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LA HIEDRA La resistencia que se extiende nº1 | Segunda época | Otoño 2011 | 3€ | Revista de En lucha | www.enlucha.org 15M: El punto de inflexión El futuro de la “indignación” a debate: Observatorio Metropolitano H Miren Etxezarreta H Esther Vivas H Xavier Domènech H José Manuel Romarís Cercós H Pere Duran 0-N S2 E N O I C LEC E D DA I R E T S U A CIALES O S S E T R RECO N ACIÓ Z I T A V I R P 15-M IÓN C A Z I L I V O M ¿En caída libre? Los desequilibrios globales de la economía Nuevo sexismo, viejo capitalismo H Patrones de protesta: la experiencia de la Revolución rusa de 1905 H Aniversarios sepultados. Análisis de la desmemoria histórica en Otoño 2011 La Hiedra 1 el Estado español H La prensa revolucionaria en la era 2.0 H ¿Qué es la política? Los tres días de huelga convocados en Madrid por los sindicatos a finales de septiembre fueron todo un éxito, con un seguimiento del 80% los dos primeros días, convirtiéndose así en la huelga más grande en la enseñanza madrileña en los últimos 25 años. Los salvajes recortes de la Comunidad de Madrid están siendo contestados por un profesorado enormemente movilizado, que ha encontrado parte de su inspiración en el movimiento 15M. Fotos extraídas de: http://fotograccion.org/ Editorial Un cambio de ciclo E l segundo número de La Hiedra llega en un cambio de ciclo del panorama político internacional, marcado por una nueva fase de la crisis económica mundial y por un auge de la resistencia a sus efectos y las políticas de austeridad. A través del mundo entero estamos viendo estadillos de luchas de todo tipo, desde los disturbios sociales de Londres, la huelga general de Italia y la intensificación de las huelgas en el Egipto revolucionario, que suponen un fuerte rechazo a las cada vez peores condiciones de la gente. La lógica del propio sistema capitalista ha conducido a la situación actual de estancamiento global y deuda masiva, con la crisis de la eurozona en el centro. Mientras los capitalistas le echan la culpa a algunos irresponsables del sector financiero, cada vez resulta más obvio que las raíces vienen del corazón del sistema. Como destacan Diego Mendoza y Joel Sans en su artículo, la crisis económica actual proviene de la continuación de la crisis de rentabilidad de los años 70, cuando se optó por sostener la economía con la deuda extensiva que contribuyó a agrandar la crisis actual. Los principales Estados del mundo siguen preconizando el neoliberalismo como la única salida, mientras intervienen continuamente en sus economías según los intereses del capital y los bancos a expensas de la mayoría de la población. La clase dirigente internacional se está quedando sin remedios ante la profundización de la crisis y el fracaso total de su solución: la austeridad brutal. Machacar los derechos sociales, laborales y políticos de la gente no ha funcionado. Los rescates y la imposición de austeridad en Grecia, Irlanda y Portugal no han resuelto los graves problemas de deuda masiva de la periferia europea, sino que han empeorado la situación, empujando a Grecia al borde de su expulsión de la eurozona. Ahora las economías de Italia y el Estado español han visto como se deterioraban sus calificaciones, amenazando la sostenibilidad de la eurozona entera. Los ficticios “brotes verdes” que señalaron algunos políticos ya se han muerto definitivamente y la precariedad laboral, el desempleo y la pobreza siguen empeorando. De hecho nos encontramos ante la posibilidad de una segunda recesión o incluso de una depresión. Esto ha conllevado una profunda crisis política global. La hegemonía global de EEUU está disminuyendo. Aparecen divisiones entre las elites europeas y dentro de las clases dirigentes de cada país. Además, la socialdemocracia ha sido incapaz de proponer una salida de la crisis que no consista en 2 La Hiedra Otoño 2011 dinamitar nuestros derechos sociales y económicos. El PSOE por ejemplo dejó claro su apoyo total a la austeridad de la “troika” con la vergonzosa reforma vía exprés de la Constitución para poner límites al déficit, acelerando la desilusión de su base electoral. Pero la gente de abajo no se ha quedado callada y quieta ante el intento universal de hacerle pagar la crisis de los ricos; todo lo contrario. Ha habido una explosión internacional de luchas masivas contra las lamentables condiciones de vida y la cada vez más patente hipocresía de lo que llaman democracia y no lo es. Las revoluciones de Túnez y Egipto que marcaron el comienzo del auge de la resistencia en enero de 2011 han continuado con protestas y huelgas de masas durante todo el año. Sobre todo en Egipto, las movilizaciones combinan la lucha por una democracia real con la lucha por un trabajo y una vida dignos. Como destacamos en la reseña del nuevo folleto sobre la revolución egipcia, estas luchas suponen una auténtica amenaza para el capitalismo y el imperialismo. Han devuelto la palabra “revolución” al vocabulario cotidiano de la gente y a la agenda internacional. La oleada de resistencias se ha materializado en las numerosas huelgas generales y manifestaciones de Grecia, reforzadas por más de 300 ocupaciones de universidades contra la privatización; en los disturbios contra el racismo y la crisis en Gran Bretaña; en las huelgas generales de Italia y Chile…Mientras el capitalismo enferma cada vez más, la gente normal está más dispuesta a levantarse para defender sus derechos, con unas luchas multitudinarias y una radicalización ideológica que no se veía desde los años 60 y 70. En el Estado español el cambio de ciclo viene marcado por el movimiento 15-M (M15M) que ha transformado completamente el escenario político, politizando y movilizando a una capa muy amplia de la sociedad. El movimiento ha expresado y conectado con el vasto descontento Otoño 2011 La Hiedra 3 Editorial social que llevaba años fermentando debido a la crisis y la respuesta neoliberal del gobierno: las reformas laborales, el pensionazo, la reforma de la Constitución... Como Ana Villaverde explica en este número, el M15M representa un rechazo absoluto al sistema político oficial, planteando en la práctica la alternativa de la democracia directa. Tras meses de acciones contundentes y creativas, la paralización de numerosos desahucios y manifestaciones multitudinarias, el movimiento es un referente establecido en el escenario político actual, que sale en los medios casi a diario. Además, ha radicalizado a otros sectores indignados de la sociedad, dando un impulso a las luchas laborales y sociales en los hospitales de Catalunya o en los institutos de Madrid, donde se ha desatado una huelga de tres días a finales de septiembre. La presión de las asambleas de profesores ha conseguido obligar a CCOO y UGT a mostrar apoyo para el movimiento y a convocar los paros que se pedían para no perder credibilidad frente a sus bases. El ejemplo de esta huelga puede ser muy importante para romper con el pesimismo dentro del movimiento de los trabajadores. Ante la ronda de recortes sociales brutales en educación y sanidad o la reforma de la Constitución, el movimiento afronta el reto de desarrollar una estrategia eficaz. Las cuestiones de cómo avanzar, cómo generar un cambio social y cómo relacionarnos con las organizaciones y los sindicatos suponen debates claves. El contenido de esta revista pretende desarrollar estos y otros temas en el debate sobre el M15M, con colaboraciones desde diversos sectores del movimiento, para ir orientándonos en la lucha y maximizar la posibilidad de conseguir nuestras demandas y la realización de una democracia de verdad. Como se destaca en los varios artículos sobre el M15M, la clave para aumentar la presión sobre los políticos hasta parar el neoliberalismo será extender el espíritu luchador del movimiento desde las plazas y las calles a los centros de trabajo. La gente trabajadora está presente en las asambleas y movilizaciones y hace falta que use su poder económico. Parar de trabajar en fábricas, tiendas y oficinas paraliza el sistema, corta los beneficios de los capitalistas y tiene el potencial de conseguir cambios profundos. En varias ciudades el M15M ya tiene una comisión de huelga y será importante generalizar esta orientación hacia la clase trabajadora. En este contexto la izquierda radical tiene un papel clave. El M15M ha generado un espacio fértil para sembrar las ideas revolucionarias en un contexto de inestabilidad política y económica. La organización revolucionaria es una herramienta crucial para ir radicalizando el movimiento hacia victorias contra el capitalismo. En ese proyecto la prensa revolucionaria es imprescindible para difundir un análisis de su crisis, las perspectivas anticapitalistas y tácticas eficaces para el movimiento, además del aprendizaje de nuestra larga historia de luchas revolucionarias. Una de estas experiencias fue la Revolución Rusa de 1905 en la que, como analiza Manel Ros, hubo experiencias de las que aprender, como el surgimiento de una nueva forma de democracia directa o las políticas de la huelga de masas. En su artículo, Luis Zhu remarca la importancia de los formatos tradicionales de prensa revolucionaria —como el periódico En Lucha / En Lluita —, y pone en contexto su papel en la época de las redes sociales por internet. La amenaza de una victoria del PP en las elecciones del 20-N hace que todos estos retos, tanto para la izquierda radical como para el M15M, sean más urgentes. Una victoria de la derecha significaría el aumento de la velocidad y profundidad de los recortes y el compromiso aún más estrecho con el dogma neoliberal. Esa ofensiva no solo ocurre contra nuestros derechos económicos sino también a nivel ideológico. Supone un giro hacia el racismo, la islamofobia, el machismo, la homofobia y todas las demás divisiones sociales que les interesa alimentar durante épocas de crisis. Regina Martínez desarrolla un análisis del nuevo sexismo que normaliza la mercantilización del cuerpo de la mujer, mientras se exige que sigamos cumpliendo los roles tradicionales de buena cuidadora y trabajadora. La victoria de la derecha refuerza “los valores familiares” con la mujer relegada al hogar, fortaleciendo las condiciones para la extensión de ideas sexistas como la prohibición del aborto, así como ideas homófobas contra parejas y familias homosexuales. En otro artículo, Neus Roca explica lo poco que se ha avanzado en la cuestión de la memoria histórica y los temas que aún quedan fuera. Se trata de una cuestión aún susceptible de empeorar con el probable futuro gobierno de derechas. Ya hemos visto cómo la clase dirigente se aprovecha de las divisiones sociales para eludir su propia responsabilidad en la crisis económica y social y en las políticas que está llevando a cabo. Y al fomentar estas diferenciaciones, se abre el camino a la extrema derecha, como mostró en las elecciones catalanas el crecimiento del partido xenófobo Plataforma per Catalunya. En Noruega se percibió con nitidez la amenaza real que supone el fascismo para la sociedad y la democracia. La reseña del libro “No pasarán… 06 22 38 15M: EL PUNTO DE INFLEXIÓN Ana Villaverde 10 EL FUTURO DE LA ‘INDIGNACIÓN’ A DEBATE Regina Martínez Pascual 28 Observatorio Metropolitano - Miren Etxezarreta - Esther Vivas - Xavier Domènech - José Manuel Romarís Cercós - Pere Duran 14 ¿EN CAÍDA LIBRE? LOS DESEQUILIBRIOS GLOBALES DE LA ECONOMÍA Diego Mendoza Irigoyen y Joel Sans Molas 4 La Hiedra Otoño 2011 NUEVO SEXISMO, VIEJO CAPITALISMO PATRONES DE PROTESTA: LA EXPERIENCIA DE LA REVOLUCIÓN RUSA DE 1905 Manel Ros 34 ANIVERSARIOS SEPULTADOS. ANÁLISIS DE LA DESMEMORIA HISTÓRICA EN EL ESTADO ESPAÑOL Neus Roca LA PRENSA REVOLUCIONARIA EN LA ERA 2.0 aunque lleven trajes” en este número destaca este peligro. Y el pasado nos muestra que si nuestras clases dirigentes ven su poder suficientemente amenazado desde abajo, no dudarán en utilizar el fascismo para mantener el sistema y recuperar el control, aunque sea bajo una dictadura brutal. En esta tesitura, hay un gran reto en consolidar la organización del M15M frente a quienes quieren que sigamos pagando su crisis. La izquierda anticapitalista ya ha jugado un papel importante desarrollando la coordinación y extensión del movimiento a nivel estatal. Siguiendo en esta línea, destaca la posibilidad de utilizar el 20-N para concretar una alternativa política en las urnas, que sirva de vértice para juntar las organizaciones y activistas de la izquierda combativa. Esto no significa tener ilusiones en la posibilidad de cambiar la sociedad en base a reformas parlamentarias, sino utilizar las elecciones como una plataforma para conectar con una audiencia masiva, denunciar al propio sistema político y señalar las calles y centros de trabajo como los verdaderos sitios donde luchar y construir la democracia. La mayoría del electorado de izquierdas (muchos de los cuales votan al PSOE) simpatizan con el M15M, con lo que hay que radicalizarlos hacia la movilización. El M15M puede volver a tener un impacto para las elecciones del 20-N. La posible organización de un referéndum popular el mismo día sobre la reforma de la Constitución y otras cuestiones señalaría la falta de democracia en el sistema actual, introduciría nuestras demandas en el debate público y atraería a más gente al movimiento. Hay mucho trabajo por hacer, pero por primera vez en décadas, existe un movimiento de masas con ganas de cambiar la sociedad. 49 César Aragón Luis Zhu 44 ¿QUÉ ES LA POLÍTICA? 50 Alex Callinicos RESEÑAS 47 ACTUALIDAD HISTÓRICA DE LA OFENSIVA SOCIALISTA: ALTERNATIVA AL PARLAMENTARISMO Itsván Mészáros - Albert García LO MEJOR DEL 15M EN LA RED Miguel Sanz Alcántara NO PASARÁN… AUNQUE LLEVEN TRAJES. VV. AA. Coord. David Karvala - 52 LA REVOLUCIÓN EGIPCIA Sameh Naguib - Daisy Farnham La Hiedra, la resistencia que se extiende. Otoño 2011. Editor: Joel Sans. Redacción: Pau Alarcón, Manel Barriere, Guillen Boix, Daisy Farnham, Angie Gago, Regina Martínez, Enric Rodrigo, Manel Ros, Miguel Sanz, Luke Stobart y Xoan Vázquez. Web: www.enlucha.org Email: lahiedra@enlucha.org Tel: 692 911 939. Si quieres copias para distribuir escribe a info@enlucha.org. La Hiedra es la revista cuatrimestral de En Lucha Otoño 2011 La Hiedra 5 15-M La Puerta del Sol durante la acampada. Foto: En lucha MOvimiento INDIGNADO A estas alturas, nadie puede cuestionar que el movimiento 15-M ha supuesto un punto de inflexión. Desde la manifestación que le dio nombre el 15 de mayo hasta hoy, a pesar de sus dificultades y contradicciones, el movimiento ha sido capaz de mantener el pulso de la lucha en las calles ante cada nuevo acontecimiento. ¿Por qué ahora? Debido a su carácter masivo y a su composición, en la que predomina fundamentalmente la gente joven, para buena parte de los integrantes del movimiento 15-M éste ha constituido su primera experiencia de participación política directa y movilización. Las experiencias vividas en las acampadas, que además eran totalmente inesperadas, parecían alumbrar que estábamos ante el nacimiento de algo nuevo y radicalmente distinto a todo lo anterior. En este contexto, era relativamente fácil caer en la ilusión de que lo que estábamos haciendo era algo que había surgido de repente, como de la nada. Sin embargo, para lograr que el movimiento avance, es fundamental analizar cuáles son las condiciones específicas que han posibilitado el surgimiento del mismo y que lo han configurado, así como su evolución. En primer lugar, es importante entender el surgimiento del movimiento 15-M en su contexto internacional: marcado por una profunda crisis económica acompañada de una crisis del sistema político, en la que el proyecto neoliberal ha ido perdiendo la legitimidad ante las masas descontentas, las cuales han desarrollado múltiples formas de resistencia a lo largo y ancho del mundo. Como señala el blogero Tad Tietze1, desde las primeras revueltas en Túnez, estamos asistiendo a la ola más grande de resistencia subalterna desde finales de los 60 y mediados de los 70. Las revoluciones árabes, especialmente en Túnez y Egipto donde participaron las masas obreras organizadas, han sido capaces de derrocar a dictaduras que llevaban décadas opri6 La Hiedra Otoño 2011 El punto de inflexión El 15-M se ha ido consolidando como un nuevo y dinámico espacio de debate y, sobre todo, de acción, desde el que organizar la resistencia ante cada nuevo ataque del sistema. Ana Vilaverde analiza este movimiento miendo a sus poblaciones, devolvieron al mundo la idea de que era posible hacer una revolución. Al mismo tiempo, en países como Grecia o Islandia, se han desarrollado movimientos populares que han plantado cara a los recortes. Más recientemente en Inglaterra, los barrios obreros de varias ciudades se convertían en escenarios de fuertes disturbios como resultado de las expresiones de rabia de la población por años de racismo, maltrato policial y precariedad. Es evidente que entre los países del norte de África y la Eurozona, la situación política presenta diferencias de fondo muy significativas, pero como defiende el mismo bloguero, en este mundo interconectado, las formas de organización, el lenguaje y los métodos de activismo sirven de inspiración entre las luchas, adaptándose en cada caso a las circunstancias locales. Así, no es casual que el movimiento 15-M, inspirándose en el ejemplo de la Tahrir, adoptase el modelo de “toma de la plaza” mediante las acampadas. En países como Grecia o Islandia, se han desarrollado movimientos populares que han plantado cara a los recortes En segundo lugar, en el Estado español ambas caras de la crisis, la económica y la política, han tenido un efecto particularmente severo. Por un lado, la crisis ha incidido en la economía española de forma sangrante y sus efectos han sido desastrosos. El desempleo y la temporalidad están alcanzando los niveles más altos de la UE. Actualmente, hay aproximadamente cinco millones de personas en el paro, lo que supone un 21% de la población activa, alcanzando este dato el 44% entre la población menor de 25 años. Este paro escandaloso se combina con unos salarios cada vez más bajos y la implementación de recortes que han llevado a una drástica reducción del gasto social. Todo ello acompañado además de precios de la vivienda desorbitados fruto de la especulación inmobiliaria. Esta situación deja a muchas familias sin la posibilidad de afrontar el pago de las hipotecas, con el resultado de que tienen que enfrentarse a desahucios forzados y por otro lado, impide a la mayoría de los jóvenes iniciar una vida independiente. En este contexto, no es extraño que exista un escepticismo cada vez más extendido respecto al sistema político y sus representantes. Como indica Carlos Taibo2, existía antes del 15-M un descontento general debido a varios motivos. Por un lado, la deriva neoliberal del Gobierno del PSOE y su acercamiento a posturas cada vez más a la derecha ha hecho que mucha gente perciba que, en lo que a medidas estructurales se refiere, no existen diferencias significativas entre las propuestas de los dos grandes partidos. Éstos han establecido un acuerdo con las elites empresariales y financieras a espaldas de la ciudadanía en medidas tan impo- pulares y de resultados tan desastrosos como el trasvase de dinero público para salvar a los bancos y cajas, la reforma laboral y de las pensiones o los recortes en gasto social y en servicios públicos como sanidad o educación. Acuerdo que sólo se ha tambaleado en algunos casos por las exigencias de todavía más dureza desde las filas del PP. A todo esto, hay que sumar la aparición de sucesivos casos de corrupción. Por último, tampoco se puede explicar el surgimiento y éxito del 15-M sin entenderlo en un proceso acumulativo de años de lucha y movilizaciones puntuales por parte de los movimientos sociales críticos. El movimiento masivo contra la guerra de Irak durante los años de gobierno del PP supuso que mucha gente joven tomase conciencia política y por primera vez aprendiese a organizarse colectivamente, reuniéndose en asambleas en las universidades y organizando campañas de movilización. Mención especial merecen los hechos ocurridos del 13M, cuando por medio de la red que se había creado gracias al movimiento anti-guerra, cientos de miles tomaron las calles en protesta por el engaño masivo que supuso la falsa atribución a ETA de los atentados de Atocha. Como argumenta Toni Negri3, se trata de un suceso que guarda ciertas similitudes con lo que ha sucedido con el 15-M, pero la diferencia fundamental es que en aquel entonces Zapatero se ponía detrás de las pancartas. Al posicionarse del lado de las movilizaciones contra el PP, gran parte de la izquierda social volvió a confiar en el PSOE como su representante político, algo reforzado por su decisión posterior en el gobierno de retirar las tropas de Iraq. En cambio, la traición posterior y el desencanto resultante, hacen que hoy en día ya no exista ninguna fuerza política con capacidad para gobernar que pueda plantear reformas que consigan representar las aspiraciones de la población. Aunque en un principio pueda parecer que este hecho resta capacidad de movilización, también ha sido un elemento determinante que ha facilitado que el movimiento parta de posturas más radicales y que vaya más allá de la crítica a las actuaciones del Gobierno, llegando a cuestionar la globalidad del sistema político y económico como tal. Más recientemente, el movimiento V de Vivienda o el movimiento contra Bolonia constituyen buenos ejemplos de movimientos sociales que se han organizado desde abajo y sin el apoyo de los partidos políticos institucionales. Todas estas experiencias de lucha previas han dado como resultado una generación de activistas con experiencia que ha nutrido las filas del 15-M, contribuyendo de forma decisiva a su evolución y consolidación4. Una victoria tras otra El contexto de crisis y el hecho de que se fuesen a celebrar las elecciones municipales y autonómicas en dos semanas, sumado al éxito de la convocatoria de Jóvenes sin Futuro poco antes, propició al ambiente adecuado para que la manifestación convocada a iniciativa de Democracia Real Ya del 15 de mayo fuese masiva. Ese primer reconocimiento mutuo en las calles entre decenas de miles de personas que compartían la indignación con lo que estaba sucediendo y un deseo manifiesto por cambiar las cosas, hizo que mucha gente madura recuperase la ilusión perdida y que mucha gente joven la experimentase por primera vez a ese nivel. Una ilusión que permitió que lo que empezó siendo una acampada de 40 personas en Sol se multiplicase hasta convertirse en un movimiento de cientos de miles que tomaron las plazas de más de cien ciudades y pueblos por todo el Estado. Las acampadas se convirtieron en ejemplos de democracia directa en la práctica. Desde las cuestiones más técnicas como la organización de la comida, la limpieza o las infraestructuras, hasta las cuestiones relativas a la estrategia del movimiento, eran debatidas en asambleas multitudinarias, en las que las moderaciones iban rotando y todas las y los participantes tenían la posibilidad de intervenir. En sus cuatro meses de existencia, la trayectoria del movimiento se ha traducido en sucesivas victorias que le han permitido consolidarse y avanzar. Por primera vez en mucho tiempo, la gente tomó el espacio público, haciéndolo suyo. Gracias a la cooperación entre los propios acampados, a las extraordinarias muestras de solidaridad de quienes los apoyaban desde fuera y a su enorme capacidad de convocatoria, el movimiento ha sido capaz de conquistar la calle en repetidas ocasiones. Así, fue capaz de desobedecer con concentraciones masivas el mandato de la Junta Electoral, que prohibió sin ningún éxito todas las reuniones en las plazas durante la jornada de reflexión previa a las elecciones. También se logró resistir con éxito ante los sucesivos intentos de desalojo. A pesar de la brutalidad policial empleada en los mismos, especialmente durante la jornada del 27 de mayo en Barcelona, las acampadas lograron permanecer hasta que, por una cuestión de operatividad y de evolución lógica del movimiento, se decidió democráticamente lo contrario. Y dando un paso más allá, en Barcelona se llegó incluso a lograr un bloqueo simbólico del Parlament el día que se iba a aprobar drásticos recortes en el gasto público de un 16%. Un mes antes nadie podría haber imaginado que el presidente del Parlament iba a tener que acceder al mismo en Otoño 2011 La Hiedra 7 Manifestación del 15-M contra los recortes, Barcelona, 19-06-11. Pancartas: “El voto no es un cheque en blanco para recortar nuestros derechos”; “Muévete por tus derechos: Indígnate”; “Su democracia no nos hace gracia”. 4“Error_404: Democracia no encontrada”. Fotos: FlickR/joancg helicóptero. Como era de esperar, los intentos de descrédito por parte de la clase política y de los medios de comunicación de todo el movimiento acusándole de violento y antidemocrático no tardaron en llegar. Pero el éxito de la movilización del 19J, con cientos de miles de personas en Barcelona y Madrid, demostró que el movimiento seguía gozando de plena legitimidad y es más, continuaba ganando apoyos. La desvinculación del movimiento de la política institucional y su autodefinición como “apartidista”, ha propiciado que se extienda la idea de que se trata de un movimiento sin ideología política, cuyos miembros y reivindicaciones responden al sentido común y pueden situarse tanto a la izquierda como a la derecha. Es cierto que en un principio el apoyo con el que contaban las reivindicaciones que estaban más relacionadas con elementos “de forma”, como la corrupción de los políticos o la reforma de la ley electoral, parecía mayor que el que pudiesen tener las reivindicaciones de tipo más estructural, vinculadas al sistema económico. Propuestas como el impago de la deuda, la derogación de la reforma laboral o de las pensiones, la oposición a los recortes sociales o a la privatización de los servicios públicos, tuvieron también su espacio desde el primer día, pero no parecían gozar de la misma popularidad en las asambleas. Sin embargo, conforme se han ido desarrollando los acontecimientos, el movimiento ha ido tomando conciencia de la vinculación del poder político y económico y de que la peor corrupción es la que se hace desde la legalidad. En este sentido, la paralización de varios desahucios, así como de redadas racistas de la policía, constituyen acciones concretas que reflejan la madurez del movimiento, cuestionando la legitimidad de la legalidad vigente al servicio de los mercados, así como su alineación del lado de los sectores de población más empobrecidos. Además, la idea de que una democracia real es imposible bajo el capitalismo está cada vez más presente en 8 La Hiedra Otoño 2011 las movilizaciones. La manifestación del 19J contra el Pacto del euro supuso una reafirmación en el rechazo al modelo económico imperante. Y el lema que se leía en la pancarta que encabezaba la manifestación que se convocó para la recepción de las marchas de indignados que se dieron cita en Sol el 23 de julio: “No es la crisis, es el sistema”, implica un planteamiento que atribuye a los problemas que enfrentamos un carácter sistémico, que va mucho más allá de los problemas coyunturales actuales. Perspectivas y estrategia En el futuro, todo parece indicar que las condiciones que han llevado al surgimiento del 15-M (crisis y desempleo, restricción de gasto, recortes en los derechos laborales,…) no van a mejorar, sino todo lo contrario (véase el artículo de Diego Mendoza Irigoyen y Joel Sans Molas en esta revista). Como consecuencia, la crisis política también se agudizará. Mientras las reivindicaciones en la calle canalizadas por el 15-M van en una dirección, las medidas aprobadas por el Gobierno van justamente en la dirección opuesta, aproximándose cada vez más a la derecha y constituyendo toda una ofensiva contra el estado del bienestar. Además, los métodos empleados para su aprobación son cada vez más antidemocráticos. Buena muestra de ello es el re- Se podría llevar a una radicalización en los grandes sindicatos, que tendrán cada vez menos argumentos por no convocar una huelga general ciente acuerdo entre el PSOE y PP para la introducción de una reforma constitucional absolutamente regresiva que establece un tope al gasto público, sin someterlo a ningún tipo de debate público ni referéndum. Este tipo de políticas no van a hacer sino profundizar la evidente crisis del PSOE. El adelanto de las elecciones para noviembre abre un nuevo escenario en el que, dados los resultados de las elecciones de mayo, es muy probable que se produzca un cambio de Gobierno hacia la derecha. Una victoria del PP en las elecciones supondría aún más dureza en los recortes y en los métodos para imponerlos. Esto podría llevar a una radicalización en la estrategia de los grandes sindicatos, que tendrían cada vez menos argumentos para justificar el hecho de no convocar una huelga general. Por otro lado, el movimiento 15-M está suponiendo cada vez más un desafío a la legitimidad del sistema de partidos y sus representantes, así como una oposición frontal a las políticas de austeridad en el terreno económico. El sistemático intento de descrédito del movimiento por parte de los medios de comunicación, así como el progresivo endurecimiento de la represión hacia el mismo, no son algo casual. Sin ir más lejos, este verano asistimos a una demostración de fuerza sin precedentes en democracia, cuando por orden del Ministerio de Interior, la Puerta del Sol, principal referente simbólico del movimiento, fue sitiada por la policía durante días. Dadas las condiciones, es previsible que en el futuro tengamos que enfrentarnos a nuevos intentos de desarticulación del movimiento. En este contexto, los debates en torno a cuestiones estratégicas relativas a cómo hacer que el movimiento crezca, se consolide y gane capacidad de influencia, son fundamentales. La descentralización del movimiento por barrios fue un acierto que sin duda permitió que su mensaje llegase a mucha más gente y facilitó la creación de una red de solidaridad entre los vecinos y vecinas que se ha concretado en victorias tan importantes como la pa- ralización de desahucios. Sin embargo, si queremos hacer frente a los recortes, tenemos que plantearnos cómo podemos hacer para lograr mayor capacidad de influencia en la política ‘oficial’ y presionar para que no les quede más remedio que tener en cuenta las reivindicaciones del movimiento. Para ello, es fundamental que de los barrios se dé el salto a los centros de trabajo. Cómo hacerlo es un tema que ha suscitado intensos debates en el seno del movimiento. La ausencia de una respuesta contundente de los sindicatos mayoritarios ante los recortes ha generado una gran desconfianza hacia ellos, que en el movimiento 15-M se materializa en un rechazo explícito hacia los mismos. Aunque esta actitud es bastante comprensible, en las condiciones actuales una apuesta real por extender la indignación a los centros de trabajo y caminar hacia el objetivo de una huelga general, implica flexibilizar las posturas y apostar por la confluencia con los grandes sindicatos cuando estos se movilizan. Por un lado, las luchas impulsadas por los sindicatos, aunque sean insuficientes, abonan el terreno para que se desarrollen otro tipo de movilizaciones más combativas. La huelga general del 29 de septiembre constituye un buen ejemplo en este sentido. A pesar de que los sindicatos no aprovechasen el ambiente de lucha generado por la huelga para avanzar en su respuesta a los recortes y de la frustración que ello supuso, ésta generó nuevas expectativas de lucha entre mucha gente y sirvió para que se creasen nuevas redes, como los comités de huelga en barrios de Madrid y Barcelona, que después han ayudado también a extender el movimiento. Asimismo, en Barcelona el apoyo mutuo y los vínculos que se han establecido entre la lucha de los trabajadores y trabajadoras de sanidad contra los recortes en el sector y el movimiento 15-M, han servido para que ambos procesos de lucha se refuercen mutuamente. En segundo lugar, la confluencia con los sindicatos permitiría al movi- miento aproximarse a los sectores de trabajadores y trabajadoras más descontentas y ejercer una influencia real en las bases de los grandes sindicatos hacia posturas más combativas. Un ejemplo muy ilustrativo al respecto es lo que está sucediendo en las asambleas de profesores y profesoras en Madrid contra los recortes en la educación pública. En parte por influencia de las prácticas que muchos de los trabajadores y trabajadoras han experimentado en el 15-M, las asambleas están siendo más participativas e incluso se han adoptado métodos como el hecho de agitar las manos en lugar de aplaudir5. Además, en algunos centros se están planteando la posibilidad de acampar a modo de protesta y, lo más importante, existe un espíritu muy combativo haciendo posible la convocatoria de una huelga indefinida de tres días a la semana (propuesta que va más allá de la propuesta de CCOO y UGT de una huelga general el Es innegable que vienen tiempos difíciles, pero también cargados de oportunidades primer día de curso). Es innegable que vienen tiempos difíciles, pero también cargados de oportunidades. Las acampadas que dieron inicio a este movimiento hicieron que mucha gente experimentase otra forma de hacer las cosas y comprobase que existen alternativas a este sistema por las que merece la pena luchar. Nos queda mucho por andar, pero este año lo iniciamos con el camino ya empezado y con las ilusiones renovadas. ¡Que se preparen! NOTAS: 1. Tietze, Tad, 2011: Beyond the age of austerity, a new pattern of resistance and revolution emergentes. Blog left flank. Disponible en: http://left-flank. blogspot.com/2011/07/beyond-age-ofausterity-new-pattern-of.html 2. Taibo, Carlos, 2011: Nada será como antes. Sobre el movimiento 15-M. Madrid: Catarata. 