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ISSN 1853-1873 info@geic.com.ar www.geic.com.ar La nueva mirada a Oriente: Zimbabwe y la República Popular China Milagro Badano Giugni África Subsahariana AI 036/2010 30 de septiembre de 2010 RESUMEN El resurgimiento económico chino en África no es un dato menor; la oferta se hace extremadamente tentadora cuando se analizan las posibilidades que dicho continente, rico y pobre a la vez, tiene a la hora de decidir sobre el destino de sus recursos. Sus problemas institucionales y de pobreza extrema, entre otros, llevan a ubicarlo en desventaja frente a ciertas potencias que quieren y necesitan de esos recursos. La existencia de reservas de petróleo y gas, básicos para el sustento de la economía mundial, y particularmente para la de China, hacen de África un escenario propicio para inversiones directas a gran escala. De esta forma, se invisibilizan cuestiones políticas de fondo que generan inestabilidad a nivel mundial: la accesibilidad de Pekín a gobiernos, en muchos casos autoritarios, no es obstáculo para llevar a cabo relaciones comerciales prósperas. Las dudas que suscita el manejo de la política exterior china provocan cierto malestar en Occidente, cuya estrategia condiciona la relación interestatal a determinados requisitos como la difusión de valores Democráticos, el respeto por los Derechos Humanos y la liberalización de la economía, entre otros que, por el contrario, son relegados por una China en constante expansión. Por estas razones, cabe analizar qué representan los países del continente negro para esta potencia emergente, qué implicancias políticas a nivel internacional provoca y, particularmente, qué hace tan controversial la relación con Zimbabwe en la actualidad. Palabras Clave: política exterior china, recursos naturales, relaciones comerciales china-zimbawe, cooperación Sur-Sur. GRUPO DE ESTUDIOS INTERNACIONALES CONTEMPORÁNEOS 2 La nueva mirada a Oriente: Zimbabwe y la República Popular China Milagro Badano Giugni1 Transformación del mapa económico mundial Con el fin de la guerra fría y la aceptación de un modelo económico predominantemente capitalista comenzó a exportarse un esquema occidental, en el cual las políticas de “buen gobierno” eran necesarias para alcanzar un buen nivel de desarrollo amparado por las potencias; donde los principios democráticos, pluripartidistas y el apego al discurso de los Derechos Humanos eran claves para lograr la estabilidad institucional y el crecimiento, a partir de una economía de mercado de carácter neoliberal. Por otro lado, la posición a nivel internacional de nuevas potencias emergentes ha modificado las estrategias de relacionamiento global: las potencias emergentes han cambiado la concepción entre centro y periferia, haciendo de esta última un factor indispensable para lograr el cumplimiento de sus objetivos. Dentro de la elección limitada que poseen los países africanos cabe destacar que la irrupción en sus economías por parte de nuevas potencias emergentes, los ha convertido en un escenario ambivalente y controvertido, en muchos casos impulsando un desarrollo incomparable en dicho continente. El auge de la inversión China como un ejemplo claro de emergencia, ha brindado la posibilidad a los países africanos de cambiar frente a las opciones que le brindaba la OCDE (Santiso 2007). Dicho proceso de mundialización económica, siguiendo a Vidal Villa, supone la realización de este ejercicio desde el “centro” del Sistema adaptando a los países “periféricos” al cumplimiento de sus propias necesidades; pero en la actualidad, lo paradójico de este neoimperialismo es que es ejercido por países que se encuentran en proceso de conversión a ser “centros económicos”. Esta nueva forma de conquista, vía herramientas comerciales, consiste en una serie de mecanismos de regulación capaces de perpetuar la estructura del sistema, basados en la internacionalización del capital productivo2 (Vidal Villa y 1 La autora es estudiante de la carrera Lic. en Relaciones Internacionales (UCC). Vidal Villa lo identifica como una etapa más avanzada luego de la internacionalización del capital mercancía y del capital dinero. 