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CAPÍTULO 1 T1] EL PENSAMIENTO SOCIOLÓGICO DEL SOCIAL-CONFORMISMO T2] Un comienzo obligado: reconstruyendo la historia La sociología es una ciencia social contemporánea, relativamente nueva, pues tiene escasamente dos siglos de vida. Nace con los cambios sociales de fines del siglo XVIII y se consolida en el contexto de la revolución burguesa e industrial científico técnica del siglo XIX. Si la revolución industrial introduce cambios en la división social del trabajo y las relaciones sociales de producción, la revolución burguesa modifica las estructuras sociales y de poder del antiguo régimen. Los siglos XVIII y XIX se caracterizan por dar a luz nuevas ciencias dependientes de los descubrimientos científicos y de los avances tecnológicos de la época. Nuevos saberes, tales como la economía política, la química, la paleontología, la geología o la sociología, cobran relevancia.Francia y Gran Bretaña dominan el escenario científico y político. La mayoría de los aportes provienen de dichos países o de intelectuales residentes en ellos. No es extraño que Charles Darwin, Adam Smith, Bernard de Mandeville, David Ricardo, Robert Malthus, James Stuart Mills, Carlos Marx, Jeremy Bentham o Federico Engels hayan desarrollado su pensamiento en Inglaterra, y que Lavoisier, Montesquieu, Rousseau, Comte, Voltaire, Saint-Simon y Diderot, lo hayan hecho en Francia. Los siglos XVIII y XIX constituyen al mismo tiempo un periodo donde la velocidad y la profundidad de los cambios alteran profundamente la fisonomía que presentaba la Europa del siglo XVI y XVII. Es cierto, la revolución copernicana y Descartes, con cuyo nombre se asimila al conjunto de conocimientos físico-matemáticos y filosóficos que dan lugar al racionalismo moderno, son la cuna para el posterior desarrollo de la Ilustración del siglo XVIII. Nombres propios como los de Giordano Bruno, Isaac Newton, Galileo Galilei, Johann Kepler, René Descartes, Nicolás Maquiavelo, Bodino, Tomás Moro, Bacon, Spinoza, Hobbes, Huggins, Lutero o Calvino, entre otros, son los [1] 2 EL PENSAMIENTO SOCIOLÓGICO DE SOCIAL-CONFORMISMO responsables intelectuales de los cambios. Sin ellos, la Ilustración pierde sentido. Además, dichos nombres van asociados a las ciencias que cobran carta de identidad en el siglo XVI: la ciencia política, la física, la astronomía, la geografía, el cálculo matemático y las tecnologías. Es una época de grandes descubrimientos y avances que sientan las bases de la razón cultural de occidente. Si consideramos culturalmente el periodo histórico comprendido entre los siglos XVI y XIX Occidente se reconoce a sí mismo. Oriente y las grandes civilizaciones asiáticas son absorbidas como parte del proceso de hegemonía que impone la razón cultural de Occidente. África y América, mucho más tarde Oceanía, forman parte de la expansión geopolítica y militar de Occidente y nunca fueron consideradas propietarias de culturas dignas de llevar otro nombre que el de “primitivas” o pueblos sin historia. Este cambio de orientación, la imposición de una razón cultural como principio articulador del conocimiento del mundo y de sus etapas evolutivas, constituye el inicio de la historia moderna como universal y positiva. Estos cuatro siglos forman, además, un periodo que da como resultado la consolidación del capitalismo y de sus peculiares relaciones de poder social, político, cultural y económico. Un mundo nuevo que tarda cuatro siglos en consolidar sus estructuras sociales y reproducir sus principios, sus valores y sus creencias, no sin grandes revoluciones político-sociales y científico-tecnológicas. Durante casi trescientos años, la civilización del capitalismo no sólo crea sus vínculos, igualmente incorpora a su dinámica relaciones sociales ya existentes reorientando su sentido y objetivos hacia sus fines. Universalizar una razón cultural no es tarea fácil, requiere una gran capacidad para imponer una cosmovisión, unas razones y unos valores acordes a un proyecto de dominación política donde la letra y la música deben ir al mismo compás. No se puede desafinar, no es posible realizar ensayos. La contingencia y la incertidumbre constituyen parte del tiempo histórico imposibilitando la construcción de futuros apriorísticamente definidos. Para obtener el control de parte de los tempos de dicho proceso, es obligatorio planear, diseñar y orientar los procesos de socialización y toma de decisiones, al mismo tiempo que dotar de sentido a las acciones sociales que van moldeando la realidad social. Las construcciones históricas son a posteriori, se edifican con ladrillos existentes. La historia de la civilización del capitalismo se construye utilizando los ladrillos que previamente han pasado el control EL PENSAMIENTO SOCIOLÓGICO DE SOCIAL-CONFORMISMO 3 de calidad, se busca asegurar su edificación. La calidad de los materiales es fundamental. Tampoco es ajeno a la construcción la formación del personal adecuado. El