Download artículo
Document related concepts
Transcript
VERANO 2012 32 Nutrición y edad avanzada dossier Trastornos digestivos en las personas mayores. Medidas dietéticas y empleo de probióticos. entrevista Dra. Adela Esteve Hurtado. Especialista en Medicina Interna. artículos Consumo de lácteos y salud ósea en personas de más de 50 años de edad. Desnutrición e inmunidad. Staff Comité de redacción Dr. Francesc Ferrer Ruscalleda Dra. Elisenda Janés Nadal 32 Sumario dossier Edición científica Coordinación de autores Leticia Mesado Redacción 4 El objetivo del presente artículo es revisar los trastornos digestivos más prevalentes en la población anciana y sus causas, así como repasar el papel que juegan los alimentos probióticos en la prevención y tratamiento de estos trastornos. M.ª José Mateo M.ª José Mateo Trastornos digestivos en las personas mayores. Medidas dietéticas y empleo de probióticos artículo Edita Consumo de lácteos y salud ósea en personas de más de 50 años de edad 10 El objetivo del presente artículo es revisar el papel de la correcta ingesta de calcio y vitamina D en la prevención de la osteoporosis y de las fracturas osteoporóticas, así como el papel potencial de los lácteos en la ingesta adecuada de dichos nutrientes. Saatchi & Saatchi Health Gan vía, 16-20. 5.ª planta 08902 L’Hospitalet de Llobregat Barcelona www.saatchihealth.es entrevista Dra. Adela Esteve Hurtado 18 Profesora del curso “Alimentación y Nutrición en las personas mayores” organizado por el Instituto del Consejo Andaluz de Colegios de Médicos en 2011. Médico para residencias de la Tercera Edad desde 2005. artículo Desnutrición e inmunidad El objetivo del presente artículo es revisar la relación entre desnutrición y microflora intestinal, con especial interés en las modificaciones inmunitarias del sujeto anciano. 26 dossier Trastornos digestivos en las personas mayores. Medidas dietéticas y empleo de probióticos Trastornos digestivos en las personas mayores… Prof. Dr. Miguel Bixquert Jiménez El estreñimiento, la hinchazón abdominal y la diarrea son muy frecuentes en la tercera edad. El consumo de probióticos puede ayudar en la prevención y tratamiento de estos trastornos. E n las personas mayores las afecciones digestivas son más frecuentes por diversas causas: reducción del riesgo sanguíneo y secreciones digestivas, mengua de la movilidad intestinal, alteración de la microflora intestinal, disminución del ejercicio físico y de la ingesta de líquidos. El complejo motor migratorio está alterado, aunque no el peristaltismo ni la respuesta colónica posingesta, pero solo hay actividad propulsiva eficaz en sujetos físicamente activos, no encamados o incapacitados. Se reduce la elasticidad y la capacidad rectal, el tono del esfínter anal externo y la sensibilidad al llenado rectal (la persona no siente deseo de defecar y cuando “está llena”, se le escapa): el 40-50 % de las personas institucionalizadas son incontinentes. Servicio de Digestivo del Hospital Arnau de Vilanova. Departament de Medicina de la Universitat de València Estudi General. La motilidad colónica se altera también por el efecto de ciertas medicaciones (antihipertensivos, bloqueantes del calcio, nitratos, analgésicos, relajantes, ansiolíticos, antidepresivos, diuréticos). Es decir, más que el propio envejecimiento son el encamamiento y el efecto adverso medicamentoso las principales causas de disfunción secretoria y motora digestivas. En los ancianos aumenta la proliferación bacteriana intestinal, de causa multifactorial: divertículos intestinales y colónicos, hipoclorhidria e hipomotilidad digestiva, enfermedades coexistentes, abuso de medicación antisecretora, etc. Esta hiperproliferación bacteriana puede ocasionar diarrea aguda o crónica y desnutrición. Estreñimiento Los pacientes ancianos suelen referir sensación de defecación incompleta, tener que hacer esfuerzo excesivo para defecar, o deposiciones de escaso volumen y “a bolas”. Estreñimiento es defecar menos de 3 veces/semana, lo que ocurre en 10-15 % de los sujetos de más de 65 años, y en más del 30 % de los mayores de 75. Este trastorno es muy subjetivo, ya que hay discordancia entre lo percibido por el paciente (que en realidad defeca, pero le parece insuficiente) y la realidad. Numerosas circunstancias explican un estreñimiento secundario: fármacos, inmovilidad, encamamiento prolongado, antecedentes de cirugía abdominal, urológica o ginecológica, descompensación Tabla 1. Principales causas de estreñimiento y de disquecia en el anciano Estreñimiento “verdadero” Disquecia Debilidad muscular y física Confusión, obnubilación, depresión, demencia, accidente vascular encefálico Enfermedades sistémicas: diabetes mellitus, colagenosis, amiloidosis, hipotiroidismo, hiperparatiroidismo, uremia, colagenosis, enfermedad de Parkinson, accidente vascular encefálico, demencia Falta de percepción del llenado rectal Obstrucción colónica o sigmoidea, benigna (inflamatoria) o maligna Polineuropatía Toma crónica o abuso de medicación con efecto astringente (ver texto) Anismo (contracción del esfínter anal en lugar de relajación), rectocele Neoplasia rectoanal 4 5 dossier de diabetes, hipotiroidismo, depresión, etc., también la falta de sed muy frecuente en la población geriátrica, (al ingerir menos líquidos se defeca menos). Es importante saber si es verdadero estreñimiento (no hay sensación de necesidad de deponer) o es más bien disquecia, en cuyo caso se manifiestan ganas de defecar, pero no se consigue a pesar de esfuerzos repetidos. Esta diferencia es práctica, porque obedecen a causas diferentes (véase tabla 1) y tienen distinto tratamiento. El estreñimiento crónico del anciano puede tener notables consecuencias clínicas: • Impactación fecal con obstrucción, lo que genera distensión abdominal. • Alteración del mecanismo esfinteriano con incontinencia anal y escape fecal. • Trombosis hemorroidaria aguda con dolor local y sangrado. • Dilatación de la ampolla rectal, que facilita la posibilidad de un vólvulo de sigma, con estrangulamiento del asa, lo que es una urgencia quirúrgica. Trastornos digestivos en las personas mayores… Y también una consecuencia frecuente, sobre todo en mujeres obesas: infecciones urinarias de repetición. Además, el anciano puede sufrir síntomas de gravedad diversa por los esfuerzos para defecar: en individuos susceptibles o debilitados intoxicación hepática (aloe vera), aspiración broncopulmonar (aceite de parafina), crisis diarreicas con deshidratación (difenoxilato, aceite de ricino, sales de magnesio, etc.). • Menor: mareos, borrosidad visual, manifestaciones de acidez ascendente. • Mayor: posibilidad de síncope, angina de pecho o accidente vascular cerebral. Prevención y tratamiento. Papel de los probióticos Aumento de la ingesta de líquidos, fibra soluble y del ejercicio físico. Se debe restaurar el hábito de acudir al váter, si es posible después del desayuno o cena; es muy útil adoptar posturas que faciliten la defecación (posición recta, alzas en los pies), pero no se solventa en pocos días o semanas: hay que reeducar. También retirar fármacos que causan estreñimiento. Mucho cuidado con la toma de productos de herboristería que pueden ser tóxicos, y con ciertas tisanas “depurativas”, que causan diarrea, son irritantes o hacen perder agua y minerales. A veces los laxantes están indicados en ancianos encamados, pero no en otras circunstancias: acostumbran al organismo. La ingesta de leches fermentadas con el añadido de bifidobacterias, singularmente Bifidobacterium lactis DN-173 010, acelera el tránsito colónico y regulariza el hábito defecatorio; una vez conseguido hay que continuar con este tratamiento, que además incrementa el efecto del ejercicio, la fibra y la ingesta de líquidos, y evita el empleo de laxantes irritantes. Ningún anciano será calificado como estreñido sin que se le haya practicado un tacto rectal, porque un recto lleno de heces sugiere disquecia. Además se podrán evidenciar prolapso rectal, hemorroides, lesiones polipoides, sangrado rectal, tumores, etc. El estreñimiento funcional no tiene consecuencias sistémicas, no hay ningún tipo de “intoxicación”, excepto en los cirróticos. En ocasiones, más peligroso que el estreñimiento es la toma de laxantes capaces de causar «La ingesta de leches fermentadas con el añadido de bifidobacterias, singularmente la Bifidobacterium lactis DN-173 010, acelera el tránsito colónico y regulariza el hábito defecatorio; una vez conseguido hay que continuar con este tratamiento, que además incrementa el efecto del ejercicio, la fibra y la ingesta de líquidos, y evita el empleo de laxantes irritantes» 6 Hinchazón y distensión abdominal La hinchazón es subjetiva: sensación de hemiabdomen superior inflado sin que se constate. Se debe a hipersensibilidad visceral gastroduodenal, lentitud del vaciado gástrico y aerofagia. Ocurre con igual frecuencia en ambos sexos. La sensación subjetiva de estar hinchado o estar lleno es distinta de la distensión: tener un abdomen dilatado objetivable. Además, ambos tipos de síntomas no suelen relacionarse. La distensión se puede medir y tiene que ver con dismotilidad y acumulación de gas intestinal. Más frecuente en mujeres, sobre todo estreñidas, sucede también como parte del síndrome de intestino irritable, al que se asocia en 75-83 % de los casos. La distensión tiene que ver con tránsito intestinal enlentecido y manejo inadecuado del gas intraluminal (sea normal o esté aumentado). La hinchazón o la distensión no causan ninguna consecuencia orgánica ni disfuncional. En cambio, la hipersensibilidad intestinal (sobre todo en hinchazón abdominal) altera la CVRS. La dismotilidad intestinal (más frecuente en la distensión abdominal) puede traer como consecuencia un sobrecrecimiento bacteriano intestinal crónico (SBIC) y un aumento del riesgo de litiasis biliar con el avance de los años. El SBIC puede alterar la absorción de nutrientes y la permeabilidad intestinal, causando translocación bacteriana e infecciones por gérmenes oportunistas, así como precipitar encefalopatía hepática en los cirróticos. «El mantenimiento de un adecuado estado nutricional reduce el riesgo de diarrea aguda y crónica; las leches fermentadas son un complemento alimentario de primer orden» Prevención y tratamiento. Papel de los probióticos La hinchazón y la distensión abdominal se pueden prevenir comiendo despacio y masticando bien, no engullendo ni tomando grandes cantidades de líquidos con las comidas. Si la hinchazón aumenta con estrés o prisa y predominan los eructos, es que hay una importante aerofagia. Si los gases aumentan por la noche y las flatulencias son malolientes, hay aumento de la producción de gases intestinales. Para esto último son útiles ciertas medidas generales: reducir la ingesta de leche y de verduras, frutas, miel y dulces “sin azúcar”, cocinar lentamente las leguminosas y legum- bres, etc. Y, sobre todo, tomar yogur con Bifidobacterias, 2 