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CAPÍTULO 5 VITAMINAS ANTIOXIDANTES CAPÍTULO 5 VITAMINAS ANTIOXIDANTES A través de los tiempos, el ser humano ha intentado retardar el envejecimiento, de ahí que se haya buscado la "fuente de la eterna juventud". Actualmente, muchas investigaciones se han llevado a cabo con la finalidad de tener lo que se ha llamado como las maravillosas "pildoras antienvejecimiento"; sin embargo, aún no se conocen tales maravillas. El envejecimiento es un proceso complejo, por lo que, la propuesta de los investigadores es que no se deben agregar años a la vida, sino calidad de vida y salud a los años.1 En este sentido, el estudio del efecto protector de las vitaminas antioxidantes ha cobrado gran importancia últimamente. Recordando que las vitaminas son sustancias químicas esenciales para el mantenimiento de las funciones metabólicas normales y dado que el organismo es incapaz de sintetizarlas (excepto la niacina y las vitaminas D y K), es necesario su aprovisionamiento desde el exterior,2 es por ello que se han establecido las llamadas Raciones Dietéticas Diarias Recomendadas (RDA, del inglés Recommended Dietary Allowancé) para las necesidades nutricionales de los grupos poblacionales sanos, divididas en dos categorías de edad para adultos: 23-50 años y > 50 años.3 Las RDA son las cantidades mínimas requeridas para tener un buen estado de salud y que deben ser obtenidas, principalmente, a través de la dieta; pero, es importante destacar que no fueron establecidas para cubrir demandas incrementadas como resultado del estrés, enfermedad, traumatismos severos, infecciones, etc.. por lo que, no previenen la deficiencia en estos estados. Debido a que las RDA son un ideal, en 1998 el Buró de Alimentación y Nutrición de la Academia Nacional de Ciencias de EU) propuso nuevas clasificaciones para estimar la ingesta de nutrientes, de las cuales se desprende la Ingesta Alimentaria de Referencia (DRI, del inglés Dietary Reference Intake) como la nueva recomendación que ayuda a definir un adecuado estado nutricional que previene la deficiencia, mantiene el bienestar y puede promover la salud debido a la optimización de una ingesta de nutrientes para la prevención de enfermedades crónico-degenerativas, y la ingesta Adecuada (Al, del inglés Adequate Intaké), definiéndose como el nivel de ingesta de nutrientes basado en aproximaciones observadas o determinadas experimentalmente en población sana y cuya utilidad principal es la meta de ingesta de nutrientes de los individuos.4,5 De ahí que se utilicen diferentes formas para establecer los requerimientos diarios de vitaminas antioxidantes. Es importante aclarar que cuando es necesario suplementar dosis superiores a las RDA o DRI, estamos hablando de dosis farmacológicas, no de requerimientos nutricionales.6 En los últimos años el papel de las vitaminas antioxidantes (A, C y E), más allá de su clasificación por síntomas de deficiencia, se ha enfocado a sus propiedades antioxidantes y posiblemente inticancerígenas, describiéndose que previenen o amortiguan el efecto de las enfermedades crónico7 degenerativas, siendo efectivos antioxidantes tanto in vitro como in vivo. En este capítulo mencionaremos los aspectos más importantes de las vitaminas antioxidantes. 