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CONVERGENCIA DE LA TASA DE EMPRESARIALIDAD EN ESPAÑA Y SUS REGIONES DESDE LA TRANSICIÓN ESPAÑOLA HASTA LA RECESIÓN. Fernando Javier Crecente Romero (Fernando.crecente@uah.es) (*) José Luis Crespo Espert (joseluis.crespo@uah.es) (*) Federico Pablo Martí (Federico.pablo@uah.es) (**) Antonio García Tabuenca (Antonio.gtabuenca@uah.es) (**) Departamento: * Economía y Dirección de Empresas e Instituto de Análisis Económico y Social ** Economía e Instituto de Análisis Económico y Social Universidad: Universidad de Alcalá Área Temática: Crecimiento y convergencia / Análisis económico espacial, geografía Económica y modelización. Resumen: Este paper analiza y construye un modelo explicativo regional con algunas variables imprescindibles para la comprensión del crecimiento y progreso empresarial ocurrido durante el periodo expansivo anterior a la crisis, tales como la tasa de empresarialidad, el crecimiento del PIB, la tasa de paro y la relación entre el valor de la remuneración de los asalariados y el excedente bruto de exploración. En concreto, se considera el periodo que va desde la adhesión de España a la Comunidad Europea hasta los primeros años de la crisis económica actual, siendo destacable el análisis desde la implantación del euro, debido al profundo proceso de modernización que ha sufrido el tejido empresarial español. Así, en estas dos últimas décadas la evolución regional del número de empresas por activos laborales ha experimentado un proceso de convergencia, de manera que ha venido creciendo la tasa de empresarialidad en mayor medida en las Comunidades Autónomas que partían de una situación más desfavorable, mientras que ha disminuido en las que partían inicialmente de un mejor posicionamiento y, a su vez, ha disminuido la diferencia de los valores de la tasa entre regiones. Por otro lado, el paper también considera el impacto y las consecuencias que la crisis está teniendo en el tejido empresarial. Si las empresas y la sociedad españolas desean mantenerse en la posición relativa que ha alcanzado la economía española en las últimas décadas, es impostergable poner los medios adecuados para mejorar la productividad y competitividad empresarial, tarea que no es de corto plazo sino que exige un esfuerzo colectivo y continuado en las siguientes dos o tres décadas. Palabras Clave: Actividad emprendedora; crecimiento económico; convergencia empresarial y regional; políticas de apoyo al emprendimiento. Clasificación JEL: R11, R58; M13 1 1. Introducción En las economías abiertas y emprendedoras, el crecimiento económico se basa principalmente en la actividad empresarial, por lo que resulta imprescindible el aumento de empresas respecto a la población. Este interés por el incremento de la actividad emprendedora se ha visto reflejado en las políticas económicas aprobadas por el Estado en su Real Decreto-ley 4/2013 de apoyo al emprendedor y de estímulo al crecimiento y de la creación de empleo. A largo plazo, esta dinámica debe materializarse en una disminución de la tasa de desempleo (Thurik y Verheul, 2002) y en un incremento del PIB per cápita (Carree et al., 2002; Audretsch et al., 2002), y está condicionada por la evolución que experimente la relación entre la remuneración del factor trabajo y la del capital (Praag y Kramer, 2001). Por otra parte, para que este crecimiento sea equilibrado es necesario un proceso de convergencia regional. Desde mitad de la década de los 80, por el fuerte impacto de las tecnologías de la información, se ha producido un crecimiento exponencial del conocimiento con una velocidad en su generación sin precedente, lo que ha dado lugar a lo que comúnmente se conoce como Sociedad del Conocimiento. Ello ha impulsado e implicado al mismo tiempo una mayor complejidad en la comprensión de los procesos técnicos, laborales, administrativos e, incluso, de las relaciones sociales, de modo que se han abierto oportunidades de negocio para aquellos individuos que más rápida y profundamente han adquirido las habilidades y competencias que dicho conocimiento proporciona. Específicamente, cuanto más intensivamente se emplean en una economía actividades y servicios basados en el conocimiento, mayor es la tasa de atracción de nuevas empresas de alta tecnología y mayor el impacto sobre los procesos de innovación (Minledi y Pipiya, 2007). Adicionalmente, a mayor densidad emprendedora en un territorio o región, mayor es la posibilidad de que se generen desbordamientos (o spillovers) del conocimiento y que las nuevas ideas resultantes se conviertan en nuevas empresas (Acs y Armington, 2004). De hecho, los desbordamientos del conocimiento no se restringen únicamente al sector o rama de actividad en el que se generaron, sino que se extienden a otros sectores, lo que beneficia al conjunto de la economía (Acs y Armington, 2006). Este proceso ha puesto de manifiesto que la interpretación tradicional de que “el emprendedor nace y no se hace”, es decir, que la personalidad emprendedora que empuja a la creación empresarial es consecuencia de las características innatas de los 2 individuos, ha cambiado. En los últimos años va abriéndose camino una explicación a este cambio, de manera que el conocimiento y sus efectos de penetración y generalización en la sociedad se convierte en la variable determinante para el desarrollo de la actividad emprendedora. Desde una perspectiva espacial, se considera que el medio urbano y sus economías de aglomeración favorecen al emprendedor, que se beneficia de las redes o intenta crearlas (Fujita y Krugman, 2004; Nijkamp, 2000). Dentro de este marco de referencia, en esta comunicación se estudia la evolución y comportamiento de las empresas españolas en el período que abarca las dos últimas décadas (1989-2008), es decir desde tres años después del ingreso de España en la Comunidad Económica Europea -1986- y tres años antes de la firma del Tratado de Maastricht -1992-, larga etapa expansiva de las economías desarrolladas y, particularmente, de la española, hasta el fuerte impacto que sufre el aparato productivo en 2008 tras la emergencia de la crisis financiera acaecida a partir de agosto de 2007. La comunicación analiza la evolución empresarial desde cuatro perspectivas complementarias. En primer lugar, adoptando un enfoque regional, se detiene en el estudio de algunas variables imprescindibles para la comprensión del crecimiento y progreso empresarial ocurrido en la economía española desde su adhesión en la Unión Europea, concretamente la tasa de empresarialidad, el crecimiento del PIB, la tasa de paro y la relación entre el valor de la remuneración de los asalariados y el excedente bruto de exploración. Con ello, se está en condiciones de formular si se ha dado un proceso de convergencia empresarial en las distintas regiones. En segundo lugar, se construye un modelo explicativo regional, que asocia el crecimiento del PIB per cápita con la tasa de empresarialidad óptima y que permite conocer el grado de ajuste que se ha producido entre la tasa de empresarialidad real y la de equilibrio.. Y, finalmente, en la tercera, se estudia el impacto y consecuencias que la crisis está tenido en el tejido empresarial. 