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PLAN DE CONTROL DE PESO Alrededor del 40% de las mascotas padecen sobrepeso u obesidad, y esta proporción parece ir en aumento (Hervera y colaboradores, 2008). Los animales que han sido esterilizados, animales de edad avanzada y animales con poca actividad son los que tienen más probabilidad de sufrir sobrepeso, aunque no en exclusiva. La obesidad es una patología que produce un mayor riesgo de sufrir enfermedades tales como: alteraciones en el metabolismo de los lípidos (hipertrigliceridemia, hiperlipoproteinemia), diabetes mellitus tipo 2 (gato) y resistencia a la insulina (perros), problemas articulares y locomotores, trastornos del aparato reproductor (partos distócicos), incremento del trabajo respiratorio, lipidosis hepática (gatos), litiasis biliar, pancreatitis, tumores… Asimismo, el sobrepeso implica una reducción del 15% en la longevidad del animal, intolerancia al calor y ejercicio, problemas en cirugía, anestesia y exploración veterinaria, entre otros. Nuestra tarea es informaros de que vuestro animal está padeciendo una de las enfermedades más frecuentes del S.XXI, y como ejemplo os diremos que la mitad de los perros españoles sufre de obesidad. ¿Pero como podemos saber si nuestro animal tiene sobrepeso? Junto a la balanza que es fundamental, la cinta métrica, el enlace http://www.hillspet.es/es-es/weight-management/is-your-dog-in-good-shape.html y también nos podemos basar en el sistema de puntuación de la condición corporal. Según este sistema podemos clasificar los animales en 9 categorías: 1.- Emaciado. Desde lejos, son evidentes las costillas, vértebras lumbares, pelvis y otras prominencias óseas. No hay grasa. Hay pérdida evidente del tejido muscular. o 2.- Muy delgado. Son fácilmente visibles las costillas, las vertebras lumbares y los huesos pélvicos. Sin grasa palpable se evidencia una mínima cantidad de masa muscular. o 3.- Delgado. Costillas fácilmente palpables y pueden ser visibles sin grasa palpable. La parte superior es también es visible. Los huesos pélvicos son evidentes y la cintura y escotadura abdominal son obvias. o o o o o o o o 4.- Por debajo de peso ideal. Músculos abdominales fácilmente palpables, con una cubierta mínima de tejido adiposo. Cintura fácilmente observable vista desde arriba. 5.- Ideal. Las costillas se palpan sin un exceso de grasa que las cubra. La cintura se observa detrás de las costillas en una vista desde arriba. El abdomen se ve contraído cuando se observa lateralmente al animal. Se considera la condición óptima. 6.- Sobrepeso. Costillas palpables con un leve exceso de grasa. La cintura es reconocible vista desde arriba, pero no es prominente. 7.- Grueso. Costillas palpables con dificultad, capa de grasa gruesa. Depósitos de grasa en la zona lumbar y base de la cola. Cintura ausente o apenas visible. 8.- Obeso. Costillas no palpables bajo una capa muy gruesa de grasa o solo palpables con una presión significativa. Gruesos depósitos de grasa en la zona lumbar y base de la cola. Cintura ausente. Presencia de distensión abdominal obvia. 9.- Muy obeso. Existen depósitos masivos de grasa sobre el tórax, columna y base de la cola. No hay cintura ni retracción abdominal, hay depósitos de grasa en el cuello y los miembros. El abdomen es péndulo. En las condiciones del 1 al 5 no es necesaria la reducción de peso, a partir de la condición 6 se considera necesario realizar un programa de adelgazamiento. Si nuestro animal es candidato a un programa de adelgazamiento previamente deberá seguir un estricto control veterinario. Es importante confirmar que se encuentra en perfecto estado de salud antes de iniciar dicho programa. Se realizara una adecuada exploración física y una serie de pruebas complementarias en las que se incluirá al menos una analítica general completa. Al igual que en medicina humana, debemos descartar que la obesidad no provenga de una patología aún sin diagnosticar como el hipotiroidismo, hiperinsulinismo, acromegalia ó el hiperadrenocorticismo entre otras. Una vez confirmamos que nuestro animal sufre sobrepeso, y éste no está causado por alguna enfermedad, comenzaremos con el Programa de adelgazamiento para mascotas. ¿En que consiste el Programa de adelgazamiento? Se trata de una serie de estrategias encaminadas a que el animal pierda peso de forma adecuada y sin comprometer su salud, que engloba una adecuada alimentación y unas pautas de ejercicio, unidos a un estricto control de peso y de la cantidad de comida administrada diariamente que se llevará a cabo en la clínica veterinaria. En las revisiones veterinarias se irá ajustando la cantidad de comida que el animal ha de ingerir diariamente. Una vez alcanzado nuestro objetivo podemos optar por mantenerles en el peso ideal con la línea de productos de mantenimiento de peso. Paso a paso El plan para el tratamiento del sobrepeso o la obesidad debe incluir cada una de las siguientes acciones; 1. El primer paso es la evaluación del grado de sobrepeso u obesidad del animal. Para ello disponemos de herramientas como el índice de condición corporal (tabla de condición corporal), las medidas morfométricas o el peso corporal relativo. 