proceso de socialización educativa garantiza la continuidad del proyecto. En esta dimensión es imperativo contar con arquitectos, ingenieros, constructores, obreros, avalistas financieros, entre otros, que compartan e interioricen el objetivo y reproduzcan en sus comportamientos la razón cultural y la civilización material del capitalismo. La mutación de la cultura de Occidente, de razón histórica a razón universal, es producto de los cambios políticos que en el siglo XVI llevaron a la secularización del tiempo histórico y a la formación de los estados absolutistas. Igualmente responde a la consolidación de la hegemonía comercial, al dominio militar que ejercen sobre los mares, al descubrimiento de América y a la revolución científica y tecnológica cuya aplicación al campo bélico aumenta su poderío. Bajo estos logros, el orbe se convierte en mundo y la cultura occidental en el resultado lógico de la evolución civilizatoria. Surge un antes y un después de la civilización del capitalismo. Todas las historias se incorporan en un proyecto de historia universal coincidente con el desarrollo de la razón cultural nacida en Europa. Entrados en el siglo XIX, los cimientos están fuertemente asentados. Los ladrillos fabricados producen los efectos previstos. La historia tiene sus edades, y el homo sapiens sapiens sus principios de organización social, que culminan en el advenimiento de la ciudadanía política y las libertades individuales. La larga marcha ha concluido con la fundación del estado positivo donde imperan el orden y el progreso, y que está asentado en los conocimientos y el saber científico-tecnológico desarrollado entre los siglos XVI y XIX. Desde Copérnico, pasando por Descartes, hasta llegar a Darwin. De la revolución físico-astronómica , el método racionalista, hasta la teoría de la evolución de las especies y el origen del hombre. Las edades de la historia cobran importancia dado el papel que juega la civilización material del capitalismo en la interpretación de éstas. Edad de piedra, de bronce, de hierro, Edad Media , moderna y contemporánea. Tras esta división se esconde una idea fuerza específica de la civilización occidental: la idea de progreso. Tras la idea de progreso aparece un hombre lleno de voluntad, de fuerza, de potencia, de poder, con pasiones, sentimientos y deseos, cuya naturaleza específica lo transforma en dominador del mundo. Creados iguales por un Dios todo poderoso, único, omnipresente y 4 EL PENSAMIENTO SOCIOLÓGICO DE SOCIAL-CONFORMISMO pacificador, los individuos deben obedecer y cumplir su ley. Dios es la naturaleza, y provee de existencias particulares y de vidas diferenciadas a cada una de sus criaturas. Es este despliegue de argumentos evidenciando el nacimiento de una nueva etapa histórica lo que abre las puertas a un saber destinado a explicar dicho desarrollo social. Más allá de la clasificación jerárquica propuesta por Comte para explicar el progreso de la razón positiva, su propuesta sintetiza esa visión de época. Comte propone un cuadro de orden jerárquico universal en función del estudio de la naturaleza y del hombre. En dicho cuadro realiza una división que explica como dogmática, donde se producen el estudio de la Tierra o cosmología, y el estudio del hombre o sociología; una división histórica dependiente de un orden exterior, filosofía natural y ciencia preliminar, donde incorpora la matemática, la física, la astronomía y la química; y un orden humano, ciencia final y filosofía moral, donde incorpora la biología, la sociología y la moral.1 Así, la civilización cultural del capitalismo se dotará de una ciencia social que dé razón de su existencia y de su devenir. Son los cambios del siglo XIX lo que permiten su nacimiento. El sistema industrial, nombre con que bautizará el Conde de Saint Simon el proceso histórico cuya idea fuerza esta en el progreso, y que más tarde se reconocerá como la sociedad burguesa, requiere de un estudio pormenorizado de sus características. No serán la historia, la ciencia política, el derecho, la filosofía o la economía las disciplinas que faciliten el estudio del sistema industrial. El desarrollo del sistema industrial en el siglo XIX cristaliza en un orden y en un tipo de relación social completamente nuevo: la sociedad. “La desaparición del estado monárquico implica la disolución del ‘orden estamental’: a la presunta armonía ‘cuerpo social unificado’ orgánicamente como ’cuerpo político’ sucede la abierta lucha de clases, clave del desarrollo económico capitalista y determinante de la democracia como nueva forma política. Pero así la realidad autónoma de la sociedad se desprende de su secular y engañosa identidad jurídico-política: en la manifestación inmediata de sus contradicciones —revolución-conf licto social— se hunde su ideológica reducción tradicional a mero ámbito de la voluntad del príncipe en cuanto representante de una metafísica voluntad colectiva regida por las leyes teológico-naturales. Con