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Características de la dieta de los derechohabientes del ISSSTE La ingestión excesiva de alimentos es inconveniente y puede ser causa de enfermedad; la curación por medio de la dieta reducida lo demuestra. Hipócrates Autores: M. en C. Irazú Gallardo-Wong1, Dr. Demetrio Arturo Bernal-Alcántara2, Act. Dámaris Paulina Ramírez-Cázares3 y Dra. Lucía Bertha Yañez Velazco4 1 Jefe de la Unidad de Investigación, Escuela de Dietética y Nutrición del ISSSTE. 2 Encargado del Centro de Desarrollo Humano y Profesional ISSSTE y Jefe de Regulación y Supervisión Académica de la Dirección Médica del ISSSTE. 3 Administrativo en la Coordinación de Asesores, Dirección Médica del ISSSTE. 4 Consultora en ISSSTE. independiente, anteriormente Coordinadora de Asesores y Subdelegada Médica Contactos: M. en C. Irazú Gallardo Wong Escuela de Dietética y Nutrición del ISSSTE Dirección: Callejón vía San Fernando No. 12 Col. San Pedro Apóstol, Delegación Tlalpan. Tel: 56 06 05 32 ext 112 Mail: irazugw@hotmail.com; igallardo@issste.gob.mx Dr. Demetrio Arturo Bernal Alcántara Encargado del Centro de Desarrollo Humano y Profesional ISSSTE Dirección: Roberto Gayol No. 1421, Col. Del Valle, Delegación Benito Juárez. Tel directo ISSSTE: 55753180; 54 47 14 24 ext 27841; Celular: 0445511475758 Mail: demartb6@hotmail.com, dbernal@issste.gob.mx Act. Dámaris Paulina Ramírez Cázares Profesional Administrativo en la Coordinación de Asesores, Dirección Médica del ISSSTE Dirección: Av. San Fernando No. 547, Col. Toriello Guerra, C.P. 14050 Delegación Tlalpan. Tel: 55 47 14 24 ext 13221 Mail: dpaulina@issste.gob.mx Dra. Lucía Bertha Yañez Velazco Consultora independiente Dirección: Torreón no. 7 casa 4 col. Roma Sur 06760, México, D. F. Tel.: 01 (55) 52-64-12-10 Cel. 044-55-34-08-53-96 y 044-55-18-55-42-45 Correo electrónico: yavelucia@yahoo.com.mx y lbyanezv@hotmail.com Índice 1.Introducción 2.Definición y objetivos 3.Desarrollo del tema 4.Conclusiones 5.Referencias Bibliográficas Introducción La alimentación es una de las necesidades fundamentales del hombre y uno de los factores determinantes en la formación y progreso de las sociedades; su importancia ha sido reconocida en la medicina desde el origen de esta ciencia. Ejemplo de ello, son los aforismos de Hipócrates, quien consciente de que la salud es el patrimonio más preciado que posee el ser humano, sostuvo que “la enfermedad es el resultado de un desequilibrio en el cuerpo de los cuatro humores” como consecuencia de factores ambientales, la dieta y los hábitos de vida. Posteriormente, Aristóteles advirtió que; “no todos los alimentos eran buenos para todas las personas”, y que cabía la posibilidad de desarrollar algún tipo de enfermedad por el consumo de ciertos alimentos, lo cual dio origen al estudio de los factores relacionados con la alimentación y nutrición. En los últimos años, México ha experimentado una transición epidemiológica y nutricional, caracterizada por el incremento en la prevalencia de sobrepeso y obesidad. Esto es alarmante, debido a que aumenta el riesgo de padecer otras enfermedades como la diabetes mellitus tipo 2 y enfermedades cardiovasculares, por lo que se ha convertido en uno de los mayores retos mundiales que enfrentan los sistemas de salud. Actualmente, la nutrición como ciencia es considerada una herramienta indispensable para conservar o recuperar la salud cuando ésta se haya perdido por orígenes alimentarios. Es por ello, que en este capítulo se hace un análisis cuantitativo de las características del patrón de dieta de los derechohabientes del ISSSTE considerando su condición nutricia, con la finalidad de tener un punto de partida para establecer estrategias que promuevan la reversión del sobrepeso y la obesidad. Definición y objetivos México se halla en una transición epidemiológica y nutricional, la cual se ha caracterizado en los últimos años por el incremento drástico de la prevalencia de sobrepeso y obesidad. En 1999, la prevalencia fue de 