2. Fuentes y metodología Para el análisis de convergencia que se propone y la modelización econométrica de la tasa de empresarialidad en el periodo 1989-2008, se emplean bases de datos oficiales que proporcionan la información sobre la evolución y diferencias de la actividad emprendedora por sectores. Más específicamente, las magnitudes PIB, tasa de desempleo, remuneración de asalariados y excedente bruto de explotación se obtienen 3 de las series de la Contabilidad Nacional y Regional de España y de la Encuesta de Población Activa o EPA, proporcionadas por el Instituto Nacional de Estadística o INE (ver la nota metodológica del anexo). Asimismo, las dos variables que se necesitan para obtener la tasa de empresarialidad, definida como el número de empresas existentes cada año entre la población activa, se extraen del Directorio Central de Empresas (DIRCE) y de la EPA. Finalmente, las variables necesarias para la obtención de datos sobre cese de actividad también se han obtenido a partir del DIRCE. Para la caracterización de las empresas manufactureras en el período 1990-2008 se utilizan los datos provenientes de la Encuesta sobre Estrategias Empresariales, de la Fundación SEPI (www.funep.es), cuya elaboración se realiza a partir de un panel de empresas manufactureras representativas de los tamaños empresariales. En concreto, se lleva a cabo un análisis descriptivo sobre la productividad (medida por el valor añadido por trabajador y por hora trabajada), el saldo de comercio relativo (a partir de la propensión exportadora e intensidad importadora), la participación de capital en empresas extranjeras y españolas y, finalmente, el esfuerzo tecnológico, empleo en I+D y comercio internacional de tecnología. Con la información facilitada por estas fuentes se realizan los análisis de la convergencia empresarial regional y de modelización de la tasa de empresarialidad. El estudio de la convergencia regional (Beta y Sigma) se basa en el propuesto por Barro y Sala i Martí (1990), adaptado a las variables objeto del estudio. La determinación de la convergencia Beta se realiza a través de la recta de regresión lineal a los pares de puntos formados por el valor del logaritmo neperiano de la variable a estudiar en el año inicial de la serie y el crecimiento que experimenta la misma durante el período de análisis. El signo y valor de la pendiente de la recta (β) indica la medida de si el proceso es convergente o divergente. La determinación de la convergencia Sigma se realiza mediante el cálculo de la variabilidad de la variable estudiada para el conjunto de regiones en cada período, medida por la desviación típica. Cuanto menores sean los valores, menor será la divergencia regional, y su disminución a lo largo del tiempo será indicativo de una mejora en el proceso de convergencia. El modelo econométrico que se emplea para analizar la tasa de empresarialidad se adapta en este caso a las regiones españolas de la siguiente manera: 4 E i ,t 1 E i*,t 2 U i ,t 3 S i ,t u1; i ,t [1] Donde las variables consideradas son: E i ,t : Tasa estimada de empresarialidad de cada región (comunidad autónoma) i en el momento t. E i*,t : Tasa optima estimada de empresarialidad de cada región i en el momento t. U i ,t : Tasa de desempleo de cada regional i en cada momento t. S i ,t : Ratio de Remuneración de asalariados entre el Excedente Bruto de Explotación de cada región i en el momento t. u1 : Término de la perturbación aleatoria de la ecuación [1] La segunda ecuación, que permite explicar el comportamiento de la tasa óptima de equilibrio: log(E*) i ,t 0 log(PIBpc) i ,t log(PIBpc) i2,t u 2;i ,t [2] donde: PIBpc: Producto Interior Bruto per cápita. U2: Término de la perturbación aleatoria de la ecuación [2] 3. ¿Convergencia en la empresarialidad regional? El aumento de empresas en el tejido productivo suele medirse por la tasa de empresarialidad, definida como la relación entre las empresas existentes en un momento determinado y la población activa. En las dos últimas décadas de la economía española el parque empresarial ha pasado de 2.084.641 en 1989 a 3.355.830 en 2008 (DIRCE, INE), y la población activa de 15.194.000 a 22.807.000, lo que ha significado un incremento de la tasa de empresarialidad del 7,2 por cien (cuadro 1 y 2). El número de empresas ha aumentado un 61 por cien y la población activa el 50,1 por cien. Conviene, sin embargo, tener en cuenta que en el año 2008, como consecuencia de la crisis, la tasa de empresarialidad cayó un 4,9 por cien. Por su lado, el PIB per cápita en términos nominales ha pasado de 6.978,7 euros en 1989 a 24.020,2 en 2008, lo que significa que se ha multiplicado por algo más de 3,4, aunque en 2008 el crecimiento ha sido inferior (cuadro 1). 5 Cuadro 1. Evolución del PIB per cápita, 1989, 2007 y 2008 PIBpc 1989 (euros) 2007 (euros) 2008 (euros) Var. (%) 89-07 Var. acu. anual 8907 (%) Var. 07-08 (%) España 6978,7 23412,3 24020,2 235,48 6,58 2,60 Andalucía 5223,2 18142,3 18494,6 247,34 6,77 1,94 Aragón 7948,4 25588,6 26305,5 221,93 6,35 2,80 Asturias 6493,9 21565,1 22544,4 232,08 6,52 4,54 Baleares 8939,4 25326,2 25950,1 183,31 5,63 2,46 Canarias 6498,9 20659,9 21091,6 217,90 6,28 2,09 Cantabria 7039,5 23431,6 24492,0 232,86 6,53 4,53 Castilla y León 6432,6 22665,6 23345,7 252,36 6,85 3,00 Castilla-La Mancha 6035,8 18282,3 18459,2 202,90 6,01 0,97 Cataluña 8507,3 27426,2 28076,3 222,38 6,35 2,37 Com. Valenciana 6945,2 21205,2 21453,8 205,32 6,05 1,17 Extremadura 4792,7 16098,6 16817,3 235,90 6,58 4,46 Galicia 7904,1 19726,5 20605,2 149,57 4,93 4,45 Madrid 8477,1 30400,2 31089,4 258,61 6,95 2,27 Murcia 6334,0 19312,5 19679,0 204,90 6,04 1,90 Navarra 8966,5 29530,6 30594,4 229,34 6,47 3,60 País Vasco 8308,8 30431,0 