3. Negri, Toni, 2011: Reflexiones acerca del 15-M. Reflexiones sobre el 15-M desde la perspectiva de la Autonomía como expresión organizativa y política del poder constituyente. Disponible en: http://www.kaosenlared.net/noticia/ reflexiones-acerca-del-15-M. 4. Durgan, Andy y Sans, Joel, 2011: “No one represents us”. “The 15 may movement in the Spanish state”. International Socialism Journal, n. 132, septiembre 2011. Disponible en: http://www. enlucha.org/site/?q=node/16374 5. Inés Santaeulalia, 2011: ¡Este año no empieza el curso!, El País, 21/07/2011. Disponible en: http://www.elpais.com/ articulo/madrid/ano/empieza/curso/ elpepiespmad/20110721elpmad_7/Tes Otoño 2011 La Hiedra 9 MOvimiento INDIGNADO El futuro deL 15-m, a debate Observatorio Metropolitano: “La respuesta sólo puede ser, cuando menos, europea” ¿Qué ha conseguido el 15M hasta hoy? Mucho, desde luego. El monopolio de la representación en manos de la clase política ha quedado quebrado por la irrupción de un ejercicio de democracia ciudadana que desde el “No nos representan” se ha derramado en multitud de procesos asamblearios. La cultura del consenso que desde la Transición ha servido al chantaje sobre cualquier movimiento de oposición que vaya más allá de los cauces instituidos ha quedado también definitivamente rota por un movimiento que entre sus muchas virtudes tiene la de proclamarse como un poder constituyente con derecho a cuestionar y replantear directamente todo. No por otra razón, la clase política reacciona torpemente ante los avances del movimiento, en una mezcla que parte siempre de la confusión y se mueve a medias entre el guiño oportunista y la represión pura y dura A pesar de los éxitos de estos meses, los retos que enfrentamos son, no obstante, enormes. Las élites euro10 La Hiedra Otoño 2011 El Movimiento 15-M sigue movilizando a grandes capas de la población y marcando la agenda política y mediática. Su importancia la ha reconocido hasta sus máximos adversarios. No obstante, también existen incógnitas sobre su futuro y debates sobre cuáles deberían ser sus próximos pasos, los obstáculos que encontrará y sus estrategias a largo plazo. Hemos invitado a varios activistas del movimiento a compartir su punto de vista. Estas aportaciones no pretenden concluir el debate sino animar a que se profundice. peas han apostado todas sus cartas al beneficio financiero, y de esta forma han certificado una economía política contraria a la recuperación y al crecimiento. Lo que algunos todavía llaman “economía real” (la producción de bienes y servicios, el empleo, etc.) ha sido sacrificado en la pila de ofrendas a los acreedores. Traducido en términos políticos, esto quiere decir que en la alternativa entre salvar a los bancos o salvar a la economía, se ha apostado exclusivamente por lo primero. La primera lección, pues, para el movimiento, es que la crisis económica seguirá traduciéndose en más paro, menos recursos, más privatizaciones. El segundo elemento que tendrá que afrontar el 15M, es que la coyuntura política viene marcada por la ausencia de cualquier solución reformista que parta «desde arriba». La enorme paradoja de nuestro tiempo es que no hay espacio para la reforma. ¿Qué canales de integración existen hoy para “La coyuntura política viene marcada por la ausencia de cualquier solución reformista que parta ‘desde arriba’.” las demandas del movimiento? ¿Que políticos, expertos o empresarios se atreven a barajar en estos meses nada que siquiera se parezca a lo que en otro tiempo fue el New Deal o el Estado del Bienestar europeo? En términos económicos, esta ausencia de iniciativa e imaginación tiene consecuencias brutales: el camino de la acumulación, sólo se puede seguir por la vía de la depredación de las mayorías sociales y del gasto social. Como antes en los países del Sur, la contradicción de poner por delante el pago a los acreedores (a los grandes bancos que hoy detentan la deuda europea) es que ésta redunda en una mayor depresión económica. Que este sencillo dilema resulte tan difícil de entender a las élites españolas y europeas denota no sólo su falta de inteligencia, sino su increíble espíritu suicida. Pero si se acepta que vivimos en una suerte de capitalismo que se ha vuelto contra sí mismo, se entiende también que la altura del reto resulta gigantesca. Y quizás insuperable, si el movimiento se concibe a escala de un solo país. En ningún momento ha sido quizás más cierto el viejo adagio de los “límites de la revolución en un sólo país”. En una crisis, que se desencadena, se desenvuelve y se gestiona a escala global, en la que sus principales agentes son grandes corporaciones globales, la respuesta sólo puede ser cuando menos europea. La principal urgencia del emergente movimiento europeo sigue estando en el llamamiento: Peoples of Europe, rise up! Ver: www.observatoriometropolitano.net Miren Etxezarreta Seminari d’Economia Crítica Taifa: “Pasar de la rabia y la frustración al análisis” No me gusta comentar sobre el 15-M porque da la impresión que todo el mundo puede ahora disertar sobre el movimiento y exigirle todo lo que le parezca. Nos erigimos en jueces de una dinámica que justo nace y nos sentimos capaces de requerirle una madurez y que visualice y proponga un futuro que movimientos de trayectoria mucho más larga distan mucho de presentar. Ha sido capaz de desencadenar una dinámica que nadie esperaba. Ya se desarrollará, o no, pero es su dinámica. Pretendemos que un movimiento social que emerge con unos planteamientos de amplia participación tenga un proyecto social totalmente elaborado (¿como si fuera un partido que establece un plan cerrado y completo?). Dejemos que el 15-M siga su propia dinámica y no queramos que el mismo avance como nosotros deseamos, o preveamos su hundimiento si no transcurre por los cauces que nos gustarían. Creo que lo primero que el 15-M puede pedir es que se le deje en paz para que pueda ir evolucionando según sus propias fuerzas, circunstancias y la evolución de la sociedad. Poco más debería decir para ser lógica. Pero puedo señalar alguna cosa que a mi me parece que sería de interés para cualquier proyecto de transformación social, no sólo del 15-M. Creo que no se podrá transformar la sociedad, si no se logra una amplia alianza entre los movimientos sociales y los trabajadores, como trabajadores en su centro de trabajo. Creo que avanzar hacia una conjunción de ambas fuerzas es una línea de desarrollo imprescindible. Y todavía me parece que no se plantea con el empuje necesario. La manera de avanzar conjuntamente no puede ser otra que la acción en la diversidad. Es preciso aprender a trabajar juntos, con objetivos inmediatos comunes, pero con una posibilidad de enfoques ideológicos diversos dentro de un enfoque común de transformación. Y estaría bien también tratar de entender lo que pasa. Para progresar sería útil apoyarse en una teoría. Pasar de la rabia y frustración al análisis. Entender lo que pasa, y por qué pasa, para poder luchar contra ello. Las teorías son necesarias. No en el sentido rígido y paralizante de muchas ocasiones, sino como una línea de reflexión que guíe la acción. Una acción que no sólo avanzará por donde desee, sino por donde pueda conquistar su espacio. Encontrará todo tipo de obstáculos. No hay transformación social sin lucha. Si el 15-M logra seguir avanzando los poderes fácticos que ahora les contemplan con cierto temor, pero sin grandes alarmas atacarán duro. Hay que prever el endurecimiento del ataque del poder. No sólo con la policía sino por otros medios más sutiles y peligrosos. Y también hay que contar con los obstáculos que puedan plantear quienes ya existen y se sienten amenazados por los recién llegados, aquellos que se quieren arrogar la sabiduría de saber lo que los demás deberían hacer. Me parecen aspectos que podrían ser de interés. Pero sólo a sus participantes les corresponde decidir por donde y como querrían avanzar. Y cómo pueden luchar por su avance. “No se podrá transformar la sociedad sin una amplia alianza entre los movimientos sociales y los trabajadores” Esther Vivas Izquierda Anticapitalista “Articular la crítica al actual modelo con las luchas contra los recortes” Para avanzar el movimiento a partir de ahora creo que es importante reforzar su arraigo territorial: potenciar las asambleas locales y establecer mecanismos de coordinación estables. También es necesario construir lazos con la clase trabajadora, los sectores en lucha y el sindicalismo combativo, y mantener así la presión sobre los sindicatos mayoritarios, desconcertados por un cambio en el panorama político y social que no preveían. El reto es trasladar la indignación a los centros de trabajo, donde aún predomina el miedo y la resignación. La internacionalización del movimiento es otro reto importante para su avance. La preparación de la jornada del 15 de octubre, como fecha unificadora de movilización, buscando además convertirla en un día de acción global es un paso en esta dirección. Es necesario combinar el desarrollo de un movimiento generalista, que hace una crítica de conjunto al actual modelo político y económico, con su articulación con las luchas concretas contra los recortes sociales y las políticas que buscan transferir el coste de la crisis a los trabajadores. En este sentido, las ocupaciones de distintos Centros de Atención Primaria (CAPs), las manifestaciones y acampadas frente a hospitales que sufren recortes, etc. indican el camino a seguir. El movimiento necesita, también, obtener algunas victorias concretas que permitan seguir acumulando fuerzas. Los éxitos obtenidos paralizan- Otoño 2011 La Hiedra 11 “El paso de las plazas a los barrios debería tener como objetivo prioritario sumar a sectores populares crecientes a la movilización” do varios desahucios son, pese a su carácter defensivo, pequeños triunfos que aportan energía. Los intentos de criminalización y aislamiento, su cooptación, así como el reto de mantener amplios apoyos sociales son algunos de los principales obstáculos con los que se enfrentará el movimiento. Estos, pero, no son nuevos. L@s indignad@s han superado con éxito los intentos por criminalizarlos. Su primera victoria fue frente a la Junta Electoral Central que intentó ilegalizar las acampadas. Después vinieron los intentos de desalojo de varias plazas, algunas de ellas con una fuerte represión policial, que no hicieron sino aumentar los apoyos. La acción de bloqueo del Parlament català, el 15 de junio, fue el momento de máxima tensión. Pero se fracasó en la estrategia de aislar al movimiento y las manifestaciones, unos días después, el 19 de junio, en todo el Estado fueron las más masivas desde su inicio. Otro elemento importante consiste en articular espacios de toma de decisión unitarios y legitimados, y de establecer una agenda de prioriades para los próximos meses. En términos generales uno de los mayores retos que tienen por delante l@s indignad@s es mantener los amplísimos apoyos sociales con los que cuentan y seguir marcando la agenda política del país en un momento donde los ataques a los derechos sociales van a intensificarse aún más y en el que la situación política va a endurecerse. “Las ocupaciones de CAPs, las protestas frente a hospitales que sufren recortes, indican el camino a seguir” 12 La Hiedra Otoño 2011 Xavier Domènech historiador “Alumbrar un mundo nuevo en medio de las cenizas del viejo” Al principio parecía que la crisis venía a anunciar la derrota del neoliberalismo y el retorno de un neokeynesianismo. Fue una mera ilusión. De hecho, lo que hemos tenido hasta ahora, en el año I y parte del II de la crisis, ha sido sólo un keynesianismo para ricos, en la forma de su salvación con recursos públicos, para pasar a recortar los gastos sociales para asegurar que esa operación es sostenible. Poco tiene que ver esto con la superación de la crisis, de lo que se trata, sin más, es de saber quien se quedará con los recursos todavía disponibles. Esa es la disyuntiva en la que nos movemos, la de saber cómo se distribuye la riqueza, una disyuntiva que plantea de nuevo el problema de la democracia. Entendido este problema dentro de una parte del 15-M como la necesidad de reforzarla para que cumpla con su propia definición: el gobierno del pueblo. Si los menos están expoliando a los más, habrá que reforzar el poder de esos más. Marx no analizó históricamente sólo la posibilidad de una salida revolucionaría a un agotamiento sistémico, sino también la de la implosión de un sistema. El crecimiento exponencial del capital financiero, desde finales de los años setenta hasta ahora, ha llevado a que la proporción entre capital financiero y capital real fuera, justo antes de la crisis, de 4 a 1. Una realidad que anuncia el mantenimiento sincopado de la crisis, hasta que alguien pague ese diferencial. Pero esto sólo es un aspecto de la crisis. Éste está relacio- nado con la crisis de modelo productivo, convive con la crisis ecológica y se encuentra también con la posibilidad del colapso energético. Colapsos, agotamientos y dictadura de los mercados que abocan a los movimientos sociales, no sólo a reclamar más democracia, y con ello una distribución más justa de los recursos, sino también a alumbrar un mundo nuevo en medio de las cenizas del viejo. El problema es que si hace unos meses la pregunta era cómo pasar de indignados a revolucionarios, probablemente la pregunta ahora es cómo no pasar de indignados a desesperados. Las imágenes de Londres nos indican mucho de lo que puede pasar en este sentido. El 15-M surgió en unas circunstancias políticas y sociales muy específicas. Circunstancias que en los próximos meses se van a agudizar a partir de la ampliación de los recortes sociales y el más que probable acceso al gobierno del Partido Popular. En este marco, los retos son colosales al igual que colosales deben ser las fuerzas puestas en juego en el campo de la resistencia y el desafío. El paso de las plazas a los barrios debería tener como objetivo prioritario sumar a sectores populares crecientes a la movilización; la imbricación de las protestas del 15-M con los colectivos de trabajadores que luchan contra los recortes, ligazón que ya ha empezado a desarrollarse, debería poder densificar el contenido de la protesta hacia los derechos sociales; y, a su vez, la incorporación del movimiento estudiantil en las protestas, debería poder conectarlas con los sectores más jóvenes de la población. Hay un paso pequeño que va de la indignación a la desesperación, hay otro, más grande y complejo, que va de la resistencia al desafío. Construir ese último paso demanda de muchas fuerzas, recursos y paciencia, y de la posibilidad de pensar un mundo nuevo entremedio del derrumbe del viejo. Para una versión ampliada de este artículo: http://inicis.blogspot.com/ José Manuel Romarís Cercós ¡Democracia Real Ya! “Sin violencia, somos más” El contexto en que se sitúa la evolución del movimiento es, en primer lugar, de producción de petróleo estancada desde hace años. Hemos tenido más de un siglo de crecimiento exponencial y las reservas existentes no permiten ser demasiado optimistas en cuanto a garantizar el suministro energético del futuro. La imposibilidad de encontrar algún sustituto adecuado para el petróleo y la constante disminución de la Tasa de Retorno Energético de las extracciones nos auguran un panorama bastante sombrío para el crecimiento económico que actualmente está totalmente basado en el consumo energético. Por otra parte hay que apuntar que el sistema financiero es una auténtica pirámide Ponzi que se desmorona en cuanto frena el crecimiento económico, trasvasando así toda la riqueza de las clases humildes hacia las élites. Quien más tiene es quien acaba saliendo más beneficiado de este tipo de crisis y las clases más humildes son las que acaban siendo más castigadas, como ya lo están siendo ahora con los recortes sociales en algo tan básico como la sanidad y la educación, dos de los pilares básicos del estado de bienestar que tanto ha costado construir. Debido a todo esto, resulta sencillo predecir que las bancarrotas y la po- “El sistema financiero es una auténtica pirámide Ponzi que se desmorona en cuanto frena el crecimiento económico” breza irán en aumento y por lo tanto podemos estar seguros de que el número de indignados será lo único que crecerá de manera exponencial en un futuro próximo. En consecuencia, podemos esperar que este movimiento en favor de la justicia social que conocemos como “15M” tiene y tendrá un gran potencial, siempre y cuando se siga con la actual tendencia de evitar actitudes que pudieran ser explotadas por los medios para criminalizar a los integrantes del movimiento. Como se ha dicho en la calle y en las plazas, “sin violencia somos más” porque el que tiene argumentos no necesita la violencia. Sin embargo, parece ser que partidos políticos, medios de comunicación y las grandes fortunas están muy interesadas en enfrentar a la sociedad para que esta no mire hacia arriba, hacia los responsables de la actual situación. Si la sociedad acaba dejándose llevar se podría llegar a una dramática polarización de la sociedad dando pie al crecimiento de movimientos ultraderechistas que fomentaría la respuesta irracional ante esta crisis ineludible. Espero que no volvamos a cometer los errores del pasado y que esta sociedad no acabe estrellándose contra el muro de los mercados. Pere Duran activista del movimiento 15-M y militante de En Lluita “Parar la producción de beneficios, el corazón del sistema” El capitalismo actual es un monstruo acéfalo que se devora a si mismo - tal como decía Marx; el propio capitalismo crea las condiciones para su superación. La gestión política neoliberal que intenta resolver la caída de la tasa de beneficios no puede permitirse dar marcha atrás a su proyecto. Cualquier reforma progresista del sistema político o económico es, a día de hoy, prácticamente inasumible por el sistema. Es en este sentido que las reformas que el movimiento defiende, y que el sistema no puede aplicar, pueden desembocar en conclusiones y posturas rupturistas o revolucionarias. La lógica reforma o revolución tiene hoy en día una relación más concatenada que dicotómica. Pero esta conclusión no se dará de forma automática, no existirá sino hay activistas que defiendan y impulsen una perspectiva rupturista. Las tareas de aquellos que queremos destruir el sistema capitalista en su conjunto, no solo detener la fase neoliberal, deberían ser dos principalmente: seguir trabajando para hacer aún más amplio y plural el movimiento y, de forma paralela, generar un polo anticapitalista o revolucionario que cohesione y de impulso al discurso y a las prácticas rupturistas; para que estas vayan ganando apoyo dentro del movimiento. No se trata de solapar, ni controlar, ni manipular el movimiento, solo de aportar propuestas y razonamientos que vayan transformando la indignación en una comprensión profunda de las causas de nuestro malestar y en una posición de cambio radical. El movimiento tiene dos obstáculos principales, el discurso oficial —que naturaliza los ataques sociales como un mal menor inevitable— y la política de hechos consumados con los que el gobierno aplica los recortes —que ningunea la resistencia y puede llegar a frustrar las esperanzas del movimiento—. El gobierno del Estado español, al igual que la mayoría de sus socios europeos, no cede ante las luchas que se han llevado a cabo. Si el movimiento no encuentra herramientas que tiren atrás algunos recortes es muy probable que las esperanzas y ilusiones vayan deteriorándose con la frustración del paso del tiempo. El movimiento debe empezar a organizarse allí donde creamos y reproducimos el mundo. Para parar el sistema debemos organizarnos donde se crean nuestras cadenas; en nuestro trabajo. Debemos parar la producción de beneficio, este es el corazón del sistema, la generación de plusvalía. Muchos, y sobretodo los que están sufriendo más duramente las condiciones de la crisis actual, necesitan soluciones y un horizonte factible de cambio social. Si el movimiento no consigue atraerlos y convencerlos, con palabras, pero sobretodo con hechos, muy probablemente la desesperación generada por la precariedad total que se nos avecina va a canalizarse por vías populistas y probablemente de extrema derecha. Otoño 2011 La Hiedra 13 ¿En caída libre? Los desequilibrios globales de la economía Diego Mendoza Irigoyen y Joel Sans Molas repasan las claves que explican como se ha ido desarrollando la crisis desde la quiebra de Lehman Brothers hasta el contagio de la deuda soberana en la periferia europea. “A ambos lados del Atlántico se percibe un estancamiento económico que puede costar de nuevo millones de empleos y que proyecta un modelo de crisis similar al de la Gran Depresión: Un crash financiero asociado a desaceleraciones económicas profundas y sostenidas en el tiempo y una recuperación económica plena que se demorará más de un lustro”1. A sí analizaba el editorial de Negocios de El País la situación económica a principios de agosto. Si bien solo hace unos meses los gobiernos hablaban de recuperación, este agosto se han desatado de nuevo las voces de alarma por la profundización de la crisis. Los ataques especulativos que llevaron a la ruina a Grecia, Irlanda y Portugal se trasladaron a Italia y el Estado español. Los Estados Unidos sufrían la primera bajada de la cualificación sobre su deuda en 70 años por parte de la agencia de calificación Standard & Poor’s y las bolsas se desplomaban. Algunos comentaristas calificaban el escenario de momento “pre-Lehman Brothers”. La clave, en el fondo, es que la economía real se encuentra estancada y decelerando su crecimiento. Si se observa la evolución de las principales economías del mundo, en los seis primeros meses del 2011 ninguna ha crecido de forma significativa (cuadro 1). Incluso la Unión Europea y sus principales motores, Alemania y Francia, han tenido una desaceleración marcada entre el primer y segundo trimestre. Los EEUU se encuentran en un crecimiento cercano al 0%. El Estado es- pañol frena su ya tímido crecimiento. Si Japón se encuentra ya en recesión, hay temores de que entren en ella las dos principales economías del mundo, EEUU y la UE. Después de iniciarse hace ya más de cuatro años, la crisis no solamente no se está resolviendo sino que empeora. En efecto, nos encontramos con una crisis de larga duración que va pasando por distintas fases. Fases de la crisis actual La primera fase de la crisis fue entre 2007 y 2009. Se inició con un crack financiero especialmente marcado en septiembre de 2008 con la caída de Lehman Brothers. Solamente la intervención masiva desde los estados, con rescates a entidades financieras y empresas, evitó un colapso total. Este crack conllevó que en 2009 se entrara en una recesión, con la producción mundial bajando por primera vez desde 1945. La segunda fase, entre mediados de 2009 y de 2011, ha estado marcada por la crisis de la deuda soberana, consecuencia de la bajada de ingresos por la recesión y el enorme gasto de los Estados en la fase anterior. Los ataques especulativos de los inversores inter- nacionales han forzado el rescate de Grecia, Irlanda, Portugal y Grecia otra vez. El repunte del crecimiento desde finales de 2009 fue celebrado ilusoriamente por los gobiernos como la salida de la crisis. Sin embargo, el crecimiento era fruto de los estímulos de los Estados y estaba hinchado al reflejar una recuperación desde el punto mucho más bajo del año anterior, cuando la inversión se frenó de golpe debido al inicial aluvión de la crisis. Después de los datos de este verano parece que estamos entrando en una tercera fase. La gravedad del momento está marcada por una triple crisis. En primer lugar tenemos la crisis la de la deuda soberana, especialmente marcada en Europa, pero que provoca inestabilidad también en EEUU. En segundo lugar, la crisis bancaria se mantiene, con una paralización del crédito entre entidades. Finalmente, tenemos el ya mencionado declive del crecimiento que posiblemente lleve a la recesión. Sería la temida crisis en forma de doble caída. Los tres problemas se agravan entre sí. Una nueva quiebra como la de Lehman Brothers sería ahora mucho peor, porqué la masiva inyección de dinero desde los gobiernos (ahora masivamente endeudados) para evitar la caída del sistema bancario ya no se podría repetir. Por otro lado, el marcado endeudamiento de los gobiernos en 2008 y 2009 -asumible si en poco tiempo se volvía a crecer- se hace problemático con el estancamiento actual. Si empieza una nueva recesión el PIB de cada país decrecerá, con lo que el déficit aumentará y el volumen de la deuda se hará más grande en proporción. El efecto de una gran carga de deuda sobre una economía con poco crecimiento sumergió a Japón en una recesión de más de una década después de 1990. La prolongación de la crisis está creando fisuras en las ideas neoliberales. Sin embargo, se mantiene un consenso sobre el origen de la crisis que afecta a la visión de cómo salir de ella. Explicaciones sobre la crisis La explicación dominante ve la crisis solamente como un producto del crecimiento desmesurado de las finanzas. Según esta visión la caída de los juegos especulativos astronómicos en 20072008 habría arrastrado al conjunto de la economía hacia abajo. La situación actual de falta de crecimiento sería debida a la inestabilidad creada por el alto endeudamiento de los estados y por un sistema bancario sin capacidad de dar créditos. Si el origen es el sector financiero, que contaminaría la economía real, la conclusión lógica es que con una mejor regulación se podrían evitar las crisis. Esta argumentación salva al capitalismo como tal del desastre actual. Hay una parte de la explicación que es correcta. Los grandes problemas de sequía crediticia de los bancos y la deuda de los países significan que las inversiones que se podrían llevar a cabo en los sectores productivos son frenadas por la falta de crédito. Cuadro 1. Crecimiento trimestral del PIB (en %). Pero, de hecho, los problemas son mucho más profundos. Para entenderlo debemos remontarnos cuatro décadas atrás. A mediados de los años 70 hubo un cambio fundamental en el capitalismo. La tasa de beneficios, alta durante todo el boom posterior a la segunda guerra mundial, disminuyó hasta provocar la crisis de los años 70. Desde entonces la tasa de beneficios se ha mantenido en unos niveles bajos, incapaces de provocar una gran expansión económica (la tasa tenía en 1997 la mitad del valor de 19483). El neoliberalismo ha sido la justificación de las políticas para aumentar la explotación de la clase trabajadora en un período del capitalismo con bajos beneficios, desaceleración del crecimiento y descenso de las inversiones. Es frente a estos problemas de la economía real que se produce la increíble expansión de las finanzas. Una porción importante de la inversión –ante los bajos niveles de beneficios en la economía productiva- se desvió hacia los negocios financieros y especulativos. Ante la pérdida de poder adquisitivo de la clase trabajadora, se incentivó enormemente su endeudamiento para que continuara comprando. El resultado ha sido que la sobredimensión de las finanzas y la economía del endeudamiento ha permitido al capitalismo continuar en movimiento en las últimas tres décadas. Sin embargo, el efecto del endeudamiento ha sido el de enmascarar los problemas en la economía real, aplazar la caída económica, solamente haciendo que cuando estallara en 2007-2008 fuera peor4. El auge de las finanzas ha sido un producto de los problemas de la Fuente: Eurostat2 14 La Hiedra Otoño 2011 Otoño 2011 La Hiedra 15 Los países del centro de la UE imponen la austeridad a la periferia para garantizar la devolución de la deuda economía real. Por esto las dificultades actuales no sólo son de falta de crédito para la inversión. De existir este dinero chocaría con el problema de base: la baja tasa de beneficios. Los empresarios difícilmente invertirán, al prever pocos rendimientos. Por lo tanto no nos encontramos con una crisis exclusivamente financiera sino con una crisis global de la economía producto de las propias contradicciones del capitalismo. Desequilibrios globales y en la eurozona La crisis se ha desarrollado en un marco de desequilibrios importantes en la economía mundial, con una división entre países endeudados y países que dan crédito. Es la relación entre EEUU y China5. Los Estados Unidos compran una gran cantidad de bienes al país asiático, produciendo un déficit en la balanza comercial (importan más de lo que exportan). Este déficit lo cubren pidiendo créditos, principalmente, a la misma China. Ambos países se encuentran encadenados a una complicada relación de rivalidad y de dependencia mutua. China, que posee el 25,7% de la deuda de los EEUU, criticó duramente en agosto este país por su “adicción a la deuda”. Aunque China se ha beneficiado de ello, teme que haya algún momento en que EEUU (con deuda del 100% del PIB), no pueda pagarle o que se produzca una devaluación del dólar que afectaría negativamente a sus reservas en divisas. A menor escala es también lo que sucede dentro de Europa entre Alemania y los países periféricos. Alemania es un gran exportador, sobre todo a países europeos. El superávit que consigue con las exportaciones lo ha prestado a los países del sur de Europa, que acumulan importantes deudas. Estos países, dada su posición periférica, desarrollaron aún más el crecimiento 16 La Hiedra Otoño 2011 basado en el endeudamiento público o privado. Con el estallido de la crisis el endeudamiento público ha aumentado produciendo la crisis de la deuda soberana en Grecia, Irlanda, Portugal (y cada vez más, Italia y el Estado español) Esta crisis interactúa con la crisis bancaria, con una banca europea que necesitaría según el FMI una inyección de 200.000 millones de euros. Gran parte de la deuda soberana ha estado financiada por los bancos de Alemania, Francia y Holanda. Un impago de los países del sur sería un agujero negro con consecuencias muy negativas para los bancos y países prestamistas. En los cuatro rescates vividos no se ha tenido como objetivo principal salvar los países sino los bancos poseedores de deuda. Pero, pese a los rescates, la crisis de la deuda soberana en Europa no deja de empeorar. Grecia necesitó en julio un segundo rescate de 109.000 millones de euros. Aunque las condiciones financieras fueron un poco mejores respecto del primero (con un impago parcial y mejores tipos de interés6) las medidas de austeridad exigidas por la comisión europea y el FMI van a castigar de nuevo la economía y La crisis ha desarrollado fuertes desequilibrios en la economía mundial, creando una división entre países endeudados y países que dan crédito la población griegas. El déficit, pese a los drásticos recortes, permanece anclado a un elevado 10% y hace aumentar la astronómica deuda pública (del 142,9%). El desplome del PIB del 4,5% en 2010 sólo hace crecer la proporción de la deuda. El país helénico ha entrado en un espiral descendiente de difícil salida y ya se apunta que el segundo rescate no evitará la posibilidad de una quiebra. De producirse tendría un impacto mucho mayor que la caída de Lehman Brothers. Inseridos en una dinámica similar, es posible que un segundo rescate se tenga que terminar aplicando también a Irlanda y Portugal. Último capítulo: Italia y Estado español Este verano hemos visto una nueva fase de ataques especulativos. La prima de riesgo del Estado español que se encontraba en junio en 250 puntos escaló en solo cinco semanas a un máximo de 418 puntos a principios de agosto. La italiana pasó de los 200 puntos a superar también los 400. Esto hizo temer que se alcanzara un punto de no retorno (al que llegaron Grecia, Irlanda o Portugal) que habría podido llevar a un rescate ingestionable. Sólo cayeron las primas después de la intervención tardía del BCE comprando bonos por valor de 22.000 millones de euros. Pero a mediados de septiembre las primas de riesgo cruzaban de nuevo los 360 puntos, muy por encima de la tónica general de los dos últimos años. Que los ataques estén afectando la tercera y cuarta economía de la eurozona (Italia y el Estado español) muestran la dimensión del desastre. Italia, que lleva la peor parte, tiene una deuda del 120% del PIB, el tercer mayor volumen de deuda del mundo detrás de EEUU y Japón, con lo que no es sostenible tener que pagar unos tipos de interés mucho más altos. Si bien el Fondo Europeo de Esta- bilidad Financiera (FEEF) duplicó su fondo hasta 440.000 millones, esta cuantía sería insuficiente si hubiera que rescatar al Estado español o Italia. La crisis de la deuda soberana está llevando a una crisis de la eurozona de contornos inciertos. La UE está reaccionando muy lentamente a los problemas, fruto de intereses estatales dispares y de la tensión centro-periferia. Alemania ha recelado de comprar deuda a los países en problemas y de crear eurobonos, mecanismos que pararían en parte los ataques especulativos. Esto es porque implicaría hacerse cargo del coste de las deudas, lo que muestra que la política de Alemania está destinada a proteger el conjunto de la economía alemana y no solamente el sector financiero. El segundo rescate de Grecia, acordado en julio, a principios de setiembre aún no había sido ratificado por todos los estados europeos, con Finlandia y Austria pidiendo garantías por el dinero que van a prestar a Grecia. Otras medidas acordadas en la reunión europea del 21 de julio están tardando en llevarse a la práctica. Vemos como la ausencia de soluciones ante la acentuación de la crisis está llevando a una parálisis política. Solamente tras cada perspectiva de hundimiento la UE se dota de nuevos mecanismos que supuestamente solucionarán los problemas. Con ellos se subordinan más aún las políticas del conjunto de países a los grandes poderes económicos y se radicalizan las medidas de austeridad y recortes. Cuadro 2. Déficit y deuda de los países europeos en dificultades, en porcentaje del PIB7 La economía española en crisis Modelo de austeridad y exportaciones Las políticas de austeridad no solamente tienen como objetivo reducir los déficits y deudas de los países. Forman parte de una estrategia de los gobiernos para reducir salarios, ser más competitivos transfiriendo rentas de los trabajadores a las empresas y orientar las economías hacia las exportaciones. Es el modelo que ha propulsado el crecimiento económico de Alemania de la última década, gracias a conseguir disminuir los salarios reales muy por delante del resto de países europeos, y es el modelo que se intenta generalizar en toda Europa. De hecho, las mayores economías del mundo buscan una salida a la crisis sobre la base de las exportaciones: la UE (siguiendo el modelo Alemán), EEUU y China. Sin embargo, hay una contradicción importante. Si todos bajan los salarios para ser más competitivos y exportar... ¿Quién va a comprar los productos? China -y el resto de países emergentes que más están creciendo- exporta principalmente a Eu- ropa y los EEUU, zonas marcadas por la austeridad. Y Alemania exporta en grandes proporciones a los países del sur de Europa, que están sufriendo los peores ataques sociales. La aceleración brusca de las políticas de austeridad que estamos viviendo en Europa no tiene precedentes en las últimas tres décadas de neoliberalismo. Estas políticas conllevan frenar la inversión pública y, al hacer ataques sociales, disminuir la capacidad de comprar de la clase trabajadora. Esto está produciendo la desaceleración de la economía real, llevándola en dirección a la recesión. Las ideas neoliberales no permiten salir de la crisis, sino que la están profundizando. Sin embargo, continúan siendo la guía dominante también en el Estado español. Los recortes disminuyen la capacidad de comprar de la clase trabajadora, produciendo la desaceleración de la economía real en crisis Para entender la situación actual del Estado español es preciso hacer una breve introducción del origen de su modelo económico actual. Este modelo proviene de la modificación del modelo franquista de los años 50, basado en el turismo norte-europeo y la propiedad privada de la vivienda, así como en atraer inversiones industriales extranjeras con bajos salarios y ausencia de derechos laborales. La transición supuso un continuismo con los intereses económicos del franquismo y los sucesivos gobiernos de la democracia, tanto del PSOE como del PP, no solo no mostraron voluntad alguna por cambiar dicho modelo sino que profundizaron en esta especialización. Se dio un descenso en la tasa de beneficios en el Estado español desde principios de los años 60 hasta el inicio de los años 80. Durante los años 80 hubo una recuperación parcial pero se volvió a dar una nueva caída a inicios de los años 908. Las recesiones de los años 80 y 90 conllevaron la destrucción de parte de la industria productiva y la salida se encontró recurriendo a las políticas neoliberales de recortes e incentivando el endeudamiento. Paralelamente, la entrada en la Comunidad Económica Europea supuso el desmantelamiento de gran parte de la industria del país y comportó un aumento de la deuda externa con las economías europeas más avanzadas. Otoño 2011 La Hiedra 17 El BCE, con su presidente Jean-Claude Trichet, es un organismo que subordina su politica a los intereses economicos de los grandes capitales europeos u La firma del tratado de Maastricht dio lugar a una política macroeconómica cada vez más dictada por Europa, que en el Estado español supuso la reducción del gasto público, el control de la inflación y la desregulación del mercado laboral. La creación de la moneda única, el Euro, redujo aún más el margen de maniobra de la economía española9. Todo ello nos lleva a la situación económica actual del estado español, cargada de problemas y debilidades. Problemas de la economía financiera El Gobierno del PSOE ha insistido continuamente en que la deuda pública no es muy elevada. Si bien esto es cierto, obvia la existencia una de las deudas privadas más importantes del mundo. A raíz de las políticas mencionadas, y a diferencia de otros países europeos que también tiene problemas de endeudamiento, la deuda privada es uno de los factores desestabilizadores más problemáticos, situándose alrededor del 330% del PIB. Desde los años 90 y hasta la llegada de la crisis mundial de 2007 el creciente déficit público fue trasladado al sector (tanto a particulares como empresas) por medio de una gran expansión del crédito y un aumento del consumo doméstico, permaneciendo oculto tras la burbuja inmobiliaria. Los créditos permitían no solo la compra de inmuebles por parte de particulares sino también la financiación de empresas constructoras e inmobiliarias. El buen funcionamiento del mercado financiero permitió obrar el “milagro” del fuerte crecimiento económico con un crecimiento de la productividad no tan elevado propiciando la reducción del desempleo pero incrementando mucho el endeudamiento doméstico. Tanto es así que, pese a que la deuda pública del estado español no es comparativamente demasiado elevada (66’5% del PIB), si a esta le sumamos la deuda privada, la suma supone alrededor del 400% del PIB10. Este volumen de la deuda genera inestabilidad y riesgo de quiebra y conlleva un gran peligro para la UE ya que la economía española es demasiado grande como para ser rescatada con 18 La Hiedra Otoño 2011 fondos europeos y a su vez demasiado grande para dejarla caer sin más. Por otra parte la deuda contraída tanto por el Estado como por particulares y empresas en el caso de la economía española proviene en gran medida (52%) de agentes financieros y fondos extranjeros.11 Esta deuda externa representa aproximadamente el 170% del PIB de Estado español12. Todos los estados se ven obligados a buscar financiación en los mercados internacionales, pero en el caso del Estado español (y de otras economías periféricas de la UE) la entrada en la comunidad económica europea y el pacto del euro supuso que esta financiación externa proviniera principalmente de bancos y fondos europeos (mayormente alemanes, franceses e ingleses) con lo que los riesgos que esta comporta pasaron a un segundo plano. Pero con la llegada de la crisis, y el estallido de la burbuja inmobiliaria, la situación cambió y el miedo al impago por parte de los acreedores se transformó en fuertes presiones de los agentes económicos internacionales (FMI, BM, agencias de calificación…) y sobre todo los europeos (BCE, líderes políticos de las economías europeas más avanzadas…) para asegurar el retorno de sus préstamos. Fue entonces cuando el ejecutivo español decidió subsanar la falta de liquidez de las entidades financieras con riesgo de quiebra llevando a cabo fuertes inyecciones de dinero público (129 mil millones de euros) y obligan- La deuda publica mas la privada del Estado español supone alrededor del 400% del PIB lo que genera inestabilidad y es un gran peligro para la UE do a fusionar las Cajas de ahorros con mayores problemas. Estas inyecciones sumadas a la falta de crecimiento de la economía y la explosión de la burbuja inmobiliaria (que ocultaba el déficit estructural del estado) llevaron a las arcas de estado a pasar de una situación de superávit del 1% del PIB en 2005 al déficit actual del 9,3%. Zapatero argumenta que las inyecciones de dinero público a los bancos no caen en saco roto ya que reportan beneficios al Estado por medio de los intereses que generan. Pero la realidad es que el mismo dinero avalado proviene de créditos europeos a interés más alto. Un negocio redondo para los grandes bancos internacionales que agrava el problema de la deuda. La crisis de la deuda La presión de los prestamistas europeos ha hecho que aumenten mucho las presiones sobre los países deudores. Para frenar el aumento de deuda pública, que de aumentar se sumaría a la inestabilidad de la enorme deuda privada, el ejecutivo español ha llevado a cabo en esta legislatura un sinfín de recortes sociales, muchos de ellos encaminados a contentar al BCE quien “pide” a los estados de la UE un déficit máximo del 3% para 2013. El último y tal vez uno de los más graves y evidentes episodios de esta imposición des de arriba de las políticas de austeridad lo hemos visto con la llamada “regla de oro” del déficit apelada por Merkel y Sarkozy. Zapatero, apoyado por el PP, se ha lanzado a cambiar la constitución para incluir en esta una clausula que limite el gasto del estado, las autonomías y los municipios. Sin duda, el hecho de que los acreedores sean en una importante proporción instituciones financieras extranjeras dentro del marco de la Unión Europea conlleva que los países periféricos se tengan que subordinar a las presiones desde el centro (Alemania y Francia). Otro problema que esto comporta es la especulación financiera que se vivió en agosto. Los tipos de interés de los bonos españoles llegaron a límites históricos. Este es un problema que empieza a preocupar seriamente a la clase dirigente europea que observa atónita como sus políticas económicas no dan un respiro de más de un par de días a los mercados financieros. Además encontramos la crisis bancaria. Pese a la reestructuración de bancos y cajas las entidades están concediendo pocos créditos, sus balances no se han terminado y la descapitalización con la crisis se mantiene. Del enorme stock de 700.000 pisos sin vender, los bancos tienen entre 160.000 y 300.00013. Un alto tipo de crédito para el Estado español también afecta a las entidades privadas, dificultando que fluya la liquidez. De hecho el Estado español es, con Irlanda, el país donde de 2010 a 2011 más disminuyó el volumen de crédito en relación al PIB14. Como ya sabemos la economía financiera es una herramienta fundamental en el sistema capitalista actual que facilita la circulación de capitales y alarga los ciclos de expansión, pero que descansa sobre unos cimientos cuya integridad es imprescindible: la economía real. Problemas de la economía real Ya hemos explicado brevemente cual es el origen del modelo económico español. Pero la salida basada en las finanzas y la especulación tenía fecha de caducidad. El crecimiento especulativo basado en el sector de la construcción se desmoronó junto con el estallido de la burbuja inmobiliaria. El Gobierno no ha podido obviar el peso de este sector a la hora de dejarlo caer y por ello continúa paliando en la medida de lo posible sus pérdidas, como hemos visto últimamente con la reducción del IVA del 8 al 4% en la adquisición de vivienda nueva. Una caída aún más profunda del sector de la construcción se extendería rápidamente por los sectores financieros (acreedores de las constructoras). Pero a su vez existe una fuerte presión de los bancos para evitar la devaluación del precio de la vivienda que comportaría importantes pérdidas económicas para ellos. Por otra parte en los últimos tiempos parece haber habido un tímido intento de cambiar este modelo económico hacia la dinámica de Alemania, como hemos visto en el incremento de las exportaciones (un 18,5% durante el primer trimestre del año)15. Pero la imposibilidad de devaluar la moneda fruto del pacto del Euro conlleva serias dificultades a la hora de redirigir la economía española a la producción industrial para la exportación. No obstante, el modelo de crecimiento “clásico” basado en la producción industrial conlleva una dependencia de la demanda internacional, demanda que se encuentra bajo amenaza. Pero hay un agravante más en el caso de la economía española y es la baja demanda interna derivada de la disminución del poder adquisitivo y la escasa inversión interna. La inversión en bienes de equipo cayó un 30% en 2009 y, aunque se recuperó ligeramente en 2010, está bajando otra vez. El PIB cayó en 2009 un 3,2% y el año pasado cayó un 0,1%. Las predicciones del gobierno de principios de año, del 1’3% para este año, se han ido viendo desmentidas y se augura un crecimiento de tan solo el 0’8%16. Suponiendo que este ritmo de crecimien- La imposibilidad de devaluar la moneda fruto del pacto del Euro conlleva dificultades a los estados a redirigir sus economias to se mantuviera (cosa incierta con las previsiones de recesión), harían falta 3 años para llegar a tener el volumen económico de 2008. Con un crecimiento tan débil difícilmente se darán las inversiones (internas y externas) que requieren los sectores productivos españoles para su desarrollo. Por último, el problema del paro roza límites históricos, con más del 21% de la población activa, la cifra más alta de la Unión Europea (!). Junto con el elevado endeudamiento doméstico es un gran hándicap para la demanda interna y la reactivación económica. Además, parece ser que el desempleo no va a disminuir a corto plazo y se prevé que el mismo sea crónico durante años, problema que se agravaría si se entrara de nuevo en recesión. El paro comporta también un serio malestar social que puede traducirse en conflictividad. Fisuras en la estructura del estado Otra peculiaridad del Estado español que influye en las cuestiones económicas es el modelo del estado de las autonomías y la descentralización de la gestión de los recursos públicos. En el Estado español las autonomías y los municipios gestionan una importante cantidad de recursos y tienen competencias fiscales. Por un lado, se produce una multiplicación y fragmentación de los ataques sociales en distintos niveles y ámbitos territoriales que fomenta la dispersión de las respuestas. Por otro, a menudo se generan conflictos de intereses entre los gobiernos autonómicos (quienes defienden los intereses de la burguesía autóctona) y el gobierno central (en línea con las grandes corporaciones económicas estatales). Con la llegada de la crisis y la austeridad presupuestaria estas tensiones se han visto agravadas. Se ha dado un Otoño 2011 La Hiedra 19 pido de 20 días) y parece ser que el desequilibrio de fuerzas favorece a los empresarios quienes se han llevado la mayor parte del pastel en las negociaciones de los recortes sociales. Este septiembre se han producido ocupaciones y acampadas en Wall Street inspiradas por el movimiento de la indignación del 15M. Ver: https://occupywallst.org/ Las alternativas: hacia una salida anticapitalista proceso de aplicación de ajustes presupuestarios de arriba a abajo y una oposición contra estas medidas desde algunos ayuntamientos y gobiernos autonómicos. Pero las presiones contra el gasto de las comunidades vienen incluso de más arriba, des del BCE. Las comunidades autónomas, que son responsables de una duda del 11% del PIB estatal harán un tijeretazo drástico y comprimido de 5.000 millones hasta final de año17 (en Castilla-La Mancha será del 20% del gasto) con nuevos recortes este otoño y la posible introducción del copago sanitario en algunas zonas. También, el Gobierno central reclamaba 4.379 millones en agosto a ayuntamientos y diputaciones.18 Los ayuntamientos están asfixiados por la deuda y junto con las diputaciones deben 37.352 millones, deudas que provienen fundamentalmente del fracaso del mismo modelo especulativo inmobiliario. En Catalunya, por ejemplo, los planes de austeridad del presidente Artur Mas han sido contestados por la población con luchas sociales desde la base (desde los hospitales hasta las escuelas públicas) e incluso con oposición desde los ayuntamientos. Esta presión desde abajo ha desbordado al ejecutivo catalán quien ha comenzado a presionar al gobierno central para conseguir el dinero correspondiente al déficit fiscal y quien se opone a las limitaciones del déficit que se le quieren imponer. Qué nos espera ¿Y cuál ha sido la respuesta del este gobierno supuestamente socialista ante la agenda neoliberal europea? Pues la utilización del keynesianismo hacia el capital y neoliberalismo hacia los trabajadores. Como ya hemos comentado anteriormente Zapatero ha cedido sin demasiados titubeos ante las presiones de los mercados y los poderes económicos europeos. Los recortes sociales, las políticas de “flexi-seguridad”, la reducción de los impuestos y las políticas de transferencia de recursos públicos a entidades privadas junto con alguna tímida reforma en contra de los intereses empresariales (como la reforma farmacéutica) han marcado la agenda económica del gobierno. Pero estas medidas no parecen haber conseguido 20 La Hiedra Otoño 2011 ni la creación de empleo (siquiera precario) ni el estimulo económico. Y es que la poca progresividad fiscal del modelo español (como se observa en la disminución desigual del IRPF para las rentas medias con respecto de las más altas, un 2’3% frente al 37’6% desde 1993)19, la disminución del poder adquisitivo de las familias del Estado español y la baja productividad de la economía son problemas estructurales que se suman a los problemas generales de la economía mundial. La austeridad supone menor gasto público, pero también menor capacidad de llevar a cabo medidas de estimulo económico, disminución de la demanda y, en último término, posibilidad de la recesión. ¿Y qué nos queda por delante? Para cumplir con el objetivo de déficit, dentro de la lógica neoliberal del PSOE y el PP, mucha más austeridad. Más difícil será cumplir con este objetivo si se entra en recesión y el volumen de la deuda aumenta en comparación con el PIB del Estado, que estaría entonces disminuyendo. Con la reforma constitucional pactada por los dos grandes Su receta contra la crisis es el modelo neoliberal de hace 30 años: ante una baja tasa de beneficios, aumentar la explotación de la clase trabajadora. partidos para fijar un techo de gasto se hace evidente que la clase dirigente española está dispuesta a llegar hasta donde haga falta para contentar a los grandes poderes económicos, que cada vez reaccionan con mayor escepticismo ante estas medidas. En agosto y septiembre el Gobierno del PSOE siguió en la línea de poner parches económicos, reduciendo el IVA en la compra de vivienda nueva hasta el final del año y suspendiendo durante 2 años el artículo del Estatuto de los Trabajadores que impide el encadenamiento de contratos temporales por más de dos años. Seguimos pues en la línea de disminuir la recaudación fiscal y precarizar el mercado laboral. Esto tiene como objetivo subir los niveles de explotación de los trabajadores para tratar de incrementar los beneficios empresariales al mismo tiempo que abaratar costes para ser más competitivos a nivel de exportaciones. Se trata pues del modelo neoliberal de los últimos 30 años: ante una baja tasa de beneficios, aumentar la explotación de la clase trabajadora. Para las elecciones del próximo 20 noviembre el partido socialista va a tener muy difícil alcanzar de nuevo la presidencia debido al gran malestar social que han generado las políticas antisociales de Zapatero y el elevado desempleo existente. La entrada del PP en el gobierno no puede suponer otra cosa que una profundización en las políticas neoliberales con que nos debemos ir preparando para lo peor, como se confirma en las declaraciones de Rajoy de su última biografía en la que pone en el punto de mira la legislación laboral y la negociación colectiva. Por otro lado, la patronal sigue presionando al gobierno para avanzar en la misma dirección (por ejemplo proponiendo un contrato único con des- Después de cuatro años de crisis la clase dirigente no tiene una solución. Sin embargo, continúa agarrándose al neoliberalismo como a un clavo ardiente, solamente para hundirnos más en el desastre. En este escenario es cada vez más importante plantear alternativas desde la izquierda a la salida neoliberal. Vicenç Navarro, que ha realizado una excelente crítica del neoliberalismo, plantea dos medidas para salir de la crisis: “Una es que el gasto público aumente y llene el vacío que se ha creado en la demanda. (...) La otra medida es crear bancas públicas (...) que garantice la disponibilidad del crédito a pequeños empresarios y a la ciudadanía en general. Tales medidas aumentarían el crecimiento económico que es, por cierto, la mejor manera de reducir el déficit del estado.”20 Estas medidas, conjuntamente con la subida de impuestos a las rentas más altas que también propone Navarro, se deben ver positivamente por la mejora que supondrían para los trabajadores y trabajadoras. Sin embargo, como ya pasó con las medidas keynesianas en el pasado, tendrían límites para conseguir realmente el objetivo del crecimiento económico, debido a la baja tasa de beneficios que bloquea la inversión privada. Aumentar la inversión pública cuando hay un paro de inversión de las empresas es como intentar empujar un coche que tiene el freno de mano puesto. Pese a las medidas fiscales para aumentar la recaudación, si no hay crecimiento, el aumento del gasto público podría agravar el problema de la deuda y de la inestabilidad financiera. La alternativa keynesiana tiene muchas dificultades para aplicarse en un sólo estado, dada la creciente internacionalización de la economía y, además, obvia que la crisis está anclada profundamente en los desequilibrios del mismo sistema. Hace falta añadir medidas más radicales que confronten la propia lógica del capitalismo. Aquí solamente apuntamos algunas de ellas. Una cuestión clave es dejar de pagar la enorme deuda externa a manos de los inversores extranjeros, que son los que están especulando con las cotizaciones de los bonos del Estado. El impago de la deuda supondría dejar de depender de las presiones de los inversores y de los poderes europeos para hacer más recortes y, además, recuperar dinero a usar para fines sociales. En el mismo sentido, se deben retirar todas las ayudas dadas a las entidades bancarias (que continúan llevando a cabo las mismas prácticas de riesgo) o nacionalizarlas. Ante el paro de inversión, hay que intervenir la gran cantidad de dinero que está en manos de las empresas para usarlo en beneficio de la sociedad. En vivienda se deben prohibir los desahucios y sacar a la luz los pisos en manos de los especuladores. Todos los trabajadores en paro deben tener una prestación asegurada al mismo tiempo que se reparte el trabajo existente. Finalmente, se debe ir hacia una democratización de toda la economía, controlada desde abajo por la sociedad. En definitiva, debe prevalecer el criterio de usar los enormes recursos existentes y usarlos para reorientar la economía hacia el beneficio de la gran mayoría de la población. Todas estas medidas implican una confrontación total con los poderes existentes pero abren la única vía posible para evitar que la crisis la continúen pagando los de bajo. Conseguir ganar varías de estas medidas en algún país de Europa crearía un punto de referencia que incentivaría a los movimientos de otros países a ir en la misma dirección y generalizar esta salida. Hace falta una perspectiva anticapitalista en la que, más que buscar salvar el capitalismo de la crisis, se deber luchar para preservar los derechos de la clase trabajadora y tejer lazos durante la resistencia para poder crear desde la base un sistema nuevo libre de crisis económicas y explotación. notas 1. Negocios. El País, 2011: “Estancamiento circular”, 7 de agosto. 2. Eurostat, 2011: “Euro area and EU27 GDP up by 0.2%”. Informe del 16 de agosto. Disponible en: http:// epp.eurostat.ec.europa.eu/cache/ La única vía posible para evitar que la crisis la sigan pagando los de bajo supone una confrontación total con los poderes existentes ITY_PUBLIC/2-16082011-AP/EN/216082011-AP-EN.PDF 3. Harman, Chris, 2009: Zombie Capitalism. Global Crisis and the relevance of Marx. Londres: Bookmarks. p. 196-197 4. Harman, Chris, 2009: Zombie Capitalism p. 278-292. Ver también Harman, Chris, 2009: La nueva crisis del capitalismo. ¿Qué decimos los socialistas? En lucha, 2009. 5. Callinicos, A. y Jones, J., 2011: “The student revolt and the crisis” en International Socialism Journal, n. 129, enero. Disponible en: http://www.isj. org.uk/index.php4?id=697&issue=129 6. Público, 22 de julio de 2011 7. Confección a partir de: El País, 21 de junio de 2011, Datosmacro (http:// www.datosmacro.com/), http:// en.wikipedia.org/wiki/List_of_countries_by_external_debt#cite_note-7 ,Seminari Taifa, 2011: De la crisi de la deuda al ajuste, y Reserch on Money and Finance, 2010: The Eurozone between austerity and default. 8. Stobard, L. 2009: “Ladrillos o cimientos. Preguntas y respuestas sobre la nueva gran crisis” en La Hiedra. n. 18, diciembre/enero 2009/10. p. 14. Disponible en: http://www.enlucha. org/site/?q=node/1795 9. Para profundizar más sobre el desarrollo de la economía española en las últimas décadas consultar: López, I., Rodríguez, E., 2011: “The spanish model” en New Left Review. Mayo-Junio, p. 1-9. 10. Seminario de economía crítica Taifa, 2011: “De la crisis de la deuda al ajuste”. Julio p. 10 Disponible en: http://www.correntroig.org/spip. php?article2962&lang=ca 11. Seminario de economía crítica Taifa, 2011, p. 5. 12. Sans, J., 2010-2011: “Crisis y recortes: Zapatero prepara nuevos ataques contra la clase trabajadora” en La Hiedra, diciembre-enero. n. Disponible en: http://www.enlucha.org/ site/?q=node/15531 13. El País, 28 de agosto de 2011. 14. El País, 7 de agosto 2011 15. El país, 2011: “Las exportaciones crecen el 18’5% en el primer semestre del año”. 17 de Agosto. 16. Flores, A., 2011: “Economía ya ve <<difícil>> crecer al 1,3% este año” en Público. 27 de Agosto. 17. El País, 6 de agosto de 2011 18. El País, 7 de agosto de 2011 19. Estrada, A., González, P., 2011: “La rebaja fiscal de los ricos multiplica con creces la de las rentas medias” en Público. 30 de Agosto. 