veces/día, que además ayuda a mejorar el estreñimiento por tránsito lento. Síndrome diarreico en el anciano La etiología de la diarrea en anciano y adulto joven es la misma, solo varía la proporción de sus causas. También es diferente el curso: en ancianos es difícil distinguir una diarrea aguda recidivante de una crónica. Si hay fiebre, vómitos, deshidratación, toxemia e hipokalemia, con seguridad es aguda y de causa infecciosa o tóxica. Si la diarrea es aguda, con fiebre, mucorrea, rectorragia y tenesmo, es un síndrome Tabla 2. Causas de diarrea en el anciano Intestino delgado Colon Síndrome disentérico Infecciosas E. Coli, Salmonella, Vibriones, Giardia lamblia, Blastocystis, Criptosporidium, Candidiasis, Virus ECHO, Coxsackie, etc. Campylobacter, Clostridium difficile Shigellosis, E. Coli enterohemorrágico No infecciosas Síndrome malabsortivo, Sobrecrecimiento bacteriano Colitis colágena, Poliposis colónica, Cáncer rectal, Adenoma velloso Sobrecrecimiento bacteriano (Gastrectomía, Toma crónica IBP, Enteritis posirradiación, Diverticulosis intestinal extensa, Dismotilidad digestiva, etc.) 7 dossier Trastornos digestivos en las personas mayores… Tabla 3. Beneficios del consumo de yogures con probióticos añadidos Mejora de la nutrición del individuo: • Su propio valor nutritivo es alto: hidratos de carbono, caseína, Ca, P, Mg, vitaminas A y D • Su acidez y la presencia de probióticos mejoran la digestibilidad y la absorción de los nutrientes ingeridos Reequilibrio de la microflora intestinal, evitando la diarrea posantibioterapia o su recidiva (sobre todo si se ha añadido Lactobacillus Casei): ayuda en la distensión abdominal (sobre todo Bifidobacterium lactis DN-173 010) Tratamiento de las diarreas: • Reducen el riesgo de la diarrea del viajero, o la tratan (L. casei) • Acortan las diarreas estivales y víricas (L. casei) Modulación del tránsito intestinal (con el añadido de bifidobacterias): mejora del estreñimiento funcional pudiendo haber o no infección por Clostridium difficile, causa de colitis seudomembranosa, la cual en el 70 % de los casos se da en ingresados en hospitales de crónicos, el 26 % en residencias y solo el 4 % en los que viven en su propio domicilio. Los inmunodeprimidos (diabéticos, malnutridos, EPOC, urémicos, oncológicos), tratados con antibióticos pueden sufrir también infección por Candida albicans, que cursa con diarrea acuosa coleriforme, sin fiebre ni rectorragia, con hipotensión, taquicardia y grave alteración del estado general. Reducción del riesgo de ciertas infecciones en los ancianos (con L. Casei) • Candidiasis mucocutánea • Infecciones urogenitales disentérico. Las causas de diarrea se expresan en la tabla 2. No confundir la diarrea y la incontinencia fecal o pérdida del control de la defecación con escapes de gases y heces. Debemos pensar en ella en ancianos obesos, encamados, diabéticos, con antecedentes de accidente cerebrovascular o demencia. Sus frecuencias relativas son diferentes, destacando: • Fármacos: 15-20 % de los casos (10 veces más frecuente que en joven). • Deficiencia de lactasa intestinal: en 40-50 % de los ancianos (triple que joven). La intolerancia a la fructosa debe testarse, porque más de 3 g/día causa diarrea. • Alcoholismo crónico: 2-10 % de la población anciana y 10-15 % en institucionalizados cumplen criterios de abuso de alcohol. «Algunas medidas generales útiles para la hinchazón y la distensión abdominal son: reducir la ingesta de leche y de verduras, frutas, miel y dulces sin azúcar; cocinar lentamente las leguminosas y legumbres, y, sobre todo, tomar yogur con bifidobacterias, 2 veces/día» 8 • Enfermedades sistémicas: EPOC, insuficiencia cardiaca o renal crónicas, hipertiroidismo, diabetes, amiloidosis, etc. A veces no es la enfermedad sino su tratamiento: digoxina, antiarrítmicos, teofilina, antihipertensivos, levofloxacino, etc. • Enfermedades digestivas: isquemia intestinal, colitis isquémica, colitis microscópica, poliposis colónica, adenocarcinoma de colon, etc. Puede asociarse hemorragia baja. • Infecciones intestinales: por bacterias (Salmonella, Shigella, E. Coli, Aeromonas aerophila), Criptosporidium, Giardia, ciertos virus, etc. • Toxiinfecciones alimentarias sobre todo en ancianos institucionalizados: Staphylococcus aureus, Bacilo céreo, Clostridium perfringens, E. Coli enterotoxicogénico, etc. • Sobrecrecimiento bacteriano intestinal (véase tabla 2). Prevención y tratamiento. Papel de los probióticos El mantenimiento de un adecuado estado nutricional reduce el riesgo de diarrea aguda y crónica; las leches fermentadas son un complemento alimentario de primer orden. Deberá evitarse el empleo de antibióticos en las circunstancias en que no estén indicados, como las afecciones virales. La malabsorción de lactosa se corrige con la toma de lácteos sin lactosa, como el yogur natural, buena fuente de proteínas y vitaminas liposolubles; el efecto tamponante de la caseína facilita el sostenimiento de la capacidad de digestión de la lactosa. Los yogures naturales, con el añadido de Lactobacillus casei o Bifidobacterium longum, animalis o infantum tienen efecto probiótico, y se ha demostrado su capacidad de prevenir y controlar la diarrea posantibioterapia. La administración de Lactobacillus casei, Lactobacillus GG o Saccharomyces boulardii reduce a la tercera parte la recidiva de la infección por Clostridium difficile. Lactobacillus casei es capaz de reducir el riesgo de diarrea del turista, y la leche fermentada con adición de Lactobacillus acidophilus o Lactobacillus reuterii, disminuye la diarrea y los síntomas digestivos de la colitis posirradiación. Beneficios de los prebióticos En la tabla 3 se indica un resumen en forma de panel de los distintos beneficios del consumo de yogures con probióticos añadidos. Bibliografía recomendada • Bixquert M. Probióticos y diarrea crónica, en Ortega RM, Marcos A, Aranceta J, Mateos JA, Requejo A M, Serra L (eds). Alimentos funcionales. Prebióticos. Panamericana, Madrid, 2002, 111-120. • Bixquert M. Estreñimiento, diarrea e incontinencia en las personas de edad avanzada, en Albalat C (coordinadora), Envejecer con salud, tomo I, Cátedra de eméritos, Valencia, 2007, 53-77. • Bixquert M. Manejo dietético del estreñimiento crónico funcional. Especial referencia al beneficio de las bifidobacterias. Alim Nutri Salud, 2008; 15: 31-38. • Hickson M, D’Souza AL, Muthu N, et al. Use of probiotic Lactobacillus preparation to prevent diarrhoea associated with antibiotics: randomised double blind placebo controlled trial. BMJ, 2007; 335: 80-84. • Tomás H, Bixquert M. Síndrome diarreico, en Bixquert M y Gil-Lita R. Gastroenterología Geriátrica, 2.ª ed., Edide, Barcelona, 2004, 42-47. Los antibióticos de amplio espectro (tetraciclina, penicilina, cefalosporina, clindamicina o lincomicina, ciprofloxacino o levofloxacino, y macrólidos), predisponen a los ancianos a diarrea, 9 artículo Consumo de lácteos y salud ósea en personas de más de 50 años de edad Consumo de lácteos y salud ósea en personas de más de 50 años de edad L a osteoporosis es una enfermedad silente, es decir que difícilmente se diagnosticará antes de la aparición de una fractura1, que se caracteriza por la disminución de la masa ósea y el aumento de la fragilidad del hueso, multiplicándose de esta forma el riesgo de fracturas y ocasionando un aumento de la morbimortalidad e invalidez en las personas que la padecen2. Al ser la osteoporosis una enfermedad crónica que se desarrolla mayoritariamente después de los 50 años de edad pero que sus consecuencias se hacen patentes a partir de los 65 años, el envejecimiento progresivo de la población española convierte a la osteoporosis en un problema de salud pública que afecta a millones de personas. En este sentido, a fecha 1 de julio de 2011 (momento en el que se escriben estas líneas) se estima que el 35% de la población española tiene más de 50 años de edad (16% varones, 19% mujeres), y que el 17% tiene más de 65 años (7% varones, 10% mujeres)3. Según los últimos datos disponibles de la Encuesta Nacional de Salud del INE (2006)4, el 4,8% de la población española sufre de osteoporosis diagnosticada por un médico. Entre los casos diagnosticados de osteoporosis, el 95,7% tiene más de 45 años. En relación al 10 Eduard Baladia La osteoporosis es una enfermedad cuya prevención debe tomarse en consideración desde la infancia hasta la senectud. Como en toda enfermedad crónica, existen factores de riesgo que pueden ser modificados, y otros que dependen de variables no modificables. género, la mayor proporción de casos de osteoporosis se diagnostica en mujeres (87,2%, frente al 12,8% en varones), y el 96,9% de ellas son mujeres posmenopáusicas. Tanto en hombres como en mujeres, se observa un claro aumento del diagnóstico de casos de osteoporosis a partir de los 65 años, siendo en todos los casos mucho más alta en las mujeres. Solo los casos de mujeres de más de 65 años explican hasta el 52% de todos los diagnósticos de osteoporosis en España. Pese a que no existen aún en España datos analizables obtenidos a través del sistema de información del Sistema Nacional de Salud sobre las fracturas relacionadas con procesos osteoporóticos, se espera que en breve se puedan obtener dichos datos cuando se adopte la décima versión del sistema de clasificación internacional de enfermedades (CIE-10), en la cual y a diferencia de su versión predecesora, se pueden codificar dichas incidencias mediante los siguientes identificativos: Dietista-Nutricionista (Diplomado en Nutrición Humana y Dietética). Grupo de Revisión, Estudio y Posicionamiento de la Asociación Española de Dietistas-Nutricionistas (GREP-AEDN). En la literatura científica, se describe que las caídas a nivel de suelo, suelen ser el factor desencadenante de las fracturas osteoporóticas. La inestabilidad postural y la debilidad muscular de la población anciana se asocian a un mayor riesgo de caídas5. Entre la población española que ha sufrido caídas a nivel del suelo, se observa un aumento de la proporción de caídas a medida que aumenta la edad de los sujetos, siendo además la mujeres las más afectadas por este tipo de accidente (ver gráfica 1)6. Se estima que aproximadamente el 5% de las caídas resultan en la fractura de algún hueso. Entre las fracturas relacionadas con la edad, las más co- Caídas a nivel de suelo por franjas de edad y género 80 70 Varones Mujeres 60 50 40 • (M80.0) Osteoporosis posmenopáusica, con fractura patológica • (M80.8) Otras osteoporosis, con fractura patológica • (M80.9) Osteoporosis no especificada, con fractura patológica 30 20 10 0 45-54 años 55-64 años 65-74 años 65-74 años Fuente: elaboración propia a partir de datos de la Encuesta Nacional de Salud (ENS), INE (2006). 