2 GRUPO DE ESTUDIOS INTERNACIONALES CONTEMPORÁNEOS 3 Martinez Peinado 2000). Ejemplo claro es el papel que ocupan las empresas chinas en distintas partes del continente negro, a saber más de 800 empresas (Buffa y Rubiolo 2008), operan en muy variados ámbitos que van desde la extracción de recursos naturales, principalmente petróleo, gas y minerales; hasta la construcción en materia edilicia e infraestructura necesaria para llevar a cabo sus objetivos. Sin embargo, la irrupción de la República Popular en dicho continente no es nueva: sus raíces históricas y sus relaciones de antaño hacen que África en general esté más cercana en ciertos aspectos a Oriente, viendo en China una alternativa para mantener relaciones comerciales sin condiciones previas (Buffa y Rubiolo 2008). Sucesos tales como la incorporación de China a la OMC y la Masacre Tiananmen3 (El Mundo, 2009), llevaron al país a adoptar una nueva definición en su política exterior, principalmente hacia países en vías de desarrollo, los cuales conformaban un espacio adecuado para expandir su esfera de influencia y paralelamente, el gigante asiático comenzaba a ser percibido por Occidente como una amenaza en expansión. El año 2002-2003 trajo consigo nuevas políticas, de la mano de la cuarta generación de lideres chinos, que promulgaron el ascenso de la República Popular por medio del “desarrollo pacífico” de relaciones con el resto de la comunidad internacional, traducido en el manejo de una multiplicidad de instrumentos que abarcan desde el ámbito económico hasta Diplomacia Cultural, demostrando que estas nuevas formas de relacionamiento pretenden posicionarse de manera consolidada a escala internacional, sin necesidad de cumplir con los parámetros del ethos occidental. Autores como Delage plantean si este ascenso corresponde más a una postura revisionista o al contrario, de mantenimiento del Status Quo mundial, debido a que ha sido capaz de acceder al Sistema mediante la aceptación de las reglas de juego pero a la vez demostrando que puede crecer dentro de él sin necesidad de apegarse a las formas vigentes de la política Occidental. Es decir la promoción de una cooperación pragmática con otros países en vías de desarrollo, sin importar el sistema político que desarrollen, buscando que ese efecto multiplicador en su crecimiento redunde en mayores beneficios para la potencia emergente (Delage 2007). 3 La masacre fue el mayor movimiento por la democracia de la historia china, reprimido brutalmente por el gobierno chino y muy cuestionado por la Comunidad Internacional por las masivas violaciones a los Derechos Humanos. GRUPO DE ESTUDIOS INTERNACIONALES CONTEMPORÁNEOS 4 El camino hacia esta nueva política exterior comenzó a gestarse desde la Conferencia de Bandung (Zuluaga Nieto 2006)4 en 1955 hasta la “Declaración de Pekín” y el “Programa para la Cooperación Chino-Africana en el Desarrollo Económico y Social” adoptada por la Conferencia en el 2000. Esta última se basó en la política exterior realizada por Deng Xiaoping y la visión de Jiang5 (Shelton 2006). Uno de sus resultados más significativos en la actualidad fue la creación del Foro de Cooperación Chino-Africana destinada a reforzar los lazos económicos y consolidar áreas de intereses comunes. Por su lado, la Declaración de Pekín fue de gran relevancia, pues en ella se plasmaron los pilares fundamentales para las relaciones entre ambas regiones durante el nuevo milenio: el mutuo respeto de los principios de soberanía, independencia, y no injerencia en los asuntos internos; las posibilidades de desarrollo en diversos campos económicos y de comercio sin condiciones políticas conexas; la confianza mutua y el manejo de asuntos bilaterales a partir de la cooperación en asuntos regionales e internacionales, y la salvaguarda conjunta de los derechos e intereses legítimos de los países en desarrollo (Shelton 2006). Dichos pilares se traducen en lo que actualmente puede abarcar los fundamentos de la Cooperación Sur-Sur, estrategia que modificó las miradas de Occidente en el Continente africano debido a la expansión china en la región. En definitiva, lo que este nuevo enfoque busca es dar un mayor peso en su agenda a las relaciones entre los países del Sur (Shelton 2006) promoviendo la idea de ayuda sin contrapartida, en materia de inversiones realizadas desde los comienzos de la década, acompañadas de ajustes y programas de cooperación, de suma importancia estratégica en cuanto a la participación en el continente y al mismo tiempo para proteger