87 88 VITAMINAS ANTIOXIDANTES 5.1. VITAMINA C El ácido ascórbico es uno de los antioxidantes más abundantes en la dieta, siendo ésta su fuente más importante de obtención. Es el más poderoso antioxidante natural y debido a su solubilidad en agua se encuentra en altas concentraciones en los tejidos; de tal manera que el plasma humano contiene cerca de 60 mmol/L de ascorbato (producido por una ingesta de 100 mg/d), mientras que en el hígado, riñon, páncreas y timo se ha detectado hasta 15 veces más.5,8 Con respecto al envejecimiento, Polidori y cols. (1999)9 encontraron que conforme avanza la edad, la vitamina C disminuye, comparando adultos mayores de 60-79, 80-99 y centenarios, sugiriendo que hay un empeoramiento progresivo de la habilidad del organismo para combatir los eventos de estrés que ocurren durante esta fase del ciclo vital humano. Su regulación en el organismo es llevada a cabo a través de mecanismos fisiológicos, de tal manera que su absorción, concentración en los tejidos, metabolismo y eliminación a través del riñon, sugieren que es improbable que exista una sobrecarga en los humanos aún con una alta ingesta en la dieta,10 ya que, la absorción intestinal es un proceso activo dependiente de energía, saturable y dosisdependiente.11 Desde 1980 la RDA para el ácido ascórbico es de 60 mg/d, aunque hay suficiente evidencia que indica que ésta es insuficiente y que dosis de hasta 1000 mg/d pueden ser proporcionadas con seguridad.8,12 Esta vitamina se encuentra en muchas frutas y vegetales (Cuadro 5.1), pero es muy lábil, perdiéndose durante el procesamiento de los alimentos, ya que, es fácilmente oxidable y atacada por enzimas, especialmente cuando los vegetales son cortados en pequeños pedazos. Los jugos de fruta ricos en vitamina C son los de uva y naranja, además, algunos jugos de frutas comerciales son reforzados con esta vitamina como el de manzana.13 El contenido de vitamina C en los alimentos depende de la estación, el transporte, el tiempo transcurrido entre la cosecha y el consumo, así como, las costumbres de almacenamiento y preparación culinaria.13 La alcalinidad y el exceso de exposición al aire también producen la pérdida de vitamina C, encontrándose que se pierde el 35% cuando se cocinan los alimentos,7 favoreciéndose su conservación si los vegetales se cocinan con mínima agua o en microondas, aunque la sugerencia es que sean ingeridos sin cocción.5,7 El procesamiento comercial y doméstico de los alimentos oxida el ascorbato a ácido deshidroascórbico, pero ambas moléculas son biodisponibles, por lo que, se reporta como vitamina C total; lo cual es importante, dado que el ácido deshidroascórbico puede ser una fuente dietética de vitamina C en humanos.14 Agte y cois. (2002)5 han reportado que las frutas y vegetales de hojas verdes contribuyen con cerca del 40 al 21 % de las RDA por 100 g de peso cocinado,7 respectivamente; recomendándose ingerir al menos 5 raciones de frutas y vegetales diariamente para cubrir los requerimientos, lo que proporciona de 210 a 280 mg, dependiendo del contenido de los alimentos. Como suplemento, el ácido ascórbico está disponible en tabletas, sólo o en multivitamínicos, con una amplia variedad de dosis, siendo la presentación comercial más frecuente de 500 mg para adultos y 100 mg para niños. CAPÍTULO 5 89 Cuadro 5.1. Fuentes de vitamina C en frutas y vegetales (Modificado de Levine y cols., 1999). Fuente (tamaño de la ración) Vitamina C (mg) Fresas (1 taza, cortadas) 95 Papaya (1 taza en cubos) 85 Kiwi (1 pieza mediano) 75 Naranja (1 pieza mediana) 70 Melón (1/4 de pieza mediana) 60 Pimiento rojo o verde, rebanado (1/2 taza) 65 Brócoli cocinada (1/2 taza) 60 Mango (1 taza, cortado) 45 Jitomate en jugo (180 ml_) 35 Coliflor cocinada (1/2 taza) 25 Los datos epidemiológicos describen la asociación del consumo de vitamina C con la conservación de la salud y prevención de enfermedades. Dietas con aportes = 200 mg/d de vitamina C en frutas y vegetales se han asociado con bajo riesgo de cáncer, especialmente en cavidad bucal, esófago, estómago, colon y pulmón; además, una ingesta de 1000 mg/d reduce la lipoperoxidación.12,13 Aunque hay reportes que indican que se asocia con bajo riesgo cardiaco, sobretodo si se ingiere junto con vitamina E,5,12 su papel en este evento aún no es claro, debido probablemente a diferencias en cuanto al tipo de dieta y el estado de salud de los sujetos