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La orientación a 360º: una estrategia efectiva para mantener activas a las mujeres mayores de 45 años. María José López Sánchez Título: La orientación a 360º: una estrategia efectiva para mantener activas a las mujeres mayores de 45 años. Autor: María José López Sánchez Institución de origen. Universidad Miguel Hernández de Elche. Departamento de Estudios Económicos y Financieros. Dirección electrónica: maria.lopez@umh.es Teléfono: 647748989 Introducción La presente comunicación tratará de explicar y justificar las razones por las que la orientación para trabajadores mayores, y en concreto la orientación para las mujeres, tiene una relevancia desde el enfoque de la política económica. Para ubicar y entender correctamente los argumentos utilizados la dividiremos en tres apartados. La primera parte, la más genérica, presentará brevemente la estructura de la política económica basada en objetivos e instrumentos o medios y fines que servirá como contexto para interrelacionar la orientación a trabajadores mayores con otros objetivos económicos a corto y largo plazo. En la segunda, se explicará cómo la orientación, en la medida que permite prolongar la vida laboral de las mujeres mayores, puede contribuir a la consecución de un objetivo económico tan importante como es el pleno empleo. Por lo tanto se expondrán los instrumentos disponibles para resolver el desempleo en las economías, prestando especial atención a las políticas activas de empleo, donde ubicaremos las acciones de 1 orientación y en concreto las dirigidas a mujeres mayores de 45 años, dentro de las llamadas acciones de colocación y formación. En el tercer y último apartado, se abordará las razones económicas que determinan la conveniencia e importancia de prestar orientación a las mujeres mayores para que permanezcan, reingresen o accedan por primera vez al mercado laboral. Se presentarán a dos niveles: razones macro o del conjunto de la economía y razones micro, donde se realizará un análisis para identificar la principales ventajas y desventajas o puntos fuertes y débiles que supone la contratación de este colectivo a través de un caso real. 1. La orientación dentro de la estructura de la política económica 1.1. Un repaso a la estructura de la política económica: objetivos e instrumentos o fines y medios Se entiende de forma generalizada, con los términos “política económica”, la aplicación de determinadas medidas o instrumentos que realizan las autoridades para conseguir unos determinados fines u objetivos (Cuadrado et al. 2006, p. 19). En la práctica, trata de realizar un análisis de los efectos que produce la variación de uno o más instrumentos sobre determinados objetivos económicos. Un aspecto clave a tener en cuenta cuando hablamos de política económica, es que las medidas adoptadas dependerán de la valoración e interpretación que se haga de los objetivos y ésta, como ya sabemos, no es tarea sencilla. Por un lado, existen diversas concepciones del funcionamiento de una sociedad que delimitarán qué objetivos son los más relevantes (ej. igualdad social y equidad versus competitividad y eficiencia) y por otro, existen conflictos y restricciones para la consecución de varios objetivos de manera simultánea (ej. reducir el paro y la inflación o el dilema de la eficiencia y la equidad). En la actualidad existe una visión moderna y pluralista que plantea un conjunto amplio de objetivos así como la no diferenciación de objetivos e instrumentos o fines y medios, sino que ambos son interdependientes y están interrelacionados distinguiéndose diversas etapas de objetivos (Jané 1974). Siguiendo el esquema simplificado del Profesor José Jané Solá, se establecen tres fases de objetivos: 2 - - Objetivos intermedios: son los más específicos y concretos. Se consiguen con políticas específicas: instrumentales y sectoriales1. Objetivos operativos, también son conocidos por objetivos coyunturales o a corto plazo y son: pleno empleo, crecimiento económico, equilibrio económico exterior, estabilidad de precios y redistribución de la renta. Para su consecución se utilizan la políticas finalistas que van dirigidas a un único objetivo2. Objetivos últimos o a largo plazo: son los más abstractos, inespecíficos y difíciles de conseguir (ej. igualdad, independencia, libertad, justicia, etc.) A ellos se llegan mediante las políticas de ordenación. La interdependencia entre las tres fases de objetivos, es muy estrecha puesto que los objetivos últimos, al ser tan abstractos, son dotados de contenido a través de los operativos y éstos a su vez se concretan con los objetivos más específicos, es decir con los intermedios. 