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Informe especial Music licensing, music business T ODAVÍA POCO DESARROLLADO EN NUESTRO PAÍS , EL LICENSING MUSICAL SE PRESENTA COMO UNA CATEGORÍA EN ALZA EN LOS MERCADOS ANGLOSAJONES , DONDE UN ARTISTA CON UN PÚBLICO FIEL ES SUSCEPTIBLE DE CONVERTIRSE EN UNA MARCA MUY RENTABLE . L 40 a combinación de moda, música y fama ha situado a los artistas pertenecientes al mundo de la música en un lugar que el licensing no puede ignorar. Hoy en día, un cantante o una banda que gocen del favor de una audiencia no sólo se convertirán en estrellas del firmamento musical, sino que son susceptibles de transformarse en marcas para las que se diseñarán y lanzarán atractivos productos de consumo. Si seguimos la estela de las stars de la música en el licensing, encontramos personalidades que conocen el poder que otorga la promoción a través de productos que llevan su insignia. La mayoría –nos referimos al mercado anglosajón- aprovecha la oportunidad porque, si bien nada escapa a los riesgos que este negocio implica, licenciatarios y detallistas contemplan estas marcas como una alternativa cada vez más importante a las licencias de películas y de producciones televisivas. La categoría con mayor crecimiento Según el estudio sectorial que realiza cada año la International Licensing Industry Merchandisers’Association (LIMA), durante 2005 el licensing musical reportó al mercado de EE.UU. unos ingresos estimados en 128 millones de dólares en concepto de royalties. Esta cifra supone un incremento del 4,9% respecto a 2004, cuando se obtuvieron 122 millones de dólares, por lo que esta categoría es la que mayor crecimiento ha experimentado en el último año de todas las que engloba el negocio del licensing. Más allá de los riesgos que implican las licencias de cantantes y músicos, los beneficios que parecen deparar se presentan, así pues, irresistibles. Todo empieza en el merchandising dirigido a los fans. Calendarios, pósters o camisetas son productos lucrativos y asequibles a cualquier público que se distribuyen mayoritariamente en los conciertos. Pero las estrellas, en la actualidad, llevan el licensing mucho más lejos de lo que representa el fenómeno del fan tradicional. En el mercado americano, músicos raperos como 50 Cent han decidido entrar en el mundo de los negocios lanzando al mercado su propia línea de productos, tan variada que incluye videojuegos, zapatillas, agua vitaminada, relojes e incluso novelas de género. Otro cantante de rap, Snoop Dog, firmó recientemente con Jakks Pacific un contrato de licensing para desarrollar y comercializar artículos exclusivos para mascotas. Y podríamos encontrar otros ejemplos similares. Sin embargo, los cantantes o grupos no conciben el licensing sólo como Freddy Mercury, Iron Maiden, Jimmy Page, John Lennon y Curt Cobain, las leyendas del rock inmortalizadas en las figuras de SD Distribuciones. una fuente de ingresos muy apetecible. Son conscientes de que este negocio representa un vínculo muy poderoso con sus fans y que, en el fondo, les ayuda a reflejar su personalidad y su estilo de vida. Por ello, celebridades como Britney Spears y Jennifer López dieron el paso en su momento y se unieron a prestigiosas firmas de cosmética como Elizabeth Arden o Coty Astor para crear sus propios perfumes, bien apoyados en una cuidada estrategia de marketing y comunicación. Total control sobre el programa El licensing otorga credibilidad y fidelidad a un tiempo. Así que desde el primer momento el artista apoya el programa de licensing y supervisa todo el proceso, en especial aquellos aspectos referidos a la utilización de su imagen y marca, bien directamente o a través de su manager. “Todo requiere aprobación”, afirma Enrique Muñoz-Delgado, director general de Merchandising On Stage. “Si no lo asumes, no puedes trabajar en este mercado”. Puesto que el artista es quien da su aprobación a todo el proceso global, “sólo trabajará con aquellos productos en los que él crea”, asegura Dee Coakley, Commercial Planning y Informe especial Bolsos, portamonedas, relojes y diversos accesorios forman la línea de productos lanzados al mercado español por K-Ractermanía con la imagen de los Rolling Stones. representación artística de algunos de los cantantes surgidos del popular concurso Operación Triunfo. Pero el respeto a estos derechos no sólo se vigila en artistas en activo o