incluidos en los ensayos clínicos.15,16 Recientemente Panda y cols. (2000),17 en un estudio en cobayos extrapolado a humanos, sugieren que grandes dosis de vitamina C puede proteger a los fumadores del daño oxidativo inducido por el humo del cigarro. La toxicidad de la vitamina C es escasa, con dosis superiores a los 2000 mg/d se puede producir náuseas, calambres abdominales y diarrea, por lo que, la dosis máxima recomendada es de 1000 mg/d sin efectos colaterales, tanto en adultos jóvenes como mayores.8,12 Tras la ingestión de 250 mg se producen resultados falsos negativos en la prueba de detección de sangre oculta en heces.13 Como el ascorbato mantiene el hierro en su forma reducida, facilita su absorción, de tal manera que los pacientes con sobrecarga de hierro, pueden sufrir hemocromatosis y otras enfermedades relacionadas con este metal.13 También existen reportes que indican que la ingesta de grandes dosis de vitamina C (1000 mg/d), por largos periodos de tiempo, puede producir en 90 VITAMINAS ANTIOXIDANTES algunos sujetos cálculos renales de oxalato, debido a una elevada excreción del mismo ocasionada por el ascorbato.5,13 5.2. VITAMINA E Como ya se había mencionado, comparado con otros antioxidantes lipofílicos, el α-tocoferol es probablemente el antioxidante más eficiente en la fase lipídica. El plasma humano contiene cerca de 22 mmol/L, encontrándose altos niveles en los tejidos como hígado, riñon, glándulas adrenales y tejido graso, en este último se encuentra del 80-90% de α-tocoferol.8,11 La absorción a partir de los alimentos de la dieta es poco eficiente, siendo de! 20-50 %, disminuyendo conforme aumenta la dosis.11,18 Para una eficiente absorción de la vitamina es necesario que en la dieta se incluyan al menos 5 g de grasa, sales biliares y secreciones pancreáticas.11,19 Por ser liposoluble, circula en el plasma asociada a las lipoproteínas, especialmente con las LDL.11 Al igual que para la vitamina C, las RDAs para la vitamina E han permanecido constantes desde 1980, siendo 10 mg/d de equivalentes de α-tocoferol (15 Ul) para hombres y 8 mg/d (12 Ul) para mujeres, en sujetos adultos jóvenes y mayores, definiéndose una unidad internacional como la actividad de 1 mg de acetato de α-tocoferol todo-racémico;12,18 sin embargo, en el año 2000 el Consejo de Alimentos y Nutrición del Instituto de Medicina de EU ha modificado la DRI incrementando a 20 mg/d (30 Ul) en ambos sexos.20 Existe controversia al respecto puesto que Horwitt (2001)6 menciona que la DRI es de 15 mg (20 Ul), para ambos sexos, y critica esta modificación argumentando que para tener dietas que provean 15 mg/d de vitamina E es necesaria la ingesta de grandes cantidades de alimentos que contengan muchos lípidos poli-insaturados, incrementándose la probabilidad de peroxídación. Las fuentes principales de vitamina E en la dieta son los aceites vegetales de soya, girasol, semilla de algodón y cártamo, productos elaborados con estos aceites como la margarina y la mayonesa; además de hígado de res y cereales de grano entero, aunque en pequeñas proporciones (Cuadro 5.2).8,19 Durante el procesamiento, almacenamiento y preparación de los alimentos pueden perderse cantidades considerables de tocoferol. 18 Comercialmente como suplemento se puede encontrar en cápsulas de gelatina blanda en dosis de 100 y 400 Ul, al igual que en los multivitamínicos con un rango muy amplio de dosis apegadas a las RDAs. Los reportes epidemiológicos indican que una ingestión diaria de 67-300 mg/d de equivalentes de αtocoferol (100-400 Ul) proporciona una protección cardiaca significativa y reduce la lipoperoxidación.8,12 También se ha encontrado una fuerte relación dosis-respuesta entre la disminución del riesgo cardiaco y el incremento en la ingesta de vitamina E, tanto en la dieta como en suplementos, observándose que hay una