20. Navarro, V., 2011: Por qué la economía española no se recupera. Disponible en: http://www.rebelion.org/ noticia.php?id=124081 Otoño 2011 La Hiedra 21 nuevo sexismo viejo capitalismo Regina Martínez describe la persistencia de las desigualdades, el rol comercial del cuerpo de la mujer y la función que desempeña para el capitalismo. L as mujeres hemos conseguido, gracias a la lucha, muchos derechos en los últimos cuarenta años. Pero lejos de haber logrado la liberación total, hay barreras que no se han superado (discriminación laboral, responsabilidad del cuidado) y en algunos ámbitos la opresión se ha incrementado (sexualización y cosificación del cuerpo de la mujer). La opresión se ha profundizado en algunos aspectos, ha modificado su puesta en escena. Hablamos del nuevo sexismo, la representación de la opresión de la mujer en la actualidad que relaciona, principalmente, dos ideas: se ha conseguido la igualdad y la sexualización forma parte de la libertad de elección de la mujer. Si bien el aumento de la cosificación de la mujer es la principal característica del nuevo sexismo, es importante comenzar reflexionando sobre las creencias que hacen posible que la hipersexualización de la mujer pase desapercibida como una manifestación más de la libre competencia. Según algunos autores del ámbito de la psicología social, el sexismo moderno se fundamenta en tres pilares1: la negación de la discriminación —existe la igualdad formal—, el antagonismo ante las demandas que hacen las mujeres —la incomprensión cuando salimos a la calle por el aborto libre y gratuito— y el resentimiento acerca de las políticas de apoyo que consiguen —la criti22 La Hiedra Otoño 2011 cada ley contra la violencia de género por abrir la puerta a posibles “falsas denuncias”. No nos encontramos ante el viejo sexismo descarado y claramente misógino representado, por ejemplo, por la Sección Femenina de la Falange, sino ante una ofensiva que combina la aceptación de cierta igualdad con la resistencia al cambio. La ilusión de igualdad La primera creencia que define el nuevo sexismo es precisamente que éste no existe. Se afirma que se ha conseguido la igualdad: las mujeres han accedido al mundo laboral, tienen un marco legislativo que les ampara, las hay que han llegado a las esferas de poder y además están protegidas culturalmente por los límites de lo “políticamente correcto”. Todas estas son victorias importantes que marcaron un punto y aparte con la situación que vivían las mujeres Nos encontramos ante una ofensiva que combina la aceptación de cierta igualdad con la resistencia al cambio hace cincuenta años. Y no son victorias regaladas. Las lucharon en los barrios, en las calles, en sus puestos de trabajo muchas mujeres y feministas bajo el franquismo y durante los años setenta. Si en la primera ola del feminismo las mujeres de principio de siglo lucharon por el sufragio femenino, en la segunda ola durante los 60 y 70 la lucha se centró en los derechos sexuales, el derecho al propio cuerpo y la igualdad legal y laboral. Pero mirando hacia atrás, vemos que la falsedad de la democracia burguesa y la omnipresencia del capitalismo no han permitido que se desarrolle una igualdad profunda y real para todas. El acceso de la mujer al mundo laboral (que de hecho existe desde el inicio del capitalismo) no ha supuesto la igualdad: las mujeres son mayoría entre los desempleados de larga duración, tienen el 83% de los contratos a tiempo parcial y la brecha salarial se estima en un 27% menos que los hombres en todas las profesiones, en todos los sectores, con el bajo nivel de prestaciones que todo ello conlleva2. La responsabilidad del cuidado doméstico fomenta la opresión y justifica la mayor explotación. “Las mujeres continuamos a día de hoy sufriendo una enorme vulnerabilidad tanto dentro del mercado de trabajo remunerado como fuera de él, vulnerabilidad que encuentra su raíz y coartada en nuestra identificación social como responsables de la Las conquistas conseguidas durante la primera y segunda ola del feminismo fueronmuy significativas, a pesar del rechazo explícito de algunos hombres. reproducción”3. Los cambios legislativos son claramente insuficientes, además de fluctuantes y en situaciones de crisis como la actual tardan poco en prescindir de ellos. Si la democracia burguesa es incompleta y superflua, las medidas legislativas que promueven la igualdad tienen el mismo patrón, y la equidad prometida después de la transición ha supuesto avances constantemente frenados por el hambre infatigable del mercado y por la traición de la socialdemocracia a las mujeres trabajadoras. La igualdad formal no es igualdad real, pues el sistema no nos sitúa en las mismas condiciones. En referencia a las cuotas de poder conseguidas por las mujeres, vemos que hay más directivas, catedráticas y políticas que nunca (aunque continúan siendo una minoría —sólo el 1% de la riqueza mundial está en manos de mujeres4). Es cierto que no se trata sólo de las ventajas que tienen estas mujeres en concreto —pues su presencia tiene un impacto en la visibilidad social de un modelo de mujer diferente al tradicional (dependiente y sumisa). Lo que sucede es que las que han logrado buenas posiciones tienden a extrapolar sus victorias personales al resto, cuando en realidad la mayoría de mujeres de clase trabajadora vive en unas condiciones durísimas, y cada vez peores con la crisis económica. Por otro lado, no significa obligatoriamente que las mujeres poderosas desarrollen políticas o visiones de más equidad. Merkel, Aguirre, Chacón, Barberá…ejemplos sobran. La propia derrota que padeció la clase trabajadora y la izquierda en la transición llevó a la bajada del movimiento. “En la transición pactada no entraba buena parte de lo planteado por el feminismo dada la proyección y envergadura de su propuesta que chocaba con los límites de la política de pactos”5. Algunas demandas feministas fueron copadas por las instituciones y se limitó la lucha por los derechos de la mujer a cambios superficiales: paridad, retoques legales. “Los Institutos de la Mujer, estatal y autonómicos, y otras instituciones absorbieron muchas reivindicaciones”6. Que un mismo partido cree un Ministerio de Igualdad y que recorte sanidad y educación es una contradicción evidente para los derechos de la mujer. Son las políticas del maquillaje que tan bien aplica el PSOE, insuficientes para acabar con la discriminación estructural que sufre la mujer en el sistema capitalista. Tal y como señala Hester Eisenstein en su libro Feminism Seduced (Paradigm Publishers, 2010), la socialdemocracia se ha apoderado de algunas ideas feministas para contribuir a la expansión del capitalismo (como las guerras en Irak o Afganistán, que se suponía liberarían a la mujer —con guerra y devastación—). En cuanto a la creencia de que las mujeres están protegidas por los cambios culturales que se han producido en las últimas décadas, hoy en día los comentarios machistas y misóginos más directos son menos tolerados, pero también es cierto que se valora a la mujer en función de los límites de lo políticamente correcto, y ésta es una línea muy fina y discontinua. Se trata más de corrección política que de convicción. Al tiempo que se ataca al ultramachista y misógino Salvador Sostres en los medios —ha comentado su gusto por las menores, su disculpa a la violencia de género y su racismo—7, se relega a las mujeres a imágenes sexualizadas y poco valoradas en toda la parrilla televisiva y en los anuncios cínicamente llamados de “relax” de la mayoría de la prensa. Es importante haber ganado una batalla ideológica contra el machismo más rudo, pero si continuamos representando en nuestra realidad a las mujeres como inferiores, como objetos sexuales y personas superfluas, el con- servadurismo vuelve a ganar la batalla. La ideas no surgen de la nada, tal y como indicó Marx, “es el ser social el que determina la conciencia, no la conciencia la que determina el ser social”. Las victorias ideológicas no se mantienen si no profundizamos y consolidamos las victorias materiales. Sexismo ambivalente Todos, y sobre todo todas, tenemos montones de anécdotas que relatan escenas sexistas, pero hay algunas que no son admitidas por todo el mundo y se juzga un comportamiento sexista como algo aislado o no discriminatorio. Por ello, más allá de partir de la vivencia, es importante distinguir qué tipo de comportamientos sexistas se dan en la actualidad. La teoría del sexismo ambivalente8 es bastante clarificadora, dando lugar a dos tipos de sexismo vinculados: sexismo hostil y sexismo benevolente. El sexismo hostil es una ideología que caracteriza a las mujeres como un grupo subordinado y legitima el control social que ejercen los hombres. Desgraciadamente, tenemos una buena camada retrógrada con eco en los medios de comunicación de masas que diariamente pone ejemplos. Sostres, Sánchez Dragó o, por ejemplo, hace poco Cristina López Schlichting indicando que “el feminismo es la causa del fracaso escolar masculino. […] Nuestros hijos varones crecen en un ambiente que les hace lamentar su sexo” 9. En 2009 el arzobispo de Granada, Javier Martínez, daba a entender que la mujer que aborta “mata a un niño indefenso” y, por tanto, “da a los varones la licencia absoluta, sin límites, de abusar” de su cuerpo10. El sexismo hostil es claramente identificable y la reacción es mayoritaria. Por su parte, el sexismo benevolente idealiza a las mujeres como esposas, madres y objetos románticos, resaltando características tradicio- Otoño 2011 La Hiedra 23 nalmente valoradas como femeninas. “Se transmite la visión de las mujeres como débiles criaturas que han de ser protegidas y al mismo tiempo colocadas en un pedestal en el que se adoran sus roles naturales […], de los que no debe extralimitarse”11. Este tipo de sexismo pasa a veces desapercibido y es más asumido por las mujeres, si bien es muy peligroso por la falta de reacción inmediata. Exaltar constantemente la belleza de la mujer o valorar el cuidado familiar y obviar otros roles supone que cuando no se entra dentro de los cánones, se envejece o se pierde el papel de cuidadora, la autoestima tambalea, la culpabilidad aflora y las recriminaciones emergen. El sexismo benevolente utiliza un tono subjetivamente positivo con determinadas mujeres, las que asumen roles tradicionales, lo que supone la discriminación de todas aquellas que tienen papeles diferentes. Mujeres de plástico “Es por el porno. Somos conscientes de lo que han visto los hombres y sabemos qué es lo que esperan” 24 La Hiedra Otoño 2011 El síntoma más característico del nuevo sexismo es la extensión en nuestra sociedad del tratamiento de las mujeres como objetos. La expansión de la industria del sexo y la pornificación se ha dilatado desde los años 80: la prostitución, los clubs de striptease, la explosión de la pornografía por internet. Las revistas destinadas a los hombres con mujeres semidesnudas como FHM o Maxim tienen gran éxito, así como se da la normalización de imágenes sexualizadas en la publicidad, utilizadas para vender un billete de avión o un tampón. La industria del sexo es un gigante. En el Estado español, factura 420.000 millones de euros, la mitad del presupuesto del Ministerio de Cultura en 201012, lo que indica que además de la utilidad ideológica de mantener a las mujeres subordinadas, tiene un peso nada despreciable para el capitalismo. Pero no se trata sólo de la industria, sino de la permeabilización en todos los aspectos de nuestra vida diaria. Las niñas juegan con muñecas de facciones imposibles como las Bratz — que parecen salidas de quirófano—, comienzan a depilarse antes y se fabrica ropa interior provocativa, con encaje y relleno, para niñas que aún no han llegado a la adolescencia. En Gran Bretaña han retirado de la cadena comercial Tesco un juego de striptease para niñas, con una barra fija de plástico y billetes de juguete incluidos. Está en todas partes y con consecuencias nefastas. Pero, ¿qué hay de nuevo en ello? ¿Acaso no han sido vistas como objetos sexuales desde hace mucho tiempo? Judith Orr explica que “cuando crecía como una adolescente en los setenta estaba claro que para una mujer joven la apariencia era algo primordial. Leía artículos en los que se explicaba cómo aplicar maquillaje en los pómulos y sombra en los párpados. Ahora eso no es suficiente. La cirugía estética es algo corriente”13. De hecho, hay un aumento de la literatura feminista que analiza este fenómeno. Natasha Walter estudia en Muñecas vivientes. El regreso del sexismo (Turner, 2010) cómo “la influencia de este entorno cultural es tan grande que incluso las adolescentes ven en la cirugía la respuesta a la angustia que les provoca su cuerpo”. Según Pilar Rodríguez, presidenta de la Sociedad Española de Medicina Estética (SEME), “las jóvenes que llegan con fotografías de famosos para explicar que quieren unos labios como los de la actriz Angelina Jolie son frecuentes”14. Cada año, aproximadamente 400.000 personas se operan de cirugía estética en el Estado español, y alrededor del 90 % son mujeres. Se estima que alrededor de un 10% de quienes solicitan una intervención de este tipo son menores de edad15. Si bien la cirugía facial y el aumento de senos son las más comunes, la labioplastia y vaginoplastia son cada vez más demandadas. Como indica el testimonio de una joven en el libro de Natasha Walter: “Es por el porno. Somos conscientes de lo que han visto los hombres y sabemos qué es lo que esperan”16. Lo que en otra cultura sería juzgado como una mutilación del cuerpo femenino desde el racismo más eurocéntrico, aquí es valorado como una opción para aumentar la autoestima. Si miramos la industria musical, ser desinhibida y sexy parece ser clave para dar una imagen de mujer liberada. Beyoncé o Shakira (o las compañías discográficas) no parecen tener suficiente con su música o su voz; bailar semidesnudas y con una actitud sexualmente disponible forma parte de ser una gran estrella. Moda, cosmética, cirugía; pero también música o cine. Las imágenes sexualizadas de las mujeres jóvenes amenazan con borrar de la cultura popular cualquier otro tipo de representación femenina. Por si las deportistas profesionales sufriesen poca discriminación, la Federación Internacional de Baloncesto (FIBA) ha decidido que tendrán que llevar pantalones diez centímetros por encima de la rodilla y con una anchura máxima de dos centímetros entre la piel y la tela. La FIBA busca hacer el baloncesto femenino “más atractivo” para los espectadores y para los medios17. Por otro lado, resulta cansado ver los bochornosos episodios en la prensa y televisión con la ministra Leyre Pajín como objetivo, ya sea criticando su físico o insinuando fantasías. Cuando una mujer se dedica a la vida política también es puesta en el punto de mira Las numerosas y recientes manifestaciones ‘slutwalk’ denuncian la normalización del trato a la mujer como un objeto y la tolernacia frente a la violencia sexual. del sexismo. ¿Cómo esperamos que las mujeres jóvenes tengan otros modelos diferentes? ¿De qué nos sorprendemos cuando participan menos en política o tienen más reticencia a estar en el centro de la vida pública? El mensaje está claro: si quieres ser una mujer de éxito no puedes escapar al sexismo. Sube cuanto puedas, pero siempre te estarán mirando las piernas. Desfilamos por una pasarela interminable. Se han afianzado normas rígidas de belleza y la principal diferencia con el sexismo tradicional —que siempre ha exigido a las mujeres tener una apariencia determinada— es que en la actualidad nos venden que ser atractivas nos da confianza y poder y es la clave para nuestra liberación. Pero, ¿cómo ha sido posible? ¿Cuándo se ha distorsionado el discurso feminista para favorecer al sexismo? Libertad de elección o libre mercado Se asevera que la libertad que hemos conseguido las mujeres en los últimos cuarenta años nos da la opción de hacer con nuestro cuerpo lo que queramos. Venderlo, operarlo, ofrecerlo, mostrarlo. Hemos pasado del derecho al propio cuerpo (reivindicación viva en el movimiento feminista) al derecho a mercantilizarlo. Incluso dentro de la izquierda, criticar la sexualización se convierte en ocasiones en un tabú. Cuando se cuestiona, aparece el argumento infatigable de la libertad de elección. Como decía Luz Sánchez–Mellado en El País: “Que me perdonen las ortodoxas, pero estoy hasta los ovarios de ir con la pancarta de nosotras parimos, nosotras decidimos por la vida. Me tiño porque quiero, me ciño porque puedo y llevo tacones porque me da la gana”18. Pero, viendo el actual contexto, ¿realmente hay más opciones? ¿Qué sucede cuando una mujer no entra dentro de los cánones? ¿En que se basa la autoestima femenina en nuestra sociedad? “Determinadas elecciones se aplauden y otras se marginan, y esta situación tiene consecuencias claras en el comportamiento de hombres y mujeres”19. No se trata de recriminar a las mujeres individualmente ni de tener una prescripción de qué comportamiento es aceptable e inaceptable, sino de ser conscientes de la presión social que se ejerce y la utilidad del discurso de la libre elección para mantener las ideas dominantes sobre la belleza femenina. Se trata de conseguir y defender una visión de una liberación real, con una apertura real y opciones para todas las personas. La cultura de la hipersexualización “ha absorbido la historia y el lenguaje de las luchas de las mujeres por el derecho de exigir sus deseos y necesidades sexuales, hasta convertirlas en nada más que objetos para el divertimento de otros”20. Ha habido una reacción a las victorias que se ganaron en los 70, cuando el movimiento feminista “impulsó uno de los cambios de mayor impacto en la vida de las mujeres y en el conjunto de la sociedad […] No solo se trataba de conseguir cambios legislativos y asistenciales concretos, sino hacerlo formulando nuevos derechos: el derecho al propio cuerpo, a vivir la sexualidad y la maternidad con libertad, a decidir”21. Al igual que ha sucedido con el movimiento por la diversidad sexual LGTB, “las reformas en favor de la igualdad […] han sido aprovechadas por grandes empresarios, los cuales han desvirtuado el origen luchador de las mismas, generando el llamado mercado rosa”22. El capitalismo ha convertido las victorias de la mujer en mercancías. La falsa El nuevo sexismo, junto a la responsabilidad del cuidado, es la principal expresión de la opresión de la mujer hoy idea de igualdad es el marco perfecto para esta creencia, pues si las mujeres somos libres e iguales, la sexualización solo es producto de nuestra propia elección. Pero, ¿quién es libre bajo el capitalismo? Precisamente las mujeres no, y aún menos las mujeres de clase trabajadora. La libertad de elección se queda en nada cuando impera la libertad de mercado. El nuevo sexismo, junto a la responsabilidad del cuidado, es la principal expresión de la opresión de la mujer hoy. Al tiempo que ha habido rápidos cambios en la familia en los últimos cuarenta años y son aceptadas experiencias sexuales más diversas, el neoliberalismo ha incrementado unas relaciones personales cada vez más alienadas. La educación sexual es mísera y trabajamos (o no lo hacemos) bajo mucha presión. Las necesidades humanas han sido trasformadas en productos de consumo. Cualquier cosa puede ser comprada. Pero las necesidades sexuales no deberían ser como una hamburguesa o unos zapatos, deberían estar basadas en la atracción mutua, el consentimiento y la satisfacción. Convertir la sexualidad humana en un producto de consumo pone a la mujer en una estantería de supermercado, refuerza la división de las mujeres como objetos y de los hombres como los compradores del producto23. No se trata sólo de la expansión de la industria sexual y pornográfica, sino de la instrumentalización del cuerpo de la mujer en la globalidad del mercado. Si el neoliberalismo nos ha convertido en una estrategia para aumentar los beneficios, el capitalismo hace tiempo que nos puso en venta. Doble jornada El nuevo sexismo fomenta sus bases en la opresión de la mujer. La familia nuclear es la principal institución y su importancia reside, entre otros factores, en asegurar la reproducción física y el mantenimiento de la clase trabajadora de forma gratuita para la clase diri- Otoño 2011 La Hiedra 25 El feminismo sigue siendo un frente de lucha para los movimientos sociales. Protesta feminista en Madrid. gente. Para justificar esta estructura, se promueven roles de género para cada sexo: el hombre aporta el salario y la mujer el cuidado (es obvio que la mujer trabajadora ha de cumplir ambos). En el Estado español, “las mujeres disponen de menos tiempo libre que los hombres ya que, aunque trabajan casi dos horas menos que ellos, dedican tres horas más a la realización de las tareas domésticas y al cuidado de niños y adultos del hogar”24. Se perpetúa así la doble jornada: la laboral (discriminatoria y mal remunerada) y la doméstica (gratuita, invisible y poco valorada). El nuevo sexismo no se ha desarrollado ni mucho menos en una sociedad igualitaria. El papel impuesto a la mujer dentro de la familia crea la base ideológica y material para la opresión. Si bien las reformas que se suceden bajo el capitalismo ayudan “a mitigar la precariedad de la mujer, y tienen que ser recibidas como un triunfo […], éstas sólo conseguirán parchear un sistema que gotea por todas partes”25. Es importante luchar para mejorar la situación con demandas que hoy sean asumibles, pero intentando avanzar en la radicalidad para atacar la raíz del problema. Hay dos perfiles bien marcados: el de mujer sexy y atractiva o el de madre y cuidadora. Estos roles coinciden con el papel reproductivo (sexual) y el de mantenimiento de la clase trabajadora que el capitalismo nos reserva. Bajo el neoliberalismo se combinan espectacularmente ambos. Ser una mujer en la actualidad significa ser buena en el trabajo y comprometida como pareja o madre, pero sobre todo estar preocupada por el físico. Ya no existen sólo las buenas y las malas, los ángeles del hogar26 y las mujeres que sobrepasan los márgenes de lo correcto. Todas tenemos que ser sexualmente agresivas y tradicionalmente responsables. Esta ambivalencia genera una tensión enorme para las mujeres de clase trabajadora, que pese a la explotación laboral y la opresión han de pretender la perfec26 La Hiedra Otoño 2011 ción física. El capitalismo combina las viejas ideas con las nuevas, mantiene los papeles que le convienen y añade nuevas exigencias. Cambiar las cosas “El mensaje está claro: si quieres ser una mujer de éxito no puedes escapar al sexismo. Sube cuanto puedas, pero siempre te estarán mirando las piernas.” ¿Cómo podemos cambiar la sociedad para conseguir una liberación real? Si la base material de la opresión de la mujer reside en la familia nuclear, la lucha contra el sistema capitalista que la fundamenta es clave. La opresión de la mujer no tiene efectos iguales para todas: las de clase dirigente, por su posición social, tienen más posibilidades de superar las dificultades prácticas. Poseen más independencia económica para dejar una mala relación, pagan por el cuidado de los hijos o pueden coger un taxi a altas horas de la noche y evitar el miedo a una agresión. Además, las mujeres de la clase dirigente tienen un interés claro en mantener la opresión y explotación de las trabajadoras, como muestra por ejemplo recientemente Esperanza Aguirre con los recortes del sector público en la Comunidad de Madrid. Los recortes en sanidad y educación van a profundizar la opresión; el rol de las mujeres como cuidadoras está siendo reforzado por la contracción del estado del bienestar. “Prácticamente todas las crisis económicas contemporáneas que hemos conocido disminuyen el tamaño de la economía formal y aumentan el de la informal y, sobre todo, el de la economía doméstica y de cuidados [...] que, como es bien sabido, realizan sobre todo las mujeres”27. Pero también tiene consecuencias a nivel ideológico. Si no conseguimos parar los recortes sociales y frenar la derechización de las ideas dominantes, volveremos al conservadurismo que promueve el sexismo hostil, situando a la mujer como inferior, esclava y sumisa. Por eso el antisexismo ha de ser profundamente anticapitalista. En los momentos en que ha habido grandes luchas de la clase trabajadora, los movimientos de mujeres han emergido con fuerza. En los años noventa se empezó a hablar de la tercera ola del feminismo para referirse a las jóvenes feministas que, herederas de la lucha de los setenta, conformaban una visión plural, sin ser un proyecto unitario ni un movimiento de masas, pero sí cada vez más numeroso28. No se trata sólo de discutir sobre cómo llamamos a un movimiento, si lo es o no o si merece etiquetas históricas. La cuestión es que están cambiando las cosas. Muchas activistas, desde diferentes estructuras y formas de lucha, se están rebelando contra los estereotipos de género y la crisis. Las marchas de las slutwalks29 —activistas que salen a la calle para rechazar cualquier acción de acoso sexual, con lemas como “mi vestido no es un sí”—muestran como la indignación va generando nuevos movimientos. Campañas contra la publicidad sexista, contra las manifestaciones machistas de la iglesia católica, en defensa del derecho al propio cuerpo, resistiendo a los recortes. Al mismo tiempo, cada vez hay más gente que lucha para conseguir una sociedad más justa, basada en la democracia real. La conexión entre estas dos luchas es orgánica, tal y como hemos visto durante el 15-M en las plazas: se ha apelado al uso del lenguaje no sexista, se ha debatido sobre la opresión de la mujer, se ha apoyado a sectores de trabajadoras en conflicto. Se han creado espacios feministas que, nutridos de activistas con años de experiencia, han contribuido a superar algunas contradicciones que imperan en la sociedad y se reflejan en el movimiento—algunas experiencias extensamente relatadas en el reciente Dossier de la Comisión de Feminismos de Sol30. La cuestión de la mujer ha estado presente, pero tenemos que profundizar, impulsar campañas contra el sexismo y conectar la lucha contra los recortes con la lucha por la liberación. Cada vez hay más activistas que se rebelan contra la opresión y contra la dictadura de los mercados, en Grecia, en Egipto; en las plazas, en los hospitales; de diferentes formas y con distinto alcance. Ha subido la marea. Como revolucionarias lucharemos para que esta ola sea anticapitalista y, en consecuencia, profundamente antisexista. NOTAS 1. Swim, J.K., Aikin, W.S., HaII, W.S., & Hunter, B.A., 1995. “Sexism and Racism: Old-fashioned and Modern Prejudices”, Journal of Personality and Social Psychology, 68. pp. 199-214 2. Extraído de http://www.ccoo.es/csccoo/menu.do?Areas:Mujeres:Actualid ad:137199 3. Ezquerra, S., 2011. “Miradas feministas a los efectos de la crisis”. Viento Sur, enero de 2011. pp. 91-98 4. Medios UdG, 11 de abril de 2011. Extraído de http://www.medios.udg.mx/ node/8076 5. Montero, J. , 2009 (VVAA). El movimiento feminista en España en los años 70. Madrid: Fundación Pablo Iglesias. pp. 275-303 6. Uría, P, 2010. “El feminismo tiene un carácter más ético que político; ha ido mucho más allá que otros movimientos sociales”. 21 de febrero de 2010. Entrevista disponible en http://www.noticiasdenavarra.com 7. Público, 17 de noviembre de 2011; Público, 7 de abril de 2011 8. Glick, P. y Fiske, S., 1997 “Hostile and benevolent sexism. Measuring ambivalent sexist attitudes toward woman”, Psychology of Women Quarterly, 21. pp. 119-135 9. La Razón, 24 de marzo de 2011 10. Extraído de http://www.kaosenlared.net/noticia/arzobispo-granada-simujer-aborta-varon-puede-abusar-ella 11. Lameiras, M., 2004. “El sexismo y sus caras: de la hostilidad a la ambivalencia”. Anuario de Sexologia de la Asociación Estatal de Profesionales de la Sexología, nº8, noviembre de 2004 12. El Mundo, 28 de abril de 2010 13. Orr, J., 2007. Sexism and the system. A rebel’s guide to women’s liberation. Londres: Bookmarks. pp. 46-51 14. El País, 5 de septiembre de 2011 15. Extraído de http://www.diariosur. es/20090304/sociedad/andaluciaendurece-acceso-menores-20090304. html 16. Walter, 2010, p. 138 17. Público, 20 de junio de 2011 18. El País, 28 de agosto de 2011 19. Walter, 2010 20. Orr, J., 2010. “Marxism and feminism today” International Socialism, junio de 2010, nº127. Disponible en http://www.isj.org.uk/?id=656 21. Montero, 2009 22. Castillo, J., 2008. “Del matrimonio homosexual al mercado rosa”. La Hiedra, junio-julio de 2008. Disponible en http://www.enlucha.org/ site/?q=node/834 23. McGregor, S., 2011. “Sexuality, alienation and capitalism”. International Socialism, abril de 2011, nº130. Disponible en http://www.isj.org.uk/index. php4?id=728&issue=130 24. Instituto Nacional de Estadística, 2004. “Encuesta de empleo del tiempo. Boletín informativo”. INE, abril de 2004. Disponible en http://www.ine. es/revistas/cifraine/0407.pdf 25. Gago, A., 2008. “Mujer y precariedad: las políticas del maquillaje” La hiedra, abril de 2008. Disponible en http://www.enlucha.org/ site/?q=node/674 26. Nash, M. 2004. Mujeres en el mundo. Historia, retos y movimientos. Madrid: Alianza Editorial. p. 39 27. Gálvez, L., 2011.”Más desigualdad en el futuro”. Público, 15 de septiembre de 2011. 