoxicosis producida por tricotecenos, zearalenona, fumonisinas y ácido ciclopiazónico. RESUMO Existem mais de 500 micotoxinas produzidas por diferentes espécies de Jungos. F oram detectadas diversas patologias em seres humanos e em animais, associadas com a ingestt10 de alimentos contaminados por estas toxinas. 33 Se descreveu a ;mportoncia san;tória e economica das micotoxinas, destacandoseem particularas aflatoxicoses, ocratoxicoses, micotoxicosesproduzidas portricotecenos, zearalenona,fumon;s;nas e ácido ciclopiazon;co. 1. Introduccion . Las intoxicaciones por contaminantes naturales de los alimentos datan de los albores de la humanidad, y se han detectado con los primeros esfuerzos por conservar y mejorar la salud humana. Los hongos como fuente de contaminación alimentaria datan desde 5000 años antes de Cristo, como es el caso de la intoxicación por alcaloides del cornezuelo de centeno, aunque por ese entonces, no se había identificado la sustancia tóxica (85). La primera vez que se asoció la presencia de micotoxinas en alimentos con una patología fue hace aproximadamente 28 años. En Inglaterra, una severa epidemia de micotoxicosis en pavos (85), permitió identificar a las aflatoxinas como contaminantes del maní, utilizado para la elaboración del alimento balanceado que ingirieron estos animales. A partir de entonces se han ido acumulando suficientes fundamentos científicos para comprender algunas patologías cuya etiología son micotoxinas (85). Las m;cotox;nasson compuestos con diferentes estructuras químicas, elaborados por diversas especies de hongos (hongos toxicogénicos), como metabolitos secundarios, bajo condiciones ambientales favorables. Se han detectado más de 500 micotoxinas, con toxicidad para los vegetales y/o animales y/o el hombre, algunas de las cuales aún no han sido suficientemente escudiadas. Las micotoxinas, son sustancias tóxicas, que se encuent;.ran como contaminantes de materias primas destinadas a elaborar alimentos para el hombre y los animales, como los cereales, en forrajes, en frutas y hortalizas. En la accualidad se llevan detectadas diversas patologías en el hombre, asociadas a la ingesta de alimentos contaminados con micotoxinas. En algunos 34 casos con elevada mortalidad como la ATA (leucemia tóxicaalimentaria), o el ergotismo, conocido en la Edad Media como la enfermedad del Fuego de San Antonio. Otras poseen efectos cancerígenos, u ocasionan sindromes mórbidos de evolución crónica como la nefropatía de los Balcanes, o telarquia o pubertad precoz, o beri-beri cardíaco y se las ha asociado con sindromes agudos como el Sindr?me de Reye, la enfermedad del arroz amarillento y la enfermedad del hongo rojo (85). Las micotoxinas vienen generando desde hace más de 30 años la necesidad de respuestas frente a los interrogantes planteados por el sector productivo, sanitario y de control. Estas respuestas pueden ser aportadas por el sector científico, con la colaboración estrecha de lossectores mencionados, ya que estas toxinas poseen características muy especiales: . Ser tóxicas en cantidades muy bajas, ya que la LD50 en la mayoría de los animales es del orden de mg/kg de peso corporal; . Ser contaminantes naturales de los alimentos, en especial aquellos de consumo masivo por la población, como trigo y maíz. . No haberse desarrollado hasta la actualidad suficientes medidas de prevención para controlar su aparición en los mismos y por otra parte ser difícil y/o costoso, cuando no imposible su eliminación de los alimentos; . Producir pérdidas de alimentos de origen proteico, debido a la mortalidad y morbilidad que ocasiona en los animales intoxicados por micotoxinas; . Ocasionar pérdidas económicas desde la producción hasta la comercialización de materias primas contaminadas, tanto para los países exportadores como para los importadores. El impacto económico que ocasiona la contaminación por micotoxinas deriva fundamentalmente de las pérdidas en la comercialización de losgranos contaminados y de las pérdidas ocasionadas por los animales afectados. Las micotoxicosis soo,entidades clínicas y anátomo- patológicas ocasionadas por la ingestá de alimentos contaminados por micotoxinas. Las mayores dificultades que se encuentran en el diagnóstico definitivo 35 de las micotoxicosis son: - el desconocimiento de las manifestaciones clínicas, bioquímicas y anatomopatológicas por los profesionales de la salud, ya que son pocas las instituciones que tienen incluída esta temática en los curriculae de sus carreras; - las manifestaciones clínicas son muy inespecíficas y por lo tanto susceptibles de ser confundidas con otras patologías; -la impresición y/o al elevado costo de la metodología analítica disponible para la detección de la mayoría de las micotoxinas y/o sus metabolitos en tluídos orgánicos, lo que entorpece los resultados de las investigaciones clínicas y epidemiológicas, debido a la imposibilidad de asociar sintomatología de los pacientes con la demostración de la toxina en el organismo de los mismos. Frente al panorama descripto y a pesar que la intoxicación en el hombre por micotoxinas es el último eslabón de la cadena alimentaria, mientras no existan medidas de prevención que imposibiliten el desarrollo de hongos y la producción de micotoxinas, o un control adecuado que impida la llegada de estas toxinas al organismo humano, es necesario diagnosticar estas patologías. Para ello el sector sanitario y científico, pueden proponer como respuesta, la evaluación del riesgode intoxicación de la población y estudios epidemiológicos en humanos. 