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Alimentación complementaria e introducción de alimentos sólidos en los primeros dos años DE vida. Dr. Arturo Batres Prado, Gastroenterólogo Pediatra La nutrición adecuada durante la infancia es fundamental para la salud, el crecimiento y el desarrollo de cada niño. La leche materna representa en mejor alimento en los primeros meses de vida. La mayoría de pediatras a nivel mundial recomiendan la lactancia materna por los menos en los primeros 6 meses de vida. Existe un periodo de ventana crítico durante los primeros dos años de vida en los cuales las necesidades energéticas y calóricas son elevadas. La introducción de alimentos complementarios a la leche materna durante los primeros dos años de vida es indispensable para la salud y el bienestar del niño. La introducción de alimentos depende de factores culturales, sociales y educacionales. Los padres muchas veces basan sus prácticas en consejos de médicos, familiares y amigos. La organización mundial de la salud (OMS) recomienda que todos los infantes reciban alimentación complementaria a la lactancia materna a partir de los 6 meses de vida. Estos alimentos deben prepararse de una manera segura disminuyendo el riesgo de contaminación. Estos se deben administrar de manera adecuada poniendo énfasis en la consistencia, frecuencia y cantidad del alimento. La asociación americana de pediatría (AAP) recomienda la introducción de alimentos complementarios a los 6 meses de vida si el infante está recibiendo lactancia materna exclusiva y entre los 4 y los 6 meses de vida si el infante está siendo alimentado con formula. La sociedad centroamericana y del caribe de gastroenterología y nutrición pediátrica recomienda la introducción de alimentos complementarios a los 6 meses de vida. Dicha institución recomienda que en situaciones especiales, como en caso de reflujo gastroesofágico, se pueden empezar los alimentos complementarios entre los 4 y 6 meses. Estas recomendaciones son para infantes sanos y con desarrollo normal. Niños prematuros, con enfermedades crónicas o con retraso psicomotor se consideran situaciones especiales y queda a criterio de los médicos tratantes la edad de inicio de la alimentación complementaria. El sistema nervioso y el aparato gastrointestinal del niño deben estar listos para la introducción de los alimentos. El control de la cabeza, el desarrollo de los músculos del cuello, la desaparición del reflejo de extrusión (empujar con la lengua al presentar GUIA PARA PADRES yayitos Baby deli la cuchara), la masticación y la actividad de las enzimas digestivas constituyen factores importantes para este proceso. A partir de los 6 meses la lactancia materna exclusiva es insuficiente debido a que aumentan los requerimientos de calorías, proteína, hierro, calcio, zinc, flúor y vitaminas (A, B y C). Los alimentos deben prepararse de una forma limpia y ordenada. Los padres o encargados deben lavarse las manos antes de preparar los alimentos y antes de alimentar al infante. Los utensilios deben estar limpios pero no es necesario limpiarlos con un esterilizador. Para empezar a alimentar a un infante es importante que este sentado en una posición cómoda, con sus manos libres u un entorno agradable. Se debe utilizar una cucharita con recubrimiento de hule o plástico para evitar el frio del metal. No se deben ofrecer alimentos ni muy fríos ni muy calientes, generalmente se utilizan a una temperatura de 37 grados centígrados. No se recomienda la práctica de soplar con la boca los alimentos ya que puedes ser contaminadas por las bacterias de la boca del adulto que lo esa alimentando. El calentar con microondas tampoco se recomienda ya que produce una temperatura no homogénea. Generalmente al empezar la introducción de alimentos complementarios a la leche materna se recomienda una comida nueva a la vez y continuarla por 3-5 días. Es importante iniciar con granos simples e hipoalergénicos como el cereal de arroz y de avena. Luego se introducen las verduras y posteriormente las frutas. Las carnes como la pechuga de pollo y el bolovique se introducen a los 7-8 meses mezclados con las verduras. En el caso del huevo se introduce a los 10 meses, primero la yema de huevo duro y luego yema con clara. El trigo se introduce entre los 7-9 meses y el pescado hasta los 12 meses. La dieta del niño es similar a la del resto de la familiar después de los 12 meses. No se recomiendan el café, té, bebidas carbonatadas o comida picante o muy condimentada. Muchos padres, a pesar de las recomendaciones de varias instituciones, realizan prácticas inadecuadas que pueden repercutir en la nutrición del niño. Es importante consultar con el médico pediatra durante el proceso de introducción de alimentos complementarios para evitar errores en la preparación, reacciones alérgicas, intolerancias y síntomas como vómitos, ahogos y tos relacionados a una alimentación inadecuada.