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TRAVESÍA UNIVERSITARIA CARTA DE NAVEGACIÓN DE FORMACIÓN Biblia y Revelación Biblia y Revelación Biblia y Revelación Sigues adelante en este trabajo de profundización de la Biblia. Ahora vas a abordar el tema de la Revelación y la Biblia, para poder aprender sobre la forma como Dios se ha mostrado al hombre. En este módulo vas a analizar el marco eclesial que se requiere para interpretar adecuadamente la Biblia, dado tantas opciones que hoy tenemos. Dios quiso revelarse al hombre en un acto libre y de amor a nosotros. Su Revelación fue una enseñanza sabia y paulatina que desde el principio anunciaba una culminación: la Revelación definitiva. Jesucristo, Dios hecho hombre, realiza esta Revelación y la confía a los apóstoles, quienes dan testimonio de lo que vieron, oyeron y vivieron (Tradición) y enseñan –ellos, y los obispos como y sus sucesores- lo que la Revelación de Dios significa. La Iglesia, fundada por Jesucristo, enseña (Magisterio) lo que quiere decir la Revelación. Sigamos remando mar adentro en el apasionante mar de la Biblia. Adelante En este módulo encontrarás Introducción a la Revelación y la Biblia La Sagrada Escritura La Tradición La interpretación de la Biblia Síntesis en preguntas Auto evaluación 2 Biblia y Revelación Introducción a la Revelación y la Biblia Es muy claro que el hombre busca a Dios. Todos los hombres, en todos los tiempos, buscamos a Dios. Sin embargo, la religión católica es distinta, porque nos enseña a Dios que busca al hombre, y al buscarlo le va enseñando quién es. Desde el inicio de los tiempos, la humanidad ha tenido claro que la naturaleza es algo tan perfecto, con un orden tan sublime, que se debió a una inteligencia superior que lo creó. Desde los hombres primitivos hasta los físicos modernos (como Alfredo Kastler, premio Nobel de Física), han llegado a la misma conclusión: el mundo, el universo, las leyes naturales y la existencia no son fruto del azar ni de la casualidad. Tuvieron un origen, fueron creados. Sin embargo, lo mismo el hombre primitivo que veía todos los días el movimiento del sol, hasta los astrofísicos de hoy con sus asombrosos telescopios, terminan retornando al mismo origen Creador: Dios. El hombre, aunque puede entender a Dios a partir de Sus Obras, tiene un conocimiento, una lógica y una inteligencia limitados. Por eso Dios, Sus Obras y Su actuar son un misterio que la inteligencia del hombre trata de desentrañar. El hombre intenta entender ese misterio, eso que está oculto, pero no puede llegar por sí mismo demasiado lejos. La esencia de Dios, sus Obras, sus Planes están a una altura en la que simplemente el hombre no acaba de comprender. 3 Biblia y Revelación Dios busca al hombre sin embargo, así como el Hombre busca a Dios, nos encontramos con que Dios busca al hombre. Y no solo le busca, sino que va mostrándole poco a poco quién es. Se va revelando. Revelar significa mostrar algo que estaba oculto. Cuando se revela una fotografía, se puede ver lo que se plasmó en la película. Revelación significa quitar el velo que cubre algo. Sin duda alguna, la Revelación es algo que ha hecho Dios de manera libre, y es una muestra del gran amor que nos tiene. Pudo dejarnos en el misterio de su existencia, pero no lo hizo. Pudo dejarnos solos, pero esa no fue Su Voluntad. Eligió mostrarse a nosotros, y lo hizo porque nos ama. Este acto de amor, lo hace Dios para que nos unamos a Él, para que lo conozcamos, lo comprendamos y creamos en Él. Dios nos revela sus misterios para que nos unamos a Él. Esta Revelación, Dios la hace poco a poco. El Creador