59.6%, en 2006 aumentó a 71.9% y en 2012 fue de 71.28%.1-2 Este comportamiento, también se ve reflejado en la población del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) reportado en la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición del Derechohabiente del ISSSTE (ENSADER 2007), en donde se muestra que la prevalencia de estos padecimientos es mayor (74.4%) a la prevalencia nacional.3 La importancia de la presencia del sobrepeso y la obesidad, se debe a que aumenta el riesgo de padecer otras enfermedades como la diabetes mellitus tipo 2, dislipidemias e hipertensión arterial, lo que a su vez genera un mayor número de consultas, hospitalizaciones, uso de fármacos, gastos relacionados con el tratamiento de éstas y sus complicaciones e incluso puede provocar la muerte, por lo que se ha convertido en uno de los mayores retos mundiales que enfrentan los sistemas de salud.4-8 La etiología del sobrepeso y la obesidad es multifactorial e incluye: el nivel de desarrollo industrial del país, la composición de género de las personas, la distribución de la riqueza y el poder, la clase social, el lugar de residencia, los aspectos genéticos, así como diversos aspectos ambientales y del estilo de vida (alimentación, sedentarismo, tabaquismo o consumo de alcohol) que aunados a la susceptibilidad de cada individuo contribuyen al desarrollo de estas enfermedades.2, 9 En los últimos años, la globalización, la transición epidemiológica y nutricional y las modificaciones en los hábitos de alimentación, han acelerado la presencia del sobrepeso y obesidad no solo en México, sino en todo el mundo. Estos cambios se asocian a los procesos vanguardistas en la producción, fabricación y comercialización de alimentos, los cuales aumentan la disponibilidad de alimentos y productos de alta densidad energética, con alto contenido de grasas e hidratos de carbono refinados que al combinarse con el sedentarismo promueven el desarrollo de estas patologías. 10-13 A este respecto, la Consulta Mixta OMS/FAO de Expertos en Régimen Alimentario, Nutrición y Prevención de Enfermedades Crónicas en 2002, reconoció que las enfermedades crónicas que aquejan, tanto a los países desarrollados como a los países en desarrollo, están relacionadas con los cambios de los hábitos de alimentación, el modo de vida, así como por los cambios experimentados en respuesta a la industrialización, la urbanización, el desarrollo económico, la globalización de los mercados; así como a cambios en el patrón de consumo de alimentos. Por lo tanto, también se ha considerado que es un proceso prevenible debido a que muchas enfermedades crónicas como las cardiopatías coronarias, la hipertensión arterial, diabetes mellitus tipo 2, cáncer, accidentes cerebrovasculares, enfermedades pulmonares, óseas, reumáticas, renales y hepáticas, entre otras, pueden evitarse llevando un estilo de vida saludable que incluya alimentos de baja densidad energética, grasas mono y polinsaturadas, fibra dietética, alimentos antioxidantes, una dieta baja en hidratos de carbono simples y grasas saturadas e inclusión de 30 minutos por día de actividad física.7 Por lo anterior, se puede decir que el desarrollo del sobrepeso y la obesidad se debe a la interacción de factores no modificables como la genética y los modificables encabezados por el sedentarismo y los hábitos de alimentación inadecuados que propician un aumento en el aporte energético con disminución del gasto, lo cual conlleva a un balance positivo de energía, teniendo como consecuencia el aumento de los depósitos de tejido adiposo.14 Es por ello, que hoy día analizar los factores modificables como los patrones de dieta se ha convertido en un método alternativo para estudiar su relación con las enfermedades crónicas no transmisibles considerando que algunas de ellas comparten factores de riesgo para su desarrollo como la dieta y el sedentarismo. En México, se han analizado los patrones de consumo a nivel nacional encontrando que gran parte de la población está