1.2. La orientación dentro de las políticas instrumentales hacia la consecución del envejecimiento activo como objetivo operativo. Basándonos en la clasificación de objetivos descrita anteriormente, no será complicado ubicar la orientación en términos generales, dentro de la estructura de la política económica. Pero antes, debemos aclarar qué entendemos por las acciones de orientación y en concreto por la orientación integrada o a 360º. Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), la orientación profesional se refiere a aquellos servicios que traten de ayudar a las personas de cualquier edad y en cualquier punto de sus carreras. La orientación laboral debe ayudar a las personas a reflexionar sobre sus intereses, habilidades y formación3 . En un informe del Centro Europeo para el Desarrollo de la Formación Profesional (CEDEFOP), se indica que la orientación se define de diversas maneras en Europa. Pero esencialmente, el término se utiliza para referirse a una serie de actividades 1 Las políticas instrumentales se identifican con las distintas familias o bloques de instrumentos (monetarios, fiscales,…) Las políticas sectoriales se orientan a resolver los problemas de un sector productivo determinado (política agraria, industrial,…) (Cuadrado et al. 2006, p. 76). 2 Las políticas de ordenación son acciones encaminadas a establecer y mantener el orden económico elegido y las reglas de funcionamiento de la economía en general. Su componente político es muy claro (Cuadrado et al. 2006, p. 76). 3 Organisation for Economic and Co-operation and Development 2004, Career Guidance and Public Policy: Bridging the gap. Paris OECD 3 interrelacionadas entre sí que tienen como fin, la facilitación de información y asistencia para que individuos de cualquier edad y en cualquier punto de sus vidas puedan tomar decisiones sobre su trayectoria, educativa, formativa o profesional y personal de forma efectiva (Sultana 2004). Ya que la orientación es más que una “face-to-face interview” (Plant 2001), la Standing Conference of Associations for Guidance in Educational Settings (SCAGES) diferenció en 1992 hasta once actividades relacionadas con la orientación. Posteriormente se han añadido cuatro más (Ford 2001)4. Por lo que nos lleva a referirnos a un concepto amplio de la orientación dirigida a un colectivo tan variado como jóvenes en busca de su primer trabajo, personas mayores desempleadas de larga duración, trabajadores en activo que desean un cambio de carrera profesional, etc. En nuestro caso, hablaremos de orientación integral, holística (o a 360º), que no se trata de una mera estrategia dentro de las políticas activas de empleo sino que además tiene en cuenta los aspectos de la personalidad del individuo. No sólo contempla su faceta de trabajo y formación, sino todas las esferas de su vida (Greco et al. 2007), que en el caso de las personas mayores cobran incluso más relevancia. Por ejemplo el balance familiaempleo y la salud son características a tener muy en cuenta puesto que problemas de salud pueden volverse muy en contra a la hora de conseguir un puesto de trabajo o mantener el actual. Como es bien sabido, a lo largo de los años la sociología de la medicina y salud ha demostrado el estrecho vínculo entre el estado de la salud, tal y como lo define la Organización Mundial de la Salud (0MS) en 1948, “un estado de completo bienestar físico, psíquico y social”, y los factores sociales (Greco et al. 2007). Una vez, aclarado el concepto sobre la orientación integrada o a 360º, podemos proceder a ubicarla dentro de la estructura descrita anteriormente de la política económica. De este modo, si iniciamos la clasificación de lo más concreto y específico hacia lo más abstracto e indefinido, debemos fijar en primer lugar el objetivo intermedio para posteriormente avanzar hacia mayores dosis de generalidad. En nuestro caso, podríamos definir como objetivo intermedio: “la promoción del envejecimiento activo de la población”. 4 Estas actividades son textualmente: informing, advising, assessing, teaching, enabling, advocating, networking, feeding back, managing, innovation/systems change, signposting, mentoring, sampling work experience or learning tasters y following up. (Plant 2001). 