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FACULTAD LATINOAMERICANA DE CIENCIAS SOCIALES -SEDE ACADEMICA ARGENTINAPROGRAMA DE DOCTORADO EN CIENCIAS SOCIALES La “Cuestión Social” como construcción ideológica: propuesta de una tipología para su comprensión. Analisis del caso de la Politica Asistencial del gobierno del Frente Amplio AUTOR: JOSE PABLO BENTURA DIRECTORA: MONICA DE MARTINO AGOSTO DE 2010 1 RESUMEN El trabajo que se presenta a continuación es resultado de la investigación realizada en el marco del Doctorado en Ciencias Sociales de la Facultad Latinoamericana en Ciencias Sociales (Flacso – Argentina). El objeto de la tesis es la ―Cuestión Social‖ en Uruguay a partir de la asunción del gobierno frenteamplista, entendiendo por cuestión social i) el complejo de problemas sociales que se interpreta ponen en riesgo la reproducción social y ii) el proyecto que se estructura para atender estos problemas. Esta interpretación y proyecto emergen como posibilidad cuando lo social, se constituye como una esfera independiente de la organización capitalista de producción siendo posible su atención dentro del capitalismo, y esta posibilidad surge históricamente con el advenimiento del capitalismo monopolista. A los efectos de la investigación se construyen tres tipos ideales que valizan esta interpretación y proyecto: i) la perspectiva neoliberal, ii) la perspectiva conservadora y iii) la perspectiva social o de ampliación de la ciudadanía. El universo empírico seleccionado de forma tal de analizar cómo se ponen en juego estos tipos ideales es el Ministerio de Desarrollo Social, creación institucional del gobierno del Frente Amplio para la articulación y coordinación de las políticas sociales del Estado uruguayo. Considerando la bibliografía analizada y a partir de entrevistas a operadores tecno-políticos y análísis de la documentación institucional recogida, se concluye que, el proyecto de administración de la cuestión social vigente contiene una clara articulación entre la perspectiva neoliberal y la perspectiva conservadora, incorporando ciertos componentes propios de la perspectiva de ampliación de la ciudadanía con carácter residual y ―semántico‖. 2 ABSTRACT The piece of dissertation that is being presented is the result of an investigation conducted within the framework of PhD in Social Sciences of ―Facultad Latinoamericana en Ciencias Sociales‖ (Flacso – Argentina). The purpose of the thesis is the ―Social Matter‖ in Uruguay from the assumption of ―frenteamplista‖ government, interpretation social matter i) as the social problems complex which we assume it puts in risk social reproduction and ii) the project structured to attend these issues. This interpretation and the project itself emerge as a possibility when the social fact is totally independent of capitalist organization of production, even though its attending is made possible within capitalism, and this possibility emerge historically with the advent of monopolist capitalism. For the purposes of research we build three ideal perspectives which validate this interpretation and project i) the neoliberal perspective, ii) the conservative perspective and iii) the social perspective or the expansion of citizens. The empirical universe selected to analyze how these ideal perspectives act is the Ministerio de Desarrollo Social which is an institutional creation of Frente Amplio’s government to articulate and coordinate social politics in Uruguay. Considering the bibliography analyzed and from the interviews with technic-political operators and the analysis of institutional documentation researched, we conclude that, the project of social matter administration has nowadays a clear articulation between neoliberal perspective and conservative perspective, incorporating certain elements of the prospect of citizenship expansion perspective with residual and ―semantic‖ nature. 3 AGRADECIMIENTOS Todo trabajo es colectivo y esta tesis no es la excepción: alguien lavó los platos, cuidó a los niños, me contuvo, me amó, corrigió, aportó el fuego y .... el agua. Como siempre imprescindibles, las mujeres: A Laura, ―Flaqui‖, mi Compañera (todo lo que hago tiene algo que ver con ella) A Mónica, mi directora A Celia, mi analista A Susana, mi vieja A Celmira, mi hermana Y sobre todo a Carol... la niñera También aportaron lo suyo (aunque fuera piedritas en el zapato para saber que camino): Mis hijos Andrés, Antonio, Martín e Isabella, por orden de aparición. Por el aporte en la traducción a mi querido hermano Guille y su compañera Lucía. También a Gustavo y Marcelo mis otros hermanos, no menos queridos y a Edgardo mi viejo. Y al flaco querido, por sus aportes invalorables: Alejandro Mariatti (nuestro Alejandro como dice nuestra querida Blanquita, viejita linda). Y por supuesto a FLACSO y al Departamento de Trabajo Social de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de la República. 4 GLOSARIO DE SIGLAS AFAP ANEP ANTEL BID BPS BROU CAIF CAMBADU CEP CES CIDE CIESU CIJ CODICEN FAS FISE INAME INAMU INAU INDA INE IRPF IVA MEF MERCOSUR MIDES MRREE MSP MTSS OBSUR PANES PAST PBI PIAI PIT PLEMUU POP OPP SINIA SIPI UTU Administradoras de Fondos de Ahorro Previsional Administración Nacional de Educación Pública Administración Nacional de Telecomunicaciones. Banco Interamericano de Desarrollo Banco de Previsión Social Banco de la República Oriental del Uruguay. Centro de Atención a la Infancia y la Familia Cámara de baristas y almaceneros del Uruguay. Consejo de Educación Primaria Consejo de Educación Secundaria Comisión de Inversiones y Desarrollo Económico Centro de Informaciones y Estudios del Uruguay Centro de Información a la Juventud Consejo Directivo Central Fortalecimiento del Área Social Fondo de Inversión Social de Emergencia Instituto Nacional del Menor Instituto Nacional de la Mujer Instituto de la Niñez y de la Adolescencia del Uruguay Instituto Nacional de Alimentación. Instituto Nacional de Estadística. Impuesto a la Renta de las Personas Físicas. Impuesto al Valor Agregado Ministerio de Economía y Finanzas Mercado Comun del Sur Ministerio de Desarrollo Social Ministerio de Relaciones Esteriores Ministerio de Salud Pública Ministerio de Trabajo y Seguridad Social Observatorio del Sur Plan de Atención Nacional a la Emergencia Social programa de Atención a los Sin Techo Producto Bruto Interno Programa de Integración de Asentamientos Irregulares Plenario Intersindical de Trabajadores Plenario de Mujeres del Uruguay Proyectos de Opción Productiva Oficina de Planeamiento y Presupuesto. Sistema Integral Nacional de Infancia y Adolescencia Sistema de Información para la Infancia Universidad del Trabajo del Uruguay 5 INTRODUCCIÓN ...................................................................................... 3 Aspectos Metodológicos....................................................................... 19 I. ―Cuestión Social‖ CONCEPTO Y PERIODIZACIÓN .......................... 31 I. 1. Cuestión Social: problematización y proyecto ............................... 39 II. PARA LA COMPRENSIÓN DE LA ―CUESTIÓN SOCIAL‖ ............ 56 II. 1. La perspectiva neoliberal ............................................................. 57 II. 2. La perspectiva conservadora ....................................................... 65 II. 3. La perspectiva social o de la ampliación de la ciudadanía ............. 74 III. CAPITALISMO MONOPOLISTA Y CUESTIÓN SOCIAL............... 81 III. 1. Estados de Bienestar y Cuestión Social ....................................... 83 III. 2. La ―Cuestión Social‖ en la era de la reestructuración productiva . 88 IV. FORMACIÓN SOCIAL DEL URUGUAY Y Cuestión Social .......... 103 IV. 1. Consolidación del Estado Uruguayo. ........................................ 104 IV. 2. El batllismo y la conjura de la Cuestión Social.......................... 108 IV. 3. Crisis del Estado batllista y sustitución del bloque en el poder . 117 IV. 4. La transición democrática. El arribo del ―Consenso de Washington‖ y su adopción moderada ............................................... 127 IV. 5. Crisis del 2002 y triunfo de la izquierda política ....................... 142 V. EL TRIUNFO DE LA IZQUIERDA POLÍTICA: ¿UNA NUEVA CONFIGURACIÓN DE LA CUESTIÓN SOCIAL? ............................... 147 V. 1. MIDES: una estrategia de combate a la pobreza extrema ........... 157 VI. DIMENSIONES PARA EL ANÁLISIS DEL DISCURSO ............. 200 VI. 1. ¿Qué tipo de intervención se considera legítima? ...................... 201 VI. 2. ¿Cuál es el valor central que legitima la intervención? ............. 227 VI. 3. ¿A través de qué principio de justicia se orienta la intervención? 241 VI. 4. ¿Qué concepción de ciudadanía expresa? .................................. 251 VI. 5. ¿Cómo se representa un ideal de hombre u hombre ideal? ........ 264 VI. 6. ¿Cuál es el papel que se le asigna al trabajo? ............................ 270 VII. CONCLUSIONES. UN NUEVO PACTO DE DOMINACIÓN: ANTI CAPITALISMO ROMÁNTICO Y ASISTENCIA, UNA EMANCIPACIÓN ILUSORIA ....................................................................................... 284 BIBLIOGRAFIA .................................................................................... 318 FUENTES DOCUMENTALES .............................................................. 333 6 INTRODUCCIÓN La elección del objeto de este estudio responde, como siempre ocurre, fundamentalmente a razones subjetivas (cf. Weber, 1991), y se espera que no hayan, creemos que no, invalidado los avances, resultados y conclusiones de la investigación. Identificar y reconocer el carácter primariamente subjetivo de la producción de conocimiento es un paso necesario para construir cierta vigilancia (Bourdieu, 2001) sobre las condiciones de tal producción. En este apartado nos reservamos, entonces, tanto el derecho como la exigencia de exponer aquellas motivaciones e inquietudes que acompañaron la preocupación inicial sobre la concepción y el tratamiento de la intervención social por parte del gobierno de izquierda, construyendo, de este modo, la expresión de una perspectiva particular acerca a la cuestión social. Empezamos por reconocer nuestra identificación, desde la infancia e influidos por nuestros mayores - en un momento en que la emoción invalidaba cualquier evaluación racional - con el recién fundado Frente Amplio, identificación que continuó en nuestra vida adulta cuando la razón empezaba a jugar un papel un tanto más importante. Es así que, como muchos uruguayos, creímos tocar el cielo con las manos cuando el Frente Amplio triunfó en Montevideo y asumió el gobierno municipal en el año 1989. Estábamos convencidos de que una fuerza con voluntad 1 antiimperialista y antioligárquica haría un gobierno municipal que llevaría 1 Decia la declaración constitutiva del Frente Amplio: ―Expresamos nuestro hondo convencimiento de que la construcción de una sociedad justa, con sentido nacional y progresista, liberada de la tutela imperial es imposible en los esquemas de un régimen dominado por el gran capital. La ruptura con este sistema es una condición ineludible de un proceso de cambio de sus caducas estructuras y de conquista de la efectiva independencia de la nación. Ello exigirá, a su tiempo, la modificación del ordenamiento jurídicoinstitucional, a efectos de facilitar las imprescindibles transformaciones que procura.‖ 7 adelante reformas radicales, que implementaría con audacia políticas que pondrían en jaque la mediocridad neoliberal del gobierno nacional, recuperando la esperanza de volver a aquel Uruguay cuyas reformas habían sorprendido al mundo, constituyendo la autorrepresentación de ser un país modelo (Filgueira, 1990). Luego de tres períodos consecutivos de gobiernos municipales frenteamplistas, nuestra perplejidad por la ausencia de esa audacia solo se veía amortiguada por la - frágil - convicción que desde un gobierno municipal se podía hacer poca cosa, y que la audacia era, en contra de lo que habíamos imaginado, electoralmente contraproducente, y así el Frente estaba guardando sus reservas de creatividad política para su triunfo en las elecciones nacionales. La victoria de la izquierda en las elecciones nacionales nos sorprendió, sin embargo, un tanto más reservados en nuestra euforia. La expectativa continuaba y festejamos junto a otros cientos de miles de uruguayos el triunfo de la izquierda política, pero ya no con el entusiasmo de los años anteriores cuando se festejó el triunfo municipal. Un par de años después, al momento de comenzar nuestro trabajo de investigación, nuestras reservas parecían confirmarse en las sospechas más sombrías y nos contábamos entre el ―número creciente de ciudadanos sienten una sensación de frustración y desesperanza ante la falta de cambios importantes de sus vidas. Sectores importantes de la ciudadanía han percibido que el país continúa en un movimiento (inercial) que mucho se parece a las décadas anteriores, y que no solo no han habido transformaciones en los modos de pensar y hacer la Disponible www.quehacer.com.uy/Uruguay/frente_amplio/declaracion_constitutiva.htm. 12/02/2010. 8 en: Consulta: política, sino que tampoco parece avanzarse en lo económico y social.‖ (Moreira, 2007) Lo que empezaba a configurarse en nuestra percepción era que el Frente Amplio no venía a hacer otra cosa que completar el conjunto de reformas iniciadas por los gobiernos colorados y blancos que lo precedieron. Y que, en definitiva, el Frente Amplio no sólo no concretaba los cambios esperados, sino que además ello no le producía el costo político que nuestra sensibilidad política esperaba que le generara. Veíamos con sorpresa como: ―A partir de 2005, luego del triunfo del Frente Amplio y su acceso al gobierno en Uruguay, la ciudadanía aguardó expectante la hora de los cambios progresistas en el país. Sin embargo, dos años después de iniciada, la administración frenteamplista se encuentra ante un dilema: la gestión del gobierno continúa teniendo aceptación mayoritaria pero al mismo tiempo importantes sectores sociales comienzan a expresar su descontento.‖ (Moreira, 2007: 1) En definitiva empezaba a volverse claro para nosotros que el gobierno del Frente Amplio se presentaba, como ocurría con otros gobiernos de izquierda en la región, como el más conveniente para continuar con las reformas empezadas por los gobiernos anteriores. El Frente Amplio, despojado de sus aristas antiimperialistas y antioligárquicas2 que caracterizaron buena parte de su historia se tornaba 2 ―Esto significa: abandonar las propuestas socialistas en el caso de los partidos obreros europeos; abandonar las propuestas `antioligárquicas y antiimperialistas´ que 9 aún más funcional que los gobiernos que lo habían precedido para continuar con las reformas iniciadas por éstos. Esta funcionalidad está referida a uno de los postulados del Consenso de Washington3 (Williamson, 1993) y, sobre todo, al llamado pos Consenso de Washington en los que, si bien, la preocupación central ha sido propiciar la estabilidad macroeconómica y el control del gasto público, también se establece la necesidad de un ―cambio de las actitudes, todo lo cual puede intentarse una vez superados los niveles de la pobreza crítica‖ (Iglesias, 1993: 7, el énfasis es nuestro). En un mismo sentido, se expresan Midaglia y Antía (2007: 1) al afirmar que: ―La oleada de gobiernos de izquierda y/o progresistas que tuvo lugar entre fines del siglo XX e inicio del XXI en América Latina puso de manifiesto la necesidad de reconsiderar las formas de conducción política, en particular las relacionadas con el tratamiento de los costos sociales vinculados a la puesta en práctica del nuevo modelo de desarrollo. En este marco, surgieron múltiples interrogantes políticas y académicas sobre las posibilidades que disponían los gobiernos de orientación de izquierda para incidir en la estructura de desigualdad que caracteriza el continente, y, abrirían el camino a la revolución socialista de acuerdo a la lógica del programa frenteamplista de 1971, en el caso de la izquierda uruguaya.‖ (Garcé, 2009: 24) 3 Esta funcionalidad ya aparecia insinuada en la campaña electoral cuando se manejó la posibilidad de ofrecer el Ministerio de Economia al Cr. Enrique Iglesias. No resultaba claro si este posible ofrecimiento se vinculaba a la identificación de Iglesias con el Consenso de Washington por su reciente pasado como presidente del BID, o con su más lejano pasado vinculado a la CIDE (1966), es decir, al desarrollismo sesentista: ―El nombre del contador Enrique Iglesias se incorporó violentamente en los últimos días previos a las elecciones internas del 27 de junio a los debates de la campaña política. Desde varias tiendas se manejó su nombre como posible Ministro de Economía, integrante del gabinete o funcionario de jerarquía de la próxima administración. En el caso concreto del Encuentro Progresista, fue el propio doctor Vázquez quien comentó que perfectamente podía ser el jefe del equipo económico de un gobierno de izquierda y que era factible que se lo propusiera, se lo insinuara, cuando se encontraran en Washington‖ (Entrevista de Eduardo Cotelo en Radio El Espectador). Disponible en: http://www.espectador.com/1v4_contenido.php?id=21831&sts=1. Consulta: 23/05/2010 10 simultáneamente, aliviar las situaciones de pobreza más acuciantes, tomando en consideración las pautas internacionales de estabilidad macroeconómica y por ende de control del gasto público.‖ (El énfasis es nuestro) Estas inquietudes constituyeron el punto de partida para lo que luego seria nuestra propuesta de tesis doctoral. La pregunta que resuena en nuestro interior se puede formular en los siguientes términos: ¿cómo la izquierda política logra legitimidad para llevar adelante reformas que, en principio, parecen ajenas a su sistema de convicciones? En el fondo parece estar confirmando esta sensación el hecho de que el neoliberalismo, en tanto penetra la sensibilidad de la izquierda sin que ésta necesariamente lo perciba, ha logrado el triunfo, transitorio pero verdaderamente hegemónico, en tanto contamina a sus principales e históricos opositores. Es que, como señala Estela Grassi (2003: 305), ―En conjunto, aquello que se popularizó como el `neoliberalismo´ se trató, por sobre todas las cosas, de la refundación social y cultural que resultó de un proceso (transitoriamente) exitoso de realización de un proyecto de vida social que devino hegemónico; es decir, mucho más que un modelo económico, que los cambios en el patrón de acumulación o que una ideología dominante. Esa refundación comprendió al Estado, cuya actividad instituyó nuevas condiciones de regulación y de intervención para la reproducción social.‖ Esta tesis apunta a provocar, recuperar e interpelar los discursos que portan los operadores tecno - políticos del gobierno de izquierda insertos en la institucionalidad del Ministerio de Desarrollo Social (MIDES). 11 Fundamentalmente se pretende comprender qué elementos ideológicos constitutivos del pensamiento de la izquierda política uruguaya han posibilitado que se plantee la expectativa sobre su capacidad de ―aliviar las situaciones de pobreza más acuciantes‖ sin abandonar ―las pautas internacionales de estabilidad macroeconómica y por ende de control del gasto público.‖ (Midaglia y Antia, 2007: 1) Asumiendo como un dato la afirmación que puede leerse en Midaglia y Antía (2007), en Moreira (2007) y en Serna (2007), de que la administración del Frente Amplio no modificó sustancialmente ―las pautas internacionales‖ que propiciaron el ―ajuste estructural‖ en América Latina (Grassi et al., 1994), lo que resulta novedoso de esta administración, y le permite completar las reformas promovidas por el ―Consenso de Washington‖, es su preocupación por atender, apenas, las situaciones de pobreza extrema. (Midaglia y Antia, 2007: 1) La principal hipótesis que intenta demostrar esta tesis es que la izquierda, despojada de su carácter de clase apela a componentes conservadores - en la particular forma que cobra el pensamiento conservador en su conformación como ―anticapitalismo romántico‖ (Lucàks, 1992: 132) - que son parte constitutiva de su configuración4 para desarrollar exitosamente (al menos en lo que a legitimidad refiere) las nuevas políticas sociales e intentar amortiguar el costo social de mantener y continuar las reformas estructurales de tinte neoliberal propiciadas por el Consenso de Washington. 4 Al respecto veamos el comentario de German Rama (1987: 165) respecto al MLN, actualmente una de las fuerzas mayoritarias del Frente Amplio: ―hubo escaso interés por la postura ideológica, o más aún (se diría) un rechazo intencional al discurso, a las discusiones programáticas, una `nota antiintelectualista y antidoctrinaria bastante acentuada´ en respuesta a la sociedad declarativa e inactiva, y en especial a la izquierda. La propia sociedad uruguaya se preguntaba qué postulaban los tupamaros; los manifiestos de éstos eran escasos, y sus contenidos incluían elementos de denuncia del sistema en nombre de sus valores declarados, consignas reivindicativas populares y conceptos más o menos vagos respecto a lo que para ellos era una sociedad revolucionaria.― O el, menos especifico, de Aldo Solari (1964: 165) ―Puede incluso decirse que el extremismo verbal de ciertos sectores de la izquierda, sólo es posible porque está acompañado de la confortable sensación de que nada cambiará real, profundamente.‖ 12 La crisis del capital que se desplegó en los años 70 puso fin a las tres gloriosas décadas del Welfare State. La resolución de la crisis se procesó a través de la ruptura unilateral del pacto inter-clases (Przeworski, 1995) dando lugar a una fuerte ofensiva del capital sobre el trabajo cuyo resultado fue la reducción de los sistemas de regulación del Estado sobre el mercado, vale decir sobre la relación capital - trabajo. Si bien en América Latina no es posible hablar de Estado de Bienestar, la Matriz Estado Céntrica (Cavarozzi, 1996) establece sistemas de regulación que se le asemejan. El elemento central de la regulación Estado Céntrica en América Latina es también el seguro social. Su extensión y eficacia es desarrollado por los gobiernos ―populistas‖5, así denominados por la crítica neoliberal. La denuncia de los mecanismos autoritarios y clientelares (Cavarozzi, 1996) llamaba la atención acerca del carácter premoderno de estos gobiernos basados en el corporativismo y el favor. Esta crítica alcanza, sin duda, a la Matriz Estado Céntrica que caracterizó al desarrollo del Estado Social uruguayo. La particularidad señalada en relación a este caso es el alcance ―universal‖ del ―clientelismo y el favor‖: ―Aunque las políticas sociales fueron aplicadas de acuerdo con modalidades particularistas, clientelísticas; en su formulación a nivel genérico, en tanto leyes o decretos se recurrió a una retórica universalista. Con el decurso temporal lo que hasta 5 ―La extrema vulgarización de la denominada teoría del populismo (...) contribuyó, con certeza independientemente de la voluntad de sus autores, para descalificar los grandes esfuerzos y las grandes luchas del movimiento obrero y sindical, colaborando incluso con una ofensiva ideológica cuya finalidad era la de oscurecer el pasado reciente del movimiento sindical.‖ (Netto, 1994: 23) 13 entonces, se consideraba privilegio de quienes contasen con un padrino que hiciese efectivo el derecho establecido legalmente pasó a masificarse, y el clientelismo asumió una dimensión horizontal.‖ (Filgueira y Filgueira 1995: 12, el énfasis es nuestro) Esta particularidad del Estado Social uruguayo que trasciende, desde nuestro punto de vista, el aspecto mencionado, justifica nuestro estudio. La formación social del Uruguay constituyó tempranamente, incluso en comparación con las economías centrales, un Estado Social que lograba a través de un delicado equilibro condensar tempranamente un Estado Ampliado6. El Estado Social uruguayo empezó a configurar sus principales trazos en el último tercio del siglo XIX en su proceso de consolidación, pero, sin duda, terminó de definir sus particularisimas características en el primer cuarto del siglo XX de la mano del batllismo, tanto el clásico como el neobatllismo, que le darían al Uruguay una conformación que lo constituyen como un caso excepcional o, como quiere Solari, definido porque ―la marginalidad es su característica‖ (1964: 169). Estas características marginales que se desarrollaron a lo largo de la primera mitad del siglo XX permitieron la construcción de un sistema mítico, donde la cuestión social parecía haber sido superada a través de la puesta en marcha de un exitoso ―laboratorio social‖ (Morás 2000). El Uruguay presentaba al mundo este ―país modelo‖ (Filgueira y Filgueira, 1995) resultado de un experimento exitoso que había logrado ―humanizar el capitalismo‖ (Vanger, 2009) como la fórmula para resolver 6 Por Estado Ampliado se entiende el Estado característico del capitalismo de los monopolios que representa, sólo en última instancia, el interés de la burguesía pues al incorporar demandas de las clases subalternas genera un aparente equilibrio de poderes. (cf. Coutinho, 1994: 42 - 71) 14 los problemas sociales del mundo (Solari, 1964: 169) a través del ―slogan `Como el Uruguay no hay´‖ (Rama, 1972: 20). El bloque en el poder condensaba los intereses de la débil burguesía nacional en alianza con el proletariado que era su producto; logró consolidarse como bloque en el poder a través de un ―cesarismo progresista‖, fórmula que resolvió el ―equilibrio catastrófico‖ derivado del conflicto entre la ciudad y el campo (Acosta, 2006). Durante todo el período, la oposición feroz al modelo articuló los intereses oligárquicos y del capital financiero representados en las figuras del estanciero y del imperio (Nahum, 1979; Vanger, 2009). La culminación de la guerra de Corea en 1953 marca el final de las condiciones históricas que habían permitido el desarrollo del Estado Social uruguayo. El triunfo del Partido Nacional en 1958 representa la desagregación del bloque en el poder que es sustituído por un nuevo bloque que condensa los intereses que habían representado, como fue dicho, la oposición histórica al modelo batllista (Real de Azúa, 1984: 66). Esta situación pasó primero por un equilibrio catastrófico cuya resolución, confirmado el nuevo bloque en el poder, se procesó nuevamente con el recurso al cesarismo, pero en este caso de signo regresivo: ―Los antagonismos políticos que tan cuidadosamente se trataron de evitar durante la vigencia de la formación hegemónica que llamamos el `Uruguay Batllista´ surgieron cada vez más abiertamente dentro y fuera de la formación política. Luego de varios años de progresivo deterioro institucional esto llevó, como en otros países del sur de América Latina, a la quiebra del orden constitucional. Pero en el Uruguay esto no fue el resultado de una crisis de `populismo´. Fue el 15 colapso del transformismo.‖ (Panizza, 1990: 204, el énfasis es nuestro) El ―colapso del transformismo‖ supuso una reconfiguración de los partidos políticos en el Uruguay. La hegemonía batllista dentro del Partido Colorado es derrotada por los sectores conservadores como consecuencia de la victoria del Partido Nacional. De este modo y de forma progresiva, el Partido Colorado comienza a responder a los mismos intereses que estaban representados por la mayoría del Partido Nacional. Los sectores desplazados, portadores del ideario batllista 7, acaban retirándose del Partido Colorado para conformar el Frente Amplio en asociación con los partidos tradicionales de izquierda (comunistas y socialistas) y el recientemente formado Partido Demócrata Cristiano. El Frente Amplio representaba así la condensación de los intereses desplazados por el nuevo bloque en el poder y asimismo, expresaba la expectativa que estos grupos mantenían respecto a un posible retorno al pasado, es decir, la expectativa de recuperar el Uruguay feliz (Vanger, 2009: 266). En la ―Declaración Constitutiva‖8 del Frente Amplio se expresaba claramente que los responsables de la crisis eran precisamente aquellos sectores tradicionalmente situados en oposición al batllismo y que constituían el nuevo bloque en el poder. Los firmantes de la declaracíón afirman: ―el predominio de una oligarquía en directa connivencia con el imperialismo, han ido creando, por 7 ―También surgió en estos momentos [1962] otra lista, la `99´, `Por el Gobierno del Pueblo´ con ex integrantes del `quincismo´ ( Zelmar Michelini, Hugo Batalla, Aquiles Lanza etc.) y de los sectores más progresistas del `catorcismo´ (Renán Rodríguez, Enrique Martínez Moreno, etc.). Reivindicaban los contenidos batllistas que, a su entender, se encontraban notoriamente opacados.‖ La `99´ será, años más tarde, una de las fuerzas firmantes de la Declaración Constitutiva del Frente Amplio. 8 Disponible en: www.quehacer.com.uy/Uruguay/frente_amplio/declaracion_constitutiva.htm. Consulta: 12/02/2010 16 un lado, hondas tensiones sociales y por otro, un clima de preocupación colectiva sobre el destino mismo de la nacionalidad oriental (...) la oligarquía encontró, en el gobierno actual, un coherente intérprete político de su propia respuesta ante la crisis (...) concertar nuestros esfuerzos, mediante un acuerdo político, para establecer un programa destinado a superar la crisis estructural, a restituir al país su destino de nación independiente.‖ El Frente Amplio planteaba también la reforma agraría, la nacionalización de la banca y de los grandes monopolios, una reforma tributaria que gravara la acumulación de riqueza y al capital improductivo y el aumento de salarios públicos y privados (Nahun et all, 1998A: 73). De este modo, la declaración, si bien no explicitaba qué intereses representaba, colocaba claramente a cuáles se oponía. El Frente Amplio gana las elecciones 34 años después de su fundación, y medio siglo después de que la nueva configuración del bloque en el poder procesara transformaciones que culminaron en una sostenida desindustrialización del país. Los grupos sociales que habían conformado aquel bloque en la primera mitad del siglo XX, no tenían condiciones de reconstituirse como tal: el proceso de fragmentación en el mundo del trabajo había tenido un impacto devastador en ―los colectivos de trabajadores‖ (Sarachu, 1998) y la burguesía nacional no estaba en condiciones, ni tenía ninguna voluntad de constituirse en clase dirigente. Como vimos, el desarrollo de la primera mitad del siglo XX en Uruguay había sido sostenido en un sistema de mitos con un fuerte contenido carismático. Perelli y Rial (1986: 23), subrayan cuatro de ellos: 17 ―Los cuatro mitos citados: el de la medianía, para obtener seguridad, y para lograr un Uruguay feliz; el de la diferencia que nos hacía considerar fuertemente uruguayos; el del consenso, del respeto a la ley, a las reglas del juego que, en último término, cimentó el régimen democrático uruguayo, y el mito de un país de ciudadanos cultos, sustancialmente `culturosos´, con un mínimo muy por arriba de los standards corrientes, conformaron la base del imaginario de los uruguayos en el período del Uruguay feliz.‖ De acuerdo con los mismos autores, la incapacidad manifiesta del nuevo bloque en el poder consistió en su dificultad para constituir un nuevo sistema mítico, con lo cual, sin lograr ser reemplazados, los viejos mitos se mantenían: ―Los actores preconstituidos, los existentes desde antes de la instalación del régimen autoritario, y aquellos que pervivieron durante él, se niegan a cambiar su vieja identidad. Sus referentes, sus mitos, su imaginario social intenta perdurar. Sin embargo han cambiado la cara y la acentuación. (....) En el momento actual, la interrogante queda abierta ¿Será posible volver a crear un imaginario social hegemónico para esta sociedad uruguaya donde tantos cambios han ocurrido, pero donde tanto se intenta ocultarlos?‖ (Perelli y Rial, 1986: 36) Tal vez y en buena medida esta sea una de las causas por las que las reformas llevadas adelante nunca lograron acabar definitivamente con la estructura del Estado Batllista. El nuevo bloque en el poder no alcanzó 18 nunca a procesar una verdadera ―reforma intelectual y moral‖ (Gramsci, 1993: 69. El gobierno del Frente Amplio ya sin base social para procesar un cambio sustantivo en el bloque en el poder continúa con la orientación de la política económica9 y con los rasgos sustantivos que le imprimieron los gobiernos anteriores: equilibrio fiscal, reforma del Estado 10 etc. Pero, a diferencia de éstos, el Frente Amplio, histórico opositor de esta política, parece tener las condiciones para procesar una ―reforma intelectual y moral‖ (Gramsci, 1993: 69), en el sentido de procesar cambios sustantivos en la configuración mitica del Uruguay. Como fuera dicho por el ahora expresidente Tabaré Vázquez a poco de asumido el gobierno: "el año transcurrido desde entonces ha demostrado que la razón de ser de este gobierno no es administrar la nostalgia ni perseguir quimeras, sino promover cambios en la perspectiva de un país que, sin 9 La política económica del gobierno de Tabaré Vázquez significó una línea de continuidad con el ajuste estructural propiciado por los organismos internacionales y el nuevo gobierno de José Mujica dejó clara, desde que asumió el gobierno, la continuidad en este sentido: ―En primer lugar, vamos a darle al país 5 años más de manejo profesional de la economía, para que la gente pueda trabajar tranquila, e invertir tranquila. Una macroeconomía prolija es un prerrequisito para todo lo demás. Seremos serios en la administración del gasto, serios en el manejo de los déficits, serios en la política monetaria y más que serios, perros, en la vigilancia del sistema financiero. Permítanme decirlo de una manera provocativa: vamos a ser ortodoxos en la macroeconomía.‖ El discurso completo está disponible en: http://cemupro.com.ar/descargas/Discurso_completo_asuncin_de_Pepe_Mujica.pdf Consulta: 22/03/2010 10 Las dificultades de procesar una reforma del Estado en el Uruguay han sido históricas (ver por ejemploReal de Azúa, 1978: 71). El gobierno de Tabaré Vázquez fue tímido al respecto mientras que la propuesta de José Mujica expresa su compromiso por procesarla y la orientación de la misma es presentada en los siguientes términos: ―El gobierno de Nueva Zelanda enviará dos expertos en reforma del Estado para colaborar en el proceso de transformación estatal del Uruguay. La cooperación fue pactada el martes entre el subdirector de la OPP, Conrado Ramos, y el embajador isleño. Para los representantes de Nueva Zelanda en la región, la permanencia de Conrado Ramos en la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP) representó una buena señal, ya que se entendió que asegura la continuidad en el proceso de cooperación que el país isleño ofreció a Uruguay para consumar la reforma del Estado.‖ Disponible en: http://causaabierta.blogia.com/2010/030418-expertos-de-nueva-zelanda-comandaranreforma-del-estado-en-uruguay.php. Consulta: 15/5/2010 19 desentenderse del pasado ni eludir el presente, construya su propio futuro".11 Un cambio de perspectiva con vistas al futuro es lo que se ha propuesto. Cabe interrogarse acerca de dónde buscar ese cambio de perspectiva. Del planteo de las cinco dimensiones que hace el reciente expresidente en su discurso de asunción del gobierno12, surge como novedad lo que denominó como la dimensión social del Uruguay. Este trabajo se propuso indagar acerca de la nueva perspectiva propuesta en esta dimensión social. Recapitulando brevemente las principales orientaciones en materia social prevelecientes en las últimas décadas es ineludible la referencia a la propuesta del Consenso de Washington. Esta tenía una doble dimensión que no se modifica sustancialmente con el más reciente Pos Consenso de Washington: i) El ajuste estructural (Grassi et al., 1994) cuyo principal objetivo era desmontar todos los sistemas corporativos que habían configurado los frágiles Estados Sociales en América Latina, dar el tiro de gracia a los restos de la industria de sustitución de importaciones, eliminando toda protección arancelaria, para, al eliminar la garantía de pleno empleo, reducir así el valor del trabajo a fin de captar inversiones externas. ii) Como forma de aminorar el impacto social de estas reformas, propiciar un cambio en el sistema de protección social asociado al mundo del trabajo, donde las nuevas políticas sociales venían a sustituir la pauta sectorial, universal y administrada centralmente por la pauta integral, 11 El discurso fue pronunciado al realizar la memoria anual del gobierno y puede leerse completo en: www.presidencia.gub.uy/_web/MEM_2005/PRESENTACION.htm. Consulta: 23/6/2008. 12 ―Las cinco dimensiones que presenta Tabaré Vázquez en el 2004: Uruguay social, productivo, innovador, democrático e inserto en la región y en el mundo, que están absolutamente concatenados‖ (Entrevista Ministra de Desarrollo Social) 20 focalizada y descentralizada (con participación de la sociedad civil)(Filgueira, 1998) orientada, como fuera dicho, a atender ―los niveles de la pobreza crítica‖ (Iglesias,1993: 7). El gran fracaso del Consenso de Washington estuvo en su incapacidad de aminorar el impacto social de las reformas. Las nuevas políticas sociales no lograron evitar la brutal crisis de integración que se procesó en América Latina a partir de la reforma estructural llevada adelante fundamentalmente en los años noventa. Es posible aventurar que ―la oleada de gobiernos de izquierda y/o progresistas que tuvo lugar entre fines del siglo XX e inicio del XXI‖ (Midaglia y Antia, 2007: 1) parecería contar con la legitimidad necesaria para implementar las nuevas políticas sociales y cerrar el círculo del neoliberalismo. La construcción de un dispositivo institucional para implementar estas nuevas políticas sociales es la principal novedad institucional del nuevo gobierno. De este modo, el Ministerio de Desarrollo Social se constituye en el universo empirico privilegiado para la reconstrucción del discurso legitimador de las políticas focalizadas en el combate a la pobreza extrema. El Ministerio de Desarrollo Social se crea a partir de la aprobación de la Ley Nº 17.866 del 21 de marzo de 2005. Su cometido es la articulación y control del conjunto de políticas sociales desarrolladas por el Estado. El programa central llevado adelante por el MIDES en sus años fundacionales ha sido el llamado Plan de Atención Nacional a la Emergencia Social (PANES). ―En este sentido y tal como estaba establecido en el programa de gobierno, se comenzó a trabajar en la implementación del Plan de Atención Nacional a la Emergencia Social (PANES). 21 El Plan implicó responder de programas o forma inmediata componentes mediante siete interrelacionados orientados a la población en situación de extrema pobreza: Ingreso Ciudadano – trasferencia de ingreso a hogares-, alimentación, paticipación social y laboral13, intervenciones en educación, atención de emergencia sanitaria, campaña por la identidad y el mejoramiento del hábitat; a los que se agregaron poco después el Programa de Alfabetización de Adultos y el de Salud Ocular (...) El PANES culminó a finales del año 2007 de acuerdo a lo previsto y planificado por el gobierno‖14 A partir de 2007, el Ministerio de Desarrollo Social comienza a implementar el Plan de Equidad que sucederá al Plan de Emergencia y asumirá un carácter permanente. Entre sus objetivos se plantea: ―Construir una Red de Asistencia Social de naturaleza `no contributiva´, con el objetivo de amparar a los sectores sociales con mayor vulnerabilidad, que cuentan con menores oportunidades de incorporarse al mercado de trabajo. La misma deberá estar articulada con el sistema de seguridad social y el conjunto de políticas universales básicas.(...) cabe destacar la reformulación del régimen de Asignaciones Familiares15 para los hogares en situación de vulnerabilidad socioeconómica (...) 13 ―Trabajo por Uruguay: dirigido a protagonistas del PANES, experiencia sociolaboral que amplíe oportunidades educativas y promueva el desarrollo de estrategias personales y sociales para la construcción de rutas de salida, priorizando al trabajo como herramienta de inclusión social.‖ Disponible en: www.mides.gub.uy Consulta: 15/2/2008 . 14 De la Emergencia a la Equidad. Las Políticas sociales del Gobierno Nacional 2005-2009: 16, Ministerio de Desarrollo Social. 15 Nueva forma que asume la transferencia de ingreso a los hogares de pobreza extrema. 22 Asimismo se incorporaron en iniciativas en materia política de forma integral alimentaria, asitencia a la vejez y diversos programas de inclusión e integración social.‖16 Reconocemos, parafraseando al poeta, que: ―hay en mis venas gotas de sangre jacobina, pero mi verso brota de manantial sereno.‖ Aspectos Metodológicos El campo problemático de este estudio es la cuestión social en Uruguay a partir de la asunción del gobierno frenteamplista, entendiendo por cuestión social una categoría perfectamente aprehensible si la tomamos de acuerdo con uno de los sentidos que le atribuye Castel (1997: 20): ―Es una aporía fundamental en que una sociedad se interroga (….) pone en cuestión (...)‖ Para Castel, como para nosotros, la cuestión social no es una situación objetiva o, en otros términos, no está en el plano estructural sino que se trata de una situación subjetiva o ideológica situada en el plano de la superestructura. Es una sociedad preguntándose y dándose respuestas sobre sí misma. El objeto de este estudio es la particular construcción ideopolitica, en términos de interpretación y proyecto de intervención, que realiza la izquierda política para lograr legitimidad en el proceso de reformas que ha impulsado y que, en principio, parece ajeno a su sistema de convicciones. Sin dejar de sospechar, como quiere, Zîzêk que: 16 De la Emergencia a la Equidad. Las Políticas sociales del Gobierno Nacional 2005-2009: 13-14, Ministerio de Desarrollo Social. 23 ―(...) la noción inmanente de la ideología como una doctrina, un conjunto de ideas, creencias, conceptos y demás, destinado a convencernos de su `verdad´, y sin embargo al servicio de algún interés inconfeso. (...) el objetivo de la crítica es descubrir la tendencia no confesada en el texto oficial a través de sus rupturas, sus espacios en blanco y sus deslices; descubrir en `igualdad y libertad´ la igualdad y la libertad de los participantes del intercambio en el mercado que, por su puesto, privilegia al dueño de los medios de producción (...)‖ (2008: 17) Se apunta a identificar cómo los segmentos tecnopolíticos de la ―clase política‖ en el gobierno construyen esta interpretación y proponen un proyecto de administración de lo que interpretan que la sociedad concibe como sus principales problemas. Cuestión social es la síntesis de ambas dimensiones: problemas construidos socialmente y proyecto de intervención y administración de los mismos. Se trabaja con tres tipos ideales de cuestión social: La neoliberal, que considera la cuestión social como los intentos de regulación del mercado en tanto límites a la libertad individual. La conservadora, que concibe la cuestión social como aquellos problemas morales, normativos o de valores que se vuelven problemas para la integración social. La perspectiva de la ampliación de la ciudadanía, que concibe la cuestión social como los procesos de desigualdad social, 24 planteándose la posibilidad de alcanzar crecientes niveles de igualdad en el marco del capitalismo. La cuestión social tiene como génesis el pasaje del capitalismo competitivo al capitalismo monopolista. La ampliación del Estado (que ya no representará exclusivamente los intereses de la burguesía) posibilitada por el pasaje de la plusvalía absoluta a la relativa, supone un Estado que al intervenir para garantizar los lucros del capital se torna permeable a las demandas de los sectores subalternos. En ―occidente‖ con el desarrollo de la ―sociedad civil‖ la coacción va dejando paso a la busqueda de ―hegemonía‖ (Gramsci, 1993: 136), ―hegemonía significa la subordinación ideológica de la clase obrera por la burguesía, la cual la capacita para dominar mediante consenso‖ (Anderson, 1978: 46). El Estado busca legitimarse a partir de su intervención social. Las fuerzas en pugna buscarán inclinar esta intervención procurando la igualdad (perspectiva de la ampliación de la ciudadanía), la integración social (perspectiva conservadora) o buscarán limitar esta intervención al mínimo indispensable de manera de garantizar la libre competencia (perspectiva neoliberal). Este estudio apunta a identificar, caracterizar y analizar, a partir fundamentalmente de los discursos de los operadores tecnopoliticos insertos en el Ministerio de Desarrollo Social, la perspectiva de cuestión social con la cual la izquierda política en el gobierno busca legitimarse. El nivel de análisis propuesto (abstracto) nos habilita a una construcción típico ideal que nos parece ilustrativa para desentrañar los procesos históricos que van diseñando la apariencia de la cuestión social. En tal sentido nos parece que la emergencia del orden burgués es resultado de 25 la síntesis de un triple conflicto que se resuelve de distintas formas en sus diferentes expresiones concretas. Ese triple conflicto nos habilita a pensar en la validez de construir tres perspectivas ideológicas, tres lentes, que muestran tres apariencias distintas de la cuestión social. Las tres perspectivas propuestas privilegian un conflicto, irresoluble en el orden burgués, y lo reifican. De hecho hablar de cuestión social expresa un momento de esta reificación, puesto que no se trata de una cuestión inherente a lo social sino que es una cuestión inherente a la forma que toma lo social en el orden burgués 17. Discutir la cuestión social en estos términos supone, en última instancia, establecer ciertas regularidades en las representaciones sociales y la particular coyuntura que establece una hegemonía entre aquellas representaciones, buscando delimitar qué aspectos de la vida social deben ser regulados políticamente que, en otras palabras, equivale a expresarse sobre qué aspectos y cómo debe intervenir el Estado y por tanto, qué cosas están bajo su responsabilidad y sobre las cuales debe operar.18 En otros términos es establecer la relación entre lo público y lo privado y fundamentalmente dónde se establece el límite entre ambas esferas, es decir, dónde termina lo privado y empieza lo público en tanto esfera política donde es legítimo intervenir. Existe, por tanto, una tensión cotidiana entre los procesos de individualización de lo social19 y su opuesta politización. Las tres 17 En todo caso son, como señala Hobsbawm (1988: 380), ―Las cuestiones de la sociedad burguesa‖. 18 Para Foucault esta delimitación tiene un carácter tecnológico muy preciso de ―economía política‖ y marca ―el paso de un arte de gobernar a una ciencia política, el paso de un régimen dominado por las estructuras de soberanía a un régimen dominado por las técnicas de gobierno, se da en el siglo XVIII en torno a la población y, por consiguiente, del nacimiento de la economía política.‖ (1976: 133) 19 Estos son interpretados como ―(...) una forma específica de la orientación de la protección social que se caracteriza por atar las condiciones de vida de las personas a la situación y las prácticas, en sentido amplio, del sujeto en tanto individuo; y que, a la vez 26 perspectivas reseñadas establecerán distintos límites entre lo público y lo privado y a partir de esto delimitarán niveles y términos de cómo debe ser la intervención política sobre lo que es considerado público. Estamos estableciendo que la cuestión social, tratada de la forma antedicha, se torna un analizador pertinente para el estudio de la coyuntura política de una sociedad (y opera también eficientemente en el análisis institucional). Se puede establecer una continuidad entre la concepción de cuestión social hegemónica con la coyuntura política de una sociedad, o en otras palabras, el estado de la lucha de clases. Es evidente que no hay aquí una delimitación técnica ¿qué es mejor? ¿qué perspectiva es más eficiente?, etc. sino una delimitación política: ¿qué problemas sociales son responsabilidad del gobierno?, ¿cuáles son los límites de la intervención sobre el mercado?, etc. En última instancia las respuestas a estas preguntas permiten establecer la fuerza y eficacia política de los actores políticos en pugna. La construcción de nuestros instrumentos de recolección de datos parte de un supuesto: la aprehensión de la cuestión social (hegemónica) supone naturalmente capturar los discursos de los actores, pero también supone un análisis crítico de las prácticas, esto es, de los dispositivos construidos para su administración. Esto supone, si se nos permite, no sólo el análisis superestructural contenido en los discursos, sino también los contenidos superestructurales que se pueden encontrar en aspectos estructurales o materiales concretos pues el diseño y las prácticas concretas también nos informan acerca de ―los sentidos de la acción social‖. desvincula esas condiciones de vida y las consecuencias de esas prácticas de toda relación con y de toda pertenencia a grupos o agregados mayores.‖ (Danani, 2008: 45) 27 Desde nuestra perspectiva la cuestión social debe ser pensada como ideología en la doble concepción que le asigna Löwy (1991): como conjunto de ideas distorsionadas y distorsionantes de la realidad y como ―utopía‖, es decir, como proyecto político. Como ya fuera adelantado, la cuestión social no refiere a una situación objetiva, no está en el plano estructural, sino que se trata de una construcción de sentido, y en tanto tal, se encuentra en el plano de la superestructura. Obviamente estas preguntas y respuestas refieren a la estructura y a situaciones más o menos objetivas. Pero no son ellas sino la problematización que de ellas se realiza socialmente lo que es la cuestión social. Es evidente, por tanto, si se acompaña el razonamiento, que no existe ―la cuestión social‖ sino ―cuestiones sociales‖, pero también es evidente que se presenta una lucha por la hegemonía entre las clases y fragmentos de clase y por tanto una cuestión social hegemónica que establece concretamente cuál es el proyecto político hegemónico. Creemos que es posible afirmar, a partir de una primera aproximación teórica al concepto central de nuestro objeto que, en todas las perspectivas, cuestión social remite a la idea de un conjunto de fenómenos que se interpreta que pone en cuestión, en riesgo la reproducción social, ya sea de la sociedad como un todo o de sectores de ella. Somos conscientes que las metáforas topográficas (estructura/superestructura) de Marx expresan un momento abstracto de su reflexión, y su utilización encierra el riesgo de caer en el 20 estructuralismo. No obstante esto, creemos que en conceptos como 20 Al respecto señala Carlos Nelson Coutinho (1972: 95): ―A la `miseria de la razón´ que define al movimiento neopositivisa, viene a agregarse una `miseria del objeto´, un empobrecimiento radical del pensamiento y de la vida humanan. Los límites de la `razón´estructuralista son los límites de la conciencia fetichizada de nuestro tiempo.‖ 28 cuestión social, y precisamente por no ser una categoría marxiana -por el contrario pertenece al universo del pensamiento conservador- su tratamiento implica necesariamente ubicarla en el universo de las representaciones, correspondiendo, por tanto, a un momento abstracto de la reflexión donde la estructura de una sociedad puede ser pensada como un sistema esquemático construido tipico/idealmente. Es así que se vuelve pertinente partir de una construcción típico/ideal que, en principio, nos parece exhaustiva pero que será confrontada con nuestro universo empírico. Naturalmente, las perspectivas acerca de la cuestión social tienen profundas consecuencias práctico políticas y por eso es pertinente, como señalábamos, no sólo el estudio de los sentidos atribuidos a la acción sino también de la acción misma. Los discursos producidos institucionalmente no responden evidentemente a la ―verdad‖ sobre la institución y ni siquiera a la ―verdad‖ de lo que la sociedad espera de la institución. Pero un tratamiento crítico de los discursos institucionales permite retraducir lo que la institución cree que es el mandato social que pesa sobre ella y por ende, al menos, qué entiende la institución que la sociedad cree que es la cuestión social, sobre qué aspecto de ella le corresponde intervenir, con qué límites hacerlo y, siempre de acuerdo con la concepción de cuestión social hegemónica, cómo debe intervenir sobre el aspecto mencionado. Otro tanto puede decirse sobre las prácticas institucionales. Si bien las prácticas son un aspecto más concreto y por lo tanto más ―veraz‖, es preciso decir que lo que se obtiene es el discurso institucional sobre dichas prácticas (aunque existen aspectos más o menos objetivos: montos asignados, exigencias de capacitación del personal, etc.) por tanto estos discursos deben también someterse a la crítica. 29 No obstante lo antedicho los discursos dicen, tratados críticamente, claramente lo que se busca recoger: cuál es la concepción hegemónica de la cuestión social en tanto construcción ideológica del bloque hegemónico (Gramsci, 1985: 290). También creemos pertinente tomar como portavoces relevantes de la cuestión social (hegemónica) aquellos representantes políticos encargados de su administración. De acuerdo con la sugerencia de Zîzêk (2008: 16), ―En relación con la religión (que para Marx, era la ideología por excelencia , Hegel distinguía tres momentos: la doctrina, la creencia y el ritual; resulta tentador disponer la multitud de nociones asociadas al término `ideología´ alrededor de estos tres ejes: la ideología como complejo de ideas (teorías, convicciones, creencias, procedimientos argumentativos); la ideología en su apariencia externa, es decir, la materialidad de la ideología, los Aparatos Ideológicos de Estado (AIE); y, finalmente, el terreno más elusivo, la ideología `espontánea´ que opera en el centro de la `realidad´ social en si (...)‖ En tal sentido, en nuestro objeto pueden visualizarse estos tres momentos. El primer momento por su carácter es más coherente; en tanto complejo de ideas, la ideología tiene su concretud en un sistema articulado y coherente de ideas políticas, el pensamiento liberal y neoliberal, el pensamiento conservador y el socialista - aunque en su transmutación en cuestión social en el capitalismo de los monopolios esta coherencia sea, en 30 algún sentido, vulnerada - los otros dos momentos se vuelven esferas mucho más complejas tornándose construcciones sincréticas (Netto, 1992). El concepto de sincretismo (Netto, 1992) busca describir la construcción ideopolítica que orienta la intervención sobre las ―defracciones‖ de la cuestión social. Si bien el concepto es construido a partir de fuentes diversas a las de Zîzêk, se torna complementario con el planteo de éste. El sincretismo, metáfora derivada del campo religioso, expresa un conjunto de ideas, saberes, fragmentos teóricos que, extraídos selectivamente de distintos campos y lógicas de producción, tienen un desdoblamiento práctico-instrumental. El concepto de cuestión social tal y como aquí es comprendido supone un objeto factible de ser reconstruido utilizando como analizador los tipos ideales propuestos, a partir del estudio y análisis de documentos institucionales y entrevistas semiestructuradas a operadores tecnopoliticos del espacio institucional que se considera central para nuestro estudio: el Ministerio de Desarrollo Social. La cuestión social así concebida no se agota en la política de asistencia que es, en síntesis, de lo que de hecho se ocupa el Ministerio de Desarrollo Social, pero, en tanto este estudio apunta a relevar los cambios en la cuestión social que se procesan a partir de la asunción del gobierno nacional por parte de la ―izquierda política‖ y en tanto como señalan Midaglia y Antía (2007) y Moreira (2007) no se han procesado cambios de fondo en la intervención estatal desde la asunción del nuevo gobierno, salvo en lo que respecta a la política asistencial administrada desde el novel Ministerio, los cambios procesados en la cuestión social deben ser relevados allí. La recolección de datos se realizó a través de entrevistas semiestructuradas a operadores tecnopolíticos, incluida la Ministra de 31 Desarrollo Social y a técnicos del Ministerio, del análisis de documentación institucional, folleteria, página web, etc. utilizando el prinicipio de saturación. 21 Con el objetivo de orientar las entrevistas y desarrollar el posterior análisis se utilizaron seis dimensiones con las que se pretendió indagar acerca de: i) Qué intervención se considera legitima. Esta dimensión es central en la reconstrucción de una perspectiva de cuestión social pues la concepción sobre qué se entiende por intervención legitima discrimina acerca del campo pertinente para intervenir por ser considerado como una responsabilidad social, y asimismo, determina cuáles son los aspectos en los que la intervención pierde legitimidad al ser atribuidos a la responsabilidad individual. ii) Cuál es el valor central que legitima la intervención. En la medida en que la cuestión social es una construcción ideopolítica, el análisis político supone establecer qué valor o valores se pretenden imponer. (al respecto ver ―La política como vocación‖ in Weber, 1982: 97 a 153) iii) A través de qué principio de justicia se orienta la intervención o, en otros términos, cuál es la fuente de la justicia. En general, se pueden identificar niveles de naturalización de los ideales que orientan la intervención y esta dimensión busca identificar cuál es el grado de esa naturalización. iv) Qué concepción de ciudadanía expresa. El concepto de ciudadanía, y los discursos producidos sobre el mismo se han vuelto centrales en los discursos legitimadores en el campo de las políticas sociales. v) Cómo se representa un ideal de hombre u hombre ideal. Los programas sociales tienen en su composición estructural contenidos 21 Como es sabido se trata de relevar información hasta que los nuevos registros que se van incorporando dejan de aportar información relevante. 32 pedagógicos, normativos, normalizadores y moralizadores. Se trata de identificar la orientación de esos contenidos en el sentido de qué hombre aspiran construir. vi) Cuál es el papel que se le asigna al trabajo. El trabajo es una categoría central en el análisis de la sociedad, categoría llave, categoria ontológica, etc. El trabajo es un eje privilegiado en la construcción de los programas sociales, ya sea tratado como un espacio institucional al que se busca integrar o como carencia que se intenta suplir. En los primeros dos capítulos se presenta la tipología construida sobre las perspectivas acerca de la cuestión social en dos momentos: en el primero, se presenta la configuración conceptual de cuestión social tal como la entendemos para los fines de nuestro trabajo y a continuación, en el segundo capítulo, se presenta la tipología construida para su comprensión. Los contenidos desarrollados son resultado de un análisis bibliográfico donde se trabaja con clásicos de la teoría social, fuentes de la construcción de las perspectivas neoliberal, conservadora y social y comentadores contemporáneos sobre estas perspectivas. En el capítulo tres, se presenta la configuración específica que toma la cuestión social en distintos momentos del capitalismo desde su origen con el capitalismo de los monopolios o en la denominada ―Era de los Imperios‖ (Hobsbawm, 1988), la particular configuración que cobrara en los Estados de Bienestar y posteriormente, a partir de la reestructuración productiva, la forma que tomará en su versión neoliberal. El capítulo cuatro busca hacer lo mismo que el capitulo anterior pero para el caso uruguayo. Se trabaja con bibliografía historiográfica para configurar la cuestión social en el Uruguay desde la consolidación del Estado hasta la asunción del Frente Amplio en el gobierno. Este capítulo no 33 pretende ser exhaustivo sino apenas ilustrativo de aspectos relevantes de la historia uruguaya. Es en el capítulo cinco donde se presentan los resultados del trabajo de investigación desarrollado en el Ministerio de Desarrollo Social a partir de entrevistas a agentes tecnopolíticos y el relevamiento y análisis de fuentes documentales, en el capitulo seis se organizan los contenidos a través de las seis dimensiones mencionadas: (i) la intervención legítima para el MIDES; ii) el valor central que legitima la intervención; (iii) el principio de justicia; (iv) la concepción de ciudadanía; (v) el ideal de hombre; (vi) el papel del trabajo. El capítulo siete, nuestras conclusiones, luego de establecer los criterios rectores de la política social del MIDES, que de acuerdo con nuestro análisis se condensan en liberales y conservadores, se construye una interpretación de los compromisos ideopolíticos de la izquierda con el pensamiento anticapitalista romántico que permiten estos enlaces sin una contradicción ideológica intolerable, constituyendo, lo que a nuestro modo de ver, es un nuevo pacto de dominación, en otros terminos la propuesta de una nueva custión social. 34 I. “Cuestión Social” CONCEPTO Y PERIODIZACIÓN Hablar de cuestión social supone referirse al momento en que lo social se torna una entidad pasible de ser pensada lo cual, en definitiva, significa la posibilidad de desnaturalización de la sociedad o, en otras palabras, que la sociedad pueda ser vista como algo distinto de la naturaleza. Paso previo es la desacralización de la naturaleza en la que la intervención científico técnica sobre ella supone, tendencialmente, que su esencia sea capturada por el hombre (no viene al caso discutir si como posibilidad o como ilusión) y por tanto desespiritualizada. El proceso de desnaturalización y desacralización supone una transformación en la sustancia de la intervención humana sobre la naturaleza y también sobre lo social: los procesos de secularización implican la utilización sistemática de la razón tanto en el proceso de conocer como de intervenir sobre ambas esferas. El arsenal heurístico aportado por Weber (1996) llama la atención acerca de estos procesos entendidos como fundamentales para comprender ―el espíritu del capitalismo‖. El desencantamiento del mundo es clave (como causa y consecuencia) del proceso de racionalización creciente de todas las esferas de la vida: "El destino de nuestros tiempos está caracterizado por la racionalización e intelectualización y sobre todo, por el `desencantamiento del mundo´. Precisamente los valores últimos y más sublimes se retiraron de la vida pública, ya sea para el reino trascendental, o para la fraternidad de las relaciones humanas directas y personales.‖ (Weber, 1982: 182) 35 En la perspectiva de Marx y la tradición marxista, el proceso se visualiza haciendo básicamente los mismos énfasis. En tal sentido, es conocida la referencia de Lukács en su Historia y Conciencia de Clase al ejemplo de Ernest Bloch sobre el surgimiento del paisaje en el momento en que el hombre puede separarse de la naturaleza en oposición a ―la inconsciente vida en la naturaleza del campesino‖ 22. Lukács establece esta posibilidad en el proceso de emergencia del orden burgués, donde el avance tecnológico permite ir superando los límites colocados por la naturaleza. La especificidad de lo social aparece, entonces, como el resultado de la colonización creciente de las categorías sociales sobre las categorías naturales23. La emergencia de lo social como entidad desnaturalizada es, antes que nada, una posibilidad que surge de la relación práctico instrumental del hombre con la naturaleza, siendo en esta relación que el hombre irá acrecentando su poder frente a la misma de tal suerte que: "A través del trabajo, tiene lugar una doble transformación. Por un lado, el propio hombre que trabaja es transformado por su trabajo; el actúa sobre la naturaleza exterior y modifica, al mismo tiempo, su propia naturaleza; ` desarrolla las potencias en ella ocultas ´ y subordina las fuerzas de la naturaleza ` a su propio poder ´." (Lukács, 1979: 16) 22 ―Una bella comparación de Ernest Bloch puede con seguridad establecer este límite metodológico mejor que un análisis pormenorizado que no tiene lugar aquí. Cuando la naturaleza se volvió paisaje – en oposición, por ejemplo, a la inconsciente vida-en-la naturaleza del campesino – la inmediaticidad artística vivida del paisaje que, evidentemente, atravesó muchas mediaciones, pasó a tener como condición de acceso a esta inmediaticidad la existencia de una toma de distancia, espacial en este caso, entre el observador y el paisaje.‖(Lukàcs, 1978: 177) 23 "Las formas de objetividad del ser social se desarrollan, en la medida que surge y se explicita la praxis social, a partir del ser natural, tornándose cada vez más claramente sociales. Ese desarrollo, sin embargo, es un proceso dialéctico, que comienza con un salto, generado por el contenido teleológico del trabajo, no pudiendo tener ninguna analogía en la naturaleza." (Lukàcs, 1978: 17) 36 Estas aserciones ya pueden encontrarse en Marx (1977: 109) siendo conocida su afirmación de que el hombre como ―zoon politikon‖, ―(...) no es solo un ser social sino también un ser que solo puede aislarse en sociedad.‖ Vale decir hacerse individuo (otra forma de referirse al desencantamiento del mundo), separarse de lo social de modo tal que: ―Solo en el siglo XVIII, en la `sociedad burguesa´, las diversas formas del conjunto social pasaran a presentarse al individuo como simple medio de realizar sus fines privados, como necesidad exterior‖ (Marx, 1977:110) Para la sociología positivista, cuyo exponente clásico es Durkheim, el proceso de racionalización de lo social no resulta muy diferente del planteado por Weber y por el marxismo pues no es otra cosa que el proceso que llevó de las "sociedades primitivas", "sociedades de solidaridad mecánica" con formas simples de religiosidad y culto, donde el hombre se confundía en la comunidad y ésta con la naturaleza, hacia las sociedades complejas, más "evolucionadas" donde comenzaba el proceso de diferenciación que permitió llegar a la ―sociedad orgánica‖ (1995) en la que la "función especulativa" se separa de la religión para dar lugar a la ―ciencia positiva". Este largo proceso, en principio, está marcado por un hombre que diferencia pero que no jerarquiza ya que él mismo se encuentra al mismo nivel de las cosas; el hombre es parte de la naturaleza, pero ocupa un lugar destacado dentro de ella y sólo logrará reconocer dicho lugar en tanto se diferencie, como individuo, de la naturaleza y del resto de los hombres. En otras palabras, el hombre sólo puede hacer "ciencia positiva" en tanto individuo, es decir como integrante de una sociedad diferenciada en una 37 sociedad orgánica donde la "función especulativa" pueda realizarse libre de presupuestos y juicios de valor24. Los primers productos del pensamiento liberal sobre lo ―social‖ estarán presos de una construcción a todas luces mítica (contrato social) que no supone la emergencia del pensamiento sobre lo social sino de lo social mismo. En el jusnaturalismo, la sociedad y el individuo son construidos como entidades en conflicto (cf. Weffort, 1996). Como veíamos, tanto en el marxismo como en la sociología comprensiva y en la tradición positivista, el individuo sólo es posible a partir de un complejo y largo proceso histórico que permite su emergencia. Ese complejo proceso es histórico y, por lo tanto, afirmar su carácter social es tautológico. En estas tradiciones no hay individuo sin sociedad; el hombre sólo se hace individuo (o se aísla, que es lo mismo) en sociedad. Podemos ubicar las primeras concepciones contractualistas con el desarrollo del mercantilismo en los primeros estadios de constitución de la sociedad burguesa. La noción de contrato es básica en una sociedad basada en el comercio pues se trata de una forma institucional específica del mercado que implica consenso, igualdad (formal) y libertad (formal) 25. Si bien existen distintas concepciones en lo que respecta a la naturaleza del contrato social, dependiendo dicha concepción de lo que cada 24 "La presión ejercida por el grupo social sobre cada uno de sus miembros no permite a los individuos juzgar con libertad nociones que la propia sociedad elaboró, y en la que colocó alguna cosa de su personalidad. Tales construcciones son sagradas para los particulares [y por tanto precisan ser desencantadas]. De ese modo, la historia de la clasificación científica es, en definitiva, la propia historia de las etapas en el curso de las cuales este elemento de afectividad social se debilitó progresivamente, dejando cada vez más el lugar libre para el pensamiento reflexivo de los individuos." (Durkheim, 1955: 64) 25 "La difusión de la idea del derecho natural ocurrió durante el inicio del siglo XVII y el fin del XVIII. Se inició con la obra de Hugo Grócio (1588-1625), De iure belli ac pacis, publicada en 1625, doce años antes del Discours de la méthode de Descartes. (...) Los tres grandes autores de esta corriente [el Jusnaturalismo] son Hobbes, Locke y Rosseau. Pero también: Leibniz, Kant, Pufendorf, Thomasius e Wolff." (Bobbio et Bovero, 1994:13) 38 autor ha intentado defender, la noción de contrato social es básicamente la idea de que, en principio, los hombres vivían en estado de naturaleza siendo dicho estado valorado de forma diversa por los distintos autores. Pero la idea general es que los hombres vivían sin un gobierno que regulara sus acciones (reguladas por el derecho natural). En determinado momento los hombres se reúnen y acuerdan realizar un contrato mediante el cual renuncian a toda o parte de su libertad para pasar a vivir en sociedad 26. El contractualismo encierra la esencia del pensamiento liberal burgués27, en el que de alguna manera se establecen dos niveles de regulación: el derecho natural y el derecho por convención. El primero puede asimilarse perfectamente a las leyes del mercado y, por tanto, el segundo debe esencialmente respetar dichas leyes y limitarse a ordenar y regular mínimamente la convivencia de modo de evitar que la vida transcurra en un estado de guerra. El derecho natural (mercado) tendría su propia lógica a la que los hombres no deberían oponerse28. 26 "El método que une autores tan diversos es el método racional, o sea aquel método que debe permitir la reducción del derecho y de la moral (así como la política), por primera vez en la historia de la reflexión sobre la conducta humana, a una ciencia demostrativa (...) Lo que era preciso, justamente, era aprender a consultarla. La nueva ciencia de la moral, que nacía con el propósito de aplicar al estudio de la moral las más refinadas técnicas de la razón, cuyos resultados fueron tan sorprendentes en el estudio de la naturaleza debían servir para esta finalidad .― (Bobbio et Bovero, 1994: 17 y 18) 27 Si bien, en general, el pensamiento contractualista es fundate del pensamiento liberal, Rousseau, en particular, tiene una concepción diversa que a diferencia de aquel es fundamental para el posterior desarrollo del pensamiento socialista. ―No se comprende Rousseau si no se entiende que, al contrario de todos los demás jusnaturalistas, para los cuales el Estado tiene como finalidad proteger al individuo, para Rousseau el cuerpo político que nace del contrato social tiene como finalidad transformarlo. El ciudadano de Locke es pura y simplemente el hombre natural protegido; el ciudadano de Rousseau es un nuevo hombre. `El pasaje del estado de naturaleza – afirma él – produce en el hombre un cambio muy importante, sustituyendo en su conducta el instinto por la justicia y prestando a sus acciones la moralidad de que anteriormente estaban privadas´.‖ (Bobbio et Bovero, 1994: 71-72) 28 "La particular importancia de ese contraste se revela en el hecho de ser a él que se refiere principalmente la interpretación corriente que hace del modelo del derecho natural el reflejo teórico y, al mismo tiempo, el proyecto político de la sociedad burguesa en formación. De esa interpretación los trazos más destacados son los siguientes: a) el estado de naturaleza es el lugar de las relaciones más elementales entre los hombres, idest de las relaciones económicas: en cuanto tal, representa el descubrimiento de la esfera económica como distinta de la esfera política, de la esfera privada como distinta de la esfera pública (....) b) esa esfera de las relaciones económicas es regida por leyes propias de existencia y 39 El carácter mítico e ideológico del pensamiento contractualista configura un elemento determinante de la cuestión social: la vinculación señalada de este pensamiento con una clase emergente, con un proyecto político con voluntad hegemónica que es constitutivo de lo que más tarde se configurará como cuestión social. En tal sentido, se destacan dos dinamismos que configuran la cuestión social: ii) Una interpretación sobre ―lo social‖, delimitando los problemas que están trabando su adecuada reproducción, y en tal sentido, el concepto de ideología planteado por Marx (1986) se encuentra en la base de la constitución de la cuestión social: una clase que presenta su interés particular como interpretación verdadera del mundo y como interés universal tiene como producto la cuestión social, y iii) Un proyecto de intervención sobre los problemas delimitados de esta forma. En tal sentido, el liberalismo como ideología de la burguesía establece que los problemas sociales están determinados por todo el sistema de tutelas y sujeciones que dominaban al hombre en el orden feudal y el proyecto político es liberar al hombre de todas estas sujeciones. La revolución burguesa dinamizará el pensamiento sobre lo social haciendo emerger contradicciones que se configurarán como formas contradictorias de cuestión social: i) el pensamiento restaurador como resistencia a la locomotora de transformaciones que transfiguraban todo el desarrollo, que son las leyes naturales: en tanto tal, ella representa el momento de emancipación de la clase que se prepara para tornarse económicamente dominante con relación a la situación existente (....)". ( Bobbio et Bovero, 1994: 45) 40 mundo conocido29, y ii) el incipiente pensamiento socialista que se desarrollaría como la ―ideología‖ del proletariado 30. Ahora bien, si esto es constitutivo de la cuestión social no es aún cuestión social. La burguesía como clase revolucionaria no constituye una cuestión social. El pensamiento liberal es, en su origen, el pensamiento de una clase revolucionaria y, en tal sentido, la crítica a la formación social dominante es radical; no es apenas una cuestión social sino que es una crítica a todo el mundo existente y una práctica política que revoluciona todo ese mundo existente. Por lo tanto, no se trata apenas de una propuesta de reforma de ―lo social‖. La cuestión social, entonces, no es liberal dado que en el pensamiento liberal no se concibe una cuestión social. Si existe una cuestión social emparentada con este pensamiento emergerá como reacción a los procesos de intervención del Estado sobre ―lo social‖ en el capitalismo monopolista, y más concretamente en el marco del surgimiento y consolidación de los Estados de Bienestar (Hayek, 2006: 76), y no es liberal sino que es, en todo caso, neoliberal. 29 ―La carga principal de su crítica era que el liberalismo destruía el orden social o la comunidad que el hombre tenía, en otros tiempos, considerado como esencial a la vida, sustituyéndola por la intolerable anarquía de la competencia de todos contra todos (`cada uno por sí y Dios por todos´) y por la deshumanización del mercado.