en riesgo de tener una ingestión excesiva de hidratos de carbono y grasas, persistiendo diferencias regionales en el consumo de energía y nutrimentos. Sin embargo; es indispensable conocer la dieta (consumo de energía, fibra, macro y micro nutrimentos de los derechohabientes del ISSSTE, así como comparar la ingestión individual con su requerimiento y con la distribución de la dieta correcta. Por lo que, el objetivo de este trabajo fue comparar a partir de una frecuencia de consumo de alimentos, el patrón de dieta de los derechohabientes del ISSSTE que padecen sobrepeso y obesidad con respecto a los que tienen peso normal que participaron en la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición del Derechohabiente del ISSSTE (ENSADER 2007). Los resultados de este estudio, coadyuvarán a establecer estrategias que promuevan la reversión del sobrepeso y la obesidad hacia un peso saludable en los derechohabientes del ISSSTE a través de la promoción de la salud, la educación nutricional, la orientación alimentaria y otras acciones.1-5 Desarrollo del Tema Metodología Se realizó un estudio transversal, retrospectivo y descriptivo, en el que se utilizó una base de datos de participantes en la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición del Derechohabiente del ISSSTE 2007, la cual provino de un estudio transversal con muestreo probabilístico, bietápico, estratificado y de conglomerados, representativo de la población base de los derechohabientes del ISSSTE trabajadores en activo, pensionados y sus respectivos beneficiarios (dependientes económicos amparados: cónyuge, hijos, ascendientes) de todos los grupos de edad, hombres y mujeres pertenecientes a las 35 delegaciones del ISSSTE en la República Mexicana. La muestra para este estudio estuvo constituida por todos los registros de hombres y mujeres, los mayores de 18 años participantes en la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición del Derechohabiente del ISSSTE 2007, la cual se obtuvo en dos etapas: a) La primera etapa comprendió la selección de una muestra probabilística derivada del total de dependencias gubernamentales de las 35 delegaciones del ISSSTE del país y se seleccionó una muestra aleatoria por delegación. b) La segunda etapa consistió en la selección aleatoria de trabajadores pertenecientes a las dependencias elegidas en la muestra de la primera etapa a través de un muestreo sistemático. La muestra se calculó con un nivel de confianza del 95%, proporción esperada con máxima variabilidad del 50%, precisión de 2.027 y efecto de diseño de 1.5 con lo que se obtuvieron 3 mil 500 trabajadores. Los datos originales, se obtuvieron a través de una encuesta estructurada, pre-codificada y capturada en una computadora portátil a los trabajadores y pensionistas derechohabientes seleccionados aleatoriamente. La encuesta incluía datos sociodemográficos, una frecuencia de consumo de alimentos y mediciones antropométricas.3 Las mediciones antropométricas, se obtuvieron utilizando los procedimientos internacionalmente aceptados. La encuesta y las mediciones antropométricas se realizaron por personal capacitado y estandarizado. Asimismo, los instrumentos de medición como básculas, estadímetros y plicómetros fueron debidamente calibrados para evitar sesgos. El índice de masa corporal (IMC) se calculó para los derechohabientes que completaron las mediciones de peso y talla. Los puntos de corte para el diagnóstico nutricional fueron determinados con base a lo establecido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) considerando bajo peso (<18.5), peso normal (18.5 a 24.9), sobrepeso (25 a 29.9) y obesidad (>30).4 Para evaluar la ingestión de nutrimentos se empleó como la Ingestión Diaria de Referencia (IDR) propuesta por el Instituto de Medicina de los Estados Unidos y para describir la ingestión de nutrimentos, se calculó el porcentaje de adecuación entre el consumo de la dieta habitual y la IDR. El cálculo del porcentaje de adecuación consideró para hidratos de