32111,6 266,25 7,07 5,52 La Rioja 7730,4 25117,7 25878,3 224,92 6,40 3,03 Ceuta y Melilla 5711,1 21420,8 21900,7 275,07 7,21 2,24 Fuente: elaboración propia. En el período mencionado, la tasa de empresarialidad media de la economía española ha sido de 150,4. Es decir, por cada mil laborales activos había 150 empresas, esto es, existe una empresa por cada 7 activos. Esta relación depende de dos factores muy dinámicos como son la creación de empresas y la entrada-salida al mercado de trabajo. Regionalmente sobresalen Islas Baleares, Aragón, Cataluña y La Rioja, con valores superiores a 170, mientras que, bastante por debajo de la media, están las Islas Canarias, Ceuta y Melilla, Andalucía y Extremadura, con valores por debajo de 140. Entre 140 y 160 se hallan el resto de regiones: por encima de la media, Navarra, Comunidad Valenciana, Madrid y País Vasco, y por debajo, Asturias, Castilla-La Mancha, Cantabria, Castilla y León, Murcia y Galicia. Si se elimina del análisis el 2008, primer año de fuerte impacto de la crisis, entre 1989 y 2007, las Comunidades Autónomas con mayor incremento de la tasa de empresarialidad son Extremadura, Andalucía y Galicia, con crecimientos entre el 44 y 26 por cien; sin embargo, las comunidades de Aragón, Ceuta y Melilla, Baleares, Navarra, La Rioja, Cataluña y Comunidad Valenciana han experimentado una variación negativa, comprendida entre el 27 y 2 por cien. Los valores de la tasa de empresarialidad tomados por estos dos conjuntos de regiones contrastan con la tasa media de variación de la economía española, que arroja el 12,7 6 por cien. Esto es debido tanto al incremento de empresas como de la población activa (cuadro 2 y cuadro 3). Cuadro 2. Evolución tasa de empresarialidad, empresas y población activa (1989, 2007 y 2008) 1989 2007 2008 T T T PA PA PA Emp. Nº emp. (mil) Emp. Nº emp. (mil) Emp. Nº emp. (mil) ESPAÑA 137,2 2.084.641 15.194,0 154,7 3.422.239 22127,3 147,1 3.355.830 22806,7 Andalucía 105,6 270.896 25.65,4 142,3 522.815 3675,1 134,3 510.072 3798,4 Aragón 200,4 77.270 385,6 146,5 94.931 647,8 141,4 93.283 659,8 Asturias 137,6 59.245 430,6 155,1 73.124 471,5 145,4 71.853 494,1 Baleares 212,2 61.665 290,6 168,0 93.335 555,7 160,1 91.826 573,5 Canarias 138,9 69.510 584,2 140,0 143.471 1024,7 134,3 139.381 1038,1 Cantabria 135,4 27.242 201,2 147,6 40.393 273,6 141,6 39.611 279,7 Castilla y León 132,2 131.667 995,8 150,6 173.209 1150,0 145,4 170.626 1173,7 Castilla-Mancha 127,7 78.800 617,3 152,1 137.823 906,1 140,8 134.479 955,0 Cataluña 171,4 429.943 2.507,7 167,5 626.020 3736,4 161,3 619.624 3842,6 C. Valenciana 158,3 239.909 1.515,2 155,1 376.093 2425,2 143,4 362.844 2530,8 Extremadura 100,6 40.969 407,2 144,5 67.852 469,7 138,9 67.181 483,7 Galicia 124,0 149.738 1.207,2 157,1 203.374 1294,2 153,6 201.263 1309,9 Madrid 135,4 254.538 1.879,3 160,3 519.307 3239,0 152,5 511.804 3355,3 Murcia 135,1 52.361 387,5 146,3 100.075 684,0 133,0 95.636 719,1 Navarra 172,4 33.682 205,5 143,3 43.847 306,0 139,9 43.282 309,4 País Vasco 140,6 117.866 860,4 165,6 175.303 1058,3 161,7 172.152 1064,8 La Rioja 174,8 17.972 102,8 154,8 23.834 154,0 148,1 23.525 158,8 Ceuta y Melilla 170,5 5.790 50,7 133,0 7.433 55,9 123,7 7.388 59,7 Fuente: elaboración propia, datos INE Cuadro 3. Tasa de empresarialidad media y variación, 1989-2007/8 1989-2007 Variación 1989-2007 (%) Variación 2007-2008 (%) T. emp. Media Tasa Emp. Nº emp. PA Tasa Emp. PA ESPAÑA 150,4 12,73 64,16 45,63 -4,86 3,07 Andalucía 127,3 34,72 92,99 43,26 -5,60 3,36 Aragón 179,1 -26,87 22,86 68,00 -3,52 1,85 Asturias 148,8 12,72 23,43 9,50 -6,23 4,79 Baleares 196,0 -20.82 51,35 91,23 -4,67 3,20 Canarias 139,9 0,83 106,40 75,40 -4,10 1,31 Cantabria 145,7 9,04 48,27 35,98 -4,07 2,23 Castilla y León 143,7 13,91 31,55 15,49 -3,48 2,06 Castilla-Mancha 145,8 19,16 74,90 46,78 -7,42 5,40 Cataluña 172,3 -2,28 45,61 49,00 -3,76 2,84 C. Valenciana 157,3 -2,06 56,76 60,06 -7,55 4,35 Extremadura 122,5 43,58 65,62 15,35 -3,85 2,98 Galicia 140,3 26,69 35,82 7,21 -2,22 1,21 Madrid 156,0 18,37 104,02 72,35 -4,86 3,59 Murcia 143,9 8,28 91,13 76,52 -9,10 5,13 Navarra 157,5 -16,87 30,18 48,91 -2,37 1,11 País Vasco 151,6 17,81 48,73 23,00 -2,40 0,61 La Rioja 171,2 -11,47 32,62 49,81 -4,28 3,12 Ceuta y Melilla 136,7 -21,86 28,37 -100,00 -0,93 6,79 7 Durante el período 1989-2007, las regiones que, por encima de la media española, han experimentado mayor crecimiento del PIBpc han sido Ceuta y Melilla, País Vasco, Madrid, Castilla y León, Andalucía y Extremadura, en tanto que las demás han tenido un crecimiento inferior a la media. Estas variaciones indican que mientras que regiones como Extremadura, Andalucía, Ceuta y Melilla y Castilla y León han tendido a una mejora de su posición relativa en PIBpc, las regiones que tenían mayores valores en los primeros años del período, con la excepción de Galicia, siguen situándose por encima de la media y el resto por debajo, lo que significa una ligera mejora en su convergencia. La irrupción de la crisis dio lugar a la ralentización del crecimiento del PIBpc en 2008. En el conjunto de España el crecimiento anual –en términos nominales- entre 1989 y 2007 era del 6,58 por cien, pero en 2008 se redujo al 2,6 por cien, que para una tasa de inflación del 1,4, quedó en un crecimiento real superior al 1 por cien. Los datos anteriores sobre tasa de empresarialidad y PIBpc muestran que respecto a la primera variable, se está produciéndose un proceso de convergencia en las dos últimas décadas de la economía español, mientras que para el PIBpc el proceso de convergencia ha sido muy leve, caracterizándose el período por una cierta estabilidad. En el gráfico 1 se observa que la recta de convergencia Beta del período tiene una elevada pendiente negativa, en la que las regiones con menores tasas de empresarialidad al inicio del período han experimentado un crecimiento notoriamente más elevado que aquéllas que presentaban las mayores tasas, de tal forma que incluso la variación del crecimiento ha sido negativa. Gráfico 1. Convergencia Beta de la tasa de empresarialidad entre las CCAA, 1989-2007 0.5 Crecim. tasa empr. 1989‐2007 0.4 Ext 0.3 And 0.2 Mad C‐LM C‐L Cant 0.1 0 4.4‐0.1 Gal 4.6 4.8 Can PVas Ast C.Val 5 Cat 5.2 LaRi ‐0.2 Bal Nav CyM ‐0.3 ‐0.4 5.4 Ara Ln Tasa empr. 1989 Fuente: elaboración propia, datos INE 8 Por su parte, tal como se desprende del gráfico 2, la recta de convergencia Beta del PIBpc es prácticamente plana (presenta una ligera pendiente negativa), lo