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21 Julio 2015 Temas regulatorios lideran ranking Preocupaciones empresariales se concentran en frente legal de las reformas y regulaciones y en freno de la economía El escenario de reformas y cambios regulatorios que enfrenta la economía se ha consolidado en los últimos trimestres como la principal fuente de preocupación para las empresas en el país. Así lo revela la encuesta sobre preocupaciones empresariales de la CCS del mes de junio, en la que más del 20% de las firmas consultadas indicó este factor como la razón más negativa para el desarrollo de su actividad. A ello se suman diversos factores relacionados con la situación económica interna, lo que es consistente con el nuevo deterioro en los indicadores de actividad en el segundo trimestre de 2015 y un panorama regulatorio que mantiene alta densidad y conflictividad institucional. Estos dos grandes ejes de preocupación, la incertidumbre sobre las reformas a la institucionalidad y el menor crecimiento económico, absorbieron prácticamente el 60% de las menciones totales en esta ocasión, dando cuenta de un fuerte consenso en relación a los aspectos más complejos para la gestión empresarial en la actualidad. La intensidad en que se manifiestan estos dos frentes de aprensiones supera largamente lo observado en años anteriores, y que ha oscilado en torno al 32%. Incluso en la crisis de 2009, este porcentaje fue inferior, marcando alrededor de un 45%. En general, los antecedentes dejan a la vista que la pausa tras la discusión tributaria fue transitoria, dando paso a un nuevo repunte en la tensión por reformas y cambios en los ámbitos laboral, educacional y constitucional y en la compleja implementación de la misma reforma tributaria. En efecto, los resultados de la consulta muestran que el 21,5% de las firmas encuestadas identificó el marco de reformas legales como el factor más desfavorable para su actividad, situándose en el primer lugar en el ranking de tensiones corporativas, seguido del tipo de cambio (18,2%), cuya alta incidencia es consistente con la volatilidad que ha experimentado en los últimos trimestres. La debilidad de la demanda (13% de las menciones), la intensidad de la competencia y la incertidumbre económica (12% cada uno) - todas relacionadas con la fragilidad del ciclo - se ubicaron en los siguientes lugares del ranking, abarcando en conjunto el 37% de las menciones. En marzo último, estos aspectos representaron el 27% del total y en diciembre de 2014, el 44%, indicando un retroceso, coincidente con la nueva trayectoria a la baja de los indicadores de coyuntura económica. Los demás aspectos nombrados por las empresas como fuentes de preocupación están claramente en un lugar menos visible. Por una parte, los costos, que reúnen los temores por aumento en el precio de la energía y materias primas en general, representaron el 7,8% de las menciones, en línea con su media histórica. Destaca la pérdida de relevancia que representan las condiciones externas, pese a la inestabilidad en la zona Euro y la pérdida de tracción de la economía China. En esta ocasión el frente externo tuvo una mención prácticamente nula, sugiriendo que pese a las dificultades objetivas que existen en el plano internacional, las empresas locales perciben con mayor preocupación los actuales focos de incertidumbre interna. Cabe notar, en todo caso, que los episodios más recientes sobre la situación de Grecia y la evolución de los mercados financieros en China no alcanzan a ser cubiertos por la encuesta de junio. Por otra parte, la incertidumbre por el factor de política contingente en esta oportunidad alcanzó el 3,5 % de las menciones, en lugar del 17% de marzo último, el que estuvo marcado por las turbulencias ligadas a las vinculaciones público - privadas en el área del financiamiento de la actividad política. Esta importante caída en el factor contingencia política coincide también con el cambio de algunas carteras ministeriales realizadas en mayo y que pueden estar contribuyendo a despertar algunos grados de esperanzas. En las grandes empresas este descenso fue el más pronunciado, alcanzando sólo el 0,8% de las menciones totales, un mínimo histórico. En las medianas empresas este porcentaje fue de 3,9% (9,8% en marzo 2015) y en las pequeñas de 5,6% (31,7%). En todo caso, estos resultados evidencian la distinción existente entre la incertidumbre en la contingencia política y las reformas legales en curso, puesto que el primero ha diluido su tensión a niveles promedio históricos e incluso inferiores (grandes empresas), mientras que el segundo mantiene el predominio que ostenta, con algunos altibajos, desde mediados de 2013. Se acentúan las preocupaciones por la coyuntura económica y el tipo de cambio alivia tensiones en la industria y agricultura. El nuevo debilitamiento de la actividad observado durante el segundo trimestre de 2015 ha recaído principalmente en una mayor preocupación por las ventas de las empresas. Un 13% de las firmas indica que su principal factor de preocupación recae sobre el debilitamiento en la demanda, duplicando los estándares históricos que presenta esta variable (6,5%). En la crisis de 2009 la tensión por este factor se empinó a cerca de un 16% en su punto más álgido, de manera que el porcentaje observado en la actualidad está sólo levemente por debajo de aquel punto más crítico. El análisis por sector muestra que el porcentaje de menciones se eleva en la industria a 14% y en los servicios a 13%, aliviándose sólo en el rubro silvogropecuario, que goza de los beneficios de un mayor tipo de cambio (3,2%). Por su parte, la preocupación por la mayor intensidad de la competencia, que también se resiente frente al debilitamiento del ciclo, recrudeció en el segundo trimestre, al subir de 5,5% a 12%. Este porcentaje es significativamente más elevado entre las pequeñas empresas (17%), básicamente por efecto de su mayor vulnerabilidad competitiva. Por su parte, la preocupación proveniente del tipo de cambio se mantuvo elevada, aunque levemente por debajo de lo observado en marzo último (18% vs 19,5%). Sin embargo, pese a la fuerte volatilidad de este precio clave y la apreciación por efecto del alza de precio del dólar norteamericano en los mercados internacionales, los sectores agrícola e industrial redujeron el porcentaje de menciones sobre este factor, lo que puede ser vinculado a la mejoría en su posición competitiva que involucra. El porcentaje de menciones se redujo en el sector silvoagropecuario de 19% a 13% entre marzo y junio y en la industria de 23% a 17% en el mismo período. En definitiva, las empresas han volcado completamente su foco de tensiones hacia el ámbito interno, pese a que objetivamente los problemas geopolíticos y económicos en Europa, China y América Latina están afectando en forma importante las tensiones corporativas de ejecutivos de otras partes del mundo. Las empresas se han visto resentidas en forma muy pronunciada por la amplia agenda reformista, que en un clima de estancamiento económico, ha contribuido a dotar de mayor incertidumbre los proyectos de inversión. Los antecedentes muestran que el alivio tras la tensión por la reforma tributaria fue transitorio, dando paso a un nuevo repunte de incertidumbres por regulaciones, que en esta ocasión se relaciona con el mismo tema impositivo y cambios en el ámbito laboral, educacional e institucional. La encuesta se realizó durante el mes de junio de 2015 a un universo de 400 empresas a nivel nacional, en la forma de consulta abierta, con mención espontánea por parte de los encuestados, de manera de no condicionar el mapa de posibles respuestas.