y fomentar sus industrias en terceros Estados (Buffa y Rubiolo 2008). Sin embargo esto no deja exento de críticas al modelo, principalmente de países como 4 “Desde la Conferencia de Bandung en 1955 se previeron nuevas alternativas en el ámbito político, económico y social. Como puntapié inicial para el surgimiento del “Tercermundismo” y el movimiento de los No alineados diferenciándose de las dos posturas hegemónicas que se encontraban en la actualidad. Dentro de las naciones que lideraban este movimiento encontramos India, Indonesia y luego la República Popular China, para fortalecer las relaciones entre ellas, transformando las relaciones de dependencia con las antiguas metrópolis y construir nuevos modelos de organización política y de desarrollo económico y social. Así comenzaron los acercamientos entre los países del llamado “Tercer Mundo”, que con el tiempo fueron considerados “del Sur”. Los agitados sesenta, junto con el comienzo de los proceso de descolonización de África y Asia derrumbaron lo establecido por las metrópolis coloniales en dichos territorios. La lucha por el mantenimiento de una independencia creó nuevas formas de solidaridad entre los países del Sur para buscar formas alternativas de existencia social y económica”. 5 Ya desde 1996 la influencia de Jiang Zemin marcó la continuidad de una política sino-africana basada en cinco puntos específicos, a saber: el fomento de la “amistad sincera”, promoviendo la igualdad, respeto por la soberanía y la no interferencia de los asuntos internos; crecimiento y desarrollo conjunto sobre la base del beneficio mutuo, cooperación sobre la resolución de problemas globales; búsqueda de la construcción de un “mundo más esplendido”; plasmando dicha consolidación de las relaciones sinoafricanas se creo en el 2000 el Foro de Cooperación Chino-Africana (FOCAC) GRUPO DE ESTUDIOS INTERNACIONALES CONTEMPORÁNEOS 5 Brasil, que consideran inapropiada la política china del “vale todo” en su relacionamiento, sin tener en cuenta los Derechos Humanos, el valor de la Democracia, entre otros (El País, 2010). Pese a tales invectivas, lo cierto es que los beneficios adquiridos por los países africanos desde los inicios de la cooperación hasta la actualidad, han marcado un ritmo de crecimiento (PBI nominal) aproximado de 5.9%, importante en comparación con los ascensos asiáticos en dicha materia. Otra característica, es la importancia de África para la Comunidad Internacional en materia de recursos naturales, manteniendo el 80% de la producción de platino, el 50% de la producción de Cobalto, más del 50% en la producción mundial de diamantes, y el 35% de manganeso, entre otros minerales; siendo el continente que suministra un 60% de petróleo, principalmente a China. Además, este auge expansivo se extendió hacia otros rubros, las inversiones directas chinas afectaron el sector industrial, el de telecomunicaciones y el financiero. Cuestiones como la compra de un 20% del Banco Sudafricano Standard realizada en 2007 por el Banco Comercial e Industrial de China (Santiso 2007), la cancelación de deudas de 32 países africanos, y la creación de fondos de cooperación para dichas regiones (China-África Development Fund6), son claros ejemplos de la participación y el interés Chino en África. Otro suceso que cabe remarcar es la proclamación por el gobierno de Hu Jintao en 2005 como el “Año de África”, la cual impulsó plenamente la Cooperación Sur-Sur llevando a consolidar la Diplomacia de Cumbres como el principal mecanismo de conducción, ayuda, comercio y coordinación de decisiones para el logro de flujos de inversión. Luego de la Cumbre de Sharm el-Sheikh de 2009, se acordó que en el plazo de 3 años el gobierno chino se comprometería a: enviar una cierta cantidad de equipos tecnológicos agrícolas a África (50 en total) y promover la capacitación de 2.000 técnicos agrícolas; crear e implementar 20 centros agrícolas en diversos Estados; aumentar en términos de mil millones de dólares al China-Africa Development Fund para promover la inversión de empresas chinas en la zona, además de la cooperación de aproximadamente mil millones de dólares por parte de las instituciones financieras chinas para promover las pequeñas y medianas empresas; otorgar préstamos de hasta 10 mil millones de dólares para promover programas de desarrollo en la región; realizar