vivos, sino también si se trata de músicos desaparecidos, como es el caso de una leyenda del rock, Elvis Presley. La división de licensing de la compañía Elvis Presley Enterprises se responsabiliza de proteger el nombre, la imagen, los títulos de las canciones e incluso palabras y acepciones asociadas tradicionalmente a Elvis, como Graceland o “el Rey del rock and roll”. Todo para que parte de su legado cultural vaya a parar a buenas manos. DE L 42 Marketing Manager de Bravado International, la primera agencia de licensing y merchandising musical que opera hoy en día en todo el mundo. Por su parte, un agente tiene en cuenta determinadas consideraciones antes de embarcarse en la negociación de una licencia, como “la identidad de marca, la adecuación y la calidad del producto, sin olvidar la penetración en el mercado”, afirma Dee Coakley. Preservar la imagen del artista Las transacciones de licensing musical suelen incluir cláusulas morales con las que preservar la imagen del artista, aunque no siempre es necesario, “ya que se ejerce el máximo control sobre el material gráfico que se utiliza, las aprobaciones son imprescindibles y los canales de distribución se delimitan claramente”, indica Muñoz-Delgado. Estos “códigos de conducta” son de obligado cumplimiento por parte de los licenciatarios. “Este es uno de los puntos clave del contrato a realizar. La imagen y la marca es el valor o uno de los valores mas importantes en poder de los artistas”, considera Juan Ramón Rodríguez, director general de Jet Management, empresa que gestiona los derechos de licensing y la SERIES DE ÉXITO A MUSICALES a cadena BBC es la creadora de diversas series de televisión dirigidas al público infantil que, avaladas por el éxito de audiencia y el apoyo promocional, se han convertido en marcas. Es el caso, por ejemplo, de los Fimbles y los Tweenies, dos propiedades de la televisión británica emitidas también en España y cuyo plan de licensing ha derivado en espectáculos musicales basados en los personajes de ambas series. El primero en llegar a nuestro país fue Tweenies, que se estrenó en Madrid a finales de 2003 y que, posteriormente, recorrería otras ciudades españolas. Los Fimbles, por su parte, acaban de presentar este verano su primer montaje en Gran Bretaña, por lo que dentro de un tiempo es de esperar que puedan subirse a nuestros escenarios. En nuestro país, tenemos un ejemplo similar en Los Lunnis , propiedad de RTVE. Su grado de aceptación y notoriedad entre el público infantil les ha llevado a grabar diversos títulos en CD y a concebir un espectáculo para los pequeños que desde 2004 llena los teatros de las principales ciudades españolas. Q Informe especial L AS B RATZ , UNAS ROCKERAS SIN PRECEDENTES D 44 esde su aparición en el mercado español en 2001, las muñecas Bratz se situaron en un año como líderes de su segmento y, en 2002, Copyright Promotions iniciaba su programa de licensing en nuestro país. Su éxito de ventas internacional no pasó desapercibido ni por MGA Entertainment, su propietaria, ni por algunos de los principales productores y compositores de la industria musical. En otoño de 2005, las chicas más fashion de la industria del juguete se convertían en las Bratz Rock Angelz, una nueva línea de producto que iba acompañada de la publicación de su primer álbum por Universal Music, de un DVD y de un videojuego. En una semana, el CD homónimo encabezaba el ranking de la lista infantil de la famosa revista musical Billboard. Pero el concepto de las Bratz Rock Angelz incluía otras claves comerciales que implicaban una importante expansión de la licencia, con una oferta de producto que se englobaba dentro de las categorías de cosmética, papelería, accesorios de moda, juegos de actividades, playsets, vehículos, artículos deportivos y electrónica, entre otras. Q Las estrategias a seguir Las estrategias comerciales de licensing musical varían según sea la imagen que proyecte el artista, el target al que se dirige y el estilo musical que lleva asociado. Pero “cada cantante o grupo de música requiere de una estrategia distinta en función de su momento artístico y, por supuesto, de sus propios deseos. Las licencias musicales tienen una característica especial, la marca es un nombre asociado a una carrera artística y todo puede afectar. La sensibilidad es muy alta”, sostiene Enrique Muñoz-Delgado. En ocasiones, el lanzamiento de nuevos productos