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Por los gobernantes y legisladores, para que definan políticas y leyes que promuevan y defiendan la dignidad y los derechos de todas las personas. Roguemos al Señor. Por el mundo, especialmente por aquellos países que se encuentran en guerra o conflicto, para que se trabaje por consolidar la paz y la armonía de los pueblos. Roguemos al Señor. Por nuestra Iglesia Diocesana, para que sea un espacio abierto que promueva el encuentro entre las personas y entre las familias migrantes de diferentes países, regiones, etnias y culturas que se establecen en nuestro pueblo, barrio o ciudad. Roguemos al Señor. Por todos los migrantes, para que sean reconocidos en sus derechos y valores, sean acogidos con respeto y ayudados en los momentos de dificultad, para que puedan integrarse en nuestra sociedad y sean valorados por su aporte humano y cultural. Roguemos al Señor. Arquidiócesis de la Ssma. Concepción Vicaría de Pastoral Social Día de Oración por los Pueblos Migrantes Pidamos también por los chilenos que se encuentran lejos de su patria, para que el Señor los acompañe y encuentren apoyo y una acogida cariñosa en los lugares donde se encuentren. Roguemos al Señor. Por las instituciones y personas que acompañan a los migrantes en su proceso de integración, y por todos nosotros, para que seamos constructores de la paz y mensajeros de su amor, bondad y misericordia. Roguemos al Señor. DECÁLOGO DEL MIGRANTE 1.- Un migrante no es un problema es un desafío 2.- Un migrante no es un peligro es una oportunidad 3.- Un migrante no es una limitación es un complemento 4.- Un migrante no es un recurso barato es un valioso agente de transformación social 5.- Un migrante no es un delincuente es un viajero portador de cultura 6.- Un migrante no es un extraño es un mero amigo 7.- Un migrante no es estadística es una realidad muy concreta 8.- Un migrante no es una remesa es una familia trabajando duro en la lejanía 9.- Un migrante no es un intruso, es un hermano que nos visita. 10.- Un migrante no es una mercancía, es un hijo hija de Dios Todos los últimos domingos de cada mes a las 10:00 horas en la Parroquia La Merced, les invitamos especialmente la Eucaristía por los migrantes. “Hacia un mundo mejor ¿Vivimos una cultura del encuentro?” Subsidio de apoyo para sacerdotes y equipos de liturgia para la celebración del Día del Migrante en las Eucaristías del domingo 7 de septiembre. “Hacia un mundo mejor ¿Vivimos una cultura del encuentro?” Orar con y por los migrantes El Día del Migrante fue instituido por el Papa Benedicto XV, en 1914. Cada Conferencia Episcopal elige el día apropiado para recordar a los Migrantes y a sus Familias, para crear conciencia del fenómeno migratorio; pues es importante y urgente que tanto la Sociedad como la Iglesia, nos detengamos a profundizar en esta realidad con el fin de acoger, de apoyar, para un mutuo intercambio. La mayoría de los países de América Latina eligieron el mes de Septiembre para celebrar este día, porque se asocia al Mes de la Biblia, puesto que el Pueblo de Israel fue peregrino y vivió la experiencia de ser extranjero. Así, el Día del Migrante viene a resaltar la urgencia de considerar a las personas que emigran, quienes desde la iluminación bíblica, son las más necesitadas: los pobres, las viudas y los extranjeros. Es ocasión de redoblar esfuerzos a fin de poder vivir en comunión y en un mismo Espíritu un día de oración, acción y sacrificio para la causa de los emigrantes. Por esto, el Día del Migrante puede ser aprovechado por todos para renovar en la fe, la confianza en Dios, Padre de todos los hombres, de todas las razas, de todas las lenguas, orígenes y culturas. Esto nos llama, a ver que la solidaridad es una virtud cristiana que nace de la conciencia que tienen los hombres de su participación en una misma historia y un destino común. “El Señor hace la justicia al huérfano y a la viuda, ama al extranjero y le da ropa y alimento. También ustedes amarán al extranjero, ya que han sido extranjeros en Egipto” (Deut. 10, 18-19). Por tal motivo la Iglesia, sensible a esta realidad quiere mover en la sociedad, la necesidad de despertar los valores de la acogida y de la fraternidad entre las personas, para superar la discriminación, el racismo y tantos antivalores que nos aquejan a todos, especialmente, a los migrantes. “Las Migraciones son un signo de los tiempos”. El fenómeno migratorio “La migración es todo desplazamiento de las personas con traslado de residencia. Puede ser entre países o de un lugar geográfico a otro dentro de un mismo país. En el primer caso se trata de migración internacional o externa (extranjeros) y en el segundo caso migración interna”. Las causas asociadas a la migración son la búsqueda de mayores oportunidades de desarrollo económico; por motivos laborales, porque las condiciones económicas de un lugar no permiten la sobrevivencia; por razones políticas, guerras o conflictos bélicos o por catástrofes naturales (migraciones forzadas). También existen las migraciones voluntarias por ejemplo, las que se dan por razones de estudio. En la Provincia de Concepción, las personas migran a nuestra ciudad por las graves crisis políticas y económicas de sus países de origen alentadas por la imagen de Chile de mayores perspectivas de desarrollo y estabilidad; además por los acuerdos especiales entre países como el Convenio Andrés Bello, que permite la homologación de estudios. Entre las causas del fenómeno a nivel personal se dan las de la búsqueda de perfeccionamiento profesional, estudios pregrado, reunificación familiar (extranjeros casados con chilenos) y la inmigración en cadena facilitado por las redes sociales, amigos y/o familia. La cantidad de migrantes en nuestro país asciende a 352.344, la cual se estima llegará a 1.000.000 de migrantes ál año 2018 considerando la población que se encuentra indocumentada. Las regiones que concentran mayor cantidad de población migrante son Santiago (228.366), Valparaíso (21.647), Antofagasta (21.006), Tarapacá (20.479), Arica y Parinacota (11.359) y Región del Biobío (9.899). Las mayores dificultades que enfrentan los migrantes en nuestro país Discriminación y prejuicios sociales. Violencia, mirada despectiva o inferiorizante. La soledad y desarraigo. Problemas de desinformación (¿dónde vivir? ¿Cómo obtener salud? ¿Cuáles son mis derechos? ¿Dónde están las oficinas más importantes?). Dificultad de inserción por inexistencia de organizaciones de inmigrantes de carácter social. Dificultades en el acceso al trabajo, a la salud, a beneficios sociales, a educación en el caso de los adultos (por su carácter de irregular). Dificultades en el acceso a vivienda como a calidad de las mismas. Discriminación de hijos e hijas de los inmigrantes en los establecimientos educacionales. Discriminación a nivel de atención del usuario en los servicios públicos, lo que se manifiesta en expresiones como “Ud. no tiene derecho a …” Condiciones de trabajo indignas, situaciones de tráfico y trata de personas (laboral sexual). Falta de legislación con un enfoque de derecho. Ausencia de planes de inserción social de los inmigrantes y la falta de acompañamiento de los consulados hacia sus connacionales. Oremos En comunión con el Hijo y animados por un mismo Espíritu elevemos al Padre nuestras oraciones: Por nuestra Iglesia extendida por todo el mundo, por nuestro Papa Francisco, por nuestro Arzobispo Fernando, para que fieles a la enseñanza de Jesucristo promuevan el diálogo y la acogida fraterna para con los migrantes. Roguemos al Señor. Día de Oración por los Pueblos Migrantes. “Hacia un mundo mejor ¿Vivimos una cultura del encuentro?”