‖ (Hobsbawm, 1994: 267) 30 ―El movimiento obrero proporcionó una respuesta al grito del hombre pobre. Ella no debe ser confundida con la mera reacción colectiva contra el sufrimiento intolerable, que ocurrió en otros momentos de la historia, ni siquiera con la práctica de la huelga y otras formas de militancia que se tornaron característica de la clase trabajadora. Estos acontecimientos también tienen su propia historia que comienza mucho antes de la revolución industrial. Lo verdaderamente nuevo en el movimiento obrero del principio del siglo XIX era la conciencia de clase y la ambición de clase. Los `pobres´ ya no se confrontaban con los `ricos´. Una clase específica, la clase obrera, trabajadores o proletariado, enfrentaba a los patrones o capitalistas. La Revolución Francesa dio confianza a esta nueva clase; la revolución industrial provocó en ella una necesidad de movilización permanente.‖ (Hobsbawm, 1994: 230) 41 En tal sentido, el pensamiento reaccionario de la restauración no constituirá una cuestión social hasta que no asuma su derrota histórica y se constituya en pensamiento conservador procurando salvar algo del ―desastre‖. Tal vez, sin saberlo, el primer pensador que configura una cuestión social fue Montesquieu cuando a través del parlamento bicameral busca salvar algo de poder para su clase. Del mismo modo, el pensamiento y la práctica política socialista, en tanto crítica radical del orden burgués, no constituirán una cuestión social. El pensamiento de Marx no supone una cuestión social. Su propuesta consiste en una transformación radical de todo el mundo existente. Sólo se constituirá una cuestión social ―socialista‖ cuando el sindicalismo de negociación conciba la posibilidad de obtener conquistas en el horizonte del orden burgués31. La emergencia de la cuestión social acompaña el pasaje del capitalismo competitivo al capitalismo monopolista e implica transformaciones práctico políticas y teóricas. La consolidación de la burguesía en el poder significará la asunción de nuevas tareas teórico prácticas, y la economía política clásica, instrumento revolucionario de la burguesía, tras la consolidación de ésta en el poder deja de cumplir una función necesaria32. 31 ―Bernstein – contra quien Kautsky polemizaba – permanecía preso de una contradicción básica: alcanzaba a ver muchos de los nuevos fenómenos resultantes de la democratización de la sociedad y de la nueva fase del capitalismo, pero presentaba propuestas que no iban más allá de un reformismo `progresista´ (...).‖ (Coutinho, 1994: 83) 32 ―La teoría social contenida en la economía política clásica experimentó su crisis entre 1830 y 1848 – en este período histórico, uno de sus soportes elementales es disuelto socialmente: el carácter progresista de la burguesía, de su papel histórico-social. En efecto, la economía política clásica es una apasionada defensa del orden capitalista en comparación con las formas sociales anteriores; pero se trata de una defensa que no tiene nada de apología (...) Cuando la realidad económico-social subvierte la función históricouniversal de la burguesía, que deja de representar los `intereses generales de la humanidad´, se erosionan las bases sobre las que se erigía la teoría social de los economistas clásicos. Es lo que ocurre entre 1830 y 1848 – en esta etapa, la economía política clásica entra en crisis (...)‖ (Netto, 1992: 135) 42 Este proceso se resuelve con una distorsión ideológica que sustituirá la economía política clásica, como teoría radical, con una pretensión de reproducción ideal de la totalidad de la sociedad burguesa33 por ―disciplinas profesionales de estrecha especialización y temática limitada‖ (Netto, 1992: 136). Entre estas disciplinas resalta la economía vulgar que hará desaparecer del campo de la economía el problema de la plusvalía, y la sociología que construirá una esfera social deseconomizada 34. La separación ideológica de lo social, como esfera independiente de la economía, habilita la posibilidad de interpretaciones e intervenciones sobre esta esfera sin una transformación radical del orden. Es recién en este marco que va a surgir la cuestión social. I. 1. Cuestión Social: problematización y proyecto Tal vez las primeras nociones de cuestión social, o un sucedáneo de ella, puedan ser encontradas en el pensamiento clásico griego. Hacia el siglo VI a.c. se genera un importante desarrollo mercantil, y como consecuencia un grupo comienza a acumular tierras. Este fenómeno trae como efecto el problema de la escasez de tierras produciendo un proceso de colonización en busca de nuevos territorios, pero también un empobrecimiento de muchos ciudadanos llegándose incluso a la esclavización de algunos por deudas. Esta situación comienza a atentar contra la estabilidad de la polis, 33 La sociología como disciplina independiente, nace en Inglaterra y en Francia después de la disolución de la economía política clásica y del socialismo utópico. (...) El nacimiento de la sociología como disciplina independiente hace que el tratamiento del problema de la sociedad deje de lado su base económica; la supuesta independencia entre las `cuestiones socieales´y las cuestiones económicas constituye el punto de partida metodológico de la sociología.‖ (Lukács, 1992: 132) 34 ―La deseconomización de la sociología implica, al mismo tiempo, su deshistorización: así, los criterios determinantes de la sociedad capitalista - expuestos bajo una deformación apologética – pueden ser presentados como categorías `eternas´ de toda sociedad en general. Y no creemos que vale la pena perder tiempo para demostrar que semejante metodología no persigue otro fin que el de hacer ver, directamente, la imposibilidad del socialismo y de toda revolución.‖ (Lukács, 1968: 24-25) 43 lo que hace pensar en la necesidad de encontrar soluciones que permitan conciliar los grupos en pugna. Alrededor de los años 600 a.c., Dracon y Solón sucesivamente, son los encargados de sugerir los principios ordenadores de las relaciones entre los ciudadanos en Atenas. Surge así el concepto de ley siendo la invención política más notoria de Grecia (Châtelet et all, 1990). Se arriba así a la conclusión de que el desarrollo del comercio por el lucro ocasionaba, por un lado, el despliegue del interés personal por encima del colectivo, y por otro, el enriquecimiento de unos con el consecuente e inevitable empobrecimiento de otros llegando al punto de la esclavización de ciudadanos, la pérdida de la autarquía, el conflicto y la tiranía. De este modo, para Aristóteles (apud Bobbio, 1992: 62), "Está claro que la forma intermedia es la mejor, ya que está más distante del peligro de las revoluciones, donde la clase media es numerosa, raramente ocurren conspiraciones entre los ciudadanos." Buscamos consignar el carácter valorativo-normativo de la cuestión social, vale decir, la construcción del problema surge de una valoración de lo que es positivo, y el enriquecimiento excesivo y su correlato, el empobrecimiento, es concebido negativo por la estructura valorativa clásica. Enriquecimiento y empobrecimiento fueron leídos como fenómenos que rompían el equilibrio, ese justo medio tan preciado para la concepción griega clásica35. Otro elemento que se destaca es el conflicto como constitutivo de la cuestión social. 35 ―Si es exacta la definición de la ética según la cual la vida feliz es la que se desarrolla de acuerdo con la virtud, y sin impedimentos, y si la virtud está en el medio término, la vida mediana es necesariamente la mejor, siempre que se trate de esa medianía que es accesible a todos.‖ (Aristóteles apud Bobbio, 1992: 62) 44 En tal sentido, la pobreza objetiva que condena al campesino feudal a vivir al borde de la inanición trabajando de sol a sol, no puede ser pensada como cuestión social, en tanto esta situación no puede ser problematizada, por la naturalización de esta condición. A lo sumo, puede configurarse como cuestión social la situación de aquellos que quedan por fuera de los sistemas tutelares del orden. Es así que los vagabundos (Castel, 1997) se configuran como una expresión de la cuestión social en una doble acepción: en tanto i) población que padece su falta de protección, ―El que se encomienda al poder de otro. Al señor magnífico `fulano de tal´ yo `fulano de tal´. En vista de que es perfectamente sabido de todos que no tengo qué comer ni vestirme, he solicitado a vuestra piedad – y vuestra bondad me lo ha acordado – poder entregarme o encomendarme a vuestro `maimbour´‖ (Boutruche Apud Castel, 1997: 38) y (ii) en tanto población que es vivida por el resto como peligrosa, ―Para el campo, los vagabundos son el azote más terrible. Son insectos voraces que lo infestan y lo devastan y que devoran día por día la comida de los cultivadores. Para hablar sin eufemismos, son tropas enemigas dispersas sobre la superficie del territorio, que viven allí a discreción como en un país conquistado y recogen verdaderos título de limosnas‖ (J.F. Le Trosne Apud Castel, 1997: 92) 45 Y está claro, que el vagabundeo solo emergerá como un problema social cuando la sociedad feudal empieza a descomponerse: es el tiempo de la acumulación originaria 36 (Marx, 1976: 197). Los orígenes de la cuestión social en su versión moderna comienzan a configurarse en las bases del Iluminismo como la ideología que se oponía integralmente al ―oscurantismo‖ medieval; surge como una oposición radical a la sumisión del hombre a lo irracional. Los prejuicios, la ignorancia, los mitos, en fin, todas las formas de superstición debían ser ocupadas por la razón, liberando, de tal forma, a los hombres del oscurantismo impuesto por la dominación religiosa37. La razón era el único límite que los hombres debían reconocer frente a su libertad; el paraíso dejaba de ser una utopía para volverse una promesa al alcance de la mano, ya no después de la muerte sino en un mundo que se atreviera a regirse por la razón38. Dicha razón se presentaba como verdaderamente liberadora en tanto era universal, vale decir, aplicable en cualquier rincón de la tierra y accesible a cualquier individuo39. La razón se configuraba claramente como un instrumento de liberación imprimiendo en los hombres todo el caudal de 36 ―Los expulsados por la disolución de las mesnadas feudales y la expropiación violenta e intermitente de las tierras, ese proletariado libre como los pájaros, no podían ser absorbidos por la manufactura incipiente con la misma rapidez con que los lanzaban al mundo. Por otro lado, estos seres que de repente se veían lanzados fuera de su órbita habitual de vida, no podían adaptarse con la misma celeridad a la disciplina de su nuevo estado. Se transformaron masivamente en mendigos, ladrones, vagabundos, en parte por inclinación, y en la mayoría de los casos por la fuerza de las circunstancias.‖ (Marx, 1976: 223) 37 "El individuo pasa a ser titular de derechos y no sólo de obligaciones, como en las antiguas éticas religiosas y comunitarias. Entre esos derechos se destacaba el derecho a la felicidad" (Rouanet, 1993: 16). 38 "Por tanto, no hay duda alguna de que la superioridad del hombre reside en el saber. En él están guardadas muchas cosas, que los reyes con todos sus tesoros no pueden comprar, sobre las cuales no se impone su mandato, de las cuales sus informantes y alcahuetes no dan noticia alguna (…)" (Horkheimer-Adorno, 1975: 97) 39 "(....) una razón uniforme, más allá de todas las variaciones espacio temporales, lo que implica la validez general tanto de los descubrimientos de la razón teórica (sólo existe una geometría y la ley de la gravedad vale para todos) como de las instituciones de la razón práctica (la moral británica no difiere de la moral de los tupinambás)‖ (Rouanet, 1993:15). 46 profunda rebeldía de que es portadora, negándose a aceptar la realidad tal cual es y abdicando radicalmente de la resignación40. En sus orígenes el Iluminismo se presenta como un proceso de desnaturalización de lo social y, en tal sentido, puede pensarse como un sistema ideológico en tanto encierra una mirada valorativa de lo social y un proyecto. En principio, el Iluminismo es portador de una mirada ingenua de la razón y sus posibilidades. La razón y el progreso aparecen en una perspectiva lineal: sólo era preciso "atreverse a valerse de la razón" para que la libertad surgiera mágicamente; alcanzaba con destruir la superstición y la ignorancia munidos de la certera daga de la razón para que se constituyera el paraíso en la tierra. El Iluminismo como construcción ideal verá su materialización con la emergencia del orden burgués41 que tendrá como resultado la síntesis de un triple conflicto que se resuelve de diversas formas en sus distintas expresiones concretas, históricas y nacionales. 42 40 "El cientificismo positivista es aquí un instrumento de lucha contra el oscurantismo clerical, las doctrinas teológicas, los argumentos de autoridad, los axiomas a priori de la iglesia, los dogmas inmutables de la doctrina social y política feudal." (Löwy, 1994: 20). 41 ―La filosofía de las luces, ampliamente cosmopolita y europea, sólo había conquistado un público restringido, aristocrático y burgués, y casi únicamente urbano. Ahora penetra hasta las masas populares de las ciudades y del campo gracias a un mediador imprevisto: el sentimiento nacional. (…) Mediante esta síntesis extraordinariamente precoz – y con tantas promesas de porvenir – entre mesianismo ideológico y pasión nacional, los franceses han sido los primeros que han integrado a las masas en el Estado, que han formado una nación moderna.‖ (Bergeon et all, 1976: 45) 42 ―Es significativo que los dos principales centros de esa ideología fuesen también los de la doble revolución, Francia e Inglaterra; aunque de hecho las ideas iluministas ganasen una voz corriente internacional más amplia en sus formulaciones francesas (incluso cuando fuesen simplemente versiones galicistas de formulaciones británicas). Un individualismo secular, racionalista y progresista dominaba el pensamiento `esclarecido´. Liberar al individuo de las cadenas que lo atenazaban era su principal objetivo: del tradicionalismo ignorante de la edad media, que todavía lanzaba su sombra por el mundo, de la superstición de las iglesias (distintas de la religión `racional´o `natural´), del irracionalismo que dividía a los hombres en jerarquía de patentes más bajas y más altas de acuerdo al nacimiento o algún otro criterio irrelevante. La libertad, la igualdad y, en seguida, la fraternidad de todos los hombres eran sus slogans.‖ (Hobsbawm, 1994: 37) 47 Ese triple conflicto nos habilita a pensar en la validez de construir tres perspectivas ideológicas, tres lentes, que muestran tres apariencias distintas de la cuestión social. La Revolución Francesa43 es una expresión siempre ilustrativa del mencionado conflicto. No es otra cosa que el conflicto entre la burguesía, la aristocracia y el pueblo. Montesquieu buscará su solución con el parlamento bicameral que apostaba a un pacto entre la burguesía y la aristocracia procurando garantizar el mantenimiento de, al menos, parte de su dominación (cf. Weffort: 1996). La consigna irrealizable en el horizonte burgués 44 -liberté, fraternité, egalité- expresa claramente este conflicto que tiene también una expresión óptica en la bandera tricolor: el azul es la libertad, el blanco la legalidad o fraternidad y el rojo la igualdad 45. El liberalismo azul, la restauración blanca, y el comunismo rojo. El carácter de clase de este conflicto se presenta cristalino. La burguesía como clase emergente aportará el azul a la bandera francesa 43 ―Si la economía del mundo del siglo XIX fue formada principalmente bajo la influencia de la revolución industrial británica, su política e ideología fueron formadas fundamentalmente por la Revolución Francesa. Gran Bretaña ofreció el modelo para las vías férreas y fábricas, la explosión económica que rompió con las estructuras socioeconómicas tradicionales del mundo no europeo; pero fue Francia que hizo sus revoluciones y a ellas le dio sus ideas, las bandas tricolores de un tipo o de otro se tornaron el emblema de prácticamente todas las naciones emergentes, y la política europea (o incluso mundial) entre 1789 y 1917 fue en gran parte la lucha a favor o en contra los principios de 1789, o los más incendiarios de 1793. Francia ofreció el vocabulario y los temas de la política liberal y radical-democrática para la mayor parte del mundo.‖ (Hobsbawm, 1994: 71) 44 ―Hay buenos motivos para concebir el curso de la historia como pendular, incluso aunque en otros aspectos pueda describirse como linear: sucede que la libertad y la seguridad, ambas igualmente acuciantes e indispensables, son difícilmente conciliables sin fricciones: y la mayoría de las veces, fricciones considerables.‖ (Bauman, 2005: 26) 45 ―Más específicamente, las exigencias del burgués fueron delineadas en la famosa Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, de 1789. Este documento es un manifiesto contra la sociedad jerárquica de privilegios nobles, pero no un manifiesto a favor de una sociedad democrática e igualitaria. `Los hombres nacen y viven libres e iguales frente a las leyes´, decía su primer artículo; pero ella también prevé la existencia de distinciones sociales, aunque `solamente en el terreno de la utilidad común´. La propiedad privada era un derecho natural, sagrado, inalienable e inviolable. Los Hombres eran iguales delante de la ley y las profesiones estaban igualmente abiertas al talento; pero si la corrida comenzaba sin handicaps, era igualmente entendido como hecho consumado que los corredores no terminarían juntos.‖ (Hobsbawm, 1994: 77) 48 siendo el liberalismo la ideología de esta clase naciente con su proyecto de destrucción de la sociedad feudal y todo su sistema de tutelas. La aristocracia aportará el blanco de la autoridad monárquica y el rojo del gorro frigio es aportado por el aún incipiente proletariado. Este triple conflicto no se resuelve en el orden burgués sino que apenas se administra. Los valores que surgen con la Revolución Francesa se expresan en el orden burgués de manera contradictoria, y parecería que no es posible conciliar libertad con igualdad y que la integración social se contrapone a la igualdad y a la libertad. Marx detecta este conflicto que desvela a la burguesía estableciendo que es, en última instancia, la razón del carácter histórico del orden burgués 46. La libertad burguesa es, en esencia, negativa: es ―libertad de‖. En todo caso, las posibilidades que brinda la libertad como opción positiva residen en las oportunidades que ofrece a los individuos que gozarán de ella en su vida privada sin el deber de rendir cuentas acerca de cómo la usan, usando y abusando de su propiedad privada 47. La legalidad (la integración social) tomada en préstamo de la restauración es una legalidad segmentada propia de un orden tutelar que en ningún caso tolera la igualdad ya que su sustento, la complementariedad, 46 ―La burguesía tenía la conciencia exacta de que todas las armas forjadas por ella contra el feudalismo se volvían contra ella misma, de que todos los medios de cultura alumbrados por ella se revelaban contra su propia civilización, de que todos los dioses que había creado la abandonaban. Comprendía que todas las llamadas libertades civiles y los organismos de progreso atacaban y amenazaban, al mismo tiempo, en la base social y en la cúspide política, a su dominación de clase y por tanto se habían convertido en - ` socialistas ´.‖ (Marx, 1986: 445-446) 47 ―Y quien controla toda la vida económica, controla los medios para todos nuestros fines y, por consiguiente, decide cuáles de éstos han de ser satisfechos y cuáles no. Ésta es realmente la cuestión crucial. El control económico no es sólo intervención de un sector de la vida humana que puede separarse del resto; es el control de los medios que sirven a todos nuestros fines, y quien tenga la intervención total de los medios determinará también a qué fines se destinarán, qué valores serán calificados como más altos y cuáles como más bajos: en resumen, qué deberán amar y procurarse los hombres. La planificación central significa que el problema económico ha de ser resuelto por la comunidad y no por el individuo (...).‖ (Hayek, 2006: 126) 49 surge de la diferenciación o, dicho en otros términos, de la división del trabajo social48. La necesidad de la burguesía de someter al proletariado permite comprender su clásica alianza con la aristocracia. La revolución tipo junquer (Gramsci, 1985) es expresión de esta alianza que resulta en un estado autoritario y, paradójicamente, articula el liberalismo con una fuerte regulación estatal. El Estado Bismarkiano, con sus seguros sociales, configura la regulación social del Estado capturado por el capital monopólico. (cf. Hobsbawm, 1995: 159 y sig.) La emergencia del orden burgués supone un proceso de destrucción de todos los sistemas de control social y estratificaciones reguladas propias de la sociedad tutelada característica del orden feudal. La sociedad agraria surtirá de energía humana a la nueva sociedad de clases urbana. ―La expropiación y expulsión de la población rural, intermitentes, pero siempre renovadas, volvía una y otra vez, como ya se ha visto, a suministrar a la industria urbana masas de proletarios situados totalmente fuera de las relaciones gremiales.‖ (Marx, 1976: 236) El Manifiesto del Partido Comunista (Marx y Engels, 1953) describe el potencial revolucionario de la burguesía y, su contrafase, su enorme e inédita 48 ―Una persona cuyo gusto por la actividad no supere jamás el nivel medio no se podría mantener en las situaciones que exigen un esfuerzo excepcional. Del mismo modo, una sociedad en la cual el individualismo intelectual no se pueda exagerar sería incapaz de deshacerse del juego de las tradiciones y renovar sus creencias, incluso cuando es necesario. Inversamente, donde ese mismo estado de espíritu no pueda, en el momento oportuno, disminuir lo necesario para permitir a la corriente contraria desarrollarse, ¿qué pasaría en tiempo de guerra, cuando la obediencia ciega es el principal deber? (....) Es pues indispensable que tengan un lugar en la existencia común, que haya esferas donde se mantenga un aprecio intransigente por la crítica y por el libre exámen, y otras, como el ejército, donde se conserve casi intacta la vieja religión de la autoridad.‖ (Durkheim, 1995A: 292) 50 capacidad de destrucción49. El resultado es, como señala Castel (1997), el pauperismo de la clase trabajadora y su expresión material, como es natural, se desdobla en moral y espiritual para escándalo de la restauración.La cuestión social es el resultado de este escándalo. Es justo entonces señalar que la expresión es propia de una perspectiva conservadora que añoraba el pasado precapitalista, y por tanto es blanca. Pero también es justo recordar que los ―reformadores‖ solo verán al proletariado luego que, en 1848, hicieran ondear las banderas rojas por las calles de París (cf. Castel, 1997: 277; Hobsbawm, 1996: 315-316). En tal sentido, es acertada la perspectiva de Netto desde la que define cuestión social como: ―(…) lo que está señalado en nuestra bibliografía bajo el rótulo de `cuestión social´ – vale decir, sin eufemismo, el conjunto de problemas económicos, sociales, políticos, culturales e ideológicos que delimitan la emergencia de la clase obrera como sujeto socio-político en el marco de la sociedad burguesa.‖ (Netto, 1988: 18) Por tanto pensar en la cuestión social supone pensar en la contradicción capital-trabajo y en una regulación social donde la tendencia es que el trabajo sea cada vez más social y la apropiación de su producto cada vez más privada50. 49 ―Ha sido ella [la burguesía] la primera en demostrar lo que puede realizar la actividad humana; ha creado maravillas muy distintas a las pirámides de Egipto, a los acueductos romanos y a las catedrales góticas, y ha realizado campañas muy distintas a las migraciones de los pueblos y a las Cruzadas (...) Los bajos precios de sus mercancías constituyen la artillería pesada que derrumba todas las murallas de China y hace capitular a los bárbaros más fanáticamente hostiles a los extranjeros.‖ (Marx, 1953: 40-41) 50 ―Nuestro problema se concentra en una única y decisiva contradicción: el antagonismo entre la producción social y la apropiación individual de la riqueza. El problema, por tanto, tiene nombre y dirección: la propiedad privada y el sistema del capital.‖ (Lessa, 2004: 110) 51 Ahora bien, si en el corazón de la cuestión social está la contradicción capital-trabajo, cuando ésta emerge ya lo hace ocultando esta esencia. La cuestión social supone la posibilidad de la intervención sobre ―el conjunto de problemas económicos, sociales, políticos, culturales e ideológicos‖ ocultando que los mismos son intrínsecos al orden burgués y su superación supone la superación del orden burgués. 51 Las condiciones de vida y de reproducción de la clase trabajadora, denunciadas por el proletariado, sólo alcanzarán estatuto de cuestión social en tanto consigan impactar en el Estado. De todos modos, una vez logrado ésto, su atención supone una transmutación en problemas sociales a ser atendidos por la política social con su intrínseco contenido conservador: ―Cf., por ejemplo, la discusión sobre la posición de Proudhon en relación a los lados `buenos´ y `malos´ de las categorías económicas (Marx, 1985: 107 ss.) y el siguiente pasaje: `Una parte de la burguesía desea remediar los males sociales para asegurar la estabilidad de la sociedad burguesa. En ella se encuentran mejoradores economistas, de la filántropos, situación de humanistas, las clases trabajadoras, organizadores de la caridad, protectores de los animales, fundadores de ligas antialcohólicas, reformadores ocasionales de los más variados´ (Marx, 1975: 96).‖ (Netto, 1988: 20) El pasaje citado por Netto muestra el carácter funcional de las políticas sociales al orden burgués, que ya era presagiado por Marx. Pero 51 ―`Cuestión Social´ es un complejo de procesos que no se puede divorciar en lo absoluto del capitalismo; más exactamente, para Marx, el capitalismo es la producción y reproducción continua y ampliada de la `Cuestión Social´. Desde la óptica marxiana, la superación de la `Cuestión Social´ demanda, en última instancia, trascender los marcos del capitalismo.‖ (Netto, 1988, énfasis del autor) 52 sólo en el capitalismo monopolista todas esas acciones filantrópicas aisladas darán paso a la acción sistemática desde el Estado configurando las políticas sociales. La cuestión social se configura en el capitalismo monopolista como la esfera contradictoriamente politizada en la que el juego político de concesión y conquista (Pastorini, 2004) se procesa allí en la lucha por desmercantilizar esferas de la vida social (Esping-Andersen, 1990), y la retraducción conservadora de estas conquistas en política social, con los elementos clásicamente denunciados como control social o gubernamentalidad52. Así se procesa el carácter contradictorio de las políticas sociales en tanto conquistas del proletariado en sus luchas históricas, y la reproducción de la ideología de los gobernantes transmitida en la propia configuración de las políticas sociales (Iamamoto in Iamamoto y Carvalho, 1991). El conflicto de clases en el capitalismo monopolista va configurando un caleidoscopio de colores (Netto, 1992) que es la particular forma en que el complejo de problemas que emanan de la administración burguesa son visualizados a partir de las distintas combinaciones de las tres lentes configuradas a partir de la Revolución Francesa. Un caleidoscopio que combina tres colores básicos que, en este caso, a diferencia de la óptica son el azul, el blanco y el rojo. Los colores de este arco iris son resultado directo de una construcción institucional – así como la lucha política en su interior - propia de cada momento del orden burgués en que, a partir de un determinado patrón de acumulación, se articulan 52 ―Con esta palabra `gubernamentalidad´ (...) entiendo el conjunto constituido por las instituciones, los procedimientos, análisis y reflexiones, los cálculos y las tácticas que permiten ejercer esa forma bien específica, aunque muy compleja, de poder que tiene por blanco principal la población, (...) que, en todo Occidente no dejo de conducir y desde hace mucho, hacia la preeminencia del tipo de poder que podemos llamar `gobierno´ (...) y que indujo, por un lado, el desarrollo de toda una serie de aparatos específicos de gobierno, y por otro el desarrollo de toda una serie de saberes.‖ (Foucault, 2006: 136) 53 formas de regulación social que definen las formas de construir y, por tanto, de administrar la cuestión social53 (Harvey, 1992). Es en el campo de la sociedad civil, en el sentido gramsciano del término, que se procesa la lucha por la hegemonía: ―Estado = sociedad política + sociedad civil, o sea hegemonía acorazada con coacción‖ (Gramsci, 1985: 291) El pasaje de la guerra de movimiento (y del ataque frontal) a la guerra de posición en el campo político (Gramsci, 1985), resultado de la evolución de sociedades de tipo oriental a sociedades de tipo occidental, supone la complejidad de la lucha por la hegemonía que se esparce en todos los aparatos privados de hegemonía 54. ―El consentimiento de los explotados en una formación social capitalista es, en este caso, de un tipo cualitativamente nuevo que ha dado lugar sugestivamente a su propia extensión etimológica: consenso o acuerdo mutuo.‖ (Anderson, 1978: 52) La lucha de clases se desplaza de una confrontación directa, sostenida por la fuerza a la busqueda del consentimiento activo a traves de ―la dirección moral e intelectual‖. (Anderson, 1978: 40) Es así que la forma en que la cuestión social se presenta ante nuestros ojos es resultado directo de la coyuntura resultante de la lucha de clases y su contenido político será 53 No se sostiene aquí que a cada patrón de acumulación le corresponde necesariamente un determinado régimen de regulación, lo que nos haría caer en un estructuralismo ingenuo que intentamos superar. 54 ―En Marx y Engels (...) `sociedad civil´(o bürgelische Gesellschaft) designa siempre el conjunto de las relaciones económicas capitalistas, lo que ellos también llaman `base material´ o `infraestructura´. En Gramsci el término `sociedad civil´ designa, al contrario, un momento o una esfera de la `superestructura´. Designa, más precisamente, el conjunto de instituciones responsables por la representación de los intereses de diferentes grupos sociales, así como la elaboración y/o difusión de valores simbólicos y de ideologías (...) En el ámbito de la `sociedad civil´, las clases buscan ejercer su hegemonía, o sea, buscan ganar aliados para sus proyectos a través de la dirección y del consenso.‖ (Coutinho, 1994: 54) 54 tanto más claro en función de la capacidad que tenga el proletariado de hacer valer sus reivindicaciones. No es otra cosa que lo señalado por Coutinho (1994: 77) cuando hace ver que en su lucha histórica el proletariado busca politizar aquello que la burguesía pretende una esfera natural: el ―mercado‖ con su lógica contractual entre privados que, para el pensamiento liberal, no tolera regulaciones estatales55. Retomando lo afirmado en páginas anteriores, la cuestión social no refiere a una situación objetiva, no se sitúa en el plano estructural, sino que se trata de una construcción de sentido, y en tanto tal, se encuentra en el plano de la superestructura. La cuestión social remite a una sociedad preguntándose y construyendo respuestas sobre sí misma y también se trata de una sociedad interviniendo sobre sí misma. Vale recordar que, de este modo, el conjunto de preguntas y respuestas contenidas en lo que entendemos por cuestión social, refieren a la estructura y a situaciones más o menos objetivas pero que la cuestión social no es la realidad objetiva sino la problematización que de ellas se realiza socialmente. Si bien es posible identificar elementos constitutivos de una cuestión social en cualquier momento en que se desarrolla una reflexión sistemática sobre ―lo social‖ -formación genéricamente conflictiva y contradictoria- la verdadera esencia de la cuestión social sólo se desarrollará en todas sus dimensiones con la emergencia del capitalismo de los monopolios (cf. Netto, 1992). El capital monopólico captura al Estado y lo transforma orgánicamente para su nueva funcionalidad definida por su intervención 55 ―Con esto, el espacio de la política se amplia más allá del ambito del Estado en sentido estricto, surgiendo como componente decisivo de esa nueva esfera pública `ampliada´ aquello que Gramsci llamara `sociedad civil´. Y esa teoría `ampliada´ del Estado fue elaborada por Gramsci precisamente para dar cuenta de los nuevos fenómenos que la profundización de la democracia introducirá en la vida social.‖ (Coutinho, 1994: 77) 55 activa sobre los mercados de forma tal de garantizar el lucro del capital (Cf. Netto, 1992). La dinámica de los conflictos sociales se reconfigura generándose un proceso a través del cual las demandas de las clases subalternas comienzan a operar con una nueva receptividad 56. En el capitalismo competitivo clásico, la plusvalía absoluta resulta en que cualquier conquista del proletariado supone una pérdida para el capital. En otros términos, en el capitalismo competitivo el aumento de la plusvalía exige el aumento de la jornada de trabajo de manera de reducir el peso del salario, o sea el valor de la fuerza de trabajo o directamente reducir el salario poniendo en riesgo la reproducción de la fuerza de trabajo (Marx, 1976A: 8). La relación entre capital y trabajo es un juego de suma cero en el que si uno gana el otro pierde. El capitalismo monopolista incorpora la plusvalía relativa en una dimensión sin precedentes. Se procesa una revolución ―en las condiciones técnicas y sociales del proceso de trabajo‖ que permite que la reducción del valor de las mercancías se desarrolle a través de la incorporación de tecnología que reducirá el tiempo de trabajo necesario: ―La plusvalía producida mediante la prolongación de la jornada de trabajo, la llamo plusvalía absoluta; en cambio, la plusvalía obtenida de la reducción del tiempo de trabajo necesario y de la correspondiente modificación en la proporción de los dos componentes de la jornada laboral, [salario y plusvalía] la llamo pluvalía relativa.‖ (Marx, 1976A: 9) 56 ―Lo que se quiere destacar, en esta línea argumentativa, es que el capitalismo monopolista, por sus dinámicas y contradicciones, crea condiciones tales que el Estado por el capturado, al buscar legitimación política a través del juego democrático es permeable a demandas de las clases subalternas, que pueden hacer incidir en él sus intereses y sus reivindicaciones inmediatas. Es que este proceso es todo el tensionado no solo por las exigencias del orden monopólico, sino también por los conflictos que este hace emanar en toda la escala societal.‖ (Netto, 1992: 25) 56 La revolución ―en las condiciones técnicas y sociales del proceso de trabajo‖ procesada en el capitalismo de los monopolios, implica un aumento de productividad que supone una reducción de los costos de producción y, por ende, una disminución del costo de las mercancías, incluidas aquellas necesarias para la reproducción de la fuerza de trabajo. Esto, que permite una reducción del salario relativo57 pero también el aumento de la producción, exige un mercado de consumo ampliado, por lo que, además de la búsqueda de nuevos mercados a través del imperialismo, el consumo de la clase trabajadora debe ampliarse. El pasaje de la plusvalía absoluta a la plusvalía relativa, entonces, permite y, en algún sentido, le exige a la burguesía hacer concesiones en función a la correlación de fuerzas en la lucha de clases. Esto posibilita el pasaje de una lucha de clases del tipo "guerra civil" a la lucha de clases por concesiones, a lo que se suma la socialización de la política y la creación de los partidos políticos de masas58. Para Marx (1953), el carácter universal del proletariado estaba dado en que su afirmación como clase era su negación como humanidad y, por tanto, el proletariado para afirmar su humanidad tiene que negarse como clase y de este modo negar a todas las clases sociales. El largo proceso de ampliación del Estado (Coutinho, 1992) permite el desarrollo de un sindicalismo de negociación que favorece el surgimiento 57 Es decir, el salario en términos absolutos puede aumentar ya que en términos relativos - es decir la relación entre el salario del obrero y el valor que produce – se reduce. 58 ―Gramsci registra así el hecho nuevo – históricamente nuevo – de que la esfera ideológica o simbólico-axiológica, en las sociedades capitalistas más avanzadas, que él llama `occidentales´, ganó una autonomía material (y no solo funcional) en relación al Estado en sentido estricto; y eso es verdad no solo con relación a los nuevos organismos creados por el protagonismo político de las clases (partidos, sindicatos, etc.), sino también en relación a las viejas instituciones heredadas por la sociedad capitalista (como las Iglesias o el sistema escolar). La necesidad de conquistar el consenso como condición sine qua non de la dominación impone la creación y/o renovación de determinadas instituciones sociales, que pasan a funcionar como portadores materiales específicos (con estructura y legalidad propias) de las relaciones sociales de hegemonía." (Coutinho, 1994: 28). 57 de lo que Castel (1997) ha denominado como ―sociedad salarial‖. El proletariado en su momento ―corporativo egoístico pasional‖ (Gramsci, 1985) logra, afirmándose como clase, acceder a la ―ciudadanía‖ (Marshall, 1963). En otras palabras, surgía la posibilidad de que, en el marco del orden burgués, el proletariado pudiera afirmarse como clase al mismo tiempo que se afirmaba como humanidad, lo que, en otras palabras, era aceptar la posibilidad de alcanzar condiciones humanas de reproducción en una sociedad de clases59. En síntesis, los valores construidos por la Ilustración, que ven su encarnación con la revolución francesa, realizan un recorrido que trasmutan su sustancia y funcionalidad ideológica a partir del papel histórico que cumplen para la burguesía como clase dominante. En un primer momento, la burguesía como clase revolucionaria, enarvola la bandera roja, azul y blanca para destruir el orden feudal superando todas las ―abigarradas ligaduras feudales que ataban al hombre a sus `superiores naturales´ (...)‖ ahogando ―el éxtasis del fervor religioso y el entusiasmo caballersco (...)‖ demostrando que ―la brutal manifestación de fuerza en la Edad Media, tan admirada por la reacción, tenía su complemento natural en la más relajada holgazanería.‖ (Marx, 1953: 13) La burguesía como clase revolucionaria comanda un proceso de transformación radical que encarna el progreso de la humanidad. En un segundo momento, en el capitalismo competitivo, la burguesía, consolidada en el poder, descubre que los valores de la revolución se vuelven contra ella, ―que todas las armas forjadas por ella 59 ―Los partidos socialistas y los movimientos obreros, encajaban perfectamente con el nuevo capitalismo reformado. Un capitalismo reformado que reconociera la importancia de la mano de obra y de las aspiraciones socialdemócratas ya les parecía bien.‖ (Hobsbawm, 1995: 275) 58 contra el feudalismo se volvían contra ella misma (...)‖ (Marx, 1986: 445). La ideología de la revolución francesa es un instrumento de lucha para la nueva clase revolucionaría: el proletariado. O simplemente una demostración de las promesas incumplidas e incumplibles que exigian el retorno a una sociedad tutelada como quería la, aún viva, restauración. En el capitalismo monopolista los valores de la revolución francesa vienen a cumplir un nuevo papel En éste, el proceso de ampliación del Estado precisa de una nueva función ideológica; emerge la cuestión social en toda su dimensión con la consolidación de un pacto de dominación donde se pasa de la pura coacción a la búsqueda de consenso y consentimiento activo de las clases subalternas. En las sociedades capitalistas de occidente se pasa de la dominación, donde predomina la coerción, a la hegemonía donde predomina la búsqueda de consentimiento: ― `(..) la hegemonía permanente de la clase urbana sobre toda la población´ mediante `el gobierno por un consentimiento permanentemente organizado´ en el que `la organización del consenso se deja a las iniciativas privadas, y su carácter es, por lo tanto moral y ético, porque de una manera u otra, se da `voluntariamente´‖ (Gramsci apud Anderson, 1978, 88) El tiempo de la cuestión social es el tiempo en que se supera la lucha de clases como guerra de maniobra cuya finalidad es la revolución a una ―larga e inmóvil guerra de trincheras (...) con su énfasis preponderante en la sumisión ideológica de las masas como objetivo central‖ (Anderson, 1978, 110). En tanto la guerra de trinchera no transita hacia una guerra de maniobra, opción que asume el proletariado en la socialdemocracia (Anderson, 1978), la lucha ideológica se agota en una lucha por la construcción hegemónica de una perspectiva de cuestión social. 59 II. PARA LA COMPRENSIÓN DE LA “CUESTIÓN SOCIAL” Como fue establecido en el capitulo anterior, en el capitalismo monopolista se configura la fase madura de la cuestión social en tanto esfera donde se procesa la lucha político-ideológica de construcción de hegemonía. La cuestión social supone la idea de reforma e intervención en el marco del capitalismo; supone una confrontación regulada donde el presupuesto básico es su restrinción a lo ―social‖, es decir que las transformaciones de ―fondo‖ no están en juego, ya sea porque no se las considera desceables o se considera que no es el momento histórico para plantearse las mismas. En este sentido es que por cuestión social se entiende el soporte ideológico a través del cual se legitima y se direcciona la intervención estatal sobre ―lo social‖ desde la emergencia del capitalismo monopolista. Se trata de una interpretación y una valoración acerca de aquellas situaciones sociales que constituyen o pueden constituir una amenaza para la reproducción de una sociedad como un todo o de alguno de sus sectores. Se trata también de una propuesta de intervención y administración sobre tales situaciones. Esta interpretación se puede ―comprender‖, de acuerdo con la construcción realizada por Weber de comprensión (1997), a partir de la construcción de una tipología, que se pretende exhaustiva, que establece la existencia de tres perspectivas: i) la perspectiva conservadora o de la integración social, ii) la perspectiva neoliberal o de control de los excesos del Estado y, iii) la perspectiva social o de la ampliación de la ciudadanía. 60 Seguidamente se presenta cada una de estas perspectivas en sus aspectos ideológicos que fundamentan una representación más o menos coherente acerca de qué es y cómo intervenir sobre la cuestión social. II. 1. La perspectiva neoliberal El liberalismo constituye la perspectiva ideológica de la burguesía en su fase emergente. La destrucción de todas las tutelas que sujetan al trabajo son fundantes del orden burgués. La burguesía precisa del ―trabajo libre‖ para su desarrollo como clase social. Los sistemas de regulación del orden feudal deben ser destruidos y cualquier amenaza de regulación es un riesgo para el desarrollo del nuevo orden. La formulación liberal establece que estas regulaciones son una amenaza a la libertad60. La preocupación liberal es históricamente la misma: el Estado y cualquier instancia supraindividual debe ser limitada o suprimida de manera de garantizar la libertad de los individuos61. La Revolución Francesa prohibió los gremios identificados con el pasado feudal, los que, en tanto estructuras de cierre social (cf. Parkin, 1964), limitaban la libertad del trabajo 62. El Estado debía limitarse a 60 ―En pocas palabras, para el liberalismo clásico, el mundo humano estaba constituido de átomos individuales con ciertas pasiones y necesidades, cada uno procurando por encima de todo aumentar al máximo sus satisfacciones y disminuir sus displaceres, en esto igual a todos los otros, y naturalmente no reconociendo límites o derechos a interferir en sus pretensiones (...) Y los revolucionarios franceses encontraban magnífica esta declaración para colocar sus exigencias de libertad de iniciativa (`Todo ciudadano es libre para usar sus brazos, su industria y su capital como juzgue adecuado y útil a sí mismo (...) el puede fabricar lo que le aproveche de la manera que le aproveche´)‖ (Hobsbawm, 1994: 256) 61 ―Estoy profundamente convencido de que cualquier sistema regular, permanente, administrativo, cuyo fin sea satisfacer las necesidades de los pobres, suscita más miseria que la que puede curar, deprava a la población que desea socorrer y consolar, reduce con el tiempo a los ricos a no ser más que los enfermeros de los pobres, agota las fuentes del ahorro, detiene la acumulación de capital (....)‖ (Tocqueville apud Castel, 1997: 249) 62 ―De modo que el verdadero descubrimiento que promueve el siglo XVIII no es el de la necesidad del trabajo, sino el de la necesidad de la libertad de trabajo. Ésta implicaba la destrucción de dos modos de organización del trabajo hasta entonces dominante: el trabajo regulado y el trabajo forzado. En ese sentido la obra de Turgot es ejemplar. Fue él quien (en el corto período durante el cual Luis XVI pareció resignarse a cederle la 61 garantizar las reglas del mercado sin interferir sobre ellas; en síntesis, debía proteger la propiedad privada63. La perspectiva liberal y, en el mismo sentido, lo que hoy llamamos neoliberalismo, tendencialmente niega la cuestión social, siendo el caso extremo el representado por quien fuera la Primera Ministra Margaret Thatcher de Inglaterra, quien en los años 80 afirmó que: ―no hay sociedad, sólo hay individuos‖ (Netto, 1996: 98). Estos individuos salen con sus apetitos, sus deseos y sus capacidades a negociar y obtener lo más posible en el mercado. En última instancia para el liberalismo la cuestión social es un tema policial64. Se trata de la idea de un ―individuo posesivo‖ (Macpherson, 1979) que sale al mercado movido por sus apetitos y pondrá en juego su ―cartera de activos‖ para obtener lo mayor posible de la sociedad sacrificando el menor monto posible de sus activos. Para esta perspectiva, el resultado de esa lucha de todos contra todos será, finalmente, el bien común. La función de las instituciones es la de garantizar reglas de juego más o menos civilizadas, comenzando por garantizar la propiedad privada. Se niega la existencia de una cuestión social y a lo sumo se reconoce la existencia de problemas sociales. iniciativa) trató de suprimir a la vez los gremios y los depósitos de mendicidad, y también la supervivencias de la corvée.‖ (Castel, 1997: 175) 63 ―Las doctrinas igualitarias, por lo demás, siembre han acusado al capitalismo de ser autor y protector de un régimen fundado en la desigualdad económica: baste recordar que, para Marx, la igualdad jurídica de todos los ciudadanos, sin distinción de estamentos, proclamada por la Revolución francesa, no fue sino un instrumento de que la clase burguesa se sirvió al objeto de liberar y hacer disponible la fuerza de trabajo necesaria para el desarrollo del capitalismo naciente, mediante la ficción útil del contrato voluntario entre individuos igualmente libres.‖ (Bobbio, 1993: 90-1) 64 ―Estamos todavía en un momento en que la `cuestión social´ es tratada como un tema policial. También en esta fase del desarrollo del capitalismo (...) el principal mecanismo de acumulación del capital es la extracción de plusvalía absoluta, que se materializa en largas jornadas de trabajo.‖ (Acosta, 2006: 28) 62 La perspectiva liberal tiende a responsabilizar a los individuos. Dirán: estamos frente a problemas que son de los individuos. Individuos que no han implementado estrategias adecuadas en el mercado y a ello se debe su fracaso. La responsabilidad es del individuo quien no supo competir y a quien, a lo sumo y por razones humanitarias, se le garantizará lo mínimo indispensable para asegurar su sobrevivencia (cf. Hayek, 2006: 158). En todo caso, la propia sociedad, asimilada a la esfera del mercado, genera naturalmente los mecanismos para garantizar la sobrevivencia de quienes fracasaron. La caridad y la filantropía son los mecanismos autogenerados por el mercado para atender a aquellos cuyo fracaso los coloca en el límite de la sobrevivencia. Ya que la intervención para garantizar la sobrevivencia se realiza por razones humanitarias, ¿por qué privar de hacerlo a que aquellos que sienten especial fruición en realizar tareas sociales?. La filantropía y la caridad nunca deben ser sustituidas por el Estado quien deberá intervenir sólo en caso que sea indispensable. Para el pensamiento liberal la sociedad no es otra cosa que el mercado donde individuos libres, poseedores de sí mismos, buscan obtener el máximo beneficio en el intercambio con otros hombres 65. En la base de este pensamiento está presente, en última instancia, la idea de que el individuo en la libre competencia realizará un cálculo estratégico, y que cualquier intervención externa sobre esta competencia 65 ―La esencia humana es ser libre de la dependencias de las voluntades ajenas, y la libertad existe como ejercicio de posesión. La sociedad se torna un grupo de individuos libres e iguales, relacionados entre si como propietarios de sus propias capacidades y de lo que adquirirán mediante la práctica de esas capacidades. La sociedad consiste en relaciones de intercambio entre propietarios. La sociedad política se vuelve un artificio calculado para la protección de esa propiedad y para el mantenimiento de un ordenado relacionamiento de intercambios.‖ (Macpherson, 1979: 15) 63 estaría siempre beneficiando a unos y perjudicando a otros. La intervención generará una ventaja estratégica por parte de los que se benefician de ella. Sobre esto se basa la permanente desconfianza acerca de las prestaciones dirigidas hacia los sectores más pobres de la población (cf. Castel, 1997: 175 y sig.) en el entendido de que harán un uso estratégico de cualquier beneficio que reciban y por tanto tendrán una ventaja ilegítima sobre los otros. Para el pensamiento liberal, cuestión social a lo sumo es todo aquello que limita la libertad de los individuos. En ese sentido, la constitución de cualquier instancia supraindividual que limite la libertad de los hombres es el riesgo que debe conjurarse. El Estado debe limitarse a garantizar las reglas del mercado sin interferir sobre ellas lo que, en síntesis, equivale a afirmar la necesidad de proteger la propiedad privada66. En la perspectiva de Marx y Engels, la burguesía en su proceso revolucionario destruye todas las formas de tutela del orden feudal por una única forma de regulación social: la regulación propia del mercado que ―Ha hecho de la dignidad personal un simple valor de cambio. Ha sustituido las numerosas libertades escrituradas y bien adquiridas por la única y desalmada libertad de comercio. En una palabra, en lugar de la explotación velada por ilusiones religiosas y políticas, ha establecido una explotación abierta, 66 ―Se ha visto a muchos individuos que, arrestados en circunstancias lamentables, han convenido en que se los había salvado de muchas tentaciones. La falta de dinero anuncia una necesidad excesiva; todo hombre, en esas circunstancias acuciantes, está al borde de convertirse en estafador o criminal. El gobierno debe por lo tanto prevenir el crimen, y asegurar la tranquilidad de los ciudadanos por todos los medios posibles. Aquel que, sin asilo, sin recursos, no puede ya pagar su subsistencia, deja de estar libre; esta bajo el imperio de la fuerza, no puede dar un paso sin cometer un delito. Finalmente, en una palabra, suponiendo que un hombre privado de todo socorro desde mucho antes sólo sea un hombre desdichado, que sería injusto arrestarlo, y bien, habría que cometer esta injusticia política, y no dejar errar en los caminos a quien, por no tener nada, puede atreverse a todo.‖ (Leclerc de Montlinot apud Castel, 1997: 107) 64 descarnada, directa y brutal.‖ (Marx y Engels, 1986: 113) La única relación que se establece entre los hombres es la relación comercial, es la mediación de la mercancía, y todas las capacidades humanas y su producto tiene valor en tanto se transforma en mercancía. O como podemos decir de acuerdo con Bauman (2002): ―`Derretir los sólidos´ significaba primordialmente, desprenderse de las obligaciones `irrelevantes´ que se interponían en el camino de un cálculo racional de los efectos; tal como lo expresara Max Weber, liberar la iniciativa comercial de los grilletes de las obligaciones domésticas y de la densa trama de los deberes éticos, o, según Thomas Carlyle, de todos los vínculos que condicionaban la reciprocidad humana y la mutua responsabilidad, conservar tan solo el `nexo del dinero´‖ De acuerdo con Luckàcs (in Anderson, 1991), el pensamiento liberal realiza una fragmentación dicotómica entre el citadino y el burgeois: el primero, es el actor político, responsable de la vida social y política de su tiempo; el segundo, es un individuo que vive su relación con la sociedad como una simple relación instrumental en la que busca realizar sus apetitos y deseos en contradicción con los de sus semejantes67. 67 ―La democracia burguesa data de la Constitución francesa de 1793, que era su más alta y radical expresión. Su principio constituyente es la división del hombre en ciudadano de la vida pública, por una parte, y en burgués de la vida privada, por otra, el primero dotado de derechos políticos universales, el segundo expresión de intereses económicos particulares y desiguales. Esta división es fundamental para la democracia burguesa en tanto que fenómeno históricamente determinado. Su reflejo filosófico se encuentra en Sade. Es interesante observar que autores como Adorno se han ocupado mucho de Sade porque veían en él el equivalente filosófico de la Constitución de 1793. La idea central, tanto de ésta como de aquél, es que el hombre es un objeto para el hombre, que el egoísmo racional es la esencia de la sociedad humana.‖ (Netto, 1996: 10) 65 El liberalismo clásico no puede concebir una cuestión social pues creó un mundo a su imagen y semejanza; la sociedad feudal es destruida hasta los cimientos y sobre ellos se construyó el reino de la libertad...de empresa. La posibilidad de intervenciones sobre la sociedad para enfrentar la pobreza o la inmoralidad eran sencillamente imposibles de ser pensadas 68. El neoliberalismo se constituye como cuestión social cuando, en el capitalismo monopolista, el Estado comienza a intervenir sobre los mercados para ampliar los lucros del capital garantizando los mercados e interviniendo sobre la relación capital - trabajo a fin de superar el subconsumo de la clase trabajadora69. La cuestión social será construida por el pensamiento conservador en oposición al liberalismo. El acelerado proceso de transformación era vivido por amplios sectores de la sociedad como amenazante, la descomposición material y moral de la clase trabajadora, no solo escandalizaba a las clases acomodadas sino que también veían, detrás de este proceso, la amenaza de la revolución70. 68 ―Una moderna sociedad de bien-estar social (welfare) o socialista habría sin duda distribuido algunos de estas vastas acumulaciones para fines sociales. En el período que focalizamos [1789-1848] nada era menos probable. Virtualmente libres de impuestos, las clases medias continuaron por tanto acumulando en medio de un populacho hambriento, cuya hambre era el reverso de aquella acumulación.‖ (Hobsbawm, 1994: 63) 69 ―(...) el crecimiento de los cárteles y sindicatos ha sido sistemáticamente muy alimentado desde 1878 por una deliberada política. No sólo el instrumento de la protección, sino incitaciones directas y, al final, la coacción, emplearon los gobiernos para favorecer la creación de monopolios, con miras a la regulación de los precios y las ventas. Fue allí [en Alemania] donde, con la ayuda del Estado, el primer gran experimento de <<planificación científica>> y <<organización explícita de la industria>> condujo a la creación de monopolios gigantescos que se tuvieron por desarrollos inevitables cincuenta años antes de hacerse lo mismo en Gran Bretaña.‖ (Hayek, 2006: 76) 70 ―La oposición genuina (la `derecha´) vino de aquellos que resistían las `fuerzas de la historia´. En Europa, pocos realmente deseaban un retorno al pasado, como en los días de los románticos reaccionarios de después de 1815. Todo lo que querían era interrumpir, o por lo menos desacelerar, el amenazador progreso del presente, un objetivo racionalizado por intelectuales que veían la necesidad de factores como `movimiento´y `estabilidad, `orden´ y `progreso´. Por tanto el conservadurismo era capaz de atraer de vez en cuando a algunos grupos de la burguesía liberal, que sentía que más progreso podía traer a la revolución más peligrosamente cerca.‖ (Hobsbawm, 1996 : 156) 66 No resulta extraño, entonces, que las primeras formas sistemáticas de intervención sobre lo social, fundamentalmente los seguros sociales bismarckianos, surgieran en Alemania, un país que no procesó la revolución burguesa, o la procesó ―sin terror como `revolución´ sin `revolución´, o sea, como `revolución pasiva´‖ (Gramsci, 1985: 486). El desarrollo del capitalismo en Alemania se procesó a partir de una alianza entre la burguesía y la aristocracia terrateniente: los junquers 71. En este contexto se impone, para esta ideología, la necesidad de vigilancia a fin de evitar excesos en esta intervención, sobre todo en lo que refiere a promover cualquier búsqueda de igualdad. El pensamiento neoliberal surgirá como una oposición a los recién formados Estados de Bienestar en Europa. Hayek y su sociedad de Mont Pélerin se constituyeron, en aquel entonces, en los solitarios opositores al desarrollo de la creciente intervención del estado sobre ―lo social‖. En 1944, Hayek publicará ―El Camino de la servidumbre‖ (2006) donde afirma que el desarrollo de esta intervención se constituía en un límite insoportable a la libertad. Este pensamiento, que sólo se tornará hegemónico tres décadas después, es la primera versión de la cuestión social neoliberal72. 71 ―Bismarck percibía que, en el sentido más literal de la palabra, una `revolución burguesa´ era una imposibilidad, ya que sería una revolución de verdad solo si otras camadas además de la burguesía fuesen movilizadas, y en ningún caso los hombres de negocios o los profesores parecían estar inclinados a levantar barricadas ellos mismos. Eso no impidió, sin embargo, aplicar el programa económico, legal e ideológico de la burguesía liberal siempre que pudiese ser combinado con la predominancia de la aristocracia agraria en una monarquía prusiana protestante.‖ (Hobsbawm, 1996: 159) 72 ―Que el socialismo haya desplazado al liberalismo, como doctrina sostenida por la gran mayoría de los <<progresistas>>, no significa simplemente que las gentes hayan olvidado las advertencias de los grandes pensadores liberales del pasado acerca de las consecuencias del colectivismo. Ha sucedido por su convencimiento de ser cierto lo contrario a lo que aquellos hombres predecían. Lo extraordinario es que el mismo socialismo que no sólo se consideró primeramente como el ataque más grave contra la libertad, sino que comenzó por ser abiertamente una reacción contra el liberalismo de la Revolución Francesa, ganó la aceptación general bajo la bandera de la libertad.‖ (Hayek, 2006: 53) 67 La oposición franca y decidida del neoliberalismo es contra cualquier intención de promover la igualdad en la sociedad. El neoliberalismo no se opone a cualquier intervención del Estado sobre lo social pues la intervención sobre la indigencia es tolerada, siempre y cuando no se intente promover la igualdad73. Friedrich Hayek constituye la expresión más acabada de esta perspectiva. Desnaturaliza el mercado estableciendo su carácter histórico, el que, como construcción histórica, adquiere una perfección insustituible. De ahí que toda intervención humana sobre el mercado, a partir de cualquier principio de justicia, no hace otra cosa que distorsionar esta construcción 74. La perspectiva neoliberal construye una nueva cuestión social: los monopolios, las corporaciones, las regulaciones estatales, y todas las formas de limitar el libre juego de la competencia son el blanco de esta nueva cuestión social. La nueva tarea que se impone es liberar al hombre de todas estas nuevas sujeciones que se han constituido en nuevas formas de servidumbre, nuevas tutelas, no muy distintas a aquellas que fueron destruidas por la revolución burguesa y han renacido debiendo, para esta perspectiva, ser destruidas. 73 ―Un resultado necesario, y sólo aparentemente paradójico, de lo dicho es que la igualdad formal ante la ley está en pugna y de hecho es incompatible con toda actividad del Estado dirigida deliberadamente a la igualación material o sustantiva de los individuos, y que toda política directamente dirigida por un ideal sustantivo de justicia distributiva tiene que conducir a la destrucción del Estado de Derecho.‖ (Hayek, 2006: 113) 74 ―La planificación con fines de seguridad que tan dañinos efectos ejerce sobre la libertad es la que se dirige a una seguridad de clase muy diferente. Es la planificación destinada a proteger a individuos o grupos contra unas disminuciones de sus ingresos que, aunque de ninguna manera las merezcan, ocurren diariamente en una sociedad en régimen de competencia, contra unas pérdidas que imponen severos sufrimientos sin justificación moral, pero que son inseparables del sistema de la competencia. Esta demanda de seguridad es, pues otra forma de la demanda de una remuneración justa, de una remuneración adecuada a los méritos subjetivos y no a los resultados objetivos de los esfuerzos de un hombre. Esta clase de seguridad o justicia parece irreconciliable con la libertad de elegir el propio empleo.‖ (Hayek, 2006: 160) 68 En sintesis, para esta perspectiva la cuestión social es la tendencia del Estado y otras instituciones (corporaciones y sindicatos) de interferir con la libertad (de mercado) de los individuos y, como solución de compromiso, tolera por razones humanitarias la intervención para garantizar la vida de aquellos que se encuentran al margen del mercado (indigentes) considerando que las formas menos riesgosas de esta intervención son las realizadas por aquellos hombres de buena voluntad que la desarrollan movidos por sus valores religiosos (caridad) o humanitarios (filantropía) y solo en última instancia por el Estado. II. 2. La perspectiva conservadora La perspectiva conservadora surge como superación del pensamiento reaccionario de la restauración blanca. Los herederos del pensamiento restaurador, ahora en su identidad conservadora, son las capas medias redimensionadas en la configuración monopólica del capitalismo. ―Al final, en la década de 1900, había muchos países en los cuales el típico miembro de las clases empresariales o profesionales se situaba francamente a la derecha del centro político. Abajo de ellos estaban las filas, siempre mayores, de la nueva clase media y de la clase media baja, con su resentida y construida afinidad por la derecha francamente antiliberal.‖ (cf. Hobsbawm, 1988: 266) Las capas medias, en su conformación ideológica pura75, se sienten amenazadas por el proletariado doblemente: 75 ―Esa colectividad teme concreta, pero sobre todo difusamente, cualquier cambio drástico en el que pudieran arriesgarse sus muchos, pequeños y arrebañados privilegios y sancionarse, aun a través de una renovación general de todo el sistema, su bajo nivel de productividad, adhiere a ciertos valores, privacidad, seguridad, tranquilidad y ocio como sinónimos de libertad, de justicia, de paz, de bienestar y por ello parecería erizarse — no 69 i) Por ser portador de la ideología ―disolvente‖ comunista o socialista. ii) Por representar lo que más temen: perder sus dudosos privilegios empobreciéndose, proletarizándose. En verdad, el reclamo por igualdad del proletariado es vivido por las capas medias como el reclamo de que todos sean proletarios. Su relación con la burguesía es más ambigua. La admiración y envidia que le despierta no hacen que la vivan como menos amenazante dado que el liberalismo, en su versión pura, representa su destrucción como estamento. Como defensa, las clases medias aspiran a que la burguesía las reconozcan como reservorio moral y les pidan la receta para mantener la integración social superando la amenaza de la inmoralidad y, sobre todo, del ―sueño más terrible‖: la revolución. Es que como dice Marx en ―El dieciocho Brumario de Luís Bonaparte‖: ―(...) el demócrata, como representa a la pequeña burguesía, es decir, a una clase de transición, en la que los intereses de dos clases se embotan el uno contra el otro, cree estar por encima del antagonismo de clases en general.‖ (1986A: 435) No es casual, entonces, que la sociología surgiera como disciplina cuando las capas medias76 tuvieron su mayor expansión, precisamente en siempre conscientemente— ante cualquier violento proceso social que involucre — como es común que en el caso ocurra— un alto costo en términos de esos valores adheridos y preferidos..‖ (Real de Azúa, 1984: 73) 76 Estamos conscientes que las capas medias emergidas con el capitalismo monopolista no pueden ser asimiladas a la pequeña burguesía de la que habla Marx. 70 los albores del capitalismo monopolista, ―la era de los imperios‖ al decir de Hobsbawm (1988: 379). ―Algunos de los que se dedicaban a la nueva sociología se concentraban en saber cómo las sociedades realmente funcionaban, de modo diferente de lo que suponía la teoría liberal. (....) Algunos se concentraron en saber lo que mantenía las sociedades cohesionadas contra las fuerzas desintegradoras, oriundas de los conflictos entre las clases y entre los grupos que las componían, y en la tendencia de la sociedad liberal a reducir a la humanidad a individuos dispersos, desorientados y desenraizados (`anomia´)‖ La perspectiva conservadora, vinculada al paradigma positivista, encuentra en Durkheim uno de sus principales representantes. Para Durkheim – como también para toda la tradición cultural que después se desarrollará como el pensamiento estructural – funcionalista y cuyos exponentes fundamentales serían Parsons y Merton - la preocupación central es la cohesión social, es decir, qué elementos hacen que la sociedad se mantenga cohesionada, unida y cómo intervenir sobre la sociedad para reforzar esos elementos77. El positivismo tiende a asociar sociedad con naturaleza, sociedad y organismos biológicos. 77 ―Durkheim – o, después de él, Radcliffe-Brown, que hace asentar la <solidaridad social> en el hecho de participar en un sistema simbólico – tiene el mérito de designar explícitamente la función social (en el sentido del estrutural-funcionalismo) del simbolismo, auténtica función política que no se reduce a la función de comunicación de los estructuralistas. Los símbolos son instrumentos por excelencia de la <integración social>: en tanto instrumentos de conocimiento y de comunicación (cf. El análisis durkheimiano de la fiesta), ellos tornan posible el consensus acerca del sentido del mundo social que contribuye fundamentalmente para la reproducción del orden social: la integración lógica es la condición de la integración <moral>‖ (Bourdieu, 2001:10) 71 ―El positivismo – en su configuración `típico ideal´está fundamentado en un cierto número de premisas que estructuran un `sistema´ coherente y operacional: 1. La sociedad es regida por leyes naturales, (....) 2. La sociedad puede, por lo tanto, ser epistemológicamente asimilada por la naturaleza (...) 3. Las ciencias de la sociedad, así como las de la naturaleza, deben limitarse a la observación y a la explicación causal de los fenómenos (...)‖ (Löwy,1996) Esta asociación no se produce de forma ingenua ya que los autores positivistas reconocen que no es lo mismo un organismo biológico que una sociedad: la gran diferencia es que los seres, en tanto organismos biológicos, nos mantenemos unidos a través de nuestra piel, de nuestra carne, nos mantenemos así ―cohesionados‖ hasta la muerte. La sociedad no tiene piel, y por lo tanto necesita de algo, un pegamento para mantenerse unida, y ésta va a ser la preocupación central de estos pensadores. A diferencia de un organismo biológico, lo que une a una sociedad y lo que constituye su particularidad como tal es la moral, en tanto piel, en tanto carne que le va a brindar cohesión78. Para Durkheim, la solidaridad es la forma de manifestación de la moral y se constituye en el cemento que nos mantiene unidos e interdependientes. La cuestión social, por tanto, se define a partir de las amenazas a la cohesión social; es entendida como todo aquello que pueda poner en riesgo o en duda que la sociedad se mantenga unida. 78 ―Podemos decir, pues, de manera general, que la característica de las reglas morales es que ellas enuncian las condiciones fundamentales de la solidaridad social. El derecho y la moral son el conjunto de vínculos que nos prenden unos a otros y a la sociedad, que hacen de la masa de los individuos un agregado y un todo coherente.‖ (Durkheim, 1995: 420) 72 ―Durkheim se consagró al estudio de la `cuestión social´ desde los años de la École Normal, por vocación y en el interior de un ambiente animado por la voluntad política y moral. En aquella ocasión, Durkheim situaba la cuestión de manera bastante abstracta y filosófica, bajo el título: `Relaciones entre individualismo y socialismo´. En 1883 la definió mejor, y las relaciones entre el individuo y la sociedad se tornaron su tema. Fue entonces que consiguió percibir (...) que la solución del problema estaba referida a una nueva ciencia: la sociología (...)‖ (Mauss in Fridman, 1993: 29) Durkheim expresa sólidamente las preocupaciones del pensamiento conservador. En su obra ―La educación moral‖ (1991) es en la que diseña, desde su punto de vista, los necesarios procesos de control y regulación moral. Su discurso es una oposición directa al individualismo liberal expresado en la recordada frase de Tatcher, ya mencionada en párrafos anteriores y que condensa sintéticamente este pensamiento: ―no hay sociedad, solo hay individuos‖ (Netto, 1996: 98) - y en tal sentido, como prediciendo a la primer ministro británica, dirá Durkheim (1991: 23): ―Para que el hombre sea un ser moral es necesario que se atenga a algo más que a sí mismo; es necesario que se sienta solidario con una sociedad, por humilde que sea.‖ La solución propuesta por Durkheim frente a la descomposición moral propia de la sociedad liberal suponía la (re)construcción de las sociedades que permitiera la solidaridad mencionada. La familia y la patria son las sociedades que cuentan con mayor valor moral (Durkheim, 1991). 73 Pero la familia en las sociedades modernas pierde eficacia moral, y la patria es demasiado lejana al individuo para operar en su regulación moral. En ―La división del Trabajo Social‖ (1995) establece que la solución es recuperar una institución del pasado feudal que, adaptada a la sociedad moderna, funcionaría como institución de regulación moral apropiada a los nuevos tiempos79. La recuperación de una institución del pasado feudal no es inocente. La vinculación del pensamiento de Durkheim con la restauración aparece así de modo cristalino: los mecanismos de cohesión social debían ser recuperados del pasado feudal. Claramente Durkheim no es un reaccionario. Esas instituciones destruidas por la revolución debían ser recuperadas y adaptadas al presente; el liberalismo debía, si quería sobrevivir, tolerar una tonalidad blanca80. El debate de Durkheim no es solo con el pensamiento liberal. Su propuesta dispara en dos direcciones. Michael Löwy (1996: 27) hace hincapié en su debate explícito con el movimiento socialista de su época81.De hecho no es difícil identificar el debate de Durkheim con el pensamiento socialista: la crítica radical de la división social del trabajo y la lucha por la igualdad son descalificadas rotundamente. 79 ―Pero si ni toda organización corporativa es necesariamente un anacronismo histórico, ¿tenemos base para creer que ella sería llamada a desempeñar, en nuestras sociedades contemporáneas, el papel considerable que les atribuimos? Porque, si la juzgamos indispensable, es por causa no de los servicios económicos que ella podría tener. Lo que vemos antes que nada en el grupo profesional es un poder moral capaz de contener los egoísmos individuales, de mantener en el corazón de los trabajadores un sentimiento más vivo de sus solidaridad común, de impedir que la ley del más fuerte se aplique de manera tan brutal en la relaciones industriales y comerciales.‖ (Durkheim, 1995: XVI) 80 ―Pero, para disipar todas las prevenciones, para mostrar bien que el sistema corporativo no es apenas una institución del pasado, sería necesario mostrar qué transformaciones ella debe y puede sufrir para adaptarse a las sociedades modernas, pues es evidente que el no puede ser hoy lo que era en la edad media.‖ (Durkheim, 1995: XXVI) 81 ―Es apasionante observar cómo el concepto que había servido de instrumento revolucionario por excelencia en el siglo XVIII, que estaba en el corazón de la doctrina política de los insurrectos de 1789, altera sus sentido en el siglo XIX, para tornarse, con el positivismo, una justificación científica del orden social establecido.‖ (Michael Löwy, 1996: 27) 74 Las sociedades de iguales son, es verdad, sociedades sin división del trabajo que sólo sostienen su integración social por la igualdad de las conciencias, y por lo tanto, son intolerantes con cualquier proceso de diferenciación. La solidaridad mecánica es frágil y precisa de un derecho penal extendido que castigue cualquier trasgresión a la norma 82. La fraternidad es inevitablemente blanca, la igualdad la debilita. Para alcanzar su máxima eficacia, la solidaridad debe ser entre complementarios y precisa de una saludable desigualdad. División del trabajo no es otra cosa que diferenciación o, en otras palabras, es la desigualdad que nos hace solidariamente complementarios83. Merton (1965) parece delimitar la forma en que se expresa la cuestión social en los Estados de Bienestar para la perspectiva conservadora a través de su preocupación por la sociedad norteamericana, la que, en su delimitación de medios legítimos y metas socialmente valoradas, sólo planteaba el éxito económico como meta socialmente valorada. Los distintos tipos ideales de conducta desajustada son la expresión de los distintos niveles de integración social y su contrafase, los problemas de integración derivados de las dificultades para integrar los medios o los fines por parte de las ―clases bajas‖. La propuesta de Merton no se aparta en sustancia de la propuesta durkheimiana: es preciso una sociedad que defina medios y fines adecuados 82 ―Si los dos tipos de solidaridad que acabamos de distinguir poseen de hecho la expresión jurídica que dijimos, la preponderancia del derecho represivo sobre el derecho cooperativo debe ser tanto mayor cuanto más pronunciado sea el tipo colectivo y cuanto más rudimentaria fuera la división del trabajo. Inversamente, en la medida que los tipos individuales se desarrollan y que las tareas se especializan, la proporción entre la extensión de esos dos derechos debe tender a invertirse. Ahora bien, la realidad de esa relación puede ser demostrada experimentalmente.‖ (Durkheim, 1995: 111) 83 ―Por tanto, podemos formular la siguiente proposición: el ideal de la fraternidad humana solo se puede realizar en la medida en que la división del trabajo progrese. Es preciso escoger: o renunciar a nuestros sueños, si nos resistimos a circunscribir aún más nuestra actividad, o sino buscar su realización, pero bajo la condición que acabamos de señalar.