4 Según la OMS, el envejecimiento activo es el proceso de optimización de las oportunidades de salud, participación y seguridad con el fin de mejorar la calidad de vida a medida que las personas envejecen. “El término activo hace referencia a una participación continua en las cuestiones sociales, económicas, culturales, espirituales y cívicas, no sólo a la capacidad para estar físicamente activo o participar en la mano de obra5” Descrito así, parece desde luego un objetivo bastante amplio y genérico por lo que necesitamos acotar su significado. Lo haremos centrándonos únicamente en los principios básicos del envejecimiento activo que conllevan la participación activa de las personas mayores en actividades laborales. En un intento de seguir concretando este objetivo intermedio, en las Directrices para las Políticas de Empleo de los Estados Miembros (2005-2008)6 presentadas por la Comisión Europea como uno de los instrumentos políticos principales para el desarrollo y aplicación de la estrategia de Lisboa7, se menciona de forma explícita la necesidad de promover “el apoyo al envejecimiento activo, por ejemplo mediante condiciones de trabajo adecuadas, la mejora del estado de salud (en el trabajo) y unas medidas apropiadas que incentiven el trabajo y disuadan de la jubilación anticipada…”8 Los objetivos intermedios se consiguen, como ya hemos explicado, a través de las políticas específicas (instrumentales y sectoriales). En el caso que nos ocupa, se podrían aplicar políticas instrumentales, en concreto políticas de empleo, y dentro de estas últimas, las llamadas políticas de empleo activas. Estas políticas de empleo activas tienen entre otros objetivos, aumentar la inserción laboral de los desempleados, incidiendo en aquellos colectivos especialmente desfavorecidos; mejorar la cualificación y formación de trabajadores y desempleados, y en definitiva, corregir todas aquellas deficiencias específicas del mercado de trabajo. Difieren de las políticas pasivas en que estas últimas consisten fundamentalmente en proporcionar una renta a los desempleados o trabajadores en situaciones especiales, incluyendo algunas medidas de fomento de jubilaciones anticipadas (Gámir et al. 2006, pp. 159-160). 5 Envejecimiento activo: un marco político. Contribución de la Organización Mundial de la Salud a la Segunda Asamblea de las Naciones Unidas sobre el envejecimiento, Madrid, España, Abril de 2002. 6 2005/600/CE: Decisión del Consejo, de 12 de julio de 2005, relativa a las Directrices para las políticas de empleo de los Estados miembros. (Diario Oficial nº L 205 de 06/08/2005 p.0021-0027). 7 El Consejo Europeo extraordinario de Lisboa (marzo 2000): “hacia la Europa de la innovación y el conocimiento”, intentó formular directrices que permitiesen aprovechar las oportunidades que ofrece la nueva economía europea, entre otras cosas, para erradicar el problema del desempleo. 8 Directriz nº 18: Promover un enfoque de trabajo basado en el ciclo de vida (idem nota anterior). 5 Las estrategias positivas de envejecimiento activo más usadas en nuestro país y en Europa que van dirigidas a la inclusión en el mercado laboral son limitadas y distintas dependiendo de cada país. Podemos citar las políticas de empleo activas como la formación y la orientación, o los incentivos a la contratación de personas mayores. Otras medidas de distinta naturaleza son: las campañas de marketing, creación de una cultura del envejecimiento activo…. De todas ellas, estudiaremos la orientación profesional como instrumento de política económica, para conseguir aumentar el número de mujeres mayores que participen en actividades laborales. Las políticas activas de empleo engloban un conjunto muy heterogéneo de medidas con el objeto de solventar problemas de mercado de trabajo de naturaleza muy diversa (Fina 1999). Es en este grupo de programas activos donde se encuentran las medidas de orientación profesional. En la segunda parte de la comunicación se volverá a incidir sobre los instrumentos del mercado de trabajo, a continuación únicamente nos ocuparemos de la conexión e interdependencia del objetivo de promoción del envejecimiento activo con otros objetivos a corto y largo plazo. Los objetivos intermedios, como sabemos, sirven apara alcanzar un objetivo operativo o a corto plazo. De los cinco objetivos que ya identificamos en esta categoría, nos fijaremos en el objetivo de “pleno empleo” ya que nos interesa conocer cómo la promoción del envejecimiento activo puede contribuir a alcanzar el objetivo de pleno empleo, aspecto que se tratará posteriormente. Por último, siguiendo la estructura de la política económica, el objetivo de pleno empleo, dotará de significado y concreción a los objetivos últimos o a largo plazo que se fijen en cada economía dependiendo fundamentalmente de la concepción y funcionamiento de cada sociedad. El permanente dilema eficiencia-equidad subyace bajo el conflicto entre objetivos económicos y sociales (éstos últimos mayores consumidores de recursos). La elección que se adopte será de carácter político puesto que son los gobiernos los que fijan los objetivos últimos prioritarios en un país concreto y en un momento histórico determinado. Si se tiene una concepción socialdemócrata del funcionamiento de la sociedad, se establecerán como objetivos últimos aquellos más cercanos a la equidad, como la igualdad social. Si en contra, se tiene una visión más liberal del funcionamiento de la sociedad y la economía, donde el mercado es el principal protagonista en la asignación de recursos productivos, nos situaremos en el lado de la eficiencia con unos objetivos últimos cercanos a la independencia, libertad, etc. En ambos casos, el pleno empleo como 6 objetivo operativo contribuirá, con distintas políticas, a la consecución de estos objetivos últimos. 