disminución en tos infartos al miocardio no fatales, en sujetos de alto riesgo, cuando consumen entre 400 y 800 Ul/d como suplemento; sin embargo, la evidencia no es tan fuerte para el cáncer, con la excepción del cáncer de próstata del cual hay evidencia de que el α-tocoferol puede disminuir el riesgo de cáncer de próstata en fumadores.12,20 Por otro lado, Meagher y cols. (2001 )21 cuestionan el potencial beneficio del consumo de vitamina E en sujetos sanos, pues no encontraron ningún efecto sobre la peroxidación lipídica después de usar diferentes dosis de la vitamina como suplemento alimenticio. 91 CAPITULO 5 Cuadro 5.2. Fuentes de vitamina E en alimentos (Modificado de Wilson y cols., 1975). Fuente (tamaño de la ración) Vitamina E (mg) Mayonesa (1 cucharada) 3.6 Margarina, aceite de maíz (1 cucharada) 1.8 Mantequilla (1 cucharada) 0.14 Hígado de res asado (90 g) 0,54 Chícharos frescos cocidos (1/2 taza) 0.44 Hojuelas de maíz (30 g) 0.03 Así mismo, se sugiere que el uso combinado de vitamina E (100 Ul/d) y vitamina C (1000 mg/d) reduce la peroxidación lipídica más eficientemente.15 El sinergismo entre las vitaminas C y E ha demostrado su eficiencia en pacientes con enfermedad de Alzheimer (EA) en dosis/día de 400 Ul de vitamina E y 1000 mg de vitamina C. Esta combinación incrementa los niveles de ambas vitaminas en plasma y líquido cefalorraquídeo (LCR), haciendo a las lipoproteínas de ambos líquidos menos susceptibles de la oxidación in vitro, también se observó que el plasma y el LCR de los pacientes a los cuales se les administró únicamente vitamina E no estaban protegidos contra la oxidación in vitro, recomendándose la dosificación de ambas vitaminas en pacientes con EA.22 De la misma manera, estudios recientes han sugerido que una dieta rica en ambas vitaminas disminuye significativamente el riesgo de desarrollar EA.23 Su toxicidad es baja, observándose que en adultos dosis entre 200-800 mg/d son generalmente toleradas sin efectos adversos, por lo que, dosis de 1000 mg/d (1500 Ul) son seguras. El efecto secundario más importante es la exacerbación de la coagulación sanguínea por deficiencia de vitamina K, causada por una mala absorción o terapia anticoagulante cuando se ingieren dosis entre 800-1200 mg/d de vitamina E por vía oral; también se reporta un efecto antiadhesivo plaquetario que puede combinarse con el efecto antiagregante de la aspirina reduciendo la adhesión plaquetaria hasta en un 40%, por lo que, personas con hipertensión arterial son más susceptibles a hemorragia cerebral.6,10,20 Dosis superiores a 1200 mg/d pueden producir dolor de cabeza, fatiga, náuseas, diarrea, calambres, debilidad, visión borrosa y disfunción gonadal.20 Por ser una vitamina liposoluble existe la posibilidad de acumulación con el tiempo, pero no hay reportes al respecto, además de observarse que para que tenga efecto de protección cardiovascular, es necesaria una suplementación de al menos 2 años.17 5.3. VITAMINA A Y CAROTENOIDES La vitamina A es soluble en grasa y puede ser absorbida en la dieta de fuentes animales o sintetizada a partir de β-carotenos provenientes de fuentes vegetales.22 Es transformada a sus formas activas 92 VITAMINAS ANTIOXIDANTES retinal y ácido retinóico, siendo este último transportado en el plasma unido a albúmina. El retinal existe en muy escasa concentración en plasma y tejidos debido a que la reacción enzimática está desplazada hacia la conversión al ácido, el cual es esterificado con largas cadenas de ácidos grasos para ser almacenado en hígado, riñon, intestino y pulmones.24 El retinol y sus esteres almacenados en el hígado son movilizados de éste por mecanismos cuidadosamente regulados en donde interviene una proteína enlazante de retinol (RBP) que los secreta nuevamente al plasma, para ser transportado a los tejidos periféricos.25 Por su parte, los