11 artículo Consumo de lácteos y salud ósea en personas de más de 50 años de edad «Las recomendaciones para la prevención de la osteoporosis deben realizarse y ser extensibles para todos los adultos (hombres y mujeres) mayores de 50 años, prestando especial atención a las mujeres posmenopáusicas». munes son las de muñeca, las vertebrales, las de cadera, húmero y pelvis7. El 25% de las fracturas relacionadas con la edad que ocurren en las viviendas son de cadera, y el 95% de ellas son causadas por caídas a nivel del suelo o con poco desnivel8. Una población cada vez más envejecida y con osteoporosis, significa tener una población más proclive a sufrir caídas y, por tanto, a padecer fracturas con el consecuente aumento de la morbimortalidad e invalidez de dichos sujetos9. Varios metaanálisis concluyen que existe un aumento de la morbimortalidad después de la fractura de cadera y de cabeza del fémur, especialmente dependiendo del tiempo transcurrido entre la fractura y el tratamiento quirúrgico 10-12. En este sentido, un metaanálisis ha concluido que el tratamiento de la osteoporosis tiene un papel importante en la reducción de la mortalidad al tratar las personas que tienen un mayor riesgo de fracturas13. El objetivo del presente artículo es revisar el papel de la correcta ingesta de calcio y vitamina D en la prevención de la osteoporosis y de las fracturas osteoporóticas, así como el papel potencial de los lácteos en la ingesta adecuada de dichos nutrientes. Para realizar dicha revisión, se han explotado las bases de datos electrónicas especializadas Medline-Pubmed, Scopus y Embase en busca de metaanálisis (tanto de ensayos clínicos controlados aleato- 12 rizados, como de estudios observacionales) que estudiaran la relación entre la ingesta de calcio y/o vitamina D y el riesgo de osteoporosis, fracturas y caídas. Asimismo, se ha explotado la base de datos de la European Food Safety Authority (EFSA) para obtener las declaraciones de salud relacionadas con la salud de los huesos que actualmente estarían permitidas. Ingesta de calcio ¿Ingesta de calcio, vitamina D o ambas para la prevención de la osteoporosis y las fracturas osteoporóticas? La osteoporosis es una enfermedad cuya prevención debe tomarse en consideración desde la infancia hasta la senectud. Como en toda enfermedad crónica, existen factores de riesgo que pueden ser modificados, y otros que dependen de variables no modificables. Por un lado, la edad, el género, la cantidad de hormonas circulantes y especialmente la menopausia son factores que pese a no ser modificables, deben tenerse en cuenta en la prevención integral de la osteoporosis14. Por otro lado, el consumo de tabaco15;16, el ejercicio físico17-20 y los factores dietéticos, entre los cuales cabe destacar el consumo de alcohol 21;22, así como la ingesta total de calcio y vitamina D, constituyen los factores que sí pueden ser modificados, y a los que se deberá prestar especial atención. Los resulta- dos aún no publicados de un metaanálisis elaborado por el Grupo de Revisión, Estudio y Posicionamiento de la Asociación Española de Dietistas-Nutricionistas (GREP-AEDN) que incluye una cohorte de 6989 individuos (ambos sexos, y mayores de 18 años de edad), indican que la población española de edades comprendidas entre los 18 y 65 años ingiere entre el 87 y el 97% del calcio que necesita diariamente, y entre el 47-70% de la vitamina D recomendada, mientras que los individuos de más de 65 años no llegan a ingerir el 74% de la cantidad de calcio recomendada, ni el 10% de la ingesta diaria de vitamina D requerida1+ (comparación realizada con las Ingestas Dietéticas de Referencia elaborados por la Federación Española de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética (FESNAD) y publicados en 2010)23. En relación al vínculo entre ingesta de dichos nutrientes y riesgo de fractura, un metaanálisis publicado en 2007 en el que se incluyeron 7 estudios prostectivos de cohortes con 170.991 mujeres y 5 estudios prospectivos de cohortes con 68.606 hombres concluye que la ingesta de calcio no está significativamente asociada con el riesgo de fractura de cadera. Asimismo, el análisis de los datos de 4 ensayos controlados aleatorizados con 6.504 sujetos concluye que la suplementación con 800-1.600mg de calcio no se relaciona con una disminución de las fracturas de cadera24. Sin embargo, un metaanálisis elaborado en 2009 que incluye 32 ensayos clínicos controlados con 3.169 mujeres posmenopáusicas con una duración media de 2 años de intervención, concluye que la suplementación con 1.000mg de calcio al día tiene un efecto significativo en la prevención de la pérdida de masa ósea durante como mínimo 4 años en mujeres posmenopáusicas25. En relación a la ingesta de vitamina D, un metaanálisis publicado en 2007, concluye que existe una tendencia ha- Cabe destacar que la exposición al sol es fuente de dicha vitamina y que se podrían cubrir sus necesidades pese a la baja ingesta. + cia la reducción del riesgo de caídas entre los sujetos a los que se le administra un suplemento de vitamina D en comparación al grupo control, sugiriendo que la vitamina D debe considerarse como parte del manejo integral de la osteoporosis26. En la misma línea, una revisión sistemática publicada en 2008 concluye que los efectos de la vitamina D en la prevención de fracturas de cadera y vertebrales, tanto en hombres como en mujeres, dependen de la dosis administrada de dicha vitamina, así como del análogo utilizado y de la población sujeta a estudio27. Asimismo, un metaanálisis publicado en 2009, concluye que la prevención de fracturas con la administración de vitamina D es dosis dependiente, observándose una reducción de hasta el 20% entre los individuos de más de 65 años (dosis de más altas de 10µg Vit.D/día)28. Pese a los resultados de los metaanálisis citados anteriormente en los que se ha analizado el efecto de la ingesta de calcio o vitamina D y la prevención de osteoporosis y fractura de cadera, Boonen S. et al., en 2007, publicaron un metaanálisis con el objetivo de discernir el efecto de la ingesta de calcio y vitamina D por separado o de forma conjunta. El análisis de los datos, que incorporó 4 ensayos clínicos controlados aletarorizados con 9.083 sujetos, permitió concluir que para reducir significativamente el riesgo de fractura de cadera debe administrarse de forma conjunta vitamina D y calcio29. Un metaanálisis publicado en el mismo año en el que se incluyeron 29 ensayos clínicos controlados aleatorizados, con una muestra total de 63.897 individuos mayores de 50 años de edad, concluye que la suplementación con 1.200mg de calcio conjuntamente con 20µg de vitamina D al día previene la osteoporosis en este subgrupo de población30. En la misma línea una revisión sistemática y metaanálisis elaborado en 2009, en el que solamente se incluyeron ensayos clínicos controlados aleatorizados realizados en mujeres, concluye que la administración de vitamina D (solamente) no se correspondió con una disminución del riesgo de fractura de cadera (9 estudios incluidos con 24.749 sujetos), de fractura vertebral (5 estudios incluidos con 9.138 sujetos) ni de otras fracturas (10 estudios con 25.016 sujetos). Sin embargo, la administración de vitamina D y calcio si ofreció una reducción del riesgo de fractura de cadera (8 estudios incluidos con 46.658 sujetos), sugiriendo que aquellos que tienen un mejor estado de ambos nutrientes, tienden a tener menor riesgo de fracturas de cadera31. Asimismo, un metanálisis elaborado a partir de ensayos clínicos controlados aleatorizados que incluyó solamente estudios con un mínimo de 1.000 participantes, y que engloba una muestra total de 68.517 participantes (en su mayoría mujeres de una edad media de 70 años), concluyó que el uso de vitamina D (10µg) y calcio disminuía el riesgo de todas las fracturas. Este efecto no se observó en la administración de vitamina D a solas32. En conclusión, pese a que no todos los metaánalisis que analizan la relación entre la ingesta de calcio y vitamina (de forma conjunta y/o por separado) y el riesgo de osteoporosis y fracturas osteoporóticas obtienen las mismas conclusiones, parece existir una creciente evidencia científica que sugiere que aquellos que tienen un mejor estado de ambos nutrientes (calcio y vitamina D de forma conjunta), tienden a tener menor riesgo de fracturas. Declaraciones de salud ¿Qué opina la EFSA acerca de las declaraciones de salud para la prevención de la osteoporosis y las fracturas osteoporóticas? La EFSA, por su lado, y en pro de establecer una opinión científica que permita establecer las declaraciones de salud permitidas acerca de la salud ósea, concluye que existe una relación causa efecto entre el consumo de calcio y vitamina D, y el mantenimiento de la salud de los huesos (incluyendo la correcta mineralización ósea)33-35. Asimismo, La EFSA establece que ayudar a mantener la densidad mineral ósea, especialmente entre las mujeres postmenopáusicas es una estrategia adecuada para reducir el riesgo de fracturas osteoporóticas36. Dicho organismo concluye que, en mujeres de más de 50 años existe una relación causa efecto entre el consumo de calcio, ya sea solo o en combinación de vitamina D, y el mantenimiento de la densidad mineral ósea, lo que puede contribuir a la reducción del riesgo de fractura37. «Parece existir una creciente evidencia científica que sugiere que aquellos sujetos que tienen un mejor estado de ambos nutrientes (calcio y vitamina D de forma conjunta), tienden a tener menor riesgo de fracturas». 