la destrucción revolucionaria de su propia 1 Augusto Comte: El catecismo positivista, Editora Nacional, Madrid, 1982, pp.108. EL PENSAMIENTO SOCIOLÓGICO DE SOCIAL-CONFORMISMO 5 alienación estatal, la sociedad deviene autoconsciente de su protagonismo histórico, de su auténtica realidad: como tal sistema autónomo de determinación su realidad específica entra en el primer plano de la conciencia secularizada de sus miembros: así la sociedad se constituye como objetividad posible para el conocimiento científico”.2 Así, ante un hecho como el señalado, la sociedad requiere de una ciencia que la explique y comprenda en su desarrollo y sentido. Nace la sociología: ciencia de la sociedad. Al mismo tiempo que cristaliza la sociedad burguesa se configura históricamente una ciencia específica que da cuenta de su advenimiento. La sociología, ciencia social positiva emergente a fines del siglo XIX, construye su método y campo cognitivo nutriéndose de los paradigmas prevalecientes, racionalismo cartesiano y análisis de la realidad social enmarcada en el dualismo subjetividad-objetividad. Igualmente, se presenta como ciencia capaz de comprender y explicar el sentido de las acciones sociales que los individuos realizan en una entidad superior que los contiene y define. La sociedad, esa entidad que los contiene, se convierte en objeto de estudio , en el organismo vivo que constituye el espacio donde los sujetos se mueven y actúan referencialmente.3 Al amparo de la revolución industrial y la revolución burguesa, la sociología se transforma en el saber específico de la sociedad industrial. El papel transformador y revolucionario que Saint-Simon le otorgase a la nueva ciencia como parte del advenimiento del sistema industrial, muta hacia una concepción positivista definida como ciencia del orden y del progreso.4 Entrado el último decenio del siglo XIX se reconoce a la sociología su “objeto” de estudio: la sociedad. Su institucionalización como saber de la sociedad conlleva un reconocimiento del grado de objetividad alcanzado en el uso del método científico al analizar los comportamientos colectivos de los individuos en su medio “natural”: la sociedad.5 Sin embargo, la sociedad del progreso y del orden está unida a una razón cultural: la civilización emergente del capitalismo. En esta 2 Carlos Moya: Sociólogos y sociología, Editorial Siglo XXI, México, 1a edición, 1990, pp. 31. Véase Marcos Roitman Rosenmann: “La sociología del estudio de la realidad social al análisis de sistemas”, en Pablo González Casanova, Ciencias Sociales: algunos conceptos básicos, Editorial Siglo XXI, México, 1999, pp. 93-115. 4 Véase Henri de Saint Simon, El sistema Industrial, Ediciones de la Revista del Trabajo, Madrid, 1975. El prólogo de Carlos Moya es un excelente estudio donde se expone la tesis enunciada. 3 6 EL PENSAMIENTO SOCIOLÓGICO DE SOCIAL-CONFORMISMO dimensión, los sociólogos, hacedores de la sociología, evitan enfrentar el problema señalando su objetividad y su neutralidad en la aplicación del método a la hora de realizar las investigaciones y analizar la sociedad. Los llamados a la neutralidad valorativa de la sociología y a la objetividad de los datos son argumentos para ocultar la historicidad de la sociología, de sus métodos y de su saber cualitativo. Al desconocer esta obviedad, el carácter histórico de la ciencia social, se transforma la sociología en una técnica para el control del conf licto social y el mantenimiento del orden establecido. De un lado hay una cultura acumulativa de la ‘cantidad’, un triunfo político en la posguerra del empirismo anglosajón; de oro, la sociedad industrial y el neocapitalismo han logrado, en mucho mayor grado que las sociedades preindustriales y capitalistas, dirigir y controlar los cambios sociales en el interior del sistema, lo cual explica en parte su posibilidad de sostener e impulsar un racionalismo conservador. A la condición básica anterior, que fortalece los procesos racionalistas cuantificadores, se añaden los éxitos de esta sociedad en el control de la naturaleza, el progreso de las ciencias naturales y la tecnología. Pero la tendencia a la cuantificación en ciencias sociales depende más directamente de la posibilidad de conocer y controlar el cambio en el interior de la sociedad industrial capitalista o socialista. Cuando un investigador trabaja en el interior de una sociedad capitalista para conocer y controlar las variables de ese sistema sin buscar el cambio del sistema, tiene una tendencia hacia el análisis cuantitativo idéntico a la del técnico que trabaja en la planificación socialista para el conocimiento y control de las variables del sistema socialista. Ambos poseen una perspectiva semejante y ponen énfasis en el análisis cuantitativo de la sociedad.6 Esta concepción técnico-instrumental del saber sociológico se manifestó abiertamente durante el periodo de guerra fría, llegando en la ex-Unión Soviética a restringir su estudio universitario sólo a soviéticos por considerar su enseñanza un problema de seguridad estratégica. Igualmente, en los países del bloque occidental se obser5 Emilio Durkheim en 1897 ha dado el gran paso. Su obra El suicidio, representa el estudio más brillante donde se explican “Las reglas del método sociológico”, nombre que lleva su ensayo publicado dos años antes. 