que indica que los crecimiento de las regiones que partían de una peor situación han sido poco elevados como para favorecer una significativamente mayor convergencia, proceso que se había dado entre 1955 y 2007 (Martí Parellada, 2009). Gráfico 2. Convergencia Beta del PIBpc entre las CC. AA, 1989-2007 Crecim. PIBpc 1989‐2007 1.4 1.3 CyM And P, Vas C‐L Ext Ast 1.2 Cant Gal Canar C‐LM 1.1 Mad Cat Nav Ara C‐Val Mur Bal 1 0.9 Gal 0.8 8.4 8.5 8.6 8.7 8.8 8.9 9 9.1 9.2 LN PIBpc 1989 Fuente: elaboración propia, datos INE . Respecto a la tasa de paro de las regiones que partían en 1989 con una situación más favorable han experimentado menores disminuciones de la mencionada tasa en el período estudiado; es decir, las regiones con mayor desempleo al inicio del período han reducido en mayor medida su tasa de paro que las que tenían menos desempleo (cuadro 4). Este proceso ha favorecido la convergencia regional, pese a que continúan existiendo notables diferencias entre las distintas regiones (gráfico 3); por ejemplo, las dos regiones que mayor tasa de desempleo presentaban en 1989 –Andalucía y Extremadura, 26,9 y 26,8 por cien, respectivamente- la habían reducido en 2007 a más de la mitad (12 y 12,2 por cien), mientras que las regiones con menor desempleo al principio (La Rioja y Baleares, con 9,3 y 10,3 por cien), lo disminuyeran hasta algo más de la mitad en 2007. Esta disminución del paro acompañó al incremento que se produjo en la tasa de empresarialidad, lo que puede indicar un proceso de conversión de asalariados en empresarios o autónomos. 9 Cuadro 4. Evolución de la tasa de paro y RA/EBE, 1989 y 2007 Tasa de paro RA/EBE 1989 2007 1989 2007 ESPAÑA 17,3 8,0 1,8 1,1 Andalucía 26,9 12,0 1,7 1,0 Aragón 11,8 5,3 1,8 1,1 Asturias 17,4 9,1 2,4 1,1 Baleares 10,3 5,5 1,4 1,1 Canarias 22,1 9,8 1,4 1,1 Cantabria 17,3 6,3 1,7 1,0 Castilla y León 17,1 7,3 1,6 0,9 Castilla-La Mancha 14,7 7,8 1,4 1,1 Cataluña 14,1 6,1 2,2 1,2 C. Valenciana 15,3 8,7 1,5 1,2 Extremadura 26,8 12,2 1,6 1,0 Galicia 12,6 7,6 1,6 1,1 Madrid 13,1 6,3 2,1 1,2 Murcia 16,4 6,6 1,5 1,0 Navarra 11,3 5,3 1,7 1,3 País Vasco 19,3 6,0 2,5 1,1 Rioja, La 9,3 4,9 1,5 1,0 Ceuta y Melilla 30,2 40,1 2,9 1,7 Fuente: elaboración propia, datos INE Gráfico 3. Convergencia Beta de la tasa de paro entre las CCAA, 1989-2007 0 Variación tasa paro 1989‐2007 2.2 2.4 2.6 2.8 3 3.2 3.4 ‐0.2 ‐0.4 ‐0.6 LaRi ‐0.8 Gal Mad Nav Ara ‐1 ‐1.2 C. Val Bal C‐LM Ast Canar And C‐L Cat Mur Ext Cant P. Vas LN Tasa paro 1989 Fuente: elaboración propia, datos INE Este proceso de disminución de la tasa de desempleo ha significado que en el conjunto nacional se haya pasado del 17,3 por cien en 1989 al 8 por cien en 2007. Con la irrupción de la crisis, el paro, de nuevo, aumentó en 2008 hasta el 10,4 por cien. Por su parte, la relación entre las macro-magnitudes Remuneración de Asalariados y Excedente Bruto de Explotación muestra que a lo largo del período en todas las regiones se ha producido una evolución que indica una situación más desfavorable en cuanto a la remuneración del factor trabajo que a la del factor capital (gráfico 4). En las regiones en las que la relación era más baja en 1989, el empeoramiento relativo de las rentas del 10 trabajo ha sido menor, mientras que en las que partían de una mayor relación, el empeoramiento ha sido mayor, lo que indica un proceso de convergencia regional favorable a la remuneración del capital, y que constituye un incentivo a la creación de empresas. Gráfico 4. Convergencia Beta de la Remuneración de asalariados/Excedente bruto de explotación entre las CCAA, 1989-2007 Fuente: elaboración propia, datos INE Las mediciones realizadas a través de la convergencia Beta se ha confirmado también para la convergencia Sigma (gráfico 5). Se observa que la variabilidad de la tasa de empresarialidad entre las distintas regiones ha disminuido notablemente, alrededor de la cuarta parte, lo que indica mayor cercanía entre regiones a medida que ha avanzado el período. Igualmente, ha disminuido la variabilidad de la tasa de paro y de la relación RA/EBE. La variabilidad de la tasa de paro (eje derecho) entre regiones se mantuvo estable hasta 2001, año en el que acusó una drástica disminución, que de nuevo volvió a producirse en 2004; con la llegada de la crisis, en 2008 esta dispersión regional ha aumentado notablemente. La variabilidad de la ratio RA/EBE experimentó una importante disminución entre regiones desde 1992 a 2000, aumentado muy ligeramente en 2001, para permanecer posteriormente estable hasta 2007. Contrariamente, sin embargo, la variabilidad del PIBpc no ha sufrido disminución, sino que, incluso, ha aumentado ligeramente a lo largo del período. 11 Gráfico 5. Convergencia Sigma de la tasa de empresarialidad, PIBpc, RA/EBE (eje izquierdo) y tasa de paro (eje derecho) entre Comunidades Autónomas, 1989-2007 Fuente: elaboración propia, datos INE 4. Evolución de la empresarialidad en España y sus regiones, 1989-2008 La evolución de la tasa de empresarialidad, tal como se ha indicado, se estudia desde distintas perspectivas, particularmente respecto a su relación con el crecimiento económico (Carree et al, 2002; Audretsch et al., 2002; Schmitz, 1989), o la relación que la une con la actividad emprendedora y con el nivel de desempleo (Thurik y Verheul, 2002). También para el caso español, la evolución de la tasa de empresarialidad ha contemplado el mecanismo de ajuste automático en situaciones de desequilibrio (Belso, 2004). Siguiendo específicamente a Carre et al. (2002), se toman las cuatro variables analizadas en el apartado anterior con el objeto de conocer cómo las regiones española ajustan su tasa real de empresarialidad con la tasa de equilibrio u óptima, determinada a partir del PIB per cápita. Los desequilibrios que se produzcan entre la tasa real de empresarialidad y la tasa óptima o de equilibrio están también influenciados (y tienen consecuencias sobre) por la tasa de paro y la participación del factor trabajo en los resultados de la actividad empresarial. En una economía de mercado, tanto en el campo de las políticas nacionales como de las regionales, existen mecanismos que permiten retornar la tasa de empresarialidad a la de equilibrio ante los desajustes que puedan darse en la dinámica empresarial (exceso o déficit de empresas que entran o que salen). En el cuadro 5 se ofrecen las medias del período 1989-2008 para estas cuatro variables base del modelo que se propone en este apartado- ordenadas