2. La orientación como instrumento para alcanzar el pleno empleo Una vez ubicada la orientación en la estructura de la política económica, nos centraremos a continuación en la relación que existe entre el objetivo intermedio de “promoción del envejecimiento activo” y el objetivo operativo de “pleno empleo”. Los países de la Unión Europea (UE) han visto como el desempleo ha ido creciendo desde mediados de los años setenta hasta nuestros días de manera paulatina y casi constante. El agravamiento del problema desde la recesión económica de los años noventa y la constatación de que es debido a razones estructurales, ha llevado a las autoridades europeas al abandono de políticas que resultaban ineficaces y a adoptar nuevas políticas para paliar el principal problema de los países miembros: el desempleo. Hasta mediados de los años noventa, las políticas de empleo predominantes en Europa eran las pasivas, pero a partir de ese momento cobran cada vez más importancia las políticas activas9. Este cambio de estrategia es debido a varios factores (Cuadrado et al. 2006, pp. 160-161): El movimiento social de una UE que atienda también los problemas sociales10. El convencimiento de la necesidad de intervenir para crear el suficiente empleo para dar trabajo a la población potencialmente activa. La certeza de que el paro europeo es básicamente estructural por lo que requiere de otro tipo de políticas hasta el momento. Para tener una idea sobre las proporciones del gasto en políticas activas y pasivas respecto al Producto Interior Bruto (PIB) en la UE, en 1998 Europa destina a estas políticas en torno al 3% del PIB, una cifra bastante importante. Casi dos puntos del PIB, corresponden a las políticas pasivas y un poco más de un punto a las activas. Lluís Fina 9 Muestra de ello son por ejemplo los planes de empleo juvenil en Francia y en el Reino Unido; búsqueda de nuevos yacimientos de empleo; políticas de formación para desempleados; acciones orientadas a colectivos específicos: jóvenes, mujeres, parados de edad superior a un cierto límite, etc. 10 El cambio de la política de empleo se inicia en 1993, con el Consejo Europeo de Copenhague donde nace el concepto global de estrategia global de empleo a medio y largo plazo. Posteriormente ese mismo año se presenta el libro blanco sobre el crecimiento, la competitividad y el empleo. En 1997 en el Consejo Europeo de Luxemburgo se aprueba la Estrategia europea para el empleo. Por último en el Consejo de Lisboa en 2000 se aprueba la Agenda de Lisboa con un ambicioso objetivo en materia de empleo todavía por conseguir, en el Consejo Europeo de 2005, debido a los desiguales resultados obtenidos en materia de empleo, se plantea un relanzamiento de esta estrategia. 7 Sanglás (Fina 1999) analiza esta cuestión constatando que en todos los países (teniendo en cuenta que consideramos la Europa de los quince) el gasto en políticas pasivas es superior a las pasivas con las excepciones de Suecia e Italia. Se constata que en el año 2002, la situación ha variado sensiblemente, las políticas de empleo constituyen un 2,08% del PIB de la UE, de este porcentaje 0,71% corresponde a las políticas activas y el resto, 1,37%, a las pasivas por lo que observamos como efectivamente ha aumentado proporcionalmente más el gasto hacia las activas11 (Fina 2005). Adentrándonos en las políticas activas de empleo, interesa destacar el papel de las acciones de orientación como instrumento capaz de crear más volumen de empleo. Como sabemos, es en el grupo de acciones en materia de colocación y formación donde situamos a la orientación y para conocer con más detalle su papel dentro de este grupo de políticas activas, consideraremos la clasificación que hace la Comisión Europea y la OCDE de estos programas o medidas. En primer lugar, la OCDE distingue los programas activos de los pasivos y en los primeros, que son los que nos interesan, hace una clasificación con las siguientes subcategorías12: Servicios públicos de empleo y administración de los programas. Formación profesional. Medidas destinadas a los jóvenes. Subvenciones a la creación de empleo. Medidas a favor de los discapacitados. La primera subcategoría comprende entre sus servicios: la colocación, asesoramiento y la orientación profesional. Por otro lado, según las definiciones de las categorías y subcategorías de los programas relacionados con el mercado de trabajo de la Comisión Europea, no distinguimos entre programas activos y pasivos, sino que presenta una clasificación por tipo de acción13. Seleccionando las correspondientes a las medidas activas, encontramos: Servicios públicos de empleo. Asesoramiento intensivo y asistencia en la búsqueda de empleo. Formación profesional. 