13 artículo Consumo de lácteos y salud ósea en personas de más de 50 años de edad «Algunos lácteos, como la leche y los yogures desnatados y enriquecidos con vitamina D, podrían contener legalmente declaraciones de salud que dieran a entender que ambos alimentos tienen un papel importante en la prevención de enfermedades como la osteoporosis y la fractura de cadera en población de más de 50 años de edad». La EFSA concluye que para poder establecer una declaración de salud, deben darse las siguientes condiciones38: • El consumo diario de calcio de todas las fuentes alimentarias debe ser de 1200mg/día y/o además 20µg de vitamina D. • El alimento sujeto a la declaración debe cumplir la característica de ser fuente de calcio (contener 120mg) y/o además fuente de vitamina D (contener 0,75µg). • Población diana: mujeres de más de 50 años de edad. En hombres y mujeres de más de 60 años se ha establecido una relación causa efecto entre el consumo de vitamina D y el riesgo de caídas, debiéndose dar las siguientes condiciones39: • El consumo diario de vitamina D de todas las fuentes alimentarias debe ser de 20µg. • El alimento sujeto a la declaración debe cumplir la característica de ser fuente de vitamina D (contener 0,75µg). • Población diana: mujeres y hombres de más de 60 años de edad. 14 Papel de los lácteos ¿Cuál es el papel potencial de los lácteos en la prevención de la osteoporosis y la fractura de cadera? Teniendo en cuenta que el 34,4% de la población española es fumadora, que España ocupa el octavo lugar en la clasificación mundial de consumo de alcohol, y que España es un país donde el sedentarismo es alarmantemente alto, los lácteos como principal fuente de ingesta de calcio para adquirir las ingestas dietéticas de referencia en personas de más de 50 años, podrían desempeñar un papel importante. De hecho, si se siguen las recomendaciones de tomar 2-3 lácteos al día, la ingesta de calcio oscilará entre 350500 mg de calcio, lo que significa que a través de los lácteos se aportará el 35-50% de la ingesta diaria de calcio recomendada40;41. Sin embargo, a través de la literatura científica, solamente se han hallado 2 metaánalisis que investiguen la relación entre el consumo de lácteos y el riesgo de fractura de cadera. El primero, publicado en 2005, incluye datos de 6 estudios prospectivos de cohortes con la inclusión de una muestra de 39.563 hombres y mujeres (69% mujeres), investigándose el efecto de la ingesta de calcio (medido a través de la ingesta de leche) y el riesgo de cualquier fractura, cualquier fractura osteoporótica o fractura de cadera. Las conclusiones obtenidas por los autores fueron que la baja ingesta de leche no se asocia a ningún aumento del riesgo de fracturas42. Los resultados del segundo, publicado en 2011, indican que en mujeres no existe una asociación entre la ingesta total de leche y el riesgo de fractura de cadera (se incluyeron 6 estudios prospectivos de cohortes con 195.102 sujetos), observándose en hombres una leve disminución del riesgo relativo (inclusión de 3 estudios prospectivos de cohortes con 75.149 sujetos)43. Pese a la asociación negativa observada en ambos metaanálisis, cabe destacar que ambos han sido realizados únicamente mediante estudios observacionales prospectivos cuyo objetivo principal es establecer los posibles factores de riesgo que pueden favorecer o retardar la aparición de una enfermedad, no estudiando, en ningún caso, la relación causa-efecto entre ambas. En conclusión, se podría decir que son necesarios más y mejores estudios de intervención que ayuden a discernir la relación causa-efecto entre el consumo de lácteos y el riesgo de osteoporosis y fractura de cadera. Mientras se esclarece dicha relación, y teniendo en cuenta las opiniones de la EFSA acerca de cómo deben realizarse las declaraciones de salud sobre la prevención de la osteoporosis y el riesgo de fractura osteoporótica, cabe destacar que, por ejemplo, tanto la leche como el yogurt (desnatados y enriquecidos con vitamina D), podrían contener a día de hoy declaraciones de salud que dieran a entender que ambos alimentos tienen un papel importante en la prevención de enfermedades que afectan a la salud ósea de la población de más de 50 años de edad. Conclusiones gnostica principalmena enfermedad que se dia un es sis oro eop ost la e Pese a qu que conducen a su s, las recomendaciones año 65 de es yor ma s mbres te en mujere a todos los adultos (ho rse y ser extensibles par s posjere mu prevención deben realiza las ecial atención a 50 años, prestando esp de es yor ma s) mayor jere con mu y o el grupo en ser consideradas com deb les cua las s, sica menopáu riesgo potencial. Parece existir una creciente evidencia científica que sugiere que aquellos sujetos que tienen un mejor estado de ambos nutrientes (calcio y vitamina D de forma conjunta), tienden a tener menor riesgo de fracturas. La EFSA acepta que se puedan establecer declaraciones de salud dirigidas a mujeres de más de 50 años, que indiquen que existe una relación causa efecto entre el consumo de calcio y de vitamina D, y el mantenimiento de la densidad mineral ósea, lo que puede contribuir a la reducción del riesgo de fractura. Los alimentos deben cumplir la consideración de ser fuentes de calcio (contener 120 mg) y de vitamina D (contener 0,75 µg). asociación negativa enca ofrece de momento una ntífi cie ura rat lite la que Pese a y de fractura de cadera, vención de osteoporosis pre la y s teo lác de o nir la tre el consum nción que ayuden a discer jores estudios de interve sis y oro eop son necesarios más y me ost s y el riesgo de re el consumo de lácteo ent cto efe sacau n ció rela fractura de cadera. os y enriquecio la leche y los yogures desnatad Actualmente, algunos lácteos, com d que dieran salu de ener legalmente declaraciones dos con vitamina D podrían cont prevención de tienen un papel importante en la a entender que ambos alimentos de más de 50 y fractura de cadera en población enfermedades como la osteoporosis años de edad. 15 artículo Consumo de lácteos y salud ósea en personas de más de 50 años de edad Referencias bibliográficas 1. Phillips PJ, Phillipov G. Bone mineral density - frequently asked questions. Aust Fam Physician 2006; 35(5): 341-344. 25. Nordin BE. The effect of calcium supplementation on bone loss in 32 controlled trials in postmenopausal women. Osteoporos Int. 2009 Dec;20(12):2135-43. 2. Requejo AM, Ortega RM. Nutriguía: manual de nutrición clínica en atención primaria. Madrid: Editorial complutense, 2003. 26. Jackson C, Gaugris S, Sen SS, Hosking D. The effect of cholecalciferol (vitamin D3) on the risk of fall and fracture: a meta-analysis. QJM. 2007 Apr;100(4):185-92. 3. Instituto Nacional de Estadística (INE). INEbase: estimaciones de población actual [base de datos en Internet]. España: Instituto Nacional de Estadística; julio de 2011 [Consulta realizada: 13/10/2011] Disponible en: http://www.ine.es/inebmenu/indice.htm. 4. Instituto Nacional de Estadística (INE). INEbase: Sociedad – Salud – Encuesta Nacional de Salud [base de datos en Internet]. España: Instituto Nacional de Estadística; 2006 [Consulta realizada: 13/10/2011] Disponible en: http://www.ine.es/inebmenu/indice.htm. 5. Horlings C, Van Engelen B, Allum J and Bloem B, 2008. A weak balance: the contribution of muscle weakness to postural instability and falls. Neurology, 4, 504 -515. 6. Instituto Nacional de Estadística (INE). INEbase: Sociedad – Salud – Estado de Salud y enfermedades crónicas [base de datos en Internet]. España: Instituto Nacional de Estadística; 2006 [Consulta realizada: 13/10/2011] Disponible en: http://www.ine.es/inebmenu/indice.htm. 7. Tinetti M, Speechley M and Ginter S, 1988. Risk factors for falls among elderly persons living in the community. The New England Journal of Medicine, 319, 1701-1707. 8. Skelton D and Todd C, 2004, online. What are the main risk factors for falls amongst older people and what are the most effective interventions to prevent these falls. WHO, Europe, Health Evidence Network Report. Available from: http://www.euro.who.int/docuemnt/E82552.pdf. 9. Mackey DC, Lui LY, Cawthon PM, Bauer DC, Nevitt MC, Cauley JA, Hillier TA, Lewis CE, Barrett-Connor E, Cummings SR; Study of Osteoporotic Fractures (SOF) and Osteoporotic Fractures in Men Study (MrOS) Research Groups. High-trauma fractures and low bone mineral density in older women and men. JAMA. 2007 Nov 28;298(20):2381-8. 10.Haentjens P, Magaziner J, Colón-Emeric CS, Vanderschueren D, Milisen K, Velkeniers B, Boonen S. Meta-analysis: excess mortality after hip fracture among older women and men. Ann Intern Med. 2010 Mar 16;152(6):380-90. 11.Simunovic N, Devereaux PJ, Sprague S, Guyatt GH, Schemitsch E, Debeer J, Bhandari M. Effect of early surgery after hip fracture on mortality and complications: systematic review and meta-analysis. CMAJ. 2010 Oct 19;182(15):1609-16. 12. Rodriguez-Fernandez P, Adarraga-Cansino D, Carpintero P. Effects of delayed hip fracture surgery on mortality and morbidity in elderly patients. Clin Orthop Relat Res. 2011 Nov;469(11):3218-2. 13. Bolland MJ, Grey AB, Gamble GD, Reid IR. Effect of osteoporosis treatment on mortality: a meta-analysis. J Clin Endocrinol Metab. 2010 Mar;95(3):1174-81. 14. Baladia E. “Osteoporosis en ancianos ¿cómo aportar más calcio a la dieta?”. Yogur vivo: 2007;24:14-17. 15. Ward KD, Klesges RC. A meta-analysis of the effects of cigarette smoking on bone mineral density. Calcif Tissue Int 2001; 68(5): 259-270. 16.Kanis JA, Johnell O, Oden A, Johansson H, De Laet C, Eisman JA, Fujiwara S, Kroger H, McCloskey EV, Mellstrom D, Melton LJ, Pols H, Reeve J, Silman A, Tenenhouse A. Smoking and fracture risk: a meta-analysis. Osteoporos Int. 2005 Feb;16(2):155-62. 17. Karmisholt K, Gyntelberg F, Gøtzche PC. Physical activity for primary prevention of disease. Systematic reviews of randomised clinical trials. Dan Med Bull. 2005 May;52(2):86-9. 18. Howe TE, Shea B, Dawson LJ, Downie F, Murray A, Ross C, Harbour RT, Caldwell LM, Creed G. Exercise for preventing and treating osteoporosis in postmenopausal women. Cochrane Database Syst Rev. 2011 Jul 6;(7):CD000333. 19. Nikander R, Sievänen H, Heinonen A, Daly RM, Uusi-Rasi K, Kannus P. Targeted exercise against osteoporosis: A systematic review and meta-analysis for optimising bone strength throughout life. BMC Med. 2010 Jul 21;8:47. 20. Martyn-St James M, Carroll S. High-intensity resistance training and postmenopausal bone loss: a meta-analysis. Osteoporos Int. 2006;17(8):1225-40. 21. Berg KM, Kunins HV, Jackson JL, Nahvi S, Chaudhry A, Harris KA Jr, Malik R, Arnsten JH. Association between alcohol consumption and both osteoporotic fracture and bone density. Am J Med. 2008 May;121(5):406-18. 22.Kanis JA, Johansson H, Johnell O, Oden A, De Laet C, Eisman JA, Pols H, Tenenhouse A. Alcohol intake as a risk factor for fracture. Osteoporos Int. 2005 Jul;16(7):737-42. 23. Cuervo M, Abete I, Baladia E, Corbalán M, Manera M, Basulto J, Martínez A, Federación Española de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética (FESNAD). Ingestas dietéticas de referencia para la población española. Navarra: Ediciones Universidad de Navarra, S.A (EUNSA); 2010. 24. Bischoff-Ferrari HA, Dawson-Hughes B, Baron JA, Burckhardt P, Li R, Spiegelman D, Specker B, Orav JE, Wong JB, Staehelin HB, O’Reilly E, Kiel DP, Willett WC. Calcium intake and hip fracture risk in men and women: a meta-analysis of prospective cohort studies and randomized controlled trials. Am J Clin Nutr. 2007 Dec;86(6):1780-90. 16 27. MacLean C, Newberry S, Maglione M, McMahon M, Ranganath V, Suttorp M, Mojica W, Timmer M, Alexander A, McNamara M, Desai SB, Zhou A, Chen S, Carter J, Tringale C, Valentine D, Johnsen B, Grossman J. Systematic review: comparative effectiveness of treatments to prevent fractures in men and women with low bone density or osteoporosis. Ann Intern Med. 2008 Feb 5;148(3):197-213. 28. Bischoff-Ferrari HA, Willett WC, Wong JB, Stuck AE, Staehelin HB, Orav EJ, Thoma A, Kiel DP, Henschkowski J. Prevention of nonvertebral fractures with oral vitamin D and dose dependency: a meta-analysis of randomized controlled trials. Arch Intern Med. 2009 Mar 23;169(6):551-61. 29. Boonen S, Lips P, Bouillon R, Bischoff-Ferrari HA, Vanderschueren D, Haentjens P. Need for additional calcium to reduce the risk of hip fracture with vitamin d supplementation: evidence from a comparative metaanalysis of randomized controlled trials. J Clin Endocrinol Metab. 2007 Apr;92(4):1415-23. 