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alacena | tomillo 98+SALUD tomillo | alacena El emperador Carlomagno exigía que en todos los jardines de sus palacios y en todos los monasterios de su reino hubiese grandes siembras de tomillo Tomillo Condimento medicinal De intenso perfume y peculiar sabor, esta planta de hojas diminutas ha traído desde tiempos remotos grandes beneficios para la humanidad: sus propiedades curativas y versatilidad en la cocina la han convertido en un ingrediente destacado en la gastronomía y la salud María Isabel Capiello | fotografía orlando palencia Cuenta una leyenda griega que el primer arbusto de tomillo brotó de una lágrima que derramó Helena de Troya para infundir coraje a los guerreros. No obstante, el origen de esta planta se remonta a mucho antes de la Antigua Grecia: ya en el año 3000 aC los sumerios (primera civilización del mundo) habían descubierto sus propiedades antisépticas, y hacia el año 1600 aC, los egipcios la utilizaban para embalsamar cadáveres y purificar el aire durante las epidemias. También hay indicios de su popularidad entre los asirios hacia el siglo VI aC, encontrados en tablillas de la biblioteca de Nínive (ciudad mesopotámica). En tiempos de la Grecia Clásica, el tomillo adquirió un carácter sagrado. Según la creencia, su perfume era el aliento de Zeus, de ahí que sus hojas –junto a las del romero, la menta y el hisopo– formaran parte del llamado “ramillete de los dioses”, que atraía felicidad y salud. Pero su uso en esa época no estaba restringido a los templos: el médico griego Galeno (130-200 dC) decía que el tomillo era un potente antiséptico que tenía, además, propiedades milagrosas para tratar afecciones respiratorias y atenuar dolores en las articulaciones. Aunque no hay consenso entre los historiadores sobre si el nombre latino del tomillo, thymus, proviene del vocablo griego thymon (valentía) o de thym (perfumar), la asociación simbólica de esta planta con el coraje ha sido tan influyente que llevó a los romanos a extenderla por toda Europa. En tiempos del Imperio, los soldados de las legiones estaban obligados a darse baños con esta hierba antes de salir a la guerra. También era frecuente que se recetaran infusiones de esta especie a personas introvertidas, pues se creía que su intenso aroma podía contrarrestar la timidez. Los romanos fueron, además, los primeros en incorporar el tomillo a la cocina, al utilizarlo para perfumar quesos y vinos. A América el tomillo llegó de la mano de los colonizadores, quienes lo llevaban en sus viajes para evitar la putrefacción de las carnes que transportaban desde el Viejo Continente. 99+SALUD alacena | tomillo La propiedad bactericida del tomillo proviene de uno de sus componentes: el timol, sustancia aislada en 1719 por el farmacéutico alemán Caspar Neumann Aliño perfumado Perteneciente a la familia de las Lamiáceas, el tomillo es una planta herbácea de tallo leñoso y modesto tamaño –que crece en suelos pobres y pedregosos de regiones secas–, con hojas diminutas de intenso aroma y pequeñas flores blancas, rosadas o moradas pálido (en algunas regiones, como Venezuela, no florece). Existen más de 300 tipos de tomillo, el más popular es el thymus vulgaris, no sólo por sus propiedades medicinales, sino también por su versatilidad en la cocina. De aroma penetrante, persistente e intenso, tiene un sabor picante, semejante al clavo, al alcanfor y a la menta: aunque es fuerte, no anula el gusto de otras hierbas, cualidad que favorece su combinación al momento de sazonar platos. Si bien puede ser encontrado en ramas frescas –que se conservan durante una semana–, el tomillo seco tiene la ventaja de perdurar en buen estado por mucho tiempo. En ramas, también suele ofrecerse junto a otras especies aromáticas: es un componente fundamental de las hierbas provenzales y del bouquet garni (manojo de condimentos que también incluye ajoporro, perejil y hojas de laurel). En la gastronomía de Oriente Medio, esta hierba aparece como ingrediente principal del zahtar (condimento jordano complementado con orégano, ají, sésamo, pimienta y sal). Sin embargo, la mayor popularidad del tomillo se encuentra en la cocina mediterránea, especialmente en la catalana, donde destaca la sopa de farigola, caldo típico de la región que lo combina con aceite de oliva y pan (este plato es recomendado para abrir el apetito y mejorar malestares gástricos). El tomillo también es apreciado por sus propiedades digestivas, que lo hacen un excelente aliado para adobar carnes, pescados, pollos, guisos o salsas, así como para aromatizar sopas, mantequillas y potajes. 