carotenoides se encuentran asociados en aproximadamente el 75% a LDL y el 25% a HDL, siendo su principal sitio de almacenaje el hígado y el tejido adiposo.24 La ingestadiaria y las concentraciones séricas de vitamina A y carotenoides varían significativamente por cronobiología y entre individuos, géneros, regiones geográficas, edad e ingesta de alcohol,24 lo que indica que están influenciados por factores fisiológicos y el estilo de vida que incluye colesterol sérico, dieta, raza y obesidad26. La eficiencia de la absorción de la vitamina A de la dieta en la personas sanas depende de la ingesta de > 10 g/día de grasa (>80%) y la de los carotenoides es aproximadamente la mitad de la vitamina A, dependiendo más de la presencia de sales biliares que de la vitamina.27 La RDA para vitamina A es de 1000 equivalentes de retinol (ER) para adultos jóvenes y mayores, sabiendo que un ER = 1 mg de retinol o 6 mg de B-caroteno y que 1 Ul = 0.3 mg de retinol o 0.6 mg de β-caroteno.15,25 La RDI es de 1500 mg/L (5000 Ul), pero no hay RDI para carotenoides.20 Excelentes fuentes de vitamina A y carotenoides en la dieta incluyen vegetales amarillos y verdes: zanahorias (α y β-carotenos), espinacas (α luteína), jitomates (licopeno) y frutas cítricas (Bcriptoxantina); leche, queso, pescado, huevo y visceras (Cuadro 5.3).,8,15,25 Se ha reportado que los vegetales de hoja verde son los que conservan mejor los β-carotenos por 100 g de peso cocinado (1331 mg).7 A pesar de que la información acerca del contenido de vitamina A en ios alimentos cambió en 1980, los estudios posteriores han demostrado que no hay realmente cambios sustanciales, el más notable fue el contenido de la vitamina en zanahorias, ya que, se reporta un incremento de 10 500 Ul a 24 554 UI, aunque los platos en los que se preparan las zanahorias tienen cerca de 10 fuentes más de pro-vitamina A.28 Al igual que la vitamina C, los β-carotenos se pierden por el procesamiento/cocción de los alimentos, aproximadamente del 25-40%.7 Por otro lado, es ampliamente aceptado que los carotenoides de preparaciones comerciales son más biodisponibles que los de las frutas y verduras, así como, los compuestos de las frutas y verduras procesadas son más aprovechables que los de los alimentos crudos.22 Los suplementos comerciales pueden encontrarse en forma de multivitamínicos o como vitamina A, únicamente, en dosis de 5000 Ul hasta 10 000 Ul.27 Actualmente, también se pueden adquirir suplementos con β-carotenos, solos o combinados con vitaminas antioxidantes, en dosis de 10 y 20 mg. Desde el punto de vista epidemiológico se ha observado una fuerte correlación entre el incremento en la dieta de vitamina A y el declive en la incidencia de la mortalidad por enfermedad cardiaca, aunque se indica que puede haber varios factores de confusión, por lo que, no son del todo CAPITULO 5 93 Cuadro 5.3. Fuentes de vitamina A en alimentos (Modificado de Wilson y cols., 1975). Fuente (tamaño de la ración) Vitamina A(UI) Hígado de res frito (90 g) 45 420 Hígado de pollo, cocido a fuego lento (90 g) 10 455 Zanahorias hervidas (1/2 taza) 7 610 Espinacas hervidas (1/2 taza) 7 290 Mantequilla (1 cucharada) 470 Huevo entero (1 pieza) 590 Leche entera (240 g) 350 Chícharos verdes hervidos (1/2 taza) 340 Manzana cruda (1 mediana) 50 concluyentes.24 Con respecto al cáncer, debido a su efecto en el epitelio y en la inmunidad, se ha investigado al retinol como un agente quimioprotector en varios tipos de cáncer;20 encontrándose evidencias débiles de protección en cáncer de vejiga, mama y pulmón.20,29 Lo mismo ha sucedido con los carotenoides, teóricamente, el papel anticancerígeno de los β-carotenos y algunos carotenoides, se basa en que pueden facilitar la comunicación normal célula a célula a través de las aberturas de conexión, ya que, muchos carcinógenos inhiben esta