excepciones arancelarias sobre el 95% de las exportaciones de los Países Menos Adelantados (PMA) que tienen relaciones diplomáticas con la República Popular China; cancelar la deuda contraída sin intereses que vencían a finales de 2009 de los 6 China-Africa Development Fund. Disponible en: http://www.cadfund.com/en/Column.asp?ColumnId=21 GRUPO DE ESTUDIOS INTERNACIONALES CONTEMPORÁNEOS 6 PMA que mantuvieran relaciones diplomáticas con el país; proporcionar 1.5 millones de dólares para apoyar la New Partnership for Africa's Development (NEPAD) en la formación de enfermeras y asistentes de maternidad; además de 100 pequeños proyectos de excavación de pozos para el abastecimiento de agua y de producción de energías limpias; proporcionar equipos médicos para la prevención de la malaria junto con la construcción de 30 centros de tratamiento; transferir ciencia y tecnología; e incluso, construir 50 escuelas y capacitar a 1.500 maestros y otros profesores en la región.(FOCAC 21/07/2010) De acuerdo a las palabras de Du Xiaocong, consejero de la misión permante de China en Naciones Unidas, el modo de relacionamiento hacia el continente africano, se basará en una cooperación pragmática enmarcada en cuatro pilares básicos: sinceridad, amistad e igualdad, respetando las decisiones de los países africanos y apoyando sus esfuerzos para fortalecerse mediante la unidad; las ideas de beneficio mutuo, reciprocidad y prosperidad común, apoyando además los esfuerzos de construcción de las naciones, la cooperación con dichos países en la ONU y otros sistemas multilaterales mediante la respuesta a demandas y propuestas, mostrándose como la vocera de las cuestiones relativas de paz y desarrollo en la región, y por último el mutuo aprendizaje y búsqueda conjunta del desarrollo, fortaleciendo el intercambios en los ámbitos educativo, científico, cultural y de salud.(FOCAC 04/05/2010) Siguiendo a Santiso, es difícil creer que China acabe con la miseria y el atraso económico que vive África, aunque si cabe reconocer que ha provocado el despertar de otras potencias que consideraban ese “patio trasero” como exclusivo a sus intereses, lo que significa que el aumento de las proyecciones económicas en la región les haya permitido a dichos países aumentar las posibilidades y el dialogo en materia económica. De esta forma, y de la mano del gigante asiático la mirada puede dirigirse hacia Oriente, mostrando así la irrupción de economías emergentes y cómo en la actualidad logran desplazar a los equilibrios económicos tradicionales (Santiso, 2007). Zimbabwe ¿socio comercial o aliado geoestratégico? La relación entre ambos países no es un asunto reciente, los lazos de cercanía se remontan a más de 25 años durante la guerra de Independencia de la ex Rhodesia del Sur, actualmente Zimbabwe, que acabó con el dominio blanco en 1976, apoyados por el gobierno chino con el envío de tropas y ayuda militar (Hosbawm, 2007: 448). Con el tiempo diferentes formas de acercamiento bilateral se fueron dando en materia GRUPO DE ESTUDIOS INTERNACIONALES CONTEMPORÁNEOS 7 económica y política, como lo demuestra la posición china frente a posibles sanciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas a aquel Estado, evitándolas mediante su derecho de veto y alegando a que sería entrometerse en los asuntos internos de Zimbabwe. El nuevo milenio trajo aparejado un aumento de las relaciones económicas bilaterales entre ambos países, rondando aproximadamente en unos 760 millones de dólares en 1997 frente a un crecimiento de 6.9 millones en 2000. Otro dato a tener en cuenta es que dentro de las principales exportaciones del país negro, las de tabaco representan más del 90% de su PBI y va dirigido principalmente al país asiático. En cuanto a minerales indispensables, el hierro, acero, cromo y platino ocupan otro lugar primordial en la exportación. Por otro lado, las principales importaciones las comprenden maquinarias, partes automotrices, plásticos y artículos de telecomunicaciones. La balanza comercial de Zimbabwe presenta un claro superávit exportando casi el total de su producción, el problema es que sigue sosteniendo esas exportaciones en base commodities, lo que claramente no tiene comparación con los gastos en los que debe incurrir para adquirir los productos manufacturados y de maquinaria exportados por China (Friedrich-Ebert-Stiftung, 2004). El “Look East Policy” del gobierno de Mugabe, responde a necesidades económicas e intereses políticos a raíz del desarraigo de las últimas décadas con Occidente, por lo que el gobierno de Zimbabwe ve una buena oferta por parte de China, entre ellas su Foro de Cooperación Sino-Africana, como una estrategia global de afianzamiento del multilateralismo y la cooperación Sur-Sur. Las fortalezas y debilidades de esta asociación están en la mira internacional, dado que con la cooperación de China, Zimbabwe no se ve presionado en cambiar ciertas cuestiones político-sociales inaceptables para el discurso occidental. Esto le permite encontrar en el país asiático un aliado lo suficientemente fuerte económicamente para cumplimentar mutuamente sus objetivos económicos, y aliarse políticamente frente a las acusaciones de la Comunidad Internacional hacia su forma de gobierno (Friedrich-Ebert-Stiftung 2004). Entre los proyectos más relevantes cabe mencionar que China apoyó la construcción de instalaciones deportivas, escuelas, hospitales, el desarrollo de fábricas textiles y de acero (a través de su participación financiera en la construcción del horno de altas temperaturas para la empresa Iron and Steel Company (ZISCO) de Zimbabwe). El núcleo de la cooperación se cimienta en la agricultura y minería, junto con la venta de armamentos e insubstanciales proyectos de turismo. GRUPO DE ESTUDIOS INTERNACIONALES CONTEMPORÁNEOS 8 Otros ámbitos en los que China ha colaborado sin contrapartida para aumentar los lazos cooperativos entre ambos países son: • Respecto a la industria, la descomunal exportación china de productos textiles permite una disminución de los precios en el mercado de Zimbabwe, generando un beneficio para los consumidores pero un deterioro de la industria nacional, esto último de suma importancia ya que lleva a una disminución del empleo y problemáticas de desarrollo. Se estima que alrededor de 30.000 puestos de trabajo se han visto amenazados por esta situación desde el año 2000. • En el sector minero se vislumbra especial interés, dado que China no posee la cantidad necesaria de recursos para mantener un crecimiento sostenido. Minerales tales como hierro, acero, cromo y platino se tornan indispensables para el sustento de la economía asiática. Frente a ello, a partir de noviembre de 2004 ambos países firmaron una serie de acuerdos para su explotación (cabe mencionar la formación de un joint venture con la China North Industries Corporation (Norinco), la cual ha adquirido derechos especiales para la exploración de minerales en la zona). Además, la exploración de oro en la región hace de Zimbabwe un mercado fundamental, dado que China es uno de los mayores mercados en joyería. • En cuanto a la construcción e infraestructura, a pesar de la crisis económica que desde el año 2000 azota al país, se ha visto reforzada la cooperación en materia de construcción de viviendas y carreteras. La importación de equipos como camiones y maquinaria de inflexión para carreteras, sumada a la participación china en la construcción de la mansión del Presidente Mugabe (Foreign Policy, junio-julio 2010), la convierten en una de los principales financiamientos sin contraprestación directa otorgada por el gobierno asiático. • Con respecto al transporte, Air Zimbabwe ha efectuado la compra de aviones (MA6018) de larga distancia a la empresa Chinese Company Nacional AeroTechnology Import and Export Corporation (CATIC). Esta adquisición puede verse también como una contribución a los acuerdos turísticos realizados entre ambas naciones. De igual manera, la cooperación en ferrocarriles entre la compañía estatal National Railways of Zimbabwe (NRZ) y la compañía China Northern Locomotiva and Mailing Stock Industry (CNR) ha sido un hecho en los últimos años. • En materia energética, punto clave de la política económica China, por su dependencia de crudo y minerales de una gran variedad de países; se han GRUPO DE ESTUDIOS INTERNACIONALES CONTEMPORÁNEOS 9 producido nuevos acuerdos de cooperación en el aprovechamiento de energía solar. La Autoridad del suministro de electricidad de Zimbabwe (Zimbabwe Electricity Supply Authority, ZESA) recibió transformadores por el valor de 110 millones de dólares; además de distintos acuerdos entre ZESA Holdings Limited y CATIC sobre la compra de