las regiones de mayor a 12 menor de acuerdo a su tasa de empresarialidad. El nivel de empresarialidad –medido por su tasa-, junto a la menor o mayor capacidad de ajuste, permite establecer una jerarquía regional en el campo emprendedor. Cuadro 5. Variables de la empresarialidad en España por regiones, media 1989-2008 Media 1989‐2008 Tasa empres. PIBpc Tasa paro RA/EBE 1,15 Baleares 196,01 17289,78 9,70 Aragón 179,13 15796,16 1,37 9,86 1,43 Cataluña 172,28 17589,79 12,26 Rioja (La) 171,19 16197,90 1,16 9,28 1,42 Navarra 157,54 18343,90 8,49 C. Valenciana 157,33 13867,18 1,31 14,89 1,59 Madrid 156,01 19044,97 12,13 País Vasco 151,59 18142,65 1,64 14,61 1,38 España 150,52 14669,78 15,35 Asturias 148,76 12942,46 1,55 15,20 1,18 Castilla‐La Mancha 145,82 11746,17 13,73 1,35 Cantabria 145,67 14194,68 14,51 Murcia 143,90 12376,91 1,22 14,98 1,28 Castilla y León 143,72 13729,97 14,53 Galicia 140,31 12708,53 1,28 14,03 1,28 Canarias 139,89 13542,59 17,90 Ceuta y Melilla 128,31 12780,72 2,10 25,47 1,28 Andalucía 127,26 11086,22 23,71 Extremadura 122,46 9812,23 1,34 22,78 Fuente: elaboración propia, datos INE Las regiones tradicionalmente más prósperas presentan tasas de empresarialidad por encima de la media española. En concreto, Este (Baleares, Cataluña y C. Valenciana), Noreste (Aragón, La Rioja, Navarra y País Vasco) y Madrid, que coinciden, generalmente, con las Comunidades Autónomas de mayor PIBpc, menor tasa de paro y mayor participación de la remuneración del factor trabajo respecto al excedente empresarial. Para explicar el ajuste entre la tasa de empresarialidad y su óptimo se establece el modelo econométrico que permite integrar el comportamiento de las cuatro variables estudiadas y confirmar los resultados obtenidos mediante el estudio de los procesos de convergencia. Sirve, además, para comprobar si estos procesos de convergencia se ajustan eficientemente al óptimo o senda de equilibrio de las economías regionales. Los signos de los parámetros estimados reflejan la hipótesis parabólica con forma de U, ya que la estimación de es negativo, asociado a un menor volumen de PIB per cápita, y la de es positivo, por la relación positiva entre un elevado PIB per cápita y el volumen óptimo de empresas por cada mil trabajadores. Los resultados de las estimaciones del modelo se resumen en el cuadro 6. 13 Cuadro 6. Resultados de la evolución de la actividad emprendedora en España y sus regiones Variables Log (E*i,t) Ei,t Constante -31,485 41,774 PIBpc i,t (1) 7,454 PIBpc,2it (1) -0,203 E*i,t 0.8 Ui,t -0,779 Si,t 0,631 Observaciones: [(17+1) NUTS-2 * 20 años] 360 360 R2 0.699 0.765 R2 corregido 0.8079 0.763 F 261,777 366,810 *** Significación al 0.01, ** Signifación al 0.05, * Significación al 0.30 (1) En la estimación parabólica llevada a cabo la multicolinealidad es inevitable, con lo que conduce a una aceptación de no significación individual. Como consecuencia no hay *** indicacines para el PIB and PIB2. Fuente: elaboración propia Los resultados obtenidos presentan un ajuste tanto global como individualmente significativos (superando el 99 por cien de confianza), excepto en la explicación ofrecida por la ratio de la participación de los salarios, que apenas supera el 70 por cien de confianza. Los signos estimados para los parámetros coinciden con las expectativas generadas: el signo de la variable correspondiente a la tasa de desempleo es negativo, ya que mayor tasa de empresarialidad supone menor nivel de paro; asimismo –y pese a no ser significativa esta variable-, el modelo presenta una relación inversa con respecto a la remuneración de los trabajadores sobre el excedente, ya que cuanto mejor sea remunerado el factor trabajo menores incentivos tendrán los trabajadores para convertirse en autónomos. Teniendo en cuenta los buenos resultados del modelo, se ha considerado que el gran dinamismo de la economía española en el último ciclo expansivo permite actuar con mayor rapidez a los agentes económicos, incluso dentro del ejercicio en curso. En el gráfico 6 se presenta el desarrollo temporal seguido por las tasas de empresarialidad (observada, estimada y óptima) para cada Comunidad Autónoma. En esta representación gráfica, el adecuado ajuste entre la tasa de empresarialidad estimada y real otorga la confianza necesaria que permite validar la tasa óptima como la senda de equilibrio del sector productivo de la economía. Dentro de la heterogeneidad que existe en el análisis de 18 subconjuntos, se observan algunos comportamientos comunes entre las regiones que están por encima de la media española (de la tasa real observada) y las que están por debajo de la misma, aunque siempre con matizaciones. Las 14 homogeneidades que se observan parecen estar asociados a comportamientos comunes de agrupaciones territoriales superiores a las Comunidades Autónomas. Tal como ya se indicó en los análisis de convergencia, las Comunidades del Este español (Baleares, Cataluña y C. Valenciana), que se sitúan por encima de la media han venido disminuyendo su ventaja acercándose a la misma conforme han pasado los años del período, si bien la evolución de la tasa real respecto a la evolución de la tasa óptima, aunque también presentan algunas similitudes, varía según Comunidades. Hasta 1996, año ya de consolidación del crecimiento económico, la tasa óptima de las tres Comunidades se sitúa por encima de la real, indicando la conveniencia de un incremento. Desde este año, en Baleares, la evolución de la tasa real se adecua a la óptima, experimentando correcciones cada año; en Cataluña y Comunidad Valenciana, la tasa real generalmente se sitúa por encima de la óptima, si bien el ajuste que provoca la crisis en 2008 hace que la disminución de la tasa real la lleve a coincidir con la óptima en Cataluña y a situarse por debajo en la C. Valenciana. En las Comunidades de Aragón y La Rioja, que junto al País Vasco y Navarra configuran el Noreste, se aprecia un proceso similar al del Este tanto antes como después de 1996, es decir de acercamiento hacia la tasa óptima, primero, y de ajuste hacia a ella después, coincidiendo prácticamente en 2008 como consecuencia de la crisis. Navarra, que desde posiciones muy superiores a la media nacional llega a situarse por debajo de la misma a partir de 1999, también experimenta en 2008 el mismo proceso de ajuste de su tasa real regional hacia la óptima, aunque permaneciendo por debajo de la media nacional. La Comunidad de Madrid desde 1992 presenta