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11 EL MUNDO. DOMINGO 19 DE MAYO DE 2013 EXTRA SANIDAD Mi niño no me come La autora expone cuánto, cómo y qué deben comer los niños, pues los problemas de alimentación son motivo frecuente de consulta TRIBUNA LOURDES ORTIZ ORTIZ Pediatra del Hospital Vithas Perpetuo Socorro. Alicante Los problemas de alimentación infantil son motivo frecuente de consulta en Pediatría. En estos casos conviene saber: eCUÁNTO deben comer los niños: Las necesidades nutritivas en la infancia vienen marcadas fundamentalmente por el crecimiento y dependen de la edad. En determinadas etapas, por ejemplo el primer año de vida, cuando el crecimiento es muy acelerado, éstas aumentan. eQUÉ deben comer: El mejor alimento desde el nacimiento hasta los 6 meses de vida es la leche materna de forma exclusiva. En este periodo, no es necesario añadir nada a la dieta de los lactantes. Posteriormente, a partir de los 6 meses, se introduce el resto de alimentos. Para hacerlo en el orden adecuado es conveniente seguir los consejos del pediatra. Hacia el año de edad, un niño sano puede comer casi de todo. eCÓMO deben comer: Cada niño manifiesta la autonomía en la mesa a una edad diferente. Eso depende del propio niño y también de su entorno. En cualquier caso, los padres deben estimular y favorecer esa autonomía (aunque sea más lento). Los hábitos en la mesa dependerán de la educación y el ejemplo de los padres. Algunos de los problemas que surgen en este tipo de consulta son: eLAS EXPECTATIVAS de los padres, muchas veces por encima de la realidad: No hay una cantidad de alimento recomendada para una edad determinada. El apetito del niño marca lo que come y su peso y talla final dependerán fundamentalmente de su condición genética, salvo casos extremos de ayuno o sobrealimentación. De ahí que algunos niños, aun comiendo tan poquísimo mantengan buen ritmo de crecimiento y otros «comiendo como limas no consigan engordar y crecer más que lo necesario. eLAS ENFERMEDADES y las huelgas de hambre: Durante los primeros dos o tres años de vida (guardería, hermanos en el colegio…) muchos niños pasan buena parte del tiempo enfermos. La ma- yoría de las veces se trata de enfermedades leves, pero casi siempre acompañadas de disminución del apetito y pérdida de peso. En estos casos aconsejamos tener paciencia, asegurar la hidratación y no obligar al niño a comer. Pasada esa etapa, recuperarán el apetito y el peso. En otros casos, sin enfermedad física aparente, hay periodos de rechazo o disminución de la ingesta en relación con periodos evolutivos en los que el pequeño rechaza la comida como un modo de autoafirmación y otras veces es indicador de posibles cambios en su entorno. eLAS CURVAS de crecimiento y los percentiles: Nos sirven para comprobar que el crecimiento es armónico, evoluciona favorablemente y se encuentra dentro de la normalidad (que es muy amplia), nunca para comparar a unos niños con otros ni para determinar su estado de salud. eLOS NIÑOS SELECTIVOS Y LOS CAPRICHOS. Siempre intentaremos ofrecer una alimentación sana y variada, siendo pacientes, tolerantes con sus gustos y predicando con el ejemplo. Lourdes Ortiz Ortiz Un niño come papilla. / EL MUNDO