2. Micotoxicosis 2.1 Aflatoxinas Estas micotoxin,asson las que han sido estudiadas en forma más intensa y extensa (41). Son producidas por el Aspergillusflavus y A.parasiticusy pueden aparecer tanto durante el cultivo como en el almacenamiento (85). Las atlatoxinas actúan sobre las membranas celulares, inhibiendo el ADN y la síntesis de ARN (ADN dependiente) y la incorporación de amino 36 ácidos y fosfolípidos y por lo tanto alteran el metabolismo de los lípidos (85). Es la sustancia biológica con mayor potencia carcinogenética; es mutagénica e inmunosupresora (84, 85). Estudios recientes demuestran que la acción mutagénica estaría relacionada con la unión de carbono 8 de la aflatoxina con en C7 de la guanina del ADN (3, 48, SO). La actividad a nivel hepático estaría mediada por el citocromo P-450 (2, 22,37,108,115). Sin embargo, para el productor pecuario, lo más importante, no es su potencialidad carcinogenética, sino la pérdida o falta de ganancia de peso, la inmunidad deprimida y la falta de conversión (52, 87, 98). Por esta razón, existen diversos trabajos cuyo objetivo es tratar de minimizar losefectos tóxicos de la misma. Para ello, se ha propuesto la utilización de diversos compuestos a la dieta de los animales, como "sitty day loan soil" (63), aluminosilicato de sodio y calcio (44,58,103), y Gompuesto zeolíticos (39). Las aflatoxinasson consideradas tóxicaspara todas lasespecies estUdiadas (41, 54, 85). La intoxicación para el hombre adquiere enorme importancia debido a la frecuencia y la gran variedad de alimentos que se encuentran contaminados por las mismas. Cada sustrato, en el que sospechó su presencia, resultó contaminado por aflatoxina, un ejemplo de estO es la presencia de aflatoxinas en cosméticos. Este hecho significa que una gran proporción de la población del mundo está expuesta a esta sustancia cancerígena (87, 114,127). Han sido descriptas asociaciones epidemiológicas entre patologías en humanos y exposición a niveles elevados de aflatOxinasen diversas regiones del mundo (3,19-20,43,80,84,85,92,100,102,111,117,123,130-131). Finalmente, es interesante destacar que en los últimos años, se trabajó sobre la implementación de un marcador biológico (el aducto aflatOxinaalbumina, aflatoxina-ADN), que permite evaluar el grado de exposición de la población (3, 34-36, 122-123). 2.2. Ocratoxina A Esta es otra de las micotOxinas que ha sido ampliamente estudiada (56). Son numerosas las especies de los géneros Aspergillus y Penicillium, como P. 37 viridicotum, P. verrucosum, A. ocltroceus,capaces de producir estas toxinas (56, 85). La ocratoxina A, se expresa por diversos efectos tóxicos, entre los que se destacan: . Inhibición de la síntesis proteica, por competición con la fenilalanina, en la reacción catalizada por la fenil-ARN sintetasa (57, 85). . . Interferencia en la fosforilación oxidativa, por lo que se considera que la organella "blanco" de esta micotoxina es la mitocondria (8, 86, 85). Inhibición de la glucogenólisis, a través de la inhibición del ácido 3'5' adenílico (AMP cíclico) (56, 85). La ocratoxina A altera la homeostasis del calcio, a través de la disrupción de la actividad de la bomba de calcio ATP -dependiente, en el sistema retículo endoplasmático de la corteza renal (21). Se ha demostrado la acción embriotóxica (30, 35) Yse sospecha que sea carcinogénetica a nível renal (S, 8, 85). A similitUd de otras micotoxinas, ocasiona inmunosupresión (38, 84, 85), ya que inhibe la síntesis de inmuglobulinas y la producción de anticuerpos, favoreciendo infecciones secundarias. La Ocratoxicosis,a diferencia de otras micotoxicosis tiene la posibilidad de un diagnóstico, ya que se demostró que la enzima fosfoenolpiruvatocarboxiquinasa, se incrementa como consecuencia de la nefrotoxicidad por OA (55,57, 85). Otra forma de diagnóstico es la determinación de ocratoxina A, en la sangre de los cerdos (46). Este métOdo, desarrollado en Suecia, es utilizado para el control de los animales y posee un nivel de detección del orden de los nanogramos. Las enormes pérd idas padecidas por los prod uctOres como consecuencia de ocratOxicosis, ha hecho que se buscaran caminos para evitar la misma (85). En el caso de la ocratOxinaA, el "tratamientO preventivo" puede llevarse a cabo 38 a través de varias posibilidades: con e! agregado de bicarbonato de sodio en e! agua, lo que disminuiría la frecuencia y gravedad de las lesiones (85); con utilización de antioxidantes, como e! ácido ascórbico, agregado a la dieta (84); o con la colesteramina, que incluída en las dietas aumentaría la excreción por heces y disminuiría la excreción por orina de la ocratoxina A (64). También se ha ensayado con aluminosilicato de sodio y calcio (44). Otra posibilidad para evitar e! desarrollo de la nefropatía en animales, es la utilización de fenilalanina (85) incorporada en las ingestas, ya que la fenilalaninacompite con laocratoxina. Un tema fundamental para evaluar la exposición de! hombre frente a estas micotoxinas, es tener en cuenta la existencia de residuos en losalimentos de origen animal. En e! caso de la ocratoxina A,se detectaron residuos en carne y vísceras de aves y cerdos (83, 85), ya que los rumiantes metabolizan la toxina en e! estómago a través de los microrganismos (45, 84, 85). Un hecho interesante de destacar, es que tanto como contaminante de las materias primas y alimentos, como en la posibilidad de desencadeenar ocratoxicosis en diferentes animales, es muy frecuente lapresencia decitrinina en concomitancia con la ocratoxina A La citrinina, actúa en forma similar a la ocratoxina, desde el punto de vista tóxico (8, 16-17, 53) y también estaría involucrada en la nefropatía de los Balcanes (29). 