una tasa real superior a la media nacional, generalmente, superior a su tasa regional óptima y, al igual que en las regiones del Este y Noreste, experimenta el ajuste de la crisis en 2008, lo que la lleva a hacer coincidir prácticamente las tasas real y óptima. Las Comunidades del Sur (Andalucía, Murcia, Canarias y Ceuta y Melilla), Centro (las dos Castillas y Extremadura) y Noroeste (Galicia, Asturias y Cantabria), que se hallan por debajo de la media nacional, generalmente presentan una tendencia de acercamiento al nivel empresarial medio, aunque más acentuado en unos casos que en otros. En las Comunidades del Sur, Andalucía y Murcia presentan una tendencia de crecimiento en su tasa de empresarialidad que va acercándose a la tasa media del país. En todo el Sur se observa que la tasa real de empresarialidad va ajustándose durante el período a la senda 15 marcada por sus tasas regionales óptimas. En las Comunidades del Centro, Extremadura, que parte de una baja posición, va acercándose lentamente a la media española, mientras que las dos Castillas, que parten de posiciones cercanas a la media convergen en sus tasas óptimas. En el Noroeste, Galicia muestra una marcada evolución por su tasa óptima de empresarialidad hacia la convergencia con la media nacional, mientras que Asturias mantiene esta convergencia y Cantabria permanece en un nivel de tasa óptima y real algo inferior a la media nacional. En síntesis, los resultados obtenidos del modelo econométrico propuesto confirman que en las dos últimas décadas de la economía española se ha dado un proceso de convergencia regional en términos de empresarialidad, de manera que las regiones con más bajas tasas al inicio del período han ido aumentándolas y acercándose o incluso alcanzando a la media nacional y, por el contrario, las que partían de valores más altos los han visto reducirse hacia la media. En general, en este proceso se observa que la tasa de empresarialidad ha ido ajustándose también a la tasa de empresarialidad óptima de cada región, y que la manifestación de la crisis ha supuesto una fuerte corrección en el número de empresas por activos laborales en cada región. Así, en el primer año de ajuste, 2008, se observa una brusca caída en la tasa de empresarialidad que la empuja hacia una mayor coincidencia con la tasa óptima. Es decir, en este nuevo contexto, aparentemente las unidades productivas más ineficientes estarían siendo expulsadas del mercado, de manera que la tasa real iría ajustándose a la óptima. En la medida que, además, continúen los problemas de acceso a financiación empresarial podría ocurrir que la tasa real se coloque por debajo de la óptima en niveles cada vez más distantes. Gráfico 6. Desarrollo de la tasa de empresarialidad, España y sus regiones (Cdes. Autónomas) (Tasas observada, estimada y óptima; en tanto por mil) Andalucia Aragón 170 220 210 160 200 150 190 140 180 130 170 160 120 150 110 140 E E_OPTIMA 289 290 291 292 293 294 295 296 297 298 299 200 201 202 203 204 205 206 207 208 91 92 93 1- 1- 1- 1- 1- 194 195 196 197 198 199 100 101 102 103 104 105 106 107 108 130 89 90 100 E_ESTIMADA E_ESP E E_OPTIMA 16 E_ESTIMADA E_ESP E E_OPTIMA E_ESTIMADA E_ESP 92 91 E E_OPTIMA E_ESTIMADA E_ESP 17 E E_OPTIMA E_ESTIMADA E_ESP 8- 8- 8- 8- 08 06 07 05 04 03 02 125 8- 130 8- 130 00 01 135 8- 140 E E_OPTIMA 8- 145 99 155 8- 155 98 160 97 Castilla - León 8- 160 96 Baleares 8- 160 95 165 8- E_ESTIMADA E_ESP 8- 165 8- 165 93 94 E E_OPTIMA 8- E_ESTIMADA E_ESP 92 80 91 100 8- 145 8- 160 8- 120 89 90 591 592 593 594 595 596 597 598 599 500 501 502 503 504 505 506 507 508 150 5- 140 180 90 240 5- 160 89 260 8- 89 90 491 492 493 494 495 496 497 498 499 400 401 402 403 404 405 406 407 408 4- Asturias 8- 793 794 795 796 797 798 799 700 701 702 703 704 705 706 707 708 7- 135 7- 150 90 E E_OPTIMA 4- 110 89 130 7- 89 90 91 392 393 394 395 396 397 398 399 300 301 302 303 304 305 306 307 308 3- 3- 3- 150 7- 697 698 699 600 601 602 603 604 605 606 607 608 6- 695 96 93 94 6- 6- 91 92 89 90 6- 6- 6- 6- 170 165 Canarias 220 160 200 155 140 120 140 135 130 E_ESTIMADA E_ESP Cantabria Castilla - La Mancha 155 150 150 145 145 140 140 135 150 140 130 110 130 E E_OPTIMA E E_OPTIMA E_ESTIMADA E_ESP 170 140 130 100 E_ESTIMADA E_ESP E E_OPTIMA Extremadura 180 160 150 160 150 120 110 130 E E_OPTIMA E_ESTIMADA E_ESP 18 989 990 991 992 993 994 995 996 997 998 999 900 901 902 903 904 905 906 907 908 170 -8 9 -9 14 0 -9 14 1 -9 14 2 -9 14 3 -9 14 4 -9 14 5 -9 14 6 -9 14 7 -9 14 8 -9 14 9 -0 14 0 -0 14 1 -0 14 2 -0 14 3 -0 14 4 -0 14 5 -0 14 6 -0 14 7 -0 8 180 14 Galicia 14 120 10 -8 10 9 -9 10 0 -9 10 1 -9 10 2 -9 10 3 -9 10 4 -9 10 5 -9 10 6 -9 10 7 -9 10 8 -9 10 9 -0 10 0 -0 10 1 -0 10 2 -0 10 3 -0 10 4 -0 10 5 -0 10 6 -0 10 7 -0 8 12 -8 12 9 -9 12 0 -9 12 1 -9 12 2 -9 12 3 -9 12 4 -9 12 5 -9 12 6 -9 12 7 -9 12 8 -9 12 9 -0 12 0 -0 12 1 -0 12 2 -0 12 3 -0 12 4 -0 12 5 -0 12 6 -0 12 7 -0 8 160 13 -8 13 9 -9 13 0 -9 13 1 -9 13 2 -9 13 3 -9 13 4 -9 13 5 -9 13 6 -9 13 7 -9 13 8 -9 13 9 -0 13 0 -0 13 1 -0 13 2 -0 13 3 -0 13 4 -0 13 5 -0 13 6 -0 13 7 -0 8 11 -8 11 9 -9 11 0 -9 11 1 -9 11 2 -9 11 3 -9 11 4 -9 11 5 -9 11 6 -9 11 7 -9 11 8 -9 11 9 -0 11 0 -0 11 1 -0 11 2 -0 11 3 -0 11 4 -0 11 5 -0 11 6 -0 11 7 -0 8 170 Comunidad Valenciana 190 Cataluña 180 160 170 150 160 150 140 140 130 E_ESTIMADA E_ESP E E_OPTIMA Madrid E E_OPTIMA E_ESTIMADA E_ESP 165 Región de Murcia 170 160 155 150 145 140 140 135 130 E_ESTIMADA E_ESP Navarra País Vasco 180 170 165 170 160 160 155 150 150 145 140 140 130 16 -8 16 9 -9 16 0 -9 16 1 -9 16 2 -9 16 3 -9 16 4 -9 16 5 -9 16 6 -9 16 7 -9 16 8 -9 16 9 -0 16 0 -0 16 1 -0 16 2 -0 16 3 -0 16 4 -0 16 5 -0 16 6 -0 16 7 -0 8 15 15 15 -8 9 -9 0 -9 15 1 -9 15 2 -9 15 3 -9 15 4 -9 15 5 -9 15 6 -9 15 7 -9 15 8 -9 15 9 -0 15 0 -0 15 1 -0 15 2 -0 15 3 -0 15 4 -0 15 5 -0 15 6 -0 15 7 -0 8 135 E E_OPTIMA E_ESTIMADA E_ESP E E_OPTIMA La Rioja E_ESTIMADA E_ESP Ceuta y Melilla 200 200 190 160 180 120 170 160 80 150 40 140 130 E E_OPTIMA 18 -8 18 9 -9 18 0 -9 18 1 -9 18 2 -9 18 3 -9 18 4 -9 18 5 -9 18 6 -9 18 7 -9 18 8 -9 18 9 -0 18 0 -0 18 1 -0 18 2 -0 18 3 -0 18 4 -0 18 5 -0 18 6 -0 18 7 -0 8 17 -8 17 9 -9 17 0 -9 17 1 -9 17 2 -9 17 3 -9 17 4 -9 17 5 -9 17 6 -9 17 7 -9 17 8 -9 17 9 -0 17 0 -0 17 1 -0 17 2 -0 17 3 -0 17 4 -0 17 5 -0 17 6 -0 17 7 -0 8 0 E_ESTIMADA E_ESP E E_OPTIMA E_ESTIMADA E_ESP 5. Efectos de la crisis en el tejido empresarial. Durante la década 1999-2009, el patrón de cierres empresariales que siguen autónomos y empresas con personalidad jurídica, según sectores productivos, no presenta grandes diferencias; sobresale que las unidades productivas de servicios son las que han sufrido el mayor número de cierres y en mayor proporción los autónomos. Sin embargo, en construcción e industria se ha dado una mayor proporción de cierres en las empresas que tienen personalidad jurídica (gráfico 7). En el período, de cada 10 cierres empresariales 7 pertenecían a empresas sin personalidad jurídica, es decir al colectivo de autónomos. Por tamaños empresariales, el 65,7 por cien de las bajas de empresas se ha producido entre aquellas que no tienen asalariados en sus plantillas, el 32,6 por cien en las microempresas (1-9 trabajadores) y el 1,7 por cien en empresas con más de 9 trabajadores. 