30. Tang BM, Eslick GD, Nowson C, Smith C, Bensoussan A. Use of calcium or calcium in combination with vitamin D supplementation to prevent fractures and bone loss in people aged 50 years and older: a meta-analysis. Lancet. 2007 Aug 25;370(9588):657-66. 31. Avenell A, Gillespie WJ, Gillespie LD, O’Connell D. Vitamin D and vitamin D analogues for preventing fractures associated with involutional and postmenopausal osteoporosis. Cochrane Database Syst Rev. 2009 Apr 15;(2):CD000227. 32. DIPART (Vitamin D Individual Patient Analysis of Randomized Trials) Group. Patient level pooled analysis of 68 500 patients from seven major vitamin D fracture trials in US and Europe. BMJ. 2010 Jan 12;340:b5463. doi:10.1136/bmj.b5463. 33. EFSA (European Food Safety Authority), 2009. Scientific Opinion of the Panel on Dietetic Products,Nutrition and Allergies on the substantiation of health claims related to calcium and vitamin D and maintenance of bone (ID 350) pursuant to Article 13(1) of Regulation (EC) No 1924/2006 on request from the European Commission. EFSA Journal 2009; 8(5):127. 34. EFSA (European Food Safety Authority), 2009. Scientific Opinion on the substantiation of health claims related to calcium and maintenance of bones and teeth (ID 224, 230, 231, 354, 3099), muscle function and neurotransmission (ID 226, 227, 230, 235), blood coagulation (ID 230, 236), energy-yielding metabolism (ID 234), function of digestive enzymes (ID 355), and maintenance of normal blood pressure (ID 225, 385, 1419) pursuant to Article 13(1) of Regulation (EC) No 1924/2006. EFSA Journal 2009; 7(9):1210, 1-27. 35. EFSA (European Food Safety Authority), 2010. Scientific Opinion on the substantiation of health claims related to calcium and maintenance of normal bone and teeth (ID 2731, 3155, 4311, 4312, 4703), maintenance of normal hair and nails (ID 399, 3155), maintenance of normal blood LDL-cholesterol concentrations (ID 349, 1893), maintenance of normal blood HDL-cholesterol concentrations (ID 349, 1893), reduction in the severity of symptoms related to the premenstrual syndrome (ID 348, 1892), “cell membrane permeability” (ID 363), reduction of tiredness and fatigue (ID 232), contribution to normal psychological functions (ID 233), contribution to the maintenance or achievement of a normal body weight (ID 228, 229) and regulation of normal cell division and differentiation (ID 237) pursuant to Article 13(1) of Regulation (EC) No 1924/2006. EFSA Journal 2010;8(10):1725, 1-30. 36. EFSA (European Food Safety Authority), 2009. Scientific Opinion of the Panel on Dietetic Products, Nutrition and Allergies on a request from Abtei Pharma Vertriebs GmbH on the scientific substantiation of a health claim related to Calcium plus Vitamin D3 chewing tablets and reduction of the risk of osteoporotic fractures by reducing bone loss. EFSA Journal 1180, 1-10. 37. EFSA (European Food Safety Authority), 2010. Scientific Opinion in relation to the authorisation procedure for health claims on calcium and vitamin D and the reduction of the risk of osteoporotic fractures by reducing bone loss pursuant to Article 14 of Regulation (EC) No 1924/2006. EFSA Journal 2010; 8(5):1609,1-10. 38. EFSA (European Food Safety Authority), 2010. Scientific Opinion in relation to the authorisation procedure for health claims on calcium and vitamin D and the reduction of the risk of osteoporotic fractures by reducing bone loss pursuant to Article 14 of Regulation (EC) No 1924/2006. EFSA Journal 2010; 8(5):1609,1-10. 39. EFSA (European Food Safety Authority), 2011. Scientific Opinion on the substantiation of a health claim related to vitamin D and risk of falling pursuant to Article 14 of Regulation (EC) No 1924/2006. EFSA Journal 2011;9(9):2382, 1-18. 40. Baladia E. “Osteoporosis en ancianos ¿cómo aportar más calcio a la dieta?”. Yogur vivo: 2007;24:14-17. 41. Cuervo M, Abete I, Baladia E, Corbalán M, Manera M, Basulto J, Martínez A, Federación Española de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética (FESNAD). Ingestas Dietéticas de Referencia (IDR) para la Población Española, 2010. Act Diet. 2010;14(4):196-197. 42. Kanis JA, Johansson H, Oden A, De Laet C, Johnell O, Eisman JA, Mc Closkey E, Mellstrom D, Pols H, Reeve J, Silman A, Tenenhouse A. A meta-analysis of milk intake and fracture risk: low utility for case finding. Osteoporos Int. 2005 Jul;16(7):799-804. 43. Bischoff-Ferrari HA, Dawson-Hughes B, Baron JA, Kanis JA, Orav EJ, Staehelin HB, Kiel DP, Burckhardt P, Henschkowski J, Spiegelman D, Li R, Wong JB, Feskanich D, Willett WC. Milk intake and risk of hip fracture in men and women: a meta-analysis of prospective cohort studies. J Bone Miner Res. 2011 Apr;26(4):833-9. doi: 10.1002/jbmr.279. 17 entrevista “Sociedades con dietas más sanas tienen tasas de longevidad mayores y con menor incidencia de enfermedades degenerativas” “Sociedades con dietas más sanas tienen tasas de longevidad mayores y con menor incidencia de enfermedades degenerativas” ¿Cuáles son los problemas de salud más prevalentes entre nuestros mayores? Las enfermedades que más aparecen en las personas de edad avanzada son las de carácter crónico, entendiendo aquellas que tienen una larga duración, curso estable con descompensaciones frecuentes. Esto es debido fundamentalmente a que la fisiología del propio envejecimiento se caracteriza por deterioro progresivo a todos los niveles, con un enlentecimiento de todas y cada una de las funciones del organismo. La enfermedad crónica más frecuente en el anciano es la artrosis. Le siguen la hipertensión, la insuficiencia cardíaca, la depresión, la EPOC, la patología prostática, el síndrome demencial, la diabetes… Dra. Adela Esteve Hurtado Especialista en Medicina Interna Médico para residencias de la Tercera Edad Por grupos, las patologías de mayor presentación en el anciano son: las degenerativas (incluyendo la aterosclerosis, deterioro del sistema cardiocirculatorio y enfermedades degenerativas neurológicas), las tumorales, las infecciosas, las autoinmunes, las disrregulativas, las traumáticas y las iatrogénicas. ¿Cuál sería el papel de la nutrición en los procesos de envejecimiento y su potencial contribución a una mejor calidad de vida en la vejez? Es ya universal aceptar que una alimentación equilibrada y sana evita enfermedades agudas, y permite un mantenimiento de la salud a largo plazo. Así son frecuentes las campañas en el ámbito infantil (educadores, padres, niños…) en la línea de evitar errores alimenticios que perjudiquen a los individuos cuando crezcan. También hay una conciencia cada vez mayor en adultos sobre cómo la dieta puede afectar en la presentación de enfermedades de tipo metabólico (obesidad, diabetes, hipertensión…) y cardiovascular principalmente. La preocupación por mantener la “juventud” a todos los niveles, da lugar a campañas publicitarias de determinados productos antioxidantes, sin darnos cuenta de que la mejor manera de conseguir estos antioxidantes consiste en una dieta con menos grasas y proteínas y más abundante en vegetales y frutas. Pero quizá la población de edad avanzada queda aún al margen de entender que una dieta saludable, junto con la actividad física regular, pueden evitar la aparición de enfermedades, aumentando la calidad de vida a estas edades. La falta de recursos, sobre todo económicos, hace que por parte de las autoridades sanitarias no Por aparatos tendríamos como más frecuentes las del aparato digestivo (véase tabla 1). ¿Existen diferencias significativas entre hombres y mujeres? La esperanza de vida en la mujer se mantiene más elevada que la del hombre, repercutiendo en que, efectivamente, existan diferencias por sexos en algunos de los problemas que afectan a las personas de edad 18 avanzada. No se dispone de un estudio actualizado y pormenorizado del conjunto de patologías y su análisis estadístico en relación a variables como puede ser el sexo. Sí que disponemos de trabajos concretos que indican mayor afectación en mujeres de problemas traumatológicos, principalmente la fractura de cadera, la osteoporosis, así como de mayor número de casos de incontinencia. En el caso de los procesos oncológicos y cardiológicos, la frecuencia se inclina hacia el lado masculino por el momento. En otros casos como la demencia tipo Alzheimer, la diferencia es confusa, pues aunque parece predominar en mujeres, al hacer el ajuste por edad la diferencia no es significativa. «La población de edad avanzada queda aún al margen de entender que una dieta saludable, junto con la actividad física regular, pueden evitar la aparición de enfermedades, aumentando la calidad de vida a estas edades» 19 “Sociedades con dietas más sanas tienen tasas de longevidad mayores y con menor incidencia de enfermedades degenerativas” entrevista «Una buena forma de reforzar el sistema inmunológico es aportar alimentos que favorezcan un buen equilibrio en la flora intestinal, es decir pro y prebióticos» haya el suficiente personal para realizar campañas, concienciación y educación personalizada, sobre la importancia de la dieta sobre la salud en las personas mayores, y por ejemplo en caso de hipertensión, todos los individuos toman un fármaco y muy pocos siguen una dieta hiposódica y rica en verduras y frutas. ¿Qué factores nutricionales y de estilo de vida son los que más contribuirían en la protección de la salud de las personas mayores? Una buena hidratación (suele olvidarse el importante papel del agua en nuestro organismo y más en los mayores), una dieta equilibrada (completa en cuanto a principios inmediatos, minerales y vitaminas), muy adaptada al individuo en cuanto a gustos, horarios, patologías y fármacos que toma, y una actividad física regular y adecuada, son los pilares básicos para el mantenimiento de la salud en las personas de edad avanzada. Si se consiguieran aplicar bien, se observaría: mejoría del estado general tanto físico como psíquico, muchas menos complicaciones de la patología existente, disminución de la polifarmacología… 20 La frecuencia de las enfermedades crónicas degenerativas se incrementan con la edad. ¿Qué factores dietéticos estarían implicados en estas enfermedades? ¿Una adecuada intervención nutricional podría tener un papel beneficioso en su prevención y tratamiento? El envejecimiento constituye algo inherente a la propia vida. El ritmo y la forma de envejecer van a depender de numerosas variables, muchas de ellas aún desconocidas, y otras poco controlables. Entiendo por enfermedad crónica degenerativa, aquella afección de carácter crónico en la que existe como característico una base de desestructuración tisular u orgánica, conllevando normalmente fallo en la función. Así podríamos incluir en el grupo: osteoartrosis, todas las patologías neurológicas seniles (demencias y enfermedad de Parkinson fundamentalmente), insuficiencias cardíacas seniles, bronquitis crónicas en estadios evolutivos (enfisemas, bronquiectasias), afecciones digestivas, como las