6 Pablo González Casanova: La falacia de la investigación en ciencias sociales, Editorial Océano, México, 1987, pp. 28-29. EL PENSAMIENTO SOCIOLÓGICO DE SOCIAL-CONFORMISMO 7 va que en periodos críticos las facultades de ciencias políticas y sociología han sido cerradas y desmanteladas por las dictaduras. Concluido el periodo de guerra fría, la sociología como técnica instrumental para el control social adquiere un papel destacado en la divulgación de los valores, creencias y comportamiento destinados a inculcar la cultura del social-conformismo y del pensamiento sistémico. Nuevos tiempos, nueva sociología, nuevas ciencias, nuevo saber. Un nuevo ciclo histórico se anuncia como míticamente construido a partir de la robótica, la informática, la cibernética y la inteligencia artificial. Las “herramientas conceptuales” del sociólogo vinculadas a una visión histórico-contingente de la acción y las relaciones sociales, es decir el estudio de los conf lictos, las crisis y los cambios sociales, pensamiento fuerte, se abandona en beneficio de un instrumental más acorde con los tiempos del pensamiento débil. Métodos, técnicas y prácticas vinculadas al pensamiento fuerte son descartadas, perdiendo su valor heurístico en la formación del saber sociológico. Conceptos y categorías explicativas de acciones y relaciones sociales provenientes del pensamiento fuerte, son considerados inadecuados, ineficaces u obsoletos para dar cuenta de las transformaciones estructurales que la sociedad sufre hasta su mutación en sistema. Sin embargo, es un mal ejercicio teórico reducir la sociología al saber institucional divulgado en los centros de enseñanza por los científicos sociales del pensamiento débil social-conformista. La sociología esta constituida por un conjunto de escuelas contrapuestas y antagónicas que no desaparecen aunque sus corrientes críticas se vean ensombrecidas y se oculten en beneficio del saber institucionalmente pensado para divulgar los valores, creencias y mitos del pensamiento sistémico dependiente del poder político para su expansión. El nacimiento de una corriente social-conformista en la sociología y su actual hegemonía institucional se relacionan con el fin de la guerra fría y el advenimiento del pensamiento débil. Como acción conciente de científicos sociales es, al mismo tiempo, una actitud práctica de comportamiento intelectual y un método para imponer el instrumental teórico considerado eficiente para controlar a la población y desarrollar el análisis social. Para sus hacedores y defensores, la sociología debe desprenderse del uso crítico de la razón práctica y al mismo tiempo evitar emitir juicios valorativos que pongan en riesgo el funcionamiento del sistema. 8 EL PENSAMIENTO SOCIOLÓGICO DE SOCIAL-CONFORMISMO La imaginación sociológica, la capacidad de pensar críticamente el tiempo histórico y la sociedad a la cual se pertenece son desdeñadas como partes constituyentes del método. La práctica y la experiencia se desprenden de la praxis teórica, que al fin de cuentas termina siendo un lastre para actuar con eficacia en las redes del sistema. La corriente pragmática y el conductismo psicosocial son referentes más adecuados para adoptar conductas social-conformistas y moverse con soltura entre redes y códigos sistémicos. Actuar pragmáticamente será la conducta social más eficiente para maximizar la existencia en el sistema. Las reglas y los códigos están para ser cumplidos no para ser cuestionados, pedir su modificación o considerarlos obsoletos. Las nociones de cambio social y de conf licto son inadecuadas para comprender el funcionamiento del sistema, al igual que los conceptos de revolución, crisis y lucha de clases, entre otros, deben ser eliminados del código simbólico del ordenamiento sistémico. Es mejor mutar hacia una existencia placentera, complaciente y social-conformista que vivir en continua contingencia con la incertidumbre de futuros abiertos a cambios sociales imprevisibles y totalmente estocásticos. El pensamiento social-conformista nada a favor de la corriente, haciendo aumentar su fuerza y su velocidad. Lentamente, pues nadar es un acto superf luo, la corriente arrastra todo haciendo estéril cualquier resistencia que se oponga a su dirección. Pero no hay que olvidar que para resistir previamente hay que querer nadar contra corriente, y ése no es el sentido y el quehacer sociológico de los sociólogos y científicos-sociales aduladores del social-conformismo. T2. La escuela de pensamiento social-conformista: una interpretación sistémica de la vida Las ciencias, ya sean de la materia, la salud, la vida o sociales están configuradas