‖ (Durkheim, 1995: 429) 75 a los distintos estamentos de la sociedad. Los cuerpos intermedios de Durkheim parecen ser las instituciones adecuadas para realizar esta definición funcional a una sociedad de clases. En síntesis, la propuesta conservadora concibe la cuestión social como aquellos problemas sociales que ponen en cuestión la integración social. Contemporáneamente esta preocupación es recogida por la perspectiva francesa de, por ejemplo, Castel (1997) y Rosanvallon (1995). Estos autores tienen evidentemente una preocupación por el retroceso de la ciudadanía a partir de la crisis de los Estados de Bienestar, pero indudablemente su preocupación central gira en torno a los problemas de integración generados junto con esta crisis y de ahí que uno de los conceptos centrales de estos autores sea el de ―exclusión social‖. Castel define cuestión social haciendo un claro hincapié en la integración social, revelando voluntariamente su condición de durkheimniano: ―La `Cuestión Social´ es una aporía fundamental en la cual una sociedad experimenta el enigma de su cohesión y trata de conjurar el riesgo de su fractura. Es un desafío que interroga, pone de nuevo en cuestión la capacidad de una sociedad (lo que en términos políticos se denomina una nación) para existir como un conjunto vinculado por relaciones de interdependencia.‖ (1997: 20) Como ya fue dicho, Castel nos permite reforzar nuestra concepción acerca de la cuestión social. Aquí la cuestión social se expresa en su doble dimensión: por un lado, es una sociedad pensándose a sí misma, la cuestión social ―es una aporía‖, un ―enigma‖ a ser develado, una sociedad que se 76 interroga, que se pone en cuestión, y por otro lado, también es una sociedad que busca intervenir sobre sí misma y ―trata de conjurar‖ una posible fractura siendo su cohesión ―un desafío‖. Pero también aparece el carácter conservador de esta concepción ya que la preocupación central es cómo la sociedad evita su ―fractura‖ y logra mantenerse unida ―por relaciones de interdependencia‖. La interdependencia garantiza la integración perfecta para Durkheim (1995), emerger como solidaridad orgánica donde la división del trabajo nos vuelve interdependientes a diferencia de la solidaridad mecánica donde la integración social se sostiene por la igualdad de las conciencias. Es posible identificar en las nuevas políticas sociales propiciadas por el ―Consenso de Washington‖ la incorporación del elemento conservador en la tónica neoliberal de la reforma social. Las nuevas políticas sociales (Filgueira, 1998) promueven la participación comunitaria como sucedáneo de la participación en las organizaciones del mundo del trabajo. El eje de sus preocupaciones son, sin duda y su retórica lo revela claramente, la integración y la exclusión. La retórica de las nuevas políticas sociales no es inocente. Equidad, nunca igualdad. Participación, nunca organización. Ciudadanía responsable donde los derechos sociales nunca se consolidan, etc. El elemento central de la perspectiva conservadora es la integración social y en una sociedad de clases ésta debe garantizarse a través de la solidaridad entre las distintas clases sociales. En una sociedad armónica las clases son y se reconocen complementarias y, por lo tanto, la lucha de clases es una expresión anómica que debe ser conjurada mediante un conjunto de intervenciones regulatorias de modo tal de establecer mecanismos civilizados de negociación. 77 Esta intervención tiene, antes que nada, una función moral. Los trabajadores y los empleadores deben ser sujetos morales, reconocer la función social que cumplen y antes que nada reconocerse como complementarios y que su función, antes que responder a sus intereses individuales inmediatos, debe responder al superior interés social. II. 3. La perspectiva social o de la ampliación de la ciudadanía La emergencia de esta perspectiva está asociada al proceso de ampliación del estado que se procesa en el capitalismo monopolista (Coutinho, 1994: 42 y sig.) permitiendo que el proletariado conciba la posibilidad de mejorar sus condiciones de vida en el marco del orden burgués. Se construye balizada por el concepto de igualdad que cobrará forma en las corrientes más radicales de la revolución francesa, siendo su formulación indudablemente distinta que la comprensión burguesa de igualdad, la que se limita a la igualdad de todos los hombres ante la ley. Las primeras construcciones maduras del concepto de igualdad deben ser buscadas en el pensamiento de Rousseau que, si bien es asimilado al contractualismo y, por tanto, a una concepción burguesa del individuo y su relación con la sociedad, se distingue sustantivamente del pensamiento de Hobbes y Locke84. El pensamiento político de Rousseau se contrapone de manera original al emergente pensamiento burgués liberal. Su crítica a la 84 ―(...) para Jean-Jacques, la estipulación del contrato social no tiene como meta la conservación de un mundo de individuos privados garantizado por una esfera pública `especializada´ y `separada´, como para Hobbes y Locke; al contrario, es algo que reorganiza la propia forma de articulación entre lo público y lo privado, de modo que la sociabilidad se torne un elemento constitutivo inmanente al propio individuo: la voluntad general y el interés común no se imponen al individuo como algo externo, por el contrario son una emanación de su propia individualidad.‖ (Coutinho, 1996: 7) 78 propiedad privada y su concepción del hombre tendrán una influencia marcada en el socialismo utópico francés, pero también en el pensamiento de Marx85. Pero el pensamiento socialista se consolidará como un pensamiento con una expresión política concreta, es decir con capacidad de impactar activamente en la vida política de las sociedades modernas, con el pensamiento de Marx y Engels. Tal vez los aspectos que hacen a la crítica de la sociedad burguesa, al individualismo ―estrecho‖ del pensamiento liberal y sobre todo a la propiedad privada, ya puedan encontrarse más o menos en los mismos términos en el pensamiento socialista anterior. Lo que aparece como novedad y es, tal vez, uno de los aspectos de efecto político más concreto es el descubrimiento de la categoría lucha de clases. La clara formulación de esta categoría le ofrece al proletariado una tarea inmediata: constituirse en clase en si y para si y un camino político claro en su lucha por la igualdad.... por el socialismo 86. El Estado es la forma de organización que la burguesía crea para sí. No representa el interés de éste o aquel burgués (singularidad) sino de la burguesía como clase (particularidad). Se puede decir que el Estado es el burgués ideal. Incluso puede ir contra los intereses de un sector de la burguesía para defender los intereses de la clase en su conjunto. 85 ―Por tanto, lejos de poder ser subsumidas en la corriente individualista de su época, las reflexiones filosóficas de Rousseau anticipan en muchos puntos la ontología de Hegel y, sobretodo, de Marx: el hombre en tanto tal (en tanto ser que razona, dispone de lenguaje y actúa moralmente) es producto de su propio trabajo, de su historia, de su praxis social.‖ (Coutinho, 1996: 11) 86 ―Tal vez la razón principal por la cual tantos partidos ondearan la bandera roja de Karl Marx haya sido porque él, más que cualquier otro teórico de izquierda, les haya dicho tres cosas que parecían igualmente plausibles y animadoras: que ninguna mejora previsible, dentro del actual sistema, mudaría la situación básica de los trabajadores como tales (su explotación); que la naturaleza del desarrollo capitalista, que él tan largamente analizara, tornaba el derrumbe de la presente sociedad y su sustitución por otra, nueva y mejor, bastante incierta; y que la clase trabajadora, organizada en partidos de clase, sería la creadora y heredera de un glorioso futuro.‖ (Hobsbawm, 1988: 191) 79 Del mismo modo, el proletariado busca su forma organizativa a fin de defender sus intereses de clase -generando una dualidad de poderes- que, incluso, podrá ir contra los intereses de un sector del proletariado para defender los intereses de la clase (Coutinho, 1994: 13 y sig.). Para Marx, la lucha de clases se manifiesta como una situación de guerra civil, más o menos explícita, que en algún momento deberá estallar en una revolución explosiva y violenta. Esta situación de guerra civil debe ser entendida como una lucha de todos contra todos, y no apenas de una clase contra otra. Organizado el proletariado como clase es que se genera la dualidad de poderes que, según Marx, sólo se resolverá con el estallido de la revolución. Como ya fue dicho es la época de la plusvalía absoluta existiendo entre burgueses y proletarios un juego suma cero donde si uno gana el otro pierde: "Mas aún, cuanto más se desenvuelven el maquinismo y la división del trabajo, más aumenta la cantidad de trabajo bien mediante la prolongación de la jornada, bien por el aumento del trabajo exigido en un momento dado, la aceleración del movimiento de las máquinas, etc." (Marx y Engels, 1953: 46). La concepción restricta de Estado implica que éste solo representa los intereses de una clase y se basa exclusivamente en la coersión: "El Poder político, hablando propiamente, es la violencia organizada de una clase para la opresión de otra." (Marx y Engels, 1953: 65) La única alternativa es la organización del proletariado como clase en sí y para sí de tal forma que se opongan los intereses particulares del proletariado a los intereses particulares de la burguesía. De tal suerte que se 80 genera en la sociedad una dualidad de poderes que solo será resuelta con la revolución que llevará al proletariado a sustituir a la burguesía como clase dominante. "En efecto, cada nueva clase que pasa a ocupar el puesto de la que dominó antes de ella se ve obligada, para poder sacar adelante los fines que persigue, a presentar su propio interés como el interés común de todos los miembros de la sociedad (...)" (Marx y Engels, 1987: 28) Como ya fuera adelantado es con el capitalismo monopolista, en el último cuarto del siglo XIX, que se abre la posibilidad de que el proletariado obtenga conquistas sustantivas que le permitan alcanzar condiciones dignas de reproducción como clase social, es decir, alcanzar niveles razonables de bienestar sin superar el umbral del capitalismo. Bernstein, que al igual que Kaustky fue discípulo de Engels, propone a finales del siglo XIX, radicalizando las últimas verificaciones engelsianas sobre el desarrollo del capitalismo, realizar un revisionismo de la obra de Marx. Dicha revisión pone en cuestión los postulados fundamentales de la obra marxiana constituyéndose, en resumidas cuentas, en una destrucción del marxismo llegando a discutir hasta la idea marxiana del valor: la idea del valor identificada con el trabajo está, según Bernstein, equivocada (Coutinho, 1994: 45). Basándose en datos reales, Bestein muestra que la tendencia a la polarización de la sociedad no es real; surgen medianos y pequeños productores así como nuevas camadas medias. Kautsky le contestará en su "La doctrina filosófica" pero no recurre a la realidad que claramente confirmaba a Bernstein sino a la letra de Marx. 81 En 1901 la postura de Kautsky derrota abrumadoramente a Bernstein, pero en los hechos la socialdemocracia comienza a llevar adelante una política bernsteiniana de alianzas y reformas. Era preferible un reformismo eficiente que una perspectiva revolucionaria que se presentaba como paralizante87. Con la Primera Guerra Mundial, la Segunda Internacional se enfrenta a una crisis de la que no se repondrá. Los partidos integrantes de la internacional, contra el compromiso contraído 88, votan los fondos de guerra de sus respectivos países89. En 1914, el Partido Socialista italiano se debate entre dos corrientes: los maximalistas, liderados por Giacinto Menotti Serrati, y los reformistas, liderados por Filippo Turati. Ambas concepciones pecaban de un determinismo mecánico, diferenciándose básicamente en qué hacer mientras se espera la llegada de "la hora-H, `el gran día´ que llegarían traídos `naturalmente´ por la evolución del capitalismo(...)" (Coutinho, 1992: 5). Los primeros entendían que debían evitar cualquier compromiso con el orden vigente, dedicando toda la energía posible en una propaganda radical que tenía como consecuencia "una mezcla de radicalismo verbal y de impotencia práctica" (Coutinho, 1992:5). 87 ―Cerca de 1900, sin embargo, quedó claro el surgimiento de un ala moderada o reformista en todos los movimientos socialistas de masas; de hecho, incluso ente los marxistas, ella encontró su ideólogo en Eduard Bernstein, que afirmará `el movimiento es todo, el objetivo final no es nada´ y cuya insensible reivindicación de una revisión de la teoría marxista causó escándalo, afrenta y apasionados debates en el mundo socialista, después de 1897. En cuanto esto, la política del electoralismo de masas – de la cual eran defensores entusiastas hasta los más marxistas de los partidos, pues ella ofrecía visibilidad máxima al crecimiento de sus efectivos – integraba sin ruido a esos partidos en el sistema.‖ (Hobsbawm, 1988:149) 88 En noviembre de 1912 en el Congreso Socialista Internacional Extraordinario celebrado en Basilea (Suiza) se firma el Manifiesto de Basilea, que ponía en guardia a los pueblos contra la guerra que se avecinaba, exhortando a los obreros de todos los países a luchar con decisión por la paz. 89 "(...) Kautsky que en 1902 firmó el Manifiesto de Basilea sobre la utilización revolucionaria de la guerra que se avecinaba, se desvive ahora por justificar y cohonestar el socialchovinismo, y, como Plejánov, se une a la burguesía para mofarse de toda idea de revolución (....) No sin razón dijo Rosa Luxemburgo el 4 de agosto de 1914 que la socialdemocracia alemana es ahora un cadáver hediondo." (Lenin, 1973A: 2 y 16) 82 Los segundos, pensaban que en la medida en que el socialismo no tardaría en llegar, así como "el río desemboca el mar" (Turati en Coutinho, 1992: 5), nada impedía que, a la espera de ese día, la lucha política buscara obtener reformas que hicieran el tránsito más llevadero; "de ahí hasta confundir las propias reformas con el socialismo, el movimiento con el objetivo final, como ya lo hacía Bernstein, era un paso, que Turati no tardó en dar explícitamente." (Coutinho, 1992: 6). El sindicalismo de negociación irá configurando la perspectiva de ampliación de la ciudadanía sobre la cuestión social. Dicha perspectiva es heredera del pensamiento socialista y comunista pero se diferencia en tanto busca alcanzar mejoras tendientes a garantizar la igualdad en el marco del capitalismo. Los procesos objetivos de conquista le darán a esta perspectiva una vitalidad que la tornan hegemónica en el movimiento sindical y político90. Es curioso observar cómo el marxismo se torna hegemónico en el movimiento obrero europeo en el mismo momento en que se procesa la consolidación del capitalismo monopolista y, por tanto, en igual momento en que uno de los postulados marxianos es puesto en duda por, precisamente, la práctica política de esos mismos movimientos obreros. El planteo marxiano de que la reforma del capitalismo y la conquista de mejoras sustantivas para la clase trabajadora en el horizonte burgués son utópicas, es contestado por la propia práctica política del proletariado que 90 ―Como vimos, desde mediados de la década de 1890 la idea del inminente colapso del capitalismo parecía absolutamente implausible. Qué restaba a los ejércitos del proletariado, movilizados por millones bajo la bandera roja. Algunas veces, a la derecha del movimiento, recomendaban algunos que todos se concentrasen en las mejorías inmediatas que la clase obrera consiguiese del gobierno y de los empleadores, dejando que el futuro remoto se cuidase por sí mismo.‖ (Hobsbawm, 1989: 192) 83 logra precisamente eso: mejoras en sus condiciones concretas de vida en el propio marco del capitalismo. Esta posibilidad concreta es la que configura la perspectiva de ampliación de la ciudadanía. La posibilidad de la reforma configura una nueva cuestión social que habilita a pensar en, al menos, la lucha por la igualdad en el marco del orden burgués. Así se configura la nueva función de la lucha de clases: el movimiento constante de la clase trabajadora por ampliar la politización del mercado, la lucha por aumentar el espectro de los derechos de ciudadanía de la clase obrera. Tal como fuera anunciado por Bernstein, ―el movimiento es todo‖. En síntesis, la igualdad es un horizonte inalcanzable en el marco del capitalismo pero baliza la acción social de la perspectiva de la ampliación de la ciudadanía y la lucha política se concentra en presionar cotidianamente en la obtención de mayores niveles de igualdad. 84 III. CAPITALISMO MONOPOLISTA Y CUESTIÓN SOCIAL En el último cuarto del siglo XIX el capitalismo sufrirá significativas transformaciones. El desarrollo y consolidación del capitalismo en su forma monopólica está primorosamente desarrollada por Hobsbamwm (1988) en su libro ―La era de los imperios. 1875-1914‖. La sustancia de esta transformación debe buscarse en la redimensionalización de la intervención del Estado sobre los mercados para garantizar los lucros del capital. Dicha transformación supone dos dinamismos: de un lado, los esfuerzos tendientes a superar el subconsumo de la clase trabajadora, y del otro, la búsqueda de mercados a través del desarrollo de mecanismos imperialistas 91. Todas las esferas que conformaban el capitalismo competitivo van a ser ora transformadas, ora redimensionadas. Se modifican sustancialmente las relaciones entre las clases, el papel del Estado, las relaciones entre las naciones, la vida política en su conjunto, etc92. 91 ―La salida de la crisis del capital del final del siglo XIX siguió dos caminos: la intensificación del dominio interno del capital (la formación de los monopolios y la doble explotación de los trabajadores: como productores y como consumidores) y la expansión del poder en escala global con la formación del imperialismo. El capitalismo en esta fase ya no consigue reproducirse más a partir de su propio fundamento económico, precisando sistemáticamente de un vector extra económico (el Estado nación), aunque en verdad, la intervención del Estado haya sido fundamental para el desarrollo del capitalismo en todas sus fases.‖ (Acosta, 2006: 151) 92 ―En la tradición teórica que viene de Marx, está consensualmente aceptado que el capitalismo, en el último cuarto del siglo XIX, experimenta profundas modificaciones en su ordenamiento y en su dinámica económica, con incidencias necesarias en la estructura social y en las instancias políticas de las sociedades nacionales que englobaba. Se trata del período histórico en que al capitalismo competitivo le sucede el capitalismo de los monopolios, articulando el fenómeno global que, especialmente a partir de los estudios leninistas, se tornó conocido como el estadio imperialista.‖ (Netto, 1992: 15) 85 El proceso que llevó del capitalismo competitivo al capitalismo monopolista, es, como todo proceso en el orden burgués, extremadamente complejo, propiamente una ―síntesis de múltiples determinaciones‖. Supone claro está, un movimiento del capital de refuncionalización del Estado para su nuevo papel en la superación de la crisis, y supone avances tecnológicos que habilitan una nueva dinamización de la división del trabajo, tematizada largamente por Durkheim. Pero también supone la capacidad de la clase trabajadora de dar una proyección sin precedentes a su organización en sindicatos y partidos. La complejidad de la sociedad civil en esta nueva fase, llevó a Gramsci a reconceptualizar este concepto clásico contenido en las obras de Hegel y Marx, redimensionando el papel de la lucha ideológica en esta nueva fase del capitalismo, monopolista, imperialista o como llama Gramsci a los Estados configurados en este período ―sociedades occidentales‖ 93. La cuestión social cobra su verdadera dimensión en este entramado complejo de lucha ideológica, que es la nueva forma que toma la sociedad civil en el capitalismo de los monopolios. La universalización de la participación democrática se procesa en estos años, y la lógica democrática supone un Estado que debe legitimarse permanentemente. La búsqueda de legitimidad permite la incidencia de reclamos de las clases subalternas, configurando lo que contemporáneamente se dio en llamar agenda política. 93 ―En Oriente el Estado lo era todo, la sociedad civil era primordial y gelatinosa; en Occidente, entre el Estado y la sociedad civil había una justa relación y en el temblor del Estado se discernía en seguida una robusta estructura de la sociedad civil. El Estado no era más que una trinchera avanzada, detrás de la cual había una robusta cadena de fortalezas y de casamatas; esto variaba de Estado a Estado, naturalmente, pero por ello se requería un cuidadoso reconocimiento de carácter nacional.‖ (Gramsci, 1993: 136) 86 De alguna forma la agenda política es el reflejo de la cuestión social, la lucha de clases se transfigura y se torna una ―competencia regulada‖ (Weber, 1997: 31) a fin de incluir las demandas en la agenda del Estado. La regla de esta competencia regulada es constituir la cuestión social en el sentido tratado en este texto, donde las clases y fragmentos de clase en sus luchas y reivindicaciones buscarán imprimir en el Estado la lógica de su intervención. III. 1. Estados de Bienestar y Cuestión Social El final de la Segunda Guerra Mundial marca el comienzo de las llamadas Tres Gloriosas Décadas del Welfare State (Przeworsky, 1995). La denominada ―edad de oro‖ (Hobsbawm, 1995) se inicia con la derrota de las potencias fascistas y sus aliados y culmina junto con el ciclo de expansión económica de la posguerra. Dicho período se caracterizó por (i) el desarrollo de los sistemas de protección social europeos, (ii) el fin de los colonialismos, (iii) el fenómeno de la ―guerra fría‖ que expresaba el equilibrio de poderes entre las superpotencias a nivel mundial y (iv) un acelerado proceso de desarrollo tecnológico. La ―edad de oro‖ significó que gran parte de la población a nivel mundial registrara una mejora sustantiva en sus niveles y calidad de vida y bienestar social. En ese sentido, los Estados de Bienestar Social ejercerán un papel determinante en el incremento de los niveles de bienestar social. Son básicamente tres los principios regulatorios que constituyen la posibilidad de su implementación: la garantía del pleno empleo, el seguro social y la asistencia social para los inhabilitados para el trabajo (Castel, 1997). El principio del ―seguro‖, relacionado a la capacidad contributiva de los cotizantes, y el principio de la ―asistencia o ayuda social‖, que enfatiza 87 la responsabilidad pública ante las necesidades insatisfechas de los que no pueden pagar ni trabajar, han sido los mecanismos que orientaron la organización del sistema de seguridad social en sus diversos momentos históricos. Ambos principios se relacionan con la condición de trabajador o ex trabajador o con la imposibilidad de trabajar. En este sentido, la referencia al trabajo es central para la consideración de los sistemas de protección social (cf. Castel, 1997). Una vez alcanzada la sociedad salarial (Castel, 1997: 325), y en una sociedad de pleno empleo, el trabajo – que había superado al pauperismo- se encontraba en condiciones que, sin trascender su carácter alienante, permitían alcanzar ciertos niveles de ―dignidad‖ razonables. De este modo, la asistencia se concentraba, sin mayores cuestionamientos éticos, en aquellos sectores de población imposibilitados de trabajar (incapaces, niños, ancianos, etc). Los seguros sociales, a diferencia de la asistencia, se impusieron como derechos objetivos, contributivos, con prestaciones establecidas a partir de criterios precisos, basados en la concepción de una relación estrecha entre la ocupación de un trabajo estable y el derecho a obtener acceso a la protección social legal (Boschetti, 1997: 28-29). Las políticas sociales brindadas por el sistema de seguridad social, en el ámbito del Welfare State, pueden ser clasificadas en dos grandes grupos. El primero integrado por políticas contributivas, contractuales y mercantilizables, orientadas a la atención de las necesidades de los ciudadanos insertos en el mercado de trabajo y/o en el sistema de previsión contributivo. Estas políticas buscan garantizar, por intermedio del seguro social, un ingreso al trabajador y su familia en situaciones de interrupción o pérdida de la capacidad de obtener ingresos a través del trabajo y/o cuando 88 los gastos especiales (provenientes del casamiento, nacimiento o muerte) disminuyen su poder adquisitivo. Se trata de políticas que, al otorgarle especial relevancia al mercado de trabajo y a la renta obtenida por el trabajador mediante su inserción en este mercado, dejan de lado significativas parcelas de la población sin condiciones de trabajar, y por lo tanto, desmonetizadas y sin capacidad contributiva. El segundo grupo se encuentra integrado por políticas distributivas, no contractuales, no contributivas y desmercantilizables, desarrolladas como prestación de beneficios y servicios sociales públicos, total o parcialmente costeados por el Estado, independientemente de contribuciones previas, inserción en el mercado de trabajo o, en algunos casos, de la renta de los beneficiarios. Son políticas que abarcan a todos los ciudadanos, y no sólo a los que tienen renta o capacidad de contribuir y pueden asumir dos formas: monetaria y no monetaria. El primer caso implica transferencias de auxilios en dinero a los ciudadanos que no poseen renta para la obtención de bienes y servicios básicos. El segundo caso incluye los servicios y beneficios gratuitos en el campo de la educación, salud, asistencia social u otras provisiones costeadas o subvencionadas principalmente por el Estado (Pereira, 2000: 151-153). Cabe señalar que los Estados de Bienestar, en todas sus formas (cf. Esping-Andersen, 1990), incluyendo los Estados Sociales que, en el tercer mundo, se desarrollaron a la luz de aquellos, constituyen la configuración más equilibrada de las tres perspectivas de cuestión social aquí trabajadas. Denunciados (Hayek, 2006) o celebrados (Marshall, 1963) como socialistas, según se trate de sus detractores o sus defensores, esta particular configuración estatal lograba articular niveles satisfactorios, para el orden burgués, de libertad, integración e igualdad. 89 En verdad, esta solución de compromiso ideológica entre las tres perspectivas, no representa un contenido menor en la conformación de los Estados de Bienestar. Las políticas anticíclicas aplicadas en este período tienen, por un lado, (i) una justificación económica: En el origen del capitalismo, la burguesía, al tornarse hegemónica, crea su clase social antagónica y su papel: la producción de valor de uso y valor de cambio a través del trabajo concreto y abstracto (Marx, 2002: 32). En los Estados de Bienestar la burguesía recrea al proletariado. Su papel ahora consiste, no sólo en continuar produciendo valor, sino también el de evitar las crisis de sobreproducción a través del consumo (Acosta, 2006: 151). Y por otro lado, estas políticas también tienen una importante (ii) justificación política: Las condiciones favorables para el auge y desarrollo de los Estados de Bienestar deben ser buscadas en la gran depresión del 30. Su configuración básica son las políticas keynesianas de combate frontal al desempleo. Esta fórmula fue aplicada en todos los países centrales y el gran fantasma que quería ser conjurado era, no hay duda, el viejo fantasma del Manifiesto (Marx, 1953). ―El argumento keynesiano en favor de los beneficios de la eliminación permanente del desempleo en masa era tan económico como político. Los keynesianos afirmaban, correctamente, que la demanda que se generaba por la renta de trabajadores con pleno empleo sería el mejor estímulo para las economías en recesión. A pesar de eso, el motivo por el cual ese medio de aumentar la demanda recibió tan urgente 90 prioridad – el gobierno británico se empeñó en él incluso antes del fin de la Segunda Guerra Mundial – fue que se creía que el desempleo en masa era política y socialmente explosivo, como de hecho mostró serlo durante la gran depresión.‖ (Hobsbawm, 1995: 100) En este argumento político, fundante de los Estados de Bienestar, aparece contenida esta articulación perfecta de las tres perspectivas de la cuestión social. i) El capitalismo estaba a buen resguardo y, más allá de que la sociedad de Mont Pélerin se rasgara las vestiduras (Anderson, 1995: 10), el mercado operaba con libertad y, sobre todo, con eficiencia económica. No hay duda que la burguesía no había arriado la bandera azul. ii) Los niveles de integración social alcanzados en las Sociedades de Bienestar no encuentran, en el horizonte del orden burgués, niveles comparables. De hecho, la organización de la clase trabajadora en sindicatos de negociación parecía seguir la fórmula revelada por Durkheim. ―Por ejemplo, el seguro obligatorio ponía en obra una cierta solidaridad, y era signo de la pertenencia a un colectivo (...) lo mismo vale para el conjunto de las protecciones sociales. La intervención del Estado les permitía a los individuos conjurar los riesgos de anomia que, como lo había advertido Durkheim, están inscritos en el desarrollo de las sociedades industriales.‖ (Castel, 1997: 399) iii) Pero la articulación liberal-conservadora es clásica y, lo más interesante de los Estados de Bienestar es la incorporación de la perspectiva social o de ampliación de la ciudadanía. Y el rojo, no sólo está incorporado 91 por el hecho de que la planificación central es calcada de los planes quinquenales soviéticos94, sino también porque el proletariado tendrá la convicción, para nada equivocada, de que la incorporación del trabajo al consumo de masas es una conquista de la lucha histórica del proletariado organizado95. Las tres gloriosas décadas fueron el corto período en que el capitalismo tuvo su cara más humana y, si bien, la economía planificada fue una receta que se expandió por todo el mundo, lo cierto es que sólo gozaron de ―bienestar‖ apenas un puñado de países que lograron procesos de integración social exitosos mediante la asociación de trabajo con dignidad y también asegurando la libertad de mercado 96. Si bien, como quiere Hegel, el topo de la historia va tejiendo su argumento por debajo, hoy en día no parece, al menos en el horizonte más inmediato, visualizarse posibilidades de que el capitalismo pueda configurar aquel apacible rostro maquillado de humanismo. III. 2. La “Cuestión Social” en la era de la reestructuración productiva 94 ―Pues lo que ellos intentaban comprender no era el fenómeno de la URSS en sí, sino el colapso de su propio sistema económico, la profundidad del fracaso del capitalismo occidental. ¿Cuál era el secreto del sistema soviético? ¿Se podía aprender algo con él?. Copiando los planes quinquenales de la URSS, `Plan´ y `Planeamiento´ se tornaron palabras de moda en la política.‖ (Hobsbawm, 1995: 101) 95 ―La importancia de esta propiedad colectiva, que no se confunde con el colectivismo, es confirmada por el hecho de que las orientaciones moderadas del partido obrero, los `posibilistas´, también la tomaban como base de las transformaciones sociales que había que introducir en la lucha contra la hegemonía de la burguesía. Ellos veían en los servicios públicos, esqueleto del Estado, la concreción del trabajo humano indebidamente confiscado por la clase capitalista. El advenimiento del socialismo en su versión posibilista podría apuntalarse con la reapropiación, bajo la forma de servicio público, de la utilidad social del trabajo humano.‖ (Castel, 1997: 310) 96 La particularidad del caso uruguayo, que configuró un Estado Social tempranamente generando incluso ―indicadores de crecimiento, de fecundidad y de mortalidad, así como la estructura por edades, [que] se acercan a los valores observados en los países industriales. (Calvo y Pellegrino, 2005: 251) se desarrollarán en el capitulo IV. 92 En los años 70 se desencadenó una brutal crisis de carácter planetario marcando que las tres gloriosas décadas del Welfare State llegaban a su fin y, con ellas se acababa la ―edad de oro‖ y daba inicio la ―era del derrumbamiento‖ (Hobsbawm, 1995). Tal período aparece signado por la ruptura de los equilibrios habilitados por la ―guerra fría‖ en plena etapa de posguerra. Junto con el final de la ―guerra fría‖ se registra la implosión de los estados comunistas en Europa y las primeras señales de ―crisis‖ de los Estados de Bienestar a partir de la puesta en cuestión de los mecanismos que caracterizaron la economía mixta y de la mano de la nueva aparición en escena del pensamiento neoliberal97. El proceso de ―globalización‖ se acompaña del debilitamiento de los Estado – Nación registrándose una nueva división internacional del trabajo de la mano de los avances en el terreno de la tecnología y la informática. La llamada revolución informacional (Lojkine, 1995) trae, como uno de sus principales resultados, la fragilización de todos los sistemas de regulación del Estado sobre el mercado, vale decir sobre la relación capital trabajo. Se sustituye ―trabajo vivo‖ por ―trabajo muerto‖ a partir de la introducción de la robótica y la computación (Antunes, 1995). La resolución de la crisis de los 70 supuso una ofensiva del capital sobre el trabajo. Se procesa una transformación sustantiva en las formas de producción como forma de buscar una salida a la crisis y recuperar la tasa de lucro98. La crisis del patrón de acumulación taylorista/fordista obligó a una reestructura que le garantizara al capital tanto su reproducción como la 97 ―Como consecuencia del fin del denominado `bloque socialista´, los países capitalistas centrales vienen rebajando brutalmente los derechos y las conquistas sociales de los trabajadores, dada la `inexistencia´, según el capital, del peligro socialista hoy‖ (Antunes, 2000). 98 ―Particularmente en los últimos años, como respuestas del capital a la crisis de los años 70, se intensifican las transformaciones en el propio proceso productivo, a través del avance tecnológico, la constitución de formas de acumulación flexibles y de modelos alternativos al binomio taylorismo/fordismo, donde se destaca, para el capital, especialmente, el toyotismo‖ (Antunes, 2000) 93 continuidad de su predominio hegemónico. El ―toyotismo‖ fue la respuesta adoptada, siendo entendido ―como una forma de organización del trabajo que nace a partir de la fábrica Toyota (...) y que se viene expandiendo por Occidente capitalista, tanto en los países avanzados cuanto en aquellos que se encuentran subordinados‖ (Antunes, 2000). Los avances tecnológicos e informáticos son incorporados en los mecanismos de gestión de la fuerza de trabajo y en el propio proceso productivo, no significando una ruptura total con las formas de organización de la producción y el trabajo típicas del fordismo. Según Antunes (2000), el toyotismo traerá consigo una nueva forma de organización del trabajo y la producción que se caracteriza por: 1) La ruptura con la lógica taylorista/fordista de producción en serie. El toyotismo opera en función de la demanda inmediata, ya no se produce para stockear sino buscando responder a las exigencias de los consumidores en forma más individualizada. 2) La ruptura con las descripciones rígidas de funciones en la organización del trabajo, basándose fundamentalmente en la polifuncionalidad del operario. 3) Fuertemente relacionado con el punto anterior, el toyotismo supone la rupura con la relación hombre/máquina del fordismo. La producción flexible exige que el operario opere simultáneamente varias máquinas. 4) Se basa en el principio del just in time, es decir, el mayor aprovechamiento del tiempo en el proceso de producción. 94 5) La reposición de piezas y de stock se realiza a través del sistema de Kankan, lo cual permite que los stock sean mínimos si se los compara con el modelo fordista. 6) Las empresas funcionan con una lógica horizontal al contrario que en el fordismo. Por otro lado, se transfiere a terceros buena parte de la producción logrando que sólo el 25% de la producción sea realizada en la fábrica toyotista mientras que en el modelo fordista ésto ascendía al 75%. 7) Se organizan los Círculos de Control de la Calidad. Se trata de grupos de trabajadores que discuten, instigados por el capital, cómo mejorar la producción. Esto permite que el capital se apropie de buena parte del saber intelectual y cognitivo del trabajo, que era despreciado por el fordismo. 8) Instaló el ―empleo vitalicio‖ pero sólo para una porción mínima de trabajadores. Las formas flexibilizadas de acumulación capitalista, basadas en la reingeniería, en la empresa pequeña, tuvo consecuencias enormes en el mundo del trabajo. Reducción del proletariado fabril estable, tendencia que se continúa con los procesos de reestructuración, flexibilización y desconcentración del espacio físico productivo. Incremento del ―nuevo proletariado‖, mercerizados, subcontratados, ―part-time‖. En otros términos, aquellas formas que se reúnen bajo la denominación de trabajo precarizado. Aumento significativo del trabajo femenino, el que alcanza más del 40% de la fuerza de trabajo en los países avanzados. El trabajo 95 femenino es absorbido por el capital fundamentalmente a través del trabajo precarizado y desregulado. Incremento significativo de los asalariados medios y de servicios, lo que posibilitó un incremento del sindicalismo de estos sectores. Aunque este sector ya empieza a presentar importantes niveles de desempleo. Se generan procesos de exclusión de los jóvenes y los ―viejos‖ del mercado laboral En contradicción con el punto anterior, se procesa la inclusión de los niños en el mercado laboral, fundamentalmente en los países de industrialización intermedia y subordinada pero impacta también en países centrales. Al igual que el trabajo femenino, el trabajo infantil es absorbido por el capital en sus formas precarizadas y desreguladas. Expansión del trabajo social combinado en el que trabajadores de diversas partes del mundo participan del proceso de producción y servicios. Esto no avanza en el sentido de eliminación de las clases sociales sino, por el contrario, en la intensificación de la explotación del trabajo. Como resultado de esta nueva forma de organizar el trabajo y la producción, se asiste a una mayor fragmentación de la clase trabajadora, la que se vuelve más heterogénea y compleja 99. 99 En su tesis de maestría Gerardo Sarachu (1998) muestra el fuerte impacto negativo, - reducción de la cantidad de afiliados, dificultades de estructurar una estrategia adecuada etc. - que tuvieron las transformaciones en el mundo del trabajo en el movimiento sindical uruguayo incapacitándolo para responder a la ofensiva del capital sobre el trabajo. 96 Estos procesos tienen su manifestación también en América Latina con una expresión ampliada en el caso uruguayo 100. Al respecto, Pucci (2003, 264) señala que: ―La modernización tecnológica afectó a los países latinoamericanos, aunque en forma diferenciada según países y regiones, y sin alcanzar la envergadura de las transformaciones ocurridas en los países centrales. Su lugar privilegiado ha sido la gran industria de los sectores vinculados a la exportación y su motivación básica el aumento de la calidad de los productos para obtener padrones de competitividad internacional en el mercado externo.‖ Este conjunto de transformaciones altera la asociación entre trabajo y protección social. Europa y Estados Unidos eran sociedades de pleno empleo que habían desarrollado un sistema de protección social basado en los dos principios descriptos párrafos atrás: el seguro social para quien se encontraba inserto en el mercado de trabajo, y la asistencia para aquellos que no se encontraban en condiciones de integrarse al mismo (niños, ancianos y personas con incapacidades físicas o mentales que les impedían trabajar) (Castel, 1996). Las transformaciones en el mundo del trabajo asociadas a la introducción de la robótica y la computación dejan enormes contingentes de 100 ―Un aspecto que resulta importante para explicar el doble carácter de la sociedad uruguaya es el siguiente: Uruguay, si bien es un país débilmente desarrollado en lo económico, es y ha sido un país moderno en lo social y político. Esta modernidad sin desarrollo hace que la sociedad asimile rápidamente las transformaciones que se dan en las sociedades desarrolladas, pero que encuentre dificultades para implementar estos cambios. En este sentido, la sociedad uruguaya se diferencia de otras sociedades latinoamericanas, que no alcanzan los mismos niveles de modernidad en lo social, o solo lo hacen en forma parcial en los grandes centros metropolitanos. También se diferencia de las sociedades europeas, en la medida en que las mismas disponen de recursos económicos y tecnológicos que les permiten afrontar de otra manera las transformaciones producidas en la modernidad.‖ (Pucci, 2003: 265) 97 población que pueden trabajar sin trabajo siendo invalidados por la coyuntura (Castel, 1996). En Francia se empieza a hablar de vulnerables y excluídos. Mientras la población vulnerable logra integrarse al mundo del trabajo pero en forma inestable y siempre amenazada por la posibilidad de ser excluidos, la población excluída está conformada por aquellos que son expulsados del mundo del trabajo y, por lo tanto, no acceden a los sistemas de protección social. No acceden a la asistencia porque pueden trabajar y no acceden a los seguros sociales porque no tienen trabajo (Castel, 1996). En el análisis de este cuadro de alteraciones cabe recordar, tal como plantea Netto que, las dinámicas constitutivas del capitalismo continúan operando: ―Nada más ajeno a mi argumentación que pretender insinuar que el mundo no cambió desde 1845 (...) Conquistas civilizatorias fueron hechas; los trabajadores, mediante arduas luchas, forzaron el reconocimiento de derechos políticos y sociales; el Estado burgués fue obligado a asumir, sin perjuicio de su carácter de clase, funciones cohesivas y legitimadoras. Aquello que no cambió, todavía, y responde por la permanencia de la pobreza y la desigualdad, es la dinámica económica elemental de nuestra sociedad, asentada en la acumulación – por esto mismo, sus efectos, los efectos de su ley general, continúan operantes (…).‖ (Netto, 2006) Pero la ofensiva del capital mencionada ha impactado fuertemente sobre estas conquistas civilizatorias. Las luchas históricas del trabajo han tenido como objeto la politización del mercado (Coutinho, 2000: 49 y sig.) 98 y la ofensiva desplegada apunta, precisamente, a despolitizarlo, naturalizando la regulación mercantil y, por tanto, recuperando la fetichización de la mercancía en toda su dimensión (Marx, 2002) que, tal como en el capitalismo competitivo, retorna en esta fase del capitalismo monopolista. La economía política del capital despolitiza la cuestión social y como consecuencia la naturaliza. Las causas de la ―cuestión social‖ se individualizan: el responsable de la exclusión es el propio agonista que no supo manejarse en el mercado y su miseria es presentada como el resultado de su incapacidad. A su vez, esta incapacidad justifica la infantilización de los ―desafiliados‖ (Castel, 1997): mientras se liberaliza la sociedad se aceptan las tutelas que operan sobre estas poblaciones que deben ser reeducadas y moralizadas. En este nuevo contexto, es ciudadano -tal como en el capitalismo clásico- aquel que accede al trabajo abstracto, tanto sea en la producción o en el consumo. En América Latina, el desarrollo de Estados Sociales tuvo límites muy precisos: junto con los procesos de ampliación de la ciudadanía de sectores integrados al mundo del trabajo, convivían grandes sectores poblacionales que no lograban integrarse a los sistemas de protección asociados al trabajo. Han constituido el fenómeno de la marginalidad aquellos sectores de población que no lograban participar de los beneficios del desarrollo (Germani, 1980); sectores que, en tanto no lograban participar del mundo del trabajo, no operaban como ―ejército industrial de reserva‖ constituyendo más bien una ―sobrepoblación relativa‖ (Nun, 2001). La crisis de los Estados Sociales en América Latina es atribuida, en gran parte, a la incapacidad de incorporar a estos sectores. Se argumenta que la gran deuda de los Estados Sociales ha sido su incapacidad para abatir la pobreza. Como respuesta se proponen nuevas políticas sociales que tendencialmente aumentan la desprotección de los sectores integrados, 99 argumentando en la necesidad de focalizar los sistemas de protección social en los sectores ―marginados‖. ―Los países latinoamericanos tienen una larga experiencia en materia de políticas redistributivas, aunque no tan exitosa como hubiesen querido. Se ha aprendido recientemente a hacerlas compatibles con la preservación de los equilibrios globales. Sin embargo, frente a la magnitud de los problemas sociales que enfrenta la región, deben buscarse nuevas formas para atacar la pobreza. Entre ellas se cuentan el prestar una mayor atención al papel del sector informal en la economía (...) La formulación de políticas de atención a estas necesidades, focalizadas hacia grupos específicos, ha demostrado muchas veces ser más exitosa que los programas globales.‖ (Iglesias, 1993: 95, énfasis nuestro) A partir de la crisis del modelo de industrialización por sustitución de importaciones, los esfuerzos de los Estados Sociales son reorientados: los procesos de ampliación de la ciudadanía con enclave en el mundo del trabajo retroceden apuntando a generar sistemas residuales de integración social de los sectores ―marginados‖. En este contexto se consolida la ofensiva del pensamiento neoliberal, que no es más que una construcción ideológica que justifica las transformaciones que se procesan de hecho y, como el búho de Minerva, solo alzará el vuelo al anochecer. Como fuera adelantado, Friedrich von Hayek, es uno -sino el único- de los lúcidos defensores del neoliberalismo y puede ser acusado de todo menos 100 de oportunista101. En el comienzo de sus trabajos, alrededor de 1945, Hayek y sus seguidores centraban su crítica al modelo de Estado de Bienestar cuestionando fundamentalmente al Partido Laborista inglés, que ese año ganaría las elecciones. Sus argumentos apuntaban centralmente a cuestionar la intervención del Estado en la economía, planteando que las pretensiones de solidaridad e igualdad – por cierto limitadas en el marco del capitalismopartían de buenas intenciones pero no hacían más que limitar la libertad de los individuos e interferir con la libre competencia. Según esta perspectiva, la libre competencia es el principal motor del desarrollo social. Por ende, la consecuencia de limitarla no podía ser otra que la de generar una población servil y pasiva (Anderson, 1995: 9 y sig.). Todo intento por parte del Estado para regular o intervenir de cualquier manera sobre el mercado será catastrófica. Incluso si fuera posible que la ciudadanía consiguiera expresar en forma estable y coherente su deseo y el Estado actuara solamente en función de dicho deseo, de todos modos el resultado será contrario al bienestar común (Przeworsky, 1995: 26). La idea fuerza es que el mercado, a pesar de ser una construcción humana, se constituye como una entidad que escapa a la voluntad humana (Hayek, 2006). De alguna forma, se podría pensar en el concepto hegeliano de astucia de la razón o, más claramente, la idea de la mano invisible de Adam Smith: el mercado funciona con reglas propias que escapan al arbitrio humano102. 101 "Por más difícil que sea recordar en la era de la teología del neoliberalismo económico, entre el inicio de la década de 1940 y la de 1970 los más prestigiosos y hasta entonces influyentes defensores de la completa libertad de mercado, veíanse y a sus semejantes como profetas en el desierto, advirtiendo en vano a un capitalismo occidental que no les prestaba atención de que estaban recorriendo el `Camino de la servidumbre' (Hayek, 1944)". (Hobsbawm, 1994: 176) 102 ―Y considera superior la competencia no sólo porque en la mayor parte de las circunstancias es el método más eficiente conocido, sino, más aún, porque es el único método que permite a nuestras actividades ajustarse a las de cada uno de los demás sin intervención coercitiva o arbitraria de la autoridad. En realidad, uno de los principales argumentos en favor de la competencia estriba en que ésta evita la necesidad de un `control social explícito´ y da a los individuos una oportunidad para decidir si las perspectivas de 101 Si la perspectiva neoliberal fuera tan solo ideológica no habría alcanzado el carácter hegemónico a nivel planetario que ha logrado: "(...) el neoliberalismo es una superestructura ideológica y política que acompaña una transformación histórica del capitalismo moderno" (Therborn, 1995: 39; énfasis nuestro). Por un lado, el discurso neoliberal debe necesariamente tener elementos de ―verdad‖ y, por otro, es preciso visualizar la particular coyuntura que permitió al neoliberalismo tornarse hegemónico. Parecen innegables las dificultades a las que se han enfrentado todos los sistemas que han intentado prescindir de alguna forma del mercado e incluso los sistemas que han intentado modelos mixtos (ver Blackburn, 1993: 121 y sig.). Es evidente que el fracaso del llamado "socialismo real" no fue una situación aislada que apenas alcanzó a aquel sistema. De algún modo, como dice Hobsbawm, el modelo socialdemócrata está inspirado en el modelo de planificación central utilizado en la Unión Soviética que salvó a "(...) su antagonista tanto en la guerra como en la paz, proporcionándole el incentivo -miedo - para reformarse después de la Segunda Guerra Mundial y al establecer la popularidad del planeamiento económico, ofreciéndole algunos procedimientos para su reforma" (Hobsbawm, 1995: 17 ver también 408 y sig.) La desaparición del "miedo" a la amenaza comunista es sin duda una determinación fundamental para entender la arremetida feroz de la libertad de mercado, de empresa y del comercio global "que sirve a la una ocupación particular son suficientes para compensar las desventajas y los riesgos que lleva consigo.‖ (Hayek, 2006: 67) 102 economía americana de fines del siglo XX tan bien como sirvió a la británica de mediados del siglo XIX." (Hobsbawm, 1995: 556) La caída del modelo soviético, a pesar de los románticos discursos que ven sus causas en la falta de libertad, se debió a su total ineficiencia económica, al tiempo que la política económica keynesiana no tuvo mejor suerte. "Esta entretanto encuéntrase hoy día desacreditada en gran forma. Dos fenómenos que caracterizaran buena parte del mundo capitalista desarrollado desde el inicio de la década de 1970, la elevación gradual de la tasa de inflación y el declinio graduativo de la tasa de crecimiento, reveláronse notablemente inmunes a las tradicionales intervenciones recomendadas por la teoría Keynesiana." (Przeworski, 1995a: 242) Es preciso también tomar en cuenta la particular coyuntura que, sumada a la caída del "socialismo real", coadyuvó para permitir al neoliberalismo tornarse hegemónico. Nos referimos concretamente a las transformaciones macroeconómicas suscitadas en el mundo, al surgimiento de un nuevo tipo de mercado financiero mundial o, en otros términos, a la globalización de la economía mundial, que tuvo como consecuencia que: "Los Estados nacionales llegaron a ser mucho menores que este nuevo mercado financiero mundial, al mismo tiempo pasaron a depender de la confianza de estos mercados para implementar gran parte de las políticas estatales. Nos encontramos también delante de una situación inversa a la de los años 30 y 40: estos mercados pueden generar mucho más capital que el propio Estado.‖ (Therborn, 1995: 45) 103 Parece obvio decir que la intervención del Estado en el mercado implica en primer lugar que este lo pueda hacer: ya sea para aplicar políticas proteccionistas o que apunten a generar una distribución más equitativa de la renta o cualquier otro tipo de intervención que se crea pertinente. El Estado necesita poder económico que le permita desarrollar ciertas acciones y ocurre que: "(...) por primera vez en la historia la Era de Oro creara una economía mundial única, cada vez más integrada y universal, operando en gran medida por sobre las fronteras del Estado (`transnacionalmente') y, por lo tanto, también, cada vez más, por sobre las barreras de la ideología del Estado. En consecuencia, las ideas consagradas de las Instituciones de todos los regímenes y sistemas quedaron solapadas." (Hobsbawm, 1995: 19) Es así que, "La lógica comercial obligaría a una empresa internacional de petróleo a adoptar, en relación a su país de origen, una estrategia y política exactamente igual a la que tenían con Arabia Saudita o Venezuela, o sea, en términos de lucros y pérdidas de un lado, y del relativo poder de la empresa y del gobierno del otro." (Hobsbawm, 1995: 274) A esto se suma el surgimiento de nuevas tecnologías que permiten a los capitales una flexibilidad y movilidad que le otorgan una aún mayor independencia de los Estados Nación. 104 Como consecuencia se genera que los que se tornan dependientes ahora son los Estados de los capitales; se asiste a una competencia brutal entre los Estados para atraer capitales y mantener los existentes, a los que no podrán colocar ningún tipo de traba puesto que, justamente, la competencia se basa en quien permite mayor libertad de acción al capital. En este contexto se agrega que, en la llamada sociedad pos-industrial, el capital ya no asume la forma de grandes fábricas que de algún modo lo arraigan, tal como fuera descripto como parte del toyotismo. De este modo, ningún Estado está seguro de poder mantener los capitales que operan en su medio. Uno de los rasgos destacables del discurso neoliberal es la demonización del Estado, siendo la ineficiencia, la burocratización y la corrupción tres características que se le atribuyen (ver Offe, 1990: 292). De alguna forma, la realidad se encarga de darles la razón. Hemos perdido absolutamente la capacidad de asombro ante las denuncias de corrupción -en muchos casos con la descarada aceptación de los implicados- en los gobiernos de todo el planeta (ver Hobsbawm, 1995: 557). Ocurre que el neoliberalismo realiza una exaltación sin precedentes de la racionalidad instrumental e individualista, no dejando lugar para ningún tipo de valor alternativo. Es evidente que la exaltación del individualismo es una característica que no puede ser planteada como novedosa en el marco del capitalismo, pero nunca en los niveles absolutos en que está planteado actualmente. El capitalismo siempre necesitó limitar de algún modo el individualismo sazonándolo con otros valores: el valor trabajo, la honestidad, etc.. Basta recordar a Weber y la importancia que le dio a la ética protestante en el desarrollo del capitalismo (ver Hobsbawm, 1995: 25). En síntesis, a lo largo del presente capítulo se recorrió brevemente el desarrollo del capitalismo monopolista 105 destacando tres momentos significativos: su génesis y consolidación en la denominada ―era de los imperios‖ (Hobsbawm, 1988), el desarrollo de los Estados de Bienestar en la ―era de oro‖ (Hobsbawm, 1995: 223) que, como fuera dicho, permitió una perfecta articulación de las tres perspectivas de cuestión social, hasta llegar a su crisis y a la emergencia de la perspectiva neoliberal de cuestión social en la época del ―desmoronamiento‖ (Hobsbawm, 1995: 393). En el próximo capitulo se analizan las formas en que se expresan estos tres momentos del desarrollo del capitalismo en su fase monopólica en la particular formación social del Uruguay. 106 IV. FORMACIÓN SOCIAL DEL URUGUAY Y Cuestión Social El estudio de la formación social del Uruguay permite una periodización más o menos consensuada en los ambientes académicos marcado por los siguientes procesos sociohistóricos: i) La consolidación del Estado uruguayo a fines del siglo XIX e inicios del XX. ii) Un largo proceso de formación de un Estado Social, de caracteristicas inéditas en el tercer mundo a inicios del siglo XX. iii) En 1958 comienza la crisis del modelo de desarrollo por sustitución de importaciones (Panizza, 1990) que había dado sustento al Estado Social uruguayo, determinada por el fin de la Segunda Guerra Mundial y, posteriormente, el fin de la Guerra de Corea. La reagregación del bloque dominante genera un equilibrio catastrófico que se resuelve con la clásica coerción pura (Coutinho, 1992: 122): primero con el pachequismo y posteriormente con la dictadura militar. iv) El proceso de ―restauración democrática‖ iniciado en la mitad de la década del 80. v) La crisis que en 2002 envía a miles de uruguayos a la exclusión social amenaza con marcar el fin de una reagregación del bloque en el poder y se constituye en un punto de inflexión en esta periodización. Los procesos sociohistóricos presentados suponen una cierta concepción hegemónica de cuestión social que les es característica y que configurará un proyecto de intervención propio en cada período señalado. 107 IV. 1. Consolidación del Estado Uruguayo. La consolidación del Estado uruguayo como un Estado moderno se procesa a fines del siglo XIX e inicios del XX. En este período el Estado se consolida tanto en su acepción marxista -un Estado que sustituye todas las formas de coerción y coacción por la pura coerción económica103 - como en la weberiana (Weber, 1986, 112) -donde el Estado se define a partir del ejercicio exclusivo de la violencia legítima en el territorio nacional. Este proceso supone la búsqueda de resolución del viejo conflicto entre la ciudad y el campo presentado como el conflicto entre ―civilización o barbarie‖ (Barrán, 1994). La imposición autoritaria fue el camino por el cual se comenzó a transitar hacia la civilización. ―El `militarismo´ (1875-1890) consolidó la propiedad privada de la tierra y con esto `liberó´ la fuerza de trabajo de la sujeción a la tierra, quedando disponible para ingresar en la relación salarial.‖ (Acosta, 2006: 34) La consolidación del Estado moderno fue comandada por una burguesía urbana que, en buena medida, tenía sus negocios en el campo y visualizaba la pacificación de la campaña como vital para alcanzar el óptimo de rentabilidad en sus negocios. Ello suponía varias tareas simultáneas: (i) la pacificación de la campaña, que imponía como necesidad la sustitución de la dominación carismática del caudillo por la dominación legal racional (Weber, 1997), 103 ―Ha sustituido las numerosas libertades escrituradas y bien adquiridas por la única y desalmada libertad de comercio. En una palabra, en lugar de la explotación velada por ilusiones religiosas y políticas, ha establecido una explotación abierta, descarnada, directa y brutal.‖ (Marx y Engels, 1986: 113) 108 eliminando, de esta forma, las periódicas guerras civiles 104, (ii) la racionalización de la producción agraria, (iii) el garantizar la propiedad privada de la tierras y ganados,105 (iv) la consolidación de la unidad de la nación106 que exigía, necesariamente, extender una sensibilidad que incluyera la idea de nación (Barrán y Nahum, 1978). Se destacan, junto con la racionalización de la producción agropecuaria, con el alambramiento de los campos y la introducción del merino (―cuando la campaña se tiñó de blanco‖), los procesos civilizatorios que tuvieron como eje la construcción de una conciencia nacional: el papel central de este proceso lo tuvo la universalización de la Escuela pública con la reforma vareliana107 (Faraone, S/D) 104 Como señala Mena Segarra citando a Acevedo Díaz, del papel del caudillo se desprende una dualidad de poder que ponía en cuestión la unidad del Estado Nación, en tanto el caudillo era el lider político que comandaba los levantamientos armados contra el gobierno de turno ―El caudillo en la guerra los civiles en la paz‖ (S/D: 133). Puede leerse en el mismo texto: ―Según un documento impreso distribuido en 1904 y redactado posiblemente por Javier de Viana: `La revolución se considera el gobierno, ocupa su puesto y tiene todas las facultades de un gobierno constituido [...] Para nosotros el gobierno colorado no existe, el gobierno del país somos nosotros. Cobramos las contribuciones legales [...] para emplearlas en el servicio de la noble causa que defendemos. Con el dinero que recolectamos, le hacemos al país el más hermoso de los regalos: la libertad´.‖ (118) 105 ―A ello también contribuyó `la revolución del alambrado´. El cercamiento de los campos fue parte esencial de la conversión de la estancia en empresa, o sea, de su modernización. Si el primer paso en el camino había sido la introducción del ovino, el segundo fue el alambrado, que trajo consigo la afirmación de la propiedad privada. (Nahum, 1999: 58. Énfasis del autor) 106 ―Los principistas – escribe Pivel Devoto – creían, pues, en la posibilidad de una nueva prédica política. Se equivocaban. Latorre no había de permitir ningún movimiento de opinión pública. No quería ni un partido, ni un programa. Quería la consolidación del orden, de la autoridad, de la situación que había creado. Latorre fue formando ese núcleo con hombres de todos los grupos. [...] agrupación accidental, sin nombre definido, ni programa estructurado, tenía en su seno a los hombres prácticos que buscaban la solución de los grandes problemas vinculados al progreso material del país‖ (Castellanos, S/D: 126) 107 ―En el plano cultural, la obra mayor la realizó José Pedro Varela al impulsar la reforma escolar (1877). Tres tipos de influencias coincidieron en respaldarla: el realismo político del régimen militar; el deseo de tecnificar la explotación rural pecuaria impulsada por el sector moderno de la clase rural, representada en la Asociación Rural; y el positivismo filosófico que empezaba a predominar en la élite intelectual urbana. Varela innovó con un sistema educativo que iba desde los métodos de enseñanza hasta la formación de maestros. Con visión de futuro, lo consideró el instrumento para eliminar la ignorancia y el primitivismo rural, y fundar una vida democrática que impidiera la emergencia de otros gobiernos militares.‖ (Nahum, 1999: 57. Énfasis del autor) 109 Tiene un papel relevante la construcción mítica del ―padre de la patria‖, José Gervasio Artigas (cf. Vázquez Franco, S/D), como una figura que es colocada por encima de los Partidos Blanco y Colorado contribuyendo así a la constitución de la identidad nacional. ―También hubo una política deliberada del Estado de afirmación de la conciencia nacional, uruguaya. Se estimuló la obra de poetas (Juan Zorrilla de San Martín), pintores (Juan Manuel Blanes) e historiadores (Francisco Bauzá) para exaltar el sentimiento nacionalista y comenzar la defensa de Artigas como precursor de la independencia uruguaya y figura que se hallaba por encima de las divisiones partidarias.‖ (Nahum, 1999: 62. Énfasis del autor) Todo este proceso, que coincide con la emergencia del capitalismo de los monopolios en las economías centrales y que, sin duda, contribuyó a modelarlo, se caracterizó por la incorporación de valores conservadores que hicieron un fuerte hincapié en la integración social en el marco del Estado Nación. ―Escuela, Iglesia y Policía fomentaron, en realidad, y para poner límites a sus influencias, lo que las transformaciones económicas imponían si se quería seguir viviendo dentro de la comunidad y no como marginados: la eficacia, el trabajo, el estudio, la seriedad de la vida, en felices palabras de un historiador ruso.‖ (Barrán, 1994: 19) La consolidación del Estado uruguayo es el resultado de un largo proceso de superación de lo que Barrán (1993) denomina como ―La cultura `bárbara´‖. En este período, las crecientes exigencias de modernización de 110 los procesos de producción por parte de una burguesía incipiente ya nacen con fuerte tonalidad blanca. El conflicto entre la ciudad y el campo, constitutivo de la sociedad burguesa, se presenta en el Uruguay configurando una ―cuestión social‖ de contornos particulares. No se trata simplemente de un campesinado expropiado de la tierra que debía adaptarse a un nuevo modo de producción, habituado al trabajo y a las penurias de una vida en el límite donde la ―precariedad de la existencia era parte de la condición de todos‖ (Castel, 1997: 39). Se trata de una población inequívocamente denominada como bárbara que exigía particulares esfuerzos tendientes a su incorporación al nuevo modelo. El gaucho era visto, probablemente con razón, como un personaje peligroso: ―el gaucho no es un asesino en potencia, sino en esencia.‖ (Burton Apud Morás, 2000: 7) En este contexto, la cuestión social se constituyó con la tarea, estrictamente conservadora, de procesar el disciplinamiento de las poblaciones acostumbradas al goce y al disfrute sin límites: ―Digámoslo desde otro ángulo, desde el positivo: el cuerpo se gozaba placenteramente porque la ropa permitía los movimientos: las reglas de urbanidad eran escasas y elementales (exigían el saludo protocolar pero permitían desperezarse y aún orinar en público, por ejemplo); las convenciones, en una sociedad sin tradiciones y poco jerarquizada, eran débiles; el trabajo variado, se realizaba mayoritariamente a cielo abierto y exigía destreza precisamente física (...).‖ (Barrán, 1993: 100) En una suerte de inversión de los términos, la consolidación de un Estado liberal burgués precisa, antes que nada, la construcción de los cuerpos disciplinados pasibles de ser ―sujetos‖ de explotación. 111 ―Todos los indicios coinciden: el mundo del dinero y el trabajo se presentó como incompatible con el mundo de la risa y el juego. La sensibilidad había reorientado sus aceptaciones y sus rechazos, sus amores y sus repugnancias, de acuerdo a un nuevo esquema que, en parte, ella misma había consolidado.‖ (Barrán, 1995: 239) Retomando nuestra metáfora cromática, la imposición del azul de la libertad burguesa solo puede alcanzarse una vez superada la libertad de los cuerpos gozosos de la barbarie. En este contexto que combina, en forma clásica, el blanco de la legalidad y el azul de la libertad de mercado, el único rojo que ondea no es el del gorro frigio 108 sino el rojo de la sangre de las faenas y las guerras civiles, el rojo de la ―`tierra purpúrea´ (...) colorida referencia al resultado cromático de mezclar tierra con sangre‖ (Morás, 2000, refiriéndose al conocido libro de W. Hudson). IV. 2. El batllismo y la conjura de la Cuestión Social El primer gobierno de Batlle (1903-1907) se inicia dando por culminada la consolidación del Estado Nación con la derrota y muerte de Aparicio Saravia109 a manos del ejército profesional gubernamental, organizado racionalmente. 108 De cualquier forma los procesos de disciplinamiento nunca son univocos, la contradicción siempre está presente. Como señala Morás: ―La instrucción podía representar un factor contribuyente a la domesticación de impulsos (...) Podía tanto disciplinarlos para la producción industrial (...) como sugerirles ideas de derechos y garantías como las, todavía por ese entonces, revolucionarias de `igualdad, libertad y fraternidad´‖ (2000: 107) 109 ―En el caso uruguayo, el desarrollo de la situación de equilibrio catastrófico, en que se debatió la formación social uruguaya, durante la mayor parte del siglo XIX, culmina, en el año 1904, con la derrota del último levantamiento armado y la muerte de su líder, el caudillo Aparicio Saravia, en la manos del ejército bajo un gobierno civil, afincándose la política de cooparticipación entre los dos partidos tradicionales. El jefe de este gobierno civil, José Batlle y Ordoñez, marca toda una época en la historia uruguaya, dando lugar al `batllismo´(1903-1931) que según algunos autores constituye una forma de 112 ―Disponiendo de los recursos financieros del Estado, reclutó hombres (un ejército de 30.000 personas), compró armas modernas (cañones Krupp, ametralladoras Maxim), empleó el telégrafo y el ferrocarril para enviar órdenes y tropas donde fuera necesario, y puso la técnica moderna y la capacidad administrativa del Estado al servicio de la legalidad.‖(Barrán y Nahum, 1978: 81) La derrota de Saravia por parte de José Batlle y Ordoñez tiene varios significados. Por un lado, la derrota del último caudillo permitía avanzar en la consolidación definitiva del Estado Nación en el sentido del monopolio del ejercicio legitimo de la fuerza en el territorio nacional. Como fuera dicho, el caudillismo representaba una suerte de dualidad de poderes en el Estado Nación pero supuso, también, la derrota y, por tanto, la supremacia de la ciudad sobre el campo. En tal sentido, el cesarismo progresista mencionado por Acosta (2006: 34) es resultado de la superación definitiva de este equilibrio catastrófico entre la ciudad y el campo, los caudillos y los doctores. Probablemente esto haya sido causa de la emergencia de un liderazgo que permitió a Batlle sentar la bases sobre la que se construyó el Estado Social que es, sin duda, lo que le da identidad y constituye la fuerza mítica del batllismo para toda la sociedad uruguaya, es decir, la incorporación de las demandas obreras que tempranamente se desarrollaron en el país (Cf. Vanger, 2009). De algún modo, ya sea como ―concesiones arrancadas a los poderes dominantes (...)‖ o por ―razones de carácter moral, por mandato ético para con los `humildes´‖ (Caetano y Rilla, 1994: 116), el proceso de `populismo´, es decir, un cesarismo `progresivo´ que, diríamos en la perspectiva gramsciana, promueve cambios moleculares (cuantitativos).‖ (Acosta, 2006: 34) 113 incorporación a la cuestión social hegemónica de la perspectiva social comienza a procesarse en este período, y modelarán el Estado Social uruguayo hasta su crisis. (Filgueira y Filgueira, 1995) ―Negando que la violencia de las luchas sociales que había visto en la vieja Europa tuviera que reproducirse en el joven Uruguay, creyó que había que anticiparse a su estallido mediante la intervención del Estado, árbitro y componedor de las disputas sociales. Pero un Estado como juez inclinado hacia los más débiles: el obrero (jornada de 8 horas); el anciano (pensiones a la vejez); el niño (educación extendida); el enfermo (asistencia pública gratuita y laica); la mujer (divorcio por su sola voluntad). En suma, hacia `los oprimidos del taller o del hogar¨‖ (Nahum, 1999: 85) El modelo de país que permitió la construcción de un Estado Social y su desarrollo hasta fines de los años cincuenta, donde se inicia su crisis, fue diseñado en sus trazos fundamentales por el batllismo, que hacía profesión de fe en que la industrialización era la única garantía para colocar al país en la carrera del progreso110. Esta ―profesión de fe‖ incluía, por lo menos, un presupuesto fundamental: la convicción de que la ciudad era el espacio privilegiado para la construcción de la sociedad, lo que equivale a considerar a la ciudad como el espacio de la libertad111 (cf. Caetano y Rilla, 1999; Nahum, 1984). 110 ―Para Batlle y Ordóñez la industria era fundamental en la tarea de disminuir la dependencia del comercio exterior del país, mitigando los lazos que ataban al Uruguay principalmente a Gran Bretaña. Pero también cumplía una función de estabilidad social, creando las fuentes de ocupación e ingresos para los habitantes del país, que emigraban del medio rural como consecuencia de los avances en la modernización.‖ (Jacob, 1981: 80) 111 ―Así como Aparicio es por excelencia el hombre de campo (...) Don Pepe es el hombre de la ciudad, específicamente de la ciudad puerto. La campaña le desagradaba y nunca sintió gusto por ella (...).‖ (Mena Segarra, S/D: 152) 114 Esta convicción, como era de esperar, encontró una fuerte oposición, por un lado, de la confesión católica que, a diferencia de la protestante muy escasa en el Uruguay, se caracteriza por una fuerte tradición de pensamiento conservador que valora fuertemente la ―comunidad‖ por sobre la ―sociedad‖112 ―Los católicos hacen limosna a los que son católicos, a los de su grey, a los que se arrodillan ante sus ídolos. Para ellos, el que no es católico no merece protección. Para nosotros, en cambio, la protección social debe alcanzar a todos los que la requieren o necesitan (...) Por eso propiciamos la ley de ocho horas y las pensiones a la vejez, no con palabras, sino con leyes sociales eficaces y prácticas. Y por eso mismo, los católicos se oponen a estas leyes humanitarias y justicieras .‖ (José Batlle y Ordóñez apud Vanger, 2009: 96) Y por el otro, el de los fuertes intereses oligárquicos que fueron claramente afectados por los mecanismos de protección a la industria, que en todo el proceso fueron subvencionados por los excedentes surgidos de las exportaciones agro-ganaderas (cf. Nahum, 1994). ―Asimismo, los hacendados, no demandaban de fuerza de trabajo calificada en abundancia; aún más, en su mayoría fueron opositores firmes (a partir de la fundación de la Asociación Rural del Uruguay) respecto a empresas de solidaridad social desmesuradas. Máxime cuando eran ellos quienes -en 112 En el sentido en que Weber define comunidad y sociedad (Weber, 1997: 289 y sig.) 115 buena medida- pagarían sus costos financieros.‖ (Morás, 2000: 11) El proceso de industrialización se produce, entonces, de forma artificial, en el sentido de que no existía una clase burguesa con la fuerza para comandar este proceso. De ahí la necesidad de constituir un Estado fuerte, de tipo bismarkiano, con la finalidad y misión de comandar dicho proceso. Para desarrollar tal misión, el Estado debía neutralizar el potencial revolucionario de la clase trabajadora113 que comenzaba a organizarse comandada por la inmigración114 - fundamentalmente anarquista- generando lo que puede llamarse un mecanismo anticipatorio de concesiones 115 (cf. Acosta, 2006: 31). De acuerdo con Filgueira (1995), el proceso de consolidación de los derechos sociales se basó en cuatro pilares que modelaron todo el desarrollo del Estado social: i) Creación de la Asistencia Pública en 1919, cuya finalidad ha sido la administración de las instalaciones de beneficencia existentes 113 ―Las políticas sociales, y en particular la política previsional, no fueron simplemente medidas adoptadas por un Estado que en un momento de su desarrollo histórico dejaba de ser liberal para transformarse en intervencionista. Fueron adoptadas por un Estado débilmente institucionalizado que buscaba reforzarse en el proceso mismo de desarrollo de las políticas en cuestión‖ (Papadópulus, 1992: 29). 114 ―Estas luchas caracterizan una `situación de equilibrio catastrófico´, en el cual se debatió la naciente formación social uruguaya y que desembocó en la solución `cesarista´: la conformación de un Estado fuertemente intervencionista, por tanto `arbitral´, es decir, `bonapartista´, que impulsa la proletarización de la fuerza de trabajo y la industrialización por sustitución de importaciones de la producción. Este mismo camino prusiano llevó también a la constitución del padrón de protección social ―bismarkiano‖ o meritocráticoparticularista, que caracterizó al Estado uruguayo en la primera mitad del siglo XX.