11 Fuente: European Commission, European Social Statistics, Labour Market Policy. Expenditure and Participants (Data 2002) 12 Fuente: OCDE, Perspectivas del empleo 1993 (Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, 1993). 13 Fuente: Eurostat, European Social Statistics. Labour market policy, expenditure and participants, 2004. 8 - Rotación laboral y trabajo compartido. Incentivos al empleo. Integración de discapacitados. Incentivos a la creación de empresas. En este caso, la orientación aunque no aparece mencionada explícitamente, como ocurría en el caso anterior, queda recogida en la segunda subcategoría, asesoramiento intensivo y asistencia en la búsqueda de empleo, con la siguiente definición: “programas de asistencia en el proceso de búsqueda de empleo mediante un asesoramiento intensivo e individualizado; están dirigidos a personas registradas como desempleadas, en búsqueda de empleo y con especiales dificultades para conseguir un trabajo, así como a otros grupos con dificultad de acceso al mercado de trabajo” (Fina 2005). En el contexto nacional, se sigue la clasificación utilizada por la OCDE. Las acciones de orientación profesional para el empleo y asistencia al autoempleo (acciones OPEA) forman parte de las políticas activas de empleo, definidas por la Ley 56/2003, de 16 de diciembre de Empleo y cuya gestión ha sido traspasada a las Comunidades Autónomas. Si bien en nuestro país la cultura de la orientación tradicionalmente había sido escasa, recientemente con la Ley Orgánica 5/2002, de 19 de junio de las Cualificaciones y de la Formación Profesional, la necesidad de apoyar a los trabajadores con servicios de orientación cobra especial relevancia, suponiendo un importante avance. Una de las finalidades de dicha ley reconoce que “la oferta de formación sostenida con fondos públicos favorecerá la formación a lo largo de toda la vida, acomodándose a las distintas expectativas y situaciones personales y profesionales”. Además, en los fines del Sistema Nacional de Cualificaciones y Formación profesional, se incluye “proporcionar a los interesados información y orientación adecuadas en materia de formación profesional y cualificaciones para el empleo”.14 14 Prueba de ello, en las últimas acciones financiables dentro de la Resolución del 28 de septiembre de 2007 por la que se convoca la concesión de subvenciones públicas destinadas a la realización de acciones complementarias y de acompañamiento a la formación, de ámbito estatal, se contempla: Acción 2: Experimentación de servicios integrados de orientación en formación profesional para el empleo. Acción 8: Estudios de carácter transversal y multisectorial: acciones de investigación y prospección sobre materia o temáticas de naturaleza transversal y multisectorial de ámbito estatal. En los temas de estudio, cabe destacar que encontramos: trabajadores mayores de 55 años, formación profesional para el empleo y empleabilidad. Y en el ámbito autonómico, en las acciones financiables dentro de la Orden de 1 de septiembre de 2006, de la Conselleria de Economía, hacienda y Empleo, por la que se convocan subvenciones públicas destinadas a la realización de acciones complementarias y de acompañamiento a la formación (última publicada), se contempla: 9 Ubicada la orientación dentro de los instrumentos disponibles en la política económica para alcanzar el objetivo operativo de pleno empleo, cabe plantearse a continuación, definir o acotar su significado teniendo en cuenta el grupo objetivo de nuestra comunicación: las mujeres mayores. En el caso de la orientación a trabajadores mayores, un colectivo que presenta un alto riesgo por discriminación y exclusión social, la orientación puede tener un valor añadido especial. Debemos constatar que por trabajadores mayores, generalmente entendemos que son personas de 55 a 64 años. Podemos ampliar este colectivo a partir de los 45 años, debido a que existen evidencias claras de que cuando una persona, hombre o mujer y especialmente la mujer, alcanza esta edad, sus posibilidades de empezar o cambiar su vida laboral realmente se reducen. Si atendemos a las cuestiones antes planteadas, encontramos situaciones tan diversas que afectan directamente al mercado laboral, como las que a continuación se describen: - Trabajadores mayores desempleados de larga duración, cada vez con menos posibilidades de reingresar al mercado laboral. Personas mayores que desean ingresar al mercado laboral por primera vez o después de un periodo prolongado de inactividad. Trabajadores próximos a experimentar jubilaciones anticipadas. Trabajadores mayores en