2. El siguiente paso es el cálculo de la ingestión energética diaria real (*) que tiene el animal, para ello nos será realmente útil tener una historia dietética completa de nuestro paciente. Ésta debe incluir tanto la ración base diaria (cantidad de pienso, latas, alimento casero…) como aquellos alimentos “extra” de administración esporádica, aquellos administrados como recompensas y los restos de mesa. El propietario no siempre es consciente del aporte energético que suponen los “extras” que administra a su mascota. Por ello debemos insistir durante la anamnesis para que el propietario especifique exactamente todos los alimentos que administra a su animal, y tenerlos en cuenta a la hora de calcular la ingesta energética diaria. En el cuadro 1 se muestran algunos ejemplos de alimentos administrados como “extras” a perros y gatos y el valor calórico que suponen. Es importante establecer la ingestión energética del animal, antes de administrar una dieta de restricción calórica. 3. A continuación debemos calcular las necesidades energéticas (*) del animal y aplicar una restricción para conseguir que el animal vaya perdiendo peso. La restricción dependerá del grado de sobrepeso y las características de cada caso. Inicialmente podemos establecer las necesidades en función del peso ideal u objetivo, y valorar la respuesta del animal. El objetivo debe ser una velocidad de pérdida de peso igual o menor a un 2% semanal. En gatos éste es un punto realmente importante, ya que una pérdida de peso excesivamente rápida puede aumentar el riesgo de alteraciones hepáticas. En casos con una respuesta mínima del animal a la restricción inicial (por ejemplo, pérdidas de peso semanales por debajo del 0,5%) se puede plantear establecer una restricción mayor, y llegar a aplicar una reducción del 20% de la ingesta calórica calculada inicialmente (cuadro con la planificación del tratamiento). 4. Una vez establecido el aporte energético diario, debemos plantearnos qué alimento es el más adecuado en cada caso y hacer que éste sea su único aporte energético, eliminando los “extras” en la medida que sea posible. Reducir la cantidad de alimento habitual no suele ser una estrategia exitosa en un plan de restricción de peso, ya que puede exponer a un riesgo de carencia grave de nutrientes esenciales. Por lo tanto, plantear el uso de un alimento específico es, casi siempre, necesario ya que permite administrar un aporte energético menor a la vez que asegura una ingesta adecuada del resto de nutrientes necesarios para una alimentación equilibrada. Estos productos, además, favorecen la sensación de saciedad del animal por incluir en su formulación fibra dietética o un aumento del volumen de la ración al añadir agua o aire en su composición. En ningún caso se recomendará el ayuno. Ejercicio físico El ejercicio físico es otro factor que puede ayudar en el manejo en el tratamiento de la obesidad en nuestras mascotas, ya que aumenta el consumo de calorías y favorece la pérdida de peso al combinarlo con una dieta adecuada. Los paseos, una mayor interacción con los propietarios y el juego en general, sobre todo en el caso de los gatos, resultan una herramienta útil a la hora de combatir la obesidad. Un programa de pérdida de peso para un animal de compañía no podrá tener éxito si el dueño no es consciente de la existencia del problema y está dispuesto a solucionarlo. Debemos persuadir al propietario de que un simple cambio de dieta no va a solucionar el problema de sobrepeso de su animal. Por ello, el propietario debe ser consciente de que el tratamiento será largo (de varios meses) y que implicará una serie de cambios de hábitos a largo plazo. Resulta útil sugerirle que sustituya las recompensas en forma de alimento por otras como interacción con el animal (juego, caricias…) o al menos proponer recompensas alternativas de bajo valor calórico (dados de fruta o verdura…). Otros cambios en el manejo que pueden ayudar durante el tratamiento son la administración de la ración en varias comidas a lo largo del día para favorecer la sensación de saciedad, o evitar que el animal pida comida de la mesa dándole su ración al mismo tiempo que los propietarios comen o corrigiendo la conducta de begging (pedir comida de la mesa). El programa de ejercicio será como un entrenamiento y lo iremos haciendo gradualmente, es importante darle tiempo a que se adapte y no forzarle para evitar lesiones musculares. Podemos empezar con un par de paseos diarios de 10 a 20 minutos que podremos ir ampliando en tiempo y frecuencia. Existen juguetes con los que ellos se entretengan cuando nosotros no estemos en casa, como por ejemplo las activity balls (juguetes que contienen comida en su interior), aptas para perros y gatos. Si nuestro perro o gato es un animal sociable podríamos juntarle con otros animales para que jueguen y con ello practiquen algo de ejercicio. En el caso de los gatos la actividad física es más difícil de realizar ya que suelen tener una vida más sedentaria que los perros, podemos aumentar su actividad con juegos con punteros