‖(Acosta, 2006: 31) 115 Esto, por supuesto, resulta de una simplificación un tanto grosera ya que se comparte con Pastorini que: ―Las políticas sociales no pueden ser pensadas como producto de una relación unilineal, donde el movimiento parta del Estado para la sociedad civil (`concesión´), o viceversa, de la sociedad civil para el Estado (`conquista´), sino por el contrario esa relación debe ser vista como proceso dialéctico, contradictorio y de lucha entre diferentes sectores sociales‖ (2000: 227) 116 (instituciones hospitalarias, vinculadas a la salud pero también al alivio y control de enfermedades infecto contagiosas, la locura y la indigencia). La asistencia pública seguía la forma secular y republicana del concepto de caridad, siguiendo la modalidad instituida en Francia a fines el siglo XIX. ii) Profundización de la Instrucción Pública, orientada por los principios de laicidad, gratuidad y obligatoriedad a partir del gobierno de Lorenzo Latorre, a través de su expansión notoriamente expresada tanto en el nivel de gastos como en la extensión de sus servicios. De un 5% del presupuesto de la Administración Central en 1904 pasó a un 20% en 1932. Se creó una enseñanza secundaria pública, también laica, y se reformuló la enseñanza universitaria. En 1912 se crearon liceos en las 18 capitales departamentales del interior. En 1921 se crea una Universidad de Mujeres (liceo femenino). En 1916 se reformula la enseñanza de oficios. ―La educación se orientaba en varios sentidos: contar con mano de obra instruida mínimamente; buscar la integración social, sobre todo de los inmigrantes; desarrollar mecanismos de control social; eliminar la barbarie para llegar a la civilización (impulsados por Varela y Sarmiento); crear las bases para la ciudadanía en un futuro estado liberal.‖ (Filgueira 1995: 82) iii) Las llamadas leyes obreras, que apuntaron a regular el mercado laboral: la jornada de ocho horas, la semana laboral de seis días en la industria y de cinco y medio en el comercio, la regulación del trabajo femenino e infantil. Estas leyes se vieron plasmadas sobre todo en el segundo período de gobierno de Batlle y Ordóñez (Cf. también Vanger, 2009). La simpatía y defensa de los derechos de reunión y de huelga, reconocidas en la figura de Batlle y Ordóñez, deben ligarse más a su disputa 117 con las empresas privadas extranjeras que a la defensa de los intereses sindicales (Cf. también con Caetano y Rilla, 1991). La primera disposición de salarios mínimos fue para los trabajadores rurales en 1923, para los empleados públicos en 1925 y para los trabajadores industriales en 1943. iv) El desarrollo de la Seguridad Social. En 1896 ya existía una caja para maestros, en 1904 se creó la Caja Civil para los funcionarios públicos y la universalización de los Seguros Sociales se consolida a partir de 1919, con la creación de la Caja de Industria, Comercio y Servicios y con la aprobación de las concesiones de pensiones a la vejez al alcanzar los 70 años de edad y no disponer de medios para la subsistencia. También se crea un servicio de pensiones para oficiales. En 1919 se establece por ley la obligación de la cobertura estatal por causa de vejez, invalidez y muerte a la categoría de ―indigentes‖116. La constitución del Estado Social uruguayo fue consecuencia directa de un Estado fuertemente protector de la industria nacional, a tal punto de que la industria uruguaya y, con ella la frágil garantía de pleno empleo, sólo era posible por el permanente auxilio de estos mecanismos de protección, mecanismos que no solo fueron resistidos, como adelantamos, por los intereses oligárquicos117 sino que tambíén tuvieron fuerte oposición por parte del Imperio Británico: ―El tercer actor relevante en el medio uruguayo por esa fecha, los intereses vinculados al Imperio Británico, siempre mostraron su firme oposición al 116 ―Cuando la vía de transición al capitalismo es la liberal-burguesa o democrática (de `abajo para arriba´), las políticas sociales tienden a encuadrarse dentro de un patrón de protección social de tipo residual (modalidad de la asistencia social); en tanto que a la `revolución pasiva¨ (modernización conservadora) le va a corresponder un patrón meritocrático-particularista (modalidad del seguro social) o `bismarkiano´ (Fleury, 1992). En esta vía de transición, el Estado no tiene el impedimento liberal para intervenir en la sociedad; por el contrario, su intervención está legitimada.‖ (Acosta, 2006: 36) 117 ―La peculiaridad del desarrollo político-institucional de la formación social uruguaya, contribuyó para que la clase propietaria de la tierra, a partir de cuya rentabilidad la industrialización es financiada, estuviera fuera de la administración directa del Estado.‖ (Acosta, 2006: 49) 118 contenido sospechosamente `socializante´ de las reformas, y en especial, a partir del nuevo siglo con el ascenso al poder del batllismo. El periódico The Montevideo Times expresaba con claridad en 1916 su oposición a las `avanzadas leyes económicas y sociales recientemente sancionadas´.‖ (Morás, 2000: 11) Es posible suponer que este modelo no hubiera resistido sin la proverbial coyuntura generada por la Crisis del 29 118, en un primer momento, y luego, por los efectos de la Segunda Guerra Mundial, que generaron las condiciones de posibilidad para el desarrollo del denominado proceso de sustitución de importaciones 119. La crisis del 29 tuvo un fuerte impacto en la economía uruguaya, generando una fuerte contracción en la industria de la construcción120. Como concecuencia se registró un aumento de la desocupación alcanzando a 40.800 desempleados hacia 1933 y un incremento de la pobreza con un 33% de los trabajadores de la industria que no alcanzaba con su salario a cubrir los costos de su subsistencia y un 65 % que no alcanzaba a mantener un hogar con sus ingresos (Nahum et. All, 1998: 45). En 1933, frente a la conflictividad sindical y la crisis política, el presidente electo constitucionalmente, Gabriel Terra, de origen batllista, da un golpe de estado apoyado por los grupos económicos dominantes representados en la ―alta clase rural, banqueros, empresas extranjeras‖ que 118 ―Durante la década del 20 se había producido un aumento sostenido del número de trabajadores de la industria. El personal ocupado en Montevideo, según el Censo de 1926, alcanzaba a 53.431 personas. El Censo industrial de 1930 marcaba que la cifra había pasado a 78.671 trabajadores (...) Seis años más tarde, en 1936, se constataba un nuevo crecimiento: 75.747 obreros y 9.844 empleados de la industria. (Nahum et all, 1998: 66) 119 Corresponde señalar que el proceso de industrialización sólo alcanzó a producir a nivel de la industria liviana. (Acosta, 2006: 39) 120 ―Para la industria de la construcción, a diferencia del sector manufacturero, la depresión marco un profundo retroceso. En 1935 experimentó una caída del 61% respecto a las actividades de 1930. Esto acarrea consecuencias sociales muy serias, ya que ocupaba a más del 16% de los trabajadores del sector secundario.‖ (Nahum et all, 1998: 66) 119 presionaban para poner limites a las reformas sociales promovidas por el batllismo. No obstante esto, como demostración del fuerte apoyo popular que estas reformas tenían, el freno que se impuso a las mismas sólo consiguió enlentecerlas sin afectar su potencia (Nahum et All, 1998: 45). ―(...) el gobierno de Terra aplicó diversas medidas que permitieran superar el inmovilismo laboral. La construcción de la represa hidroeléctrica de Rincón del Bonete, así como el fomento de otras obras públicas (...) Se produjo un aumento significativo del funcionariado público.‖ (Nahum et All, 1998: 45) También se fijaron precios a los articulos de primera necesidad, recurriendo incluso al subsidio en algunos casos, se desarrolló una política de vivienda, con la compra de viviendas económicas para ser vendidas o alquiladas a sectores de bajos ingresos y se habilitaron ―comedores populares‖ (Nahum et. All, 1998: 65). Superada la crísis y restaurado el régimen democrático, el desarrollo del Estado Social recuperó el ímpetu de las décadas anteriores. En 1943 se promulga la ley de creación de los Consejos de Salarios; en 1946, el Estatuto del Peón Rural que fijaba pautas de remuneración y condiciones de trabajo y amparo a su familia y se creó el Consejo Nacional de Subsistencia con la misión de controlar los precios de los productos de primera necesidad: ―Según Luis Batlle, la acción redistributiva del ingreso a desplegar por el Estado, no se limitaba a razones de solidarismo e igualitarismo social. El Estado debía `adelantarse´ a los reclamos como forma de evitar luchas sociales; debía representar el papel de árbitro en la sociedad. Esta política contribuía además, a 120 elevar el poder adquisitivo de la población y, consecuentemente, a ensanchar el mercado interno, prácticamente el único consumidor de la industria nacional.‖ (Nahum et all, 1998: 109) El Estado Social batllista, tanto en el período clásico como en el neobatllismo, desarrolló un sistema de protección social que generó la ilusión de conjura de la cuestión social, constituyendo una especie de Ginebra rousseauniana o ―Suiza de América‖ 121 donde eran posible la igualdad, la fraternidad y la libertad. La sociedad hiperintegrada de la que nos habla Rama (1987) era también una sociedad hiperadaptada y, tal como sucede en la naturaleza, la hiperadaptación es siempre una adaptación riesgosa dado que todo cambio en el contexto adquiere un carácter catastrófico. La crisis del modelo de industrialización por sustitución de importaciones supuso para el Uruguay el inicio de una crisis más profunda de la que no ha logrado recuperarse satisfactoriamente hasta nuestros días. IV. 3. Crisis del Estado batllista y sustitución del bloque en el poder Con el fin de la Guerra de Corea a principios de los años cincuenta, Uruguay empieza una crisis de la que ya no se recuperará 122. Los analistas 121 ― (...) la hoy olvidada `Suiza de América Latina´ y su única democracia verdadera: el Uruguay.‖ (Hobsbawm, 1995: 115) 122 ―A partir de la mitad de los años cincuenta, el Uruguay pasa por un largo período de crisis socio-económica, así como del sistema político basado en la co-participación en el gobierno de los dos partidos políticos tradicionales, después que el proceso de industrialización por sustitución de importaciones, impulsado por el `segundo batllismo´ (1947-1958), llega a su límite. Entre las causas de esta situación, se identifican la finalización de la Segunda Guerra Mundial y de la Guerra de Corea, el reordenamiento de la economía internacional de pos-guerra, con la creación de organismos internacionales (...) la caída de los precios en el mercado internacional de la carne y de la lana y el aumento de los precios de los productos importados (deterioro de los términos de intercambio); así 121 (Rama, 1987; Solari, 1964; Real de Azúa, 1984) coinciden en describir una sociedad que había construido su auto-representación en base a la convicción de que el Uruguay era una democracia única en América Latina, una sociedad que, como fuera dicho, parecía haber conjurado la ―cuestión social‖ en toda su dimensión. ―La hendidura económica que se inicia en 1955 cierra un tiempo y abre otro dentro del proceso general que vemos: de una situación en que todavía la inviabilidad del sistema no era flagrante, quedaba disimulada cuando no justificaba ocasionales apologías — ese fue el tiempo del slogan `Como el Uruguay no hay´— , se pasa a otro en que su insuficiencia se hace notoria y es primero atribuida a los gobernantes, luego a los partidos, por último reconocida en la estructura del sistema. Es entonces que se acomete su impostergable sustitución apelando a diversas vías.‖ (Rama, 1972: 20) El sueño de la revolución francesa había sido, en la imaginación del los uruguayos, logrado finalmente en este pequeño país, que tenía la fórmula a disposición para compartir con el resto del mundo: era ―el Uruguay feliz‖, ―la tacita de plata‖, ―la Suiza de América‖ 123. La cuestión social, adormecida durante décadas, emerge devastadora tal y como la describe Castel (1997). En Uruguay se presenta como, la permanencia de una estructura productiva rural basada en la explotación extensiva del latifundio heredada de la época colonial y que fue desarrollada durante la transición al capitalismo.‖ (Acosta, 2006: 71,72) 123 ―Los uruguayos han tenido en el pasado, y tienen todavía, una fuerte tendencia a confundir la marginalidad que es su característica con una supuesta superioridad sobre el resto de América Latina y ligarla, con la ilusión de un papel rector en el mundo. La insistencia con que se habla del papel que el Uruguay ha tenido en las relaciones internacionales mundiales, la ingenua seriedad con que los diarios uruguayos enseñaban al Presidente Kennedy y a sus asesores cuáles son las verdaderas maneras de no sucumbir frente al avance del comunismo, son exteriorizaciones de una visión desarraigada del mundo que se traduce en una superioridad imaginaria.‖ (Solari, 1964: 169) 122 descarnadamente como una sociedad que directamente se pregunta si es viable como nación (Methol Ferré, 1971). El éxito económico del Uruguay se sostuvo en la combinación de buenos precios para los productos agroganaderos, fundamentalmente la carne y el trigo, y una industría manufacturera subvencionada, concentrada fundamentalmente en el mercado interno. La coyuntura internacional favorable que había propiciado este éxito económico se revirtió dramáticamente. ―A mediados de 1953 se ponía fin a la guerra de Corea. El armisticio alejaba el peligro de una confrontación directa entre superpotencias, a la vez que desaparecia el estimulo exterior a nuestros productos de exportación y sus buenos precios.‖ (Nahum et all, 1998: 112) La crisis puso fin al Uruguay batllista y a 93 años de gobiernos colorados. El significado de la derrota electoral - precisamente por el sector más conservador y vinculado más inmediatamente a los intereses oligárquicos del Partido Nacional -el Ruralismo- representa un acontencimiento mucho más complejo que una simple rotación de los partidos en el poder. ―Con el triunfo del Partido Nacional en las elecciones de 1958, el Uruguay ingresó (y hubo inmediata conciencia de ello) en otra etapa política. Ello no ocurrió sólo porque un partido que hacía cerca de un siglo no ganaba la titularidad del Poder Ejecutivo lo hiciera entonces. Harto mayor importancia posee, fuera de duda, el hecho de que no obstante las diferencias en el modo de su instauración: la vía del 123 cambio legal respecto al primero; su considerable duración respecto al segundo, la secuencia política iniciada no difirió sustancialmente de las reacciones antipopulistas que representaron el levantamiento militar argentino contra Perón, en 1955 y el mando presidencial de Janio Quadros, en el Brasil, durante nueve meses de 1961.‖ (Real de Azúa, 1984: 66) El triunfo del Partido Nacional representa el comienzo de una reagregación del bloque en el poder que supone un proceso de ruptura unilateral del pacto inter clases (Przeworski, 1995) que caracterizó al Estado Social uruguayo. Desde nuestra perspectiva, utilizando el instrumental conceptual construido para comprender la cuestión social, esto supone una alianza entre la perspectiva conservadora y la neoliberal para desembarazarse de la perspectiva de ampliación de la ciudadanía124. La formación social del Uruguay se desarrolla a través de un proceso de revolución pasiva o revolución restauración; la vía prusiana supone concesiones a las clases subalternas y esto fue configurando todo el desarrollo del Estado Social uruguayo. De esta forma, se procesó el pasaje de un tipo de sociedad oriental a un tipo de sociedad occidental. 125 Como fuera señalado, el Estado Social uruguayo significó el triunfo de los intereses de la ciudad sobre los del campo. Esta supremacia se expresaba en el desarrollo y consolidación de una industria por sustitución de importaciones, articulada con un programa social de ―construcción de 124 ―Creemos que es más sencillo pensar la historia del Estado uruguayo en el siglo XX distinguiendo sólo dos grandes etapas. Una primera etapa de expansión (1904-1958), presidida por un fuerte optimismo en cuanto a la capacidad del Estado para regular el mercado, incorporar la sociedad e impulsar el desarrollo del país. Una segunda etapa (1959-2000), en la que nuestras elites primero, nuestros grupos sociales después y nuestros ciudadanos finalmente fueron plasmando en el Estado la idea de que los mercados y la sociedad civil deben adquirir un mayor protagonismo en el desarrollo nacional.‖ (Filgueira et all, 2003: 73) 125 Un desarrollo solvente y con una aplicación pertinente para el caso brasileño de las categorías revolución pasiva, revolución restauración, sociedad oriental y occidental pueden leerse en Coutinho, 1992. 124 ciudadanía‖ sostenido por subvenciones financiadas por los excedentes surgidos de las exportaciones agro-ganaderas. Esta particular forma de articulación del bloque en el poder comienza su proceso de derrota histórica con el triunfo del ruralismo que dará inicio a una rearticulación del bloque en el poder 126: ―Aquí vale la pena también subrayar la importancia de esa transición indecisa que representaron los dos períodos de gobierno colegiado nacionalista (19591967). Durante ellos, se debe decir, todas las pragmáticas económicas del neoliberalismo fueron puestas en práctica o por lo menos intentadas. Fuerte apoyo a la producción rural a través de los mecanismos monetario y cambiario, reordenación `realista´ de estos últimos, desmontaje -si bien titubeante- del sistema de tasas, subsidios y `precios políticos´: todo eso, además de siempre voceados y poco cumplidos propósitos de redimensionar el Estado y podar la burocracia se cumplió o trató de cumplir.‖ (Real de Azúa, 1984: 71) El fuerte apoyo a la producción rural que menciona Real de Azúa fue desarrollado mediante la promoción de la concentración de la tierra 127 y 126 Habiendo dimitido así de esta función arbitral o de compromiso social en cierto modo ―neo bonapartista‖, si el aparato no sufrió un radical dimensionamiento de formato dejó, en cambio, de promover esa corriente de asignaciones hacia los niveles bajos de la sociedad que ya, bajo las formas particularistas del ―patronato‖, ya bajo las más generales de la ―justicia social‖, tendían a amortizar las inequidades del sistema y mantener y acrecentar el apoyo político que recibía el equipo gobernante. Ahora, directa o indirectamente, toda la política económica y financiera de corte neoclásico u ortodoxo tendió a hacer difícil sino imposible esta función (Real de Azúa, 1984: 69) 127 El nacionalismo dominante es también el tiempo de la quiebra económica, con soluciones que agravan la situación del país como las que aplican los gobiernos del Partido Nacional ransfiriendo la riqueza a los propietarios rurales, devaluando la moneda, adhiriendo a los principios fondomonetaristas, endeudando el Estado a la banca extranjera. (Rama, 1972: 26) 125 generando un proceso sostenido de empobrecimiento de los medianos y pequeños productores. Orientada por la ganaderia extensiva, la producción en el medio rural generó el comienzo de un proceso de emigración del campo a la ciudad128 que, obviamente, dado el nuevo patrón de desarrollo no tenía condiciones de incorporar esta fuerza de trabajo expulsada del medio rural. El desarrollo sin precedentes en el Uruguay de la marginación no fue consecuencia del Estado Social, como pretende explicarla el Consenso de Washington, sino de la ofensiva en su contra129. Este proceso de rearticulación del bloque en el poder fue profundamente resistido por las clases subalternas. La conflictividad sindical, el movimiento estudiantil en la calle y el comienzo de la violencia politica no se hacieron esperar; la respuesta represiva tampoco se hizo esperar, aunque no tendrá la virulencia que cobrará en el periodo siguiente. Los fenómenos que denunciaban esta imposibilidad de vivir como nación a la que refiere Methol Ferré (1971), se disparan simultáneamente: El ―cantegril‖ como injuriosa denuncia de la incapacidad de integrar a sus ciudadanos. La conflictividad sindical, expresada en su momento ―egoísta pasional‖130 (Gramsci, 1985: 128 400), con su contracara, la ―En términos ocupacionales, en el período 1961-1970 la población rural trabajadora disminuyó a una tasa de 1,67%, siendo esencialmente importante la disminución registrada entre 1961 y 1966 en que la tasa de disminución es de 1,91%.‖ (Nahum et all, 1998: 158) 129 ―En Montevideo los `cantegriles´ - ranchos de lata, sin saneamiento ni electricidad construidos en zonas suburbanas de la ciudad – se multiplicaron y las centenarias viviendas declaradas en estado `ruinoso´ ubicadas en la Ciudad Vieja sirvieron de refugio a los `sin techo´ que obligados a desocuparlas, reocupaban otras iniciando un largo camino de constantes desalojos.‖ (Nahum et all, 1998: 158) 130 ―La sociedad uruguaya tan moderada políticamente, es a menudo extremista desde el punto de vista gremial. Los gremios, a menudo de funcionarios públicos, en defensa de sus derechos son capaces de recurrir a medidas muy fuertes del tipo que las teorías de principios del siglo consideraban como preludio a la acción revolucionaria con objeto de lograr la toma del poder total. Pero esas medidas ni son el producto de una acción coordinada de toda la clase obrera ni van más allá de ser un instrumento para obtener un aumento de las remuneraciones. Los que las toman no piensan ni desean una efectiva 126 irresponsabilidad de un empresariado incapaz también de constituirse en clase dirigente.131 La violencia política (Gatto, 2004; Lessa, 2003), que además de expresar palmariamente que el Uruguay hiperintegrado -que había sido el sueño de la siesta uruguaya- había llegado a su fin irremediablemente, traía la noticia de que esa fantasía se había alimentado de su ceguera frente al sufrimiento de la sociedad rural donde nunca se había alcanzado la ciudadanía en ninguna de sus dimensiones: ni civil, ni política, ni social132 Se inaugura así el comienzo de la expulsión de la perspectiva de la ampliación de la ciudadanía en la configuración hegemónica de la cuestión social. Como fuera dicho, esta expulsión no se transita pacificamente. El ―colapso del transformismo‖(Panizza, 1990: 204) dará lugar a un nuevo ―equilibrio catastrófico‖. De manera clásica el ―equilibrio catastrófico‖ se resuelve a través del cesarismo. Primero con el pachequismo, un cesarismo con un césar y, posteriormente, el cesarismo se procesó con el golpe de estado a partir de la derrota de la reforma constitucional que posibilitaba la reelección y el triunfo de Bordaberry, un cesarismo sin cesar. El recurso al autoritarismo fue la respuesta frente a la crisis de hegemonía del bloque en el poder133. transformación estructural, buscan simplemente una mejor posición, o evitar una disminución de su posición en las estructuras existentes.‖ (Solari, 1964: 165) 131 ―Las organizaciones gremiales obreras se manifestaron permanentemente dispuestas al diálogo y probablemente hasta a aceptar ciertas formas de sacrificio, procurando así no sólo coparticipar en una política anti-inflacionaria sino también conservar el esquema distributivo y las formas sociales de relación tradicionales. La clase capitalista, por el contrario, continuó e intensificó la actividad especulativa a todos los niveles: remarque de precios, stockamiento, empuje persistente sobre el mercado de cambios. Este comportamiento fue factor decisivo, según se ha visto, para que el nivel de precios se incrementara en un 100% en sólo ocho meses.‖ (Instituto de Economia, 1969: 364) 132 ―las primeras acciones de masas [del MLN Tupamaros] se realizaron con trabajadores agrícolas del extremo norte del país sujetos a una explotación cuya realidad sorprendió al Montevideo movilizado, aunque no fuera inferior a la condición de los minifundistas agrícolas del sur. Así se introdujo el olvidado tema de la lucha por la tierra‖ (Rama, 1987: 160) 133 La interpretación puede buscarse en Gramsci con el concepto de ―cesarismo‖ que: ―expresa siempre la solución `arbitral´ confiada a una gran personalidad, de una situación 127 Este proceso empieza claramente a partir de la muerte del presidente Gral. Oscar Gestido -quien ya había impreso un fuerte contenido autoritario a una gestión cada vez más centrada en el Poder Ejecutivo gracias a la reforma constitucional conocida como la reforma naranja (Nahum et all, 1998A: 54)- y la asunción de su vicepresidente Jorge Pacheco Areco. Este hecho es presentado por Real de Azúa (1974: 72) como ―(....) el verdadero salto cualitativo, el ingreso a un período diverso y plenamente identificable que abrieron en 1967 -a poco del fallecimiento del Presidente Gestido y del acceso de su Vice al mandolas clausuras de periódicos y la disolución de algún partido y varios movimientos políticos. Pero aun más agudamente marcaron ese tránsito los decretos de congelación de salarios y precios y la nueva vigencia de medidas de seguridad (de seguridad ininterrumpida hasta el presente) en junio de 1968.‖ En las elecciones de 1971, la reforma constitucional que propiciaba la reelección del presidente Jorge Pacheco Areco es derrotada. Si bien su sector gana las elecciones, el ejecutivo es asumido por el Sr. Juan María Bordaberry. Su figura no tenía el carácter carismático de su antecesor y no logró sostener el tipo de liderazgo autoritario de aquel134 desembocando rapidamente en el Golpe de Estado de 1973. Si bien en aquel momento hubo alguna expectativa de que dicho fenómeno fuera expresión de sectores histórico-política caracterizada por un equilibrio de fuerzas con una perspectiva catastrófica (...)‖ (Gramsci, 1993: 125) 134 ―(...) el gobierno del señor Bordaberry agregó algo que al período pachequista, por lo menos en su forma más eruptiva no había mostrado. Ello fue el menudo regateo entre partidos y subpartidos y la puja entre gentes de la más inverificada idoneidad por el nuevo lote de cargos a término. Tal vez alguien pueda haberlo considerado el precio por la reemergencia del trámite político, tan descuidado y soslayado durante el mesiánico autocratismo del predecesor.‖ (Real de Azúa, 1974: 86) 128 peruanistas dentro del ejército135, el carácter del cesarismo fue regresivo tanto en el momento clásico como en el Golpe de Estado 136. La dictadura condensó los intereses más reaccionarios del entramado social. La represión, como es tradicional, se concentró sobre aquellas organizaciones que representaban los intereses de las clases subordinadas. Los intereses representados por la dictadura eran aquellos que reivindicaban la necesidad de liberalización del mercado: "Un día antes del golpe, un grupo de empresarios e inversores extranjeros de Business International había mantenido una 'reunión de trabajo' con representantes de las FF.AA. (...) planteándoles la necesidad de 'terminar con las huelgas, despolitizar a los obreros y privatizar el sector público'‖ (Caetano y Rilla, 1991: 24) En síntesis, podemos decir que las condiciones para la imposición del modelo neoliberal fueron creadas por la dictadura. Uno de los primeros actos de la dictadura militar fue la proscripción de la Central de Trabajadores, proscripción que le valió el aplauso de las asociaciones empresariales137. En materia económica, la dictadura puso en práctica el Plan Nacional de Desarrollo diseñado por la Oficina de Planeamiento y Presupuesto para el periodo 73-77. Se trató de un programa ultraliberal, 135 ―En febrero comenzó a calificarse de `peruanista´ esta creciente presencia. Es de suponer que con el designante se quiere identificar procesos en los que el Ejército y las otras armas, corporativa o institucionalmente, reemplazan de modo formal el personal político representativo (Perú) o lo someten a su vigilancia y regulación (Uruguay).‖ (Real de Azúa, 1984: 180) 136 ―(...) es regresivo cuando su intervención ayuda a triunfar a las fuerzas regresivas (...) en la dialéctica `revolución-restauración´ prevalece (...) el elemento restauración.‖ (Gramsci, 1993: 125) 137 "(...) se llegó incluso a proponer un llamado 'Anteproyecto de Ley de Garantía del Trabajo" verdadero proyecto de reglamentación sindical con muy fuertes restricciones. La suerte de todas estas gestiones fue prácticamente nula, obteniendo solo el respaldo de una diminuta 'Confederación Uruguaya de Trabajadores' (que por otra parte ya había saludado el golpe de estado) y de los sectores patronales." (Caetano y Rilla,1991: 26) 129 profundizándolo con el nombramiento del Ing. Vegh Villegas como Ministro de Economía138. Liberado de la oposición sindical, el modelo fundamentalista fue aplicado en su totalidad. Como consecuencia se registró un proceso de empobrecimiento generalizado de los trabajadores y, finalmente, hacia el año 82 también la pérdida del apoyo empresarial, el cual se vio afectado por una fuerte crisis que solo favoreció al capital financiero (Caetano y Rilla, 1991). El régimen dictatorial no realizó cambios sustanciales en la institucionalidad del Estado Social, pero sí en su estilo de aplicación se modificaron los montos y la asignación de recursos en lo que se refiere al gasto público. El gasto público social, que alcanzó al 16% del PBI en 1964, comenzó a descender al 14% en 1975, al 13.6% en 1984, siendo la masa de ese gasto absorbida por los jubilados y pensionistas (aunque descendió de 13% en 1972 al 10,5 en 1975 y 1980, pero la masa de jubilados y pensionistas aumentó considerablemente, lo que redujo las prestaciones). (Filgueira y Filgueira, 1995). La educación pública pasó del 3% del PBI en 1964 al 1,5% en 1984, a lo que hay que agregar el aumento de las matrículas, sobre todo en la enseñanza media y superior. El gasto en salud pública de 1965 era 1,5% del PBI, llega a 0,4% en 1972 y al 1% entre 1975 y 1984, a pesar de que también aumentó la demanda por servicios (Filgueira y Filgueira, 1995). La salida de la dictadura marcó un fuerte conflicto en el frente democrático. Poco explicitado, dicho conflicto se traducía en una lucha por la hegemonía entre las organizaciones sociales y los partidos políticos. El 138 ―El remedio consistía, entonces, en detener la intervención del Estado en la economía, y estimular la de los agentes privados, que forman el mercado, ya que cada uno, al buscar su conveniencia y enriquecimiento, en conjunto enriquecerían a la sociedad entera. (...) Ya que el sector agropecuario era el único con ventajas comparativas en términos internacionales, debía privilegiarse su producción y exportación.‖ (Nahum, 1999: 180) 130 año 83 marcó una fuerte iniciativa por parte de los movimientos sociales, fundamentalmente las organizaciones de los trabajadores nucleadas en el PIT y los estudiantes organizados en ASCEEP. Dicha iniciativa se presentaba amenazante para los partidos políticos -y en especial para el Partido Colorado- que contrarrestaron la iniciativa popular con la opción por una salida pactada (Caetano y Rilla, 1991). Más allá de la discusión, imposible de saldar, sobre la posibilidad de una "rendición incondicional" de la dictadura o no, lo cierto es que la salida pactada dejó fuera a las organizaciones sociales que perdieron la oportunidad de recuperar la fuerza previa al golpe 139. Esto trajo como principal consecuencia que la salida democrática pudiese realizarse sin modificaciones sustanciales en la política económica y social. IV. 4. La transición democrática. El arribo del “Consenso de Washington” y su adopción moderada La salida de la dictadura parece mostrar el alto grado de recomposición de la sociedad uruguaya, en especial en lo que se refiere a sus mecanismos amortiguadores (Real de Azúa, 1984) tan irritantes para los impacientes tanto de derecha como de izquierda. Estos mecanismos amortiguadores son expresión de una sociedad civil constituida por delicados equilibrios que dificultan, obstaculizan e incluso impiden cualquier cambio radical que se pretenda realizar. 139 ―Exactamente la misma situación se repitió en 1984. La izquierda se transformó en el fiel de la balanza (y lo hizo honestamente): si el gobierno hubiera impuesto condiciones que sobrepasaran su última línea de negociación, violentando sus principios, entonces no existía acuerdo, porque el Partido Nacional estaba en una posición aún más dura.‖ (González, 1985: 114) ―En Uruguay, las piezas claves de la organización de la transición son los partidos políticos (y ello sin que se minimice el papel de las movilizaciones populares anti-régimen). La transición es un affaire de las élites políticas y de los militares. Esta culminó en un pacto institucional cívico-militar, definido como un `cambio en paz´, sin confrontación ni represión, fruto de la automoderación de las partes, de su `realismo´ (Líber Seregni, inhabilitado aún como candidato del Frente Amplio calificó a la solución de `salida realista´‖ (de Riz, 1985 : 133) 131 El primer gobierno democrático se concentró en las tareas que imponía el proceso de transición140. Una de estas tareas estuvo centrada en la necesidad del nuevo gobierno de demostrar que, si bien el movimiento social había tenido un papel sustantivo en la derrota de la dictadura, eso no iba a darle un protagonismo en la sociedad democrática. En ese sentido, el fortalecimiento del movimiento sindical, sobre todo, significaba una amenaza respecto al progreso de las reformas que se pretendían llevar adelante por los siguientes gobiernos: ―Dejando rápidamente atrás lo acordado en la Concertación Nacional Programática (CONAPRO) por los partidos y los principales actores sociales, el nuevo gobierno liderado por el presidente Sanguinetti estableció lo que dio en llamarse un gobierno de entonación nacional, con el establecimiento de un acuerdo limitado (pero operativo) con el Partido Nacional, liderado entonces por Wilson Ferreira Aldunate.‖ (Caetano, 2005: 19) Los tres gobiernos141 que se sucedieron a la salida de la dictadura y, sobre todo el segundo, expresaron su voluntad de cumplir con los deberes impuestos en la región por las agencias internacionales: ajuste fiscal, contención del gasto público y reforma del Estado. 140 ―La verdadera transición democrática se inició, a nuestro juicio, con la asunción de las autoridades constitucionales electas en los recortados comicios de 1984 (con personas y partidos proscriptos). Esta faena, que incluía una amplia agenda de temas (amnistía para los presos políticos, investigación y despacho a la justicia sobre la autoría y responsabilidades de las gravísimas violaciones a los derechos humanos cometidas durante la dictadura, restitución o compensación a los funcionarios públicos destituidos, regularización en el funcionamiento de las instituciones dentro de un Estado de derecho pleno, etcétera), terminó siendo sin duda la principal tarea que debió enfrentar el primer gobierno democrático posdictatorial.‖ (Caetano, 2005: 19) 141 ―El proceso de apertura de la economía mantuvo un ritmo persistente y continuado, a pesar de la renovación del gobierno. A lo largo del período iniciado en 1985 se mantuvo el cumplimiento de los compromisos de la deuda externa; así fue que el Uruguay alcanzó el `investment grade´ en 1997 lo que permitió bajar la carga de los pagos por el descenso del `riesgo país´ y facilitó el ingreso de capitales.‖ (Demasi et all, 2004: 26) 132 ―las elecciones de 1989 (...) impulsaron una nueva agenda reformista de corte netamente liberal, dominada por temas como la reducción del déficit fiscal como camino prioritario para abatir la inflación, una fuerte apertura de la economía, la desregulación del mercado laboral, la reforma del Estado a través del instrumento de las privatizaciones, el otorgamiento de mayores espacios para la iniciativa privada y para que el mercado se convirtiera en el gran asignador de costos y beneficios, etcétera. En realidad se trataba de la llegada al Uruguay de las reformas de primera generación del llamado Consenso de Washington.‖ (Caetano, 2005: 22, el énfasis es nuestro) Pero es evidente que, para el caso uruguayo, el arribo de estas propuestas de reforma tuvo ciertas particularidades que explican por qué el resultado no fue el mismo que en el resto de la región. En este sentido, pareciera que los mecanismos amortiguadores recuperaron gran parte de su capacidad (cf. Moreira, 2001). Los procesos de reforma del Estado se iniciaron en Uruguay a través de mecanismos tales como el retiro incentivado de funcionarios públicos y el pasaje al sector privado de funciones antes sólo estatales. De este modo, se logró reducir la plantilla de empleados públicos de 26,6% en 1984 a 20,2% en 1995. Estos impulsos reformistas se vieron enlentecidos ante la resistencia que provocaban en gran parte de la población. Es así que en 1992, la población se manifestó mayoritariamente en un plebiscito que 133 congeló la privatización de Antel, la principal empresa pública que administra las telecomunicaciones en el país 142 (Nahum, 1999). La contención del gasto público tuvo un fuerte impacto en las políticas sociales. Sin embargo, nuevamente la población expresó su rechazo ante el camino emprendido por el gobierno. En las elecciones de noviembre de 1989 se aprobó una reforma, con carácter constitucional, que vinculaba la suba de las pasividades al Indice de Precios al Consumo. ―También quedó a la vista que una iniciativa popular como fue la reforma constitucional que ligaba las jubilaciones con el IPC podía ser apoyada por un 80% del electorado, aunque los sectores mayoritarios de los lemas tradicionales la enfrentaran con una campaña que describía una tenebrosa perspectiva de caos financiero y de inflación descontrolada si llegaba a aprobarse.‖ (Demasi et all, 2004: 24) Esta reforma, que garantizaba una importante recuperación de las pasividades, llevaba implícito un importante freno a la reducción del gasto público, en un país en el que el 70,8 % del gasto público corresponde a las pasividades. Esta reforma tuvo, por otro lado, un indudable papel - debido a la fuerte presencia de jubilados en las familias uruguayas - en los indicadores positivos en la distribución del ingreso. De todos modos, durante el gobierno de Lacalle se desarrolló, dentro de los limítes que le fueron impuestos, una política decididamente 142 ―Donde el gobierno presidido por Lacalle encontró sus principales frenos fue en dos proyectos que juzgaba como decisivos: la Ley de Empresas Públicas y la reforma de la seguridad social. En el primer caso, las fuerzas del gobierno pudieron obtener la sanción de la citada ley, cuyo principal contenido radicaba en la habilitación de ANTEL. para la asociación con capitales privados, pero la norma fue luego impugnada por sectores y partidos, así como por organizaciones sociales opuestas a su contenido. Cumplidos los requisitos legales para someterla al recurso del referéndum popular en la segunda instancia de ratificación, este finalmente se celebró el 13 de diciembre de 1992 y la ley resultó derogada por cifras concluyentes: 71,58% contra 27,19%.‖ (Caetano, 2005: 25) 134 neoliberal. En el período se registra un fuerte incremento de la inversión y del crecimiento del PBI, sin que ésto se tradujera en una mejora de los niveles de vida de la población: ―En todo este período se percibe un fuerte crecimiento del producto (el más importante registrado desde mediados de los años ‘50), impulsado principalmente por la inversión externa (...) los índices macroeconómicos no reflejaban todo el panorama: el desempleo estructural era muy elevado y se mantenía aún en un contexto de crecimiento del PBI. Por otro lado, la pobreza y la marginalidad crecieron a la vez que lo hacía el impulso general de la economía. Sin duda, el modelo económico que se estaba aplicando no habilitaba una participación medianamente equitativa de la población.‖ (Demasi et all, 2004: 24) Si bien el primer gobierno de Sanguinetti realiza un proceso de rearticulación del Estado Social batllista 143, sobre el final de su mandato se registra un progresivo proceso de adopción de los postulados del ―Consenso de Washington‖. De todos modos, las reformas neoliberales que se van a desarrollar fuertemente en el gobierno de Lacalle se verán amortiguadas en el segundo gobierno de Sanguinetti144: 143 ―La política económica de corto plazo del primer gobierno democrático posterior a la dictadura no introdujo cambios de entidad y procuró evitar la agudización de los desequilibrios macroeconómicos y alcanzar cierta reactivación de la economía. No obstante, en materia de política de ingresos se promovió la realización de negociaciones tripartitas (trabajadores, empresarios y gobierno) para la fijación de los salarios del sector privado.‖ (Antía, 2001: 132) 144 ―En lo que refiere a la reforma del Estado, se acotaron sus alcances y se optó por una orientación igualmente distante de las posturas extremistas de estatistas y `neoliberales´. De ese modo se produjo una reorientación en las propuestas caracterizada por el énfasis en contenidos como focalización, gerencia descentralizada, flexibilidad en las provisiones, impulso de la competitividad y productividad, entre otros. También en este campo se continuó incentivando (con resultados visibles) la reducción de la plantilla de funcionarios públicos: según las investigaciones de Narbondo y Ramos, estos descendieron un 23% entre 1995 y 1999.‖ (Caetano, 2005: 25) 135 ―Estos resultados frenaron el vigoroso impulso con que el gobierno de Lacalle había encarado la agenda propuesta por el `Consenso de Washington´, y que tuvo menos continuidad en el segundo gobierno de Julio María Sanguinetti: en parte por los magros resultados obtenidos por su antecesor, pero también por la recesión que comenzaba a asomar en la región y por el propio talante de un político que prefiere presentarse como `gradualista´ antes que como un impulsor de reformas rápidas.‖ (Demasi et all, 2004: 31) No obstante el gradualismo, el fuerte peso de las pasividades sobre el gasto público hizo que en el período de gobierno de 1995 - 2000 se llevara adelante una reforma de la Seguridad Social. Tal reforma significó la instalación de un sistema mixto "que combinaba el régimen universal provisto por el Banco de Previsión Social con un sistema complementario de ahorro y capitalización individual. Pese a la oposición de la izquierda y de un amplio espectro de organizaciones sociales, en esta ocasión no pudo cumplirse con los requerimientos para someter la ley a un recurso de referéndum, por lo que la reforma quedó vigente.‖ (Caetano Apud Nahum, 1999: 194) En el terreno de las políticas sociales se registra, como apunta Filgueira (1998), un pasaje de políticas universales, sectoriales y centralizadas a políticas focalizadas, integrales y descentralizadas. Una de las características relevantes de estas políticas fue que su financiamiento se 136 sustentó a través de préstamos del exterior, por lo cual, las posibilidad de su sustentabilidad en el tiempo nunca fue clara (Midaglia, 1993). También en el campo social se promovió la reforma educativa que trajo innovaciones tales como la extensión de servicios de educación inicial a la población infantil de 4 y 5 años, la apertura de centros con prestaciones de tiempo completo dirigido a los niños pobres, la ampliación de la cobertura en alimentación gratuita para los escolares, la introducción de la enseñanza de computación e inglés y promovió el diseño y entrega de libros de textos para escolares y liceales del sistema público (Nahum, 1999). Este proceso de reforma contó con el apoyo de buena parte de la izquierda, pero tuvo la fuerte oposición de los gremios de la educación y, sobre todo, del movimiento estudiantil de secundaria: ―Desde gran parte de la izquierda política se apoyó a la Reforma Educativa, sobre todo en sus etapas iniciales; intelectuales originariamente frenteamplistas ocuparon cargos en el nuevo elenco dirigido por Rama. Los estudiantes de Secundaria, en cambio, fueron quienes con sus ocupaciones `hirieron de muerte´ al marketing de la naciente Reforma, que era y sus restos todavía son- el pragmatismo gubernamental de los contratos de obra y el gran endeudamiento público con consecuencias menores en asistencia social.‖ (Demasi et all, 2004: 30) De todos modos, la reforma estructural moderada llevada adelante por los gobiernos democráticos pos 80, no fue suficiente para procesar una transformación en la matriz de protección social del Uruguay. Las politicas implementadas se orientaron por los principios y criterios promovidos por el Consenso de Washington que, al decir de José Miguel Candia (1998: 121): 137 ―responden a postulados teóricos similares y a intenciones políticas enfocadas hacia una misma dirección: desactivar los conflictos sociales más graves y generar consenso en aquellos segmentos de la fuerza laboral que tienen una inserción débil en el mercado de trabajo (empleo precario, subocupación, informalidad urbana, pequeños productores, etc.) para que actúen como base social de apoyo al modelo neoliberal.‖ Los límites para procesar la reforma del sistema de protección social de manera radical, se concentraban en razones presupuestales fundamentalmente, pero también en un sentido común que no había sido ganado aún por el pensamiento neoliberal manteniendo una alta estima acerca del valor de la intervención del Estado en los asuntos vinculados al bienestar general de la sociedad. Ambos aspectos están claramente relacionados. De este modo, la cuestión social de la época se configuraba de manera contradictoria en la medida en que aceptaba y permitía una reforma moderada del sistema de protección social en tanto mantuviera vivas las estructuras agonizantes del Estado Social. Como fuera establecido páginas atrás, el Estado Social tenía sentido en tanto combinaba dos aspectos sustantivos que le daban su razón de ser, i) un sistema de protección social basado en políticas universales, donde el seguro social era central y se articulaba con la asistencia para los inhabilitados para el trabajo (Cf. Castel, 1997) y ii) una política estatal que garantizaba el pleno empleo, combinando la clásica industrialización por sustitución de importaciones con obra pública y ampliación de la plantilla de empleados públicos en los períodos de crisis. El crecimiento logrado en estos años respondía a una estrategia económica que abandonaba la garantía del pleno empleo. Destruidas las 138 bases mismas de la industrialización por sustitución de importaciones 145, el crecimiento se basaba en la inversión externa, concentrada sobre todo “en ramas tales como los servicios y las agroindustrias‖ (Demasi et all, 2004: 24) El modelo de industrialización por sustitución de importaciones era reemplazado por el modelo Liberal, Aperturista, Concentrador y Excluyente (LASE), de acuerdo con la denominación dada por Olesker (2001). El modelo anterior tenía como complemento ideal el sistema de protección social que permitía la participación de la perspectiva de la ampliación de la ciudadanía. En el nuevo modelo ésta se volvía un lastre insoportable y se necesitaba desmontar ese sistema de protección social para construir otro que atendiera la sobreviviencia de los desplazados. El ―estado del alma‖, de acuerdo con la denominación del posteriormente electo Presidente de la República, Dr. Jorge Batlle, refiere a ―lo-que-se-puede-hacer-y-lo-que-no-se-puede-hacer‖ (Caetano, 2005: 32) en una sociedad. En aquel momento, ese ―estado del alma‖ toleraba la imposición del ―LASE‖ pero no el desmonte del sistema de protección anterior generando la imposibilidad de la financiación del nuevo modelo 146: el freno a las privatizaciones, el plebiscito de los jubilados, la necesidad de que la reforma de la seguridad social fuera a través de un sistema mixto y no decididamente privado 147. 145 ―Como fue señalado, la liberalización y la apertura financiera de la economía uruguaya ocurrieron en la segunda mitad de la década de los setenta, durante la dictadura militar. En el período que nos ocupa se preservó aquel marco de funcionamiento financiero y se profundizó la apertura comercial. Los aranceles aduaneros se redujeron gradualmente en la segunda mitad de la década de los ochenta y aceleradamente en la primera mitad de los noventa. Concomitantemente, se produjo una pronunciada reducción de las barreras no arancelarias. Asimismo, entre 1991 y 1999 tuvo lugar un acentuado abatimiento de los aranceles al interior del MERCOSUR, al punto que a partir del 1° de enero de 2000 se eliminaron virtualmente los aranceles para el comercio intrarregional.‖ (Antía, 2001: 133) 146 Este es el motivo fundamental de que los nuevos programas sociales debían sostenerse con préstamos internacionales colocando en riesgo su sutentabilidad. 147 ―La reforma en Uruguay reservó un papel más importante para el Estado en comparación con otros países.‖ (Banco Mundial, 2006: 49) 139 Los límites colocados por la sociedad uruguaya a la imposición completa del nuevo modelo marcan claramente lo que no se pudo hacer en aquella época y limitaron fuertemente la construcción de un nuevo modelo de protección social. ―El fin del Uruguay de la abundancia marca el fin del Estado expansionista y el inicio de su repliegue y racionalización. El nuevo modelo económico mundial que hace su ingreso en la escena global ya a partir de los setenta da nuevos impulsos a la agenda liberal, y en Uruguay, el Estado verá plasmados estos impulsos en la última década. El Estado social se mercantiliza, el Estado empresario se terciariza y el Estado regulador acepta crecientemente el libre juego del mercado. Aún, este Estado está lejos del Estado privatizado y minimalista que tantos países en la región han abrazado.‖ (Filgueira et all., 2003: 175) Esta estrategia de un Estado con vocación aperturista, que acepta el libre juego del mercado y que tendencialmente mercantiliza la protección social, no logra ser exitosa en la construcción del Estado Asistencial focalizado, apropiado a esta nueva configuración. Los restos de la perspectiva de la ampliación de la ciudadanía, que resisten la privatización, y la reducción de un Estado que había sido su garantía en el pasado, no logran minimizar los procesos de marginalidad y exclusión que, a pesar del crecimiento económico, se mantuvieron e incluso aumentaron durante todo el proceso148: 148 ―Los veinte años transcurridos desde la restitución del gobierno democrático constituyen un plazo muy breve para los tiempos demográficos. Sin embargo, Uruguay cambió mucho en ese lapso: la desigualdad aumentó, y aquella sociedad hiperintegrada — usando la terminología de Germán Rama— dio paso a una sociedad crecientemente fragmentada. En ese lapso aparecieron o se agudizaron muchos de los fenómenos demográficos que constituyen el telón de fondo de la sociedad contemporánea.‖ (Calvo y Pellegrino, 2005: 252) 140 ―Por más de veinte años, en dictadura o en democracia, el país no ha podido superar una situación social en la que se combinan pobreza, indigencia y marginalidad, reproduciéndose por generaciones un `círculo de pobreza´ que sedimenta una `cultura de la pobreza´. Es decir, la consolidación de grupos de población cada vez más numerosos y en el que se combinan varias generaciones de uruguayos, que rompen vínculos con el mercado laboral y el sistema educativo, que se segregan espacialmente habitando en asentamientos irregulares, que debilitan las formas de interacción y convivencia con otros sectores sociales y que van combinando formas legales e ilegales de sobrevivencia cotidiana.‖ (Caetano, 2005: 28) 149 Las denominadas en la época como nuevas políticas sociales (Filgueira, 1998), que combinaban la focalización con la participación de las organizaciones de la sociedad civil, se concentraron, sobre todo, en el Instituto Nacional del Menor (INAME), hoy Instituto del Niño y Adolescente del Uruguay (INAU), el Instituto Nacional de Alimentación (INDA) y curiosamente, en la Intendencia Municipal de Montevideo, bajo gobierno frenteamplista150 (Midaglia, 2000). 149 Las razones son aportadas por el mismo autor al señalar que: ―Las razones son varias: se llegó a un núcleo duro de la población pobre con zonas de marginalidad muy fuerte sobre el cual era muy difícil operar con eficacia, aun desde políticas sociales orientadas o focalizadas; el propio desarrollo económico destruyó o precarizó empleos no calificados, lo que afectó a los sectores menos educados, que tienden a ser los más pobres; mientras tanto, se produjo también un incremento en el diferencial de ingresos entre los sectores más y menos educados.‖ (Caetano, 2005: 28) 150 Esto no resulta tan curioso si tomamos en cuenta el proceso de ―actualización ideológica‖ de la izquierda en Uruguay señalado por Garce y Yaffé: ―De igual forma, se confirma la resignificación del rol de la Sociedad Civil y sus organizaciones y su rearticulación con el Estado en la elaboración e implementación de las políticas públicas, en particular las políticas sociales. Esta resignificación parte del reconocimiento de que `se ha desarrollado una nueva área de trabajo a nivel de la sociedad que no pertenece a la órbita estatal ni a la de las empresa capitalista, sino a la del conjunto de instituciones y emprendimientos sociales con fines públicos o privados y sin fines de lucro´ y del 141 Una de las grandes apuestas para enfrentar la creciente exclusión social, que en el período se desdoblaba en un proceso creciente de infantilización y feminización de la pobreza, fue el Plan de Centros de Atención a la Infancia y la Familia (Plan CAIF), programa paradigmático en tanto articulaba la focalización y la participación de la ―sociedad civil organizada‖151. El Plan CAIF comenzó a funcionar en 1988, primer período democrático, mediante el desarrollo de un convenio entre UNICEF y el Estado uruguayo. ―Su surgimiento está asociado a la constatación de elevados índices de pobreza en determinados sectores de la población, particularmente en grupos menores de catorce años, y a la ineficiencia relativa del gasto social en diversos programas dirigidos a combatir estas situaciones (Síntesis de las conclusiones y recomendaciones del Seminario hacia una propuesta educativa del Plan CAIF, 1996).‖ (Midaglia, 2000: 62) También durante este periodo se ensayaron las primeras formas de transferencia de ingresos ―focalizadas‖ a través de las tradicionales ―asignaciones familiares‖, una política de transferencia de ingresos con señalamiento de la complementariedad del Estado con este `tercer sector´ por lo cual `el relacionamiento del Estado con esta área debe ser asumido con creatividad desde una lógica progresista y transformadora ´.‖ (Garce y Yaffé, 2004: 72) 151 ―Uruguay no ha logrado aún transferir adecuadamente sus riquezas, y de allí que el hecho mayor y más notorio de vulneración de los derechos de la infancia y la adolescencia tiene que ver con la pobreza y los efectos de la misma: deserción escolar (un 40% de los niños no cumple con los 10 años de enseñanza obligatoria); repetición (por lo general el 20% de los niños repiten el primer año de escuela, cifra que alcanza el 40% en algunas barrios más pobres); niños en situación de calle (el Plan CAIF pasará a dar una cobertura de 20 a 40 mil niños en las zonas pobres); etc.‖ (Demasi et all, 2004: 43) 142 anclaje en el trabajo formal y que en 1999 amplía su cobertura habilitando su cobro a los desemplados con hijos 152. Sin embargo, como fuera apuntado, estas reformas no lograron evitar los procesos de exclusión social que se van a desarrollar a lo largo de todo el periodo. Uno de los fenómenos más palmarios de las dificultades de integración producidas por la implementación del nuevo modelo de desarrollo es el de los llamados ―nuevos asentamientos irregulares‖, forma contemporánea en que se expresa la segregación territorial. ―Actualmente, viven en Montevideo entre 190 y 240 mil personas en 364 asentamientos irregulares, proyectándose que esa situación involucrará hacia el año 2006, unas 300 mil personas (...) En la capital, unos 8 mil clasificadores de residuos representan alrededor de 50 mil personas integrantes de sus núcleos familiares.‖ (Demasi et all, 2004: 37) El fenómeno de la segregación territorial no es nuevo en el Uruguay. Los años 50 – con el agotamiento del modelo de industrialización por sustitución de importaciones - marcaron la emergencia de lo que en aquellos años, irónicamente, fue llamado "cantegril", similar a los procesos de segregación territorial del resto de América Latina (Callampa, Villa Miseria, Favela, etc.). El fenómeno respondía directamente a las dificultades de integración consecuencia del modelo de desarrollo ante la emigración del campo a la ciudad (Grassi et al, 1994). Los años ochenta marcan la emergencia de un nuevo proceso de segregación territorial que comienza a sumarse al fenómeno del "cantegril". Era de recibo identificar al "cantegril" como una consecuencia de la 152 ―En 1999, se tomaron las primeras medidas para lograr la inclusión de hogares sin trabajadores formales dentro del programa de asignaciones familiares.‖ (Banco Mundial, 2006: 46) 143 emigración de la ciudad al campo, fenómeno que se empezaba a gestar en los llamados "pueblo de ratas". Es evidente que esta explicación ha perdido toda capacidad de aportar luz sobre el fenómeno tal como comienza a manifestarse en los años ochenta. Es así que los nuevos asentamientos son entendidos como una consecuencia directa de las transformaciones operadas en el mundo del trabajo, en las características de la intervención estatal y en el esquema de protección social153 y se presenta así como un fenómeno peculiar que se manifiesta de forma diferente al viejo ―cantegril‖. En un mismo sentido, Merklen (1999: 12 ) señala que: "(...) llegados los 80, Buenos Aires primero y Montevideo algo después, irían a conocer una nueva modalidad de ocupación ilegal de tierras: el asentamiento, sobrino apenas de su antecesora." Los viejos asentamientos fueron el resultado de la incapacidad de la industria de sustitución de importaciones en crisis de incorporar a los trabajadores expulsados del medio rural. Los nuevos asentamientos son expresión del nuevo modelo y dan cuenta de una estrategia de reproducción de la fuerza de trabajo precarizada. El ―LACE‖ (Olesker 2001) produjo una fuerza de trabajo excedentaria con dificultades de inserción en el mercado laboral o con una inserción precaria, episódica y flexible. El asentamiento es el espacio ―ideal‖ para la reproducción de esa fuerza de trabajo pues reduce los costos de reproducción -no se paga luz, agua, impuestos, alquiler- y permite sobrevivir en la crisis, al tiempo que las viviendas logran ser mejoradas en los periodos de esplendor. "En efecto, los asentamientos se nutren de familias jóvenes provenientes de la misma ciudad, en general hijos de obreros o empleados que por una mezcla 153 Dichas transformaciones coinciden (¿casualmente?) con el momento en que ―la Guerra a la pobreza (...) fue reemplazada por la guerra a la seguridad social‖ (Katz apud Wacquant: 2001: 37) 144 perversa de fragilidad en la inserción profesional, liberalización del mercado inmobiliario, restricción de las políticas públicas e imposibilidad de acceder al crédito, no pueden alcanzar a una vivienda que ellos llaman digna." (Merklen, 1999: 13). En sintesis, la salida de la dictadura significó la reanimación de la agonizante perspectiva de la ampliación de la ciudadanía. Una importante mejora de la situación económica asociada a la participación del movimiento social en la derrota a la dictadura se coaligaron posibilitando esta reanimación. Es así que el primer gobierno electo democráticamente después de 11 años de dictadura recuperó una institución paradigmática del Estado Social, los Consejos de Salarios, que no se convocaban desde el comienzo del autoritarismo en el gobierno de Pacheco Areco 154. Sin embargo, las bases de esta reanimación eran frágiles. Ya fue indicado que la articulación del Estado Social, que permitia a la perspectiva de ampliación de la ciudadanía una presencia vigorosa en el sentido común prevalente en el Estado Social, era el resultado de un sistema estructural que fue minado a partir de la crisis de mediados de los años 50. En ese sentido, el primer gobierno de Sanguinetti ya mostraba que no había intención de reconstituir este sistema estructural155. El gobierno de Lacalle no sólo confirma esta sospecha sino que continúa y profundiza una política económica que dejaba fuera de la configuración hegemónica de cuestión social a la perspectiva de la ampliación de la ciudadanía. La politica de los noventa en Uruguay, similar 154 ―De todos modos, se consiguió avanzar (...) creció el PBI, se logró un aumento efectivo en el salario real, se impulsó el retorno de la negociación colectiva tripartita al ámbito privado, descendió levemente y con altibajos la inflación, se obtuvieron mejorías importantes en los indicadores sociales más relevantes (...)‖ (Caetano, 2005: 22) 155 ―A la salida de la dictadura, entre los años ’80 y ’90 del siglo pasado, como producto de la recesión económica, la desindustrialización del país y el repliegue del Estado en la regulación de la convivencia entre orientales, se acelera el proceso iniciado en los años ’70: el desplazamiento de los sectores sociales más pobres hacia las áreas periféricas, acentuando la `satelización´ de la ciudad.‖ (Demasi et all, 2004: 37) 145 a la región aunque amortiguada, da impulso a una política económica, definitivamente neoliberal, que no tolera ninguna concesión ante cualquier pretensión de garantizar derechos sociales 156. La configuración hegemónica en todo el periodo se había consolidado como una clásica articulación azul-neoliberal / blancoconservadora. De todos modos, la perspectiva de ampliación de la ciudadanía, en una entonación rojo pálido, conservaba su vitalidad expulsada del poder - en la oposición politica y social que mantenia la resistencia a la imposición del modelo y fue la que atemperó el contenido de las reformas procesadas durante todo el periodo.157 IV. 5. Crisis del 2002 y triunfo de la izquierda política Tal como fue afirmado, el 2002 aparece como otro punto de inflexión de esta periodización, donde la crisis que coloca a miles de uruguayos en una situación de exclusión social se torna una amenaza a la reagregación del bloque en el poder 158. 156 ―Otro ejemplo de cambio obtenido pese a las dificultades de la herida coincidencia nacional fue la fuerte inflexión generada a partir de 1991 con la desregulación del mercado laboral a través de una iniciativa que venía a cambiar una práctica de 50 años de negociación colectiva (básicamente desde el modelo de la Ley de Consejo de Salarios de 1943, con los altibajos de las modificaciones políticas de signo autoritario aplicadas desde 1968 y en especial con la dictadura cívico-militar iniciada en 1973), la negociación colectiva no se inhabilitaba pero ya no resultaría general; solo valdría para aquellas empresas afiliadas a las cámaras, por lo que la mayoría quedaría fuera.‖ (Caetano, 2005: 25) 157 ―(...) el `tira y afloje´ entre gobierno, izquierda y sindicatos (incluyendo otras organizaciones sociales) sobre temas vinculados a la reforma del Estado, que hizo de Uruguay el país de América Latina donde más se utilizaron los mecanismos de democracia directa, en especial, aquellos que `desde abajo´ supusieron una consulta popular para aprobar o reprobar actos de gobierno.‖ (Moreira, 2004: 59) 158 ―Luego de la crisis económica del 2002, el Producto Bruto Interno (PBI) del Uruguay disminuyó un 19.2%, el desempleo fue cercano al 20% de la Población Económicamente Activa, el número de pobres se duplicó, uno de cada tres uruguayos adultos (32.6% de la población) y dos de cada tres niños (60% de la población infantil menor de 5 años) pasaron a estar en situación de pobreza, se consolidaron los porcentajes de población en pobreza estructural vulnerables a la indigencia (dos de cada tres de ellos menores de treinta años) e incluso de indigencia directa (3.5% de la población), los niveles de salud y educación mostraban un estancamiento significativo y los niveles de desigualdad alcanzaban sus máximos históricos con una distribución del ingreso visiblemente más 146 El significado de la crisis permite, a grandes rasgos, dos órdenes de explicaciones: i) El modelo de desarrollo propiciado por el Consenso de Washington tiene falencias, propias de su aplicación gradual de tipo ensayo - error y necesita, entonces, ajustes: el pos Consenso de Washington159 será el portador de la receta para la implementación de estos ajustes 160. En primer lugar, la crisis se explica por una excesiva liberalización del sistema financiero. Se impone la necesidad de un control más férreo por parte del Estado y, más concretamente, por los Bancos Centrales y se mantiene la desconfianza sobre la política comprendida como un factor distorionante ante lo cual se promueve que sean los Bancos Centrales los responsables de la regulación del sistema financiero manteniendo independencia técnica respecto al gobierno.161 En segundo lugar, frente a los brutales efectos de la crísis sobre la población se entendió necesario darle a la reforma una ―cara más humana y eficiente‖(Serna, 2008). La propuesta, en su forma pura, combina el llamado ‖universalismo básico‖ y un sistema asistencial focalizado con desigual que tres décadas atrás. En síntesis, el proceso de consolidación del Uruguay neoliberal, iniciado a fines de los años sesenta y comienzos de los setenta, había dejado atrás definitivamente al Uruguay Batllista y mostraba algunos de sus aspectos sociales más dramáticos.‖ (Moreira, 2007: 13) 159 ―A pesar de esas nuevas aportaciones sobre los cambios a introducir en los procesos de ajuste y reforma en los países en desarrollo, el llamado `post-Consenso de Washington´ no deja de ser, por ahora, una revisión del todavía dominante `Consenso de Washington´.‖(Cairo, 2003: 14) 160 ―Aunque desde distintas perspectivas, la apuesta de lo que se ha venido llamando `nueva agenda´ pretende corregir las principales distorsiones y errores derivados de las medidas hasta ahora implementadas, así como incorporar nuevas políticas capaces de estimular el crecimiento y cubrir aquellos vacíos que la política económica del ajuste no incorporaba.‖ (Cairo, 2003: 13) 161 ―A la vista de los acontecimientos financieros del último lustro ya pocos dudan de los peligrosos y perniciosos efectos de la liberalización a ultranza de los mercados. De ahí que, desde una postura reformista, se empiece a plantear la necesidad de `regular´ y no tanto de `liberalizar´, de forma que bajo la premisa de que la competencia es y debe ser el principio rector de los mercados, la preocupación debe centrarse más bien en la regulación de los mercados financieros, más que en su liberalización.‖ (Cairo, 2003: 13) 147 capacidad de atender a los desplazados por el sistema y con la flexibilidad suficiente como para articular politicas de emergencia cuando sea necesario 162. (ii) El segundo orden de explicaciones buscará establecer una crítica de fondo al modelo de desarrollo. Este orden de explicaciones sustentará que la crisis no es más que un episodio agudo de un camino inexorable de agudización de la dependencia de las economías periféricas a partir de la sujeción a una profundización de la división del trabajo a nivel internacional que condena a las economías de la periferia a desarrollar su papel de surtidores de materia prima a las economías centrales. El resultado es la desindustrialización y, su correlato, la marginación creciente de amplios sectores de la población163. Como en el 58, esta situación busca resolverse con la alternancia de los partidos en el gobierno. La salida se deposita en el Frente Amplio rompiendo un ciclo de 150 años de sucesión en el gobierno de los Partidos Nacional y Colorado. La expectativa colocada sobre el Frente Amplio como esperanza de resolver los problemas sociales que los partidos tradicionales no habían resuelto comenzó a construirse a partir de la salida de la dictadura y la alternancia de los partidos tradicionales Colorado y Blanco que habían dado continuidad a la política económica: ―En el Uruguay posdictadura se configuró, en las condiciones del contexto económico y social y en la estructura de la competencia política una oportunidad 162 ―En este caso se trataría de ampliar la noción de desarrollo a la esfera política –el papel de la democracia y las instituciones-, a la social –la preocupación por la equidad y el nivel de bienestar de las personas- y la ecológica –la incorporación de la sostenibilidad medioambiental.‖ (Cairo, 2003: 18) 163 Los origenes de este nuevo modelo de desarrollo deben buscarse en las dictaduras que sentaron las bases para ―la afirmación de un patrón de desarrollo económico asociado subalternamente a los intereses imperialistas, con una nueva integración, más dependiente, al sistema capitalista; la articulación de estructuras políticas garantizadoras de la exclusión de protagonistas comprometidos con proyectos nacional-populares y democráticos.‖ (Netto, 1994: 17) 148 para la izquierda. La reestructura operada durante la dictadura y profundizada por efecto de las reformas liberales implementadas por los gobiernos democráticos, aumentó el número de perdedores y por tanto de ciudadanos disconformes con los partidos tradicionales.‖ (Yaffé, 2005: 185) Incluso Moreira (2004) concluye que la crísis del 2002 disolvió al Partido Colorado pero benefició más al Partido Nacional que al Frente Amplio. En otras palabras, el triunfo del Frente Amplio fue resultado de un proceso de disconformidad creciente con las políticas que venían aplicándose más que una simple reacción a una crisis episódica que, al momento del triunfo frenteamplista estaba siendo superada. El Frente Amplio nació como producto de la unidad de todos los partidos de izquierda durante el período del autoritarismo y, ya en sus orígenes, se presentaba como una alternativa que proponía cambios radicales164. Si bien en los últimos años el Frente Amplio había iniciado un fuerte y explícito proceso de moderación en su práctica y discursos políticos165, para buena parte del imaginario popular continuaba representando la promesa de transformaciones radicales frente a las reformas neoliberales que, aunque amortiguadas, venían aplicándose desde 164 ―La agudización de la lucha de clases conduce progresivamente a la unificación de las fuerzas de izquierda, las cuales conforman, en el año 1971, el Frente Amplio, que se autodefine como una fuerza política vocacionada para la `acción política permanente´ y no solamente para la disputa electoral. También esta fuerza política adopta, en esencia, el programa del Congreso del Pueblo (...) Esta fuerza política se define como de orientación democrática, progresista y anti-imperialista, proponiendo aplicar, en el año 1971, cuatro medidas fundamentales (Aguirre, 1985): reforma agraria, nacionalización de la banca privada, nacionalización del comercio exterior, política industrial, incluida la nacionalización de la industria frigorífica.‖ (Acosta, 2006: 95-96) 165 ―La moderación ideológica y programática avanzó lentamente en la primera mitad de los años noventa. El punto de inflexión entre la izquierda frentista y el progresismo estuvo dado por la creación del EP [Encuentro Progresista] en 1994. Desde entonces, y en particular desde que en 1997 se inició el proceso de `actualización ideológica´ dentro del FA, la izquierda renovó más fuertemente sus ideas y moderó notoriamente sus propuestas programáticas. El socialismo, la revolución, la lucha de clases, la dictadura del proletariado, la reforma agraria, la nacionalización del comercio exterior, la estatización de la banca, el rechazo de la deuda externa y de los organismos financieros internacionales fueron quedando atrás.‖ (Yaffé, 2005: 186) 149 el comienzo del autoritarismo. Y, pese a la ―actualización ideológica‖ (Yaffé, 2005) de la izquierda política, el Frente Amplio continuó alimentando esta promesa con la permanente acusación al gobierno de ―liberal, aperturista, concentrador y excluyente‖ (Olesker, 2001). En definitiva, la interrogante que se abrió con la crísis del 2002 fue, como se señaló al inicio de este apartado, cuál sería el diagnóstico que se tornaría hegemónico para explicar la crisis y, en consecuencia, cómo se la enfrentaría. Señalan Filgueira et all (2003: 203) que las crísis en Uruguay, como es lógico, fueron puntos de apoyo para procesar cambios de fondo en la política uruguaya: del mismo modo en que el equilibrio catastrófico de fines del siglo XIX se resolvió con el inicio del Estado Social, la crisis de los años 50 abrió paso al Estado Liberal, por ejemplo. En concordancia con lo afirmado y con lo señalado por nosotros, se pregunta: ―Teniendo en cuenta estos precedentes, cabe preguntarse cuál será el impacto de la crisis actual (1999-2002) en la historia del Estado uruguayo: ¿ratificará el rumbo liberal prevaleciente o será el punto de partida de un nuevo ciclo de expansión del Estado?.‖ (Filgueira et all, 2003: 203) Pensando en los términos propuestos en este trabajo cabe preguntarse si el triunfo de la izquierda marca el comienzo de un cambio en la cuestión social. Es decir, cabe integrrogarse sobre la posibilidad de que la perspectiva de la ampliación de la ciudadanía recupere su vitalidad volviendo a ser parte de la configuración de la cuestión social hegemónica o, si el nuevo gobierno asumirá el diagnóstico que establece la necesidad de hacer ajustes al Estado Liberal manteniendo así a esta perspectiva en el estado de agonía a la que fue condenada en la configuración de la cuestión social hegemónica consagrada a partir de 1958. 150 La bandera del Frente Amplio – la bandera del general artiguista Fernando Otorgués – roja, azul y blanca representa la pretensión de articular los valores de la revolución francesa: ¿augura el triunfo del Frente Amplio que el rojo del gorro frigio vuelva a ocupar el lugar que tuvo en el Estado Social166 y que fuera ejemplo para el mundo y orgullo para los uruguayos?. 166 ―Era notable que Don Pepe llamara al periodista `amigo´ y no compañero. Estaba respondiendo como amigo de los Socialistas pero no como un camarada Socialista. Arena, en su propia entrevista con `La Vanguardia´ fue más allá: `Somos los revolucionarios de arriba, contra los privilegios, contra el oscurantismo, contra la explotación (...) Somos socialistas sin programa.‖ (Vanger, 2009:84) 151 V. EL TRIUNFO DE LA IZQUIERDA POLÍTICA: ¿UNA NUEVA CONFIGURACIÓN DE LA CUESTIÓN SOCIAL? En octubre de 2004, el Encuentro Progresista - Frente Amplio gana en primera vuelta las elecciones nacionales. La victoria era el resultado de un largo camino que se inició en 1958 con el comienzo de una crisis que para el imaginario nacional ponía en cuestión las bases mismas de la nación cuestionando su viabilidad (Nahum, 1984). Ese año marcó el inicio del ―largo adiós al país modelo‖ (Filgueira y Filgueira, 1995). Más allá del carácter mítico de esta percepción sobre el ―país modelo‖, ―hiperintegrado‖, o ―laboratorio social‖, etc, la misma constituye una carga valorativa del pasado, con un tinte romántico, que dificulta la construcción de legitimidad para cualquier gobierno que lleve adelante un proyecto nacional que se aparte de una fuerte presencia del Estado en la regulación de la economía y que no se proponga articular un modelo de crecimiento que, sin apartarse del capitalismo, i) mantenga una lógíca de libre mercado razonable y (ii) logre incorporar niveles crecientes de integración y iii) bienestar social167. El triunfo del Frente Amplio ha sido el resultado de una larga historia de descontentos frente a gobiernos168 que, sin haber hecho un mal papel si uno compara con la región169 (Caetano, 2005), nunca lograron que 167 En otros términos, una equilibrada articulación de las tres perspectivas de cuestión social construidas por nosotros. 168 ―(...) el EP-FA [Encuentro Progresista – Frente Amplio] siguió experimentando un contínuo proceso de crecimiento electoral y político: sobrepasó el 40% en 1994 y registra desde entonces, año tras año, una adhesión creciente en la intención de voto que registran las empresas de opinión pública, hasta acariciar la mayoría absoluta desde fines de 2003. Indudablemente, este fenómeno resulta del descontento que se ha ido acumulando respecto de los partidos `tradicionales´ y sus elencos de gobierno, pero también es producto de una estrategia que buscó capitalizar política y electoralmente ese descontento.