comunicación;12 sin embargo, los diferentes estudios no han demostrado un claro efecto en cáncer de pulmón, próstata, colorectal y mama; es más, en dos grandes ensayos clínicos (grupo α-tocoferol y β-caroteno [ATBC] y estudio de la eficacia de [i-caroteno y retinol) valoraron el riesgo de cáncer pulmonar entre hombres fumadores y trabajadores del asbesto que recibieron suplementos de β-carotenos, encontrando un incremento del riesgo de cáncer pulmonar en los hombres que recibieron los suplementos, aunque el tamaño de la muestra fue pequeño.29 Tampoco hay un claro beneficio en la prevención de enfermedad cardiaca,20 aunque Ching y cols. (2002),30 en un estudio de casos y controles, reportan que el incremento de los niveles de β-carotenos, retinol, bilirrubina y capacidad sérica antioxidante total, se asocian con la reducción del riesgo de cáncer de mama. Los potenciales efectos adversos de la vitamina A están bien documentados, observándose un riesgo en la ingestión de grandes cantidades de la vitamina en las formas de retinol o sus esteres, y no en la forma de pro-vitamina A o carotenoides.12 La toxicidad puede ser aguda, crónica o teratogénica. La aguda se produce por una ingesta de 100 veces la DRI, en adultos, en unos días. Sus primeros signos son náuseas, vómito, cefalea, vértigo, visión borrosa e incoordinación muscular, y pueden ser transitorios; si se continua con la suplementación se presenta somnolencia, 94 VITAMINAS ANTIOXIDANTES mal estado general, inapetencia, inactividad física, prurito, descamación cutánea y vómitos de repetición ,27 La intoxicación crónica ocurre a dosis superiores a las 10 veces el DRI por largo tiempo, consumos de 7500-15000 µg de ER (25000-50000 Ul) diarios por varios meses o años, provocan toxicidad hepática;12 los signos de toxicidad crónica generalmente son: cefalea, alopecia, labios 27 agrietados, piel seca y pruriginosa, hepatomegalia, dolores óseos y articulares. Krasinski y cois. 31 (1989) reportan efectos adversos en el hígado asociado a una suplementación crónica en adultos mayores de 1500-3000 (µg ER/d (5000-10000 Ul/d), aunque otros investigadores sugieren más estudios al respecto.12 En contraste, como se mencionó anteriormente, los carotenoides no parecen ser tóxicos, no habiendo evidencia de que la conversión de ¡3-caroteno a vitamina A contribuya a la toxicidad de la vitamina, incluso con ingesta de grandes cantidades de β-carotenos.12 Cuando se ingieren dosis mayores de 30 mg/d por largos periodos de tiempo, puede producirse una hiperearótenosis, cuadro benigno caracterizado por una pigmentación amarillenta similar a la ictericia, y elevadas concentraciones de carotenoides en el plasma, la cual desaparece espontáneamente después de que se suspende la ingesta;10,12,27 también se ha observado diarrea y artralgias, aunque es raro encontrarlas17. Se ha reportado que dosis tan altas como 180 mg/d por varios meses no produce más efectos adversos que la coloración de la piel.12 La única manifestación tóxica conocida es la retinopatía cataxantínica que puede aparecer en pacientes tratados, por motivos terapéuticos, con dosis diarias de 50-100 mg/d del derivado carotenoide 4,4'-diaceto durante largos periodos de tiempo.27 5.4. VITAMINAS ANTIOXIDANTES EN EL ADULTO MAYOR La ingesta óptima de antioxidantes puede no ser suficiente sólo con la dieta, particularmente en los subgrupos de población de alto riesgo, de ahí que el concepto de intervención con antioxidantes juega un papel importante en la prevención de la enfermedad. La calidad de los alimentos y el estilo de vida restringen la ingesta de nutrientes, haciendo necesario el uso de suplementos para ayudar a disminuir el riesgo de enfermedades crónico-degenerativas.10 En este sentido, se sugiere identificar a los pacientes con una pobre nutrición o con necesidades incrementadas de vitaminas