2.3. Tricotecenos Los tricotecenos son un grupo de micotoxinas producidos por una variedad de hongos pertenecientes a los géneros Trichotecium,Trichodenna, Myrothecium,Fusarium y Stachybotrys.Entre ellos se encuentram: la toxina T2, diacetoxiscirpenol (DAS), neosolaniol, toxina HT-2 (HT2), nivalenol (NIV), fusarenona X y deoxinivalenol (DON o Vomitoxina). Son sustancias con una potente acción irritativa local (85) y desde el punto de vista sistémico la actividad tóxica presenta tres manifestaciones principales: La primera se realiza a través de la inhibición de la biosíntesis proteica, que se expresa especialmente en los tejidos de rápido recambio celular. La misma es el resultado de una potente inhibición de la peptil-cransferasa, 39 que impide la incorporación de aminoácidos al comienzo o al final de la cadena proteica (82, 85). . La segunda es inhibir la producción de energía, lo que afecta el funcionamiento de las membranas celulares (85). . La tercera es actuar sobre el metabolismo de las aminas biógenas del cerebro, debido a que inhiben la síntesis de monoaminoxidasa (85,121), ocasionando diversos trastornos neurológicos (90,109). Son embriotóxicas en ratas, ratones y cerdos (85). Actualmente, se ha propuesto que a través de la disregulación de la 19A, el DON podría ser nefropática (24, 66). Entre las micotoxinas estudiadas, los tricotecenos son los que presentan mayor efecto inmunosupresor (4, 82, 84-85). Si consideramos los problemas del productor, ademas de la inmunidad deprimida, la baja ganancia de peso, la morbi/mortalidad, también le ocasiona pérdidas la baja calidad en la producción de huevos (85). 2.4. Zearalenona Esta micotoxina, así como las mencionadas con anterioridad se describieron en el Taller FAO/OPS (84), por esta razón se sintetizan algunos aspectos de la misma. La zearalenona, producida por hongos del género Fusanum, actúa compitiendo con el receptor específico de unión de estrarliol, en las células blanco (85), ejerciendo una acción estfogénica. Además estimula la síntesis de ADN, ARN, y proteinas en los órganos blanco (útero, glándulas mamarias). Similar a lo expresado para otras micotoxicosis, se ha tratado de reducir la toxicidad de la zearalenona, incorporando aluminosilicato de calcio y sodio a las dietas (lO). En el hombre se ha asociado la pubertad precoz y la telarquia (85) con ingesta de zearalenona como contaminante. Los animales que ingieren alimentos contaminados por zearalenona, 40 además de presentar la sintomatología d.nica de hiperestrogenismo, reducen la ingesta de alimentos y poseen en sus tejidos y fluídos niveles variables de zearalenona, zearalenol y beta zearalenol, (este último 10 veces menos tóxico que la zearalenona) (85). 2.5'. Fumonisinas La historia de estas micotoxinas está asociada en principio a la presencia de FtlSoriummonilifonne, como contaminante de los alimentos del ganado equino, en el que ocasionó severas epidemias de leucoencefalomalaciaequina. Las fumonisinas, desde el p'unto de vista química, son una cadena hidrocarbonada lineal de 20 carbonos sustitUídos en el C2 por una amina, en el C3 y C5 por oxhidrilos, en el C12 y C16 por metilos, en el C14 y C1S por radicales ig~alesy en el C 1Oel radical que sustituye difiere según lafumonisina (B1=OH, B2=H, etc). En la actualidad se considera que también puede ser prod ucida por otras especies de F usorium, como F. proliferotum, F. onthophilum, F.dlomini, F.nopifonne y F.nygomoi (71). El sustrato primordial donde colonizan estos hongos y producen micotoxinas es el maíz, por esta razón la mayoríade la información sobre brotes epidémicos está referida a animales que consumen maÍZen su dieta: cerdos, pollos, caballos. Teniendo en cuenta que el Fusorium monilifonneconstituye un contaminante muy frecuente de maíz, Finchan et al,sugieren que todos los productos elaborados con maíz deberían ser analizados en su contenido de fumonisinas (28). 2.5. 1. Acción Biológica La acción biológica de las fumonisinas está en estudio en la actualidad, sin embargo existen datos sobre el efecto de las mismas en el metabolismo de los neurotransmisores cerebrales (65, 88) ya que es un potente inhibidor de la biosíntesis de losesfingolípidos (77, 120,129)en el hepatocito, por intermedio de la inhibición de la enzima esfinganina N-acetiltransferasa, que ocasionaría, como consecuencia, un incremento de esfingosina y esfinganina (95,101). El incremento de estas enzimas podría ser un indicador indirecto de la intoxicación por fumonisinas. 41 Un daro interesante a destacar es que, en forma similar a lo que ocurre con la mayoría de las micotoxinas, la fumonisina B1 podría ser inmunosupresora (91). Las investigaciones sobre el metabolismo (105)de estas toxinas parecería indicar que las mismas se eliminan sin metabolizar por heces, practicamente en su totalidad, cuando es administrada por via oral (106). Ya se han llevado a cabo trabajos sobre la posible carcinogenicidad fumonisinas, pero aún sin resultados concluyentes (31-33, 77, 86). 