‖ (Garcé y Yaffé, 2004: 69) 169 ―(....) resulta indispensable reiterar que después de la debacle social con que terminó la dictadura, del ajuste recesivo de 1983-84 y de una pauperización muy grave de la población, hubo una mejora fuerte de la economía al retornar los gobiernos 152 la sociedad uruguaya reconstruyera una autopercepción satisfactoria (Perelli y Rial 1985). Dicho de otra forma, el nuevo bloque en el poder, consolidado a partir de fines del año 50, nunca logró procesar exitosamente una ―reforma intelectual y moral‖ (Gramsci, 1993: 69). Como el primer gobierno blanco del siglo XX -en el comienzo de la crisis del 58-, como la dictadura militar -cuando esa crisis cobra su dimensión más dramática- el nuevo gobierno debía asumir con un discurso a la altura de las circunstancias posicionándose, al menos, con una retórica fundacional. En ese contexto, el novel presidente Tabaré Vázquez - de profesión oncólogo convenientemente para los juegos metafóricos – define las cinco dimensiones del nuevo Uruguay: social, productivo, innovador, democrático e inserto en la región. En el apartado anterior colocábamos la gran interrogante que se planteaba frente a la posibilidad de un triunfo del Frente Amplio: ¿cuál sería el diagnóstico y la propuesta de la izquierda?. ¿Sería necesario realizar pequeños ajustes al modelo anterior y continuar con un ―LACE‖ (Olesker 2001) con rostro humano y algunos controles a la especulación financiera? o ¿el modelo debía ser transformado sustantivamente y el Frente Amplio debía partir ―de donde Batlle y Ordóñez y sus herederos quedaron‖ (Vanger, 2009: 266)?. En cierto sentido, en la definición establecida por el incipiente gobierno de Tabaré Vázquez acerca de las cinco dimensiones antes mencionadas, ya era posible identificar algunos contenidos que indicaban que el segundo camino no había sido el elegido. Un país pequeño no puede ambicionar su inserción en la región y en el mundo y simultáneamente intervenir decididamente en el mercado con el objetivo de generar pleno democráticos, que supieron combinar crecimiento económico con abatimiento de la pobreza.‖ (Caetano, 2005: 31) 153 empleo y una protección social generalizada. Por el contrario, para mantener la ambición de insertarse en la región y en el mundo debe ser competitivo y por tanto innovador y la respuesta, obviamente, no está en la sustitución de importaciones, la inversión estatal y la protección de los derechos del trabajo. ―El régimen angloamericano tiene pleno empleo, pero pocas restricciones políticas a la desigualdad de ingresos, mientras que los sistemas de los Estados de bienestar del modelo renano, más sensibles a los problemas de los trabajadores, son un obstáculo a la creación de empleo. El mal que escogemos depende del bien que persigamos.‖ (Sennett, 2000: 56) No se pretende aquí afirmar que el Uruguay cuente con la posibilidad de optar libremente y sin constreñimientos acerca de su inserción en la región y en el mundo. Sin embargo, sí se pretende señalar que el anuncio en el momento de la asunción del nuevo gobierno adquiere un claro signo ideológico. El camino a seguir se anuncia como una opción y no como un imperativo de modo tal que participar de la globalización y la flexibilización del trabajo, que se traduce en precarización, desregulación y pérdida de derechos laborales, se presenta entonces como un proyecto y no como una imposición inevitable 170. Como señalan Gallardo et all (2009) la política económica fue diseñada por un grupo de expertos, entre los que se destaca el Ministro de Economía, Cr. Danilo Astori171. Resulta no entanto difícil coincidir con los autores en su planteo acerca de que el triunfo de una perspectiva económica 170 Es bueno recordar que los procesos de ajuste estructural fueron implementados por la derecha argumentando el carácter inevitable de estas reformas. 171 ―Esta red de economistas desempeña un papel fundamental en múltiples políticas públicas en diversos ministerios. Seguramente ha sido la comunidad epistémica más influyente de las que actuaron en el período comprendido en esta investigación.‖ (Gallardo et all, 2009: 23) 154 con un fuerte componente neoclásico no responda apenas a una alianza entre el presidente y el Cr. Danilo Astori. Lo que es claro es que esta política llevada adelante por una fuerza de izquierda no podía desarrollarse sin oposición: a este grupo de expertos se contrapone duramente la llamada ―Red de economistas de izquierda‖. ―Por ejemplo, la `Red de economistas de izquierda´, integrada por economistas que tienen un posicionamiento crítico con el gobierno, cuestionó severamente la reforma tributaria preparada por el equipo económico.‖ (Gallardo et all, 2009: 24) La reforma tributaria fue la mayor reforma económica llevada adelante por el gobierno, presentada a la opinión pública como la más ambiciosa apuesta del gobierno en pos del objetivo de la redistribución. El slogan ―que paguen más los que tienen más‖ 172 es señalado por la ―Red de Economistas de izquierda‖ como la prueba de que el gobierno sigue los principios neoliberales de grabar al trabajo anclado en el país para poder reducir impuestos al capital de manera de captar inversión trasnacional 173. 172 ―Que paguen más los que tienen más‖ se ha cansado de repetir el presidente de la República. Sin embargo ese es un axioma ideal, que se convierte en simples palabras cuando advertimos que en este país paga más la clase media, los trabajadores que están en planilla y los jubilados , por un impuesto en que descansa esa recaudación para ampliar los insaciables gastos del Estado, que quienes están llevándose la gran tajada de la torta del crecimiento, o sea los exportadores e importadores, los frigoríficos, algunos empresarios y unos cuantos productores que están vinculados a cadenas de comercialización privilegiadas, en general todos sectores insuflados con capital proveniente del extranjero.‖ (Bitácora, suplemento semanal del diario la República, 20 de junio de 2010). Disponible en: http://www.bitacora.com.uy/noticia_1543_1.html, Consulta: 28/06/2010. 173 ―La recaudación del Impuesto a la Renta de las Personas Físicas (IRPF) sería de 350 millones de dólares; lo que se paga por el IRP actualmente son 150 millones de dólares (135 los trabajadores y 15 los pasivos). La carga del IRPF se distribuirían de la siguiente forma: - rentas del capital 33 millones (9%): - honorarios profesionales 39 millones (11%), - ingresos por la venta de fuerza de trabajo, salarios, 220 millones (63 %); ingresos por pasividades 59 millones (17%). Un simple cálculo aritmético muestra que la reforma tributaria castiga a los trabajadores activos aumentando la carga impositiva en 85 millones de dólares y a los pasivos en 45 millones. c) Los empresarios, en cambio, ganan con la reforma. Se eliminan, entre otros, el Impuesto a la Renta de Industria y Comercio (410 millones de dólares) y el Impuesto a los Activos de las Empresas Bancarias (48 millones) y pasan a pagar el Impuesto a la Renta de las actividades empresariales (394 millones de dólares). Van a pagar 64 millones de dólares menos por los dos conceptos 155 Como fuera señalado, la perspectiva de cuestión social construida en la primera mitad del siglo XX lograba una articulación de las tres perspctivas tipológicas construidas para este trabajo. Al respecto señalaban los expertos de la CIDE 174: ―La movilidad social; el acceso a las formas más elevadas de la educación y la cultura; la cobertura de los riesgos de salud, vejez y otras necesidades conexas; y el acceso a determinados bienes físicos de consumo y viviendas, constituyen para el habitante uruguayo — como ente consumidor— un verdadero `derecho adquirido´ y no una mera aspiración.‖ (CIDE, 1966: 47) Esta concepción de ciudadanía no es compatible con una perspectiva que considera que el mercado es el principal y más perfecto asignador de recursos. En ese sentido mucho más conveniente parece la posición manifestada por el Cr. Danilo Astori: ―Ser de izquierda es crear condiciones de justicia en la sociedad para quienes tienen una posición de mucha inequidad en el acceso a las oporunidades de la vida en materia de salud, educación y vivienda. Y al mismo tiempo, en el acceso a los frutos del anteriores, pero se eliminan además impuestos directos al capital por otros 25 millones. Debe considerarse, además, que la mayor parte de los 33 millones que pagarían los capitalistas por IRPF recaería en arrendamientos de propiedades, que no estaban gravados anteriormente.‖ Extraído de: Sistema Tributario y reforma: el desencanto uruguayo. Red de Economistas de Izquierda del Uruguay. Disponible en: http://www.rediu.org/Documentos/reforma_tributaria.html. Consulta: 23/08/2008. 174 La Comisión de Inversiones y Desarrollo Económico (CIDE) fue creada por el colegiado nacionalista (1958-62) dirigida por el Cr. Enrique Igleisas. Se proponía coordinar los esfuerzos de los mejores técnicos del país para diseñar e implementar un plan de desarrollo del país a largo plazo (cf. Garcé, 2002). 156 crecimiento. Ser de izquierda es trabajar para que eso mejore, como objetivo fundamental del gobierno.‖175 El planteo del Cr. Danilo Astori resulta toda una definición de cuestión social: la búsqueda de justicia se restringe a la población que tiene una situación de ―mucha inequidad‖ y la intervención del Estado se restringe a atender esta población. Coincidentemente, en las cinco dimensiones definidas por el presidente Tabaré Vázquez ya se anunciaba que aquella referida a lo social se limitaba a la atención de estos sectores de población. Es así que, más allá de la supuesta y ciertamente lógica ―concatenación‖ de estas dimensiones, la que interesa en este trabajo es sobre todo la dimensión social. Para el Frente Amplio, la prolongada crisis del Uruguay había generado una emergencia social que debía ser atendida sin más demora. Es así que el Frente Amplio comienza a hablar de emergencia social en el año 1999 presentando al entonces gobierno de Jorge Batlle una serie de propuestas para su atención: ―El Frente empieza a pensar en la emergencia en el 99, en el 2000 se le presenta una propuesta al gobierno de Batlle y en el Senado se presentan en las distintas leyes ómnibus algunas de las propuestas que lo componían. En el 2002/3 se vuelve a plantear como un paquete.‖ (Entrevista Ministra de Desarrollo Social) Como es lógico, el gobierno de aquel momento, que aún no sufría la deslegitimación que en 2002 prácticamente disolvería al Partido 175 Entrevista realizada en La Diaria con fecha 23/06/2010. Más adelante, el Cr. Danilo Astori, agrega lo siguiente, aclarando quiénes son los opositores a esta concepción de cuestión social: ―Nos puede estar faltando, a veces, tener claro qué queremos lograr. ¿por ejemplo? - Cuando se defienden cosas que sólo benefician a un grupo organizado de personas y perjudican a la gran mayoría, no creo que esté en un rumbo de izquierda. Es lo que solemos llamar una actitud corporativa, y se encuentran muchos ejemplos en el país. Muchas veces son compañeros frenteamplistas los que levantan esas banderas.‖ 157 Colorado176, negó la existencia de tal emergencia y no aceptó ninguna de las propuestas presentadas y tampoco lo hará en 2002/3, aunque ya no se podía negar la emergencia. Finalmente, en diciembre de 2004, cinco años después de su anuncio y ya conocido su triunfo electoral, el Frente Amplio comienza a diseñar la implementación de lo que sería su Plan de Emergencia Social. Pocos años atrás, en la década del noventa, comienzan a implementarse en el Uruguay las primeras ―políticas sociales de segunda generación‖, ―focalizadas, integrales y descentralizadas‖ (Filgueira, 1998). Tales políticas fueron administradas por la Oficina de Planeamiento y Presupuesto, dependiente directamente del Poder Ejecutivo, y a través de dos organismos creados a tal fin: el Fondo de Inversión Social de Emergencia (FISE) y el Fondo de Fortalecimiento del Área Social (FAS) (Midaglia, 1993). En el discurso de uno de nuestros entrevistados puede verse la mala prensa que estas instituciones y su forma de administración tenían dentro de la izquierda: ―Nosotros veníamos de un programa que funcionaba dentro de presidencia. Su existencia, igual que el PIAI177, se puede tomar como indicador de un problema existente en las políticas sociales en Uruguay: la famosa fragmentación y descoordinación 176 La historia uruguaya, un país con una sensibilidad que se reconoce como sobria y racional es, sin embargo, rica en acontecimientos apropiados para una novelación propia del realismo mágico: el Partido Colorado inaugura su hegemonía casi absoluta a principios del siglo XX con un Batlle: José Batlle y Ordoñez. Pierde el gobierno por primera vez en el comienzo de la crisis con un Batlle: Luis Batlle Berres y cierra el siglo con una crisis estrepitosa, que pone en cuestión la propia existencia del Partido ―la crisis acabó por rematar al Partido Colorado‖ (Moreira, 2004: 69), con un Batlle: Jorge Batlle Ibáñez, sobrino nieto de José Batlle y Ordoñez. Como en el XIX Brumario (Marx: 1986) ―el sobrino nieto es la caricatura del tío abuelo‖. 177 Programa de Integración de Asentamientos Irregulares 158 del sistema. La solución que le daban los gobiernos anteriores era, tengo un problema en el INAU178 con los niños y la respuesta era by-pasear los problemas‖ El mecanismo del by-pass al que se refiere el entrevistado es tomado de Midaglia (1993) y designa la particular forma que asumió la implementación de los ―nuevos programas sociales‖ por fuera de las instituciones públicas que tradicionalmente han intervenido sobre determinado campo de problemas (salud, educación, etc.). Con el argumento de la ―integralidad‖ de los nuevos programas focalizados, éstos se implementaban desde oficinas dependientes directamente de Presidencia de la República salteándose, de este modo, la estructura burocrática tradicional. Por otro lado, en tanto eran implementadas a través de préstamos internacionales y no se incorporaban al presupuesto nacional quedaba cuestionada la viabilidad de los mismos luego de finalizado el crédito. La respuesta del nuevo gobierno apunta a resolver este problema: ―Nosotros hacemos dos movimientos: el primero es institucional que es que Infamilia179 pasa para el MIDES y deja de depender de Presidencia de la República. De esa manera, cambió la identidad de algo creado tipo by-pass, y la meta en el lugar de coordinación de todas las políticas sociales y lo que hicimos fue, dejar de pensar en los sectores, salud, educación (…) para pensar en problemas y desde los sectores a los individuos.‖ (Entrevista a director político del MIDES) 178 179 Instituto de la Niñez y de la Adolescencia del Uruguay Programa de Infancia y Familia en situación de riesgo social 159 La mala prensa referida es, posiblemente, una de las razones por la cuales Tabaré Vázquez decidiera la creación del Ministerio de Desarrollo Social para la administración del Plan de Emergencia. La resolución del debate sobre la forma institucional que da lugar a la creación del Ministerio de Desarrollo Social es relatada por la Ministra Marina Arismendi: ―Se procesa en el correr del mes de diciembre de 2004, a partir de un debate político y técnico internacional que discute Ministerio sí o no. El equipo que está en el Ministerio, directores etc. es gente que venía trabajando a nivel programático en las políticas de infancia, sectoriales, plan de emergencia, etc y que, salvo aquellos que por elección personal o sectorial pasan a trabajar en otros sectores, quedan trabajando en aquello que habían trabajado programáticamente.‖ (Entrevista Ministra de Desarrollo Social) Todo este debate se resuelve finalmente a través de la intervención del Presidente de la República, Dr. Tabaré Vázquez, y el relato de la Ministra parece estar dando algunas indicaciones del estilo de liderazgo del presidente: ―El presidente de un plumazo resuelve todo el debate académico y político creando el Ministerio. Nosotros no estábamos de acuerdo, pero después la realidad le dio la razón, ya que un programa que debía atar a todos los pagos, que debía coordinar desde un plan de emergencia todos los sectores que administran políticas sociales: Ministerios, Entes, Intendencias, no podía ser una comisión que no tendría la potencia que podía tener un Ministerio. Al principio se pensó que sería un Plan de Atención a la Emergencia Social pero 160 la ley de creación del Ministerio le da una función mucho más difícil que la de un plan: establece que debe desarrollar la articulación, diseño, impulso y control de todas las políticas sociales que el Estado en su conjunto, en el sentido más amplio de Estado, lleva adelante‖ (Entrevista Ministra de Desarrollo Social) El Ministerio de Desarrollo Social se crea a partir de la aprobación de la Ley Nº 17.866 180del 21 de marzo de 2005. El cometido del Ministerio es la articulación y control de todas las políticas sociales desarrolladas por el Estado181. La decisión de construir un nuevo ministerio para la administración de políticas sociales no resulta adjetivo en nuestra indagación. El triunfo del Frente Amplio representa un punto de inflexión significativo en la historia uruguaya; el creciente descontento que iba quitando progresivamente legitimidad a los partidos ―tradicionales‖ era expresión de la confrontación entre dos modelos de país: ―el país real‖ y la duda, nunca resuelta, sobre la posibilidad de recuperar ―el país del pasado‖. El Frente Amplio tenía la oportunidad histórica de responder esta pregunta. La decisión de crear un ministerio para administrar políticas asistenciales, focalizadas, gestionadas por la ―sociedad civil organizada‖ parece estar respondiendo que la exclusión social es sub producto 180 Disponible en: http://www.parlamento.gub.uy/leyes/AccesoTextoLey.asp?Ley=17866&Anchor=. Consulta: 12/6/2007 181 De acuerdo con el texto de la ley al Ministerio de Desarrollo Social le compete: ―A) Asesorar al Poder Ejecutivo y proponer las políticas nacionales en las materias de su competencia. B) Sin perjuicio de las competencias de otros Ministerios y organismos formular, ejecutar, supervisar, coordinar, programar, dar seguimiento y evaluar las políticas, estrategias y planes en las áreas de juventud, mujer y familia, adultos mayores, discapacitados y desarrollo social en general. C) Coordinar las acciones, planes y programas intersectoriales, implementados por el Poder Ejecutivo para garantizar el pleno ejercicio de los derechos sociales a la alimentación, a la educación, a la salud, a la vivienda, al disfrute de un medio ambiente sano, al trabajo, a la seguridad social y a la no discriminación.‖ 161 inevitable de la politica de desarrollo ―posible‖ a implementar, que la búsqueda de la igualdad y que la nostalgía del Uruguay mesocrático, no son otra cosa que un lastre del pasado del que es necesario desembarazarse para ponerse a construir el Uruguay del futuro. V. 1. MIDES: una estrategia de combate a la pobreza extrema El primer cometido del Ministerio de Desarrollo Social fue la administración del Plan de Atención Nacional a la Emergencia Social (PANES). El PANES estaba constituido por siete componentes centrales orientados a atender a la población en situación de ―extrema pobreza‖: ingreso ciudadano (transferencia de ingresos a hogares), alimentación, participación social y laboral, mejoramiento del hábitat, a los que se agregaron poco después el Programa de Alfabetización de Adultos y el de Salud Ocular‖ 182 ―No se puede pensar en un Uruguay democrático si uno tiene personas y hogares viviendo bajo la indigencia más extrema. Es a partir de las cifras del INE183 del momento que se hablaba de 100 mil indigentes (...) pero llegamos a 71 mil hogares, a 330 mil personas de los 100 mil que hablábamos, donde más del 60 % son niños y adolescentes y donde la mayoría de los jefes de hogar son jefas.‖ (Entrevista Ministra de Desarrollo Social) La creación del Ministerio de Desarrollo Social implicó el desarrollo de toda una batería de programas para atender, central y fundamentalmente, a esta población: los indigentes, llamados paradójicamente ―protagonistas‖ 182 De la Emergencia a la Equidad. Las Políticas sociales del Gobierno Nacional 2005-2009: 16, Ministerio de Desarrollo Social. 183 Instituto Nacional de Estadística. 162 en los documentos institucionales del MIDES y en las entrevistas realizadas. Al respecto la Ley de creación del MIDES establece que: ―Al Ministerio de Desarrollo Social le compete: (...) D) Diseñar, organizar y operar un sistema de información social con indicadores relevantes sobre los grupos vulnerabilidad, poblacionales que en permita situaciones una de adecuada focalización del conjunto de políticas y programas sociales nacionales (....) F) Implementar, ejecutar y coordinar Programas de Atención a la Emergencia Social, mediante la cobertura de las necesidades básicas de quienes se hallan en situación de indigencia y de extrema pobreza, buscando el mejoramiento de sus condiciones de vida y su integración social. G) Proporcionar información y asesoramiento sobre los programas disponibles para quienes se encuentran en situación de indigencia o extrema pobreza.‖ Uno de los aspectos que llama la atención cuando uno se aproxima al Ministerio de Desarrollo Social, lo que sin duda acompaña el carácter fundacional del discurso presidencial, son los aspectos semánticos de los que da cuenta Serna (2006, 15). Tal vez anecdóticos y adjetivos, los aspectos semánticos no pueden ser dejados de lado en un análisis que pretende rastrear los contenidos ideológicos legitimadores de la política social. En primer lugar, el cambio semántico no lo hace quien quiere sino quien puede. En ese sentido, no hay duda que buena parte de este cambio semántico no habría sido acompañado por la izquierda -no sólo la izquierda 163 política- si hubiera sido realizado por otro gobierno. Hablar de ciudadanos, de protagonistas, de rutas de salida, etc. refiriéndose a la población indigente, probablemente habría sido denunciado, con indignación, como una muestra de cinismo. En nuestro análisis, el llamar protagonistas a la población indigente atendida por el MIDES es revelador de un contenido ideológico por el cual se le atribuye a esta población la capacidad de operar sobre sí y sobre sus condiciones de vida. Difícilmente alguien puede concebir el carácter de protagonista de quienes no logran acceder siquiera a los bienes necesarios para su sobrevivencia biológica. En el mismo sentido, es contradictoria la atribución de protagonismo a una población en el mismo momento en que se la infantiliza desde las propuestas y programas de intervención, en tanto es visualizada y tratada como una población que precisa ser controlada, vigilada y a la que se le debe exigir contrapartidas por los recursos que se le entregan 184. En general, el argumento esgrimido, que pretende superar la critica apuntada, refiere a que las contrapartidas son compromisos que el ―protagonista‖ asume ―vinculados con el ejercicio de sus propios 184 ―Contrapartidas. Para la percepción del Ingreso Ciudadano se requerirán los siguientes compromisos: a) inscripción y asistencia regular de los menores al sistema educativo formal y obligatorio (artículo 70 de la Constitución de la República), incluyendo Educación Primaria, Secundaria y Técnico Pofesional conforme a los requerimientos de las respectivas autoridades, ejerciéndose los controles pertinentes por el Ministerio de Desarrollo Social en coordinación con ANEP y Ministerio de Educación y Cultura, según corresponda. b) controles médicos periódicos a menores de edad, adolescentes y mujeres embarazadas, sin perjuicio del seguimiento permanente que dispongan las autoridades sanitarias, según las patologías, cuya ejecución y control estará a cargo del Ministerio de Salud Pública, en coordinación con el Ministerio de Desarrollo Social en este último caso. c) participación de los miembros del hogar en actividades comunitarias, entendiéndose por tales, entre otras, aquellas tareas transitorias, que sin constituir un empleo fijo y en atención a las condiciones personales de quien las brinda (edad, estado sanitario, etc.) redunden en beneficio de la sociedad. d) actividades específicas de formación o que permitan adecuar el nivel formativo o las competencias profesionales a las exigencias del mercado laboral. e) otras acciones que faciliten la inserción social y laboral de los miembros del hogar, requeridas por los distintos Programas que integran el Plan de Atención Nacional de la Emergencia Social.‖ Decreto Nº 176/005 creación del Ingreso Ciudadano. Disponible en: http://www.elderechodigital.com.uy/acceso1/legisla/decretos/d0500176.html. Consulta: 16/3/08. 164 derechos‖185 y de sus familias. Sin colocar en tela de juicio las buenas intenciones de los propulsores de estas iniciativas, es posible entrever cierta infantilización de la población atendida donde la figura de una madre abnegada le dice al niño: ―te obligo a hacer esto porque es por tu propio bien‖. Pero en términos positivos, la denominación protagonista refiere a un proceso de transferencia de responsabilidad al individuo y la consiguiente desresponsabilización del Estado. La población en situación de ―indigencia‖ se compone, según indica la Ministra de Desarrollo Social, de una mayoría de niños y mujeres, dando cuenta de los fenómenos de feminización y, sobre todo, de infantilización de la pobreza, a los que también refieren las investigaciones sobre distribución de la pobreza en el Uruguay186. Esta composición poblacional hace que, incluso desde las perspectivas más ortodoxamente liberales, la intervención asistencial no presente demasiadas objeciones. ―La pobreza, e incluso la indigencia completa, no otorgan títulos suficientes para beneficiarse con la asistencia. Son principalmente objeto de la ayuda quienes no pueden subvenir a sus propias necesidades porque son incapaces de trabajar. La desventaja o minusvalía en sentido amplio (defecto o lesión física, 185 Disponible en: http://www.presidencia.gub.uy/_Web/noticias/2006/03/2006032401.htm. Consulta: 20/8/2008. 186 ―En suma, la evolución de la pobreza los últimos veinte años puede ser descrita como la sucesión de tres períodos: el primero, entre 1986 y 1994, estuvo pautado por la pronunciada caída de la pobreza (del 46,2 al 15,3%), en particular entre los adultos mayores (del 32,6 al 4,2%); el segundo, entre 1994 y 1999, se caracterizó por el estancamiento de la tasa general de pobreza y por un leve aumento de esta entre los menores de seis años; el último, desde 1999 a 2004, estuvo signado por el crecimiento significativo de la pobreza en todas las franjas de edad. Entre los niños más pequeños (O a 5 años) el balance de los últimos dos decenios resulta preocupante: en el último trimestre del 2002 — tras la devaluación y la escalada inflacionaria— el porcentaje de pobreza fue similar al de 1986: respectivamente, 60% y 63,2%.‖ (De Armas, 2005: 277, el énfasis es nuestro) 165 la enfermedad, pero también vejez, infancia abandonada, viudez con pesadas cargas familiares, etcétera).‖ (Castel, 1997: 63, el énfasis es nuestro) Como fuera dicho, el Plan de Atención Nacional a la Emergencia Social (PANES) fue el programa central llevado adelante por el MIDES en sus años fundacionales. Si bien no es posible desconocer la resonancia bíblica de la sigla, no se hará un análisis en este sentido dado que no se cuenta con información sobre la casualidad o intencionalidad de este detalle. El principal componente de este programa ha sido el ―ingreso ciudadano‖ que implicó una enorme campaña de relevamiento para establecer en términos exactos cuál era la población legítimamente beneficiaria: ―A nosotros nos tocó lo más difícil que es elegir entre los más pobres. Teníamos que decirle usted está en una situación muy difícil, no tiene qué comer, no tiene trabajo pero es un privilegiado porque no es indigente. Esta selección no la hicimos nosotros sino en coordinación con la Universidad de la República, Facultad de Economía, de Ciencias Sociales y Ciesu, equipos que no seleccionamos nosotros sino la Universidad de la República que creó las herramientas que permitió determinar quién está en la indigencia y quién no. Se nos dijo por qué no usábamos los datos existentes y demostramos que los datos existentes estaban mal (...) emergencia y El objetivo era trabajar sobre la trabajar juntos, construir juntos herramientas para salir de la emergencia, y estaban los que se sentían indigentes y no lo eran por sus ingresos (...) estaban pero no les correspondía y así llegamos al millón. Visitamos más de 200 mil hogares, que eran muy pobres pero no indigentes, que te decían la 166 educación no me la puedo comer, los ladrillos no me los puedo comer, los electrodomésticos no me los puedo comer y había que decirles bueno pero usted tiene un techo, tiene una cama y una frazada, porque nosotros encontramos otras cosas mucho más terribles.‖ (Entrevista Ministra de Desarrollo Social) Los procesos de selección de los beneficiarios del PANES, esas más de 200 mil visitas a las que se refiere la entrevistada, fueron desarrolladas en los llamados universitarios, ―desembarcos‖, donde mayoritariamente ya sea contratados como becarios y/o en jóvenes carácter de voluntarios, visitaron las familias que se habían inscripto en el Banco de Previsión Social (BPS) para acceder al beneficio. Del discurso se desprende la permanente preocupación por los mecanismos más eficientes y eficaces para realizar las operaciones de focalización, aspecto que será retomado más adelante. El siguiente cuadro presenta información detallada sobre la cobertura alacanzada por el PANES: Cobertura del PANES187 Acumulado a Diciembre de 2007 Cantidad de hogares % de hogares del país Total de hogares 246.681 23,42% evaluados para acceder al beneficio Total de solicitudes denegadas por exceder ingresos 58.010 Total de hogares visitados 188.671 17,91% Total de aprobadas solicitudes 102.353 9,72% Total de hogares beneficiados en promedio 63.736 6,05% 187 Plan de Atención Nacional a la Emergencia Social (PANES 2005 – 2007). Disponible en: http://www.mides.gub.uy/innovaportal/file/2200/1/PLAN%20DE%20ATENCI%D3N%20 NACIONAL%20A%20LA%20EMERGENCIA%20SOCIAL.pdf. Consulta: 22/10/08 167 mensual Total de PANES egresos del 18.524 Máximo de hogares beneficiarios al mismo tiempo 88.600 Total de hogares beneficiados al cierre 68.546 6,51% Fuente: BPS, DINEM, Fase I del censo 2004 (INE). El universo total de la población PANES corresponde a un total de 102.353 beneficiarios distribuidos en 76.991 hogares, que se traducen en 337.240 personas a lo largo de todo el territorio nacional. ―En primer lugar, se observa que más de 1 de cada 4 personas integradas al PANES reside en Montevideo (26%). En segundo lugar, aunque en una proporción menor, el 14%, es decir, casi 1 de cada 6 personas, pertenece al departamento de Canelones. Le siguen en proporción, un pequeño grupo conformado por Salto y Rivera que alcanza un 6%; y Paysandú, Cerro Largo y Artigas con un 5%. La incidencia del PANES a nivel de las personas se estima en 10,4% del total para todo el territorio nacional.‖188 Tal como se afirmó anteriormente, el Ingreso Ciudadano fue el componente más relevante del PANES por tratarse de una política de transferencia de ingresos. Es conocido el impacto que estas transferencias de ingresos tiene sobre los números de la indigencia, lo que fácilmente se 188 Disponible en: http://www.mides.gub.uy/innovaportal/file/4318/1/mides_2006.pdf, Consulta: 23/5/2008. 168 observa al analizar las estadísticas sobre la evolución de la pobreza medida a través del ingreso, tal como se muestra en la siguiente tabla189: Evolución de la pobreza y la indigencia desde el 2004 al primer semestre del 2008 Años % Personas pobres (LP2002) Loc + 5000 % Personas indigentes (LI2002) loc. + 5000 hab. 2004 31,9 3,9 2005 29,8 3,4 2006 26,8 2,1 2007 25,5 2 Primer semestre de 2008 21,4 1,7 Fuente: Instituto Nacional de Estadística (INE). La población PANES accedia al ingreso ciudadano y asumía compromisos en relación a sí mismo y su familia como contrapartida a la transferencia monetaria190. Además de la transferencia de ingresos como uno de los componentes centrales del PANES, el MIDES también desplegó un conjunto de dispositivos socioeducativos desarrollados en convenio con ONGs. La participación en dichos programas también se encontraba delimitada a la ―población PANES‖, es decir, a la indigencia: ―(...) forma parte de un gran proyecto nacional que tiene como objetivo trabajar por una sociedad más justa y equitativa, atendiendo la indigencia, la extrema pobreza, que no sólo se determina por la carencia de ingresos económicos sino por los procesos 189 Plan de Atención Nacional a la Emergencia Social (PANES 2005 – 2007). Disponible en: http://www.mides.gub.uy/innovaportal/file/2200/1/PLAN%20DE%20ATENCI%D3N%20 NACIONAL%20A%20LA%20EMERGENCIA%20SOCIAL.pdf. Consulta: 22/10/08 190 ―(...) asume compromisos vinculados con el ejercicio de sus propios derechos: realizar los controles médicos del núcleo familiar, asegurar la permanencia de niños, niñas y adolescentes en el sistema educativo y la realización de actividades comunitarias en la construcción de las rutas de salida. A diciembre de 2006, 76.000 hogares cobran el ingreso ciudadano, lo que representan aproximadamente 327.000 personas.‖ (Página Oficial de Presidencia de la República, visitada el 30 de abril de 2007) Disponible en: http://www.presidencia.gub.uy/_Web/noticias/2006/03/2006032401.htm. Consulta: 22/8/2008. 169 asociados de exclusión social: imposibilidad de acceso -por múltiples factores- a servicios sociales en áreas claves: salud, seguridad social, educación, hábitat saludable, falta de oportunidades y en los núcleos de mayor vulnerabilidad, estar expuestos a situaciones críticas y de alto riesgo, como llegar al límite de vivir en la calle, en climas de alta violencia familiar y vecinal, maltrato, abuso, entre otros.‖191 El ingreso ciudadano se acompaña de una transferencia para la compra de alimentos a través del otorgamiento de una tarjeta magnética: ―Transferencias económicas para la adquisición de alimentos, a través de una tarjeta magnética, cuyo emisor es el BROU y una empresa adjudicataria de pliego licitatorio que está brindando tecnología a los puntos de venta adheridos, llamados `Comercios Solidarios´. Hoy, más de 60.000 hogares están recibiendo esta transferencia cuyo monto mensual varía de $ 300 a $ 800 según la cantidad de menores de 18 años o embarazadas que haya en el hogar y las compras las realizan en más de 480 comercios distribuidos en todo el territorio nacional. El uso de la tarjeta supone libertad al elegir dónde y qué comprar. Asimismo, permite el seguimiento al detalle de las compras realizadas por cada familia y en cada localidad (trazabilidad). Esta información nos permite concluir que los hogares consumen alimentos 191 Disponible en: http://www.mides.gub.uy/innovaportal/file/4318/1/mides_2006.pdf, Consulta: 23/5/2008. 170 mayoritariamente no perecederos y también alimentos frescos.” 192 El mecanismo de la tarjeta alimentaria vuelve a colocar la tensión no resuelta entre la infantilización de la población asistida y su reconocimiento como ―protagonista‖, es decir, como individuos ―libres‖ y capaces de tomar sus propias ―decisiones‖ y ser responsables por sus opciones. La libertad para elegir qué y dónde comprar aparece vigilada mediante el seguimiento del tipo de consumo priorizado por el beneficiario. Por otro lado, es necesario llamar la atención acerca del hecho que, si bien la población asistida aparece como legítimamente merecedora de la asistencia, en tanto se trata de mujeres solas y niños en su mayor parte, y la indigencia es delimitada por un criterio estrictamente económico, la asistencia se vea reducida a un monto preestablecido en dinero y un monto asimismo previamente determinado para la compra mediante el uso de la tarjeta de alimentos. Es decir, si se quiere eliminar la indigencia, y no hay límites éticos para asistir a esta población, alcanzaba con establecer un límite admisible de pobreza al que se pretende que acceda esta población y delimitar la asistencia en función de este límite, asignando a cada familia no un monto preestablecido sino el monto necesario para que cada familia indigente superara la indigencia. Tal vez este extremo tenga un contenido voluntarista, ya que implicaría una intervención con operadores que se aproximaran a las familias, establecieran los montos necesarios para sacarlos de la indigencia, etc. Pero el voluntarismo se concentró en visitar a todas las familias para evitar que ninguna que no le correspondiera tuviera acceso a este beneficio que como la 192 Disponible http://www.presidencia.gub.uy/_Web/noticias/2006/03/2006032401.htm. 31/3/2009. 171 en: Consulta: propia Ministra establece se trata de: ―para decirlo en forma académica: 1.600 pesos de m......‖ (Entrevista Ministra de Desarrollo Social). Lo que parece ocurrir es que el límite de la transferencia de ingresos está colocado en la preocupación liberal de no interferir con el mercado y, en este caso, con el mercado laboral. Cualquier transferencia de ingresos por sobre el límite de la indigencia estaría disolviendo la amenaza de la indigencia como castigo a la vagancia. Los operadores políticos insisten en que el ingreso ciudadano no ha sido el único componente ni el más importante. Tal vez la falta de contenidos de transformaciones de fondo, que es probablemente la expectativa respecto a un gobierno de izquierda, hizo que se implementara toda una serie de programas con perfil de género o de reconocimiento a las ―minorías‖ donde, el evidente contenido testimonial, revela el carácter conservador de los mismos: ―Por consiguiente, Nancy Frasser tenía razón cuando protestaba contra el `difundido desvinculamiento entre la política cultural de la diferencia y la política social de la igualdad´, e insistía en que `hoy la justicia requiere tanto redistribución como reconocimiento´‖ (Bauman, 2005: 92) Este grupo de programas se administran desde la Dirección Nacional de Desarrollo Ciudadano: ―La Dirección Nacional de Desarrollo Ciudadano se propone contribuir al desarrollo de escenarios de participación social con la más amplia convocatoria de actores sociales que permitan el fortalecimiento de la ciudadanía activa de las y los uruguayos entendida 172 ésta, como reconocimiento y ejercicio de sus derechos económicos, sociales, culturales y políticos.‖193 Estos programas, desde el punto de vista concreto de la transferencia de recursos, han sido absolutamente marginales reduciéndose a prácticas de marketing social, políticas de ―concientización‖, talleres que apuntan al ―empoderamiento‖, etc. revelando que su función es puramente simbólico ideológica. Constituyen un aspecto de la propuesta donde se apunta a incorporar contenidos ideológicos asociados, aunque remotamente, al principio de igualdad. En última instancia, estas iniciativas junto con los programas de transferencia de activos, son reveladores de una concepción que demuestra una tendencial individualización de lo social, mientras que tiempo atrás el discurso tradicional de la izquierda responsabilizaba al sistema por ser excluyente. Tal como lo establecía un economista, actual operador tecno político del gobierno: ―La acumulación genera un excedente de mano de obra, pero a la vez precisa de él para continuar la acumulación. Por ello decimos que la reserva de mano de obra es causa y condición de la acumulación capitalista.‖ (Olesker, 2001: 20) Esta nueva concepción establece que el problema está en los individuos que por distintos motivos han quedado fuera del sistema. La 193 ―Los programas desarrollados en 2007 se refieren a dos ejes principales: la participación social y las iniciativas locales. • Transversalidad de género en las políticas públicas. Se contribuyó a fortalecer los mecanismos ya existentes para la transversalización del enfoque de género en las políticas públicas (...) Fortalecimiento a la Justicia en materia de Violencia Doméstica‖, el Instituto Nacional de las Mujeres es quien tiene la responsabilidad de dirigir dicho proyecto (...) Asesoría Para Asuntos Afrodescendientes (...)‖. (Disponible en: www.mides.gub.uy. Consulta: 15/02/08. 173 respuesta escogida ha sido la transferencia de contenidos simbólicos para volver a integrarlos; en otras palabras, si la culpa no es de ellos, sí lo es la causa. Otro grupo de programas es administrado por la Dirección Nacional de Políticas Sociales. Este paquete de programas apunta a la transferencia de ―activos‖ con la finalidad de reincorporar a los beneficiarios al mercado. ―La Dirección Nacional de Políticas Sociales tiene entre sus responsabilidades directas el diseño, formulación y ejecución de dos componentes del Plan de Emergencia Social, el Programa `Proyectos de Opción Productiva´ (POP) y el Programa `Construyendo Rutas de Salida´. Por otra parte y como parte de sus competencias y funciones esenciales, desarrolla otras líneas y programas específicos, algunos de los cuales constituyen los elementos fundamentales del MIDES, especialmente en lo concerniente a la articulación y coordinación de políticas sociales.‖194 Como fue dicho, este tipo de políticas tienden a reforzar los procesos de individualización de lo social: el problema no es atribuido a un sistema que ―excluye‖ sino más bien a la falta de cualidades en los ―excluidos‖. 194 Los proyectos de opción productiva (POP) consistieron en iniciativas productivas que fueron ―analizadas por el Equipo Técnico del Programa en el marco de un estudio de prefactibilidad con la finalidad de proporcionar a mediano plazo una fuente de ingresos estables. De ser aprobado el emprendimiento, se otorga apoyo económico y seguimiento durante once meses y el 6 de diciembre de 2006 se firmaron los primeros 65 convenios que permiten materializar el estudio de viabilidad a cada uno de los proyectos‖. Por otro lado, el programa ―Construyendo Rutas de Salida‖ pretendió ―recuperar la capacidad de la lectoescritura, capacitación y la autoestima (...) Se alcanza a alrededor de 58.000 personas, 265 convenios con organizaciones de la sociedad civil, el trabajo con 13.475 jefas y jefes de hogar, lo que implica un 15,8% de la población acogida al PANES.‖ Disponible en: www.mides.gub.uy. Consulta: 15/02/08. 174 ―El nuevo régimen de protección orientado a `los dejados de lado de las protecciones clásicas´ (Castel, 2004) reposa y individualización refuerza de las el proceso protecciones de sociales vinculando las prestaciones a la situación específica y conducta del beneficiario. Las prestaciones sociales se vinculan cada vez más a los comportamientos individuales (estilos de vida) y menos a clasificaciones de orden estructural.‖ (Ortega et Vecinday, 2009: 17) Bajo estas premisas, los programas apuntan al alcanzar transformaciones en los comportamientos de la población beneficiaria con la finalidad de mejorar sus posibilidades de inserción en el mercado, espacio éste que aparece naturalizado como escenario donde se procesa la verdadera integración social: ―La salida de la pobreza reside en mejorar las capacidades económicas del eslabón más débil de la cadena, los propios pobres. Para ello, se propone la potenciación de los recursos del capital social y activos humanos de las familias pobres, generar capacidades de realización de emprendimientos microempresariales. La mejora en capital social y humano contribuiría para que los propios pobres manejen mejor los riesgos imprevistos (como crisis económicas, desastres naturales, epidemias, etc.), se reinserten en la economía y se beneficien de las oportunidades del mercado.‖ (Serna, 2007: 4-5) Con respecto a las situaciones más extremas de la vivencia agónica de la miseria, las condiciones de hacinamiento, viviendas precarias o directamente la situación de calle, la política del MIDES ha sido decididamente prescindente y, a lo sumo, ha pretendido amortiguar los 175 efectos barbarizantes de las condiciones más extremas a través de programas que, finalmente, acaban por naturalizar estas situaciones. Estas iniciativas aportan remedios insuficientes o indignos como promover la autoconstrucción, legitimando desde el Estado la irregularidad de los asentamientos o directamente operando con refugios nocturnos, sin ofrecer una salida civilizada a esta situación, incluso cuando las víctimas de esta situación extrema sean niños, ancianos o enfermos mentales crónicos: •“Mejoramiento del hábitat. El Ministerio de Desarrollo Social aportará los recursos económicos para la compra de los materiales de construcción y, en los lugares donde fuere necesario, para el pago de los recursos humanos que constituirán los equipos técnicos (Arquitectos, Trabajadores Sociales y personal idóneo) para trabajar como soporte. •Programa de Atención a los Sin Techo (PAST) Es un programa a nivel nacional, que tiene como objetivo contribuir a la reinserción sociocultural y laboral de las personas en situación de calle. •Atención a los niños en situación de calle. El INAU e Infamilia trabajan en 12 zonas de Montevideo y el Área Metropolitana con el objetivo de reducir el tiempo de permanencia en calle de los niños y adolescentes, logrando además que concurran regularmente a enseñanza formal, que reciban atención en salud de acuerdo a sus necesidades y aumenten sus espacios de socialización fuera de la calle‖.195 195 Disponible en: www.mides.gub.uy. Consulta: 15/2/2008. 176 Los procesos de exclusión barbarizante se naturalizan al punto que la respuesta ofrecida se vuelve equivalente a la caridad, o sea a ―la comida y el lecho en el granero‖ (Castel, 1997: 60), que retorna al escenario, pero ahora ofrecida como componente de una política de Estado: ―Debido a los intensos fríos, el Ministerio de Desarrollo Social (MIDES) ha reforzado su programa de Atención a los Sin Techo (PAST). La directora de la Dirección Nacional de Asistencia Crítica y Alertas Tempranas del MIDES, Bertha Sanseverino, dijo que además de renovar el stock de camas se están realizando salidas casi todas las noches para proporcionar bebidas calientes y abrigo a quienes permanecen en las calles de Montevideo. En total, el plan atiende a 1.800 personas, 180 de ellas menores de edad. Doce refugios reciben a las personas que viven en situación de calle durante el invierno. Además de ofrecer frazadas y bebidas calientes a las personas en situación de calle, el equipo móvil del MIDES ofrece información acerca de los refugios y, en caso de que las personas acepten ingresar a uno, ellos mismos los conducen hacia lo que llaman `la puerta de entrada´, el local desde donde se deriva a las personas a los distintos refugios196. A pesar de las bajas temperaturas de lo días pasados, y contrariamente a lo esperado, se han registrado muy pocos ingresos 196 La vida en un refugio nocturno no difiere de la que cualquier ciudadano sensible puede sospechar. Al respecto, el técnico de una ONG vinculado a estos programas relataba lo siguiente: ―los refugios son un infierno, esto se les ha ido de las manos, un padre de familia me rogaba una solución distinta, decía que a su hijo lo habían manoseado en el baño, una mujer no quiere ir porque dice que han hecho orificios en las paredes del baño para verlas desnudas, es un hervidero de piojos y mugre (...).‖ 177 recientes, según informaron funcionarios del PAST.‖197 También se han desarrollado programas para la atención de situaciones en el campo de la salud tales como patologías odontológicas y dificultades visuales o ceguera por cataratas. La fundamentación de tales programas transita desde un humanitarismo básico hacia la mejora en la presentación de la persona para aumentar su empleabilidad: •Emergencia Sanitaria. Tiene como objetivo garantizar la cobertura de atención a la salud a sus protagonistas. Cuba operación milagro: más de 1329 pacientes. Salud ocular: Convenio IMM-MSP-CEPMIDES-Visión Echagüe en el marco de Verano Solidario, para atender a escolares. Salud bucal: se está dando solución a las personas incorporadas en Trabajo por Uruguay: arreglos y colocación de prótesis y, para la atención de niños mejorar el acceso de alimentos de los hogares incluidos en el PANES.‖198 Establece Serna (2006: 15) que se observa la preocupación por parte de los gobiernos ―progresistas‖ de realizar lo que denomina como ―cambio semántico‖ en el campo de las políticas sociales, tal como fue analizado en relación a la denominación de los beneficiarios como protagonistas. Esto puede verse, en un extremo casi caricaturesco, en las políticas de identificación y control de la población. La construcción de sistemas informáticos se realiza con la finalidad de controlar a los beneficiarios en el 197 Nota publicada en el diario La República. http://www.larepublica.com.uy/comunidad) Consulta: 12/08/08 198 Disponible en: www.mides.gub.uy Consulta: 15/2/ 2008 178 Disponibe en: cumplimiento de las contrapartidas y evitar que reciban beneficios duplicados199. ―Nosotros tomamos la madre de todos los sistemas, que va a ser, porque aún no está inventado, el Sistema Integrado para el área social. Proyecto en el que está metido el BPS, el MSP y el MIDES, proyecto del Banco Mundial para armar esto. Tenemos que partir de lo que existe para armar una estructura compatible. Infamilia apostó por reestructurar el SIPI (Sistema de Información para la Infancia) y eso está pronto el mes que viene. También construiremos el SINIA (Sistema Integral Nacional de Infancia y Adolescencia). Había una necesidad, pues con el PANES no pudimos controlar las contrapartidas. Armamos un equipo, BPS, ANEP, MIDES, y armamos un sistema que permita unir las bases de datos, para entre otras cosas controlar las contrapartidas. Otro sistema que estamos armando es un sistema de gestión en el territorio denominado SIGES.‖ (Entrevista a director político del MIDES) El registro en todo este sistema de control es la cédula de identidad, elemento central de una política de identificación civil que fuera denunciada en el pasado por la izquierda como una política policíaca de control de la población y que el MIDES redimensiona en su función actual. En una 199 Establece la ley de creación del MIDES: ―E) Diseñar, organizar y administrar un sistema de identificación, selección y registro único de los núcleos familiares o individuos habilitados para acceder a los programas sociales, sujeto a criterios de objetividad, transparencia, selectividad, temporalidad, y respetando el derecho a la privacidad en los datos que así lo requieran.‖ Se establece asimismo en el Decreto Nº 176/005 que reglamenta la ley que declara la situación de Emergencia Social y prevé la aplicación del Programa de Ingreso Ciudadano: ―ART. 7º.- (Perceptor del Ingreso Ciudadano). El pago se realizará al miembro del hogar que sus componentes hayan seleccionado al momento de efectuarse la verificación, quien, necesariamente, deberá exhibir su cédula de identidad.― (los énfasis son nuestros) 179 indudable resignificación semántica, el instrumento es presentado como ―Derecho a la Identidad‖. •Campaña por el Derecho a la Identidad. Para la promoción del derecho a la identidad se implementan mecanismos de acceso de los ciudadanos a la documentación básica -partidas de Nacimiento y Cédula de Identidad-, en coordinación con el Registro Civil, con Identificación Civil, los Juzgados de Paz del interior del país, las oficinas departamentales del MIDES, de INFAMILIA, las instituciones educativas locales y con el apoyo de UNICEF.‖ 200 Otro componente central de la política del MIDES son los programas de ―workfare‖ y donde claramente se observa el contenido disciplinador y de control social de la política progresista: •“Trabajo por Uruguay: dirigido a protagonistas del PANES, experiencia sociolaboral que amplíe oportunidades educativas y promueva el desarrollo de estrategias personales y sociales para la construcción de rutas de salida, priorizando al trabajo como herramienta de inclusión social.‖201 El carácter disciplinador de este tipo de programas queda explicitado en la reflexión de Britos y Caro (2006: 7): ―Los efectos de disciplinamiento de la fuerza de trabajo pueden considerarse desde dos perspectivas: se produce un efecto de disciplinamiento por el trabajo 200 201 Disponible en: www.mides.gub.uy. Consulta: 15/2/2008 Disponible en: www.mides.gub.uy. Consulta: 15/2/2008 180 a los desempleados incorporados bajo relaciones mercantiles temporarias, y al mismo tiempo, un efecto de disciplinamiento como amenaza de pérdida del trabajo a los empleados cuyos puestos pueden ser ocupados por los trabajadores subsidiados. En este contexto, la utilización intensiva de la fuerza de trabajo en condiciones poco favorables al control y regulación tanto sindical como estatal, revelan con una inusitada transparencia la asimetría estructural de la relación laboral.‖ De modo de ilustrar sobre este tópico, véase los contenidos de las observaciones de una ONG en relación al desarrollo de una experiencia de este tipo: ―El grupo de trabajo está consolidado; el trabajo en el barrio Peñarol es y fue heroico. Desbrozaron ocho cuadras desde Coronel Raíz a Watt por Casavalle (...) La capacidad de trabajo es increíble. Los principales problemas de desempeño son la puntualidad y la continuidad en la asistencia y no el trabajo en sí que saben y quieren hacerlo. Han perdido esos dos hábitos que son vitales para conseguir y mantenerse en un trabajo. Se trabaja el tema abiertamente con ellos y se logra mejorar lentamente. Y ello desde distintas estrategias: descuentos, charlas personales y en algunos casos advertencia de salida del programa.‖ 202 202 Evaluación del Plenario de Mujeres del Uruguay PLEMUU, setiembre de 2005. En: Ministerio de Desarrollo Social, ―Mano con Mano. Somos Protagonistas‖ - 2006, el énfasis es nuestro. 181 Se implementan programas donde se busca incorporar algún contenido de racionalidad mercantil a las viejas estrategias de supervivencia de los sectores de pobreza extrema, legitimándolas como forma de actividad humana para la obtención de un ingreso: “Uruguay Clasifica. Este programa está destinado a apoyar a aquellos hogares que tienen a la clasificación artesanal de los residuos sólidos urbanos como una de sus principales fuentes de ingresos económicos.‖ 203 Por último se identifican programas que son la continuidad de iniciativas generadas por gobiernos anteriores, todas ellas y más claramente las dos últimas, focalizadas en la pobreza: Los Centros de Información a la Juventud (CIJ) 204, los Centros de Atención a la Infancia y la Familia 205, y el Programa de Maestros Comunitarios206. Una primera aproximación analítica a este listado de los programas del novel Ministerio de Desarrollo Social, permite afirmar que la nueva política social del gobierno progresista no parece diferenciarse en sustancia de las políticas sociales propuestas por los organismos internacionales, tanto 203 Disponible en: www.mides.gub.uy. Consulta: 15/2/2008 “El CIJ, tiene como responsabilidad fundamental difundir información actualizada que refiere a la educación, empleo, salud, tiempo libre y otros temas que puedan surgir de interés para los jóvenes. Es nuestra misión identificar las necesidades, responder con eficacia brindando asesoramiento a nuestros consultantes, para que optimicen la utilización de los recursos institucionales y comunitarios a escala nacional. Llamado a becas 2006: se realizó en marzo, por quinto año consecutivo un llamado a becas de estudios. Este año se publicitaron 750 becas divididas en 250 becas 100 % y 500 parciales de 50 y 75 %. Se presentaron 1500 jóvenes.‖ Disponible en: www.mides.gub.uy. Consulta: 15/2/2008 205 ―120 Centros CAIF, de la llamada `modalidad semanal´ donde se brinda atención a niños, sus familias y además, a embarazadas. Esta intervención contribuye a la construcción de una cultura del cuidado de los hijos por parte de los padres, a través del trabajo sistemático con el niño y la familia en sus hogares, procurando mejorar el estado nutricional y el desarrollo psicomotor de los niños.‖ Disponible en: www.mides.gub.uy. Consulta: 15/2/2008 206 ―Programa de Maestros Comunitarios: 250 escuelas de todo el país atendidas por Infamilia para reducir la repetición y deserción en 15.000 escolares, para lo cual fueron capacitados 430 docentes de Educación Primaria.‖ Disponible en: www.mides.gub.uy. Consulta: 15/2/2008 204 182 siguiendo las recomendaciones del llamado Consenso de Washington207 como en su formulación en versión ―Pos‖208, tal como es advertido por Moreira (2007: 14): ―Un primer acercamiento a este Programa Social permite detectar que era una prolongación inercial de la fase neoliberal anterior. Si bien significó un adecuado registro (y ampliación) del número de beneficiarios y de las partidas presupuestarias destinadas a mejorar la situación de los sectores pobres, no implicó una ruptura o una novedad sino una continuidad con las políticas focalizadas de la fase tardía del neoliberalismo. Existen además otros elementos que presumiblemente incidirán en el mediano plazo contra la eficiencia de esta política. Un análisis más detenido de su implementación, permite observar que por diversas razones se ha afectado el cumplimiento de las metas, y por ende, si bien la pobreza se reduce, lo hace a un ritmo inferior al esperado y los objetivos de desarrollo y justicia social comienzan a parecer francamente inalcanzables al menos en un período de gobierno‖. La búsqueda de diferenciación con las políticas sociales del momento anterior parece concentrarse en un énfasis en las ineficiencias de 207 Las recomendaciones del ―Consenso de Washington‖ se orientaron a promover economías de mercado abiertas al mundo, argumentando que el proteccionismo estatal ha sido causa del ―desastre‖ de las economías latinoamericanas. Se promovieron políticas para controlar el gasto público, reorientar el gasto en áreas estratégicas (atención primaria en salud, educación básica e infraestructura), reformar la estructura tributaria, liberalización financiera, apertura comercial, privatización de las empresas estatales, establecimiento de garantías a la libre compentencia y a la propiedad. 208 El ―pos – Consenso de Washington‖ es producto de la preocupación por los efectos ―indeseables‖ de las reformas implementadas. Las propuestas de políticas refieren a la modernización/tecnificación de las funciones del Estado, control del gasto público, desarrollo de procesos descentralizadores, reforma del servicio civil, modernización del poder judicial, atender los problemas de seguridad, establecimiento de relaciones entre empresarios y trabajadores de forma de amortiguar los conflictos, reestructuración de los ministerios ―sociales‖, e insiste más en la necesidad de regular que de liberalizar. 183 aquellas administraciones y, por tanto, en la necesidad de gastar mejor, no superponer programas, coordinar, etc. En otras palabras, el problema de la atención a la indigencia y la pobreza es reducido a un problema de carácter pura y exclusivamente técnico. ―El MIDES es un actor más, pero tiene un papel que otros no tienen en las políticas sociales. La propia Ley le mandata entre sus competencias la de articulación y coordinación de las políticas sociales del Estado, y este rol no lo tienen otros. Acaso la OPP209 puede estar compartiendo alguna zona común. La propia Ley le da un aspecto diferencial en cuanto a otros Ministerios del área social o del campo social (...) Desde un primer momento nosotros encontramos necesaria la articulación de las políticas sociales, porque partíamos de un diagnóstico de hace ya varios años, de una fragmentación, dispersión, atomización, casi de una feudalizacion de las intervenciones público estatales, que lo hacían ineficiente y operaban en sentido contrario al uso óptimo de los recursos públicos, y a la vez dejaba lagunas o zonas descubiertas. (Entrevista a director político del MIDES) La propuesta ―novedosa‖ consiste en una apuesta a la articulación de todos los programas sociales a fin de evitar superposiciones, experiencia que, según relata un entrevistado, había sido ensayada sin éxito en el pasado: ―A partir de este diagnóstico vimos como una de las posibilidades construir un espacio legitimado políticamente, formalmente instalado e instituido como 209 Oficina de Planeamiento y Presupuesto. 184 el ámbito de coordinación de políticas sociales sectoriales, para lo cual gracias al acuerdo de todos los Ministros y el Presidente se crea el Gabinete Social, que tú recordarás que hubo algunas experiencias en el gobierno de Lacalle con una vida muy efímera, muy decorativa.‖ (Entrevista a director político del MIDES) Nuevamente es la especial intervención del Presidente de la República lo que permite resolver este asunto que en el pasado no había resultado. Se crea así el gabinete social mediante decreto presidencial. Está conformado por: ―los Ministros y Ministras de la política social más clásica, salud, educación, trabajo y seguridad social, vivienda, obviamente el MIDES al cual se agrega, la Oficina de Planeamiento y Presupuesto, el Congreso de Intendentes (en carácter de invitado) y un representante del Ministerio de Economía y Finanzas y más adelante el Ministerio de Turismo y Deportes, (más adelante en la entrevista agrega al INE, al CODICEN, y al BPS). Ese es el gabinete social y tiene un funcionamiento no tan regular ni sistemático como lo tiene el Consejo Nacional. En el mismo decreto se crea el Consejo. Tiene una alineación política. No es un organismo técnico, pero depende del Gabinete Social y asiste y apoya al Gabinete. Mientras el Gabinete es presidido por la Ministra de Desarrollo Social, Marina Arismendi, el Consejo es presidido por el Director Nacional de Políticas Sociales. El Consejo se reúne regularmente. Primero mensualmente, luego al año quincenal y en este último período todos los lunes, en algunos casos con sesiones extraordinarias por el trabajo que llevó el Plan 185 de Equidad y porque dicho Plan es un producto de este Consejo.‖ (Entrevista a director político del MIDES) Se reedita la ya vieja preocupación por la coordinación interinstitucional y la ―innecesaria‖ superposición de servicios. Mediante acciones sobre este asunto se busca que ningún individuo acceda a beneficios por duplicado, evitando así aquello que para el pensamiento neoliberal es ―el infierno tan temido‖: que alguien pueda utilizar recursos extramercado de forma estratégica. ―También es importante que estos programas sean consistentes, asegurando que su diseño, focalización y estructuras institucionales no presenten superposiciones no intencionales que puedan resultar en ineficiencias (...) Además, los programas deben ser consistentes con el desarrollo del mercado de trabajo, promoviendo el desarrollo de mecanismos de sostenimiento autónomo por parte de los beneficiarios, proveyendo incentivos y apoyando el acceso a empleos formales.‖ (Banco Mundial, 2006: 12) Pero en realidad, más allá de los intentos de imprimir aspectos novedosos en la implementación de la política, gran parte de estos programas y proyectos se desarrolló con un alto grado de voluntarismo en su implementación. El voluntariado210 ha sido promovido por la política institucional del MIDES. Valga a título de ejemplo, el siguiente fragmento extraído de material de folletería institucional: ―(...) Por momentos salía un sol que nos dejaba sedientos y sin muchas posibilidades de protegernos; en otros momentos, se ocultaba y aparecía un viento 210 Sobre este tema se vuelve a partir de la página 171. 186 helado que penetraba los huesos. Sin embargo, el calor y las ganas de contacto y escucha de la gente parecía ser una constante (...) Son casi las 5 de la tarde del primer día. Estoy exhausta. Los gurises (estudiantes) tienen una polenta impresionante; le meten con todo y eso me renueva las energías. Lo de hoy es como estar viviendo en un universo paralelo, donde la bandera de la solidaridad está en todas partes.‖211 Se observa un permanente apelo a la solidaridad y la responsabilidad compartida por parte del Estado y la sociedad civil de los problemas sociales, lo que en el fondo esconde cierta desresponsabilización del Estado. En síntesis, se trata fundamentalmente de programas testimoniales, más bien característicos de la acción social filantrópica, no logrando el estatuto que debieran tener los programas estatales dirigidos al combate de la pobreza. En definitiva, como establece Serna (2007: 15): ―(...) más allá de virtudes y defectos, los planes sociales se han enfrentado con importantes limitantes estructurales. El manejo cauteloso y austero del gasto público social de los gobiernos no ha quebrado el carácter subsidiario de las políticas sociales con respecto al desempeño económico. El costo Programas Sociales de Transferencia de Renta (como % del PBI) es marginal con valores bastante inferiores al 1%. Las políticas contra la pobreza tienen un magro impacto en la reducción cuantitativa de la pobreza y la desigualdad económica.‖ 211 Testimonio de un voluntario extraído de: Ministerio de Desarrollo Social, ―Mano con Mano. Somos protagonistas‖, IDES, 2007. 187 Este repertorio de programas parece confirmar que la política social del gobierno progresista buscó establecer diferencias sustanciales con las políticas llevadas adelante por los gobiernos anteriores, pero en sustancia estas diferencias se agotaron en una nueva organización semántica de las (ya) viejas políticas focalizadas, residuales, asistencialistas y, en suma, sin capacidad de generar transformaciones de fondo y sustentables en la vida de la población en situación de miseria. Se mantiene una férrea vigilancia de tonalidad neoliberal, buscando que la política social no sustituya los mecanismos familiares o comunitarios de ayuda (De Martino, 1998) cuando la integración al mercado no se consigue. El principio básico es que los problemas sociales se resuelven en el mercado y cuando ésto no se consigue, la familia o la comunidad son las primeras responsables del fracaso. Y sólo, en última instancia, cuando lo extremo de la situación demuestra que es inevitable su atención, la intervención del Estado se vuelve legitima. Lo que agrega la intervención del nuevo gobierno es una mística herencia de un pasado de lucha y sacrificio que permite convocar a un voluntariado dispuesto a dejar todo en la intervención. ―Nuestros sueños comenzaron hace décadas. Los trajeron los trabajadores emigrantes en sus morrales, los forjaron los primeros que se sindicalizaron, los acuñaron los estudiantes y sus compañeros, los regó la sangre por las calles (...)‖ 212 212 Palabras de la Ministra de Desarrollo Social saliente, Marina Arismendi, en Infomides, Ministerio de Desarrollo Social, marzo de 2010. 188 No sólo el nuevo voluntariado convocado por la izquierda sino también el voluntariado que venía operando en las ONGs recobra todo el entusiasmo que los anteriores gobiernos no conseguían imprimirle. Una primera aproximación al MIDES arroja algunas situaciones desde nuestro punto de vista paradójicas con rendimientos para un análisis, en principio superficial pero no por ello desdeñable. Se observa, junto con Serna (2007), un cambio semántico en los discursos desplegados. Como vimos, a la ―población PANES‖ -así nombrada por los operadores- se la denomina como ―protagonistas‖, denominación fundada en una retórica construida que apela a los derechos de ciudadanía como elemento central. Sin embargo y pese a esta retórica, cuando uno se aproxima al edificio donde funciona el MDES, alejado del hábitat de la población que atiende, se enfrenta a una edificación cuyas escalinatas están rodeadas por un enrejado de unos dos metros de altura y al ingresar a las instalaciones se debe dejar el documento de identidad a cambio de una tarjeta que indica el sector del edificio al que se accederá. Ambos aspectos son un tanto paradójicos y contradictorios con la nueva estructura discursiva; las prácticas también hablan y dicen más que las palabras. El enrejado de las escalinatas se realizó a los pocos meses de funcionamiento del MIDES en ese edificio, que anteriormente pertenecía al Banco de Crédito, cerrado durante la crisis financiera de 2002. Las escalinatas estaban sirviendo de ―protección‖ para quienes vivían en situación de calle. El enrejado cumplió la función de ―resolver‖ esta situación que simbólicamente representaba, ante la mirada de los ciudadanos que recorrían nuestra avenida principal, la ineficacia de las políticas del MIDES para atender la indigencia. En relación a esta curiosa política de seguridad, que exige dejar la identificación al ingresar al Ministerio, caben algunas consideraciones. En la entrevista realizada a la Ministra de Desarrollo Social manifestaba su 189 malestar por la estigmatización que sufre la población con la que trabaja. Al respecto señalaba lo siguiente: ―fue una hipótesis de trabajo y que se demostró: la gente quiere salir con trabajo, no quiere salir con que se le de nada, hay un sector como en todos lados. Yo siempre digo yo estoy sentada en un banco213 robado y no fueron indigentes los que lo robaron.‖ No obstante esta apreciación, el Ministerio realiza una política de seguridad que solo se puede encontrar en instituciones que pueden justificarla por su vinculación a la defensa nacional tales como el Ministerio de Defensa, el edificio de Aduanas, etc. Con la paradoja extra de que la población con la que trabaja el PANES, presenta históricamente problemas de documentación que justificaron la Campaña por el Derecho a la Identidad. Resulta difícil entender esta política de seguridad, sin apelar a la histórica estigmatización de que es objeto la población indigente: ¿qué documentación clasificada se busca proteger?, ¿qué valores se pretende resguardar? El mismo Banco de Crédito, cuando funcionaba no tenía estos mecanismos, pues claro está que al banco no iban los indigentes. Podría argumentarse que en las oficinas del Ministerio hay documentación privada de los ―protagonistas‖. Sin embargo, la exigencia de identificación también recae sobre la población que concurre para ser atendida en el hall central por parte de los técnicos del área social. En relación a aspectos más de fondo - sustantivos a una política que apunta a realizar procesos socioeducativos que buscan la integración de la 213 El MIDES funciona en el edificio del ex Banco de Crédito, uno de los bancos por los cuales fueron procesados con prisión los hermanos Peirano luego de la crisis financiera del año 2002. 190 población atendida – se registra una fuerte debilidad institucional en dos sentidos. i) Por un lado, la propia estructura del MIDES es débil en el diseño de sus aspectos técnico – administrativos. El reclutamiento de sus funcionarios técnicos y administrativos se apoyó en pases en comisión, no necesariamente desde instituciones vinculadas a la protección social, contratos a término, sistemas de becas, acuerdos con el sector de las ONGs, etc. ―nos quedaba un poco grande, en el sentido de que eramos nuevos y el Ministerio no tenía la infraestructura, no tenía presupuesto, y a veces no teniamos tampoco la capacidad como para llamar a licitaciones y realizar las tareas que se nos habían encomendado por ley‖ (Entrevista director político del MIDES) Se apunta a resolver esta fragilidad apelando, como ya fue señalado, al voluntarismo de los funcionarios: ―Empezamos a los ponchazos, empezamos con cuatro técnicos que habían, y en base a eso a los convenios, al trabajo voluntario de otro montón de gente, a la camiseta, en definitiva, porque como yo siempre digo este es un Ministerio con mucha transpiración. Acá lo que no se puede hacer demoramos un poco más en hacerlo, la idea siempre es pasar del posibilismo, lo que se puede es el piso y vamos por más, por lo que no se puede.‖ (Entrevista director político del MIDES) 191 ii) Por otro lado, es necesario referirse a la estructura organizativa de la ―sociedad civil organizada‖. Como señala Midaglia (2000), desde los años noventa se constata en el Uruguay un desarrollo y consolidación de organizaciones no gubernamentales con capacidades diversas que participan en la ejecución de programas sociales en convenio con el Estado, pero la masividad de los requerimientos del MIDES, superan ampliamente el repertorio de ONGs con trayectoria y experiencia para una gestión solvente de proyectos socioeducativos: ―El programa tiene dos patas y se basa en un equipo técnico que hace los talleres y un equipo que hace la parte de la operativa en el trabajo. Allí fuimos muy libres, algunas organizaciones trabajan de manera integrada, otras no lo logran, está disociado. Por un lado, una suerte de capataz que es el que organiza el trabajo y, por allá, por otro, los talleres; y queda todo disociado, hay algunas que trabajan muy bien como Gurises,214 otras bueno, en fin, no tanto, muchas son nuevas y no tienen experiencia.‖ (Entrevista a técnico del MIDES) Esto se suma a las dificultades de control del trabajo de las ONGs que tiene el Ministerio o, por ponerlo en positivo, del ―respeto a la experiencia de la sociedad civil organizada‖, de acuerdo a las palabras de un entrevistado. De este modo, se generaban situaciones en las que era posible que un ―estudiante avanzado‖, con un contrato como becario, realizara la supervisión del trabajo técnico realizado por una ONG donde su interlocutor era un profesional de larga experiencia y trayectoria y con un salario muy superior al suyo. 214 Se refiere a Gurises Unidos, una ONG que trabaja en Uruguay desde los años ochenta. 192 Al respecto resulta revelador el relato de un técnico vinculado a un Centro Comunal Zonal de la Intendencia Municipal de Montevideo: ―Llegó al comunal un joven visiblemente preocupado y me plantea que lo citaron del MIDES para integrarse a un taller con la ONG XXXXX y cuando se presenta en la dirección de referencia, en un Núcleo Básico Evolutivo215 encuentra a un señor haciendo tortas fritas que no sabía de lo que le hablaba. Me manifestó su temor a perder el Ingreso Ciudadano, así que llamé al MIDES. Luego de largo rato me atienden y me dan el teléfono de la ONG XXXX. Llamé varias veces y me atendía un contestador que ofrecía clases particulares para liceales y escolares. No pude volver a comunicarme con el MIDES y le dije al muchacho que no era su culpa y seguro no iba a tener problema (...). A la ONG nunca la había oido nombrar y yo hace 15 años que trabajo en la zona.‖ Si bien resultaría ingenuo aceptar en todos sus términos el discurso acerca de la no subordinación de la política social a la política económica 216, sobre todo cuando nos referimos a la esfera asistencial de la política social, se observa la debilidad y precariedad de los recursos tecnopolíticos y técnicos con los que cuenta el Ministerio de Desarrollo Social, lo que vuelve innecesaria su comparación con los recursos humanos reclutados en otras esferas y, sobre todo, en el Ministerio de Economía y Finanzas 217 215 Solución de vivienda para sectores pobres realizada en los noventa “En segundo lugar, la necesidad de tener una visión de conjunto de todo el gobierno, de las políticas sociales, las públicas y las económicas. Imbricar la política económica con la social y dejar de hacer subsidiaria la política social de la económica.‖ (Entrevista Director Político del MIDES) 217 Al respecto apunta una reciente investigación: ―Es probable que nunca antes en la historia de la política económica los economistas hayan desempeñado un papel tan importante en el gobierno. Las tres principales figuras del equipo económico son tres economistas muy reconocidos: Danilo Astori, ex decano de la Facultad de Ciencias Económicas, es el Ministro; Mario Bergara, PhD de Berkeley (EEUU), es el subsecretario; 216 193 Parafraseando a Lo Vuolo (1999) uno podría plantearse que más que ante ―la pobreza de las politicas contra la pobreza‖, estamos ante ―la miseria de las políticas contra la miseria‖. Esta debilidad puede también identificarse en las estrategias desplegadas por el Ministerio. Siguiendo al autor parafraseado, un claro exponente académico de la perspectiva de la ampliación de la ciudadanía, esta debilidad no sólo responde a lo señalado párrafos atrás respecto a las organizaciones convocadas para desarrollar las estrategias socioeducativas, sino que se funda en las características de la propia estrategia propuesta: ―Por lo tanto, una acción estratégica contra la pobreza no puede sustentarse en la mera `reparación´ de estos daños ni mucho menos se puede plantear simplemente su `alivio´ o `compensación´. (....) Por lo mismo, tampoco tiene sentido la discriminación habitual entre pobres `merecedores´ y `no merecedores´ de asistencia (...) Una política efectiva contra la pobreza no puede discriminar entre los propios pobres sino que debe asumir la segregación social que manifiesta la pobreza.