para que sean suplementadas,20 características que reúnen los adultos mayores. Desde finales de los años 60's se ha planteado la pregunta de si las vitaminas antioxidantes pueden retardar el proceso de envejecimiento, a lo cual se propuso que el balance entre la ingesta de lípidos poli-insaturados y antioxidantes biológicos era ideal para este fin.32 Las investigaciones al respecto han continuado y permanece la controversia, como se describió anteriormente; sin embargo, la balanza se inclina a favor de la terapia antioxidante en el adulto mayor, sobretodo en individuos institucionalizados con alto riesgo de desarrollar enfermedad por deficiencias nutricionales. 33 Las RDA's para adultos mayores fueron revisadas en 1989 y, salvo la de la vitamina E, que fue modificada en el año 2000, las demás han permanecido hasta el momento,6,34 pero, como ya se mencionó, estas dosis no son suficientes para contrarrestar el estrés oxidativo producido durante el envejecimiento y las diferentes patologías asociadas a él. A pesar de que los multivitamínicos son la fuente adicional a la dieta más popular,4,35 es importante recordar que contienen, como máximo, dosis ROA de los diferentes componentes y, en el caso CAPITULO 5 95 especial de las vitaminas antioxidantes, estas dosis son insuficientes para la demanda durante el envejecimiento y las enfermedades crónico-degenerativas. Las dosis que han mostrado un mejor efecto contra el estrés oxidativo son: 100 mg/d de vitamina E, 1000 mg/d de vitamina C y 20 mg/d de 15,36 β-carotenos, por lo cual serían las recomendadas como suplemento en este grupo etario. Dado que durante el envejecimiento hay modificaciones en el tracto digestivo y altas dosis de vitamina C pueden provocar trastornos importantes,8,12 podría sugerirse la disminución de la dosis en personas susceptibles a 500 mg/d, teniendo un buen efecto antioxidante. En la actualidad, el adulto mayor se preocupa por su salud y toma la decisión de la ingesta de suplementos vitamínicos de información popular y no científica, esto enfatiza la necesidad de una comunicación entre ellos y el personal de salud para ofrecer una información apropiada de su uso.35 Finalmente, es importante aclarar que las vitaminas suplementarias no deben ser el substituto de una buena alimentación durante el envejecimiento, por lo que, una dieta rica en frutas, verduras, fibra, lácteos y pescado, restringiendo al máximo el consumo de grasas saturadas y exceso de calorías, debe ser la medida fundamental aunada al ejercicio físico moderado para contrarrestar el estrés oxidativo durante el envejecimiento. Por tal motivo, sólo los grupos de riesgo para estrés oxidativo crónico deben ser considerados como candidatos para la administración suplementaria de antioxidantes vitamínicos. Por otro lado, es conveniente que antes de administrar antioxidantes vitamínicos se cuantifiquen los niveles séricos de vitamina A, E y C y la capacidad antioxidante total, con el fin de llevar a cabo un monitoreo periódico semestral para verificar el efecto y ajustar las dosis. REFERENCIAS 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. 11. 12. 13. 14. Olshansky SJ, Hyflick L, Carnes BA. No truth to fountain of youth. Sci Am 2002; 286 (6): 78-81. Espinosa-Hernández JA, Cué-B rugue ras M. Vitaminas y minerales contra el estrés. Rev Cubana Farm 2001; 35: 74-80. Suter PM, Russell RM. Vitamin requirements of the elderly. Am J Clin Nutr 1987; 45: 501-512. Troppmann K, Gray-Donald K, Johns T. Supplement use: Is there any nutritional benefit? J Am Diet Assoc 2002; 102:818-825. Levine M, Rumsey SC, Daruwaia R, Park JB, Wang Y. Criteria and recommendations for vitamin C intake. JAMA 1999; 281: 1415-1423. Horwitt MK. Critique of the requirement for vitamin E. Am J Clin Nutr 2001; 73: 1003-1005. 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