carbono, proteínas y lípidos un 60, 15 y 25% del total de la energía consumida de acuerdo con la Norma Oficial Mexicana 043-SSA2-2005.15 Para el estudio se incluyeron todos los registros de los derechohabientes trabajadores activos, pensionados y jubilados del ISSSTE, hombres y mujeres, mayores de 18 años, de cualquier delegación del ISSSTE que tuvieron los datos completos de la frecuencia de consumo de alimentos, que hayan participado en la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición del Derechohabiente del ISSSTE 2007 previo consentimiento informado. Se excluyeron los registros de mujeres embarazadas o en periodo de lactancia, con datos incompletos en su contenido energético, de macronutrimentos (hidratos de carbono, proteínas, lípidos) o fibra y se eliminaron registros con datos por arriba o por debajo de cinco desviaciones estándar. Cabe resaltar que el protocolo fue aprobado por la Comisión de Investigación de la Dirección Médica y registrado en el Departamento de Investigación de la Dirección Médica del ISSSTE. El estudio no implicó ningún riesgo para la salud para los derechohabientes, durante el procesamiento y publicación de los datos se aseguró el manejo confidencial de los mismos. Los datos se analizaron en el paquete estadístico SPSS para Windows V.17®, calculando estadísticas descriptivas (media, desviación estándar, media geométrica, intervalos de confianza al 95%, porcentajes y rangos) para describir el perfil general de los pacientes y se estratificó por nivel socioeconómico, tipo de derechohabiente, sexo, edad e índice de masa corporal. Resultados Se incluyó una muestra probabilística y representativa derivada de N=2,323 de dependencias gubernamentales de las 35 delegaciones del país, ponderada según el tamaño de trabajadores afiliados por cada una. El 95% fueron de dependencias mayores a 3000 y 5% menores a 3000. Se incluyeron un total de N= 2 585 720 derechohabientes de los cuales más de la mitad fueron mujeres (54.1%). La mayor parte de los derechohabientes se encontraban en un rango de edad de 40 a 49 años, con un promedio de 47.9 años (IC 95% 47.8 - 47.9). El 79.6% fueron trabajadores en activo y 20.4% pensionados. Al agruparlos de acuerdo a su nivel socioeconómico, se pudo observar que las tres cuartas partes de la población estudiada se encontraba en un nivel medio, seguido del bajo (20.4%) y en menor proporción (4.6%) el nivel alto. Al clasificar a la población estudiada por IMC, de acuerdo a las categorías propuestas por la OMS, encontramos que el 44.7% de la población tenía sobrepeso y un bajo porcentaje (0.4%) presentaba bajo peso. Estas características se muestran en la tabla 1. En la tabla 2, se muestra la distribución de los derechohabientes estudiados por sexo en las diferentes delegaciones del país. En las oficinas centrales, hubo una mayor proporción de hombres (67.7%) y en los estados Puebla, Jalisco y el Estado de México, una mayor proporción de mujeres en un 60.8, 61.6 y 61.3%, respectivamente. Las delegaciones con mayor población fueron la zona Norte y Poniente del Distrito Federal, así como el Estado de México, Michoacán y Guerrero. Tabla 1. Características de la población estudiada Sexo Hombres Mujeres Grupos de Edad 18 a 29 30 a 39 40 a 49 50 a 59 60 a 69 70 y más Tipo de Derechohabiente Trabajador en activo Pensionado Nivel Socioeconómico Alto Medio Bajo Índice de Masa Corporal Bajo Peso Normal Sobrepeso Obesidad n % 1 185 958 1 339 762 45.9 54.1 81 677 700 961 742 051 594 915 310 696 155 420 3.2 27.1 28.7 23.0 12.0 6.0 2 057 953 527 767 79.6 20.4 118 779 1 939 174 527 767 2 585 720 4.6 75.0 20.4 100.0 9 760 559 190 1 126 194 824 045 2 519 189 0.4 22.2 44.7 32.7 100.0 Tabla 2. Distribución de la población estudiada por delegación Delegación Aguascalientes Baja California Baja California Sur Campeche Coahuila Colima Chiapas Chihuahua Durango Guanajuato Guerrero Hidalgo Jalisco México Michoacán Morelos Nayarit Nuevo León Oaxaca Puebla Querétaro Quintana Roo San Luis Potosí Sinaloa Sonora