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Corbicula fluminea: una almeja extranjera que vino para quedarse Rodríguez, M. Lorena Facultad de Agronomía (UNCPBA); Instituto de Hidrología de Llanuras. Tel:02281-432666. lorena@faa.uncen.edu.ar C. fluminea es un bivalvo infaunal que ha colonizado las riberas del arroyo del Azul en su paso por la ciudad homónima, en el centro de la provincia de Buenos Aires. Es una especie exótica que se caracteriza, entre otras cosas, por tener alta tasa reproductivo-adaptativa, fuerte capacidad de dispersión y, además, por carecer de enemigos naturales en este nuevo ecosistema -ya sea depredadores o competidores por los recursos–, con lo que se expande rápidamente y ocupa de modo efectivo el territorio. Este es el comportamiento típico de especies invasoras, que pueden producir alteraciones importantes en el ambiente que invaden, ya sea este natural o humano. A Corbicula se la emplea como indicador de contaminación, especialmente donde existe un amplio conocimiento de su ecología (Sladecek, 1973) ya que las almejas asiáticas son mucho más capaces de tolerar ambientes contaminados que la mayoría de los bivalvos nativos (Jenkinson, 1979). La intención de este trabajo es analizar la dinámica y estructura poblacional de este bivalvo en un sector de la traza urbana del arroyo del Azul en relación con características físicas del ambiente y comparar dichos parámetros en sitios que presenten sustratos de diferentes características granulométricas. Caracterización del Área de Estudio El arroyo del Azul, desde su nacimiento en las cercanías de la localidad de Chillar y hasta alcanzar el límite norte del partido homónimo – centro de la Provincia de Buenos Aires -, recorre un total de 120 kilómetros, a lo largo del cual recibe las aguas de los arroyos Videla y Santa Catalina (ver figura 1). Luego continúa con dirección noreste hasta desembocar en el Canal 11 (unos pocos kilómetros al sudoeste de la ciudad de Las Flores), lo que representa un corte artificial del mismo pues, en condiciones naturales, el arroyo del Azul llega a unirse al Río Salado a través de zonas bajas y lagunas temporarias. Aproximadamente a mitad de camino en su recorrido, el arroyo atraviesa la ciudad de Azul, donde se constituye en uno de los elementos naturales del paisaje más sobresaliente. Las costas de la traza urbana del arroyo del Azul presentan sedimentos que varían en sus texturas, desde Arenosa a Franco-arenosa. Las mismas albergan una considerable variedad de moluscos autóctonos, de las cuales cinco son gasterópodos (Pomacea sp., Chilina sp., Biomphalaria sp., Gundlachia sp. y Litoridina sp.) y dos son pelecípodos (Anodontites sp. y Diplodon sp.). Estos últimos tienen hábitos verdaderamente dulceacuícolas, viven enterradas en el lecho del río o sustrato, y son alimentadoras de filtro. Además de los moluscos nombrados, otra especie de bivalvo dulceacuícola ha llegado al Arroyo del Azul como parte de su conquista de todo el continente americano: Corbicula fluminea (Müller,1774). Este bivalvo accedió a este continente al igual que dos más: Corbicula largillierti (Philippi,1811), Limnoperna fortunei (Dunker,1857), sin embargo no ha sido registrada la presencia de estos últimos , hasta el momento, en este arroyo. ¿Quién es y cómo llegó hasta aquí Corbicula fluminea? Corbicula fluminea es considerada una especie invasora porque, además de ser exótica, se caracteriza por tener una temprana maduración sexual, con gran capacidad adaptativa/reproductiva, que se introdujo en una región en la cual no es nativa. Invade ambientes naturales o no naturales, convirtiéndose así en un agente de cambio para la biodiversidad y de impacto al ambiente humano (Damborenea y Darrigran, 2002). Los bivalvos del género Corbicula naturalmente viven en el Sudeste de China, Korea y el sudeste de Rusia (Lachner et al., 1970), de allí que se las conozca como “almejas asiáticas”. La primera cita de la introducción en América del Sur del género Corbicula fue efectuada por Ituarte (1981). Hasta ese entonces el conocimiento de la familia Corbiculidae en el sur de la región Neotropical se restringía a la existencia del género Neocorbicula Fisher (1887). El primer hallazgo data del mes de febrero de 1979 y es registrado en el canal de los arroyos Carnaval y Martín (localidad de Punta Lara, en los alrededores de la ciudad de La Plata, capital de la Provincia de Buenos Aires) y publicado en 1981. Posteriormente se detectaron poblaciones de Corbicula sobre otros puntos de la ribera del Río de La Plata frente a los partidos de San Isidro, Vicente López, Berazategui, Ensenada, Berisso y Magdalena. Esto permite suponer una faja de distribución casi continua desde algo más allá del Puerto de Olivos (balneario Las Toscas) hasta poco más al sur de la localidad de Magdalena, alcanzando la mayor numerosidad en la zona comprendida entre el Balneario de la Balandra y Magdalena (Darrigran,1992). En el año 1991, Darrigran encontró poblaciones de C. fluminea en algunos arroyos afluentes del Río de La Plata. Estos bivalvos viven enterrados en la arena y poseen todas las características de lo que se denomina organismo problema: alta capacidad reproductiva, temprana maduración sexual, tendencia a invadir cuerpos de agua y adaptación a un gran rango de calidades de agua y sedimentos, lo que se manifiesta como una exclusión ambiental que anula el establecimiento de toda relación competitiva con las formas autóctonas de la misma familia: Neocorbicula limosa y con especies de los géneros Diplodon y Anodontites, que ocupan justamente estos últimos ambientes. Se cree que la introducción de estos moluscos al Río de la Plata se produjo con el agua dulce de los tanques de consumo