se convierte verdaderamente en un maestro que va enseñando con paciencia, poco a poco hasta mostrarnos La Verdad (así con mayúsculas). Ya decíamos antes que la Revelación se hace con obras y con palabras. Los hombres y mujeres entendemos un poco de Dios por medio de acciones, de hechos que podemos ver a lo largo del tiempo. Sin embargo, Dios ha querido ser directo, y para hacerlo nos habla en nuestro propio lenguaje. ¡Qué importante concepto! Dios nos habla, Dios mismo, el creador del Universo, por pura voluntad y amor nos enseña sus misterios de una manera abierta. 4 Biblia y Revelación La Sagrada Escritura Esta Revelación de la palabra está contenida en un libro que todos conocemos como “La Biblia”, y ha sido la Iglesia Católica quien la recibió como en depósito y la preserva fielmente como el gran tesoro de la Revelación última. Explicaremos esto: Dios se fue revelando paulatinamente al hombre (podemos ver muestras de ello a lo largo de todo el Antiguo Testamento). En estas revelaciones fue preparándonos para una última, grandiosa y definitiva Revelación. Era tan grande esta Revelación, que envió a su propio Hijo unigénito a hacerla. Dios hecho hombre nos enseña con claridad lo que Dios espera de nosotros, y es una Revelación que verdaderamente asombra. Asombró al pueblo judío, asombró a escribas y fariseos y nos asombra hoy en día. Dios Padre, envía a Su Único Hijo para revelarnos La Verdad, y esa verdad es puesta en manos de los apóstoles y de sus sucesores para transmitirla. Así entendemos mejor la Revelación que Dios hace por medio de su Hijo con el Espíritu Santo. Con los apóstoles, la Iglesia toma un papel fundamental en la Revelación. El Espíritu Santo asistió a los apóstoles, y es con la muerte del último de ellos cuando se cierra la Revelación pública: Dios ha dicho todo lo que tenía que decir. Sin embargo el asunto no se planteaba con tanta facilidad. Tan profundo fue el mensaje de Jesucristo, tan grande fue Su Revelación, que era (y es) necesario interpretarla adecuadamente. Jesús mismo no escribió nada. De hecho el único testimonio que tenemos de que escribió algo fue en la escena del Evangelio en la que estaban a punto de apedrear a la mujer adúltera. Jesús escribía en el suelo con un dedo (Jn 8, 6). Pero no conocemos ningún libro que haya escrito, ni un solo pedazo de papel. 5 Biblia y Revelación ¿Cómo pudo ser esto? Jesús era el Verbo Hecho Carne. Jesucristo no escribió nada, pero dejó un gran mensaje, un mensaje que además se complementaba y cumplía con todo lo que se había registrado antes como Revelación de Dios. Jesús no abolió la escritura, sino que la cumplió. Pero, si Jesucristo no dejó nada escrito ¿Cómo sabemos lo que hizo? ¿Cómo sabemos lo que enseñó? ¿Cómo conocemos Su Revelación? La respuesta la tenemos en la historia del pueblo Judío. La Revelación de Dios se asentó por escrito en rollos de pergamino que eran celosamente guardados, cuidadosamente copiados y profundamente venerados. Sin embargo estos escritos eran tan valiosos en todos los sentidos, que no todo el mundo podía acceder a ellos. Hoy, todos podemos ir a una librería y por un módico precio conseguir una Biblia. Para el pueblo Judío de hace tres o cuatro mil años no había esta facilidad. Por ello, tenían con frecuencia que memorizar pasajes, libros enteros de la Escritura. Esto sin mencionar que los primeros rollos en los que se asentó por escrito la Revelación de Dios a los hombres ocurrió bastante tiempo después de que fue realizada originalmente, pero que había sido, de nuevo, memorizada por los hebreos. El pueblo judío estaba entrenado para memorizar. Los apóstoles recordaban con mucha precisión lo que Jesús había dicho y hecho. Formaban parte de esta cultura que memorizaba todo. Esto nos explica cómo fue que se escribieron los Evangelios varios años después de que Jesús murió y resucitó. 