equipos por el valor alrededor de 2.4 billones de dólares, para el desarrollo de plantas de energía e instalación de generadores. Este último acuerdo además, extiende el poder a la planta en Hwange con dos nuevas unidades de producción cada una, reduciendo la dependencia de Zimbabwe sobre las importaciones de electricidad procedentes de Mozambique y Sudáfrica, junto con las disposiciones relativas al apoyo financiero para fabricar plantas e instalar generadores con un monto estimado de 368 millones de dólares; y equipo de distribución respectivamente de 40 millones y 143 millones de dólares. • El tema agrario es uno de los sectores con mayor financiamiento chino. Ya en 2001, el embajador chino Hou Quingru donó al país maquinaria agrícola por un valor de 241.000 dólares en apoyo del programa de reformas agrarias impulsada por Mugabe. Otro caso es el acuerdo entre la compañía China International Water and Electric Corporation la cual podría cultivar alrededor de 100.000 hectáreas de tierra al sur del país africano, adquiridas por el gobierno luego de la reforma. La producción conjunta aumentaría la producción nacional y mejoraría el sistema de irrigación. La cooperación también se expande a la producción de tabaco aumentando considerablemente las hectáreas de cultivo. El año 2010 trajo consigo el proyecto sobre la construcción del Centro de Demostración de Tecnología Agropecuaria en Gwebi, con intenciones de emplear a 200 personas y recibir a 120 estudiantes.(FOCAC 23/07/2010) • En materia militar, China ha colaborado con el envío de tropas y personal militar; además de la concreción de un acuerdo sobre la adquisición de armas, aviones de combate y vehículos militares, entre otros. La tensión internacional que esta compra generó se justifica en que el gasto militar de Zimbabwe ronda el 3.4% de su PBI, siendo que desde el año 1998 el entonces Secretario General de Naciones Unidas Kofi Annan solicitó una disminución del gasto militar en la región, hasta lograr un máximo de 1,5% del PBI (Friedrich-EbertStiftung, 2004). GRUPO DE ESTUDIOS INTERNACIONALES CONTEMPORÁNEOS 10 • Las telecomunicaciones y la inversión en ITT y High-Tech se tornaron indispensables para el gobierno de Mugabe, con objetivos de “reforzar la seguridad del Estado” (Friedrich-Ebert-Stiftung, 2004). • En cuanto a la vida silvestre existe una cooperación entre ambos países para investigación; aunque se han registrado casos de venta ilegal de marfil (alrededor de 8 Toneladas) a China como forma de pago para el suministro de armas. • Otras formas de transferencia están dadas hacia programas de alimentación y sanidad: las controversias durante las elecciones de 2002, hicieron que las donaciones enviadas hacia el gobierno por una cantidad de países fueron sustituidas por apoyo y beneficio directo al pueblo de Zimbabwe, evitando que el gobierno manejara los fondos. • En el sector financiero encontramos que tanto el Banco de Desarrollo de China como el Exim Bank se han comprometido a ampliar su asistencia en la región. Los objetivos son enviar expertos chinos para realizar planes conjuntos de desarrollo a corto y largo plazo y así financiar paquetes económicos para reactivar la economía en el plazo 2010-2015.(FOCAC 18/08/2010) De esta forma, Zimbabwe es un claro ejemplo de cómo su “Look East Policy” se convierte en una salida alternativa a la aceptación del modelo imperante en la Comunidad Internacional. Esto no implica que el acercamiento a los países asiáticos, en especial a China, sólo de beneficios, sino que debe verse como una alianza geoestratégica entre ambas regiones interdependientes para hacer frente a las presiones externas. Alternativas y nuevas posibilidades para África África se ha convertido con los últimos años en un escenario de disputas por la hegemonía y el poder de una región que dada su inestabilidad política, problemas económicos y grandes reservas de recursos naturales resulta atractiva para las nuevas potencias para el cumplimiento de sus objetivos; a partir de la capacidad de estas últimas de formar alianzas económicas basadas en el respeto mutuo y la no injerencia en los asuntos internos de los Estados. Por lo tanto, el continente negro es la prueba viviente de la expansión y afirmación del poderío de uno de ellos: el testimonio de China como potencia emergente. GRUPO DE ESTUDIOS INTERNACIONALES