19 Gráfico 7. Evolución de los cierres de empresas por sectores, 1999-2009 (en porcentaje) Fuente: elaboración propia, Datos INE-DIRCE, 2010 Dentro del colectivo de empresas con personalidad jurídica, el 41,3 por cien se ha dado en empresas sin asalariados, el 54,2 por cien en microempresas y el 4,5 por cien en empresas con más de 9 trabajadores, tal como se refleja en el gráfico 11. Se observa que las empresas sin asalariados y microempresas en el período 2007-2009 sufren más cierres anuales que en el de 1999-2006, lo que se explicaría por la incidencia de la crisis. Por su parte, las empresas de más de 9 trabajadores tienen un número medio de cierres en el período 2007-2009 similar al del período anterior, lo cual puede explicarse porque la incidencia de la crisis ha dado lugar a una reducción de las plantillas antes que a los cierres empresariales. Sectorialmente - tanto en empresas con asalariados como si ellos-, la crisis ha tenido mucha más impacto en cuanto a cierres del sector servicios (tanto de distribución comercial como del resto) y construcción que en los sectores de extractivas y manufacturas Gráfico 8. Cierres de empresas (excluidos autónomos) por tamos y sectores, 1999-2009 (Períodos 1999-2006 y 2007-2009, número medio de cierres anuales) Fuente: elaboración propia, Datos INE-DIRCE, 2010 20 El fuerte impacto de la crisis se ha hecho notar especialmente en el incremento de sociedades mercantiles que en los años 2008 y 2009 han entrado en situaciones concursales, más que duplicándose entre 2007 y 2008 (gráfico 8). Como es conocido, esta circunstancia es la de peores repercusiones en las bajas del tejido productivo. En suma, en el último período de crecimiento de la economía española se ha dado una destacada dinámica de creación de empresas, con un saldo positivo y creciente entre entradas y salidas, lo que puede considerarse como uno de los signos más característicos de la trasformación socioeconómica experimentada tras la transición a la democracia. A partir de 2007 y en todos los sectores, el impacto de la crisis ha hecho mella en esta dinámica, que la ha frenado y reducido considerablemente, tanto por las menores altas como por las mayores bajas. Además, las situaciones concursales de empresas se han disparado entre 2007 y 2009. En general, la figura de persona física o empresarios autónomos ha venido reduciéndose, en términos relativos, a lo largo del período, con la excepción de los que pertenecen a los sectores de la construcción y servicios no comerciales hasta 2007, mientras que la figura mercantil de sociedad limitada cada vez toma mayor relevancia entre los nuevos emprendimientos. Gráfico 9. Número de sociedades mercantiles en situaciones concursales Fuente: Estadística Mercantil, 2009, Colegio de Registradores 6. Conclusiones y sugerencias de políticas de actuación. En los pasados veinte años, tras la adhesión de España a la Comunidad Europea y al Tratado de Maastricht, el tejido empresarial español ha tenido una profunda transformación. De una parte, porque en una continuada tendencia creciente se han creado numerosas nuevas iniciativas y, de otra, porque se han consolidado otras ya existentes o de nueva creación, con notable proyección internacional. Del año 1989 al año 2007 se ha producido un crecimiento del 64,2 por cien del número de unidades productivas y una caída del 1,9 entre 2007 y 2008. Como se ha indicado, seguramente 21 este es el fenómeno positivo más destacado de la economía española en las últimas décadas. Sin embargo, la mayor parte de este tejido adolece aún de un extremadamente reducido tamaño empresarial, lo que dificulta el progreso de la productividad, el comercio exterior e internacionalización y los procesos de innovación en el seno de las empresas, fundamento del crecimiento económico y competitividad a largo plazo. La evidencia observada en la dinámica empresarial de este período no permite concluir que esté revirtiéndose esta tendencia de aumentar cada año, en términos relativos, el número de autónomos, microempresas y pequeñas empresas, frente al crecimiento en dimensión de medianas y grandes empresas. Regionalmente, esta dinámica empresarial y creciente formación de nuevas empresas, ha sido común en todas las comunidades autónomas, se explica principalmente por el comportamiento expansivo de la economía española con un fuerte aumento del PIB per cápita, que ha venido, según regiones, convergiendo y superando a la media europea. También han influido otras variables macroeconómicas, tales como la evolución de la tasa de paro y la relación que mide la remuneración o reparto del valor añadido generado entre trabajadores y empresarios. El análisis permite deducir que se ha dado un proceso de convergencia en la tasa de empresarialidad regional; o sea, que las que partían de posiciones relativas peores en cuanto a número de empresas por activos laborales han mejorado y las que estaban por encima de la media se han mantenido o disminuido. Se observa también, que esta tasa ha venido ajustándose a la tasa de empresarialidad de equilibrio de cada región y que la irrupción de la crisis en 2007 significó en 2008 una brusca corrección en el proceso de creación de nuevas empresas. Esta convergencia en la empresarialidad regional ha sido también confirmada por los resultados obtenidos en el modelo econométrico planteado, que explica la tasa de empresarialidad en función del desarrollo económico (PIB per cápita), la tasa de paro y la relación entre la remuneración de asalariados y el excedente bruto de explotación. Asimismo, la tasa de empresarialidad observada ha ido ajustándose también a la tasa de empresarialidad óptima de cada región, y la manifestación de la crisis ha supuesto una fuerte corrección en el número de empresas por activos laborales en cada región. En el primer año de ajuste, 2008, se ha dado una brusca caída en la mencionada tasa, que se ve empujada hacia una mayor coincidencia con la tasa óptima, mediante la salida de las unidades productivas más ineficientes o con estructuras financieras más frágiles. Por ello, las restricciones financieras existentes se convierten en una gran barrera para la consolidación o creación de nuevas empresas, así como por su incidencia en la gestión y financiación del circulante empresarial, que aboca a situaciones de suspensión de pagos. 