activo que deseen cambiar de trabajo. Todas estas posibilidades merecen nuestra atención, pero todavía más cuando la persona que las sufre es mujer. Sabemos que la mujer está más expuesta a discriminaciones en el mercado laboral y todavía más si cuenta con una edad avanzada. De manera especial, nos parece interesante incidir en el segundo caso: mujeres que desean empezar su vida laboral tras los 45 años o que desean regresar y retomar su carrera profesional tras una larga ausencia como por ejemplo el cuidado de hijos. Acción 2: La elaboración de herramientas y metodologías de carácter innovador relacionadas con la orientación profesional a trabajadores ocupados y el proceso decisional para su participación en las acciones de formación continua. 10 3. Justificación de las acciones de orientación a mujeres mayores desde una perspectiva económica Intentar cuantificar los beneficios de la orientación es un trabajo complejo puesto que sus resultados se han de evaluar en el largo plazo, con una dificultad añadida: cuanto más tiempo transcurra, más factores intervienen que pueden eclipsar los beneficios de la orientación (Plant 2001). Desde el punto de vista económico, se puede enfocar desde el dilema eficiencia-equidad, que ya hemos planteado anteriormente en esta comunicación. Por un lado, la orientación puede jugar un papel relevante en la asignación más eficiente de recursos productivos (en concreto los recursos humanos) para conseguir mayores dosis de competitividad y productividad en la economía. Por otro, también puede contribuir a alcanzar el objetivo último de igualdad social ampliando las oportunidades de formación y empleo a todos los individuos (sin discriminación por edad ni por sexo) (Killen et al. 1992). Conviene estudiar los motivos económicos por los que interesa la implantación de políticas de orientación específicas a personas mayores y en concreto a las mujeres. Uno de los principales problemas de nuestro mercado de trabajo, según el Programa Nacional de Reformas de España (PNR) 2005-2010, en concreto en el sexto eje: mercado de trabajo y diálogo social, es el escaso volumen de empleo con respecto a la media europea, afectando especialmente a las mujeres. Esto es debido en parte, a la reducción de la tasa de natalidad causando como sabemos, un envejecimiento de la población activa. Esta realidad, nos sitúa lejos de conseguir el objetivo marcado en la Estrategia de Lisboa de alcanzar una tasa de empleo global del 70% en 2010, dicha tasa de empleo se fija en el 50% cuando se trata de trabajadores mayores. Los esfuerzos hacia la consecución de este objetivo no deben cesar puesto que si países como Dinamarca, Islandia, el Reino Unido y Suecia han alcanzado dicho objetivo, incluso lo han rebasado en un 10%, en 2005 la tasa de empleo para trabajadores mayores en España (de 55 a 64ª años) fue tan sólo del 43,1%15 15 Ver Informe de Seguimiento del PNR marzo, 2006. 11 Si únicamente nos fijamos en la tasa de empleo de los trabajadores varones mayores, el 59,5%, también rebasamos el objetivo de Lisboa. El problema aparece al considerar el colectivo de trabajadoras mayores puesto que tan sólo constituye el 27,6%. Este diferencial entre la variable objetivo y la real, evidencian una clara necesidad de intervención estatal con políticas de empleo efectivas. Prueba de ello es la medida pronunciada por el Ministro de Trabajo y Asuntos Sociales durante su intervención en la Conferencia Ministerial de la Comisión Económica para Europa sobre el Envejecimiento, 2007, que se suma a las medidas ya existentes para aumentar la tasa femenina y eliminar su discriminación laboral (como el proyecto de Ley de Igualdad entre hombres y mujeres, el sistema de bonificaciones en las cotizaciones sociales para la contratación estable de mujeres,…). Se trataba del proyecto de Ley de medidas en Materia de Seguridad Social, actualmente en trámite parlamentario, pero que está previsto que se apruebe en breve. Según esta normativa se establecerá un incremento paulatino de la pensión de jubilación hasta un máximo de un 15% en cinco años para aquellos que deseen prolongar su vida laboral más allá de los 65 años. Además, los empresarios no tendrán que cotizar a la Seguridad Social por estos mayores siempre que éstos lo hagan de forma voluntaria y estén en condiciones de seguir trabajando. 