‖ (Lo Vuolo et all, 1999: 290) En términos estrictos, la perspectiva de la ampliación de la ciudadanía va a cuestionar duramente a las políticas focalizadas y administradas por la sociedad civil organizada pues en tanto no se constituyen en derechos sociales son esenciales al pensamiento neoliberal y Fernando Lorenzo, PhD de la Universidad Carlos III (España) y ex director de CINVE, comanda la influyente área de Macroeconomía del MEF.‖ En relación al MIDES se establece: ―Sin embargo, es de orden aclarar que el MIDES ha realizado llamados abiertos a instituciones para desarrollar políticas sociales. Las instituciones o personas que, finalmente, no participan de los procesos pueden pensar que esta elección es equivocada y que es expresión de la baja capacidad técnica del elenco gobernante.‖ (Gallardo et all, 2009: 23) 194 representan procesos de ―refilantropización‖ en la atención de los problemas sociales. La perspectiva neoliberal se estructura en base a la convicción de que la sociedad, inevitablemente, genera procesos de exclusión social que pueden atribuirse a aspectos intrínsecos a la dinámica de mercado o a incapacidades ―morales‖ o ―estratégicas‖ de los individuos, pero en cualquier caso se los recononce como inevitables. La focalización tiene parámetros extremadamente exigentes para evitar que los individuos hagan un uso estratégico de la asistencia y obtengan recursos diferenciales para competir en el mercado. De este modo, se exige que la población atendida se encuentre por fuera de la lógica de mercado218. ―La lucha contra la pobreza extrema es parte integral del neoliberalismo, no es un adorno ni un acto externo al modelo, está en su esencia misma (...) Esto da una idea más clara del papel del Estado en la ideología neoliberal. Es decir, salvo en el `estado policía´, prácticamente desaparecido, la pobreza extrema es la gran excepción a la regla de `no intervención´ del Estado en el juego de la economía.‖ (Boltvinik Apud Danani, 2008: 43) Un elemento central del nuevo repertorio de politicas sociales vinculadas al pensamiento neoconservador o neoliberal, es una permanente vigilancia sobre los dispositivos de protección social a fin de evitar que se 218 ―Se plantean difíciles cuestiones acerca del nivel preciso que de esa manera debe asegurar; hay, en particular, la importante cuestión de saber si aquellos que así dependerán de la comunidad deberán gozar indefinidamente de las mismas libertades que los demás. Una consideración imprudente en estas cuestiones puede causar serios y hasta peligrosos problemas políticos; pero es indudable que un mínimo de alimento, albergue y vestido, suficiente para preservar la salud y la capacidad de trabajo puede asegurarse a todos.‖ (Hayek, 2006: 158, énfasis nuestro) 195 generen grupos de presión asociados a esos mecanimos de protección, ya sean sus beneficiarios directos o las propias burocracias que los administran. Para esta perspectiva allí deben buscarse las causas de la crisis procesada en el Estado de Bienestar. Las burocracias y los propios beneficiarios presionaban al Estado para ampliar los beneficios recibidos. El objetivo es, entonces, que las políticas atiendan si y solo si a aquellas personas que se encuentran expulsadas del mercado y tengan en riesgo su sobrevivencia y la destrucción de su capacidad de trabajo, y deben detenerse indefectiblemente en el instante en que el individuo está en condiciones de retornar al mercado.219 En el mismo sentido, el desarrollo de las llamadas organizaciones no gubernamentales y su refuncionalización como organizaciones para gurbernamentales es esencial en la implementación de las políticas focalizadas y tiene varias funcionalidades: 1. No es necesario generar una burocracia de funcionarios públicos para la administración de los programas sociales, ya que se puede recurrir a estas organizaciones cuando se las precisa a través de contratos por programa. Las organizaciones no gubernamentales se manejan con el derecho privado por tanto son mucho más flexibles y 219 Como establece el Decreto Nº 176/005 que reglamenta la ley que declara la situación de Emergencia Social y prevé la aplicación del Programa de Ingreso Ciudadano: ―ART. 10.-(Suspensión del Ingreso Ciudadano). El pago del Ingreso Ciudadano podrá ser suspendido temporalmente, previa audiencia del interesado, mediante resolución fundada del Ministerio de Desarrollo Social, por las causas siguientes: a) Constatación de la inexistencia del impedimento invocado para justificar el incumplimiento de cualesquiera de las contrapartidas requeridas por la ley. b) Cuando, sea en forma transitoria u ocasional, se incremente el ingreso promedio por persona de los integrantes del hogar, superando el mínimo vigente a la fecha en que se produzca la modificación. c) Por la percepción de nuevos ingresos derivados de la incorporación de cualquiera de los miembros del hogar al Programa de Empleo Transitorio incluido dentro del Plan de Atención Nacional de la Emergencia Social. La suspensión se efectivizará a partir del primer día del mes siguiente al que se adopte la correspondiente resolución administrativa. Comprobado el decaimiento de los motivos que determinaron la suspensión del pago del Ingreso Ciudadano, éste se reiniciará al mes siguiente de dictado el correspondiente acto administrativo.‖ 196 pueden manejar su dimensión en función de la demanda. Los funcionarios permanentes son muchos menos y generan una relación de fidelidad a la organización lo que aminora, si no elimina, cualquier tipo de conflictividad sindical. 2. Se opera una dinámica de cuasi mercado entre las distintas organizaciones a las que se las convoca por distintos medios: concursos, licitaciones, etc. Esto, sumado al aspecto apuntado de la baja sindicalización, reduce enormemente los costos en mano de obra. 3. Constituyen un colchón entre la población y el Estado y en el caso que se generen relaciones clientelares son las mucho más inocuas del Estado con estas organizaciones. 4. Estas organizaciones operan con distintas misticas, confesionales o no, que consiguen operacionalizar mucho más eficientemente el voluntariado tanto de sus cuadros asalariados como de voluntarios puros (cf. Morales, 1998: 84-85). Los organismos multinacionales de crédito han sido los más celosos vigilantes y han condicionado el crédito a esta condición. Al respecto veamos la interesante adhesión a estos principios de un operador tecnopolitico del MIDES en su respuesta a por qué el PANES se propuso culminar en dos años y cumplió estrictamente con ese plazo 220: ―¿Por qué dos años?, porque a partir de los dos años es donde empiezan los conflictos políticos y los amiguismos, donde empieza la falta de transparencia en la aplicación de la política. Es una cosa que nos valora el Banco Mundial que lo hayamos hecho así y nos evalua como uno de los más transparentes de los países que lo desarrollaron y nos catalogan como el 220 En el mismo sentido dice otro entrevistado: ―Además fuimos felicitados por muchos organismos internacionales, por la transparencia, no nos salimos del libreto mas allá de la presión, significaba mucho‖ (Entrevista director político del MIDES) 197 mejor focalizado.‖ (Entrevista director político del MIDES) En sintesis, el MIDES despliega un repertorio de programas que pueden agruparse en tres tipos: 1) Un primer grupo de programas no ofrece mayores dificultades en su instrumentación, involucran pocos recursos materiales y tienen un impacto residual o en todo caso difícil de evaluar. Se trata de las políticas de afirmación de identidades o de reconocimiento de minorias o de género. Estas políticas tampoco tienen dificultades en lo que a legitimidad refiere pues, salvo posturas extremistas, machistas o racistas, desde ninguna perspectiva son cuestionables. 2) El segundo grupo de programas refiere a políticas de transferencia de ingresos, recursos materiales, servicios, etc. Este grupo de programas significó el diseñó de un elaborado dispositivo de focalización. Los denominados ―desembarcos‖, ya populares en Uruguay, convocaron a voluntarios, estudiantes universitarios y militantes sociales imprimiéndole a todo el proceso un tono salvacionista y de refundación nacional 221. A través de un sofisticado instrumental econométrico, ―el algoritmo‖222, los voluntarios evaluaban quiénes accedian al beneficio y quiénes no. Estas políticas de transferencia de ingresos focalizadas complementan el 221 ―El promedio de edad es de 30 años en el MIDES. Había gente que no sostenía el ritmo de trabajo. Hay algunos voluntarios que juegan a favor. El voluntariado tuvo un papel importante. También lo estamos manejando en función de darle mayor utilidad ya que la afluencia nos sobre paso mucha gente quería trabajar, comprometerse en el proceso y aportar desde distintos lugares‖ (Entrevista director político del MIDES) 222 ―Como con las viejas y queridas barriadas se salió con los desembarcos, que resultó una metodología interesante para aplicar desde el gobierno y se aplicó una encuesta parecida a la encuesta del Instituto Nacional de Estadistica. El problema fue que, por la inexperiencia de algunos tomadores de datos, algunos campos no se llenaron, lo que nos obligó a utilizar técnicas econométricas para reconstruir cuestiones como la regresión discontínua y otros, definir un punto de corte que permitiera definir quién entra, lo que llevó al famoso algoritmo que muchos no lo entendimos hasta después de bastante tiempo.‖ (Entrevista director político del MIDES) 198 repertorio de políticas sociales que venían aplicándose en el Uruguay durante los gobiernos anteriores. 3) Un grupo de programas de tipo socioeducativo complementa los programas de transferencia de ingresos. Estos programas son realizados en convenio con ONGs223. Amplian el universo de organizaciones de la sociedad civil que ya se venía desarrollando desde la salida de la dictadura y complementan las políticas de transferencia de activos. Se percibe claramente una linea de continuidad y profundización del ya no tan nuevo modelo de prestaciones sociales focalizadas, descentralizadas y con participación de las organizaciones de la sociedad civil (Filgueira, 1998). Tal profundización puede verse en dos aspectos fundamentales. En primer lugar, las políticas de transferencia de ingresos cuidadosamente focalizadas, tienen una función central y eficiente en la reducción de la pobreza extrema aunque tal reducción tenga un carácter epidérmico. La propia construcción discursiva del MIDES llama la atención acerca de que la pobreza extrema tiene un contenido ―más profundo‖ que no se limita a un problema de ingresos224. No obstante, la selección de los 223 Un segundo grupo de organizaciones obtienen la mayor parte de sus recursos a través de la venta de servicios a distintas agencias del Estado (a nivel nacional o municipal). Esta situación es común en las ONGs especializadas en políticas sociales (como "El Abrojo"). Frecuentemente, el actual gobierno ha recurrido a las ONGs para ejecutar políticas diseñadas por los técnicos del Ministerio de Desarrollo Social. Pero algunos centros de investigación privados (como CIEDUR) también han pasado a obtener una parte muy importante de su presupuesto a través de la venta de informes sobre problemas específicos. De acuerdo al testimonio de CIEDUR, "En los dos últimos años se incrementaron significativamente los fondos estatales por la realización de proyectos vinculados a la emergencia social por impulso del Ministerio de Desarrollo Social". (Gallardo et all, 2009: 5) 224 Sobre este tópico se afirma que ―(...) hay cosas que es parte del trabajo protegido del plan de equidad aunque tengamos la varita magica y todo el trabajo del mundo hay gente nuestra que no accedía porque no sabía poner su nombre, porque no sabe hacer un curriculum, porque no tenía dientes, porque nunca trabajó formalmente, porque tiene una capacitación que no la puede acreditar y se puede hacer una lista de cuáles son las razones‖ (Entrevista Ministra de Desarrollo Social). Y se sigue que; ―(...) hay que construir una estrategia de desarrollo humano que tiene manifestaciones en el campo económico, social, cultural, y no es nada sencillo(...) regenerar estructuras vinculares, estructuras de soporte, 199 beneficiarios se basa centralmente en un despistaje basado en la medición de la indigencia a partir del ingreso. De este modo, la transferencia directa de ingresos logra reducir de forma inmediata el porcentaje de población en situación de indigencia. ―Mientras las asignaciones familiares y el ingreso ciudadano son claramente los programas mejor focalizados, su impacto sobre la pobreza es menor, debido al monto de sus beneficios (...) El impacto en términos de equidad es similar, y sólo cuando se considera el impacto en la indigencia, el Ingreso Ciudadano se torna relevante.‖ (Banco Mundial, 2006: 16) El segundo aspecto es el recurso masivo a las ONGs en la gestión de los programas socioeducativos. El desarrollo de las ONGs en Uruguay tiene un fuerte impulso desde fines de la dictadura, pero sobre todo, el foco de atención de los programas llevados adelante por la ONGs estuvo centrado en el trabajo con niños y adolescentes mientras que el trabajo sobre la población adulta estaba referido en su carácter de familiares o referentes de los niños y adolescentes atendidos. Los programas del MIDES, supusieron, como fuera indicado, un enorme desarrollo de las ONGs. Lo novedoso es que, por primera vez en Uruguay, se despliega todo un dispositivo organizativo para operar con la población adulta: ―Construyendo Rutas de Salida centraba su atención en población adulta de extrema pobreza y estuvo dirigido a recuperar la capacidad de lecto-escritura, autoestima, en el conocimiento de los derechos de los protagonistas del Plan a través de la realización de redes solidarias, que están destruídas y degradadas (....) porque integración no es decirle al pobre veni que te voy a integrar, no, es mucho más complejo.‖ (Entrevista director político del MIDES) 200 actividades. Participaron cerca de 17.000 jefes y jefas de familia casi 800 grupos en todo el país.‖225 Estos programas, centrados en los aspectos ―subjetivos‖ que inciden sobre la pobreza extrema y que en el Programa Construyendo Rutas de Salida tuvieron un carácter obligatorio para la ―población PANES‖, preveen su continuidad y ampliación en el Programa Uruguay Integra: ―A partir del año 2008 y en el marco del Plan de Equidad, Uruguay Integra amplía su población objetivo, dirigiéndose, ya no sólo a adultos en situación de pobreza extrema y/o en condiciones de vulnerabilidad social, sino incorporando eventualmente de otra condición socio económica. La participación de las personas en la actividades se realiza de manera voluntaria, a diferencia de lo que ocurría en Construyendo Rutas de Salida donde las personas que cobraban el ingreso ciudadano debían asistir a los talleres como contrapartida al ingreso percibido.‖226 De alguno modo, parece razonable establecer que lo que procesó la izquierda en el gobierno fue un significativo cambio en términos de cuestión social. Es decir, la salida de la dictadura marcó la llegada al Uruguay de las políticas del ―Consenso de Washington‖ pero la acogida a estas políticas fue procesada sin entusiasmo, no logrando articular una nueva construcción mítica contrapuesta a la de los años previos a la crisis del Estado Social (Perelli y Rial, 1986: 36). En ese sentido destacamos que 225 De la Emergencia a la Equidad. Las políticas sociales del Gobierno Nacional (2005 – 2009) Uruguay Social. Consejo Nacional de Políticas Sociales. Montevideo 2009: 117. 226 De la Emergencia a la Equidad. Las políticas sociales del Gobierno Nacional (2005 – 2009) Uruguay Social. Consejo Nacional de Políticas Sociales. Montevideo 2009: 117. 201 uno de los elementos centrales de la política social del MIDES se corresponde con contenidos característicos de una perspectiva neoconservadora y neoliberal sobre la cuestión social, tal como es entendida en este trabajo: la cuidadosa y casi obsesiva focalización y el recurso a las ONGs en la administración de los programas sociales 227. El éxito de esta nueva construcción mitica está asociada al cambio semántico señalado y su éxito tiene como indicador, entre otros aspectos, la capacidad del MIDES para comprometer a la Universidad de la República, importante estructura en la construcción de formación de opinión en el Urugauy228. Sobre el papel de la Ciencias Sociales en la construcción de una concepción hegemónica de cuestión social o, en otros términos, la construcción de un sentido común con relación a los problemas sociales que merecen la intervención social, escribe Grassi (2004: 10-11): : ―De lo dicho se desprende la estrecha relación entre los campos de las ciencias sociales y de la política (social en este caso) y de su imbricación en los procesos culturales, entendidos como manifestación/ constitución significativa de las relaciones sociales.(...) lo que quiere destacarse es la naturaleza eminentemente política (ahora en su sentido amplio de 227 ―Apelar a las `iniciativas de la sociedad civil´ - tomada abstractamente, supraclasistamente -, recubriendo la desresponsabilización del Estado frente a las secuelas de la cuestión social mediante el recurso de `parcerias´, es perfectamente compatible con el vaciamiento de la `ciudadanía´: en el mismo andamiaje en que se `desregulan´y se `flexibilizan´ derechos sociales consagrados constitucionalmente, la ciudadanía sirve como palabra-de-orden para causionar desde reivindicación de saneamiento a la exigencia de protesis dentarias‖ (Netto, 1996:122 228 En Uruguay el carácter simbólico de la participación de la Universidad de la República en un proyecto no es nada menor. Como señalan Pirelli y Rial (1986: 36): ―El mito del país de culturosos será el que más resista. Titular un editorial como `La Universidad es el país´, quizás fue el epítome de tal actitud. Obviamente no lo era, pero el mito resistía y la versión contracultural implicaba hiperrealizar el país de los culturosos. Era tan importante el país de los culturosos, que se ponía por encima de todo a la Universidad y a las instituciones educativas, aún por sobre las posibilidades que podía tener un pequeño país acosado por una crisis económica y política.‖ 202 constitución del poder) de aquella producción que cualquier proceso de transformación socio–política. Dicha política deberá ser parte (porque lo requiere y lo impulsa al mismo tiempo) de una disputa cultural por la conquista de un nuevo sentido común.‖ Recordemos que el prinicipal instrumento de focalización, ―el algoritmo‖, fue construido por docentes de la Facultad de Ciencias Ecónomicas de la Universidad de la República; los desembarcos fueron llevados adelante, fundamentalmente, por estudiantes universitarios supervisados por docentes de la Facultad de Ciencias Sociales 229. El siguiente testimonio de uno de los entrevistados ofrece pistas para comprender cómo es concebido el papel de la Universidad de la República por parte del nuevo gobierno: ―La Unidad de Evaluación y Monitoreo trabaja en convenio con la Universidad de la República. También por definición política nosotros pensamos que estamos cumpliendo una función de gobierno, una función política y que el Uruguay tiene, por historia, un lugar donde se construye conocimiento que es la Universidad de la República. Esa construcción de conocimiento nosotros la queremos asociada a la resolución de los problemas de la gente, entonces juntamos la capacidad política de tomar decisiones 229 ―Había buenas razones para pensar que durante el gobierno del Frente Amplio iba a verificarse una importante ampliación de la zona de cooperación entre la intelectualidad y el poder político, (...) Existe un amplio acuerdo en que la UdelaR ha sido la institución más solicitada por el actual gobierno. La Facultad de Ciencias Sociales y la Facultad de Ciencias Económicas han sido protagonistas destacadas en algunas de las iniciativas emblemáticas de la nueva administración como el Plan de Emergencia (PANES). En palabras del director de uno de los institutos universitarios más demandados: `Ante el cambio de gobierno se incrementó el relacionamiento profesional entre el gobierno y la Universidad, con mayores demandas desde el primero hacia los equipos de investigación de la UdelaR. El movimiento de cuadros académicos a la órbita de gobierno también implicó un relacionamiento novedoso entre gobierno y Universidad´.‖(Gallardo et all, 2009:12,13) 203 con la capacidad de investigación para tomar mejores decisiones.‖ (Entrevista director político del MIDES) El carácter instrumental de la producción de conocimiento resulta bastante claro en las palabras del entrevistado. Veamos entonces, un ejemplo de esa instrumentalización operando: ―(...) hicimos un convenio con la Facultad de Ciencias Sociales, con el Departamento de Sociologia (...), con el Departamento de Economía de la Facultad de Economía y el marco muestral lo hicimos con el Instituto de Estudios Sociales, pero no es decirle yo quiero que me hagan tal cosa a unos y a otros (....) nos sentamos los cuatro actores en una misma mesa y conformamos un equipo de trabajo (....) la cabeza es la dirección de evaluación y monitoreo del MIDES, armamos equipo en estas condiciones, todos sabiamos lo que estabamos haciendo todos y todos podíamos decir por qué no haces esto así, porque no haces esto asá. Así fuimos trabajando con el Equipo que en noviembre del año pasado presentó públicamente el primer análisis de la evaluación del PANES y ahora en diciembre vamos a presentar el informe final de la evaluación.‖ En resumidas cuentas, la conformación del Frente Amplio como el partido de oposición emergente de la crisis estructural del Estado Social, le ha permitido, un vez en el gobierno, contar con condiciones privilegiadas para la construcción de una nueva cuestión social hegemónica, constituyendo de tal suerte un nuevo sentido común dotado de una fuerza mítica que los gobiernos anteriores no habían conseguido instalar. 204 Del mismo modo, el actual gobierno del presidente José Mujica parece estar dando continuidad y profundizando esta construcción reforzando contenidos reveladores de una creciente refilantropización de la cuestión social con una fuerte apelación al voluntarismo y el voluntariado para la implementación del nuevo buque insignia: ―el plan de impacto habitacional‖. El novel presidente abre una cuenta bancaria donde deposita parte de su salario en carácter de donación y convoca a la ciudadanía a hacer lo propio, apelando asimismo a voluntarios a participar en este proyecto que busca financiarse con aportes de la ciudadanía en dinero y trabajo voluntario sin afectar las arcas del Estado 230. Veamos en el siguiente capitulo la particular construcción discursiva que irá constituyendo esta nueva estructura de la cuestión social, preocupada más por los equilibrios macro económicos y por los aspectos ―morales‖ de la población asistida que por la igualdad y los derechos de ciudadanía 231. 230 Al respecto ver el diario La República del 8 de marzo de 2010 bajo el título ―Impacto social. El presidente de la República, José Mujica, hará un llamado a la sociedad para sumarse a esta iniciativa‖. Disponible en: http://www.larepublica.com.uy/politica/402356-el-plan-de-impacto-habitacional-tiene-diay-hora-arranca-en-segundo-semestre, Consulta: 5/6/2010. El decreto de creación del Plan de Emergencia habitacional establece que es necesario: "promover e impulsar la participación solidaria de la sociedad" en el plan. El decreto señala que hay "miles de habitantes" del país "que viven en condiciones de precariedad crítica". Disponible en: http://www.mides.gub.uy/mides/colgado.jsp?contentid=8283&site=1&channel=mides. Consulta: 5/6/2010. 231 Al respecto resulta elocuente el ―sueño‖ del actual presidente José Mujica. Bajo el íítulo ―Ladrillo a ladrillo. El Presidente volvió a emocionarse con la reforma del Estado‖ refiere la nota acerca de la falta de respuestas a los ingentes problemas de vivienda de la población PANES. El sueño del presidente es ahorrar un 10 % del gasto del Estado para destinarlosal plan de vivienda: "Si logramos ahorrarnos el 10% anualmente, tenemos financiado el plan de vivienda agresivo para los más humildes, porque sencillamente 200 millones de dólares posibles por año de ahorro, es mucha plata en un quinquenio" En relación a los funcionarios públicos estableció que: "Yo no responsabilizo a los que están, son hijos de un proceso, son nuestros compatriotas. Cualquiera de nosotros en la misma situación hubiera hecho lo mismo". Disponible en: http://www.larepublica.com.uy/2010/05/22 Consulta: 20/6/2010. 205 VI. DIMENSIONES PARA EL ANÁLISIS DEL DISCURSO Con el objetivo de analizar el discurso procesado por el MIDES para legitimar su intervención, - discurso que fue recogido fundamentalmente de los documentos institucionales relevados y de las entrevistas realizadas a técnicos y operadores tecnopolíticos – se construyen seis dimensiones para su análisis: i) qué tipo de intervención se considera legítima, ii) cuál es el valor central que legitima la intervención, iii) cuál es la fuente de justicia que orienta la intervención, iv) qué concepción de ciudadanía expresa, v) cómo se representa un ideal de hombre u hombre ideal, y vi) cuál es el papel que se le asigna al trabajo. Entendemos que estas seis interrogantes y sus posibles formas de respuesta logran representar o, más exactamente, expresar los contenidos ideológicos presentes en las propuestas de intervención. A través de su identificación y análisis se vuelve legible la construcción de sentido que orienta las acciones de gobierno y que sintetiza su forma particular de entender la cuestión social . Recordemos que, en las primeras páginas de este trabajo, se afirmó que la cuestión social es entendida como forma de interpretar los problemas llamados sociales y también es una propuesta de respuesta a tales problemas. Y es en este marco de análisis que se afirma que la cuestión social no es una situación objetiva sino que se trata de una construcción de sentido. Esta construcción de sentido refiere a qué tipo de intervención se considera legítima. En la respuesta a este punto se encuentran contenidos acerca de la construcción de los problemas sociales y definiciones sobre cuáles de estos problemas es legítimo intervenir, lo que equivale a 206 establecer dónde está el límite entre lo público y lo privado, entre lo individual y lo político. En definitiva, se delimita cuál es el espacio legítimo de la intervención, y por lo tanto, cuáles son sus límites. Esta intervención se encuentra valizada por un valor central. Preguntarse sobre cuál es el valor central que legitima la intervención permite identificar cuál es el valor que se pretende imponer: libertad, igualdad, solidaridad. Asimismo, ese valor refiere a un principio en que se asienta la justicia. De este modo, cabe preguntarse cuál es la fuente de justicia que orienta la intervención El principio de justicia puede reposar en la comunidad, como una fuente natural originaria, o en el mercado, como una construcción humana perfecta, o en la propia historia, es decir la justicia tiene como principio las luchas históricas de la humanidad. A partir de la construcción de ―cuestión social‖ emerge qué concepción de ciudadanía expresa el tipo de intervención que se propone. También es dable establecer que toda intervención tiene como objetivo apuntar a la construcción de un tipo ideal de hombre, por lo que es posible determinar cómo se representa un ideal de hombre u hombre ideal. Por último, por tratarse de una categoría llave, la categoría central en la construcción de la sociedad, cada perspectiva le atribuye al trabajo un papel. Por lo que la última dimensión a analizar es cuál es el papel que se le asigna al trabajo. VI. 1. ¿Qué tipo de intervención se considera legítima? 207 Esta dimensión es central en el proceso de demarcación entre las perspectivas de cuestión social construidas para los efectos de este estudio, pues permite establecer sobre qué aspectos de la vida social se considera legítimo intervenir y cuál es el tipo de intervención privilegiada. En cierto sentido, la intervención considerada legítima define la cuestión social o, en otras palabras, define precisamente qué problemas son sociales dado que su génesis y superación trasciende la responsabilidad individual y, por lo tanto, se vuelve legítimo e incluso imperativo intervenir socialmente sobre ellos y también define qué tipo de intervención es la legítima o, en otros términos, cuáles son los límites colocados en esta intervención. A partir de estas consideraciones es posible establecer con cierta precisión cuál es la intervención legítima del Estado para cada una de las perspectivas de cuestión social reseñadas. Para la perspectiva conservadora, la intervención legítima del Estado es la que recae sobre lo ―social‖, esfera independiente de la economía, donde se procesa la solidaridad. La integración social da cuenta de los valores y las normas que nos constituyen como sociedad y se está integrado si se comparten los valores centrales, dominantes, hegemónicos y los comportamientos individuales son orientados en función de ellos. Es ya clásico el recorrido que realiza Durkheim (1995A) en El Suicidio buscando mostrar la especificidad de lo social. Diferenciado de lo psicológico y de la economía, lo social es una esfera sobre la que es legítimo e imperativo intervenir para garantizar la integración social de los ciudadanos que precisan de instancias superiores de las cuales formar parte. Del mismo modo, en La División del Trabajo Social (1995) buscará demostrar que la división del trabajo tiene una función moral más que económica. Este movimiento busca una articulación entre el pensamiento conservador y el pensamiento liberal en tanto lo social tiene una 208 especificidad que amerita una intervención y busca diferenciarse de la economía donde reina el pensamiento liberal. Para esta perspectiva está claro que la intervención legítima es sobre ―lo social‖ y lo social está construido por la moral que constituye la solidaridad; vale decir, lo social refiere a las relaciones existentes entre los individuos y sobre ésto es legítimo e imperativo intervenir: ―En suma, nuestro primer deber actualmente es crear una moral. Tal obra no podría ser improvisada en el silencio del gabinete; ella sólo se puede erguir por sí misma, poco a poco, bajo la presión de las causas internas que la tornan necesaria. Pero la reflexión puede y debe servir para señalar el objetivo que se debe alcanzar.‖ (Durkheim, 1995: 432) Para la perspectiva neoliberal, la intervención estatal debe garantizar reglas civilizadas de competencia sin interferir con las leyes sustantivas del mercado. En tal sentido, la responsabilidad individual avanza sobre la responsabilidad social limitándola fuertemente. En otros términos, es posible afirmar que, tendencialmente, la cuestión social neoliberal despolitiza los problemas sociales a través del mecanismo clásico de individualizarlos. En su forma clásica, incluso en su conformación más simple - el contractualismo - se niega la propia existencia de los problemas sociales. Aquello que se concebía como problema era precisamente lo contrario, es decir, la construcción artificial de sistemas de poder que limitaban la libertad del individuo. Una vez destruidos éstos, el individuo libre competia en el mercado y, tanto su éxito como su fracaso eran de exclusiva responsabilidad individual. De este modo, fuera de la intervención clásica, policial y de administración de justicia, se debe intervenir sólo para garantizar la vida de 209 los individuos y a través de mecanismos que no interfieran con el mercado. De ahí que, fuera de los mecanismos que garantizan reglas civilizadas de competencia, vale decir, aquellos que garantizan la propiedad privada y el cumplimiento de los contratos, sólo sea legítima la intervención sobre la indigencia. Esto puede ser comprobado en la propia obra central de Hayek ―Camino de Servidumbre‖ (2006: 158). En tanto la responsabilización individual de los problemas no cede, los individuos que no operan adecuadamente, es decir, exitosamente en el mercado poniendo en riesgo su propia supervivencia son deslegitimados como ciudadanos y ello justifica la pérdida de su libertad y su consecuente infantilización.: ―(...) Benjamin Franklin expresó (...) `Aquellos que cederían la libertad esencial para adquirir una pequeña seguridad temporal no merecen ni libertad ni seguridad´‖ (Hayek, 2006: 172). La legitimidad de la intervención sobre la indigencia está sostenida por la idea de que la población indigente es aquella que se encuentra en una situación desmercantilizada y no consigue operar en el mercado ni como productora ni como consumidora. En este sentido, la intervención debe cesar cuando el indigente deja de serlo, o sea, cuando el individuo se integra a los mecanismos del mercado 232. La articulación entre el pensamiento neoliberal y el pensamiento conservador habilita la diversificación en la distribución de bienes y servicios, permitiendo la combinación de una creciente mercantilización con 232 ―El modelo `asistencial-privatista´ tiene como base la fragmentación social, clasificando a los ciudadanos poseedores de derechos en diferentes categorias. En un primer grado se localizan los ciudadanos consumidores, aquellos que compran en el mercado los bienes y servicios necesarios para satisfacer sus necesidades. En un segundo lugar estarían los ciudadanos trabajadores, que por estar integrados al mercado formal de trabajo serán protegidos por las políticas sociales, cada vez más reducidas y degradadas, como forma de fomentar la compra de servicios en el mercado. Finalmente, en un tercer grado estarían los ciudadanos pobres, población blanco de las políticas de asistencia y, principalmente, los programas asistenciales, emergenciales y paliativos, basados en la caridad, filantropia, voluntariado etc. sin reconocimiento de derechos de ciudadanía, donde la asistencia en la mayoria de las veces queda reducida a una acción voluntaria y caritativa, pensada como benevolencia y/o deber moral de ayuda al prójimo.‖ (Pastorini, 2002) 210 la precarización de los servicios públicos ofrecidos a aquellos que no pueden acceder al mercado: ―El sistema de protección social se desdobla: para aquellos segmentos poblacionales que disponen de alguna renta, la privatización/mercantilización de los servicios a los que pueden recurrir; para los segmentos más pauperizados, los servicios públicos de baja calidad. La política dirigida a la pobreza es prioritariamente emergencial, focalizada y, en general, reducida a la dimensión asistencial.‖ (Netto, 2006: 22) Para la perspectiva de la ampliación de la ciudadanía existe una totalidad sobre la que es legítimo intervenir desde el Estado. Esta totalidad incluye la relación capital - trabajo, siendo el proceso de desmercantilización (Esping-Andersen, 1990) creciente de todas las esferas de la vida la contracara del pensamiento liberal (cf. Coutinho, 1994: 42 y sig.). ―Obligado a negociar para obtener legitimidad, el Estado capitalista `ampliado´ - al depender de la correlación de fuerzas existente en la `sociedad civil´puede atender importantes revindicaciones de las masas trabajadoras organizadas. El avance de la democratización condición y política es, resultado de al un mismo tiempo, proceso de transformaciones también en las esferas económica y social.‖ (Coutinho, 2000: 39-49) Esta perspectiva, como fue consignado, tiene en sus orígenes un universo ideopolítico esencialmente antisistémico. De este modo, los límites 211 a la intervención del Estado son, por momentos, inexistentes. En una suerte de reformismo radical – si se nos permite la contradicción de los términos – la búsqueda de procesos emancipatorios en un contexto donde la dominación y la explotación son esenciales al funcionamiento del sistema hace que esta perspectiva aparezca como un riesgo para la gobernabilidad. ―En el plano económico, el límite del reformismo social-demócrata reside en el hecho de que la ampliación creciente de los derechos sociales es, a largo plazo, incompatible con la lógica de la acumulación capitalista.‖ (Coutinho, 2000: 44) Luego de esta breve reseña acerca del carácter legítimo de la intervención sobre ―lo social‖ para cada una de las perspectivas identificadas sobre la cuestión social, se propone analizar los elementos emergentes en los discursos de los entrevistados y en los documentos institucionales que permiten legitimar la intervención en el caso que nos ocupa. El gobierno debió articular un discurso homogéneo y monolítico para justificar y legitimar su propuesta de intervención desde el anuncio de la aplicación del Plan de Emergencia. El primer aspecto que surge para el análisis es la referencia a la idea de emergencia social: se comienza a hablar de emergencia en 1999 y se continúa hasta el 2004 para aplicar el Plan de Emergencia en el 2005. Tal como fue citado páginas atrás, en palabras de la Ministra de Desarrollo Social, el Frente Amplio comienza a reflexionar sobre el problema de la emergencia social en el año 1999 presentando distintas iniciativas para su atención, las que fueron desechadas por el gobierno de la época. En el año 2002 se reitera la presentación de un paquete de medidas tendientes a abordar la emergencia social, siendo finalmente el triunfo del gobierno del Frente Amplio el momento en el que se desarrollan las iniciativas que se habían elaborado. 212 Esto ya aporta algunas pistas, en el sentido de que se justifica la intervención como respuesta a una emergencia, emergencia que dejó a miles de uruguayos excluidos, viviendo en situación de indigencia, por fuera del mercado como productores y como consumidores. Las crisis concebidas como catástrofes extra-mercado, sin importar si por razones naturales o naturalizadas como terremotos, sequias, incidencia de la economía mundial en la economía nacional, malos gobiernos, etc, permiten legitimar intervenciones extraordinarias. Es la emergencia lo que justifica el despliegue de un conjunto de intervenciones especiales y la vigilancia neoliberal será la responsable de recordar el riesgo de que estas intervenciones extraordinarias se prolonguen más allá del período de crisis. En último análisis se podría argumentar, de acuerdo con los parámetros neoliberales, que la crisis del treinta configuró intervenciones legitimadas por la crisis y su continuidad más allá de ésta desencadenó la emergencia y consolidación de los Estados de Bienestar. De ahí se deriva la permanente insistencia y exigencia de que las medidas extraordinarias deben diseñarse estableciendo claramente el tiempo de finalización de la intervención. ―Desde el paradigma de la economía neoclásica la transitoriedad de las políticas sociales está justificada como fenómenos derivados de fluctuaciones `anormales´, `desviadas´ o `disfuncionales´ de la economía.‖ (Serna, 2006: 4) En primer lugar, se visualiza una naturalización de la crisis que es presentada como un fenómeno ―meteorológico‖, sin considerar la paradoja de referir a la crisis y a la emergencia en 1999 y mantener los mismos términos seis años después. De algún modo, la diferencia parece ser que, si bien la crisis está referida a aspectos supra sistema, los efectos de ésta sobre 213 la población solo serán resueltos a partir de la aplicación del ―Plan de Emergencia‖ por parte del nuevo gobierno. Es decir, en la medida en que no se plantean transformaciones de fondo ni en la política económica ni en los sistemas de protección social vigentes, la crisis aparece en los discursos como algo que nos ocurrió y sobre lo que no teníamos mayor control: ―fiebre aftosa‖, ―coyuntura internacional‖, etc, se convirtieron en los factores de explicación del fenómeno. Lo que faltó entonces fue un gobierno con sensibilidad social que aplicara un ―Plan de Emergencia‖ para terminar de resolver sus efectos. Esto es consistente con la crítica a la gestión de los anteriores gobiernos por su incompetencia en la definición de una estrategia de superación de la crisis en sus aspectos sociales: ―Yo llegué a una conclusión en esto de coordinar las políticas sociales: el problema de la fragmentación no es la causa de la ineficiencia sino la consecuencia de una ausencia de estrategia. Sin estrategia de desarrollo no podes coordinar nada con nada.‖ (Entrevista a director político del MIDES) De este modo, el diagnóstico acerca del fracaso de los anteriores gobiernos parece referir más a razones de orden técnico que político: ―El posicionamiento institucional incide en la posibilidad de abonar a ese proceso. El problema no es la sectorialidad sino la falta de coordinación intersectorial. Ministerios de Trabajo, Salud y Educación va a haber siempre en cualquier parte del mundo. Coordinar es una cédula de identidad del gobierno. Hay tres organismos que por sus posiciones y su misión tienen la posibilidad de mirar la cancha, la Oficina de Planeamiento y Presupuesto, el MIDES y el 214 Ministerio de Economía y Finanzas. Nuestra preocupación es de lo que no se pueden preocupar los otros, ver el conjunto sin la presión de la ejecución, y gastar nuestro tiempo en idear mecanismos que conecten.‖ (Entrevista a director político del MIDES) Son dos los aspectos identificados que limitan claramente la configuración de la intervención considerada legítima: i) el tiempo de la intervención y ii) la población objeto de intervención. Ambos aspectos emergen de un principio estrictamente neoliberal por el cual la intervención no debe interferir en los mecanismos del libre mercado. Como ya fue indicado, se tolera la intervención siempre que se restrinja a esferas que se encuentran fuera del mercado y que no genere distorsiones en sus mecanismos. (i) En relación al tiempo de la intervención, el análisis permite diferenciar dos principios: A) Un principio neoliberal que concibe que, en tanto la emergencia habilita la intervención, ésta debe auto limitarse en el tiempo; la asistencia no puede prolongarse más allá de un período predeterminado, por el mismo principio de que la predisposición a continuar interviniendo no juegue en contra haciendo emerger al factor humano. Dado que la emergencia permite legitimar la intervención, ésta no debe prolongarse más allá de un período razonable en que se supone serían revertidos los efectos de la crisis. De ahí el énfasis en la insistencia en que el Plan de Emergencia debía durar dos años y ―ni un día más‖. El supuesto es que aquellos que están dispuestos a salir de su situación lo harán en el tiempo prefijado, al tiempo que se impide que la población asistida se vuelva dependiente de la asistencia. ―(...) comenzamos a trabajar en ese gran objetivo que era un Plan de Emergencia a dos años, que tenía una 215 dotación de 200 millones de dólares.‖ (Entrevista a Directora Política del MIDES) ―De lo que se trataba era de construir herramientas para salir y a dónde salir (...).‖ (Entrevista Ministra de Desarrollo Social) B) El otro principio es claramente conservador. Como establece Real de Azúa (1984), el pensamiento conservador contiene la expectativa de que la población mantenga un comportamiento moral más allá de sus condiciones de reproducción social. En este sentido, se hace hincapié en que la población asistida no opuso resistencia de ningún tipo a la finalización del ―Plan de Emergencia‖ porque desde el inicio se había planteado claramente que su duración era de dos años y, por tanto, la población, que respeta los acuerdos cuando le son planteados claramente, no reaccionó cuando se les quitó el recurso. ―ahí la comunicación anduvo muy bien, tenemos un buen ingreso en la puerta, se atendieron 500 personas por día, es un punto de referencia, en todas las entrevistas y los materiales de difusión se les fue diciendo claramente: el plan se terminará (....) Además fuimos felicitados por muchos organismos internacionales, por la transparencia, no salirnos del libreto mas allá de la presión, y eso significaba mucho.‖ (Entrevista a Directora Política del MIDES) Llama la atención que las corporaciones son sospechadas de presionar constantemente para ampliar sus beneficios legitima e ilegitimamente, los empresarios de una rama de actividad son sospechados y acusados de exigir la intervención del Estado para mejorar la 216 competitividad, etc. y los indigentes ¿son ―el reservorio moral de occidente‖ dispuestos a renunciar a un subsidio sin protestar porque el acuerdo fue claro?. (ii) En relación a la población a atender se recogió un discurso monolítico y homogéneo del conjunto de entrevistados que permite identificar claramente cuál era la población que merecía la intervención. La población beneficiaria debía ser aquella sin ningún activo para operar en el mercado. El mecanismo de demarcación para su adecuada identificación fue prefijado y aplicado con disciplina espartana a fin de evitar que elementos humanos distorsionaran su aplicación (compasión, simpatía) 233. Se debía intervenir, al menos a través de programas de transferencia de ingresos, sobre ―la población PANES‖, es decir, sobre la pobreza extrema, sobre la indigencia. En palabras de la Ministra de Desarrollo Social, la población en situación de pobreza se consideraba en situación de ―privilegio‖ al no formar parte de la categoría ―indigente‖, si bien planteaba dificultades en áreas clave como la alimentación o el trabajo. ―Ahí trabajamos con el algoritmo que nos elaboraron técnicos de la Universidad de la República, de la Facultad de Ciencias Económicas y con un formulario y un sistema informático que nos elaboró el Banco de Previsión Social. Nosotros habíamos decidido que íbamos a visitar a todos los hogares, y se visitaron 231 mil hogares del Plan de Emergencia. Hubo un problema de comunicación nuestra, pues, se asociaba aquella cifra de un millón de pobres a los 100 mil hogares en indigencia. Inclusive la palabra indigencia no era muy bien entendida, hablamos de pobreza extrema, y por esto cuando se abrieron las oficinas del 233 ―A nosotros nos tocó lo más difícil que es elegir entre los más pobres. Teníamos que decirle usted está en una situación muy difícil, no tiene que comer, no tiene trabajo pero es un privilegiado porque no es indigente.‖ (Entrevista Ministra de Desarrollo Social) 217 BPS para la inscripción al Plan fueron el millón, 231 mil hogares multiplicado por sus integrantes, nos da un millón.‖ Detenerse en esta apreciación de la entrevistada permite establecer algunas consideraciones sobre el tratamiento dado a las categorías de pobreza e indigencia. Estas categorías no son más que elaboraciones técnicas relativamente arbitrarias y construidas a los efectos de medir, diagnosticar, comparar distintas poblaciones, etc. Ahora bien, en la reflexión de la entrevistada se opera una naturalización tan extrema de estas categorías que parecen ser ―reificadas‖ al punto en que la población puede ubicarse a sí misma dentro de una u otra y, si el mensaje hubiera sido claro, los pobres, que saben que son pobres pero no indigentes, no se habrían inscripto, mientras que sólo los miserables, que saben que sí lo son, sí lo habrían hecho. A lo sumo habría que ir a buscar a aquellos tan miserables que ni siquiera saben que lo son o que desconocen su derecho por su condición de miserables. ―Esa cifra nos sobrepasaba, pues ustedes saben cómo funciona el algoritmo: es una suma de dinero más las condiciones críticas, y si superaba el ingreso de 1300 pesos por persona por mes, ese hogar no ingresaba al Plan. Así fue que por BPS, ya quedaron descartados 40 o 50 mil hogares pues tenían empleo formal, y nosotros visitamos 190 mil hogares, que eran los que, en principio, por ingreso, contemplaba la ley que les correspondía el Plan, y luego de visitar y ver que algunas declaraciones no se correspondían con la realidad, es decir, declaraban un ingreso de 500 pesos y uno veía en la visita que era imposible que solo ingresaran 500 pesos, así fue que en los dos años 218 del Plan ingresaron 90 mil.‖ (Entrevista Directora Política del MIDES) Nuevamente aparece la naturalización, en este caso del algoritmo que parece tener, al menos para esta entrevistada, una relación esencial con la realidad. La indigencia es una categoria reificada a tal punto que si la persona declaró un ingreso que la ubica como indigente pero luego ―el algoritmo‖ la descarta es la presunción de engaño lo que explica el desajuste, lo que confirma la eterna sospecha sobre los pobres. Es la aplicación de la fórmula establecida lo que define al individuo como indigente, pobre o no pobre. Lo que la fórmula no mide es si la persona obtuvo cierto confort en las condiciones del hogar gracias a un pasado reciente de integración al mercado laboral y efectivamente está percibiendo ese ingreso al perder o precarizar sus vínculos con el trabajo: ―es imposible que solo ingresaran 500 pesos‖. ―Entonces definimos un algoritmo que midiera, no sólo el ingreso, sino otras dimensiones, nivel educativo, la vivienda, medir la exclusión mas allá de los ingresos (…) entonces hubo gente que se atendió por otras cosas, pero con el PANES no.‖ (Entrevista Director Político del MIDES) Es posible visualizar que se incoporan dimensiones más allá del ingreso para analizar la ―exclusión‖. Sin embargo, este análisis no resulta en una ampliación de la población beneficiaria sino, valga la redundancia, en una exclusión producto del establecimiento de límites más precisos y abarcativos: si la familia alcanzaba un ingreso superior a 1300 pesos por integrante quedaba fuera de la prestación sin importar si esos ingresos eran obtenidos de un empleo formal, del ejercicio de la prostitución o de la recolección de residuos o el trabajo infantil. En estos casos, tampoco importó donde vivían ni cómo lo hacían. La exclusión tiene otras 219 dimensiones sí, pero para ingresar al PANES, solo una de ellas ha sido excluyente prima facie. Asimismo, las otras dimensiones consideradas también operaron como forma de limitar el universo de población asistida, tal como lo vimos en la situación anterior: por ingresos correspondía el beneficio pero los niveles alcanzados en educación o equipamiento del hogar los excluían del mismo. De igual modo y en forma complementaria, el monto de inversión prevista para el Plan de Emergencia fue establecido antes de tomar contacto con la población. De ahí que la entrevistada planteara ―esa cifra nos sobrepasaba‖, había 200 millones para el PANES y ni un peso más, si la indigencia era mayor a lo previsto se ajustaba el criterio de ingreso. Como señalamos, los programas de transferencia de ingresos se dirigen a quienes están excluídos de cualquier relación mercantil. La prestación fue dirigida a aquellos que no accedían a estas formas de relación. De este modo, el énfasis se colocó en la necesidad de no dotar de recursos materiales a quienes no estuvieran en dicha situación, ya que de este modo, se incidiria en las relaciones mercantiles de la población, lo cual debe ser impedido. En definitiva, fue necesario demostrar que la población beneficiaria no poseía recursos que le permitieran participar del mercado para así acceder a una transferencia monetaria. De lo contrario, podría participar de otros programas cuyos objetivos estuvieran centrados en la transferencia de herramientas capacitadoras destinadas a mejorar su rendimiento en el mercado, lo cual fue llevado adelante a través de programas de formación socioeducativos con un fuerte componente normativo. Estos programas fueron obligatorios para la población PANES y optativos para el resto de la población. 220 En un mismo sentido, es posible afirmar que los montos a transferir no debían competir, en calidad o en cantidad, con los que se podrían obtener participando en el mercado. O, expresado en otros términos, la prestación monetaria no puede, en ningún caso, superar los montos que se pueden obtener como salario de forma de no desestimular para el trabajo: ―En materia de asignaciones familiares nosotros operamos transformaciones importantes. ¿Podríamos haber incrementado más?, sí, también fue tema fuerte de debate las escalas. Yo creo que el tema era no generar una suerte de dependencia a través de las asignaciones familiares y un des-incentivo a la búsqueda de empleo o, mejor dicho, un incentivo a la pasividad en la búsqueda de empleo [Este argumento lo escuché también para fijar el ingreso ciudadano234]. Sí, es verdad que ese tema también estuvo presente en ese debate.‖ (Entrevista a Director Político del MIDES) Del mismo modo, los recursos ofrecidos para mejorar situaciones deficitarias en materia de vivienda fueron cuidadosamente pensados con el objetivo de no aportar una mercancía sino un producto que se agotara en su valor de uso. El programa Mejora del Hábitat aportaba materiales para la auto-construcción y, en caso que ésta no fuera posible, se contemplaba algún apoyo bajo la forma de asesoramiento técnico para la construcción. ―Ahora lo hablábamos con el Instituto de Economía que no hubo impacto en la mejora de la vivienda. Yo estoy de acuerdo con ello. Se hizo un grupo de control con familias que entraron y familias que no entraron `por un centésimo´. Es lógico que no se lograran 234 Intervención del entrevistador. 221 impactos significativos porque de acuerdo a los criterios de lo que es una vivienda digna no mejoraron nada. Pero el hacinamiento sí se ha atacado: la persona se hizo una pieza o cambió las chapas del techo que antes las había encontrado en un basural, y ahora claro, eso no da impacto en la vivienda pero, de acuerdo a como las encontramos, constituye cierta mejora.‖ (Entrevista Ministra de Desarrollo Social) La intervención del Estado en la construcción de vivienda e infraestructura de interés social es quizá la intervención más típicamente keynesiana, reclamada históricamente por la perspectiva de la ampliación de la ciudadanía. Los efectos de una forma keynesiana de intervención estatal son doblemente ―distorsionadores‖ de las reglas del libre mercado. Por un lado, porque se interviene fuertemente en el mercado laboral a través de la generación de empleo y contribuyendo al alza de los salarios. Por otro lado, porque tal tipo de intervención pública en el campo de la vivienda genera fuertes efectos en el mercado inmobiliario: reducción en el precio de los inmuebles, baja en el monto de los alquileres y, en última instancia y llevado a un extremo, tiene un fuerte efecto desmercantilizador sobre la vivienda al constituirla en un derecho de ciudadanía. En este sentido, las acciones contenidas en el Programa de Mejora del Hábitat no tienen ningún tipo de incidencia en ninguna de las dos esferas señaladas, es decir, ni en el mercado laboral, ni en el mercado inmobiliario: ―Dábamos canasta de materiales para autoreparación asistida. Teníamos un convenio con la Asociación de Asistentes Sociales del Uruguay, con el Sindicato Único de la Construcción y Afines y un convenio con la Sociedad de Arquitectos para formar equipos en el 222 diseño de eso que nosotros llamábamos un baño y un poco más. En general, era el baño y el arreglo de una pieza. Teníamos el apoyo de los obreros de la construcción para aquellos casos en que la autoconstrucción no era posible.‖ (Entrevista a Director Político del MIDES) En relación al mercado laboral, es evidente la preocupación de no interferir desarrollando intervenciones mínimas e indispensables: se apuesta a la autoconstrucción, y a lo sumo, sólo en aquellos casos en que ésta no fuera posible, se prevé un apoyo en mano de obra semi - calificada. En relación a la vivienda como mercancía, se garantiza su resguardo en tanto la intervención es apenas remedial sobre construcciones irregulares y en pésimas condiciones. Estas iniciativas convierten al Estado en un promotor de construcciones totalmente irregulares, sin aportes a la seguridad social ni regulación municipal. Las pésimas viviendas así mejoradas solo tienen un dudoso valor de uso y si efectivamente alcanzan algún valor de cambio lo es en el mercado informal de los propios indigentes, que es lo mismo que decir que no participan del mercado formal. Se visualiza un proceso que puede ser leido como de reificación (Cf., Lukàcs, 1978: 97) donde mercado y sociedad son equiparables. Se concibe la integración en tanto se está integrado a la sociedad por el hecho de compartir normas, valores, etc. pero la garantía de que el individuo está integrado y que comparte este universo de normas, valores, etc. es su integración al mercado: se está integrado en la medida en que se participa del mercado ya sea como productor o como consumidor. En otros términos, lo que hace operar la intervención y la legitima es la constatación de que el individuo no está integrado al mercado, sobre todo 223 como productor, vale decir al mercado de empleo, pero no solo, pues estar desocupado no alcanza si el individuo es propietario de mercancias pasibles de ser intercambiadas en el mercado. Esta posesión lo inhabilita como asistido. Recuérdese que el ―algoritmo‖ fue aplicado para definir los beneficiarios de la asistencia; el ―algoritmo‖ establecia quién era indigente a partir de aspectos culturales (nivel educativo) y socioeconómicos (condición y características de la vivienda, presencia de electrodomésticos, etc). La constatación de que el individuo no participa del mercado lo deslegitima como ciudadano y habilita la intervención normativa – moralizante del Estado junto a sus operadores: las ONGs. Es decir, la intervención se torna legitima por razones esencialmente económicas, pero la intervención legítima es sobre aspectos esencialmente morales. Valga, a modo de ilustración, el siguiente fragmento de la entrevista realizada a una directora política del MIDES donde puede visualizarse el particular desdoblamiento que se realiza entre el mercado laboral y lo social en sentido amplio: ―El eje vector de este programa, y sobre todo de esta población de extrema pobreza, es el vector de lo colectivo, es la promoción a incluirse a espacios colectivos, incorporarles argumento o sea pretexto, que se vayan a un espacio colectivo, en este caso las dos incorporaciones son: el trabajo, físicamente que se vayan a trabajar a un organismo público y la incorporación de habilidades transversales que le sirvan para la vida no específica y eso es, de acuerdo con nuestro marco teórico, en lo que más insistimos.‖ 224 Desde este ―marco teórico‖, expresado en el material de entrevistas y en los documentos institucionales 235, se desdoblan dos esferas a tener en cuenta para la intervención. Una secundaria, el mercado de trabajo, instrumental para que el individuo se pueda integrar a él y otra central, ―en lo que más insistimos‖: la vida no especifica, lo social en sentido amplio. ―Entonces, no es un programa de empleo, pero impacta en la empleabilidad. No siempre impacta en la mejora del empleo pero sí en el nivel de empleabilidad como un producto secundario, porque impacta en su inserción, en su autoestima o en su cariño por sí mismo o en su utilidad social o llámenle como quieran, pero lo más popular es el impacto en la autoestima, porque se siente mejor. Primero, porque siente que pertenece a algo que, en principio, es un grupo y, segundo, porque se siente útil, porque hace cosas y eso los legitima. Por eso el vector es lo colectivo. Entonces con distintas herramientas lo que hago es que la gente vuelva a creer que puede incluirse desde otro lugar en la sociedad.‖ El ―argumento‖ que se pretende incorporar, permite establecer cuál es el sentido de la intervención. Este puede identificarse en dos vías estrechamente vinculadas entre sí: •Una de estas vías refiere a la necesidad de ―incorporar argumento‖, es decir, a la necesidad de que el sujeto integre ciertas habilidades y destrezas 235 Véase, por ejemplo, las palabras de la Directora Nacional de Desarrollo Ciudadano del MIDES, consistente con este ―marco teórico‖: ―Mejorar las habilidades y destrezas en oficios, mejorar el nivel de escolaridad (...) son sin duda aportes sustantivos para alcanzar la inclusión en el mercado de trabajo y mejorar las estrategias de generación de ingreos. -Pero también se atienden otros problemas (....) el acompañamiento y la orientación para resolver problemas vinculados a la dinámica personal o familiar: violencia doméstica, adicciones, carencia en la documentación, entre otros.‖ (Mazzotti, 2009: 5) 225 que lo vuelvan un individuo capaz de vender su fuerza de trabajo y volverse útil. 5. Una segunda vía, fundamental para esta concepción, ―en la que más insistimos‖, refiere a la necesidad de ―incorporar argumento‖, es decir, a la necesidad de transferir ciertos contenidos de carácter moral de forma tal que el individuo se sienta parte de lo social y se integre a la comunidad a partir de una incorporación moral. Los argumentos que legitiman la intervención están determinados en la búsqueda de la integración social en sus dos espacios posibles: el mercado o la comunidad. Esta búsqueda se desarrolla a través de mecanismos ―naturales‖ o promoviendo la construcción de caminos ―artificiales‖ o de inserción, como dirá Castel (1997). Delimita la intervención sobre los individuos en tanto se les ―incorpora argumento‖, se mejoran sus ―habilidades y destrezas‖ para incorporarse al mercado laboral, pero no se interfiere con el mercado laboral. El programa ―no es un programa de empleo‖, es un programa que apunta a ―revertir las barreras que dificultan la inclusión al mercado de trabajo y que refuerzan situaciones de exclusión social. Aspectos vinculados a la socialidad, al desarrollo de vínculos y a la integración a redes sociales son especialmente atendidos (...)‖ (Mazzotti, 2009: 5) Pero, sobre todo, se interviene sobre ―la vida especifica‖ en tanto ¿otra forma de referirse a lo social?. Operar sobre aspectos normativomorales es legítimo cuando la población no logra manejarse sola en el mercado; si recurrieron a la asistencia entonces es ―natural‖ pensar que son 226 violentos, tienen problemas de drogas, etc. y por tanto desarrollar ―el acompañamiento y la orientación para resolver problemas vinculados a la dinámica personal o familiar: la violencia doméstica, adicciones, carencia de documentación, entre otros.‖ (Mazzotti, 2006: 5) El pensamiento neoliberal -que respeta la libertad de los individuos, su privacidad y la no interferencia del Estado – se articula con el pensamiento conservador y tolera la sospecha sobre la integridad de aquellos que aceptan su incapacidad para manejarse en el mercado y habilita la intervención, incluso coercitiva, sobre ellos. De este modo los asistidos, ―los protagonistas‖, intercambian su libertad por asistencia. El pensamiento conservador sin límites puede desarrollar libremente su práctica moralizante sospechando sobre la inmoralidad de aquellos infantilizados por no saber participar adecuadamente en el mercado. Al respecto sorprende la claridad con la que uno de los entrevistados describió cómo se construye un sistema desdoblado de integración social: el consumo, para aquellos integrados ―naturalmente‖ o automáticamente, y la participación (obligatoria) para aquellos que no acceden al consumo: ―La izquierda promueve un modelo, donde los pobres, se integren mediante la participación y el control, porque las clases medias nos integramos por el consumo y no vamos a ninguna asamblea, y nosotros, que nos integramos por el consumo, somos los que promovemos la participación activa de otros, les pedimos que gasten tiempo suyo para participar; la gente también resuelve sus problemas por medio de la participación, es decir, cobra, tiene una devolución del servicio.‖ (Entrevista a director político del MIDES) 227 El otro aspecto de legitimación, complementario con el anterior, emerge de principios netamente conservadores y el discurso lo dice claramente: estamos operando sobre ―pobres merecedores‖ (Castel, 1997), es decir, sobre sectores de población que se encuentran en esa situación por elementos ajenos a su voluntad (en este caso, la emergencia). La pobreza se categoriza en pobres merecedores de ayuda donde moralmente no surgen resistencias legítimas para la intervención y aquellos pobres que no tienen valores morales, hábitos de trabajo y, por tanto, es dudosa la legitimidad de la asistencia. ―Vos tenés una población con grandes deseos de cambiar, porque hubiera sido terrible que nadie se hubiera anotado para trabajar. El problema de la exclusión hubiera sido más grande, la calidad de la exclusión y de los que viven fuera del sistema es tal que te deja tranquila que se anotaron 15 mil. Pero si hubiera habido cupos para 45 mil se hubieran anotado 45 mil. Trabajo, con apoyo, con capacitación, con odontología, oftalmología, paso a ser un tema de mucha convocatoria, te muestra la voluntad de la gente de cambiar.‖ (Entrevista a Directora Política del MIDES) Se observa un giro discursivo, no menor dentro de la tradición de la izquierda uruguaya: las víctimas de las políticas neoliberales (Olesker, 2001) son ahora individuos que pueden integrarse si tienen voluntad de cambiar. Por ende, no es la sociedad la que debe ser transformada – o al menos no hay que esperar a la gran transformación social – sino que son los individuos los que necesitan cambios para integrarse a ella. Paradójicamente se implementa una batería de dispositivos socioeducativos tendiente a ―generar hábitos de trabajo‖ y ―disciplinar‖ a esta población que de acuerdo al propio discurso institucional, está dispuesta a trabajar con el objetivo de 228 duplicar el monto del ingreso ciudadano que le es otorgado sin necesidad de hacerlo. Esta aparente contradicción en el discurso se resuelve cuando recurrimos al concepto de crisis adelantado en páginas anteriores. La exclusión extrema de la población atendida aparece como resultado de la crisis y no como producto de problemas estructurales de tipo moral de esta población, entonces, resuelta la crisis por un gobierno responsable y serio, el mercado vuelve a operar en forma adecuada y por tanto esta población podrá, más tarde o más temprano, incorporarse a él sin problemas. ―La situación socioeconómica regional y nacional en el año 2005, cuando el actual gobierno accedió a la administración nacional, era extemadamente crítica, debido principalmente a la crisis económica que afectó a la región entre los años 1999 a 2002. En el caso uruguayo la crisis tuvo consecuencias sociales progundas (....) La respuesta inmediata a las situaciones de mayor vulnerabilidad que posibilitó la instrumentación del PANES abrió paso al diseño y puesta en práctica de una estrategia de acción de naturaleza distinta a la anterior, el denominado Plan de Equidad (...) un sistema de protección moderno y ajustado a las nuevas necesidades sociales (...)‖236 En síntesis, la intervención es legítima para el MIDES como intervención moralizante, normativa. Se interviene para construir sociedad donde no la hay, para construir solidaridad y para incorporar a los excluidos a la sociedad en sus dos esferas posibles: el mercado o la comunidad. 236 De la Emergencia a la Equidad. Las políticas sociales del Gobierno Nacional (2005 – 2009) Uruguay Social. Consejo Nacional de Políticas Sociales. Montevideo 2009: 11, 16). 229 Y es legítima porque no interfiere sobre el mercado. La garantia está dada en que se interviene moralizando a aquellos que lo necesitan, es decir, aquellos que están excluidos y no participan del mercado: los indigentes. La prestación material es menor a la que se puede obtener en el mercado y logra legitimarse como acción humanitaria de rescate ante la ―emergencia‖ como catástrofe: ―(...) el procedimiento ideológico por excelencia es reducir la crisis a un suceso externo, contingente en definitiva, y descuidar, por lo tanto, la lógica inherente al sistema que engendra la crisis.‖ (Zîzêk, 2010: 10) Pero, sobre todo, está la garantía del efecto moralizante en tanto es contrapartida de alguna exigencia normativa: mandar a los niños a la escuela, vacunarlos, participar de las actividades del programa ―Rutas de Salida‖, controlar el embarazo, etc. La intervención se detiene instantáneamente en cuanto el individuo ingresa al mercado. Frente a la integración del individuo al mundo del trabajo formal con su correspondiente inscripción en el Banco de Previsión Social, o frente a denuncias de ―abuso‖ realizadas por vecinos u operadores técnicos, se despliegan mecanismos de control con la participación de asistentes sociales, vía convenio con la Asociación de Asistentes Sociales del Uruguay (ADASU), cuyo resultado puede significar la interrupción de la prestación. De todos modos, la prestación igualmente se interrumpe después de un plazo predefinido donde se puede suponer que si el indigente no se integró es porque no logró apropiarse de las herramientas brindadas. La articulación entre la intervención legítima para el pensamiento conservador y los límites establecidos por la perspectiva neoliberal está garantizada de manera pulcra: se interviene sobre aquellos individuos 230 deslegitimados para ejercer la libertad porque perdieron en el mercado y ese fracaso legitima que la intervención asuma un carácter moralizante. Un elemento que resulta interesante y sobre el cual queremos detenernos es el que refiere a la clásica preocupación neoliberal que establece que la intervención del Estado sobre el mercado, aunque sea con las mejores intenciones, genera distorsiones que producirán, más tarde o más temprano, peores males que los que se quiso evitar. Entonces la intervención tiene que tener limitaciones externas a los individuos, que, como fue indicado, pueden estar tentados, por simpatia, compasión o flaqueza, a extralimitarse en la intervención. Entonces ¿quién es el encargado de limitar esta intervención?, ¿es el propio Estado, quíen es precisamente al que se quiere limitar?. Aparece entonces un actor relevante: la tecnocracia ―objetiva‖. Los técnicos ¿son objetivos?, ¿están capacitados para construir dispositivos técnicos objetivos capaces de superar cualquier limitación humana?, ¿se encuentran por encima de cualquier posición de clase, política, etc.? Parecería que esto no resiste la menor critica. Lo que parece estar emergiendo es el papel de los organismos internacionales legitimando los limites autoimpuestos, con criterios tecnocráticos. Acá el término tecnocrático tiene su más perfecta acepción: gobiernan por encima de los gobiernos imponiéndoles limites estructurales a la intervención tales como el algoritmo, el limite a la intervención en dos años, etc. Responde a ―críterios técnicos‖ supuestamente objetivos. No deja de ser tentador realizar un paralelismo entre la ―infantilización‖ de la población objetivo del PANES, y la de los operadores tecno-políticos del MIDES, regocijados por las felicitaciones del Banco Mundial por que los programas del MIDES fueron los más eficientes, los mejor focalizados, los que menos incurrieron en dejarse sensibilizar por las exigencias de una población que se sentia miserable, y que por obra de los criterios técnicos no lo era aunque no tuviera qué comer. 231 VI. 2. ¿Cuál es el valor central que legitima la intervención? Como ya fue adelantado, la intervención legitima se desprende de un valor central que se quiere, mantener,237 preservar 238 o conquistar239. De tal forma los valores se estructuran en un orden prioritario de acuerdo a cada perspectiva en el que a partir de un valor central se derivan los demás. En tal sentido: Para la perspectiva conservadora, el valor central que se busca manterner a través de la intervención es la integración social y se garantiza a través de la participación entendida como el ser parte de la comunidad y de los valores morales que ella contiene. Para la perspectiva liberal, el valor supremo que limita las intervenciones es la libertad, la cual está garantizada en el mercado entendido como una instancia con leyes propias que regulan su funcionamiento. 237 Si bien para el pensamiento conservador la integración social es constitutiva de lo social es preciso una acción social decidida para que la moral se mantenga. ―Lo que motivó y determinó el desarrollo de la sociología (...) fue, por tanto, la percepción de la crisis en la cuestiones de la sociedad burguesa, la conciencia de la necesidad de hacer algo para evitar su desintegración o transformación en tipos diferentes de sociedad sin duda menos deseables.‖ (Hobsbawm, 1988: 380) 238 Para el pensamiento liberal, la libertad, que es individual, es preexistente al Estado e incluso a la sociedad por lo que debe ser resguardada de ésta y sobre todo del Estado. La libertad es escencialmente propiedad privada (cf.Macpherson, 1979) de la que se derivan los demás valores. Veamos al respecto un bello pasaje del Capital: ―¡Libertad!, porque el comprador y el vendedor de una mercancía, por ejemplo de la fuerza de trabajo, solo están determinados por su libre voluntad. ¡Igualdad!, porque sólo se relacionan entre sí en cuanto poseedores de mercancías. ¡Propiedad!, porque cada uno dispone solo de lo suyo. ¡Bentham!, porque cada uno de los dos se ocupa solo de si mismo‖ (Marx, 2002: 214). En fina ironía Marx sustituye la fraternidad por Bentham (Jeremy), padre del utilitarismo. 239 La igualdad como posibilidad es el resultado de la lucha histórica de la humanidad y sus fuerzas progresistas. ―Tal como en el caso de los derechos civiles y politicos, pero de modo aún más intenso, lo que se presenta como tarea fundamental en lo que se refiere a los derechos sociales no es el simple reconocimiento legal-positivo de los mismos, sino la lucha para tornarlos efectivos.‖ (Coutinho, 2002: 63) 232 Para la perspectiva social o de la ampliación de la ciudadanía, el valor supremo que guía las intervenciones es la conquista de la igualdad y debe estar asegurada por el Estado en tanto contraparte que garantiza el ejercicio de los derechos de ciudadanía. De las entrevistas realizadas emergen claramente contenidos vinculados a dos valores que asumen centralidad en los discursos desplegados: la libertad y la solidaridad. La prestación monetaria y la tarjeta de alimentos son solidarias con la idea de libertad para operar como consumidor en el mercado de forma más o menos libre (pues expresamente no se permite la compra de refrescos ni bebidas alcohólicas). El pensamiento conservador acepta una subordinación ante los principios liberales y se articulan de modo tal que la integración, entonces, se despliega como posibilidad, siempre y cuando ésta sea realizada en el mercado. Es decir, los valores conservadores participan controlando y disciplinando a esta población siempre que el objetivo sea la integración al mercado. ―Te encontras con un hogar donde el nivel educativo es primero o segundo de escuela cuando lo hay, gente que hace muchos años que no tiene trabajo formal o nunca tuvo, claro que de algo vive, se rebuscan pero hace años que no tiene trabajo formal.