2.5.2. Manifestaciones de las Clínicas Las manifestaciones clínicas ocasionadas por la ingesta de alimentos contaminados por fumonisinas son diferentes según la especie animal en estudio. El ganado eq uino presenta leucoencefalomalacia, que es una enfermedad caracterizada por necrosis liquefactiva del cerebro y hepatOtoxicidad. Los animales pueden iniciar su sintomatología con nerviosismo, apatía, temblores, ataxia, ceguera, hipertensión cerebral, incordinación en los movimientos, paresis de lengua y labios y muerte en convulsiones de tipo tetánicas (49, 65, 99,119,124). El ganado porcino presenta edema pulmonar e hidrotorax (14, 40,81). Cerdos alimentados con niveles variables de fumonisinas incrementan las enzimas hepáticas, la bilirrubina y el colesterol, además de presentar síntomas pulmonares hasta finalizar con edema pulmonar. Los estudios anatomohistopatológicos demuestran que los órganos afectados por estas tOxinas son: pulmón, hígado y pancreas. La denominada Mystery Swine Disease, detectada en Estados Unidos desde 1988, ha ocasionado enorme pérdidas y se la asocia actualmente con la presencia de fumonisinas en los alimentos (6). El ganado vacuno ha sido poco estudiado en relación con la toxicidad de estas tOxinas.Osweiler et al, sugiere que estos animales serían menos sensibles que los cerdos y los caballos, aunque también presentaron alteraciones hepáticas a dosis altas (82). Estudios llevados a cabo en pollos, señalan que animales tratados con 42 dietas contaminadas con niveles variables de fumonisina Bl, presentan una pérdida de ganancia de peso, símtomas de hepatotoxicidad e incremento de los pesos del hígado, proventrículo y molleja (9, 61). 2.5.3. Epidemiología Existen asociaciaciones epidemiológicas que se refieren a la ingesta de alimentos contaminados por Fusarium moni/iforme,productor de fumonisinas, y cancer de esófago (103). 2.6. Acido Ciclopiazonico El ácido ciclopiazónico es un ácido indol tetramínico, producido como metabolito secundario por los Aspergi//usF/avus, A. versic%r y A.tamari (25, 85), Ypor los Penici//ium Camemberti,P. caseico/umand A. oryzae (51), que se utilizan para iniciar la manufactura y madurez de quesos y por P.cic/opium. Ha sido hallado como contaminante de numerosos alimentos como queso, salchichas, jamones, salames y de materias primas como maíz, maní, mijo, alimento balanceado para aves, y cereales almacenados (11, 18, 60, 75, 89). 2.6.1. Acción Biológica Entre uno de los aspectos fundamentales de la actividad biológica del ácido ciclopiazónico, se destaca aquel referido a la interferencia en el metabolismo del calcio(1, 23, 59, 67, 97-98,107,112, 116),que trae como consecuencia la inhibición del transporte de calcio iónico dependiente de la ATPasa en el sistema retículo endoplasmático de los músculos y, por lo tanto, la depleción en el almacenamiento del mismo. Esta acción altera la síntesis y la utilización de las proteínas, por lo que también ejercería un efecto inmunosupresor (42, 110). Sin embargo, Richard et al, (94) demuestran que no está inhibida la inmunidad mediada por células, ni el complemento. Esta mico tOxina altera el metabolismo 43 neuroquímico (72) y tiene la característica de comportarse como dopaminérgíca y serotoninérgica (73). Se ha realizadoestudios sobre la potencialidad embriotóxicayteratogénica de esta micotoxina, sin resultados satisfactorios (51, 70), aunque se ha probado la citotoxicidad "in vitro" (128). El metabolismo del ciclopiazónico es rápido y se acumula en músculos (72, 74-76). 2.6.2. Manifestaciones Clínicas El ácido ciclopiazónico produce alteraciones neurológicas en todas las especies estudiadas: pollos,cerdos, ratones, ratas,guinea, pavos,patos, conejos (11,89). Las aves son probablemente los animales más estudiados (13, 15, 78, 126) debido a las pérdidas económicas que ocasiona la ingestión de alimentos contaminados por ácido ciclopiazónico. Se determinó la toxicidad aguda en especies de aves,observando lasdiferencias entre sexosy comparando solventes para estudios de toxicidad (125). Los resultados demuestran que la LD50 en 72 horas para POLLOS, no tiene diferencia de sexo, ni de solvente, y es de aproximadamente 12.2mg/kg b.w. La LD50en 72horas para PAVOS,machos 19 y hembras 17.9 mg/kg b.w., y la LD50 en 72 horas para PATITOS fue de 39.1 mg/kg b.w. LasPERDICES maduras parecerían no presentar diferencias entre sexo, y los valores aproximados de LD5C1serían69.6 mg/kg b.w. Es interesante destacar que las muertes por toxicidad aguda en las aves (125) presentan los signos típicos neurológicos: temblor, ataxia y opistótono, encontrados a partir de la primera epidemia, (12) relacionada con la presencia de ácido ciclopiazónico como contaminante de las dietas destinados a pavitos. Un trabajo referido a la toxicidad en perros señala la susceptibilidad de esta especie, en la que parecería existir una mayor tolerancia de las hembras con respecto a los machos. La sintomatología demostrada por los animales intoxicados, vómitos, diarrea, hipertermia, deshidratación, es el resultado de una importante acción vascular (79). Los cerdos presentan signos similares: debilidad, anorexia, diarrea, esto 44 ocasiona una reducción de peso corporal de losanimales. Los órganos alterados en la histología demuestran que los cerdos son afectados en el hígado, tracto gascrointestinal y rión (62) Los monos aparentan ser bastante tolerantes a niveles crecicientes de contaminación de