6 Biblia y Revelación La Tradición Tras la Ascensión de Jesús al que enseñaran el Evangelio. Y lo hicieron con celo y con precisión. Esta Cielo, los apóstoles comunicaron el mensaje de Jesús. El Señor les dió un mandato imperativo. Esa predicación apostólica se convirtió en la Tradición de la Iglesia. Los Apóstoles, bajo el influjo del Espíritu Santo enseñaron todo lo necesario para que la humanidad pudiera vivir santamente y aumentar su fe. Los Apóstoles y sus Sucesores, la Iglesia misma, en su doctrina dan una luz a la Verdad revelada por Dios. Sagrada Escritura y Tradición de la Iglesia provienen de un mismo origen: Dios, por tanto, “Esta Sagrada Tradición y la Sagrada Escritura de ambos Testamentos son como un espejo...”(Dei Verbum, II, 7) Los propios sucesores de los apóstoles (los Obispos) no solamente conocían con precisión los términos del evangelio, sino también su espíritu, es decir, cómo interpretar la Buena Nueva. No era raro que se malinterpretaran las palabras, hechos o gestos de Jesús. Los sucesores de los apóstoles tuvieron un papel fundamental en enseñar e interpretar fielmente el espíritu de la Revelación que había hecho Jesucristo. Y es ahí donde la Iglesia toma un papel fundamental. No es solo lo que dice la Biblia, sino lo que significa. Esto es lo que conocemos como el Magisterio de la Iglesia. 7 Biblia y Revelación La interpretación de la Biblia Para los católicos, la lectura de la Biblia no implica únicamente una interpretación literal de lo que se lee. Las biblias católicas contienen notas explicativas en las que se cita continuamente la interpretación de la Iglesia a cada pasaje. Es asombroso leer un pasaje de la Biblia, meditarlo, y tratar de entender su significado, para posteriormente leer las notas y darse cuenta de que se nos pasaron por alto una infinidad de conceptos, relaciones, ideas y hechos. Solamente cuando leemos los comentarios e interpretación que la Iglesia ha hecho sobre cada pasaje de la Escritura, es cuando nos damos cuenta de que realmente la Biblia en su gran diversidad de libros es una unidad perfecta. Pero sin leer estas notas, sin atender al Magisterio de la Iglesia, fácilmente podemos perdernos al tratar de entender la Revelación divina. La Iglesia, en este sentido, nos lleva de la mano diciéndonos “efectivamente, esto que has pensado e interpretado tiene su validez, pero no pierdas de vista que...”. Verdaderamente la Iglesia es una Maestra Inigualable, su Magisterio nos enseña con una precisión asombrosa el sentido de la Escritura. Tan profunda es la enseñanza de la Iglesia, que se hace evidente la influencia del Espíritu Santo al aclarar el sentido de la Revelación. Revelación, Sagradas Escrituras, Tradición y Magisterio son conceptos que los católicos nunca debemos dejar de tener en mente al hablar de La Sagrada Biblia. 8 Biblia y Revelación Síntesis en preguntas Una síntesis de la relación entre la Biblia y la Tradición Divina en preguntas y respuestas ¿Qué es la Revelación? La revelación es la manifestación que Dios ha hecho a los hombres de Sí mismo y de aquellas otras verdades necesarias o convenientes para la salvación eterna. ¿Dónde se encuentra la Revelación? La Revelación -también llamada Doctrina cristiana o Depósito de la fe- se encuentra en la Sagrada Escritura y en la Tradición. ¿A quién fue confiada la Revelación? Jesucristo confió la