3.1 Razones macro o del conjunto de la economía. En cuanto a las razones económicas relacionadas con el colectivo de mujeres mayores diferenciamos dos niveles: las razones macro, más amplias y hacen referencia al conjunto de la economía y por otro lado las razones micro, enfocadas en los agentes económicos como las empresas o el propio individuo. Para explicar las primeras, consideraremos el contexto político y económico de la Unión Europea. Desde que los países pertenecientes a la UE conforman una Unión Económica y Monetaria, la política monetaria ya no es competencia de cada estado miembro, con ello, las economías europeas han perdido uno de sus instrumentos más efectivos. Por lo tanto, nos queda la política fiscal como instrumento efectivo para estimular el crecimiento económico. Para evitar un uso excesivo de políticas fiscales expansivas, vía aumento del gasto público, se aprobó, como sabemos, el Pacto de Estabilidad y Crecimiento (PEC) en la Cumbre Europea de Dublín en 1996 que limitaba, con la imposición de sanciones, el nivel de déficit público y de deuda pública de cada Estado Miembro al 3% y al 60% respectivamente. 12 La consecuencia más visible del PEC ha sido que determinados países que en los últimos años están experimentando problemas de crecimiento económico, como es el caso de Alemania o Francia, no disponen de libertad para disparar su déficit público por encima del límite establecido para reactivar sus economías y consecuentemente crear puestos de trabajo. Lo relevante es que los países miembros tienen un gasto público restringido. Dentro del gasto público englobamos los subsidios por desempleo, es decir los programas pasivos, que también hemos visto cómo la tendencia actual lleva a reducir su importe a favor de los programas activos, donde situamos la orientación. Por otro lado, el pago de pensiones también forma parte del gasto público de un país y a medida que se produce un envejecimiento de la población activa de dónde provendrán los recursos para hacer frente a estas obligaciones es una cuestión prioritaria a tratar, que pasa por la posibilidad de una prolongación de la vida laboral. En la medida que las acciones de orientación permitan conseguir este objetivo, mantener a personas mayores en activo y especialmente a las mujeres, habrá contribuido a reducir el montante del déficit público de las economías por el aumento de ingresos estatales por la recaudación de impuestos. Para cerrar estas razones macro, en una sociedad de la información y el conocimiento debemos resaltar una más: el coste de oportunidad de privar a la economía de los conocimientos, habilidades, know-how de este colectivo, donde la experiencia es un grado. 3.2 Justificación desde el enfoque empresarial y del propio individuo. En cuanto a las razones micro, sabemos que el coste de implementar servicios de orientación es elevado puesto que la orientación para que sea efectiva debe no ser medida en términos económicos sino en estándares de calidad. Si planteamos, de forma muy general, un análisis de la orientación a mujeres mayores para identificar los puntos fuertes y débiles que conlleva la contratación de este colectivo, encontramos muchos más argumentos a favor que en contra. Estos argumentos podrían variar dependiendo de la rama de actividad de la empresa. En concreto estudiaremos el caso de la cadena de supermercados alicantina de alimentación Masymas. Con más de 50 años de actividad, cuenta con un total de 85 establecimientos 13 implantados por toda la Comunidad Valenciana, un volumen de negocio cercano a los 165 millones de euros y 1.600 trabajadores. Esta empresa es un referente en la contratación y mantenimiento del personal mayor de 45 años, constituyendo en 2007 el 17 % de su plantilla. Y en concreto, si atendemos al sexo de estos empleados mayores, el 77% lo constituían mujeres. Gráfico 1: Personal mayor de 45 años en Masymas Fuente: Supermercados Masymas, 2007 17% >45 <45 Gráfico 2: Mayores 45 años, contratación por sexos en Masymas Fuente: Supermercados Masymas, 2007 83% 23% H o m b re s M u je re s 77% Además, para gran parte del colectivo de las mujeres mayores de 45 años contratadas en esta empresa, éste supone su primer empleo. Es decir, nos encontramos en la situación, antes descrita de mujeres mayores que desean ingresar al mercado laboral por primera vez o tras una larga ausencia, en general por cuidado de hijos u otros familiares. Estas cualidades, tener experiencia en las tareas domésticas del hogar, hacen que sean candidatas idóneas para trabajos en secciones que requieren ciertas habilidades (por ejemplo en carnicería y charcutería) como podemos apreciar en el gráfico siguiente, contando así con una gran ventaja respecto a los empleados más jóvenes. 