28. Orr, 2010 29. Cala Dona, 2011. “No és No. Les slutwalks” . Extraido de la Termomix, blog de Cala dona http://www.caladona.org/termomix/archives/5587 30. Disponible en http://madrid. tomalaplaza.net/2011/07/22/ dossier-de-comision-de-feminista/ Otoño 2011 La Hiedra 27 Patrones de protesta: la experiencia de la Revolución rusa de 1905 arrestado en masa y el zar y la policía consiguieron restablecer el control de la situación. Los años siguientes para la clase trabajadora rusa y los revolucionarios en especial, fueron años de pesimismo y de intentar que la derrota fuera lo menos dolorosa posible. A pesar de ello Lenin afirmaba: “Cuando los señores burgueses y los socialistas reformistas (…) hablan con tanta petulancia de la ‘educación’ de las masas, de ordinario entienden por educación algo escolar y formalista, algo que desmoraliza a las masas y les inocula los prejuicios burgueses. La verdadera educación de las masas no puede ir nunca separada de la lucha política independiente y sobre todo, de la lucha revolucionaria de las propias masas. Solo la lucha educa a la clase explotada, sólo la lucha le descubre la magnitud de su fuerza, amplía sus horizontes, eleva su capacidad, aclara su inteligencia y forja su voluntad.”5 A través de los métodos de lucha que se desarrollaron en la Revolución Rusa de 1905 Manel Ros nos explica que lecciones podemos sacar para hoy y como podemos aprender de ellas para futuras revoluciones. U na compañera de la asamblea de barrio, decía hace poco en una asamblea que las personas que formamos el movimiento del 15M no podíamos pensar que somos los primeros en hacer lo que hacemos y que muchos y muchas antes que nosotras han luchado por un mundo mejor. Y es que muchas veces se escucha la idea –muy atractiva pero errónea– de que debemos crear cosas nuevas, que lo viejo no sirve y que ésta es una lucha nueva, del siglo XXI, y que por tanto no sólo no nos sirve de nada fijarnos en las luchas anteriores, sino que los conceptos o ideas usadas anteriormente no tienen cabida en las luchas del siglo XXI. Este artículo pretende analizar tres ideas básicas para entender los procesos revolucionarios de forma general, todas ellas contenidas en las experiencias más relevantes de las luchas de 1905: los soviets –democracia directa–, la huelga de masas y la teoría de la revolución permanente. Ideas que aunque parezcan antiguas, veremos que no lo son tanto, y que en períodos altos de la lucha de clases –como los que estamos viviendo ahora mismo– resurgen en la actualidad una y otra vez como un fantasma tozudo que se niega a desaparecer. Un fantasma que ahora mismo recorre las plazas, calles y puestos de trabajo de muchas ciudades del mundo. La chispa que encendió la mecha Para analizar y entender estos tres conceptos debemos mirar a la revolución que tuvo lugar en la Rusia zarista de 1905, o lo que el revolucionario ruso V.I. Lenin llamó más tarde, “el ensayo general”, refiriéndose a la Revolución Rusa de 1917, que, esta sí, acabo con 28 La Hiedra Otoño 2011 el estado capitalista, siendo la primera revolución triunfante de la historia1. Durante 1905 Rusia vio como una serie de huelgas ponían al sistema zarista contra la pared. La revolución de 1905 significó la entrada en escena de la clase trabajadora como transformador colectivo de la sociedad y planteó muchas cuestiones a tener en cuenta hoy en día. En 1905 hubo básicamente tres grandes huelgas. En enero, octubre y diciembre. La primera de estas surgió inesperadamente después del despido de cuatro trabajadores de la fábrica más grande de toda Rusia, la fábrica Putilov de San Petersburgo. Los trabajadores de la fábrica fueron a la huelga en solidaridad con sus compañeros despedidos el 3 de enero.2 A partir de ahí, tuvieron lugar asambleas masivas de trabajadores por todo San Petersburgo. Estas no se limitaron a pedir la readmisión de los cuatro trabajadores despedidos y la dimisión del responsable de estos, sino que, frente al éxito de las asambleas, se presentaron demandas que hasta ese momento nunca se habían atrevido a poner encima de la mesa: la jornada de ocho horas, aumento de los sueldos, mejoras sanitarias en las instalaciones y atención médica gratuita. Pero los huelguistas no se quedaron ahí, pronto llegaron a introducir otro tipo de demandas que iban mucho más allá: libertad de reunión para los trabajadores, tierra para los campesinos, libertad de expresión y de prensa, la separación del estado y la iglesia, el final de la guerra ruso-japonesa y la convocatoria de una Asamblea Constituyente. La huelga que había empezado el 3 de enero en la fábrica Putilov se convirtió para el 7 de enero en una huelga general de todo San Petersburgo. San Petersburgo estaba encendida, toda la ciudad estaba parada por la huelga general, y ésta se extendió como la pólvora desde la capital hacia otras ciudades, no sólo cercanas, sino también a miles de kilómetros. Los acontecimientos parecían calmarse, pero sólo fue un espejismo. La guerra contra Japón, y todo lo que ésta significaba para las condiciones de vida de trabajadores y soldados, estalló en forma de insurrecciones. Así surgieron huelgas solidarias en ciudades como Lodz, Odesa o Varsovia. Finalmente, el 6 de agosto, el Zar parecía empezar a ceder a las presiones, pero en lugar de conceder la formación de una Asamblea Nacional (parlamento), tan sólo cedió en conceder la Duma –un órgano meramente consultivo con ningún poder de decisión: “La Duma estaba a merced del Zar. De los 1.400.000 habitantes de San Petersburgo, sólo 13.000 tenían derecho a voto”.3 Esto provocó una segunda ola masiva de huelgas en octubre, donde las demandas de los trabajadores habían pasado de lo económico a lo político. La huelga se extendió de Moscú a San Petersburgo el 2 de octubre, el 7 empezaron las huelgas de ferrocarriles, el 10 se declaraba la huelga política en Moscú, y así por todos los grandes centros industriales de Rusia. Todos los ferrocarriles estaban parados, las escuelas cerradas, el gas, el agua y el telégrafo no funcionaban. El 13 de ese mismo mes el número de huelguistas superaba el millón, y se formaba por primera vez en la historia el soviet de San Petersburgo, un órgano crucial en la historia de la revolución de 1905, pero también en la de 1917 y de muchos procesos revolucionarios. Democracia directa y desde la base El 17 de octubre el zar, presionado por la revolución social, firmaba el documento que daba a Rusia una Constitución. Los trabajadores no estaban nada satisfechos con las migajas que les daba el zar. Declaraban que mientras había libertad de reunión, estas eran constantemente vigiladas por el ejército; que aunque había libertad de prensa, la censura aún existía. Además, habiendo libertad de enseñanza, las universidades estaban ocupadas por tropas y había libertad de expresión, pero las cárceles estaban llenas de prisioneros políticos. Resumiendo: para los trabajadores, sí, había una Constitución, pero en definitiva la autocracia zarista permanecía en el poder. Una tercera ola de huelgas sacudió El soviet es simplemente un comité de huelga que abarca varias fábricas a la vez todo el país en noviembre. Las demandas básicas, esta vez, volvían a ser económicas. La demanda por las ocho horas unificaba a todos los trabajadores y dominaba las huelgas. Otra vez en San Petersburgo hubo una huelga total, el 3 de noviembre toda la ciudad estaba prácticamente paralizada. Pero en las provincias las huelgas no fueron seguidas de la misma forma. Para principios de diciembre, el Zar se sintió con suficiente fuerza para empezar una represión masiva y brutal contra las huelgas e insurrecciones. El Comité Ejecutivo de los Sindicatos de San Petersburgo fue detenido al completo, el Sindicato Nacional de Ferrocarriles fue disuelto y nuevas leyes anti-sindicales fueron aprobadas. El 7 de ese mes, empezaba una huelga en Moscú en protesta por las detenciones y acciones del zar. Esta se extendió hasta San Petersburgo, con una huelga de apoyo de 125.000 trabajadores. Esto provocó la insurrección armada en Moscú: “La insurrección de 1905 alcanzó su punto culminante con la insurrección de diciembre en Moscú. Un pequeño número de insurrectos, obreros organizados y armados –no serían más de 8.000–, ofrecieron resistencia durante nueve días al gobierno zarista.” 4 Así, la insurrección fue ahogada en sangre por las tropas zaristas. Además, el Soviet de San Petersburgo fue El soviet –palabra muy desprestigiada por años de estalinismo– es simplemente un comité de huelga, pero a diferencia de un comité de huelga tradicional, éste no sólo cubre una fábrica concreta sino que abarca varias fábricas a la vez. Pero a medida que la lucha iba avanzando en 1905 el soviet adquiría cada vez más fuerza: ampliando sus funciones, consiguiendo apoyo económico durante las huelgas, extendiendo la solidaridad, organizando la autodefensa frente al estado o gestionando las fábricas. Algo muy parecido –con la diferencia clave de que los soviets nacen y se encuentran en los centros de trabajo– a lo que actualmente en el movimiento 15M llamaríamos una coordinadora de barrios o asambleas, que trata de coordinar a los diferentes barrios y asambleas. El revolucionario catalán Andreu Nin explicaba: “La palabra rusa ‘soviet’ significa sencillamente Consejo o Junta (…) Su creación no fue debida a la iniciativa de ningún partido ni grupo político, sino que fue obra espontánea de las masas durante el desarrollo de los acontecimientos revolucionarios.”6 Pero los soviets también se organizaban de forma muy diferente a los parlamentos burgueses. La democracia era lo que hoy llamaríamos una democracia directa y radical: debatida, hecha y aplicada desde la base, de abajo a arriba, con delegados escogidos en cada puesto de trabajo y revocables en todo momento. El revolucionario Trotski escribió: “El soviet (…) constituye auténtica democracia, sin una cámara alta o baja, sin una burocracia profesional, pero con el derecho de los votantes de Otoño 2011 La Hiedra 29 Soviet de San Petersburgo. Fue la principal expresión de democracia directa creada por los trabajadores y las trabajadores durante la Revolución de 1905 Las demandas económicas por parte de los trabajadores no acaban automáticamente en demandas políticas, pero no hay una separación tan grande entre las dos revocar a sus diputados en cualquier momento. A través de sus miembros –diputados elegidos directamente por los trabajadores– el soviet ejerce el liderazgo directo de cualquier manifestación social del proletariado cómo un todo y de sus grupos individuales, organiza sus acciones y les provee con un eslogan y un pancarta.”7 Pero al igual que pasa con los marcos de lucha hoy en día, los soviets no eran organismos estáticos que empezaron a organizarse y funcionar de un modo único y uniforme. Al contrario. Los soviets eran un organismo flexible que se adaptaba a las necesidades de las demandas de los y las trabajadoras y, sobretodo, a los acontecimientos concretos de cada situación. Nin lo explica muy bien: “Los soviets no surgieron de una vez, con las formas relativamente definidas que tomó en octubre de dicho año [1905], cuando el movimiento alcanzó su apogeo, sino que fue el resultado de la transformación de los distintos organismos de combate creados en el curso de la lucha (...) Parecía pasar de una forma de organización a otra, modificándola cada vez, eliminando unos elementos, introduciendo otros, ora simplificando, ora complicando la organización.”8 Su establecimiento significaba que dos formas de poder estaban coexistiendo al mismo tiempo, el gobierno oficial del Zar y el gobierno revolucionario de los trabajadores. Cómo en cualquier situación parecida, este poder dual tenía que decantarse hacía un lado u otro en algún momento. Cómo hemos visto, al cabo de unos meses, fue el gobierno del Zar el que acabó con los soviets. A pesar de eso, Rusia había vivido el nacimiento de un nuevo poder, que aunque en ese momento fue derrotado, volvería aún con más fuerza en futuras revoluciones. La Revolución Rusa de 1917 fue una de esas revoluciones, pero no fue la única que desarrolló estos órganos de poder paralelos. Aunque en formas muy diferentes pero siempre con el mismo espíritu de contra poder paralelo desde la base, podemos encontrar este tipo de ejemplos en Alemania 30 La Hiedra Otoño 2011 en 1918-23, Hungría en 1919 y 1953, el Estado español en 1936, los “cordones” en Chile en 1973, Portugal en 1974, las “shoras” en Irán en 1979 o la revolución contra el estalinismo de Polonia en 1981.9 Huelga de masas Durante 1905 pudimos ver también la importancia de las huelgas y, en concreto, las huelgas de masas. Las demandas económicas por parte de los trabajadores no acaban automáticamente en demandas políticas, pero también es verdad que no hay una separación tan grande entre las dos. La experiencia de la revolución de 1905 con las huelgas de masas actuando como motor de la revolución es un buen ejemplo de ello. Rosa Luxemburgo en su gran obra Huelga de masas habla muy bien de cómo en un período revolucionario la lucha económica se convierte en política y al revés: “El movimiento en su conjunto no se encamina únicamente a partir de la lucha económica hacia la política, aquí ocurre también lo contrario. Cada una de las grandes acciones políticas de masas se transforma, una vez alcanzado su punto culminante político, en toda una serie confusa de huelgas económicas (…) Entre ambas existe una completa acción recíproca.”10 Lenin sobre los acontecimientos de 1905 destaca algo importante en este aspecto: “Extraordinario por su peculiaridad fue el entrelazamiento de las huelgas económicas y políticas en el período de la revolución. Ésta fuera de toda duda que sólo la ligazón más estrecha entre estas dos formas de huelga fue lo que aseguró la gran fuerza del movimiento.”11 La participación de los trabajadores en las huelgas fue espectacular. Durante 1905 se “perdieron” unos 23 millones de días de trabajo a causa de las huelgas, once veces más que el número total de huelgas en Rusia durante toda la década anterior (1895-1904). Si observamos la tabla podremos comparar el número de trabajadores rusos en huelga en 1905, con el número máximo de trabajadores en huelga en cualquier año desde 1894 a 1908 en los países ca- pitalistas más avanzados de la época: 12 País Alemania Francia EEUU Rusia (1905) Máximo nº de trabajadores en huelga en cualquier año entre 1894-190813 527.000 438.000 660.000 2.863.000 Esto, de nuevo, parece que porque pasó en 1905 es algo del pasado. Pero la realidad y los procesos revolucionarios son muy tozudos y vuelven a demostrar que hay ciertos patrones cuando hablamos de revolución. Precisamente las huelgas de masas y el paso de reivindicaciones económicas a políticas y a la inversa es lo que hemos podido presenciar en los primeros meses de la revolución de Egipto y la caída de Mubarak –y no en los primeros años del siglo XX, sino este mismo año. La lucha contra la dictadura ha propiciado demandas económicas importantes, generando un movimiento huelguístico de gran envergadura, a raíz del cual entre otras cosas se ha formado el primer sindicato independiente desde 1957. La revolución en Egipto ha sido bautizada por muchos –especialmente por los medios de comunicación– como la revolución del Twitter y Facebook, y sin duda tuvo algunos componentes a nivel de circulación de información que no se han dado en otras revoluciones. Pero como prueba el hecho de que la revolución avanzó igualmente a pesar del bloqueo de internet por parte del Gobierno de Mubarak en los primeros días de la revolución, el levantamiento en forma de huelgas de masas tuvo un papel más que crucial en la caída del régimen, sobretodo en la semana final de Mubarak. Lo que empezó como huelgas sectoriales en puntos cruciales para la economía como el transporte o el Canal de Suez, acabó con cientos de miles de trabajadores en huelga. El revolucionario egipcio Sameh Naguib lo explica en su relato de la revolución: “En la última semana de la revuelta, una oleada de huelgas de masas y manifestaciones de trabajadores y trabajadoras se extendió como la pólvora en sectores claves de la economía, combinando demandas económicas con la principal demanda revolucionaria de eliminar a Mubarak (…) El 8 de febrero, 6,000 trabajadores del Canal de Suez fueron a la huelga, uniéndose a los trabajadores del textil y del acero. Al día siguiente, trabajadores del petróleo se sumaron a la protesta, exigiendo mejoras salariales y seguridad laboral. Las huelgas se extendieron rápidamente por todas las grandes ciudades y por muchas de las poblaciones más pequeñas, arrastrando trabajadores del transporte, del sector textil, funcionarios y trabajadores de la sanidad. El jueves 10 de febrero, la oleada se había extendido de Alejandría en el norte a Aswan en el sur. Incluso en las fábricas propiedad de los generales, donde los trabajadores viven bajo una dura disciplina militar, prendió la mecha de las huelgas.”14 La relación que Rosa Luxemburgo describe en Huelga de Masas entre lo político y lo económico es de hecho algo latente y característico de cualquier sociedad capitalista y sus relaciones de producción y dominación. Es en una expresión práctica de la dominación política y económica a la que se ve sometida la clase trabajadora. Si lo pensamos bien, toda huelga tiene una dimensión política desde el momento que representa una amenaza a la dominación de los jefes o de las imposiciones de los gobiernos. Sameh Naguib otra vez explica como este proceso se ha dado, de nuevo, en la Revolución egipcia de principios de año: “Así, en casi todas las grandes huelgas que han tenido lugar desde la revolución, una demanda muy importante era destituir a los gerentes corruptos y relacionados con el PND (Partido Nacional Democrático), y llevarlos a juicio. Esta demanda claramente política se integraba a las demandas económicas de sueldo mínimo, contratos permanentes para los trabajadores temporales, mejores condiciones laborales, etcétera.”15 Pero al contrario de lo que mucha gente puede pensar, las huelgas en Egipto no se han detenido con la caída de Mubarak: “La oleada de huelgas que comenzó en la tercera semana de revolución y que dio el golpe de gracia al régimen de Mubarak no terminó con la caída del dictador”. De hecho ha sido todo lo contrario y como reconoce Sameh Naguib: “En los dos meses posteriores a la caída de Mubarak han tenido lugar más huelgas y más trabajadores han participado en ellas que durante toda la oleada de huelgas del 2006-9, la más larga en la historia del Egipto moderno.16 A pesar de eso, las huelgas de masas por si mismas no pueden acabar con el sistema capitalista. Pueden llegar a ganar algunas concesiones, pero nunca el poder político y económico. Como decía el revolucionario Tony Cliff: “La huelga puede ganar el pan, pero no puede ganar la panadería.”17 Para que las huelgas no se queden en una interrupción sólo temporal de las relaciones de producción y por tanto de la dominación política, sino que se vuelvan algo permanente, se necesita ir más allá y llegar En Egipto el levantamiento en forma de huelgas de masas tuvo un papel más que crucial en la caída del régimen a tomar el poder político y económico por completo. La Revolución que se extiende Otra de las pautas de protesta que surgieron en la Revolución de 1905 fue la teoría de la Revolución Permanente de Trotski –más tarde confirmada por los acontecimientos. Entre otras cosas argumentaba que la burguesía rusa estaba tan ligada al estado zarista que a pesar de que la clase trabajadora no estaba muy avanzada o desarrollada, no podría haber una revolución “burguesa” antes del socialismo. Así la clase trabajadora sería la que –junto a los campesinos que formaban la mayoría de la población– acabaría con el zarismo. No sólo sería el motor de cambio, sino que asumiría el poder ella misma. La Revolución Permanente no se trata de hacer la revolución siempre en todo momento. El nombre permanente viene no por su permanecía en el tiempo sino por otras dos razones. La primera es que se debe desarrollar a una escala internacional de la misma forma que lo hace el capitalismo internacional. La idea de que esto puede pasar no es algo abstracto que no haya pasado nunca. De la misma manera que la Revolución Rusa de 1917 se extendió inicialmente a Alemania, Hungría y otros países de Europa del Este, vale la pena recordar como la revolución en Túnez se extendió a Egipto y la de Egipto a otros países como Siria. A pesar de tener un final incierto no se puede negar que en todos estos países ha existido una revolución. La segunda es que la revolución se vuelve permanente en el sentido que transforma la sociedad de arriba a abajo, alentada por la interacción entre las demandas económicas y políticas, Otoño 2011 La Hiedra 31 Imagen de la Revolución egipcia de 2011 como hemos podido ver. La revolución de 1905 significó una revolución democrática que tenia muchas posibilidades de llegar a ser una revolución socialista, lo que significaba quemar la etapa de la revolución burguesa. Egipto actualmente también vive una revolución democrática contra la dictadura que, como veremos, tiene también la posibilidad de ir más allá, transformándose en una revolución contra el propio capitalismo. Pero esto en 1905 no estaba tan claro. Los mencheviques –surgidos de la división del Partido Socialdemócrata Ruso entre estos y los bolcheviques en 1903– decían que la revolución de 1905 debía ser “burguesa”. Es decir, sería liderada por la burguesía. Así que llamaban a los trabajadores a unirse a la burguesía en su lucha contra el zarismo. La teoría de la Revolución Permanente de Trotsky ayudó a clarificar la posición de los bolcheviques, aceptándola más adelante en la Revolución de 1917. Además los bolcheviques, a diferencia de los mencheviques, veían a los campesinos como una fuerza revolucionaria clave a tener en cuenta, que bajo el liderazgo de los trabajadores podría acabar con el zarismo, mientras que los mencheviques los veían como una fuerza demasiado conservadora. Las teorías de los mencheviques tampoco surgían de la nada y se basaban en gran parte en la Revolución francesa de 1789, donde la burguesía acabó imponiéndose a la monarquía y tomando el poder político. Cuando estalló la revolución, la burguesía liberal, que era muy débil en Rusia, apoyo en ciertos aspectos la revolución: “Durante la huelga de octubre, los empresarios, no satisfechos con no poner ningún obstáculo para las asambleas de trabajadores en las fábricas, pagaban el 50% de los sueldos durante el tiempo que duró la huelga; en algunas 32 La Hiedra Otoño 2011 fábricas se pagaba el sueldo completo. Nadie era despedido por la huelga.”18 Pero el desarrollo posterior de la revolución empezó a asustarlos. En noviembre, cuando los trabajadores pedían la jornada de ocho horas, la burguesía no sólo empezó los lockouts –cierres de fábricas– sino que se empezó a oponer a toda revolución. La burguesía tenía ahora más miedo de los trabajadores que de la posible contra-revolución zarista. Evidentemente la sociedad egipcia, o cualquier sociedad actual, es muy diferente a la sociedad en la que se desarrolló la revolución de 1905 y es importante tener en cuenta que los procesos que implican la Revolución Permanente no se pueden dar en cualquier sociedad actual, especialmente en aquellas que ya tienen una democracia burguesa. Pero a pesar de esto también hay más de una similitud con Egipto y las revoluciones que se están dando en el mundo árabe. Egipto –como Rusia en su momento– actualmente está menos desarrollado que muchas de las potencias capitalistas a nivel mundial. Pero a su vez, debido a las imposiciones del neoliberalismo, contiene formas avanzadas de capitalismo. En algunas Los procesos que implica la Revolución Permanente no se pueden dar en cualquier sociedad actual áreas concretas hay una clase trabajadora muy concentrada y muy militante, pero también existe un número de personas muy grande que vive en áreas rurales muy empobrecidas. Grandes fábricas como la de Mahalla, con unos 24.000 trabajadores19, emplean a un descomunal número de trabajadores y trabajadoras con un potencial enorme para cambiar las cosas por el lugar que ocupan en la economía. Lo mismo pasaba en la Rusia de 1905, donde las características concretas de la economía rusa, entre el viejo orden y un capitalismo con prisas por consolidarse, hacían que los trabajadores se concentrasen masivamente en grandes centros de trabajo. Así, a principios de siglo, el 42,8% de los trabajadores rusos se concentraban en apenas 453 empresas, con 1.000 o más empleados.20 Por ejemplo, la fábrica Putilov de San Petersburgo empleaba en diciembre de 1904 a 12.000 trabajadores.21 Por la posición que ocupaban dentro el capitalismo y su gran concentración en grandes fábricas, la clase trabajadora, a pesar de ser una minoría dentro de Rusia –39,2% frente al 60,8% de los campesinos–22 era la clave para derrotar no sólo al zarismo, sino también al capitalismo. La clase trabajadora egipcia ha jugado un papel clave en la caída del régimen y de hecho actualmente se encuentra en una posición de fuerza debido al impulso de la revolución.23 A pesar de eso, también como en 1905, la clase dirigente –después de dejar caer a Mubarak para salvarse a si misma– está intentando limitar la revolución, llevándola a unas elecciones generales y maquillándola con simples cambios constitucionales, poniendo los cimientos para asegurar la pervivencia de la democracia burguesa. A pesar de eso, la realidad es que la revolución continúa en marcha y nada está decidido. Recuérdalo tú, recuérdaselo a otros Los métodos de lucha que surgieron en la revolución de 1905 nos dan una guía para entender ciertos patrones de protesta que se dan en los procesos revolucionarios. A pesar de eso, 1905 no deja de ser sólo una guía, y los patrones no son ni mucho menos inevitables. Depende de lo que hagamos todos y todas nosotros hoy y aquí, y de lo que haga la clase trabajadora a nivel inter- nacional, que estos patrones se repitan en el futuro. Hoy la peor crisis económica desde los años 30 ha generado una oposición política como no lo había echo antes. Esta oposición ya ha reavivado la lucha de clases. Pero al igual que sólo vemos la punta del iceberg de la crisis, la potencialidad de la lucha de clases es enorme. A veces puede haber aumentos de las luchas de los trabajadores durante pequeñas crisis económicas, pero grandes crisis y eventos políticos sostenidos en el tiempo a menudo juegan un papel vital para aumentar la combatividad de la clase trabajadora. La gran crisis ya está aquí, y los grandes eventos son los que hemos vivido este mismo año en Túnez, Egipto, Grecia, Londres y obviamente el movimiento 15M en el Estado español. El reto al cual nos enfrentamos, tanto aquí como en todos los otros países, es como involucramos en él a grandes secciones de la clase trabajadora, de la gente normal y corriente, que no se considera revolucionaria o anticapitalista. 1905 y sus lecciones nos dan algunos patrones que podemos seguir. Eso no significa copiar, sino aprender de la historia. Hablar simplemente de la clase trabajadora como una parte más -junto a las otras- de los explotados por el sistema, es no tener en cuenta cual es la clase que por la posición que ocupa en el sistema capitalista tiene el poder práctico de cambiar las cosas. La habilidad de los trabajadores para parar la economía y sus intereses colectivos como clase le dan el potencial para, no sólo liderar la lucha contra el capitalismo, sino conseguir una victoria real. A su vez, es necesario que los revolucionarios no caigamos en el sectarismo y rompamos, a veces, con las antiguas concepciones que tenemos de trabajar, delante de un nuevo periodo de luchas, y así atraer a más gente a nuestras ideas. Esta lección, aunque parezca de poca importancia, es una de las más decisivas. Las huelgas o las luchas de los trabajadores, aunque sean de masas, por sí solas no son la solución definitiva. No importa las muchas concesiones que gane, o cuanta presión pueda ejercer contra el sistema, por sí sola nunca destruiría la maquinaria del viejo estado. La balanza, más tarde o más temprano, siempre se acaba decantando hacia un lado. Cuando uno no acaba con la maquinaria del estado, el estado acaba con él. Como dijo St. Just, líder de la Revolución Francesa de 1789: “Aquellos que hacen una revolución a medias cavan su propia tumba”.24 Para acabar con la clase dirigente la clase trabajadora debe liderar las luchas desde abajo, unificarlas y concéntralas. Pero eso no se hace por sí solo, requiere una red de activistas políticos con argumentos revolucionarios y con fuertes conexiones entre la clase trabajadora, capaces de aprender de la lucha y superar el conservadurismo. Esto no pasará a menos que los que ya somos revolucionarios seamos capaces de debatir y exponer nuestros argumentos claramente. La necesidad de una organización revolucionaria visible no es simplemente otro aspecto de una revolución, es algo fundamental para que esta pueda triunfar. Sólo de esta forma podremos aprender las lecciones que nos muestra la historia. Lecciones que siguen siendo muy relevantes hoy en día, delante de una cada vez más grande polarización entre explotados y explotadores, entre opresores y oprimidos. notas 1. Más sobre la Revolución Rusa en Trotski, L., 2007: Historia de la Revolución Rusa. Madrid: Veintisiete Letras. Disponible en www.marxists.org/espanol/trotsky/1932/histrev/tomo1/index. htm 2. Las fechas citadas se refieren al calendario Juliano, el cual va 13 días por detrás del calendario occidental Gregoriano Para acabar con la clase dirigente la clase trabajadora debe liderar las luchas desde abajo, unificarlas y concéntralas que usamos actualmente. 3. Cliff, T., 1985: “1905”, Socialist Worker Review. Enero , pp. 15-17. Disponible en www.marxists.org/archive/cliff/ works/1985/01/1905.htm 4. Ibíd. , p. 75. 5. Ibíd. , p. 64. 6. Nin, A., Los Soviets: su origen, desarrollo y funciones. Disponible en www. marxists.org/espanol/nin/1932/soviets. htm 7. Trotski, L., 1972: 1905. Nueva York. Citado en Cliff, T., 2001 “Revolution and counter-revolution: lessons for Indonesia” International Struggle and the Marxist Tradition. Tomo 1. Londres: Bookmarks p. 313. 8. Nin, A. 9. Más sobre estas revoluciones en González, M. 2001: Chile 1972-1973: revolución y contra-revolución. Barcelona: En luch a; Durgan, A. 2011: 1936: Guerra Civil y Revolución. Barcelona: En lucha. 10. Cliff, T. 2000: Rosa Luxemburgo. Barcelona: En lucha, p. 18. 11. Lenin, V.I. 1978: Informe sobre la revolución de 1905. Moscú: Progreso, p. 64. 12. Thomas, M. 2005: “The birth of our politics: Marxists and the 1905 revolution”, International Socialism nº105 p. 65. Disponible en www.isj.org.uk/index. php4?id=51&issue=105 13. Pokrovsky, M.N. 1933: Brief History of Russia, Tomo 2. Londres. p. 151. Citado en Thomas, M. 2005, p. 65. 14. Naguib, S., 2011: The Egyptian Revolution. A political analysis and eyewitness. Londres: Bookmarks, pp. 25-26 15. Ibíd. , p. 39. 16. Ibíd. , p. 37. 17. Cliff, T. 1995, pp.15-17 18. Pokrovsky, M.N., 1993, p. 220. Citado en Cliff, T., 1994: Building the Party. Lenin 1893-1914. Londres: Bookmarks, p. 146. 19. Naguib, S., 2011, p. 10. 20. Trotski, L., 1971: 1905 Resultados y perspectivas. Tomo 1. París: Ruedo Ibérico, p. 21. 21. Cliff, T., 1994, p. 151. 22. Trotski, L., 1971, p. 37. 23. “Los 22.000 trabajadores del téxtil de Mahalla desconvocan la huelga prevista para hoy tras conseguir un exitoso acuerdo”: http://t.co/irGfQVV Twitter de @ egiptebarricada sábado 10 septiembre 2011. 