licenciados está vinculado a la publicación de un nuevo álbum y, como es Producto licenciado de SD Distribuciones con el distintivo de Led Zeppelin. lógico, a la gestión de la correspondiente gira. Con la salida de cada nuevo trabajo, los artistas intentan mostrarse en su mejor momento profesional y, como señalan desde Jet Management, ofrecer “una imagen renovada dentro de un estilo personal, con lo que gracias a estos lanzamientos es necesario realizar cambios en todos los productos y licencias”. Por tanto, los nuevos artistas son los que ofrecen la posibilidad de renovación de las licencias gracias a los cambios de imagen que puede presentar en cada nueva producción. “El licenciatario siempre te exige las ultimas imágenes para tener una novedad o exclusividad que haga vender”, señala Juan Ramón Rodríguez. ¿Existen valores seguros? Si preguntamos a los profesionales del sector sobre las licencias que aportan valores más sólidos para la comercialización de productos, la mayoría citan a grandes mitos, aquellos artistas consagrados y que permanecen al margen de modas, como los Beatles, Rolling Stones o Led Zeppelin. Además, las leyendas de la música y sobre todo del rock que abandonaron los escenarios, nunca dejan de proporcionar grandes posibilidades de explotación y en cualquier momento pueden dar lugar a un gran musical, como el de Queen (We will rock you) o Abba (Mama Mía), con las correspondientes concesiones para la fabricación de producto licenciado destinado a la venta durante el tour. De todos modos, también se incluyen entre las mejores licencias a las ya citadas Britney Spears y Jennifer López, artistas globales y una apuesta segura en un mercado como el norte- Informe especial americano. Asimismo, los músicos de rap y heavy metal tienden a ser muy populares, ya que arrastran a toda una masa de incondicionales. En cambio, la licencia de nuevos artistas siempre conlleva un riesgo. ¿Y qué personalidades benefician más al licensing, las discretas o las escandalosas? Dee Coakey, de Bravado, considera que la vida privada de una banda o un cantante “no influye en el desarrollo del licensing, ya que los licenciatarios conocen de antemano su actitud o reputación antes de contratar una licencia”. Para otros profesionales del sector, el comportamiento de los artistas fuera del escenario sin duda afecta a la comercialización de producto licenciado. Jordi Burgués, director comercial de SD Distribuciones, empresa licenciataria de reproducciones de grandes figuras del rock, accesorios y portadas de discos, reconoce que “lo importante es que se hable, da igual que sea bien o mal. Además, las actitudes provocativas, chulescas y rebeldes venden mucho más”. Qué sucede en el mercado español Hasta hace bien poco, las figuras del ámbito musical español reducían la utilización de su imagen casi exclusivamente al merchandising de gira. Sin haber llegado aún a crear su propia línea de producto, artistas como Enrique Iglesias, Alejandro Sanz o David Bisbal actúan como prescriptores de marcas que buscan alcanzar notoriedad entre un target joven-adulto y masculino. Dos años atrás, Bisbal prestó su imagen a las joyas de la firma Viceroy en lo que supuso su primera incursión en el mundo de la publicidad. Tanto éxito parece que tuvo la iniciativa de Viceroy que, de nuevo, esta compañía especialmente conocida por sus diseños en relojería, ha vuelto a confiar en otro rostro del mundo de la música, en este caso de la cantante colombiana Shakira, para su nueva campaña en los medios. Por su parte, otro artista salido de la academia de artistas, 45 Informe especial El karaoke con la imagen del grupo infantil 3+2, de Giochi Preziosi. María Isabel figura como una de las licencias más destacadas del panorama musical de nuestro país. Giochi Preziosi es la empresa licenciataria de su set de manicura. 