diverticulosis, deterioros de los órga- nos sensoriales, y problemas en el sistema renal y sus vías. Como indicaba al principio, en todas ellas la multicausalidad es evidente, pero también está ya bien comprobado cómo una adecuada alimentación desde edades tempranas puede retrasar la aparición de estas enfermedades. Sociedades con dietas más sanas (adaptadas a la propia naturaleza, evitando productos demasiado elaborados e industrializados, reforzando frutas y verduras…) tienen tasas de longevidad mayores y con menor incidencia de enfermedades degenerativas. Es verdad que tal como vamos avanzando socialmente, no es fácil retomar ciertos hábitos muy saludables, pero también tenemos la gran suerte de tener muy reciente la dieta mediterránea. Conseguir en los mayores que retomen este tipo de alimentos, evitando precocinados y productos industrializados, les ayudaría mucho a mantener buena salud, sin tener que realizar muchos cambios. En el curso realizado por el IFCAM sobre nutrición en personas de edad avanzada, referíamos en el decálogo: «Gran número de las enfermedades prevalentes en la edad avanzada pueden beneficiarse de un diseño dietético personalizado, de ahí la importancia de detectar precozmente situaciones de déficit nutricionales. En el diseño individualizado de la alimentación de un paciente mayor hay que considerar no sólo sus requerimientos nutritivos, sino también sus patologías, su medicación y sus gustos». ¿Qué factores afectan a la ingesta, absorción y metabolismo de los alimentos y, por tanto, al estado nutricional de los mayores? Los cambios fisiológicos, psicológicos y sociales que acompañan al envejecimiento condicionan el estado nutricional de las personas mayores, colocándoles frecuentemente en riesgo de desnutrición. Los individuos mayores presentan una pérdida de interés por la comida, probablemente en relación con las pérdidas sensoriales, además la sensación de hambre se reduce y se sacian más rápidamente. A nivel puramente digestivo los factores que más pueden influir en una dieta inadecuada serían: la pérdida de piezas dentales, el deterioro bucal, disminución de saliva y de secreciones en general, disfagia, cambios en la actividad enzimática y disminución de la motilidad intestinal principalmente. Además otros aspectos que de forma indirecta influirían sobre el estado nutricional podrían ser: el acceso limitado a alimentos, las privaciones socioeconómicas, la falta de conocimientos y información sobre nutrición, la incorrecta elección de los alimentos, las enfermedades y el uso de los fármacos que repercuten sobre su sistema digestivo, el aislamiento social y las discapacidades cognitivas o físicas que dificulten la capacidad de comprar alimentos y prepararlos, la actividad física, etc. Como consecuencia, los mayores ven disminuido su apetito y disminuyen la ingesta, tienden a preferir alimentos líquidos y blandos, frecuentemente de menor densidad calórica, y presentan rechazo sistemático a algunos alimentos como las carnes, los quesos, las verduras crudas o las frutas frescas, provocando que no se alcancen las recomendaciones para proteínas, vitaminas, minerales y fibra necesarias. ¿Cuáles son las principales pautas dietéticas a tener en cuenta? Es difícil establecer los requerimientos nutricionales para los mayores “sanos”, partiendo de la dificultad de definirlos. Y pueden ser muy diferentes en función de la edad, el sexo, la composición corporal y el grado de actividad física. En general, las necesidades energéticas descienden a medida que aumenta la edad a expensas de la disminución de la tasa metabólica basal (TMB) y de la actividad física. Cuando las necesidades energéticas se sitúan por debajo de 1.800 kcal puede existir el riesgo de no aportar la cantidad de nutrientes necesarios para satisfacer los requerimientos de alguno de ellos (proteínas, calcio, vitaminas, folatos, hierro, etc.). Por lo tanto, se debe intentar mantener el peso ideal para que a través del cálculo de las necesidades energéticas diarias se puedan aportar los nutrientes necesarios en la cantidad adecuada y así evitar deficiencias. Para asegurar la variabilidad de la dieta, pueden seguirse las recomendaciones por grupos de alimentos. En el año 2001, la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria adaptó las pautas para la población general ofreciendo una herramienta gráfica que puede ser de utilidad en las tareas de educación nutricional a los mayores. La Pirámide de la Alimentación Saludable para Mayores de 70 años. Las principales recomendaciones serían: • Ingerir líquidos con regularidad a lo largo de todo el día, teniendo en cuenta las necesidades hídricas diarias y prestando una especial atención en los meses calurosos y en situaciones con necesidades aumentadas y en individuos con indicación de ingesta hídrica restringida (edemas, insuficiencia cardíaca congestiva, insuficiencia renal...). «Una flora intestinal sana aporta beneficios a nivel intestinal, evita diarreas secundarias a la toma de antibióticos, favorece la producción y absorción de minerales y vitaminas, y además tiene un efecto muy beneficioso sobre todo el sistema defensivo» 21 “Sociedades con dietas más sanas tienen tasas de longevidad mayores y con menor incidencia de enfermedades degenerativas” entrevista • Consumir productos de granos integrales como panes, cereales, galletas, arroz y pasta, así como legumbres de forma habitual. Deben ser la base de la dieta en los mayores. • Se recomienda un consumo diario de verduras y hortalizas, con un mínimo de 2 raciones al día. En el caso de presentar dificultades de masticación o deglución debe recurrirse a los cambios de textura oportunos para asegurar la ingesta de estos alimentos ricos en agua, fibra, vitaminas y minerales. • Aportar una variedad de frutas ya sean frescas, congeladas, enlatadas, secas o en zumos naturales. La recomendación se extiende hasta 3 raciones diarias. • Alimentos con un alto contenido de calcio como la leche o el yogur (si no se tolera la leche, pueden elegirse lácteos sin lactosa o alimentos enriquecidos con calcio). El consumo de yogur o leches fermentadas con probióticos, además de ser una alternativa a la leche para aquellas personas con intolerancia moderada a la lactosa, puede tener una serie de efectos beneficiosos para la microbiota intestinal y por lo tanto para el sistema inmunitario del mayor. En general, se recomiendan 3 raciones diarias de lácteos. • Consumir carnes magras, pollo y otras aves de corral, legumbres, huevos, nueces y semillas. Seleccionar y preparar alimentos bajos en grasas saturadas. Reducir la cantidad de grasa y calorías en las comidas. Se recomiendan de 2 a 3 raciones a la semana. La ingesta de pescado debe ser superior a la de la carne, de 4 a 5 raciones a la semana. La principal ventaja de los pescados azules es su alto contenido en ácidos grasos poliinsaturados. Su proteína es de alto valor biológico 22 «El calcio y la vitamina D, administrados de forma conjunta, han demostrado aportar beneficios a la persona mayor diagnosticada de osteoporosis, en el contexto de la prevención primaria y secundaria de determinadas fracturas» y de mejor digestibilidad que la de la carne. Deben priorizarse los pescados sin espinas y recordar que el pescado congelado es perfectamente apto en cuestiones nutritivas. Se recomiendan 3 huevos completos a la semana en la alimentación de los mayores. En el caso de dietas con necesidades proteicas aumentadas, puede utilizarse la clara para suplementar algunos platos. • La grasa culinaria preferente debe ser el aceite de oliva virgen extra y deben evitarse los platos preparados o precocinados, las latas y las sopas de sobre, por su alto contenido en sodio. • No debe saltarse ninguna comida: es importante mantener 3 comidas principales al día (desayuno, almuerzo y cena) y 2-3 snacks (media mañana, merienda y antes de acostarse). Mantener a mano refrigerios con alto contenido nutritivo como los frutos secos, frutas secas, etc. Estos alimentos deben comerse en porciones pequeñas al igual que otros alimentos con muchas calorías. Limitar el consumo de alimentos con un alto contenido en grasa y/o azúcar, como las tortas, caramelos, patatas fritas y algunos refrescos. • Reducir el consumo de sal a menos de 2.300 mg de sodio por día (alrededor de 1 cucharadita de sal). Comprar productos que sean bajos en sodio. Escoger y preparar alimentos con poca sal. Evitar las conservas y productos enlatados. El proceso normal de envejecimiento altera el ambiente intestinal, produciendo una pérdida de bacterias beneficiosas que provocan una mayor incidencia de trastornos digestivos entre las personas mayores. Dado que el nivel de salud depende en alguna medida de las condiciones de las bacterias beneficiosas y del control que éstas sean capaces de ejercer sobre las patógenas, ¿podría ser beneficioso que las personas mayores introduzcan en su dieta alimentos probióticos que les ayuden a regular la flora intestinal? una primera línea defensiva, evitando que penetren en el interior elementos extraños. La integridad de esta barrera es muy importante, y a ello contribuyen, no sólo el que las células digestivas estén sanas y produzcan mucosidad, sino también una flora bacteriana adecuada en cantidad y calidad. Sustancias que irriten la mucosa digestiva, excesos o defectos en la microflora intestinal, dan lugar procesos inflamatorios locales junto a un aumento de permeabilidad, favoreciendo patología del sistema inmunológico a distancia. El riesgo de alteración de la mucosa intestinal y su flora es grande en la persona de edad avanzada, pues el envejecimiento de las células, la disminución de secreciones, la escasez de alimentos frescos, el estreñimiento crónico, el uso de fármacos como antibióticos... van a favorecer este deterioro. Una buena forma de reforzar el sistema inmunológico es efectivamente aportar alimentos que favorezcan un buen equilibrio en la flora intestinal, es decir pro y prebióticos. Los prebióticos son ingredientes no digeribles que tienen la propiedad potencial de mejorar la salud debido a que favorecen el crecimiento selectivo de bacterias intestinales beneficiosas. Los dos prebióticos más conocidos son oligo- fructosa e inulina. Son carbohidratos presentes en vegetales como ajo, cebolla, puerro, espárrago, alcachofas, raíz de achicoria, tomates, plátanos, etc. Los probióticos son alimentos que contienen microorganismos vivos cuyo consumo tiene efectos positivos para la salud por su acción sobre la flora intestinal, pues promueven el desarrollo de bacterias beneficiosas Lactobacillus acidofilus y Bifidus. Los encontramos fundamentalmente en: • Los yogures: se llama así a la leche fermentada con las bacterias lácticas Streptococcus thermophilus y Lactobacillus bulgaricus o acidofilus. • Otras leches fermentadas: productos similares en aspecto al yogur, sólo que fermentados con otro tipo de bacterias como Bifidobacterias, Lactobacillus