Revelación a la Iglesia Católica. Por medio de sus Apóstoles, por tanto, sólo la Iglesia tiene autoridad para custodiarla, enseñarla e interpretarla sin error. ¿Qué es la Sagrada Escritura? La Sagrada Escritura es la Palabra de Dios puesta por escrito bajo la inspiración del Espíritu Santo. Al conjunto de los libros inspirados lo llamamos Biblia. ¿Qué es la Tradición? La Tradición es la Palabra de Dios no contenida en la Biblia, sino transmitida por Jesucristo a los Apóstoles y por éstos a la Iglesia. Las enseñanzas de la Tradición están contenidas en los Símbolos o Profesiones de la fe (por ejemplo, el Credo), en los documentos de los Concilios, en los escritos de los Santos Padres de la Iglesia y en los ritos de la Sagrada Liturgia. 9 Biblia y Revelación ¿Quién es el Autor de la Biblia? El Autor principal de la Biblia es Dios. El autor secundario o instrumental de la Biblia es el escritor sagrado o hagiógrafo. Por ejemplo, Moisés, el profeta Isaías, San Mateo, San Pablo, etc. ¿Qué es la Inspiración bíblica? La inspiración bíblica es una gracia específica que concede el Espíritu Santo, por la cual el escritor sagrado es movido a poner por escrito las cosas que Dios quiere comunicar a los demás hombres. ¿Cuáles son las propiedades de la Biblia? Las propiedades de la Biblia son: - La Unidad entre el Antiguo y el Nuevo Testamento, y entre todas las partes de todos los libros. - La Inerrancia (no contiene errores en lo que atañe a nuestra salvación) y la Veracidad (contiene las verdades necesarias para nuestra salvación). - La Santidad (procede de Dios, enseña una doctrina santa y nos conduce a la santidad). ¿Cómo se divide la Biblia? La Biblia se divide en dos partes: Antiguo y Nuevo Testamento. A su vez los libros del Antiguo y Nuevo Testamento se dividen en: libros históricos, didácticos y proféticos. Y cada libro se divide en capítulos y versículos. ¿Qué contiene el Antiguo Testamento? El Antiguo Testamento contiene los libros inspirados escritos antes de la venida de Jesucristo. Son 46. Los libros históricos del Antiguo Testamento son 21: Génesis, Exodo, Levítico, Números, Deuteronomio (que forman el Pentateuco), Josué, Jueces, Ruth, I y II Crónicas o Paralipómenos, I y II Esdras (el 2º llamado también Nehemías), Tobías, Judit, Esther, I y II Macabeos. Los libros didácticos del Antiguo Testamento son 7: Job, Salmos, Proverbios, Eclesiastés, Cantar de los Cantares, Sabiduría y Eclesiástico. Los libros proféticos del Antiguo Testamento son 18: Los cuatro Profetas Mayores: Isaías, Jeremías (con Lamentaciones y Baruc), Ezequiel, Daniel, y los doce Profetas Menores: Oseas, Joel, Amós, Abdías, Jonás, Miqueas, Nahum, Habacuc, Sofonías, Ageo, Zacarías y Malaquías. 10 Biblia y Revelación ¿Qué contiene el Nuevo Testamento? El Nuevo Testamento contiene los libros inspirados escritos después de la venida de Jesucristo. Son 27. Los libros históricos del Nuevo Testamento son 5: Los cuatro Evangelios (según San Mateo, San Marcos, San Lucas, San Juan) y los Hechos de los Apóstoles. Los libros didácticos del Nuevo Testamento son 21: Las 14 Epístolas o Cartas de San Pablo: Romanos, I y II Corintios, Gálatas, Efesios, Filipenses, Colosenses, I y II Tesalonicenses, I y II Timoteo, Tito, Filemón y Hebreos. Las 7 epístolas o Cartas llamadas católicas son: I y II de San Pedro: I, II y III de San Juan, la de Santiago y la de San Judas. El único libro profético del Nuevo Testamento es el Apocalipsis de San Juan. ¿Qué es el Canon bíblico? El Canon bíblico es el catálogo de los setenta y tres libros del Antiguo y del Nuevo Testamentos que forman la Biblia y que la Iglesia ha