por corrientes de pensamiento e interpretaciones que dan fisonomía a su quehacer contingente. Su existencia no cuestiona el saber de la disciplina ni menos aún relativiza su existencia. La sociología participa en dicha práctica científica. Sus escuelas de pensamiento y corrientes de interpretación se adjetivan en función de sus principios y bases explicativas de la acción social. No se discute la existencia de la acción social o si la sociología estudia y analiza o no su desarrollo. Otro problema consiste en cómo se construye y se presenta el conjunto de postulados y principios que dan origen a las distintas EL PENSAMIENTO SOCIOLÓGICO DE SOCIAL-CONFORMISMO 9 escuelas y corrientes de pensamiento sociológicas. Así, nos encontramos, por ejemplo, con las corrientes estructuralista, funcionalista, conductista, empírica y sistémica, y las escuelas ligadas a pensamientos de autor: Marx, Weber, Adorno y Horkheimer (escuela de Francfort), Habermas o Luhmann, entre otros. Reconocer la importancia del estudio e interpretación de la acción social como fundamento desde el cual se produce el saber de la sociología y de la sociedad, es un principio que une y divide al conjunto de corrientes y escuelas de la sociología. Las interpretaciones sobre el contenido, el sentido y la estructura de la acción social son la base del debate sociológico. La sociología del conformismo, inmersa en el pensamiento sistémico, propone transformar las relaciones sociales y adecuar las acciones sociales de los individuos a los postulados emergentes de la teoría de sistémica de lo social. Niklas Luhmann es el teórico que expone con mayor claridad esta posición. Su propuesta consiste en señalar la incorrección de interpretar el orden social como una relación jerárquica-causal existente entre estructura, función y acción social. Así, debe definir la sociología como parte del estudio racional del sistema y no de la acción social intersubjetiva. “La sociología tendrá que redefinir la racionalidad de acción como racionalidad de sistema y referirla a su concepto de sistema. En consecuencia, regiría como racional todo experimentar constitutivo de sentido y todo hacer en tanto contribuya a la solución de problemas de sistema y, de tal modo, al mantenimiento de estructuras reductivas en un mundo extremadamente complejo.”7 Desarrollar una sociología tendente al análisis sistémico es descalificar las corrientes y escuelas de pensamiento ligadas a la teoría estructural y comprensiva de la acción social, donde prevalecerá el carácter histórico y contingente de la acción social “.8 La sociología sistémica y social-conformista representa una crítica al pensamiento de Max Weber, la escuela de Francfort y la sociología estructuralfuncionalista. Escuelas que apuntan lo inadecuado de una interpretación apriorística de la racionalidad como método teórico para comprender las acciones sociales.Simplificar la actuación de los sujetos en el sistema, reduciendo el grado de complejidad de las acciones sociales, es uno de los postulados sobre los cuales se asienta el pensamiento social sistémico. Los hechos sociales, la realidad y la sociedad deben comprenderse desde una racionalidad sistémica no humana. 10 EL PENSAMIENTO SOCIOLÓGICO DE SOCIAL-CONFORMISMO ¿Cuál es el objetivo que persigue el pensamiento sistémico al transferir la racionalidad material y formal de la acción social humana al sistema? La respuesta la encontramos en los argumentos empleados por Niklas Luhmann en su crítica a la teoría causal-jerárquica de la acción social: “Por cada producción de elementos últimos e indisolubles para el sistema, esto es, de elementos constitutivos del sistema, se hace necesaria no sólo una referencia a otros elementos propios del sistema, sino también la regulación de la elección de esa referencia por medio de las estructuras propias al sistema. Esto es cierto no sólo en relación con sistemas vivos que reproduzcan sus propios elementos gracias a una réplica relativamente exacta, sino también con respecto a los sistemas de sentido... No existen, por tanto, las comunicaciones conscientes, así como tampoco existe un pensamiento, una sensación o una percepción comunicativas. Expresado de otra manera: no es el hombre, sino sólo la comunicación, lo que puede comunicar”.9 El rechazo del pensamiento sistémico hacia la teórica inter subjetiva de la realidad y por ende de las acciones sociales culmina en una propuesta teórica, donde se expone el carácter aleatorio de la naturaleza de la vida para el desarrollo del sistema, pudiendo pervivir sin tener que aludir a la existencia de los seres vivos para explicar su racionalidad y constitución. La racionalidad es intrínseca al sistema, teniendo la capacidad de emisión de códigos de acción para ser utilizados como referentes para la comunicación social. Así, el sistema provee de racionalidad a la acción social comunicativa para participar en sus redes y vivir el entorno. Niklas Luhmann es claro en este significado