46 David Bustamente, ha sido embajador de la Comunidad Autónoma de Asturias y recientemente ha firmado un contrato de licensing con la marca Fossil para la comercialización de unos packs exclusivos de joyería. Aparte del licensing protagonizado por cantantes masculinos, el infantil presenta grandes posibilidades de expansión debido a que la industria de la licencia en nuestro país tiene mayor peso entre el público de M ÚSICA O Y GIMNASIA peración Triunfo no ha supuesto sólo un espaldarazo a las carreras musicales de cantantes noveles, sino que ha impulsado la creación de nuevos productos. En la última edición de este concurso, el compositor Kike Santander y la profesora de fitness Jessica Expósito idearon un método de gimnasia, la Batuka, una mezcla de ejercicios coreografiados y canciones inspirados en ritmos latinos, dance y hip-hop Pronto se convirtió en marca con el lanzamiento de un DVD y una línea de prendas. Hasta el momento se han publicado cuatro ediciones de Batuka, cuyo licensing gestiona Vale Music: Batuka Latin, Batuka Junior –dirigida a un target juvenil-, Batuka Xtreme y Batuka Beach. Para esta última versión incluso se ha diseñado una dieta que permite seguir una alimentación sana y perder kilos. Q corta edad. En este segmento, la licencia de María Isabel es la que disfruta de mayor proyección, con una gama de artículos que incluye colonia, juguetes, colección de cromos, camisetas, bisutería y accesorios producidos específicamente para las giras. Por otro lado, también el grupo 3+2 ocupa su lugar dentro de las propiedades infantiles licenciadas y de él cabe destacar positivas cifras de venta de su karaoke. Por último, a un público adolescente y femenino se dirigen otros cantantes como Natalia, de Operación Triunfo, que es imagen de la marca de pequeños electrodomésticos Carmengirls para el cuidado personal. Los mejores canales de venta La organización de tours lleva asociada la venta de producto licenciado, sobre todo textil si se trata de nuevas propiedades, en el mismo lugar de los conciertos, un canal bastante favorable para estos casos. Cuando se trabaja con una licencia clásica, “la variedad de productos puede ser rentable y además aconsejable, pues cuenta con el plus de una temporalidad más dilatada”, apunta Sebastià Coma, director de marketing y licensing de Madness, empresa licenciataria que negocia en la actualidad la adquisición de una licencia de esta categoría. Fuera de las giras, los productos licenciados se comercializan en los establecimientos tradicionalmente asignados a su categoría, por ejemplo, las colonias en perfumerías y la ropa interior en lencerías. Pero los licenciatarios apuestan por un cambio en estos hábitos de venta, ya que las licencias musicales son susceptibles de distribuirse en canales distintos a los clásicos. SD Distribuciones, por ejemplo, ha encontrado en las tiendas de instrumentos musicales un canal extraordinario donde situar sus mini-guitarras. “Un canal que se debe reforzar”, según Rafael Vaquero, director de licensing de KRactermanía, es el de las tiendas de música. Para Jordi Burgués, la ventaja añadida que ofrecen estos comercios es que “al estar perdiendo ventas por culpa de la piratería de CD, necesitan nuevos productos para sobrevivir”. No obstante, hay quien opina, como Sebastià Coma, que el canal musical “puede aglutinar un número de producto determinado, pero muy pequeño, porque su negocio es otro. En categorías de producto como el textil, nunca podremos buscar la rentabilidad de la propiedad musical en este canal”. El sector augura unas buenas perspectivas para un mercado que, comparado con el de EE.UU., prácticamente acaba de nacer en nuestro país, aunque para su expansión todavía se deben salvar ciertos escollos que frenan un mayor desarrollo. Para Juan Ramón Rodríguez, “falta todavia la confianza de los licenciatarios en los artistas”, si bien, “poco a poco van a ir confiando más en sus posibilidades como prescriptores de producto”. En opinión de Enrique Muñoz-Delgado, “es necesario darle valor añadido al licensing musical. Hay que pensar en él como una categoría de producto en sí misma, distinta a otros tipos de licensing. Es parte de la música y debería siempre estar arropado por ésta cuando se dispone a la venta”. Y respecto al posible desinterés de la distribución hacia las licencias musicales, Jordi Burgués lo achaca a que, en ocasiones, “el comprador no cree en determinado producto porque no le gusta o porque, sencillamente, piensa que le gusta para él pero no cree que se venda, y esto es un error. Las tiendas han de ser de mentalidad abierta. A veces no se dan cuenta de que, aunque Betty Boop puede ser un personaje genial para ellos, también lo puede ser Elvis Presley. Además, la venta de estas licencias puede conseguir atraer a su comercio a un público más amplio del que es habitual”. Q Natalia, de Operación Triunfo, presta su imagen a la firma Carmengirls, con productos para las chicas adolescentes.