Tabasco Tamaulipas Tlaxcala Veracruz Yucatán Zacatecas Zona Norte Zona Sur Zona Oriente Zona Poniente Oficinas Centrales Nacional Hombre Frecuencia % 15 833 42.4 15 022 42.4 15 070 55.8 9 035 47.9 24 818 41.0 6 402 43.6 32 296 50.9 22 464 43.8 32 041 51.0 38 426 46.5 41 885 42.1 31 520 49.9 28 556 39.2 45 620 38.4 42 068 47.5 18 966 43.2 18 105 47.3 21 116 44.8 38 589 45.5 26 394 38.7 11 989 42.7 13 634 47.9 24 830 45.3 32 780 45.3 20 858 49.9 11 467 43.9 36 958 45.3 9 190 40.7 50 041 47.1 15 548 47.3 15 332 49.2 244 782 48.9 89 209 46.2 36 989 49.4 48 062 42.9 63 67.7 1 185 958 45.9 Mujer Frecuencia 21 525 20 439 11 913 9 835 35 640 8 297 31 108 28 773 30 822 44 288 57 643 31 701 44 251 73 213 46 494 24 944 20 152 26 051 46 145 41 752 16 117 14 831 29 956 39 527 20 908 14 633 44 576 13 373 56 225 17 350 15 799 255 794 103 874 37 895 63 888 30 1 399 762 % 57.6 57.6 44.2 52.1 59.0 56.4 49.1 56.2 49.0 53.5 57.9 50.1 60.8 61.6 52.5 56.8 52.7 55.2 54.5 61.3 57.3 52.1 54.7 54.7 50.1 56.1 54.7 59.3 52.9 52.7 50.8 51.1 53.8 50.6 57.1 32.3 54.1 Las características antropométricas de la población estudiada, se muestran en la tabla 3. La media de peso en la población fue 74.1+14.9 kg, encontrando una diferencia significativa en el peso (IC 95% 80.78 a 80.83 kg vs 68.31 a 68.35 kg), talla (IC 95% 167.96 a 167.95 y 155.17 a 155.15 m) y circunferencia de cintura (IC 95% 98.91 a 98.95 y 90.61 a 90.65 cm), pero no en el IMC (IC 95% 28.55 a 28.58 y 28.29 y 28.30) entre hombres y mujeres. Al analizar los datos antropométricos por tipo de derechohabiente, se observa un menor peso (71.2+14.2 vs 74.8+15.0 kg) y talla (157.4+9.1 vs 161.9+9.6 cm) en los pensionados con respecto a los trabajadores en activo, sin embargo la circunferencia de cintura (96.2+11.6 vs 94.1+11.9 cm) y el IMC (28.4+4.7 vs 28.6+5.1) son mayores en este grupo. Por otro lado, la distribución porcentual del IMC por sexo, muestra que la mayor parte de los derechohabientes con bajo peso y peso normal son mujeres y las categorías de sobrepeso y obesidad tuvieron una distribución similar de hombres y mujeres. Tabla 3. Indicadores antropométricos de la población estudiada por sexo y tipo de derechohabiencia Indicador Sexo Hombres Mujeres n=1 185 958 n=1 399 762 media+de media+de Total N=2 585 720 media+de Peso (kg) 80.8+13.7 68.3+13.5 74.1+14.9 Talla (m) 167.9+7.9 155.2+6.6 161.1+9.7 Circunferencia de cintura (cm) 98.9+10.4 90.6+11.7 94.5+11.9 IMC 28.5+4.2 28.3+5.2 28.4+4.8 Clasificación del IMC 45.9 54.1 100.0 % Bajo peso 0.1 0.3 0.4 % Normalidad 7.9 14.3 22.2 % Sobrepeso 21.8 22.9 44.7 % Obesidad 16.1 16.6 32.7 de: desviación estándar e IMC: Índice de Masa Corporal La distribución del IMC en las diferentes categorías del nivel socioeconómico, se presentan en la tabla 4, mostrando un mayor porcentaje de bajo peso y sobrepeso en el nivel socioeconómico alto con respecto a los niveles medio y bajo y un mayor porcentaje de derechohabientes con peso normal y obesidad en el nivel medio con respecto a los niveles alto y bajo. Tabla 4. IMC de la población estudiada de acuerdo al nivel socioeconómico NSE IMC Alto Medio n=117 965 n= 1 905 433 % % Bajo n=495 791 % Total N=2 519 189 Bajo peso (<18.5) 1.2 0.4 0.2 0.4 Normalidad (18.5 – 24.9) 21.8 22.4 21.7 22.2 Sobrepeso (25.0 – 29.9) 46.9 44.2 46.1 44.7 Obesidad (>30.0) 30.1 33.0 32.0 32.7 100 100 100 100 Total NSE: Nivel Socioeconómico e IMC: Índice de Masa Corporal Estilo de vida de los derechohabientes estudiados El estilo de vida de la población estudiada, mostró un 22.4% de fumadores Al momento de la encuesta, 19.6% de personas con antecedentes de tabaquismo y un 57.9% de no fumadores. Del total de fumadores, 61.1% eran hombres y 38.9% mujeres. De acuerdo al tipo de trabajador, el 91.7% de los fumadores eran trabajadores activos y el 8.3% pensionados. El consumo de bebidas alcohólicas fue referido por el 19% de los derechohabientes estudiados de los cuales 72.8% fueron hombres y 27.2% mujeres. El 71.9% reportaron nunca haber tomado bebidas alcohólicas