al señalar: La socialidad no es ningún caso especial de la acción, lo que sucede es que en los sistemas sociales la acción se constituye por medio de la comunicación y de la atribución en una reducción de complejidad, como autosimplificación indispensable del sistema. En el nivel de la teoría general de sistemas se habla de una constitución “mutualista” o “dialógica”. Con esto se quiere decir que la autorreferencia en el nivel de los procesos básicos sólo es posible cuando existen por lo menos dos procesadores de información que se pueden referir uno al otro y por medio de uno y otro, a ellos mismos. Así que la autorreferencia presupone una infraestructura correspondiente discontinua. Los arreglos necesarios no pueden radicar ni en los elementos, ni en los sistemas parciales del sistema social, ya que ambos factores son EL PENSAMIENTO SOCIOLÓGICO DE SOCIAL-CONFORMISMO 11 apenas producidos por ellos. Los sistemas consisten únicamente en acuerdos selectivos producidos por la acción combinada de estos procesadores, y la estructura de estos sistemas sólo tiene la función de posibilitar los cambios y los reencuentros permanentes de tales acuerdos.10 El sentido autorreferencial de las acciones sociales comunicativas consiste en transferir el potencial de las facultades humanas al sistema al grado de lograr la mutación del homo sapiens sapiens en operador sistémico. Una vez conseguida la mutación, el operador sistémico, orientado por la acción social comunicativa, se desenvuelve con soltura en el interior del sistema. El grado de satisfacción obtenido al ver simplificada su existencia le otorga la tranquilidad y confianza necesaria para buscar el placer y huir del estado de conciencia que obliga a pensar y ref lexionar sobre la condición social humana. Para comprender mejor la relación entre acción social comunicativa y pensamiento sistémico, es útil recordar los orígenes matemáticos de la teoría de sistemas en los cuales se enmarca, define y desarrolla con posterioridad la teoría social de sistemas. Los lenguajes provenientes de la cibernética, la informática, la robótica, la teoría de juegos y de las decisiones racionales desarrollados durante la segunda guerra mundial constituyen la fuente originaria de inspiración en la cual se apoya la teoría de los sistemas sociales en los años setenta del siglo XX. Nombres como John von Neumann, Alan Turing, Norbert Wiener, Ludwig Bertanlanffy o Heinz Foester, están asociados a su desarrollo.11 En este sentido, quien mejor sintetiza los conocimientos que ayudan a la cristalización de la teoría general de sistemas es Ludwig Bertanlanffy: Hay una porción de progresos novedosos destinados a enfrentarse a las necesidades de una teoría general de los sistemas. Los enumeraremos brevemente: 1] La cibernética, basada en el principio de retroalimentación o de líneas causales circulares, que proporciona mecanismos para la persecución de metas y el comportamiento autocontrolado. 2] La teoría de la información, que introdujo el concepto de información como magnitud medible mediante una expresión isomorfa de la entropía negativa en la física y desarrolla los principios de su trasmisión. 3] La teoría de juegos, que analiza, con un novedoso armazón 12 EL PENSAMIENTO SOCIOLÓGICO DE SOCIAL-CONFORMISMO matemático, la competencia racional entre dos o más antagonistas en pos de ganancia máxima y pérdida mínima. 4] La teoría de la decisión, que analiza parecidamente elecciones racionales, dentro de organizaciones humanas, basadas en el examen de una situación dada y sus posibles consecuencias. 5] La topología o matemáticas relacionales, incluyendo campos no métricos tales como las teorías de las redes y de las gráficas. 6] El análisis factorial, o sea el aislamiento, por análisis matemático, de factores en fenómenos multivariables, en psicología y otros campos. 7] La teoría general de los sistemas en el sentido más estricto que procura derivar, partiendo de una definición general de ‘sistema’ como complejo de componentes interactuantes, conceptos característicos de totalidades organizadas, tales como interacción, suma, mecanización, centralización, competencia, finalidad, etc., y aplicarlos a fenómenos concretos.12 El trasvase de conocimientos y lenguaje físico-matemático al campo de las ciencias sociales desvirtúa el sentido teórico que se pretendió dar a la teoría general de sistemas, dejando al descubierto la inadecuación de su uso para explicar el comportamiento y las acciones sociales humanas. Una crítica proveniente del campo de la materia nos puede aportar los argumentos para comprender por qué se distorsionan los postulados matemáticos de la teoría de sistemas cuando se trasfieren a la esfera de lo social humano. La misma se refiere al trasvase y el grado de frivolidad con que los teóricos del pensamiento sistémico y posmoderno utilizan conceptos físico-matemáticos para explicar comportamientos sociales, cometiendo errores de principiantes al emplear categorías de las cuales desconocen su significado específico. El abuso indiscriminado del saber físico-matemático, por parte de científicos-sociales demuestra lo que Alan Sokal y Jean Bricmont llaman ignorancia e imposturas intelectuales. Para comprender su pensamiento se cita in extenso la posición teórica de los autores: Para ser más precisos, la palabra ‘abuso’ puede designar aquí una o varias características siguientes: 1] hablar prolijamente de teorías científicas de las que, en el mejor de los casos, sólo se tiene una idea muy vaga. La táctica más común es emplear una terminología científica —o pseudo científica— sin preocuparse demasiado de su significado. 