24 .Cliff, T., 2001, p. 316. Otoño 2011 La Hiedra 33 Memoria histórica Aniversarios sepultados Neus Roca analiza la desmemoria histórica en el Estado español, que ha enterrado en el olvido los crímenes del franquismo y el reconocimiento de las víctimas de la dictadura. Además reivindica la necesidad de recuperar la historia del movimiento obrero, de los sindicatos y de las organizaciones revolucionarias para el presente. “ Si el genio español vuelve a enfurecerse con la intolerancia y con el odio y con el apetito de destrucción, que piensen en los muertos y escuchen su lección: la de esos hombres que han caído embravecidos en la batalla [...] y que ahora ya no tienen odio, ya no tienen rencor, y nos envían el mensaje de la patria eterna que dice a todos sus hijos: paz, piedad y perdón”. Hace pocos meses estas frases, fuera de contexto e impregnadas de rancio catolicismo recalcitrante, fueron recitadas nuevamente por el presidente de la cámara de los diputados con la intención de “rendir homenaje a aquellos que murieron en defensa de sus ideales” y planteando que “ojalá” puedan emplearse, las citadas palabras, para desterrar el odio y la intolerancia. Lejos de reivindicar o exaltar la firme apuesta estratégica de reconciliación institucional del presidente de la Segunda República, Manuel Azaña, realizada en aquel contexto de posible intervención internacional para finalizar el conflicto armado y parar la sangría, el discurso pronunciado por José Bono el pasado 18 de Julio con motivo del 75 aniversario del alzamiento fascista expone la paz, el perdón y la piedad como una necesidad inminente frente a la actual tensión social en el campo de la memoria. El discurso llega en un momento en que la relación con las asociaciones de memoria y de familiares de víctimas es más tensa producto de la inoperancia ejecutiva de la nueva legislación sobre memoria histórica y fosas aprobada por el Gobierno del PSOE1 . El titular de “Olvido oficial en 34 La Hiedra Otoño 2011 el día de la Memoria” (versión digital de Público, 19/07/2011) sintetiza la amnesia institucional y social que aun, 27 años después de la aprobación de la teóricamente democrática y ejemplar Constitución, impera impunemente en nuestra sociedad. La situación actual sobre la memoria histórica y los crímenes del franquismo mantiene una estrecha vinculación, en tanto predetermina el escenario, con el proceso político conocido como Transición, momento en que se institucionaliza la impunidad y el falso consenso de una guerra entre bandos hermanos dentro de un mismo Estado. Y no nos referimos solamente al campo estrictamente vinculado a los derechos humanos, de la condena de la dictadura y el reconocimiento de las víctimas implícito en ésta, sino también a campos que tradicionalmente no se han vinculado, como es el papel de los sindicatos y sus movilizaciones, la capacidad de respuesta social y de autoorganización, el sistema bipartidista, el régimen monárquico, el peso de la Iglesia y la falta de separación de poderes existente en el Estado. La Transición como instrumento para la Paz Social El tiempo transcurrido entre la muerte de Franco en 1975, la elaboración de la Constitución y el final del gobierno de UCD en 19822 no se caracteriza por la transparencia y la participación, por el contrario queda mejor definido por los pactos secretos y las reuniones no oficiales. La muerte del dictador se produjo en un contexto de creciente movilización social pese al alto grado de represión y impunidad. El nivel de huelgas entre 1975 y 1976 era el más alto de Europa y en Euskal Herria, donde se combinaban el discurso y reivindicaciones nacionales, la amnistía y la lucha obrera, fueron convocadas 13 Huelgas Generales entre enero de 1976 y mayo de 19773. Aun así, las decisiones y legislaciones acordadas durante este periodo no tuvieron en cuenta las reivindicaciones de cambio que exigía la sociedad. El peso y el poder de los sectores falangistas y militares, existente aun en la actualidad, condicionó las negociaciones por el cambio de régimen. Al mismo tiempo uno de los partidos referentes de la izquierda4 y principal fuerza de la oposición, el PCE, o el PSUC en Catalunya, estableció negociaciones con Adolfo Suárez, presidente escogido por el monarca sucesor del dictador. Éstas finalizaron, entre otros aspectos, con la firma de los Pactos de la Moncloa, desarmando así a la clase trabajadora en lucha, con el apoyo del PCE a la Constitución de 1978 y la aprobación, ya como miembros electos del Parlamento, de la Ley de Amnistía de 1977 posterior a las primeras elecciones. Esta izquierda aceptó la bandera, la monarquía y acordó el descenso de la radicalidad de las luchas obreras y sociales a cambio de la legalización y la posibilidad de acceder a escaños parlamentarios y ayuntamientos para sus líderes, aun sabiendo la debilidad en que dejaban al resto de la izquierda hasta pasadas las elecciones. Toda iniciativa o protesta que supusiera un peligro para una posible alianza con los sectores socialdemócratas, inclu- Apretón de manos entre Santiago Carrillo, secretario general del PCE, y Adolfo Suárez, líder de UCD y sucesor de Franco. Tras la muerte del dictador el PCE entró en el juego de la Transició y apoyó la Constitución y firmó los Pactos de la Moncloa. so con los sectores aperturistas de la dictadura, fue manipulada, silenciada o aplastada. Ésto se tradujo en una parada sistemática de cualquier protesta o lucha que pudiera suponer la recuperación o reivindicación de algunos de los derechos conseguidos con las victorias obreras y sociales de la revolución de 1936 y, al mismo tiempo, impuso el mantenimiento del status quo consolidado con la dictadura y no cuestionado por ningún sector de la clase política durante la Transición. Sólo queda resaltar que, aun existiendo demandas y presión social por la Amnistía de las presas políticas, la promulgación del Decreto de Amnistía de 1977, como todos los acuerdos de esta época, responde a los intereses de consolidación de una clase política muy concreta. En realidad se va a promulgar una ley de punto y final, de impunidad absoluta para los ejecutores de crímenes durante la Guerra Civil y la dictadura. Ley que obviamente no contempla el carácter de imprescriptibilidad del que dota la legislación internacional a los Crímenes Contra la Humanidad y de Guerra5, tipificación que corresponde a los perpetrados por el movimiento franquista. A pesar que desde el PSOE hasta el PCE/PSUC, pasando por CCOO y UGT, no prestaron atención a las demandas sociales una vez iniciadas las negociaciones con los herederos de Franco, la resignación no fue la respuesta de la sociedad. Desde la muerte del dictador se sucedieron las manifestaciones y actos de denuncia de los crímenes que cometió la dictadura y el fascismo, protagonizados tanto por las bases de las organizaciones de izquierdas como por asociaciones de víctimas, guerrilleras y combatientes o familiares6. Así mismo la izquierda radical y revolucionaria inició actos y conmemoraciones públicas para reivindicar y no permitir el olvido de la revolución social del 36 que vehiculó y organizó la resistencia antifascista hasta la aceptación de las ordenes de Moscú entre la izquierda radical estalinista y la limpieza del POUM7. Estas iniciativas por la socialización de la memoria fueron cortadas de raíz con el intento de golpe de Es- tado del 23 de febrero de 1981. Éste no solo permitió una coyuntura política perfecta para la consolidación de la monarquía y del nuevo régimen surgido de la falta de participación y la no ruptura con las fuerzas fascistas, si no que además dio argumentos de peso a la izquierda institucional para limitar extraordinariamente a sus bases estas actividades. Fue una ratificación del peso que jugaba, y aun juega, el tejido fascista consolidado con la dictadura y que desde ese momento se aseguró una memoria a su medida. Consecuencias de la Transición Tras la muerte del dictador, la izquierda revolucionaria inició actos para reivindicar la revolución social del 36 Se ha constituido una memoria asentada por un lado sobre el olvido de la lucha social y la revolución, consolidando así la idea de que la única vía para poder conseguir mejoras sociales es el diálogo social y la negociación. Sepultando y silenciando las mejoras y victorias obreras conseguidas con la revolución, potenciando en su lugar, tanto desde los sucesivos gobiernos como desde el eurocomunismo, una imagen y construcción de la República como referente de progresismo y avance social de manera acrítica con las carencias que mostró. Consiguiendo así sepultar la memoria de la revolución y despojar a la clase trabajadora de las herramientas para vehicular nuevas luchas. Al mismo tiempo, se crea una memoria en que son olvidados los crímenes de Guerra y Lesa Humanidad así como el derecho a restitución, indemnización, rehabilitación, satisfacción y garantías de no repetición que garantiza la legislación internacional (en los casos que geopolíticamente interesa8). Y ésta es una memoria de la que resulta cómplice la socialdemocracia y en la que debe Otoño 2011 La Hiedra 35 recaer la responsabilidad de haber permitido el surgimiento y consolidación a día de hoy del conocido como franquismo sociológico en el que mentiras construidas por el régimen, como el llamado “milagro español”9 se instauran como memoria social. Manteniendo el miedo institucional a la verdad y jugando ese rol de conciliador social, el gobierno socialista de Zapatero durante 2007 inició un debate en el Congreso alrededor de la memoria histórica en un contexto de auge del movimiento por la recuperación de la memoria histórica10 .El resultado fue una ley que no incluye ningún tipo de condena al golpe de Estado y la dictadura, implicando de facto el no reconocimiento de las víctimas y los derechos mencionados más arriba. El Estado no asume responsabilidad real alguna en la gestión por localizar y investigar las desapariciones forzadas más allá de “facilitar” en abstracto, afirmando en el artículo 7 numeral II que ningún posible reconocimiento implicará bajo ningún concepto, ni para el Estado ni para la administración pública, responsabilidad, compensación o reparación económica o profesional. Se confirma con esta nueva legislación una de tantas contradicciones entre lo que supondría un teórico Estado de Derecho y la práctica política del Estado español. No solamente no aplica la normativa internacional en materia de derechos humanos por Crímenes de Guerra y Lesa Humanidad, si no que además este tipo de legislación procede de organismos y instituciones de las que forma parte. El grado de contradicción llega hasta el punto de promulgar leyes, como la referente a memoria histórica, que implican el incumplimiento de los artículos 10 y 96 de la propia Carta Magna en que se reconoce la primacía del derecho internacional respecto del interno. El Estado ha legislado abstractamente para una responsabilidad privada del derecho a saber y, además, permite que un cuerpo judicial local, constituido en su mayoría por viejas glorias franquistas o personas afines, decida a nivel individual sobre las propias competencias, y consiguientemente, si abre o no un proceso penal. En este contexto se dan situaciones tan paradigmáticas como que el juez más conocido, señor Baltasar Garzón, de la Audiencia Nacional, tribunal de excepción de herencia franquista, máximo precursor y ejecutor de una legislación antiterrorista que garantiza la impunidad policial frente la tortura y las prácticas que vulneran los derechos humanos, se decla36 La Hiedra Otoño 2011 Barricada en Barcelona durante los Hechos de Mayo de 1937. Durante esos días se decidió en la retarguardia republicana la suerte de la revolución que había empezado en el 36. re públicamente con competencias y abra diecinueve procesos penales y de revisión por las causas franquistas. Y aún cumpliendo las premisas de la ley de memoria y teniendo en cuenta la carrera de servicio al Estado demostrada por el juez, los procesos se encuentran paralizados. El juez ha sido suspendido cautelarmente habiéndose aceptado vergonzosamente a trámite una querella por prevaricación presentada por dos organizaciones de ultraderecha, una de ellas imputadas en la recabación de pruebas realizada por el mismo juez suspendido. ¿Cuál es la realidad? ¿Qué hacemos? La Transición intentó sepultar la experiencia de la Revolución del 36, cuando la clase trabajadora vivió la transformación social Lo expuesto hasta el momento nos muestra un marco de inconcreción, especialmente en el campo legal concreto del reconocimiento y rehabilitación de las víctimas y familiares, en que se potencia no establecer jurisprudencia sobre ningún tema vinculado. La legislación refleja un Estado y una clase política con claros objetivos inmovilistas, que delante de cualquier posibilidad de respuesta a una demanda social, busca como objetivo prioritario no perder o alterar absolutamente ningún aspecto de lo que consiguió con la Transición. Una clase política que espera la muerte agónica, anónima y sin reconocimiento de las generaciones que vivieron, padecieron y hicieron frente al levantamiento y la represión fascista; que evita y anula cualquier tipo de actuación que implique la recogida rigurosa de testigos, fuentes orales y escritas; y que, obviamente, no apoya las asociaciones o organizaciones que van más allá del ensalzamiento de los valores pactados con la Transición. Valores que llegan a todos los ámbitos controlados por la clase política y casi inevitablemente se reproducen fielmente y sin ningún tipo de cuestionamiento en las unidades didácticas de nuestros centros educativos. La misma que dificultará mediante abstracciones legislativas el acceso, incluso por parte de investigadoras acreditadas, a las fuentes documentales oficiales aun en manos del ejército, cuerpos policiales como la Guardia Civil o fundaciones de talante fascista con subvenciones públicas. Es esta la única manera de asegurar que queda sepultada la posibilidad de recordar la experiencia de la Revolución del 36, momento en que la clase trabajadora vivió, desde la base y mediante la resistencia antifascista, la experiencia de la transformación social11. Los ejemplos de las Alianzas Obreras del 34 tejidas alrededor del territorio del Estado español, donde aun sin estar presente la CNT constituían un Frente Único ante la posibilidad de que el fascismo entrase a formar parte del gobierno. Y especialmente aquellos hechos como la Revolución de Asturias del 34, donde a diferencia del resto del estado las dos centrales sindicales sí que crearon una alianza conjunta declarando que el fascismo solo se podía parar mediante una revolución, son el tipo de experiencias de las que nos quieren despojar. Quieren hacernos olvidar que pudimos y conseguimos llevar a cabo con éxito, como clase trabajadora organizada, desde las necesidades sociales básicas como las escuelas o el reparto de alimentos hasta la industria de guerra imprescindible para hacer frente a un levantamiento militar y un golpe de estado que derivó en guerra12. Frente a esta memoria manipulada, interesada y parcial, pactada con los herederos del franquismo, no nos podemos quedar de brazos cruzados. Es imprescindible evidenciar el papel de la izquierda revolucionaria dentro de la resistencia así como negar la imagen que la historiografía tradicional y estalinista se ha esforzado en reproducir, reduciendo el conflicto a la falsa dicotomía democracia-fascismo. Debemos transmitir en cada uno de los espacios en los que somos activas social o políticamente, desde las aulas, bien como docentes o estudiantes, hasta en los debates académicos, políticos o dentro de los movimientos, pasando por la investigación profesional o cualquier ámbito laboral en que se produce una lucha por nuestros derechos, la experiencia que nos lega la revolución social iniciada en Asturias en 1934 y continuada en el resto del Estado hasta 1938. Acercar a cuanta más gente la realidad de que existe una alternativa al pactismo y que esta es la lucha y la autoorganización de la clase trabajadora, así como luchar por el reconocimiento y la dignificación de aquellas que murieron o malvivieron por defender esta opción u otras alternativas, es el objetivo inmediato que debemos marcarnos en relación a la recuperación de nuestra memoria. NOTAS: 1. Nos referimos a la ley que lleva por nombre Ley por la que se reconocen y amplían derechos y se establecen medidas a favor de quienes padecieron persecución o violencia durante la guerra civil y la dictadura (10.10.07) las implicaciones concretas de la cual retomaremos más adelante. 2. Existen divergencias entre la adopción de las fechas de la Constitución (1978) o el final del gobierno de UCD (1982) como momento final de la Transición. 3. Para una buena síntesis de datos de participación, fechas de convocatoria y seguimiento os remitimos a Eaude, M., 2009. La Transició. Moviment obrer, canvi polític i resistencia popular.p. 27. En Lluita. También os remitimos a Sartorius, N. i Sabio, A., 2007. El final de la dictadura, Temas de hoy, Madrid. 4. Aun teniendo en cuenta la orientación política moderada derivada de la estrategia de “reconciliación nacional”, el partido continua siendo el principal motor de la oposición antifranquista y en las últimas décadas del franquismo continuaba siendo el partido de la izquierda más grande manteniendo el peso obtenido durante la Guerra Civil. Os remitimos a Morán, G., 1986. Miseria y grandeza del partido comunista de España. Planeta, Barcelona. para profundizar con el análisis de este partido. 5. La persecución, detención, tortura o desaparición forzada por razones de etnia, sexuales o políticas se encuentran catalogadas en el derecho penal internacional como Crímenes de Lesa Humanidad, y a la vez, el incumplimiento del Tratado de Ginebra referente a las garantías y derechos en el transcurso de conflictos armados es tipificado en los mismos tribunales como Crímenes de Guerra. La jurisprudencia en estos casos fue constituida con los juicios de Nüremberg y des de ese momento se ha aplicado a diferentes juicios internacionales por Crímenes de Guerra y Lesa Humanidad. Os remitimos a K. Juhl. (2005). The contribution of (forensic) Archaeologists in Human Rights Investigatons of Mass Graves. Stavanger.; así como a los informes de Amnistía Internacional: Las víctimas de la Guerra Civil y el Franquismo: no hay derecho. Preocupaciones sobre el proyecto de ley de “derechos de las víctimas de la Guerra Civil y el Franquismo (2005) y España: poner fin al silencio y la injusticia. La deuda pendiente con las víctimas de la Guerra Civil y del régimen franquista (2006) y al informe del equipo Nizkor La cuestión de la impunidad en España (2004). 6. Para un análisis de los movimientos sociales para la recuperación de la memoria os remitimos a Alberola, O. I Villagrasa, F. 2008. Miedo a la memoria. Historia de la ley de reconciliación y concordia. Flor del Viento. Y también Armengou, M I Belis, R. 2004. Les fosses del Silenci. Hi ha un holocaust espanyol? Rosa dels vents. 7. Os remitimos a Durgan, A. 2010. 1936: Guerra i Revolució para un análisis más detallado y desglosado de la situación política que rodeó la revolución española. 8. Para un buen análisis de las intervenciones a nivel internacional, sus consecuencias, los contextos así como una buena crítica a la imparcialidad con que es aplicada esta legislación os remitimos a K. Juhl. (2005). The contribution of (forensic) Archaeologists in Human Rights Investigatons of Mass Graves. Stavanger. 9. Para un buen análisis y desarrollo de las consecuencias sociales de la desmemoria y del papel jugado por la izquierda institucional os remitimos a Eaude, M. La Transició. Moviment obrer, canvi polític i resistencia popular. Así como a Dimas Balsalobre, F. 2009. “El miedo de la clase política hacia la recuperación de la memoria y sus efectos desmoralizadores sobre los colectivos afectados, sus entornos y la base social de la izquierda” a Pagès i Blanch, P. 2009 La Transició democràtica als Països Catalans. Història i Memòria. Universitat de València. 10. Os remitimos a Fosses: la memòria soterrada. Avenç núm. 299, Febrer del 2005 para tener una visión diacrónica y global del movimiento por la memoria en el Estado español y su vinculación con los existentes de carácter internacional. 11. Os remitimos al trabajo de Dimas Balsalobre, F. 2009. i Eaude, M, 2009. P 75. para poder valorar las líneas principales de consecuencias sociales de la desmemoria. 12. Os remitimos a Durgan, A. 2010. para un análisis más detallado de la revolución y de la Guerra Civil. Otoño 2011 La Hiedra 37 La prensa revolucionaria en la era 2.0 Luis Zhu revisa la importancia de la prensa revolucionaria para cambiar el mundo, su relación con los medios de comunicación alternativos y realiza una aproximación a las nuevas redes sociales digitales. S e atribuye al político conservador Edmund Burke la expresión “el cuarto poder” para referirse a los medios de comunicación. Burke lo acuñó durante la Revolución Francesa para cargar contra la influencia creciente que tenía la prensa liberal frente a los poderes tradicionales. Es cierto que la prensa y el acceso a la información jugaron un papel fundamental a la hora de conseguir mayores derechos democráticos. Sin embargo, más tarde sería la propia burguesía que salió triunfante de la revolución la que acabaría con la libertad de prensa por temor a nuevos avances democráticos que la apartaran del poder. Hoy en día la prensa y los medios de comunicación de masas en general se han convertido verdaderamente en el cuarto poder. Casos de corrupción tan sonados como el del News of the World, de Rupert Murdoch, conservador y propietario de todo un imperio mediático, no sólo nos confirman el poder de los medios sino también cómo actúan en connivencia con otras autoridades, como la policía. Los medios de comunicación capitalistas Los medios de comunicación de masas están en manos unos pocos capitalistas. Todos funcionan como cualquier otra empresa bajo este sistema, es decir, explotan trabajadores para obtener el máximo beneficio económico posible. Además representan una de las principales formas de transmisión de ideología, en este caso, la ideología que le interesa a los poderosos. Aunque se puedan apreciar diferencias nada despreciables entre medios más conservadores o liberales, en definitiva, casi todos defienden sin fisuras que el capitalismo, es decir el afán de lucro y la explotación de personas como motor de la sociedad, es la mejor forma de organizar la humanidad. En la práctica, ningún medio de comunicación capita38 La Hiedra Otoño 2011 lista antepone el derecho a la información de la mayoría de la sociedad a los intereses económicos e ideológicos de la clase dominante. No obstante, esto no significa que los medios de comunicación sean máquinas perfectas de adoctrinamiento que mantienen en la oscuridad a casi toda la población, cual caverna de Platón. Esto no es así básicamente por tres razones. La primera es que los medios de comunicación funcionan gracias a los y las trabajadoras. Pero los y las periodistas pueden haber recibido una formación crítica con el discurso de la clase dominante; la mayoría de ellos, y más tras la crisis económica, trabajan en condiciones cada vez más precarias que les dificulta enormemente elaborar informaciones veraces que no muestren únicamente la versión de los poderosos; y a menudo puede ser la propia dirección quien intervenga directamente en los contenidos. No obstante, los y las trabajadoras organizadas pueden sacara a la luz estas manipulaciones estructurales o directas, tal como los operarios de una fábrica pueden denunciar a su empresa por verter residuos tóxicos a un río, o los conductores de autobuses urbanos protestar por las malas condiciones laborales porque ponen en peligro la seguridad de los viajeros. Ejemplos recientes como las protestas en antena en Telemadrid por las reiteradas mentiras de sus informativos, o la decisión de Los medios de comunicación reflejan tanto los prejuicios sembrados por la clase dominante como las rebeliones que cuestionan éstos los periodistas el El País de no firmar los artículos para rechazar los despidos y los recortes laborales, motivo por el que sus colegas de la BBC fueron a la huelga el pasado mes de julio, muestran cómo los propios trabajadores de los medios de comunicación pueden abrir brechas en la estructura mediática capitalista. La segunda es que la credibilidad de los medios de comunicación convencionales es cada vez menor. Quizás en el inicio de los medios de masas (la prensa durante la segunda mitad del siglo XIX, la radio en los años 20 y 30 y la televisión durante los 50) gran parte del público creía en lo que decían. Sin embargo, después de décadas de contrastar la información de los medios con la experiencia cotidiana, muchas veces contradictoria y otras sin relación alguna, la mayoría de la población ha acabado por no fiarse de ellos. Hoy en día, según un estudio de la Asociación de Prensa de Madrid, sólo un 29,9% de la población confía en la prensa, mientras que la televisión y la radio consiguen una aprobación del 32,6% y el 23,7% respectivamente. Y la tercera es que los medios de comunicación comerciales son un negocio y buscan conectar con la gente en cada momento. Esto significa que pueden reflejar tanto los prejuicios sembrados por la clase dominante como las rebeliones populares que cuestionan éstos, como el movimiento antiguerra, las revoluciones en el mundo árabe o el movimiento 15M, todos ellos con una gran cobertura mediática. No obstante, es también cierto que es en estos momentos de convulsiones sociales, cuando la clase dirigente encuentra en los medios la vía perfecta para intervenir en las ideas de la gente, camuflando sus opiniones bajo un aparente manto de objetividad. Si hay crisis, no es por el sistema, sino que es un accidente puntual fruto de la avaricia de unos pocos; si se aplican recortes es porque gastamos demasiado en bien- Bajo el capitalismo, los medios de comunicación son un negocio como cualquier otro. Su prioridad son los beneficios, no la información. Sin embargo, su particularidad es que son una de las herramientas clave para difundir las ideas que le interesa a la clase dominante. estar, o porque hay demasiados inmigrantes, o porque es inevitable; si hay agresiones sexuales a mujeres es porque iban provocando; si hay guerras es para traernos la paz, etc. El sexismo, el racismo, la guerra o el afán de lucro como motor de la sociedad son algunas de las ideas que esparcen los capitalistas para que nos enfrentemos entre nosotros. No sólo eso, el capitalismo además de generalizar estas ideas negativas, también intenta ocultar sus abusos y los ejemplos de resistencia popular. Pero más allá de todo pesimismo, las contradicciones y las opresiones del capitalismo generan revueltas y revoluciones que abren brechas mediáticas que los medios capitalistas no pueden ocultar. La Primavera Árabe ha vuelto a demostrar que una revolución desde abajo es posible, mientras que el Movimiento 15M ha hecho añicos la idea de que los jóvenes eran ignorantes y vagos; todo lo contrario, están indignados, tienen ideas y lucharán hasta el final por ellas. Sin embargo, los medios de la clase dominante buscaran volver al status quo anterior; en el mundo árabe cooptando los procesos revolucionarios para dirigirlos hacia regímenes liberales, como en Egipto, Túnez o Libia, y en el Estado español criminalizando el movimiento, como tras el bloqueo del Parlament de Catalunya. Ante este modelo burgués de los medios de comunicación han surgido históricamente muchos ejemplos de comunicación contestataria. En este artículo nos interesa sobre todo abordar el modelo de la prensa revolucionaria, del cual participa el periódico En Lucha. También examinaremos dos formas de comunicación diferentes a la convencional: la prensa alternativa y las redes 2.0. La herencia revolucionaria A lo largo de la historia los revolucionarios han visto en la prensa escrita una herramienta imprescindible para combatir la vieja sociedad y luchar por una nueva más justa e igualitaria. Edmund Burke tenía razón al preocuparse por la prensa. Durante la Revolución Francesa, Jean Paul Marat editó L’Ami du Peuple (El Amigo del Pueblo), un periódico que fue decisivo en el curso de los acontecimientos. Marat fue uno de los líderes de la revolución, en gran parte gracias a su diario, que vendía unos 2.000 ejemplares entre las personas más implicadas en la revolución. L’Ami du Peuple se posicionaba a favor de los oprimidos por la monarquía absolutista y su lenguaje era claro y cercano al de la gente corriente, lejos del amaneramiento burgués. Marat, de familia acomodada, se indignaba con la complacencia de los sectores más moderados de la burguesía que esperaban que el Rey ofreciera una monarquía parlamentaria al estilo inglés. En su periódico defendía enérgicamente una alianza entre la burguesía y los campesinos para acabar rápidamente con la monarquía. Marat vivió lo suficiente para ver rodar la cabeza de Luis XVI, pero murió poco meses después asesinado por una aristócrata. Si L’Ami du Peuple contribuyó a acabar con el Antiguo Régimen en Francia y extendió las ideas liberales Pravda era revolucionario porque explicaba en cada momento de las luchas de los trabajadores propuestas para ganar la batalla por toda Europa, el papel del diario bolchevique Pravda en la Revolución Rusa sería todavía más importante. Pravda ayudó a acabar con el régimen zarista, que vivía del viejo feudalismo del campo y del naciente capitalismo de las ciudades, y en el proceso también consolidó un modelo de prensa para hacer la revolución. El periódico de Lenin no sólo explicaba de forma comprensible las ideas socialistas sobre la sociedad de clases y la revolución, sino que contenía muchas cartas escritas por los propios trabajadores en las que explicaban sus experiencias, sus ideas y sus esperanzas. Pravda se vendía en buena medida también gracias a los trabajadores y trabajadoras, que lo distribuían entre sus compañeros en las fábricas y los leían en voz alta cuando era necesario. No sólo eso, los obreros, cuando compraban el periódico, añadían a menudo unos céntimos de más para ayudar a sufragarlo. En 1913, Pravda vendió unos 30.000 ejemplares diarios y recibió más de 2.000 donaciones. De este modo, el periódico bolchevique consiguió tejer una red de colaboradores que escribían, distribuían y financiaban el diario. Así, cuando el Estado ilegalizó Pravda, cosa que ocurrió varias veces, los bolcheviques podían contar con el apoyo de muchos trabajadores que redactaban, repartían y pagaban el periódico de forma clandestina. Pravda no era un periódico revolucionario sólo porque analizaba la sociedad rusa en términos de clase, ni porque la mitad de sus páginas estuvieran protagonizadas por la incipiente clase trabajadora; había algo más. El diario bolchevique era revolucionario porque explicaba en cada momento de las luchas de los trabajadores propuestas para ganar la batalla. Por ejemplo, antes de la Revolución de Febrero de 1917, Pravda argumentaba que los enemigos del pueblo ruso no eran los Otoño 2011 La Hiedra 39 soldados alemanes contra los que se luchaba en la Primera Guerra Mundial, sino los capitalistas, los terratenientes y el régimen zarista. Tras la caída del Tzar, el Gobierno provisional formado por liberales se resistió a abandonar la guerra. El diario bolchevique extendió la consigna ‘pan, paz y tierra’, alentando a la formación de soviets de obreros, soldados y campesinos, los cuales protagonizarían la Revolución de Octubre que acabaría con la guerra y el capitalismo, aunque fuera por poco tiempo. Un periódico como Pravda no hubiera existido tal como fue sin una organización revolucionaria como el Partido Bolchevique. Como en la famosa metáfora de Lenin, Pravda sirvió de andamio para los miles de militantes bolcheviques a lo largo de toda Rusia. El periódico fue un instrumento fundamental para conectarlos al conjunto de los acontecimientos y para que pudieran reaccionar e intervenir coordinados y en el mismo sentido. El crecimiento del partido tras la Revolución de Febrero se debió sobre todo a la explosiva situación política, pero el periódico revolucionario les ayudó mucho a vincular a los miles de nuevos militantes -en San Petersburgo se pasó de 2.000 a 36.000 miembros en sólo cuatro meses. En definitiva, Pravda fue la mejor herramienta para conectar con la clase trabajadora, para difundir las ideas socialistas y para organizar a los y las revolucionarias. El testigo de la prensa revolucionaria lo recogerían en los siguientes años Alemania e Italia. Inspirados por la Revolución Rusa, la clase trabajadora de ambos países protagonizaba huelgas de masas. En Alemania, Rosa Luxemburg impulsó la Liga Espartaquista y su publicación Die Rote Fahne (La Bandera Roja). Frente al reformismo, defendían la fuerza de la clase trabajadora para hacer la revolución internacional. La Liga, sin embargo, fue demasiado pequeña y sus líderes, Rosa Luxemburg y Karl Liebknecht, fueron asesinados por paramilitares de extrema derecha, los Freikorps, que cumplían una orden del socialdemócrata Friedrich Ebert, presidente de la República de Weimar. En Italia, l’Ordino Nuovo de Gramsci participó en la ola de huelgas más grande que había visto el país. Su intento de formar consejos de obreros a semejanza de los rusos acabó al triunfar el fascismo. A pesar de ello, Gramsci consideraba que l’Ordino Nuovo fue realmente revolucionario para la clase trabajadora italiana porque “en él podían encontrar algo de sí mismos, la mejor parte de ellos, porque en él, ellos daban respuesta a sus propias batallas interiores: ¿Cuál es la mejor manera de ser libres?, ¿cómo podemos ser nosotros mismos?” En el Estado español, en los años 30 el POUM de Andreu Nin y Joaquim Maurín fueron quienes más defendieron el espíritu originario de la Revolución Rusa, ahora secuestrada por la burocracia estalinista. El principal periódico del POUM, La Batalla, defendió las tesis de la revolución internacional frente al socialismo en un solo país de Stalin. Durante la Guerra Civil española, el periódico poumista luchó por ganar la guerra haciendo la revolución. Sin embargo, su escasa implantación más allá de Catalunya y la represión estalinista desatada tras los Hechos de Mayo de 1937 lo llevaron a la clandesti- Edición del 22 de febrero de 1919 de Die Rote Fahne. En portada, el diario protesta por el asesinato de Karl Liebknecht y Rosa Luxemburg. 