100+SALUD Al usarlo en alguna receta, es importante tomar en cuenta que debe añadirse al comienzo, de manera que su aceite tenga tiempo de impregnar la preparación. Tampoco se debe agregar en exceso, porque podría salar el plato más de lo deseado. Aliado de la salud Buena parte de los usos medicinales que se le dieron en la Antigüedad al tomillo, hoy se mantienen vigentes. Gracias a su contenido de naringenina (un flavonoide presente en los cítricos) y niacina (vitamina B3), esta hierba favorece la circulación sanguínea y la irrigación cerebral, lo cual mejora la memoria y la concentración. Además, su aporte de lisina –un aminoácido esencial– hace que funcione como relajante y somnífero de leve intensidad. Conocido por su acción expectorante, desinfectante y bactericida, el tomillo alivia enfermedades del tracto respiratorio (tosferina, asma, catarro), y contrarresta cuadros infecciosos (aftas, orzuelos). También facilita la digestión al combatir los espasmos gástricos y evitar la formación de gases intestinales. Aplicado en forma de cataplasma, contribuye a atenuar dolores derivados de afecciones reumáticas, como la inflamación del nervio ciático. En infusiones y baños de asiento, puede mejorar los síntomas de la vaginitis, la cistitis y la prostatitis. Algunos estudios le atribuyen también efectos sanadores en el campo de la odontología: disminuye la halitosis, la gingivitis y la formación de placa y caries. Su aceite esencial está contraindicado en casos de embarazo, úlceras o problemas cardíacos, y debido a su alto contenido de timol, en dosis excesivas podría producir hipertiroidismo e irritación del aparato digestivo. • F u e n t e s c o n s u lta d a s º www.botanical-online.com / cookaround.com / www.solovegetales.com / º www.naturalstandard.com / www.englishplants.co.uk / www.enjoyherbs.com. tomillo | alacena Roastbeef marinado con tomillo (para 4 personas) Receta elaborada por el chef Federico Tischler Ingredientes Preparación 1 muchacho redondo pequeño. 100 gramos de tomillo fresco. ½ litro de vino tinto. 2 cucharadas soperas de mostaza Dijon. 1 cebolla blanca mediana. 2 dientes de ajo blanco. 4 ajíes dulces rojos. 1 tallo de célery (apio España). 1 tallo de ajoporro. 2 cucharaditas de aceite vegetal. ½ kilo de duraznos frescos. 100 gramos de mantequilla sin sal. ½ litro de crema de leche. 2 hojas de gelatina sin sabor ni color. 20 gramos de ramas de verdolaga. ½ cucharadita de aceite de oliva extra virgen. Pimienta negra recién molida. Sal marina fina. Escamas ahumadas de sal. • Limpiar el muchacho de grasa o fibra y masajearlo con la mostaza. Luego, calentar en una sartén una cucharadita de aceite y dorar los vegetales previamente lavados y cortados (cebolla, ajo, ají, célery y ajoporro). • Una vez que hayan tomado color, ponerlos en un envase con tapa hermética junto con la carne. Agregar el vino y un tercio del tomillo. Dejar marinar al menos durante 24 horas. • Retirar la carne de la marinada, secar y dorar en una sartén muy caliente con la cucharadita de aceite restante. Colocar en una bandeja y hornear a 180°C durante 15 minutos. • Sacar el muchacho del horno y dejar reposar a temperatura ambiente. Una vez frío, rebanar finamente. Acompañantes • Mousse de tomillo. Cocinar la crema de leche con un tercio del tomillo. Tapar y dejar infusionar durante 24 horas. Pasado ese tiempo, y una vez hidratadas y fundidas las hojas de gelatina, batir la crema y llevarla a punto de chantilly. Incorporar la gelatina de manera envolvente y reservar en frío hasta su uso. • Puré de durazno. Limpiar, pelar y descorazonar los duraznos. Meterlos en una bolsa plástica al vacío junto con la mantequilla, el tomillo restante, una pizca de sal fina y pimienta al gusto. Cocinar durante hora y media a baja temperatura. Pasado ese tiempo, bajar de golpe la temperatura (shock térmico) y batir hasta lograr una mezcla homogénea y lisa. Mantener tibia. PRESENTACIÓN • Servir sobre un trazo de puré las láminas de roastbeef intercaladas con ramas de verdolaga. Colocar a un lado el mousse –sobre una hoja de col– en forma de quenelle y aderezar el plato con escamas de sal y finos hilos de aceite de oliva. 101+SALUD