2] incorporar a las ciencias humanas o sociales nociones propias de las ciencias naturales, sin ningún tipo de justificación empíri- EL PENSAMIENTO SOCIOLÓGICO DE SOCIAL-CONFORMISMO 13 ca o conceptual de dicho proceder. Si un biólogo quisiera utilizar en su campo de investigación nociones elementales de topología matemática, de la teoría de conjuntos o de la geometría diferencial, se le pedirían explicaciones y sus colegas no tomarían demasiado en serio una vaga analogía...3] Exhibir una erudición superficial lanzando, sin el menor sonrojo, una avalancha de términos técnicos en un contexto en el que resultan absolutamente incongruentes. El objetivo, sin duda, es impresionar y , sobre todo, intimidar al lector no científico. Por lo demás, algunos comentaristas académicos y de los medios de comunicación han picado el anzuelo: Roland Barthes está impresionado por la precisión del trabajo de Julia Kristeva y Le Monde admira la erudición de Paul Virilio. 4] Manipular frases sin sentido. Se trata, en algunos autores..., de una verdadera intoxicación verbal, combinada con una soberana indiferencia por el significado de las palabras.(...) Quizá se creen capaces de aprovechar el prestigio de las ciencias naturales para dar un barniz de rigor a sus discursos. Y parecen convencidos de que nadie se va a dar cuenta del mal uso que hacen de los conceptos científicos. Nadie va a exclamar ¡el rey está desnudo! Nuestro propósito es, precisamente, éste: decir que el rey está desnudo (y la reina también). Seamos claros. No pretendemos atacar a la filosofía, las humanidades o a las ciencias sociales en general; al contrario, consideramos que dichos campos son de la mayor importancia y queremos poner en guardia a quienes trabajan en ellos y, muy especialmente, a los estudiantes frente a algunos casos manifiestos de charlatanería. Concretamente queremos ‘descontruir’ la reputación que tienen ciertos textos de ser difíciles porque las ideas que exponen son muy profundas. En la mayoría de los casos demostraremos que, si parecen incomprensibles, es por la sencilla razón de que no quieren decir nada.13 Mordaces críticas que dejan al descubierto cómo el uso inadecuado de categorías, lenguaje y conceptos físico-matemáticos y también provenientes de la biología, la química, la medicina o la ingeniería, se pueden convertir en un lastre peligroso cuando son utilizados para explicar comportamientos sociales, fin para el cual no fueron creados. Muchos de los problemas actuales que enfrentan las ciencias sociales provienen del intento de matematizar la sociedad y convertirla en un código lingüístico de orden sistémico y binario. Asimismo cada vez más se observa como conceptos cómo caos, indeterminación, relatividad, incertidumbre, complejidad, efecto mariposa, fractales, no 14 EL PENSAMIENTO SOCIOLÓGICO DE SOCIAL-CONFORMISMO linealidad o entropía, entre otros, son esgrimidos con sentido analógico para explicar el comportamiento social de la condición humana. No se trata de negar la apropiación legítima y el uso de conceptos provenientes de otras disciplinas, sobre todo de las ciencias de la vida o de la materia, para el desarrollo y devenir de las ciencias sociales. Lo que se pone en cuestionamiento es el rigor en el uso de los mismos a la hora de romper el principio de explicación sobre el cual surge el concepto o categoría. En otras palabras, hablar de la teoría del caos, nacida en el campo de las matemáticas o utilizar la voz del diccionario son cosas totalmente diferentes. En el diccionario quiere significar: “La materia desordenada y sin forma que se supone existió antes del universo ordenado”. Desde las matemáticas la definición de caos es completamente diferente: “Comportamiento estocástico que ocurre en un sistema determinista”. Así, “El caos es el comportamiento sin ley gobernado completamente por la ley”.14 Sin embargo, cuando se traspasa el concepto de caos a las disciplinas de las ciencias sociales se sobreentiende su dependencia con la teoría matemática del caos y no se alude al uso ordinario del mismo. Ello no sólo produce confusión, también incorpora un grado elevado de inconsistencia a las explicaciones teóricas derivadas de su uso inadecuado. La idea de caos ligado a indeterminación y relativismo no son consecuentes con la teoría matemática del