CONTEMPORÁNEOS 11 El acercamiento se produjo a través de la utilización de múltiples instrumentos, además de una vuelta por parte de África, en su mirada a Oriente. De este modo, se crea entre estos países una simbiosis necesaria para afirmarse frente a una visión del mundo que se consideraba como la única válida en el Sistema. La relación entre China y Zimbabwe mediante diversas formas (desde lo económico, el desarrollo social y los asuntos políticos) ha desarrollado entre ambos países una relación interdependiente y una salida concreta ante las presiones de Occidente. China ha demostrado que los valores Democráticos y de respeto de los Derechos Humanos no son necesariamente el camino paralelo al desarrollo de una economía de Mercado, de esta forma se plantea como una alternativa al desarrollo y crecimiento en el Sistema Internacional. De ahí que las políticas de mirar al Este pueden adquirir diferentes lecturas; para Zimbabwe es provechosa en el sentido del acceso que ha permitido China a ciertos beneficios económicos, en infraestructura, en planificación e inversiones directas sobre el país, otorgándole facilidades a estos países de menor envergadura, (aunque siendo en muchos casos desfavorables para la promoción de la industria nacional) y por otro lado beneficios para el Gobierno, concretamente para Robert Mugabe que ha encontrado un aliado que no examina cuestiones de gobernanza política y parece ajeno a las acusaciones de la Comunidad Internacional frente a las presuntas violaciones de Derechos Humanos ocurridas a lo largo de los años. Este nuevo trato se torna más beneficioso a medida que analizamos el uso que la República Popular China puede hacer del derecho a veto en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, cuestión de no menor envergadura. Por otro lado, el gigante asiático no sólo ve en este país un socio comercial, un nuevo mercado competitivo donde puede depositar su producción, sino que además puede hacer frente a las presiones de la Comunidad Internacional de una manera mucho más pragmática. Promoviendo el crecimiento a nivel económico de estos países y no interfiriendo en sus asuntos se resguarda de ser acusado por las distintas problemáticas que aquejan en su interior en materia de libertades, derechos y estructuras de Gobierno. El Gobierno chino ve en Zimbabwe una forma de diversificar su adquisición de ciertos recursos naturales indispensables para mantener su aparato económico (como son la extracción de minerales, recursos energéticos y agrícolas) que desde el nuevo GRUPO DE ESTUDIOS INTERNACIONALES CONTEMPORÁNEOS 12 milenio han llevado a China a ampliar su zona de influencia en cuanto a la búsqueda en otros países para su abastecimiento. Por otra parte, el apoyo de dichos países al no reconocimiento del gobierno de Taiwán en la esfera internacional es un punto fundamental de la política exterior china, indispensable para reafirmar sus derechos Soberanos sobre la Isla. En conclusión, el auge chino ha promovido nuevos lazos de solidaridad y cooperación entre los países del Sur, especialmente en África y particularmente con Zimbabwe. De esta manera se logra una mutua simbiosis de intereses conjuntos, consecuencia de los cuales surgirán nuevas formas de relacionamiento para mantener un posicionamiento fijo en el escenario internacional disimulado por las cuestiones meramente económicas. Con estas prácticas, Oriente afirma sus parámetros frente a un Occidente que siempre consideró que el desarrollo económico iba inevitable y necesariamente de la mano de otras cuestiones que pertenecen al ámbito interno de los Estados (los dos caminos) y que componen los cánones occidentales de gobernanza que el gigante asiático ha decidido dejar de lado. GRUPO DE ESTUDIOS INTERNACIONALES CONTEMPORÁNEOS 13 BIBLIOGRAFÍA Buffa, Diego; Rubiolo M. Florencia. Las Relaciones Sino-Africanas: el dinamismo y la pluridimensionalidad de los lazos entre 1990 y 2008. Disponible en: http://www.cea.unc.edu.ar/africaorientemedio/contrapdfs/0506/7%20Buffa%20Rubiolo.pdf China-Africa Development Fund. Disponible en: http://www.cadfund.com/en/Column.asp?ColumnId=21 Diario El mundo versión online. Disponible en: http://www.elmundo.es/elmundo/2009/06/02/cronicasdesdeasia/1243941318.h tml. Diario El País versión online. 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