sus dietas (47). Animales de laboratorio como ratas, demuestran que el ácido ciclopiazónico, es tóxico hepático, muscular (miocardio, esquelético y liso) gascrointestinal, inmunológico y neurológico, y que las dosis múltiples de ácidociclopiazónico podrían seracumulativas (11,68,69). Frente a exposiciones crónicas parecería existir un sinergismo entre el efecto de las aflatoxinas y del ácido ciclopiazónico (69). Las ratas, al igual que otras especies con dosis altas, mueren en convulsiones. Los "guinea pigs" también demostraron la toxicidad de esta micotoxina sobre hígadoy riñón (94) , 2.6.3. Epidemiología Entre las asociaciones epidemiológicas referidas en la literatura se encuentra: el "Kodua poisoning" caracterizado por depresión e inmovilidad, detectado en la India, tanto en el hombre como en el ganado, y que se asoció con ingesta de mijo contaminado por Aspergillusflavus yA. tomori; (73); Yla presencia de cancer hepático de una tribu africana (51) asociado con la ingesta de alimentos contaminados con ácido ciclopiazónico. Desde el punto de vista epidemiológico, como riesgo potencial para el hombre, es necesario tener en cuenta que el ácido ciclopiazónico se trasmite a la leche y se acumula en los huevos (13,26) Yen los músculos de los animales. Por esta razón se considera, que esta micoroxina debería ser analizada con mayor frecuencia en los alimentos. 3. Importancia Economica La FAO, en 1985, estimó que e125% de los cultivos que se producen en 45 el mundo estaban contaminados por micotoxinas. A partir de entonces este dato ha sido tenido en cuenta en diversas publicaciones (46, 93), pero no se han cuantificado dichas pérdidas económicas. Una idea aproximada del impacto económico se podría deducir si recorremos las diferentes etapas desde la producción hasta el consumo. . Con respecto a la producción agrícola,cereales, oleaginosas, frutas y hortalizas, se lleva a cabo en el campo, donde las condiciones meteorológicas varían en cada período, favoreciendo o dificultando la colonización fúngica y su posterior producción de micotoxinas. Este hecho practicamente inmanejable (salvo con la utilización de semillas resistentes a la contaminación fúngica y/o a la producción de micotoxinas), es el que inicia la cadena de pérdidas económicas que sufre el productor. Una vez cosechado el producto, este puede ser deshechado en forma parcial o total, según el grado de contaminación. Los mercados pueden restringirse, el precio puede sufrir descuentos y el rendimiento de la cosecha puede ser menor. Las reglamentaciones existentes en los diferentes países, también generan mayores costos. Por ejemplo, en Argentina la legislación exige que el alimento contaminado sea destruído (104); y en otros países que sean enterrados o quemados (118). Habitualmente la cosecha debe ser almacenada. Con frecuencia, durante los períodos de cosecha, se crean dificultades para obtener los silos adecuados para el almacenamiento, si la cosecha fue de buen rinde, y por lo tanto se elevan los costos del almacenamiento. Teniendo en cuenta que la humedad relativa es un factor que favorece la colonización de hongos, el producto debe ser secado, ocasionando también un gasto extra. Así mismo, el productor debe correr con los gastos de muestrar y determinar la presencia de micotoxinas. Los productos son trasladados en determinadas condiciones de almacenamiento, que muchas veces no son las más adecuadas para evitar el incremento o la aparición de micotoxinas. Un ejemplo de esto es: un embarque 46 de maíz, que en el puerto de Buenos Aires, no se detectó contaminado por aflatoxinas, a su arribo a Sudafrica contenía valores superiores a 100 ug/kg de aflatoxinas totales. El resultado probable de este hecho, es que el precio sufrirá un descuento sobre lo estipulado. La etapa de producciónagricolaes distinta en la mayoría de los países de Latinoamérica y el Caribe, no sólopor las diferencias geográficas, sino también por los hábitos culturales en el manejos de sus recursos y por la disponibilidad económica de los pueblos. Hasta el momento, ninguno de los países de la Región ha publicado una evaluación del impacto económico ocasionado por la contaminación por micotoxinas, pero están descriptos casos (7, 27, 104) que han tenido repercursión para los países de la Región. Com respecto a laproducción pecuaria, y teniendo en cuenta lo expresado en el punto de Micotoxicosis, hay que considerar que aquellos animales que ingieren alimentos contaminados por micotoxinas pueden ocasionar al productor pérdidas debido a: . Incremento de la mortalidad de animales . Incremento de la susceptibilidad a las infecciones, con los gastos veterinarios correspondientes, debido a la inmunosupresión. . Presentar menor peso debido a la deficiente conversión. . Incrementar los gastos de alimentos, debido también al déficit de conversión. . Disminuir o anular la producción de leche. Disminuir el precio de la leche debido a la presencia de micotoxinas en la misma. . Disminuir o anular la reproducción, debido a abortos o a progenies de menor peso. . Disminuir la producción de huevos. Disminuir la calidad o modificar organolepticamente los mismos. Como en el caso anterior para la prod ucción agrícola, en los Estados Unidos se estimaron en 100 millones de dólares las pérdidas ocasionadas por 47 la concaminación por aflatoxinas, de piensas destinados a consumo animal. Este dato significa el 8.3 % del total de