caos. No aclarar el contenido del concepto presupone ya un acto conciente por elidir el rigor en la definición. Dejando por sobreentendido algo que es necesario explicar. Las herramientas del científico social parecen ser otras cuando se trata de analizar el sistema; los conocimientos requeridos para su estudio también. Su abandono, sin embargo, facilitan el surgimiento del pensamiento sistémico y social-conformista. En el pensamiento sistémico todo se redefine en función de las necesidades del sistema. Si el sistema piensa e imprime su racionalidad, el científico social debe limitarse a ser un divulgador de su racionalidad. Y para esta tarea pensar y la ref lexión son un lastre del cual hay que desprenderse si se quiere ser un operador sistémico cualificado. Para ser un buen divulgador del social-conformismo teórico hay que socializarse en la racionalidad sistémica. Asumir su lenguaje, sus valores y creencias facilita la tarea de proyectar socialmente un tipo de acción social comunicativa, algorítmica y funcional. Si consideramos el “advenimiento” de la acción social comunicativa como tipo específico de una acción social sistémica donde se pro- EL PENSAMIENTO SOCIOLÓGICO DE SOCIAL-CONFORMISMO 15 yectan los comportamientos social-conformista y autocomplacientes, podemos concluir que el sistema se autoregula a sí mismo expandiendo los códigos específicos del conformismo social. En otro sentido, se legitiman relaciones sociales adecuadas para el comportamiento social-conformista. Con ello se garantiza un proceso de socialización afincado en los valores y creencias que sustentan y avalan el conformismo social. Conformismo que, trasladado al quehacer científico, se expresa en el saber puesto en un pensamiento sistémico, el cual establece las pautas de un orden sistémico administrado por operadores y robot alegres. En contraposición al pensamiento sistémico social-conformista, defendemos la hipótesis de una acción social intersubjetiva productora de múltiples realidades posibles, donde el horizonte histórico no está definido por la racionalidad y las funciones de un sistema social autoregulado. Se trata de una interpretación de lo social como una construcción abierta y contingente de futuros posibles no encasillados dentro de un orden social sistémico que considera que el futuro ya está contenido en la lógica del sistema. Los posibles futuribles no están diseñados y su probabilidad se escapa a la lógica sistémica como un orden de códigos binarios. El tiempo no es lineal, se construye en paralelo. El conocimiento no es propiedad del sistema, forma parte del ser humano. El estado de conciencia, la facultad de pensar e imaginar expresan la condición humana, y buscar erradicarlas del homo sapiens sapiens es tanto como hacer desaparecer la especie. Objetivo siempre posible que cuenta con adeptos, pero también con detractores que asumen la responsabilidad de denunciar dichos proyectos. Si la ra- 16 EL PENSAMIENTO SOCIOLÓGICO DE SOCIAL-CONFORMISMO zón puede llegar a crear monstruos, su abandono nos puede convertir en animales de compañía para el funcionamiento racional del sistema social. 7 Niklas Luhmann: Ilustración sociológica y otros ensayos, Editorial SUR, Buenos Aires, 1973, pp. 74. 8 La definición de Weber es clara: “Por acción debe entenderse una conducta humana (bien consista en un hacer externo o interno, ya en un omitir o permitir) siempre que el sujeto o los sujetos de la acción enlacen a ella un sentido subjetivo. La acción social, por tanto, es una acción en donde el sentido mentado por su sujeto o sujetos está referido a la conducta de otros, orientándose por ésta en su desarrollo”, Max Weber, Economía y Sociedad, FCE, México, 1977, Pp 5. 9 Niklas Luhmann, La ciencia de la sociedad ,Editorial Anthropos en coedición con la Universidad Iberoamericana e ITESO, México, 1996, pp 28. 10 Niklas Luhmann, Los sistemas sociales, Universidad Iberoamericana/Anthropos, México, 1996, pp151. 11 En este sentido puede consultarse la compilación de Zenon Pylyshyn, Perspectivas de la revolución de los computadores, Alianza Editorial, Madrid, 1975. En ella aparecen algunos de los autores antes señalados. Como obra de autor véase, Norber Wiener, Cibernética e Inventar, dos obras publicadas por Tusquets, Barcelona, 1992 y 1995, respectivamente. Heinz Foerster, Las semillas de la cibernética, Gedisa, Barcelona, 1993. Ludwig Bertalanffy, Teoría general de los sistemas, FCE, México, 1980. Desde una perspectiva sociológica, puede consultarse el libro inicial de Walter Buckley, La sociología y la teoría moderna de los sistemas, Amorrortu, Buenos Aires, 1970. Y desde luego la versión actual de Niklas Luhmann. 12 Ludwig Bertalanffy, Teoría general de los sistemas, FCE, México, 1980, pp 93-94. 13 Alan Sokal y Jean Bricmont, Imposturas intelectuale, Paidós, Buenos Aires, 1999, pp. 22-23. 14 Ian Stewart, Juega Dios a los dados? La nueva matemática del caos, Editorial Grijalbo Mondadori, Barcelona 1996, pp.22.