‖ (Entrevista a Directora Política del MIDES) El problema detectado es claramente de integración: falta de integración en el sistema educativo, falta de integración al trabajo formal e incluso una sospecha: ―de algo viven‖. La resolución apunta a integrar, integrar al mercado, habilitar niveles controlados de libertad para que el individuo la utilice y se integre progresivamente de la mano de la libertad que da el dinero: 233 ―Por eso peleamos tanto por la tarjeta porque la familia tenía que hacer horas de cola para acceder a una canasta que no es una canasta, es una bolsa donde alguien decidió lo que tenía que comer a una tarjeta donde la persona decide qué es lo que quiere y sólo tiene prohibido comprar cigarros, alcohol y bebidas cola, y tu lo ves porque nosotros entramos y vemos lo que compra la gente, y de pronto vemos que compró las cosas para un cumpleaños, lo que compran es alimentos perecederos, yerba.‖ (Entrevista Ministra de Desarrollo Social) Libertad limitada, ―prohibido comprar cigarros, alcohol y bebidas cola‖. Los niños se educan así brindándoles crecientes niveles de libertad y también, como con los niños, mediante una libertad controlada: ―nosotros entramos y vemos qué compra la gente‖; se destaca la compra de ―cosas para un cumpleaños (...) yerba‖. Fruición del pensamiento conservador: ―están integrados‖, comparten valores del resto de la sociedad (―festejan los cumpleaños‖), comparten la identidad nacional (compran ―yerba‖, toman mate como buenos uruguayos que son). Resulta interesante hacer un rodeo para pensar el mecanismo de la transferencia de ingresos a través del ingreso ciudadano: ¿por qué una prestación en dinero?. El dinero posee una simbología que dificulta enormemente su legitimación como prestación y esto no se resuelve satisfactoriamente ni siquiera acompañado de la exigencia de contraprestaciones. La frase que se escuchaba desde el sentido común a nivel popular, ―les estan regalando dinero‖, resulta devastadora. No es lo mismo decir ―tienen hambre y les estan dando comida‖ o ―tienen frio y los están abrigando‖240. 240 El pensamiento neoliberal utiliza un mecanismo simple para destruir la legitimidad de los programas que garantizan derechos a través de servicios públicos que consiste en publicitar sus costos, aportando una cifra en millones de dólares que 234 El propio Marx señalaba que, en esencia, el dinero de regalo responde a la propia lógica de la reproducción de la miseria. Recordemos que lumpem no es otra cosa que miserable: ―Obtener dinero regalado y prestado: a eso se limita la economía política del lumpemproletariado.‖ (Marx, 1986A: 447) En primer lugar emerge una explicación de carácter ideológico. El dinero no es otra cosa que la esencia de la libertad burguesa, decía Borges en el Zahir:241 ―El dinero es abstracto, repetí, el dinero es tiempo futuro. Puede ser una tarde en las afueras, puede ser música de Brahms, puede ser mapas, puede ser ajedrez, puede ser café, puede ser las palabras de Epicteto, que enseñan el desprecio del oro (...) una moneda simboliza nuestro libre albedrío.‖ Si el dinero es el símbolo de la libertad burguesa es porque en tanto su presente revela todo sus futuros posibles oculta su único pasado posible; el dinero no es otra cosa que trabajo condensado, oculta su verdadera esencia escondida en su pasado: explotación y esclavitud: ―El otrora poseedor de dinero abre la marcha como capitalista; el poseedor de fuerza de trabajo lo sigue como su obrero; el uno, significativamente, sonríe con ínfulas y avanza impetuoso; el otro lo hace con recelo, reluctante, como el que ha llevado al mercado su escandaliza a los ciudadanos que pagan impuestos. El dato que se aporta es diario, mensual o anual de manera que la cifra alcance millones de dolares. 241 Disponible en: http://www.literatura.us/borges/elzahir.html Consulta: 22/1/08. 235 propio pellejo y no puede esperar sino una cosa: que se lo curtan.‖ (Marx, 2002: 214) De aquí se desprende otro orden de explicaciones, mucho más pragmático: el dinero es trabajo condensado, su valor ya se expresó y representa a todas las mercancias en tanto puede comprarlas. De este modo, cualquier otra mercancia resulta en trabajo presente, es decir asistir con cualquier otra mercancia (alimentos, vivienda, etc.) supone una interferencia en el mercado. Hay que comprar esa mercancia, almacenarla, preservarla, distribuirla, controlar su entrega, etc. Es inevitable la interferencia en el mercado pues se benefician empresas, se genera empleo y, sobre todo, aumentan enormemente los costos para el Estado. La burguesia descubrió tempranamente que la esclavitud era disfuncional y que es más barato pagar un salario que hacerse cargo de la reproducción de la vida del trabajador. Luego que entrego el salario me desentiendo si ese salario alcanza para comprar comida adecuada, pagar viviendas confortables, etc. ya que el salario es justo pues: ―La esfera de la circulación o del intercambio de mercancias, dentro de cuyos límites se efectúa la compra y venta de la fuerza de trabajo, era, en realidad un verdadero Edén de los derechos humanos innatos.‖ (Marx, 2002: 214) La libertad como valor a preservar también se revela cuando los programas apuestan al emprendedurismo. ―Construyendo Rutas de Salida‖ pretende convertir a los pobres – no sólo a los indigentes, aunque éstos tenían su participación obligada como forma de libertad limitada - en ―empresarios‖. La propia Ministra revelaba su asombro, al tiempo que aportaba una pista más para el análisis: ―yo si tengo que salir a hacer un emprendimiento me muero de hambre pero Economía nos dijo‖, haciendo referencia a las exigencias del Ministerio de Economía y Finanzas. 236 La pista orienta el análisis hacia la forma en que opera el valor libertad en los discursos y la prácticas del Ministerio que parecen estar diciendo ―la libertad es importante, eso nos dijeron, pero nuestra preocupación es integrar a los excluidos que carecen de normas y valores‖. La libertad es ante todo la libertad del mercado, respetar el libre juego de la oferta y la demanda, no es la libertad de los ―protagonistas‖ que mal operan en el mercado. La mayor parte de los principios rectores que regulan las prácticas del MIDES les fueron impuestos, son previos a la intervención, son preconstruidos e, incluso, así como la Ministra dejaba entrever su descreimiento en las posibilidades del emprendedurismo, otros operadores simplemente confesaban que no entendian cómo funcionaba el algoritmo. En verdad la preocupación más convincentemente presentada por los operadores tecno-políticos y por los técnicos del MIDES es una preocupación moral característica del pensamiento conservador que se expresa como preocupación por la comunidad entendida como refugio de este valor, como espacio en donde el individuo se encuentra integrado y participa de una instancia superior que lo integra y lo constituye en un ser moral, con ―autoestima‖. ―La exclusión es precisamente la imposibilidad de participar. La participación, en principio, para ser efectiva y mantenerse en el tiempo tiene que ser voluntaria. Partimos entonces de mecanismos para promover y facilitar la participación, algunos con determinado tipo de obligaciones: tenemos grupos que trabajan en lo socioeducativo en el programa Construyendo Rutas de Salida. En el programa Mejoramiento del Hábitat también se promueve cierta participación. Cerca de treinta mil hogares pasaron 237 por Rutas de Salida y Mejoramiento del Hábitat, la participación fue buena. (Entrevista a Director Político del MIDES) De nuevo aparece el tema de la libertad limitada; la participación es esencialmente voluntaria ―para ser efectiva y mantenerse en el tiempo‖ pero la libertad tiene limites pues recordemos que la participación de los ―protagonistas‖ es obligatoria como contrapartida del Ingreso Ciudadano. ―La participación en su barrio, vamos a hacerlo más práctico, o en su casa, y sentir que ese lugar de familia jodida o de barrio jodido, todos los espacios colectivos, creer de vuelta que puede ser útil y pensar que puede de vuelta significar distinto todos los espacios colectivos. Para mi ese es el eje, cualquier espacio colectivo tiene efectos terapéuticos, efectos de mejora.‖ (Entrevista a Director Político del MIDES) Curiosa concepción que remite a la idea de cierta patologización de la pobreza: el espacio colectivo ―tiene efectos terapéuticos‖. La esencia del pensamiento conservador está en que no importa si la familia es ―jodida‖ o si el barrio es ―jodido‖ dado que lo relevante es la percepción que se tiene de ellos. Por lo tanto, se vuelve necesario trabajar sobre la ―autoestima‖, es decir, resignificar: lo material se vuelve secundario cuando la moral se mantiene en alto. Los valores que a través de los discursos analizados legitiman la intervención y que, asímismo, deben ser promovidos por ésta son fundamentalmente la libertad y la solidaridad en tanto garante de la integración social, mientras que la igualdad solo aparece marginalmente y desprovista de cualquier arista socialista. El problema es, a lo sumo, la 238 riqueza excesiva y la pobreza extrema. La igualdad no aparece como un valor que cuente con soportes materiales para su promoción: ―Nosotros desde acá es una bandera de la cual no nos vamos a desprender: la pobreza existe porque hay una concentración excesiva de la riqueza y no hay una distribución, no sólo de ingresos sino de la riqueza. Riqueza entendida no sólo en términos monetarios sino también de recursos, de cultura y todo lo que conlleva eso, acceso a la salud y educación, educación permanente, y no sólo la formal sino también la educación social. Si no cambiamos los roles de unos no cambiaremos los roles de los otros, mientras haya excesiva concentración de riqueza va a haber pobreza extrema. ‖ (Entrevista a Director Político del MIDES) El carácter ingenuo del planteo se observa en su pretensión de alcanzar la igualdad a partir de la ―educación social‖ por la cual los roles de unos y otros se verían transformados y expresa así un valor esencialmente conservador por el que la acumulación capitalista es vista como un problema moral pasible de ser resuelto a través de la educación social. La primera alusión a la distribución de la riqueza entre nuestros entrevistados aparece con un envase ingenuamente conservador. La igualdad como valor se presenta claramente como una orientación apenas residual y esencialmente semántica. Aparece señalada en los discursos de algunos operadores, pero los límites a su incidencia son precisos y quedan desnudos en la propia construcción discursiva de los pocos que mencionan este valor. Estos límites pueden organizarse en dos complementarios y, si bien, ambos son ideológicos, uno aparece revestido de una racionalidad técnica 239 férrea. El primero de estos límites, puramente ideológico, lo denominaremos como el espacio ideólogico. El segundo, tan ideológico como el anterior pero revestido de una racionalidad discursiva tecnocrática, es definido como el ―espacio fiscal‖. i) El espacio ideológico existente para una propuesta que apunte a generar igualdad se expresa en la propia autocensura del proponente, que es consciente de que la cuestión social hegemónica deja poco margen, poco espacio ideológico a una propuesta que apunte a la igualdad. ―Nosotros queremos ir hacia un enfoque universal. Es más en el Plan de Equidad se define la focalización como algo complementario. La idea es que todos tengan las mismas oportunidades y derechos. Esa universalidad de las políticas sociales para nosotros es central.‖ (Entrevista a Director Político del MIDES) Esa centralidad de la política universal se presenta rápidamente como una aspiración del entrevistado que reconoce el poco espacio ideológico con que cuenta para su concreción: ―Porque en realidad, yo creo que si vos aseguras, un piso, un patamar como se dice en Brasil, mil pesos para comprar comida, lo demás tiene que conseguirlo a través de un empleo, pero si usted consigue el empleo, no se lo vamos a descontar, no va a perder. Pero usted quiere mejorar su nivel de vida, salir de vacaciones, comprarse calzado, consiga un empleo, pero esto no lo pierde. Por supuesto, la discusión de siempre, ah! se lo vas a dar a los ricos también, pero, bueno, se supone que con el IRPF242 me lo va a 242 Impuesto a la Renta de las Personas Físicas. 240 devolver. Me va a dar más de lo que va a recibir.‖ (Entrevista a Director Político del MIDES) Los límites son claros: mil pesos, algo así como cuarenta dólares, ―la posibilidad de comprar comida‖, muy por debajo del límite de la indigencia. El planteo del operador apunta a lograr mínimos niveles de intervención del Estado en la búsqueda de la igualdad pero reconoce y es consciente de contar con poco margen para pasar los filtros ideológicos colocados por una cuestión social ganada por el pensamiento conservador y neoliberal. Y ni siquiera esta modesta propuesta de universalizar un ingreso mínimo logró imponerse y la intervención se mantiene focalizada y siempre dentro de parámetros muy estrechos. ―Para el régimen de Asignación Familiar, nosotros hoy estamos cubriendo 230 niños en el nuevo régimen, al cabo del año vamos a llegar 330 mil niños. Para el 2009 la proyección es de 500 mil niños, 200 mil más. Lo mismo pasa con todas las demás medidas, quiere decir que son costos incrementales sobre la rendición de cuentas aprobada en el 2008. Y esto es producto de la nueva atención. La meta es llegar a todos los hogares que están por debajo del umbral de la pobreza, no de la indigencia‖. (Entrevista a Director Político del MIDES) Más allá de si la intervención es sobre la indigencia o la pobreza es la focalización lo que se presenta como un claro límite que continúa operando. Asimismo, estos programas focalizados se articulan fuertemente con las perspectivas neoliberal y conservadora. La Asignación Familiar es una tradicional prestación monetaria destinada a los niños que concurren al sistema educativo formal y esta suerte de focalización sobre los niños 241 pobres que asisten al sistema educativo formal es doblemente legitima para ambas perspectivas. Es legítima para la perspectiva liberal que concibe la igualdad solo como punto de partida (cf. Hobsbawm, 1994: 77) y la educación básica como derecho es legítima pues es lo que garantiza para esta perspectiva la igualdad como punto de partida, tal como lo afirmó el propio economista liberal Alfred Marshall que legitimaba la obligatoriedad de la educación en una sociedad civilizada (cf. Marshall, 1963). Y es, indudablemente, legítima para la perspectiva conservadora, en la que la educación es conditio sine qua non para la integración social en las sociedades modernas. Asimismo, la legitimidad, indudable para cualquier perspectiva, está dada porque los destinatarios de la prestación son los niños, es decir, población que no debe trabajar y tiene como condición su incorporación al sistema educativo formal. La asignación familiar atiende a niños ya no bajo la línea de indigencia sino también a aquellos en situación de pobreza. Como ya vimos, la asistencia a los niños no ofrece ningún reparo para ninguna perspectiva. Cabe señalar que esta prestación sólo está dirigida a la infancia y deja sin cobertura a la población adulta, incluso si se encuentra en situación de indigencia, que antes recibía las prestaciones del Plan de Emergencia. Como vimos, el espacio ideológico para la incorporación del valor igualdad es realmente muy estrecho y queda reducido a su expresión apenas semántica. ii) El espacio fiscal acaba siendo la tan difundida imbricación de la política social con la política económica donde, históricamente, la primera ha sido subordinada a la segunda: 242 ―En segundo lugar, la necesidad de tener un visión de conjunto de todo el gobierno, las políticas sociales, las públicas y las económicas. Imbricar la política económica con la social y dejar de hacer subsidiaria la política social de la económica o tratar de romper ese paradigma de política social compensatoria. No puede ser el remiendo de los impactos de la política económica.‖ (Entrevista a Director Político del MIDES) Pero esta imbricación se define claramente cuando las políticas sociales desarrolladas lo son en función del espacio fiscal existente para su financiación y no a partir de las necesidades concretas de la población o de la necesidad de garantizar el ejercicio de derechos, quedando claro que la política social permanece subsidiaria o, al menos, dependiente y subordinada a la política económica: ―Con economía tuvimos una fatigosa discusión, principalmente al cerrar los números para el Plan de Equidad. Con el Plan de Emergencia no, porque Tabaré ya había dispuesto un fondo global de doscientos millones de dólares que terminaron siendo doscientos veinte millones ejecutados.‖ (Entrevista Director Político del MIDES) Como fue dicho, el Plan de Emergencia ya tenía definido su presupuesto antes de tomar contacto con la población, los recursos ya estaban definidos. Pero el Plan de Equidad debe negociar con el Ministerio de Economía cuál va a ser el gasto en adelante, los limites a la ―equidad‖ son claramente impuestos: 243 ―Con el Plan de Equidad se dio una discusión muy franca, la Ministra y nosotros mismos tuvimos varias reuniones (...) la reforma de equidad tiene dos grandes pilares, el de las reformas estructurales y el de la red de asistencia transformada, donde básicamente están las asignaciones familiares, la asistencia a la vejez, etc. Y teníamos proyectado ciento cuarenta y cuatro millones de dólares y terminamos en ochenta y cinco millones. Claro, vos decís, ¿cuánto te lleva el Plan de Equidad en el 2008? ¿Te cuesta ochenta y cinco millones?, no te cuesta setenta millones más, que implica la primera etapa de la reforma de la salud, y yo tengo que sumar que por el Sistema Nacional Integrado de Salud se va a beneficiar a capas pobres, entonces ahí sí cierro ciento cincuenta millones. De todas maneras hubo un recorte si no hubieran sido más de doscientos millones. Lo que pasa es que el espacio fiscal, más allá de nuestras diferencias, pues lo entendimos, no daba para hacer un aumento de la red de asistencia de doscientos millones de dólares por año. De todas maneras, y está a texto expreso en la Ley de rendición de cuentas, que este Plan de Equidad en su componente Red de Asistencia va a tener criterios de progresividad y gradualidad.‖ (Entrevista a Director Político del MIDES) La expresión ―espacio fiscal‖ revela inmediatamente su origen ideológico. La disciplina fiscal rigurosa fue el principal argumento de los organismos internacionales para imponer en América Latina las reformas estructurales neoliberales (cf. Grassi et all, 1994), tal como lo establece el gurú de estas reformas procesadas en los ochenta y noventa en América Latina: 244 ―Aunque la década de los años ochenta representó una década perdida para América Latina en cuanto al mejoramiento del nivel de vida de la población, constituyó en cambio un decenio sumamente productivo en cuanto al progreso de las ideas. No sólo fue una década en que el régimen democrático, en general, quedó arraigado, sino que en ella se produjo, además, una evolución decisiva hacia la aceptación de formas modernas de organización económica, que incluyó sistemas económicos orientados hacia el exterior, liberalizados, en cuyo marco se llevaron a la práctica programas macroeconómicos prudentes.‖ (Williamson, 1993: 175) El progreso de las ideas a las que refiere Williamson logró un arraigo tal que la propia izquierda, abanderada en la lucha ideológica contra el neoliberalismo, mantiene un respeto inesperado por los ―programas macroeconómicos prudentes‖ cuando accede al gobierno. El pensamiento neoliberal es derecho-fóbico, vigila para que las políticas sociales sean estrictamente focalizadas y respeta los programas macroeconómicos prudentes. La expectativa del entrevistado en relación al crecimiento del gasto ya en la propia manifestación esconde el limite: el crecimiento va a ser a través de la ‖progresividad y gradualidad‖. La libertad es para el pensamiento neoliberal opuesta a la seguridad. El gasto, por tanto, no está calculado en relación a los riesgos que se quiere prevenir sino a la disponibilidad fiscal. El gasto social siempre está sujeto a evaluación, nunca genera seguridad, nunca genera derechos, y la posibilidad de recorte es paradójica pues responde al ―espacio fiscal‖ y lo paradójico está dado porque cuando 245 más se necesita es cuando el ―espacio fiscal‖ es más estrecho. La ―progresividad y gradualidad‖ habla de un ―espacio fiscal‖ que se amplia porque se aleja de la crisis que es cuando más se necesita la asistencia y entonces, cuando nos apartamos de la crisis, el recorte es posible porque la población a ser asistida se reduce, la pobreza extrema cede con la mejora de la economía, hay ―espacio fiscal‖ pero la población empobrecida se reduce. El ―espacio fiscal‖ es el dispositivo neoliberal más perfecto pues siempre brinda argumentos para reducir la intervención del Estado. VI. 3. ¿A través de qué principio de justicia se orienta la intervención? La conformación de un ―orden intelectual y moral‖ (Gramsci, 1995: 145) supone procesos de construcción de hegemonía por parte del grupo dominante. Los intelectuales cumplen la función de dar coherencia a esta construcción: ―Los intelectuales son los `comisarios´ del grupo dominante para el ejercicio de las funciones subalternas de la hegemonía social y del gobierno político, esto supone: 1) el consenso `espontáneo´ dado por las granes masas de la población a la orientación impresa por el grupo fundamental dominante a la vida social (...) 2) el aparato de coerción estatal que asegura `legalmente´ la disciplina de los que no `consienten´, ni activa ni pasivamente (...)‖ Es claro que en esta construcción los intelectuales deben presentarse como intérpretes de alguna instancia superior y, en tal sentido, 246 ―La más típica de estas categorías de intelectuales es la de los sacerdotes, que monopolizaron durante mucho tiempo (en una entera fase histórica que es parcialmente caracterizada por este monopolio) algunos servicios importantes: la ideología religiosa, es decir, la filosofía y la ciencia de la época, a través de la escuela, de la instrucción, de la moral, de la justicia, de la beneficencia, de la asistencia, etc.‖ (Gramsci, 1995: 5) La referencia es inequívoca: el principio rector es divino y el sacerdote es apenas un intérprete de sus designios. El orden feudal tenía garantizada la integración social a través de una hegemonía férrea e incuestionable, donde de acuerdo con Durkheim (1995), la solidaridad se construía a través de la igualdad de la conciencias, conciencia individual y conciencia colectiva se confundían y la religión era constitutiva del orden social. Como fue dicho, la revolución burguesa dinamiza el pensamiento sobre lo social, sea por el proceso de secularización o por el pasaje de las sociedades de solidaridad mecánica a sociedades de solidaridad orgánica. Los cierto es que la búsqueda de legitimidad para fundar la hegemonía debe buscar otras referencias, ―Las dos tendencias filosóficas dominantes se subordinaban, ellas mismas, a la ciencia: el positivismo francés, asociado a la escuela del curioso Augusto Comte, y el empirismo inglés, asociado a John Stuart Mill (...).‖ (Hobsbawm, 1996: 350) 247 La referencia deja entonces de ser a la religión para construir un nuevo principio de justicia que debe ser buscado en la naturaleza; descubrir las leyes de la naturaleza es el papel de la ciencia y estas leyes deben ser respetadas. Los procesos de naturalización de la justicia se dividen en conservadora y liberal; en ambos casos la fuente de justicia se encuentra garantizada por esferas que la han construido históricamente y deben ser respetadas: ―la comunidad‖ y ―el mercado‖. En el caso del pensamiento conservador, la posición de Durkheim es indudable. Las leyes que regulan la vida social, leyes inmutables que deben ser respetadas, son naturales, sociedad y naturaleza son equivalentes dado que la sociedad es parte de la naturaleza y en tanto tal funciona con las mismas leyes, ―Pero interpretar de esta manera una teoría sociológica del conocimiento es olvidarse que , si la sociedad es una realidad específica, no es entretanto un imperio dentro de un imperio; ella forma parte de la naturaleza, es su más alta manifestación.‖ (1973: 520) Del otro lado, el pensamiento liberal va a establecer la existencia de leyes, también naturales, que fueron obstaculizadas en su funcionamiento por las viejas tutelas y sujeciones. Precisamente la ―comunidad‖, tan preciada para el pensamiento conservador, aprisionaba al hombre potencialmente libre no permitiéndole desarrollar sus capacidades, ―La guerra declarada a la comunidad se lanzó en nombre de la liberación del individuo de la inercia de la masa. Pero la finalidad genuina, aunque no manifiesta, de esa guerra era en extremo opuesta a su objetivo declarado: desmontar 248 los poderes comunitarios creadores de pautas y roles, de tal modo que las unidades humanas despojadas de su individualidad pudieran condensarse en la masa trabajadora.‖ (Bauman, 2005: 36) En tal sentido, las esferas de construcción del principio de justicia son dos: la comunidad y la sociedad. Cada una de estas esferas es expresión de valores contrapuestos, pero de algún modo complementarios. La comunidad es la esfera del reconocimiento y de la protección, pero también de las tutelas y el control moral. Es el espacio del trabajo con sentido y la cooperación. La sociedad es la esfera del anonimato, el individualismo y la libertad, la competencia y la exigencia de productividad en el trabajo. De acuerdo con Weber (1997: 33) : ―Llamamos comunidad a una relación social cuando y en la medida en que la actitud en la acción social – en el caso particular, por término medio o en el tipo puro – se inspira en el sentimiento subjetivo (afectivo o tradicional) de los partícipes de constituir un todo. Llamamos sociedad a una relación social cuando y en la medida en que la actitud en la acción social se inspira en una compensación de interés por motivos racionales (...) Los tipos más puros de `sociedad´ son: a) el cambio estrictamente racional con arreglo a fines y libremente pactado en el mercado: un compromiso real entre interesados contrapuestos que, sin embargo se complementan.‖ El principio de justicia en el mercado es inequívoco, es la esfera de la construcción e intercambio de valores: 249 ―No cabe duda que uno de los principales fines de la política deberá ser la adecuada seguridad contra las grandes privaciones y la reducción de las causas evitables de la mala orientación de los esfuerzos y los consiguientes fracasos. Pero si esta acción ha de tener éxito y no se quiere que destruya la libertad individual, la seguridad tiene que proporcionarse fuera del mercado y debe dejarse que la competencia funcione sin obstrucciones (...) y que Benjamin Franklin expresó (...) `Aquellos que cederían la libertad esencial para adquirir una pequeña seguridad temporal no merecen ni libertad ni seguridad´‖ (Hayek, 2006: 172) En oposición, la comunidad es la esfera de las protecciones, al decir de Castel (1997: 36), de la ―protección cercana‖, ―Estas comunidades tendían así a funcionar como los sistemas autorregulados u homeostáticos, que recomponen su equilibrio movilizando sus propios recursos. Se realizaba la reafiliación sin cambiar el marco de referencia (...) Era posible que por esta asistencia hubiera que pagar un precio muy alto, soportar una superexplotación, pequeñas persecuciones o un pesado desprecio. La vida del idiota de la aldea, por ejemplo, tolerado y en parte sostenido por su comunidad, no era sin embargo paradisíaca.‖ Los procesos de naturalización como garantía de la dominación fueron detectados en Bourdieu como constitutivos de la doxa: 250 ―A eso me refiero con doxa: hay muchas cosas que la gente acepta sin saberlo. Le voy a dar un ejemplo tomado de nuestra sociedad. Si usted toma un grupo de personas y les pregunta cuáles son los factores principales de éxito en los estudios, cuanto más baje en la escala social encontrará más personas que creen en el talento natural o la aptitud, más creen que son estúpidos, y dicen: `Yo no era bueno en lengua, no servía para inglés, no era bueno en matemáticas´‖ (2008: 299) En concordancia con esto, la lucha histórica de la perspectiva social o de ampliación de la ciudadanía, va a ser, precisamente la desnaturalización de las fuentes de la justicia, la exigencia de justicia social, vale decir: social, construida socialmente y no natural. Es claro que esta lucha no deja de apelar a construcciones un tanto abstractas tales como vivienda digna o incluso directamente absurdas como salario justo. Pero, en última instancia, la desnaturalización significa precisamente eso: desligar la idea de justicia de cualquier fuente naturalizada. En definitiva, como señala Bobbio (1995: 77), esta es la diferencia entre derecha e izquierda. De un lado, la sacralización de lo existente y, del otro, la profanación y la exigencia de transformación: ―La distinción entre derecha e izquierda se resuelve en última instancia en la distinción entre sacro y profano, en el interior de la cual encuentra su puesto otras diferencias, como aquella entre orden jerárquico y orden igualitaria y aquella entre postura tradicionalista favorable a la continuidad y postura 251 abierta a lo nuevo o progresista, favorable a la ruptura, a la discontinuidad.‖ Lo que se percibe en la construcción discursiva que realiza el MIDES, es precisamente lo contrario a esta desnaturalización de las fuentes de justicia. Se destaca a partir del análisis una clásica construcción dual, donde comparecen, como las esferas naturales de construcción de la justicia, el mercado y la comunidad y esto es parte constitutiva de los procesos de desresponsabilización del Estado frente a las problemas entendidos como sociales. Se visualizan de un lado, claros procesos de refilantropización de la atención a lo social, ya clásicos en la ofensiva neoliberal, ―Las políticas sociales se articulan también con las reformas económicas neoliberales por medio de la privatización de las políticas públicas sociales mediante la tercerización y mercantilización de los servicios de asistencia (...) La privatización de servicios es funcional como mecanismo para aliviar presiones fiscales y la descentralización para delegar parte de la responsabilidad de las políticas sociales hacia agencias gubernamentales menores u Ongs. de la sociedad civil. Así pues, compensación social y privatización de las redes de seguridad acompañadas de un cierto desplazamiento van de responsabilidades de protección hacia la sociedad civil y la familia.‖ (Serna, 2007: 3) El argumento de fondo, fuertemente ideológico, va a establecer que son las organizaciones de la sociedad civil las que tienen un conocimiento inmediato de la problemática de los sectores excluidos. Esto se 252 complementa con un proceso de desprofesionalización de la atención a los problemas sociales, al punto que el MIDES envió al parlamento el proyecto de Ley No. 17.885 para permitir la participación de voluntarios en los programas sociales, ―Ley Nº 17.885 VOLUNTARIADO SOCIAL: Artículo 1º. (Objeto de la ley).- La presente ley tiene por objeto reconocer, definir, regular, promover y facilitar la participación solidaria de los particulares en actuaciones de voluntariado en instituciones públicas, directamente o a través de organizaciones privadas sin fines de lucro, nacionales o extranjeras. Artículo 2º. (Definición del término voluntario social).Se considera voluntario social a la persona física que por su libre elección ofrece su tiempo, su trabajo y sus competencias, de forma ocasional o periódica, con fines de bien público, individualmente o dentro del marco de organizaciones no gubernamentales sin ánimo de lucro, oficialmente reconocidas o no, o de entidades públicas nacionales o internacionales, sin percibir remuneración alguna a cambio.‖243 Si bien la expectativa está siempre centrada en la reducción de la pobreza, en alcanzar una distribución más justa de los ingresos, etc., surge como diferencia el dónde debe encontrarse el principio de justicia que garantice estos valores. No se concibe como legítimo que una mejor distribución de la renta sea producto de una intervención decidida desde el Estado, ya que la justicia debe surgir de aquellas esferas naturalizadas que son el ―mercado‖ o la moral en su reservorio natural, o sea, la ―comunidad‖. 243 Disponible en: www.parlamento.gub.uy. Consulta: 23/2/2009. 253 Esto permite comprender por qué la preocupación central del MIDES se orienta a transferir componentes educativos que permitan al individuo una mejor interacción allí donde se administra la justicia: el mercado o la comunidad. En tal sentido, los componentes a incorporar deben ser buscados allí mismo, en la comunidad, recuperando el espíritu de la caridad y la filantropía que derivan precisamente de la comunidad. Por eso la creación de una Ley de Voluntariado Social: los voluntarios tuvieron un papel importante en el momento de administración de la justicia, es decir, en el momento en que se determinaba quiénes eran los legítimos beneficiarios del PANES. Los verdaderos protagonistas de todo este proceso fueron los voluntarios que junto a los estudiantes participaron de toda esa enorme puesta en escena que fueron los desembarcos: ―De los cuarenta y un hogares previstos se hicieron más. En la Estanzuela había una estación de trenes bellísima que debió tener sus años mozos y enaltecer y embellecer el lugar, que ahora ha pasado a ser una especie de pueblo fantasma. Aquí apareció un fenómeno alucinante: los vecinos nos buscaban por donde andábamos para llevarnos directamente a los hogares que sabían que estaban con problemas económicos importantes.‖ 244 Del mismo modo, las llamadas Organizaciones de la Sociedad Civil son las encargadas de transmitir valores, conocimientos, etc. sin mayor control desde el MIDES que confía que los contenidos surgen de la propia comunidad organizada: 244 Testimonio de un voluntario en ―Mano con mano. Somos Protagonistas‖, Ministerio de Desarrollo Social, Marzo 2007. 254 ―Hay que tender puentes de todos lados. Nosotros somos muy vigilantes en lo que hacen las organizaciones sociales, también respetamos las autonomías y ciertas metodologías, porque hay una riqueza formidable. El MIDES podría haber llamado a concurso y armar 50 equipos técnicos, era muy difícil, pero además, seguimos creyendo igual que la mayoría de los que trabajamos acá, de que el trabajo con la sociedad civil es muy importante.‖ (Entrevista a Director Político del MIDES) Los procesos que naturalizan la fuente de la justicia justifican la tendencia hacia la desprofesionalización de la administración terminal de las políticas sociales. Los componentes centrales a administrar son valores que están contenidos en la propia comunidad o la sociedad y las organizaciones que se han dado ―naturalmente‖ en estas esferas: las empresas y las organizaciones de la sociedad civil. La profesionalización en la administración terminal de las políticas sociales supone la idea de derecho social. La administración profesional implica una relación burocrática donde se realiza la ―administración imparcial (...) sine ira et studio, `sin resentimiento ni prejuicio´, él [el burócrata] administrara su cargo‖ (Weber, 1982: 116). El voluntario es empujado a la acción por sus valores y convicciones, estos valores se encuentra más próximos de la caridad y la filantropía que de la gris y rutinaria noción de derecho. VI. 4. ¿Qué concepción de ciudadanía expresa? Ciudadanía es el concepto opuesto al de cuestión social. Una sociedad de ciudadanos es aquella que garantiza a sus integrantes libertad, 255 integración en tanto participación activa en la construcción de la sociedad e igualdad, que equivale a afirmar, en otros términos, la posesión de derechos civiles, políticos y sociales. Ya la formulación revela el carácter burgués del concepto - por tanto concepto y no categoría – procesando la ya clásica ruptura entre lo social, lo político y lo económico. La contradicción se revela tan solo recordando que sociedad no es más que la traducción latina de polis. El propio Marshall (1963: 61) dará cuenta de esta ruptura: ―Tras separarse, los tres elementos de la ciudadanía en seguida perdieron el contacto, por decirlo coloquialmente. El divorcio entre ellos se consumó hasta tal punto que, sin forzar demasiado la precisión histórica, es posible asignar el período formativo en la vida de cada uno de ellos a un siglo diferente.‖ Para rastrear los orígenes del concepto es preciso, como en la mayoría de los conceptos políticos, remitirse al pensamiento clásico griego (cf. Bobbio, 1992). Pero en su forma moderna, vale decir, con pretensión universal - no hay que olvidar que la política griega era reservada a los ciudadanos, quedando excluidos las mujeres, los extranjeros y los esclavos - la referencia obligada es Kant: ―Los miembros de tal sociedad (societs civilis), es decir, de un Estado, que están unidos para el fin de elaborar leyes, son llamados ciudadanos (cives). Tres son los atributos jurídicos inseparablemente vinculados a la naturaleza del ciudadano como tal: primero, la libertad legal de obedecer solamente a la ley a la cual él dio su consentimiento; segundo la igualdad civil, que consiste en no tener, entre sus 256 conciudadanos, ninguno superior a él, sino solamente otra persona, poseyendo él la facultad moral de obligarla jurídicamente tanto cuanto ella puede obligarlo; tercero, el atributo de la independencia civil, por cual el ciudadano debe su existencia y sustento no al arbitrio de otra persona, sino a sus propios derechos y poderes como un miembro de la república.‖ (Kant in Weffort, 1995: 79) Claro que el carácter universal, con Kant, se presenta como posibilidad y no como realidad concreta, ―De hecho, establecida la sociedad de acuerdo con el derecho, no todos sus miembros califican para la actuación política a través del voto, o sea para la ciudadanía activa. No califican los que viven bajo la protección o bajo las órdenes de otros, como los empleados, los menores y las mujeres; esos son ciudadanos pasivos.‖ (Castro Andrade in Weffort.,1995: 62) La ciudadanía como posibilidad concreta y universal de todos los integrantes de una sociedad tendrá su primera expresión en los Estados de Bienestar europeos. No es casual que la recuperación del concepto sea desarrollada por Thomas Humpherey Marshall (1963: 302 -303) en su conocida conferencia en homenaje a su homónimo economista Alfred en 1949, estableciendo que su concreción es reciente. ―Llamaré a estas tres partes, o elementos, civil, política y social. El elemento civil consiste en los 257 derechos necesarios para la libertad individual libertad de la persona, libertad de expresión, de pensamiento y de religión, el derecho a la propiedad a cerrar contratos válidos y el derecho a la justicia (...) las instituciones asociadas más directamente con los derechos civiles son los tribunales. Con el elemento político me refiero al derecho a participar en el ejercicio del poder político como miembro de un cuerpo investido de autoridad política, o como elector de los miembros de tal cuerpo. Las instituciones correspondientes son el parlamento y los concejos de gobierno local. Con el elemento social me refiero a todo el espectro desde el derecho a un mínimo de bienestar económico y seguridad al derecho de participar del patrimonio social y a vivir la vida de un ser civilizado conforme a los estándares corrientes en la sociedad. Las instituciones más estrechamente conectadas con estos derechos son el sistema educativo y los servicios sociales‖. En el desarrollo histórico de la ciudadanía esbozado por Marshall para Inglaterra, los derechos van consolidándose linealmente (Coutinho, 2000: 55): primero los civiles (vitales para la emergencia del orden burgués), luego los derechos políticos y, por último, los sociales: ―los derechos civiles al siglo XVIII, los políticos al siglo XIX, y los sociales al siglo XX‖ (Marshall, 1963: 304). La vinculación entre los derechos de referencia y los valores que surgen con la revolución francesa es cristalina. Los derechos civiles están asociados a la libertad burguesa. 258 Los derechos políticos, si bien son vitales para la lucha política que consolidará los derechos sociales, están vinculados directamente a la fraternidad. Los derechos sociales indudablemente aparecen vinculados a la igualdad. En tal sentido, las perspectivas reseñadas realizarán una valoración especial por cada una de las esferas de la ciudadanía y tendrán una construcción ―ideal‖ de ciudadano. La perspectiva liberal realizará una valoración especial y central de los derechos civiles y una construcción ideal de ciudadano: el ciudadano es aquel hombre libre dispuesto a enfrentar los riesgos de operar en el mercado. ―Si hemos fracasado en el primer intento de crear un mundo de hombres libres tenemos que intentarlo de nuevo. El principio rector que afirma no existir otra política realmente progresiva que la fundada en la libertad del individuo sigue siendo hoy tan verdadero como lo fue en el siglo XIX.‖ (Hayek, 2006: 287) La perspectiva conservadora establecerá la centralidad en los derechos políticos245 y su construcción de ciudadanía establecerá que el ciudadano es el individuo moral, unido por lazos de solidaridad al resto de la sociedad y consciente de estos lazos. 245 Si bien los derechos políticos son centrales para entender el proceso de emergencia y ampliación de los derechos sociales, la valoración que la perspectiva social hace de la ―legalidad burguesa‖ o, en otras palabras, de la ―democracia formal‖ es al menos contradictoria (cf. Coutinho, 2000: 17 y sig.). 259 ―Pero, si la división del trabajo produce la solidaridad, no es apenas porque ella hace de cada individuo un `integrante del mercado´ como dicen los economistas; es porque ella crea entre los hombres todo un sistema de derechos y deberes que los ligan unos a otros de manera duradera.‖ (Durkheim, 1995: 429) La perspectiva social o de ampliación de la ciudadanía hará una valoración especial de los derechos sociales estableciendo que es ciudadano aquel individuo que vive en una sociedad que garantiza la igualdad entre sus integrantes. ―Ciudadanía es la capacidad conquistada por algunos individuos, o en el caso de una democracia efectiva por todos los individuos, de la apropiación de los bienes socialmente creados.‖ (Coutinho, 2000: 146). Los procesos de transformación en el mundo del trabajo a partir de la crisis de los años setenta, desencadenaron una fuerte ofensiva del capital sobre el trabajo (Netto, 1996; Antunes, 1995). El discurso legitimador de esta ofensiva recuperó los discursos liberales (neoliberalismo) y conservadores (neoconservadores) (cf. VV.AA. 1995). La tendencia significó una reconceptualización de los discursos sobre la ciudadanía, desvistiéndola de los derechos sociales, para reconstruir un discurso donde la libertad de mercado se articulaba con los discursos conservadores, que hacen de la participación y la responsabilidad los nuevos componentes de la ciudadanía. El proceso discursivo legitima la progresiva pérdida de derechos sociales (cf. Netto: 2006). Como señala Estela Grassi (2003: 305), el gran 260 éxito del neoliberalismo fue el de lograr un proceso de ―transformación socio-cultural‖ construyendo un nuevo ―universo de sentido‖. De este modo, el concepto de ciudadanía queda desvestido de cualquier, incluso retórica, sobre los derechos sociales y los derechos civiles y políticos cobran, paradójicamente incluso para la izquierda, un sentido hegemónico. En relación al concepto de ciudadanía, la política asistencial del MIDES es puntillosamente respetuosa de los preceptos neoliberales, observando que el elemento determinante consiste en una prestación de carácter esencialmente monetario. Como vimos, el dinero es el símbolo de la libertad burguesa, puede ser transformado en cualquier cosa que se quiera, es la mercancía que compra todas las mercancías incluida la mercancía que produce valor: el trabajo abstracto (Marx, 2002: 10 y sig.). El dinero, por otro lado, integra al mercado, la verdadera integración para el pensamiento neoliberal. ―Yo fui muy crítica del INDA246, que asume muchas responsabilidades que no le corresponden. El Estado no tiene que estar repartiendo alimentos con un camioncito, que no es transparente, y que sitúa al indigente en un mismo lugar, nunca se incorpora otra dimensión. A la luz de esto dijimos no. Y el ticket de alimentación que se brindaba antes tenía un tinte perverso, de comercialización, y unas organizaciones judías que habían trabajado en Buenos Aires, y tenían la idea de la tarjeta la usaron con personas mayores judías. Nosotros empezamos a llevar adelante esta idea que nos costó mucho, negociaciones con BROU 246 Instituto Nacional de Alimentación. 261 con CAMBADU247, que le entregabas al jefe del hogar, donde hubiera jefas embarazadas, o niños menores de 18 años, muy acotada entre 300 y 800 pesos, [entre U$S 12 y U$S 32] donde hubiera 4 o más niños. Se negoció con CAMBADU, y eso disparó un relacionamiento muy fuerte con los comercios que se formalizaron, ANTEL248, 70 u 80 mil pesos entraba por tarjeta al comercio y le daba la libertad al que compraba de comprar lo que quisiera. No solo resolvía el tema de la comida sino higiene personal y del lugar, le das otro marco ciudadano.‖ (Entrevista a Directora Política del MIDES) Resulta revelador que se destaque el papel integrador del mercado dado por el programa en tanto otorga libertad de comprar y revitaliza al mercado formalizándolo. El componente conservador también se visualiza en la preocupación por la higiene y la preocupación (―tinte perverso‖) por la comercialización de los alimentos por parte del beneficiario. Como fue dicho el dinero es el símbolo de la libertad burguesa, puede ser intercambiado por cualquier cosa, sin embargo las políticas que hacen prestaciones no monetarias siempre revelan la profunda desconfianza hacia los pobres, propia (ver supra) del pensamiento neoliberal. La presunción de que los alimentos, los tiquets o las chapas se venden está siempre presente, no quedando nunca claro el contenido ―perverso‖ del simple hecho de vender una mercancía para poder comprar otra que puede ser más indispensable. Lo sorprendente es que se pretenda resolver el problema simplemente dando dinero o su equivalente: la tarjeta magnética de alimentación. ―Te dice que es la única tarjeta que puedo tener. Los celulares por ejemplo me parece maravilloso, se 247 248 Cámara de baristas y almaceneros del Uruguay. Administración Nacional de Telecomunicaciones. 262 comunican con otro y además para las changas lo pueden llamar, si todos nos comunicamos porque éste no va a tenerlo también. Es parte de la inclusión, y si se compra un nintendo que me parece horrible porque no lo va a hacer si todo les dice que si no lo tiene no existe. Ahora salen, antes decían que sólo se relacionaban con el vecino y sólo para saludarlo. Le pone puertas a la casa que le da seguridad, es en el único lugar donde me siento más o menos firme. Me dice suerte que viene el maestro comunitario porque yo a la escuela no voy más porque me hacen firmar y me da vergüenza porque no sé y ahora va a la escuela.‖(Entrevista a Directora Política del MIDES) Se destacan aspectos que hacen a la integración, las posibilidades de comunicación con los otros integrantes de la comunidad, el sentirse parte de algo mayor que habilita el poder comunicarnos con otros, pero sobre todo el compartir valores del resto de la sociedad. Como establece Merton (1965), la adaptación social surge de compartir los medios y los fines impuestos por la sociedad y el planteo de la Ministra parece directamente inspirado en su pensamiento: ―si todos nos comunicamos ¿por qué éste no va a tenerlo?, también es parte de la inclusión, y si se compra un nintendo, que me parece horrible, ¿por qué no lo va a hacer?, si todo les dice que si no lo tiene no existe‖. Un elemento recurrente en los discursos es la preocupación por la integración social, la participación en la comunidad como un elemento de ―construcción de ciudadanía‖ donde conservador es inocultable. 263 evidentemente el contenido Se suma a esto que la integración deviene de una característica que se le aporta al individuo; no es una sociedad que integra sino un individuo con voluntad de integrarse. La individualización de lo social es evidente en un discurso que acaba responsabilizando, aunque no culpando, al individuo que debe recibir asistencia terapéutica para reconstruir su autoestima, ya que lo que impide su integración es, no una sociedad que excluye, sino su falta de autoestima: ―El eje vector de este programa, y sobre todo de esta población de extrema pobreza, es el vector de lo colectivo, es la promoción a incluirse a espacios colectivos, incorporarles argumento o sea pretexto, que se vayan a un espacio colectivo (...) impacto en la autoestima, porque se siente mejor, primero porque siente que pertenece a algo que en principio es un grupo (...) para mi ese es el eje, cualquier espacio colectivo tiene efectos terapéuticos, efectos de mejora‖ (Entrevista a Directora Político del MIDES) La ciudadanía es algo que debe ser construido en el otro, una forma de individualización de lo social en la que el individuo es responsable de su propia ciudadanía. ―La noción de individualización social remite a la percepción y definición de los problemas sociales como si fuesen problemas individuales, por medio de mecanismos que promueven la biografización y familiarización de lo social, esto es, la responsabilización creciente del individuo y de la familia en la construcción de sus trayectorias sociales. Este tipo de proceso se ha convertido en objeto de 264 estudio privilegiado de las ciencias sociales en períodos recientes, principalmente en el marco de interpretaciones que asocian su emergencia al debilitamiento del Estado y de las instancias colectivas de acción social.‖ (Mitjavila Apud Ortega, 2008: 14). Los programas sociales producen ciudadanía en los individuos (protagonistas), no construyen garantías de ciudadanía, se le incorpora al individuo ―dimensiones de ciudadanía‖. Parece innecesario referirse al monto de las prestaciones, que no garantiza, ni pretende hacerlo, trasponer el umbral de la indigencia ni siquiera hasta la condición de pobre. No garantiza una alimentación mínima una prestación que oscila entre U$S 12 y U$S 32 según la cantidad de hijos y siempre y cuando haya presencia de hijos. La vivienda es un elemento que para Marshall (1963: 330) es central en la construcción de ciudadanía, ―No obstante, la obligación general del Estado hacia la sociedad en relación con la vivienda es una de las más pesadas que tiene que soportar. Las políticas públicas han creado inequívocamente en el ciudadano la expectativa legítima de una vivienda adecuada para habitarla con su familia, y la promesa no se limita ahora a los héroes‖ Los problemas de habitación son atendidos con estrategias absolutamente remediales aceptando, no solo como inevitable la irregularidad de las viviendas y su construcción, sino cooperando con esta irregularidad aportando desde el Estado materiales de construcción para que 265 las personas mejoren sus precarias viviendas a través de la autoconstrucción. Pero el elemento central que permite capturar la concepción de ciudadanía con que opera el MIDES es la estricta focalización de los programas de transferencia de renta. ―ahí trabajamos con el algoritmo que nos elaboraron técnicos de la Universidad, de Economía y con un formulario y un sistema informático que nos elaboró el BPS. Nosotros habíamos decidido que íbamos a visitar a todos los hogares, se visitaron 231 mil hogares del Plan de Emergencia, y hubo un problema de comunicación nuestra, pues, se asociaba aquella cifra de un millón de pobres a los 100 mil hogares en indigencia.‖ (Entrevista Ministra De Desarrollo Social) Y no solamente por el hecho de que está más que tematizado en la bibliografía especializada que las políticas de asistencia focalizadas no producen ciudadanía. ―Si bien es persistentemente señalado en la literatura sobre este campo que las políticas de asistencia no generan derechos, resulta menos visible que algunas de las intervenciones más importantes realizadas en los últimos años no sólo no aportan en dicha dirección sino que, particularmente en el caso de los programas de promoción del empleo mercantil y de subsidio por desempleo con contraprestación laboral (workfare), directamente han aportado a la creación de un 266 consenso social contrario a la afirmación de derechos sociales.‖ (Britos et Caro, 2002: 4) Ni porque el carácter remedial de estas políticas no genera ningún tipo de derecho social, ni permite ningún tipo de integración digna, ―La política social asume un papel subsidiario de la economía, pierde capacidad de integración e inclusión social generalizada, restringiéndose a asistir a las ―víctimas‖ en peor situación de la exclusión, pero no para emanciparlas, sólo para evitar que se hundan más (Vilas, 1997, 935). La preocupación central de la política de la pobreza es la ―compensación‖ y ―contención‖ hacia los sectores más vulnerables, la corrección de las disfuncionalidades sociales provocadas por la economía.‖ (Serna, 2007: 2) Sino, y fundamentalmente, porque la política asistencial hace un hincapié esencial en: 2) No generar derecho en ningún caso, ya que la política asistencial hace énfasis en que la prestación dura dos años con independencia a la situación en que se encuentre el beneficiario pasados los dos años. Para ingresar se debe constatar de manera indudable que el potencial beneficiario no sólo no participa del mercado sino que no tiene condiciones objetivas para poder hacerlo – esto refiere a que 1) no tiene que poseer mercancías pasibles de ser vendidas en el mercado: vivienda, electrodomésticos, etc., 2) no tiene que tener capacidades pasibles de generar empleo al beneficiario, el nivel educativo es descalificador y, por supuesto, 3) sus ingresos deben estar por debajo del límite de la indigencia. Y la prestación que se realiza es 267 inferior en cualquier caso a la que se puede obtener a través de la participación en un empleo formal: ―Teníamos que decirle usted está en una situación muy difícil, no tiene qué comer, no tiene trabajo pero es un privilegiado porque no es indigente.(...) Que te decían la educación no me la puedo comer, los ladrillos no me los puedo comer, los electrodomésticos no me los puedo comer y había que decirles bueno pero usted tiene un techo, tiene una cama y una frazada.‖ (Entrevista Ministra de Desarrollo Social) Lo que se constata es que, con relación a la ciudadanía en tanto la concepción de Marshall, a lo sumo lo que puede establecerse es i) o un cambio discursivo, una retórica que busca legitimar una intervención remedial: ―Además, se constata una reconceptualización discursiva del sujeto destinatario como ciudadano y no mero consumidor carente. Los programas adoptan un enfoque de derechos ciudadanos y humanos en tanto fundamentación de la garantía de ejercicio de derechos básicos.‖ (Serna, 2007: 2) o ii) que el MIDES ha asumido acríticamente las concepciones más conservadoras y neoliberales de ciudadanía, donde lo que resalta es la participación en el mercado como consumidor o productor como la única ciudadanía posible y la dimensión moralizante y disciplinadora para aquellos que no lo consiguen. 268 VI. 5. ¿Cómo se representa un ideal de hombre u hombre ideal? Todas las concepciones ideológicas tienen un hombre ideal al que la humanidad debe tender. Es conocida la mítica construcción que hace la revolución cubana del ―hombre nuevo‖ (cf. Hobsbawm, 1995) o cuando Weber (1996: 31) extrae de los apuntes de Benjamín Franklin, ―la peculiaridad de esta filosofía de avaricia [que] parece ser el ideal de un hombre honesto‖. En este caso, el concepto de ideal cobra su doble acepción. De un lado, es pasible de ser reconstruido como típico ideal (Weber, 1997) y, del otro, su acepción vulgar en tanto es ideal desde el punto de vista valorativo, es normativamente bueno, es un modelo a seguir. Como es lógico, un ideal de hombre supone, en último análisis, una concepción heroica del hombre sometido a situaciones extremas. Ese hombre ideal sólo se confirma como válido en la medida en que mantiene sus características en cualquier circunstancia, incluso cuando es sometido a situaciones extremas. En nuestra construcción tipológica es posible extraer los elementos característicos que permiten diseñar una tipología de hombre ideal. Es así que: La perspectiva conservadora aspira a construir un INDIVIDUO SOLIDARIO. La emergencia del individuo en las sociedades modernas es inevitable e incluso saludable, siempre y cuando existan las formas de sujeción que lo conviertan en un individuo solidario, moral, integrado a la sociedad con lazos de interdependencia. La felicidad, el bienestar, el deseo y su satisfacción son situaciones pasajeras, evanescentes en la narrativa individual, lo esencial es que el individuo encuentre instancias superiores que normaticen su vida y lo contengan como instancias que 269 lo superan. Es el hombre solidario, moral, con independencia de sus condiciones materiales de reproducción, es el pobre que se mantiene honrado, apegado a las sociedades que lo contienen y trascienden: la familia, la comunidad etc. Las políticas sociales siempre tienen un componente moralizador que apunta a sostener este comportamiento en las poblaciones a las que están dirigidas. La perspectiva liberal aspira a producir un hombre libre. La constitución de un hombre libre para esta concepción está asociada inevitablemente a la idea de propiedad privada que incluye también la propiedad de sí mismo. El hombre es libre en tanto es dueño de sí mismo, incluso la participación política está sujeta a no depender de otros en tanto no se es dueño de sí mismo. Esta perspectiva entonces aspira a construir un INDIVIDUO POSESIVO. Es el hombre emprendedor, capaz de superar las situaciones adversas a partir de su disposición a asumir riesgos individuales, que reconoce la situación en que se encuentra como resultado de sus errores estratégicos y se dispone a identificar las oportunidades que le permitirán diseñar una estrategia para superar su situación. Todas las políticas sociales implementadas en América Latina a partir del ―ajuste estructural‖ (Grassi et all, 1994) están orientadas en ese sentido. Para la perspectiva de la ampliación de la ciudadanía, el ideal de individuo es resultado de la lucha política. Los derechos, lejos de ser naturales, son sociales o lo que es igual políticos, conquistas históricas que deben sostenerse y ampliarse ilimitadamente con la lucha política. En tal sentido, esta perspectiva aspira a construir un INDIVIDUO POLITICO. El ideal es el luchador social que frente a la adversidad logra promover la organización de sus iguales para luchar por sus derechos. La llamada militancia social con sensibilidad de izquierda apunta siempre a promover la organización entre los sectores ―excluidos‖ y es conocido el desprecio que sienten los sectores organizados, fundamentalmente el movimiento sindical, por el 270 ―lumpem‖ que mantiene una relación pasiva con su situación sin lograr organizarse y luchar por superarla. La política social del MIDES parece legitimarse en la búsqueda de un hombre ideal que articula fuertemente componentes liberales con conservadores: la promoción de emprendimientos productivos, donde aparece claramente expresada la fantasía de que de la pobreza extrema se puede salir como empresario; el programa ―Rutas de Salida‖ está imbuido de esta mistificación donde parece que se estuviera diciendo: se trata de trazar rutas de salida para que los ―protagonistas‖ que tienen voluntad puedan tomarlas y así salir de la indigencia: ―(...) no puedo pretender que alguien que sale de la exclusión más profunda se vuelva emprendedora (...) economía [Ministerio de Economía y Finanzas] nos dijo: no, nosotros podemos armar circuitos ya que son volúmenes muy pequeñitos y no molestamos a ningún empresario, la gente no puede producir y vender y entonces esos circuitos no interfieren con el mercado y con la ley de cooperativas sociales que no tributan, entonces, el despegue, que para la microempresa es muy duro, se lo resolvemos porque no tienen que aportar.‖ (Entrevista Ministra de Desarrollo Social) Tal como surge de las afirmaciones de la Ministra, el mandato impuesto por el Ministerio de Economía es claro: esas Rutas de Salida no deben interferir en el mercado, ningún empresario genuino debe verse molestado. De lo que se trata es de promover las microempresas y las cooperativas, las que luego que despeguen podrán competir en el mercado con la libertad merecida. 271 Como fue dicho, este hombre ideal debe demostrar que puede salir de las condiciones más adversas balizado por el valor central de la concepción. Esto tiene un enorme potencial legitimador para cualquiera de las perspectivas, ya que si uno solo logra salir de la indigencia a través del emprendedurismo o logra mantenerse como un ser moral a pesar de vivir en la miseria, está demostrando que es posible y, por tanto, quienes no lo logran se convierten en responsables de su condición. Los planteos que hacen referencia a los contenidos morales de los asistidos son permanentes: es población que quiere trabajar, que está dispuesta al sacrificio, que trabaja más aún de lo esperado, etc. y que cuando se le da una oportunidad la aprovecha. ―Con el fondo Uruguay - Venezuela trabajamos con los emprendimientos productivos, lo que nosotros llamamos iniciativas locales son con población que no es PANES, no es población de indigencia, es población de la pobreza y que tuvo un emprendimiento o que tiene una capacitación. El primer piloto lo hicimos cociendo. Hicimos cincuenta mil túnicas para las escuelas de contexto crítico de primaria, lo hicimos con mujeres de Montevideo, Canelones, Florida trabajando en el Centro de Desarrollo Local de la Intendencia en Casavalle donde se les dio un trabajo de capacitación. Seleccionamos mujeres que alguna vez habían cocido o que tenían alguna idea o eran buenas cociendo.‖ (Entrevista Ministra de Desarrollo Social) Lo que se percibe es la articulación de valores en algún sentido contrapuestos e incluso contradictorios.De un lado, el hombre ideal del pensamiento liberal, emprendedor, que utiliza las oportunidades que le 272 ofrece el mercado para salir adelante en el mundo de la competencia de todos contra todos. Del otro, el idividuo solidario, que encuentra sentido participando de instancias superiores y que se realiza en el encuentro con los otros. Esta contradicción puede encontrarse incluso en un programa que apuesta a producir emprendedores, como si se quisiera construir un empresario con rostro humano, preocupado con la cultura y la participación social. ―Nosotros financiamos producción, servicios y una cuota de emprendimiento cultural: hay algún periódico, títeres, radio comunitaria, diferentes cosas, teatro, Radios en la Web. Damos dinero y capacitación. Es gente que quedó en el borde del plan y es asociativo con gente que está mejor o peor. Es asociativo, puede ser familiar o de vecinos, gente que sale de Trabajo por Uruguay y sale con un proyecto.‖ (Entrevista Ministra de Desarrollo Social) Y siempre el espiritu de sacrificio, la abnegación propia del pensamiento conservador, el individuo solidario que se siente parte de algo trascendente está dispuesto al sacrificio, a trabajar más de la cuenta. ―Nos mataron porque fueron muchísimo más rápidas. Para nosotros fue un aprendizaje y para ellas una frustración porque cobraron menos meses, mucho mejor que si trabajaban a destajo para empresas como trabajaron pero también se capacitaron. Nosotros tenemos un emprendimiento productivo con el fondo, de una mujer desesperada, joven que tenía cuatro hijos y no entraba al plan por distintos valores. No sabía ni cortar y entró a esa experiencia y hoy tiene un emprendimiento de vestimenta. Se hace un estudio de viabilidad y se 273 transfiere dinero para materia prima, maquinaria, depende del estudio. Ahora en Rutas de Salida presentamos tres proyectos y los ganamos en un fondo del MERCOSUR.‖ (Entrevista Ministra de Desarrollo Social) De las palabras de la Ministra surgen otros aspectos variados y reveladores. Uno de ellos refiere al valor que el Ministerio se atribuye a la competencia. El propio Ministerio se comporta como una ONG que disputa recursos a través de proyectos para financiar emprendimientos cuyo impacto se agota en una casuística que lo único que aporta son elementos reveladores del ideal de hombre que se propone. También se revela el valor que se da a la capacidad del individuo de ser emprendedor. Casi en una utopía liberal se nos dice que el esfuerzo, el trabajo duro, atreverse a competir, tener éxito se constituye en una Ruta de Salida de la ―exclusión‖. Alcanza con formular por la negativa el razonamiento para llegar a la conclusión inevitable de que la pobreza es resultado de la pereza, la falta de entusiasmo y no atreverse a competir en el mercado. En tal sentido, el proceso de trasmutación ideológica es pristino. En los debates académicos y políticos, la izquierda no dudaba en responsabilizar al ―sistema‖ y no al individuo. Veamos, por ejemplo, el argumento del Ministro de Economía del gobierno de Vázquez, actual vicepresidente: ―(...) la marginalidad es lo que se gesta en estas condiciones consecuencia de excedente necesaria de de trabajo. esta Es lógica la de funcionamiento de la economía. Es el conjunto de condiciones de vida que van asociados a la presencia 274 de esta reserva sobrante de trabajadores que el sistema origina para encarar su contradicción básica entre salario y ganancia. Y que se resuelve creando de la manera ya vista en nuestros países periféricos. Creando periferias internas a las propias periferias. Es en este contexto que surge la marginalidad asociada a situaciones de desocupación y subocupación.‖ (Astori, 1986: 23) En resumidas cuentas, lo que antes era visto como un problema estructural ahora es atribuido a problemas de los individuos. Posiblemente la intervención sobre esta determinación estructural no pueda resolverse desde un gobierno y, mucho menos en un periodo, pero no es ese el argumento, el argumento remite a los individuos y sus capacidades y la lógica de la intervención está decididamente inclinada en este sentido. Cuando el argumento apunta sobre los individuos, su incapacidad moral (falta de valores, anomia etc.) o instrumental (incapacidad para competir en el mercado) el hombre ideal que emerge lo hace valizado por valores conservadores o neoliberales, desarticulando cualquier perspectiva social o de ampliación de la ciudadanía, donde la responsabilidad social del sistema es determinante en la configuración de los problemas sociales. VI. 6. ¿Cuál es el papel que se le asigna al trabajo? La centralidad del trabajo, en tanto categoría llave, ha sido discutida ampliamente en las ciencias sociales contemporáneas (cf. Antunes, 1995; Gorz, 1982). Para el pensamiento clásico liberal, esta centralidad no tiene dudas en tanto el elemento esencial en la producción de la riqueza, desde Locke (cf. Weffort, 1996) hasta Smith (Marx, 2002). Para el pensamiento conservador, la centralidad del trabajo está dada en su capacidad de integrar 275 a los individuos a la sociedad (Durkheim, 1995). Y Yy fue consignada la centralidad del trabajo como totalidad para la tradición marxista (Lukács, 1979: 16; Marx, 1977: 110). En el primer tomo de El Capital, Marx desarrolla el proceso de extrañamiento del trabajo en la sociedad burguesa en la que el trabajo sufre un proceso de transmutación expresándose en un carácter dual: i) el trabajo concreto, categoría central de cualquier sociabilidad humana, productor de valores de uso, relación ontológica del hombre con la naturaleza y ii) el trabajo abstracto, particular del orden burgués, esencial a una sociedad mercantilizada, produce mercancías: valor de cambio. El MIDES parece realizar una transmutación extraña y meramente ideológica del trabajo. El objetivo de esta transmutación es satisfacer los principios liberales que anatemizan cualquier intervención estatal sobre el mercado. Allí (en el mercado) el trabajo debe constituirse como ―empleo genuino‖, esto es a través de su capacidad de producir valor de cambio; el trabajo abstracto reina en el mercado y en tanto mercancía el Estado no debe intervenir ya que de hacerlo modificaría las reglas de juego beneficiando a unos en desmedro de otros. ―Porque no genera empleo genuino, [se refiere al programa Trabajo por Uruguay) porque impacta en el nivel de empleabilidad, si la gente mejora su autoestima sale con mejores condiciones a buscar empleo, con mejores herramientas: técnicas de búsqueda de empleo, derechos laborales, un sin fin, y aparte porque internamente las incorpora y se apropia de modo distinto de su búsqueda de empleo.‖ (Entrevista a Directora Política del MIDES) 276 ―Hay cosas que es parte del trabajo protegido del Plan de Equidad. Aunque tengamos la varita mágica y todo el trabajo del mundo hay gente nuestra que no accedía porque no sabía poner su nombre, porque no sabe hacer curriculum, porque no tenía dientes, porque nunca tuvo trabajo formal, porque tiene una capacitación que no la puede acreditar y se puede hacer una lista de cuáles son las razones por las cuales no se integra al mercado laboral.‖ (Entrevista Ministra de Desarrollo Social) ―Tenemos una población de mediana edad, incluso joven, con dificultades enormes de inserción laboral. Tenemos una fuerza productiva, que el país no puede utilizar por efecto del juego del mercado. Hoy tenemos una tasa del 8 % de desempleo, bajamos del 14 al 8, y es realmente formidable. Pero hay trabajadoras/es desocupados de larga duración que tienen problemas estructurales, que arrastran para una inserción digna y decente al mercado, sobre todo porque sus competencias laborales no se adecuan a los requerimientos de la demanda de empleo, y fueron los protagonistas del PANES. Trabajaban en el sector informal y sobrevivían como podían, y que hoy tiene dificultades de acceder al mercado‖. (Entrevista a Director Político del MIDES) Nuevamente parece entreverse un mecanismo de individualización de lo social en el que el mercado es una instancia, que como fue dicho, se reifica. Es la realidad a la cual deben adaptarse los individuos que no logran integrarse y, por tanto, el problema no es del mercado sino de las personas que no logran integrarse a él. 277 ―¿Qué resultados estaríamos esperando? Cambios en la composición del hogar; cambios en la distribución de las tareas al interior del hogar respecto a las relaciones de género e intergeneracionales; cambios en el cuidado de la salud; cambios en la actitud a la hora de la búsqueda de trabajo; motivos, averiguar, indagar un poco los motivos por lo que no busca trabajo para aquellos que no lo estén haciendo; y cambios en las acciones de búsqueda del trabajo, es decir nosotros relevamos de qué manera buscaba trabajo cuando comenzaba y volvemos a preguntar a la salida del programa y tiempo más tarde qué acciones ha incorporado o modificado en esta misma línea, es decir buscando trabajo; también cambios en las redes, en las redees vinculares y de apoyo tanto de familiares como de amigos, las redes locales, todo lo que tenga también anclaje territorial.‖249 Ahora bien, la perspectiva conservadora precisa del trabajo, de su capacidad disciplinadora, de su papel moral y de la legitimidad ofrecida por la ética del sacrificio a fin que el individuo despliegue su capacidad de constituirse en un ciudadano respetable (Castel, 1997). ―La gente quiere ir a laburar, hemos tenido infinidad de problemas, pero en el 90 % de las evaluaciones tenemos que todo el mundo trabaja, todos trabajan, les quedará mejor o peor pintada la pared pero todos trabajan. Y esto es doblemente valioso en las mujeres, porque todas tienen muchos hijos, porque no es decir 249 Intervenciones de las encargadas institucionales de la implementación del programa Trabajo por Uruguay del MIDES, realizadas en el seminario coorganizado por el MIDES y OLSUR el día 16 de junio de 2005. 278 me anoto y trabajo, primero hay que ver qué hago con los niños, supone toda una movida familiar para ver quién se hace cargo de los niños, es doble compromiso con la tarea, después habrá que enseñarles muchas cosas sobre el código del trabajo, sin duda pero la motivación está. Por más que vos armes grupos obligatorios vas a ir en contra de la desmotivación de la gente, lo demás que le pongas potencia lo que ya viene con las ganas de la gente.‖ (Entrevista a Directora Política del MIDES) ―Ahora de lo que estoy convencida y lo puedo demostrar fue una hipótesis de trabajo y que se demostró: la gente quiere salir con trabajo, no quiere salir con que se le dé nada, aunque siempre hay un sector que no como en todos lados.‖ (Entrevista Ministra de Desarrollo Social) Pero el trabajo protegido no debe sustituir trabajo real, trabajo abstracto: ―Después que identificamos esas necesidades, esas demandas de tareas sencillas que no tengan que ver con la identidad del organismo público, que no sustituyan la función pública del organismo (...)‖ 250. Sin embargo, el trabajo solo es trabajo si tiene utilidad social, si produce valor, generando una contradicción irresoluble. Las tareas realizadas no sustituyen el trabajo de los funcionarios públicos pero es necesario realizarlo por tanto sustituye trabajo que debería ser realizado por alguien. 250 Intervenciones de las encargadas institucionales de la imprementación del programa Trabajo por Uruguay del MIDES realizadas en el seminario coorganizado por el MIDES y OBSUR el día 16 de junio de 2005. 279 ―(...) las personas no hacen como que trabajan sino que trabajan y trabajan en tareas que resultan imprescindibles para los organismos públicos a los que se dedica esa tarea (...) se ha demostrado que estas personas que no solamente quieren trabajar, trabajan bien, cumplen y tienen eficacia y eficiencia y por lo tanto realizan tareas que durante años de años no se hacían en estos organismos públicos. Entonces en este momento efectivamente tenemos una lluvia de demandas porque los organismos públicos no tenían con quíen cubrir estas necesidades.‖251 Esto supone una suerte de descomposición ideológica del trabajo, en tanto el trabajo se descompone, como si fuera posible, retirando los aspectos económicos (trabajo abstracto) y dejando los aspectos esenciales (ontológicos): capacidad de integración, posibilidades de gratificar, etc. ―Nosotros tenemos varios criterios que en realidad son uno, y es la parte más difícil del programa en lo que refiere a negociar con el otro el encuadre de la tarea, la idea es que la tarea tenga un carácter social, un impacto en lo local, que haya como una vuelta a la comunidad: liceo, escuela, etc. Que no sea una tarea que sustituya labor pública, sin duda, y a su vez sea una tarea que ofrezca gratificación y formación a quien la realiza.‖ (Entrevista Supervisora de Trabajo por Uruguay) De esta forma, emerge la construcción ideológica que permite la alianza solidaria entre las perspectivas liberal y conservadora. Por un lado, 251 Intervenciones de las encargadas institucionales de la imprementación del programa Trabajo por Uruguay del MIDES realizadas en el seminario coorganizado por el MIDES y OBSUR el día 16 de junio de 2005. 280 aparece la comunidad como un espacio mítico donde las relaciones sociales son solidarias, donde el individuo logra relaciones auténticas, es valorado por sus aportes, eleva su autoestima, en fin, es una instancia curadora, ―el corazón de un mundo sin corazón, el espíritu de una situación carente de espíritu.