y el 8.4% tuvieron antecedentes de consumo de bebidas alcohólicas. Al analizar los datos sobre el consumo de alcohol de los derechohabientes de acuerdo al tipo de trabajador, se encontró que una mayor proporción de trabajadores activos consumen bebidas alcohólicas con respecto a los pensionados; 22.7% vs 7.8%. En cuanto a la actividad física, los datos muestran que los derechohabientes realizaron en promedio cuatro horas de actividad física moderada (IC 95% 2.47 a 4.28 h) y tres horas de actividad vigorosa (IC 95% 3.20 a 3.21 h) en la semana previa a la entrevista. La mayor parte de los trabajadores en activo (28.2%) y pensionados (34.3%) realizan actividad física moderada siete días por semana y que el 26.7% y 26.5% de los trabajadores en activo y pensionados realizan actividad física vigorosa dos y tres días por semana, respectivamente. Patrón de dieta de los derechohabientes del ISSSTE En la tabla 5, se muestra el consumo y el porcentaje de adecuación de energía, la distribución de macronutrimentos (hidratos de carbono, proteínas, lípidos) y de micronutrimentos (vitamina A, vitamina C, folatos, hierro, zinc y calcio) de los derechohabientes estudiados. Se observa que no hay diferencias estadísticamente significativas en el consumo de calorías entre los tres grupos, sin embargo quienes padecen sobrepeso presentan un consumo ligeramente mayor en relación a los otros grupos. Al analizar el consumo por tipo de derechohabiente, los trabajadores en activo consumen una mayor cantidad de calorías (2419.2 kcal IC 95% 2418.0 a 2420.4 kcal) con respecto a los pensionados (2107.12 kcal IC 95% 2105.2 a 2109.0 kcal) lo cual repercute directamente en el mayor consumo de los macronutrimentos y micronutrimentos, excepto para la vitamina A, que es más consumida por los pensionados con respecto a los trabajadores en activo (7154.6 vs 7044.4 ER). Al comparar las características de la dieta habitual de los derechohabientes con respecto a su requerimiento, se puede observar que el consumo dentro de los límites normales inferiores en el consumo de energía de quienes tuvieron un peso normal y un déficit en los derechohabientes con obesidad y sobrepeso. Al analizar el porcentaje de adecuación de los macronutrimentos, los tres grupos tuvieron una ingestión adecuada dentro de los límites normales inferiores en el consumo de lípidos con una tendencia a la baja en los derechohabientes con sobrepeso y obesidad. En el caso de las proteínas e hidratos de carbono, el consumo se encontró por arriba de los límites normales en los tres grupos. La ingestión de proteínas se excede en promedio entre un 83 y 92% con respecto a su recomendación. No hubo diferencias estadísticamente significativas en los porcentajes de adecuación entre los tres grupos. El consumo de fibra fue adecuado en los derechohabientes con peso normal (25.9 g), sobrepeso (26.5 g) y obesidad (26.1 g) con respecto a la recomendación de consumo de 25 a 30 g por día.12, 15 En el caso de los micronutrimentos, se puede observar en los tres grupos un consumo elevado para la vitamina A, la vitamina C, los folatos, el hierro y el zinc y un consumo de calcio dentro de los parámetros normales. La distribución porcentual de hidratos de carbono, proteínas y lípidos se encontró dentro de los límites normales en los tres grupos y no hubo diferencias estadísticamente significativas en la distribución porcentual de macronutrimentos entre los derechohabientes con normo peso, sobrepeso y obesidad. Tabla 5. Consumo y porcentajes de adecuación de energía, macro y micronutrimentos de la población estudiada según IMC Consumos Contenido energético (kcal) Fibra (g) Macronutrimentos Hidratos de Carbono (g) Proteínas (g) Lípidos (g) Grasas saturadas (g) Micronutrimentos Vitamina A (ER) Vitamina C (mg) Folato (mcg) Hierro (mg) Zinc (mg) Calcio (mg) % Adecuación Contenido energético (kcal) Macronutrimentos Hidratos de Carbono (g) Proteínas (g) Lípidos (g) Micronutrimentos Vitamina A (ER) Vitamina C (mg) Folato (mcg) Hierro (mg) Zinc (mg) Calcio (mg) Normal Med. Geom (IC 95%) Sobrepeso Med. Geom (IC 95%) Obesidad Med. Geom (IC 95%) 2306.8 (2256.2 - 2358.7) 25.9 (25.2 - 26.6) 2375.6 (2336.9 - 2414.8) 26.5 (26.0 - 27.1) 2346.7 (2297.5 - 2397.1) 26.1 (25.5 - 26.7) 324.4 (316.8 - 332.2) 76.5 (74.8 - 78.4) 73.4 (71.4 - 75.5) 20.9 (20.4 - 21.6) 334.3 (328.7 - 340.0) 79.6 (78.2 - 80.9) 74.9 (73.5 - 76.4) 21.2 (20.7 - 21.7) 325.5 (318.2 - 332.8) 78.2 (76.6 - 79.9) 72.9 (71.1 - 74.8) 40.4 (19.8 - 21.0) 7014.7 (6738.2 - 7302.7) 231.7 (219.9 - 244.1) 367.3 (357.4 - 377.5) 13.6 (13.3 - 14.0) 9.5 (9.2 - 9.7) 1041.9 (1012.2 - 1072.7) 6999.2 (6791.2 -7213.5) 232.7 (223.9 - 241.8) 365.9 (358.8 - 373.1) 13.8 (13.6 - 14.1) 9.8 (9.6 - 10.0) 1049.8 (1028.2 - 1071.8) 7139.0 (6866.6 - 7422.2) 215.2 (204.7 - 226.2) 370.3 (360.7 - 381.1) 13.9 (13.6 - 14.3) 9.7 (9.5 - 9.9) 1033.3 (1009.2 - 1057.9) 92.6 (90.6 - 94.6) 87.7 (86.3 - 89.2) 86.2 (84.4 – 88.2) 112.5 (111.3 - 113.7) 192.5 (188.0 - 197.2) 95.5 (94.0 - 96.9) 112.6 (111.7 - 113.4) 184.2 (181.4 - 187.4) 94.6 (96.7 - 95.6) 110.9 (109.8 - 112.1) 182.7 (179.0 - 186.5) 93.2 (92.0 - 94.5) 390.2 (374.2 - 406.9) 375.3 (355.8 - 395.7) 116.7 (113.5 - 119.9) 191.6 (186.1 - 197.2) 123.5 (120.5 - 126.6) 98.5 (95.6 - 101.4) 375.3 (363.9 - 387.1) 359.7 (345.9 - 374.0) 114.8 (112.6 - 117.1) 196.7 (192.6 - 200.8) 123.9 (121.6 - 126.3) 100.8 (98.7 - 103.0) 383.7 (368.7 - 399.4) 337.4 (321.1 - 354.6) 116.7 (113.7 - 119.8) 196.6(191.7 - 201.7) 123.4 (120.5 - 126.3) 98.6 (96.3 - 101.1) DISCUSIÓN Los derechohabientes con sobrepeso presentaron un consumo ligeramente mayor de energía en relación a los derechohabientes con peso normal y obesidad, sin embargo, no hubo diferencias estadísticamente significativas. Llama la atención que los derechohabientes con obesidad no tengan un consumo mayor como era de esperarse, lo cual es similar a lo reportado por Barquera y colaboradores16, quienes encontraron que las personas con obesidad en todos los grupos de edad que estudiaron reportaron una menor ingestión de energía, esto en podría deberse a que los cuestionarios de frecuencia de consumo tienden a sobreestimar la ingestión de energía entre un 10 y 15% y por otro lado, se sabe que la mayor parte (hasta un 70%) de las personas que padecen sobrepeso y obesidad tienen una tendencia a subestimar su consumo comparado con las personas con peso normal, por lo que los datos de ingestión de dietética deben tomarse con precaución y evaluar de manera simultánea otros datos como los porcentajes de adecuación. Al compararlo con los datos de la ENSADER 20073, la media de consumo energético es mayor en todos los grupos estudiados peso normal 2306.8 kcal (2256.2 - 2358.7 kcal), sobrepeso 2375.6 kcal (2336.9 2414.8 kcal) y obesidad 2346.7 kcal (2297.5 - 2397.1 kcal) con respecto a la población total 2018.3 kcal (1978 - 2059 kcal).2 Al analizar el consumo de calorías por tipo de derechohabiente, los trabajadores en activo consumieron una mayor cantidad (2419.2 kcal IC 95% 2418.0 a 2420.4 kcal) con respecto a los pensionados (2107.12 kcal IC 95% 2105.2 a 2109.0 kcal), lo cual puede ser reflejo de la regulación metabólica propia del organismo, es decir los adultos mayores presentan una disminución de la tasa metabólica basal asociada a la disminución de la masa corporal libre de grasa, el aumento en la masa grasa, la presencia de alteraciones hormonales así como la reducción de la actividad física y los trabajadores activos probablemente realicen diversas actividades que conlleven mayor gasto de energía y además son en promedio de menor edad.20-21 Cuando analizamos el porcentaje de adecuación de los macronutrimentos, se encontró un consumo elevado de proteínas e hidratos de carbono en los tres grupos, aunque no se presentaron diferencias significativas en los mismos. Esto correlaciona con los resultados de Barquera y colaboradores en donde encontraron una mediana del porcentaje de adecuación de 126.9 % para proteína y de 104.9% para hidratos de carbono en una muestra representativa