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Biofertilizante Agrodefensivo que puede prepararse en la finca Los biofertilizantes son preparados que tienen distintos nutrientes minerales mezclados con materiales orgánicos como el estiércol de animales, leche, melaza, plantas. La formulación puede variar de acuerdo a la disponibilidad de materiales en cada zona. Los biofertilizantes, además de alimentar a las plantas, también sirven para prevenir o defender contra ataques de plagas y enfermedades, insectos, hongos, bacterias, nematodos y otros. Las plantas absorben los biofertilizantes tanto por las hojas como por las raíces, por lo tanto, se preparan con doble propósito. Supermagro El supermagro no es un nombre comercial, es un abono líquido proveniente de una mezcla de micronutrientes, hierro, manganeso, zinc, cobre, entre otros, que fermentan en un medio orgánico. El resultado de la fermentación es una parte sólida y otra líquida. El sólido es utilizado en el suelo y el líquido como abono foliar para las hojas. La función del supermagro es dar alimentos a la planta y además actuar como defensivo natural, pues previene el crecimiento de hongos y bacterias que causan enfermedades a las plantas, aumentando la resistencia contra insectos y ácaros. Se puede utilizar en hortalizas, tomate, locote, berenjena, batata, poroto, maíz y otros cultivos extensivos como soja, trigo, caña de azúcar. Materiales necesarios Los materiales necesarios para la elaboración del biofertilizante supermagro son: 1 tambor de plástico de 250 litros. 30 kilogramos de estiércol de vaca en estado fresco. Leche. Agua sin cloro. Melaza o mosto de caña dulce. Harina de hueso. Sangre animal. Harina de hueso. Cal hidratada y otros ingredientes. Preparación En un recipiente de 250 litros se colocan 30 kilogramos de estiércol fresco de vaca y se agrega hasta completar 120 litros de preparado. Luego, cada 5 días se agregan los siguientes elementos: 1 kilogramo de sulfato de zinc, primera aplicación. 1 kilogramo de sulfato de zinc, segunda aplicación. 2 kilogramos de clorato de calcio. 300 gramos de sulfato de magnesio, sal amarga. 50 gramos de sulfato de cobalto. 100 gramos de molibdato de sodio. 300 gramos de sulfato de cobre. 300 gramos de sulfato de hierro. 750 gramos de ácido bórico, primera aplicación. 750 gramos de ácido bórico, segunda aplicación. 20 kilogramos de estiércol fresco de vaca con 20 litros de agua. Observación: El sulfato de zinc se aplica en total 2 kilogramos. El ácido bórico se aplica en total 1,5 kilogramos. Cada vez que se agregan algunos de los elementos, también se agregan los siguientes productos: 1 litro de leche o suero de leche, 1 litro de melaza de caña, 100 ml. de sangre animal, 200 gramos de harina de hueso, 2 kilogramos de cal hidratada. Recomendaciones El tambor no debe ser de hierro o de lata. Se debe utilizar tambor de plástico o recipiente de fibrocemento. El tambor hay que cubrir, sin tapar total o herméticamente, a fin de que salgan los gases de la fermentación. Se debe mantener el tambor en la sombra, pues el calor excesivo del sol puede perjudicar a los nutrientes y a las bacterias fermentadoras. El agua utilizada debe ser limpia, de pozo o manantial, libre de cloro. No dejar que entre el agua de lluvia ni algún tipo de agua sucia. El estiércol debe proceder de animales tratados en forma ecológica, sin tratamientos químicos. Cuando no hay buena fermentación de la mezcla, la señal es la falta de burbujas en el interior; para solucionar eso se recomienda agregar más estiércol fresco de vaca. Aplicación Una vez colocados todos los elementos, se completa con agua hasta 200 litros de preparado. Se debe esperar como mínimo un mes para su utilización. Pasado ese tiempo, se filtra y se debe colocar en otro recipiente de plástico, bidones o baldes, tapados y guardados bajo sombra. Se puede almacenar por espacio de un año, sin que pierda efectividad. El preparado se utiliza como fungicida y abono foliar. Se aplica en pulverizaciones foliares en concentración de 1% al 5%, es decir, 1 a 5 litros de preparado por cada 100 litros de agua. Las pulverizaciones se deben aplicar cada 3 a 5 días y, en caso de lluvias, inmediatamente después. Es importante agregar adherente natural, como es el jabón común, derretido al calor o rallado. Fotos: MATKEI ABC COLOR – SUPLEMENTO RURAL - 2004