la producción de cerdos de esos estados. El 80 % de esta cifra se refiere a "deficience conversión" y se registró principalmente entre los pequeños productores. En los países de la región, la mayor dificultad para evaluar las pérdidas pecuarias reside en el escasoconocimiento que se posee sobre las micotoxicosis. Sin embargo, existen informaciones, que como en los ejemplos anteriores, nos podrían orientar sobre el impacto económico (93) (Tabla 1). Con respecto a los intermediarios, se considera que las pérdidas correspondientes a este sector son muy difíciles de evaluar, pero deberíamos desglosar lasdiferentes operaciones de manipulación que sufren los productos. Algunos aspectos a tener en cuenca son: el almacenamiento y transporte que pueden implicar secados extra; la elaboración de alimentos como el pan, que implica la molienda y puede modificar el proceso cuando la materia prima está contaminada; la elaboración de jugos de fruta; etc. Si el producto final lo justificara, podría agregarse un costo extra ocasionado por la detoxificación del mismo. El consumidor,etapa final de la cadena alimencaria es afectado por el incremento de precio de los alimencos, así como por la menor disponibilidad y/o la menor calidad de los mismos debido a la concaminación por micotoxinas. Los costos sociales, derivados de la población enferma, o con menor capacidad productiva, debido a una inadecuada alimentación, son habitualmente absorbidos por los propios consumidores. Otro sector afectado económicamente, es el sector gubernamental,ya que además de la evidente disminución del ingreso de divisas derivada de la pérdida de mercados, en algunas circunstancias, debe importar alimentos. Desde el punto de vista interno, losgobiernos, también incrementarían sus costos en actividades de investigación, de educación, de extensionismo, de monitoreo y control y en estudios destinados a establecer los límites de tolerancia de las micotoxinas. Las tareas de extensionismo y educación concituyen, con probabilidad, un aspecto fundamental en los países de la Región, ya que posibilitarían obtener un mejoramienco inmediato en algunas 48 etapas de la cadena alimentaria como es el caso del almacenamiento. Por ultimo, el mercadointernacionalpuede sufrir un aprovisionamiento irregular de materias primas, con severas fluctuaciones en los precios de los alimentos, en un mundo cada vez más necesitado de alimentos de calidad, debido al incremento de la población. Tabla 1. Mirotoximsis PAIS Argentina Barbados Brasil Colombia Costa Rica Cuba Chile Ecuador El Salvador Guatemala México Perú República Dominicana Uruguay Venezuela ANIMALES DE OTROS PRODUCCION ANIMALES Cerdos (C) Zea Equinos (C) roridina A Bovinos (C) Zea, Ergot, Tric. Macroc. Aves (C) Tric, Zea Aves (S) Afta Peces (C) Afta Animales granja (C) Cit Aves (S) Afta Cerdos (C) Afta Equinos (C) Afta Cerdos (C) Afta A ves (C) Ocra Animales producción Otros (S) (C) Afta Tric. Macro. (S) Ocra, Zea Bovinos (S) Monil. Animales producción (S) Afta Pavos (S) Afta Gansos (S) Afta Ganado (S) Afta Animales producción Perros (S) Afta (S) Afta A ves (C) Afta Equinos (C) Fum. Cerdos (C) Zea, Afta Animales producción (C) Don Animales producción (S) Afta Animales producción (S) Afta Bovinos (C) Ergot Cerdos (C) Ergot A ves (C) Ergot Conejos (C) Ergot A ves (S) Afta Equinos (S) Afta Cerdos (S) Zea HUMANOS Niños (S) Don Población (S) Tric < 18 años (S) Afta Humanos (S) Afta Humanos (S) Afta Humanos (S) Afta Humanos (S) Afta AbreviatUras: Afla: atlatoxinas; Zea: Zearalenona; Tric: Tricotecenos; Tric.Macroc.: Tricocenos macrocíclicos; Don: Oeoxinivalenol; Ergot: Ergoeismo; Cie: Cicrinina; Ocra: Ocraroxina A; Monil: Moniliformina; Fum: Fumonisina. (S): Sospechosas; (C): Confirmadas. . 49 4.Bibliografia " 1. AGATA. N., TANAKA H. and SHIGENOBU K. Br.J. Pharmacoi. 108:571-572,1993. 2. ALLORICK A.J., BRENNAN-CRAOOOCK W.E., LAKE B.G., ROWLANO LR. Mutat. Res. 268: 307-314,1992. 3. ALLEN S.J., WILO c.P., WHEELER J.G., RILEY E.M., NONTESANO R., BENNETT S., WHITTLE H.C., HALL A.J., GREENWOOO B.M. Trans. R. SocoTrop. Med. Hyg. 86: 426-430,1992. 4. AYRAL AM., OUBECH N., LE-BARS J., ESCOULA L. Mycopathologia 120: 121127, 1992. 5. BACH P.H., GREGG N.J., OELACRUZ L. Food Chem. Toxicol. 30: 205-211, 1992. 6. BANE O.P.;NEUMAN E.J.,HALL W.F., HARLINK.S.ANOSLIFE RL.Mycopathologia 117:121-124,1992. 7. BHAT R MYC 87/8.1. 8. BRAUNBERG RC., GANTT O., BARTON C., FRIEOMAN L. Arch. Environ.Contam. Toxicol. 24: 464470,1992. 9. BROWN T.P., ROTTINGHAUS G.E. and WILLIAMS M.E. Avian Ois. 36:450-454,1992. 10. BURSIAN S.J., AULERICH RJ., CAMERON J.K., AMES N.K., STEFICEK B.A. J. Appi. Toxicoi. 12: 85-90, 1992. 11. COLE RJ. ~iagnosis of Mycocoxicosis,J.L.RICHARO a'nd J.R THURSTON eds. Martinus Nijhoff Pubi. pp 91-99, 1986. 12. COLE R.J. Mycotoxin Research 2:3-8, 1986. 13. COLE R.J., TAYLOR O.J., COLE EA, SUKSUPATH S., McOOWELL G.H.and BRYOEN W.L. Proc. Nutrí. Soc. Aust. 13:134,1988. 14. COLVIN B.M. and HARRISON L.R. mycopathology 117:79-82,1992. 15.CULLEN J.M., WILSON M., HAGLER W.M., ORT J.F. and COLE R.J.Am.J. VetoREs. 49:728-732,1988. . 16.CHAGAS G.M., CAMPELLOAP., KLUPPEL M.L.,J. Appi. Toxicoi.I2:123-129, 1992. 17. CHAGAS G.M., OLIVElRA B.M., CAMPELLO A.P., KLUPPEL M.L. Cell.Biochem. Funct. 10: 209-216, 1992. 18. CHANG-YEN I. and BIDASEE K. j.a.o.a.c. 73: 257-259. 1990. 19. CHEN C.J., ZHANG Y.}.,LU S.N., SANTELLA RM. Hepacology 16:1150-1155,1992. 