declarado como divinamente inspirados. ¿En qué período se escribió la Biblia? Los libros del Antiguo Testamento fueron escritos entre el siglo XV y el siglo II antes de Cristo. Los libros del Nuevo testamento fueron escritos en la segunda mitad del siglo I. Los Libros Sagrados se escribieron al principio en papiro y más tarde en pergamino. El papiro es una planta que abunda en Egipto, el pergamino es una piel de cabrito que permite escribir por las dos caras. Originalmente la Biblia estaba en rollos, es decir, largas fajas de papiro o de piel unidas en los extremos a dos bastones en torno a uno de los cuales giraba. ¿Qué es la Hermenéutica bíblica? La Hermenéutica bíblica es la ciencia que trata de las normas para interpretar rectamente los Libros Sagrados. La Iglesia Católica es la única capacitada para interpretar auténticamente (con pleno derecho y sin posibilidad de equivocarse) la Sagrada Escritura porque Dios le confió solamente a Ella la misión de guardar, enseñar y aclarar a los fieles su Palabra. ¿Qué otras Biblias existen? Además de la Biblia católica, que es la única completa y verdadera, existen la Biblia Hebrea y las Biblias protestantes. La Biblia Hebrea sólo contiene treinta 11 Biblia y Revelación y nueve libros del Antiguo Testamento. Por tanto, rechazan siete libros del Antiguo Testamento y todos los del Nuevo Testamento que forman la Biblia católica. Los protestantes, por su parte, admiten solamente el "libre examen" es decir, que cada uno ha de leer e interpretar la Biblia a su manera, sin necesidad de someterse a la autoridad de la Iglesia. A las Biblias protestantes les suprimieron algunos libros que están en la Biblia católica; además en los libros que conservan, modifican algunas palabras para apoyar sus ideas erróneas. Además, carecen de notas y comentarios, no tienen aprobación de la autoridad de la Iglesia; muchas son editadas por las "Sociedades Bíblicas", algunas dicen: "Versión del original llevado a cabo por Cipriano de Valera y C. Reyna"; la mayoría de ellas suprime varios libros del Antiguo Testamento (Sabiduría, Judit, Tobías, Eclesiástico, I y II Macabeos, entre otros) y algunas también suprimen libros del Nuevo (Epístolas de Santiago, de San Pedro y de San Juan) ¿Puede leerse cualquier Biblia? No. Porque puede contener errores doctrinales o morales. Para evitar esos errores, un católico sólo debe leer Biblias con notas y explicaciones aprobadas por la Iglesia Católica, es decir, que tengan "Nihil Obstat" e "Imprimatur". ¿Cómo leer la Biblia? La Iglesia recomienda la lectura de la Biblia porque es alimento constante para la vida del alma; produce frutos de santidad, es fuente de oración, gran ayuda para la enseñanza de la doctrina cristiana y para la predicación. El Concilio Vaticano II "exhorta a todos los fieles con insistencia a que, por la frecuente lectura de las Escrituras, aprendan la ciencia eminente de Cristo" (Constitución Dei Verbum, n. 25). Las disposiciones que se deben tener para leer y estudiar la Biblia son: fe y amor a la Palabra de Dios, intención recta, piedad y humildad para aceptar lo que Dios dice. Es recomendable leer los Evangelios diariamente durante unos cuantos minutos. San Jerónimo dice "Lee con mucha frecuencia las divinas Escrituras; es más, nunca abandones la lectura sagrada". A la luz de las enseñanzas de la Iglesia, la Biblia nos permite conocer el modo de salvarnos y reconciliarnos, y eso sólo puede lograrse conociendo, amando y encarnando la vida de Jesucristo. 12 Biblia y Revelación Arquidiócesis de Bogotá Pastoral Universitaria Travesía Universitaria Hacia el Tercer Milenio 13