Download La Gran Evasión (Independentista)
Document related concepts
Transcript
Catalunya OPINIÓN 12 La Gran Evasión (Independentista) Carlos Rivadulla Vicepresidente de Empresaris de Catalunya Un mercado interior homogéneo y sin trabas es lo que explica que las empresas catalanas tengamos en el resto de España nuestro princial cliente. No valorarlo es ignorar cómo funcionan las empresas o lo díficil que es vender a primera y más profunda desconexión de algunos políticos catalanes ha sido con la realidad. La realidad de cómo se regulan los mercados, de cómo funcionan las empresas y qué obligaciones de actividad y de tributación se les impone. Los políticos independentistas tienen como denominador común, entre otros, que ninguno de ellos suma muchos trienios trabajados en el sector privado. Más bien pocos. Sin embargo, arremeten con vehemencia cuando algunos empresarios -afortunadamente cada vez más- les advierten de que una hipotética independencia de Catalunya tendría consecuencias negativas para la economía catalana, las empresas y, por ende, para la creación de trabajo y el bienestar de todos los catalanes. De acuerdo, no quiero hacer una calificación ad personam por su falta de experiencia, pero explicar de dónde vienen nos puede ayudar a entender a dónde y cómo quieren ir. Embisten con furor, digo, aquellos -Carme Forcadell recientemente- que poco se han jugado su dinero y esfuerzo en generar riqueza y puestos de trabajo, mientras que sus economistas de salón -grandes teóricos, sin duda- les preparan munición intelectual en forma de estudios económicos que nos prometen el cielo en L la tierra catalana, y a bajo coste. Y en primer lugar me pregunto si los políticos y economistas independentistas se han preguntado cómo es posible que al resto de España -unos 40 millones de personas- les vendamos y nos compren casi lo mismo que el resto del mundo. Es una paradoja increíble que un mercado de 7.300 millones represente casi lo mismo que otro de 40. Sorprendente, ¿verdad? La explicación a esta realidad se halla en la fortaleza y seguridad que proporciona un mercado interno integrado, en el que todos compartimos un mismo sistema legal y judicial, unos mismos permisos y licencias para operar en toda España, y un mismo sistema financiero, factores que son a la postre los que generan el marco de conveniencia y de confianza. Este gran activo, un mercado interior homogéneo y sin trabas, es lo que explica que las empresas catalanas tengamos en el resto de España nuestro principal cliente. No valorarlo o minusvalorarlo es ignorar cómo funcionan las empresas y lo difícil que es realmente vender. “Pues venderemos en China”, replican tan ricamente los que sólo venden humo. Pero como decía hace poco un importante empresario catalán del sector de los seguros: “es más fácil vender en Zaragoza que en Perpiñán”. Y no le falta razón, lo sabemos la gran mayoría de empresarios 13 que cada mañana abrimos la persiana y empujamos nuestras empresas. Romper esa unidad de mercado, y no hace falta ser un premio Nobel de economía para entenderlo, no puede ser positivo. Y es que, ¿de qué trata eso de crear un nuevo Estado? Hombre, de momento tampoco se han esmerado mucho en explicarlo, ni se han puesto de acuerdo en definirlo -no vaya a ser-, pero lo que sí resulta claro es que un Estado comporta siempre nuevas barreras en forma de leyes, licencias, permisos o tributos, y que al final se traducen en costes extras y más duplicidades para empresas y profesionales. “Seremos la Dinamarca del sur”, proclaman, pero, por ejemplo ignoran que su principal cliente exportador es Alemania, al que vende el 18 por ciento de sus exportaciones, y no el 47,3 por ciento como hace Cataluña al resto de España (IDESCAT, 2011). Y omiten que ningún banco danés o empresa energética domina el mercado alemán. La economía catalana no es que esté integrada en la española, es que es uno de sus motores principales y sus empresas lideran sus respectivos sectores de actividad. Sin embargo, los economistas del establishment independentista intentan hacernos creer que, a pesar de un cambio de tal magnitud como lo sería la independencia, todo “seguirá igual”, cayendo así en su principal pecado: ignorar el comportamiento que adoptarían muchas empresas con sede fiscal hoy en Cataluña en caso de independencia. Ignoran que muchas de las más importantes empresas de Cataluña -sólo 150 representan el 50 por ciento del PIB catalán, y de estas dependen miles de pymes- se verían obligadas legalmente a partirse en dos y a constituir una sociedad para el resto de Catalunya OPINIÓN España y otra para Cataluña. Esta deslocalización o partición de empresas acarrearía una bajada significativa del PIB catalán y, por consiguiente, de la recaudación de impuestos en Cataluña. Es muy difícil determinar esa caída del PIB y de los ingresos fiscales, pero lo que está claro es que el importe del déficit fiscal -8.400 millones de euros según FEDEA, 2014- no estaría disponible tal cual y tan alegremente encima de la mesa a disposición de Cataluña, como tan descaradamente se ha mentido. Lo que está claro es que a iguales proporciones se produciría una bajada del PIB catalán y de sus ingresos fiscales. En definitiva, las empresas catalanas soportarían costes extras y duplicidades, pero quien realmente iba a sufrir sería la hipotética hacienda catalana y, por ende, todos los catalanes. Bueno, la élite política no tanto. Pero también se olvidan esos políticos de los importantes logros conseguidos por todos los españoles en los últimos 40 años. Olvidan lo positivo y se centran en magnificar las diferencias y en exacerbar lo negativo, lanzando el falso mensaje de que en el resto de España no son “tan productivos” como “nosotros”. Mensaje propagandístico injusto, innecesario, falso y envuelto en un preocupante aire de superioridad. La unidad de mercado, la capacidad de operar con una licencia o permiso único en el marco de un mismo sistema legal y jurídico es la mejor garantía para nuestras empresas. Como empresario, y sobre todo como ciudadano, mi apuesta es siempre por sumar, construir, mejorar y colaborar. Y otro día les hablaré del Barça y de cómo gracias a la liga española ha llegado a ser un club admirado en todo el mundo. Carlos Rivadulla Vicepresidente de Empresaris de Catalunya Las más importantes empresas de Cataluña se verían obligadas legalmente a partirse en dos y a constituir una sociedad para el resto de España y otra para Cataluña. Esta deslocalización acarrearía una bajada de impuestos