20. CHENG C.T. PERAK M. Am. J. Forensic. Med. Pathol. 13: 261-263,1992. 21. CHONG X., RAHIMTULA AO. Biochem. Pharmacol. 44: 1401-1409,1992. 22. OANIELS J.M., MASSEY T.E. Toxicology 74: 19-32, 1992. 23. OEMAUREX N., LEW O.P. and KRAUSE K.H. J. Biol. Chem. 267:2318-2324, 1992. 24. OONG W., PESTKAJ.J. Fundam. Appl. Toxicol. 20: 38-47,1993. 25. OORNERJ.W., COLE R.J. and DIENER U.L. Mycopathologia 87:13-15,1984. 26. OORNER J.W., COLE R.J. TAYLOR O.J., SUKSUPATH S., McDOWELL G.H.and BRYOEN W.L. Book of AbstractS, l04th annual meeting Assoc. Off. Anal. Ch¿m. September 10-13, New Orleans Abstract 379, pp229, 1990. 27. EstUdios FAa: Alimentación y NUtrición NO 13Perspectiva de las micocoxinas,FAO, Roma, 1979. 28. FINCHAM, lE.; MARASAS W.F.; TALJAARD J.J.;KRIEK N.P.;BADENHORSTC.J.; GELDERBLOM W.C.; SEIER J.V.; SMUTS C.M.; FABER M. and WEIGHT M.J. Atherosclerosis 94: 13-25, 1992. 50 29. FRANK H.K., Z. Emahrungswiss. 31: 164-177,1992. 30. FUKUIY.,HAYASAKAS.,ITOH M.,TAKEUCHI Y.Neurocoxicol. Teracol.14: 191-196, 1992. 31. GELDERBLOM W.C., MARASAS W.F., VLEGGMR R., THIEL P.G. and CAWOOD M.E. Mycopachologia 117: 11-17, 1992. 32. GELDERBLOM W.c., SEMPLE E.; MARASAS W.F. and F ARBER E. Carcinogenesis 13: 433-437, 1992. . 33. GELDERBLOM W.C., jASKIEWICZZ K.; MARASASW.F., THIEL P.G., HORAK R.M., LEGGMR R. and KRIEK N.P.j. Appl. Environ, Microbiol 54: 1806-1811, 1988. 34. GROOPMAN j.D., HALL A.j., WHITTLE H. HUDSON G.j., WOGAN G.N., MONTESANO R., WILD C.P. Cancer Epidemiology, Biom. & Prev. 1: 221-227, 1992. 35. GROOPMAN j.D. ROEBUCK B.D., KENSLER T.W. Prog. Clin. Biol. Res. 374: 139-155, 1992. 36. GROOPMAN j.D., ZHU j.Q., DONAHUE P.R., PIDUL A., ZHANG L.S., CHEN j.S., WOGAN G.N. Cancer Res. 52: 45-52, 1992. 37.GUENGERICH F.P.,SHIMADA T., RANEY K.D.,YUNC.H., MEYERD.j.,KETTERER 8., HARRIS T.M., GROOPMAN j.D., KADLUBAR F.F. Environ. Healch Perspecc. 98: 75-80, 1992. 38. HARVEY R.B., ELISSALDE M.H., KUBENA L.F., WEAVER EA, CORRIER D.E., CLEMENT B.A.Am. j. Vec. Res. 53: 1966-1970, 1992. 39. HARVEY R.B., KUBENA L.F., ELISSALDE M.H., PHILLIPS T.D. Avian Dis. 37: 6773, 1993. 40. HASCHEK W.M., MOTELIN G., NESS D.K., HARLIN K.S. HALL W.F.,VESONDER R.F., PETERSON R.E. and BEASLEYV.R. Mycopachologia 117:83-96, 1992. 41. HEATHCOTE j.H. and HIBBERT j.R. Aflacoxins:Chemical and biological aspeccs. Ed. Elsevier Scienc. Publish. & New York, Chap. V., 1978. 42. HILLj.E., LOMAX L.F., COL E R.j.and DORNERj.W. Am.j. Vec.Res47: 1174-1177, 1986. 43. HOSEYNI M.S. Risk. Anal., 12: 123-128, 1992. 44. H UFF W.E., KUBENA L.F., HARVEY R.B., PHILLIPS T.D. Poulcry Sci.71: 64-69, 1992 45. H ULT K.,TEILING A.and GATENBECK S. Appl. Environ. Microbiol.32: 443-444,1976. 46. HUL T K., HOKBY E., SELL YEYG. RUTQVIST l., GATENBECK Sj.Environ, Pachol. Toxicol. Oncol. 22: 39-40, 1992. 47. jASKIEWSICZ K., CLOSE P.M., THIEL P.G. and COL E R.j. Toxicology52: 297-307, 1988. 48. jENNINGS G.S., OESCH F., STEINBERG P. Carcinogenesis 13: 831-835,1992. 49. KELLERMAN T.S., MARASAS W.F.O., THIEL P.G., GELDERBLOM W.CA, CAWOOD M. and COETZER j.A.W. Onderscepoorc j. Vec. Res. 57: 265-275, 1990. 50. KEW M.C. Scand. j. Gascroencerol. 192:39-42,1992. 51. KHERA K.S., COLE R.j., WHALEN C. and DORNER].W. Bull. Environ.Coneam. Toxicol. 34: 423-426, 1985. 52. KICHOU F., WALSER M.M. Veto Hum. Toxicol. 35: 105-108, 1993. 53. KOGIKA M.M., HAGIW ARA M.K., MlRANDOLA R.M. Vec.Hum. Toxicol. 35: 136-140, 1993. 54. KRAVCHENKO L.V. Cenere oflncernacional Projeccs, GKNT, FAO/UNEP/USSR, Moscow, 1984. 51 i '~ 55. KROGI-I P.; GYRO-HAOSEN A.; HALO B.; LARSEN A.E.; NEILSEN ].P.; SMITH M.; IVANOFF C. and MEISNER H., J. Toxieol. Environ. Health. 23:1-14,1988. 56. KROGH P., Ochratoxins in food. Chap. 5 in Myeotoxins in Food.Ed by P. Krogh Ae. Press London, 1987. 57. KROGH P., Food Chem. Toxicol. 30: 213-224, 1992. 58. KUBENA L.F., HARVEY R.B., PHILLlPS T.O., HOLMAN G.M., CREGER C.R. Pouluy Sci. 66: SS-58, 1987. 59. LAHOURA TATE P., QUINIOU M.J. and LEOTY C. Adv. Exp. Med. Biol.3l1 :343-345. 60. LANSOEN J.A. and OAVIDSON J.!. Appl. Environ. Microbiol. 45:766-769,1983. 61. LEOOUX O.R, BROWN T.P., WEIBKING T.S. :md ROTTINGHAUS G.E. J. Veto Oiagn. Invesc. 4: 330-333. 1992. 62. LOMAX L.G., COLE R.J. and OORNER J.W. VetoPathol. 21: 418-424,1984. 63. MAOOEN U.A., STARH H.M. VetoHum. Toxicol. 34: 521-523, 1992. 64. MADHYASTHA M.S., FROHLICH AA, MARQUAROT RR. Food Chem. Toxicol. 30: 709-714,1992. 65. MARASAS W.F.O.; KELLERMAN T.S., GELOERBLON W.C.A.. COETZER j.A.W., THIEL P.G. and van der LUGT ].j. Onderstepoort j. VetoRes. 55: 197-203, 1988. 66. MINERVINI F., OONG W., PESTKAJ. Myeopatholo~a 121:33-40,1993. 67. MISSIAEN L., DE SMEOT, H, OROOGMANSG. andCASTEELS R. Eur.j. Pharmaeo!. 227: 391-394, 1992. 68. MORRISEY RE., NORREO W.P, COLE, R,J. and OORNER J. Toxicol. Appl. Pharmacol. 77:94-107,1985. 69. MORRISEY R.E., NORREO W.P. and HINTON D.M. Fd. Chem. Toxic. 25:~J37-842, 1987. 70. MORRISEY R.E., COLE RJ. and OORNERj.W.j. Toxicol. Environ.Heahh 14:585-594, 1984. 71. NELSON P.E., PLATTNER R.O., SHACKELFORO 0.0. and OESJARDINS A.E. Appl. Environ. Microbiol. 58: 984-898, 1992. 72. NISHIE K., COLE R.j. and OORNER j.W. Fd. Chem. Toxic. 23}: 831-839, 1985. 73. NISHIE K., PORTERj.K., COLE R.J.and OORNERj.W. Res. Comm.Psyehol. Psychiat. Behavior 10: 291-302,1985. 74. NISHIE K., COLE R.J. and OORNER J.W. Comm. Chem. j)athol.Pharmacol. 53: 23-37, 1986. 75. NORRED W.P. Veto Human Toxieol. 32: 20-26, 1990. 76. NORRED w.P., MORRISEY R.E. and ROLEY RT. Fd. Chem. Toxic. 