casei imunitass, etc. • Bebidas que contienen, además de zumo, leche fermentada y cultivos de bacterias. Una flora intestinal sana aporta beneficios a nivel intestinal, mejorando el tránsito y la eliminación de residuos, evita diarreas secundarias a la toma de antibióticos, favorece la producción y absorción de minerales y vitaminas, y además tiene un efecto muy beneficioso sobre todo el sistema defensivo. Otro problema muy frecuente en la tercera edad son las fracturas por osteoporosis. ¿Una alimentación inadecuada podría complementarse con alimentos funcionales que aporten vitamina y minerales? Según la mayoría de estudios cuanto más bajos son los niveles de calcio y de vitamina D en el organismo, peor será la calidad del hueso y mayores las posibilidades de osteoporosis. El calcio y la vitamina D, administrados de forma conjunta, han demostrado aportar beneficios a la persona mayor diagnosticada de osteoporosis, en el contexto de la prevención primaria y secundaria de determinadas fracturas, de cadera y vértebras principalmente. También favorecen la aparición de osteoporosis todas aquellas situaciones que pueden dar lugar a desnutrición. Las personas mayores muy delgadas, con un índice de masa corporal por debajo de 20, parecen estar especialmente predispuestos a presentar osteoporosis. En relación a esto, el primer objetivo a este respecto es el de conseguir que la población anciana no esté desnutrida, ni presente unos niveles insuficientes de marcadores nutricionales. “Se olvida con mucha frecuencia que la base de todo debe ser un estado nutricional óptimo, considerado como aquel que no es deficitario en ningún tipo de macro o micronutriente» Al igual que la piel, las mucosas, y dentro de ellas la digestiva, suponen 23 “Sociedades con dietas más sanas tienen tasas de longevidad mayores y con menor incidencia de enfermedades degenerativas” entrevista Las principales fuentes dietéticas de calcio son la leche y derivados. Otros alimentos diferentes a los lácteos que también representan un aporte de calcio pueden ser algunas hortalizas de hojas verdes, las legumbres secas, etc. Pero en ellos la biodisponibilidad se reduce. Entre tres y cuatro raciones por día de productos lácteos cubren el aporte adecuado de calcio, pero las necesidades aumentan en situaciones de riesgo como inmovilización y osteoporosis, frecuentes en las personas de edad avanzada. Si además tenemos en cuenta otros factores que disminuyen la absorción y utilización del calcio en los mayores (problemas intestinales, infecciones, fármacos, acidosis...) es preciso incrementar estas raciones y sobre todo utilizar productos enriquecidos que nos aseguren un mayor aporte. Vuelvo a insistir en la importancia de ser conscientes del papel tan importante que tiene la alimentación en la salud, y como en el caso de las personas de edad avanzada ante la pluripatología se olvida con mucha frecuencia que la base de todo debe ser un estado nutricional óptimo, considerado como aquel que no es deficitario en ningún tipo de macro o micronutriente. Tabla 1. Patologías de mayor presentación en el anciano por aparatos* Aparato digestivo Reflujo, úlcera duodenal, colelitiasis, cáncer de colon Aparato respiratorio Aparato circulatorio Sistema nervioso Sentidos Aparato urinario Sistema osteoarticular Endocrinometabólico Esfera psíquica Neumonía, gripe, bronquitis crónica, EPOC, cáncer pulmón Cardiopatía isquémica, insuficiencia cardíaca, HTA, hipotensión ortoestática Síndrome demencial, enfermedad de Parkinson, ictus, epilepsias entación m li a a t c e r r o * ra una c s e r o y a m Decálogo pa s a n las person y nutrición e mayores de que en el año 2021 las la población, se prevé de to dad, pero ien ani cim hum eje la env de do to Existe un marca población. Esto es un éxi la de 20% del s má án 65 años en España ser social. a la vez un enorme reto los ue multidisciplinar donde se integren tanto El abordaje del mayor requiere un enfoq n a una ibuya contr que , arios sanit los recursos socio profesionales de diferentes ámbitos como el avance de la le posib o hech ha rzo esfue su con que mejor calidad de vida de un colectivo vida de sus descendientes. sociedad y las mejores condiciones de Cataratas, glaucoma, sordera, síndrome vertiginosos Las personas mayores requieren unos cuidados que deben procurar priorizarse en esta sociedad marcada por la crisis económica que vivimos. Al igual que en la infancia, el mayor tiene que tener los cuidados indispensables que requiere. Hiperplasia de próstata, incontinencia, infecciones, cáncer próstata, litiasis, cáncer vejiga, insuficiencia renal para la La tercera parte de las personas de edad avanzada viven solas, lo que supone un riesgo del salud, especialmente la malnutrición. La alimentación sana e integrada en la vida cotidiana beneficios. enormes produce y sanitario gasto poco supone que básico, objetivo mayor debe ser un Artrosis, fracturas, osteoporosis, artritis metabólicas Diabetes, hipotiroidismo, deshidratación, obesidad, malnutrición Depresión, insomnio, ansiedad, síndromes delirantes cional es de vital personal sanitario en el campo nutri La formación y concienciación del cialmente en el espe y les, socia tes agen de resto el importancia para poder intervenir sobre . arios sanit cios servi acudir con frecuencia a los ámbito de los mayores pues suelen crónica y avanzada, con patología es un paciente de edad ro futu stituyen con del te les ien dab pac salu de El perfil y donde los estilos de vida cia ma ifar pol a llev con pluripatología, lo que preventivas. arrollo de las actividades un pilar básico para el des que formar parte de los , la práctica de ejercicio físico tiene En paralelo a la alimentación sana sano como en el que r un beneficio tanto en el individuo estilos de vida del mayor, para logra rarrestar la soledad. cont a al grup tica contribuyendo su prác presenta patología física y psíquica, beneficiarse de la edad avanzada pueden ermedades prevalentes en enf nte situaciones las me de coz ero pre ar núm n ect det Gra de ahí la importancia de , ado aliz son per co téti un diseño die de déficit nutricionales. considerar no un paciente mayor hay que o de la alimentación de sus gustos. y ción dica me su s, En el diseño individualizad sino también sus patología os, ritiv nut os ent imi uer sólo sus req ayores, ilidad en los m n de enorme ut so s tación ica en íst m er ali ct amental de la e por sus cara r un pilar fund de alimentos qu se rie be se de a y un o et en Exist compl . he pues es muy os y derivados entre ellos la lec productos lácte s lo so ca su en y no cia an l de *Material cedido por la doctora Adela Esteve Hurtado. 24 25 Desnutrición e inmunidad artículo Desnutrición e inmunidad Los beneficios de las bacterias lácticas son variados, pero en población anciana interesa sobre todo su efecto sobre la inmunidad. E n este artículo se revisa la relación entre desnutrición y microflora intestinal, con especial interés en las modificaciones inmunitarias del sujeto anciano, así como en las posibles opciones terapéuticas basadas en el empleo de probióticos. Considerando el subgrupo de ancianos como una población heterogénea, es posible entender el hecho de que la prevalencia de desnutrición depende del contexto de estudio, y así las cifras varían entre el 7 % en ancianos no institucionalizados y casi el 60 % en ancianos institucionalizados u hospitalizados. Las cifras aumentan cuando se incluye la situación de riesgo de desnutrición. Estas situaciones conllevan daño epitelial intestinal con alteración cuantitativa y cualitativa de la capacidad inmunitaria, e inducen una mayor facilidad para fenómenos de permeabilidad excesiva como la traslocación bacteriana, una reducción en la capacidad absortiva de compuestos esenciales y la pérdida de apetito. Con el envejecimiento es igualmente frecuente la existencia de intolerancia a la lactosa, lo que limita la ingesta de lácteos y modifica el patrón de ingesta hacia productos fermentados como el yo- 26 gur, mucho mejor tolerado probablemente por la actividad beta-galactosidasa de las cepas bacterianas utilizadas. Los ácidos grasos de cadena corta producidos por estas cepas son los principales productos de fermentación en el colon y su descenso modifica directamente la actividad de la flora intestinal. En la práctica clínica este hecho se relaciona habitualmente con dos situaciones habituales: una escasa ingesta de fibra y el antecedente de tratamiento antibiótico. Además, el envejecimiento fisiológico se acompaña de una reducción en la capacidad masticatoria, olfativa y gustativa, lo que induce un menor consumo de fibra. La desnutrición conlleva, incluso en etapas precoces, una atrofia de órganos linfoides y una pérdida de funcionalidad con mayor susceptibilidad para las infecciones. La expresión clínica intestinal se traduce en atrofia de mucosa y malabsorción. Se estima que aproximadamente el 35 % de los sujetos mayores de 50 años tiene deficiencia subclínica de vitaminas o elementos traza, lo que a veces explica una mayor incidencia de infecciones. Entre los nutrientes estudiados destacan la vitamina B6, la vitamina C y Federico Cuesta Triana Servicio de Geriatría. Hospital Clínico San Carlos (Madrid). Profesor Asociado Ciencias de la Salud. UCM (Madrid). vitamina E, cuya suplementación se traduce en menores tasas de infección. Este hecho abre la puerta a la denominada inmunonutrición, en la que se intenta modular la respuesta inmunitaria mediante el empleo de nutrientes específicos. Este término se ha utilizado sobre todo en pacientes quirúrgicos y de cuidados intensivos donde el empleo de diversos elementos como ácidos grasos omega 3, arginina y nucleótidos parece relacionarse con una reducción en la incidencia de infecciones. Atendiendo a los diferentes nutrientes, los aminoácidos esenciales y semiesenciales se han relacionado con la proliferación de leucocitos, la síntesis de anticuerpos y diversas actividades citotóxicas de macrófagos y células NK. Interesa destacar también el papel de los lípidos, ya que el exceso dietético de grasa saturada se comporta como inmunosupresor, mientras que los ácidos grasos poliinsaturados son fundamentales en la respuesta inmunitaria. Desde una perspectiva más clínica, este deterioro de la inmunidad se ha asociado con mayor riesgo de desarrollar enfermedades crónicas como diabetes, enfermedades autoinmunes e incluso enfermedad de Alzheimer. 