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Curso Planeamiento de Menús El construir una alacena útil y bien surtida puede ser una tarea difícil, pero bien vale la pena. Al tener un buen surtido de productos en nuestra alacena, podremos desarrollar nuestro plan de menús más fácilmente, y hasta salir de apuros al crear comidas completas con ingredientes que tengamos almacenadas, en caso de que tengamos visitas inesperadas. Además, si la alacena está bien surtida, no nos veremos en la necesidad de estar yendo al supermercado cada dos días a comprar cosas, y así provocar desperdicio de dinero. Y ni hablemos de la tranquilidad que da saber que tenemos mucha comida almacenada para enfrentar cualquier percance, como la pérdida del trabajo, una enfermedad, un desastre natural, escasez, o para ayudar a alguna familia necesitada. Probablemente en el pasado hayamos intentado surtir nuestra alacena, pero lastimosamente hemos terminado llenándola con un surtido de productos que, o no combinan, o a nadie le gustan, o no sabemos cómo usar. PÁGINA 1 Qué diferencia hay entre una alacena “regular” y una alacena “de reserva”? Es muy posible que, en este momento tengas en tu casa algunos paquetes de pasta, cereal, frijoles, un par de paquetes de carne de cualquier tipo, unas cuantas latas y algunos sobrecitos de especias. Este pequeño surtido de productos ya conformaría lo que se podría llamar una alacena regular. Sin embargo, una alacena de reserva es aquella que contiene un surtido mucho más amplia de productos, y una mayor cantidad de ellos, de manera que las existencias puedan cubrir las necesidades de la familia o de la persona durante varios meses. La clave de una alacena de reserva es aprovechar el momento en que los productos llegan a su precio más bajo, y ser capaces de comprar la cantidad de ese producto que al menos nos permita esperar hasta que ese producto vuelva a estar en oferta. De esta forma, a la larga aumentará el ahorro, ya que dejaremos de pagar los precios normales de los productos, y en cambio los compraremos siempre en oferta. Los Sí y los No del almacenaje de comida y otros productos Sí: piensa en dónde irás acomodando tus productos conforme los almacenes Una alacena de reserva ocupa espacio físico. Y aunque podríamos almacenar ciertos productos en lugares poco convencionales, como clósets o sótanos, debemos asegurarnos de que podemos dedicar ese espacio para guardar nuestras compras, antes de llegar a la casa con un paquete gigante de toallas de cocina que no cabe por la puerta. De ser necesario, instala algunas repisas/baldas o consigue un congelador extra, en caso de que el de la refrigeradora no sea suficiente para lo que planeas comprar y conservar. PÁGINA 2 No: no compres sin determinar un presupuesto previo El propósito final del almacenaje de comida y otros productos usados en el diario vivir es ahorrar dinero al comprar mucha cantidad de producto cuando está a muy bajo precio. Pero aunque encuentres el papel higiénico casi regalado, si gastas todo tu presupuesto de comida en él para aprovechar la oferta al máximo, qué vas a comer? Es necesario decidir cuánto porcentaje o cantidad del presupuesto semanal/quincenal/mensual se puede destinar a construir la alacena de reserva. Y no hace falta destinar una gran cantidad de dinero, la clave acá es hacerlo continuamente, y saber cuáles ofertas vale la pena aprovechar, y cuáles no. Y obviamente, el usar la tarjeta de crédito para construir la alacena de reserva, contradice el principio de ahorro, ya que estarás pagando intereses sobre la comida que compraste, por muchos meses venideros. Sí: compra en oferta A menos que tengas un presupuesto amplio para comprar comida, a la hora de “comprar para almacenar”, compra sólo lo que esté de oferta, ya sea que encuentres un súper descuento, o que utilices cupones. Aunque eso signifique no lograr tener tu “alacena soñada” en un corto tiempo, sino hasta que hayan pasado varios meses, te ahorrarás mucho dinero al hacerlo de esa forma, ojalá aprovechando los descuentos de 50% o más. No: no compres en exceso Cuando conseguimos una súper oferta, es muy difícil contenernos y no comprar de más. Sin embargo, debemos pensar tanto en el espacio físico que tenemos en casa para almacenar, como en no utilizar todo el dinero en algún producto que, aunque esté muy barato, no lograremos utilizar antes de que pase su fecha de vencimiento. PÁGINA 3 Sí: compra sólo lo que vayas a utilizar Enfócate sólo en productos que de verdad utilizas cotidianamente. Si a la familia no le gusta algún alimento o marca de producto, no se lo comerán, así te haya salido gratis. Cómo ir armando nuestra alacena de reserva Primer paso (especial para principiantes): Cómo construir una alacena que se ajuste a nuestras necesidades a corto plazo? 1. Primero, vamos a hacer una lista de comidas que le gusten mucho a nuestra familia, idealmente unos 10 platillos. 2. Luego, haz una lista de los ingredientes que contienen esas comidas. Trata de que esas 10 comidas compartan ciertos ingredientes. De no ser así, es posible que sean platillos que, aunque nos gusten, podrían cocinarse más esporádicamente porque llevan ingredientes poco comunes o poco utilizados en la dieta diaria. Busca platillos más sencillos y cotidianos. 3. Divide esta segunda lista en productos perecederos y no perecederos. 