23:1069-1076. 1985. 77. NORRED W.P., WANG E.. YOO H., RILEY R.T. and MERRIL A.H. jr.Mycopathology 117:73-78, 1992. 78. NORRED W.P., PORTER J.K., DORNER ,T.W.and COLE R.J. J. Agric.Fd. Chem. 36: 113-116,1988. 79. NUEHRING L.P., ROWLANDG.N., fHRRISON L.R.,COLE R.j.andDORNERj.W. Am. J. Veto Res. 46: 1670-1676, 1985. 80. OLUBIYIDE 1.0. Cene. :\fr. j. Med 38: 25-30,1993. 81. OSWILER G.D., ROSS P.F., WIL.;ON. T.M., NELSON P.E., WITTE ST, CARSON T.L., RICE L.G. and NELSON HA]. VetoOiagn. Invest. 4: 53-59, 1992. . 82. OSWEILER G.D., KEHRLI \;f.E., STABEL J.R., THURSTON J.R., ROSS P.F. and WILSON T.M. J. Anim. Sei. 71: 459-466,1993. ", 52 83. PACIN A. Acta Bioquímica Clínica Latinoamericana XXIV. 385-389.1990. 84. PACIN A.Taller Conjunto FAO/OPS sobre prevención ycontrol de micotoxinasen Améri\.'a Latina y el Caribe. 91-120, 1991. 85. PACIN A. Acogranos, Colombia. 87-108,1992. 86. PARK O.L., RUA S.M. Jr., MIROCHA C.J., ABO ALLA E.S. and WENG C.Y. Mycopathologia 117: 105-108, 1992. 87. PIER A.C. J. Anim. Sci. 70: 3964-3967, 1992. 88. PORTER J.K., VOSS K.A.,CHAMBERLAI N w.J., BACON C.W. and NORREO W.P. Proc. SocoExp. Biol. Med. 202:360-364,1993. '89. PORTER J.K., NORREO W.P., COLE R.J. and OORNER J.W. Proc. SocoExper. Biol. Med. 187:335-240, 1988. 90. PRELUSKY O.B.. YEUNG J.M., THOMPSON B.K.,TRENHOLM H.L. Arch. Environ. Concam. Toxicol. 22: 36-40. 1992. 91. QURESHI M.A. and HAGLER W.M. Jr. Poult. Sci. 71: 104-112,1992. 92. RAM]EE G., BERJAK P.,AOHIKARI M., OUTTON M.F. Ann. Trop. Paediatr. 12:241247,1992. 93. RESNIK S. Taller Conjunto FAO/OPS sobre preve~éión y control de micocoxinas en América Latina y el Caribe. San José, Costa Rica, 23 febrero 1991,pp. 22-83, 1991. 94. RICHAROJ.L., PEOENW.M., FICHTNER R.E. andCOLE R.J.Mycopathologia 96: 7377, 1986. 95. RILEY R.T., AN N.H., SHOWKE R J.L., YOO H.S., NORREO W.P.,CHAMBERLAIN W.J., WANG E., MERRIL A.H. Jr., MOTELfN G. and BEASLEY V.R. TOJ\;icol.Appl. Pharmacol. 118: 105-112, 1993. 96. RILEY R.T., SHOWERJ.L., COLE R.J. and OORNERJW.J. Biochem. Toxicol. 1: 1329, 1986. 97. RILEY R.T., GOEGER O.E., NORREO W.P., COLE R.j. and OORNER J.W. J. Biochem. Toxicol. 2: 251-264. 1987. 98. ROBENS J.F., RICHARO J.L. Rev. Environ. Concam. Toxicol. 127:69-94,1992. 99. ROSSP.F.. RICE L.G., PLATTNER RO.,OSWEILERG.O., WILSONT.M.,OWENS O.L., N-ELSON HA and RICHARO J.L. Mycopathologia. 114: 129-135.1991. 100. ROSS R.K., YUAN J.M., YU M.C., WOGAN G.N., QIAN G.S., TU J.T., GROOPMAN J.O., GAO Y.T., HENOERSON B.E. Lancet 339: 943-946,1992. 10l. ROTH ER J.; VAN ECHTEN G., SCHWARZMANN G. and SANOHOFF K. Biochem. Biophys. Res. Commun. 1189: 14-29, 1992. 102. ROY R.N., RUSSELL RI. J.R. SocoHealth 112:277-279.1992. 103. SCHEIDELE R S.E. Poultry Sci. 72: 282-288, 1993. 104.Seminario Latinoamericanoy dc::lCarib sobre micotOxinas.Noviembre 1987,Buenos Aires. Argencina. 1988. 105.SHEPARO G.S.,THIEL P.G.and SYOENHAM E.W. Fd. Chem. ToxicoL30:277-279,1992. 106.SHEP ARO G.S., THIEL P.G.,SYOENHAM E.W., ALBERTSJ.F. and GELOERBLOM W.C. Toxicon 30: 768-770, 1992. 107. SHIMA H. and BLAUSTEIN M. Circulation Res. 70: 968-977. 1992. 108.SHIMAOA T., YAMAZAKI H.,MIMURAM., GUENGERICH F.P.Mum Res.284:233241,1992. 109. SIRKKAA U., NIEMINEN S.A., YLfTALO P. Pharmacol. Toxicol. 70:11l-! 14. 1992. 110.SMITH E.E.. KUBENA L.F.. BRAITHWAITE C.E., HARVEY RB., PHILLfPS 'f.O. and REINE A.H. PoulL Sci. 71: 1136-1144,1992. 53 111. SUTABHAHA S., SUTTAJIT M., MIYOMCA P. Kimsato Arch. Exp. Med.65: 45-52, 1992. 112.SUZUKIM.,MURAKI K., IMAIZUMIY.andWATANABEM.Br.J.PharmacoI107: 134140,1992. 113. SYNOENHAM E.W., THIEL P.G., MARASAS F.O., SHEPARO G.S., van SCHALKWYK O.J. and KOCH K.R J. Agric. Food Chem. 38: 1900-1903, 1990. 114.TABATA S., KA..\1IMURAH., IBE A., HASHIMOTO H., IlOA M., TAMURA Y., NISHIMA T. JAOAC Ioc. 76: 32-35, 1993. 115. TROTTIER Y., WAITHE W.I., ANOERSON A. Carcinog. 6: 140-147,1992. 116. UYMAY., IMAIZUMI Y. and WATANABE M. Br. J. Pharmacol. 106:208-214. 1992. 117. VAINIO J., WILBOURN J. Pharmacol. Toxicol. 72: 4-11,1993. 118. VAN EGMOND H.P. Segunda Conferencia Iocernacional Mixta FAO/OMS/PNUMA sobremicocoxinas.Bangkok,Tailandia, 28 septiembre -3 octUbre1987.MYC8719.1and 8719.2. 119. VOSS KA, NORREO W.P., PLATTNER R.O. and BACON C.W. Fd. Chem.Toxic. 2:89-96, 1989. 120.WANGE., ROSSP.F., WILSON T.M., RILEY R.T. and MERRIL A.H.JrJ. Nutr. 122: 1706-1716, 1992. 121.WANGJ., FITZPATRICK O.W., WILSON J.R. Food Chem. ToxicoI.31:191-197, 1993. 122.WILO C.P., HUDSON G.J., SABBIONI G., CHAPOT B., HALL A.J., WOGAN G.N., WHITTLE H., MONTESANO R., GROOPMAN J.O. Cancer Epidemiology, Biom. & Prev. 1:229-234, 1992. 123.WILO C.P., SHRESTHA S.M., ANWAR W.A., MONTESANO R. Toxicol. Lett. 64-65 Spec. N° 455-461, 1992. 124. WILSON T.M., ROSS P.F., RICE L.G., OSWEILER G.O., NELSON HA, OWENS D.L., PLATTNER RD., REGGIAROO C., NOON T.H. and PICKRELL J.W. J. Veto Diagn 2:213-2216, 1990. 125.WILSONM.E.HAGLERW.M.,CULLEN J.M.,ORTJ.F.and COLE RJ. Biodeter.Res 2:371-381, 1989. 126.WILSON M.E. HAGLER W.M., CULLEN J.M., ORT J.F. and COLE R.J. Biodeter. Res 3:151-160.1990. 127. WOGAN G.N. Cancer Res. 52: 2114s-2118s, 1992. 128.YATES I.E., COLE R.J., GILESJ.L. and OORNER J.W. MolecularToxicol. 1:95-106, 1987. 129.YOO H.S., NORRED W.P., WANG E., MERRIL A.H.Jrand RILEY R.T. Toxicol. Appl. Pharmacol. 114: 9-15, 1992. 130. YU S.Z. Hsueh. Tas. Chih. 26: 162-164, 1992. 131.ZARBA A., WILD C.P., HALL A.J., MONTESANO R, HUOSON G.J., GROOPMAN J.D. Carcinogenesis 13:891-894, 1992. 54