de adultos que participaron en la ENSANUT 2006.16 El elevado consumo de micronutrimentos, excepto para calcio, probablemente se asocie al consumo de alimentos industrializados adicionados o fortificados con vitaminas o nutrimentos inorgánicos o como resultado de diversos programas y políticas públicas de prevención de deficiencias de nutrimentos en nuestro país.22-23 Por otra parte, como era de esperarse, hubo una diferencia significativa en el peso (IC 95% 80.78 a 80.83 kg vs 68.31 a 68.35 kg), talla (IC 95% 167.96 a 167.95 cm y 155.17 a 155.15 cm) y circunferencia de cintura (IC 95% 98.91 a 98.95 cm y 90.61 a 90.65 cm) entre hombres y mujeres lo cual está directamente relacionado con las características propias del género, pero no encontramos diferencias significativas en el IMC (IC 95% 28.55 a 28.58 y 28.29 y 28.30).12, 24-25 Un hallazgo importante, fue que en promedio tanto los trabajadores en activo como los pensionados presentaron sobrepeso por índice de masa corporal; 28.37 y 28.58, respectivamente y riesgo de enfermedad cardiovascular por circunferencia de cintura; 94.06 y 96.23 cm, respectivamente. No obstante, se presentaron algunos casos de bajo peso (0.4%), por lo que a pesar de que el sobrepeso y la obesidad constituyen un problema de salud en nuestra población, se debe continuar y reforzar el trabajo en materia de enfermedades por déficit nutricional.12, 25 Otras de las características que destacan en la población estudiada son que el nivel socioeconómico predominante (75%) fue el medio, la edad de los trabajadores se concentra en los grupos de 40 a 49 y de 30 a 39 años y las delegaciones con mayor población fueron la zona Norte y Poniente del Distrito Federal, así como el estado de México, Michoacán y Guerrero, estas características constituyen una buena oportunidad para realizar estrategias de promoción a la salud que estén enfocadas en la prevención de enfermedades crónicas o en su caso promover su control. Al evaluar las características antropométricas de los derechohabientes, se encontró que los pensionados presentaban un menor peso y talla y un mayor IMC y circunferencia de cintura con respecto a los trabajadores en activo, lo cual puede deberse a que en los adultos mayores existe una pérdida de tejido óseo y compresión de las vértebras que contribuye a la reducción de la talla, aunado a los cambios en la composición corporal asociados a la edad como una mayor acumulación de tejido adiposo y pérdida de masa magra.12, 23, 25 Finalmente, estudios realizados desde los años sesentas han sugerido que las personas que viven con obesidad tienen un “estilo de alimentación del obeso” que incluye el consumo de bocados grandes, menor masticación e ingestión rápida de alimentos; sin embargo, a la fecha no se ha demostrado la existencia de ese estilo, por lo que consideramos que para futuros estudios, se incluya una evaluación tanto cualitativa como cuantitativa más amplia, en la que se utilicen otros componentes del balance energético como el número de comidas, el aporte energético de acuerdo a los grupos de alimentos o el gasto energético por actividad física, considerando que nos ayude a conocer el efecto de la interacción de estos factores sobre la presencia del sobrepeso y la obesidad.26 CONCLUSIONES No se encontraron diferencias significativas en el patrón de dieta de los derechohabientes con sobrepeso y obesidad comparados con los derechohabientes con peso normal, considerando el consumo de energía, hidratos de carbono, proteínas, lípidos, fibra y micronutrimentos, por lo que consideramos que es indispensable incluir para futuros estudios otros componentes del balance energético como el número de comidas, el aporte energético de acuerdo a los grupos de alimentos o el gasto energético por actividad física y una evaluación cualitativa y cuantitativa más amplia, que nos permita conocer el efecto de la interacción de estos factores sobre la presencia del sobrepeso y la obesidad. 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