destinado a la limpieza de a bordo de buques asiáticos. Posiblemente fueron traídos vivos por inmigrantes orientales dado que en Asia son consumidas por los humanos. Actualmente llegan a encontrarse en los ríos Carcarañá, Paraná y Uruguay, y en los cuerpos de agua anexos, lo cual incluye a las provincias argentinas de Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos, Corrientes, Misiones y Chaco, lo que evidencia una espectacular capacidad de dispersión. Los mecanismos de dispersión utilizados por las almejas asiáticas para colonizar nuevos territorios son muy variados. Entre ellos figuran las aves acuáticas migratorias, ya que se cree que caracoles vivos pueden ser transportados enredados en sus plumas, o llevadas junto con arenas y gravas para la construcción. Además, Corbicula es vendida a los pescadores en algunos lugares como carnada, quienes en ocasiones desechan las que no utilizan en los cuerpos de agua; también es vendida para acuarios como especie ornamental y, ocasionalmente, también se ha introducido en estos accidentalmente, asociada a especies de acuicultura. Aunque los mecanismos de dispersión pueden variar, Corbicula también puede expandirse lentamente en cortas distancias por sus propios medios. De todas maneras, la expansión más rápida en grandes distancias es implementada por los humanos. Su rol como bioindicadora Corbicula es empleada como indicador de contaminación, especialmente donde existe un amplio conocimiento de su ecología (Sladecek, 1973) ya que las almejas asiáticas son más capaces de tolerar ambientes contaminados que la mayoría de los bivalvos nativos; por ello, constituye un buen ejemplo de especie centinela para casos de degradación de la calidad de los recursos hídricos. Está claro que para controlar a Corbicula o para utilizarla como bioindicadora, es requisito fundamental conocer determinados aspectos de su biología, especialmente aquellos referidos a su ecología poblacional, ya sea para definir criterios y encontrar técnicas que permitan su manejo o para utilizarla como herramienta valiosa en el monitoreo de los ecosistemas acuáticos en los que habita. Estudio espacio-temporal de Corbicula fluminea Durante el período Marzo 2002 a Febrero de 2003 se realizaron muestreos mensuales en la traza urbana del arroyo del Azul con el fin de estudiar la población de este bivalvo. A partir del mismo se pudo determinar que esa especie ha colonizado las riberas de este arroyo, con la sola excepción de aquellos sectores constituidos por tosca. Se han encontrado densidades mucho más altas para los individuos de mayores tamaños en sedimentos Franco-arenosos, en comparación con sedimentos Franco a Franco-arenosos donde las densidades fueron menores y el tamaño de los individuos también. De esto se puede inferir que, un sedimento con mayor proporción de granos de arena (con mayores espacios internos), permite el desarrollo de individuos con una masa corporal mayor. Además pudo observarse que en los meses de invierno y principios de primavera se encuentran individuos de entre 2 y 6 mm que luego, a fines de primavera y verano, alcanzan una talla de entre 6 y 10 mm, rango que se corresponde con la edad reproductiva de la especie. Durante algunos muestreos realizados entre los meses de septiembre del 2000 y marzo del 2001 pudo observarse mortalidades masivas de estas almejas. Este hecho es mencionado en la bibliografía y se denomina “dieoff”. Al parecer, la mortandad de las almejas asiáticas típicamente ocurre cuando la temperatura del ambiente es alta, los niveles de oxígeno disuelto y de caudal son bajos, lo que provoca un estrés en los organismos; la descomposición de los organismos está acompañada de liberación de amonio y cambios en el pH, que redundan en una mayor mortalidad poblacional. Este tipo de mortandad puede ser particularmente devastadora. La medición de estas condiciones físico-químicas no fueron incluidas en este estudio, y sería interesante verificar el efecto de las variables relacionadas con este hecho para poder corroborar las causas. Debe quedar claro que no es válido explicar las diferencias de densidad, evolución de la estructura de tamaños, y tamaños de los individuos encontrados teniendo en cuenta un único parámetro, sino un conjunto de ellos que en su totalidad explican íntegramente dichas diferencias. Para terminar... De acuerdo a los resultados obtenidos en este trabajo, que en un momento del año y en un cierto lugar del arroyo se encuentre C. fluminea con una densidad y una estructura de tamaños determinadas es, en realidad, reflejo de lo que sucede y ha sucedido con los niveles del arroyo (los niveles bajos están acompañados por una menor concentración de oxígeno disuelto y una menor dispersión del amonio producido por la mortalidad de almejas), con la temperatura (ya que, por ejemplo, se necesita que el agua alcance una determinada temperatura para que se produzca la liberación de gametas) con el pH del agua (pH más altos son acompañados por menor densidad de almejas), con la granulometría del sedimento de esas orillas (cuanto más contenido de arena tenga el sedimento, mayor será la densidad de individuos de mayor porte que puedan alojarse), y también con la evolución de las densidades a lo largo del tiempo (debido a que la densidad de las almejas afecta la tasa de mortalidad, la cantidad de amonio producido y la depresión en los niveles de oxígeno disuelto). El seguimiento a futuro de esta especie en el arroyo del Azul podrá constituirse en un sistema de alerta que, por un lado, denuncie determinados cambios ambientales y, a la vez, también será posible llevar adelante algún mecanismo de control de la población en caso de que se constituya ella misma en un organismo problema.