‖ (Marx, 1991: 106) ―Todo el mundo quería trabajar en las escuelas. La Escuela es un referente como la policlínica, no es lo mismo trabajar en la Intendencia, en la escuela hay mucha más pertenencia, eso está marcado a fuego, escuelas y policlínicas del interior del país es divino verlo, acá también, pero en el interior hay menos anonimato, la tarea adentro de una escuela o una policlínica es maravillosa, es donde la gente se siente más útil.‖ (Entrevista a Directora Política del MIDES) Se expresa claramente: anonimato es lo contrario que reconocimiento, pertenencia es la vivencia contraria a sentirse excluido, sentirse útil es lo contrario a la vivencia de la alienación. Por eso el trabajo no alienado supone requisitos, debe dejar la sensación de que se hizo algo útil, debe hacer que el sujeto se sienta parte de algo mayor, una instancia superior que lo contiene, implica el reconocimiento por parte de los otros: ―En Trabajo por Uruguay no aceptamos trabajos que no dejen algo en que la gente se sienta realizada, no cortar pasto que después crece, reparar plazas para que la persona eleve la auto estima. Nos criticaron el uniforme, que era para hacer propaganda y eso estigmatiza y todos salimos con el uniforme. Eso no excluye sino que incluye porque la gente se identifica que va a trabajar y dice esa escuela la hice yo, esa plaza la hice yo. Yo fui a la escuela y pregunté a ver 281 quién es hijo de los que pintaron tan lindo este local y levantaban las manos contentos.‖ (Entrevista Ministra de Desarrollo Social) Pero el verdadero trabajo se obtiene en el mercado de trabajo formal y para eso hay que procesar cambios en esta población para adaptarla a los requerimientos de este espacio. La política revela entonces su verdadera cara. Es preciso disciplinar a esta población para adaptarla al mercado, entonces a ese espacio ideal donde el individuo se siente útil, integrado, etc. deben, artificialmente, incorporarle las características del mundo real. ―Que vas a enseñar con 20 a 30 horas, el viejo problema de la UTU que enseñan con un torno viejo y después se vuelve obsoleto. Sin embargo las transversales le quedan para toda la vida, trascienden la intervención: si le enseño a trabajar, si le marco que si llega tarde en un empleo formal le descuentan y al tercer día tiene una observación y al cuarto una suspensión, le marco lo que es la vida real del mercado de trabajo a través del trabajo, después lo retrabajo en un taller colectivo: cómo se sintieron la primera semana de trabajo, cómo bancaron las jerarquías aunque no le gustaran, cómo se llevaron con el de al lado, todo lo actitudinal del trabajo, eso le va a quedar.‖ (Entrevista a Directora Política del MIDES) Pero esta población, que es responsabilizada por su situación, debe tener, para incorporarse al mercado laboral, capacidades pasibles de ser mercantilizadas. El taller y la fábrica deben recibir la mano de obra no solo disciplinada sino también capacitada: 282 ―Un paréntesis, nosotros hicimos una experiencia el año pasado con la UTU, firmamos un convenio MIDESUTU. Y convocamos a protagonistas mayores de 30 años, promedio 40, desempleados, para realizar cursos de capacitación que dio la UTU en 4 escuelas del interior, en distintos rubros o áreas, albañilería, jardinería, gastronomía-hotelera, y confección de prendas. Se inscribieron 103 en los 4 departamentos y finalizaron 101. Los 2 que no finalizaron fue que uno se había ido del país y el otro se enfermó y no pudo continuar con los cursos. Ese curso de 4 meses les acreditó capacitación. Por su nivel de escolarización no podían ingresar a la UTU. Se permitió que hicieran un curso acreditado de 4 meses, y además, que pudieran hoy inscribirse en otros cursos de UTU. Teniendo como bagaje estos 4 meses y pudiendo ampliar sus competencias en nuevos cursos. Si no lo haces, los trabajadores desocupados iban a tener escasas posibilidades de acceso al mercado de trabajo.‖ (Entrevista a Director Político del MIDES) ―También fueron cambiando las propuestas de qué hacer desde las instituciones públicas. Al principio decían ―barrer las calles‖, pero eso no genera capacidades, no genera conocimiento, o deseos de aprender cosas, y luego todos empezaron a valorar, bueno, si soy de ANEP, a mi me sirve que me arreglen los jardines de la escuela o que me pintaran la fachada de la escuela y así…y salud pública que fue el que mejor se posicionó se dijo, bueno, vamos a pintar todas las rejas de todos los hospitales, y arreglar veredas, pero, cuántos cubrimos, 15000, y siempre se anotó más gente 283 de los cupos que había y eso tiraba abajo ese concepto de que la gente no quería trabajar.‖ (Entrevista a Directora Política del MIDES) Queda claro entonces que la gente quiere trabajar pero no se pone en cuestión si el trabajo es un derecho o un privilegio. En cualquier caso, lo que queda claro, es que lo que en ningún momento se cuestiona es que no es responsabilidad del Estado garantizar ese derecho: ―En Trabajo por Uruguay, quedó demostrado que la gente ha ganado el doble del ingreso ciudadano, la gente quería trabajar. Vos tenés una población con grandes deseos de cambiar, porque hubiera sido terrible que nadie se hubiera anotado para trabajar, el problema de la exclusión hubiera sido más grande, la calidad de la exclusión y de los que viven fuera del sistema es tal, te deja tranquila que se anotaron 15, pero si hubiera habido cupos para 45 mil se hubieran anotado 45 mil. Trabajo con apoyo, con capacitación, con odontología, oftalmología, pasó a ser un tema de mucha convocatoria, te muestra la voluntad de la gente de cambiar, y que hay un sector impermeable.‖ (Entrevista a Directora Política del MIDES) Para visualizar el valor que se le otorga al trabajo por parte del MIDES resulta ilustrativo pasar revista a la publicación mensual de esta institución dedicada al trabajo. Allí pueden leerse títulos que no dejan lugar a dudas de que el valor atribuido al trabajo está centrado en su papel integrador y normatizador. Ya desde el título de esta publicación se pregona ―El trabajo produce solidaridad y riqueza‖, formulación que parece extraída textualmente de ―La división del trabajo social‖ de Durkheim (1995) donde la principal función del trabajo es precisamente generar solidaridad. 284 Otro título sugestivo es el que luce el primer artículo de la publicación: ―Apoyo económico. Ese pequeño gran empujoncito‖, afirmando a continuación: ―Desde el año 2005 la Dirección Nacional de Desarrollo Ciudadano del MIDES ha impulsado a miles de trabajadores a través del Programa de Apoyo a Emprendimientos Productivos.‖ No deja de ser elocuente que un gobierno que se auto proclama de izquierda establezca que la forma de promover ciudadanía sea a través del apoyo a emprendimientos productivos. Otro título parece expresar la utopía de la superación de la alienación y la enajenación: ―Trabajar de lo que uno quiere y no tener jefes‖ pero no es más que el relato de un emprendimiento productivo exitoso: ―XXXX es un taller metalúrgico que fue impulsado por el Programa de Apoyo a Emprendimientos Productivos del MIDES, xxxx y xxxx eran cuñados y decidieron asociarse para trabajar cada uno en lo que sabía: ella en el área de la administración y él en la metalúrgica y la construcción. Al comienzo se dedicaron exclusivamente a fabricar puertas y aberturas, pero actualmente lograron progresar y, además de contratar más personal, se asociaron con otras personas para brindar `soluciones integrales´ en sanitaria, electricidad, aluminio, yeso y vidrio, entre otros.‖ No es menos elocuente cuando titula ―Pregonar con el ejemplo‖ y agrega: ―Nuevos funcionarios: personas con discapacidad. Más de 200 postulantes se presentaron a un llamado laboral del MIDES para personas con discapacidad. Las ganas 285 de trabajar y la capacidad de adaptación fueron características destacadas por los integrantes del tribunal‖. La abnegación, la capacidad de adaptarse a situaciones adversas, el espíritu de sacrificio son evidentemente ejemplos que el pensamiento conservador siempre ha considerado fundamentales para que la sociedad funcione armónicamente. ―Estas estrategias se contraponen a la desmercantilización, concepto que permite especificar los derechos de ciudadanía. La transición hacia un régimen de bienestar liberal- residual a partir de un régimen conservador, parece constituirse en clave explicativa de esta inversión de la relación trabajo asalariado- protección social. En nuestro contexto, aún la asistencia social requiere los ―méritos‖ del trabajo. La tensión entre políticas de remercantilización administrativa (complementadas con propuestas de workfare como formas complementarias de gestión de la fuerza de trabajo) y procesos de desmercantilización (como mecanismos de protección fuera del mercado de trabajo), pone de relieve las dificultades que se presentan en las opciones de política social: como señala Offe, debemos `...poder enjuiciar como algo regresivo el retroceso hacia modelos ‗preburgueses‘ de aprovechamiento de la fuerza de trabajo –ya sea en la dirección del trabajo forzado o en la del trabajo ‗comunitario‘ de subsistencia dentro del rígido marco de agrupaciones familiares o de asentamiento´‖ (Britos et Caro, 2002: 1- 2) 286 Tal vez sea en el papel que se le atribuye al trabajo donde se vea más claramente la particular configuración ideológica que baliza la intervención del MIDES. La articulación entre el pensamiento liberal y el conservador tienen una particular formulación que la tornan compatible con cierta tradición del pensamiento de izquierdas: el anticapitalismo romántico. El ―anticapitalismo romántico‖ tal y como lo ha conceptualizado in extenso Lukács (1973: 206, 1992: 140 y sig.), a diferencia del pensamiento conservador expresado en la obra de Durkheim, realiza un crítica radical de la división del trabajo, identifica claramente el carácter alienado y fragmentador del hombre del trabajo en esta configuración histórica pero, a diferencia de la tradición marxista, esta critica y el carácter romántico así lo expresa, se manifiesta como nostalgía y no, como en la tradición marxista, identifica la división del trabajo como un estadio necesario y momento a ser superado por la crítica revolucionaria 252 El anticapitalismo rómantico, en tanto no visualiza posibilidades de superación del ordén burgués, identifica dentro del orden espacios donde desarrollar las posibilidades del desarrollo del ―hombre completo‖. Dicotomiza el trabajo i) como ―maldición biblica‖ inevitablemente fragmentador y fuente de alienación, como expresión de una sociedad crecientemente mercantilizada, donde reina la racionalidad instrumental. El hombre allí es necesariamente instrumentalizado y explotado y ii) como fuente de solidaridad, encuentro y protección, la comunidad es el refugio del hombre trascendente, el trabajo allí es fuente de reconocimiento y superación de la alienación. El anticapitalismo romántico, configuración que analizaremos en el capitulo siguiente, resulta una solución de compromiso entre un 252 ―Si situábamos en el centro, como general necesidad social, la nostalgia de totalidad e integridad del hombre, ahora tenemos que distanciarnos tajantemente – como otras veces – de la crítica romántico-anticapitalista de la división del trabajo. Esta crítica no ve en la división del trabajo más que lo negativo, la fragmentación y la amputación del hombre, sin tener en cuenta que se trata sólo de un escalón necesario de la evolución de la humanidad hacia más alto (...)‖ (Lukács: 1972, 206) 287 pensamiento que pretende continuar de izquierda, con la administración de la sociedad, sin procesar una discontinuidad con las administraciones anteriores. 288 VII. CONCLUSIONES. UN NUEVO PACTO DE DOMINACIÓN: ANTI CAPITALISMO ROMÁNTICO Y ASISTENCIA, UNA EMANCIPACIÓN ILUSORIA El estudio de la sociedad uruguaya supone enfrentarse a la particularidad de un Estado que, tempranamente - sin duda en relación a la región pero también al mundo - consolidó un Estado Social que incorporó e incluso anticipó un conjunto de demandas de las clases subalternas. El Estado Social uruguayo se desarrolla y profundiza a lo largo de la primera mitad del siglo veinte. De acuerdo con la construcción tipológica realizada para este estudio, es posible afirmar que en la primera mitad del siglo veinte, el Estado uruguayo logra legitimidad a través de la construcción de una cuestión social que articulaba equilibradamente las tres perspectivas ideales de cuestión social. Es posible establecer que la formación del Estado uruguayo se consolidó en el momento de resolución de un equilibrio catastrófico que configuró, a partir de un ―cesarismo progresista‖ (Gramsci, 1993: 125), un ―bloque en el poder‖ que durante la primera mitad del siglo veinte articulaba una débil burguesía nacional con un incipiente proletariado en oposición al imperio británico y la oligarquia nacional (cf. Acosta, 2006). La alternancia de los partidos tradicionales en el gobierno, que se procesa con la crisis del 58, marca en verdad un cambio en el bloque en el poder el cual se vuelve a configurar con una fuerte hegemonía oligárquica que desplazó a la perspectiva de la ampliación de la ciudadanía al aplicar un programa inspirado en el neoliberalismo (Rama, 1972: 26; Real de Azúa, 1984: 71). El nuevo bloque en el poder presenta enormes dificultades para lograr legitimidad; es posible establecer que la perspectiva conservadora de 289 la cuestión social no lograba desarrollar su papel satisfactoriamente, no sólo por la creciente crisis de integración social signada por la marginalidad (Nahum et all, 1998: 158) y la exclusión social (De Armas, 2005: 277) sino por las importantes dificultades para generar adhesión a un proyecto nacional - que debió ser impuesto por una dictadura sangrienta - que nunca logró generar entusiasmo y adhesión en la población. Esta mantuvo un permanente descontento253 el cual se manifestaba, por ejemplo, con una permanente emigración de los sectores mejor formados del país. 254 Es así que la formación del Frente Amplio ha estado asociada a una fuerte crisis de hegemonía que puso en cuestión la legitimidad de los tradicionales partidos Blanco y Colorado. Esta crisis tiene un contenido de clase siendo la participación de los partidos Comunista y Socialista en el Frente Amplio expresión de este contenido. Pero también tiene un fuerte contenido generacional. En ese sentido, la categoría gramsciana de transformismo ofrece un marco explicativo adecuado para comprender este proceso de crisis en el que los partidos tradicionales pierden la capacidad de ―educación de los jóvenes‖ sin que, ―los `jóvenes´ (o una parte sustancial de ellos) de la clase dirigente (entendida en el sentido más amplio, no sólo económico, sino también político-moral) se 253 ―El desencanto y la frustración comenzaron a ganar ciertas capas mesocráticas de formación intelectual. El discurso de éstas, que anteriormente se emitía desde la segura posición de uruguayos a un mundo en lucha por la constitución de las naciones, la democracia y un socialismo opuesto a la explotación y el imperialismo, cambió de tono y expresó su alarma ante la crisis de la sociedad uruguaya.‖ (Rama, 1987: 100) 254 ―Los veinte años transcurridos desde la restitución del gobierno democrático constituyen un plazo muy breve para los tiempos demográficos. Sin embargo, Uruguay cambió mucho en ese lapso: la desigualdad aumentó, y aquella sociedad hiperintegrada — usando la terminología de Germán Rama— dio paso a una sociedad crecientemente fragmentada. En ese lapso aparecieron o se agudizaron muchos de los fenómenos demográficos que constituyen el telón de fondo de la sociedad contemporánea. (...) El impacto de la emigración internacional se hizo patente en faltantes de población, visibles en ciertos tramos de edad por ahuecamientos en la pirámide (en particular, en las personas de entre 25 y 49 años de edad, y más notorios en los hombres que en las mujeres).‖ (Calvo y Pellegrino, 2005: 252, 258) 290 revelen y pasen a la clase progresiva, que se ha hecho históricamente capaz de tomar el poder; (...)‖ (Gramsci, 1985: 274) Cuando en la lucha política y militar no se logra procesar esta posibilidad, cuando la clase ―progresiva‖ no consigue constituirse en clase dirigente, el conflicto generacional no logra resolverse generándose una situación de crisis que no se supera adecuadamente, ―Cuando el fenómeno toma un carácter al que suele llamarse `nacional´, o sea, cuando no aparece abiertamente la interferencia de clase, la cuestión se complica y se hace caótica. Los `jóvenes´ se encuentran en estado de rebelión permanente, porque persisten las causas profundas de la misma sin que estén permitidos el análisis, la crítica y la superación (no conceptual y abstracta, sino histórica y real); los `viejos´ dominan de hecho, pero... après moi le dèluge, no consiguen educar a los jóvenes, prepararlos para la sucesión.‖ (Gramsci, 1985: 274) La crisis del Estado de Bienestar y la implosión de la Unión Soviética generan una crisis importante en el componente clasista del Frente Amplio. En verdad, esta crisis es expresión de procesos de una enorme complejidad que impactan en la propia conformación del ―sujeto histórico‖ que daba concretud a la izquierda 255. 255 ―Vivimos en la actualidad la experiencia de la crisis (¿terminal?) de un determinado sujeto revolucionario. Las transformaciones en la esfera de la producción de valor (el pos-fordismo), las sucesivas derrotas de los sindicatos, el colapso del ``socialismo real´', la crisis de los paradigmas en el campo de las ciencias sociales, indican que vivimos una época de profunda desorientación, de pérdida de sentido, que se expresa en la desorganización de los movimientos sociales. Indagar sobre los orígenes de esta situación significa investigar el período 67-74, como un momento terminal de los ``años dorados´', y por esta misma razón, un momento inicial de aquello que constituye nuestra contemporaneidad: acumulación flexible, nueva derecha, pos-modernidad.‖ (Acosta, 2006) 291 A pesar de que el Partido Comunista del Uruguay había logrado constituirse en un partido de masas, con la caída de la Unión Sovietica, más tarde o más temprano, sigue la suerte de todos los partidos comunistas del ―mundo occidental‖256. Como en el resto del mundo, la crisis del partido comunista no es más que un sintoma del estado de la lucha de clases. El Frente Amplio, sin la fuerza de gravedad de sus componentes clasistas atravesará, como es lógico, una alteración en la correlación de las fuerzas que lo componen, dando lugar en su interior a una nueva hegemonía. Esta nueva hegemonía combina componentes tecnocráticos -ganados por el pensamiento neoclásico- y componentes conservadores presentes históricamente en toda la izquierda latinoamericana 257. Se desarrolla entonces el proceso clásico de transformismo: ―El transformismo `clásico´ es el fenómeno por el cual se unificaron los partidos del Risorgimento. Ese transformismo pone de manifiesto el contraste entre la cultura, la ideología, etc. y la fuerza de clase. La burguesía no consigue educar a sus jóvenes (lucha de generaciones); los jóvenes se dejan entonces atraer culturalmente por los obreros y hasta intentan o consiguen convertirse en jefes de los obreros (lo cual 256 ―Pero en ese contexto tan novedoso, la particular dinámica interna de la política uruguaya no fue sensible al impacto de los cambios que llegaban del exterior: ni la caída del muro de Berlín ni la crisis del bloque socialista fueron obstáculo para que el sublema que apoyaba el Partido Comunista (Democracia Avanzada) obtuviera la más alta votación de su historia y se transformara en el sector mayoritario del Frente Amplio. El resultado no dejó de sorprender a los analistas, que lo atribuyeron a la tardía reacción de los electores uruguayos (los acontecimientos en Europa oriental se desencadenaron a principios de noviembre) y principalmente al enfoque ―posmoderno‖ de la publicidad electoral del sector. Sin embargo, parecía claro que en un futuro inmediato, el PCU -siempre muy sensible a las variaciones de la política del PCUS- iba a sentir los efectos de cambios tan importantes.‖ (Demasi et all, 1995: 25) 257 En ese sentido, el denominado ―anticapitalismo romántico‖ (Luckács, 1992) aporta elementos para comprender esta nueva hegemonía, y se volverá sobre este punto para tratarlo con mayor profundidad. 292 es un deseo `inconsciente´ de realizar la hegemonía de su clase sobre el pueblo); pero en las crisis históricas vuelven al redil.‖ (Gramsci, 1985: 315) De acuerdo al análisis desarrollado a lo largo de estas páginas es posible afirmar que la propuesta de intervención sobre ―lo social‖ llevada adelante por la izquierda expresa una perspectiva acerca de la cuestión social que sustenta un pacto de dominación social que supone una alianza entre el conservadurismo y el pensamiento neoliberal. En este sentido, el conservadurismo ha estado incrustado en la conformación típica de la izquierda latinoamericana y de la que el Frente Amplio no ha permanecido ajeno. Asimismo, el pensamiento neoliberal en el Frente Amplio se desprende y se observa en los procesos de transformismo de sectores de la dirigencia frenteamplista que, en su conformación como ―intelectuales‖ (cf. Gallardo et all, 2009), hoy son capturados por el pensamiento único, neoliberal, propiciado por los organismos internacionales 258. A lo largo de las entrevistas y de la lectura de la documentación institucional se visualiza que el nuevo gobierno parece haberse auto impuesto límites muy precisos a su intervención, al menos en términos discursivos, y a los efectos de esta investigación el discurso es central. En ese sentido, los discursos no refieren a la existencia de elementos externos que determinaran estos límites actuando como constreñimientos colocados sobre la intervención en lo social. 258 ―Las políticas hacia pobres y trabajadores de la administración frenteamplista inaugurada el 1º de marzo de 2005 pretendieron ser el cemento de una precaria unidad nacional que apoyara la gestión del nuevo gobierno. A través de ellas los sujetos centrales de una eventual conflictividad social fueron cuidadosamente divididos y controlados. Por un lado, los pobres, a partir de un programa de asistencia social que en base a la entrega de dinero y a la exigencia de contraprestaciones equivalentes de trabajo significaba asignarles un nuevo papel como sujetos integrados e incluso garantes del funcionamiento equilibrado del sistema social. Por otro lado, los trabajadores, disciplinados a partir de la restauración de la negociación colectiva entendida como una serie de arreglos cuyo objetivo era que postergaran sus reclamos redistributivos hacia un futuro indefinido, legitimando la gestión oficial al convertirse en pieza angular de un mecanismo presentado como la quintaesencia del progresismo uruguayo.‖ (Moreira, 2007: 17-18) 293 Este aspecto puede parecer adjetivo pues, en términos estrictos, podría demostrarse, sin muchas complicaciones, que existen elementos estructurales que determinan muy precisamente el campo de lo posible. Se trata de una economía periférica y dependiente en la cual los condicionamientos materiales259 y los límites impuestos en un contexto de globalización son muy precisos. Sin embargo, los límites estructurales impuestos a la acción no emergen en ningún momento, ni en las entrevistas, ni en los documentos institucionales, ni en las declaraciones a la prensa. Para un estudio que entiende que la cuestión social es una construcción de sentido o, en otras palabras, es la construcción social de los problemas sociales que valizan la intervención del Estado, este aspecto es sustantivo. En los discursos analizados es recurrente la afirmación de que lo que se hace es lo que hay que hacer. Se argumenta que la intervención es y tiene que ser la que se está realizando y se construyen dispositivos institucionales muy precisos para garantizar que se haga lo que se argumentó que hay que hacer. Del mismo modo, cabe señalar que el gobierno ha gozado de mayorías parlamentarias que actuaron como un soporte relevante para el desarrollo de sus propuestas y, por lo tanto, pierde sentido su análisis como un límite posible para la acción de gobierno. Por otro lado, tampoco los discursos analizados refieren a condicionamientos políticos provenientes de 259 De todos modos, cabe señalar la relatividad de los posibles condicionamientos materiales ante la propuesta del Ministerio de Economía y Finanzas de reducir la carga tributaria en situación de eventual bonanza de las cuentas públicas, cuando se podría pensar en la ampliación del sistema de protección social. En esta línea, recientemente se aumentó el mínímo no imponible del IRPF y se está planteando reducir dos puntos de IVA, al tiempo que el nuevo programa de emergencia habitacional se estaría financiado, básica y fundamentalmente, con aportes voluntarios. ―`La rebaja del IVA no es una prioridad del ministerio, es una prioridad del gobierno. Hicimos campaña con eso¨ recordó Pereyra [diputada del MPP, grupo mayoritario del Frente Amplio]‖ (La Diaria, 29/06/2010). El planteo de la diputada surge a partir de disconformidades surgidas en el seno del Frente Amplio que señalan contradicciones de este tipo planteando, por ejemplo, que ―La demora en la implementación del plan habitacional (...) se explica por la falta de recursos. Es `vergonzoso´, comentó una fuente frenteamplista a Brecha, que el presidente tenga que salir a hacer una colecta para poder comenzar a instrumentar dicho plan.‖ (Semanario Brecha, 18/06/2010) 294 los organismos internacionales sino que, por el contrario, se afirma enfáticamente lo siguiente: ―Transición de cambio de gobierno, pero además, renegociación con el BID que era el que ponía los `chanchos´. Al BID se le dijo, miren, desde los 90 hubo una forma de hacer políticas sociales basada en el Consenso de Washington. Yo hice un cuadro en donde les mostraba lo relevante en aquella forma de hacer políticas sociales y lo que este gobierno pretendía (...) nosotros vamos a trabajar con este nuevo enfoque. Si al Banco le interesa este nuevo enfoque, bueno, entonces ese préstamo de 40 millones de dólares, que la peculiaridad que tenía era que se había subejecutado y solo se habían pago los sueldos de los que trabajaban. Es más, Uruguay pagó 120 mil dólares de multa por no ejecutar. En la peor crisis del Uruguay, en la peor crisis de la infancia, nos endeudamos y pagamos multa por no ejecutar. Entonces si no les interesa este nuevo enfoque, yo estoy en condiciones en nombre del gobierno de decirles que no queremos el préstamo. Ese fue el primer parate. Si vos no tenés una estrategia a nivel internacional con gran capacidad de maniobra, vas a morir, porque los organismos internacionales van a tratar de meter la de ellos. Ahora si te haces respetar, los tipos son bancos que les sirve prestar plata y hacer negocio. Ustedes son un banco y yo soy un cliente y el cliente tiene que estar conforme, si no ustedes van a dejar de prestar y no van a ganar. Y me dijeron que ellos son un banco con sensibilidad social, que lo forman los gobiernos. Y definidas las reglas de 295 juego empezamos el proceso de reforma.‖ (Entrevista a Director Político del MIDES) Estos límites auto impuestos pueden ser leídos como emergentes de criterios rectores que enmarcan la intervención social del gobierno y que derivan de las perspectivas liberal y conservadora o, más exactamente, de su combinación. De este modo, aparece configurada la perspectiva de cuestión social para el gobierno de izquierda y que, sintéticamente, puede ser expresada como la articulación de criterios liberales y conservadores: 1) Criterios orientadores definidos desde la perspectiva liberal: La política social debe ser estrictamente focalizada siendo el criterio de focalización fundamental a fin de que no transferir recursos a aquella población apta para ingresar al mercado laboral minimizando la posibilidad de un manejo estratégico de dichos recursos (desmercantilización en los términos planteados por Esping-Andersen, 1990). Las prestaciones nunca deben constituirse en derechos, estando siempre sujetas a evaluación. Las prestaciones deben ser inferiores (en cantidad y calidad) a los recursos que se pueden obtener en el mercado con la pretensión de no desestimular para el trabajo. En ningún caso la intervención debe distorsionar las leyes del mercado. 2) Criterios orientadores definidos desde la perspectiva conservadora: El acceso a cualquier beneficio supone, por parte del beneficiario, una contrapartida de carácter ―educativo-disciplinador‖. El contenido educativo no es evaluado en términos de calidad ya que lo que se busca es el efecto moralizador del mismo, lo cual es solidario con el creciente proceso de mercantilización de la educación. 296 El trabajo como contrapartida se evalúa en su componente de potencial integrador y no en su capacidad de producir valor. Importa retomar aquí que, como fuera dicho, cada perspectiva de cuestión social tiene una construcción mítica de un hombre ideal, una figura heroica a la cual tender. Las intervenciones desplegadas por el MIDES, en concordancia con ésto, han desarrollado dos espacios que buscan ser escenario para la actuación de este hombre ideal: las políticas dirigidas a promover el ―emprendedurismo‖ y las políticas que promueven la participación social. El primer espacio se articula a los valores liberales que hacen de la capacidad de construir empresas competitivas el valor central; el segundo, sin duda, representa el valor central en la perspectiva conservadora, para la cual la participación es un prerrequisito de la integración social. En un primer análisis no parece absurda la impresión de que estos principios regulatorios son ajenos al pensamiento de izquierda. Es incluso pertinente argumentar que el pensamiento neoliberal y el pensamiento conservador pertenecen al horizonte ídeo-cultural de la derecha y, por tanto, corresponde entonces recuperar aquí la interrogante que nos formulábamos al principio de este trabajo: ¿cómo la izquierda política logra legitimidad para llevar adelante reformas que, en principio, parecen ajenas a su sistema de convicciones?, ¿es pertinente establecer que la izquierda política uruguaya renunció a su sistema de valores y se ha constituido en otro partido de centro derecha? Creemos que la respuesta es negativa e, incluso, una relectura de nuestras fuentes parece confirmar esta respuesta. En definitiva, la respuesta debe buscarse por otro lado. La izquierda política ha renunciado a la revolución, es decir, a superar el orden burgués. Esto no es, de ninguna forma, una novedad. La 297 búsqueda del centro como estrategia electoral por parte del Frente Amplio, su conformación en un partido catch-all esta más que tematizada en la literatura especializada (ver por ejemplo: Yaffé, 2005; Garcé, 2009). La construcción del discurso ideológico de la izquierda en el gobierno no debe, entonces, buscarse en Marx, ni en otras versiones del pensamiento socialista. Ni el observador más ingenuo mantendría expectativas en este sentido. Sí, tal vez, no hubiera sido tan ingenuo esperar un proceso de reforma en otro sentido: la reconstrucción de los sistemas de protección del Estado Social uruguayo, la búsqueda del pleno empleo a través de una intervención decidida del Estado, la inversión en infraestructura de interés social y la construcción de viviendas generando empleo y mejorando las condiciones de vida de las clases subalternas, etc260. En el reinado del pensamiento único, este tipo de intervención del Estado - apenas vinculada al pensamiento socialdemócrata, simplemente reformista y asociado a lo que nosotros llamamos la perspectiva de ampliación de la ciudadanía – son vividas como transformaciones revolucionarias. Ante reclamos de intervenciones de este tipo los militantes del Frente Amplio dicen: ―sólo ganamos el gobierno, no hicimos la revolución‖261. No obstante el gobierno y sus militantes continúan de izquierda y vuelven a ganar las elecciones con esta convicción. ¿cómo se es de izquierda sin ser socialista o socialdemócrata?. 260 ―Una coalición de izquierda gobierna y considera que está partiendo de donde Batlle y Ordoñez y sus herederos quedaron. Leí recientemente un artículo del diario El País (9 de marzo de 2009) que bien pudo ser escrito por el propio Juan Andrés Ramírez en su Diario del Plata: `El gobierno del Frente Amplio representa la continuidad del proyecto batllista. Con sus éxitos y fracasos, es innegable que nuestro gobierno tiene los mismos prejuicios contra la empresa extranjera, las mismas sospechas sobre quienes tienen éxito, etc., que caracterizaron nuestro siglo XX.´‖ (Vanger, 2009: 266) 261 La frase no es nuestra, fue dicha, sin ironía, por un militante frenteamplista. 298 La respuesta asoma en uno de los ejercicios de ―honestidad brutal‖ del actual Presidente de la República José Mujica en la campaña electoral por las internas: ―vamos a hacer una política económica de derecha para poder hacer una política social de izquierda‖ 262. La frase no tiene nada de incoherente e indica dónde debe buscarse la nueva configuración ideológica del Frente Amplio en el gobierno. En nuestra construcción tipológica recurríamos a Durkheim y la tradición positivista para delinear la perspectiva conservadora acerca de la cuestión social. Esta tradición logra una articulación inmejorable con el pensamiento liberal aportándole un componente de reforma sin abandonar en ningún punto la apología de la sociedad burguesa (cf. Hobsbawm, 1996 : 156). Pero el pensamiento conservador no se agota en el pensamiento apologético de la sociedad burguesa. Tiene también una expresión anticapitalista, tematizada por Lukács (1992: 140 y sig.) como ―anticapitalismo romántico‖. Decíamos, unos párrafos atrás, que la izquierda política renunció a la revolución y agregamos que de ningún modo renunció a la utopía; ―la utopía realmente existente‖ se encuentra allí mismo, al alcance de la mano, ―la reserva moral‖, ―el refugio de una sociedad sin corazón‖: la comunidad263. La demonización del Estado de Bienestar por parte del pensamiento de derecha, conservador y neoclásico, en su conformación neoliberal está 262 Puede leerse en el Semanario Brecha del 22/4/2009. ―La comunidad realmente existente se sentirá como una fortaleza asediada que es continuamente bombardeada por enemigos externos (muchas veces invisibles) mientras que, una y otra vez, es desgarrada por la discordía interna; quienes busquen el calor comunal, el sentimiento de hogar y la tranquilidad comunitarias tendrán que pasar la mayor parte de su tiempo en murallas y baluartes.‖ (Bauman, 2005: 21) 263 299 suficientemente trabajado en la literatura especializada (cf. por ejemplo: Grassi, 2003; Grassi et all, 1994; Hobsbawm, 1995; Netto, 1996; VV.AA., 1995). Tal vez no está suficientemente tematizada la relación de la ―nueva izquierda‖, protagonista del ―mayo francés‖, en dicha critica y la funcionalidad de esta critica a la posterior constitución de la hegemonía neoliberal264. La caída de la Unión Soviética y la crisis de los Estados de Bienestar inauguran el triunfo transitorio de la hegemonía neoliberal. Su transitoriedad no hace que este triunfo sea menos desalentador para las pretensiones alternativas a este modelo. Como suele ocurrir, las pretensiones anticapitalistas buscarán refugio en espacios alternativos, pretendidamente fuera de las relaciones capitalistas de producción: ―la sociedad civil organizada‖, el mundo de las ONGs, el trabajo en la comunidad, etc. serán los espacios ideales para la actividad de estas vertientes herederas de esta nueva izquierda ―radical‖ 265. ―Bolivia es uno de los países más pobres del hemisferio occidental, junto con Haití. Sin embargo, la fortaleza del vínculo social permitió a sus habitantes ser la vanguardia continental en la resistencia al neoliberalismo (...) es el unico país que 264 ―La cuestión de la legitimidad del Estado adquirió el status de problema relevante para el pensamiento político y social cuando una solución transitoria al problema – la forma conocida como Estado Benefactor, Estado Social o Estado de Bienestar keynesiano – se halló en el centro de la crítica social y del malestar cultural que, en una primigenia manifestación, hizo eclosión en el `mayo francés‖. En las décadas siguientes, dicha crítica terminó orientada por el pensamiento político conservador y los teóricos neoclásicos de la economía (….) En América Latina, el proceso atravesó por las dictaduras más sangrientas y culminó (…) en los proyectos orientados por un pensamiento sin matices que se reconoce como el `neoliberalismo´‖ (Grassi, 2003: 15 - 16) 265 ―Se asistirá a un florecimiento de vertientes aparentemente radicales, abiertamente descalificadoras de la teorización sistemática y de la investigación rigurosa, fundadas ya sea en un anticapitalismo romántico de inspiración católica (la glorificación del `saber popular´, del `pueblo´, apelando a valores de `solidaridad´) o en el rechazo anarcoide al universalismo de la modernidad (la entronización abstracta del `protagonismo de la sociedad civil´, la desconsideración del Estado. El anti institucionalismo vulgar, la reificación de las diferencias), ya sea en el irracionalismo abierto (la validación de las `racionalidades alternativas´) o en el relativismo más primario (con la ecualización de todas las formas de socialidad).‖ (Netto, 1996: 127) 300 marcha hacia la construcción de otra economía, basada en otras relaciones de poder para refundar el Estado heredado de la colonia. La fuerza motriz es la potencia del vínculo social, o sea de la comunidad.‖ (Raúl Zibechi comentando las palabras de la actual Ministra de Desarrollo Social, A.S. Ana Vignoli266) La extraña frase del actual presidente cobra ahora sentido. Se es de izquierda en la comunidad, donde se desarrolla la Kultur: ―el arte, la filosofía, la vida interior del hombre‖, y se es de derecha en la sociedad, donde se desarrolla la Zivilisation: ―la evolución técnica y económica‖ (Lukàcs, 1992: 141). Esta construcción antitética, ―objetivamente falsa y engañosa‖ (Lukàcs, 1992: 141) encuentra su más sofisticado constructor en Ferdinand Tönnies y su obra ―Comunidad y asociación‖ (1979). La construcción típico ideal desarrollada por el autor establece dos esferas del desarrollo de la voluntad humana, una que es esencial o natural (Wesenwille) que se desarrolla en la comunidad; la segunda, arbitraria, instrumental o racional (Kürwille) que se desarrolla en la sociedad (Tönnies, 1979: 115). A la inversa que en Durkheim (1995), la comunidad es una formación orgánica y la sociedad una formación mecánica (Tönnies, 1979: 29). En la comunidad se dan las relaciones humanas esenciales, las relaciones primarias de proximidad, de cuidado y afecto, es la esfera de la vida verdadera, del trabajo con sentido. La sociedad, por el contrario, es una construcción arbitraria, es el mundo de la racionalidad instrumental (Tönnies, 1979: 155), del egoísmo en que todos se tornan comerciantes preocupados por su interés individual 266 Entrevista realizada por Raúl Zibechi y publicada en el Semanario Brecha, 19 de marzo de 2010. 301 (Tönnies, 1979: 80) y es, en definitiva, la esfera del trabajo alienado y enajenado (Tönnies, 1979: 90). Como fue establecido páginas atrás, para Durkheim la ―solidaridad orgánica‖, propia de las sociedades modernas, establece un vinculo más férreo entre los individuos, los torna dependientes unos de otros. Para Tönnies, por el contrario, la sociedad genera un vinculo débil, apenas ilusorio y la comunidad es donde la unidad entre los individuos es esencial y verdadera: ―La teoría de la Gesellschaft o asociación trata de la construcción artificial de una amalgama de seres humanos que en la superficie se asemeja a la Gemeinschaft o comunidad en la que los individuos conviven pacíficamente. Sin embargo, en la comunidad permanecen unidos a pesar de todos los factores que tienden a separarlos, mientras que en la Gesellschaft permanecen esencialmente separados a pesar de todos los factores tendentes a su unificación.‖ (1979: 67) Lo esencial en el pensamiento de Tönnies, que al decir de Lukàcs (1992: 142) no deja de ser un liberal267, resulta en esta mirada dicotómica que articula el pensamiento conservador, regulando la vida comunitaria, esfera de los valores de solidaridad y encuentro, y la sociedad, que exige un Estado Hobbesiano268 que regule la vida: ―Ello nos da una descripción general de la `sociedad civil´ o `asociación general de intercambio´, cuya 267 ―Tönnies describe la sociedad con los colores grises de la filosofía del derecho de Hobbes, presentándolo como una situación donde todos son enemigos de todos y solamente la ley es capaz de mantener un orden exterior.‖ (Lukàcs, 1992: 142) 268 Los acuerdos entre Tönnies y Hobbes en la comprensión de la sociedad y las exigencias para su regulación pueden leerse en Tönnies 1979 (144 -146): ―El esfuerzo por la fortuna, la suerte y el poder‖. 302 naturaleza y movimientos de la economía legislativa conviente entender. Ésta es la situación en que, según expresión de Adam Smith, `todo hombre... se convierte en cierta medida en un comerciante...´.‖ (Tönnies, 1979: 80) Es de esta forma que se estructura ideológicamente el proyecto frenteamplista del ―Uruguay Productivo‖ que ―(...) conduce, pues, forzosamente, a la división de la sociedad en dos partes, (...)‖ (Marx, 1986: 8). Una parte es la base del verdadero Uruguay profundo. Allí se expresa la verdadera esencia humana, la economía social269, la esfera del propio cuidado y del cuidado de los débiles270. Allí el trabajo se manifiesta en su verdadera dimensión, desalienado, expresa toda su esencia, el esfuerzo no es recompensado materialmente, allí no se producen mercancias sino que espiritualmente se reconstituye la autoestima, el reconocimiento de los otros, procesándose, de este modo, la verdadera integración social. Veamos, a modo de ilustración, los testimonios recogidos en material de difusión del MIDES: ―Estoy sudando la gota gorda para levantar una pared de mi casa que estaba por caerse y el grupo me ayudó. Estoy muy contenta de tener una pared en buen estado que no se va a caer y el techo reparado que no se llueve. Aprendí a compartir y ayudar a los demás. 269 ―En la economía social, y supongo que buena parte de ustedes conocen el tema, se trata con frecuencia de experiencias muy interesantes pero que se desenvuelven en los márgenes o en los intersticios del mercado. Son personas que se las arreglan para producir formas de economía no mercantil pero me parece que eso no es una alternativa global a la cuestión que debemos enfrentar. El mercado no se domesticará por algo que pasa por fuera de él. Si es posible domesticar al mercado eso solamente podrá hacerse con nuevas formas de organización colectiva del trabajo y con el rol del Estado como garante de esas protecciones. Ahora bien, las personas que proponen la economía social son -con frecuencia- quizás un poco ingenuas. No quieren comprender la importancia fundamental del Estado, y también se corre el riesgo de no comprender la importancia del mercado.‖ (Castel, 2007: 5) 270 Como reza una publicación del MIDES ―Invierno: cuidarse y cuidar a los más débiles‖ (Infomides, junio de 2009). 303 Como dice un refrán: uno para todos y todos para uno.‖ O unas páginas más adelante, en el mismo material se relata que: ―Ya hemos arreglado los techos y las paredes que traspasa humedad de las casas, nos parecia lo más urgente antes de que llegara el invierno. Cada cual aporta los materiales que pudo conseguir, todos somos mano de obra, y los voluntarios ponemos el portland, el hidrófugo, las varillas de hierro y las chapas con dineo que nos aporta la gente de afuera. No llega a 4.000 pesos lo que nosotros hemos gastado. ¡Para resolver las humedades de siete casas!. ¡Cuánto se puede hacer cuando juntamos gente y esfuerzos para resolver las cosas!‖ 271 Cuando la izquierda redacta una ley para promover y regular el trabajo voluntario establece que: ―Tratándose de menores, deberá constar en el mismo el consentimiento expreso de los representantes legales de los niños, las niñas o los adolescentes quienes siempre deberán tener más de 13 (trece) años de edad (...) La jornada diaria no podrá superar las seis horas en el caso de servicio voluntario realizado por los niños, las niñas y los adolescentes referidos en el inciso segundo del articulo 5 de la presente ley.‖272 271 Mano con mano. Plan de Emergencia. Ministerio de Desarrollo Social. Diciembre de 2006. 272 Ley Nº 17.885. Disponible en: www.parlamento.gub.uy Consulta: 12/11/09 304 Cuando un niño debe trabajar tiene por ley que solicitar permiso de menor en el Instituto Niño y el Adolecente del Uruguay quien establecerá a tal efecto si el trabajo a realizar es adecuado para un niño. Sin embargo, en lo referente al trabajo voluntario se establece que alcanza con la autorización de los padres y la jornada no podrá superar las seis horas diarias. De algún modo, se dice sin decir que el trabajo voluntario, aquel que se realiza en la comunidad, nunca es perjudicial pues no existe la alienación ni la explotación al tratarse de la esfera de la solidaridad y el bien común. Esta esfera debe ser cuidadosamente reconstituida cuidando a los que allí se encuentran y propiciando el reencuentro con aquellos que han perdido el camino a casa, siendo esa la función central que ha desarrollado el MIDES con sus propuestas de intervención social.: ―INGRESO CIUDADANO: consiste en una transferencia económica dirigida a jefas y jefes de hogar donde el protagonista asume compromisos vinculados con el ejercicio de sus propios derechos: realizar los controles médicos del núcleo familiar, asegurar la permanencia de niñas y niños en el sistema educativo y la realización de actividades comunitarias. Por actividades comunitarias deben entenderse aquellas que propendan a la integración, promoviendo una auténtica modificación cultural, democrática y de justicia social. Se entiende que en el concepto de actividades comunitarias, deben comprenderse tanto aquellas derivadas del aporte a la integración social realizada por la participación en programas educativos, tales como las actividades comunitarias de integración 305 social a través de las cuales se realizan tareas de mejora del entorno barrial. Ambos mecanismos pueden y deben concebirse interrelacionados. Para la realización de estas tareas se hizo un llamado a organizaciones educativas y sociales. La metodología que sustenta este programa se apoya en la conformación de grupos de no más de 25 personas, en el involucramiento de las familias y un trabajo que fortalezca la interrelación entre las comunidades barriales con los hogares en situación de exclusión social.‖273 Operar en la comunidad supone un cuidadoso trabajo de articulación, retejer esa telaraña de vinculos y relaciones de reconocimiento y afecto, de sostén y protección, pero también de exigencia y control para que se constituya la verdadera ciudadanía o, en otras palabras, se trata de lograr que: ―el protagonista asuma compromisos vinculados con el ejercicio de sus propios derechos‖. Para esta perspectiva es allí en la comunidad donde se procesa la verdadera transformación. La verdadera estructura a transformar está contenida allí que es donde se procesan los cambios de fondo. De este modo, se comprende que por ―actividades comunitarias deben entenderse aquellas que propendan a la integración, promoviendo una auténtica modificación cultural, democrática y de justicia social.‖ Claro que el Estado, ese aparato pesado, burocrático y esencialmente represivo poco puede hacer en el campo de la protección, cuidado y 273 Mano con mano. Plan de Emergencia. El Urugauy somos tú y yo. Ministerio de Desarrollo Social. Uruguay 2005: 12-13. 306 promoción de una ciudadanía responsable 274. Por eso ―para la realización de estas tareas se hizo un llamado a organizaciones educativas y sociales.‖ En suma, la comunidad es de por sí terapéutica, curadora, y el objetivo último no es otro que ―el involucramiento de las familias y un trabajo que fortalezca la interrelación entre las comunidades barriales con los hogares en situación de exclusión social.‖ En tanto la sociedad es plana, sin matices ni profundidad, la comunidad es profunda, llena de sentidos, siendo allí donde se da la verdadera vida con toda su complejidad275. En el mismo sentido, cuando se rompen los lazos con la comunidad, la respuesta no debe buscarse en la pérdida del empleo o la ruptura de los sistemas de protección social, sino en que los problemas tienen un carácter más profundo y la cura esta allí mismo en la comunidad: ―Atención a los sin techo (PAST): (...) La situación de calle es a veces el resultado directo de la falta de empleo, pero en otras oportunidades es un síntoma de algo mucho más profundo. Las mismas condiciones en que tienen que sobrevivir, dejan huellas tan hondas en su ánimo, esperanza y autoestima que es imposible diferenciar si se trata de una causa o de un efecto, por 274 ―De poco valdría mejorar la vivienda si después no le damos seguimiento al acontecer humano. Esto implica asegurar la militancia social. De alguna manera, los estados pueden `raspar´ recursos, apelar a diversos caminos, pero lo que no se puede dar es amor. Y en este caso el amor a la humanidad sólo lo puede dar la gente‖ (palabras del actual Presidente de la República, José Mujica, a La Diaria ―Pero con flores. Entre el voluntariado y los voluntariosos‖, 22/03/2010) 275 La presentación dicotómica entre comunidad y sociedad en la sociedad burguesa puede leerse también en Heller (2002: 155): ―Así como el individualista burgués, que niega toda comunidad, hincha sus exigencias particulares considerándolas como las únicas genéricas, así el particular que se identifica incondicionadamente con su comunidad abandona todos sus afectos particulares que la comunidad dada le promueve a abandonar y desarrolla aquellos que pueden prosperar libremente a pesar de la identificación con la comunidad o, quizá, precisamete a través suyo. Es especialmente evidente la simbiosis entre la identificación y la particularidad en la sociedad burguesa, donde la escisión antes latente se convierte en un abismo en la contradicción, ya examinada, entre bourgeois y citoyen.‖ 307 lo que es necesario contribuir a la solución de estos problemas en el marco de un enfoque integral y personalizado (...) Es importante señalar que activamente se busca aumentar la participación y el aporte al programa de los propios protagonistas. Consideramos que esa participación y ese aporte hacen a un proceso de construcción de ciudadanía imprescindible.‖276 En definitiva la voluntad humana esencial se encuentra en la comunidad (Tönnies, 1979: 27). Allí el esfuerzo desinteresado es posible, tiene sentido y vale la pena: ―`Al comenzar sus actividades el Ministerio se encontró con graves problemas de recursos tanto físicos como humanos (...) no se contaba con una plantilla de personal propio, debiendo acudir a diversos mecanismos de reclutamiento de personal (...) a pesar de las limitaciones descritas, la ejecución del PANES se logró de buena manera´. Así dice un informe de dos consultores externos al MIDES (...) quienes agregan que ese resultado probablemente se deba, entre otras cosas, `a que el PANES en particular cuenta en su haber con una especial fuerza de voluntad y un alto nivel motivacional del personal´ simple decirlo, titánico lograrlo.‖277 Este tipo de mirada donde la sociedad y el Estado aparecen como construcciones burguesas que finalmente se desmoronan por su propio peso y donde los verdaderos procesos de transformación ocurren allí donde se da 276 Mano con mano Plan de Emergencia. El Uruguay somos tú y yo. Ministerio de Desarrollo Social. Uruguay, 2005: 22. 277 Marina Arismendi, Ministra de Desarrollo Social in Infomides, julio de 2008: 2. 308 la vida esencial es bastante tipica en ciertas perspectivas del pensamiento de izquierda. De algún modo es como si se procesara una nueva inversión en la dialéctica para volverla a poner sobre sus pies: la vida espiritual de los hombres humildes. Veamos las palabras del lider del Movimiento de Liberación Nacional (MLN - Tupamaros) recogidas por Adolfo Garcé (2009): ―La línea política permitió un desarrollo diferente. No fue sólo el Pepe278. No fue fácil, acá adentro se discutió mucho. Hasta ahora no sabemos que no es una claudicación. Estamos haciendo un experimento. Vamos a ver cómo funciona (...) Ahora, el gobierno nacional que haga lo que quiera. Yo creo que se puede hacer mucho más en el gobierno departamental, haciendo una experiencia real de participación popular. Esto es estratégico y no táctico. Vamos a ver si ganamos a la gente que está alrededor nuestro para estas ideas.‖ En cierto sentido, las palabras recogidas por Vanger (2009: 266) (ver nota 124) cobran su verdadero sentido: ―El gobierno del Frente Amplio representa la continuidad del proyecto batllista‖ pero solo en cuanto a que el Frente Amplio continúa con ―los mismos prejuicios contra la empresa extranjera, las mismas sospechas sobre quienes tienen éxito, etc.‖. Pero esa sospecha es ahora tan radical que el resultado es que allí no se puede hacer nada; la sociedad, el mundo de las empresas y los consumidores, el egoismo y el interés privado no puede ser reformado. En esa esfera solo es posible garantizar las reglas del juego y al igual que para Tönnies, la sociedad precisa para ser regulada de un estado liberal leviatánico. 278 Se refiere a José Mujica, actual Presidente de la República. 309 Esa sospecha es, entonces, referida no sólo a la empresa, no sólo al capital sino que remite a todos quienes allí operan siendo tratados con la misma desconfianza. No hay diferencias, en tal sentido, entre el capital y el trabajo279. De esta manera, el proyecto del Frente Amplio puede establecer, sin escándalo, que sus modelos son Nueva Zelandia 280 y el Brasil de Lula281, es decir, un país que ha desarrollado exitosamente el modelo neoliberal y otro que se ha destacado por su proyecto de atención a la pobreza extrema. Los procesos de transformación del capitalismo iniciados con la crisis de los años setenta acaban configurando una situación mundial donde parece que nada se puede hacer, que la política es impotente frente al poder del capital desterritorializado. El pensamiento único, el neoliberalismo, se presenta, no ya como una perspectiva ideológica a la cual adherir o combatir, sino que se presenta como una realidad incuestionable, como un dato, un ―hecho social‖ diría Durkheim. En este contexto, la política o, más exactamente, el mundo de las 279 En la entrevista ya referida el actual Vicepresidente de la República, Cr. Danilo Astori, denostaba la ―actitud corporativista‖ que atribuye no sólo a los sindicatos: ―Sin duda, pero no solo. Hay profesionales que no integran un sindicato y defienden propuestas que sólo están inspiradas por la defensa de sus intereses, a veces identificándose como frenteamplistas (recuerdo discusiones sobre el impuesto a la renta). Ésa no es una actitud de izquierda. Ser de izquierda es defener la transformación de toda la sociedad al servicio de los más débiles y los más humildes‖ (Entrevista realizada en La Diaria, 23/06/2010) 280 ―El presidente José Mujica viajó a Nueva Zelanda en noviembre de 2007 invitado por el Ministro de Ganadería de ese país, en uno de los pocos viajes que realizó al exterior. En aquel tiempo era Ministro de Ganadería y recorrió tambos, se reunió con autoridades oficiales y con empresarios, además de participar de las reuniones de gobierno en las que estuvo su antecesor, Tabaré Vázquez. Retornó al Uruguay deslumbrado por los avances en materia económica, productiva y social y por la reforma del Estado aplicada por el gobierno isleño.‖ Disponible en: http://causaabierta.blogia.com/2010/030418-expertos-denueva-zelanda-comandaran-reforma-del-estado-en-uruguay.php. Consulta: 15/5/2010 281 Para tener una interpretación de las palabras del Presidente José Mujica, ―Nuestro modelo son Neozelandia y el Brasil de Lula‖, ver entrevista realizada en Radio El Espectador por Emiliano Cotelo a la politóloga - y senadora del sector del presidente dentro del Frente Amplio - Constanza Moreira, el 9/11/09 y reproducida en el Diario El País ese mismo día. 310 opiniones políticas, se restringe a la administración de aquellas esferas que quedaron fuera, en los márgenes de los procesos de producción. Como señala Sennett (2000. 143), si lo que se quiere es ―captar capitales‖ entonces la soberanía no puede ser ejercida : ―Hoy, los lugares, las ciudades o las naciones temen que si ejercitan su soberanía, imponiendo, por ejemplo, cargas fiscales o restringiendo los despidos sumarios, una empresa pueda encontrar sin mayores problemas otra isla en la red, una fábrica en el Canadá, si no la encuentran en México, o una oficina en Boston en lugar de Manhattan.‖ Imaginemos, si la situación es presentada en estos términos para las económias centrales, con qué radicalidad es vivida esta sensación de impotencia en las economías periféricas. Es este contexto que hace emerger la comunidad como un refugio, un lugar de reencuentro, una esfera donde la política cobra un nuevo sentido. El viejo discurso de confrontación y lucha de clases es entonces sustituido por otro, ajeno hasta ahora a la retórica de la izquierda, que habla de amor y solidaridad, de afecto y pertenencia: ―Los jóvenes se van buscando una mejora económica pero también porque no encuentran lugares. A veces uno puede sentirse motivado y querido por la sociedad sin importar tanto el nivel salarial. Sentirse querido es lo más importante‖ (Ministra de Desarrollo Social, A.S. Ana Vignoli282) 282 Entrevista realizada por Raúl Zibechi y publicada en el Semanario Brecha, 19 de marzo de 2010. 311 Las palabras de la nueva Ministra son esclarecedoras de la discursividad actual de la izquierda en el gobierno. El testimonio reproducido no exige demasiado aliento teórico para su análisis, pero retomemos los aportes de Sennett (2000: 145) que parecen hechos a medida para el análisis de estas palabras que sorprenden si se toma en cuenta que la nueva Ministra de Desarrollo Social, al igual que su antecesora, es militante del Partido Comunista del Uruguay. ―Todas estas situaciones impulsan a la gente a buscar otra escena de cariño y profundidad. Hoy, en el nuevo régimen, el uso de la palabra `nosotros´ se ha vuelto un acto de autoprotección. El deseo de comunidad es defensivo (...).‖ Si se planteara a un observador, informado y relativamente imparcial, que alguien compara a Uruguay con Bolivia, posiblemente el observador argumentara que esa comparación es, probablemente, parte de un ataque al gobierno por parte de un opositor con mala fé. Si se le aclarara que la comparación fue realizada por un miembro del gobierno, y más exactamente por un Ministro, el observador podría seguir sosteniendo la presunción de mala fé, en el entendido de que es muy fácil compararse con el más debil y así salir con ventaja. Lo que seguramente dejaría del todo perplejo al observador es que Bolivia es tomado como modelo a seguir y desde ahí se realiza la comparación. Veamos un fragmento de la entrevista de Raúl Zibechi, citada páginas atrás, a la Ministra de Desarrollo Social: ―- Cuando usted sueña o imagina erradicar la indigencia y disminuir la pobreza ¿cuáles serían sus 312 referencias en América Latina o en el mundo, aquellos procesos que la motivan? - Bolivia, porque es una referencia de participación y de inclusión de todos los sectores sociales en un proyecto de cambio. Evo Morales surge de las organizaciones sociales, de toda esa trayectoria que fue muy difícil pero ahora está dando sus frutos.‖ (Ministra de Desarrollo Social, A.S. Ana Vignoli283) La añoranza de un pasado, idealizado, la América indigena, campesina, comunitaria, es propia del anticapitalismo rómantico, que vive al capitalismo, ingenuamente, con la vivencia agónica que opone al progreso la añoranza de una esfera donde el ―nosotros‖ es posible (Sennett, 2000: 143) ―La sociedad está imbuida de una cultura individualista que a través de los años no hemos podido modificar, porque nos tenemos miedo los unos a los otros, y con el tiempo eso se ha convertido en cultura‖ (Ministra de Desarrollo Social, A.S. Ana Vignoli284) La cultura a que refiere la Ministra puede fácilmente ecualizarse con la sociedad de mercado donde los individuos compiten unos contra otros y, por tanto, el otro es un potencial agresor. Veamos lo que dice Tönnies (1977: 67) al respecto: ―(...) nadie quiere conceder ni producir nada en función de otro individuo, ni tampoco se encuentra 283 Entrevista realizada por Raúl Zibechi y publicada en el Semanario Brecha, 19 de marzo de 2010. 284 Entrevista realizada por Raúl Zibechi y publicada en el Semanario Brecha, 19 de marzo de 2010. 313 dispuesto a darle nada siquiera de mala gana como no sea mediante el intercambio de una dádiva o un trabajo equivalente que considere igual por lo menos a lo ofrecido. Hasta es necesario que esto último sea más deseable para él que aquello que había sido capaz de retener; pues sólo se sentirá movido a proporcionar algún tipo de bienes si recibe algo que considera mejor.‖ En tanto la sociedad no puede ser transformada, mucho menos revolucionada, la propuesta se restringe a la búsqueda de una comunidad participativa, solidaria y la integración se procesa allí. En esta esfera idealizada, el argumento de que la pobreza es un problema de todos285 equivale a decir que no es un problema de nadie en particular y, por tanto, no es un problema del Estado. El anticapitalismo romántico queda preso de una concepción idealizada del Estado. En tanto la sociedad es el mundo de individuos egoistas, el Estado aparece como una instancia despolitizada que busca la conciliación entre los hombres, ―el hombre que vive en el mundo real de la `sociedad civil´ (el bourgeois) solo conoce intereses privados y particularistas‖ (Coutinho, 1994: 18), necesita de un ―Estado como encarnación de la Razón universal‖ con una ―burocracia como `clase general´‖ que promueva el compromiso de todos en relación a los problemas sociales, la reconstrucción de un ―nosotros‖286 - por encima de las clases sociales - responsables de la pobreza: ―- ¿Eso quiere decir que no aspira a que la gente delegue en el Estado sino que se implique en las 285 ―(...) apostar a la inclusión supone resonstruir vínculos, y eso pasa por que la gente se involucre en los proyectos que estamos planteando, que entienda hacia dónde queremos ir y que todos seamos responsables por la sociedad que construímos, porque la pobreza es un problema de todos‖ (Ministra de Desarrollo Social) 286 ―Nosotros‖ en el sentido que le atribuye Sennett (2000: 143) 314 políticas sociales? - La apuesta es que el Estado y la sociedad puedan lograr efectos de gestión mejores que los que tenemos. Esa es la idea que está detrás del plan de vivienda que propuso el Presidente. - La pobreza no es entonces sólo una cuestión de ingresos. - Apostar a la inclusión supone reconstruir vinculos, y eso pasa porque la gente se involucre en los proyectos, que entienda hacia dónde queremos ir y que todos seamos responsables por la sociedad que construimos, porque la pobreza es un problema de todos.‖ (Ministra de Desarrollo Social, A.S. Ana Vignoli287) El Estado queda limitado, fuera de una función moral abstracta, propia del pensamiento conservador, a la función añorada por el pensamiento liberal, es decir, al control policíaco de los territorios, el garante de la protección de los individuos honestos de la amenaza de los sospechosos de siempre.288 El retorno del liberalismo decimonono en su presentación neoliberal, pregonado por los organismos internacionales e incorporado por los sectores tecnocráticos del gobierno progresista, supone un principio innegociable: la intervención sobre lo social no debe interferir en el mercado por lo que debe ser focalizada, es decir, no debe transferir recursos de negociación a los individuos que están integrados al mercado. En los términos de Esping-Andersen (1990), se debe evitar la desmercantilización que es un recurso de la clase trabajadora para negociar en mejores condiciones con el capital. 287 Entrevista realizada por Raúl Zibechi y publicada en el Semanario Brecha, 19 de marzo de 2010. 288 ―El control polícial del territorio administrado es la única función que se deja enteramente en manos de los gobiernos estatales; el estado y sus órganos han abdicado de otras funciones ortodoxas, o han llegado a compartirlas y por tanto sólo las controlan parcialmente, sin autonomía.‖ (Bauman, 2005: 117) 315 La comunidad entonces es creada como una esfera desmercantilizada que funciona en paralelo al mercado, no interfiere con sus leyes y donde la práctica moralizante de los sectores neoconservadores opera con autorización del pensamiento liberal. La participación social es entendida no como conformación de grupos de presión sino en sus formas de autoayuda, autoconstrucción, autoempleo, agricultura para el autoconsumo, etc. Estas propuestas apuntan a promover trabajo concreto no mercantilizable: autoconstrucción, agricultura para el autoconsumo, por ejemplo. Se trata de iniciativas que tienen una alta valoración para las perspectivas conservadoras (anticapitalismo romántico) y resultan beneficiosas para el capital en tanto generan una población pasible de ser utilizada por salarios inferiores en tanto reducen los costos de reproducción de la fuerza de trabajo. Esto es señalado por Castel (1997: 146) como un elemento que jugó en los primordios del capitalismo: ―Ciertas formas bosquejadas de concentración industrial (las minas, las fraguas, las fábricas de papel...) solían instalarse en el campo. (....) Reclutaban su personal subalterno en el ambiente rural, y este semiproletariado conservaba un vínculo sólido con la tierra. Seguían cultivando su parcela y participando en las tareas del campo en el momento de la cosecha o la vendimia. Esta situación mixta presentaba ventajas para el empleador: los salarios podían ser particularmente bajos, puesto que el obrero contaba con ingresos adicionales.‖ Para el pensamiento conservador estas propuestas de inserción, a pesar de ser insustentables desde un punto de vista mercantil (y 316 precisamente por ésto), se tornan especies de falansterios de una nueva sociedad fraternal y comunitaria. Por su parte, para el pensamiento liberal, estas propuestas no ofrecen mayor reparo ya que no interfieren con el mercado y si lo hacen es de manera beneficiosa para el capital. Esta alianza no presenta problemas en tanto el pensamiento conservador realiza un claro menoscabo del elemento material a favor del espiritual o moral. Como dice la recordada sentencia del nuevo testamento ―al César lo que es del César‖. El menoscabo mencionado abre un muy conveniente voluntarismo en la administración de las nuevas políticas sociales que, como fue dicho, retoman el proyecto moralizador y neohigienista. Entre tanto, en la regulación general se adhiere a un radical realismo que realiza una evaluación implacablemente mercantil de la sustentabilidad de los proyectos planteados, lo que puede ilustrarse con frases antológicas tal como ―con la ideología no comemos‖ (frase con un contenido ideológico innegable). Es la lógica propia de un sistema de regulación que apuesta a la mercantilización creciente de todas las esferas de la vida. Del otro lado parece decirse lo opuesto, ―no importa si comemos en tanto tengamos ideología‖, ya que lo preponderante en la política social es crecientemente la ideología. Ocurre que cuando se mercantilizan todas las esferas de la vida lo que resta para la política social es lo que efectivamente no puede mercantilizarse. Esta alianza de perspectivas es clásica; el tratamiento clásico de la ―cuestión social‖ la supone en último análisis. El Estado en el capitalismo competitivo suponía la caridad y la filantropía como la cara humana de un mundo despiadado. 317 De un lado, la radicalización de la racionalidad instrumental, donde se concibe al sujeto como un homo economicus que solo opera con una racionalidad instrumental egoísta, como ―individuo posesivo‖ (Macpherson,1979: 276) ―Ya que el individuo solo es humano en la medida en que es libre, es libre sólo en la medida en que es propietario de sí mismo, la sociedad humana solo puede ser una serie de relaciones entre propietarios exclusivos, o sea, de una serie de relaciones de mercado.‖ Del otro, el voluntarismo más estéril, donde se intenta construir un individuo moral despojado de egoísmo y condenado cuando realiza un posicionamiento estratégico que es solo legítimo en el mercado. Si el individuo no es exitoso en el mercado pierde la legitimidad para posicionarse estratégicamente en la ―esfera social‖ despolitizada. Es claro que la política social tiene una racionalidad estrictamente instrumental, que se le exige la maximización de los recursos en forma extrema, pero esta racionalización le es impuesta desde fuera. Porque los recursos que administra y las prioridades le son fijadas desde fuera, desde el marco general que establece qué recursos va a administrar, sea por parte de los organismos internacionales o por parte del Ministerio de Economía y Finanzas. Esta alianza se sustenta y es posible a partir de un proceso de deseconomización de la cuestión social por el que la pobreza deja de ser un problema económico (aunque se mide a partir de parámetros económicos) para convertirse en un problema esencialmente moral. Más que combatir la pobreza como insuficiencia de ingresos, se observa una fuerte preocupación por sus consecuencias: inmoralidad, violencia, déficits educativos, etc. 318 De algún modo, este proceso de bivalencia del sistema de protección/integración social fue señalado por Pierre Rosanvallon (1995), estableciendo claramente cómo de un lado, i) el ciudadano pleno, respetado en su privacidad, es protegido e integrado a partir de una institucionalidad que lo reconoce como titular de derechos y, por tanto, no condiciona la protección: ―Desde el momento en que se lo universaliza (por la obligación), el seguro se vuelve verdaderamente social. Cumple entonces el papel de una especie de transformador moral y social. El seguro social funciona como una mano invisible que produce seguridad y solidaridad sin que intervenga la buena voluntad de los hombres.‖ (1995: 26) ii) Del otro, la propia descalificación operada desde el poder, que en la medida en que individualiza la incapacidad de desempeñarse en el mercado, justifica la ruptura del derecho y la indiscreción apoyada en argumentos instrumentales que establecen que es preciso conocer para auxiliar: ―Por otra parte, más allá de los procedimientos estandarizados tradicionales, es preciso igualmente que el Estado providencia pueda personalizar sus medios, para adaptarse a la especificidad de las situaciones: en materia de desocupación de larga duración y de exclusión, no hay, en efecto, sino situaciones particulares.‖ (Rosanvallon, 1995: 11) 319 La moralización es inmediata, no precisa de (o no cuenta con) las mediaciones de un sistema social complejo; el retorno a la comunidad en la retórica de las nuevas políticas sociales es prístina al análisis. En sintesis, es posible identificar una alianza entre la perspectiva liberal y la conservadora con una supremacía de la primera sobre la segunda y una ―división del trabajo‖ entre ambas. La regulación social predominante es liberal, la vigilancia está en manos del Ministerio de Economía que mantiene la tendencial mercantilización de todas las esferas de la vida, regula las relaciones capital-trabajo, los criterios de gasto, etc. El elemento rector es el trabajo abstracto y su capacidad de generar valor de cambio. Tal como señalan Britos y Caro (2002), la inversión de la relación trabajo asalariado – protección social es el eje que permite comprender el pasaje hacia un régimen de bienestar liberal – residual a partir de un régimen conservador, en donde la propia intervención asistencial exige los méritos del trabajo. Subordinada a esta regulación se encuentra la regulación sobre la población en situación de pobreza e indigencia. Desde el Ministerio de Desarrollo se controla el uso que la población hace de las prestaciones transferidas procurando que la intervención no interfiera sobre las leyes del mercado. El elemento rector es el trabajo concreto: el valor de uso es su capacidad de disciplinamiento. La intervención sobre lo social es aceptada por la perspectiva neoliberal, en tanto la misma se restrinja a una población previamente desacreditada y, por tanto, no calificados para ejercer su ciudadanía por haber fracasado en el mercado. 320 ―Estas dos clases de seguridad son: la primera la seguridad contra una privación material grave, la certidumbre de un determinado sustento mínimo para todos, y la segunda, la seguridad de un determinado nivel de vida o de la posición que una persona o grupo disfruta en comparación con otros. O, dicho brevemente, la seguridad de un ingreso mínimo y la seguridad de aquel ingreso concreto que se supone merecido por una persona (...) No hay motivo para que una sociedad que ha alcanzado un nivel general de riqueza como el de la nuestra, no pueda garantizar a todos esa primera clase de seguridad sin poner en peligro la libertad general. Se plantean difíciles cuestiones acerca del nivel preciso que de esa manera debe asegurar; hay, en particular, la importante cuestión de saber si aquellos que así dependerán de la comunidad deberán gozar indefinidamente de las mismas libertades que los demás. Una consideración imprudente es estas cuestiones puede causar serios y hasta peligrosos problemas políticos; pero es indudable que un mínimo de alimento, albergue y vestido, suficiente para preservar la salud y la capacidad de trabajo puede asegurarse a todos.‖ (Hayek, 2006: 158, énfasis nuestro) Esta desacreditación habilita a la perspectiva conservadora a operar moralmente sobre esta población. Un elemento ejemplar de la funcionalidad de esta alianza es la política de documentación de los usuarios de la política social asociado a un sistema computarizado de control de esta población a través del documento de identidad. Combina el afán de control moral de la población, propio de la 321 perspectiva conservadora, con el afán de evitar un uso especulativo por parte de la población de recursos obtenidos extra mercado, característico de la perspectiva liberal. Si pensamos en los términos planteados por Foucault en ―Seguridad, territorio y población‖ (2006), en esta regulación sobre la población se busca como objetivo común fundamental que la ―población‖ no se convierta en ―pueblo‖ o, en términos gramscianos, ―lograr que las grandes masas de la población se mantengan esencialmente pasivas‖ (1986: 246). Esta configuración se torna altamente operativa para obtener gobernancia en el nuevo contexto. Los anteriores gobiernos intentaron su legitimidad combinando las medidas de ―estabilización‖ y las de ―ajuste‖ o ―reforma estructural‖, donde se buscaba superar el modelo de sustitución de importaciones impulsado por el Estado. En su lugar, se imponía una reforma con ―orientación al mercado‖ y consiguiente reducción del Estado, privatizaciones, desregulación, y apertura externa (Calame y Talmant, 2001). Todo este proceso se vio tensionado con la oposición política de la izquierda que amortiguó las reformas (Moreira, 2001). La izquierda política llega al gobierno con la legitimidad necesaria para llevar adelante los procesos de reforma que los anteriores gobiernos no consiguieron culminar, y el componente conservador que le agrega la izquierda a la reforma liberal le otorga credibilidad y eficacia. 322 BIBLIOGRAFIA ADORNO, T., HORKHEIMER, M . Dialéctica del iluminismo. Editorial Sur, Buenos Aires, 1969. ACOSTA, L. O processo de renovaçâo profesional do serviço social no Uruguai. 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