40 La Hiedra Otoño 2011 nidad y a la posterior desaparición. Existen otros ejemplos históricos en los que no vamos a ahondar. El modelo de la prensa revolucionaria se ha ido perfilando a través de las derrotas y, sobre todo, de las victorias de los y las revolucionarias que lucharon por cambiar el mundo. La experiencia triunfante de Pravda en la Revolución Rusa es, sin duda, la más relevante. En este sentido, el periódico En Lucha/ En Lluita, con sus defectos y virtudes, pretende continuar este hilo rojo de la historia. En lucha, anticapitalismo y revolución La prensa liberal, tras una aparente neutralidad, explica el mundo a través de la voz de los poderosos que trata de dividirnos con individualismo, racismo o sexismo. Su análisis del mundo es habitualmente fragmentario, inconexo y tramposo, haciéndonos creer que estamos todos en el mismo barco pero pidiendo sacrificios siempre a los de abajo. Frente a un mundo que no es neutral, el periódico En Lucha/En Lluita se posiciona claramente a favor de la clase trabajadora y de todos los oprimidos por el capitalismo. En sus páginas se intenta dar voz siempre a los que sufren los recortes, las discriminaciones o las guerras, y se analiza cómo estas injusticias no son hechos aislados, sino que son consecuencia del sistema capitalista, un modelo de sociedad que busca el beneficio económico de una minoría por encima del bienestar de la mayoría. Por eso, entender que, por ejemplo, las luchas de los trabajadores griegos contra los planes de austeridad están conectadas con nuestra realidad es clave para superar el aislamiento y el pesimismo. Por otra parte, En Lucha también ofrece sus páginas a los y las activistas de los movimientos sociales, en los cuales participa activamente. Feministas, ecologistas, estudiantes o trabajadoras y trabajadores en general, entre otros, pueden encontrar siempre un espacio para explicar y difundir sus luchas. Así, En Lucha aspira a conectar las luchas de los diferentes movimientos, encontrar puntos en común y acumular fuerzas para alcanzar victorias. La clase dominante, en general, está unida y decidida a que la crisis la pague la clase trabajadora, así que necesitamos vincularnos y crear redes entre todos los sectores para combatirla. A la prensa capitalista no le interesa destacar los ejemplos de resistencia y de victoria de los y las trabajadoras. En cambio, uno de los cometidos más importantes de la prensa revolucionaria es la de generalizar las experiencias de lucha exitosas. Esto es fundamental, por un lado, para animar a otras personas a luchar porque demuestra que ganar es posible y, por otro, para compartir estrategias y tácticas con otros sectores en lucha. No sólo eso, el periódico En Lucha no se queda al margen de las luchas, participa en ellas y busca conjuntamente las mejores estrategias y tácticas para cada momento. Las grandes historias de la prensa revolucionaria son el referente indiscutible para un periódico como En Lucha. No obstante, existen otros modelos de prensa no burguesa que son interesantes de observar, como la prensa alternativa. Alternativas al mainstream Existen en el mundo decenas de periódicos alternativos que trabajan para desenmascarar la falsedad de los argumentos de los medios capitalistas. En el Estado español, dos de los más conocidos son Diagonal, semanal y de ámbito estatal, y La Directa, quincenal y del ámbito de los Països Catalans. Ambos proyectos parten de coordenadas muy similares. Buscan convertirse en medios de comunicación alternativos a los tradicionales, pero a la vez que son serios y plurales. En este sentido son mucho más amplios y abiertos que los medios de contrainformación que se dirigen a un público previamente convencido. Frente al modelo de negocio del periodismo liberal, estas cabeceras oponen el periodismo militante y definen sus proyectos como herramientas de transformación social. No en vano, tanto Diagonal como La Directa reconocen explícitamente que son medios que provienen y trabajan para dar voz a los movimientos sociales de resistencia a la globalización capitalista. El periódico catalán declara inequívocamente que “LA DIRECTA es un semanario pensado, dirigido y sostenido desde los movimientos sociales y para los movimientos sociales”. “Las personas que ahora formamos el núcleo principal de DIAGONAL venimos de distintas experiencias de los movimientos sociales y de base”, afirman desde la web del semanario estatal. La asociación de estos medios alternativos con los movimientos sociales anticapitalistas no es casual. Las múltiples resistencias que en 1999 dieron respuesta en Seattle a un discurso capitalista ufano desde la caída del Muro de Berlín irrumpieron de forma espectacular en los informativos y tabloides corporativos globales. Los movimientos sociales necesitaban un presencia mediática, pero no a cualquier precio, de modo que se imponía la necesidad de crear sus propios proyectos informativos para disponer de voces Dos de los periódicos alternativos más populares del Estado español. Los medios alternativos pretenden recoger toda la diversidad de los movimientos de oposición a la globalización capitalista autónomas, independientes y lo más representativas posibles. Así, los nuevos medios alternativos pretendían recoger de forma autogestionada toda la diversidad de los movimientos de oposición a la globalización anticapitalista, convertirse en un foro donde se reunieran todas las experiencias, tácticas e ideas que surgían de cada campaña. Así, medios como La Directa o Diagonal asumen básicamente dos objetivos nada desdeñables: combatir la influencia de los medios de comunicación capitalistas y ser el altavoz de los diversos movimientos sociales. Quizás la diferencia fundamental entre la prensa alternativa y la prensa revolucionaria es que, mientras la primera concentra muchos esfuerzos en ser un medio de comunicación alternativo a los medios capitalistas, la segunda se centra sobre todo en cómo organizarnos y coordinarnos para ganar las luchas y acabar con el capitalismo. Otra diferencia importante radica en la forma de entender e intervenir en el mundo. La prensa alternativa, en general, admite múltiples visiones de la sociedad y, por tanto, acepta múltiples estrategias para cambiarla. La prensa revolucionaria normalmente tiene una visión estructurada y coherente, en el que las partes encajan en un todo. Aunque la pluralidad de estrategias es bienvenida para debatir cuál es la mejor, la tradición revolucionaria se decanta por centralizar los esfuerzos en una determinada para poder vencer a una clase capitalista muy unida y coordinada. En el fondo, los marcos teóricos de una y otra son diferentes, pero en el desarrollo de una y otra hay muchos puntos tangenciales. Ambos modelos Otoño 2011 La Hiedra 41 son muy importantes y complementarios, pero hay que destacar que la prensa revolucionaria se centra exclusivamente en reforzar las resistencias e impulsar las luchas contra el capitalismo. Aquí es donde radica su singularidad y su potencial revolucionario. Tejiendo redes 2.0. En el último año, los medios de comunicación liberales han insistido en señalar la importancia de Internet y las redes sociales en el triunfo de las revoluciones en Túnez y Egipto. Así mismo, en la UE muchas personas, colectivos y organizaciones aprovechan Facebook, Twitter y otras plataformas para convocar manifestaciones, como los estudiantes en Gran Bretaña o el Movimiento 15M en el Estado español. ¿Significa esto que la organización de las movilizaciones será virtual y dejará obsoleto los carteles, las octavillas y los periódicos distribuidos en mano? Es preciso reconocer primero que los avances en las tecnologías de la información y comunicación han facilitado mucho el contacto entre individuos y colectivos. Al igual que lo hiciera la imprenta, el telégrafo, el teléfono o la radio, Internet ha cambiado y ha agilizado nuestra forma de comunicarnos. Al igual que Marat aprovechó la imprenta para imprimir centenares de periódicos contra la monarquía absolutista, o Trotski y Lenin el teléfono para estar al corriente de la toma del Palacio de Invierno y otros edificios estatales, hoy en día aquellos y aquellas que queremos cambiar el mundo aprovechamos las posibilidades que nos ofrece Internet para informarnos o comunicarnos. Las redes 2.0. han cambiado mucho el panorama de la comunicación. Hasta ahora, sólo una minoría tenía acceso a un público masivo. Ahora, con Twit- Las redes sociales son un nuevo medio de comunicación para hacer negocio y para difundir las ideas dominantes. No obstante, también pueden ser una herramienta accesible para que las ideas anticapitalistas lleguen a mucha gente. 42 La Hiedra Otoño 2011 La nuevas redes sociales son útiles para las revolucionarias porque sirven para ampliar la influencia de sus ideas y contactar con más gente ter o Facebook, en teoría, hay miles de personas que pueden hacer llegar su mensaje a un público masivo. Sin embargo, entre muchos activistas que apuestan por la lucha en la calle, en los barrios, en los lugares de trabajo, etc., existe un cierto recelo hacia las nuevas redes sociales 2.0 bajo argumentos muy diversos, como que son frívolos o que están vigilados por el Estado. Aunque en parte sean ciertas estas consideraciones, debemos tener en cuenta que se trata de medios muy permeables y en los que participan miles de personas, sobre todo en las zonas urbanas. Por ello, es importante que así como vamos tejiendo redes en los barrios o en los centros de trabajo para luchar contra los ataques de la clase dominante, aprovechemos también las posibilidades que nos ofrecen las plataformas sociales virtuales para llegar al máximo número de gente. Por ejemplo, las personas que convocaron por Facebook los cortes de carreteras contra los recortes en Sanidad en Catalunya o, más aún, las que convocaron las protestas en plaza Tahrir contra Mubarak eran las que después estaban allí defendiendo la sanidad pública o combatiendo la dictadura, realizando asambleas, cortando carreteras, ocupando el espacio público, etc. Es esta visión combativa y complementa- ria de las redes sociales virtuales la que nos puede ayudar en las luchas para cambiar el mundo desde la base. Los límites de Internet 2.0 Para muchos de los jóvenes activistas anticapitalistas, el uso de las nuevas tecnologías de la información y comunicación es algo habitual. Ello provoca que a veces no sea fácil tener una visión de conjunto de la realidad. Bajo el capitalismo el acceso a Internet, como a otras tecnologías, bienes y servicios, depende del nivel de renta del que se disponga. Por ello, no todo el mundo tiene Internet, ni mucho menos. De hecho, se dice que existe una estratificación o brecha digital según la renta y a nivel internacional. Por ejemplo, a nivel global en 2010 solo el 28,7% de la población tenía acceso a Internet, según Internet World Stats. Los porcentajes varían en función del desarrollo económico de cada continente. Mientras en Europa y EEUU la penetración de Internet es del 58% y el 77% respectivamente, en Asia se reduce al 20% y en África sólo el 10% de la población tiene acceso a la red. En Egipto, por ejemplo, del 15% de la población que tenía acceso a Internet únicamente una cuarta parte de ellos tenían Facebook antes de la Revolución, según la propia red social. La penetración de Facebook ha sido posterior a la Revolución, tras una campaña propagandística que atribuía el éxito de la revuelta popular a la red social. En el caso del Estado español, las personas que tiene acceso a Internet representan el 47% de la población, entre las cuales sólo el 12% participan en alguna red social, según el Eurobarómetro de la Comisión Europea de octubre de 2010. Sin embargo, las limitaciones de Internet no son solo cuantitativas, sino también cualitativas. Un aspecto conocido es que, como con otros medios de comunicación, la información en Internet no es objetiva ni neutral. Aunque las posibilidades de participar en la creación y difusión de información sean mayores que con los medios tradicionales, en general los medios más seguidos son aquellos que eran previamente más conocidos, es decir, los medios capitalistas. Otra cuestión importante es que “la era de la información” se convierte frecuentemente en un caos hiperabundante de informaciones inconexas y superficiales que no proporcionan una visión global y profunda de los acontecimientos. La mayoría de los lectores de medios digitales pueden conocer muchos hechos de actualidad a nivel global, pero les resulta difícil encontrar una explicación coherente y profunda sobre el porqué pasan las cosas y qué relación tienen con su vida. Existen muchos estudios sobre este fenómeno, como el libro de Nicholas Carr Superficiales. ¿Qué está haciendo Internet con nuestras mentes?, pero es curioso que ya en 1921, el comunista húngaro Adalbert Fogarasi hiciera una crítica sobre la prensa capitalista que todavía es válida en la era de Internet: “Se ha logrado un avance sistemático para crear ignorancia mediante la comunicación de una gran cantidad de conocimientos e información. La prensa capitalista busca dar forma a la estructura de la conciencia de los lectores de tal manera que será incapaz de distinguir entre lo verdadero y lo falso, de relacionar causa y efecto, de situar los hechos individuales en su contexto total, de integrar racionalmente los nuevos conocimientos en su perspectiva, etc., en un proceso en el que la conciencia del lector se mantiene en un estado de continua inseguridad, perplejidad y caos”. Las redes sociales digitales refuerzan todavía más este proceso, ya que son espacios comunicativos en los que predominan los mensajes cortos, rápidos, inconexos y superficiales. Las redes 2.0. también han influido la forma en que la gente participa políticamente. El escritor canadiense Malcom Gladwell, en su artículo Small Change: Why the Revolution Won’t be Tweeted, nos explica que las redes sociales no son efectivas para conseguir una mayor motivación política, como afirman algunos autores especialistas en marketing, sino que “son efectivos para conseguir una mayor participación rebajando el nivel de motivación necesario”. Esto puede provocar una falsa percepción de incremento de la participación política, al menos desde una perspectiva activista, porque aquellos que firman en Internet luego no aparecen en la manifestación, ya que esto requiere un grado mayor de compromiso. A pesar de todo, las nuevas redes sociales son útiles para los revolucionarios y revolucionarias porque sirven para ampliar la influencia de sus ideas y contactar con más personas para impulsarlas a luchar en la oficina, el aula o la calle. La prensa revolucionaria en la calle Más importante que las propias limitaciones de Internet, aquello que da sentido todavía hoy en día a un periódico revolucionario impreso es que las luchas, las victorias y las revoluciones se consiguen en el mundo material. Las nuevas tecnologías de la información tienen un papel importante, pero lo que acaba con dictaduras seculares y lo que puede frenar las ofensivas neoliberales son las huelgas de masas de los trabajadores. Es en este terreno donde la prensa revolucionaria puede desplegar todas sus posibilidades. En las manifestaciones, las huelgas o las ocupaciones el periódico es una herramienta de agitación mucho más ágil que Internet. No sólo sirve para animar a los activistas a seguir luchando, sino que mediante el debate se les puede ayudar a generar nuevas ideas y estrategias. Además, el periódico permite conectar in situ a los trabajadores en lucha, debatir y coordinarse con otros sectores movilizados o por movilizar. Por otra parte, el periódico revolucionario no es una suma de artículos cualquiera, está planificado y pensado para dar una visión determinada de la sociedad y de las luchas según cada contexto político. Así mismo, las ventas en la calle del periódico no son un simple punto de venta, son actos políticos con los que contactar con las personas indignadas con las injusticias y con ganas de luchar. Y por último, como se ha comentado antes, el periódico revolucionario está íntimamente unido a la organización revolucionaria. El periódico permite a los activistas de diferentes lugares aprender de las experiencias de unos y otros, para aplicarlo en sus luchas. Esto a su vez genera nuevas experiencias e ideas que pueden escribir en el periódico, lo cual ayudará a otros activistas. La prensa revolucionaria bien empleada es una poderosa herramienta para impulsar las luchas y para construir una organización revolucionaria que sea decisiva para destruir el capitalismo. Otoño 2011 La Hiedra 43 ¿qué es la política? ¿ Qué es la política? La respuesta que a esta pregunta da el marxismo es tan radical que la inhabilita como otro simple “enfoque” en el estudio de la política. El marxismo (a lo largo del ensayo emplearé ese término para abreviar lo que ha llegado a conocerse como el marxismo clásico de Marx y Engels, Lenin y Trotsky, Luxemburg y Gramsci)1 niega que la política sea una característica persistente de toda forma de sociedad. Además, afirma que la política, donde si exista, no puede estudiarse aislada del resto de la sociedad. Por último, el marxismo, por cuanto es un programa práctico tanto como un cuerpo de análisis teórico, busca la abolición de la política. Obviamente, estas afirmaciones son incompatibles con la noción de una disciplina autónoma de la política. Para apreciar la fuerza de la opinión marxista de la política, puede resultar útil considerar primero otros enfoques más convencionales. Es costumbre pensar que la política surge y se ocupa de un conjunto de instituciones políticas formales, que en nuestra propia sociedad son el Parlamento, el Gabinete, las elecciones, etc. Se supone que estas instituciones son relativamente autónomas del resto de la vida social, y por esto se considera que la política está sustraída del todo social. La disciplina de la política tiende a reflejar esta opinión. Así pues, la teoría política intenta resolver cuestiones tales como la naturaleza de la sociedad justa y los derechos y deberes de los ciudadanos. Los métodos que emplea son los del análisis conceptual y la reflexión a priori de los primeros principios. La suposición subyacente es que existe un conjunto de problemas políticos que es tan universal que resulta común a todas las formas de la sociedad, que la teoría política puede resolver sin llevar a cabo una investigación empírica de los rasgos específicos de cualquier sociedad en particular. De manera notoria, esto ha llevado a los pensadores políticos una y otra vez a tratar los problemas peculiares de su propia época y lugar como si fueran problemas de cualquier sociedad. 44 La Hiedra Otoño 2011 Para mucha gente la política es lo que hace las instituciones y los políticos. Alex Callinicos explica a partir del marxismo cómo la política engloba la sociedad en su conjunto y, sobre todo, las relaciones de clase que se dan en su interior. La ciencia política se centra en las instituciones políticas. Intenta revelar la distribución del poder dentro de los sistemas políticos actuales, pero este estudio prosigue sin ningún intento coherente de relacionar la distribución del poder político con patrones más amplios de desigualdad social y económica. Las fuerzas sociales sólo figuran cuando chocan contra estas instituciones desde fuera, como en el caso de los grupos de presión. El tema de moda de los estudios de comportamiento electoral cataloga obsesivamente las preferencias políticas de los ciudadanos. Sin embargo, sus intentos por relacionar, por ejemplo, el fenómeno de “infidelidad partidaria” en Gran Bretaña, con las crisis sociales, económicas y políticas de los últimos veinte años, son superficiales e indiferentes. El marxismo desafía la suposición básica que está tras la disciplina de la Política, es decir, que hay un rasgo permanente y autónomo de la sociedad llamado política. En primer lugar, en la tradición realista de Maquiavelo y Hobbes, el marxismo insiste en que la política no se ocupa tanto de los derechos como del poder. “Empezando con Maquiavelo, Hobbes, Spinoza, Bodinus y otros de los tiempos modernos”, Marx escribió con aprobación, “la El marxismo niega que pueda estudiarse la política aislada del resto de la sociedad; su objeto es lo que Marx llamó “el conjunto de las relaciones sociales” fuerza se ha representado como la base del derecho... si se toma el poder como la base del derecho... entonces el derecho, la ley, etc., son sólo el síntoma, la expresión de otras relaciones sobre las que descansa el poder estatal”.2 De este modo, Marx declaró su falta de simpatía por la teoría política como se practica en la actualidad. La tarea de la teoría no es encontrar una justificación moral o jurídica para el ejercicio del poder político, sino entender los procesos sociales que generan y sostienen a las instituciones y prácticas políticas. Se rechaza cualquier distinción marcada entre la teoría política y la ciencia política, entre la teorización a priori y la investigación empírica. El estudio de la política procede a la manera de otras ciencias, a través del descubrimiento de patrones causales. Por el mismo motivo, ninguna ciencia observa sencillamente al mundo, sin ninguna suposición acerca de lo que es probable que descubra. El papel de la teoría es el de sentar las bases para el estudio empírico, sugiriendo las direcciones en las que la investigación puede ser más productiva.3 De este modo, el marxismo niega que pueda estudiarse la política aislada del resto de la sociedad. Su objeto es lo que Marx llamó “el conjunto de las relaciones sociales”.4 Así, la sociedad puede entenderse únicamente como un todo estructurado, como una totalidad. Las diversas formas de la vida social, la política inclusive, son comprensibles como aspectos de este todo. Lo que determina la naturaleza de la política es su papel dentro de la totalidad social. Como ya lo señalé, tal enfoque socava el concepto mismo de una disciplina aparte de la Política. Si el marxismo está en lo cierto, el comportamiento político sólo puede estudiarse con la ayuda de una variedad de disciplinas: El capitalismo sólo es la última forma de sociedad de clases, en la que una minoria de propietarios se apropia de la riqueza creada por las y los trabajadores. la economía, la sociología, la antropología, la historia, etc. En verdad, uno podría ir más lejos y decir que, de acuerdo con el marxismo, sólo hay una ciencia social que abarca e integra todas estas disciplinas supuestamente distintas. El nombre que los marxistas por lo general dan a esta ciencia unificada es el materialismo histórico, el estudio sistemático de las formaciones sociales fundado por Marx. Esta opinión de la ciencia social no excluye la posibilidad de especializarse en áreas particulares, pero sí sugiere que todo estudio limitado debe buscar constantemente colocar sus investigaciones en el contexto del conjunto social. La fuerza de un enfoque tan integral al estudio de la sociedad es que desafía la fragmentación de las ciencias sociales existentes. El intento por separar las distintas disciplinas lleva a la creación de divisiones artificiales. Resulta imposible entender la política británica contemporánea sin un conocimiento profundo de la historia económica y social del país, pero esto significa inmediatamente el traspasar los limites de la política hacia la economía, la sociología y la historia. La misma censura se aplica a las otras ciencias sociales que pretenden serio. El intento por reducir la economía a un cuerpo de técnicas matemáticas carente de toda relación con el estudio de las fuerzas sociales y políticas ha contribuido a los desastres del monetarismo. Desde un punto de vista marxista, la política debe considerarse solamente como un aspecto del conjunto social, a estudiarse como parte de un análisis integrado de esa totalidad. De un modo más especifico, en los términos de Lenin, “la política es la expresión más concentrada de la economía”.5 Las instituciones y luchas políticas surgen, y sólo pueden entenderse en el marco de los conflictos básicos del conjunto social. Estos conflictos se generan en el nivel de lo que Marx llamó fuerzas productivas y relaciones de producción. La opinión de Marx del conjunto social queda expresada de la manera más sucinta, en estas famosas líneas escritas en 1859: “En la producción social de su vida, los hombres entran en relaciones definidas que son indispensables e independientes de su voluntad, relaciones de producción que corresponden a una etapa definida del desarrollo de sus fuerzas productivas materiales. La suma total de estas relaciones de producción constituye la estructura económica de la sociedad, el verdadero fundamento del que surge una superestructura legal y política, y al que corresponden formas definidas de conciencia social. El modo de producción de la vida material condiciona el proceso vital social, político e intelectual en general. No es la conciencia de los hombres lo que determina su ser, sino al contrario, es su ser social lo que determina su conciencia”.6 Así pues, la producción es el “verdadero fundamento” de la vida social. La política, la ley y la cultura surgen de esta base, pero la producción en sí tiene dos aspectos, el material y el social. El aspecto material es lo que Marx llama fuerzas productivas. Estas corresponden a grandes rasgos, a lo que hoy llamamos tecnología. Los instrumentos de los que nos valemos con el fin de producir objetos, sean la piedra del habitante de las grutas o los robots en las modernas plantas automotrices, y la fuerza física, la habilidad y el conocimiento que se emplean para poner en movimiento estos instrumentos, son lo que constituye las fuerzas productivas de la humanidad. En su aspecto más básico, la historia es el registro de la capacidad cada vez más sofisticada de los seres humanos, para producir. Este La explotación y la lucha de clases son las que proporcionan la clave para cualquier comprensión auténtica de la política proceso es lo que Marx describió como el desarrollo de las fuerzas productivas. Desafortunadamente, la historia no acaba ahí: “En la producción los hombres entran en relación no sólo con la naturaleza. Producen sólo cooperando de determinada manera e intercambiando sus actividades. Con el fin de producir, entran en contacto y relación definida entre si y sólo dentro de estos contactos y relaciones sociales tiene lugar su relación con la naturaleza, su producción.”7 Estas relaciones sociales de producción han dado lugar, durante los últimos dos milenios, a la división de la sociedad en clases. Una minoría puede adquirir el control de los medios de producción, es decir, de la tierra y de los instrumentos de producción. Se vale de este control para forzar a los productores directos, la masa de la población que en realidad efectúa el trabajo de producir la riqueza de la sociedad, a llevar a cabo trabajo excedente. En otras palabras, los productores directos, sean ellos o ellas esclavos, campesinos o asalariados modernos, se ven obligados a trabajar, no sólo para satisfacer sus necesidades y las de cualquier persona que pueda tener a su cargo, también para satisfacer las necesidades (incluyendo los lujos y los medios de librar una guerra) del dueño de los medios de producción, sea éste amo de esclavos, señor feudal o capitalista. “Lo que distingue a las diversas formaciones económicas de la sociedad es el modo en que este trabajo excedente le es arrebatado al productor inmediato, al trabajador”.8 Tal opinión de la sociedad de clases coloca a la explotación, la extracción del trabajo excedente, en su centro. “La clase”, escribe el antiguo historiador G.E.M. de Ste. Croix, “es esen- Otoño 2011 La Hiedra 45 cialmente el modo en que se refleja la explotación en una estructura social”.9 El capital de Marx es sobre todo una demostración del modo en que el capitalismo se basa en la explotación. El origen de las ganancias de las que depende el capitalismo como sistema económico, es la plusvalía extraída de los trabajadores dentro de la producción. El capitalismo no es sino la más reciente forma de la sociedad de clases. ¿Qué implicaciones tiene este análisis de la sociedad para el estudio de la política? En primer lugar, sólo puede entenderse la política en el contexto de un proceso de cambio histórico. La explicación de Marx de las fuerzas productivas y las relaciones de la producción es dinámica. Estas dos entran en conflicto y al hacerlo, las formaciones sociales se ven obligadas a pasar por un cambio: “Las relaciones sociales en las que producen los individuos, las relaciones sociales de producción y cambio, se transforman, con el cambio y desarrollo de los medios materiales de producción, las fuerzas productivas”.10 Este conflicto entre fuerzas productivas y relaciones de producción encuentra su expresión en la lucha de clases. Las relaciones de explotación de la producción que forman la base de cada sociedad de clase obligan a la clase explotada a resistirse. De este modo, la explotación da lugar a la lucha de clases, la lucha constante entre el explotador y el explotado. La oración inicial del Manifiesto comunista declara: “La historia de todas las sociedades que hasta ahora han existido, es la historia de la lucha de clases”.11 Esta lucha de clases es “la fuerza motriz inmediata de la historia”.12 La explotación y la lucha de clases son las que proporcionan la clave para cualquier comprensión auténtica de la política: “La forma económica específica en que se extrae el trabajo excedente no pagado de los productores directos, determina la relación de los gobernantes y los gobernados... siempre es la relación directa de los dueños de las condiciones de producción con los productores directos... lo que revela el secreto más íntimo, la base oculta de toda la estructura social, y con ella... la forma especifica correspondiente del Estado”.13 Siempre debe rastrearse la política hasta su “base oculta” en la lucha de clases. Marx mismo observó este precepto con el mayor éxito, en sus escritos sobre Francia, que incluyen obras maestras de análisis histórico-político tales como El dieciocho brumario de Luis Bonaparte. Sin embargo, y más que eso, precisamente porque la política surge de la lucha de clases, es un fenómeno histórico transitorio. Para ver por qué es adyacente la existencia de la política con la de las clases, consideremos algunas de las decisiones rivales de la política. Una definición así, expresada por Albert Weale, es la de la política como un proceso de elección colectiva, como una actividad en la que se combinan los individuos para llegar a una decisión. Sin embargo, tal definición no deslinda la política, como de todas maneras se entiende por lo general, de otros procesos de elección colectiva. Weale no afirma otra cosa. Simplemente sugiere que concebir la política como una elección colectiva, aclarará algunos problemas distintivos. Existen, sin embargo, características de la política diferentes a la toma de decisiones. Una, la exis- La explotación de las sociedades de clases dan lugar a la lucha de clases, la batalla entre el explotador y el explotado que es el motor de la historia. 