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Trato de retratar a Estrella y a Norberto con una palabra para cada uno. Lo primero que me viene a la mente es que Estrella es rebeldía y Norberto es espectáculo. A Estrella le importa un carajo lo que la gente opine de lo que ella piensa, decide o hace. Ella disfruta al nadar en contra de la corriente. Estrella tiene un escudo blindado. Y lo necesita, porque debajo de ese escudo la fragilidad es infinita. La fragilidad le viene de la paradoja nunca resuelta entre su corazón de eterna niña alegre y su conciencia de tantos imposibles. Para Norberto, el mundo de las personas es su escenario. Y lo domina porque convierte en espectáculo todo proyecto, conversación, análisis, reunión o negocio en que intervenga. Como me dijo el Coco una vez que Fuentes rompió el silencio de la madrugada: “el Viejo es bárbaro hasta tirándose pedos”. ¿Dónde andarán ahora? ¿Y cómo serán hoy? ¿La Estrella que subió al cielo es la anciana de la que me despedí, la asesora del Ministerio de Educación o la adolescente de sexualidad precoz? Eso nunca me lo explicaron. Estrella debe estar con Hugo Chávez, negociando con San Pedro los méritos de Fidel. Si la Estrellita que subió fue la jovencita sensual, seguro que convence. O está exigiéndole cuentas al Viejo Fuentes. Que qué estabas haciendo, viejo cabrón. Seguro andabas con Santos Traficante cazando tetas y diamantes. Estrella y Norberto siguen en nosotros, sus hijos. Para empezar, los tres tenemos una necesidad vital de música grandiosa, nunca menos que Elvis, Il Volo o Celine Dion. Norberto es el más parecido a Estrella, sobre todo por la rebeldía. Vive en bronca con el mundo. No lo perdonan ni en la Habana ni en Miami. Vive condenado a un enlace molecular con sus antagónicos Raules. Por el otro lado, quieren algo más espectacular que una “Autobiografía de Fidel Castro”, por Norberto Fuentes? A la Nena y a mí, Estrella nos hizo con la madera de maestro de ella misma. Maestros…rebeldes ante la rutina, amantes del espectáculo. Obras espectaculares, geometrías espectaculares, experimentos espectaculares. Transformar el espacio y los imanes en espectáculo es nuestra necesidad existencial. Estrella y Norberto siguen en sus nietos, bisnietos y lo que venga después. Y su sangre se enriquece con sangres desde apache hasta balcánica, con sabor africano. Lo que está resultando es probable que genere terremotos. Que descansen en paz los convencionalistas. Yo brindo porque Estrella y Norberto vivan en su descendencia rebelde y espectacular. Al carajo el duelo, el show debe continuar. Luis El hijo serio de Estrella la Distinta Septiembre 20 de 2013