14 Gráfico 3: Mayores 45 años., contratación por secciones en Masymas. Fuente: Supermercados Masymas, 2007 5% 3% Tienda 15% Fruta 6% Carne 5% 11% Charcu Pan 13% Pesca Almacen Bar Otros 11% 31% Atendiendo a los motivos de por qué contratar a este colectivo de mujeres mayores es especialmente atractivo, expuestos por el Director de Recursos Humanos de esta empresa, D. Jorge Fondebilla16, encontramos los siguientes: En primer lugar, las trabajadoras mayores cuentan con mayor experiencia, permitiéndoles ser polivalentes y tener mayor capacidad para reaccionar ante posibles problemas. Son personas, por lo general, más responsables y serias si las comparamos con los trabajadores de menor edad. En segundo lugar, presentan buena actitud para el trabajo que favorece a crear un buen clima laboral. En ocasiones pueden evitar enfrentamientos entre trabajadores más jóvenes generalmente con mayor inseguridad e inexperiencia. Por último, son trabajadoras más fieles, ya que permanecen en la empresa más tiempo que los empleados jóvenes, debido a que en muchos casos su prioridad consiste en cotizar a la Seguridad Social para asegurarse una buena jubilación. Si la empresa Maymas contó con una rotación de personal en 2007 entorno al 35%, este porcentaje se redujo considerablemente para este colectivo, suponiendo tan sólo un 17%. Otra consecuencia de esta menor movilidad, es el ahorro en gastos de formación de contratar a un nuevo empleado. 16 Argumentos presentados en la Jornada: “El trabajo en los mayores de 45 años” organizada por el Consorci per la Recuperaciò Econòmica i de l’activitat de la Marina Alta (CREAMA) 31 de mayo 2007. 15 Gráfico 4: Mayores 45 años, rotación de personal en Masymas. Fuente: Supermercados Masymas, 2007. Rotación de personal > 45 17% 35% General 0 10 20 30 40 Si nos fijamos ahora en los costes de contratación de este colectivo, fácilmente podemos pensar en los problemas de salud y por tanto el absentismo laboral puede aumentar con la edad del trabajador. A esta cuestión, la empresa asegura que esa actitud positiva y responsable hacia el empleo hace que estas mujeres se encuentren de baja por enfermedad sólo el tiempo indispensable. Todos estos beneficios, intangibles en la mayoría de los casos, crean una serie de externalidades positivas muy valiosas que las empresas toman como dadas. Es decir, se benefician de ellas sin suponerles ningún coste añadido. Pero las ventajas de tener mujeres mayores activas no aparecen sólo a nivel micro o para la para la empresa, como en este caso. Ni para el conjunto de la economía, creando más empleo y mejorando así la tasa de ocupación para los trabajadores mayores impuesta por la UE, y en concreto la femenina donde queda mucho camino todavía por recorrer. Sino para el individuo, para la propia mujer, y no sólo en términos económicos sino de realización personal y consecuentemente de mejora de sus hábitos de vida y habilidades físicas y mentales. 16 4. Conclusión Mediante la conexión entre el objetivo intermedio de promoción del envejecimiento activo de la población, en concreto a través de la participación de mujeres mayores en actividades laborales, con el objetivo operativo de pleno empleo que es un objetivo prioritario según la Agenda de Lisboa, el papel de las políticas activas de empleo cobra especial relevancia. Más aún, cuando el cambio de la estrategia de empleo de la UE en los últimos años, se ha centrado más en la implementación de programas de empleo activos en detrimento de los pasivos, ayudando especialmente a colectivos desfavorecidos como los trabajadores mayores y especialmente a la mujer. Un número de razones, analizadas desde el punto de vista de la política económica, argumentan que, la orientación integrada o a 360º y en concreto la dirigida a las mujeres mayores (puesto que la tasa actual de ocupación de las mujeres mayores dista mucho de la media comunitaria y del objetivo previsto para España en 2010 según la estrategia de Lisboa), debe ganar protagonismo en los años venideros. Todo ello si de verdad deseamos crear una Europa competitiva basada en la innovación el conocimiento. Esta comunicación ha pretendido resaltar el papel tan positivo y necesario de las acciones de orientación para mujeres mayores en activo o en búsqueda de empleo. Acciones que aunque con cierto retraso con respecto a nuestros socios comunitarios, actualmente en nuestro país están recogidas en una Ley Orgánica. Por lo tanto de los servicios de orientación en el seno de organizaciones empresariales, sindicatos, servicios públicos de empleo, etc. se pueden beneficiar no sólo los desempleados como ocurría hasta hace poco tiempo, sino cualquier trabajador o trabajadora. Vistos los argumentos expuestos a lo largo de esta comunicación, lo más recomendable sería actuar con prospectiva y plantear acciones de orientación específicas y a medida para los trabajadores mayores y en concreto para las mujeres mayores. Colectivo que puede suponer un valioso activo para determinadas empresas como el caso que hemos ilustrado y que por desconocimiento o falta de seguridad de estas mujeres, no consiguen desarrollar o iniciar su vida laboral. 17 Bibliografía y Webgrafía Cuadrado J.R., Mancha T., Villena J.E., Casares J., González M., Marín J.M., Peinado M.L. (2006), Política Económica. 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