láser, plumeros o los juguetes con caña. Otra posibilidad, son los juguetes interactivos. Ventajas de la realización de ejercicio por parte de nuestra mascota: o Desarrollo de la masa muscular. o Aumenta el gasto energético. o Estimula el sistema cardiorrespiratorio. o Crea un vínculo afectivo con el propietario. Elección de la dieta Existe en el mercado una amplia gama de dietas específicas para la pérdida de peso. Encontramos productos light que aportan alrededor de un 20% menos de calorías en los alimentos para gatos o alrededor de un 15% en los productos para perros respecto a los alimentos de mantenimiento. Casos más severos pueden requerir reducciones energéticas mayores y, por tanto, la utilización de alimentos de prescripción específicamente formulados para el tratamiento de la obesidad que reducen su aporte energético entre un 25% en el caso de los gatos o un 22% en el de los perros. Los alimentos formulados para el tratamiento de la obesidad se basan en la sustitución de la grasa del alimento por proteína o carbohidratos complejos, debido a que la grasa tiene mayor valor calórico y mayor eficiencia para depositarse en el cuerpo en forma de tejido graso que la proteína o los carbohidratos del alimento. Frecuentemente estos alimentos incluyen elevados niveles de fibra que favorecen la sensación de saciedad y limitan el consumo de alimento, aunque a su vez vez pueden repercutir negativamente en la apetencia y consistencia de las heces. El aumento del contenido proteico, que también es habitual en este tipo de dietas, limita la pérdida de masa muscular durante el plan de restricción. En algunos piensos de alta gama se incorpora: EPA, DHA y L-Carnitina (Conocida como "quema-grasas"). Estas combinaciones ayudan al soporte de la masa muscular y tienen un efecto saciante. En el caso de la alimentación felina debemos añadir que hay altos niveles de proteínas, y que la composición induce un pH urinario inferior a 6,4, lo que le protege de problemas nefrológicos. No se recomienda darles una dieta casera a los animales ya que estas no cubren sus necesidades. Consejos o No dar nunca las sobras de la comida. o Ocasionalmente podremos darle algún premio bajo en calorías y rico en fibra. o Repartir las tomas entre 2 y 4 veces al día. o Si fuera necesario, comprar una báscula para pesar lo que va a comer en cada toma o utilizar vasos medidores para controlar la cantidad de alimento que va a ingerir en cada toma. Reducir al mínimo el número de golosinas que recibe, y a ser posible sustituirlas por golosinas hipocalóricas Tratamiento farmacológico Recientemente han aparecido en el mercado fármacos para el tratamiento de la obesidad canina. La mitratapida y la dirlotapida actúan bloqueando la fijación de la apolipoproteína B (ApoB-48) a los triglicéridos. De esta manera, se reduce el transporte lipídico hacia el sistema linfático, torrente sanguíneo y, en consecuencia, a tejidos y órganos. El principal efecto de estos fármacos es un aumento de la sensación de saciedad del animal, lo cual limita su interés por la obtención de alimento más allá de su ración y permite controlar los problemas de comportamiento asociados al apetito (coprofagia, begging, revolver entre basura, escarbar, ladrar…). Según nuestra experiencia, estos productos pueden ser útiles en algunos animales como coadyuvantes en un plan de tratamiento de la obesidad, siempre combinados con un tratamiento dietético. El papel del propietario El tratamiento dietético no acaba aquí; es imprescindible un seguimiento de peso y condición corporal en el animal. Durante los primeros meses de dieta es importante que el animal se pese y reevalúe al menos una vez al mes, espaciando los controles en los meses posteriores (cuadro 2). Debemos recordar al propietario que tiene que comprobar cómo además del peso, medidas como la circunferencia pélvica o torácica se ven reducidas en cada nuevo control. La relación de estos cambios con actitudes como, por ejemplo, una mayor actividad y resistencia física o una mejora en problemas articulares son alicientes que motivan al propietario a seguir el tratamiento y a ser consciente de los beneficios que puede suponer para su animal. En definitiva, una vez instaurado el sobrepeso, solucionarlo en perros y gatos es una tarea larga y difícil. Por eso es importante que los propietarios y los profesionales sean conscientes y conozcan los riesgos que supone en las mascotas. También es preciso que sepan valorarlo desde que los animales son cachorros, para evitarlo a tiempo. En aquellos animales con mayor riesgo, como las razas con predisposición, los ejemplares esterilizados, etc. el control del peso y la condición corporal debería ser constante durante toda su vida para poder detectar de forma temprana el sobrepeso y evitar la obesidad. Para ello, el veterinario puede ayudar llevando un control del peso y de la condición corporal del animal. Los profesionales tienen una función importante: deben saber recomendar el tipo de alimento, calcular la cantidad adecuada a las necesidades concretas de cada mascota y conocer cómo instaurar un programa completo de restricción calórica.