27 Desnutrición e inmunidad artículo «La prevalencia de desnutrición y el riesgo de padecerla es elevada especialmente en población institucionalizada» Estos hallazgos se basan en estudios que han demostrado una situación inflamatoria crónica con incremento de factores como la interleucina 6 o la proteína C reactiva (PCR). De hecho, las bacterias lácticas (BAL) promueven una reducción de estos marcadores inflamatorios. Sistema inmunitario intestinal El sistema inmunitario intestinal es un órgano linfoide secundario que procesa los antígenos que contactan con la superficie intestinal y trata de generalizar la respuesta inmunitaria. Se describen dos tipos de poblaciones linfocitarias: inductivas, donde se inicia la respuesta inmunitaria (representadas por las placas de Peyer) y las efectoras que finalizan dicha respuesta y se localizan en las vellosidades intestinales. La importancia de su función radica en la capacidad para distinguir entre antígenos peligrosos y antígenos alimentarios a los que se exponen continuamente y cuya respuesta anómala origina las denominadas intolerancias alimentarias, tan frecuentes en las primeras etapas de la vida, y ciertas enfermedades, también presentes en edades más avanzadas, como la enfermedad celiaca o la enfermedad de Crohn. La mayoría de las bacterias, patógenas o no, inducen la expresión de genes proinflamatorios que en una segunda fase promueven una nueva expresión génica que dependerá del grado de virulencia del germen en 28 cuestión. Sobre estos datos se denomina inmunosenescencia a la reducción de la capacidad inmunitaria que acontece con la edad, y que afecta de forma preferente a la inmunidad celular con descenso de linfocitos circulantes CD3 y descenso de actividad de células NK (natural killer). Esta entidad se acompaña de una reducción en la hipersensibilidad retardada, una disminución en los niveles de interleucina 2 y una respuesta linfocitaria reducida frente a antígenos. Igualmente se ha descrito una disfunción inmunitaria con mayor prevalencia de autoanticuerpos. En este sentido se ha logrado una mejoría de las propiedades inmunoestimuladoras tras el empleo de yogures con diversas bacterias: L. johnsonii La1, L. acidophilus, L. casei DN114 001 y B. lactis bb12, aunque los estudios más extensos se han realizado con cepas de L. rhamnosus HN001 y B. lactis HN019 que han demostrado un incremento de la actividad de células NK y de la actividad fagocítica en ancianos sanos. Su empleo en sujetos inmunodeprimidos debe valorarse con cuidado dado el riesgo de sepsis. Intervención nutricional En el campo de la intervención nutricional destaca el papel de los probióticos, definidos como aquellos microorganismos vivos que promueven una serie de beneficios cuando interactúan con el organismo que actúa como hospedador. El término ya fue utilizado por Metchnikoff a comienzos del siglo XX en la búsqueda de detener el proceso de envejecimiento, que relacionaba con un proceso de putrefacción originado en las bacterias intestinales. Posteriormente se acuñó el término de alimento funcional, no bien definido incluso en nuestros días, pero relacionado con la posibilidad de lograr beneficios en términos de fisiología o mejora en la reducción del riesgo de presentar enfermedades crónicas. En este sentido suele utilizarse el concepto de alimento que ha demostrado de forma satisfactoria un efecto beneficioso sobre una o varias funciones específicas del organismo, más allá de los efectos habituales, en aspectos como la mejoría de la salud o la reducción en la incidencia de enfermedades. Habitualmente se incorporan en alimentos (especialmente lácteos fermentados como el yogur), pero también en forma de preparaciones farmacéuticas. En el mercado existen otros alimentos fermentados como verduras o embuti- «No todas las bacterias lácticas ejercen los mismos efectos, ya que existe una alta variabilidad entre especies» dos. Los microorganismos más utilizados son: bacterias lácticas (BAL) Lactobacillus y Streptococcus, bifidobacterias y levaduras (género Saccharomyces). Los efectos conseguidos dependen de la cepa utilizada, del tipo de producto en el que han fermentado, de la dosis utilizada y de la existencia o no de enfermedad. Además, no sólo interesan las propiedades bacterianas sino también la interacción existente con la flora intestinal y la respuesta inmunitaria, ya que se conoce que la microflora intestinal regula la respuesta inmunitaria mediante la producción de citoquinas y factores de crecimiento. Incluso, algunas bacterias intervienen directamente en el desarrollo de la barrera mucosa. Una de las características fundamentales de estos elementos ha sido clásicamente la capacidad de mantenerse viables durante todo el tránsito intestinal con posibilidad de adherencia a células epiteliales. Sin embargo, algunos componentes de la pared celular y diversos metabolitos procedentes de la fermentación mantienen propiedades de modulación inmunitaria por lo que dicha característica se pone en tela de juicio. Los beneficios clínicos son variados, así como las indicaciones. Así, se están empleando como coadyuvantes en el tratamiento de diversas entidades como la diarrea del viajero, las infecciones por rotavirus y la diarrea por Clostridium difficile, de gran incidencia en la población de ancianos hospitalizados sometidos a terapia antibiótica. Algunos estudios defienden el empleo de Saccharomyces boulardii a la hora de prevenir y tratar diarreas asociadas a antibiótico. Otros estudios han profundizado sobre la mejora clínica en casos de malabsorción de lactosa, la regulación del tránsito intestinal, la modulación de la respuesta inmunitaria, la reducción de enzimas fecales relacionadas con carcinogénesis y la mejora de las úlceras relacionadas con Helicobacter pylori. En la población anciana interesa especialmen- te el efecto sobre la inmunidad. No todas las bacterias lácticas ejercen los mismos efectos, ya que existe una alta variabilidad entre especies. En general refuerzan la barrera intestinal y mantienen una permeabilidad adecuada mejorando la presentación de los antígenos al tejido linfoide asociado a la mucosa, aspecto fundamental en la regulación de las respuestas inmunes en la mucosa intestinal y hecho clave en procesos como la enfermedad inflamatoria intestinal. En este sentido se han descrito diferentes hallazgos: modulación de la producción local de de 100 g de producto que contiene Lactobacillus casei DN-114 001 y fermentos de yogur. El efecto beneficioso sobre el título de anticuerpos se mantuvo a los 5 meses de seguimiento. Los cambios de flora fundamentales se producen durante los primeros días de vida, cuando comienza la colonización por gérmenes y se estabilizan con la lactancia. La flora resultante se puede considerar similar a la edad adulta a partir de los dos años de edad. Con el envejecimiento se han descrito una serie de cambios cualitativos en la composición de la flora «El empleo de probióticos mejora el tratamiento y atenúa el pronóstico de diversas enfermedades, por lo que su uso es beneficioso a cualquier edad y especialmente en la población anciana» citoquinas y de inmunoglobulina A secretora, modificación en la concentración de anticuerpos en respuesta a vacunas, reducción en la capacidad de producción de interferón gamma por parte de células mononucleares y alteración en la capacidad fagocítica de los macrófagos. Teniendo en cuenta el concepto de inmunosenescencia, interesa destacar el efecto potenciador sobre la respuesta inmunitaria en sujetos ancianos a quienes se administra la vacuna antigripal. Este hecho se ha demostrado en un estudio aleatorizado, doble ciego, en el que se administran dos tomas diarias intestinal que básicamente consisten en una reducción de anaerobios y bifidobacterias, con unos niveles más elevados de enterobacterias y bacterias gram negativas productoras de endotoxinas. El empleo de antibióticos de amplio espectro se acompaña de nuevos cambios, con sobrecrecimiento de gérmenes patógenos como Clostridium difficile, habitual en ancianos hospitalizados. En la clínica existen algunas experiencias en forma de ensayos que han utilizado suplementación con Bifidobacterium lactis HN019 donde se demuestra un incremento en la capacidad fagocítica 29 artículo de monocitos y polimorfonucleares. La misma cepa se ha utilizado en estudios más prolongados, logrando una mejoría en la producción de interferón alfa en ancianos. Resultados similares se han descrito con Lactoba- cillus rhamnosus HN001. En otros estudios se ha valorado el efecto sobre la incidencia y severidad de diferentes infecciones (gastrointestinales y respiratorias) en ancianos no institucionalizados que reciben dos dosis de 100 ml de producto fermentado (L. casei DN-114001) durante tres semanas. En ellos no se objetiva una disminución en la incidencia de infecciones, aunque sí una reducción en la duración de dichos procesos. Conclusión a especialmente go de padecerla es elevad ries el y ión tric nu des de edan La prevalencia cias a nivel intestinal qu nalizada. Las consecuen junto s nte en población institucio trie nu de diversos de malabsorción y déficit s dro cua en s el ada con arc a lad enm puede ser modu respuesta inmune que la de ro erio los det en un con terianas utilizadas tien No todas las cepas bac empleo de probióticos. as beneficiosas a dos demuestran respuest liza rea ios ud est Los s. s, mismos efecto ente con bacterias láctica as las edades, especialm ur. yog el diferentes niveles y en tod o mentados com ente en productos fer presentes fundamentalm intestinal y la mejora ios sobre la fisiología efic ben los san ere int a el No sólo el tratamiento y atenú de probióticos mejora a o ios inmunitaria. El empleo efic ben e su uso es enfermedades, por lo qu pronóstico de diversas n anciana. almente en la població cualquier edad y especi Bibliografía •Aureli P, Capurso L, Castellazzi AM, Clerici M, Giovannini M, Morelli L, et al. Probiotics and health: an evidence-based review. Pharmacol Res 2011; 63: 366-376. •Romeo J, Nova E, Warnberg J, Gomez-Martinez S, Diaz Ligia LE, Marcos A. Immunomodulatory effect of fibres, probiotics and synbiotics in different life-stages. Nutr Hosp 2010; 25: 341-349. •Gill HS, Guarner F. Probiotics and human health: a clinical perspective. Postgrad Med J 2004; 80: 516-526. •Schiffrin EJ, Morley JE, Donnet-Hughes A, Guigoz Y. The inflammatory status of the elderly: the intestinal contribution. Mutat Res 2010; 690: 50-56. •Guarner F, Requena T, Marcos A. Consensus statements from the Workshop “Probiotics and Health: Scientific evidence”. Nutr Hosp 2010; 25: 700-704. •Nova E, Warnberg J, Gomez-Martinez S, Diaz LE, Romeo J, Marcos A. Immunomodulatory effects of probiotics in different stages of life. Br J Nutr 2007; 98 Suppl 1: S90-5. •Olveira Fuster G, Gonzalez-Molero I. Probiotics and prebiotics in clinical practice. Nutr Hosp 2007; 22 Suppl 2: 26-34. •Pham M, Lemberg DA, Day AS. Probiotics: sorting the evidence from the myths. Med J Aust 2008; 188: 304-308. 30 •Tiihonen K, Ouwehand AC, Rautonen N. Human intestinal microbiota and healthy ageing. Ageing Res Rev 2010; 9: 107-116. •Williams NT. Probiotics. Am J Health Syst Pharm 2010; 67: 449-458. • Boge T, Rémigy M, Vaudaine S, Tanguy J, Bourdet-Sicard R, van der Werf S. A probiotic fermented dairy drink improves antibody response to influenza vaccination in the elderly in two randomised controlled trials. Vaccine. 2009; 27: 5677-84. 32