4. Cuando vayas al supermercado cada semana, mantente atenta/o a posibles ofertas en productos no perecederos, como productos enlatados, pasta, granos, leguminosas y salsas, y compra más cantidad cuando encuentres una buena oferta. Si encuentras ofertas en productos perecederos, como carne molida/picada, pechugas de pollo, queso, compra la mayor cantidad que te permita tu presupuesto, y que puedas almacenar en tu congelador, poniendo en práctica lo que aprendimos en el módulo #4 respecto a cómo congelar correctamente los alimentos. Así, en unas pocas semanas tendrás en existencia un listado de productos que sabes que utilizarás en tus platillos cotidianos, probados y gustados por la familia. PÁGINA 4 Segundo paso (para planificadoras/es más experimentadas/os): Cómo almacenar comida para 6 meses o más 1. Básicamente, lo que tendremos que hacer es observar nuestros hábitos alimenticios y de consumo de otros productos (papel higiénico, pasta dental, desodorante, shampoo, detergente y otros productos de limpieza y cuidado personal) durante uno o dos meses. Basándonos en esa información, haremos una lista de lo que gastaríamos de determinado producto en un lapso de 6 meses. 2. Luego, haremos una lista de los productos y cantidades que necesitamos, y poco a poco iremos comprando el excedente, cuando encontremos ofertas, o cuando nos entre algún dinero que podamos destinar a nuestra alacena de reserva. Por ejemplo, si acostumbras consumir 1 lata de atún por semana de manera regular, tu objetivo será ir comprando latas de atún adicionales a las que necesitas, hasta que hayas acumulado 24 en tu alacena, una para cada semana, durante 6 meses. Cuando hayas alcanzado el objetivo en determinado producto, seguirás comprando la cantidad normal (en este caso 1 lata por semana), y usar el dinero que antes usabas para ese producto, para comprar más cantidad de algún otro producto, siempre buscando comprarlo en oferta. 3. Cada semana, escoge uno o dos productos de los que comprar de más, o más si tu presupuesto te lo permite. No olvides ir rotando tus existencias, de manera que vayas consumiendo los productos menos recientes de primero. Qué alimentos incluir en tu alacena de reserva. Nuestra alacena de reserva ideal no sólo deberá contener productos alimenticios, sino también, como lo vimos antes, productos de cuidado personal y de limpieza, de manera que tengamos un mini-supermercado en nuestra propia casa. En este módulo, he incluido una lista de productos que puedes mantener en tu alacena de reserva. Pero, para que te vayas haciendo una idea de cuáles son, podríamos mencionar harina, arroz, azúcar, azúcar moreno, leche en polvo, PÁGINA 5 pasta, tallarines, avena en copos, frijoles, productos para hornear, sal, aceite, mantequilla de maní, mermeladas, todo tipo de productos enlatados, sopas concentradas ya sea enlatadas o en sobre, salsas para pasta, salsas para marinar carnes, mezclas para pastel o pancakes, comida de bebé si hay un bebé en casa, galletas, cereales y ciertas bebidas. Además, no hay que olvidar comida para las mascotas que tengamos en casa, detergente, vinagre, cloro, productos de higiene femenina, productos de papel, crema dental, y jabón para platos, entre otros. Aquí debemos recordar apegarnos a los hábitos alimenticios de nuestra familia. Si no acostumbramos hornear postres, queques, panes ni galletas, no tiene sentido almacenar polvo de hornear, gran cantidad de harina, levadura ni otras cosas específicas para hornear. En lugar de seguir una lista, debemos dejar que sea nuestro sentido común el que nos guíe a la hora de surtir nuestra alacena de reserva. Cómo almacenar los alimentos en tu alacena de reserva Los alimentos almacenados tienen 4 enemigos: los roedores, los insectos, el calor y el frío extremo, y la humedad. Cualquiera de estos 4 factores pueden destruir toda esa comida que tanto tiempo y dinero te ha costado acumular, así que bien vale la pena tomar medidas para evitarlas. A menos que tengas un lugar especialmente diseñado para mantener grandes cantidades de comida en buenas condiciones, no acumules más de 6 meses de comida. Por ejemplo, en algunos países, los sótanos y garajes pueden llegar a temperaturas muy altas durante el verano, y muy bajas durante el invierno, así que es mejor mantener los productos dentro de la casa. Si notas que tus latas comienzan a herrumbrarse, es porque están siendo atacadas por humedad. Compra algún producto deshumidificador que no sea tóxico, para mantenerlo cerca de tus alimentos. En cuanto a los mejores recipientes para guardar los alimentos, lo mejor es el vidrio. Usa frascos de vidrio para guardar aquellos alimentos que son especialmente PÁGINA 6 tentadores para los insectos y los roedores, como los granos, harinas, paquetes de pasta, productos de maíz, azúcares, nueces, chispas de chocolate, jaleas, etc. Si no es posible usar vidrio, busca cubetas de plástico grueso, con tapas que sean difíciles de abrir y cerrar, y guarda en ellas los paquetes grandes de granos, frijoles y otros alimentos por el estilo. Cuida de revisar que no haya pequeños lugares por los que pudieran entrar plagas a tu casa, si los hay, repáralos. Y si es del caso, coloca trampas para ratones o haz fumigar la casa antes de comenzar a crear tu alacena de reserva. -----------------Esta es la sexta entrega del curso Planeamiento de Menús. Si tienen alguna pregunta, me pueden encontrar en info@micasaorganizada.com o en redes sociales. Muchas gracias y hasta la próxima. Nos vemos! PÁGINA 7