46 La Hiedra Otoño 2011 tencia de conflictos de interés entre los individuos o grupos, puede llegar a caber en la definición de Weale. Una segunda, la fuerza o coerción, no puede, y Peter Nicholson sugiere que la fuerza es lo que distingue a la política como actividad social. Concebir la política como coerción destaca marcadamente un tercer punto, las desigualdades de poder entre los diferentes individuos y grupos. NOTAS: Alex Callinicos nació en Harare (Zimbabwe) el 24 de Julio de 1950. En 1973 se licenció en filosofía, política y economía en la Universidad de Oxford, y en 1979 obtuvo de la misma universidad un postgrado en literatura y humanidades. Entre sus libros más conocidos figuran Marxism and Philosophy (1983), Las ideas revolucionarias de Karl Marx (1983), Making History (1987), The Revenge of History (1991), Contra el Postmodernismo. Una crítica marxista (1991), Social Theory. A historical introduction (1999), Igualdad (2000), Contra la tercera vía (2001) y Un Manifiesto Anticapitalista (2003). Escribe regularmente en el semanario británico Socialist Worker, la revista mensual Socialist Review y la revista trimestral International Socialism, de cuyo consejo editorial forma parte. Es miembro de la dirección del Socialist Workers Party de Gran Bretaña. La primera edición de este folleto fue realizada durante Marzo de 2006 pero este trabajo fue publicado por primera vez como ‘Marxism and Politics’, en A. Leftwich, ed., What is Politics?, Oxford: Blackwell, 1984. 1. Véase “What is the Real Marxist Tradition?”, de J. Molyneux, en International Socialism 2:20 (1983). 2. De K. Marx y F. Engels, Collected Works (50 vols., Londres, 1975) (En adelante citado como CW), V. pp. 322 y 329. 3. Véase Philosophical Papers, de I. Lakatos (Cambridge, 1978). 4. CW, V, p. 4. 5. De V.I. Lenin, Collected Works (Moscú, 1965), XXXII, p. 32. 6. De K. Marx y F. Engels, Selected Works (3 vols., Moscú, 1973) (en adelante citado como SW), I, p. 503. 7. CW, IX, p. 211. 8. De K. Marx, Capital I (Harmondsworth, 1976), p. 325. 9. The Class Struggle in The Ancient Greek World, de G.E.M. de Ste. Croix (Londres, 1981), p. 51. 10. CW, IX, p. 212. 11. Ibid., VI, p. 483. 12. SW, III, p. 94. 13. De K. Marx, Capital III (Moscú, 1971), p. 791. : s a ñ e res Lo mejor del #15M en la red C omo en todos los eventos históricos en los que se da una participación social masiva, en torno al 15M se ha producido, en una franja de tiempo de tan sólo varios meses, una explosión de reflexiones, artículos, crónicas y libros. Especialmente sorprendente ha sido la rapidez de autores y editoriales en lanzar a la venta libros que conectan de manera directa o indirecta con el movimiento, explicando su papel histórico, el impacto en la política estatal e internacional o la amplia base de acontecimientos sociales y políticos que han gestado las condiciones para la explosión de los indignados. Xavier Domènech (historiador y profesor de la Universitat Autónoma de Barcelona), en su artículo “Dos lógicas de un movimiento: una lectura del 15-M y sus libros”1 revisa la eclosión literaria en torno al 15M y las diferentes perspectivas (emocional, genealógica, contextual) que diferentes autores desde dentro y fuera del movimiento han abordado con vivaz rapidez editorial. Domènech, en su reseña libre de estas obras recientes, advierte una y otra vez sobre las actitudes que pretenden destilar una rápida teoría del nacimiento y evolución del 15M, saliendo al paso de un fenómeno que nadie esperaba y cuyas formas nadie podía prever: “…no se puede permitir que el afán de escribir ahora demasiado rápidamente nos impida de nuevo saber que nada está escrito. No sabíamos si pasaría o no, lo deseábamos pero no lo sabíamos, y cuando pasó no pasó como nadie había imaginado y nos gustó precisamente por esto. Pensar sobre ello nos da herramientas, pero establecer legitimidades o principios inmutables no parece que nos puede ayudar mucho a andar.” Sin embargo, la innumerable cantidad de reflexiones acerca del 15M en la red es especialmente rica en crónicas, genealogías y análisis contextuales, pero pobre en planteamientos de análisis que nos “ayuden a andar”. Son por eso destacables aquellos pocos Miguel Sanz realiza un breve repaso de los artículos más interesantes desde el punto de vista de los y las activistas organizadas en en el movimiento. “ Son destacables aquellos pocos artículos que quieren aportar una argumentación estratégica para los que ansían conocer la dirección hacia donde caminar ” artículos que, aun sabiendo lo arriesgado de la empresa, quieren aportar una argumentación estratégica para los que desde dentro del movimiento ansían conocer la dirección hacia donde caminar. Es obvio que sólo aquellos autores y activistas implicados individualmente o a través de sus organizaciones en la construcción “multifrentes” del 15M pueden arrojar luz sobre las potencialidades del movimiento, cómo desarrollarlas y en qué dirección. Ya en el mes de junio, tras la jornada de movilización del 19J (que resolvió de un plumazo las dudas sobre la continuidad del movimiento) pudimos leer el artículo de Miguel Romero “19J: Himno a la alegría”2 , donde además de realizar una interesante descripción de la evolución del movimiento desde el 15 de mayo hasta el 19 de junio, plantea las transformaciones que estaban ya ayudando o podrían ayudar a dar pasos cualitativos en la configuración de la lucha del 15M: consolidación de la descentralización en barrios, bloqueo de desahucios y, sobre todo, la orientación hacia el movimiento obrero. Este asunto de la relación entre la lucha laboral y el 15M es subrayado en los artículos procedentes del ámbito de la izquierda anticapitalista, especialmente los publicados en nuestra web (“El 15M y la clase trabajadora: de la revuelta a la victoria”3 ) y, más tímidamente en algunos artículos publicados en la web de Izquierda Anticapitalista, en cuya Universidad de Verano pudo tratarse abiertamente este debate (ver “El retorno de la cuestión social. Las relaciones entre el 15M y los sindicatos. Foro debate II Universidad Verano IA”4 ). La preocupación por la vinculación entre el movimiento obrero y el 15M en el ámbito de las organizaciones implicadas en el movimiento no ha sido estéril. La multiplicidad de comisiones de trabajo dedicadas a la materia laboral y el apoyo a los conflictos laborales en la mayoría de núcleos locales y asambleas del 15M dan buena prue- Otoño 2011 La Hiedra 47 reseñas: ba de ello. Sin embargo, otras posiciones dentro del movimiento inciden en lo agotado de esta perspectiva e intentan desarrollar planteamientos estratégicos anclados en la potencialidad ‘constituyente’ del movimiento 15M. Con poco tiempo transcurrido desde el estallido del movimiento, el afamado intelectual Toni Negri realizó una escueta exposición de sus pensamientos sobre el 15M, planteando de forma pionera esta visión. En sus “Reflexiones acerca del 15M”5 , Negri subraya la convergencia de sectores sociales en función de sus diferentes conflictos económico-identitarios en el seno del 15M. La insistencia en el ‘trabajo inmaterial’ (una categoría en referencia permanente a la reestructuración del sistema industrial capitalista y la importancia creciente del trabajo intelectual en contraposición al manual) parece querer insistir -aunque de forma velada- en la importancia del sector juvenil de trabajadores dedicados a labores no manuales y con una relación discontinua –precaria- con el mercado laboral. La insistencia de Negri en la centralidad del ‘precariado’ representa un desafío velado a la perspectiva de ubicar a la clase trabajadora organizada, como conjunto definido, en el centro de las movilizaciones. Para Negri, la explotación por parte del capital de la información generada dentro y fuera de los márgenes del sistema productivo conduce a la exaltación de nuevos sujetos de cambio, que según su interpretación, están bien representados en el 15M. Es evidente que, si alguna categoría ha tenido presencia en este movimiento desde su inicio, es la de los trabajadores y trabajadoras precarias jóvenes, pero insistir en su dominancia en las asambleas y en qué medida se inter relaciona con otros sectores dentro del movimiento no deja de ser un ejercicio meramente descriptivo carente de valor estratégico. Es así porque la disección realiza por Negri en estas Reflexiones desemboca en una suerte de previsión sobre la evolución del movimiento con dos categorías contrapuestas: o el movimiento se consolida como un contrapoder o acaba desembocando en un poder constituyente. Ambas previsiones son de escasa utilidad si no van acompañadas de propuestas tácticas que permitan iluminar el camino a recorrer desde dónde nos encontramos ahora hasta la transformación de este movimiento en algo mucho más sólido como un contrapoder o un poder constituyente. 48 La Hiedra Otoño 2011 reseñas: Las previsiones de Negri constituyen un intento por aclarar cuál será la trayectoria del 15M, pero se despliegan aparentemente en un contexto vacío, donde la evolución del movimiento tan sólo dependerá de sí mismo o como máximo, de su interacción con un escenario económico que seguro irá a peor. La introducción en los análisis sobre el 15M del contexto político estatal e internacional en el que este movimiento viene desarrollándose es un ejercicio poco practicado por la pléyade de autores y activistas que lanzando artículos en estos meses. Jaime Pastor, en su artículo aparecido en Le Monde Diplomatique en el mes de julio “Otra política es posible. Otra izquierda es necesaria”6 , realiza la labor de hilar lo que está sucediendo en la espiral del movimiento con Es evidente que, si alguna categoría ha tenido presencia en este movimiento, es la de los trabajadores y trabajadoras precarias jóvenes, pero insistir en su dominancia en las asambleas no deja de ser un ejercicio meramente descriptivo carente de valor estratégico los acontecimientos políticos que dan marco a las movilizaciones iniciales: la debacle electoral del PSOE el 22 de mayo, el auge de la izquierda en Euskal Herria y la ausencia de un referente político de izquierdas en el plano estatal. Especialmente destacado resultan los comentarios en torno a este último elemento, la relación entre el 15M y el proceso de recomposición de la izquierda a nivel estatal. Meritorio resulta por parte de Pastor el abordar con claridad –y al mismo tiempo con precaución- el debate incipiente entre la participación política de la izquierda y los activistas del movimiento: “Porque parece incuestionable la centralidad de este movimiento en el nuevo ciclo que por fin se abre y, a la vez, sería destructivo para él convertirlo en campo de confrontación o instrumentalización por parte de diferentes corrientes políticas. Más bien, habría que apostar por que siga descubriendo nuevas grietas en el sistema para así ir abriendo brechas que contribuyan a la construcción progresiva de un bloque social, político y cultural contrahegemónico frente al bloque actualmente hegemónico y en ascenso de la derecha.” Es difícil prever cual será la evolución del 15M pero los horizontes no pueden levantarse a partir de una previsión en la que el movimiento seguirá creciendo y fortaleciéndose de forma perpetua. Por eso el debate sobre los resultados a medio y largo plazo del movimiento y su relación con la reconstrucción de la izquierda estatal son de importancia estratégica. A su vez, el elemento táctico y subjetivo que sigan las y los participantes en este movimiento será decisivo respecto a esto. Seguiremos de cerca cual son los análisis y propuestas que desde la red sigan abriendo el debate de hacia dónde debemos caminar. NOTAS: 1. En castellano: http://www.sinpermiso.info/textos/index.php?id=4341 y en catalán http://www.inicis.blogspot. com/ 2. http://www.rebelion.org/noticia. php?id=130850. 3. http://www.enlucha.org/ site/?q=node/16144 4. http://www.anticapitalistas.org/ El-retorno-de-la-cuestion-social 5. http://www.kaosenlared.net/ noticia/reflexiones-acerca-del-15m 6. http://www.vientosur.info/documentos/Art.%20LMD%20_3_.pdf Libro No pasarán… aunque lleven trajes. La lucha contra la extrema derecha hoy VV.AA. Coord. David Karvala Ediciones “La Tempestad Habréis oído la frase “un libro es un arma”. No me cabe la menor duda de que este libro sí lo es. Pese a ser una recopilación de textos de diversos autores, la coordinación y el orden de los mismos por parte de Karvala les da coherencia y les complementa: habla del fascismo como un problema de plena actualidad, no como un recuerdo del pasado. Está ahí, crece y es hora de luchar contra él. Para tantos que ven los horrores de los campos nazis como algo del pasado e irrepetible en la actualidad, hechos como los sucedidos recientemente en Noruega quizás le inviten a una reflexión y es bueno recordar que en el pasado grupos reducidos, a los que se despreciaba como insignificantes, crecieron en pocos años hasta llegar a ser lo que fueron. Es bueno, por eso, el recuerdo de qué es el fascismo que agrupa en una primera sección textos de Joel Sans sobre el fascismo en la Alemania y la Italia de entreguerras, de Alejandro Andressi sobre el caso español de la misma etapa y de Pau Alarcón que hace un repaso del fascismo moderno europeo. En una segunda sección, Miguel Urban analiza la actualidad del fascismo en el caso del Estado español; Higinia Roig, el ascenso de Plataforma per Catalunya; Jaume Botey, las políticas racistas; y Abdennur Prado, lo qué supone ser musulmán en el Estado español. Os encontraréis la creencia extendida de que es útil la lucha contra el racismo pero que no tiene sentido hablar de fascismo e incluso que es hacer propaganda de grupos minoritarios. No solo sectores de izquierda institucionalizados minusvaloran el riesgo. En la revista Viento Sur, siempre coherente en este aspecto, Enzo Traverso reconoce el riesgo del fascismo en Europa del Este pero dice a continuación: “En Europa occidental, sin embargo, el “Sin algún éxito contra las causas que sirven de abono al fascismo (el paro, los recortes de todo tipo a los sectores más humildes) no podremos parar su avance. ” fascismo es prácticamente inexistente, como fuerza política organizada…”. ¿Estamos ante una derecha “desfascistizada” que toma la forma del populismo, como dice Traversa, o un fascismo actualizado “que lleva trajes” como defiende el libro? En su tercera sección, Karvala analiza las distintas estrategias seguidas por la izquierda para hacer frente a la amenaza fascista; y Sylviane Dahan y Lluis Rabell, los límites de la experiencia de SOS Racisme en Francia. Después, se analizan las experiencias del movimiento antifascista en Alemania, Gran Bretaña y el Estado español. En la conclusión, se responde a varias de las objeciones con que tropieza el militante que trabaja por construir un frente único antifascista para frenar el crecimiento de la extrema derecha. La amplitud de este frente es otro debate. Algunos sectores rechazan a todo grupo u organización controlada por el reformismo a modo de la experiencia de los frentes populares (alianzas políticas de partidos y sindicatos obreros con partidos de la burguesía). Esto puede llevar, sin embargo, a quedarnos reducidos a una unión testimonial de siglas de extrema izquierda y, consiguientemente, al aislamiento. En la experiencia particular de Vilanova en Catalunya donde varias activistas hemos sufrido agresiones a manos de Plataforma per Catalunya, la participación en Unitat contra el Feixisme i el Racisme - Garraf de entidades culturales, folclórico-populares, deportivas, organizaciones de inmigrantes, sindicatos, asociaciones musulmanas (incluida la relación con la mezquita) nos permitió organizar una protesta de 2000 personas en la que participaron los distintos candidatos a las elecciones municipales. Hechos como los de Noruega aclaran que los enemigos para los fascistas no son solo la izquierda radical. En el contexto del libro hay -bajo mi punto de vista- una excesiva confianza en que después de 40 años de franquismo basta con descubrir que, detrás de los trajes, están los viejos fascistas de siempre para que los trabajadores no caigan en sus redes. En mi opinión necesitamos usar contra el fascismo también la unidad en la lucha por los problemas sociales. Sin algún éxito contra las causas que sirven de abono al fascismo (el paro, los recortes de todo tipo a los sectores más humildes) no podremos parar su avance. Otro punto que levanta muchas reticencias, quizás insuficientemente tratado, es la conquista de la calle. Para los fachas las demostraciones de fuerza, el atemorizar a la población, son esenciales. No podemos regalarles la calle. El tema es conflictivo porque tiene que quedar muy clara la diferencia entre una postura de no ceder la calle y una pelea de “bandas” que nos aísla. La mejor vacuna contra este problema la conseguimos precisamente con la amplitud del frente y con las movilizaciones masivas. ¡Nos vemos en la barricada! César Aragón, militante de Revolta Global-Esquerra Anticapitalita. Otoño 2011 La Hiedra 49 reseñas: las ideas son armas... Suscríbete a ‘La Hiedra’ >> Suscripción al periódico En lucha y a la nueva revista La Hiedra cuatrimestral: 25 euros al año >> Suscripción a La Hiedra: 12 euros al año Libro Actualidad histórica de la ofensiva socialista: Alternativa al parlamentarismo Itsván Mészáros, Viejo Topo, 2011 173 pág. Itsván Mészáros, de origen húngaro, es sin lugar a dudas uno de los filósofos marxistas más importantes de nuestra época. Discípulo de Georg Lukács, trabajó con él durante siete años hasta que decidió abandonar Hungría en 1956, a raíz de la invasión soviética. A continuación se afincó en Gran Bretaña, donde en la actualidad es profesor emérito de la Universidad de Sussex. Mészáros es autor de numerosos ensayos, entre ellos Más allá del capital (1994), resultado de más de dos décadas de intensa reflexión sobre la sociabilidad contemporánea y la lógica que la gobierna. Otro título suyo ganó el Premio Libertador al Pensamiento Crítico 2008 que otorga el Gobierno de Venezuela. Pese a que el lenguaje de Mészáros suele ser bastante exigente y sus trabajos no son fáciles de leer, la tesis de su último libro, Actualidad histórica de la ofensiva socialista, es simple y clara desde el principio: la única forma de escapar a las gravísimas consecuencias de la crisis actual es atender a la ineludible necesidad de que 50 La Hiedra Otoño 2011 las clases trabajadoras pasen de una actitud puramente defensiva a una ofensiva. La única forma de efectuar este paso es que el movimiento obrero deje de concebir el parlamento como el lugar central de la transformación social. La presentación de esta tesis ocupa, a modo de extensa introducción, la primera parte del libro. La segunda parte está dedicada a desarrollar los argumentos expuestos con anterioridad. Así, Mészáros explica que, aunque el capitalismo siempre ha estado sumido en crisis cíclicas, desde los años 70 las crisis se han convertido en estructurales. Para el autor, el capitalismo está entrando en conflicto con sus propios límites, en un período de recurrentes crisis económicas, sociales, militares y medioambientales. Es más, la “muerte del estado del bienestar” está conduciendo a una verdadera “crisis de dominación” que afecta a todas las esferas de la sociedad, convirtiéndose también en una crisis de todas las instituciones políticas. Y, sin embargo, en este momento de cambio histórico, el movimiento obrero –en palabras de Mészáros– “se ve obligado a defender sus intereses no sólo con una sino con las dos manos atadas a la espalda. Una de ellas amarrada por fuerzas abiertamente hostiles a los obreros y la otra por sus propios partidos reformistas y los dirigentes de los sindicatos”. En efecto, ni el surgimiento de la socialdemocracia ni el “Compromiso Histórico” de los partidos comunistas italiano y francés han llevado a la mejora gradual de las condiciones de las clases trabajadoras; más bien al contrario, los más de cien años de adaptación a las “reglas democráticas del juego parlamentario” han conducido a que la clase obrera haya sido “totalmente privada de sus derechos políticos”. Todo ello no se debe simplemente a traiciones o ambiciones personales, sino que es la consecuencia de una concepción errónea sobre el poder capitalista. El parlamento nunca será un medio para acabar con el capitalismo; ni siquiera sirve para elevar el nivel de vida a través de demandas parciales, puesto que –como estamos viendo– en cualquier momento el propio parlamento puede anular tales concesiones. Esto es así porque el verdadero poder reside fuera del parlamento: se trata del ejército, la policía, las empresas. “El capital es la fuerza extraparlamentaria por excelencia “Si el poder reside fuera del parlamento, la lucha para derrotar al capitalismo debe tener lugar principalmente fuera del parlamento” en nuestro orden social”, repite Mészáros insistentemente. A pesar del espejismo mistificador que ofrecen las elecciones democráticas, la realidad es que hay una distancia inmensa entre el poder económico de aquellos que ostentan la “propiedad exclusiva” sobre los medios de producción, y la mayoría de las sociedad que no tiene más remedio que sobrevivir trabajando para ellos. Así, esta separación entre la igualdad política formal y la desigualdad económica real implica que el parlamento no puede ser un medio para enfrentarse a los intereses del capital. Además, esta separación entre política y economía se refleja en el movimiento obrero, dividido entre un “brazo político” (los partidos de izquierda institucionales) y un “brazo económico” (los sindicatos). Aquí radica la idea básica de este breve libro de Mészáros. Si el poder reside fuera del parlamento, la lucha para derrotar al capitalismo debe tener lugar principalmente fuera del parlamento. La única forma de pasar a la “ofensiva socialista” es construir un movimiento revolucionario de masas que tenga demandas parciales, pero sobre todo un objetivo a largo plazo; un movimiento extraparlamentario que luche en los puestos de trabajo, que supere la división entre política y economía, haciendo que los trabajadores utilicen su poder económico como los verdaderos productores de la riqueza de la sociedad que son; un movimiento, finalmente, que no tema hablar sobre la necesidad de acabar con el estado para construir el socialismo desde abajo. Albert García Si quieres suscribirte envía tus datos a: info@enlucha.org Contra el capitalismo… El capitalismo produce desigualdad, opresión, hambre, destrucción mediombiental y guerra. Para mantenerse, nos explota cada vez más a los trabajadores de todo el mundo, y nos da a cambio cada vez menos. Por la solidaridad… El sistema intenta enfrentarnos los unos contra los otros, con el racismo, el sexismo, la homofobia, las divisiones nacionales. Tenemos que luchar con todo tipo de opresión. Esto significa, entre otras cosas, defender la liberación de la mujer y de la gente LGTB, oponernos a los controles de inmigración, dar apoyo al derecho de autodeterminación para los pueblos... Por la revolución… La única forma de acabar con el capitalismo y lo que conlleva es una revolución desde abajo. Apoyamos las reformas pero no son suficiente. Los intentos por arreglar el mundo desde arriba -el estalinismo en los paises denominados ‘comunistas’, las luchas guerrilleras...- con todas sus diferencias, no produjeron el nuevo mundo que buscamos, sino sólo una versión diferente del capitalismo. La derrota de la Revolución Rusa demuestra que hace falta una revolución internacional para acabar con la explotación. Dentro del movimiento… Formamos parte del movimiento anticapitalista y luchamos contra el neoliberalismo y la crisis. Participamos en las luchas de la clase trabajadora, así como en la lucha por democratizar nuestros sindicatos. Queremos unir las diferentes luchas, unir los movimientos. El anticapitalismo necesita a los trabajadores, y los trabajadores necesitan el anticapitalismo. Ser revolucionarios y revolucionarias significa que somos parte activa del movimiento, impulsándolo cuanto podemos. …Organicémonos! Las personas que compartimos la visión de una revolución desde abajo y del socialismo autogestionado y radicalmente democrático, debemos unirnos y organizarnos. Así podemos contribuir mejor, con movilización y con ideas, a impulsar la lucha por el otro mundo que queremos. Por eso necesitamos un partido revolucionario. En Lucha está lejos de ser este partido pero si estás de acuerdo con nosotros, únete a En Lucha. Escribe a info@enlcuha.org o llama al 692 911 939 Folleto de En Lucha La locura del mercado. Cómo funciona la economía capitalista, de Chris Harman >> Precio: 3 euros Puedes comprarlo escribiendonos a info@ enlucha.org o en cualquiera de nuestras agrupaciones. También disponible en www.enlucha.org Más información: www.enlucha.org Otoño 2011 La Hiedra 51 por Daisy Farnham Textos anticapitalistas La Revolución Egipcia La revolución egipcia le ha dado un golpe gigante al capitalismo y al imperialismo, así como un impulso masivo a todos los movimientos contra el neoliberalismo y la crisis. En ausencia de información en los medios sobre la revolución que se desarrolla en Egipto, el folleto de Sameh Naguib ofrece un análisis clave para entender los hechos de enero de 2011 y las luchas que siguen actualmente en las calles y centros de trabajo. Naguib nos cuenta el desarrollo de la revolución, sus retos y sus victorias contra el dictador Mubarak y su brutal régimen neoliberal. La gente formó comités populares para coordinar la revolución y estableció una federación de nuevos sindicatos independientes del estado. Superó una fuerte campaña contra la revolución del régimen y los medios, así como la violencia brutal de la policía y los mercenarios del dictador, que asesinaron a casi 1.000 protestantes. Pero en una cuestión de solo 18 días, la gente normal obligó a Mubarak a huir del país. Así, la gente corriente fue consciente de su capacidad de tomar el control sobre sus propias vidas y cambiar la sociedad radicalmente. Se calcula que 15 millones de personas participaron en la oleada de manifestaciones, ocupaciones y huelgas masivas. Como Naguib explica, estos hechos no vinieron de la nada. Al contrario de lo que nos dicen los medios —que fue una revolución por Facebook—, la revolución es el resultado de una década de auge de luchas y huelgas contra el conjunto del neoliberalismo, el imperialismo de EEUU, la represión y el empeoramiento de las condiciones de la vida de la mayoría de la gente. “La clase La clase trabajadora jugó un papel clave en la caída de Mubatrabajadora ha rak. Cuando la gente trabajadora experimentado la llevó las manifestaciones de las democracia desde plazas a sus centros de trabajo abajo y anhela una con huelgas y ocupaciones, perjudicó seriamente los intereses de la revolución capaz clase dirigente y Mubarak se vio de crear cambios obligado huir. materiales en sus condiciones de vida” 52 La Hiedra Otoño 2011 La lucha continúa La gente sabe que la nueva Junta Militar no representa la democracia por la que lucharon. La integran los antiguos ministros de Mubarak y ya ha prohibido las manifestaciones, las huelgas y ha asesinado a protestantes. Encima ha impulsado un programa neoliberal, igual que el culpable del empobrecimiento del pueblo egipcio. Ante esto, el movimiento revolucionario se ha dividido. La parte burguesa, que solo quería una revolución política —una democracia formal y el mantenimiento del mercado libre—, ha chocado con la clase trabajadora, que ha experimentado la democracia desde abajo y anhela una revolución capaz de crear cambios materiales en sus condiciones de vida. Naguib señala que “la libertad para el/la trabajadora no solo significaba el derecho a votar o la libertad de expresión; también significaba la libertad de vivir sin hambre, inseguridad y la amenaza constante del desempleo”. Así, la población egipcia no ha dejado de luchar, a pesar de la prohibición de protestas, la violencia del estado y la presión de la vuelta al trabajo para “salvar la economía egipcia”. De hecho, la caída de Mubarak le dio un impulso enorme a las luchas: ha habido más de 1.000 huelgas en los 6 meses tras su derrumbe. Los comités populares y los nuevos sindicatos siguen con la revolución social para “sanear” la sociedad, lo que implica cambios en la estructura socioeconómica. En un hospital y un ayuntamiento la gente trabajadora ha echado a su gerente y ha elegido a sus representantes. El “saneamiento” mezcla lo político y lo económico de forma crucial; dos complementos claves para la profundización de la revolución. La exigencia de medidas contra la corrupción va junto a la demanda de un salario mínimo y mejores condiciones. Sin embargo, quienes han perdido su poder están luchando ferozmente para recuperarlo. Naguib explica como la clase dirigente intenta dividir a la población con la violencia, el nacionalismo y el sectarismo religioso. Por otro lado, señalando la amenaza de la revolución para el capitalismo internacional, las potencias occidentales junto al FMI y el Banco Mundial han prestado casi 25 mil millones de dólares, condicionados a un programa económico de liberalización y privatización. Ante la organización de quienes pretenden frenar la revolución, los y las revolucionarias tienen que estar muy organizadas. Con un sistema mundial en crisis, Naguib subraya la importancia de los partidos revolucionarios internacionalistas para coordinar y extender la resistencia, para conseguir la democracia y la verdadera libertad. Como señala, “por primera vez en décadas, literalmente tenemos un mundo que ganar”. La Revolución egipcia, nuevo folleto de En lucha, (2,40 euros). Un análisis político realizado por Sameh Naguib, testigo del proceso.