22 Este fuerte crecimiento de empresas y mayor complejidad del tejido productivo –al menos hasta la emergencia de la crisis-, ha favorecido el comercio internacional y la internacionalización empresarial, pero, sin embargo, no han corrido paralelos con el desarrollo de algunas estrategias empresariales que determinan a largo plazo la robustez del crecimiento y, por ende, la competitividad: específicamente, la productividad y el esfuerzo innovador, que presentan indicadores (en el caso de la industria manufacturera) alejados de las medias de la UE-25 y de las otras regiones avanzadas del mundo. Una adecuada reconducción de la crisis, con medidas de apoyo a la actividad emprendedora como se están implantado en la actualidad, podría generar efectos positivos en el reposicionamiento de algunas ramas productivas, en la obligada mejora de las mencionadas estrategias empresariales y, eventualmente, en el tamaño de las empresas. El análisis de estas dos décadas de actividad emprendedora en España sugiere la mejora y el desarrollo de nuevas políticas públicas, en todos sus ámbitos, a fin de dinamizar de manera sostenible la actividad emprendedora en España, más allá del establecimiento de determinados incentivos económicos o fiscales. Es necesario consolidar un cuadro macroeconómico que estimule el crecimiento y la seguridad jurídica de los agentes económicos, lo que supondrá un importante esfuerzo colectivo en las siguientes décadas, profundizando en la democratización y transparencia de las instituciones privadas y públicas. Por tanto, deberán acometerse reformas estructurales en la economía, el sistema educativo y en el sistema financiero. Se requiere un mercado de trabajo flexible, que contemple la motivación y la retribución según la productividad y el riesgo asumido por el empresario, así como una cultura de la innovación frente al modelo actual, otorgando la responsabilidad al empresario. Esto sólo puede lograrse si el tamaño de las empresas aumentase gracias a políticas a largo plazo de reorientación hacia ramas más competitivas, de mayor valor añadido y de empleo cualificado. En el sistema educativo, se requiere un cambio en la cultura educativa y una mejora en la calidad de la educación, estabilizando los planes de estudios, como puede ser el plan Bolonia, e introduciendo la cultura de la formación continuada durante toda la vida. De esta forma se conseguiría reforzar los factores de supervivencia y éxito (académico y empresarial) en el sistema educativo, desde la escuela a la universidad y la formación profesional. Respecto a la financiación empresarial, las ineficiencias existentes en estas dos últimas décadas aconsejan la reestructuración del sistema de apoyos introduciendo y asegurando 23 mecanismos de competencia en el mercado del crédito bancario, en particular el acceso al crédito a empresas con más riesgo, esto es, jóvenes, mujeres e innovadores. Esto puede lograrse aumentando el alcance y la eficiencia de las garantías de los créditos que se conceden, así como eliminando los sesgos que genera la intermediación bancaria en las líneas de crédito oficial (ICO) para autónomos y pequeñas empresas. Finalmente, hay que considerar el notable incremento de la mujer en la actividad emprendedora en estas dos últimas décadas, deben de adoptarse políticas orientadas a reducir barreras y aproximar la igualdad de oportunidades en los dos géneros, lo que debe permitir la conciliación entre vida familiar y laboral para que pueda ser adaptada a las preferencias individuales y de pareja, según los roles que elijan respecto al binomio productividad/calidad de vida. 8. Bibliografía. Acs, Z.J. y Armington, C. (2004): The impact of geographic differences in human capital on service firms formation rates, Journal of Urban Economics, 56, 244278. Acs, Z.J. y Armington, C. (2006): Entrepreneurship, Geography, and American Economic Growth, Cambridge University Press, New York. Audretsch D., Thurik A .R., Verheul I. and Wennekers A. (2002): Entrepreneurship: Determinants and Policy in a European – US Comparison. Boston/Dordrecht: Kluwer Academic Publisher. Barro, R.J. y Sala i Martì, X. 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Los datos se componen de los subperíodos siguientes: ‐ 1977-1995 ‐ 1996-2004 ‐ 2005-2008 * Los datos de paro desde el primer trimestre de 2001 en adelante reflejan la nueva definición de parado establecida en el Reglamento 1997/2000 de la CE y no son directamente comparables con los de períodos anteriores. PIB pc (en miles de €) (1998-2008) Se calcula como el cociente de las siguientes partidas: PIB a precios corrientes (en miles de €): ‐ 1980-1994: base 80 (datos INE) ‐ 1995-2000: base 95 (datos INE) ‐ 2000-2008: base 2000 (datos INE) Población (en miles) (datos INE) Tasa de empresarialidad (1989-2008): Se calcula como el cociente de las siguientes partidas: Empresas activas: se toma el año anterior al de los datos de los que se dispone para tener empresas a 31-12 ‐ Desde 1989 a1993 : datos del Instituto de Estudios Fiscales (“Las empresas españolas en las fuentes tributarias: Años 1989-1995”), para todas las comunidades autónomas excepto Canarias, Navarra, País Vasco, Ceuta y Melilla para las cuales, al no disponer de información, se ha estimado una tendencia desde 1989 a 1993. ‐ Desde 1994 los datos provienen del INE Población activa (2º trimestre, en miles) datos INE, EPA Remuneración de asalariados / Excedente Bruto de Explotación (1986-2007) Se calcula como el cociente de las siguientes partidas: Remuneración de asalariados: ‐ 1986-1995: base 86 (datos INE) ‐ 1995-1999: base 95 (datos INE) a partir de 1995 se incluyen también las rentas mixtas ‐ 2000-2007: base 2000 (datos INE) ‐ EBE: 1986- 1996: base 86 (datos INE); 1995- 1999: base 95 (datos INE) 2000-2007: base 2000 25